RAPHAEL, traductor Jos Utrilla (1981) Filosofa moral. Fondo de cultura econmica.
Mexico.pp.60-80
PROLOGO
Este libro pretende ser una introduccin al tema y no requiere conocimientos previos de
filosofa. Aunque espero que algunas partes tambin puedan interesar a lectores ms
experimentados, lo he escrito pensando en las necesidades del principiante.
No escasean los libros breves sobre tica que constituyen introducciones, en el sentido en que
allanan el camino a obras ms avanzadas. Pero si escasean los libros de esta ndole que
realmente sean apropiados para los principiantes. Despus de probar con varios modernos
libros de textos en cursos elementales durante un largo periodo, no he encontrado ninguno
que sirviera satisfactoriamente a tal propsito, he visto que entre mis colegas, muchos
comparten mi opinin. As pues, me he basado en mi experiencia de maestro para tratar de
colmar esta laguna.
D.D.R
Londres, 1980
III. LA LGICA Y EL IDIOMA
EL ESTUDIO reciente de la diferencia entre valores y hechos se ha concentrado en
cuestiones de lgica y de idioma. El debate del siglo xviii acerca de la razn y el
sentimiento era por un problema de epistemologa, pero pareca de psicologa. Los fil-
sofos de aquella poca escribieron a menudo acerca del "origen" de nuestras ideas
morales, como si estuviesen dando una explicacin causal o gentica. Lo mismo puede
decirse de la investigacin epistemolgica general de los siglos xvii y xviii. La disputa
entre racionalismo y empirismo acerca del conocimiento del mundo real se present
frecuentemente como si fuera psicolgica, como si la cuestin en disputa fuera: Es el
conocimiento el resultado causal de la razn; o de la percepcin sensoria? Para evitar
esta confusin, los filsofos del siglo xx han establecido una distincin clara entre la inves-
tigacin lgica y la psicolgica. A muchos de ellos les ha resultado til enfocar la atencin
en el idioma en que se expresan las ideas, para librarse del hbito de tratarlas como
entidades psicolgicas abiertas a inspeccin directa en la conciencia. Cuando se
considera la relacin lgica entre las ideas, hay que examinar las ideas como se expresan
en palabras o en otros smbolos escritos. sta es una de las razones principales de que la
filosofa del siglo XX haya dedicado tanto de su tiempo al idioma, y especialmente el
significado. Los antiguos problemas de la epistemologa han reaparecido bajo una nueva
guisa. El espritu del empirismo del siglo xviii renaci en el Empirismo lgico (o
Positivismo lgico) del siglo xx. El antiguo empirismo fue una doctrina acerca del
conocimiento; sostuvo que el conocimiento autntico dependa de la experiencia. El ms
reciente Positivismo o Empirismo lgico fue una doctrina acerca del significado; sostuvo
que el significado de una proposicin (fuera de la lgica formal y de la matemtica pura)
depende del modo en que se le puede verificar o falsear por experiencia.
Vemos as que el debate en la tica entre el racionalismo y el naturalismo ha continuado
en el siglo xx, en gran parte como investigacin del significado de las frases que expresan
juicios morales. Enesta perspectiva, una sencilla teora naturalista dira que un juicio moral
describe los sentimientos del que habla. Supngase que alguien dice: "Tirar de la cola del
gato (o, ms generalmente, infligir dolor) es malo." Qu est queriendo decir? Si dice "La
cola del gato es larga" estar describiendo una cualidad que todos podemos ver. La
palabra "malo", a diferencia de "largo", no hace eso. En cambio, se est sugiriendo,
describe el sentimiento de desaprobacin del que habla. La frase "Tirar de la cola del gato
es malo" significa lo mismo que "Tirar de la cola del gato es algo que desapruebo" o
"Siento desaprobacin a tirar la coladel gato". Llamemos a esta sugestin la Teora In-
dividualmente Subjetivista del significado de los juicios morales.
Veremos una flaqueza decisiva en esta teora si tomamos un ejemplo acerca del cual
tendr que haber una diferencia de opinin en los juicios morales. Supngase que Andrs
y Brbara estn discutiendo sobre la posibilidad de reintroducir la pena capital. Andrs
dice: "La pena capital siempre es injusta", y Brbara dice: "La pena capital a veces es
justa" (por ejemplo, por los asesinatos planeados a sangre fra, por el asesinato de un po-
lica, por secuestro). La teora individualmente subjetiva pretende revelarnos el significado
de toda frase de la forma "X es justo" y "X es injusto". Segn su anlisis, el enunciado de
Andrs significa "Yo siempre desapruebo la pena capital", y el enunciado de Brbara
significa "Yo a veces apruebo la pena capital". Ahora bien, cada uno del segundo conjunto
de enunciados es autobiogrfico. Andrs nos revela algo acerca de s mismo, Brbara nos
revela algo de s misma. No hay contradiccin entre los dos enunciados. Lo mismo sera
cierto si Andrs dijera: "Yo todas las maanas tomo un huevo al desayunarme", y Brbara
dijera: "No siempre tomo un huevo al desayunarme." No hay contradiccin, no hay
desacuerdo entre estos dos enunciados. Andrs y Brbara simplemente estaran
contndonos partes de su autobiografa, en que casualmente difieren. Pero cuando
Andrs dice: "La pena capital siempre es injusta" y Brbara dice: "La pena capital a veces
es justa", ambos piensan que sus opiniones estn en desacuerdo, piensan que Brbara
ha contradicho a Andrs. Probablemente pedirn uno al otro que d razones de sus
opiniones, y vern si estn en acuerdo o en desacuerdo en sus razones (por ejemplo, que
la pena capital tiene o no tiene un mayor efecto disuasivo que otros castigos), para
descubrir si esto les ayudar a resolver su desacuerdo sobre la cuestin inicial. Andrs y
Brbara, entonces, piensan que sus diferentes juicios morales expresan una diferencia de
opinin, y se contradicen uno a otro. El anlisis de sus enunciados, que hace la teora
subjetivista, implica que no se estn contradiciendo. El anlisis tiene una implicacin que
no se encuentra en los enunciados originales que pretende analizar. Por tanto, el anlisis
tiene que ser incorrecto.
El lector objetar que Andrs y Brbara se engaan al suponer que sus opiniones estn
en desacuerdo. En realidad, dir el lector, simplemente difieren en sus sentimientos,
aunque no comprendamos esto cuando hablamos acerca de estas cosas en la vida
ordinaria. De ser as, la teora es vlida y no es posible rechazarla tan slo porque Andrs
y Brbara, y en realidad la mayora de nosotros, no han reconocido su verdad en nuestra
experiencia cotidiana.
Pero la mayora pretenda decirnos qu significa decir "X es justo (o injusto)". El
significado de una frase debe quedar determinado por su carcter lgico y las
circunstancias de su uso. Si la gente en realidad emplea frases de la forma "X es justo",
es injusto" como contradictorias entre s, de
nada vale decir que todos se engaan y que no pueden emplearse apropiadamente las
frases en este sentido. El uso apropiado de una frase es su verdadero uso normal, y el
significado de una frase debe colegirse por su uso. As, "X es justo" no puede significar lo
mismo que "Yo apruebo X". La teora individualmente subjetivista es falsa.
Llegaremos a mejores resultados si estrechamos menos la teora? Modifiqumosla de tal
modo que "X es justo" signifique: "La mayora de la gente de mi sociedad aprueba X." A
esta versin modificada podemos llamarle la Teora Socialmente Subjetivista del
significado de los juicios morales.
Bueno, tambin esta versin tropieza con dificultades lgicas. Una persona puede
sostener una opinin minoritaria ante una cuestin moral, puede saber que su opinin es
minoritaria y, sin embargo, puede estar convencida de que su opinin es. la moralmente
justa. Por ejemplo, puede decir: "La eutanasia para quienes la desean es moralmente
justa, aunque la mayora de la gente de mi sociedad la desapruebe". Ahora bien, la teora
socialmente subjetivista nos dice que el enunciado "La eutanasia para los que la desean
es moralmente justa" significa lo mismo que "La mayora de la gente de mi sociedad
aprueba la eutanasia para los que la desean". Por consiguiente, segn este anlisis, el
enunciado completo de quien sostiene la opinin minoritaria significa esto: "La mayora
de la gente de mi sociedad aprueba la eutanasia para los que la desean, aun cuando la
mayor parte de la gente de mi sociedad la desaprueba." Esta es, desde luego,una patente
contradiccin. Pero el enunciado original que pretenda analizar no era contradictorio en
lo ms mnimo; el enunciado original tena perfecto sentido. Por consiguiente, la teora
socialmente subjetivista es tan deficiente como la versin individual ms sencilla.
As pues, los predicados ticos no describen los sentimientos del que habla ni de la
sociedad en general. Parece claro que el significado y la funcin lgica de tales
expresiones no se han captado diciendo que describen sentimientos. Hay alguna otra
manera en que los trminos ticos puedan relacionarse con sentimientos?
La Teora Expresiva,' sostenida por los positivistas lgicos, hace un relato ms sutil, con la
esperanza de evitar las dificultades lgicas de la teora subjetivista. Segn esta opinin,
los juicios de valor, incluso los juicios morales, expresan o revelan sentimientos. Esto es
distinto de describir sentimientos. Si me doy un martillazo en el pulgar y exclamo: "Ay!o
algo ms pintoresco, estoy expresando, revelando, ventilando mi sensacin de dolor. No
estoy describindola. No estoy declarando: "Siento un dolor" ni "Esto es doloroso",
aunque cualquier espectador podr inferir, por la exclamacin, queestoy sintiendo dolor.
As, si Carolina dice: "La eutanasia (o la pena capital) es moralmente justificable", no est
declarando que experimente un sentimiento de aprobacin, sino que est dando ex-
presin atal sentimiento. Y si David dice: "La eutanasia no es moralmente justificable",
est expresando un sentimiento de desaprobacin. Carolina y David no estn
describiendo sus emociones, no nos estn revelando parte de su autobiografa. Estn, en
un sentido, contradicindose, o al menos oponindose, pues estn expresando actitudes
opuestas. Es como si se encontraran en un partido de futbol siendo cada quien, partidario
de equipos opuestos. Cuando el Aston Villa anota un gol, Carolina aplaude y David silba.
Segn esta opinin, decir "La eutanasia es justa" es como gritar " Arriba la eutanasia! y
decir "La eutanasia es injusta" es como gritar Abajo la eutanasia!" Por tanto, la teora
expresiva tambin ha sido llamada la Teora de Arriba-Abajo.
A pesar de su ingenio, la teora expresiva no evita las dificultades que trataba de eludir.
En realidad, se le pueden plantear las mismas objeciones que a la teora subjetivista que
pretenda remplazar.. Cuando la gente tiene y expresa opiniones opuestas acerca de la
moralidad de la pena capital o de la eutanasia, piensa que difiere en su opinin, que
enunciados de la forma "X es justo" y "X es injusto" literalmente se contradicen, y que
pueden discutir acerca de sus ideas con razones. Los aplausos y los silbidos dedicados al
Aston Villa no se consideran como enunciados de opinin que se contradicen o que
pueden apoyarse en razones. Supongamos que Aston Villa gana el partido contra Ever-
ton. David, que es partidario de Everton, habiendo terminado de silbar, puede decir a
Carolina: "Bueno., Aston Villa gan este partido, pero de todos modos Everton es mejor
equipo". Si Carolina no est de acuerdo en que Everton es mejor equipo, ella y David
pensarn, ambos, que ahora al hablar acerca de "el mejor equipo" estn difiriendo de opi-
nin, y pueden apoyar con razones sus opiniones respectivas. Por ejemplo, David indica
que la mayor parte del partido se desarroll en el lado de la cancha del Aston Villa, que el
nico gol anotado fue un golpe de suerte en favor de ste porque el portero del Everton se
resbal, y otras cosas por el estilo. Cuando Carolina y David difieren sobre cul es el
mejor equipo, no se comportan como si simplemente estuvieran aplaudiendo y silbando.
Tan directa comparacin de los juicios de valor con expresiones de sentimiento no puede
ser correcta. Hay criterios o normas para aplicar los trminos de valor. Los dos partidarios
de equipos de futbol tal vez se pondran de acuerdo sobre unas normas para llamar
bueno a un equipo: un buen equipo de futbol, convendrn ambos, es el que es rpido,
tiene buen trabajo de conjunto y toma la iniciativa al atacar. Y si ambos convienen, como
bien puede ser, en que Everton mostr estas cualidades en mayor grado que Aston Villa,
entonces dirn que Everton es el mejor equipo. De manera similar, la gente que discute
sobre los 'mritos de diferentes automviles puede llegar a un consenso general sobre las
normas para considerar bueno a un automvil: por ejemplo, seguridad, economa, como-
didad, rpida aceleracin. Si un auto satisface estas normas, es bueno. Este tipo de cosas
no puede aplicarse a sencillamente gritar Ay!" cuando nos damos un martillazo en un
dedo, o a silbar cuando un equipo visitante de futbol anota un tanto contra el equipo local,
que cuenta con nuestra preferencia.
La teora expresiva podra modificarse del siguiente modo. Podra permitir que los juicios
de valor particulares dependieran de normas o criterios y, as, tuvieran un elemento de
racionalidad; es posible dar razones para decir que Everton es un buen' equipo de futbol o
que un Roveres un buen auto. Pero, dice entonces la teora, las normas bsicas mismas
'son expresiones de sentimiento. Los dos aficionados al futbol pueden dar razones en pro
y en contra del juicio particular de que Everton es el mejor equipo, pero no en pro y en
contra de los juicios bsicos que aplican como normas o criterios: "un equipo rpido es un
buen equipo"; "un equipo con iniciativa al ataque es un buen equipo". De manera similar,
afirmara, podemos dar razones del juicio particular de que el Rover es un buen auto, pero
no de los juicios de valor bsicos que se emplean como normas para juzgar los
automviles: "Un auto seguro es un buen auto"; "Un auto econmico es un buen auto".
Los juicios bsicos, que constituyen razones pero que no dependen, a su vez, de
'razones, son, de acuerdo con la teora modificada, expresin de sentimiento. Pero ahora
la teora nos est diciendo que los juicios generales ("La velocidad es buena en un equipo
de futbol, en cualquier equipo"; "La economa es buena en un automvil, en cualquier
automvil") son las expresiones de sentimiento, como un grito de dolor al darse un
martillazo en el pulgar. Esta analoga es completamente ridcula: La expresin o
manifestacin de semejante sentimiento debe ser particular; debe referirse al aqu y al
ahora, aun caso individual. Adems, la analoga, gritar al sentirse lastimado, es ms o
menos involuntaria. Cuando me doy un martillazo, puedo gritar: "Ay!" involuntariamente;
pero si aplico mi reaccin a situaciones dolorosas en general, no estar emitiendo un grito
involuntario. La aprobacin a la cualidad de ser econmico en un. autom vil va junto con
una aprobacin a lo econmico en general, a desear que nuestro dinero rinda ms. Este
no es un sentimiento particular.
Los dos tipos de teora que hasta aqu he analizado, las teoras subjetivista y expresiva,
afirman ambas que los juicios de valor, no son racionales. Esta afirmacin no es
inatacable. Hemos visto que juicios de valor particulares pueden basarse en razones y, en
este sentido, son racionales, en tanto que los juicios de valor generales deben tener un
elemento de racionalidad al ser generales. Sin embargo, de all no se sigue que debamos
adoptar una teora directamente racionalista con objeto de que los juicios morales
generales necesariamente sean ciertos, como las proposiciones matemticas. Tambin
esta posicin, tropieza con dificultades lgicas.
La teora racionalista considera que los valores son una especie de hechos, no hechos
conocidos por la experiencia del sentido o el sentimiento, sino hechos conocidos por el
entendimiento racional. El hecho de que nos doblen el brazo es doloroso, es algo que
sabemos por experiencia. El hecho de que el dolor es malo es, segn el racionalista, algo
que hemos de conocer por entendimiento racional. En bien del argumento, aceptemos
que la proposicin "El dolor es malo" enuncia un hecho. Entonces, qu? Deseamos
concluir que si el dolor es malo, no debemos causar dolor, y que debemos suprimirlo
cuando podamos. Pero, cmo podemos inferir que debemos hacer algo por el hecho de
que algo es tal? La inferencia sera falaz porque introducira en la conclusin un trmino
que no est contenido en las premisas. Comprense estos dos sencillos silogismos:
Todos los filsofos son chiflados. Scrates es un filsofo.
Por lo tanto: Scrates es un chiflado.
Todos los filsofos son chiflados.
Scrates es un filsofo.
Por lo tanto: Scrates tiene la nariz chata.
En el primer silogismo, que es lgicamente vlido (aunque se puede dudar de la verdad
de la primera premisa y, por tanto, de la conclusin), tanto el sujeto como el predicado de
la conclusin son trminos que tambin entran en las premisas. En cambio, en el segundo
silogismo, el predicado de la conclusin introduce un trmino, "narizchata", que no estaba
incluido en ninguna de las premisas. Por tanto, el silogismo es invlido, aunque la con-
clusin casualmente sea cierta. Ahora bien, el mismo tipo de falacia aparece en una
inferencia en que la cpula es (o "son") en las premisas va seguida por el distinto tipo de
cpula "debe" en la conclusin. Por ejemplo:
Todo dolor es (o: todos los estados dolorosos son) malo (s).
La inanicin es dolorosa.
Por lo tanto: Hay que aliviar la inanicin.
Sera una inferencia vlida si la conclusin fuera "La inanicin es mala", pero decir que
algo es bueno o malo no es lo mismo que decir que se debe producir o se debe suprimir.
Si decimos que X se debe producir o se debe hacer, implicamos que X no es el caso, no
es un hecho, ahora; estamos hablando acerca de la posibilidad, y de la urgencia, de hacer
que algo sea el caso, sea un hecho. Y si decimos que X se debe suprimir, estamos
hablando de la posibilidad de hacer que un hecho existente deje de ser. Un llamado a la
accin no puede ser simplemente una consecuencia lgica de enunciados de hecho.
Esta lnea de pensamiento nos lleva a una clase distinta de teora, el Prescriptivismo, que
se concentra en el carcter prctico del idioma de los valores. Decir "Debes irte a la
cama" no es exactamente una orden ("Vete a la cama"), pero se aproxima a una orden.
Es consejo, recomendacin, apremio. Los juicios de valor no son enunciados de lo que
ocurre; tampoco son simplemente expresiones de lo que siente el que habla. Son
exhortaciones al que escucha, y pretenden afectar la accin. Las antiguas teoras, tanto
subjetivistas como rectamente racionalistas, comparaban el juicio de valor con los
enunciados de hecho. La teora expresiva comparaba los juicios de valor con
exclamaciones. La teora prescriptiva compara los juicios de valor con rdenes.
Por lo que hace a la palabra "debe", sta parece bastante plausible y, en realidad, no es
nada nuevo. Kant, racionalista del siglo XVIII, habl de los juicios morales de "debe" como
"imperativos"; distingui entre, el "imperativo categrico" de la moral y los "imperativos
hipotticos" de la prudencia y la habilidad. Una teora ms antigua an (la del Derecho
Natural) comparaba los principios morales con leyes, que son rdenes generalizadas; y
en el Antiguo Testamento, los principios morales fundamentales son llamados
"Mandamientos" y se expresan en el modo imperativo ('"Honrars a tu padre y a tu
madre"; "No hurtars").
La teora prescriptiva, como ha sido planteada por el profesor Har, tambin toma en
cuenta ampliamente el carcter racional de las prescripciones morales. Har, resucitando
un elemento clave de la teora kantiana de la tica, ha subrayado un rasgo de
universalidad que, en su opinin, caracteriza todos los juicios de valor que contienen la
palabra "debe". Semejante juicio moral difiere de una orden propiamente dicha, afirma
Har, precisamente porque se le puede universalizar. Una orden va dirigida normalmente
a una persona o grupo en particular. Una prescripcin moral va ms all; aunque puede
decir directamente que una persona en particular est obligada a hacer esto o aquello,
implica que todos y cada uno, en una situacin exactamente igual, estaran igualmente
obligados.
Qu decir de los trminos de valor, aparte de "debe"? Los adjetivos "justo" e "injusto" se
Pueden amalgamar a "debe" y "no debe". Una accin justa es una que se debe hacer,
una accin injusta es una que no se debe hacer. Sin embargo, "bueno" y "malo" son un
tanto distintos. No tienen tan obvia fuerza descriptiva. Las palabras "justo" e "injusto",
como "debe" y "no debe", se aplican comnmente a acciones. "Bueno" y "malo" se aplican
comnmente a personas y cosas. Hablamos de un buen cuchillo, de un buen, automvil,
de un buen equipo de futbol, de un buen hombre. La teora prescriptiva sostiene que las
palabras "bueno" y "malo" no se emplean para hacer algo que se aproxime a una orden,
sino en cambio para recomendar y contra-recomendar, e interpreta esto como una re-
comendacin al elegir. Decir "Un Roveres un buen auto" es como decir "Si deseas un
auto, escoge un Rover." Cuando empleamos la palabra "bueno" presuponemos un
consenso general sobre las normas que deben aplicarse a la satisfaccin de unaclase
particular de deseo: para un cuchillo, filo; para un auto, una gama de cosas que incluyen
seguridad, economa y comodidad. Decir que un Rover es un buen auto es recomendar
su eleccin por la razn de que satisface las normas que casi todos tienen en mente
cuando piensan en un automvil. As, la versin de la teora prescriptiva admite a la vez el
carcter prctico y el carcter racional de la palabra "bueno".
Esto conviene bastante cuando hablamos de cosas que empleamos: automviles,
cuchillos, etc. Pero, conviene cuando llamamos buena a una persona? Supngase que
yo hablo acerca de mi amigo Juan, que ha sido tan servicial y bondadoso para conmigo y
para otros cuando estuvimos en dificultades. Puedo decir, resumiendo: "Es un hombre
realmente bueno". Con esta observacin no quiero decir: "Si desean un hombre, escojan
a Juan", como si estuviese dirigindome a alguien que anduviera en busca de marido.
Cuando alabamos a los seres humanos como moralmente buenos, no estamos hablando
de su uso ni de su funcin. Desde luego, podemos hablar acerca de los seres humanos
como buenos y a menudo lo hacemosen relacin con una funcin. Yo puedo decir de
un poltico que sera un buen primer ministro, como puedo decir de una pieza de pao que
servira para una buena vela mayor. Es considerable razonar que ambos enunciados
tienen el mismo tipo de significado: "Si se quiere un nuevo primer ministro (vela principal)
escojan a tal poltico (pieza de tela)" Tambin puedo emplear la expresin "hombre
bueno" en relacin con las funciones. Por ejemplo, si estamos seleccionando un equipo
de cricket, yo puedo decir "Juan Prez es un buen hombre", dando a entender con ello un
buen jugador de cricket, de modo que tambin aqu mi observacin se puede interpretar
como la recomendacin de escoger a Juan Prez para el equipo. Pero cuando hablamos
de bondad moral, cuando digo que Juan es un hombre bueno por causa de su bondad, mi
recomendacin no se refiere a una funcin y no puede interpretarse como el consejo de
escoger a Juan para una funcin.
Har trata la diferencia entre los sentidos funcional y moral de "bueno" tratando al
segundo como consejo para emulacin, no para eleccin: decir que Juan es un hombre
bueno es pedir a quienes nos escuchen que tomen a Juan como modelo para sus propias
acciones. Pero esta sugestin tiene sus dificultades. Podemos recomendar unos estilos
de vida moralmente distintos que no se combinan fcilmente entre s,' caso en el cual
nuestra recomendacin no puede ser bien interpretada como un consejo a todos para que
los tomen como modelos para imitarlos. Por ejemplo, podemos considerar moralmente
recomendables los esfuerzos de un Albert Schweitzer al dedicarse a la atencin mdica
de quienes sufran de lepra en un pas atrasado. Tambin podemos considerar
recomendables los esfuerzos de Winston Churchill al alentar a susconciudadanos y. a sus
aliados a mantener una larga guerra contra una monstruosa tirana. Pero casi es
imposible que una persona combine los dos estilos de vida, el de Schweitzer y el de
Churchill. Asimismo, yo puedo saber que algunas personas son constitucionalmente
incapaces de ser mdicos, pero ello no me impedira decirles, como a otros, que Albert
Schweitzer fue un hombre excepcionalmente bueno por lo que hizo con los leprosos. No
hay duda de que esto es interpretar en un sentido demasiado estrecho la idea de que
elogiar a Schweitzer es pedir a quienes nos escuchan que lo imiten: la imitacin puede
ser, sencillamente, de su preocupacin prctica por las personas necesitadas. Pero aun
reconociendo ello, me parece que la teora prescriptiva exagera la fuerza prctica de tal
recomendacin y descuida otro aspecto de ella.
Para ver cul es este otro aspecto, volvamos a uno de nuestros ejemplos anteriores.
Podemos hablar de un buen equipo de futbol, as como de un buen jugador. Un buen
jugador, como un buen automvil, se recomienda de acuerdo con su funcin, y el juicio de
que es un buen ejemplo de su especie puede, en algunas circunstancias (como cuando
nos dirigimos a alguien que est seleccionando un equipo de futbol), interpretarse en el
sentido de "si deseas otro miembro de tu equipo de ftbol, escoge a este jugador". Pero
en otras circunstancias, podemos llamar buen jugador a un hombre sin sugerir en lo ms
mnimo que quien nos escucha est seleccionando un equipo o pueda hacerlo en el
futuro. De manera similar, esto nopuede ser lo que signific cuando nuestros dos donados
al futbol convinieron, antes, en que Everton era un buen equipo. No pretendan de "Si
quieres un equipo de futbol, escoge al Everton No usamos equipos de futbol, como s
usamos automviles y cuchillos. Los seguimos y, si son buenos los admiramos. Si se nos
dice que Everton es buen equipo de futbol, o que su centro delantero es un buen jugador,
podemos suponer que esto implica que si queremos ver un partido de ftbol, debemos
escoger uno en que juegue Everton, especialmente con su centro delantero. Pero la
evaluacin de Everton o del centro delantero como buenos no consiste en dar consejo.
Antes bien, expresa admiracin.
Estos ejemplos son cuasi-estticos, y me parece a m que la evaluacin esttica es
expresin de sentimiento ms que de dar consejo. Sin embargo, tal expresin de
sentimiento no es como una exclamacin casi involuntaria, como lo sugiere la teora
expresiva. El sentimiento que refleja se basa, frecuentemente, en normas (un equipo de
futbol es admirado si es rpido, tiene un buen trabajo de conjunto y toma la iniciativa al
atacar), y cuando tal es el caso, el sentimiento es el, que, puedo yo esperar,
comparten otras muchas personas, aunque no necesariamente todas.
La antigua analoga entre tica y esttica no era completamente errnea. La evaluacin
moral de una persona tiene algo en comn con la evaluacin esttica, especialmente la
que se basa en normas. Decir que alguien es un hombre moralmente buenoes expresar
admiracin por l: por sus rasgos de carcter y hbitos de accin (es decir, porque posee
y practica virtudes como bondad, honradez, modestia, valor, etc.), y tambin es implicar
que nuestros sentimientos de admiracin sern compartidos por todos o por casi todos.
El fruto de esta discusin es que los juicios de valor difieren de los enunciados de hecho,
al pertenecer a modos pragmticos antes que descriptivos del lenguaje. No describen
el mundo; prescriben accin o expresan reaccin. Esto no es decir que sean irracionales o
no racionales. Si se aproximan los automviles y yo digo "No atravieses la calle ahora", mi
consejo es totalmente racional. Las prescripciones y evaluaciones que se basan en razo-
nes, y que pueden aplicarse generalmente a una clase de casos y a la mayora de las
personas, apropiadamente son llamadas racionales. No son como caprichos arbitrarios ni
corazonadas impredecibles.
A estas alturas, espero haber puesto en claro que el enfoque lingstico a los problemas
filosficos no es intil ni trivial. Cuando la teora subjetivista se limit a una simple
definicin de los trminos de valor, como si describera sentimientos de aprobacin, esto
fue, en realidad, trivializar la fuerza del naturalismo: Yo rechac la teora por motivo de
que sus implicaciones lgicas iban contra las implicaciones lgicas del uso normal de los
trminos de valor. Pero aun cuando tal era motivo suficiente para rechazar el subjetivismo
como teora del significado de los trminos de valor, nos dejaba con una sensacin de
incomodidad. El' naturalismo, como lo describimos en el captulo u, claramente tiene, una
fuerza persuasiva que no se disipa por la refutacin de una teora superficial como el
subjetivismo. La refutacin mostr que al hacer juicios morales no significamos ni
tratamos de declarar que tenemos ciertos sentimientos. No obstante, si se dice que
nuestro significado es objetivista, declarando que acciones y situaciones poseen en
realidad una calidad "no natural" o trascendental de justicia o bondad, por qu hemos de
suponer que tenemos derecho a decir tales cosas? Posiblemente se nos ha hecho, con
engao, emplear expresiones objetivistas que no tienen base alguna. Tal vez nuestros
pensamientos y modos de expresin ordinarios sean ilusorios. La fuerza de esta objecin
desaparece cuando decimos que no es posible defender de esta manera la teora
subjetivista, porque sta afirma revelarnos lo que queremos decir, no lo que tenemos
derecho a implicar. Hasta tal punto, los ejercicios lingsticos de la teora subjetivista son
realmente triviales.
La teora expresiva fue muy poco ms convincente, porque su versin de la funcin del
lenguaje evaluativo tambin era demasiado sencilla. Pero la teora expresiva s tena la
ventaja de apartarse del modo del lenguaje descriptivo, o enunciador de hechos, hacia un
modo ms pragmtico. Sin embargo, el objeto de semejante paso surge ms claramente
en la teora prescriptiva, que no slo se basa en la analoga del lenguaje imperativo sino
que tambin toma en cuenta el carcter racional de gran parte del lenguaje evaluativo.
Acepta los rasgos persuasivos tanto del racionalismo como del naturalismo; mientras evita
hasta un grado considerable (no dir que totalmente) las objeciones que se les hacen en
su forma tradicional. Ha logrado hacer este progreso porque, en gran parte, ha enfocado
el uso y las implicaciones lgicas del idioma.