El templo 17-14
17.3. EL TEMPLO CRISTIANO
17.3.1. CARACTERÍSTICAS ESPACIALES
17.3.1.1. LAS TRES DIMENSIONES DEL ESPACIO
EL EJE VERTICAL
En el eje cenit-nadir o alto-bajo, lo alto evoca lo bueno y ordenado a diferencia de lo bajo, asociado
a lo malo y caótico. En algunas culturas se identifica el cenit como el punto que comunica el mundo
temporal en el que vivimos con la eternidad, suponiendo que confluyen en ese lugar las dimensiones del
espacio y del tiempo.
En la perspectiva mesopotámica, en los frisos en los que se representaban los reyes y las divinida-
des, lo alto se identificaba con lo lejano intentando simbolizar así que era inalcanzable.
(…) W141-255: Persépolis / c.480 aC / Perspectiva mesopotámica
EL EJE LONGITUDINAL
Señala la trayectoria del camino a seguir.
EL EJE TRANSVERSAL (DERECHA-IZQUIERDA)
Este eje izquierda-derecha está polarizado. La izquierda está relacionada con lo inconsciente, el pa-
sado, lo reprimido, lo anormal, lo ilegítimo y lo lunar. La derecha con lo consciente, el futuro, lo abierto,
lo normal, lo legítimo y lo solar. Por eso el sol y el ojo derecho corresponden al futuro; la luna y el ojo
izquierdo al pasado y el ojo central de Shiva (o de Dios) al presente.
En general podemos decir que la derecha tiene connotaciones positivas y la izquierda negativas. A
comienzos del s.XX se suponía que a nuestra derecha nos acompañaba un ángel y a la izquierda un
demonio, y antes del concilio Vaticano II (1962) se recomendaba a los sacerdotes que dieran el primer
paso para subir al altar con el pie derecho.
Desde la antigüedad se consideraba un privilegio estar situado a la derecha de una persona impor-
tante, idea que se refleja en el arte, como en la conocida escena del Juicio Final en la que los justos
están situados a la derecha de Dios, o el Buen y el Mal Ladrón en la escena de la Crucifixión.
17.3.1.2. LAS TRES DIMENSIONES DEL TEMPLO CRISTIANO
EL EJE VERTICAL DEL TEMPLO
La línea vertical es la dirección del cielo. Hacia lo alto se alzan los ojos y los brazos para orar y des-
de lo alto desciende la bendición divina. En algunos edificios un detalle ornamental hace resaltar esta
ascensión espiritual rematando la cúpula del crucero con un pináculo que materializa el eje de la bóveda
y que penetra en el cosmos. Gracias a esa cúpula, realzada a veces por un cimborrio, el conjunto cobra
altura y se identifica con la Montaña cósmica que es el prototipo del templo divino. Este aspecto se ma-
nifiesta claramente en la iglesia griega, la iglesia románica, y sobre todo en la iglesia rusa.
Y la esfera celeste, simbolizada por la bóveda del ábside, protege el lugar más sagrado del templo,
que se corresponde con el Santo de los Santos.
EL EJE VERTICAL DETERMINA UN OMPHALOS
En el rito fundacional de una iglesia, la primera operación consistía en
trazar sobre el terreno un gran círculo rector a partir de un centro señalado
por un palo, que representará el futuro eje vertical del edificio y será consi-
derado el centro del mundo, es decir, un omphalos.
En el ábside de la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén existe un
omphalos parecido al de Delfos, posiblemente haciéndose eco de la opinión
de san Cirilo de Jerusalén que consideraba que el lugar en el que Cristo
murió y resucitó es el omphalos del mundo redimido. [Hani 30]
Los ejes del templo al formar una cruz orientada y otra vertical, sacrali-
zan el espacio circundante. El templo es el omphalos de la ciudad, la cate-
dral lo es de la diócesis, la primada de la nación, y la basílica papal del universo.
W138-031: Jerusalén. Igl. del
Santo Sepulcro. Omphalos
El templo 17-15
Y este omphalos constituye la puerta del cielo como se pone de manifiesto al consagrar una iglesia
repitiendo las palabras de Jacob: ¡Cuan venerado es este lugar! ¡No es sino la casa de Elohim y ésta es
la puerta del cielo! [Gn 28:17]
EL EJE HORIZONTAL ESTE-OESTE
La nave del templo cristiano se extiende a lo largo de un eje este-oeste. La puerta está situada en el
lado este, el lugar en el que se pone el sol y que simboliza el país de los muertos. Al entrar en el tem-
plo, este eje marcará el camino que sigue el fiel desde la entrada (oscuridad) hasta el encuentro con
Dios en la cabecera, lugar por donde sale el sol. La nave será entonces el camino de la salvación, que
nos conducirá a la tierra de los vivos, a la ciudad de los Santos donde brilla el Sol divino.
LA CRUZ DE TRES DIMENSIONES
Estos tres ejes forman una cruz de tres dimensiones con sus
brazos orientados siguiendo las seis direcciones del espacio (los
cuatro puntos cardinales, el cenit y el nadir), que confluyen como
diría Clemente de Alejandría en el corazón de Dios, que dirigiendo
su mirada hacia esas seis extensiones… consuma la obra del mun-
do. Él es el principio y el fin… y de Él reciben su extensión indefini-
da: éste es el secreto del número siete.
Por este motivo se considera que la cruz de tres dimensiones
resume todo el espacio del universo, que mana de Dios y retorna a Él.
17.3.1.3. EL ALTAR COMO CIMA DE LA MONTAÑA SAGRADA
LAS GRADAS DEL ALTAR
Las gradas, que son un requisito indispensable para la erección de un altar, sirven para recordar que
el altar se levanta sobre la Montaña Santa.
Se podría objetar que las gradas y el estrado se colocan simplemente para que los asistentes vean
mejor la celebración, pero la liturgia no deja lugar a la duda, indicando expresamente que el altar está
situado sobre el monte Sión, al que se refiere el sacerdote cuando recita el salmo que cantaban los is-
raelitas al subir al templo: envíame tu luz y tu verdad, que me guiarán y me conducirán a tu montaña y
a tus moradas… Entonces llegaré al Altar del Señor, a ‘El que es mi alegría. [Salm 43:3]
Pero existe una segunda razón y es que el altar en el que se celebra el sacrificio del Mesías, se alza
sobre la nueva montaña Santa, el Gólgota. De esta forma cuando el sacerdote sube al altar, sube a la
Montaña de la Salvación y se dispone, en el centro y en la cima del mundo, a renovar el sacrificio que
ha de salvarnos.
Dice Guillermo Durando (†1296) que los escalones del altar recuerdan los quince escalones que condu-
cían al templo de Salomón que se subían cantando los quince salmos de los peldaños [Salm 120-134] que
simbolizaban las quince virtudes que llevaban al cielo. Por eso añade, sus escalones indican claramente
el progreso en las virtudes por las que subimos al cielo según dice el salmista: ellos suben de virtud en
virtud. Posiblemente a causa del número de escalones del templo hebraico, es por lo que el número de
peldaños del altar es obligatoriamente impar.
Las gradas del altar simbolizan al monte Sión o al Gólgota, y forman parte del eje del mundo donde
se comunican cielos, tierra e infiernos. Recordemos que el sacerdote inicia la misa diciendo: Subiré al
altar del Señor, que es contestado por los fieles: al Dios que es mi alegría.22
22 Missale Romanum. Orationes sub infimum gradum altaris
W09C-021: Cardona / c.1040 1209-C70: Luna, Igl.Santiago W138-087: Londres, Westminster
El templo 17-16
SITUACIÓN DEL TEMPLO EN UN LUGAR ELEVADO
En el cristianismo, la morada de Dios se sitúa en el lugar
más alto del cielo y por eso Dios es llamado "El Altísimo".
Esta asociación de lo bueno y espiritual con lo elevado, acon-
seja que la construcción del templo deba hacerse en un lugar
elevado y que sus torres destaquen sobre otras construccio-
nes.
Dice la Biblia que al final de sus días, cuando David huía
de Jerusalén, llegó a la cumbre donde se solía adorar a
Elohim. [2Sam 15:32]
(…) W191-174: Peña de Francia
(…) W191-176: Pico Sacro
OTROS ELEMENTOS NATURALES EN EL TEMPLO CRISTIANO
(…) W191-099: Covadonga
(…) W191-111: Castellón. Santuario de Nuestra Señora de la Cueva Santa
(…) W191-113: S.Andrés de Teixido. Coruña / Fuente del Santo
(…) W191-114: O Corpiño. Pontevedra / Santuario construido encima de un manantial
(…) W191-115: Pastoriza. Coruña / Cueva que una estrella señaló y en la que apareció una imagen de la Virgen
(…) W191-116: Pastoriza. Coruña / Fuente del santuario
17.3.2. EL TEMPLO CRISTIANO EN SINTONÍA CON LA DIVINIDAD Y EL COSMOS
17.3.2.1. DIOS GRAN ARQUITECTO. EL TEMPLO LEGITIMADO POR LA DIVINIDAD
EL ACATAMIENTO DE LAS ÓRDENES DIVINAS
En el pensamiento tradicional, el proyecto del templo no lo hace un arquitecto, sino que es realizado
por el mismo Dios, que se lo comunica directamente al monarca o lo hace valiéndose de un profeta. De
esta forma queda así legitimada la construcción del templo como acatamiento al mandato directo de la
divinidad. Este es el caso del templo nómada hebraico.
DIOS PROYECTISTA DEL TEMPLO
El papel de dios arquitecto resulta evidente cuando David informa a su hijo Salomón que Yahveh le
ha elegido para construir una casa como santuario, dándole el proyecto del pórtico del Templo, sus edi-
ficios, sus almacenes, sus aposentos superiores, sus habitaciones interiores y el lugar del propiciatorio,
también el plan de cuanto tenía en su imaginación respecto a los atrios de la Casa de Yahveh, a todas
las cámaras de alrededor para los tesoros… y a todos los objetos referentes al culto de dicha Casa.[1 Cro
28:10-13]
En el Libro de Ezequiel, un ángel arquitecto (con caña de medir) describe y da las medidas del tem-
plo que se ha de edificar. [Ez 40-42] Tras esto, Yahveh dice a Ezequiel: Y tú, hijo de hombre, describe a los
de la casa de Israel el Templo… y dibujarás la Casa y su disposición, sus salidas y sus entradas y toda
su forma. [Ez 43:10-11]
DIOS PROYECTISTA DE OTRAS CONSTRUCCIONES
Este proceso se repite en otras obras inspi-
radas por Dios, como el arca de Noé, que fue
construida de acuerdo a sus instrucciones, [Gn 6]
el libro del Apocalipsis redactado por Juan si-
guiendo el dictado de un ángel, San Gregorio
recibiendo la inspiración de un ave, el plano del
Castillo interior que recibe Teresa de Ávila en
una visión, o los iconos de Cristo y la Virgen
confeccionados sin participación humana, como
el Mandylion de Edesa del que se encuentran
copias en varias catedrales europeas.
0910-732: Le Puy,
Aiguilhe
0307-272: Segovia,
S.Esteban
W138-131: Moscú / c.1100 /
Copia en tabla del Mandylion
STIC-116a: Vaticano / 1119 / El
monarca comunica al operario
las instrucciones divinas
El templo 17-17
17.3.2.2. SINTONÍA CON EL COSMOS Y ORIENTACIÓN RITUAL DEL TEMPLO
LA FUNDACIÓN DEL TEMPLO
La fundación del edificio comienza determinando su orientación para establecer así una vinculación
entre el orden cósmico y el orden terrestre. El método tradicional, propuesto por Vitruvio (†15 aC) y utili-
zado en Occidente hasta el fin de la Edad Media, consiste en orientar los cimientos del edificio con un
gnomon para localizar las direcciones norte-sur (cardo) y este-oeste (decumanus). Para ello, en el cen-
tro del emplazamiento escogido se levanta un palo, alrededor del cual se traza un gran círculo y se ob-
serva la sombra que se proyecta sobre ese círculo; la separación máxima entre la sombra de la mañana
y la de la tarde indica el eje este-oeste.
LA ORIENTACIÓN HACIA UN CENTRO DEL MUNDO
Es la que siguen los judíos y los musulmanes orientando sus templos y oraciones hacia Jerusalén o
hacia La Meca.
El Talmud judío dice que para rezar correctamente los que estén fuera de Israel deberán mirar hacia
tierra de Israel… El que reside en Israel debe mirar hacia Jerusalén… el que se encuentre en Jerusalén
debe mirar hacia el templo… el que se encuentre en el templo debe mirar hacia el Sancta Santorum… y
el que está en el Sancta Santorum, hacia el Arca de la Alianza. [T.B.Berakhot 30a]
LA ORIENTACIÓN HACIA EL ESTE
Casi todos los templos cristianos están “orientados”, es decir, con su cabecera mirando hacia orien-
te, intentando sintonizar el orden celeste con el orden terrestre, lo divino con lo humano, reflejando así
todo el orden del cosmos en el templo.
Las basílicas más antiguas no estaban orientadas, como San Juan de Letrán o San Pedro del Vati-
cano, pero en el año 372 las Constituciones Apostólicas impusieron la orientación del templo, y este
criterio se mantuvo incluso en las iglesias rupestres del s.VII y continuó vigente hasta el concilio de
Trento en el s.XVII.
(…) W138-091: Vaticano, S.Pedro / La basílica no está orientada
(…) W138-083: Leyre
(…) W172-393: Jordania / Mezquita abierta
JUSTIFICACIÓN PATRÍSTICA DE LA ORIENTACIÓN
La Didascalia Apostolorum, (c.230) que hasta hace poco se supuso escrita por los apóstoles, dice que
es obligatorio orar mirando hacia el este, pues es conocido que está escrito: Cantad a Dios23 que cabal-
ga sobre los cielos de los cielos hacia el Oriente.24
Orígenes (†254) escribe en su Tratado de la Oración que dado que hay cuatro puntos cardinales…
¿quién no reconocería enseguida que el Oriente manifiesta evidentemente que debemos orar hacia ese
lado… mirando hacia la aparición de la verdadera Luz?
En la casa de un mártir del cristianismo primitivo llamado Hiparco (c.300) había un oratorio con una
cruz pintada en su pared oriental que era dónde oraba siete veces al día con el rostro vuelto hacia el
Oriente.25
San Agustín, por su parte, dice que cuando estamos de pie para orar, nos volvemos hacia el Oriente,
que es desde donde sube el sol, pues el sol saliendo por el Oriente es el símbolo de Cristo, que es lla-
23 El Salmo realmente dice: Cantad a Elohim, ¡oh reinos de la tierra!, ¡celebrad a Adonay!, que cabalga… [Sal 67+1:34] 24 Didascalia Apostolorum C12 25 Butler's Lives of the Saints Seven Martyrs at Samosata. Alban Butler fue un sacerdote católico que publicó entre 1756 y 1759 cua-
tro extensos volúmenes con la vida de los santos
1109-B19a: Roma, S.Pablo Extramuros W095-184: Vezelay / Solsticio de verano W12B-007: Carboeiro
El templo 17-18
mado Sol de Justicia y Oriente, de acuerdo con el profeta Zacarías que escribe: Yo haré venir a Mi servi-
dor Oriente. [Zac 3:8 (v.LXX)]
Los teólogos del primer milenio dedicaron muchos escritos a justificar la orientación del templo. Un
resumen de los argumentos utilizados durante ese período lo realiza Tomás de Aquino: (†1274) Adoramos
vueltos hacia Oriente. En primer lugar, por el indicio de la majestad divina que se manifiesta en el mo-
vimiento del cielo desde el Oriente. En segundo lugar, por hallarse el Paraíso situado al Oriente como si
buscásemos volver de nuevo a él. En tercer lugar, por Cristo, que es la luz del mundo, recibe el nombre
de Oriente, y asciende sobre los cielos de los cielos hacia el Oriente; e incluso se espera que vendrá de
Oriente, según Mateo: Como sale el relámpago del Oriente y brilla hasta el Occidente, así será la llegada
del Hijo del hombre. [S.Th. II-II Q84, Art.3 Ad.3]
Esta orientación ritual sobrepasa el ámbito eclesiástico, pues en el siglo XII, el romance de Tristán e
Isolda relata que cuando ella se encuentra ante el cadáver de Tristán, se vuelve hacia el Oriente y ora
por él con gran piedad.
17.3.2.3. EL TEMPLO COMO IMAGEN DEL MUNDO
En el ámbito del cristianismo citaremos a san Máximo Confesor (†662) que al consagrar Santa Sofía en
Edesa dice que es cosa verdaderamente admirable que en su pequeño tamaño (este templo) sea seme-
jante al vasto mundo; o la del Doctor de la Iglesia Pedro Damián (†1072) que afirma que el templo es la
imagen del mundo y este mundo es sagrado al haber sido creado por Dios.
Y estas afirmaciones se corroboran en los muros y los pilares del templo, en donde están represen-
tados la tierra y el sol, los animales y las plantas, los trabajos del hombre, la historia natural y la histo-
ria sagrada, y tanto es así, que en algún caso se ha llegado a comparar su decoración con una gran
enciclopedia visual.
17.3.2.4. ARMONÍAS GEOMÉTRICAS Y NUMERALES
ARQUITECTURA Y GEOMETRÍA
El diseñador de un edificio sagrado creía que debía imitar al Gran Arquitecto del
Universo, ordenando la materia e impregnándola de armonía. Y para eso, debía co-
nocer las bases de la geometría, que hasta el s.XV era considerada una ciencia sa-
grada y base de la arquitectura. En el s.IV Agustín de Hipona extiende la armonía de
las proporciones geométricas a la música, afirmando que la música y la arquitectura
son hermanas, ambas hijas del Número y espejos de la armonía eterna. [De Música]
La estructura matemática de la materia se ha aceptado desde tiempos antiguos.
Todo está dispuesto según el Número, decía Pitágoras (c.495 aC) en un discurso sacro
citado por Jámblico. El matemático neopitagórico Nicómaco de Gerasa (†c.120) afirma-
ba que todo lo que la Naturaleza ha dispuesto sistemáticamente en el Universo pare-
ce… haber sido determinado y ordenado de acuerdo con el Número… preexistente en
el espíritu del Dios… de modo que con el Número… fueron creadas todas esas cosas, el tiempo, el mo-
vimiento, los astros y todos los ciclos de todas las cosas.
Y más recientemente el papa Pio XI (†1939) decía: resplandece la divina belleza… porque una matemá-
tica, una divina combinación de los números, rige sus movimientos, pues la Escritura nos dice que Dios
lo creo todo con número, peso y medida.
LA BELLEZA DE LAS FORMAS RECTAS Y CIRCULARES
Pero el templo, además de ser la imagen del mundo, reproduce también la estructura íntima y ma-
temática del universo, y en ello reside el origen de su belleza. Pues la belleza de las formas, dice Platón
en sus Diálogos,26 no es la de los cuerpos hermosos o bellas pinturas; sino que son bellas las formas
rectas y circulares… trabajadas a torno, así como las hechas con regla y con escuadra, porque no son
como las otras, bellas por comparación, sino que son siempre bellas en sí mismas.
El círculo y el cuadrado son símbolos primordiales. El círculo o la esfera al ser formas que no tienen
principio ni fin, representan la unidad ilimitada de Dios, su infinitud y su perfección. Y el cuadrado o el
cubo, que es la forma habitual de un cimiento, es la imagen de su inmutabilidad. Pero además estos
26 Filebo o del placer. http://www.filosofia.org/cla/pla/azc03019.htm
W097-388: Autun /
c.1160 / La Geo-
metría
El templo 17-19
símbolos resumen toda la naturaleza creada: el círculo es la forma del cielo que rige la vida en la tierra,
representada por un cuadrado porque la tierra es inmóvil y pasiva y se ofrece a la actividad del cielo.
(…) 1109-G88, W139-032: Roma, Panteón / Su cúpula encaja en una esfera
LA CUADRATURA DEL CÍRCULO EN EL CRISTIANISMO
En el Libro del Apocalipsis, un ángel le muestra a Juan la ciudad Santa de Jerusalén que descendía
del cielo del lado de Dios, [Ap 21:16] y describe que la ciudad es cuadrada. [Ap 21:10] Estos textos podrían
sugerir que el cielo circular, rodeado de los doce signos del zodíaco, se cristaliza en una tierra cuadrada
flanqueada por doce puertas. Y en esto se basa la arquitectura sagrada, en la transformación del círculo
en un cuadrado, lo que tradicionalmente se conoce como la cuadratura del círculo.
Esta relación del círculo con el cuadrado o de la esfera con el cubo, es realmente el fundamento de
la arquitectura sagrada, ya que todo el edificio se reduce al esquema de la cúpula y el cubo. La cúpula o
bóveda, remata el cubo de la nave como el cielo físico se asienta sobre la tierra y ésta es la razón por-
que antiguamente la mayoría de las bóvedas eran pintadas de azul y consteladas de estrellas.
El edificio sagrado se parece pues a una variación sinfónica del mismo tema arquitectural, repitién-
dose, sumándose indefinidamente, para recordar el simbolismo fundamental del templo: la unión del
cielo y la tierra, el tabernáculo de Dios entre los hombres. Y así lo expresó san Máximo el Confesor (†662)
en su poema sobre Santa Sofía de Edesa: He aquí que su techado se extiende como los cielos: sin co-
lumnas, abovedado y cerrado; y además, está adornado con mosaicos de oro como lo está el firmamen-
to con estrellas brillantes… Sus arcos, amplios y espléndidos, representan los cuatro costados del mun-
do.
Sin embargo, este simbolismo, en Occidente, resulta un poco forzado, ya que las plantas de las igle-
sias suelen ser casi siempre rectangulares, circunstancia que se soslayar argumentando sin mucha con-
sistencia que el cuadrado es una variedad de rectángulo.
LA PROPORCIÓN AUREA
Tuvo que pasar casi un milenio para que el cristianismo volviera a
beber de las fuentes clásicas y reconociera la armonía de las formas en
la proporción aurea.
LAS RELACIONES GEMÁTRICAS
Pero además, algunos edificios religiosos estaban construidos según
relaciones gemátricas, es decir que sus medidas venían dadas por el
valor numérico de nombres divinos hebreos o griegos. Y así, desde ese
punto de vista, el templo era también el reflejo petrificado de un nombre
divino.
W111-111: Ravena, M. di Galla
Placidia / c.430
0408-322: Cozuelos, Sta. Eu-
femia
Cielo-tierra W06C-018: Santiago, Catedral
0506-941: S.Salvador de Cantamuda 0409-139: Castañeda 0701-104: Mezonzo
W138-116: Paris. Notre Dame /
c.1225
El templo 17-20
17.3.3. EL TEMPLO CRISTIANO EN LA TIERRA
17.3.3.1. LA MORADA DE DIOS EN LA TIERRA
EL TABERNÁCULO NÓMADA HEBREO
Los diferentes santuarios del Antiguo Testamento fueron edificados de acuerdo con las instrucciones
dictadas por Dios. Este es el caso de Yahveh cuando le dice a Moisés: Hacedme un santuario para que
yo habite entre vosotros. El santuario y todo su mobiliario deberán ser una réplica exacta del modelo
que yo te mostraré. [Ex 25:8-9] Incluso los orfebres del Arca de la Alianza fueron elegidos por Yahveh que
los había henchido… en sabiduría, inteligencia y ciencia… para ejecutar toda clase de obras de arte. [Ex
35:30-35]
En una oración del Libro de Sabiduría dice Salomón: Me dijiste que edificara un templo en tu monte
santo, y un altar en la ciudad en la que moras, copia de la tienda santa que preparaste de antemano
desde el principio. [Sab 9:8]
LA JERUSALÉN CELESTE DEL NUEVO TESTAMENTO
La Jerusalén Celeste es la ciudad simbólica en la que vive Dios en las alturas y que es el modelo a
imitar a la hora de construir un templo.
Por influencia del Apocalipsis en los primeros siglos del cristianismo, la Jerusalén celeste (ciudad ce-
lestial) se contrapone a Roma o Babilonia como ciudades terrenas y representativas del mal.
(…) 0503-056: Silos
(…) 0605-075: Avila, S.Vicente
W12A-183 W139-017: Israel. Timna Park W12A-179
ROLF-014: Holanda / c.1175 / La
Jerusalén terrestre
ESCA-222v: New York,
P.Morgan / c.960
0505-484: Argando-
ña
0402-216: Armen-
tia, S.Prudencio
0410-021: Sala-
manca, Catedral
El templo 17-21
EL TEMPLO COMO COPIA DE LA JERUSALÉN CELESTE
El templo cristiano es una continuación, con algunas diferencias por
supuesto, del templo de los judíos. En su Historia de la Iglesia, Eusebio
(†339) escribe un panegírico al obispo de Tiro que construyó un templo
magnífico al Altísimo, siguiendo el modelo de un templo más perfecto e
invisible. [L10 C4:26] El edificio fue levantado con todos los detalles que los
santos oráculos habían mencionado, [L10 C43] por lo que afirma que el Ver-
bo… ha hecho en la tierra una copia de las cosas que descansan sobre la
bóveda de los cielos… de la llamada Jerusalén Celeste, del monte Sión y
de la Ciudad del Dios vivo. [L10 C4:69-70] Este documento es interesante
porque nos muestra que la concepción del templo en el cristianismo pri-
mitivo coincide con la del Antiguo Testamento en donde el templo es
considerado como un reflejo de un modelo celeste, la Jerusalén Celeste
que nos ha transmitido Juan en el Apocalipsis, y cuyas dimensiones son calculadas por un ángel arqui-
tecto gracias a una caña de oro,27 en un relato similar al de Ezequiel.
Sin embargo, en la actualidad existe una cierta tendencia a considerar el templo como un espacio de
abrigo y refugio para la comunidad de fieles, desvinculándolo del templo hebreo y perdiendo el carácter
celeste y sagrado que tendría la morada de la divinidad en la tierra.
17.3.3.2. EL TEMPLO COMO NAVE HACIA EL MAS ALLÁ
Se inicia la construcción de un templo poniéndolo bajo la advocación de alguna persona considerada
santa por la Iglesia, y de la que se posee alguna reliquia. Y de esta forma el templo será el monumento
funerario destinado a albergarla.
El templo tiene una significación simbólica que lo conecta con el mundo celestial y que explica el de-
seo medieval de hacerse enterrar en las cercanías del altar, al suponerse que de esa forma el proceso
de ascensión al cielo es más rápido. Gonzalo de Berceo cuenta, en uno de los Milagros de Santa María,
el caso de un clérigo de vida disipada que se salva de ir al purgatorio al ordenar la Virgen que en vez de
ser enterrado en medio de la quintana se le entierre cerca de un lugar santo para garantizar así su sal-
vación.
Por eso el templo se utiliza como cementerio de fieles, y cuanto más importante es el difunto más
cerca del altar se le entierra. Ser enterrado en el templo o en sus cercanías se considera un gran privi-
legio ya que el templo se asimila con una nave de salvación.
Las sepulturas mantienen la orientación oeste-este para que el difunto al incorporarse el día del Jui-
cio Final lo haga mirando hacia el Oriente, la dirección por la que aparecerá Cristo-Sol.
(…) 1310-010: Guimaraes, S.Miguel do Castelo
CRIPTA
Bajo el altar, la cripta, también llamada “iglesia inferior”, es una zona misteriosa del templo que co-
munica con el Abismo y con la Madre Tierra.
La cripta se dedica a veces a Santa Quiteria, cristianización de la diosa Hékate Trivia, de tres cabe-
zas, señora de los hechizos y guardiana de los cementerios.
27 El ángel que hablaba conmigo tenía una caña de oro… para medir la ciudad, sus puertas y su muralla… Y midió la ciudad con la
caña: hasta 12000 estadios; su longitud, su anchura y su altura eran idénticas. Y midió su muralla 144 codos. [Ap 21:15-17]
BART-239a / Beato Seo Urgel / El
arco del templo y el cielo, como
morada de ángeles, se confunden
W097-523: Conques 0606-114: S.Juan de Isil 0308-891: Cereixo
El templo 17-22
(…) 1009-822: Gargilesse ¡!
(…) 1009-134: St-Aignan-sur-Cher
(…) 1009-739: St-Savin-sur-Gartempe
(…) 1008-932: Tournus
(…) W118-581: Tavant
17.3.3.3. EL TEMPLO EN SINTONÍA CON EL PODER
(…) W191-147: Tui, Catedral
17.3.4. LA CROQUETA PATRÍSTICA
17.3.4.1. EL TEMPLO COMO CUERPO DE CRISTO Y DEL HOMBRE
EL TEMPLO COMO CUERPO DE CRISTO
Cristo ha afirmado muy claramente que su cuerpo es un templo, o más bien, el Templo. Jesús dijo:
destruid este templo y en tres días lo levantaré. Replicaron los judíos: cuarenta y seis años se han em-
pleado en edificar este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? Pero Él hablaba del templo de su
Cuerpo. [Jn 2:19-21]
Honorio de Autun, en su Espejo del Mundo, establece las correspondencias siguientes: el coro repre-
senta la cabeza de Cristo; la nave el cuerpo propiamente dicho; el crucero los brazos; y el altar mayor
el corazón, es decir el centro del ser.
EL TEMPLO COMO MORADA DE LA DIVINIDAD
Pero el templo al ser el cuerpo de Cristo, también será morada de su divinidad como afirman varios
textos. En Él habita corporalmente la plenitud de la Divinidad. [Col 2:9] Porque el Verbo se hizo carne y
habitó entre nosotros. [Jn 1:14]
EL TEMPLO COMO CUERPO DEL HOMBRE
Guillermo Durando (†1296) escribe que la disposición del templo representa el cuerpo humano, pues…
donde está el altar representa la cabeza, el crucero son los brazos y las manos y… la otra parte que se
extiende desde el Occidente es el resto del cuerpo. Y como ocurre en el hombre que tiene la cabeza
separada del cuerpo, la parte noble del templo, el santuario, se reserva para la jerarquía eclesiástica
que constituye la parte pensante de la comunidad, mientras que la parte inferior se deja para el pueblo.
0906-351: Saintes, St-Eutrope / s.XI 1309-664: Palencia, Catedral 1209-C70: Luna, Igl.Santiago
W192-005: Cardona / c.1025 W12A-245: Loarre, Castillo de W191-148: Tui, Catedral
El templo 17-23
EL TEMPLO Y LA ARMONÍA DEL UNIVERSO
Si el templo se asimila al cuerpo del hombre, y el hombre es a su vez un reflejo del universo, el
templo debe estar en consonancia con el universo.
Por ese motivo la cultura clásica dedujo a partir de la armonía del cuerpo humano la armonía del
universo, utilizando las proporciones del cuerpo humano como canon en la arquitectura. Si la naturaleza
ha compuesto el cuerpo del hombre de tal forma que cada miembro guarda una proporción con el todo,
no es sin motivo que los antiguos quisieran que en sus obras, la misma relación de las partes con el
todo fuera exactamente observada. Pero entre todas las obras de las que regularon las medidas, cuida-
ron principalmente de los templos de los dioses. [Vitruvio 3:1]
Pero si el hombre es un templo, debe construirse a su semejanza, es decir, con cabeza, brazos,
cuerpo (nave) y pies, de acuerdo con Pablo que les dice a los Corintios: ¿No sabéis que sois templo de
Dios? [1Cor 3:16]
17.3.4.2. LA DIVINIDAD COMO PIEDRA
LA PIEDRA FUNDAMENTAL, LAS PIEDRAS DE FUNDACIÓN Y LA PIEDRA ANGULAR
La piedra fundamental es la que se encuentra en el centro de la base del edificio y su emplazamien-
to corresponde al del altar. Esto sólo se cumple en las iglesias de planta circular. En los restantes casos
se sitúa bajo el arco triunfal o en el centro del ábside principal.
Las piedras de fundación son las piedras que delimitan el edificio y que se colocan en sus cuatro es-
quinas para servir de referencia. La de la esquina noroeste es considerada como la más importante.
La piedra angular o piedra de remate es la que está colocada como clave del arco y por lo tanto so-
bre la piedra fundamental. Esta piedra tiene una forma especial y sólo encaja en un lugar determinado
del templo. Se decía en la Edad Media que sólo los verdaderos constructores, los que saben utilizar la
escuadra y el compás para pasar del cuadrado al círculo, o de la tierra al cielo, conocen el lugar donde
debe ser colocada.
LA PATRÍSTICA Y LAS PIEDRAS CRÍSTICAS
Dice san Agustín: Cristo es a la vez el fundamento, pues es él quien nos gobierna, y la piedra angu-
lar, pues es él quien nos reúne.
La construcción del edificio místico de la Iglesia comienza con la venida de Cristo a la tierra para co-
locarse como la primera piedra, sobre la que Simón Pedro y sus sucesores continuarán edificando el
templo, que se completará al Final de los Tiempos cuando Cristo se coloque como piedra angular. En-
tonces, todo el edificio experimentará una transmutación en la que las piedras se volverán preciosas y
resplandecientes tal como escribió Epifanio de Salamina: (†403) Oh paraíso del Gran Arquitecto, ciudad
del Rey santo… tu irradias y brillas como la aurora.
La piedra fundamental, denominada a menudo la piedra caída del cielo, se ha asociado a Cristo tras
forzar la interpretación de dos textos bíblicos: la piedra desprendida de la montaña que hizo pedazos al
coloso con pies de barro [Dan 2:45] y la afirmación de Jesús: Yo soy el pan que bajó del cielo. [Jn 6:41]
Pero en las tradiciones místicas, la piedra ha de subir al cielo. De hecho la piedra que ha subido es la
piedra angular, la clave del arco que es la puerta del cielo, como la cima de la escala de Jacob. Podemos
decir por lo tanto, que la piedra angular representa a Dios Padre, que reside en el cielo, mientras que la
piedra fundamental representa a Cristo que ha bajado a la tierra. De esta forma el eje que une las dos
piedras crísticas es la vía de salvación que conduce al cielo. Y este eje se considera que es el eje del
mundo, y teológicamente el camino, tal como dijo el propio Cristo: Yo soy el camino.
CRISTO COMO PIEDRA
A primera vista puede parecer sorprendente que Cristo sea representado por una piedra, pero no
hay que olvidar que la piedra ha sido un símbolo para representar la divinidad en todos los países y en
todos los tiempos.
David en sus últimas palabras dice: Ha dicho el Dios de Jacob, me ha hablado la Roca de Israel. [2Sam
23:3] Decía el apóstol Pablo: Nuestros antepasados… comieron el mismo alimento espiritual y tomaron la
misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo. [1Cor
10:1-4] Estos párrafos de Pablo lo relacionan con la tradición hebraica que asimila a Yahveh con la roca
de la que los israelitas decían haber salido: Abandonaste a la roca que te engendró y diste al olvido al
Dios poderoso. [Dt 32:18] Considerad la roca de que habéis sido tallados, la cantera que habéis sido saca-
dos. [Is 51:1] Este simbolismo de la piedra se vuelve a repetir en otros textos bíblicos: Yo he puesto en
El templo 17-24
Sión por fundamento una piedra, piedra probada, piedra angular, de precio, sólidamente asentada. El
que creyera en ella no será confundido, [Is 28:16] texto que posteriormente se aplicará a San Pedro [1Ped
2:5-6] y a San Pablo. [Rom 9:33]
Si Cristo es la roca de la que brotó el agua de inmortalidad, es que Dios es también el centro del
mundo, el eje universal sobre el que están situadas las piedras de Jacob, la piedra angular y la piedra
fundamental.
17.3.4.3. EL TEMPLO COMO REPRESENTACIÓN DE LA IGLESIA
LA IGLESIA COMO CUERPO MÍSTICO DE CRISTO
Corpus Mysticum o Cuerpo Místico de Cristo es el nombre que los teólogos cristianos han dado a la
congregación de los creyentes, es decir, a la Iglesia fundada por Cristo. San Pablo llama Cuerpo de Cris-
to a la Iglesia, [1Cor 12:12-14] y los teólogos le añadieron la palabra místico para diferenciarlo de su pre-
sencia en la eucaristía.
La Iglesia Católica cree que sus fieles forman ese cuerpo único, místico, inquebrantable y divino, cu-
ya cabeza invisible es el propio Cristo y la cabeza visible o terrenal es el Papa. Y esta creencia es una de
las principales razones de la resistencia católica en aceptar a otras iglesias cristianas, pues argumentan
que siendo la Iglesia Católica el Cuerpo Místico de Cristo, la existencia de otra Iglesia sería un acto tan
abominable y herético como el amputar y desmembrar el Cuerpo de Cristo.
TEXTOS QUE JUSTIFICAN QUE EL TEMPLO REPRESENTA A LA IGLESIA
Guillermo Durando (†1296) dice que del mismo modo que la iglesia corporal o material está construida
por el ensamblaje de piedras, así la iglesia espiritual forma un todo compuesto por un gran número de
hombres. Todas las piedras de los muros, pulimentadas y cuadradas, representan los santos, es decir,
los hombres puros que Dios ha dispuesto para permanecer siempre en la iglesia. Están unidos como con
una misma argamasa por la caridad, hasta que convertidos en piedras vivas de la celeste Sión, sean
reunidos por el vínculo de la paz.
San Pablo dice a los efesios: Habéis sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles,[Ef 2:20]
texto que podría justificar la representación de los doce apóstoles como pilares en los pórticos de los
templos.
RELACIONES ENTRE LAS PARTES DEL TEMPLO Y LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA
El simbolismo de las iglesias no es algo que los fieles desconozcan totalmente. Diversos sermones y
lecturas han dejado alguna huella en su memoria. No ignoran, por ejemplo, que la iglesia de piedra
representa la iglesia de los creyentes, que las pilas del edificio designan alegóricamente las piedras vi-
vas que son los fieles o que el templo evoca a la Jerusalén celeste.
Numerosos escritos medievales relacionan las partes del templo con los miembros de la Iglesia. Así
por ejemplo, las criptas simbolizan la vida oculta de los fieles; el suelo es símbolo de la humildad que
deben tener; las cuatro paredes son los cuatro puntos cardinales desde donde vienen todos los pueblos
hacia Cristo; la piedra angular son los cuatro Evangelios; la pared de la izquierda recuerda a los judíos,
la de la derecha a paganos; las piedras cuadradas representan a las almas perfectas, unidas unas con
otras por el cemento de la caridad; las doce columnas principales son los profetas y apóstoles; la bóve-
da es el escudo con el que protegen los nobles a la Iglesia; la cúpula es el Cielo al que debe ascender el
creyente, y un largo etcétera.
Guillermo Durando (†1296) en su Rational des offices divins explica el significado de cada una de las
partes del templo: sus ventanas significan la hospitalidad abierta y la tierna caridad, las vidrieras repre-
sentan las sagradas escrituras, el pavimento representa el fundamento de nuestra fe, las vigas que
unen las distintas partes del iglesia son los príncipes de este mundo o los predicadores que defienden la
unidad de la iglesia y la sostienen, la sacristía donde se dejan los vasos sagrados es el seno de la biena-
venturada Virgen María…
De modo similar se expresa Honorio de Autun en su obra De Gemma Animae 28: Las transparentes
ventanas que alejan la tempestad y dejan penetrar la luz, son los doctores que alejan la tormenta de las
herejías y desparraman la luz de las enseñanzas de la Iglesia. El cristal de las ventanas a través del cual
pasan los rayos de luz es el pensamiento de los doctores, que ven misteriosamente las cosas divinas
como a través de un cristal. [C.130] Las columnas que sostienen la casa son los obispos, sobre los que se
28 Yarza, J. y otros. Documentos para la Historia del Arte Románico y Gótico. Barcelona 1982. Pp:24-25
El templo 17-25
apoya la estructura de la Iglesia, merced a la rectitud de su vida. Las vigas que mantienen unida la
construcción son los príncipes de este mundo que proporcionan a la Iglesia su protección. Las tejas de la
cubierta, al impedir el paso de la humedad a la casa, son soldados que protegen la Iglesia de paganos y
enemigos. [C.131] Las pinturas de los techos son como el ejemplo de los justos, que representan el or-
namento acostumbrado para la Iglesia. Las pinturas se realizan por tres razones: en primer lugar para
que sean leídas por los laicos, en segundo lugar, para que el edificio se adorne en dicha decoración, y
en tercer lugar, como un recuerdo de nuestros predecesores en la vida. [C.132]
LA IGLESIA COMO ESPOSA DEL CORDERO
Esta evocación es particularmente sugerente en el rito de unción de las cruces durante la consagra-
ción del templo, ceremonia en la que se colocan doce cruces en los muros de la iglesia y se encienden
ante ellas doce cirios. El obispo las unge con aceite, mientras suena la antífona compuesta por Epifanio
de Salamina: (†403) He aquí a Jerusalén, la gran ciudad celeste. Ella está ataviada como la esposa del
Cordero… Oh paraíso del Gran Arquitecto, ciudad del Rey santo, novia del Cristo inmaculado, Virgen
purísima prometida en la fe al único Esposo, tu irradias y brillas como la aurora.
17.3.5. LA PROTECCIÓN DEL TEMPLO
17.3.5.1. PROTECCIONES CLÁSICAS
() Protección y obscenidad en el templo cristiano
17.3.5.2. CAMPANARIOS Y CAMPANAS
EL SONIDO SAGRADO
El sonido producido por un instrumento metálico y con preferencia de bronce, se ha utilizado desde
antiguo para señalar la presencia de lo sagrado y para ejercer un exorcismo contra las influencias de-
moníacas. Proclo, (†485) un filósofo neoplatónico griego, decía que el bronce era el metal más sonoro y
que recogía el zumbido creador del alma del mundo. [ad Remp 42,II,7]
De las costumbres de los griegos y
los romanos sabemos por Apolodoro
(†119 aC) que el bronce se utilizaba en
todas las ceremonias de purificación y
consagración. Se golpeaban instru-
mentos de bronce en señal de duelo
cuando fallecía una persona destaca-
da, cuando se producían los eclipses,
para expulsar a los espectros y en el
rito de iniciación cuando se bailaba
alrededor del neófito.
La sotana del Sumo Sacerdote na-
rrada en la Biblia llevaba en su extremo inferior una hilera de campanillas para que al entrar o salir del
Santo de los Santos se escuchara su sonido. [Ex 28:31]
LA TORRE CAMPANARIO
Las primeras iglesias que se construyeron no tenían campanas, y cuando las iglesias tenían torres,
como las de Rávena o Siria, eran puestos de vigilancia y no estaban pensadas como campanarios.
Cuando se empezaron a colocar campanas, a partir del s.VIII, se hallaban metidas en los muros de
las iglesias, y sus vibraciones terminaron por agrietar y derrumbar las torres. Por eso, mientras no se
supo dar solución al problema se instalaron en construcciones exentas.
Su tipología es muy variable, tanto en su forma, como en el número de torres, posición o material
empleado en su construcción. La torre es símbolo de poder y fuerza. Es como una plegaria vertical que
apunta más allá de nuestra bóveda, o un gnomon pétreo que testifica con su alargada sombra por dón-
de anda el dios Sol en su recorrido diario.
EL SIMBOLISMO DEL CAMPANARIO
La torre tiene un simbolismo ascensional, lo mismo que la pirámide, la montaña o el altar.
W07A-018: New
York, MET / c.2150
aC / Sistro de bronce
0810-632: Autun W133-009: Viena /
1659 / Campanilla
usada como amuleto
El templo 17-26
Las torres gemelas de las iglesias pueden te-
ner un simbolismo solar y que pueden estar
relacionados con las antiguas columnas solares
que servían para determinar de forma práctica el
desplazamiento de las salidas del sol. Esta zona
que era el espacio comprendido entre el mínimo
en invierno y el máximo en verano, se delimita-
ba utilizando dos testigos, dos pilares, que de-
signaban los dos puntos relativamente solsticia-
les y relativamente situados al norte y a sur, o si
se prefiere, a derecha y a izquierda del eje equinoccial, el cual es indicado a veces por medio de un beti-
lo. Algunos menhires de los alineamientos bretones e ingleses han desempeñado este papel; igualmente
los obeliscos y los dos pilones que precedían al entrada de los templos egipcios, las dos columnas de
bronce del templo de Salomón y las dos columnas de la fachada de los templos griegos primitivos. Más
tarde, cuando se juntaron, en algunos casos las dos columnas mediante una viga transversal, sostuvie-
ron el arco de triunfo que fue primero una puerta solar, significado subrayado más tarde por el carro de
Apolo colocado sobre el arco.
Entre los autores medievales, el simbolismo de los campanarios se desarrolló en dos direcciones.
Unos ven en la torre una imagen de María y de la Iglesia,29 a la que se califican como Torre de David
siguiendo al Cantar de los Cantares, [CCan 4:4] y otros remarcan el simbolismo moralizador de la campana
y por extensión del campanario, que comparan con los predicadores que advierten del peligro a los
hombres.
A partir del siglo diez, era frecuente colocar un gallo sobre el campanario. Había uno en la basílica
de Letrán durante el pontificado de Pascual II. (s.XI)
LAS CAMPANAS
Las campanas suenan para llamar a la oración y marcar los acontecimientos más importantes de la
vida. Tañen por los recién nacidos, los jóvenes desposados y los difuntos. Son como la voz amplificada
de nuestras alegrías y de nuestras penas, y por esa razón sintonizan perfectamente con nuestras emo-
ciones.
En el ritual de bendición de una campana sorprende el carácter sagrado que se le confiere. Su bauti-
zo es análogo al de un niño, pues el rito comprende una purificación con agua bendita, una purificación
con incienso que se hace arder bajo la campana, una unción con aceite, se le asigna un padrino, se la
impone un nombre y se reviste con ropa blanca.
Este conjunto de ritos no se justificaría si la campana fuera un objeto puramente utilitario, destinado
únicamente a llamar a los fieles a la iglesia. Ella tiene pues un carácter sagrado muy marcado, que
comprenderemos mejor si la integramos en la categoría religiosa a la cual pertenece, la del sonido sa-
grado.
La ceremonia litúrgica para la bendición de las campanas revela que su papel es análogo al del
bronce sagrado, para atraer las bendiciones de Dios, para repeler los asaltos demoníacos y alejar tem-
pestades y tormentas. Dice una oración: Que esta campana, semejante a la lira de David, atraiga al
Espíritu Santo por la dulzura de su armonía… Que mientras su voz se eleve al cielo, la protección de los
ángeles descienda de él para tu Iglesia. Otras oraciones piden que el sonido de esta campana… ahuyen-
te las asechanzas del Enemigo… que aleje el granizo, el rayo, el trueno, la tempestad y todas las cala-
midades… Que ella aplaste las potencias del aire. Que las potencias tiemblen al oír este sonido, que
huyan ante el signo que hemos trazado sobre esta campana.
A menudo se graban en las campanas fórmulas de conjuro contra el rayo y la tormenta, o invoca-
ciones tales como Ave María o Rex gloriae veni cum pace. La idea es que la campana transmite por las
ondas sonoras el texto sagrado. Desde este punto de vista, la campana desempeña entre nosotros una
función análoga a la de los cilindros de oración tibetanos, que son unas ruedas que tienen dentro unos
pergaminos con oraciones y que los fieles hacen girar para consagrar el espacio que les rodea.
En otro orden de cosas diremos que los tañidos fúnebres, tienen la función de ahuyentar a los malos
espíritus para que el difunto descanse tranquilo.
29 Como se recoge en el Pastor de Hermas (c.140) y que repetirá Melitón de Sardes (†180)
0708-957: Cantamuda, S.Salvador 0111-820: Tahull
El templo 17-27
17.3.6. EL DECLIVE DE LA ARQUITECTURA SAGRADA
Por lo general el hombre moderno no percibe las asociaciones,
comentadas en los apartados anteriores porque simplifica el mun-
do como un conjunto de fenómenos individuales, sin apenas co-
nexión entre ellos. Sin embargo, para el hombre tradicional, hasta
el s.XVII, el mundo era un organismo armonioso y jerarquizado
tal como aparecía en la filosofía platónica y cuya formulación cris-
tiana había redactado Dionisio Areopagita. Esta visión integradora
de todas las partes del universo permitía descubrir analogías y
correspondencias entre esas partes, de acuerdo con un modelo
diseñado por Dios, que las había creado y ordenado en el espacio
y el tiempo.
Los primeros pasos de ruptura con la arquitectura sagrada se dieron cuando el templo se rebajó a la
categoría de edificio, como ya aparece en el Código de las siete Partidas cuando se afirma que la santa
escritura puso al templo cuatro nombres. El primero casa de lloro y penitencia. El segundo… casa de
aprender castigamientos. El tercero, casa de holgura y amparo. El cuarto, casa de oración. [1ªPartida. Tit.10
Ley.15]
() El donante. La fe pone los cimientos, la esperanza lo levanta y la caridad lo corona. [Pedro el Cantor]
1309-463: Jaca / Campana de Santa Orosia,
patrona de Jaca
W138-146: Murcia / c.1383 / Campana
Mora o “de los conjuros”
9810-295: Tíbet
0409-109: Castañeda