Aférrate a tu integridad Sábado 25 de agosto
INTRODUCCIÓN Job 2:3
“¿Te has puesto a pensar en mi siervo Job?”,
volvió a preguntarle el Señor. “No hay en la
tierra nadie como él; es un hombre recto e in-
tachable, que me honra y vive apanado del
mal. Y aunque tú me incitaste contra él pa-ra arruinarlo sin motivo, ¡todavía mantiene
firme su integridad!” (Job 2: 3).
Muchas veces, los cristianos se ven afectados
por los males que caracterizan a este mundo.
Estos pueden ser factores económicos, tibie-
za espiritual, temas políticos. Como resulta-
do, experimentamos insatisfacciones y nos
vemos tentados a quejamos. A menudo, so-
mos tentados a cometer acciones deshones-
tas, cosas que creemos que solamente las
llevan a cabo los mundanos.
Como adventistas, creemos interpretar la Bi-
blia correctamente. Pero, ¿estamos dispuestos
a aferramos a nuestra integridad cuando los
conflictos nos asedian?
Un análisis profundo de la vida de Job, reve-
la el tipo de integridad que todo verdadero
cristiano debiera manifestar cuando le ase-
dian situaciones similares. Los dolorosos es-
fuerzos de Job pusieron de manifiesto su in-
tegridad en dos etapas:
1. Al perder sus propiedades y sus hijos.
2. Al ser afectado por llagas que cubr-
ían todo su cuerpo. Debido a que se
mantuvo firme, Dios dijo: “Todavía
mantiene firme su integridad”.
¿Estamos dispuestos a aferrarnos a nuestra
integridad cuando los conflictos nos asedian?
Los adventistas deben desarrollar esa misma integridad. “Dichoso el que resiste la ten-
tación porque, al salir aprobado, recibirá la
corona de la vida que Dios ha prometido a
quienes lo aman” (Santiago 1:12).
Al estudiar la lección de esta semana, piensa
cuándo y dónde tendrás que demostrar tu in-
tegridad, y cómo obtendrás las fuerzas para
hacerlo.
Akosua Afranowaa Kyere; Acra, Ghana
Domingo 26 de agosto Sufrimientos,
consagración, riquezas
LOGOS Job 1:1 – 2:10 “No había terminado de hablar este mensa-
jero cuando todavía otro llegó y dijo: „Los
hijos y las hijas de usted estaban celebrando
un banquete en casa del mayor de todos
ellos cuando, de pronto, un fuerte viento del
desierto dio contra la casa y derribó sus cua-
tro esquinas. ¡Y la casa cayó sobre los jóve-
nes, y todos murieron! ¡Solo yo pude esca-par, y ahora vengo a contárselo!‟” (Job 1:18,
19).
¿Por qué existe el sufrimiento? (1 Corintios 9:24-27; Santiago 1:13)
El sufrimiento no hace acepción de personas.
Los ricos y los pobres, los estudiosos y los
iletrados, los poderosos y los débiles, los
cristianos y los inconversos, todos en algún
momento experimentarán algún tipo de su-
frimiento. ¿Por qué? El sufrimiento debía
haber sido un castigo para los malvados y los incrédulos. Sin embargo, Dios permitió
que afectara también a los escogidos. La his-
toria de Job es un testimonio vivo de lo
que el cristiano puede encontrar en este
mundo de dolor. Este relato nos enseña asi-
mismo que los justos pueden se afectados
por las tragedias. José, Daniel, Rut y Ester
son otros ejemplos.
Muchas veces, no sabemos por qué a la gente
buena se suceden cosas malas. Solamente
podemos adivinar. Aun así las aflicciones o el sufrimiento pueden también considerarse
como castigos. Las consecuencias de nues-
tros errores pueden ser castigos. Pero Job no
sufría a causa de algún error o pecado que
hubiera cometido. Él no sabia que su sufri-
miento era una prueba de parte de Dios.
Podríamos decir que el sufrimiento de Job
fue el resultadlo de una conspiración entre
Dios y Satanás, el ente destructor. Dios no le
envía dolor ni sufrimiento a los suyos. Más
bien, permite que estas cosas sucedan para
que nuestra fe se fortalezca.
“‟Muy bien‟, le contestó el Señor. „Todas
sus posesiones están en tus manos, con la
condición de que a él no le pongas la mano encima‟” (Job 1: 12). Satanás le tomó la pala-
bra a Dios y destruyó todas las posesiones de
Job. “A pesar de todo esto, Job no pecó ni le
echó la culpa a Dios” (Job 1:22).
La vida del cristiano está llena de sorpresas
y desafíos. Pablo nos compara con un atleta
que se prepara diligentemente para obtener
un premio perecedero. De la misma forma
debemos preparamos a fin de permanecer
fieles a Dios, a pesar de lo malo que nos
pueda suceder. Así es como obtendremos
nuestra corona incorruptible. Cuando per-manezcamos fieles bajo las circunstancias
más adversas, la gente que nos rodea nos
tomará en cuenta y se interesará en el Dios
que servimos. Nuestra fe en medio de la ad-
versidad llevará a muchos a la gracia salva-
dora del Redentor.
Riquezas y consagración (Génesis 13:2, 4; Job 1:1-3, 5)
¿Serán las riquezas la recompensa de los
fieles? José, el hijo de Jacob, llegó a ser
primer ministro en un país extranjero des-
pués de sufrir una serie de percances. Abra-ham, también uno de los escogidos, fue rico
en ganados, oro y plata. Mucha de su fortuna
la poseía antes de recibir el llamado de Dios.
Después de aceptar el llamado, su fortuna
aumentó. Su consagración se manifestó en la
respuesta a la disputa entre sus pastores y
los de Lot, su sobrino. Recordemos cómo
suplicó a favor de los habitantes de Sodoma
y Gomorra.
En vez de ser una fuente de consuelo, exhortó a Job a que maldijera a Dios
y se muriera. (Job 2:9)
Job fue marcadamente rico, sin tacha, y jus-
to. La fortuna de una persona se medía por
la cantidad de animales y siervos que pose-
ía. En nuestra sociedad valoramos las
mansiones, algunos autos, una gran cuenta de
banco, y un nutrido grupo de acciones. Todo
esto no es malo en sí. La maldad está en
amar estas cosas (1 Timoteo. 6:10). El conse-
jo de Pablo a los cristianos es: “Mándales
que hagan el bien, que sean ricos en bue-
nas obras, y generosos, dispuestos a compar-tir lo que tienen. De este modo atesorarán
para sí un seguro caudal para el futuro y ob-
tendrán la vida verdadera” (1 Timoteo 6:18,
19).
Cuando Jesús le dijo al joven rico que ven-
diera todas sus posesiones y le diera el im-
porte a los pobres, antes de seguirle, algo in-
teresante sucedió. El joven se marchó muy
triste y nunca regresó, porque confiaba en
sus posesiones y no podía hacer lo que el
Maestro le dijo (Marcos 19:16-23). Lo po-
co que poseemos nos ha sido dado para que ayudemos a los necesitados. Nuestros guar-
darropas están llenos de prendas que apenas
usamos. Cuando descuidamos ayudar a los
demás, nos colocamos en la misma categoría
que el joven rico.
Pablo tiene algo que decimos: “A los ricos
de este mundo, mándales que no sean arro-
gantes ni pongan su esperanza en las rique-
zas, que son tan inseguras, sino en Dios, que
nos provee de todo en abundancia para que
lo disfrutemos” (1 Timoteo 6:17).
La actitud del cristiano (Efesios 4:29-32)
En Efesios 4: 29-32, Pablo enfatiza la impor-
tancia de las palabras bondadosas. No se nos dice nada respecto al carácter de la esposa
de Job antes que la tragedia los tocara. Pero
cuando finalmente ella aparece, la escucha-
mos hablar en una forma desalentadora. En
vez de ser una fuente de consuelo, exhortó a
Job a que maldijera a Dios y se muriera (Job
2:9). Aparentemente ella no ofreció ayudar-
lo, porque la Biblia dice que Job tuvo que
tomar un pedazo de teja para rascarse, mien-
tras estaba sentado sobre cenizas.
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo defines la riqueza, y por qué?
2. ¿Qué posesiones tienes? ¿Por qué las
tienes? ¿Cuáles te ayudan a ser un me-
jor cristiano? ¿Cuáles no?
3. ¿Qué debe venir primero? ¿Obtener po-
sesiones, o considerarte una posesión de
Dios?
Adwoa Gyamfuaa Ansah Adu; Kumasi, Ghana
Lunes 27 de agosto No siempre
es algo suave
TESTIMONIO Gálatas 6:2
La relación de pacto entre Dios y su pueblo se
describe en términos matrimoniales. Pero en
nuestra condición pecaminosa, la experien-
cia del matrimonio y otras relaciones inter-
personales en ocasiones se vuelven vacías,
inconexas, frustrantes y hasta amargas. Por
lo tanto, debemos reconocer que no todo es
bueno, sino también hay cosas malas.
Para cuando lleguen los tiempos malos, co-
mo en el caso de Job y su esposa, Pablo nos
da el siguiente consejo: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la
ley de Cristo” (Gálatas 6:2). Para llevar las
cargas propias es conveniente sacrificarse y
sacrificar los deseos propios y atender los
ajenos. Filipenses 2:3 nos puede ser de
ayuda: “No hagan nada por egoísmo o vani-
dad; más bien, con humildad consideren a
los demás como superiores a ustedes
mismos”.
Elena G. de White amplía este concepto: “El
cristianismo debiera tener una influencia dominadora sobre la relación matrimonial;
pero con demasiada frecuencia los móviles
que conducen a esta unión no se ajustan a
los principios cristianos. Satanás está cons-
tantemente tratando de fortalecer su poderío
sobre el pueblo de Dios induciéndolo a
aliarse con sus súbditos; y para lograr esto,
trata de despertar pasiones impuras en el co-
razón. Pero en su Palabra el Señor ha indi-
cado clara y terminantemente a su pueblo
que no se una con aquellos en cuyo corazón
no mora su amor. El matrimonio es una
unión para toda la vida y un símbolo de la
unión entre Cristo y su iglesia. El espíritu que
Cristo manifiesta hacia su iglesia es el espí-
ritu que los esposos han de manifestar el uno
hacia el otro. Si aman a Dios en forma su-
prema, se amarán el uno al otro en el Señor;
“El Espíritu que Cristo manifiesta para su iglesia,
es el espíritu que los esposos han de manifestar
el uno para con el otro”
siempre se tratarán con cortesía y obrarán en
cooperación. En su abnegación mutua y sa-
crificio de sí mismos, serán una bendición el
uno para el otro” 1
PARA COMENTAR
1. ¿A cuáles relaciones se le puede aplicar el
principio expuesto en la lección de hoy?
2. Es difícil para muchos jóvenes imaginar que la tragedia o las calamidades puedan
afectarlos algún día. ¡pero tengan la se-
guridad de que lo harán! ¿Qué medidas
puedes tomar desde ahora para afrontar
la inseguridad, los contratiempos y las
tragedias que algún día te afectarán?
1 El hogar cristiano, pp. 82, 83
Prince Amoako; Ghana
Sirviendo a Dios Martes 28 de agosto
por lo que Él es
EVIDENCIA Job 1
Cuando leemos detenidamente el primer capítulo de Job, descubrimos que la relación
de Dios con nosotros no es exclusiva o ce-
rrada. Hay una tercera persona: Satanás,
nuestro acusador. Desde el tiempo en que
moraba en el cielo, Satanás ha acusado a
Dios de no ser suficiente democrático a fin
de permitirle a sus criaturas la libertad de
escoger a quién han de servir “¿Teme Job a
Dios sin recibir nada a cambio?” Satanás de-
safió a Dios: “Lo has protegido, a su hogar, a
sus propiedades. Lo has prosperado en todo lo
que hace. ¡Mira lo adinerado que es!” De esa forma, Satanás incitó a Dios para que le reti-
rara su protección a Job.
Las tentaciones son los medios para Dios pro-
bar la sumisión sincera y voluntaria de sus
hijos. De ahí, que cada vez que un creyente
fracasa en alguna prueba pequeña, colabora
con Satanás y hace quedar mal a Dios. La fe
del creyente es revalorizada y perfeccionada
mediante las pruebas. “El oro, aunque pere-
cedero, se acrisola al fuego. Así también la fe
de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará
que es digna de aprobación, gloria y honor
cuando Jesucristo se revele” (1 Pedro 1:7).
Las pruebas que Dios permite nos afecten, a
veces vienen a través de personas queridas.
Job tenía amigos, hijos y esposa. Sin embar-
go, esos allegados no pudieron hacer que
denunciara a Dios Él prefirió reprender a su
esposa en vez de maldecir a Dios. “Mujer,
hablas como una necia. Si de Dios sabemos
recibir lo bueno, ¿no sabremos también
recibir lo malo?” (Job 2:10).
Las palabras de Pablo son un eco de aquel don de Job: “Así está escrito: „Por tu causa
nos vemos amenazados de muerte todo el
día; nos tratan como a ovejas destinadas al
matadero‟. Sin embargo, en todo esto somos
más que vencedores por medio de aquel que
nos amó. Pues estoy convencido de que ni la
Dios promete que llegaremos bien; pero
no garantiza que tendremos un viaje feliz.
muerte ni la vida, ni los ángeles ni los de-
monios, ni lo presente ni lo por venir, ni los
poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa al-
guna en toda la creación, podrá apartamos
del amor que Dios nos ha manifestado en
Cristo Jesús nuestro Señor” (Rom. 8:35-39).
La palabra en hebreo para perfecto es un
término, que significa "inocente", "ética-
mente puro". Yashar es la palabra hebrea pa-
ra recto, y. significa "derecho y agradable". Y
por último, sur, o apartarse significa "salir",
"dejar a un lado". Aunque Job no estaba li-
bre de pecado, él trataba de agradar a Dios y
de cumplir su voluntad.
Cuando el camino es áspero, la forma de se-
guir adelante es confiando y sirviendo al Se-
ñor, basados en quién es él: un Dios fiel, nuestro Creador y Redentor.
PARA COMENTAR
1. ¿Cómo puede el cristiano aceptar las
pruebas como algo necesario en su mar-
cha hacia el cielo?
Félix Opoku; Kwadaso-Kumasi, Ghana
Miércoles 29 de agosto Sobreviviendo
a la melancolía
CÓMO ACTUAR Filipenses 4:6
“No se inquieten por nada; más bien, en toda
ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias” (Filipen-
ses 4:6).
Sandra era una mujer inteligente y atractiva;
pero su percepción del rechazo la había
transformado en una deprimida ama de casa
El pastor de Sandra decidió conversar con el
esposo de ella. Joel se sintió asombrado por
el hecho de que estaba contribuyendo a la
depresión de su esposa. Él no entendía cómo
ella podía interpretar sus sentimientos. Afor-
tunadamente, el pastor presentó una suge-rencia específica. “Joel, me gustaría que
hicieras una lista de diez cualidades que po-
see tu esposa, y que luego le des gracias a
Dios por ellas. Debes hacerlo dos veces al
día, en la mañana y cuando regreses del tra-
bajo”. Esto no parecía ser algo difícil. Con-
siderando que su matrimonio ya estaba en
problemas, Joel asintió. Se concentró en las
cosas que le atraían en vez de las que le irri-
taban.
Al poco tiempo, Sandra comenzó a cambiar.
Se mostraba más alegre y cariñosa. Su auto estima y su motivación aumentaron. Rompió
las cadenas de su depresión.
La gratitud puede llegar lejos. Al con-
centrarnos en las cualidades positivas, lo-
gramos que se fortalezcan. Las palabras que
les dirigimos a los que nos rodean tienen
un poder increíble. “La angustia abate el co-
razón del hombre, pero una palabra
amable lo alegra” (Proverbios 12:25).
“Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis la-
bios siempre lo alabarán” (Salmo 34:1).
Hay un tremendo poder espiritual en la ala-
banza. La alabanza eleva nuestros espíritus,
colma nuestro ser de energías. La alabanza
revitaliza nuestra vida espiritual. La Biblia
vincula a la alabanza con el gozo. “El Señor
es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en Él
Las palabras que les diri- gimos a quienes nos rodean
tienen un poder increíble.
confía; de Él recibo ayuda. Mi corazón sal-
ta de alegría, y con cánticos le daré gracias”
(Salmo 28:7). Elena G. de White escribió:
“Nada tiende más a fomentar la salud del
cuerpo y del alma que un espíritu de agra-
decimiento y alabanza […] Es una ley de la
naturaleza que nuestros pensamientos y sen-
timientos resultan alentados y fortalecidos al
darles expresión. Aunque las palabras expre-san los pensamientos, estos a su vez si-
guen a las palabras. Si diéramos más expre-
sión a nuestra fe, si nos alegrásemos más de
las bendiciones que sabemos que tenemos:
la gran misericordia y el gran amor de Dios,
tendríamos más fe y gozo”.
PARA COMENTAR
1. ¿Por qué Joel debía concentrarse en las
cualidades de su esposa?
2. ¿Cómo podemos vincular la experiencia
de Joel y Sandra a nuestra relación con
Dios?
Kwabena Offeh Gyimah; Kumasi, Ghana
Acepta todos Jueves 30 de agosto
los dones del Señor
OPINIÓN Job 1:1 – 2:10 Mucha gente asume que todos los dones de Dios tienen que ser buenos. Sin embargo, la
palabra don, no necesariamente implica algo
bueno o malo. La Biblia dice: “Ahora bien,
sabemos que Dios dispone todas las cosas
para el bien de quienes lo aman, los que han
sido llamados de acuerdo con su propósito»
(Romanos 8:28). Aquí la frase todas las co-
sas es neutral, como en el caso de don. Por
lo tanto, un don de Dios puede ser bueno o
malo.
Job puede haber entendido este principio
cuando le contestó a su esposa “¿No sa-bremos también recibir lo malo?”. Nuestra
fe en Dios ha de ser continuamente refinada
en el crisol, así como el oro es refinado en el
fuego. Si entendiéramos que Dios da y quita,
estaríamos más dispuestos a aceptar sus ob-
jetivos para nuestras vidas.
Aceptar la voluntad de Dios en la vida
propia significa estar de acuerdo con la ma-
nera en que nos trata. Hasta que nuestros
corazones no estén genuinamente con-
vertidos, y verdaderamente entregados a Dios en continua oración, no podremos aceptar su
voluntad. Cristo oró en cierta ocasión por
sus discípulos: “No te pido que los quites del
mundo, sino que los protejas del maligno”
(Juan 17:15). Notemos dos aspectos de di-
cha oración:
Jesús no prometió que sus discípulos vivir-
ían una existencia "libre de tropiezos", mien-
tras permanecieran en el mundo. Él conoce
lo artero que es el diablo. Sin embargo, el
Señor ora pidiendo la protección y las fuer-
zas necesarias para que, los creyentes sopor-ten los problemas en su marcha al cielo.
Necesitamos estar conscientes de que existe
una gran lucha cósmica. La fe debe fortalecer-
se con más fe, la fuerza con más fuerza, y la
confianza con más confianza, a fin de que los
tiempos malos no nos sobrecojan.
Dios desea, en algunos casos, que luchemos y
libremos nuestras propias batallas de fe.
Dios desea que los creyentes sean dignos de
la corona que les ofrece, y permite en ciertas
ocasiones que luchemos y libremos nuestras
propias batallas de fe. “Ustedes no han su-
frido ninguna tentación que no sea común al
género humano. Pero Dios es fiel, y no permi-tirá que ustedes sean tentados más allá de lo
que puedan aguantar. Más bien, cuando lle-
gue la tentación, él les dará también una sa-
lida a fin de que puedan resistir” (1 Corin-
tios 10:13). Por lo tanto, no gruñamos ni nos
quejemos cuando las pruebas y las tentacio-
nes parezcan debilitarnos, porque gracias a
dichas situaciones obtendremos la corona de
victoria.
PARA COMENTAR 1. ¿Has culpado en alguna ocasión, a
Dios por algo? Si lo has hecho, ¿por
qué te sentiste inclinado a hacerlo?
1. ¿Consideras que Dios es un ser lleno
de amor? ¿Por qué? Si no crees lo ante-
rior, ¿qué podrás hacer para cambiar tu
actitud?
Gifty Anima Ampoma; Kwadaso-Kumasi, Ghana
Viernes 31 de agosto Fe, no importa
lo que suceda
EXPLORACIÓN Job 13:18; 38-42
PARA CONCLUIR
Muy a menudo nos preguntamos por qué a la gente buena le suceden cosas malas. Sin
embargo, el registro bíblico que encontramos
en el libro de Job nos muestra que aun los
rectos e intachables han de sufrir. De hecho,
Jesús les prometió algo parecido a sus discí-
pulos (Juan 15: 20). Aunque no podamos
controlar las circunstancias en las que nos
encontramos, sí podremos controlar la for-
ma en que reaccionamos. Job nos propor-
ciona un ejemplo respecto a cómo mante-
nemos íntegros frente a la adversidad, para
fortalecimiento de nuestra fe y lograr una mayor comprensión de Dios. Notemos que
Job tiene una serie de preguntas; pero que
logra una comprensión más profunda al
aceptar la revelación que Dios hace de sí
mismo.
CONSIDERA
Hacer una lista de todas las preguntas
que desearías hacerle a Dios. Luego lee
Job 38-41. ¿Cómo pueden ayudarte las
respuestas de Dios?
Orar por tus amigos (Job 42:10).
Poner por escrito la posible reacción de
Job ante las noticias calamitosas que re-
cibe.
Rescribir la historia de Job, utilizando
conceptos modernos.
Dedicar algún tiempo a consolar a algún
amigo que este pasando por alguna prue-ba. Evita aconsejarlo. Observemos que los
amigos de Job eran buenos amigos; pre-
sentes en los momentos de necesidad,
pero que las cosas no se complicaron
hasta que ellos abrieron la boca.
Dar un testimonio respecto a alguna prue-
ba que en su momento te pareció impo-
sible de superar.
Observar los diferentes elementos de la
naturaleza que te recuerdan que Dios lo
controla todo.
PARA CONECTAR
Gerhard E. Prost, The Color of the
Night: Reflections on Suffering and the
Book of Job [El color de la noche: ref-
lexiones acerca del sufrimiento y del li-
bro de Job].
Kaaryn Sanon; Randallstown,Maryland, EE.UU.