"Aprendizaje del Derecho Civil a través de simulación de juicios"
José Ramón de Verda y Beamonte. Derecho civil.
Resumen: En la presente ponencia se relata la realización de un Seminario de simulación de
juicios. realizado en el segundo curso de la carrera de Derecho, especificándose problemática,
metodología y resultados obtenidos. Se propone la práctica de dichos Seminarios como un
instrumento eficaz en la obtención de conocimientos, habilidades y destrezas, con el fin de
situar a los estudiantes antes problemas jurídicos concretos de la vida cotidiana del profesional
del Derecho, captando así su interés y fomentando su proceso de aprendizaje.
Palabras clave: Simulación, aprendizaje, trabajo en grupo, entusiasmo, sentido del humor.
INTRODUCCIÓN.
A mi parecer, uno de los retos fundamentales con los que se encuentra el profesor es la
motivación de los alumnos, quienes muchas veces perciben con gran distancia las materias
que se explican.
Esta percepción se produce incluso en asignaturas que, como el Derecho civil, son
eminentemente prácticas.
A este fenómeno creo que no somos ajenos quienes en su momento fuimos alumnos.
Personalmente, es triste decirlo, he de reconocer que nunca llegué a ver una sentencia durante
mi carrera y siempre percibí el Derecho civil como una realidad extraña (recuerdo con horror
las numerosas clases dedicadas a la exposición de la naturaleza jurídica de ciertas
instituciones).
Sin embargo, lo cierto es que nuestra disciplina tiene una gran conexión con la actividad
cotidiana de las personas, por lo que estoy convencido que es posible interesar a los alumnos
en su estudio, a condición de que captemos su interés, evidenciando la utilidad práctica de los
conocimientos, destrezas y habilidades que con ello pueden adquirir.
Este es el propósito de la actividad que presento, consistente en un aprendizaje a través de
simulación de juicios.
II. METODOLOGÍA.
El primer problema que me encontré al preparar la actividad es que trabajaba con alumnos de
2º curso y en el primer semestre, los cuales no tenían conocimientos previos de Derecho
procesal, lo que, en principio, podría pensarse era un obstáculo insalvable para el éxito de la
actividad.
Se imponía, en cualquier caso, explicarles unas nociones básicas de Derecho procesal, como
es la redacción de una demanda y contestación de la misma, práctica y proposición de prueba,
etc.
Mi sorpresa fue que las cuestiones procesales, si se relacionaban con un caso concreto, se
aprendían (naturalmente, en sus aspectos básicos) de manera rapidísima. De hecho, en la
primera de las reuniones que tuve con cada grupo quedaron bastante claras, aunque siempre
surgieron preguntas al respecto en las posteriores reuniones, siendo también habituales las
consultas a través de correo electrónico.
Sobre el tema, hubo que tener en cuenta que la formación de los estudiantes era incipiente y
su capacidad, lógicamente, diversa.
Siendo cuatro los casos defendidos, hice ocho grupos, asumiendo cuatro de ellos la posición
de demandante y los restantes la de demandado. El reparto de las tareas dentro del grupo,
como la búsqueda de jurisprudencia y elección de quien actuaría en el juicio simulado, lo dejé
al arbitrio de sus componentes.
Por la razón expuesta, intenté buscar temas que fueran, además de reales, atractivos y
compresibles para alumnos de segundo curso; e intenté que fueran amenos, pues, en mi
opinión, el sentido del humor es una de las herramientas más eficaces para motivar a los
alumnos.
Por ejemplo, en uno de los casos se discutía si una mujer, que había acudido a su peluquería
habitual para teñirse su cabello de rojo (color para ella novedoso) y que, como consecuencia
de ello, se había quedado calva durante tres meses, tenía derecho a una indemnización por
daño moral. Se trataba de determinar si el hecho de que no hubiera pedido prueba de alergia
constituía una eximente de responsabilidad para la peluquera, que alegaba haber ofrecido
gratuitamente una peluca a su clienta durante el período de su calvicie, con el fin de aminorar
el importe de la indemnización cuyo pago se le solicitaba. Se practicó prueba documental, de
confesión de parte e interrogación de testigos.
En otro caso se discutía si debía resarcirse el daño moral sufrido por una novia que el día antes
de casarse descubrió que el vestido que le había enviado la tienda era dos tallas superior al
que había comprado, con el lógico “soponcio” por su parte. La vendedora alegaba que el
vestido había sido usado y que ni siquiera el novio se había dado cuenta de su mayor tamaño,
por lo que no consideraba procedente la indemnización, como tampoco la devolución del precio
del vestido.
Respecto del número de reuniones con cada uno de los grupos fueron tres.
Traté de dar el mayor realismo posible a la simulación, por lo que la realizamos en la sala de
juicios de que dispone la Facultad de Derecho. Los estudiantes encargados de la defensa
vistieron togas y en los dos primeros, si se me permite la broma, yo me disfracé de juez (en mi
descargo he de decir que fui Magistrado Suplente de la Audiencia Provincial de Valencia varios
años).
Para sorpresa mía, los estudiantes se implicaron extraordinariamente en la actividad, así como
en el resultado del juicio, razón por la cual me decidí a llamar a un magistrado de la Audiencia
Provincial de Valencia, Manuel López Orellana, a quien tengo que agradecer su generosa
colaboración, para que presidiera los dos juicios restantes.
Ciertamente, con ello, el nerviosismo aumentó considerablemente, pero el resultado fue
fecundo, quedando impresionado el juez del trabajo realizado por los estudiantes, que, por
cierto, grabaron, ellos mismos, las distintas simulaciones, con el objeto de poder utilizar las
grabaciones como materiales didácticos.
III. CONCLUSIONES.
Llega el momento de las conclusiones.
Por mi parte, he de decir que la experiencia realizada es la más satisfactoria de las que he
tenido a lo largo de mi todavía (afortunadamente) incipiente docencia.
Ver a los alumnos entregados al aprendizaje del Derecho civil con la convicción de estar
adquiriendo habilidades que les van a permitir enfrentarse al mundo real, después de acabar
sus carreras, es algo que no tiene “precio”.
Para finalizar, me parece interesante escuchar la trascripción de una parte de la grabación en
la que los estudiantes hablan de la experiencia a través de cuatro entrevistas a quienes
defendieron los casos.
1ª. ENTREVISTADORA: “Qué os ha parecido la actividad”
JULIA: “Pues nos ha gustado mucho, hemos estado preparándola durante varias semanas. Es
un trabajo que hemos hecho en grupo, lo que pasa es que bueno, expusimos solamente
nosotros. Yo era la demandada y él el demandante y no sé, nos ha gustado mucho la verdad la
experiencia porque bueno…”
ALEJANDRO: “Es una experiencia nueva una forma nueva de trabajar y yo que creo que es
muy interesante, porque no sé, te ayuda a trabajar en grupo y a ver lo que es un juicio en
realidad”.
JULIA: “Si nos a gustado tanto ahora, como dicen, la realidad supera la ficción, pues el día de
mañana nos gustara todavía más…”
ALEJANDRO: “Exactamente”
JULIA: “… y bueno estamos muy contentos”.
2ª. ENTREVISTADORA: ¿Hay competitividad a la hora de realizar estos trabajos en
grupo?
LUIS: “Para nada, de hecho, nosotros en concreto les ayudamos bastante a su grupo a realizar
su acusación. Yo creo que ha salido bastante bien todo, ¿no?”
JAVIER: “Si, ha salido bien, aunque yo creo que cierto grado de competitividad siempre hay,
porque, es algo intrínseco a un juicio, a un procedimiento en el que se enfrentan dos partes.
Pero en fin, si, ha estado muy bien y tampoco creo que sea causa de malestar entre las
partes”.
3ª. ENTREVISTADORA: ¿Qué os ha parecido esta primera toma de contacto con el
procedimiento judicial?”
MIRIAM: “Bueno, a mi me ha parecido muy interesante, sobre todo porque hemos tenido la
oportunidad de interrogar a las partes y la verdad es que ha sido una experiencia nueva porque
era bastante real y a mi me ha gustado mucho porque de toda la vida he querido hacer esto,
entonces, ha sido como la primera oportunidad que he tenido para empezar a hacerlo, y estoy
muy contenta.”
MARÍA: “A mi también me ha gustado mucho esta oportunidad, porque, también me gusta lo de
ser abogada y tal, y, ha sido gracioso ir a la peluquería, a buscar las pruebas, preguntar lo del
tinte y todo eso… los productos y como se hace la coloración y ha sido chulo”.
4ª. ENTREVISTADORA: Laura, ¿qué te ha parecido la actividad y que haya venido un juez
de verdad a impartir justicia?
LAURA: “El hecho de que haya venido un juez de verdad me ha parecido muy importante. La
verdad es que te hace sentir más, quizá, en la situación, te hace, no tampoco muy nervioso
pero bueno que te pone todavía más en el papel y bueno la actividad muy interesante,
agradable y eso que me ha gustado mucho y la verdad que muy interesante. La recomiendo
que se haga en muchos cursos, que quizás se hiciese cada año o cada curso y bueno que me
ha gustado mucho.”