FUENTE DE AGUA VIVACiclo A
Tiempo de Cuaresma3r domingo
EVANGELIO
La samaritana le dice: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí,
que soy samaritana? Jesús le contestó:
Si conocieras el don de Dios y quién es el que te
pide de beber, le pedirías tú, y él te daría
agua viva.Jn 4, 6-42.
DIOS SALE AL CAMINO
Jesús se encuentra a una mujer a quien instruye en el amor de Dios. El lugar: Sicar de Samaria, a mediodía, junto al pozo. Como aquella mujer,
muchos debían ir a buscar agua al pozo. Dios se manifiesta en nuestro quehacer ordinario, en
nuestras acciones sencillas del día a día.
DAME DE BEBER
En el Antiguo Testamento los israelitas murmuraban contra Moisés porque en su travesía por el desierto padecían sed. En nuestro itinerario por la vida también nosotros
tenemos sed de trascendencia, sed de Dios. En el Éxodo es el pueblo quien pide agua. En el pozo de
Samaria, es Jesús quien pide a la mujer que le dé de beber. ¿Por qué?
LA GRACIA ES PARA TODOS
Con su petición, Jesús inicia un diálogo que acabará
en una catequesis sobre la gracia.
La mujer se extraña de que un judío se dirija a ella y
le pida agua, ya que judíos y samaritanos
estaban enemistados. Pero Jesús tiene muy
claro que la salvación es universal y para todos.
SED QUE NO SE APAGA
El agua es vital para sobrevivir. Pero hay otra sed, la sed de felicidad y de trascendencia, que buscamos
saciar de maneras a veces equivocadas. Nos volvemos autosuficientes, pero nos damos cuenta de
que, por mucho que lleguemos a beber del dinero, del sexo, del poder… siempre volverá a brotar en
nosotros la angustia de la sed.
AGUA VIVA
Jesús ofrece a la samaritana una fuente de agua viva que nunca se agota, “un manantial que salta hasta
la eternidad”. En realidad, Jesús se nos está ofreciendo como auténtico manantial espiritual de
aguas vivificantes. Solo Dios puede saciar nuestra sed de trascendencia y de felicidad.
APÓSTOLES
“El Mesías que ha de venir soy yo, el que habla contigo”. El encuentro con Jesús cambia la vida. La samaritana se
convierte en anunciadora. Ha quedado tan impactada de sus palabras, de su amor y comprensión, que pasa
a ser un pequeño caño de agua para los habitantes de su pueblo. Y ellos acogen a Jesús y creen.
QUÉDATE CON NOSOTROS
“Quédate con nosotros”, le suplican. Estas palabras evocan el encuentro, después de resucitado, con
los discípulos de Emaús. También nosotros hemos de saber invitar a Jesús a nuestras vidas. Sólo así
llenaremos nuestra existencia de sentido y de felicidad imperecedera.
JESÚS NOS INVITA CADA DÍA
La eucaristía es la fuente donde bebemos los cristianos. En ella, Jesús nos invita a beber de su agua viva y a alimentarnos de su pan. En la
medida en que nos acerquemos a ella y vivamos el amor de Dios en comunidad,
podremos sentir que nuestra vida, ya aquí, comienza a ser eterna.
Textos: Joaquín Iglesias Aranda.http://homilias.blogspot.com
Cuaresma 2013