600 RESPUESTAS BÍBLICAS A PREGUNTAS CRISTIANAS.
1.- ¿Cuál es la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida?
Respuesta: El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo con frecuencia son confundidos. A veces es difícil
determinar si la Escritura se está refiriendo al Arrebatamiento o a la Segunda Venida de Jesucristo. Sin embargo,
al estudiar la profecía bíblica sobre los últimos tiempos, es muy importante diferenciar entre estas dos.
El Arrebatamiento es cuando Jesucristo regrese para llevarse a Su iglesia (todos los creyentes en Cristo) de la
tierra. El Arrebatamiento es descrito en 1 Ts 4:13-18 y 1 Co 15:50-54. Los creyentes que hayan muerto tendrán
sus cuerpos resucitados, y junto con los creyentes que aún vivan se encontrarán con el Señor en el aire. Esto
ocurrirá en un momento, en un abrir y cerrar de ojos. La Segunda Venida, es cuando Jesucristo regrese para
vencer al anticristo, destruir el mal, y establecer Su Reino Milenial. La Segunda Venida es descrita en Ap. 19:11-
16.
Las importantes diferencias entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida son las siguientes:
(1) En el Arrebatamiento, los creyentes se encontrarán con el Señor en el aire (1 Ts 4:17). En la Segunda Venida,
los creyentes regresarán con el Señor a la tierra (Ap 19:14).
(2) La Segunda Venida ocurre después de la grande y terrible Tribulación (Apocalipsis capítulos 6-19). El
Arrebatamiento ocurre antes de la Tribulación (1 Ts. 5:9; Ap. 3:10).
(3) El Arrebatamiento es el traslado de los creyentes de la tierra, como un acto de liberación (1 Ts. 4:13-17; 5:9).
La Segunda Venida incluye el traslado de los incrédulos como un acto de juicio (Mt. 24:40-41).
(4) El Arrebatamiento será “secreto” e instantáneo (1 Co. 15:50-54). La Segunda Venida será visible para todos
(Ap. 1:7; Mt. 24:29-30).
(5) La Segunda Venida de Cristo no ocurrirá hasta después de que otros ciertos eventos del fin de los tiempos
tengan lugar (2 Ts. 2:4; Mt. 24:15-30; Ap. cap. 6-18). El Arrebatamiento es inminente y puede suceder en
cualquier momento (Tit. 2:13; 1 Ts. 4:13-18; 1 Co. 15:50-54).
¿Por qué es importante observar la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo?
(1) Si el Arrebatamiento y la Segunda Venida fueran un mismo evento, los creyentes tendrían que pasar a través
de la Tribulación (1 Ts. 5:9; Ap. 3:10).
(2) Si el Arrebatamiento y la Segunda Venida fueran un mismo evento, el regreso de Cristo no es inminente….
Hay muchas cosas que deben ocurrir antes que Él pueda regresar (Mt. 24:4-30).
(3) Al describir el período de la Tribulación, los capítulos 6-19 del Apocalipsis en ninguna parte mencionan a la
iglesia. Durante la Tribulación – también llamada “el tiempo de angustia para Jacob” (Jer. 30:7) – Dios dirigirá
nuevamente Su principal atención sobre Israel (Ro 11:17-31).
El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Jesucristo son eventos similares pero separados. Ambos son eventos
del fin. Sin embargo, es de crucial importancia reconocer las diferencias. En resumen, el Arrebatamiento es el
regreso de Cristo en las nubes para trasladar a todos los creyentes de la tierra antes del tiempo de la ira de Dios.
La Segunda Venida es el regreso de Cristo a la tierra, para terminar la Tribulación y para vencer al anticristo y su
malvado imperio mundial.
2.- ¿Cuál es la diferencia entre un talento y un don espiritual?
Respuesta: Existen similitudes y diferencias entre talentos y dones espirituales. Ambos son regalos de Dios. Ambos incrementan su efectividad con el uso. Ambos son para ser usados en beneficio de otros, no para propósitos egoístas. 1 Co 12:7 dice que los dones espirituales son otorgados para edificar a otros… no a uno mismo. Así como los dos grandes mandamientos tratan de amar a Dios y a los demás, consecuentemente, uno debe usar sus talentos para ese propósito. Pero los talentos y dones espirituales difieren en a quién fueron dados y cuándo. A una persona (sin importar su creencia en Dios o en Cristo), le es dado un talento natural como resultado de una combinación genética (algunos tienen una habilidad natural para la música, arte, o matemáticas) y su medio ambiente (crecer en una familia musical lo ayudará a uno a desarrollar un talento por la música), o porque Dios deseó dotar a ciertos individuos con ciertos talentos (por ejemplo, a Bazeleel en Éx 31:1-6). Los dones espirituales son dados a los creyentes por el ES (Ro 12:3, 6) al momento de poner su fe en Cristo para el perdón de sus pecados. En ese momento el ES le otorga al nuevo creyente el o los dones espirituales que Él desea que tenga (1 Co 12:11). Hay tres listas principales de dones espirituales… Ro 12:3-8 enlista los dones espirituales de la siguiente manera: profecía, servicio (en un sentido general), enseñanza, exhortación, generosidad, liderazgo, y mostrar misericordia. 1 Co 12:8-11 enlista los dones como: palabra de sabiduría (la habilidad de comunicar sabiduría espiritual), palabra de ciencia (la habilidad de comunicar la verdad práctica), fe (una dependencia inusual de Dios), dones de sanidades, de milagros, de profecía, de discernimiento de espíritus, de lenguas, (la habilidad para hablar un lenguaje que uno no ha estudiado), y la interpretación de lenguas. La tercera lista se encuentra en Ef 4:10-12, la cual habla de Dios concediendo a Su iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Hay también la pregunta acerca de cuántos dones espirituales hay, ya que no hay dos listas iguales. También es posible que las listas bíblicas no los abarquen todos, y que haya dones espirituales adicionales tras los mencionados en la Biblia.
Mientras que con frecuencia uno puede desarrollar sus talentos y más tarde dirigir su profesión o pasatiempos
alrededor de ellos, los dones espirituales fueron dados por el ES para edificar a la iglesia de Cristo. En ello, todos
los cristianos deben formar una parte activa en la expansión del Evangelio de Cristo. Todos son llamados y
equipados para involucrarse en la “obra del ministerio” (Ef 4:12). Todos son dotados para que puedan contribuir
a la causa de Cristo, en gratitud por todo lo que Él ha hecho por ellos. Al hacerlo, ellos también encuentran su
realización en la vida, a través de su labor por Cristo. Es el trabajo de los líderes de la iglesia, el ayudar a edificar
a los santos, para que puedan más tarde estar equipados para el ministerio al que Dios les haya llamado. El
resultado esperado de los dones espirituales, es que la iglesia como un todo pueda crecer, siendo fortalecida por la
provisión combinada de todos y cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo.
Resumiendo las diferencias entre los dones espirituales y los talentos: (1) Un talento es el resultado de genética
y/o de entrenamiento, mientras que un don espiritual es el resultado del poder del ES. (2) Un talento puede ser
poseído por cualquiera, cristiano o no cristiano, mientras que los dones espirituales solo son poseídos por
cristianos. (3) Si bien, tanto los talentos como los dones espirituales deben ser usados para la gloria de Dios y
para ministrar a otros, los dones espirituales están enfocados en estas tareas, mientras que los talentos pueden ser
usados enteramente para propósitos no espirituales.
3.- Antiguo Testamento Vs. Nuevo Testamento ¿Cuáles son las diferencias?
Respuesta: El AT establece los cimientos para las enseñanzas y eventos que se encuentran en el NT. La Biblia es
una revelación progresiva. Si te saltas la primera mitad de cualquier buen libro y tratas de terminarlo, tendrás
dificultad para entender los personajes, la trama y el final. De la misma manera, el NT solo es plenamente
comprendido cuando es visto como un cumplimiento de los eventos, personajes, leyes, sistema sacrificial, pactos
y promesas del AT.
Si solo tuviéramos el NT, vendríamos a los Evangelios, y no sabríamos por qué los judíos estaban buscando al
Mesías (un Rey Salvador). Sin el AT, no comprenderíamos porqué este Mesías vendría (ver Is 53) y no seríamos
capaces de identificar a Jesús de Nazaret como el Mesías a través de las muchas detalladas profecías que fueron
dadas concernientes a Él; por ejemplo, Su lugar de nacimiento (Miq 5:2); La manera en que moriría (Sal 22,
especialmente vv. 1, 7-8, 14-18; Sal 69:21, etc.). Su resurrección (Sal 16:10), y muchos más detalles sobre Su
ministerio (Is 52:13; 9:2, etc.).
Sin el AT, no entenderíamos las costumbres judías que son mencionadas en pasajes del NT. No entenderíamos
las perversiones que hicieron los fariseos a la ley de Dios, al añadirle sus tradiciones. No entenderíamos porqué
Jesús estaba tan enfadado mientras Él limpiaba el patio del templo. No entenderíamos que podemos usar la
misma sabiduría que usó Jesucristo en Sus muchas respuestas a Sus adversarios (tanto humanos como
demoníacos).
De manera similar, los Evangelios y los Hechos de los apóstoles en el Nuevo Testamento, registran el
cumplimiento de muchas profecías que fueron escritas cientos de años antes en el Antiguo Testamento. Muchas
de éstas, relatan la primera venida del Mesías. En las circunstancias del nacimiento, vida, milagros, muerte y
resurrección de Jesucristo como se encuentra en los Evangelios, vemos el cumplimiento de profecías del AT
relacionadas con la primera venida del Mesías. Son estos detalles los que validan la declaración de Jesús de ser Él
el Cristo prometido. Y aún las profecías del NT (muchas de las cuales están en el libro de Apocalipsis), están
erigidas sobre antiguas profecías que se encuentran en los libros del Antiguo Testamento. Estas profecías del NT,
relatan los eventos que rodean la segunda venida de Cristo. Aproximadamente dos de cada tres versos en el
Apocalipsis, están basados en versos del Antiguo Testamento.
Tanto el AT como el NT, contienen numerosas lecciones para nosotros a través de las vidas de sus muchos
personajes falibles, quienes poseían la misma naturaleza que nosotros en la actualidad. Observando sus vidas
podemos ser animados a confiar en Dios sin importar lo que suceda (Dn 3), y a no comprometernos en las cosas
pequeñas (Dn 1), para que seamos fieles más tarde ante las cosas grandes (Daniel 6). Podemos aprender que es
mejor confesar el pecado pronta y sinceramente, en lugar de pasar la culpa a otros (1 S 15). Podemos aprender a
no jugar con el pecado, porque nos encontrará desprevenidos y su mordida resulta mortal (Ver Jueces 13-16).
Podemos aprender que necesitamos confiar y obedecer a Dios, si esperamos experimentar Su vivir en “la tierra
prometida” en esta vida y Su paraíso en la próxima (Núm 13). Aprendemos que si consideramos el pecado, solo
nos estamos exponiendo a cometerlo (Gén 3; Josué 6-7). Aprendemos que el pecado tiene consecuencias, no solo
para nosotros mismos, sino para nuestros seres amados y a la inversa, que nuestro buen comportamiento tiene
recompensas no solo para nosotros sino también para aquellos que están a nuestro alrededor (Gén 3; Éx 20:5-6).
En el NT, tenemos el ejemplo de Pedro para aprender – a no atrevernos a confiar en nuestra propia fuerza o
FRACASAREMOS (Mt 26:33-41). En las palabras del ladrón en la cruz, vemos que es a través de una fe sencilla
y sincera, que somos salvados de nuestro pecado (Lc 23:39-43). También vemos en el NT, cómo debe ser una
iglesia viva (Hch 2:41-47; 13:1-3, etc.)
Así mismo, como la revelación de la Escritura es progresiva, el NT trae a la luz enseñanzas de las que solo se
aludían en el AT. El libro de hebreos describe cómo Jesús es el verdadero Sumo Sacerdote, y Su sacrificio único
reemplaza todos los sacrificios anteriores que fueron solo semejanzas de ese sacrificio. El AT expone la Ley,
compuesta de dos partes: los mandamientos y las bendiciones/maldiciones que provienen de la obediencia o
desobediencia de esos mandamientos. El NT clarifica que Dios dio esos mandamientos para mostrar al hombre su
necesidad de salvación y nunca se pretendió que fueran un medio para la salvación (Ro 3:19).
El AT describe el sistema sacrificial que Dios dio a los israelitas para cubrir temporalmente sus pecados. El NT
clarifica que este sistema era solo una alusión al sacrificio de Cristo, únicamente a través del cual se encuentra la
salvación (Hch 4:12; He 10:4-10). El AT vio el paraíso perdido; el NT muestra cómo el paraíso fue recobrado
para la raza humana, a través del segundo Adán (Cristo) y cómo un día será restaurado. El AT declara que el
hombre fue separado de Dios a causa del pecado (Génesis 3), y el NT declara que ahora el hombre puede ser
restaurado a su relación con Dios (Ro 3-6). El AT predijo la vida del Mesías. Los Evangelios registran
principalmente la vida de Jesús, y la Epístolas interpretan Su vida y cómo debemos responder a todo lo que Él ha
hecho y hará.
Nuevamente, mientras que el NT es la “aclaración” del cuadro, el AT no es menos importante. Además de
contener los cimientos para el NT, sin el AT no tendríamos una base para sostenernos contra el error de las
perversiones políticamente correctas de nuestra sociedad, en la que la evolución es vista como creadora de todas
las especies a través de millones de años (en lugar de ser ellas el resultado de la creación especial de Dios en seis
días literales). Aceptaríamos la mentira de que los matrimonios y la unidad familiar son una estructura evolutiva
que debe continuar cambiando ante los cambios sociales, en vez de ser vista como un diseño de Dios con el
propósito de criar buenos hijos y para la protección de aquellos que de otra manera serían utilizados y abusados
(más frecuentemente las mujeres y los niños).
De la misma manera, sin el Antiguo Testamento, no entenderíamos las promesas que Dios cumplirá en un futuro
en la nación judía. Como resultado, no veríamos propiamente que el período de la Tribulación es un lapso de
siete años en el cual Él trabajará específicamente con la nación judía que lo rechazó en Su primera venida, pero
que lo recibirá en Su segunda venida. No entenderíamos cómo el futuro reinado de Cristo de 1,000 años, encaja
en Sus promesas a los judíos, ni cómo los gentiles encajarían en él. Tampoco veríamos cómo el final de la Biblia
ata los cabos sueltos que no fueron revelados en el principio de la Biblia, cómo Dios restaurará el paraíso que Él
originalmente creó para que fuera este mundo, y cómo disfrutaremos de un íntimo compañerismo con Él de una
manera personal como en el Huerto del Edén.
En resumen, el AT proporciona los cimientos, y fue hecho para preparar a los israelitas para la venida del Mesías
quien se sacrificaría a Sí Mismo por sus pecados (así como por los pecados del mundo entero). El NT comparte la
vida de Jesucristo y luego mira hacia atrás a lo que Él hizo y cómo debemos responder a Su regalo de vida eterna
y vivir nuestras vidas en gratitud por todo lo que Él ha hecho por nosotros (Ro. 12). Ambos testamentos revelan
al mismo santo, misericordioso y justo Dios, quien debe condenar el pecado, pero que desea atraer hacia Él a la
raza humana caída de pecadores mediante el perdón, solo posible a través del sacrificio expiatorio de Cristo como
pago por el pecado. En ambos testamentos, Dios se revela a nosotros y la manera en que debemos venir a Él a
través de Jesucristo. Y en ambos testamentos, encontramos que todos necesitamos una vida piadosa y la vida
eterna (2 Ti. 3:15-17).
4.- ¿Cuál es la diferencia entre católicos y protestantes?
Respuesta: Hay muchas y muy importantes diferencias entre católicos y protestantes. Mientras que ha habido algunos intentos a lo largo de muchos años recientes, de encontrar un terreno común entre los dos grupos, el hecho es que las diferencias prevalecen, y ellas son tan importantes en la actualidad como lo fueron al principio de la Reforma Protestante. A continuación veremos un breve resumen de algunas de las diferencias más importantes.
Una de las primeras y mayores diferencias entre el Catolicismo y el Protestantismo es el hecho de la suficiencia y
autoridad de la Escritura. Los protestantes creen que solo la Biblia es la única fuente de la revelación especial de
Dios a la humanidad, y como tal, nos enseña lo que es necesario para nuestra salvación del pecado. Los
protestantes ven la Biblia como la norma por la cual todo el comportamiento cristiano debe ser medido. Esta
creencia es comúnmente conocida como “Sola Scriptura” y es uno de los “Cinco Solas” (sola viene del latín
“solamente”) que surgió de la Reforma Protestante como resumen de algunas de las diferencias importantes entre
católicos y protestantes.
Mientras que hay muchos versos en la Biblia que establecen su autoridad y su suficiencia para todos los asuntos
de la fe y la práctica, uno de los más claros es 2 Timoteo 3:16, donde vemos que “Toda la Escritura es inspirada
por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia; a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Los católicos por otro lado, rechazan la doctrina
de “Sola Scriptura” y no creen que solo la Biblia sea suficiente. Ellos creen que ambas; la Biblia y la tradición del
sagrado catolicismo romano, son igualmente importantes para el cristiano. Muchas doctrinas romanas católicas;
tales como el purgatorio, rezar a los santos, adorar o venerar a María, etc., tienen poca o ninguna base en la
Escritura, y están basadas únicamente en las tradiciones católicas romanas. Esencialmente la Iglesia Católica
Romana, niega la “Sola Scriptura” y su insistencia en que tanto la Biblia como su “Sagrada Tradición” son
iguales en autoridad, subestiman la suficiencia, autoridad y unidad de la Biblia. La visión de la Escritura está en
la raíz de muchas, si no todas, las diferencias entre católicos y protestantes.
Otra grande, pero cercanamente relacionada diferencia entre el Catolicismo y el Protestantismo, es sobre el oficio
y la autoridad del Papa. De acuerdo con el Catolicismo, el Papa es el “Vicario de Cristo” (un vicario es un
sustituto), y toma el lugar de Jesucristo, como la cabeza visible de la Iglesia. * Como tal, él tiene la habilidad de
hablar “ex cátedra” (con autoridad sobre asuntos de la fe y la práctica), y cuando él lo hace, sus enseñanzas son
consideradas infalibles y obligatorias sobre todos los cristianos. Por otra parte, los protestantes creen que ningún
ser humano es infalible, y que solo Cristo es la cabeza de la iglesia. Los católicos se apoyan en la sucesión
apostólica como una manera de tratar de establecer la autoridad del Papa. Pero los protestantes creen que la
autoridad de la iglesia no viene de la sucesión apostólica, sino que se deriva de la Palabra de Dios. El poder
espiritual y la autoridad no descansan en las manos de hombres comunes, sino en la misma Palabra de Dios
registrada en la Escritura. Mientras el Catolicismo enseña que solo la Iglesia Católica puede correcta y
propiamente interpretar la Biblia; los protestantes creen que la Biblia enseña que Dios envió al Espíritu Santo
para morar dentro de todos los creyentes nacidos de nuevo, capacitando a todos los creyentes para comprender el
mensaje de la Biblia.
Esto es claramente visto en pasajes tales como Jn. 14:16-17: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador,
para que esté con vosotros para siempre: El Espíritu de verdad, el cual el mundo no puede recibir, porque no le
ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.” (Ver también Jn.
14:26 y 1 Jn. 2:27). Mientras que el Catolicismo enseña que solo la Iglesia Católica Romana tiene la autoridad y
el poder para interpretar la Biblia, el Protestantismo reconoce la doctrina bíblica del sacerdocio de todos los
creyentes, y que los cristianos individualmente pueden confiar en el Espíritu Santo para la guía en la lectura e
interpretación de la Biblia por ellos mismos.
Una tercera diferencia mayor entre el Catolicismo y el Protestantismo es el cómo uno es salvado. Otra de las
“Cinco Solas” de la reforma fue la “Sola Fide” (solo la fe), con la que afirman que la doctrina bíblica de la
justificación es solamente por gracia, a través solamente de la fe en Jesucristo solamente (Ef. 2:8-10). Sin
embargo, de acuerdo con el Catolicismo Romano, el hombre no puede ser salvado solamente por la fe en
Jesucristo solamente. Ellos enseñan que la doctrina católica romana de la salvación son los Siete Sacramentos, los
cuales son; Bautismo, Confirmación, Penitencia, Comunión (la Eucaristía), Extremaunción, Orden Sacerdotal, y
Matrimonio. Los protestantes creen que con la base de la fe en Cristo solamente, los creyentes son justificados
por Dios, porque todos sus pecados fueron pagados por Cristo en la cruz y Su justicia es imputada a ellos. Los
católicos por otro lado, creen que la justicia de Cristo es impartida al creyente por la “gracia a través de la fe”,
pero en sí misma no es suficiente para justificar al creyente. El creyente debe “complementar” la justicia que
Cristo le impartió, con obras meritorias.
Los católicos y protestantes también difieren en lo que significa ser justificado ante Dios. Para el católico, la
justificación involucra el ser hecho justo y santo. Ellos creen que la fe en Cristo es solo el principio de la
salvación, y que el individuo debe construir sobre ello las buenas obras, porque “el hombre tiene que merecer la
gracia de la justificación de Dios y la salvación eterna.” Desde luego, esta opinión de la justificación contradice la
clara enseñanza de la Escritura en pasajes tales como Ro. 4:1-12; Tit. 3:3-7, así como muchos otros. Por otra
parte, los protestantes distinguen entre el hecho único de la justificación (cuando somos declarados justos y
santos por Dios, basados en nuestra fe en la expiación de Cristo en la cruz), y la santificación (el proceso
evolutivo de ser hechos justos que continúa a través de nuestras vidas en la tierra.) Mientras que los protestantes
reconocen que las obras son importantes, ellos creen que son el resultado o el fruto de la salvación, pero nunca la
razón de ella. Los católicos mezclan la justificación y la santificación juntas dentro del proceso evolutivo, el cual
conduce a la confusión acerca de cómo es uno salvado.
Una cuarta y mayor diferencia entre católicos y protestantes tiene que ver con lo que sucede después de que el
hombre muere. Mientras ambos creen que los incrédulos pasarán una eternidad en el infierno, hay unas
significativas e importantes diferencias sobre lo que sucede a los creyentes. De sus tradiciones eclesiásticas y su
dependencia de libros no-canónigos, los católicos han desarrollado la doctrina del Purgatorio. El Purgatorio, de
acuerdo con la Enciclopedia Católica, es un “lugar o condición de castigo temporal para aquellos que, dejando
esta vida en gracia de Dios, están, no enteramente libres de faltas veniales, o no han pagado totalmente la
satisfacción debida a sus transgresiones.” Por otra parte, los protestantes creen que a causa de que somos
justificados por la fe en Cristo solamente, y que la justicia de Cristo es imputada a nosotros – cuando morimos,
iremos directamente al Cielo para estar en la presencia del Señor (2 Co. 5:6-10 y Fil. 1:23).
Aún más desconcertante acerca de la doctrina católica del Purgatorio; es el hecho de que ellos creen que el
hombre debe o aún puede pagar o hacer la satisfacción por sus propios pecados. Esto aunado a su malentendido
sobre lo que la Biblia enseña acerca de cómo el hombre es justificado delante de Dios; da como resultado que
tengan una pobre apreciación de la suficiencia y eficacia de la expiación de Cristo en la cruz. Simple, pero, el
punto de vista Católico Romano de la salvación, implica que la expiación de Cristo en la cruz, no fue pago
suficiente por los pecado de aquellos que creen en Él, y que aún un creyente debe expiar o pagar por sus propios
pecados, ya sea a través de actos de penitencia, o de tiempo en el Purgatorio. Sin embargo la Biblia enseña una y
otra vez que es solo la muerte de Cristo la que puede satisfacer o aplacar la ira de Dios contra los pecadores. ( Ro
3:25; He 2:17; 1 Jn 2:2; 1 Jn 4:10). Nuestras obras de justicia no pueden añadir nada a lo que Cristo ya ha
realizado.
Mientras que hay otras numerosas diferencias entre lo que los católicos y los protestantes creen, estas cuatro son
adecuadas para establecer que existen serias diferencias entre los dos. En mucho, se parece a la manera de pensar
de los judaizantes (judíos quienes decían que los cristianos gentiles tenían que obedecer la ley del AT para ser
salvos) acerca de quienes Pablo escribió en Gálatas; los católicos, al hacer obras necesarias para que uno sea
justificado por Dios, terminaron con un evangelio completamente diferente. Las diferencias entre el Catolicismo
y el Protestantismo Evangélico son importantes y significativas.
Es nuestra oración que Dios abra los ojos de cualquiera que lea este artículo, quien esté poniendo su fe o
confianza en las enseñanzas de la Iglesia Católica. Es nuestra esperanza que cada uno entienda y crea que sus
“obras de justicia” no pueden justificarlos, o santificarlos (Is 64:6). Es nuestra oración que todos, en vez de eso,
pongan su fe solamente en el hecho de que somos “... Justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en Su sangre…” (Ro
3:24-25). Dios nos salva, “no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia, por
el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros
abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por Su gracia, viniésemos a ser herederos
conforme a la esperanza de la vida eterna.”
5.- ¿Fue el diluvio de Noé global o local?
Respuesta: Cuando uno examina los pasajes bíblicos, está claro que el diluvio fue global. Génesis 7:11 dice que
“…aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas.”
Viendo lo que dice Génesis 1:6-7 y 2:6 parece ser que el medio ambiente antes del diluvio era muy diferente de
lo que experimentamos ahora.
Basándonos en estas y otras descripciones bíblicas, así como en el registro de fósiles y descubrimientos
geológicos actuales, es razonable especular que en un tiempo, la tierra estaba cubierta con una especie de bóveda
de agua. Esta bóveda pudo haber estado compuesta de vapor o pudo haber constado de anillos, algo así como los
anillos de hielo de Saturno. Esto, en combinación con un aumento en las corrientes de agua subterránea, pudieron
haber sido ambas vaciadas sobre la tierra (Génesis 2:6) y eso habría resultado en una inundación global.
Los versos que más claramente enseñan los alcances del diluvio están en Gé. 7:19-23 “Y las aguas subieron
mucho sobre la tierra, y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos. Quince
codos más altos subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes. Y murió toda carne que se mueve
sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo
hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue
destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del
cielo, y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.”
En el pasaje anterior no solo se encuentra la palabra “todo” repetidamente, sino también se encuentran frases
como “y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos fueron cubiertos.” “Quince codos más alto
subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes.” (lo suficiente para permitir que el arca pasara sobre
ellos sin problema), “Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y
de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.”, etc. Si estas descripciones no describen una
inundación universal que cubrió toda la tierra, no se cómo podría Dios hacerlo más claro. Además, si el diluvio
hubiera sido solamente local, ¿por qué Dios instruyó a Noé para que construyera el arca, en vez de solo hacer que
los animales emigraran y decirle a Noé que hiciera lo mismo? ¿Y por qué Él instruyó a Noé para construir un
arca lo suficientemente grande para albergar a todas las diferentes clases de animales terrestres que se encuentran
actualmente en la tierra? Sabemos que aún los dinosaurios nacen pequeños, y no habría sido necesario que Noé
llevara animales ya crecidos dentro del arca.
Dios ordenó a Noé que pusiera dos de cada animal terrestre (los animales acuáticos fueron excluidos) dentro del
arca (Gé. 6:19-22) con la excepción de los animales ceremonialmente limpios y de todas las aves, de las cuales él
tendría siete — de cada clase en el arca (Gé. 7:2-3).
Pedro también describe la universalidad del diluvio en 2 P. 3:6-7 en donde él declara: “Por lo cual el mundo de
entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma
palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.” En estos versos,
Pedro compara el venidero juicio “universal” con el diluvio en los tiempos de Noé, y dice que el mundo que
existía entonces, fue anegado en agua. Así mismo, la promesa hecha por Dios (Gé. 8:21, 9:11, 15) de nunca más
enviar un diluvio como ese, hubiera sido rota repetidamente si solo se hubiera tratado de una inundación local.
Más aún, todos los hombres que existen en el mundo actual, se dice que descienden de los tres hijos de Noé (Gé.
9:1, 19) y muchos escritores bíblicos posteriores aceptaron la historicidad de un diluvio universal (Isaías 54:9; 1
P. 3:20; 2 P. 2:5; He. 11:7). Por último, el Señor Jesucristo creyó también la universalidad del diluvio y lo tomó
como una ilustración de la destrucción venidera del mundo cuando Él regrese (Mt. 24:37.39; Lc. 17:26, 27).
Hay muchas evidencias extra-bíblicas que apuntan a una catástrofe mundial describiéndola como una inundación
global. La variedad de fósiles encontrados en cada continente, las grandes cantidades de depósitos de carbón que
habrían requerido la rápida cobertura de grandes cantidades de vegetación, el hecho de que se han encontrado
fósiles oceánicos en las cimas de las montañas alrededor del mundo; las más de 270 historias sobre el diluvio en
todas partes del mundo, y la gran extensión de formaciones geológicas que muestran grandes yacimientos de
depósitos de sedimentos (incluyendo las encontradas en el Gran Cañón) todo ello conduce a acreditar la
ocurrencia de un diluvio global.
6.- ¿Qué dice la Biblia acerca de los dinosaurios?
Respuesta: El tema de los dinosaurios en la Biblia es parte de un más amplio debate en desarrollo dentro de la
comunidad cristiana, sobre la edad de la tierra, la interpretación adecuada del Génesis, y cómo interpretar las
evidencias físicas encontradas alrededor de nosotros. Aquellos que creen en una era más antigua para la tierra,
tienden a estar de acuerdo con que la Biblia no menciona dinosaurios, porque de acuerdo con su paradigma, los
dinosaurios murieron miles de años antes de que el primer hombre alguna vez haya caminado sobre la faz de la
tierra. Los hombres que escribieron la Biblia no pudieron haber visto vivos a los dinosaurios.
Aquellos que creen que la tierra es más joven, tienden a estar de acuerdo en que la Biblia menciona los
dinosaurios, aunque en realidad nunca utiliza la palabra “dinosaurio”. En su lugar, utiliza la palabra hebrea
tanniyn. Tanniyn se traduce de manera un poco diferente en la Biblia en inglés; algunas veces es “monstruo
marino”, algunas veces es “serpiente”. Más comúnmente se la traduce como “dragón”. El tanniyn parece haber
sido algún tipo de reptil gigante. Estas criaturas se mencionan casi treinta veces en el Antiguo Testamento y se las
encontraba tanto en la tierra como en el agua.
Además de mencionar en general cerca de treinta veces a estos reptiles gigantes a lo largo del Antiguo
Testamento, la Biblia describe una pareja de criaturas de manera tal, que algunos estudiosos creen que los
escritores deben haber estado describiendo a los dinosaurios. Se dice que behemot era la más poderosa de todas
las criaturas de Dios, un gigante cuya cola se movía como un árbol de cedro (Job 40:15-17). Algunos estudiosos
han tratado de identificar a behemot como un elefante o un hipopótamo. Otros señalan que los elefantes y los
hipopótamos tienen colas muy delgadas, nada comparado a un árbol de cedro. Por otro lado, los dinosaurios
como los brontosaurios y los diplodocos tenían enormes colas las cuales fácilmente podrían ser comparadas con
un árbol de cedro.
Casi cada civilización antigua tiene algún tipo de arte que representa criaturas reptiles gigantes. Dibujos o
tallados sobre la roca, artefactos y aún pequeñas estatuillas de arcilla encontradas en Norte América, se parecen a
las representaciones modernas de los dinosaurios. Los tallados en la roca en Sur América representan a los
hombres montando criaturas como los diplodocos, y asombrosamente, llevan las imágenes familiares de criaturas
como los triceratops, pterodáctilos, y tiranosaurios. Los mosaicos romanos, la cerámica Maya y las paredes de la
ciudad de Babilonia, todos ellos testifican a través de la cultura del hombre, geográficamente – una fascinación
sin límite con estas criaturas. Los informes serios como aquellos de Marco Polo IL Millone se mezclan con
fantásticas historias de bestias que acumulan tesoros. Los reportes modernos de las observaciones persisten,
aunque son usualmente manejados con un escepticismo arrollador.
Además de la cantidad sustancial de evidencias antropológicas e históricas, para la coexistencia del dinosaurio y
el hombre, hay otras evidencias físicas, como las huellas fosilizadas de humanos y dinosaurios encontradas juntas
en lugares de Norte América y en la parte Centro-Oeste de Asia.
Por tanto, ¿hay dinosaurios en la Biblia? El asunto está lejos de resolverse. Depende de cómo interpreta las
evidencias disponibles y cómo ve al mundo alrededor suyo. Aquí en GotQuestions.org creemos en una
interpretación de que la tierra no es muy antigua y aceptamos que los dinosaurios y el hombre coexistieron.
Creemos que los dinosaurios murieron en algún momento luego del diluvio, debido a una combinación de
cambios dramáticos medioambientales y el hecho de que fueron cazados despiadadamente por el hombre para
exhibición.
7.- ¿Dios ama a todos, o solo a los cristianos?
Respuesta: Hay un sentido en el que Dios ama a todos en el mundo entero (Jn 3:16; 1 Jn 2:2; Ro 5:8) Este amor
no es condicional – está basado solo en el hecho de que Dios es un Dios de amor (1 Jn 4:8, 16). El amor de Dios
por toda la humanidad resulta en el hecho de que Dios muestra Su misericordia al no castigar a la gente de
inmediato por sus pecados (Ro 3:23; 6:23). Si Dios no amara a todos, estaríamos ahora mismo en el infierno. El
amor de Dios por el mundo es manifestado en el hecho de que ÉL da a la gente la oportunidad de arrepentirse (2
P. 3:9). Sin embargo, el que Dios ame al mundo no significa que Él ignore el pecado. Dios es también un Dios de
justicia (2 Ts. 1:6). El pecado no puede quedar impune para siempre (Ro 3:25-26).
La mayor prueba de amor de la eternidad está descrita en Ro 5:8, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Cualquiera que ignore el amor de Dios, que rechace a
Cristo como su Salvador, que niegue al Salvador que lo rescató (2 P 2:1); estará sujeto a la ira de Dios por una
eternidad (Ro 1:18), no a Su amor (Ro 6:23). El amor incondicional de Dios se muestra en cuanto a Su
misericordia hacia todos. Pero Dios ama condicionalmente solo a aquellos que ponen su fe en Su Hijo para
salvación. (Jn 3:36). Solo aquellos que creen en Jesucristo como su Señor y Salvador experimentarán el amor de
Dios por la eternidad.
¿Dios ama a todos? Sí. ¿Dios ama más a los cristianos que a quienes no lo son? No. ¿Dios ama de una manera
diferente a los cristianos de lo que ama a los no creyentes? Sí. Dios ama a todos por igual en cuanto a Su
misericordia para todos. Dios solo ama a los cristianos en cuanto a que ellos tienen Su eterna gracia y
misericordia – la promesa de Su amor eterno en el Cielo. Es este amor de Dios por todos nosotros, lo que debería
llevarnos a recibir Su amor eterno.
8.- ¿Qué significa que Dios es un Dios celoso (Éx. 20:5; Dt. 4:24)? Yo creía que los celos eran malos (Gá. 5:20).
Respuesta: Es importante comprender aquí, en qué sentido es utilizada la palabra celoso. La manera en que es
usada en Éx 20:5 para describir que Dios, es muy diferente al uso que se le da para describir el pecado de los
celos (Gá 5:20). Cuando usamos la palabra celoso, la utilizamos en el sentido de estar envidiosos de alguien que
tiene algo que nosotros no tenemos. Una persona puede estar celosa o envidiosa de otra persona, porque él o ella
tienen un bonito carro o casa (posesiones). O una persona puede estar celosa o envidiosa de otra persona, porque
aquella posee alguna habilidad o destreza que ésta no tiene (como habilidades atléticas). Otro ejemplo sería el que
una persona pueda estar celosa o envidiosa de otra por su belleza.
Cuando vemos este texto, encontramos que no es que Dios esté celoso o envidioso porque alguien tiene algo que
Él quiere y no posee. Éx 20:4-5 dice, “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo,
ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra: No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso,…”. Notemos que en este texto, Dios está ablando acerca de ser celoso si alguien
da a otro algo que solo le pertenece a Él.
En estos versos, Dios está hablando de la gente que hace ídolos y se inclina ante ellos y los adora, en lugar de dar
a Dios la gloria y alabanza que solo le pertenece a Él. Dios es posesivo con la adoración y el servicio que le
pertenece. Es un pecado (como Dios lo señala en este mandamiento) adorar o servir a alguien más que no sea a
Él. Así, que en resumen, es un pecado cuando deseamos, o estamos envidiosos, o celosos de alguien porque tiene
algo que nosotros no poseemos. Es un uso diferente de la palabra celoso, cuando Dios dice que Él lo es. De lo
que está celoso es de lo que le pertenece; la adoración y el servicio le pertenece a ÉL, y que son para brindarlos
solo a Él.
Tal vez un ejemplo práctico nos ayude a comprender más la diferencia. Si un esposo ve a otro hombre
coqueteando con su esposa, él tiene razón en ponerse celoso, porque solo él tiene el derecho de cortejar a su
esposa. Este tipo de celos no es pecado. Es más, es enteramente apropiado. Estar celoso de algo que te pertenece
es bueno y apropiado. Los celos son un pecado cuando es un deseo de algo que no te pertenece. La adoración, la
alabanza, el honor y la adoración pertenecen solo a Dios, porque sólo Él es digno de ello. Por lo tanto, Dios es
justamente celoso cuando esa adoración, alabanza, honor o adoración es brindada a los ídolos. Esta es
precisamente la clase de celos a los que se refiere el apóstol Pablo en 2 de Corintios 11:2, “Porque os celo con
celo de Dios,…..”
9.- ¿Por qué permite Dios los desastres naturales como lo terremotos, huracanes y tsunamis?
Respuesta: ¿Por qué permite Dios los terremotos, tornados, huracanes, tsunamis, tifones, avalanchas de lodo, y
otros desastres naturales? La tragedia del tsunami en Asia a finales del 2004, El huracán Katrina en 2005, en el
sureste de los Estados Unidos, y las avalanchas de lodo en el 2006 en Filipinas tienen a mucha gente
cuestionando la bondad de Dios. Es triste que con frecuencia los desastres naturales sean nombrados como “actos
de Dios” mientras que no se le da “crédito” a Dios por años, décadas, o aún siglos de un clima benéfico. Dios
creó todo el universo y las leyes de la naturaleza (Gén 1:1) La mayoría de los desastres naturales son el resultado
de estas leyes en acción. Los huracanes, tifones y tornados son el resultado de la colisión de diferentes patrones
climáticos. Los terremotos son el resultado de desplazamientos de las placas en la estructura de la corteza
terrestre. Un tsunami es causado por un terremoto submarino.
La Biblia proclama que en Jesucristo subsiste el control de la naturaleza (Col 1:16-17). ¿Podría Dios prevenir los
desastres naturales? ¡Absolutamente! ¿Algunas veces influencia Dios el clima? Si, ver Deuteronomio 11:17 y Stg
5:17. ¿Algunas veces causa Dios los desastres naturales como juicio contra el pecado? Si, ver Núm 16:30-34. El
libro de Apocalipsis describe muchos eventos que definitivamente pueden ser descritos como desastres naturales
(Ap cap. 6, 8 y 16). Entonces, ¿Es cada desastre natural un castigo de Dios? Absolutamente no.
De forma muy parecida a la que Dios permite que la gente mala cometa actos malvados, Dios permite que la
tierra demuestre las consecuencias que tiene el pecado sobre la creación. Ro 8:19-21 nos dice que, “Porque el
anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue
sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la
creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.” La caída
de la humanidad en el pecado tuvo efectos en todo, incluyendo el universo que habitamos. Todas las cosas en la
creación fueron sujetadas a la “vanidad” y a la “corrupción”. El pecado es la causa final de los desastres
naturales, así como lo es la causa de la muerte, la enfermedad y el sufrimiento.
Así que, regresamos donde empezamos. Podemos entender por qué ocurren los desastres naturales. Lo que no
comprendemos es por qué Dios permite que ocurran. ¿Por qué permitiría Dios que el tsunami matara a más de
225,000 personas en Asia? ¿Por qué permitió Dios que el huracán Katrina destruyera las casas de cientos de
miles de gente? Lo que podemos saber es esto… ¡Dios es bueno! Hay muchos milagros asombrosos, que ocurren
durante el proceso de desastres naturales –evitando una mayor pérdida de vidas. Los desastres naturales causan
que millones de personas reevalúen sus prioridades en la vida. Cientos de millones de dólares en ayuda son
enviados para auxiliar a la gente que está sufriendo. Los ministerios cristianos tienen la oportunidad de ayudar,
ministrar, aconsejar, orar – y guiar a la gente a la fe salvadora en Cristo. Dios puede, y lo hace, traer grandes
bienes de terribles tragedias (Ro 8:28).
10.- ¿Por qué Dios en el AT es tan diferente al que es en el NT?
Respuesta: Creo que el corazón de esta pregunta reside en el fundamental malentendido de lo que tanto el
Antiguo como el NT revelan acerca de la naturaleza de Dios. Otra manera de expresar este mismo pensamiento
básico, es cuando la gente dice: “El Dios del AT es un Dios de ira, mientras que el Dios del NT es un Dios de
amor.”
El hecho de que la Biblia sea la revelación progresiva de Dios Mismo a nosotros, a través de eventos históricos y
a través de Su relación con la gente a lo largo de la historia, puede contribuir a la idea errónea de las personas
acerca de cómo es Dios distinto en el AT, comparado con su actuación en el Nuevo Testamento. Sin embargo,
cuando uno lee ambos, el AT y el NT, se hace rápidamente evidente que Dios no es diferente de un Testamento a
otro y que la ira de Dios y Su amor están revelados en ambos Testamentos.
Por ejemplo, a través del AT, se declara que Dios es “misericordioso y piadoso, lento para la ira y grande en
misericordia y verdad” (Éx. 34:6; Nm. 14:18; Dt. 4:31; Neh. 9:17; Sal. 86:5, Sal 86:15, Sal 103:8-14, Sal
108:4; Sal 145:8; Jl. 2:13). Aun así, en el NT, El amor y la bondadosa misericordia de Dios están más
fuertemente manifiestos a través del hecho de que “… de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en ÉL cree no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Jn 3:16). A lo largo del AT,
vemos también a Dios tratando con Israel de manera muy parecida a la de un amoroso padre tratando con su hijo.
Cuando ellos deliberadamente pecaban contra ÉL y comenzaban a adorar a los ídolos, Dios los castigaba, y aun
así una y otra vez ÉL los liberaba una vez que se arrepentían de su idolatría. Esto se parece mucho a la manera
como vemos a Dios tratando con los cristianos en el NT. Por ejemplo, He 12:6 nos dice que “...el Señor al que
ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.”
Igualmente, como vemos a través de todo el Antiguo Testamento el juicio y la ira de Dios derramarse sobre los
pecadores no arrepentidos; de manera similar, en el Nuevo Testamento, vemos el juicio de Dios en acción “.. la
ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad” (Ro. 1:18) Aún con solo una rápida leída del Antiguo Testamento, notamos que Jesús habla más del
infierno que del cielo. Así vemos claramente, que Dios no es más diferente en el Nuevo Testamento de lo que es
en el Nuevo Testamento. Dios, por Su misma naturaleza es inmutable (sin cambio). Y aunque veamos un aspecto
de Su naturaleza revelada en ciertos pasajes de la Escritura más que otros, ÉL en Sí mismo, no cambia jamás.
Cuando uno realmente comienza a leer y estudiar la Biblia, aprecia claramente que Dios no tiene ninguna
diferencia entre el AT y el NT. Aunque la Biblia realmente es el conjunto de sesenta y seis libros individuales,
escritos en dos (o posiblemente tres) continentes, en tres diferentes idiomas, a través de un período de
aproximadamente 1500 años, y escrita por más de 40 autores (procedentes de diferentes estratos sociales y
culturales), sigue siendo un libro con un contenido de perfecta unidad y sin contradicciones de principio a fin. En
él vemos como un Dios amoroso, misericordioso y justo, trata con el hombre pecador en toda clase de
situaciones. Verdaderamente, la Biblia es una carta de amor a la humanidad. El amor de Dios por Su creación y
especialmente por el hombre, es evidente a través de toda la Escritura. Por toda la Biblia vemos el amoroso y
misericordioso llamado de Dios a la gente, invitándola a una relación especial con ÉL, no porque ellos la
merezcan, sino porque ÉL es un Dios de misericordia, lento para la ira y grande en bondadoso amor y verdad.
También vemos a un Dios santo y justo, que es el Juez de todos los aquellos que desobedecen Su palabra y se
niegan a adorarlo, que en vez de eso se vuelven a adorar a dioses de su propia creación, venerando a ídolos y
otros dioses en lugar de adorar al único y verdadero Dios (Ro. 1).
Por el carácter santo y justo de Dios, todo pecado pasado, presente y futuro debe ser juzgado. Aun así, Dios en Su
infinito amor, ha provisto el pago por el pecado y un camino de reconciliación, para que el hombre pecador pueda
escapar de Su ira. Vemos esta maravillosa verdad en versos como 1 Jn 4:10 “En esto consiste el amor; no es que
nosotros hayamos amado a Dios, sino en que ÉL nos amó a nosotros, y envió a Su Hijo en propiciación por
nuestros pecados” En el Antiguo Testamento, Dios proveyó un sistema sacrificial, donde podía hacerse expiación
por el pecado, pero este sistema sacrificial fue solo temporal y simplemente apuntaba a la futura venida de
Jesucristo, quien moriría en la cruz para hacer definitivamente una expiación sustitutiva y total por el pecado. El
Salvador que fue prometido en el AT, es más ampliamente revelado en el NT y la última expresión del amor de
Dios al enviar a Su Hijo Jesucristo, es revelada aquí en toda su gloria. Ambos, el AT y el NT nos fueron dados
para “hacernos sabios para la salvación” (2 Ti. 3:15). Cuando los estudiamos con más detenimiento, se hace
evidente que Dios no es más diferente en el Nuevo Testamento de lo que era en el AT.
11.- ¿Por qué eligió Dios a Israel para ser su pueblo elegido?
Respuesta: Hablando de la nación de Israel, Dt. 7:7-9 nos dice, “No por ser vosotros más que todos los pueblos
os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por
cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano
poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce, pues, que Jehová tu
Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos
hasta mil generaciones.”
Dios eligió a la nación de Israel para ser el pueblo a través del cual Jesucristo nacería – el Salvador del pecado y
la muerte (Jn 3:16). Dios primeramente prometió el Mesías después de que Adán y Eva cayeron en pecado (Gé.
3). Más tarde Dios confirmó que el Mesías vendría del linaje de Abraham, Isaac y Jacob (Gé. 12:1-3). Jesucristo
es la razón fundamental por la que Dios eligió a Israel para ser Su pueblo elegido. Dios no tenía por qué tener un
“pueblo elegido”, pero ÉL decidió hacerlo de esa manera. Jesús habría de venir de alguna nación o pueblo, y Dios
eligió a Israel.
Sin embargo, la razón por la que Dios eligió a la nación de Israel no fue solamente por el propósito de producir al
Mesías. El deseo de Dios para Israel era que ellos irían y enseñarían a otros acerca de ÉL. Israel fue destinado
para ser nación de sacerdotes, profetas y misioneros para el mundo. La intención de Dios fue que Israel fuera un
pueblo diferente, una nación de gente que señalara a otros el camino hacia Dios y Su prometida provisión de un
Redentor, Mesías y Salvador. En su mayor parte, Israel falló en esta tarea. Sin embargo, el fin principal para
Israel, que era el de traer mediante su linaje al Mesías y Salvador, que fue plenamente cumplido – en la persona
de Jesucristo.
12.- ¿Por qué endureció Dios el corazón del faraón?Respuesta: Éx. 7:3-4 dice, “Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis
señales y mis maravillas. Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré mis ejércitos, mi
pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios.” Parece injusto que Dios haya endurecido el
corazón de Faraón y luego lo haya castigado a él y a Egipto por lo que decidió Faraón cuando su corazón fue
endurecido. ¿Por qué endurecería Dios el corazón de Faraón, solo para que Él pudiera juzgar a Egipto más
severamente con plagas adicionales?
Primero, es importante recordar que Faraón no era un hombre bueno o inocente. Él era un brutal dictador a quien
no le importaba el terrible abuso y opresión que sufrían los israelitas, quienes para entonces se habían crecido a
una población de más de 1.5 millones. Los faraones egipcios habían esclavizado a los israelitas por 400 años. Un
faraón anterior – y posiblemente el faraón en cuestión – ordenó que los bebés israelitas que nacieran varones,
fueran muertos al nacer (Éx 1:16). El faraón cuyo corazón Dios endureció, era un hombre malvado, y la gente a
quien gobernaba lo aprobaba, o al menos no se oponían a sus malas acciones.
Segundo, antes de las primeras plagas, Faraón endureció su propio corazón para impedir que los israelitas se
fueran. “Y el corazón de Faraón se endureció,…” (Éx 9:12; 10:20; 10:27). Faraón y Egipto habían atraído estos
juicios sobre ellos mismos con los 400 años de esclavitud y asesinatos en masa. Puesto que el pago del pecado es
muerte (Ro 6:23), y Faraón y Egipto habían pecado terriblemente contra Dos; habría sido justo si Dios hubiera
aniquilado a todo Egipto. Por lo tanto, el que Dios endureciera el corazón de Faraón no era injusto. El que Dios
trajera plagas adicionales contra Egipto, no era injusto. Las plagas, tan terribles como fueron, en realidad
demostraban la misericordia de Dios al no destruir completamente a todo Egipto, lo cual hubiera sido un castigo
perfectamente justo.
Ro 9:17-18 declara, “Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi
poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que de quien quiere, tiene misericordia,
y al que quiere endurecer, endurece.” Desde la perspectiva humana, parece mal que Dios endurezca a una persona
y luego castigue a la misma persona que Él endureció. Sin embargo, hablando bíblicamente, todos hemos pecado
contra Dios (Ro 3:23), y el castigo justo por el pecado es la muerte (Ro 6:23). Por lo tanto, el que Dios endurezca
y castigue a una persona no es injusto, de hecho es algo misericordioso, comparado con lo que la persona merece.
13.- ¿Qué significa que Dios es amor?Respuesta: ¿Qué significa que Dios es amor? Primero veamos cómo la Biblia, La Palabra de Dios, describe “el
amor” y después veremos algunos ejemplos que se aplican a Dios. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no
tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no
guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.” (1 Co 13:4-8ª).
Esta es la descripción que Dios hace del amor. Así es como es Él, y los cristianos tienen que hacer de éste su
meta. (Aunque siempre en proceso). La más grande expresión del amor de Dios nos es comunicada en Jn 3:16 y
Ro 5:8 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” “Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros.” Podemos ver por estos versos que el deseo más grande de Dios es que nos
unamos con Él en Su hogar eterno, el cielo. Él hizo posible este camino, pagando el precio por nuestros pecados.
Él nos ama, porque así lo decidió como un acto de Su voluntad. “Mi corazón se conmueve dentro de mí, se
inflama toda mi compasión.” (Ose. 11:8b). El amor perdona “Si confesamos nuestros pecados (especifica), Él es
fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Jn 1:9).
El amor (Dios) no se impone a nadie. Aquellos que vienen a Él lo hacen en respuesta del llamamiento de Su
amor. El amor (Dios) muestra bondad hacia todos. El amor (Jesús) prodigó el bien a todos, sin parcialidad. El
amor (Jesús) nunca codició lo que otros tenían, viviendo una vida humilde sin quejarse. El amor (Jesús) nunca se
jactó de quién era en la carne, aunque Él podía dominar fácilmente a cualquiera que entrara en contacto con Él. El
amor (Dios) no demanda obediencia. Dios no demandó obediencia de Su Hijo, sino más bien, Jesús obedecía
gustosamente a Su Padre celestial. “Más para que el mundo conozca que amo al Padre y como el Padre me
mandó, así hago.” (Jn 14:31). El amor (Jesús) estuvo y está siempre viendo por los intereses de otros.
Esta breve descripción del amor, revela una vida sin egoísmo, en contraste con la vida egoísta del hombre natural.
Asombrosamente, Dios ha otorgado a aquellos que reciben a Su Hijo Jesucristo como su Salvador personal del
pecado, la habilidad de amar como Él lo hace, a través del poder del Espíritu Santo (ver Juan 1:12; 1 Jn 3:1, 23,
24). ¡Qué privilegio y desafío tenemos!
14.- ¿Dios aún nos habla hoy?Respuesta: La Biblia registra a Dios hablando audiblemente a gente de muchas épocas (Éx 3:14; Jos. 1:1; Jue.
6:18; 1 S 3:11; 2 S 2:1; Job 40:1; Is 7:3; Jer 1:7; Hch 8:26; 9:15 – es solo un pequeño ejemplo). No hay una razón
bíblica por la que Dios no pudiera hablar a una persona audiblemente en la actualidad. Con todo, los cientos de
veces que la Biblia registra a Dios hablando, debemos recordar que ocurrieron a lo largo de 4000 años de la
historia humana. La voz audible de Dios es una excepción, no una regla. Aún en los registros bíblicos de
situaciones en las que Dios habla, no siempre está claro si se trata de una voz audible, una voz interior o una
impresión mental.
Dios habla a la gente en la actualidad. Primero, Dios nos habla a través de Su Palabra (2 Ti 3:16-17). Is 55:11 nos
dice, “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será
prosperada en aquello para que la envié.” La Biblia registra las palabras de Dios para nosotros en todo lo que
necesitamos saber para ser salvos y vivir la vida cristiana. 2 P 1:3-4 declara, “Como todas las cosas que
pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por Su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel
que nos llamó a Su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas,
para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en
el mundo a causa de la concupiscencia.”
En segundo lugar, Dios habla a través de impresiones, eventos y pensamientos. Dios nos ayuda a discernir entre
el bien y el mal a través de nuestras conciencias (1 Ti 1:5; 1 P 3:16) Dios está en el proceso de adaptar nuestras
mentes a Sus pensamientos (Ro 12:2). Dios permite que ocurran eventos en nuestras vidas para dirigirnos,
cambiarnos, y ayudarnos a crecer espiritualmente (Stg 1:2-5; He 12:5.11). 1 P 1:6-7 nos recuerda, “En lo cual
vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas
pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, – el cual aunque perecedero se
prueba con fuego,- sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.”
Finalmente, si, parece que algunas veces Dios habla audiblemente a la gente. Resulta altamente improbable que
esto ocurra con tanta frecuencia como algunas personas declaran. De nuevo, aún en la Biblia, el que Dios hablara
audiblemente era una excepción y no algo ordinario. Si alguien clama que Dios le ha hablado a él/ella, siempre
compara lo que dicen con lo que la Biblia dice. Dios no se contradice a Sí mismo. 2 Ti 3:16-17 proclama; “Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin
de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
15.- ¿Es Dios hombre o mujer?Respuesta: Al examinar la Escritura, hay dos factores que resultan claros: El primero, es que Dios es un Espíritu,
y no posee características o limitaciones humanas; y segundo, que toda la evidencia contenida en la Escritura
concuerda en que Dios se reveló a Sí mismo a la raza humana en forma masculina. Antes que nada, debe ser
entendida la verdadera naturaleza de Dios. Dios es una Persona, obviamente, porque Dios exhibe todas las
características de una personalidad propia: Dios tiene una mente, una voluntad, un intelecto y emociones. Dios se
comunica, se relaciona, y las acciones personales de Dios son evidenciadas a través de toda la Escritura.
Como Jn 4:24 declara, “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
Puesto que Dios es un ser espiritual, Él no posee características físicas humanas. Sin embargo, algunas veces el
lenguaje figurativo usado en la Escritura, le asigna características humanas a Dios, a fin de hacer posible que sean
entendidas por el hombre. Esta asignación de características humanas para describir a Dios es llamada
“antropomorfismo”. El antropomorfismo es simplemente un medio mediante el cual Dios (siendo un ser
espiritual), comunica verdades acerca de Su naturaleza al hombre, un ser físico. Puesto que el hombre es un ser
físico, está limitado en su comprensión de aquellas cosas que están más allá de su esfera física, y así el
antropomorfismo en la Escritura, ayuda al hombre a entender quién es Dios.
Parte de la dificultad surge al examinar el hecho de que el hombre fue creado a la imagen de Dios. Ge 1:26-27
dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; señoree en los
peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la
tierra. Y creó Dios al hombre a su (propia) imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Lo que esto significa, es que ambos, tanto el hombre como la mujer, fueron creados a la imagen de Dios, con
esto, ellos son más grandes que todas las otras cosas creadas; porque ellos, como Dios, tienen una mente,
voluntad, intelecto, emociones y capacidad moral. Los animales no poseen capacidad moral y tampoco poseen un
componente inmaterial como lo tiene la raza humana. Génesis nos dice que cuando el hombre fue creado por
Dios, Él lo creó a Su propia imagen. La imagen de Dios es el componente espiritual que solo el hombre posee.
Dios creó al hombre para tener una relación con Él; el hombre es la única creación designada para este propósito.
Eso dice que, el hombre y la mujer solo son diseños semejantes a la imagen de Dios – no son pequeñas “copias al
carbón” de Dios y el hecho de que sean hombres y mujeres no significa que Dios tenga características masculinas
o femeninas. Recuerda, el haber sido hecho a la imagen de Dios, no tiene nada que ver con las características
físicas.
Sabemos que Dios es un Ser Espiritual, y no posee características físicas. Sin embargo, esto no es una limitación
para que Dios pueda elegir revelarse a Sí Mismo a la raza humana. La Escritura contiene toda la revelación que
Dios dio al hombre acerca de Sí Mismo, y así es la única fuente verdadera y objetiva de información acerca de
Dios. Al leer lo que nos dice la Escritura, encontramos muchas observaciones evidentes acerca de la forma en la
cual Dios se revela a Sí Mismo a la raza humana:
Para comenzar, la Escritura contiene casi 170 referencias de Dios como el “Padre”. Por lógica, uno no puede ser
padre, a menos que sea varón. Si lo que se quiso comunicar era que Dios eligió revelarse al hombre en forma
femenina, entonces se hubiera usado la palabra “madre” en lugar de “padre”. Tanto en el Antiguo como en el NT,
los pronombres masculinos son usados una y otra vez con referencia a Dios.
Jesucristo se refirió varias veces a Dios como el Padre, y en otros casos usó el pronombre masculino para
referirse a Dios. Solo en los Evangelios, Cristo utiliza el término “Padre “en relación directa con Dios cerca de
160 veces. Es de particular interés la declaración de Cristo en Jn 10:30. Él dice aquí, “Yo y (mi) el Padre uno
somos” Obviamente, Jesucristo vino en la forma humana de un hombre para morir en la cruz y pagar por los
pecados del mundo, y como Dios el Padre, se reveló a la humanidad en la forma masculina. La Escritura registra
muchos otros ejemplos donde Cristo utiliza nombres y pronombres masculinos con referencia a Dios.
Las Epístolas del NT (de Hechos a Apocalipsis), también contienen cerca de 900 versos donde la palabra “Theos”
– un nombre masculino en griego – es usado en directa referencia a Dios. Casi siempre es traducida como “Dios”
en las versiones en español.
En incontables referencias a Dios dentro de la Escritura, existe claramente un patrón consistente de referencia a
Él con títulos, nombres y pronombres masculinos. Mientras que Dios no es un hombre, sino un Espíritu, Él eligió
la forma masculina a fin de revelarse a Sí Mismo a la humanidad. De la misma manera, Jesucristo, quien
constantemente es referido con títulos, nombres y pronombres masculinos, adoptó la forma masculina mientras Él
estuvo en la tierra. Los profetas del AT y los apóstoles del NT, se refieren tanto a Dios como a Jesucristo con
nombre y títulos masculinos. Dios eligió revelarse en esta forma, para que el hombre comprendiera más
fácilmente quien es Dios. El afirmar que Dios eligió la forma femenina para revelarse al hombre, no es
consistente con el patrón establecido por la Escritura. Nuevamente, si Dios hubiera elegido la forma femenina,
habría más evidencia de ello en la Escritura. Tal evidencia simplemente no existe. Mientras que Dios es
condescendiente con el ser humano, para que éste pueda comprenderlo, es importante no tratar de “meter a Dios
en una caja” por así decirlo, al imponerle limitaciones que no son apropiadas a la naturaleza de quien es ÉL.
16.- ¿Por qué permitió Dios que Satanás y los demonios pecaran?Respuesta: Dios decidió presentarles una opción tanto a los ángeles como a la humanidad. Mientras que la Biblia
no nos da muchos detalles respecto a la rebelión de Satanás y los ángeles caídos, parece que Satanás,
probablemente el mayor de todos los ángeles (Ez 28:12-18), en soberbia, decidió rebelarse contra Dios, buscando
convertirse en su propio dios. Satanás (Lucifer) no quería adorar u obedecer a Dios, él quería ser Dios (Is 14:12-
14). Ap 12:4 se entiende como una descripción figurativa de un tercio de los ángeles eligiendo seguir a Satanás
en su rebelión, convirtiéndose en ángeles caídos / demonios.
Sin embargo, a diferencia de la humanidad, la decisión que tomaron los ángeles de seguir a Satanás, o
permanecer fieles a Dios, fue una decisión eterna. La Biblia no presenta oportunidad alguna para que los ángeles
caídos se arrepintieran y fueran perdonados. Tampoco indica la Biblia que es posible que los demás ángeles
pequen. Los ángeles que permanecieron fieles a Dios son descritos como “ángeles elegidos.” Satanás y los
ángeles caídos conocieron a Dios en toda Su gloria. Para ellos el rebelarse, a pesar de lo que conocían de Dios,
fue la mayor de las maldades. Como resultado, Dios no da a Satanás y a los otros ángeles caídos la oportunidad
de arrepentirse. Más aún, la Biblia no nos da razón para creer que ellos se arrepentirían aún si Dios les diera la
oportunidad (1 P 5:8). Dios dio a Satanás y a los ángeles la misma oportunidad que le dio a Adán y Eva de
obedecerlo o no. Los ángeles tuvieron la libertad para hacer su elección – Dios no forzó ni animó a ninguno de
los ángeles a pecar. Satanás y los ángeles caídos pecaron por su propia voluntad – y por lo tanto, son merecedores
de la eterna ira de Dios (el fuego eterno).
¿Por qué Dios concedió a los ángeles esta elección, cuando Él sabía cuál sería el resultado? Dios sabía que un
tercio de los ángeles se rebelarían, y que por tanto serían condenados al fuego eterno. Dios también sabía que
Satanás llevaría más allá su rebelión al tentar a la humanidad para pecar. Así que, ¿por qué lo permitió Dios? La
Biblia no da una respuesta específica a esta pregunta. Lo mismo puede ser cuestionado de casi cualquier acción
maligna – ¿por qué lo permite Dios? Finalmente, todo regresa a la elección. Dios creó seres libres, los ángeles y
los seres humanos. Si Dios deseara a seres que simplemente hicieran lo que ellos estuvieran programados para
hacer, hubiera bastado con los animales. No, Dios deseaba seres con quienes Él pudiera tener una genuina
relación, y por lo tanto Él nos dio toda la habilidad para elegir, y presentarnos con una decisión.
17.- ¿Es Dios sexista?Respuesta: El sexismo es un género, usualmente el masculino, ejerciendo dominio sobre otro género, usualmente
el femenino. La Biblia contiene muchas referencias de mujeres que, en nuestras mentes modernas, suenan
discriminatorias hacia ellas. ¿Significa esto que Dios, y por lo tanto la Biblia, es sexista? Debemos recordar que
cuando la Biblia describe una situación, no significa necesariamente que la respalde. La Biblia describe a
hombres tratando a las mujeres como poco menos que una propiedad, pero eso no significa que la Biblia conceda
su aprobación a tal acción. Aún en las situaciones en que en la Biblia es dado un mandato respecto al trato de las
mujeres, no es necesariamente una indicación de la norma ideal de Dios. La Biblia se enfoca mucho más en la
reforma de nuestras almas que en nuestras sociedades. Dios sabe que un cambio en el corazón resultará en un
cambio en el comportamiento humano.
Durante los tiempos del AT, en todo el mundo existía una sociedad patriarcal. Esta situación histórica es muy
clara – no solo en la Escritura sino en las leyes sociales que gobernaban la mayoría de las sociedades en el
mundo. Para los valores de los sistemas modernos y el mundial punto de vista humano, esto es llamado
“sexismo” Dios dispuso el orden en la sociedad, no el hombre, y Él es el autor del establecimiento de los
principios de la autoridad. Sin embargo, como en cualquier otra situación, el hombre caído ha corrompido este
orden. Eso ha resultado en la desigualdad e injusticia de la posición del hombre y la mujer a través de la historia.
La exclusión y la discriminación que encontramos en nuestro mundo no es algo nuevo. Es el resultado de la caída
del hombre y la introducción del pecado en el mundo – lo cual es rebelión contra Dios. Por lo tanto, podemos
justamente decir que el término y la práctica del “sexismo” es el resultado de – un producto del – pecado de la
humanidad. La revelación progresiva de la Biblia nos lleva hacia la cura del sexismo, así como de todas las
prácticas pecaminosas de la raza humana.
Para encontrar y mantener un balance espiritual entre las posiciones de autoridad ordenadas por Dios, debemos
consultar la Escritura. El NT es el cumplimiento del Antiguo, y en él encontramos principios que nos indican la
línea correcta de autoridad y la cura para el pecado, la enfermedad de toda la raza humana, y eso incluye la
discriminación basada en el género de la persona.
La cruz de Cristo es el gran nivelador. Jn 3:16 dice “…para que todo aquel..” y esa es una declaración que
incluye a todos sin excluir a nadie, basándose en su posición social, mental, de capacidad o de género. También
encontramos pasajes en Gálatas, que nos hablan de nuestra igual oportunidad para salvación. “Pues todos sois
hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois
uno en Cristo Jesús.” (Gá 3:26-28). No hay sexismo en la cruz.
La Biblia no es sexista. ¿Por qué? Porque retrata fielmente el resultado del pecado. En la Biblia están registrados
toda clase de pecados: dominio y esclavitud, así como las fallas de sus grandes héroes. Al mismo tiempo también
nos da la respuesta y la cura para esos pecados contra Dios y Su establecimiento del orden. ¿La respuesta? Una
correcta relación con Dios. El AT apuntaba hacia el futuro supremo sacrificio, y cada vez que se realizaba un
sacrificio por el pecado, se enseñaba la necesidad de una reconciliación con Dios. En el Nuevo Testamento, el
“Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” había nacido, muerto, sepultado, resucitado nuevamente, y
ascendido a Su lugar en los cielos, desde donde intercede por nosotros. Es a través de la fe en Cristo que se
encuentra la cura para el pecado y eso incluye el pecado del sexismo.
El cargo de sexismo en la Biblia está basado en la falta de conocimiento de la Escritura. Cuando los hombres y
las mujeres de todas las edades han tomado los lugares designados por Dios, y vivido de acuerdo a “Así dice el
Señor”, entonces se da un maravilloso balance entre los dos géneros. Este balance es con el que Dios los inició y
es con el que Él concluirá. Se brinda una exagerada atención a las muchas consecuencias del pecado y no a la raíz
del mismo. Es solo cuando existe una reconciliación con Dios a través del SEÑOR Jesucristo, que encontramos la
verdadera igualdad. “…y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn 8:32).
También es muy importante comprender que el hecho de que la Biblia asigne roles diferentes al hombre y a la
mujer no es sexismo. La Biblia hace abundantemente claro que Dios espera que el hombre adopte el rol de
liderazgo en la iglesia y el hogar. ¿Eso hace inferior a la mujer? ¡Absolutamente no! Lo que significa es que en
nuestro mundo contaminado por el pecado, debe haber una estructura y una autoridad. Dios ha instituido los roles
de autoridad para nuestro beneficio. El sexismo es el abuso de estos roles… no la existencia de éstos.
18.- ¿Cuándo, por qué, y cómo nos disciplina Dios, cuando pecamos?Respuesta: La disciplina del Señor es un hecho con frecuencia ignorado en la vida de los creyentes.
Frecuentemente lamentamos nuestras circunstancias sin darnos cuenta de que éstas son las consecuencias de
nuestro propio pecado, y que son parte de la gracia y amorosa disciplina del Señor por ese pecado. Esta
ignorancia ego-centrista puede contribuir a la formación de hábitos pecaminosos en la vida del creyente,
incurriendo entonces, en la necesidad de una disciplina aún mayor.
La disciplina no debe confundirse con un castigo emanado de la dureza del corazón. La disciplina del Señor es
una respuesta de Su amor por nosotros, y Su deseo para cada uno de nosotros es que seamos santos. “No
menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de Su corrección; porque Jehová al que ama castiga,
como el padre al hijo a quien quiere.” (Pr 3:11-12). Dios usará pruebas, sufrimientos, y varios predicamentos para
traernos arrepentidos, de regreso a Él. El resultado de esta disciplina es una fe reforzada, y una relación con Dios
renovada (Stg 1:2-4), sin mencionar la destrucción del poder que ese pecado en particular tenía sobre ti.
Si continúa la falta de arrepentimiento, el hábito, o una pecaminosidad “severa,” con frecuencia requerirá de un
trato más severo. No perderás las recompensas que ganaste mientras estabas en el mundo, pero podrías ¡no estar
más en el mundo! Lee lo que dice 1 Co 10:6-10, 1 Co 11:28-30, 1 Jn 5:16-17 y el relato sobre Ananías y Safira
en Hch 5. En cada uno de estos casos, el pecado resultó en muerte. Esto es extremo, pero definitivamente es algo
que debemos considerar, antes de acostumbrarnos al pecado.
La disciplina del Señor trabaja para nuestro propio bien, para que Él pueda ser glorificado en nuestras vidas. Él
quiere que exhibamos vidas de santidad, vidas que reflejen la nueva naturaleza que Dios nos ha dado: “…como
hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como Aquel
que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed
santos, porque Yo soy santo.” (1 P 1:1-16). Si pecamos sin arrepentirnos, podemos esperar ser disciplinados. La
penuria de la disciplina, sin embargo, es como la formación de un diamante en bruto, para que seamos refinados y
fortalecidos. El ignorar la disciplina del Señor y continuar en pecado, llevará a más disciplina, mayor sufrimiento
y por último aún la muerte.
19.- ¿Qué dice la Biblia acerca de la disciplina en la iglesia / excomunión?Respuesta: La excomunión es la separación formal de un individuo, de las actividades de membresía de la
iglesia, y la formal separación de la compañía de tal individuo. Mt 18:15-20 menciona el proceso y la autoridad
de la iglesia para hacer esto. Nos enseña que un individuo (usualmente la parte ofendida) debe ir con el ofensor.
Si él o ella no se arrepienten, entonces dos o tres miembros deben confirmar la situación y la negativa de
arrepentimiento. Si aun así no hay arrepentimiento, es llevado ante la iglesia. Este proceso nunca es “deseable,”
así como un padre jamás se deleita en tener que disciplinar a sus hijos. Sin embargo, con frecuencia es necesario.
El propósito no es ser espiritualmente crueles o tomar la actitud de ser “más santos que tú.” Se trata más bien de
hacerlo en amor, con el propósito de mostrar amor hacia el individuo, en obediencia y honor a Dios, y en piadoso
temor por el bien de los demás en la iglesia.
La Biblia da un ejemplo de la necesidad de excomunión en una iglesia local, con la iglesia en la ciudad de
Corinto (1 Co 5:1-13). En este pasaje, el apóstol Pablo también nos da algunos propósitos detrás del uso bíblico
de la excomunión. Una razón (no encontrada directamente en el pasaje) es por el bien del testimonio de Jesucristo
(y Su iglesia) ante los no creyentes. Cuando David pecó con Betsabe, una de las consecuencias de su pecado que
Dios menciona, es que el nombre del único y verdadero Dios sería blasfemado por los enemigos de Dios (2 S
12:14). Una segunda razón es que el pecado es como un cáncer; si se tolera su presencia, éste se extiende a
aquellos que están alrededor, de la misma manera que un poco de levadura leuda toda la masa (1 Co 5:6-7).
También Pablo explica que Jesús nos salvó para que podamos ser apartados del pecado, que podamos ser “sin
levadura” o liberados de aquello que produce la decadencia espiritual (1 Co 5:7-8). El deseo de Jesucristo para Su
novia, la Iglesia, es que ella pueda ser pura y sin mancha (Ef 5:25-27). La excomunión también es por el bien a
largo plazo de aquel que es disciplinado por la iglesia. Pablo, en 1 Co 5:5, declara que la excomunión es una
manera de rescatar al individuo “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el
espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” Esto significa que la excomunión puede implicar que de alguna
manera Dios utiliza a Satanás (o uno de sus demonios) como una herramienta disciplinaria para trabajar
físicamente en la vida del pecador, a fin de traer un verdadero arrepentimiento en su corazón.
Algunas veces la acción disciplinaria de la iglesia tiene éxito al producir una tristeza piadosa y un verdadero
arrepentimiento. Cuando esto ocurre, el individuo está preparado para ser reintegrado al compañerismo. El
individuo de quien se habla en el pasaje de 1 Co 5 se arrepintió, y Pablo animó a la iglesia a restablecerlo al
compañerismo con la iglesia (2 Co 2:5-8). Desgraciadamente, la acción disciplinaria, aun cuando es hecha en
amor y de la manera correcta, no siempre es exitosa en producir tal restauración, pero aun así es necesaria para
llevar a cabo los demás buenos propósitos antes mencionados.
Todos hemos sido testigos del comportamiento de un niño a quien se le ha permitido hacer todo lo que le plazca,
sin ninguna o poca disciplina consistente. ¡No es algo agradable! Tampoco lo es esta clase de amor paterno, que
condena al niño a un terrible futuro. Tal comportamiento, impedirá al niño establecer relaciones significativas y
comportarse adecuadamente en cualquier clase de situación, ya sea socialmente o en una ocupación. De la misma
manera, la disciplina ejercida en la iglesia, aunque no es ni deseable ni fácil, no solo es necesaria, sino también
amorosa. Más aún, es ordenada por Dios.
20.- La Perseverancia de Abraham Lincoln.1816 – Su familia fue forzada a salir de su hogar, a la edad de 7 años tuvo que empezar a trabajar para ayudar con
los gastos.
1818 – Su madre murió.
1831 – Fracaso en todos los negocios que emprendió.
1832 – Compitió para la Legislatura estatal y perdió. También perdió su trabajo y fue rechazado para entrar a la
escuela de leyes.
1833 – Pidió prestado un dinero para empezar un negocio, fracaso y gasto 17 años de su vida para pagar la deuda.
1834 – Volvió a competir para la legislatura estatal y gano.
1835 – Se comprometió en matrimonio, su novia murió.
1836 – Tuvo una crisis nerviosa y estuvo en cama por 6 meses.
1838 – Compitió para presidente de la cámara estatal y otra vez fue derrotado.
1840 – Se postuló para gobernador y fue derrotado.
1843 – Compitió para el congreso federal, y perdió.
1846 – Se postuló de nuevo para el congreso federal y gano
1848 – Compitió en la reelección del congreso, y volvió a perder.
1849 – Se postuló para Oficial estatal y fue rechazado.
1854 – Compitió para senador y volvió a perder
1856 – Busco la nominación a la vicepresidencia y obtuvo la ridícula suma de menos de 100 votos.
1858 – Compitió de nuevo para senador, ¿y que creen?.. Volvió a perder
1860 – Fue elegido presidente de su país…
Actualmente es quizás el presidente más querido y recordado en la historia de su país…
Su nombre es Abraham Lincoln.
Si dependes de Dios en todos los aspectos de la vida, nunca serás derrotado.
Aunque algunas veces las cosas no salgan como te gustaría, recuerda que si estas en las manos de Dios, Él te
llevara por caminos que nunca has imaginado.
Fil 4:13. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Ef 2:10. Somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparo de antemano
para que anduviésemos en ellas.
21.- Curiosidades de la Biblia – Abraham Lincoln.Abraham Lincoln fue el 16avo presidente de los Estados Unidos, fue muerto un viernes Santo, él era lector muy
aplicado de la Biblia, aunque él nunca perteneció a una iglesia. En los tiempos de pobreza, en la juventud, la
biblia era uno de los pocos libros que Abraham Lincoln tenía. Cuando él fue elegido presidente, muchas de las
palabras y expresiones bíblicas pasaron a ser parte de sus numerosos discursos.
Antes de todo esto, un noviazgo roto causo mucho sufrimiento a Lincoln, y el declaro que la Biblia era “El mejor
remedio para la tristeza”. Lincoln también dijo: “Ese Grande Libro es el mejor regalo dado por Dios a los
hombres”. Cuando su esposa, Mary, solicito medidas drásticas para la derrota de la Confederación de los Estados
del Sur, Lincoln cito las palabras de Jesús: “No Juzguen, para que no sean juzgados” (Lc 6:37).
La Wikipedia habla de la Religión de Abraham Lincoln así: Existe una gran controversia entre los autores
respecto a la vida espiritual de Abraham Lincoln; unos sostienen que fue un deísta, otros sin embargo lo
consideran un fiel cristiano bautista, al igual que sus padres.
Sin perjuicio de lo anterior existen muchas similitudes entre los valores y la filosofía cristiana con principios que
se vieron reflejados en las políticas de Abraham y en su pensamiento político. Incluso en algunas de sus frases
célebres hace una verdadera paráfrasis de textos cristianos, lo que al menos nos conduce a deducir que era un
asiduo estudiante de las Santas Escrituras. Un ejemplo es la famosa frase “Mejor es callar y que sospechen de tu
poca sabiduría que hablar y eliminar cualquier duda sobre ello.” que es casi una cita textual de Pr 17:28.8.
Y para ti que conoces algo de la vida de Abraham Lincoln, será que él era Cristiano? Por favor deja tu comentario
si deseas agregar algo más.
21.- ¿Cómo deben los cristianos disciplinar a sus hijos? ¿Qué es lo que dice la Biblia?Respuesta: Hace unas décadas, el darles unas nalgadas a los niños era una práctica comúnmente aceptada. Sin
embargo, en años recientes, el darles nalgadas (y otras formas de castigo corporal) ha sido reemplazado con
“tiempos fuera” y otros castigos que no involucran la disciplina física. De hecho, el darle nalgadas a los niños ha
sido considerado como ilegal en algunos países. Muchos padres temen corregir de esta forma a sus hijos, por el
miedo a ser reportados al gobierno y que les sean quitados sus hijos. No hay que malentenderlo, – de ninguna
forma estamos abogando por el maltrato infantil. Un niño jamás debe ser disciplinado físicamente hasta el punto
que pueda causarle un daño físico. Sin embargo, de acuerdo con la Biblia, es bueno que el niño cuente con
restricciones y una apropiada disciplina física, que contribuya a su sano desarrollo y bienestar.
De hecho, muchas Escrituras promueven la disciplina física. “No rehúses corregir al muchacho; porque si lo
castigas con vara, no morirá.” (Pr 23:13-14) Hay también otros versos que apoyan la corrección física (Pr 13:24,
22:5, 20:30). La Biblia habla enfáticamente de la importancia de la disciplina; es algo que todos debemos tener
para ser personas productivas y es mucho más fácil aprenderlo mientras aún somos pequeños. Los niños que no
son disciplinados, crecen en rebelión, no tienen respeto por la autoridad, y como obvio resultado, no estarán
dispuestos a obedecer y seguir a Dios. Él utiliza la disciplina para corregirnos y guiarnos por el camino correcto;
así como para llevarnos al arrepentimiento de nuestras acciones (Sal 94:12; Pr 1:7, 6:23, 12:1, 13:1, 15:5; Is
38:16; He 12:9) Estos son solo algunos de los versos que hablan sobre lo bueno de la disciplina.
Aquí es donde reside el problema; muchas veces los padres son, o muy pasivos o muy agresivos cuando se trata
de disciplinar a sus hijos. Aquellos que no creen en el castigo físico, algunas veces carecen de la habilidad para
corregir y disciplinar correctamente, causando que sus hijos crezcan como niños revoltosos y desafiantes. Esto
lastimará a sus hijos a la larga. “La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará
a su madre” (Pr 29:15). Luego, están aquellos padres que pueden malentender la definición bíblica de la
disciplina (o tal vez es que solo sean personas abusivas) y la usan para justificar el abuso y maltrato de sus niños.
La disciplina se utiliza para corregir y guiar a la gente por el camino correcto. “Es verdad que ninguna disciplina
al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella
han sido ejercitados” (He 12:11). La disciplina de Dios es amorosa, como debe ser entre el padre y el hijo. El
castigo físico nunca debe ser usado para causar un dolor o daño físico permanente, sino como un golpe rápido (en
el trasero, donde hay más “relleno protector”), para enseñar al niño que lo que hizo está mal y es inaceptable.
Nunca debe ser usado sin control o para descargar nuestro enojo y frustraciones.
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
(Ef 6:4). Criar a un niño en la “disciplina y amonestación del Señor” incluye la disciplina correctiva, establecer
límites, y si, amorosa disciplina física.
22.- ¿Cuál es la Teoría del Diseño Inteligente?Respuesta: La Teoría del Diseño Inteligente dice que “las causas inteligentes son necesarias para explicar la
compleja información de las ricas estructuras de la biología y que estas causas son empíricamente detectables”
Ciertas características biológicas desafían la explicación Darwiniana de “coincidencias fortuitas”. Ellas parecen
haber sido diseñadas. Puesto que el diseño lógicamente necesita de un diseñador inteligente, la aparición del
diseño es citado como evidencia para la existencia de un Diseñador. Hay tres argumentos primarios en la Teoría
del Diseño Inteligente: (1) complejidad irreducible, (2) complejidad específica, y (3) el principio antrópico.
(1) La complejidad irreducible es definida como “… un solo sistema, el cual está compuesto por varias partes
interactivas bien integradas que contribuyen a la función básica, en donde el retiro de cualquiera de las partes
causa que el sistema deje de funcionar con efectividad.” En otras palabras, la vida es comparada con partes
interconectadas que descansan una en la otra a fin de resultar útil. La mutación fortuita puede contribuir al
desarrollo de una parte nueva, pero no puede contribuir para el desarrollo concurrente de las múltiples partes
necesarias para el funcionamiento del sistema. Por ejemplo, el ojo humano es obviamente un sistema muy útil.
Sin el globo ocular (el cual es en sí mismo un complejo sistema irreducible), el nervio óptico, y la corteza visual;
una mutación fortuita del ojo, sería en realidad contraproducente para la supervivencia de una especie, y por lo
tanto sería eliminada a través del proceso de la selección natural. Un ojo no es un sistema útil, a menos que todas
sus partes estén presentes y funcionando apropiadamente al mismo tiempo.
(2) La complejidad específica es el concepto de que, puesto que patrones complejos específicos pueden ser
encontrados en organismos, alguna forma de guía debe haber actuado para su aparición. El argumento de la
complejidad específica, establece que es imposible que a través de un proceso fortuito puedan desarrollarse estos
complejos patrones. Por ejemplo, un cuarto lleno con 100 monos y 100 máquinas de escribir pueden eventual-
mente producir algunas palabras, o quizá aún hasta una oración, pero jamás producirán una obra Shakesperiana.
¿Y qué tanto más compleja es la vida que una obra de Shakespeare?
(3) El principio antrópico establece que el mundo y el universo están “finamente ajustados” para hacer posible la
vida en la tierra. Si la proporción de los elementos en el aire de la tierra fuera alterada en lo más mínimo, muchas
especies dejarían de existir rápidamente. Si la tierra estuviera unas pocas millas más cerca o más lejos del sol,
muchas especies dejarían de existir. La existencia y el desarrollo de la vida en la tierra requiere de que muchas
variables estén perfectamente armonizadas, de manera que sería imposible que todas estas variables llegaran a
existir a través de la casualidad o de eventos fortuitos no coordinados.
Mientras que la Teoría del Diseño Inteligente no pretende identificar la fuente de inteligencia (ya sea Dios u
OVNIS, etc.) la gran mayoría de los teóricos del Diseño Inteligente, son teístas. Ellos ven la presencia del diseño
que trasciende al mundo biológico, como una evidencia de la existencia de Dios. Sin embargo, hay algunos poco
ateos que no pueden negar la fuerte evidencia de un diseño, pero que tampoco están dispuestos a reconocer a un
Dios Creador. Ellos tienden a interpretar la información, como una evidencia de que la tierra fue sembrada por
alguna clase de raza superior o criaturas extraterrestres (alienígenos).
La Teoría del Diseño Inteligente no es Creacionismo Bíblico. Hay una importante diferencia entre las dos
posiciones. El Creacionismo Bíblico comienza con una conclusión: que el relato bíblico de la creación es
confiable y correcto; que la vida en la Tierra fue diseñada por un Agente Inteligente (Dios). Entonces ellos
buscan evidencias de una esfera natural para respaldar esta conclusión. Los teóricos del Diseño Inteligente
comienzan con una esfera natural y alcanzan su conclusión subsecuentemente: que la vida en la Tierra fue
diseñada por un Agente Inteligente (quienquiera que éste sea).
23.- ¿Es bíblico el dispensacionalismo?Respuesta: El dispensacionalismo es un sistema de teología que tiene dos características principales. (1) Una
consistente interpretación literal de la Escritura, especialmente de la profecía bíblica. (2) Una distinción entre
Israel y la iglesia dentro del programa de Dios.
(1) Los dispensacionalistas sostienen que su principio de hermenéutica es el de la interpretación literal.
“Interpretación Literal” significa dar a cada palabra el significado que comúnmente tendría en el uso cotidiano.
Los símbolos, figuras del lenguaje y tipos son todos interpretados sencillamente bajo este método, y no son, en
manera alguna, contrarios a la interpretación literal. Aún los simbolismos y figuras del lenguaje tienen
interpretaciones literales contenidas en ellas.
Hay por lo menos tres razones por las que esta es la mejor manera de ver la Escritura. Primero, filosóficamente,
el propósito del lenguaje en sí parece requerir que lo interpretemos literalmente. El lenguaje fue dado por Dios
con el propósito de poder comunicarse con el hombre. La segunda razón es bíblica. Cada profecía acerca de
Jesucristo en el Antiguo Testamento, fue cumplida literalmente. El nacimiento de Jesús, Su ministerio, Su muerte
y Su resurrección, todas ocurrieron exacta y literalmente como fueron predichas en el Antiguo Testamento. No
hay ningún cumplimiento no literal de estas profecías en el Nuevo Testamento. Este es un fuerte argumento a
favor del método literal. Si no se utiliza la interpretación literal en el estudio de las Escrituras, entonces no hay un
denominador común por el cual se pueda entender la Biblia. Cada y toda persona podría interpretar la Biblia
como le acomodara. La interpretación bíblica denigraría en “lo que este pasaje me dice a mí….” en vez de “la
Biblia dice…” Tristemente, este es ya el caso en lo que actualmente se conoce como interpretación bíblica.
(2) La dispensación Teológica cree que hay dos clases del pueblo de Dios: Israel y la Iglesia. Los
dispensacionalistas creen que la salvación siempre ha sido por fe (En Dios en el AT, y específicamente en Dios
Hijo en el NT). Los dispensacionalistas sostienen que la Iglesia no ha remplazado a Israel en el programa de Dios
y las promesas a Israel en el Antiguo Testamento no han sido transferidas a la Iglesia. Ellos creen que las
promesas que Dios hizo a Israel (de la tierra, muchos descendientes y bendiciones) en el AT serán finalmente
cumplidas en el período del milenio del que se habla en Ap. 20. Creen que así como Dios en la época actual
enfoca Su atención en la Iglesia, Él nuevamente en el futuro, enfocará Su atención en Israel (Ro. 9:11).
Usando este sistema como base, los dispensacionalistas entienden que la Biblia está organizada en siete
dispensaciones; Inocencia (Ge 1:1 – 3:7), Conciencia (Ge 3:8 – 8:22), Gobierno Humano (Ge 9:11 – 11:32),
Promesa (Ge 12:1 – Éx 19:25), Ley (Ex 20:1 – Hch 2:4), Gracia (Hch 2:4 – Ap 20:3), y el Reino Milenial (Ap
20:4 – 20:6). Nuevamente, estas dispensaciones no son medios para la salvación, sino maneras en las que Dios se
relaciona con el hombre. El dispensacionalismo como un sistema, resulta en una interpretación premilenial de la
Segunda Venida de Cristo, y usualmente una interpretación pretribulacional del Arrebatamiento.
24.- ¿Cómo distribuye Dios los dones espirituales? ¿Me dará Dios el don espiritual que le pida?Respuesta: Ro. 12:3-8 y 1 Co. 12, hacen muy claro que a cada cristiano le son otorgados dones espirituales de
acuerdo a la elección del Señor. Los dones espirituales son impartidos con el propósito de edificar al cuerpo de
Cristo (1 Co. 12:7; 14:12) No se menciona específicamente el momento exacto en que estos dones son asignados.
La mayoría asume que los dones espirituales son recibidos en el momento del nacimiento espiritual (el momento
de la salvación), Sin embargo, hay algunos versos que pueden indicar, que a veces Dios también otorga los dones
espirituales posteriormente. 1 Ti 4:14 y 2 Ti 1:6 se refieren ambos a un “don” que había recibido Timoteo al
momento de su ordenación “mediante profecía.” Esto parece indicar que durante la ordenación de Timoteo, uno
de los ancianos, habló bajo la influencia de Dios, de un don espiritual que Timoteo recibiría como un instrumento
para su futuro ministerio.
También se nos dice en 1 Co 12:28-31 y el 1 Co 14:12-12 que es Dios (no nosotros) quien elige esos dones. Estos
pasajes también indican que no todos tendrán un don en particular. Pablo les dice a los creyentes corintios, que si
ellos van a codiciar o anhelar los dones espirituales, deben dejar de lado su fascinación por los dones
“espectaculares” o “llamativos” y en su lugar procurar los dones más edificantes, tales como el de profecía
(hablar la palabra de Dios para la edificación de otros). Ahora, ¿por qué Pablo les habría de decir que se
esforzaran por desear los dones “mejores,” si ya se les había dado todo lo que recibirían, y no habría más
oportunidad para ganar estos dones “mejores”? Uno puede deducir, que así como Salomón pidió sabiduría a Dios
para poder gobernar sobre Su pueblo, así Dios nos otorgará aquellos dones que necesitemos para ser de beneficio
a Su iglesia.
Habiendo dicho esto, aún queda claro que estos dones son distribuidos de acuerdo a la elección de Dios, no la
nuestra. Si cada corintio deseara grandemente un don en particular, como el de profecía, Dios no les daría a todos
ese don simplemente porque lo anhelaran fervientemente. ¿Por qué? Porque ¿dónde estarían aquellos que son
necesarios para servir en todas las otras funciones del cuerpo de Cristo?
Hay una cosa que es totalmente clara, el mandato de Dios es la capacitación de Dios. Si Dios nos ordena hacer
algo (cosas como testificar, amar a los no amados, discipular a las naciones, etc.,) Él nos equipará para hacerlo.
Algunos pueden no estar tan “dotados” para evangelizar como otros, pero Dios ordena a todos los cristianos que
testifiquen y discipulen (Mt 28:18-20; Hch 1:8). Todos estamos llamados a evangelizar, ya sea que tengamos o
no el don espiritual de evangelismo. Un determinado cristiano que se esfuerza por aprender la Palabra y
desarrollar sus habilidades de enseñanza, será un mejor maestro que uno que pueda tener el don espiritual de
enseñanza, pero que lo haya descuidado.
En resumen, ¿los dones espirituales son otorgados cuando recibimos a Cristo, o son cultivados a través de nuestro
caminar con Dios? La respuesta es ambas cosas. Normalmente, los dones espirituales nos son dados al momento
de la salvación, pero también necesitan ser cultivados a través del crecimiento espiritual. ¿Puede un deseo de tu
corazón aspirar y desarrollarse como un don espiritual? ¿Puedes buscar ciertos dones espirituales? 1 Co 12:31
parece indicar que esto es posible “Procurad, pues, los dones mejores…“ Puedes pedir a Dios un don espiritual y
anhelarlo fervorosamente, esforzándote para desarrollar esa área. Al mismo tiempo, si no es la voluntad de Dios,
no recibirás ese determinado don espiritual, sin importar cuán celosamente lo busques. Definitivamente Dios es
sabio, y Él sabe con cuáles dones serás más productivo para Su reino.
No importa cuánto hayamos sido dotados con uno u otro don, todos somos llamados a desarrollar el número de
áreas mencionadas en la lista de los dones espirituales,…. a ser hospitalarios, a mostrar actos de misericordia, a
servir unos a otros, a evangelizar, etc. Mientras busquemos servirle por amor, con el propósito de edificar a otros
para Su gloria, Él traerá gloria a Su nombre, crecerá Su iglesia, y nos recompensará (1 Co 3:5-8; 12:31 – 14:1).
Dios promete que mientras nos deleitemos en Él, Él nos concederá las peticiones de nuestro corazón (Salmo
37:4-5). Esto seguramente incluye el prepararnos para servirle, de una manera que nos brinde propósito y
satisfacción.
25.- ¿Qué dice la Biblia acerca del divorcio y el segundo casamiento?Respuesta: En primer lugar, no importa el punto de vista que tome en el asunto del divorcio, es importante
recordar las palabras de la Biblia de Mal. 2:16ª: “Yo aborrezco el divorcio –dice el SEÑOR Dios de Israel”. De
acuerdo con la Biblia, el plan de Dios es que el matrimonio sea un compromiso para la eternidad. “Así que ya no
son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19:6 NVI). Sin
embargo, Dios comprende que el divorcio va a ocurrir, debido a que un matrimonio involucra a dos seres
humanos pecadores. En el AT Dios estableció algunas leyes, a fin de proteger los derechos de los divorciados,
especialmente de las mujeres (Dt. 24:1-4). Jesús señaló que aquellas leyes fueron dadas a causa de la dureza de
los corazones de la gente, más no porque fueran el deseo de Dios (Mt 19:8).
La controversia de si el divorcio y segundo casamiento son permitidos de acuerdo con la Biblia, gira
principalmente alrededor de las palabras de Jesús en Mt 5:32 y 19:9. La frase “excepto en caso de infidelidad
conyugal” es lo único en la Escritura, que posiblemente da el permiso de Dios para el divorcio. Muchos
intérpretes entienden esta “cláusula de excepción” como refiriéndose a “infidelidad conyugal” durante el período
de “desposorio”. En la costumbre judía, un hombre y una mujer se consideraban casados, aún mientras todavía
estaban comprometidos “prometidos”. La inmoralidad durante este período de “desposorio” debería entonces ser
la única razón válida para un divorcio.
Sin embargo, la palabra griega traducida como “infidelidad conyugal” es una palabra que puede significar
cualquier forma de inmoralidad sexual. Esto puede significar fornicación, prostitución, adulterio, etc.
Posiblemente Jesús está diciendo que el divorcio es lícito, si se comete inmoralidad sexual. Las relaciones
sexuales como tales, son una parte integral del vínculo marital “y serán una sola carne” (Gé 2:24; Mt 19:5; Ef
5:31). Por tanto, una ruptura de ese vínculo, por medio de relaciones sexuales fuera del matrimonio, debería ser
una razón lícita para el divorcio. Si es así, Jesús también tiene en mente el segundo matrimonio en este pasaje. La
frase “y se casa con otra” (Mt 19:9) indica que el divorcio y el segundo casamiento son permitidos en una
instancia de la cláusula de excepción, sea como sea interpretada. Es importante notar que solamente a la parte
inocente se le permite volver a casarse. Aunque esto no está indicado en el texto, la concesión del segundo
casamiento después de un divorcio, es la misericordia de Dios para aquel contra el que se ha cometido pecado, no
para el que ha cometido inmoralidad sexual. Puede haber instancias donde a la “parte culpable” se le permite
volver a casarse – pero tal concepto no es enseñado en este texto.
Algunos entienden 1ª Co 7:15 como otra “excepción”, que permite el segundo casamiento si un cónyuge
incrédulo se divorcia de un creyente. Sin embargo, el contexto no menciona el segundo casamiento, sino que
solamente dice que un creyente no está limitado a continuar un matrimonio, si un cónyuge no creyente quiere
abandonarlo. Otros demandan que el abuso a (cónyuge o hijo) son razones válidas para el divorcio, aunque no
están listadas como tales en la Biblia. Aunque éste, bien pudiera ser el caso, nunca es sabio suponer sobre la
Palabra de Dios.
Algunas veces, perdidos en la discusión sobre la cláusula de excepción, está el hecho de que lo que quiera que
signifique “infidelidad marital”, ésta es un permiso para el divorcio, no un requisito para el mismo. Aun cuando
se haya cometido adulterio, una pareja puede por medio de la gracia de Dios aprender a perdonar, y comenzar a
reconstruir su matrimonio. Dios nos ha perdonado mucho más. Con seguridad podemos seguir Su ejemplo y aún
perdonar el pecado del adulterio (Ef 4:32). Sin embargo, en muchas instancias, un cónyuge es impenitente y
continúa en inmoralidad sexual. Posiblemente ahí es donde Mateo 19:9 puede ser aplicado. Muchos también
cuentan demasiado rápido con el segundo casamiento después de un divorcio, cuando el deseo de Dios sería que
permanezcan solteros. Algunas veces Dios invita a una persona a permanecer soltera, de manera que su atención
no sea dividida (1ª Co. 7:32-35). El segundo casamiento después de un divorcio puede ser una opción en algunas
circunstancias, pero eso no significa que esta es la única opción.
Es doloroso que el índice de divorcio entre los cristianos profesos, sea casi tan alto como el del mundo incrédulo.
La Biblia deja meridianamente claro que Dios odia el divorcio (Mal. 2:16) y esa reconciliación y perdón deberían
ser las marcas de la vida de un creyente (Lc 11:4; Ef 4:32). Sin embargo, Dios reconoce que el divorcio se va a
dar aún entre Sus hijos. Un creyente divorciado o vuelto a casar no debería sentirse menos amado por Dios, aún si
su divorcio o segundo matrimonio no estuvieran cubiertos bajo la posible cláusula de excepción de Mt 19:9. Dios
a menudo utiliza aún la desobediencia pecaminosa de los cristianos para llevar a cabo una gran cantidad de cosas
buenas.
26.- Soy divorciado. De acuerdo con la Biblia ¿Puedo casarme de nuevo?Respuesta: Con frecuencia recibimos preguntas como “Soy divorciado por tal y tal razón. ¿Puedo casarme
nuevamente?” – o – “Me he divorciado dos veces – la primera por adulterio de mi esposo y la segunda por
incompatibilidad. Estoy saliendo con un hombre que ha estado divorciado tres veces – la primera por
incompatibilidad, la segunda por adulterio de su parte, la tercera por adulterio de parte de su esposa. ¿Podemos
casarnos uno con otro?” Preguntas como estas son muy difíciles de contestar, porque la Biblia no entra en
grandes detalles en consideración a las razones para que una persona pueda o no volver a casarse después de un
divorcio.
Lo que podemos saber con seguridad es esto: – Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16). El plan de Dios para una
pareja casada, es que permanezcan casados tanto como ambos esposos vivan (Génesis 2:24; Mateo 19:6) El único
permiso específico para un nuevo matrimonio después de un divorcio es por adulterio (Mt 19:9) – y aún esto es
debatido entre los cristianos. Otra posibilidad es que un(a) esposo(a) incrédulo(a) abandone a la (al) esposa(o)
creyente (1 Co 7:12-15). Este pasaje, sin embargo, no se refiere específicamente a un nuevo matrimonio, sino
más bien solo a ser liberado de permanecer en el matrimonio. A mí también me parecería que el severo abuso
emocional, físico o sexual, sería causa suficiente de divorcio y posiblemente de un nuevo matrimonio. Sin
embargo, la Biblia no enseña esto específicamente.
En este problema, sabemos dos cosas con seguridad. (1) Nuevamente, Dios odia el divorcio (Malaquías 2:16). (2)
Dios es misericordioso y perdonador. Todos y cada uno de los divorcios es el resultado del pecado, ya sea de
parte de un esposo o de ambos. ¿Dios perdona el divorcio? ¡Absolutamente! El divorcio no es menos perdonable
que cualquier otro pecado. El perdón de todos los pecados está disponible a través de la fe en Jesucristo (Mt
26:28; Ef 1:7). Si Dios perdona el pecado del divorcio, ¿significa que eres libre de volver a casarte? No
necesariamente. Algunas veces Dios llama a la gente a permanecer soltera (1 Co 7:7-8). El permanecer soltero no
debe verse como un castigo o maldición, sino más bien como una oportunidad de servir a Dios con más libertad
(1 Co 7:32-36). Aunque también la Palabra de Dios nos dice que, “…es mejor casarse que estarse quemando.” (1
Co 7:9). Tal vez esto se aplique algunas veces al matrimonio después del divorcio.
Así que, ¿podrías o deberías casarte nuevamente? No puedo contestar esa pregunta. A última instancia, eso es
entre tú, tu esposo en potencia, y lo más importante; Dios. El único consejo que puedo darte es que ores a Dios
por sabiduría, considerando lo que Él deseé que hagas (Stg 1:5). Ora con una mente abierta, y genuinamente pide
al Señor que ponga Su deseo en tu corazón (Sal 37:4-5). Busca la voluntad del Señor (Pr 3:5-6) y déjate guiar por
Él. Ese es el mejor consejo que puedo darte.
27.- ¿Quiénes fueron los doce (12) discípulos / apóstoles de Jesucristo?Respuesta: La palabra “discípulo” significa “aprendiz” o “seguidor”. La palabra “apóstol” se refiere a “uno que
es enviado”. Mientras Jesús estuvo en el mundo, los doce fueron llamados discípulos. Los 12 discípulos siguieron
a Jesucristo, aprendieron de ÉL, y fueron entrenados por Él. Después de la resurrección y ascensión de Jesús, Él
envió fuera a sus discípulos (Mt 28:18-20; Hch 1:8) para convertirse en Sus testigos. Entonces ellos fueron
conocidos como los doce apóstoles. Sin embargo, aun cuando Jesús aún estaba todavía en el mundo, los términos
discípulos y apóstoles fueron utilizados indistintamente, mientras eran entrenados y enviados por Jesús.
Los doce discípulos / apóstoles originales están registrados en Mt. 10:2-4, “Los nombres de los doce apóstoles
son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano;
Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el
cananita, y Judas Iscariote, el que también le entregó.” La Biblia también nombra a los 12 discípulos / apóstoles
en Mr 3:16-19 y Lc 6:13-16. Comparando estos tres pasajes, hay un par de pequeñas diferencias en los nombres.
Parece que Tadeo también era conocido como “Judas, hermano de Jacobo” (Lc 6:16) y Lebeo (Mt 10:3). Simón
el Zelote también era conocido como Simón el cananita (Mr 3:18). Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús, fue
reemplazado por Matías entre los doce apóstoles (ver Hch 1:20-26). Algunos maestros bíblicos “invalidaron” a
Matías como miembro de los 12 apóstoles, y en su lugar creyeron que el apóstol Pablo fue elegido por Dios para
reemplazar a Judas Iscariote como el doceavo apóstol.
Los doce discípulos / apóstoles fueron hombres ordinarios, a quienes Dios utilizó de una manera extraordinaria.
Entre los 12 había pescadores, un cobrador de impuestos y un revolucionario. Los Evangelios registran las
constantes caídas, luchas y dudas de estos doce hombres que siguieron a Jesucristo. Después de ser testigos de la
resurrección y ascensión de Jesús al Cielo, el Espíritu Santo transformó a los discípulos / apóstoles en poderosos
hombres de Dios, quienes “trastornaron al mundo entero” (Hch 17:6). ¿Cuál fue el cambio? Los 12 apóstoles /
discípulos “habían estado con Jesús” (Hch 4:13). ¡Ojalá se diga lo mismo de nosotros!
28.- ¿Qué es la salvación? ¿Qué es la doctrina cristiana de la salvación?Respuesta: La salvación es la liberación de un peligro o un sufrimiento. Salvar es liberar o proteger. La palabra
contiene la idea de victoria, salud, o preservación. Algunas veces, la Biblia usa las palabras salvo o salvación para
referirse a algo temporal, liberación física, como la liberación de Pablo de la prisión (Fil 1:19).
Con más frecuencia, la palabra salvación se refiere a una eterna liberación espiritual. Cuando Pablo le dijo al
carcelero de Filipos lo que debía hacer para ser salvo, él se estaba refiriendo al destino eterno del carcelero (Hch
16:30-31). Jesús iguala el ser salvo con la entrada al reino de Dios (Mt 19:24-25).
¿De qué somos salvados? En la doctrina cristiana de la salvación, somos salvados de la “ira”; esto es, del juicio
de Dios al pecado (Ro 5:9; 1 Ts 5:9). Nuestro pecado nos ha separado de Dios, y la consecuencia el pecado es la
muerte (Ro. 6:23). La salvación Bíblica se refiere a nuestra liberación de las consecuencias del pecado y por lo
tanto implica la remisión del pecado.
¿Quién realiza la salvación? Solo Dios puede quitar el pecado y liberarnos del pago del pecado (2 Ti 1:9; Tito
3:5).
¿Cómo salva Dios? En la doctrina cristiana de la salvación, Dios nos ha rescatado a través de Cristo (Juan 3:17).
Específicamente, fue la muerte de Jesús en la cruz y Su subsiguiente resurrección lo que logró nuestra salvación
(Ro 5:10; Ef 1:7). La Escritura es clara, en que la salvación es el bondadoso e inmerecido regalo de Dios (Ef 2:5,
8) que solo está disponible a través de la fe en Jesucristo (Hch 4:12).
¿Cómo recibimos la salvación? Somos salvados por la fe. Primero, debemos oír el evangelio—las buenas nuevas
sobre la muerte y resurrección de Jesucristo (Ef 1:13). Después, debemos creer—confiando totalmente en el
Señor Jesucristo (Ro 1:16). Esto incluye el arrepentimiento, un cambio de mentalidad acerca del pecado y de
Cristo (Hch 3:19) y confesar el Nombre del Señor (Ro 10:9-10).
Una definición de la doctrina cristiana de la salvación sería: “La eterna liberación espiritual que Dios concede a
aquellos que aceptan Sus condiciones de arrepentimiento y fe en el Señor Jesús.” La salvación únicamente se
obtiene a través de Jesucristo (Jn 14:6; Hch 4:12), y depende solo de Dios para su provisión, garantía y seguridad.
29.- ¿Qué es el Domingo de Pascua?Respuesta: Hay una gran confusión de qué se trata el Domingo de Pascua. Para algunos, el Domingo de Pascua
tiene que ver con el Conejito de Pascua, los decorados coloridos huevos de Pascua, y las búsquedas de los huevos
de Pascua. La mayoría de la gente entiende que el Domingo de Pascua tiene algo que ver con la resurrección de
Jesús, pero están confundidos sobre la forma en que la resurrección se relaciona con los huevos de Pascua y el
Conejito de Pascua.
Bíblicamente hablando, no hay absolutamente ninguna conexión entre la resurrección de Jesucristo y las
tradiciones comunes modernas relacionadas con el Domingo de Pascua. Esencialmente, lo que ocurrió es que a
fin de que el cristianismo sea más atractivo para los no cristianos, la antigua Iglesia Católica mezcló la
celebración de la resurrección de Jesús con las celebraciones rituales de fertilidad de la primavera. Estos rituales
de primavera de fecundidad son la fuente de las tradiciones de los huevos y el Conejito.
La Biblia deja en claro que Jesús fue resucitado el primer día de la semana, el domingo (Mt 28:1; Mr 16:2,9; Lc
24:1; Jn 20:1,19). La resurrección de Jesús es más digno de ser celebrado (véase 1 Co 15). Si bien es apropiado
celebrar la resurrección de Jesús en un domingo, el día en que se celebra la resurrección de Jesús no debería ser
llamado la Pascua. La Pascua no tiene nada que ver con la resurrección de Jesús en un domingo.
Como resultado, muchos cristianos creen firmemente que el día en que celebramos la resurrección de Jesús no
debe ser denominado “Domingo de Pascua”. Más bien, algo así como ‘Domingo de Resurrección’ sería mucho
más apropiado y bíblico. Para el cristiano, es impensable que permitiéramos que la tontería de los huevos de
Pascua y el Conejito de Pascua sean el enfoque del día, en lugar de la resurrección de Jesús.
De todos modos, celebre la resurrección de Cristo en el Domingo de Pascua. La resurrección de Cristo es algo
que se debe celebrar todos los días, no sólo una vez al año. Al mismo tiempo, si elegimos celebrar el Domingo de
Pascua, no debemos permitir que la diversión y los juegos distraigan nuestra atención de lo que el día debe ser de
verdad sobre todo – el hecho de que Jesús resucitó de entre los muertos, y que Su resurrección demuestra que sí,
podemos tener la promesa de un hogar eterno en el cielo recibiendo a Jesús como nuestro Salvador.
30.- ¿Qué es el domingo de Ramos?Respuesta: El Domingo de Ramos es el día en que recordamos la “entrada triunfal” de Jesús en Jerusalén,
exactamente una semana antes de su resurrección (Mt 21:1-11). Algunos 450-500 años antes, el profeta Zacarías
había profetizado: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti,
justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”(Zac 9:9). Mt 21:7-9
registra el cumplimiento de esta profecía: “y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él
se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de
los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo:
¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” Este evento
tuvo lugar el domingo antes de la crucifixión de Jesús.
En recuerdo de este evento, celebramos el Domingo de Ramos. Es conocido como el Domingo de Ramos, debido
a las ramas de palma que fueron puestas en el camino cuando Jesús entró en Jerusalén, montado sobre el asno. El
Domingo de Ramos fue el cumplimiento de la profecía de los “setenta sietes“ del profeta Daniel: “Sabe, pues, y
entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete
semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.”(Dn 9:25). Jn
1:11 nos dice: “A lo suyo vino [Jesús], y los suyos no le recibieron.” Las mismas multitudes que gritaban:
“¡Hosanna!” gritaban “¡Sea crucificado!” cinco días más tarde (Mt 27:22-23).
31.- ¿Cómo sé cuál es mi don espiritual?Respuesta: No existe una fórmula mágica o examen espiritual que pueda decirnos exactamente cuáles son
nuestros dones espirituales. El ES distribuye Sus dones de acuerdo a Su voluntad (1 Co 12:7-11) Al mismo
tiempo, Dios no quiere que ignoremos la manera cómo Él desea que le sirvamos. El problema es que es muy fácil
quedarnos atrapados en aquellos dones en los que buscamos servir a Dios solo en el área en la que sentimos que
tenemos el don espiritual. Y no es así como funcionan los dones del Espíritu. Dios nos llama a servirle con
obediencia. Él nos equipará con cualquier don o dones que necesitemos para llevar a cabo la o las tareas a las que
Él nos ha llamado.
La identificación de nuestros talentos espirituales puede llevarse a cabo de varias maneras. Las pruebas o análisis
para detectarlos, aunque no son totalmente confiables, si pueden ayudarnos a entender dónde podrían estar
nuestras dotes espirituales. La confirmación por parte de otros, también nos puede dar luz sobre nuestros talentos
espirituales. Con frecuencia otras personas que ven nuestro servicio al Señor, pueden identificar el uso de nuestro
don espiritual, que tal vez nosotros no hayamos identificado o reconocido. La oración también es importante. La
persona que sabe exactamente cómo hemos sido dotados espiritualmente es El Dador mismo – el ES. Podemos
pedirle a Dios que nos muestre en qué área nos ha capacitado para darle un mejor uso a nuestros dones
espirituales para Su gloria.
Si, Dios llama a algunos a ser maestros y les da el don de la enseñanza. Dios llama a otros a ser siervos y los
bendice con el don de servicio. Sin embargo, el conocer específicamente nuestro don espiritual, no nos exenta de
servir a Dios en áreas fuera de nuestros dones. ¿Es beneficioso saber cuál es o son los dones espirituales con que
Dios nos ha dotado? Desde luego que lo es. ¿Está mal que nos enfoquemos demasiado en los dones espirituales,
al punto de perder otras oportunidades de servir a Dios? ¡Sí! Si nos dedicamos a ser utilizados por Dios, Él nos
equipará con los dones espirituales que necesitemos.
32.- ¿Hay dones de milagros del Espíritu en esta época?Respuesta: Primeramente, es importante reconocer que esta no es una pregunta acerca de si Dios aún realiza
milagros hoy. Sería ridículo y anti-bíblico decir que Dios ya no sana a la gente, habla a la gente y realiza señales
y prodigios milagrosos en esta era. La pregunta es si los dones de milagros del Espíritu, descritos primeramente
en 1 Co cap. 12. 14, están aún activos en la iglesia de hoy. Esta tampoco es una pregunta de si “puede” el ES
conceder a alguien un don de milagros. La pregunta es: ¿El Espíritu Santo concede aún hoy los dones de
milagros? Por encima de todo esto, reconocemos absolutamente que el Espíritu Santo es libre de conceder dones
de acuerdo a Su voluntad (1 Co 12:7-11).
En los libros de Hechos y las Epístolas, la gran mayoría de los milagros son realizados por los apóstoles y sus
colaboradores más cercanos. 1 Co 12:12 nos da la razón del por qué, “Con todo, las señales de apóstol han sido
hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros” Hch 2:22 nos dice que Jesús fue
“aprobado” por las “maravillas, prodigios y señales” Igualmente lo fueron los apóstoles “reconocidos” como
genuinos mensajeros de Dios por los milagros que realizaban. Hch 14:3 describe cómo el mensaje del Evangelio
era “confirmado” por los milagros que hacían Pablo y Bernabé.
1 de Co cap. 12-14 trata primeramente el tema de los dones del Espíritu. De acuerdo al texto parece que algunas
veces les eran concedidos dones de milagros a cristianos “ordinarios”. (12:8-10; 28-30) pero no se nos dice que
tan común era esto. Por todo lo anterior, entendemos que los apóstoles eran “reconocidos” por estas señales y
prodigios, por lo que pareciera que la concesión de dones milagrosos a cristianos “ordinarios” era la excepción y
no la regla. Fuera de los apóstoles y sus colaboradores cercanos, en ningún lugar del NT se describe
específicamente el ejercicio individual de dones de milagros del Espíritu.
También es importante reconocer que la iglesia primitiva no contaba con la Biblia completa, como ahora nosotros
(2 Ti 3:16-17) Por lo tanto, los dones de profecía, sabiduría, ciencia, etc., eran necesarios para que los primeros
cristianos supieran lo que Dios quería que hicieran. El don de profecía, permitía que los creyentes comunicaran
una nueva verdad y revelación de Dios. Ahora que la revelación de Dios está completa en la Biblia, los dones de
“profecía” ya no son necesarios, al menos no de la misma manera que lo fue en el NT.
Diariamente Dios cura milagrosamente a algunas personas. Dios aún nos habla hoy, ya sea en una voz audible, o
en nuestra mente, o a través de la Biblia, o impresiones y acontecimientos. Dios aún realiza asombrosos milagros,
señales y maravillas; y algunas veces realiza esos milagros a través de un cristiano. Sin embargo, como ya
señalamos, no necesariamente son los dones de milagros del Espíritu. El propósito principal para los dones del
Espíritu era el “probar o autentificar” que el Evangelio era verdadero y que los apóstoles eran verdaderamente
mensajeros de Dios. La Biblia no dice categóricamente que los dones de milagros hayan cesado, pero sí establece
el fundamento por el que ya no pueden ser necesarios.
33.- ¿Por qué hay dos diferentes relatos de la Creación en los capítulos 1–2 de Génesis?Respuesta: Gé. 1:1 dice “En el principio creó Dios los cielos y la tierra…” Después, en Gé. 2:4, parece comenzar
una segunda y diferente historia de la Creación. La idea de dos relatos de la Creación, es un malentendido común
de estos dos pasajes que describen el mismo evento. En ellos no hay discrepancia en cuanto al orden en el cual las
cosas fueron creadas y por lo tanto no se contradicen una a la otra. De acuerdo a la opinión errónea, Gén 1 dice
que Dios creó la tierra, entonces la vegetación, luego los animales, y por último al hombre; mientras que en Gén
2 dice que Dios creó la tierra, luego al hombre, luego las plantes y después los animales. El hecho es que,
mientras que Génesis 1 describe los “Seis Días de la Creación” (y el séptimo día de descanso), Gén 2 cubre solo
un día de la semana de la Creación –el sexto día– y no hay contradicción (como veremos).
Comenzaremos con la revisión de verso por verso de cada uno de estos cinco, correspondientes a la 2 narración
de Génesis (en cursiva) y terminaremos con un panorama general del resto del capítulo. Mientras que el pasaje 1
de Génesis en realidad termina en el tercer verso del segundo capítulo; comenzaremos con el verso cuatro la 2ª
narración. Usaremos para ello la Biblia de las Américas, generalmente reconocida como la mejor y más fidedigna
traducción formal (literal) del texto. “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el
día en que el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos.” (v.4). La palabra hebrea traducida aquí como “orígenes” es
toledot, y la encontramos una docena más de veces a través de Génesis (traducida como generaciones, familias, y
nombres de los hijos) (5:1; 6:9; 10:1, 32; 11:10; 11:27; 25:12; 13, 19, 36:1, 9 y 37:2), y docenas de veces más a
través del Antiguo Testamento, siempre con referencia al linaje humano (sin excepción). La palabra “día” aquí se
refiere a un período inespecífico de tiempo (ej. “allá en los días de mis abuelos”), en vez de a un período de 24
horas (ej. “tomará tres días terminarlo”), o a las horas del día (ej. “hace calor durante el día”). Así que, leyendo el
cuarto verso de manera directa sería: “lo siguiente es el linaje humano de los cielos y la tierra en el tiempo en que
Dios los creó.” No especifica un primero, o segundo o un octavo día.
“Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había brotado ninguna planta del campo, porque el
SEÑOR Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar la tierra.” (v.5) La palabra
hebrea traducida aquí como “campo” es sadeh. Se refiere a una pequeña porción de tierra, o a un campo
cultivado. La palabra “tierra” es erets. Se refiere a una porción más grande de tierra a al planeta como un todo. Es
una diferencia importante, una que vemos no solo aquí, sino en otras partes de Génesis (por ejemplo en 23:13) y a
través del AT (por ejemplo Lv 25:2-3). Mientras que la vegetación en Gén 1:11-12 era del tipo general, la
vegetación de Gén 2:5, 8.9 es de una clase muy especial. Los “arbustos del sadeh” y las “plantas del sadeh” se
refieren a la agricultura, sadeh significa un campo cultivado.
Notemos que aún no había agricultura, porque “…Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre
para labrar la tierra.” Ante esto, vemos que había dos de las cuatro cosas necesarias para la agricultura (el hombre
para cultivar la tierra y la lluvia, siendo las otras dos, una tierra fértil y luz de sol). El texto no solo se refiere
específicamente a las plantas de agricultura de un campo cultivado; sino que implica que aún no se contaba con
las otras dos de las cosas necesarias para la agricultura. Por otra parte, es obvio que esto no se refiere a las plantas
en general, que sería lo mismo que decir que no había selvas, o bosques, o praderas en ninguna parte, porque el
hombre no había cultivado la tierra, lo cual es un razonamiento ridículo. No, la vegetación descrita aquí, es la de
la horticultura. Es agricultura.
“Pero se levantaba de la tierra un vapor que regaba toda la superficie del suelo.” (v.6). Nótese que la tierra y el
agua (en forma de vapor) ya existían en este punto. Solo que aún no había llovido. Génesis 2 no es una narración
de la creación de la tierra y el agua; cosa que ya había sucedido en Gén 1.
“Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el
hombre un ser viviente.” (v.7). Aquí, al presentar el linaje humano de los cielos y la tierra en la era en que fueron
creados, el autor retrocede en la secuencia del tiempo al día sexto, cuando Dios hizo al hombre por primera vez, y
al lugar apropiado para comenzar. Vemos este mismo recurso literario –este retroceder en la secuencia del tiempo
con el propósito de dar más detalles– también en otras partes de la Biblia. Consideremos 1 R 6-7. En el capítulo
seis, leemos acerca de la construcción del templo de Salomón. Es terminado en el último verso del capítulo, que
es el 38: “Y en el undécimo año, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue acabada la casa con todas sus
dependencias, y con todo lo necesario. La edificó pues, en siete años.” Entonces, en el primer verso del siguiente
capítulo, el autor prosigue describiendo la construcción del palacio de Salomón: “Después edificó Salomón su
propia casa en trece años, y la terminó toda.” En el verso 12, el autor termina con el palacio. Entonces, en el
verso 13 del capítulo 7, él regresa a los inicios de la construcción del templo, retrocediendo por tanto en la
secuencia del tiempo, en la cual él ya lo había terminado en el 6º capítulo, aún antes de proseguir describiendo la
construcción del palacio en el 7º.
De la misma manera, el autor de Génesis presenta la creación del hombre en el sexto día en su primer capítulo,
porque el hombre es la culminación o el punto máximo de la Creación. Entonces, en el segundo capítulo, él
regresa al sexto día para presentar en más detalle la narración que comienza en 2:4 (la cual prosigue hasta el 5:1,
donde se inicia la siguiente narración.) “Y plantó el SEÑOR Dios un huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí
al hombre que había formado.” (v.8). Aquí vemos la creación de la agricultura con el primer huerto, creado por
Dios para el hombre. Es aquí donde el hombre comienza la agricultura, y desde entonces hemos estado cuidando
los campos (excepto desde luego, durante esa breve limitación en el arca). Para abreviar, no explicaremos cada
uno de los versos restantes individualmente. Pintaremos el resto del capítulo a grandes trazos. Los versos 9-14
describen el Huerto del Edén y un río que corría a través de él. El río se dividía en cuatro ríos más pequeños, cada
uno de los cuales corría a través de un diferente territorio pre-diluviano (antes del Diluvio). Aparentemente, los
post-diluvianos nombraron más tarde a estos pre-diluvianos, como algunos de sus ríos y tierras, de manera similar
como los primeros colonos americanos, nombraron a sus ciudades como los lugares de los que procedían. (Nueva
York, nombrada en honor a la ciudad inglesa de York; Nueva Jersey, nombrada en honor a la Isla de Jersey en el
Canal de la Mancha; Nueva Orleans, nombrada así por la ciudad francesa de Orleans, etc.).
Los versos 15-17 regresan al Huerto e incluyen la advertencia en contra de comer del Árbol del Conocimiento del
Bien y del Mal. En el verso 18, leemos la decisión de Dios de crear a una mujer para Su varón, una decisión que
sin lugar a dudas Él ya había tomado mucho antes de haber creado al primer hombre. La decisión es presentada
aquí como una guía hacia lo que sucedió después.
En los versos 19-20, Dios sienta a Adán, y de la tierra crea ante él a “toda bestia del campo” y a “toda ave de los
cielos” para que él les ponga nombre. Primero notemos esto; de acuerdo con la antigua mentalidad, al nombrar
algo, te convertías en su dueño. Así que esta fue una especie de ceremonia, por medio de la cual, Adán recibió de
Dios a estas criaturas como su propiedad (y por extensión, el resto de la creación). Segundo, notemos que Dios
no recreó cada clase de animal para que Adán lo nombrara, solo eligió a algunos: “las bestias del campo,” (¿cómo
llamaremos a las bestias de carga – a aquellas que ayudarán al hombre en sus actividades agrícolas?) y a “las aves
de los cielos” (sin duda por su asombrosa majestad… como si Dios le estuviera diciendo a Adán, “¿Crees que
esas bestias de carga son impresionantes? ¡Pues mira esto!”) Así que Adán no estuvo sentado ahí por semanas
nombrando a miles de animales. Tercero, consideremos el hecho de que Dios había creado inicialmente a todas
estas creaturas, aún antes de que hubiera hecho a Adán, así que Adán no vio a Dios crearlas a todas ellas. Al crear
un jardín y recrear a unos cuantos representativos del reino animal justo frente a Adán, Dios estaba dispuesto a
mostrarle que Él era el Creador de todo (en el caso de que algún usurpador –por ejemplo Satanás – llegara más
tarde y tratara de reclamarlo para él mismo). En cuarto y último lugar, este ejercicio sin duda fue didáctico. Tal
vez por medio de él, Dios pudo enseñarle a Adán algo de una importante lección acerca del valor de la
singularidad, la belleza y peculiaridad del regalo que estaba por recibir – su esposa. Finalmente, en los versos 21-
25 Dios coloca su joya inapreciable en la corona de Su creación: Él crea del hombre, a la mujer. Y el resto, como
dicen, es historia.
Al considerar individualmente la narración de las dos creaciones, y luego reconciliarlas, vemos que Dios describe
la secuencia de la Creación en Gén 1, luego desdobla sus aspectos y detalles más importantes, especialmente los
del sexto día, en Génesis 2. Aquí no hay contradicciones, sino meramente un común recurso literario que describe
un evento, de lo general, a lo específico.
34.- ¿Qué es el dualismo?Respuesta: En teología, el concepto del dualismo asume que hay dos entidades iguales y separadas –el bien y el
mal – que son igualmente poderosas. Dios representa la entidad del bien y Satanás representa la entidad del mal.
Sin embargo, el problema aquí es que, aunque Satanás tiene algún poder, él no es igual al Dios Todopoderoso,
porque él fue creado por Dios en la forma de un ángel antes que cayera del cielo por su rebelión (Is 14:12-15; Ez
28:13.17). Como dice la Escritura, “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que
está en vosotros, que el que está en el mundo.” (I Jn 4:4). Así que, de acuerdo con la Escritura, no hay un
dualismo, no existen dos fuerzas opuestas de igual poder llamadas el Bien y el Mal. El Bien, representado por
Dios Todopoderoso, es la fuerza más poderosa del universo sin excepción. El Mal, representado por Satanás, es
una fuerza menor que no iguala a la del Bien. El Mal será derrotado cada vez en cualquier encuentro con Dios,
porque Dios Todopoderoso, la esencia del Bien, tiene mucho más poder, mientras que el Mal, representado por
Satanás no es todopoderoso.
Siempre que cualquier doctrina describa el Bien y el Mal como dos fuerzas opuestas iguales, esa doctrina
contradice la posición escritural del Bien, representado por Dios Todopoderoso, que es el poder dominante de
todo el universo. Puesto que Satanás no lo es, y jamás será igual a Dios, cualquier doctrina que diga que él lo es,
puede ser marcada como una falsa doctrina. Solo porque Satanás fue expulsado del cielo por tratar de elevarse
sobre Dios y ser adorado en Su lugar, no significa que Satanás se haya dado por vencido en tratar de hacerse igual
o superior a Dios, como es evidenciado por los principios básicos del “dualismo” que ha surgido mayormente a
través de la raíz filosófica de la sabiduría humana.
No puede existir el dualismo en ningún rincón de nuestro universo, contrariamente a lo que nuestros filósofos nos
dicen. Hay solo un poder que está por sobre cualquier otro, y ese es el poder del Dios Todopoderoso como Él nos
lo ha revelado en la Biblia. Por tanto, de acuerdo a la evidencia escritural, solo existe un poder que es
omnipotente, no dos. Entonces, cualquier doctrina del dualismo que asume que hay dos poderes iguales y
opuestos entre sí (el bien y el mal) es una falsa doctrina.
35.- ¿Qué sucede con los bebés y niños pequeños cuando mueren? ¿Dónde encuentro en la Biblia, la edad de la conciencia?Respuesta: La Biblia nos dice que aunque un infante o bebé no haya cometido pecados personales, toda la gente,
incluyendo a los bebés y niños pequeños, son culpables ante Dios, por la herencia e imputación del pecado. La
herencia del pecado es aquella que es transmitida por nuestros padres. En el Salmo 51:5 David escribió, “He aquí,
en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.” David reconocía que aún desde la concepción él
era un pecador. El muy triste hecho de que algunas veces los infantes mueren, demuestra que aún los pequeños
son impactados por el pecado de Adán, puesto que la muerte física y espiritual fue el resultado del pecado
original de Adán.
Cada persona, infante o adulta, es culpable ante Dios; cada persona ha ofendido la santidad de Dios. La única
manera en que Dios puede ser justo y al mismo tiempo declarar justa a una persona, es cuando esa persona ha
recibido el perdón por la fe en Cristo. Jesucristo es el único camino. Jn 14:6 registra lo que dijo Jesús, “Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.” También Pedro declara en Hch 4:12, “Y en
ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos.” La salvación es una elección individual.
¿Qué sucede con los bebés y niños que nunca alcanzaron la habilidad para hacer esta decisión personal? “La edad
de la conciencia” es un concepto que enseña que aquellos que mueren antes de alcanzar “la edad en que son
responsables” son salvados automáticamente, por la gracia y misericordia de Dios. “La edad de la conciencia” es
la creencia de que Dios salva a todos aquellos que mueren antes de alcanzar la habilidad para hacer una decisión
por o contra Cristo. Los trece años, es la edad más comúnmente designada como la edad de la conciencia,
basándose en la costumbre judía de que un niño se convierte en adulto a esta edad. Sin embargo, la Biblia no
proporciona un soporte directo a la edad de los 13 años como la edad de la conciencia. Más bien varía de un niño
a otro. Un niño ha pasado la edad de la conciencia, una vez que es capaz de hacer una decisión de fe a favor o en
contra de Cristo.
Con lo anterior en mente, también considera lo siguiente; La muerte de Cristo es presentada como suficiente para
toda la raza humana. 1era de Jn 2:2 dice que Jesús “... Es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente
por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” Este verso es claro en que la muerte de Jesús fue
suficiente por todos los pecados, no solo los pecados de aquellos que específicamente han venido a Él en fe. El
hecho de que la muerte de Cristo fue suficiente por todos los pecados permitiría la posibilidad de que Dios
aplicara ese pago en aquellos que nunca tuvieron la capacidad para creer.
El pasaje que parece identificarse con este tópico, más que ningún otro está en 2 S 12:21-23. El contexto de estos
versos es que el rey David cometió adulterio con Betsabe resultando ella embarazada. Dios envió al profeta Natán
para informar a David que por su pecado, el Señor había decretado la muerte del niño. David respondió a esto con
lamentos, aflicción, y oración por el niño. Pero, una vez que el niño murió, el lamento de David terminó. Sus
siervos se sorprendieron de escuchar esto. Ellos le dijeron al rey David, “¿Qué es esto que has hecho? Por el niño,
viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. Y él respondió; Viviendo aún el niño,
yo ayunaba y lloraba, diciendo; ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Más ahora que ha
muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.” La respuesta de
David puede ser vista como un argumento de que aquellos que no pueden creer están a salvo en el Señor. David
dijo que él podría ir al niño, pero que él no podría traer al niño de regreso con él. También, e igualmente
importante, es que David parece ser confortado con esto. En otras palabras, David parecía estar diciendo que él
vería al niño nuevamente (en el cielo) aunque él no lo pudiera traer de regreso.
Aunque la Biblia deja abierta la posibilidad, el problema de decir que Dios aplica la expiación de Cristo por el
pecado a aquellos que no pueden creer; es que la Biblia no dice específicamente que Él haga esto. Por lo tanto,
este es un tema por el que no debemos ser inflexibles o dogmáticos. Podemos, sin embargo, ser dogmáticos en
cuanto al hecho de que Dios SIEMPRE hace lo correcto.
Conociendo el amor y la gracia de Dios, el que Dios aplicara la muerte de Cristo a aquellos que no pueden creer,
parecería estar en concordancia con Su carácter. Es nuestra opinión que Dios aplica el pago de Jesucristo por el
pecado a los niños pequeños y a aquellos que están mentalmente incapacitados, puesto que no son mentalmente
capaces de entender su estado pecaminoso y su necesidad del Salvador. De esto estamos ciertos, que Dios es
amoroso, santo, misericordioso, justo y compasivo. Haga lo que haga, Él SIEMPRE hace lo bueno y lo correcto.
36.- ¿Existe una edad límite hasta la que podamos vivir?Respuesta: Mucha gente entiende Gén 6:3 como la declaración de la edad límite de la humanidad, “Y dijo
Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus
días ciento veinte años.” Sin embargo, Génesis capítulo 11, registra mucha gente que vivió pasada la edad de 120.
Como resultado, algunos interpretan que Gén 6:3 señala que por regla general, la gente ya no viviría más de los
120 años de edad. Después del Diluvio, notarás que la duración de la vida comenzó a disminuir dramáticamente
(comparar Gé. 5 con Gé. 11) y eventualmente disminuyó por debajo de los 120 años (Gé. 11:24). A partir de
entonces, muy poca gente ha pasado la edad de 120 años. Así que, es posible que Gé. 5:32 fuera la predicción de
Dios de que debido a la maldad de la humanidad, los seres humanos ya no vivirían cientos de años (como lo
hacían en Gén cap. 5).
Sin embargo, otra interpretación, la cual parece estar más acorde con el contexto, es que Gé. 6:3 es una
constancia de la declaración de Dios, de que el Diluvio ocurriría 120 años después de Su pronunciamiento. El
haber puesto límite a los días de la humanidad, es una referencia a la humanidad misma, siendo destruida por el
Diluvio. Algunos difieren de esta interpretación debido al hecho de que Dios mandó a Noé construir el arca
cuando Noé tenía 500 años de edad en Gén 5:32 y Noé tenía 600 años cuando llegó el Diluvio (Gé. 7:6); dándole
únicamente un tiempo de 100 años, no de 120. Sin embargo, no es estipulado el tiempo cuando Dios hizo el
pronunciamiento de Génesis 6:3. Más aún, Gén 5:32 no es el momento en el que Dios ordenó a Noé construir el
arca, sino más bien la edad que tenía Noé cuando se convirtió en el padre de sus tres hijos. Es perfectamente
plausible, que Dios determinara que el Diluvio ocurriera en 120 años y entonces esperara varios años antes de
ordenarle a Noé construir el arca. Cualquiera que haya sido el caso, los 100 años entre Gé. 5:32 y 7:6 de ninguna
manera contradicen los 120 años mencionados en Gé. 6:3.
Muchos cientos años después del Diluvio, Moisés declaró, “Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los
más robustos son ochenta años; con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos.”
(Sal 90:10). Ni Gé. 6:3 ni Sal 90:10 son órdenes de Dios limitando la edad para la humanidad. Gé. 6:3 es una
predicción del tiempo para el Diluvio. El Sal 90:10, es simplemente una declaración de que por regla general, la
gente vive de 70 a 80 años (lo cual aún es cierto en nuestros días.)
37.- ¿Cuál es la edad de la tierra? ¿Cuántos años tiene la tierra?Respuesta: El hecho de que de acuerdo con la Biblia, Adán fue creado en el sexto día de la existencia de nuestro
planeta, podemos determinar con bases bíblicas la edad aproximada de la tierra, viendo los detalles cronológicos
de la raza humana. Esto por supuesto asume que los datos de Génesis son precisos, que el sexto día de la creación
descrito en Génesis fue literalmente un período de 24 horas, y que no hubo intervalos cronológicos ambiguos.
Las genealogías descritas en los capítulos cinco y once de Génesis, nos dicen la edad en la cual Adán y cada uno
de sus descendientes iniciaron la siguiente generación en una ancestral línea sucesiva desde Adán hasta Abraham.
Determinando dónde encaja Abraham cronológicamente en la historia y añadiendo las edades mencionadas en los
capítulos cinco y once de Génesis, aparentemente la Biblia enseña que la tierra tiene aproximadamente 6,000
años de edad, agregando o restando algunos pocos cientos de años.
¿Qué hay de la popular idea de que tiene 4.6 billones de años, aceptada por la mayoría de los científicos actuales
y que es enseñado en la gran mayoría de las instituciones académicas? Esta edad es primeramente derivada de
dos datos técnicos: el método del carbono 14 que determina la edad de vestigios orgánicos (radiometría), y la
escala del tiempo geológico. Los científicos que abogan por una edad menor de aproximadamente 6,000 años,
insisten que la prueba del carbono 14 es defectuosa porque se basa en una serie de suposiciones inexactas,
mientras que la escala del tiempo geológico es poco acertada, porque emplea un razonamiento circular. Es más,
ellos exponen la falsedad de los antiguos mitos sobre la edad de tierra; como la popular y malentendida creencia
de que la estratificación, fosilización y la formación de diamantes, carbón, petróleo, estalactitas y estalagmitas,
etc., requieren de largos períodos de tiempo para su formación. Finalmente, los defensores de una menor edad de
la tierra, presentan evidencias positivas, en vez de las evidencias presentadas para una larga edad, las cuales son
invalidadas por ellos. Los científicos partidarios de una tierra joven, saben que representan actualmente una
minoría, pero insisten en que sus seguidores aumentarán con el tiempo, mientras más y más científicos
reexaminan la evidencia y ven más de cerca el paradigma actualmente aceptado de una tierra vieja.
Por último, la edad de la tierra no puede ser probada. Ya sean 6,000 o 4.6 billones de años – ambas posturas (y
todas aquellas en medio de estas) se basan en la fe y las suposiciones. Aquellos que sostienen los 4.6 billones de
años, confían en que los métodos tales como la radiometría son confiables, y que nada ha ocurrido en la historia
que pueda haber perturbado la desintegración de los radio hisopos. Los que sostienen los 6,000 años, confían en
que la Biblia es la verdad, y que otros factores explican la “aparente” edad de la tierra, tales como el diluvio
universal, o la creación de Dios del universo en un estado que “parece” darle una muy larga edad. Como ejemplo
tenemos que, Dios creó a Adán y a Eva como seres humanos adultos y desarrollados. Si un doctor hubiera tenido
que examinar a Adán y a Eva en el día de su creación, el doctor habría estimado su edad en 20 años (o cualquier
edad que ellos parecían tener) – cuando, de hecho, Adán y Eva tenían menos de un día de su creación. Cualquiera
que sea el caso, siempre hay una buena razón para confiar en la Palabra de Dios sobre las palabras de científicos
ateos con una agenda evolucionista.
38.- ¿Qué dice la Biblia acerca del endeudamiento de un cristiano? ¿Puede un cristiano pedir o prestar dinero?Respuesta: Pablo nos encomienda no deber a nadie nada sino el amor en Ro 13:8, este es un poderoso
recordatorio del desagrado de Dios por toda forma de endeudamiento que no ha sido pagada de manera puntual
(ver también Sal 37:21). Generalmente pensamos en la deuda en términos de una obligación monetaria; pero a la
luz del contexto de todo este pasaje (Ro 13:1-10), Pablo parece tener en mente una estricta opinión sobre la deuda
(Ro 13:7). No solo habla sobre pagar impuestos, intereses, y tarifas impuestas por nuestros propios gobiernos,
sino que también debemos respetar y honrar a aquellos en alta autoridad. Todos nosotros somos deudores de la
gracia de Dios. De la misma manera como Él nos ha mostrado Su amor, también nosotros debemos hacer
extensivo ese amor a todos aquellos alrededor nuestro con quienes vivimos y trabajamos, aún a aquellos que nos
cobran impuestos y nos gobiernan.
Algunas personas cuestionan el cargo de cualquier interés sobre préstamos, pero muchas veces en la Biblia
vemos que es de esperarse el recibir una tarifa justa de interés sobre el dinero prestado (Pr 28:8, Mt 25:27). En el
antiguo Israel, la ley prohibía cargar intereses en una categoría de préstamos – aquellos hechos a los pobres (Lev
25:35-38) Esta ley tenía muchas implicaciones sociales, financieras y espirituales, pero hay dos en especial que
vale la pena mencionar. Primero, esta ley ayudaba genuinamente a los pobres al no empeorar su situación. Era ya
bastante malo el haber caído en la pobreza, y pudiera ser humillante el tener que buscar asistencia; pero si
adicionalmente al pago del préstamo, una persona pobre tenía que ser aplastada por el pago de intereses, la
obligación resultaría más perjudicial que benéfica.
En segundo término, la ley enseñaba una importante lección espiritual. Para un prestamista el hecho de no cargar
los intereses del préstamo a una persona pobre era un acto de misericordia, porque estaría perdiendo el uso de ese
dinero mientras estaba prestado. Sin embargo, esa sería una manera tangible de expresar gratitud a Dios por Su
misericordia, al no cobrar a Su pueblo “intereses” por la gracia que Él les había concedido a ellos. Así como
misericordiosamente Dios había sacado a los israelitas de Egipto cuando ellos no eran nada sino esclavos sin
dinero y les había dado una tierra para que la poseyeran (Lev. 25:38), de igual manera Él esperaba que ellos
practicaran una bondad similar hacia sus propios compatriotas pobres.
Los cristianos se encuentran en una situación paralela. La vida, muerte y resurrección de Jesucristo ha pagado
nuestra deuda de pecados a Dios. Ahora, mientras tengamos la oportunidad, podemos ayudar a otros en
necesidad, particularmente a quienes son nuestros hermanos en la fe, con préstamos que no aumenten sus
problemas. Jesús aún enseñó este principio en la parábola acerca de dos deudores y su actitud hacia el perdón de
la deuda (Mt 18:23-35). ÉL también instruyó a Sus seguidores diciéndoles: “… de gracia recibisteis, dad de
gracia.” (Mt 10:8)
La Biblia no expresa ni prohibiciones ni permisos sobre el préstamo de dinero. La sabiduría de la Biblia nos
enseña que usualmente no es buena idea endeudarse. Las deudas nos hacen esencialmente esclavos de aquel a
quien debemos. Al mismo tiempo, en algunas situaciones, el endeudarse es un “mal necesario”. En tanto que el
dinero sea manejado de una manera sabia, y los pagos de la deuda sean manejables – un cristiano puede tener la
carga de una deuda financiera si resulta necesario.
39.- ¿Cómo puedo entender el libro de Apocalipsis?Respuesta: La clave para la interpretación consistente de la Biblia, incluyendo el libro de Apocalipsis, es tener
una hermenéutica consistente. Hermenéutica es el estudio de los principios de interpretación. En otras palabras,
es la manera por la que interpretas la Escritura. Una hermenéutica normal o interpretación normal de la Escritura,
significa que, a menos que el verso o el pasaje indiquen claramente que el autor estaba usando lenguaje
figurativo, debes entenderlo en su sentido normal. No busques otros significados si el significado natural de la
frase tiene sentido. No espiritualices la Escritura, adjudicándole otro sentido a palabras o frases cuando el autor es
claro, bajo la guía del Espíritu Santo; significando por ello que debe ser entendido como está escrito.
Un ejemplo es Ap 20. Muchos le asignarán varios significados con referencia al período de los mil años. Sin
embargo, el lenguaje no implica de manera alguna, que la referencia a los mil años deba ser tomada
interpretativamente de otra manera que no sea un período literal de mil años.
Un bosquejo simple para el libro de Apocalipsis, se encuentra en Ap 1:19. En el primer capítulo, el Cristo
resucitado y exaltado está hablando a Juan. Cristo le dice a Juan: “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y
las que han de ser después de estas.” Las cosas que Juan ya ha visto, son registradas en el capítulo 1. Las “cosas
que son” (que estaban presentes en los días de Juan) están escritas en los capítulos 2—3 (las cartas a las iglesias).
Las “cosas que han de ser después” (cosas futuras) están descritas en los capítulos 4—22.
Generalmente hablando, los capítulos del 4 al 18 del libro de Apocalipsis, tratan de los juicios de Dios sobre la
gente en el mundo. Estos juicios no son para la iglesia (1 Ts 5:2, 9). La iglesia ya ha sido sacada del mundo en un
evento llamado el Arrebatamiento. El Arrebatamiento es descrito en 1 Ts 4:13-18 y 1 Co 15:51-52. Este es el
tiempo de angustia para Jacob—angustia para Israel (Jer 30:7; Dn 9:12; 12:1). También es un tiempo cuando
Dios estará juzgando al mundo por su rebelión contra Él.
El capítulo 19 describe el regreso de Cristo con la iglesia, la novia de Cristo. Él derrota a la bestia y al falso
profeta y los echa en el lago de fuego. En el capítulo 20, Cristo ata y arroja a Satanás al abismo. Entonces Cristo
establece Su reino en la tierra, que durará 1,000 años. Al final de los mil años, Satanás es liberado, dirigiendo una
rebelión contra Dios. Pero él es rápidamente derrotado y también lanzado al lago de fuego. Entonces tiene lugar
el juicio final, el juicio para los incrédulos, en el que ellos también son lanzados al lago de fuego.
Los cap. 21 y 22 narran lo que se conoce como el estado eterno. Aquí es donde Dios nos dice cómo será la
eternidad con Él. ¡El libro de Apocalipsis es comprensible! Dios no nos lo hubiera dado si su significado fuera
enteramente un misterio. La clave para entender el libro de Apocalipsis es interpretarlo tan literalmente como sea
posible. El libro de Apocalipsis dice lo que significa.
40.- ¿Es Dios real? ¿Cómo puedo saber con seguridad que Dios es real?Respuesta: Sabemos que Dios es real porque se nos ha revelado de tres maneras: en la creación, en Su Palabra y
en Su Hijo, Jesucristo. La prueba más fundamental de la existencia de Dios está simplemente en lo que Él ha
hecho. “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación
del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que (los no creyentes) no tienen excusa”
(Ro 1:20). “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos” (Sal 19:1).
Si encontrara un reloj de pulsera en medio de un campo, no asumiría que este simplemente “apareció” de la nada
o que este existió siempre. Basado en el diseño del reloj, asumiría que este tenía un diseñador. Pero yo veo un
más grande diseño y precisión alrededor de nosotros en el mundo. Nuestra medida del tiempo no está basada en
los relojes de pulsera, sino en la obra de las manos de Dios – la rotación regular de la tierra (y las propiedades
radiactivas del átomo 133 de cesio). El universo despliega un grandioso diseño, y esto alega un Grandioso
Diseñador.
Si encontrara un mensaje codificado, buscaría un criptógrafo que ayude a descifrar el código. Mi suposición sería
que hay un transmisor inteligente del mensaje, alguien que creó el código. ¿Cuán complejo es el “código” del
ADN que llevamos en cada célula de nuestros cuerpos? ¿La complejidad y propósito del ADN, no alegan un
Escritor Inteligente del código?
Dios no solamente que ha hecho un mundo físico complejo y finamente armonizado, Él también ha inculcado un
sentido de eternidad en el corazón de cada persona (Eclesiastés 3:11). La humanidad tiene una percepción innata
de que en la vida hay más de lo que el ojo capta, una existencia superior a esta rutina terrenal. Nuestro sentido de
eternidad se manifiesta en al menos dos formas: legislación de la ley y adoración.
Cada civilización a través de la historia ha valorado ciertas leyes morales, las cuales son sorprendentemente
similares de cultura en cultura. Por ejemplo, el ideal del amor es apreciado universalmente, mientras que el acto
de mentir es condenado universalmente. Esta moralidad común – este entendimiento global de lo correcto y lo
erróneo – apunta hacia un Ser Supremo Moral quien nos dio tales escrúpulos.
De la misma manera, la gente en todo el mundo, sin reparar en la cultura, siempre ha cultivado un sistema de
adoración. El objeto de la adoración puede variar, pero el sentido de un “poder superior” es una parte innegable
de ser humano. Nuestra propensión a la adoración, armoniza con el hecho de que Dios nos creó “a Su imagen”
(Gén 1:27).
También Dios se nos ha revelado por medio de la Biblia, Su Palabra. A través de la Escritura, la existencia de
Dios es tratada como un hecho patente (Gé. 1:1; Éx. 3:14). Cuando Benjamín Franklin escribió su Autobiografía,
no gastó tiempo tratando de probar su propia existencia. Asimismo, Dios no pasa mucho tiempo probando Su
existencia, en Su libro. La naturaleza de vidas cambiantes de la Biblia, su integridad, y los milagros que
acompañaron sus escritos, deberían ser suficientes para garantizar un libro más cercano.
La tercera forma en la que Dios se reveló, es a través de Su Hijo, Jesucristo (Jn 14:6-11). “En el principio era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios…Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”
(Jn 1:1, 14). En Jesucristo “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col 2:9).
En la vida maravillosa de Jesús, El guardó perfectamente toda la ley del AT, y llevó a cabo las profecías
concernientes al Mesías (Mt 5:17). Ejecutó innumerables actos de compasión y milagros públicos, para
autentificar Su mensaje y atestiguar de Su deidad (Jn 21:24-25). Luego, tres días después de Su crucifixión, El
resucitó, un hecho confirmado por cientos de testigos oculares (1ª Co 15:6). El registro histórico abunda en
“pruebas” acerca de quién es Jesús. Como dijo el Apóstol Pablo, “No se ha hecho esto en algún rincón” (Hch
26:26).
Nos damos cuenta de que siempre habrá escépticos que tienen sus propias ideas referentes a Dios y por
consiguiente van a estudiar la evidencia. Y habrán algunos para quienes no hay prueba que los convenza (Sal
14:1). Todo se reduce básicamente a la fe (He 11:6).
41.- ¿Por qué hay tantos líderes cristianos evangélicos sorprendidos en escándalos?Respuesta: Primero, es importante señalar que “tantos” no es una declaración precisa. Parecería que muchos
líderes cristianos evangélicos son sorprendidos en escándalos, pero esto es debido a la exagerada cantidad de
atención que se les da a tales escándalos. Hay miles de líderes cristianos evangélicos, pastores, profesores,
misioneros, escritores y evangelistas, que nunca han participado en nada “escandaloso.” La gran mayoría de los
líderes cristianos evangélicos, son hombres y mujeres que aman a Dios, son fieles a sus esposas(os) y familias, y
efectúan sus actividades con gran honestidad e integridad. Las fallas de unos pocos no deben ser utilizadas para
atacar la integridad de todos.
Dicho lo anterior, aún existe el problema de que esos escándalos a veces ocurren entre aquellos que aseguran ser
cristianos evangélicos. Prominentes líderes cristianos han sido expuestos por cometer adultero o participar en
prostitución. Algunos cristianos evangélicos han sido convictos de evasión de impuestos y otras ilegalidades
financieras. ¿Por qué ocurre esto? Hay al menos tres explicaciones primarias: (1) Algunos de los que aseguran ser
cristianos evangélicos son charlatanes, (2) Algunos líderes cristianos evangélicos permiten que su posición los
lleve al orgullo, (3) Satanás y sus demonios atacan y tientan más agresivamente a quienes están en el liderazgo
cristiano, porque ellos saben que un escándalo que involucre a un líder, puede tener resultados devastadores,
tanto para los cristianos como para quienes no lo son.
(1) Algunos “cristianos evangélicos” que son sorprendidos en escándalos son charlatanes y falsos profetas. Jesús
advirtió, “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis….” (Mt 7:15-20). Los falsos profetas pretenden ser hombres y
mujeres piadosos, y aparentan ser sólidos líderes evangélicos. Sin embargo, el “fruto” (escándalos)
eventualmente se revela en ellos, resultando lo opuesto de lo que ellos decían ser. En cuanto a esto, siguen el
ejemplo de Satanás, “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es
extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2
Co 11:14-15).
(2) La Biblia hace muy claro que “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de
espíritu. (Pr 16:18) Santiago 4:6 nos recuerda, “…Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.” La
Biblia repetidamente nos advierte contra el orgullo. Muchos líderes cristianos comienzan su ministerio con un
espíritu de humildad y confianza en Dios, pero a medida que el ministerio crece y prospera, es fácil y tentador
para los líderes, tomar algo de esta gloria para ellos mismos. Eventualmente, algunos líderes cristianos
evangélicos, al mismo tiempo que ofrecen alabanza de labios a Dios, realmente intentan conducir y construir el
ministerio sobre su propia fuerza y sabiduría. Esta clase de orgullo conduce a la caída. Dios, a través del profeta
Oseas, advierte, “En sus pastos se saciaron, y repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de
mí.” (Oseas 13:6).
(3) Satanás sabe que por la influencia de un escándalo con un líder cristiano evangélico, él puede obtener un
poderoso impacto. Así como el adulterio del rey David con Betsabe y el acuerdo sobre la muerte de Urías causó
gran daño a la familia de David y a la nación entera de Israel – así también muchas iglesias o ministerios han sido
dañados o destruidos por la caída de su líder. Muchos cristianos han tenido un debilitamiento en su fe como
resultado de presenciar la caída un líder. Muchos no cristianos utilizan esta caída de líderes “cristianos” como una
razón por la que ellos rechazan el cristianismo. Satanás y sus demonios saben esto, y por lo tanto dirigen más sus
ataques contra aquellos que laboran como líderes. La Biblia nos advierte a todos, “Sed sobrios y velad; porque
vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 P 5:8).
¿Cómo debemos responder cuando un líder cristiano evangélico es acusado o sorprendido en un escándalo?
(1) No escuches o aceptes acusaciones sin bases o infundadas (Pr 18:8, 17; 1 Ti 5:19). (2) Toma las medidas
bíblicas apropiadas para reprender a aquellos que pecan (Mt 18:15-17; 1 Ti 5:20). Si el pecado es severo y
comprobado, se debe imponer su separación del ministerio de liderazgo (1 Ti 3:1-13) (3) Perdona a aquellos que
pecan (Ef 4:32; Col 3:13), y cuando el arrepentimiento sea comprobado, restáurales al compañerismo (Gá 6:1; 1
P 4:8). (4) Sé fiel en tu oración por nuestros líderes. Conociendo los problemas a los que se enfrentan, las
tentaciones que sufren y el estrés que deben soportar, debemos estar orando por nuestros líderes, pidiendo a Dios
que los fortalezca, proteja, y anime. (5) Lo más importante, es que tomes el fracaso de un líder cristiano
evangélico como un recordatorio para fundamentar tu fe en Dios, y en Dios solamente. Dios nunca falla, nunca
peca, y jamás miente. “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de Su gloria” (Is 6:3).
42.- ¿Qué significa contristar / apagar al Espíritu Santo?
Respuesta: Cuando la palabra “apagar” es usada en la Escritura, está hablando de reprimir el fuego. Cuando los
creyentes se ponen el escudo de la fe, como parte de la armadura de Dios (Ef 6:16), ellos están reprimiendo el
poder de los dardos de fuego de Satanás. Cristo describe el infierno como un lugar donde el fuego nunca se
“apaga” (Mr. 9:44, 46, 48). De la misma manera el ES, es un fuego que mora en cada creyente. Él quiere
expresarse a Sí mismo en nuestras acciones y actitudes. Cuando los creyentes no permiten que el Espíritu sea
visto en sus acciones, cuando hacemos lo que sabemos que está mal, entonces reprimimos o “apagamos” al
Espíritu. No permitimos que el Espíritu se revele a Sí mismo de la manera que Él lo desea.
Para comprender lo que significa “contristar” al Espíritu, debemos entender primeramente que este es una
característica de la personalidad. Solo una persona puede ser “contristada”; por lo tanto, el Espíritu debe ser una
persona para poder tener esta emoción. Una vez que comprendemos este aspecto, podemos entender mejor cómo
Él es “contristado,” especialmente porque nosotros también somos contristados. Efesios 4:30 nos dice que no
debemos “contristar” al Espíritu. Basémonos en el pasaje para entender lo que Pablo quiere decirnos. Podemos
“contristar” al Espíritu al vivir como paganos (4:17-19), al no oponer resistencia a nuestra naturaleza de pecado
(4:22-24), al mentir (4:25), al airarnos (4:26-27), al robar (4:28), al maldecir (4:29), al amargarnos (4:31), al no
perdonar (4:32), al cometer inmoralidad sexual (5:3-5). “Contristar” al Espíritu es actuar de manera pecaminosa,
ya sea de pensamiento y hechos, o solamente de pensamiento.
“Apagar” y “contristar” al Espíritu son ambos similares en sus efectos; ambos impiden un estilo de vida piadoso.
Ambos suceden cuando un creyente peca contra Dios y sigue sus propios deseos mundanos. El único camino
correcto por seguir, es el camino que lleva a un creyente más cerca de Dios y la pureza, y más lejos del mundo y
el pecado. Así como a nosotros no nos gusta ser contristados, y así como tampoco buscamos reprimir lo que es
bueno – así también no debemos contristar o apagar al ES al rehusar escuchar Su guía.
43.- ¿Quién es el Espíritu Santo?Respuesta: Hay muchos conceptos erróneos sobre la identidad del Espíritu Santo. Algunos ven al ES como una
fuerza mística. Otros entienden al ES, como el poder impersonal que Dios pone a disposición para los seguidores
de Cristo. ¿Qué dice la Biblia acerca de la identidad del ES? Puesto en una manera sencilla – la Biblia dice que el
ES, es Dios. La Biblia también nos dice que el ES, es una Persona, un Ser con una mente, emociones, y una
voluntad.
El hecho de que el ES, es Dios, es visto claramente en muchas partes de las Escrituras, incluyendo Hch 5:3-4. En
este versículo, Pedro confronta a Ananías por haber mentido al ES, y le dice que él “no había mentido a los
hombres sino a Dios”. Es una clara declaración de que mentir al ES, es mentir a Dios. También podemos saber
que el ES, es Dios, porque El posee los atributos o características de Dios. Por ejemplo, el hecho de que el
Espíritu Santo es omnipresente, lo vemos en Sal 139:7-8 “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu
presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”. Luego, en
1ª Co 2:10 vemos la característica de la omnisciencia del ES. “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios”. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu
de Dios.”
Podemos conocer que el ES, es en verdad una Persona, porque El posee una mente, emociones y una voluntad. El
Espíritu Santo piensa y sabe (1ª Co 2:10). El ES puede ser afligido (Ef 4:30) El Espíritu intercede por nosotros
(Ro 8:26-27). El ES hace decisiones de acuerdo con Su voluntad (1ª Co 12:7-11). El ES, es Dios, la tercera
“Persona” de la Trinidad. Como Dios, el Espíritu Santo puede funcionar verdaderamente como el Consejero y
Consolador, como Jesús prometió sería (Jn 14:16, 26; 15:26).
44.- ¿Qué es la espiritualidad contemplativa?Respuesta: La espiritualidad contemplativa es una práctica extremadamente peligrosa para cualquier persona que
esté preocupada por vivir una vida bíblicamente centrada en Dios. Está comúnmente más asociada con el
Movimiento de la Iglesia Emergente, el cual está lleno de detestables y falsas enseñanzas. También es utilizada
por muchos grupos diferentes que tienen poco, si es que nada que ver con la cristiandad.
En la práctica, la espiritualidad contemplativa está centrada principalmente en torno a la meditación, aunque no
en la meditación con la perspectiva bíblica. Pasajes en la Escritura, tales como Josué 1:8, en realidad nos
exhortan a meditar: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él,
para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y
todo te saldrá bien.” Nótese cuál debe ser el centro de la meditación: La Palabra de Dios.
La espiritualidad contemplativa, conduce a centrar la meditación literalmente en nada. El practicante es exhortado
a vaciar totalmente su mente, para solo “estar.” Supuestamente, esto le ayuda a uno a abrirse a una experiencia
espiritual mayor. Sin embargo, en la Escritura somos exhortados a transformar nuestra mente a la de Cristo, para
tener Su mentalidad. El vaciar nuestra mente es contrario a tal transformación activa y consciente.
La espiritualidad contemplativa, también anima a buscar una experiencia mística con Dios. Como se define en el
diccionario Merriam-Webster, el misticismo es “la creencia de que el conocimiento directo de Dios, la verdad
espiritual, o la última realidad puede ser alcanzada a través de la experiencia subjetiva (como intuición o visión).”
Este énfasis en el conocimiento experimental erosiona la autoridad de la Escritura. Conocemos a Dios de acuerdo
a Su Palabra. 2da de Ti 3:16-17 declara: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.” La Palabra de Dios está completa. No hay razón para creer
que Dios añada enseñanzas o verdades adicionales a Su Palabra a través de experiencias místicas. En cambio,
nuestra fe y lo que sabemos acerca de Dios está basado en hechos.
La página web del Centro para Espiritualidad Contemplativa lo resume bien: “Venimos de una variedad de
procedencias seculares y religiosas y cada uno de nosotros busca enriquecer su jornada a través de la práctica
espiritual y el estudio de las tradiciones espirituales más grandes del mundo. Deseamos acercarnos al Espíritu
amoroso el cual se extiende por toda la creación e inspira nuestra compasión por todos los seres.” No hay
absolutamente nada bíblico acerca de tal práctica. Se debe aconsejar gran precaución a cualquiera que considere
la espiritualidad contemplativa como medio para alcanzar una gran espiritualidad, en vez de ello la persona será
confundida, engañada y será apartada de la Verdad.
45.- ¿Qué es la espiritualidad cristiana?Respuesta: Cuando una persona nace de nuevo, ésta recibe el ES, el cual sella al creyente para el día de la
redención (Ef 1:13; 4:30). Jesús prometió que el ES nos guiaría “a toda la verdad” (Jn 16:13). Parte de la verdad a
la que el Espíritu nos guía, es a tomar las cosas de Dios y aplicarlas en nuestras vidas. Cuando se hace esta
aplicación, el creyente entonces toma la decisión de permitir que el ES lo controle. El cristianismo espiritual se
basa en la medida que el creyente nacido de nuevo, permita al ES dirigir y controlar su vida.
El apóstol Pablo dice que los creyentes deben ser “llenos” del Espíritu Santo. “No os embriaguéis con vino, en lo
cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.” (Ef 5:18). La oración en este pasaje es continua, y por lo
tanto significa “mantenerse lleno del Espíritu.” El ser llenos del Espíritu, es simplemente permitir que el ES nos
controle, en vez de entregarnos a los deseos de nuestra propia naturaleza carnal. En el pasaje anterior, se hace esta
comparación. Cuando alguien es controlado por el vino, se embriaga y manifiesta ciertas características, tales
como un hablar incoherente, un caminar vacilante, e imposibilidad para tomar decisiones. Así como puedes decir
cuando una persona está ebria por las características que exhibe, así un creyente nacido de nuevo que es
controlado por el Espíritu Santo, también mostrará Sus características. Encontramos estas características en Gá
5:22-23, donde se les llama “el fruto del Espíritu.” Este es el carácter cristiano, producido por el trabajo del
Espíritu en y a través del creyente. Este carácter no es producido por esfuerzo propio. Un creyente nacido de
nuevo que es controlado por el ES, manifestará un hablar juicioso, un caminar espiritual consistente, y la toma de
decisiones basadas en la Palabra de Dios.
Por lo tanto, la espiritualidad cristiana es una elección que hacemos de “conocer y crecer” en nuestra relación
cotidiana con el Señor Jesucristo, mediante al sometimiento al ministerio del ES en nuestras vidas. Esto significa
que como creyentes, debemos tomar la decisión de mantener clara nuestra comunicación con el Espíritu, a través
de la confesión (1 Jn 1:9). Cuando contristamos al Espíritu por el pecado (Ef 4:30; 1 Jn 1:5-8), erigimos una
barrera entre Dios y nosotros. Cuando nos sometemos al ministerio del Espíritu, nuestra relación no se apaga (1
Ts 5:19). La espiritualidad cristiana es una consciencia de la comunión con el Espíritu de Cristo que no es
interrumpida por la carnalidad y el pecado. Por lo tanto, un cristiano espiritual es un creyente nacido de nuevo,
quien hace una consistente y continua elección de rendirse al ministerio del ES.
46.- ¿Quién fue la esposa de Caín?Respuesta: La Biblia no dice específicamente quién fue la esposa de Caín. La única respuesta posible es que la
esposa de Caín fue o su hermana, o sobrina, o sobrina nieta, etc. La Biblia no dice la edad de Caín cuando mató a
Abel (Gé. 4:8). Los dos eran granjeros, es probable que ambos hayan sido adultos maduros, posiblemente con sus
propias familias. Adán y Eva sin duda tuvieron más hijos que solamente Caín y Abel en el momento en que Abel
fue asesinado – definitivamente ellos tuvieron muchos más hijos (Gé. 5:4). El hecho de que Caín estaba asustado
por su propia vida luego de que mató a Abel (Gé. 4:14), indica que probablemente en ese tiempo hubieron
muchos otros hijos y tal vez aún nietos o bisnietos de Adán y Eva. La esposa de Caín (Gén 4:17) fue una hija o
nieta de Adán y Eva.
Debido a que Adán y Eva fueron los primeros (y únicos) seres humanos, sus hijos no habrían tenido otra opción
que casarse entre parientes. Dios no prohibió el matrimonio entre familias sino muchísimo más tarde, cuando
hubo suficiente gente, y el matrimonio entre parientes ya no fue necesario (Lev 18:6-18). La razón por la que el
incesto a menudo resulta en anormalidad genética en los hijos, es que si dos personas de genética similar (i.e.
hermano y hermana) tienen niños – es más probable que resulten deficiencias genéticas, porque ambos padres
tienen las mismas deficiencias. Cuando gente de diferentes familias tienen niños – es muy poco probable que
ambos padres tengan las mismas deficiencias genéticas. El código genético humano se ha vuelto cada vez más
“contaminado” a través de los siglos, las deficiencias genéticas se han multiplicado, se han ampliado, y se han
transmitido de generación en generación. Adán y Eva no tuvieron ninguna deformación genética, eso posibilitó a
las primeras generaciones de sus descendientes, tener una más alta calidad de salud, de la que la tenemos ahora.
Los hijos de Adán y Eva tuvieron pocas deficiencias genéticas, si las tuvieron. Como resultado, para ellos fue
seguro casarse entre parientes. Puede parecer extraño o aún indecente pensar que la esposa de Caín fuera su
hermana. En el principio, desde que Dios comenzó con un hombre y una mujer, la segunda generación no tendría
otra elección, sino casarse entre sí.
47.- ¿Debe una esposa sujetarse a su esposo?Respuesta: Este es un punto muy importante a considerar en el matrimonio y también en la vida diaria. Dios ideó
el hecho de la sumisión en Génesis. En el principio, como no había pecado, el hombre no tenía una autoridad a
quien obedecer, excepto la autoridad de Dios. Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, el pecado entró en el
mundo y entonces fue necesaria la autoridad. Por lo tanto, Dios estableció la autoridad necesaria para reforzar las
leyes de la tierra y además proveernos con la protección que necesitamos. Primero, debemos sujetarnos a Dios, lo
cual es la única manera en que realmente podemos obedecerle (Stg 1:21 y Stg 4:7). En 1 Co 11:2-3, encontramos
que el esposo está sujeto a Cristo, como Cristo lo estuvo a Dios. Entonces los veros dicen que la mujer debe
seguir su ejemplo de sujeción a su esposo. Otro versos acerca de la sumisión de Cristo a Dios, se encuentran en
Mt 26:39 y Jn 5:30.
La sumisión es la respuesta natural a un liderazgo amoroso. Cuando un esposo ama a su esposo como Cristo ama
a la iglesia (Ef 5:25-33), entonces la sumisión es una respuesta natural de la esposa hacia su esposo. La palabra
griega traducida como someterse (Hupotasso) es la forma continua del verbo. Significa que el someternos a Dios,
a nuestros líderes y a nuestro esposo no es una decisión de una vez. Es una actitud continua en nuestras mentes,
que llega a convertirse en un patrón de conducta. La sumisión de la que se habla en Ef 5, no se refiere a una
sujeción unilateral de un creyente para ser dominado egoístamente por la otra persona. La sumisión bíblica está
diseñada para ser entre dos creyentes llenos del Espíritu, quienes se entregan mutuamente uno al otro y a Dios. La
sumisión es una calle de dos sentidos. La sumisión es una posición de honor y plenitud. Cuando una esposa es
amada como Cristo ama a la iglesia, la sujeción no es difícil. Ef 5:24 dice, “… como la iglesia está sujeta a
Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” Este verso está diciendo que la esposa debe
sujetarse a su esposo en todo lo que es correcto y legítimo. Por lo tanto, la esposa no está obligada a desobedecer
la ley o descuidar su relación con Dios.
La mujer fue formada de una costilla de Adán; no fue tomada de su cabeza para que gobierne sobre él, tampoco
fue formada de sus pies para ser pisoteada por él, sino que fue tomada de su costado, para ser igual a él, bajo su
brazo para ser protegida y cerca de su corazón para ser amada. El “someteos” en Ef 5:21, es la misma palabra
usada en 5:22. Los creyentes deben someterse unos a otros en reverencia a Cristo. Los versos 19-21, son todos el
resultado de estar llenos del ES (5:18). Los creyentes llenos del espíritu son adoradores (5:19), agradecidos
(5:20), y sumisos (5:21). Pablo entonces, sigue su línea de pensamiento del vivir con la llenura del Espíritu y la
aplica a los esposos y esposas en los versos 22.33.
48.- ¿Cómo sabré cuando haya encontrado a quien Dios haya elegido para mí?Respuesta: La Biblia no enseña cómo encontrar al esposo perfecto o a la esposa perfecta, tampoco es tan
específica como quisiéramos en el aspecto de encontrar a la pareja ideal para el matrimonio. Ni siquiera nos dice
que Dios ha elegido a una persona específica para el matrimonio de cada uno de nosotros. Lo que nos dice la
Palabra de Dios es que nos aseguremos de no unirnos en yugo desigual con los incrédulos (2 Co 6:14-15), y esto
es especialmente cierto en el matrimonio. 1 Co. 7:39 nos recuerda que cuando somos libres para casarnos,
debemos hacerlo solo con aquellos que son aceptables ante Dios – en otras palabras, con cristianos. Más allá de
esto, la Biblia guarda silencio acerca de cómo casarnos con la persona “correcta.”
Así que ¿por qué Dios no nos dice lo que debemos buscar en un(a) compañero(a)? ¿Por qué no tenemos más
especificaciones acerca de un asunto tan importante? La verdad es que La Biblia es tan clara en lo que es un
cristiano y cómo debemos comportarnos, que no son necesarias las especificaciones. Se supone que los cristianos
deben ser de un mismo parecer acerca de los asuntos importantes, y si dos cristianos se han comprometido a su
matrimonio y a obedecer a Cristo, ellos ya poseen los ingredientes necesarios para el éxito. Sin embargo, por
razón de que nuestra sociedad ahora se encuentra inundada con toda clase de personas que profesan “el
Cristianismo,” sería prudente usar el discernimiento antes de que una persona se avoque al compromiso de por
vida del matrimonio. Una vez que se han identificado las prioridades de la pareja en prospecto –si él o ella están
verdaderamente comprometidos en seguir a Cristo– entonces las especificaciones son más fáciles de identificar y
manejar.
Primero, antes de casarse, una persona debe asegurarse de que él o ella están listos para el matrimonio. Debe
tener suficiente madurez para ver más allá del aquí y ahora y estar dispuesto a comprometerse para unirse con esa
otra persona para el resto de su vida. También reconocer que el matrimonio requiere de sacrificio y generosidad.
Antes de casarse, la pareja debe estudiar los papeles y obligaciones del esposo y la esposa, que pueden encontrar
en Ef 5:22-31, 1 Co 7:1-16, Col 3:18-19, Tit 2:1-5, y 1 P 3:1-7.
Una pareja debe asegurarse de conocerse uno al otro por un período de tiempo suficiente, antes de hablar de
matrimonio. Deben vigilar cómo reacciona la otra persona ante diferentes situaciones, cómo se comporta con sus
familias y amigos, y con qué clase de personas se junta. El comportamiento de una persona es grandemente
influenciado por quienes socializan con ella (1 Co 15:33). Ambos deben estar de acuerdo en temas tales como
moralidad, finanzas, valores, hijos, asistencia a la iglesia y su involucramiento, relaciones con los suegros, y –
para las mujeres– el trabajar fuera de casa. Estas son áreas potenciales de conflicto en el matrimonio y deben ser
cuidadosamente consideradas antes del matrimonio.
Finalmente, cualquier pareja que esté considerando casarse, debe asistir primeramente a consejería pre-marital
con su pastor u otro consejero cristiano capacitado para ello. Ahí ellos conocerán las invaluables herramientas
para construir su matrimonio sobre un cimiento de fe en Cristo, y también aprenderán cómo enfrentar los
inevitables conflictos que se presenten. Después de que todos estos criterios han sido cubiertos, la pareja está lista
para decidir devotamente, si desean unirse en matrimonio. Si están sinceramente buscando la voluntad de Dios,
Él dirigirá sus caminos (Pr 3:5-6).
49.- ¿Cómo puedo estar bien con Dios?Respuesta: Para estar “bien” con Dios, primero debemos entender qué está “mal.” La respuesta es, el pecado.
“No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Sal 14:3). Nos hemos rebelado contra los mandamientos
de Dios; “todos nosotros nos descarriamos como ovejas” (Is 53:6).
La mala noticia es que la penalidad por el pecado es la muerte. “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4).
La buena noticia es que un Dios de amor nos ha buscado, a fin de traernos la salvación. Jesús declaró que Su
propósito era “buscar y salvar lo que se había perdido” (Lc 19:10), y cuando murió en la cruz, declaró cumplido
este propósito con las palabras, “Consumado es” (Jn 19:30).
Tener una buena relación con Dios comienza por reconocer su pecado. Luego viene una confesión humilde del
pecado a Dios (Is 57:15) y una determinación de renunciar al pecado. “Con la boca se confiesa para salvación”
(Ro 10:10).
Este arrepentimiento debe ir acompañado de fe. Específicamente, la fe en que la muerte expiatoria de Jesús y su
resurrección milagrosa lo califican para ser su Salvador. “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Ro 10:9). Muchos otros pasajes hablan
acerca de la necesidad de la fe, tales como Jn 20:27; Hch 16:31; Gá 2:16; 3:11,26 y Ef 2:8.
50.- ¿Cómo puedo saber si estoy enamorado?”Respuesta: Nuestra naturaleza humana nos indica que el amor no es más que una emoción. Hacemos decisiones
basados en nuestras emociones, y aún nos casamos porque nos sentimos “enamorados”. Esta es la razón por la
que la mitad de todos los primeros matrimonios terminan en divorcio. La Biblia nos enseña que el verdadero
amor no es una emoción que pueda ir y venir, sino una decisión. No debemos amar solo a quienes nos aman, sino
que debemos amar aún a aquellos que nos odian, de la misma manera en que Cristo ama a los ingratos y malos
(Lc 6:35). “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la
verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Co 13:4-7).
Puede ser muy fácil enamorarse de alguien, pero hay algunas peguntas que debes hacerte a ti mismo antes de
decidir si tu “radar del amor” te está guiando en la dirección correcta. Primero, ¿esta persona es cristiana?,
queriendo decir con eso que si ¿le entregó su vida a Cristo y confió únicamente en Él para su salvación?.
También, si alguien está considerando entregar su corazón y emociones a una persona, deben preguntarse a sí
mismo si ¿están dispuestos a poner a esa persona por encima de la demás gente, y poner la relación, una vez
casados, en segundo lugar sólo después de Dios? La Biblia nos dice que cuando dos personas se casan, se
convierten en una sola carne (Gé. 2:24; Mt 19:5).
Otra cosa que uno debe considerar es, si esa persona es un buen candidato para convertirse en la posible pareja.
¿Ha puesto ya a Dios como lo primero y más importante en su vida? ¿Está dispuesto(a) a dar su tiempo y energía
para ayudar a que la relación y quizá el matrimonio dure para toda la vida? ¿Es alguien que querría casarse? No
existe un medidor para determinar cuando estamos enamorados de alguien, pero es importante discernir si
estamos siguiendo nuestras primitivas emociones o siguiendo la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Estar bien con Dios depende de su respuesta a lo que Dios ha hecho en beneficio suyo. Él envió al Salvador,
proveyó el sacrificio para quitar su pecado (Jn 1:29), y ofrece esta promesa: “Todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo” (Hch 2:21).
La parábola del Hijo Pródigo, es una hermosa ilustración de arrepentimiento y perdón (Lc 15:11-32). El hijo
menor desperdició los bienes de su padre viviendo perdidamente (versículo 13). Cuando reconoció su mal
proceder, decidió volver a casa (versículo 18). Asumió que ya no sería digno de ser llamado un hijo (versículo
19), pero estaba equivocado. El padre amó más que nunca al rebelde que volvió (versículo 20). Todo le fue
perdonado, y lo que siguió era una celebración (versículo 24).
Dios es bueno en guardar Sus promesas, incluso la promesa de perdonar. “Cercano está Jehová a los
quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu” (Sal 34:18).
51.- ¿Por qué debemos estudiar el Antiguo Testamento?Respuesta: La Biblia es una revelación progresiva. Si te saltas la primera mitad de cualquier buen libro y tratas
de terminarlo; tendrás dificultades para entender los personajes, la trama y el final. De la misma manera, el NT
solo es plenamente comprendido cuando es visto como erigido sobre los cimientos de los eventos, personajes,
leyes, sistema sacrificial, pactos y promesas del AT). Si solo tuviéramos el NT, al venir a los Evangelios, no
sabríamos por qué los judíos estaban buscando al Mesías (un Rey Salvador). Sin el AT, no comprenderíamos
porqué este Mesías vendría (ver Is 53); no seríamos capaces de identificar a Jesús de Nazaret como el Mesías a
través de muchas detalladas profecías que fueron dadas concerniente a Él (por ej., Su lugar de nacimiento (Mi.
5:2); El modo en que moriría (Sal 22, especialmente vv. 1, 7-8, 14-18; Sal 69:21, etc.). Su resurrección (Sal
16:10), y muchos más detalles sobre Su ministerio (Is 52:13; 9:2, etc.).
Sin el AT, no entenderíamos las costumbres judías que son mencionadas en pasajes del NT. No entenderíamos
las perversiones que hicieron los fariseos a la ley de Dios, al añadirle sus tradiciones. No entenderíamos porqué
Jesús estaba tan enfadado mientras Él limpiaba el patio del templo. No entenderíamos que podemos usar la
misma sabiduría que usó Jesucristo en Sus muchas respuestas a Sus adversarios (tanto humanos como
demoníacos).
Sin el AT nos perderíamos de numerosas profecías detalladas que solo pudieron cumplirse porque la Biblia es la
Palabra de Dios, no de los hombres (ver los profetas mayores y menores) (p. ej., Daniel 7 y capítulos siguientes).
Estas profecías dan detalles específicos sobre el levantamiento y caída de naciones, cómo caerían, si se
levantarían nuevamente, cuáles poderes serían los siguientes en emerger, quienes serían los actores principales
(Ciro, Alejandro el Grande, etc.), y qué sucedería a sus reinos cuando estos personajes murieran. Estas detalladas
profecías son tan exactas, que los escépticos atacan diciendo que tuvieron que haber sido escritas después de los
hechos.
El AT también contiene numerosas lecciones para nosotros a través de las vidas de sus muchos personajes
falibles. Al observar sus vidas podemos ser animados a confiar en Dios sin importar lo que suceda (Daniel 3), y a
no comprometernos en las cosas pequeñas (Dn. 1), para que seamos fieles más tarde ante las cosas grandes (Dn.
6). Podemos aprender que es mejor confesar el pecado pronta y sinceramente, en lugar de pasar la culpa a otros (1
S 15). Podemos aprender a no jugar con el pecado, porque nos encontrará desprevenidos y su mordida es mortal
(Ver Jue. 13-16).
Podemos aprender que necesitamos confiar (y obedecer) a Dios si esperamos experimentar la vida en Su tierra
prometida en esta vida y Su paraíso en la próxima (Núm 13). Aprendemos que si consideramos el pecado, solo
nos estamos exponiendo a cometerlo (Gé. 3; Jos 6-7). Aprendemos que el pecado tiene consecuencias, no solo
para nosotros mismos, sino para nuestros seres amados y a la inversa, que nuestro buen comportamiento tiene
recompensas no solo para nosotros sino también para aquellos que están a nuestro alrededor (Gén 3; Éx 20:5-6).
El AT también contiene gran cantidad de sabiduría que el NT no comparte. Mucha de ésta se encuentra contenida
en los Salmos y Proverbios. Estos trocitos de sabiduría revelan cómo puedo ser más sabio que mis maestros, a lo
que nos conducirán varios pecados (nos ayuda a ver el anzuelo que esconde el bocado), y lo que los logros en este
mundo nos ofrecen (nada). ¿Cómo puedo reconocer si soy un necio (esto es, moralmente)? ¿Cómo puedo
encontrarle significado a la vida? Nuevamente, hay mucho ahí que solo está esperando a ser encontrado por
alguien que realmente quiera aprender.
Sin el AT, no tendríamos una base para sostenernos contra el error de las perversiones políticamente correctas de
nuestra sociedad, en la que la evolución es vista como creadora de todas las especies a través de millones de años
(en lugar de ser ellas el resultado de la creación especial de Dios en seis días literales). Aceptaríamos la mentira
de que los matrimonios y la unidad familiar son una estructura evolutiva que debe continuar cambiando ante los
cambios sociales, en vez de ser vista como un diseño de Dios con el propósito de criar buenos hijos y para la
protección de aquellos que de otra manera serían utilizados y abusados (más frecuentemente las mujeres y los
niños).
Sin el AT, no entenderíamos las promesas que Dios cumplirá en un futuro con la nación judía. Como resultado,
no veríamos propiamente que el período de la Tribulación es un lapso de siete años en el cual Él trabajará
específicamente con la nación judía que lo rechazó en Su primera venida, pero que lo recibirá en Su segunda
venida. No entenderíamos cómo el futuro reinado de Cristo de 1,000 años, encaja en Sus promesas a los judíos, ni
cómo los gentiles encajarían en él. Tampoco veríamos cómo el final de la Biblia ata los cabos sueltos que no
fueron revelados en el principio de la Biblia, cómo Dios restaurará el paraíso que Él originalmente creó para que
fuera este mundo, y cómo disfrutaremos de un íntimo compañerismo con Él de una manera personal como en el
Huerto del Edén.
En resumen, el AT es un espejo que nos permite mirarnos a nosotros mismos en las vidas de los personajes del
AT y nos ayuda a aprender lo experimentado en sus vidas. Vierte mucha luz sobre quién es Dios y las maravillas
que Él ha hecho y la salvación que Él ha forjado. Transmite gran consuelo a aquellos que padecen persecución o
tribulación (ver especialmente los Salmos). Revela a través del repetido cumplimiento de las profecías, porqué la
Biblia es única entre todos los libros sagrados – solamente ella puede demostrar que es lo que clama ser: la
inspirada Palabra de Dios. Revela grandes cosas sobre Cristo en página tras página de sus escritos. Contiene tanta
sabiduría que va más allá de lo que es aludido o citado en el NT. En pocas palabras, si aún no te has aventurado
en la profundidad de sus páginas, te estás perdiendo de mucho de lo que Dios ha dispuesto para ti. Mientras lo
lees, habrá mucho que no entiendas de inmediato, pero habrá mucho que entenderás y aprenderás. Y mientras
continúas estudiándolo, pide a Dios que te enseñe más, tu minería te pagará con tesoros aún más brillantes.
Si usted quiere estar bien con Dios, aquí está una oración modelo. Recuerde, hacer esta oración o cualquier otra,
no lo va a salvar. Es solamente el confiar en Cristo lo que le puede librar del pecado. Esta oración es simplemente
una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle su salvación. “Dios, sé que he pecado
contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la fe en El
yo pueda ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Gracias por Tu
maravillosa gracia y perdón – el don de la vida eterna! En Nombre de Jesús, ¡Amén!”
52.- ¿Por qué debemos leer / estudiar la Biblia?Respuesta: Debemos leer y estudiar la Biblia, simplemente porque es la Palabra de Dios a nosotros. 2 Ti 3:16
dice que la Biblia es “inspirada por Dios”. En otras palabras, es la Palabra de Dios para nosotros. Hay muchas
preguntas que los filósofos y la gente en general se han hecho y que Dios nos las responde en las Escrituras:
¿Cuál es el propósito de la vida? ¿De dónde vengo? ¿Existe vida después de la muerte? ¿Cómo puedo ir al cielo?
¿Por qué está el mundo tan lleno de maldad? ¿Por qué me cuesta tanto trabajo hacer lo bueno? Adicionalmente a
estas “grandes” preguntas, nos proporciona un sin número de consejos prácticos en áreas tales como: ¿Qué debo
buscar en mi pareja? ¿Cómo puedo tener un matrimonio exitoso? ¿Cómo puedo ser un buen amigo? ¿Cómo
puedo ser un buen padre / madre? ¿Qué es el éxito y cómo puedo alcanzarlo? ¿Cómo puedo cambiar? ¿Qué es lo
más importante en la vida? ¿Cómo puedo vivir para que no tenga que arrepentirme en un futuro? ¿Cómo puedo
complacer a Dios? ¿Cómo puedo obtener Su perdón? ¿Cómo puedo manejar las circunstancias adversas y
eventos injustos de la vida para salir victorioso?
Debemos leer y estudiar la Biblia porque es totalmente confiable y sin error. La Biblia es única entre muchos
auto-nombrados libros “sagrados” porque no solo ofrece enseñanzas morales y dice “confía en mí”. Más bien,
nos ofrece la oportunidad de probarla, corroborando cientos de detalladas profecías que contiene, verificando los
eventos históricos que relata, y comprobando los hechos científicos que describe. Aquellos que dicen que la
Biblia tiene errores deben tener sus oídos cerrados a la verdad. Jesús preguntó una vez; “¿Qué es más fácil, decir:
tus pecados te son perdonados o decir: levántate y anda?” (Lc 5:23) Entonces Él probó que tenía el poder para
perdonar los pecados (algo que no podemos ver físicamente) curando al paralítico (algo que los que lo rodeaban
pudieron atestiguar con sus ojos) De manera similar, tenemos la seguridad de que la Palabra de Dios es verdad
cuando se discuten aspectos espirituales que no podemos atestiguar con nuestros sentidos físicos; pero mostrando
su veracidad en todas aquellas áreas que podemos verificar (exactitud histórica, científica y profética).
Debemos leer y estudiar la Biblia porque Dios no cambia y porque la naturaleza humana tampoco cambia – es tan
actual para nosotros como lo fue cuando fue escrita. Mientras que diariamente se generan grandes cambios
tecnológicos a nuestro alrededor, los deseos y naturaleza de la raza humana no cambian. Tu encontrarás, mientras
lees las páginas e la historia bíblica, que ya sea que se trate de relaciones interpersonales o entre sociedades, “no
hay nada nuevo bajo el sol” Y mientras la raza humana en su totalidad continúa buscando amor y satisfacción en
todos los lugares equivocados, Dios, nuestro buen y misericordioso Creador, nos dice lo que nos traerá un gozo
eterno. Su Palabra revelada, las Escrituras, son tan importantes que Jesús dijo respecto a ellas, “…No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mt 4:4) En otras palabras, si quieres vivir
una vida plena como fue la voluntad de Dios, escucha y sigue la palabra de Dios escrita… ¡es más importante que
comer!
Debemos leer y estudiar la Biblia porque existe mucha falsa enseñanza. La Biblia nos da la medida mediante la
cual podemos distinguir la verdad del error. Nos dice cómo es Dios. Tener una impresión equivocada de Dios es
adorar un “ídolo” o “dios falso”. Estamos adorando algo que ¡no es ÉL! La Biblia también nos dice cómo
podemos verdaderamente ir al cielo…y no es por ser buenos, o ser bautizados o ninguna otra cosa que podamos
hacer (Jn 14:6; Ef 2:1-10; Is 53:6; Ro 3:10b., 5:8; 6:23; 10:9-13). A través de estos textos, la Palabra de Dios nos
enseña cuánto ÉL nos ama (Ro 5:6-8; Is 53:5) Y así es como sabiendo esto, somos llevados a amarle a Él en
respuesta (1 Jn 4:19).
La Biblia te equipará para servirle a Dios (2 Ti 3:17; Ef 6:17; He 4:12). Te ayudará a saber cómo puedes ser
salvado de tus pecados y de sus últimas consecuencias (2 Ti 3:15). Al meditar en ella y obedecer sus enseñanzas
te llevará a una vida victoriosa (Jos 1:8; Stg 1:25). La Palabra de Dios te ayudará a ver el pecado en tu vida y te
ayudará a deshacerte de él (Sal 119:9.11). Será una guía para tu vida, haciéndote más sabio que tus maestros (Sal
32:8; 119:9,11; Pr 1:6). La Biblia te librará de perder años de tu vida en lo que no dura ni tampoco importa (Mt
7:24.27).
Leer y estudiar la Biblia te ayudará a ver más allá del atractivo “anzuelo” y doloroso “gancho” de las tentaciones
pecaminosas, para que puedas aprender de los errores de otros, en vez de experimentarlos tu mismo. La
experiencia es un gran maestro, pero cuando se trata de aprender del pecado, es un duro y terrible maestro. Es
mucho mejor aprender de los errores ajenos. Hay tantos personajes bíblicos de quien aprender, tanto modelos
positivos como negativos, que con frecuencia proceden de la misma persona en diferentes etapas de su vida. Por
ejemplo, David, en su reto al gigante Goliat, nos enseña que Dios es más grande que cualquier cosa a la que
quiera que nos enfrentemos (1 S. 17). David, al ceder a la tentación y cometer adulterio con Betsabe, nos revela el
largo alcance y las terribles consecuencias que puede acarrearnos un “momento de placer” (2 S. 11). El conocer
la Biblia nos da una paz y una esperanza real cuando todo a nuestro alrededor parece desmoronarse, (Ro 15:4; Sal
112:7; Hab 3:17-19).
La Biblia es un libro que no es solo para leerse. Es un libro para estudiarse, a fin de poder ser aplicado a tu vida.
De otra manera, es como tragarse el bocado de comida sin masticarlo y después escupirlo de nuevo… sin ningún
valor nutricional aprovechado. La Biblia es la Palabra de Dios. Como tal, es tan necesaria como las leyes de la
naturaleza. Tu puedes ignorarla, pero lo harás para tu propio mal, así como lo sería si ignoraras la ley de la
gravedad. No puede ser los suficientemente enfatizada, la importancia que tiene la Biblia en nuestras vidas. El
estudiar la Biblia puede compararse al extraer oro de una mina. Si hacer un pequeño esfuerzo y solo “ciernes los
guijarros en el arroyo” solo encontrarás un poco de polvo de oro. Pero si te esfuerzas en realmente “excavar en
ella”, tu recompensa será de acuerdo a tu gran esfuerzo.
53.- Estudio del Nuevo Testamento.El NT está dividido en cinco secciones: Los Evangelios (de Mateo hasta Juan); Historia (libro de Los Hechos);
las Epístolas Paulinas (de Romanos hasta Filemón); las Epístolas Generales (de Hebreos hasta Judas), y Profecía
(libro de Apocalipsis). El NT fue escrito aproximadamente del año 45 al 95 d.C. El NT fue escrito en griego
koiné (Griego común, la forma común del lenguaje griego cotidiano en el primer siglo d.C.).
Los Evangelios nos ofrecen cuatro diferentes, aunque no contradictorios, relatos del nacimiento, la vida,
ministerio, muerte y resurrección de Jesucristo. Los Evangelios demuestran cómo Jesús era el Mesías prometido
del AT y establece las bases para la enseñanza del resto del NT. El libro de los Hechos, registra los hechos de los
apóstoles de Jesús, los hombres que Jesús envió al mundo a proclamar el Evangelio de la salvación. El Libro de
los Hechos nos cuenta el inicio de la iglesia y su rápido crecimiento en el primer siglo d.C. Las Epístolas
Paulinas, escritas por el apóstol Pablo, son cartas a iglesias específicas – exponiéndoles la doctrina oficial
cristiana y la práctica que debía seguir esa doctrina. Las Epístolas Generales complementan las Epístolas Paulinas
con enseñanza y aplicación adicional. El libro de Apocalipsis profetiza los eventos que ocurrirán al final de los
tiempos.
El estudio del NT es un poderoso y valioso aprendizaje. El NT nos narra la muerte de Jesús en la cruz por
nosotros – y cuál es la respuesta que debemos tener ante Su sacrificio. El enfoque del NT se encuentra en la
sólida enseñanza cristiana, así como la práctica resultante que debe seguir a la enseñanza. Abajo encontrarás
enlaces (links) para la síntesis de varios libros del NT. Sinceramente esperamos que nuestro estudio del NT sea
de beneficio para tu caminar con Cristo.
54.- ¿Qué es la Ética Cristiana?Respuesta: Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la
diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra
vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también
seréis manifestados con él en gloria. 5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de Dios viene” (Col 3:1-6).
Aunque mucho más que una lista de mandatos positivos y negativos, la Biblia nos da instrucciones detalladas
sobre cómo vivir como debería el cristiano. La Biblia es todo lo que necesitamos para saber cómo vivir la vida
cristiana. Sin embargo, la Biblia no trata explícitamente cada situación que podamos enfrentar en nuestras vidas.
¿Cómo, entonces, es suficiente? Esto es el porqué de la ética cristiana.
La ciencia define la ética como, “una colección de principios morales, el estudio de la moralidad.” Por lo tanto, la
Ética Cristiana consiste de los principios, derivados de la fe cristiana, por los cuales actuamos. Mientras la
Palabra de Dios no trata cada situación que podamos enfrentar a través de nuestras vidas, sus principios nos dan
un estándar por el cual debiéramos conducirnos en tales situaciones donde no hay instrucciones explícitas. Por
ejemplo, la Biblia no dice nada explícitamente del uso de las drogas ilegales, pero basado en principios que
aprendemos a través de las Escrituras, podemos saber que esto es malo.
Por una lado, la Biblia nos dice que nuestro cuerpo es el templo del ES y que debiéramos honrar a Dios a través
de ello (1 Co 6:19-20). Sabiendo lo que estas drogas hacen a nuestros cuerpos – el daño que causan a varios
órganos – sabemos que al usarlos estaríamos destruyendo el templo del Espíritu Santo. Esto seguramente no
honra a Dios. La Biblia dice también que debiéramos someternos a las autoridades que Dios Mismo ha puesto
sobre nosotros (Ro. 13:1). Ya que estas drogas son ilegales, al usarlas, no estamos sometiéndonos a las
autoridades, sino rebelándonos contra ellos. ¿Significa esto que si estas drogas ilegales fuesen legalizadas
entonces estaría bien usarlas? No sin violar el primer principio.
Por usar los principios que encontramos en las Escrituras, los cristianos pueden determinar el camino que
debieran seguir en cada situación. En algunos casos será fácil, como los reglamentos para la vida cristiana que
encontramos en Colosenses, el capítulo 3. En otros casos, sin embargo, necesitaremos estudiar la situación con
más profundidad. La manera absolutamente mejor para hacer esto es el orar sobre lo que dice la Palabra de Dios.
El Espíritu Santo mora en cada creyente, y uno de Sus papeles es enseñarnos cómo vivir: “Mas el Consolador, el
ES, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he
dicho” (Jn 14:26). “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de
que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según
ella os ha enseñado, permaneced en él” (1 Jn 2:27). Entonces cuando oramos sobre las Escrituras, el Espíritu nos
guía y nos enseña. Él nos indicará el principio sobre el cual necesitamos basar nuestra decisión en cada situación
dada.
Mientras la Palabra de Dios no trata toda situación que podamos enfrentar en nuestras vidas, es suficiente para
llevar una vida cristiana. En la mayoría de los casos, podemos ver lo que dice la Biblia y seguir el camino
apropiado basado en ello. En los casos donde la Escritura no nos da instrucciones explícitas para una situación
dada, necesitamos encontrar el principio tras de ella. Otra vez, en algunos casos, será fácil. La mayoría de los
principios que usan los cristianos son suficientes para la mayoría de los casos. En el caso raro donde no hay ni
una Escritura explícita como tampoco un principio aparentemente claro, necesitamos confiar en Dios. Debemos
orar sobre Su Palabra y abrirnos a Su Espíritu. El Espíritu nos enseñará y nos guiará a través de la Biblia para
encontrar el principio sobre el cual necesitamos afirmarnos para poder andar y vivir tal como lo debería hacer un
cristiano.
55.- Evangelio de Juan en la Biblia.
Autor: Jn 21:20-24 describe al autor como “el discípulo a quien amaba Jesús,” y por razones tanto históricas
como internas, se entiende que es Juan el Apóstol, uno de los hijos de Zebedeo (Lc. 5:10).
Fecha de su Escritura: Del descubrimiento de ciertos fragmentos de papiros fechados alrededor del 135 d.C., se
deduce que el libro tuvo que haber sido escrito, copiado y haber circulado antes de esa fecha. Y mientras que
algunos piensan que fue escrito antes de la destrucción de Jerusalén (70 dC), es más aceptada la fecha de su
escritura entre el 85-90 d.C.
Propósito de la Escritura: Jn. 20:31 cita el propósito de la siguiente manera: “Pero éstas se han escrito para que
creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” A diferencia de
los tres Evangelios sinópticos, el propósito de Juan no era presentar una narrativa cronológica de la vida de
Cristo, sino manifestar Su deidad. Juan no solo estaba buscando fortalecer la fe de la segunda generación de
creyentes, así como atraer a otros a la fe; sino que también buscaba corregir una falsa enseñanza que se estaba
difundiendo. Juan enfatizaba que Jesucristo era “el Hijo de Dios,” totalmente Dios y totalmente hombre;
contrario a la falsa doctrina que veía al “Espíritu-Cristo” viniendo sobre el Jesús humano en Su bautismo, y
abandonándolo en la crucifixión.
Versos Clave: Jn. 1:1,14, “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Y aquel
Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de
gracia y de verdad.”
Jn. 1:29, “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado
del mundo.”
Jn 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”
Jn 6:29, “Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.”
Jn 10:10, “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia.”
Jn 10:28, “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”
Jn 11:25-26, “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y
todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
Jn 13:35, “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
Jn 14:6, “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Juan 14:9, “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me
ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”
Jn 17:17, “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.”
Jn 19:30, “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el
espíritu.”
Jn 20:29, “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.”
Breve Resumen: El Evangelio de Juan selecciona solo siete milagros como señales para demostrar la deidad de
Cristo e ilustrar Su ministerio. Algunas de estas señales y narraciones solo se encuentran en Juan. El suyo es el
más teológico de los cuatro Evangelios y con frecuencia da la razón tras los eventos mencionados en los otros
Evangelios. Él comparte mucho acerca de la proximidad del ministerio del Espíritu Santo después de la ascensión
de Cristo. Hay ciertas palabras o frases que Juan usa frecuentemente que muestran los repetitivos temas de su
Evangelio: creer, atestiguar, Consolador, vida – muerte, luz – tinieblas, Yo soy… (Como el “Yo Soy” que es
Jesús), y amor.
El Evangelio de Juan presenta a Cristo, no desde Su nacimiento, sino desde “el principio” como “el Verbo”
(Logos) quien, como Deidad, está involucrado en cada aspecto de la creación (1:1-3) y quien más tarde se hizo
carne (1:14) a fin de poder quitar nuestros pecados, como el Cordero de Dios sin mancha (Juan 1:29). Juan elige
las conversaciones espirituales que muestran que Jesús es el Mesías (4:26) y para explicar cómo es uno salvado
por Su muerte vicaria en la cruz (3:14-16). Jesús irrita repetidamente a los líderes judíos al corregirlos (2:13-16);
al sanar en Sábado, y al adjudicarse características pertenecientes a Dios (5:18; 8:56-59; 9:6, 16; 10:33). Jesús
prepara a Sus discípulos ante la proximidad de Su muerte y para el ministerio que llevarán a cabo después de Su
resurrección y ascensión (Jn 14-17). Entonces Él muere voluntariamente en la cruz, tomando nuestro lugar
(10:15-18), pagando totalmente nuestra deuda por el pecado (19:30) para que todo el que confíe en Él como su
Salvador del pecado, sea salvo (Jn 3:14-16). Él entonces resucita de los muertos, convenciendo hasta al más
escéptico de Sus discípulos, de que Él es Dios y Señor (20:24-29).
Conexiones: La imagen que Juan expone de Jesús como el Dios del Antiguo Testamento, se aprecia más
enfáticamente en los siete “Yo Soy” de las declaraciones de Jesús. Él es el “Pan de vida” (Jn 6:35),
proporcionado por Dios para alimentar las almas de Su pueblo, así como Él proveyó el maná del cielo para
alimentar a los israelitas en el desierto (Éx. 16:11-36). Jesús es la “Luz del mundo” (Jn 8:12), la misma Luz que
Dios prometió a Su pueblo en el AT (Is 30:26, 60:19-22), y la cual llegará a su culminación en la Nueva
Jerusalén, cuando Cristo, el Cordero sea su Luz (Ap. 21:23). Dos de las declaraciones del “Yo Soy,” se refieren a
Jesús, como el “Buen Pastor” y la “Puerta de las ovejas.” Aquí vemos claras referencias de Jesús como el Dios
del AT, el Pastor de Israel (Sal 23:1; 80:1; Jer 31:10; Ez 34:23) y, como la única Puerta dentro del redil, el único
camino para la salvación.
Los judíos creían en la resurrección y, de hecho, usaban la doctrina para tratar de engañar a Jesús para hacer
declaraciones que pudieran usar en Su contra. Pero Su declaración en la tumba de Lázaro “Yo soy la resurrección
y la vida” (Jn 11:25) debe haberlos escandalizado. Él estaba declarando ser la causa de la resurrección y el
poseedor del poder sobre la vida y la muerte. Nadie más que Dios Mismo podría pretender tal cosa.
Similarmente, Su declaración de ser el “camino, la verdad y la vida” (Jn 14:6) lo relacionaban indiscutiblemente
con el AT. Él es el “Camino de Santidad” profetizado en Is 35:8; Él estableció la “Ciudad de la Verdad” de Zac
8:3 cuando Él, quien es la “verdad” misma, estaba en Jerusalén y las verdades del Evangelio fueron predicadas
ahí por Él y Sus apóstoles; y como “la Vida,” Él afirma Su deidad, el Creador de la vida, Dios encarnado (Juan
1:1-3). Finalmente, como la “Vid verdadera” (Jn 15:1, 5) Jesús se identifica a Sí Mismo con la nación de Israel,
quien es llamada la viña del Señor en muchos pasajes del AT. Como la vid Verdadera del viñedo de Israel, Él se
presenta a Sí Mismo como el Señor del “Israel verdadero” –todos aquellos que vinieran a Él en fe, porque “… no
todos los que descienden de Israel son israelitas,” (Ro 9:6).
Aplicación Práctica: El Evangelio de Juan continúa cumpliendo su propósito de contener mucha información
valiosa para el evangelismo (Jn 3:16 es tal vez el verso más conocido, aún si no es entendido apropiadamente por
muchos), y con frecuencia utilizado en estudios bíblicos. En los encuentros registrados entre Jesús y Nicodemo, y
la mujer en el pozo (cap. 3-4), podemos aprender mucho del modelo del evangelismo personal de Jesús. Sus
palabras de consuelo a Sus discípulos antes de Su muerte (14:1-6,16, 16:33) aún son de gran consuelo en las
ocasiones cuando la muerte reclama a nuestros seres amados en Cristo, como lo es Su “oración como sumo
sacerdote” por los creyentes en el capítulo 17. Las enseñanzas de Juan concernientes a la deidad de Cristo (1:1-
3,14; 5:22-23; 8:58; 14:8-9; 20:28, etc.) son muy útiles en la lucha contra las falsas enseñanzas de algunos de los
cultos que ven a Jesús como menor a la plenitud de Dios.
56.- Evangelio de Lucas en la Biblia.Autor: El Evangelio de Lucas no identifica a su autor. Aunque de Lc. 1:1-4 y Hch. 1:1-3, claramente se deduce
que el mismo autor escribió tanto Lucas como Hechos, dirigidos ambos al “excelentísimo Teófilo,” posiblemente
un dignatario romano. La tradición de los primeros días de la iglesia es que Lucas, un médico y compañero
cercano del Apóstol Pablo, fue quien escribió Lucas y Hechos (Col. 4:14; 2 Ti. 4:11). Esto haría de Lucas el
único gentil que participó con libros de las Escrituras.
Fecha de su Escritura: El Evangelio de Lucas fue escrito probablemente entre el 58 y el 65 d.C.
Propósito de la Escritura: Al igual que los otros dos evangelios sinópticos –Mateo y Marcos- el propósito de
este libro es revelar al Señor Jesucristo y todo “acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
hasta el día en que fue recibido arriba,” (Hch. 1:1-2). El Evangelio de Lucas es único en cuanto a la
meticulosidad de su historia –una “narración ordenada” (Lc. 1:3) consecuente con la mentalidad médica de Lucas
–quien con frecuencia da detalles que otros narradores omiten. La historia de Lucas sobre la vida del Gran
Médico, enfatiza Su ministerio –y compasión por- gentiles, samaritanos, mujeres, niños, cobradores de
impuestos, pecadores, y otros considerados como marginados en Israel.
Versos Clave: Lc. 2:4-7, “Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se
llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada
con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y
dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para
ellos en el mesón.”
Lc. 3:16, “Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso
que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”
Lc. 4:18-19, 21, “‘El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los
pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los
ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.’ Hoy se ha cumplido esta
Escritura delante de vosotros.”
Lc. 18:31-32, “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas
escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y
afrentado, y escupido.”
Lc. 23:33-34, “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a
la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron
entre sí sus vestidos, echando suertes.
Lc. 24:1-3, “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas
que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando,
no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.”
Breve Resumen: Llamado el más bello libro jamás escrito, Lucas comienza por decirnos acerca de los padres de
Jesús; el nacimiento de Su primo, Juan el Bautista; el viaje de María y José a Belén, donde Jesús nace en un
pesebre; y la genealogía de Cristo a través de María. El ministerio público de Jesús, revela Su perfecta compasión
y perdón a través de las historias del hijo pródigo, el hombre rico y Lázaro, y el buen samaritano. Mientras que
muchos creen en este amor sin prejuicios que sobrepasa todos los límites humanos, muchos otros –especialmente
los líderes religiosos- desafían y se oponen a las pretensiones de Jesús. Los seguidores de Cristo son animados a
evaluar el costo del discipulado, mientras Sus enemigos buscan Su muerte en la cruz. Finalmente, Jesús es
traicionado, juzgado, sentenciado y crucificado. ¡Pero la tumba no puede detenerlo! Su Resurrección asegura la
continuación de Su ministerio de buscar y salvar a los perdidos.
Conexiones: Como gentil, las referencias de Lucas al AT son relativamente pocas, comparadas con el Evangelio
de Mateo, y la mayoría de las referencias del AT están en las palabras dichas por Jesús, más que en la narración
de Lucas. Jesús utiliza el AT para defenderse contra los ataques de Satanás, respondiéndole con “Escrito está”
(Lc. 4:1-3); para identificarse a Sí mismo como el Mesías prometido (Lc. 4:17-21); para recordar a los fariseos su
imposibilidad de guardar la Ley y su necesidad de un Salvador (Lc. 10:25-28, 18:18-27); y para confundir su
conocimiento cuando trataban de engañarlo y probarlo (Lc. 20).
Aplicación Práctica: Lucas nos muestra un hermoso retrato de nuestro compasivo Salvador. Jesús no se sentía
“incomodado” por los pobres y los necesitados; de hecho, ellos eran un importante objetivo en Su ministerio. En
los tiempos de Jesús, Israel era una sociedad muy consciente de sus clases sociales. Los débiles y los oprimidos
eran literalmente incapaces de mejorar su suerte en la vida, y estaban especialmente abiertos al mensaje de “el
reino de Dios se ha acercado” (Lc. 10:9). Este es un mensaje que debemos llevar a todos aquellos a nuestro
alrededor que necesitan desesperadamente escucharlo. Aún en países comparativamente prósperos –tal vez
especialmente por ello- la necesidad espiritual es tremenda. Los cristianos deben seguir el ejemplo de Jesús y
llevar las buenas nuevas de salvación a los espiritualmente pobres y necesitados. El reino de Dios se ha acercado
y el tiempo se acorta cada día.
57.- Evangelio de Marcos en la Biblia.
Autor: Aunque el Evangelio de Marcos no nombra a su autor, es unánime el testimonio de los padres de la
iglesia primitiva, que Marcos fue el autor. Él era un compañero del Apóstol Pedro, y evidentemente su hijo
espiritual (1 P. 5:13). Él recibió de Pedro información de primera mano sobre los eventos y enseñanzas del Señor,
y preservó esa información de manera escrita.
Es generalmente aceptado, que Marcos es el Juan Marcos del NT (Hch. 12:12). Su madre fue una cristiana rica y
prominente en la iglesia de Jerusalén, y probablemente la iglesia se reunía en su casa. Marcos se unió a Pablo y
Bernabé en su primer viaje misionero, pero no en el segundo, debido a un fuerte desacuerdo entre los dos
hombres (Hch. 15:37-38). Sin embargo, cerca del final de la vida de Pablo, él llamó a Marcos para que estuviera
con él. (2 Ti. 4:11).
Fecha de su Escritura: El Evangelio de Marcos fue posiblemente uno de los primeros libros escritos del NT,
probablemente en el 57-59 d.C.
Propósito de la Escritura: Mientras que Mateo fue escrito principalmente para sus compatriotas judíos, el
Evangelio de Marcos parece estar dirigido a los creyentes romanos, particularmente a los gentiles. Marcos
escribió como un pastor a los cristianos que previamente habían escuchado y creído el Evangelio (Ro. 1:8). Él
deseaba que ellos contaran con una historia biográfica de Jesucristo como el Siervo de Dios y Salvador del
mundo, a fin de fortalecer su fe cuando se enfrentaban a una severa persecución, y para enseñarles lo que
significaba ser Sus discípulos.
Versos Clave: Mr. 1:11, “Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo
complacencia.”
Mr. 1:17, “Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.”
Mr. 10:14-15, “Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque
de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará
en él.”
Mr. 10:45, “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate
por muchos.”
Mr. 12:32-33, “Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo
el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno
mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.”
Mr. 16:6, “No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el
lugar en donde le pusieron.”
Mr. 16:15, “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”
Breve Resumen: Este Evangelio es único, porque enfatiza las acciones de Jesús más que Su enseñanza. Está
escrito con sencillez, moviéndose rápidamente de uno a otro episodio en la vida de Cristo. No comienza con una
genealogía como en Mateo, porque los gentiles no estarían interesados en Su linaje humano. Después de la
introducción de Jesús en Su bautismo, Jesús comienza su ministerio público en Galilea y llama a los primeros
cuatro de Sus doce discípulos. Lo que sigue es el registro de la vida de Jesús, Su muerte y resurrección.
El relato de Marcos no es solo un conjunto de historias, sino una narrativa escrita para revelar que Jesús es el
Mesías, no solo para los judíos, sino también para los gentiles. En una profesión dinámica, los discípulos,
dirigidos por Pedro, reconocen su fe en Él (Mr. 8:29-30), aunque fracasan en comprender plenamente Su
Mesianidad hasta Su resurrección.
Mientras seguimos Su viaje a través de Galilea, las áreas circundantes, y luego hasta Judea, nos damos cuenta de
Su ritmo de trabajo. Él tocó las vidas de mucha gente, pero dejó una marca indeleble en Sus discípulos. En la
transfiguración (Mr. 9:1-9), Él le mostró a tres de ellos, un avance de Su futuro regreso en poder y gloria, y
nuevamente se reveló ante ellos como lo que Él era.
Sin embargo, en los días previos a Su viaje final a Jerusalén, los vemos desconcertados, temerosos y dudando.
Cuando Jesús fue arrestado, Él se quedó solo después que todos huyeron. En las horas siguientes a los falsos
juicios, Jesús proclamó valientemente que Él era el Cristo, el Hijo del Bendito, y que Él regresaría triunfante (Mr.
14:61-62). Los eventos culminantes que rodearon la crucifixión, muerte, sepultura y resurrección, no fueron
presenciados por la mayoría de Sus discípulos. Pero varias mujeres fieles atestiguaron Su pasión. Después del
Sabbath, temprano por la mañana del primer día de la semana, ellas fueron a la tumba con especias aromáticas
para la sepultura. Cuando vieron que la piedra había sido removida, ellas entraron a la tumba. Lo que vieron no
fue el cuerpo de Jesús, sino un ángel con una túnica blanca. El gozoso mensaje que recibieron fue, “¡Ha
resucitado!” Las mujeres fueron las primeras evangelistas, al difundir las buenas nuevas de Su resurrección. Este
mismo mensaje ha sido difundido por todo el mundo en los siglos siguientes y a nosotros hasta nuestros días.
Conexiones: En razón de que el auditorio a quien Marcos se dirigía eran los gentiles, él no cita tan
frecuentemente el AT como lo hace Mateo, quien escribió principalmente para los judíos. Él no comienza con
una genealogía que vincule a Jesús con los patriarcas judíos, sino que en vez de ello comienza con Su bautismo,
el principio de Su ministerio terrenal. Pero aún allí, Marcos cita una profecía del AT referente al mensajero –Juan
el Bautista- quien exhortaría a la gente a “preparar el camino del Señor” (Mr. 1:3; Is. 40:3) mientras esperaban la
llegada de su Mesías.
Jesús se refiere al AT en varios pasajes de este Evangelio. En Mr. 7:6, Jesús reprende a los fariseos por su
adoración superficial a Dios con sus labios, mientras sus corazones estaban lejos de Él, y se refiere a su propio
profeta, Isaías, para condenarlos por la dureza de su corazón (Is. 29:13). Jesús se refiere a otra profecía del
Antiguo Testamento, la cual iba a ser cumplida esa misma noche, mientras los discípulos serían dispersados
como ovejas sin pastor, cuando Jesús fue arrestado y condenado a muerte (Mr. 14:27; Zacarías 13:7). Él se refiere
nuevamente a Isaías, cuando limpia el Templo de los cambistas de monedas (Mr. 11:15-17; Is. 56:7; Jer. 7:11) y a
los Salmos cuando Él explicó que Él era la Piedra Angular de nuestra fe y de la Iglesia (Mr. 12:10-11; Sal.
118:22-23).
Aplicación Práctica: Marcos presenta a Jesús como el Siervo de Dios sufriente (Mr. 10:45) y como Aquel que
vino a servir y sacrificarse por nosotros, en parte para inspirarnos a hacer lo mismo. Debemos ministrar como Él
lo hizo, con la misma grandeza de humildad y devoción para servir a los demás. Jesús nos exhortó a recordar que
para ser grande en el reino de Dios, debemos ser los siervos de todos (Mr. 10:44). El auto-sacrificio debe
trascender a nuestra necesidad de reconocimiento o recompensa, así como Jesús estuvo dispuesto a ser humillado
al poner Su vida por las ovejas.
58.- Evangelio de Mateo en la Biblia.
Autor: Este Evangelio es conocido como el Evangelio de Mateo, porque fue escrito por el apóstol del mismo
nombre. El estilo del libro es exactamente lo que se habría esperado de un hombre que una vez fue recaudador de
impuestos. Mateo tiene un gran interés en la contabilidad (18:23-24; 25:14-15). El libro es muy ordenado y
conciso. En vez de escribir en orden cronológico, Mateo ordena este Evangelio a través de seis argumentos.
Como cobrador de impuestos, Mateo posee una habilidad que hace sus escritos aún más interesantes para los
cristianos. Se esperaba que los recaudadores de impuestos fueran capaces de escribir en una clase de taquigrafía,
lo que esencialmente significa que Mateo pudo haber registrado las palabras de una persona mientras hablaba,
palabra por palabra. Esta habilidad significa que las palabras de Mateo no solo están inspiradas por el Espíritu
Santo, sino que deben representar una transcripción actual de algunos de los sermones de Cristo. Por ejemplo el
Sermón del Monte, como se registra en los capítulos 5-7, es casi con certeza una perfecta grabación de ese gran
mensaje.
Fecha de su Escritura: Como apóstol, Mateo escribió este libro en el período temprano de la iglesia,
probablemente alrededor del 50 a.C. Esta fue una época en que la mayor parte de los cristianos eran judíos
convertidos, por lo que es comprensible que Mateo se enfocara en la perspectiva judía en este evangelio.
Propósito de la Escritura: Mateo intenta probar a los judíos que Jesucristo es el Mesías prometido. Más que en
ningún otro evangelio, Mateo cita el Antiguo Testamento para mostrar cómo Jesús da cumplimiento a las
palabras de los profetas judíos. Mateo describe en detalle el linaje de Jesús desde David, y utiliza muchas formas
de lenguaje con que las que los judíos debían haberse sentido cómodos. El amor y preocupación de Mateo por su
pueblo es evidente a través de su meticulosa manera de contar la historia del Evangelio.
Versos Clave: Mateo 5:17, “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para
abrogar, sino para cumplir.”
Mateo 5:43-44, “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad
a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
ultrajan y os persiguen.”
Mt. 6:9-13, “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y
no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos
los siglos.”
Mt. 16:26, “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?”
Mt. 22:37-40, “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda
tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.”
Mt. 27:31, “Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron
para crucificarle.”
Mt. 28:5-6, “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis
a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue
puesto el Señor.”
Mt. 28:19-20, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”
Breve Resumen: En los dos primeros capítulos, Mateo expone el linaje, nacimiento, y los primeros años de la
vida de Cristo. De ahí, el libro habla del ministerio de Jesús. La descripción de las enseñanzas de Cristo están
dispuestas alrededor de “discursos,” tales como el Sermón del Monte en los capítulos del 5 al 7. El capítulo 10
incluye la misión y propósito de los discípulos; el capítulo 13 es una colección de parábolas; el 18 trata de la
iglesia; el capítulo 23 comienza con un discurso sobre la hipocresía y el futuro. Los capítulos 21 al 27 hablan del
arresto, tortura, y ejecución de Jesús. El capítulo final, describe la Resurrección y la Gran Comisión.
Conexiones: Puesto que el propósito de Mateo es presentar a Jesucristo como el Rey Mesías de Israel, él cita el
Antiguo Testamento más que cualquiera de los otros tres evangelios escritos. Mateo cita más de 60 veces pasajes
proféticos el AT, demostrando cómo Jesús les dio cumplimiento. Él comienza su Evangelio con la genealogía de
Jesús, trazando Su ascendencia hasta Abraham, el progenitor de los judíos. Desde ahí, Mateo cita extensivamente
a los profetas, usando frecuentemente la frase “como fue dicho por el (los) profeta(s)” (Mt. 1:22-23, 2:5-6, 2:15,
4:13-16, 8:16-17, 13:35, 21:4-5). Estos versos se refieren a profecías del AT referentes a Su nacimiento virginal
(Is. 7:14) en Belén (Miq. 5:2), Su regreso de Egipto después de la muerte de Herodes (Ose 11:1), Su ministerio a
los gentiles (Is. 9:1-2, 60:1-3), Sus curaciones milagrosas tanto del cuerpo como del alma (Is. 53:4), Su hablar en
parábolas (Sal. 78:2), y Su entrada triunfal en Jerusalén (Zac. 9:9).
Aplicación Práctica: El Evangelio de Mateo es una excelente introducción a las enseñanzas centrales del
cristianismo. El estilo lógico del esquema, permite la fácil localización de la discusión de varios tópicos. Mateo
es especialmente útil para entender por qué la vida de Cristo fue el cumplimiento de las profecías del AT.
La audiencia a quien se dirigía Mateo eran sus compatriotas judíos, muchos de los cuales –especialmente los
fariseos y saduceos – tercamente se rehusaron a aceptar a Jesús como su Mesías. A pesar de siglos de haber leído
y estudiado el Antiguo Testamento, sus ojos estaban ciegos a la verdad de quién era Jesús. Jesús mismo les
reprocha la dureza de sus corazones y su negativa a reconocer a Aquel que supuestamente ellos habían estado
esperando (Jn. 5:38-40). Ellos querían a un Mesías bajo sus propios términos, uno que cumpliera sus propios
deseos e hiciera lo que ellos querían que Él hiciera. ¿Con cuánta frecuencia nosotros buscamos a Dios bajo
nuestros propios términos? ¿No lo rechazamos al atribuirle solo aquellos atributos que encontramos aceptables,
aquellos que nos hacen sentir bien –Su amor, misericordia y gracia- mientras que rechazamos aquellos que
encontramos objetables –Su enojo, justicia e ira santa? No nos atrevamos a cometer el mismo error de los
fariseos, creando un Dios a nuestra imagen y luego esperar que Él viva de acuerdo a nuestros estándares. Tal dios
no es más que un ídolo. La Biblia nos da información más que suficiente acerca de la verdad, naturaleza e
identidad de Dios y Jesucristo, como para justificar nuestra adoración y nuestra obediencia.
59.- ¿Qué dice la Biblia acerca del evangelio de la prosperidad?
Respuesta: En el evangelio de la prosperidad, también conocido como la religión de la “Palabra de Fe,” se le
dice al creyente que utilice a Dios, mientras que la verdad del cristianismo bíblico es justamente lo opuesto –
Dios utiliza al creyente. La Palabra de Fe, o la teología de la prosperidad ve al ES como un poder para ser
utilizado de la manera que el creyente lo deseé. La Biblia enseña que el ES, es la Persona que habilita al creyente
para que haga la voluntad de Dios. El movimiento del evangelio de la prosperidad, es muy parecido a algunas de
las sectas de destructiva avaricia que se infiltraron en la iglesia primitiva. Pablo y los otros apóstoles nunca
consintieron en adaptarse o conciliarse con los falsos maestros que propagaban tal herejía. Ellos los identificaron
como peligrosos falsos maestros y urgían a los cristianos a huir de ellos.
Pablo previno a Timoteo acerca de las “disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados
de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia. . . Porque los que quieren enriquecerse caen
en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y
perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron
de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1 Ti. 6:5, 9-11).
Pablo dijo que la avaricia es idolatría (Ef. 5:5) y previno a los efesios para que evitaran a cualquiera que llevara
un mensaje de inmoralidad o avaricia (Ef. 5:6-7). La enseñanza de la prosperidad, prohíbe que Dios trabaje por
Él mismo, significando que Dios no es Señor de todo, porque Él no puede trabajar hasta que nosotros le
permitamos hacerlo. La fe, de acuerdo con la doctrina de la Palabra de Fe, no es una confianza sometida a Dios;
la fe es una fórmula por medio de la cual manipulamos las leyes espirituales que los maestros de la prosperidad
creen que gobiernan el universo. Como lo implica el nombre “Palabra de Fe,” este movimiento enseña que la fe
tiene que ver más con lo que digamos, que en quien confiamos o qué verdades adoptamos y afirmamos en
nuestros corazones.
Un término favorito en el movimiento de la Palabra de Fe, es la “confesión positiva.” Se refiere a la enseñanza de
que las palabras tienen un poder creativo. Lo que digas, afirman los maestros de Palabra de Fe, determina todo lo
que te suceda. Tus confesiones, especialmente los favores que demandes a Dios, deben ser declarados
positivamente y sin titubeos. Entonces, Dios es requerido a responder (¡como si el hombre pudiera exigirle algo a
Dios!). De esta manera, la habilidad de Dios para bendecirnos depende supuestamente de nuestra fe.
Stg. 4:13-16 claramente contradice esta enseñanza, “¡Vamos ahora! Los que decís: Hoy y mañana iremos a
tal ciudad, y estaremos allá y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque
¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os
jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala.”
Lejos de enfatizar la importancia de la riqueza, la Biblia nos advierte acerca de buscarla. Los creyentes,
especialmente los líderes en la iglesia (1 Ti. 3:3), deben estar libres del amor al dinero (He. 13:5). El amor al
dinero conduce a toda clase de maldad (1 Ti. 6:10). Jesús advirtió, “Mirad, guardaos de toda avaricia; porque
la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” (Lc. 12:15). En agudo contraste al
énfasis de la Palabra de Fe sobre ganar dinero y posesiones en esta vida, Jesús dijo “No os hagáis tesoros en la
tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.” (Mt. 6:19). La
irreconciliable contradicción entre la enseñanza del evangelio de la prosperidad y el evangelio de nuestro Señor
Jesucristo, está bien sintetizada en las palabras de Jesús en Mt. 6:24, “No podéis servir a Dios y a las
riquezas.”
60.- ¿Cuál es la mejor manera de evangelizar a alguien que está en una secta o en una falsa religión?
Respuesta: La cosa más importante que podemos hacer por aquellos que están involucrados en sectas o
religiones falsas es orar por ellos. Necesitamos orar por que Dios cambie sus corazones y abra sus ojos (2 Co.
4:4). Necesitamos orar por que Dios los convenza de su necesidad de ser salvados a través de Jesucristo (Jn.
3:16). Sin el poder de Dios y la convicción del Espíritu Santo, nunca tendremos éxito en convencer a nadie de la
verdad (Jn. 16:7-11).
También necesitamos estar viviendo una verdadera vida cristiana frente a ellos, para que puedan ver los cambios
que Dios ha hecho en nuestras vidas (1 P. 3:1-2). Necesitamos orar para obtener la sabiduría de cómo poder
ministrarles a ellos de una manera poderosa (Stg. 1:5). Después de todo esto, debemos estar dispuestos y
determinados a compartir el Evangelio. Debemos proclamar el mensaje de salvación a través de Jesucristo (Ro.
10:9-10). Siempre debemos estar preparados para defender nuestra fe (1 P.3:15), pero debemos hacerlo con
gentileza y respeto. Una vez tuve un encuentro con algunos miembros de una secta, y un amigo que estaba
conmigo les proclamaba la verdad, pero no lo hacía con gentileza ni respeto. De hecho los de la secta parecían
“mucho más cristianos” en su actitud y comportamiento que mi amigo. Pudimos haber ganado la batalla por la
verdad, pero perdimos la guerra por las almas de aquellos que buscábamos alcanzar.
Por último, debemos dejar a Dios la salvación de aquellos a quienes testificamos. Es el poder y la gracia de Dios
lo que salva a la gente, no nuestros esfuerzos. Mientras que es bueno y sabio estar preparados para presentar una
vigorosa defensa y tener conocimiento de las falsas creencias de quienes enfrentamos – ninguna de estas cosas
resultaran en la conversión de aquellos atrapados en las mentiras de las sectas y las falsas religiones. Lo más y
mejor que podemos hacer es orar por ellos, testificarles, y vivir la vida cristiana frente a ellos – confiando en que
el ES hará el trabajo de atraerlos, convencerlos y convertirlos.
61.- ¿Cómo puedo evangelizar a mis amigos y familiares sin ofenderlos o alejarlos?
Respuesta: Cada cristiano tiene o un miembro de la familia, un amigo, un compañero de trabajo o un conocido
que no es cristiano. Compartir el Evangelio con otros siempre es difícil. Compartir el Evangelio se vuelve aún
más difícil cuando involucra a alguien cercano a nosotros. La Biblia nos dice que algunas personas se ofenderán
ante el Evangelio (Lc. 12:51-53). Es especialmente difícil arriesgarse a ofender a alguien con quien tienes un
contacto frecuente. Sin embargo, se nos ha ordenado compartir el Evangelio – no hay excusas para no hacerlo
(Mt. 28:19-20; Hch. 1:8; 1 P. 3:15).
Así que, ¿cómo podemos evangelizar a nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo o conocidos? La cosa
más importante que puedes hacer es orar por ellos. Ora para que Dios cambie sus corazones y abra sus ojos (2
Co. 4:4) a la verdad del Evangelio. Ora para que Dios los convenza de Su amor por ellos y su necesidad de
salvación a través de Jesucristo (Jn. 3:16). Ora por sabiduría para poder ministrarles a ellos (Stg. 1:5). Además de
orar, también necesitas vivir la vida de un buen cristiano ante a ellos, para que puedan ver el cambio que Dios ha
hecho en tu propia vida (1 P. 3:1-2) Como dijo una vez Francisco de Asís, “Predica el Evangelio todo el tiempo y
cuando sea necesario, usa las palabras.”
Después de todo esto, debes estar gozoso y dispuesto a compartir el Evangelio. Proclamar el mensaje de
salvación a través de Jesucristo, a tus amigos y familiares (Ro. 19:9-10). Estar siempre preparado para hablar de
tu fe (1 P. 3:15), haciéndolo con respeto y gentileza. Por último, debemos dejar la salvación de nuestros seres
queridos a Dios. Es el poder y la gracia de Dios la que salva a la gente, no nuestros esfuerzos. Lo mejor y más
importante que debemos hacer es; ¡orar por ellos, testificarles, y vivir la vida cristiana ante ellos!
62.- ¿Qué es la Evolución Teísta?”
Respuesta: La Evolución Teísta es una de las tres mayores teorías mundiales del origen de la vida, las otras dos
son; la Evolución Ateísta (también llamada comúnmente Evolución Darwiniana) y la Creación Especial.
La Evolución Ateísta dice que no hay Dios y que la vida pudo y así emergió naturalmente de la preexistencia de
bloques de construcción inertes, bajo la influencia de leyes naturales (como la gravedad, etc.), aunque el origen
de esas leyes naturales no es explicado. La Creación Especial, dice que Dios creó la vida directamente, ya sea de
la nada o de materiales preexistentes. (Hay una variedad de hipótesis de la Creación Especial, que reflejan una
variedad de tradiciones Teísticas. Para el propósito de este artículo, nos enfocaremos en la perspectiva bíblica
cristiana.)
La Evolución Teísta dice una de dos cosas. Primero, aunque existe un Dios, Él no estuvo involucrado
directamente en el origen de la vida. Él pudo haber creado los bloques de construcción, ÉL pudo haber creado las
leyes naturales, Él pudo aún haber creado estas cosas con la intención del surgimiento eventual de la vida, pero
en algún punto, Él se retiró y dejó que Su creación prosiguiera sola. Él la dejó hacer lo que hace, cualquiera que
esto sea, y eventualmente la vida surgió del material inerte. Esta opinión es similar a la Evolución ateísta en que
presume un origen de la vida naturalista.
La segunda alternativa de la Evolución Teísta, es que Dios no ejecutó solo uno o dos milagros para dar origen a la
vida como la conocemos. Sus milagros fueron multitudinarios. Él condujo la vida paso a paso por el camino, que
tomó de la simplicidad primitiva hasta la complejidad contemporánea, similar al Evolucionario Árbol de la Vida
de Darwin (el pez engendró anfibios, quienes a su vez engendraron reptiles, quienes engendraron aves y
mamíferos, etc.). Donde la vida no era capaz de evolucionar naturalmente (¿cómo es que un miembro de los
reptiles evolucionó para convertirse en un ala de ave naturalmente?), Dios lo hizo. Esta teoría es similar a la
Creación Especial en que se presume que Dios actuó sobrenaturalmente de alguna forma para realizar la vida
como la conocemos.
Hay numerosas diferencias entre la perspectiva de la Creación Especial bíblica y la perspectiva de la Evolución
Teísta. Una diferencia significativa concierne a sus respectivas teorías sobre la muerte. Los evolucionistas teístas
tienden a creer que la Tierra tiene billones de años y que la columna geológica contiene el registro fósil que
representa largos períodos de tiempo. Puesto que el hombre no aparece hasta más tarde en el registro de fósiles,
los evolucionistas teístas creen que vivieron muchas criaturas, murieron y se extinguieron mucho antes de la
tardía llegada del hombre. Esto significa que la muerte existió antes de Adán y su pecado.
Otra diferencia significativa entre las dos posiciones, es cómo leen Génesis. Los evolucionistas teístas, tienden a
suscribirse ya sea a la teoría del Día-Edad o a la Teoría de la Estructura, siendo ambas interpretaciones alegóricas
de la semana de la creación de Gé. 1. Los creacionistas bíblicos se adhieren a la lectura literal de 24 horas de Gé.
1 (Ver “Génesis capítulo 1, ¿se refiere literalmente a días de 24 horas?” en este sitio).
Ambas teorías evolucionistas teístas, son erráticas desde la perspectiva cristiana, en que ellas no concuerdan con
la narración de la creación de Génesis. Considera: Los evolucionistas teístas imaginan un escenario Darwiniano
en el cual las estrellas evolucionaron, luego nuestro sistema solar, luego la Tierra, seguido por las plantas y
animales y eventualmente el hombre. Las dos opiniones evolucionistas teístas están en desacuerdo con el papel
que jugó Dios en el desarrollo de los eventos, pero generalmente concuerdan en la línea de tiempo Darwinianas.
Esta línea de tiempo está en conflicto con la narración de la creación de Génesis. Por ejemplo, Génesis 1 dice que
la Tierra fue creada en el Día Uno y el sol, la luna y las estrellas no fueron creadas hasta el Día Cuatro. Algunos
“creacionistas progresivos” argumentan que la redacción de Génesis sugiere que el sol, la luna y las estrellas, ya
habían sido creadas en al Día Uno, pero que no pudieron ser vistas a través de la atmosfera terrestre hasta el Día
Cuatro, llevando a colocarlas en el Día Cuatro. Esto está un poquito exagerado, ya que la narración de Génesis es
muy clara en que la Tierra no tuvo una atmósfera hasta el Día Dos. Si el sol, la luna y estrellas fueron creados en
el Día Uno, debieron haber estado visibles en el Día Uno.
Otro ejemplo de la discordancia, es que la narración de Génesis dice claramente que los pájaros fueron creados
con las criaturas marinas en el Día Cinco, mientras que los animales terrestres no fueron creados hasta el Día
Seis. Esto está en directa oposición a la teoría Darwiniana, de que las aves evolucionaron a partir de los animales
terrestres. La narración bíblica dice que las aves precedieron a los animales terrestres. La teoría evolucionista
teísta dice exactamente lo opuesto.
Una de las más infortunadas tendencias en la cristiandad postmodernista, es la de reinterpretar Génesis para
acomodar las teorías evolutivas. Muchos maestros bíblicos bien conocidos y apologistas, le han dado cabida a los
evolucionistas y han llegado a creer que el adherirse a una interpretación literal del Génesis, es de alguna manera
perjudicial para la credibilidad de los cristianos. En todo caso, los evolucionistas pierden respeto por aquellos
cuya creencia en la Biblia es tan débil, que están dispuestos a comprometerla y adoptar sus ideas. Aunque el
número de verdaderos creacionistas puedan estar disminuyendo en la academia, muchas organizaciones fieles,
tales como Answers in Génesis, (Respuestas en Génesis) the Creation Research Society (la Sociedad
Investigadora de la Creación) the Institute for Creation Research (el Instituto para la Investigación de la
Creación) han afirmado que la Biblia no solo es compatible con la ciencia real, sino que afirman que ni una sola
palabra en la Biblia ha sido jamás desaprobada por la verdadera ciencia. la Biblia es la Palabra del Dios viviente,
dada a nosotros por el Creador del universo, y Su descripción de cómo fue creado, no es compatible con la teoría
de la evolución. El tratar de combinar las dos, es como tratar de combinar el agua y el aceite – simplemente no se
mezclan.
63.- ¿Existe Dios? ¿Hay evidencia de la existencia de Dios?
Respuesta: ¿Existe Dios? Encuentro interesante que se de tanta atención a este debate. Las últimas encuestas nos
dicen que sobre el 90% de la gente en el mundo de hoy, cree en la existencia de Dios o en algún poder más alto.
Sin embargo, de algún modo, la responsabilidad se coloca sobre aquellos quienes creen que Dios existe, para de
alguna manera probar que El en realidad existe. Yo personalmente pienso que la responsabilidad está sobre los
que no creen.
Sin embargo, la existencia de Dios no puede ser probada o desmentida. Aún la Biblia dice que deberíamos
aceptar por fe, el hecho de que Dios existe, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que
el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (He. 11:6). Si Dios lo
deseara así, simplemente podría aparecer, y probar a todo el mundo que El existe. Pero si lo hiciera, no habría
necesidad de fe. “Jesús le dijo: porque me has visto, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”
(Jn 20:29).
Sin embargo, eso no significa que no hay evidencia de la existencia de Dios. La Biblia declara, “Los cielos
cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una
noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su
voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras” (Sal. 19:1-4). Al mirar las estrellas, al entender la inmensidad
del universo, al observar las maravillas de la naturaleza, al ver la belleza de la puesta del sol – vemos que todas
ellas apuntan hacia un Creador, Dios. Si esto no fuera suficiente, también hay evidencia de Dios en nuestros
propios corazones. Eclesiastés 3:11 nos dice, “…y ha puesto eternidad en el corazón de los hombres…” Hay
algo en lo profundo de nuestro ser, que reconoce que hay algo más allá de esta vida y alguien más allá de este
mundo.
Intelectualmente podemos negar este conocimiento, pero la presencia de Dios en nosotros y a través de nosotros,
todavía está ahí. A pesar de todo esto, la Biblia nos advierte que todavía hay algunos que niegan la existencia de
Dios, “Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Sal 14:1). Debido a que sobre el 98% de la gente a través de
la historia, en todas las culturas, en todas las civilizaciones, en todos los continentes, creen en la existencia de
algún tipo de Dios – debe haber algo (o alguien) que causa esta creencia.
Además de los argumentos bíblicos para la existencia de Dios, hay argumentos lógicos. Primero, tenemos el
argumento ontológico. La forma más popular del argumento ontológico, usa básicamente el concepto de Dios
para probar Su existencia. Este comienza con la definición de Dios como “Ese del cual no puede ser concebido
uno más grande”. Entonces se sostiene que existir es mayor que no existir, y por tanto el mayor ser concebible
debe existir. Si Dios no existió, entonces Dios no sería el mayor ser concebible – pero eso iría a contradecir la
definición misma de Dios. El segundo es el argumento teológico. El argumento teológico dice que desde que el
universo despliega tal maravilloso diseño, debe haber habido un diseñador Divino. Por ejemplo, aún si la tierra
estuviera unos pocos cientos de millas más cerca o más lejos del sol, no sería capaz de mantener mucha de la vida
que en la actualidad lo hace. Si los elementos en nuestra atmósfera fueran diferentes aún en un pequeño
porcentaje, cada cosa viviente sobre la tierra moriría. Las probabilidades de una simple molécula de proteína
formada por casualidad es 1 en 10 elevado a la potencia 243 (es decir, 10 seguido de 243 ceros). Una simple
célula consta de millones de moléculas de proteína.
Un tercer argumento lógico para la existencia de Dios es el denominado argumento cosmológico. Cada efecto
debe tener una causa. Este universo y todo lo que en él hay es un efecto. Debe haber algo que causó que todo
existiera. A la larga, debe haber algo “sin-razón” a fin de provocar que todo lo demás exista. Esa “sin-razón” es
Dios. Un cuarto argumento es conocido como el argumento moral. Cada cultura a través de la historia ha tenido
alguna forma de ley. Todos tienen un sentido de lo correcto y lo erróneo. El asesinato, la mentira, el robo, y la
inmoralidad son rechazados casi universalmente. ¿De dónde vino ese sentido de lo correcto y lo erróneo, sino de
un Dios santo?
A pesar de todo esto, la Biblia nos dice que la gente va a rechazar el conocimiento claro e innegable de Dios, y en
lugar de ello, creer una mentira. Ro. 1:25 declara, “Ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira,
honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” La
Biblia también proclama que la gente no tiene excusa para no creer en Dios, “Porque las cosas invisibles de él,
su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Ro. 1:20).
La gente demanda no creer en Dios porque “no es científico” o “porque no hay pruebas”. La razón verdadera es
que una vez que la gente admite que hay un Dios, también deben darse cuenta de que son responsables hacia Dios
y que están necesitados de Su perdón (Ro. 3:23; 8:23). Si Dios existe, entonces somos responsables por nuestras
acciones hacia Él. Si Dios no existe, entonces podemos hacer lo que queramos sin tener que preocuparnos porque
Dios nos juzgue. Creo que esa es la razón por la que muchos en esta sociedad, están tan fuertemente aferrados a
la evolución – para dar a la gente una alternativa de creer en un Dios Creador. Dios existe y a la larga todo el
mundo sabe que El existe. El hecho mismo de que algunos intenten tan agresivamente refutar Su existencia es de
hecho un argumento para Su existencia.
Permítame dar un último argumento para la existencia de Dios. ¿Cómo sé que existe Dios? Yo sé que Dios existe
porque hablo con El todos los días. No lo escucho hablándome con voz audible, pero siento Su presencia, siento
Su guía, conozco Su amor, deseo Su gracia. Han ocurrido cosas en mi vida que no tienen otra explicación posible
sino Dios. Dios me ha salvado tan milagrosamente y ha cambiado mi vida que no puedo sino reconocer y alabar
Su existencia. Ninguno de estos argumentos en sí, pueden persuadir a alguien que rehúsa reconocer lo que es tan
claro. Al final, la existencia de Dios debe ser aceptada por fe (He. 11:6). La fe en Dios no es un salto ciego a la
oscuridad, este es un paso seguro a una habitación bien iluminada en donde ya se encuentra el 90% de la gente.
64.- ¿Existió realmente Jesús? ¿Hay alguna evidencia histórica de Jesucristo?
Respuesta: Usualmente, cuando se hace esta pregunta, la persona que la hace, cataloga la pregunta como “fuera
de lo que dice la Biblia”. No aceptamos la idea de que la Biblia no puede ser considerada como una fuente de
evidencia sobre la existencia de Jesús. El NT contiene cientos de referencias de Jesucristo. Hay quienes fechan la
escritura de los Evangelios en el siglo dos d.C., esto es, más de 100 años después de la muerte de Jesucristo. Aún
si este fuera el caso (el cual rechazamos firmemente), en términos de evidencias antiguas, los escritos hechos
menos de 200 años después de que los eventos tuvieron lugar, son consideradas como evidencias muy confiables.
Más aún, la gran mayoría de los estudiosos (cristianos y no cristianos) aceptarán que las Epístolas de Pablo (al
menos algunas de ellas) fueron de hecho escritas por Pablo en la mitad del primer siglo d.C., menos de 40 años
después de la muerte de Jesús. En términos de evidencias de manuscritos antiguos, esta es una prueba
extraordinariamente fuerte de la existencia de un hombre llamado Jesús en Israel durante el principio del primer
siglo de nuestra era.
También es importante reconocer que en el año 70 d.C., los romanos invadieron y destruyeron Jerusalén y la
mayor parte de Israel, matando a sus habitantes. ¡Ciudades enteras fueron literalmente quemadas hasta sus
cimientos! Entonces, no debería sorprendernos si mucha de la evidencia de la existencia de Jesús fue destruida.
Muchos testigos oculares de Jesús debieron haber muerto. Estos hechos obviamente disminuyeron la cantidad de
testigos oculares del testimonio de Jesús que sobrevivieron.
Considerando el hecho de que el ministerio de Jesús fue reducido a un lugar culturalmente atrasado en un
pequeño rincón del imperio romano, hay una sorprendente cantidad de información acerca de Jesús que puede ser
extraída de fuentes históricas seculares. Algunas de las más importantes evidencias históricas de Jesús, incluyen
lo siguiente: El historiador romano Tácito del primer siglo, quien es considerado uno de los más precisos
historiadores del mundo antiguo, menciona a los supersticiosos “Cristianos” (“antes llamados Christus” lo cual es
Cristo en latín), quien sufrió bajo Poncio Pilato y durante el reinado de Tiberio. Gaio Suetonio, historiador
romano (70-160) secretario en jefe del emperador Adriano, escribió que había un hombre llamado Chrestus (o
Cristo) que vivió durante el primer siglo (Annais XV.44).
Flavio Josefo, (Jerusalén, 37 dC? h. 100) es el más famoso historiador judío. En sus “Antigüedades Judaicas” él
se refiere a Santiago como, “el hermano de Jesús, a quien llamaban el Cristo” Hay un verso controversial (18:3)
que dice, ““Ahora, había alrededor de este tiempo un hombre sabio, Jesús, si es que es licito llamarlo un hombre,
pues era un hacedor de maravillas, un maestro tal que los hombres recibían con agrado la verdad que les
enseñaba. Atrajo a sí a muchos de los judíos y de los gentiles. Él era el Cristo, y cuando Pilato, a sugerencia de
los principales entre nosotros, le condenó a ser crucificado, aquellos que le amaban desde un principio no le
olvidaron, pues se volvió a aparecer vivo ante ellos al tercer día; exactamente como los profetas lo habían
anticipado y cumpliendo otras diez mil cosas maravillosas respecto de su persona que también habían sido
preanunciadas. Y la tribu de cristianos, llamados de este modo por causa de él, no ha sido extinguida hasta el
presente” (Antigüedades. XVIII.33. (Comienzos del segundo siglo)
Sexto Julio Africano en su obra cita al historiador Talus en una discusión acerca de las tinieblas que siguieron a la
crucifixión de Cristo, diciendo que en el libro III de su Historia explica la oscuridad como debida a un eclipse
solar, pero aclara que eso sería imposible debido a que la crucifixión ocurrió en tiempo de luna llena, cuando no
pudo haber ocurrido eclipse. (Escritos Existentes, 18)
Plinio el Menor, en Cartas 10:96, registra las prácticas de adoración del cristianismo primitivo, incluyendo el
hecho de que los cristianos adoraban a Jesús como Dios y eran muy éticos, e incluye una referencia a las
festividades y la Cena del Señor.
El Talmud de Babilonia (Sanedrín 43ª.) confirma la crucifixión de Jesús en la tarde de Pascua, y las acusaciones
contra Cristo de practicar la brujería y fomentar la apostasía judía.
Luciano de Samosata, fue un filósofo y escritor griego del siglo dos, quien admite que Jesús fue adorado por
cristianos, introduciendo nuevas enseñanzas y que fue crucificado por ellos. Él dijo que las enseñanzas de Jesús
incluían la hermandad entre los creyentes, la importancia de la conversión y la importancia de negar a otros
dioses. Los cristianos vivían de acuerdo a las leyes de Jesús, creyéndose a sí mismos inmortales y se
caracterizaban por despreciar la muerte, la devoción voluntaria y la renuncia a los bienes materiales.
Mara Bar-Serapio. Hay en el Museo Británico un interesante manuscrito que preserva el texto de una carta escrita
a su hijo un tiempo después del año 73 D. C., aun cuando no estamos seguros de cuánto tiempo más tarde. En ella
confirma que Jesús demostró ser un hombre sabio y virtuoso, que fue considerado por muchos como el rey de
Israel, fue llevado a la muerte por los judíos y siguió viviendo en las enseñanzas de sus seguidores.
Tenemos además todos los escritos gnósticos (El evangelio de la verdad, El apócrifo de Juan, El evangelio de
Tomás, el Tratado de la Resurrección, etc.) todos ellos mencionan a Jesús.
De hecho, podemos reconstruir el evangelio solo de las primitivas fuentes no cristianas: Jesús fue llamado el
Cristo (Josefo), hizo “maravillas” y guió a Israel a nuevas enseñanzas, y fue colgado en la Pascua por ellos
(Talmud de Babilonia) en Judea (Tácito), pero clamó ser Dios y que regresaría (Eliazar), en el cual creían sus
seguidores, adorándolo como a Dios (Plinio el Menor).
En conclusión, existe una evidencia brumadora de la existencia de Jesucristo, ambas en historia bíblica y secular.
Quizá la evidencia más grande de que Jesús existió es el hecho de que literalmente miles de cristianos del primer
siglo, incluidos los 12 apóstoles, estuvieron gozosos de ofrendar sus vidas como mártires por Jesucristo. La gente
morirá por lo que creen que es verdad, pero ninguno morirá por lo que ellos saben que es una mentira.
65.- ¿Pueden un cristiano en la actualidad, hacer un exorcismo?
Respuesta: El exorcismo (ordenar a los demonios salir de otra persona), era practicado por varias personas en los
Evangelios y en el Libro de los Hechos – los discípulos, como parte de las instrucciones de Cristo (Mt. 10); otros
usando el nombre de Cristo (Mr. 9:38); los hijos de los fariseos (Lc. 11:18,19); Pablo (Hch. 16); y ciertos
exorcistas (Hch. 19:11-16).
Parece que el propósito por el que los discípulos de Jesús realizaban exorcismos, era el mostrar el dominio de
Cristo sobre los demonios (Lc. 10:17) y para autenticar que ellos estaban actuando en Su nombre y por Su
autoridad. También revelaba su fe o la falta de ella (Mt. 17:14-21). Era obvio que este hecho de expulsar
demonios era importante para el ministerio de los discípulos. Sin embargo, no queda muy claro cuál era
verdaderamente el papel que jugaba el hecho de expulsar demonios, en el proceso del discipulado.
Curiosamente, parece haber habido un cambio posteriormente en el NT respecto a la guerra demoníaca. Las
epístolas de enseñanza del NT (de Romanos a Judas) refieren la actividad demoníaca; sin embargo, no se
mencionan acciones de expulsarlos, tampoco se exhorta a los creyentes a hacerlo. Se nos dice que nos pongamos
la armadura para permanecer firmes ante ellos (Ef. 6:10-18). Se nos dice que resistamos al diablo (Stg. 4:7), que
nos cuidemos de él (1 P. 5:8), y que no le demos cabida en nuestras vidas (Ef. 4:27). Sin embargo, no se nos dice
cómo expulsarlo de otros, a él o a sus demonios, o el que debamos aún considerar hacerlo.
Ef. 6:10-18 señala instrucciones claras de cómo podemos obtener la victoria en nuestras vidas, ante la batalla
contra las fuerzas del mal. Lo primero es poner nuestra fe en Cristo (2:8-9), lo cual detiene el dominio de “el
príncipe de la potestad del aire” (2:2). Entonces debemos elegir, nuevamente, por la gracia de Dios, deshacernos
de malos hábitos y adoptar buenos hábitos (4:17-24). Esto no involucra el expulsar demonios, sino más bien
renovar nuestras mentes (4:23). Después hay varias instrucciones prácticas de cómo obedecer a Dios como Sus
hijos, recordándosenos que se trata de una guerra espiritual; la cual es enfrentada con cierta armadura que nos
permite permanecer contra –no expulsar—las asechanzas del mundo demoníaco (6:10-11). Permanecemos
mediante la verdad, la justicia, el Evangelio, la fe, la salvación, la Palabra de Dios y la oración.
Parece que cuando la Palabra de Dios fue completada, los cristianos tuvieron más armas con las cuales dar batalla
al espíritu del mundo, que las que tuvieron los primeros cristianos. La acción de expulsar demonios fue
reemplazada, mayormente, con el evangelismo y discipulado a través de la Palabra de Dios. Puesto que los
métodos de la guerra espiritual en el NT no incluyen el expulsar demonios, es difícil determinar las instrucciones
de cómo hacer tal cosa. Si de alguna manera fuera necesario, parece que es a través de exponer al individuo a la
verdad de la Palabra de Dios y el nombre de Jesucristo.
64.- ¿Es la Biblia importante en la actualidad?
Respuesta: He. 4:12 dice: “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de
dos filos; y penetra hasta partir el alma, y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón” Aunque la Biblia fue escrita por más de 40 autores durante un
período de 1500 años, su veracidad y relevancia permanece inmutable hasta hoy. La Biblia es la única fuente
objetiva de toda la revelación que Dios nos ha dado acerca de Él mismo y Su plan para la humanidad.
La Biblia contiene una gran cantidad de información acerca del mundo natural que ha sido confirmada por
investigaciones y observaciones científicas. Algunos de estos pasajes incluyen Lev. 17:11; Ecl. 1:6-7; Job 36:27-
29, Sal. 102:25-27 y Col. 1:16-17. Mientras que la historia bíblica del plan redentor de Dios para la humanidad se
desenvuelve, muchos caracteres diferentes son vívidamente descritos. Al hacerlo así, la Biblia provee una gran
cantidad de información acerca del comportamiento y las tendencias del ser humano. Nuestra experiencia
cotidiana nos demuestra que esta información es más exacta y descriptiva de la condición humana que cualquier
libro de texto de psicología. Muchos sucesos históricos registrados en la Biblia han sido confirmados por fuentes
extra-bíblicas. Con frecuencia, la investigación histórica muestra grandes similitudes entre la información bíblica
y la información extra-bíblica de los mismos eventos. En muchos casos, se ha reconocido que la Biblia es
históricamente más precisa.
Sin embargo, la Biblia no es ni un libro de historia, ni un texto de psicología o una publicación científica. La
Biblia es la descripción que Dios nos da acerca de quién es ÉL, de lo que ÉL desea y cuáles son los planes para la
humanidad. El más significativo componente de esta revelación es la historia de nuestra separación de Dios por el
pecado, y la provisión de Dios para nuestra restauración y comunión con Él, a través del sacrificio de Su Hijo
Jesucristo en la cruz. Nuestra necesidad de redención no cambia, como tampoco el deseo de Dios de
reconciliarnos con ÉL Mismo.
La Biblia contiene una gran cantidad de información relevante y precisa. El mensaje más importante de la Biblia
es la redención — que es universal y perpetuamente aplicable a la humanidad. La Palabra de Dios jamás podrá
ser anacrónica, suplantada, o corregida. Las culturas cambian, las leyes cambian, las generaciones van y vienen –
pero la Palabra de Dios es tan relevante hoy como lo fue cuando fue escrita. No toda la Escritura necesariamente
se aplica explícitamente a nosotros en la actualidad, pero sí todas las Escrituras contienen verdades que podemos,
y debemos aplicar a nuestras vidas de hoy.
65.- ¿Qué dice la Biblia sobre la importancia de rendir cuentas?
Respuesta: Con la presencia de tanta tentación en el mundo actual, Satanás está trabajando tiempo extra para
crear más. Debemos tener un hermano o hermana con quien contar, cuando enfrentemos tentaciones que
amenacen nuestras vidas espirituales. El rey David estaba solo la tarde cuando fue tentado por Satanás. Tu puedes
haber pensado que fue Betsabe quien lo tentó, pero la Biblia nos dice que pelemos una guerra no de la carne sino
del espíritu, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”
(Efesios 6:12). David aprendió una costosa lección al permitir dejarse dominar por la tentación – Dios hirió a su
hijo con una enfermedad y permitió que muriera.
Sabiendo que estamos en una batalla contra las fuerzas espirituales de las tinieblas, debemos procurar tanta ayuda
como podamos reunir a nuestro alrededor. En Efesios, Pablo prosigue diciéndonos que debemos equiparnos con
todo el poder que Dios nos proporciona para pelear esta batalla. “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” (Ef. 6:13) . Notemos que
Pablo dice “para qué. . . podamos mantenernos firmes.” Él sabía que aún si nos equipamos con todo lo que Dios
tiene para ofrecernos en defensa del mal, aun así somos humanos y no siempre podremos ser capaces de resistir
las tentaciones de Satanás. Así que ¿qué más podemos hacer para permanecer firmes contra el mal y la tentación?
Sabemos sin lugar a dudas que la tentación llegará.
Satanás conoce nuestras debilidades, y él sabe cuándo somos vulnerables. Él sabe cuándo una pareja de casados
se pelea y quizá sientan que alguien más pudiera comprenderlos mejor. Él sabe cuándo un niño ha sido castigado
por sus padres y puede sentirse rencoroso. Él sabe cuándo las cosas no andan muy bien en el trabajo, y nos
recuerda que ese bar está de camino a casa. ¿Dónde encontramos ayuda si ya hemos hecho todo lo que podemos
para pelear la batalla? Queremos hacer lo correcto a los ojos de Dios, y sin embargo, somos débiles humanos.
¿Qué hacemos?
Pro. 27:17 dice, “Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo.” El aguzar o
animar de un amigo, es una expresión de estímulo o de apoyo moral. ¿Cuándo fue la última vez que te llamó un
amigo solo para preguntarte cómo te está yendo? ¿Cuándo fue la última vez que tú llamaste a un amigo y le
preguntaste si necesitaba hablar? El ánimo y el apoyo moral de un amigo son a veces los ingredientes ausentes en
la lucha de la batalla contra Satanás.
El escritor de Hebreos lo sintetiza cuando dice: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el
Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo,
esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón
sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos
con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de
reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día
se acerca. Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad,
ya no queda más sacrificio por los pecados.” (He. 10:19-26).
[1] Comienza cada día caminando con tu mejor amigo y el Señor Jesucristo; [2] Con el corazón abierto y
amoroso que Cristo provee, acércate a tus amigos (tu equipo para rendir de cuentas); [3] Recuerda tu confesión
de fe hacia Aquel que puede cambiar vidas; [4] Anímense unos a otros (tu equipo para rendir cuentas) en amor,
exhortándose unos a otros para amar y hacer bien a los demás, mientras continúan reuniéndose (con tu equipo o
familia de la iglesia); [5] Satisfecho de haber hecho todo lo posible para evitar pecar y para ayudar a tus
hermanos y hermanas a permanecer fuertes en su fe, ¡alaba a Dios por lo que Él está haciendo en tu vida!
66.- ¿Por qué es importante la resurrección de Jesucristo?
Respuesta: La resurrección de Jesucristo es importante por muchas razones. Primero, testifica del inmenso poder
de Dios mismo. Creer en la resurrección es creer en Dios. Si Dios existe, y si Él creó el universo y tiene poder
sobre él; Él tiene el poder de levantar a los muertos. Si Él no tiene tal poder, Él no es un Dios digno de nuestra fe
y adoración. Solo Él, quien creó la vida, puede resucitar después de la muerte, solo Él puede revertir la atrocidad
que es la muerte misma, y solo Él puede quitar el aguijón que es la muerte y dar la victoria sobre la tumba. En la
resurrección de Jesús de la tumba, Dios nos recuerda su absoluta soberanía sobre la vida y la muerte.
Segundo, la resurrección de Jesús es un testimonio para la resurrección de los seres humanos, la cual es un
principio básico de la fe cristiana. A diferencia de todas las otras religiones, solo el cristianismo tiene un fundador
que trascendió la muerte y quien prometió que Sus seguidores harían lo mismo. Todas las otras (falsas) religiones
fueron fundadas por hombres y profetas, cuyo fin fue la tumba. Como cristianos, somos confortados en el hecho
de que nuestro Dios se hizo hombre, murió por nuestros pecados, fue muerto y resucitado al tercer día. La tumba
no pudo retenerlo. Él vive y ahora está sentado a la diestra de Dios el Padre en el Cielo. La iglesia viviente tiene
una Cabeza viviente.
En 1 Co. 15, Pablo explica en detalle la importancia de la resurrección de Cristo. Algunos en Corinto no creían en
la resurrección de los muertos, y en este capítulo, Pablo da seis consecuencias desastrosas si es que no hubiera
resurrección; 1) No tendría sentido el predicar a Cristo (v.14); 2) la fe en Cristo sería vana (v. 14); 3) todos los
testigos y predicadores de la resurrección serían mentirosos (v. 15); 4) nadie sería redimido del pecado (v. 17); 5)
todos los creyentes que nos precedieron, habrían perecido (v. 18); y 6) los cristianos serían la gente más digna de
conmiseración en el mundo (v. 19). Pero Cristo sí se levantó de entre los muertos y “primicias de los que
durmieron es hecho.” (v. 20), asegurando que lo seguiremos en la resurrección.
La inspirada Palabra de Dios garantiza la resurrección de los creyentes cuando Jesucristo venga por Su Cuerpo
(La Iglesia) en el Arrebatamiento. Tal esperanza y seguridad surge en un grandioso canto triunfal como lo escribe
Pablo en 1 Co. 15:55: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” ¿Cómo
describen estos versos la importancia de la Resurrección? Pablo responde, “…sabiendo que vuestro trabajo en el
Señor no es en vano.” (v. 58). Él nos recuerda que sabiendo que seremos resucitados a una vida nueva, podemos
sufrir persecución y peligros por amor a Cristo (vv. 29-31), como Él padeció, y al igual que miles de mártires a
través de la historia, quienes gustosamente cambiaron sus vidas terrenales por la vida eterna mediante la
resurrección.
La Resurrección es una victoria triunfante y gloriosa para cada creyente en Jesucristo, quien murió, fue sepultado,
y resucitó al tercer día de acuerdo a las Escrituras. Y, ¡Él vendrá nuevamente! Los muertos en Cristo resucitarán
primero, luego nosotros, los que hayamos quedado y vivamos para Su venida, seremos transformados y
recibiremos nuevos cuerpos glorificados (1 Ts. 4:13-18). ¿Por qué es importante la resurrección de Jesucristo?
Porque demuestra que Dios aceptó el sacrificio de Jesús a nuestro favor. Comprueba que Dios tiene el poder de
levantarnos de los muertos. Garantiza que aquellos que crean en Cristo no permanecerán muertos, sino que serán
resucitados a una vida eterna. ¡Esa es nuestra bendita esperanza!
67.- ¿Qué son las indulgencias y las indulgencias plenarias, y es su concepto bíblico?”
Respuesta: De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, una indulgencia es “la remisión ante Dios de la
pena temporal correspondiente a pecados que han sido perdonados. Un miembro de la fe cristiana propiamente
dispuesto, puede obtener una indulgencia bajo condiciones prescritas a través de la Iglesia, la cual, como ministro
de la redención, dispensa y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y los santos. Una
indulgencia es parcial, si quita parte del castigo temporal por el pecado, o plenaria, si quita todo el castigo.”
Las siguientes definiciones también son muy importantes para entender este punto: Castigo, Eterno: “El castigo
por no arrepentirse del pecado mortal, separando al pecador de la comunión con Dios por toda la eternidad; la
condenación en el infierno de un pecador no arrepentido.”
Castigo, Temporal: “La purificación de la insana atadura de las criaturas, la cual es una consecuencia del pecado
que perdura aún después de la muerte. Debemos ser purificados ya sea durante nuestra vida terrenal o a través de
la oración y una conversión que proviene de una ferviente caridad, o después de la muerte en el Purgatorio.”
Purgatorio: “Un estado final de purificación después de la muerte y antes de la entrada al cielo, para aquellos
que murieron en la gracia de Dios, pero que solo fueron imperfectamente purificados; una purificación final de la
imperfección humana antes de que uno pueda entrar al gozo del cielo.”
La Iglesia Católica Romana enseña que el pecado tiene una doble consecuencia. Para un miembro de la Iglesia
Católica, el cometer un pecado (mortal) es causa del “castigo eterno” – incluyendo la separación eterna de Dios y
el sufrimiento en el infierno (La Iglesia Católica también enseña que bajo circunstancias normales, aquellos que
no han sido bautizados por la Iglesia Católica Romana u otra iglesia que enseñe la regeneración bautismal,
también son condenados al infierno porque la mancha del pecado original permanece sobre sus almas.) El pecado
venial (menor), en contraste, no causa un “castigo eterno”, sino un “castigo temporal”. Las enseñanzas de la
Iglesia Católica algunas veces se refieren a estos “castigos temporales” como impartidos por Dios, siendo éstos
una manera de purificar a Sus hijos (ya sea en esta vida o en el Purgatorio). Pero la Iglesia Católica Romana
también ve los pecados veniales como creadores de deudas con la justicia de Dios que deben ser expiadas de una
manera que es distinta de la expiación de Cristo por el castigo eterno. La Iglesia Católica enseña que por la
unidad del Cuerpo de Cristo (La Comunión de los Santos) (incluyendo a los creyentes vivos, los creyentes en el
cielo, santos en el cielo, Cristo, María y los creyentes imperfectos en el Purgatorio), es posible que el mérito
generado por las buenas obras, oraciones, limosnas, sufrimientos, etc. de uno o más de estos miembros del
Cuerpo pueda ser aplicado a la deuda temporal de otro. La Iglesia Católica Romana enseña que la combinación
de los méritos de Cristo, los santos, y los creyentes piadosos son almacenadas en un lugar referido como el
Tesoro de Méritos (algunas veces es llamado el Tesoro de Satisfacción, el Tesoro de la Iglesia, o el tesaurus
ecclesiae). Y que debido a la sucesión apostólica desde Pedro, la Iglesia Católica Romana es la única que tiene la
autoridad de sacar méritos de este tesoro y otorgarlo a los creyentes en esta vida o en el Purgatorio, para pagar
por algunos o todos sus pecados veniales. Esto es efectuado a través de la concesión de indulgencias.
Nuevamente, las indulgencias se aplican solo al castigo temporal, no al eterno, y solo pueden ser distribuidas a
través de un líder de la Iglesia Católica Romana, a alguien que esté ya sea en el Purgatorio o aun viviendo y cuya
alma esté en un estado de gracia santificante. (p.ej. él/ella irá al Purgatorio, no al infierno si él/ella fuera a morir
en ese momento) Una indulgencia puede ser obtenida a través de la práctica de buenas obras, una Misa que sea
ofrecida a favor de alguien, rezando, por abstinencia, por dádivas a los pobres, o algunos otros actos meritorios
realizados de acuerdo con los requerimientos dictados por un Papa u obispo que tenga jurisdicción sobre ese
individuo. Para algunos, el ofrecer una misa es visto como uno de los medios más efectivos para reducir el
castigo temporal de esa persona en el Purgatorio. Una indulgencia parcial reducirá el castigo temporal que tenga
una persona. Una indulgencia plenaria quitará todo el castigo temporal.
¿Es bíblico el concepto de las indulgencias?
Varias doctrinas de la Iglesia Católica Romana son derivadas de la tradición más que de la Escritura. Y como la
Iglesia Católica Romana ve sus tradiciones tan consistentes como la Escritura y de igual autoridad que la
Escritura, esto no es un argumento para ellos. Pero para la mayor parte de los grupos cristianos, solamente la
Biblia es la fuente de autoridad y es más que suficiente para proveer a los cristianos con todos los recursos que
necesiten para conocer y servir a Cristo como fue el propósito de Dios (2 Ti. 3:15-17; Hch. 20:32) Pero como la
Iglesia Católica Romana declara que sus doctrinas no son contradictorias a la Escritura y acepta la Escritura como
parte de su autoridad, es apropiado para ambos grupos el preguntar:
¿Son bíblicas las indulgencias?
Un examen de los pasajes que la Iglesia Católica Romana utiliza como soporte de doctrinas tales como el castigo
temporal, la expiación vicaria por creyentes y santos y el Purgatorio, ilustra la dependencia de sus tradiciones por
sobre, y más allá de la Escritura. Otras doctrinas, tales como el Tesoro de Méritos, el “incorruptible e insondable
mérito de María”, el “superabundante mérito de los santos”, y la existencia de indulgencias ¡son todas ellas
ajenas a la Escritura! ¿Es bíblica la doctrina de las indulgencias? Una interpretación consistente y contextual de
las Escrituras no respaldará ni la enseñanza de indulgencias, ni las doctrinas desarrolladas a partir de ellas.
Indulgencias y Purgatorio
La Iglesia Católica Romana cita unos pocos pasajes para su soporte escritural del Purgatorio. Adicional a un
pasaje del apócrifo libro de 2 Macabeos, está 1 Co. 3:10.15; Mt. 5:26; y Mt. 12:32 que también son dados como
bases bíblicas. Mt. 5:26 es parte de una parábola sobre el tema del perdón. Mt. 12:32 es aplicable al tema (la
blasfemia contra el ES). Ninguno de los pasajes se refiere a lo que pasa después de la muerte ni ofrece una clara
enseñanza de lo que sucede después de la muerte. Es un principio de hermenéutica (el estudio de cómo interpretar
correctamente la Escritura) que uno pueda considerar pasajes “dudosos” que apenas sugieran un punto, como
pasajes que se enfoquen sobre ese tema o sean claros acerca de ese punto. Para interpretar estos versos como una
enseñanza que hay un lugar de futura expiación y purificación en el Purgatorio después de la muerte, vuela en la
cara de muchas claras declaraciones en la Biblia de que solo hay dos lugares a los que uno irá después de la
muerte; siendo o bien con el Señor en el cielo (2 Co. 5:8; Fil. 1:21-23; 1 Ts. 4:13-18) o ser atormentado en el
infierno (Lc. 16:23-24; Ap. 20:10-15). La Biblia no dice que después de la muerte venga una “futura
purificación,” dice, “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio.” (He. 9:28) Ver en GotQuestions, org el artículo sobre ¿Qué dice la Biblia acerca del
Purgatorio? para una información más amplia sobre este tema.
Indulgencias y Penitencia.
Los católicos hablan de “hacer penitencia” por sus pecados. Al final de la confesión con un sacerdote, se le dice
al confesado ciertas cosas que deberá hacer (tales como rezar ciertas oraciones) como parte de la “penitencia”.
Parte del propósito de esta penitencia es provocar el regreso a una disposición de alejarse del pecado y regresar a
Dios. Pero otros propósito mencionado repetidamente en la literatura Católica Romana es la de rezar o pagar por
los propios pecados. Esto no es lo mismo que hacer una restitución a aquellos que fueron heridos por nuestros
pecados, sino más bien involucra el hacer un pago dirigido al castigo temporal, que satisfaga la justicia de Dios.
El último propósito está estrechamente vinculado a la idea de indulgencias y no es mencionado en la Escritura.
La Biblia habla de arrepentimiento, refiriéndose al “cambio de mentalidad acerca del pecado propio que resulta
en un cambio en el comportamiento.” El ministerio y la enseñanza de Juan el Bautista se resume en Lc. 3:3-18.
Él les dijo a aquellos que eran bautizados por él (su bautismo era un signo de arrepentimiento) que mostraran por
sus obras, que su arrepentimiento era real. Pero nunca se haya el mensaje de “ustedes deben pagar o expiar sus
pecados, haciendo alguna obra buena o por abstinencia,” o por medio de alguna otra cosa. Por este llamado a las
buenas obras, Juan esencialmente estaba diciendo, “Muéstrame por tus obras que tu arrepentimiento es genuino”
(ver Stg. 2:18). Pero, nuevamente, la idea de “hacer penitencia” como una expiación por nuestros pecados o un
pago de la deuda temporal a la justicia de Dios, ¡jamás es mencionado en la Escritura!
Las indulgencias y el Tesoro de Méritos.
La doctrina del “Tesoro de la Iglesia” fue expresada oficialmente por primera vez en 1343 por el Papa Clemente
VI. Él describe que este tesoro consiste no solo de los méritos de la expiación de Cristo, sino también de “los
méritos (= expiaciones) de María, la Madre de Dios, y de todos los escogidos, desde el más grande hasta el
último de los justos, que contribuyen al crecimiento del tesoro del cual la iglesia hace retiros para la segura
remisión del castigo temporal.”
La Biblia nunca, ni una sola vez se refiere a algo como el “Tesoro del Mérito”, y tampoco se encuentra la idea de
que un creyente pueda hacer expiación a favor del pecado de otro. En Ro. 9 y 10, Pablo expresa que si esto fuera
posible, él gustosamente estaría dispuesto a ser condenado, si eso resultara en la redención de sus hermanos
israelitas. Pero eso no es posible, porque Pablo y los otros escritores de la Biblia declaran que para un creyente, el
Juez justo quedó satisfecho cuando Jesucristo se convirtió en la expiación (propiciación) por nuestros pecados y
que aparte de Él no hay expiación posible (Is. 53:6; Ro. 5:10-11; 2 Co. 5:21; 1 Jn. 2:2; He. 101-18) Nunca hay
ni siquiera una insinuación sobre la idea de una expiación vicaria de los creyentes, ya sean vivos o muertos, por el
bien de sus otros hermanos creyentes. La Iglesia Católica Romana puede hacer la distinción entre la expiación
por el castigo eterno de la gente y su castigo temporal, pero la idea de que haya algo más, aparte de la expiación
de Cristo por los pecados del mundo y su correspondiente castigo, jamás es encontrado en la Escritura. Jamás se
encontrará alguna enseñanza acerca de la “superabundantes satisfacciones de los Santos” o que las oraciones y
buenas obras de María “sean de verdadero, inmenso, insondable y aún original valor ante Dios”. En la Escritura,
solo está el insondable e infinito valor de la expiación de Cristo…. punto.
Indulgencias y castigo Temporal.
El catecismo católico habla del castigo temporal como de un proceso de purificación. Pero por otra parte, a través
de las enseñanzas oficiales de la Iglesia Católica Romana, se habla de ello como una deuda espiritual que necesita
ser expiada, ya sea por el individuo que pecó o vicariamente por alguien más. Nuevamente, la Iglesia Católica
Romana hace distinción entre el castigo eterno para pecados “mayores” y castigo temporal para pecados
“menores”.
Es claro que la Iglesia Católica Romana enseña que hay una naturaleza “legal” o forense en el castigo temporal;
esto es, que involucra la necesidad de satisfacer la justicia de un Juez justo y que si esa justicia no es satisfecha
por expiación en esta vida, debe ser expiada en la siguiente vida, en el Purgatorio. Es ese aspecto forense o “pago
para satisfacer la justicia” lo que es anti-bíblico. La Escritura si enseña que el pecado de uno puede ser perdonado
en el sentido eterno (donde el pecador ya no sea condenado en el infierno) o aún en un sentido terrenal (al no
descargar el castigo impuesto por la Ley Mosaica sobre el pecador – 2 Samuel 12:13). El pecado cambia las cosas
en esta vida y en la manera en que Dios interactúa con nosotros en esta vida. Tiene que ser por un número de
razones dadas en la Escritura:
1) Este es un mundo real, donde las acciones reales tienen consecuencias reales. Si plantamos escasamente en la
primavera, no tendremos trigo en el otoño. Si plantamos pecado, eventualmente cosecharemos confusión,
penurias, destrucción y muerte (Gá. 6:7; Ro. 3:16; Stg. 1:15).
2) Nuestro pecado y la respuesta de Dios ante él, afecta el cómo nosotros y otra gente ve a nuestro Dios. Si
pecamos y no hubieran efectos obvios de ello, veríamos el pecado como algo que “no tiene gran importancia”
para Dios, y entonces Su carácter santo sería blasfemado. Esta es una de las razones que Dios citó para decretar la
muerte del niño concebido por David en adulterio con Betsabe (2 S. 12:13-14), p.ej., si no hubiera consecuencias
terrenales por el adulterio de David y el asesinato de Urías, entonces Dios sería visto como Uno que condona
tales acciones pecaminosas.
3) Otros “al verlo” serían animados a pecar. 1 Co. 10:1-12 dice que todos los castigos impuestos por Dios sobre
los israelitas por su incredulidad, idolatría, lascivia, etc., fueron registrados para nuestra advertencia, para que
pudiéramos aprender de sus errores. Proverbios dice que cuando el castigo del pecado es retrasado, otros son
animados a pecar (p. ej., Si vemos que alguien “se salió con la suya”, nos sentimos animados a repetir su pecado).
Así que, un castigo terrenal es, o impuesto por Dios o por la permisión de las consecuencias naturales del pecado
para que maduremos, para que otros puedan aprender a no pecar.
4) Dios nos disciplina para nuestro beneficio, para que podamos disfrutar del fruto de justicia que Él tiene para
nosotros. Cuando una persona pone su fe en Cristo, Dios deja de ser nuestro Juez y se convierte en nuestro Padre
(Jn. 1:12). Estaremos ante Él como un Juez de nuestras obras hechas después de la salvación (2 Co. 5:10.11; 1
Co. 3:10-15), pero ahora tenemos paz para con Dios (Ro. 5:1-10) y no hay más condenación (Ro. 8:1). Pero
como un padre amoroso disciplina a sus hijos para su bien, así Dios nos disciplina para el nuestro (He. 12:3-11).
Pero cuando ves la descripción de esta disciplina celestial dada en He. 12, no encuentras la idea de castigo en el
sentido de que uno ¡necesite pagar o expiar su crimen!
Así que uno encuentra que Dios o impone consecuencias terrenales, o permite las consecuencias naturales como
resultado del pecado, pero en ningún pasaje dice que estas consecuencias sean impuestas para que ¡Su justicia
temporal pueda ser satisfecha!
En conclusión, habiendo discutido la falta de soporte bíblico para algunas de las doctrinas fundamentales
necesarias para la existencia de indulgencias, también debe ser declarado que no hay ni un ejemplo bíblico, o
enseñanza al respecto, de que un apóstol o líder de la iglesia conceda una “indulgencia” a un hermano creyente.
¡Ni una! Desde sus cimientos hasta su cúspide, toda la estructura de la doctrina de las indulgencias, está
bíblicamente infundada.
Es nuestra oración, que como el apóstol Pablo vio a muchos convertidos a Cristo porque compararon sus
enseñanzas con lo que dice la Escritura (Hch. 17:10-12), que igualmente, aquellos que lean este sumario, puedan
leer la inerrable e infalible Palabra de Dios por ellos mismos, y simplemente preguntarse, “¿Las enseñanzas de la
Iglesia Católica Romana, se encuentran en lo que he leído? ¿“Encajan” tanto en el contexto inmediato de
cualquier pasaje, como en el contexto global del Nuevo Testamento? ¿El “sistema” de la Iglesia Católica Romana
está fundamentado en el Nuevo Testamento?” Oramos para que todos aquellos que invoquen el Nombre de Cristo
se vuelvan a la simplicidad de confiar solo en Cristo y deseen vivir para Él, en gratitud por todo lo que Él ha
hecho por ellos (Ro. Cap. 3-12).
68.- ¿Por qué es importante creer en la inerrancia de la Biblia?”
Respuesta: Vivimos días en los que hay una tendencia a encogerse de hombros cuando se nos confronta con el
error. En vez de preguntar como Pilato “¿Qué es la verdad?”, el hombre posmodernista dice, “Nada es verdad” o
quizá “La verdad existe, pero no podemos saberla.” Hemos crecido acostumbrados a ser engañados, y mucha
gente parece cómoda con la noción de que la Biblia también contiene errores.
La doctrina de la inerrancia bíblica es extremadamente importante, porque la verdad sí importa. Este hecho se
refleja en el carácter de Dios y es fundamental para nuestro entendimiento de todo lo que enseña la Biblia. Estas
son algunas razones por las que debemos creer absolutamente en la inerrancia bíblica:
1. La Biblia misma declara ser perfecta. “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada
en horno de tierra, purificada siete veces.” (Sal. 12:6). “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.” (Sal. 19:7). “Toda palabra de Dios es limpia;”
(Pro. 30:5). Estas afirmaciones de pureza son declaraciones absolutas. Nótese que no dice “Casi todas las
Palabras de Dios son puras” o “la Escritura es casi perfecta.” La Biblia argumenta una completa perfección, sin
dar lugar a teorías de “perfección parcial”
2. La Biblia se sostiene o cae como un todo. Si se descubriera que un periódico importante rutinariamente
contuviera ciertos errores, sería rápidamente desacreditado. No habría diferencia en decir “Todos los errores
fueron confinados a la página 3.” Para que un periódico pueda ser confiable en todas sus secciones, debe ser
verídico en todo su contenido. De la misma manera, si la Biblia fuera inexacta cuando habla de geología, ¿por
qué se confiaría en su teología? O es un documento confiable, o no lo es.
3. La Biblia es un reflejo de su Autor. Todos los libros lo son. La Biblia fue escrita por Dios Mismo, al obrar a
través de los autores humanos mediante un proceso llamado “inspiración” 2 Ti. 3:16 dice, “Toda la Escritura es
inspirada por Dios” (literalmente, “es respirada por Dios”) Ver también 2 P. 1:21 y Jer. 1:2.
Creemos que Dios, quien creó el universo, es capaz de escribir un libro. Y que el Dios que es perfecto es capaz de
escribir un libro perfecto. El punto no es solo “” ¿Tiene la Biblia un error?”, sino “¿Puede Dios cometer un
error?” Si la Biblia contiene verdaderos errores, entonces Dios no es omnisciente y es capaz Él Mismo de
cometer errores. Si la Biblia contiene información errónea, entonces Dios no es veraz, sino un mentiroso. Si la
Biblia contiene contradicciones, entonces Dios es el autor de la confusión. En otras palabras, si la inerrancia
bíblica no es verdad, entonces Dios no es Dios.
4. La Biblia nos juzga, no viceversa. “Porque la palabra de Dios es….y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón” (He. 4:12). Nótese la relación entre “el corazón” y “la Palabra”. La Palabra examina;
el corazón está siendo examinado. El reacomodar partes de la Palabra por cualquier razón, es voltear un verso de
cabeza. Nos convertimos en los examinadores, y la Palabra debe ser sometida a nuestro “superior escrutinio.” Sin
embargo Dios dice, “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?” (Ro. 9:20).
5. El mensaje de la Biblia debe ser tomado como un todo. No es una mezcla de doctrina sobre la que tengamos
libertad de elección. A mucha gente le agradan los versos que dicen que Dios los ama, pero les disgustan los que
dicen que Dios juzgará a los pecadores. Pero simplemente no podemos entresacar y elegir lo que nos guste acerca
de la Biblia y desechar el resto. Si la Biblia está equivocada respecto al infierno, por ejemplo, entonces ¿Quién
dice que es verdadera al hablar sobre el cielo – o sobre cualquier otra cosa? Si la Biblia no puede contener
verazmente los detalles sobre la creación, entonces tal vez los detalles sobre la salvación tampoco puedan ser
confiables. Si la historia de Jonás es un mito, entonces quizá también lo es la historia de Jesús. Por el contrario,
Dios ha dicho lo que ha dicho, y la Biblia nos presenta un cuadro completo de quien es Dios. “Para siempre, oh
Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Sal. 119:89).
6. La Biblia es nuestra única norma para la fe y la práctica. Si no es confiable, entonces ¿en qué basamos nuestras
creencias? Jesús pide nuestra confianza, y eso incluye confiar en lo que Él dice en Su Palabra. Jn. 6:67-69 es un
hermoso pasaje. Jesús justo había presenciado la partida de muchos que habían afirmado que lo seguirían.
Entonces Él se volvió a los doce apóstoles y les preguntó, “¿Queréis acaso iros también vosotros? Le
respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” Que tengamos la
misma confianza en el Señor y en Sus palabras de vida.
Nada de lo que hemos presentado aquí debe ser tomado como un rechazo al estudio verdadero. La inerrancia
bíblica no significa que debemos dejar de utilizar nuestras mentes o aceptar ciegamente lo que dice la Biblia.
Somos exhortados a estudiar la Palabra (2 Ti. 2:15), y aquellos que la escudriñan son elogiados (Hch. 17:11).
También reconocemos que hay pasajes difíciles en la Biblia, así como sinceros desacuerdos sobre su
interpretación. Nuestra meta es aproximarnos reverentemente y en oración a la Escritura y cuando encontremos
algo que no entendamos, oremos más intensamente, estudiemos más, y – si aun así nos elude la respuesta –
reconozcamos humildemente nuestras propias limitaciones ante la perfecta Palabra de Dios.
69.- ¿Es bíblica la infalibilidad papal?
Respuesta: La Iglesia Católica Romana enseña que el Papa es infalible cuando habla desde su posición de
autoridad sobre un asunto o doctrina particular (hablar ex cátedra). Muchos malentienden la “infalibilidad papal”
como indicando que todo lo que dice el Papa es infalible. Esto no es lo que la Iglesia Católica Romana quiere
decir por la “infalibilidad papal”. De acuerdo con la Iglesia Católica Romana, esta infalibilidad del Papa,
únicamente cuando habla ex cátedra, es parte del Magisterium, o de la “Autoridad de Enseñanza de la Iglesia”
que Dios le concedió a la “madre Iglesia” para guiar su infalibilidad. Esta “Autoridad de Enseñanza de la Iglesia”
está hecha por la habilidad de la enseñanza infalible del Papa, la infalible habilidad de enseñanza de la asamblea
de los concilios bajo la autoridad del Papa, y el “ordinario” Magisterium de los obispos. Este “ordinario”
Magisterium involucra, entre otras cosas, a los obispos en varios lugares comenzando a enseñar una misma
doctrina en particular (por ejemplo, la enseñanza de que María fue concebida sin pecado), y el que si esta
enseñanza gana aceptación a través de la iglesia como un todo, es una indicación de que el Espíritu Santo está
trabajando a través de los obispos y que esta enseñanza viene de Dios. El papa puede entonces reconocer esto y
proclamar la infalibilidad que viene de Dios y debe ser aceptada por todos los católicos romanos.
La pregunta es, si esta enseñanza está de acuerdo con la Escritura. La Iglesia Católica Romana ve al Papado y a la
autoridad infalible de la “madre Iglesia” como una necesidad para guiar a la Iglesia, y utiliza eso como un
razonamiento lógico de la provisión de Dios para ello. Pero al examinar la Escritura, encuentras lo siguiente:
1) Mientras que Pedro fue la figura central en la primera propagación del Evangelio (parte del significado detrás
de Mt. 16:18-19), la enseñanza de la Escritura, tomada en contexto, en ninguna parte declara que él estaba en
autoridad sobre los otros apóstoles o sobre toda la iglesia (ver Hch. 15:1-23; Gá. 2:1-14; 1 P. 5:1-5). Además
jamás es enseñado que el Obispo de Roma debía tener la primacía sobre la iglesia. Antes bien, solo hay una
referencia en la Escritura sobre Pedro escribiendo desde “Babilonia”, (nombre que algunas veces se aplicaba a
Roma); y se encuentra en 1 Pedro 5:13; tratando primordialmente sobre esto y el histórico surgimiento de la
influencia del Obispo de Roma de donde procede la enseñanza de la Iglesia Católica Romana, sobre la
supremacía del Obispo de Roma. Sin embargo, la Escritura enseña que la autoridad de Pedro era compartida por
los otros apóstoles (Ef. 2:19-20) y la autoridad de “atar y desatar” atribuida a él fue del mismo modo compartida
por las iglesias locales, no solo por sus líderes (ver Mt. 18:15-19; 1 Co. 5:1-13; 2 Co. 13:10; Tit. 2:15; 3:10-
11). Por lo tanto, la base para la infalibilidad papal, y la existencia misma del papado, no está fundamentada en la
Escritura.
2) En ninguna parte la Escritura declara que, a fin de guardar a la iglesia del error, la autoridad de los apóstoles
fuera pasada a aquellos que ellos ordenaran (La enseñanza de la Iglesia Católica Romana de la “sucesión
apostólica”). La sucesión apostólica es “atribuida” a aquellos versos que la Iglesia Católica Romana utiliza como
soporte para esta doctrina (2 Ti. 2:2; 4:2-5; Tit. 1:5; 2:1; 2:15; 1 Ti. 5:19-22). Pablo NO hace un llamado a los
creyentes en varias iglesias a recibir a Tito, Timoteo y otros líderes de la iglesia en su autoridad como obispos;
sino más bien basándose sobre su condición de compañeros colaboradores con él (1 Co. 16:10; 16:16; 2 Co.
8:23). Lo que la Escritura SI enseña, es que las falsas enseñanzas surgirían aún de entre los líderes aceptados por
la iglesia y que los cristianos debían comparar las enseñanzas de estos posteriores líderes eclesiásticos con la
Escritura, que es lo único citado en la Biblia como infalible. La Biblia no enseña que los apóstoles fueran
infalibles, aparte de lo que fue escrito por ellos e incorporado a la Escritura (2 Ti. 3:16; 2 P. 1:18-21). Pablo,
hablando a los líderes de la iglesia en la ciudad de Éfeso, les advierte sobre la llegada de falsos maestros, y para
combatir contra tal error, él NO los encomienda a “los apóstoles y a aquellos que llevarían su autoridad”, sino
que él los encomienda a “Dios y la palabra de Su gracia…” (Hch. 20:28-32)
3) En ninguna parte de la Escritura está la “enseñanza Magisterium” o la maestría de la enseñanza de los obispos,
y tratada con igual peso que la Escritura. Lo que la historia ha demostrado, es que cuando cualquiera otra fuente
de autoridad es tratada como algo de igual peso que la Escritura, la segunda autoridad siempre termina
imponiéndose a la Escritura (tal es el caso con la aceptación de otros escritos de los Mormones y el Atalaya de
los Testigos de Jehová). Igualmente sucede con la Iglesia Católica Romana. Repetidamente, los Catecismos
Católicos aseguran que muchas de sus doctrinas no están fundadas o basadas en la Escritura (María siendo co-
redentora y co-mediadora, sin pecado, concebida sin pecado; su ascensión; la oración y veneración de los santos e
imágenes; etc.) Para los católicos romanos, es la “madre Iglesia” la que tiene la autoridad final, no la Escritura,
sin importar que ellos digan que el Magisterium es el “siervo de la Escritura” Nuevamente, la Biblia enseña que
es la Escritura la que debe ser usada como la regla para determinar la verdad del error. En Gálatas 1:8-9, Pablo
asegura que no es QUIEN enseña, sino lo QUE está siendo enseñado, lo que determina la verdad del error. Y
mientras la Iglesia Católica Romana continúa pronunciando una maldición del infierno sobre aquellos que
rechacen la autoridad del Papa, la Escritura reserva esa maldición para aquellos que enseñen un evangelio
diferente del que ya ha sido dado y registrado en el NT (Gá. 1:8-9).
4) Mientras que la Iglesia Católica Romana ve la sucesión apostólica y al infalible Magisterium de la iglesia
como lógicamente necesario para que Dios guíe de manera inerrante a la Iglesia, la Escritura declara que Dios ya
ha provisto eso para Su iglesia a través de: (a) La infalibilidad de la Escritura, (Hch. 20:32; 2 Ti. 3:15-17; Mt.
5:18; Jn. 10:35; Hech. 17:10-12; Is. 8:20; 40:8, etc.), (b) El eterno sumo sacerdocio de Jesucristo en el Cielo
(He. 7:22-28), (c) La provisión del ES, Quien guió a los apóstoles a toda la verdad después de la muerte de Cristo
(Jn. 16:12-14); Quien da dones a los creyentes para la obra del ministerio, incluyendo la enseñanza (Ro. 12:3-8;
Ef. 4:11-16), y QUIEN usa la palabra escrita como Su herramienta principal (He. 4:12; Ef. 6:17).
En resumen, la Biblia habla de solo una constante, “tangible”, e infalible guía dejada por Dios para Su iglesia. Es
la Palabra escrita de Dios; no un líder infalible (2 Ti. 3:15-17). Y mientras Él dio el Espíritu Santo para conducir
a hombres santos a lo largo de la elaboración de esas Escrituras (2 P. 1:19-21), así también ha dado Su Espíritu
Santo para que more, llene, guía y capacite a los miembros de Su iglesia actual, para el propósito de dirigir Su
iglesia a través de la correcta interpretación de la Palabra escrita (1 Co. 12; 14; Ef. 4:11-16) Que hay cismas y
falsas enseñanzas en la actualidad; no debe sorprendernos, porque la Biblia también nos advierte que habrá falsos
maestros quienes torcerán la Palabra escrita (2 P. 3:16) y que esos falsos maestros se levantarían de entre las
iglesias (Hch. 20:30). Por lo tanto, los creyentes deben volverse a Dios y a la “palabra de Su gracia” para su guía
(Hch. 20:32), determinando la verdad, no por QUIEN la diga, sino comparándola con el evangelio que ya fue
recibido por la iglesia primitiva, el evangelio registrado para nosotros en la Escritura (Gá. 1:8-9; ver también
Hch. 17:11).
70.- ¿Cómo debe enfrentar la infertilidad un cristiano?
Respuesta: El problema de la infertilidad puede ser uno muy difícil, especialmente para parejas que tienen un
enorme deseo de tener hijos. Las parejas cristianas pueden encontrarse preguntando “¿Por qué, Señor?” ante la
pregunta de la infertilidad. Seguramente Dios quiere que los cristianos sean bendecidos con hijos, que los amen y
los críen, y añadan más almas para Su servicio. Para parejas que están sanas y que han resultado médicamente
sanas, uno de los aspectos más dolorosos de la infertilidad, es el no saber si es una situación temporal o una
permanente. Si es temporal, ¿cuánto deberán esperar? Si es permanente, ¿cómo lo sabrán ellos y qué acción
deberán tomar?
La Biblia ilustra el problema de la infertilidad temporal en varias historias: Sarai (Gé. 11:30), posteriormente
llamada Sara. Dios prometió a Abraham y a Sara una descendencia, pero ella no dio a luz a su hijo Isaac, hasta
los 90 años de edad. Rebeca (Gé. 25:21) Isaac, su esposo, oró fervientemente, y Jehová respondió; tiempo
después nació su hijo Jacob. Raquel (Gé. 30:1, 22-24). Ella oró y al fin Dios “abrió su matriz” y dio a luz a un
hijo, José. La esposa de Manoa (Jue. 13:2) quien dio a luz a Sansón. Elisabeth (Lc. 1:7,36) En su vejez dio a luz
a Juan el Bautista, quien anunció la llegada de Cristo.
La esterilidad de Sarai, Rebeca y Raquel (las madres de la nación israelita) es significativa en que finalmente, su
capacidad para concebir hijos fue una señal de la gracia y el favor de Dios hacia Su elegido. Sin embargo, las
parejas infértiles no deben asumir que Dios está retrayendo Su gracia y favor, tampoco deben asumir que de
alguna manera están siendo castigados. Las parejas cristianas deben apegarse a la seguridad de que sus pecados
son perdonados en Cristo y que Dios nunca los castigará por sus delitos, especialmente negándoles los hijos.
Así que ¿cómo debe enfrentar la infertilidad una pareja cristiana? Es bueno buscar consejo de ginecólogos y otros
especialistas en fertilidad. Tanto el hombre como la mujer deben tener un sano estilo de vida para prepararse para
el embarazo. Al leer acerca de las madres de la nación de Israel, vemos que ellas oraron fervientemente por
concebir, así que ciertamente no está por demás seguir orando por un hijo. Sin embargo, primeramente debemos
orar por la voluntad de Dios en nuestras vidas. Si Su voluntad es que tengamos un hijo natural, lo tendremos. Si
Su voluntad es que adoptemos, cuidemos a niños, o carezcamos de ellos, eso es lo que debemos aceptar y
aceptarlo con agrado. Sabemos que Dios tiene un plan divino para cada uno de Sus amados, y es el autor de la
vida. Él permite y retiene la concepción. Dios es soberano y posee toda la sabiduría y el conocimiento (Ver Ro.
11:33-36) “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto,….” (Stg. 1:17). El conocer y aceptar
estas verdades, llegará hasta el dolor de los corazones de las parejas infértiles.
71.- ¿Cómo es una eternidad en el infierno, un castigo justo por el pecado?
Respuesta: Este es un tema que molesta a mucha gente, y parece surgir de un entendimiento incompleto de tres
cosas: la naturaleza de Dios, la naturaleza del hombre, y la naturaleza del pecado. Como seres humanos caídos y
pecadores, la naturaleza de Dios es un concepto difícil de comprender para nosotros. Tendemos a ver a Dios
como un Ser amable y misericordioso, cuyo amor por nosotros nulifica y ensombrece todos Sus demás atributos.
Desde luego que Dios es amoroso, bondadoso y misericordioso, pero Él es primero y antes que nada un Dios
santo y justo. De hecho, es tan santo, que Él no puede tolerar el pecado. Él es un Dios cuya ira arde contra el
impío y aquellos que lo desobedecen (Is. 5:25; Ose. 8:5; Zac. 10:3). El no solo es un Dios amoroso; ¡Él es el
amor mismo! Pero la Biblia también nos dice que Él aborrece cualquier forma de pecado (Pro. 6:16-19). Y
aunque Él es misericordioso, tiene límites para Su misericordia. “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y
vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”
(Is. 55:6-7)
El hombre, en su estado no regenerado, está corrompido por el pecado, y ese pecado está siempre dirigido contra
Dios. Cuando David pecó al cometer adulterio con Betsabe y haber dado muerte a Urías, él respondió en oración
algo interesante: “Contra ti, contra Ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de Tus ojos…” (Salmos 51:4).
Puesto que David había pecado contra Betsabe y Urías, ¿cómo clamó haber pecado solo contra Dios? David
entendió que todo pecado es a última instancia contra Dios. Dios es un Ser eterno e infinito (Sal. 90:2). Como
resultado, todo pecado requiere un castigo eterno. La santidad, perfección y carácter infinito de Dios, ha sido
ofendido por nuestro pecado, y aunque ante nuestras mentes finitas nuestro pecado está limitado en el tiempo,
para Dios –quien no está sujeto al tiempo – el pecado que Él odia, es permanente. Nuestro pecado está
continuamente ante Él y debe ser castigado de continuo, a fin de satisfacer Su justicia santa.
Nadie entiende mejor esto, que alguien que esté en el infierno. Un ejemplo perfecto es la historia del hombre rico
y el mendigo llamado Lázaro. Ambos murieron, y el hombre rico fue al infierno, mientras que Lázaro fue al cielo
(llamado el seno de Abraham en Lucas 16). Desde luego el hombre rico estaba consciente de que sus pecados
fueron cometidos únicamente durante el lapso de su vida. Pero es interesante que él nunca dice: “¿Cómo vine a
dar aquí?” esa pregunta nunca es hecha en el infierno. Tampoco dice, “¿Realmente merezco esto?” “¿No creen
que esto es demasiado?” Él nunca dice nada de eso. Solo pide que alguien vaya con sus hermanos quienes aún
viven, para advertirles que no vayan allí.
Al igual que el hombre rico, cada pecador tiene una total comprensión de su desgracia en el infierno, una
completa y total información, y una sensible conciencia la cual se convierte en su propio atormentador. Esta es la
experiencia de tortura en el infierno – un alma totalmente consciente de su pecado con una implacable conciencia
acusadora, martillándole sin un momento de reposo. La culpa de ese pecador, le produce vergüenza, un odio y
aborrecimiento eterno de sí mismo. El hombre rico sabía que el castigo eterno por una vida de pecados, es
justificado y merecido. Eso es por lo que nunca protestó o cuestionó el encontrarse en el infierno.
Las realidades de la condenación eterna, el infierno eterno, el castigo eterno, son así de atemorizantes y justas.
Pero esto es por el bien del pecador, el que pueda estar verdaderamente aterrorizado. Aunque esto pueda sonar
desagradable (y lo es), hay buenas noticias. Dios nos ama (Juan 3:16) y quiere salvarnos del infierno (2 P. 3:9).
Pero por ser también un Dios santo y justo, Él no puede permitir que nuestro pecado quede sin castigo. Alguien
tiene que pagar por él. En Su gran misericordia y amor, Dios proveyó Su propio pago por nuestro pecado. Él
envió a Su Hijo Jesucristo para pagar el castigo por nuestros pecados, al morir en la cruz por nosotros. La muerte
de Jesús fue una muerte infinita porque Él es el infinito Dios/hombre, que pagó nuestra deuda de pecado infinita,
para que no tengamos que pagar en el infierno por una eternidad (2 Co. 5:21). Si confesamos nuestros pecados, le
pedimos perdón a Dios, y ponemos nuestra fe en Cristo, podemos ser salvados, perdonados, limpiados y tener la
promesa de un hogar eterno en el cielo. Dios nos amó tanto que Él proveyó el medio para nuestra salvación, pero
si rechazamos Su regalo de vida eterna, enfrentaremos las consecuencias eternas de esa decisión.
72.- ¿Es real el infierno? ¿Es eterno el infierno?
Respuesta: ¿Es real el infierno? Los estudios muestran que más del 90% de la gente en el mundo cree en un
“cielo”, mientras que menos del 50% cree en un “infierno eterno”. De acuerdo con la Biblia, ¡el infierno es
definitivamente una realidad! El castigo de los malvados en el infierno es tan eterno como la bienaventuranza de
los justos en el cielo. El castigo para los muertos impíos en el infierno es descrito a través de la Escritura como el
“fuego eterno” (Mt. 25:41), “el fuego que nunca se apaga” (Mt. 3:12), “vergüenza y confusión perpetua”
(Dn. 12:2), un lugar donde “el gusano de ellos no muere y el fuego nunca se apaga” (Mr. 9:44-49), un lugar
de “tormentos” y “llamas” (Lc. 16:23,24), “eterna perdición” (2 Ts. 1:9), un lugar de tormento con “fuego
y azufre” donde “el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos” (Ap. 14:10,11), y un “lago de
fuego y azufre” donde los impíos “serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Ap. 20:10).
Jesús mismo indica que el castigo mismo en el infierno es eterno – no solamente el humo y las llamas (Mt.
25:46).
Los impíos estarán eternamente sujetos a la furia y la ira de Dios en el infierno. Ellos sufrirán conscientemente
vergüenza y desprecio, y los ataques de una conciencia acusadora – junto con la ira encendida de una deidad
ofendida – por toda la eternidad. Aún aquellos que estén en el infierno reconocerán la perfecta justicia de Dios
(Sal. 76:10). Aquellos que estén en el infierno real sabrán que su castigo es justo y que solo ellos son culpables
(Du. 32:3-5). Si, el infierno es real. Si, el infierno es un lugar de tormento y castigo que durará eternamente ¡por
los siglos de los siglos! Alabemos a Dios, que a través de Jesucristo, podemos escapar de este destino eterno (Jn
3:16, 18,36).
73.- ¿Qué es la inmaculada concepción?
Respuesta: Mucha gente equivocadamente cree que la inmaculada concepción se refiere a la concepción de
Jesucristo. La concepción de Jesús fue total y absolutamente inmaculada… pero este concepto no se refiere para
nada a Jesús. La inmaculada concepción es una doctrina de la Iglesia Católica Romana respecto a María, la madre
de Jesús. Una declaración oficial de esta doctrina dice: … la bendita Virgen María ha sido, desde el primer
instante de su concepción, por una singular gracia y privilegio del Todopoderoso Dios, en vista de los méritos de
Jesucristo el Salvador de la Humanidad, conservada libre de toda mancha del pecado original. Esencialmente la
inmaculada concepción es la creencia de que María fue protegida del pecado original, que María no tuvo una
naturaleza de pecado, y fue, de hecho, sin pecado.
El problema con esta doctrina de la inmaculada concepción es que no es enseñada en la Biblia. En ninguna parte
de la Biblia se describe a María como más que una mujer ordinaria, a quien Dios eligió para ser la madre del
Señor Jesucristo. María fue indudablemente una mujer piadosa (Lc.1:28). María seguramente fue una maravillosa
esposa y madre. Jesús definitivamente amaba y apreciaba a Su madre (Jn. 19:27). La Biblia no nos da razón para
creer que María era sin pecado. De hecho, la Biblia nos da todas las razones para creer que Jesucristo es la única
Persona a que no estuvo infectada por el pecado y que jamás cometió pecado (Ecl. 7:20; Ro. 3:23; 2 Co. 5:21; 1
P. 2:22; 1 Jn. 3:5).
La doctrina de la inmaculada concepción se originó de la confusión sobre el cómo Cristo pudo haber nacido sin
pecado si Él fue concebido dentro de una humana mujer pecadora. La idea era que Jesús habría heredado una
naturaleza pecaminosa de María si ella era una pecadora. En contraste a la inmaculada concepción, la solución
bíblica a este problema es entendiendo que Jesús mismo fue milagrosamente protegido de ser contaminado por el
pecado mientras Él estuvo dentro del vientre de María. Si Dios fue capaz de proteger a María del pecado, ¿No
podría ser capaz de proteger a Jesús del pecado? Por lo que, la naturaleza sin pecado de María resulta ser ni
necesaria, ni bíblica.
La iglesia Católica Romana argumenta que la inmaculada concepción es necesaria, porque sin ella, Jesús hubiera
sido el objeto de su propia gracia. La idea es como sigue: para que Jesús fuera milagrosamente preservado del
pecado, que en sí mismo hubiera sido un acto de gracia, significaría esencialmente que Dios se Auto-agració. La
palabra gracia significa un inmerecido favor. La gracia es concederle a alguien algo que él o ella no merecen. El
que Dios realizara el milagro de preservar a Jesús del pecado no es gracia. En ningún sentido era posible que
Jesús fuera infectado por el pecado. Él era perfecto y una naturaleza humana sin pecado se unió a una divinidad
sin pecado. Dios no puede ser infectado o afectado por el pecado, porque Él es perfectamente y totalmente santo.
Esta misma verdad se aplica a Jesús. No fue necesaria la gracia para proteger a Jesús del pecado. Siendo Dios
encarnado, Jesús era en su esencia inmune al pecado.
Así que, la doctrina de la inmaculada concepción no es ni bíblica ni necesaria. Jesús fue milagrosamente
concebido dentro de María, quien era una virgen en ese tiempo. Eso es el concepto bíblico del nacimiento
virginal. La Biblia ni siquiera sugiere que hubo algo significativo acerca de la concepción de María. Si
examinamos esto concepto lógicamente, la madre de María tuvo que haber sido concebida inmaculadamente
también. ¿Cómo podía María ser concebida sin pecado, si su madre fue pecadora? Lo mismo se habría tenido que
decir de la abuela de María, su bisabuela, su tatarabuela, etc., etc. Así que, en conclusión, la inmaculada
concepción no es una enseñanza bíblica. La Biblia enseña la milagrosa concepción virginal de Jesucristo, no la
inmaculada concepción de María.
74.- ¿Interpretación cristiana de los sueños? ¿Nuestros sueños son de Dios?
Respuesta: GotQuestions.org no es un servicio de interpretación cristiana de los sueños. Nosotros no
interpretamos sueños. Creemos firmemente que los sueños de una persona y el significado de esos sueños es algo
entre ellos y Dios solamente. ¿Aún habla Dios a través de los sueños? A través de las Escrituras vemos que Dios
ha hablado a la gente muchas veces mediante sueños. Como ejemplos tenemos a José el hijo de Jacob (Gé. 37:5-
10), José el esposo de María (Mt. 2:12-22), Salomón (1 R. 3:5-15), y muchos otros (Dn. 2:1; 7:1; Mt. 27:19).
Hay también una profecía del profeta Joel (Joel 2:28), citada por el apóstol Pedro en Hch. 2:17, que menciona a
Dios usando los sueños. Así que la simple respuesta es sí, Dios puede y habla a través de los sueños.
Sin embargo, hay una diferencia en cómo aplicamos esa verdad en la actualidad. Una cosa que debemos tener en
mente es que la Biblia está completa, habiendo cubierto todo lo que necesitamos saber de ahora hasta la
eternidad. Esto no quiere decir que Dios ya no hace milagros o aún habla a través de los sueños hoy en día. La
diferencia es que Dios ya ha revelado el camino que ÉL eligió para tratar con el hombre desde ahora hasta la
eternidad, – en la Biblia. Cualquier cosa que Dios dice, ya sea en un sueño, visión, “aún una pequeña voz”, etc.,
tendrá que estar en completo acuerdo con lo que Dios ya ha revelado en Su Palabra. Los sueños no pueden
ponerse en un lugar de autoridad sobre las Escrituras. Nuevamente, SI Dios fuera a hablarle a una persona en un
sueño, Su mensaje estaría en perfecto acuerdo con Su Palabra. De acuerdo a nuestra creencia en la inspiración,
autoridad y suficiencia de la Escritura, encontramos muy difícil que Dios hable regularmente a través de los
sueños en la actualidad. Al mismo tiempo, no podemos aceptar negativamente esta posibilidad basada en la
Escritura.
Si tienes un sueño y sientes que tal vez Dios te lo dio, examina con mucha devoción la Palabra de Dios y
asegúrate que tu sueño esté en total acuerdo con la Escritura. Si es así, devotamente considera lo que Dios quiere
que hagas en respuesta a tu sueño (Stg.1:5). En la Escritura, siempre que alguien experimenta un sueño de Dios,
Dios siempre aclara el significado del sueño, ya sea directamente a la persona, a través de un ángel, o a través de
un mensajero (Gé. 40:5-11; Dn. 2:45; 4:19). Cuando Dios nos habla, ÉL se asegura que Su mensaje sea
claramente entendido.
75.- ¿Por qué hay tantas diferentes interpretaciones cristianas?
Respuesta: La Escritura dice que solo hay “un Señor, una fe, un bautismo” (Ef. 4:5). Este pasaje enfatiza la
unidad que debe existir en el Cuerpo de Cristo, puesto que en nosotros mora “un Espíritu” (verso 4). En el verso
2-3, Pablo hace un llamado a la humildad, mansedumbre, paciencia y amor; todo lo cual es necesario para
preservar la unidad. De acuerdo a 1 Co. 2:10-13, el ES conoce la mente de Dios (verso 11), la cual Él revela
(verso 10) y enseña (verso 13) a aquellos en quienes Él mora. A esta actividad del ES se le llama iluminación.
En un mundo perfecto, cada creyente debería estudiar concienzudamente la Biblia (2 Ti. 2:15) en devota
dependencia a la iluminación del Espíritu Santo. Pero este no es un mundo perfecto. No todos los que poseen el
Espíritu Santo pueden realmente escuchar al Espíritu Santo. Hay cristianos que lo contristan (Ef. 4:30). Pregunta
a cualquier educador – aún el mejor maestro en el salón de clases, tiene su porción de estudiantes rebeldes que se
resisten a aprender, sin importar lo que haga el maestro. Así que, una de la razones por las que la gente tiene
diferentes interpretaciones de la Biblia, es simplemente porque algunos no escuchan al Maestro. Estas son
algunas otras razones por las que hay una amplia divergencia en las creencias entre aquellos que enseñan la
Biblia:
1. Incredulidad. El hecho es que muchos que aseguran ser cristianos, nunca han nacido de nuevo. Ellos usan la
etiqueta de “cristiano”, pero no ha ocurrido un cambio verdadero en su corazón. Muchos de los que pretenden
enseñar la Biblia, ni siquiera creen que la Biblia sea verdad. Ellos afirman hablar por Dios, sin embargo viven en
un estado de incredulidad. La mayoría de las interpretaciones falsas de la Escritura, proceden de tales fuentes.
Es imposible para un incrédulo interpretar la Escritura correctamente. “Pero el hombre natural no percibe las
cosas que son del Espíritu de Dios….y no las puede entender…” (1 Co. 2:14). Un hombre no salvo (alguien
que no tiene el ES) no puede entender la verdad de la Biblia. Él no tiene iluminación. Es más, aún el hecho de ser
un pastor o teólogo, no garantiza que sea salvo.
Un ejemplo del caos creado por la incredulidad, lo encontramos en Jn. 12:28-29. Jesús ora al Padre diciendo,
“Padre, glorifica Tu nombre.” El Padre responde con una voz audible desde el cielo, la cual escuchan todos los
que están cerca. Nótese, sin embargo, la diferencia de interpretaciones: “Y la multitud que estaba allí, y había
oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.” Todos escucharon la misma
cosa –una declaración inteligible desde el cielo— sin embargo, cada uno escuchó lo que quería oír.
2. Falta de instrucción. El apóstol Pedro advierte contra aquellos que “tuercen (malinterpretan)” las
Escrituras. Él tribuye sus falsas enseñanzas, en parte, al hecho de que ellos son “indoctos” (2 P. 3:16). A
Timoteo le es dicho “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero,….. que usa bien la
palabra de verdad.” (2 Ti. 2:15). No existen atajos para la interpretación correcta de la Biblia; forzosamente
tenemos que estudiarla.
3. Hermenéutica deficiente. Muchos errores han sido promulgados por el simple fracaso en aplicar una buena
hermenéutica (la ciencia de interpretar las Escrituras). El sacar un verso de su contexto inmediato puede
ocasionar un gran daño a la intención del verso. El ignorar el amplio contexto del capítulo y libro, o el fallar en
entender el contexto histórico/cultural, también conduce a problemas.
4. Ignorancia de toda la Palabra de Dios. Apolos era un predicador poderoso y elocuente, pero él solo conocía
del bautismo de Juan. Él no sabía de Jesús y Su provisión para la salvación, así que su mensaje era incompleto.
Por lo que Aquila y Priscila “le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios.” (Hch.
18:24-28). Después de eso, Apolos predicó a Jesucristo. Algunos grupos e individuos en la actualidad, tienen un
mensaje incompleto, porque ellos se concentran en ciertos pasajes, excluyendo a otros. Fallan en comparar la
Escritura con la Escritura.
5. Egoísmo y soberbia. Es triste decirlo, pero muchas interpretaciones de la Biblia, están basadas en las
inclinaciones personales y preferencias doctrinales. Algunas personas ven la oportunidad para un ascenso
personal, al promover una “nueva perspectiva” sobre la Escritura. Ver la descripción de los falsos maestros en la
epístola de Judas.
6. Falta de madurez. Cuando los cristianos no son lo maduros que deberían, su manejo de la Palabra de Dios es
afectado. “Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía.” (1 Co.
3:2-3). Un cristiano inmaduro, no está listo para la “carne” de la Palabra de Dios. Nótese que la prueba de la
carnalidad de los corintios, es la división en su iglesia (verso 4).
7. Indebido énfasis en la tradición. Algunas iglesias aseguran creer en la Biblia, pero su interpretación siempre
es filtrada a través de la tradición establecida en su iglesia. Donde la tradición y la enseñanza de la Biblia están en
conflicto, la tradición tiene la prioridad. Esto efectivamente niega la autoridad de la Palabra y garantiza la
supremacía del liderazgo de la iglesia.
En sus bases doctrinales, la Biblia es abundantemente clara. No hay ninguna ambigüedad acerca de la deidad de
Cristo, la realidad del cielo y el infierno, y la salvación por gracia a través de la fe. Sin embargo, en algunos
puntos menos importantes, la enseñanza de la Escritura es menos clara, y obviamente esto conduce a diferentes
interpretaciones. Por ejemplo, no tenemos un mandamiento bíblico directo sobre la frecuencia de la comunión o
la estructura del gobierno de la iglesia, o sobre el estilo de música que debe usarse. Honestamente, los cristianos
sinceros pueden tener diferentes interpretaciones de los pasajes concernientes a estos puntos periféricos.
Lo importante es ser dogmáticos donde la Escritura lo es, y evitar ver dogmáticos, donde la Escritura no lo es.
Las iglesias deberían esforzarse por seguir el modelo dejado por la iglesia primitiva en Jerusalén: “Y
perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en
las oraciones.” (Hch. 2:42). En la iglesia primitiva había unidad, porque ellos perseveraban en la doctrina de los
apóstoles. Habrá nuevamente unidad en la iglesia, cuando regresemos a la doctrina de los apóstoles y
renunciemos a las otras doctrinas, novedades, y estratagemas que se han infiltrado.
76.- ¿Cuál es el nivel apropiado de intimidad antes del matrimonio?
Respuesta: Ef. 5:3 nos dice Pero fornicación y toda inmundicia,…. ni aun se nombre entre vosotros, como
conviene a santos. Cualquier cosa que aún sugiera inmoralidad sexual, es inapropiada para un cristiano. La
Biblia no nos da una lista de lo que califica como una sugerencia o nos dice específicamente las actividades
físicas aprobadas para que una pareja pueda hacer antes del matrimonio. Sin embargo, solo porque la Biblia no
señala específicamente este punto – no significa que Dios apruebe la actividad sexual “pre-matrimonial”.
Esencialmente, la estimulación erótica tiene el propósito de prepararte para el sexo. Entonces, lógicamente,
este tipo de estimulación debe ser restringida únicamente a las parejas casadas. Cualquier cosa que pueda ser
considerada como “excitación erótica” debe ser evitada antes del matrimonio (no es necesario ser tan específicos
aquí).
Cualquiera y todas las actividades sexuales deben estar restringidas a las parejas casadas. ¿Qué puede hacer una
pareja que aún no está casada? Una pareja aún soltera debe evitar cualquier actividad que los provoque hacia el
sexo; que dé la apariencia de inmoralidad; o que pueda ser considerada como estimulación erótica. Yo,
personalmente, aconsejaría seriamente a una pareja que no vaya más allá de tomarse las manos, abrazarse y
besarse muy ligeramente antes del matrimonio. Para una pareja casada, entre más tengan para compartir
exclusivamente entre ellos, hará que su relación sexual en el matrimonio llegue a ser más especial y única.
77.- Ir al Cielo – ¿Cómo puedo garantizar mi destino eterno?
Respuesta: Acéptalo. El día en que cada uno de nosotros pasará a la eternidad puede llegar más pronto de lo que
pensamos. En preparación para ese momento, necesitamos saber esta verdad – no todos van al cielo. ¿Cómo
podemos saber con seguridad que somos uno de los que pasarán la eternidad en el cielo? Hace unos 2.000 años,
los apóstoles Pedro y Juan estuvieron predicando el evangelio de Jesucristo a una gran multitud en Jerusalén. Fue
entonces que Pedro hizo una declaración profunda que resuena aún en nuestro mundo post-moderno: “En ningún
otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en que podamos ser salvos”
(Hch. 4:12).
Tal como lo era en aquel entonces, hoy en día en un ambiente que dice que “todos los caminos conducen al
cielo”, esto no se trata de un mensaje políticamente correcto. Hay muchos que piensan que pueden tener el cielo
sin tener a Jesús. Quieren las buenas promesas de la gloria, pero no quieren tener en cuenta la cruz, y mucho
menos a Aquel que murió allí colgado por los pecados de todos los que creerían en él. Muchos no quieren aceptar
a Jesús como el único camino y están decididos encontrar otro camino. Pero Jesús mismo nos advierte que no
existe otro camino y las consecuencias de no aceptar esta verdad, son una eternidad en el infierno. Él nos ha
dicho claramente que El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él (Jn. 3:36).
Algunos dirán que Dios es extremadamente estrecho de miras al proveer un solo camino al cielo. Pero,
francamente, en vista del rechazo rebelde de Dios por parte de la humanidad, Su provisión de cualquier camino al
cielo es extremadamente amplia y generosa. Lo que merecemos es el juicio, y en su lugar, Dios nos da la manera
de escapar al enviar a su Hijo unigénito para morir por nuestros pecados. Si alguien considera que esto es
estrecho o amplio, es la verdad, y los cristianos necesitan mantener el mensaje claro e incorrupto que el único
camino al cielo es a través de Jesucristo.
Muchas personas han creído un evangelio diluido que acaba con el mensaje del arrepentimiento de sus pecados.
Ellos quieren creer en un Dios amoroso, que no juzga a nadie, que no requiere el arrepentimiento y ningún
cambio en su estilo de vida. Pueden decir cosas como: Creo en Jesucristo, pero mi Dios no es crítico. Mi Dios
nunca enviaría a una persona al infierno. Pero no podemos tener ambas cosas. Si profesamos ser cristianos,
debemos reconocer a Cristo por la persona que Él se dijo ser – el único camino al cielo. Negar eso es negar a
Jesús Mismo, porque fue Él quien declaró: Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino
por mí (Jn. 14:6).
La pregunta sigue siendo: ¿quién entrará en el reino de Dios? ¿Cómo puedo garantizar mi destino eterno? La
respuesta a estas preguntas se ve claramente en la distinción establecida entre los que tengan vida eterna y los que
no la tengan. “El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:12).
Aquellos que creen en Cristo, que han aceptado su sacrificio como pago por sus pecados, y que le siguen en
obediencia, pasarán la eternidad en el cielo. Los que lo rechazan no lo harán. El que en él cree no es condenado,
pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Jn
3:18).
Tan impresionante cómo será el cielo para los que eligen a Jesucristo como Salvador, el infierno será mucho más
terrible para los que lo rechazan. Nuestro mensaje a los perdidos sería entregado con más urgencia si
entendiéramos lo que la santidad y la justicia de Dios harán a aquellos que han rechazado la amplia provisión del
perdón en su Hijo, Jesucristo. Uno no puede leer la Biblia en serio, sin verla una y otra vez – la línea se traza. La
Biblia es muy clara que hay un solo camino al cielo – a través de Jesucristo. Él nos ha dado esta advertencia:
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y
pocos son los que la hallan (Mt. 7:13-14).
Hay un solo camino al cielo y los que siguen este camino son garantizados llegar allí. Pero no todos están
siguiendo ese camino. ¿Y tú?
78.- ¿Qué dice la Biblia acerca de la ira?
Respuesta: El manejo de la ira es un tópico importante. Un experimentado consejero establece que el 50% de la
gente que acude para consejería, tuvo problemas con el manejo de su ira. La ira puede hacer añicos la
comunicación, romper las relaciones, y arruinar tanto el gozo como la salud de muchos. Y con mucha frecuencia
la gente tiende a justificar su enojo, en vez de aceptar la responsabilidad por él. Hay un tipo de ira que la Biblia
llama “justa indignación,” pero ésta no debe ser confundida con la ira.
Antes que nada, la ira, no siempre, es pecado. Dios está airado (Sal. 7:11; Mr. 3:5), y a los creyentes se les
permite estar airados (Ef. 4:26). En el NT son usadas dos palabras griegas para la palabra “ira.” Una (orge)
significa “pasión, energía;” la otra (thumos) que significa “agitado, ebullición.” El diccionario Webster define la
ira como “emoción excesiva, pasión incitada por un sentido de daño o injusticia;” este daño puede ser hacia
nosotros o hacia alguien más. Bíblicamente, la ira es una energía dada por Dios con la intención de ayudarnos a
resolver problemas. Ejemplos de ira bíblica incluyen la confrontación de Pablo con Pedro, por su mal ejemplo en
Gá. 2:11-14. David, disgustado al escuchar al profeta Natán compartirle una injusticia (2 S. 12), y Jesús airado
por la manera en que algunos judíos habían corrompido la adoración en el templo de Dios en Jerusalén (Jn. 2:13-
18). Nótese que ninguno de estos ejemplos de ira involucraron la auto-defensa, sino la defensa de otros, o de un
principio.
Pero la ira se vuelve pecado cuando es motivada por el egoísmo (Stg. 1:20), cuando el objetivo de Dios es
distorsionado (1 Co. 10:31), o cuando se deja que la ira persista (Ef. 4:26-27). En vez de utilizar la energía
generada por la ira para atacar el problema en sí, es la persona quien es atacada en su lugar. Ef, 4:15, 29 dice que
debemos hablar la verdad en amor y usar nuestras palabras para edificar a otros, y que no permitir que salgan de
nuestra boca palabras corrompidas o destructivas. Desafortunadamente, esta venenosa manera de hablar es una
característica común del hombre caído (Ro. 3:13-14). La ira se vuelve pecado cuando se le permite desbordarse
sin restricción, dando como resultado un escenario en el que todos a su alrededor resultan lastimados (Pro.
29:11), dejando devastación a su camino, usualmente con consecuencias irreparables. La ira también se vuelve
pecado cuando el airado rehúsa ser tranquilizado, guarda rencor, o lo guarda todo en su interior (Ef. 4:26-27).
Esto puede causar depresión e irritabilidad ante cualquier cosita, con frecuencia con cosas sin relación alguna con
el problema subyacente.
Podemos manejar la ira bíblicamente mediante:
1) Reconocer y admitir nuestra ira egoísta y el erróneo manejo del enojo como un pecado (Pro. 28:13; 1 Jn.
1:9). Esta confesión debe ser hecha tanto a Dios como ante aquellos a quienes hemos herido con nuestra ira.
Tampoco debemos minimizar ese pecado llamándolo “me alteré un poco el otro día” o transfiriendo la culpa:
“bueno, si no hubieras actuado como lo hiciste…”
2) Viendo a Dios en la prueba. Eso es especialmente importante cuando la gente ha hecho algo específicamente
para ofendernos. Stg. 1:2-4; Ro. 8:28-29; y Gé. 50:20 apuntando todo al hecho de que Dios es soberano y tiene
completo control sobre cualquier circunstancia y persona que entra en nuestro camino. Nada nos sucede que Él
no lo cause o lo permita. Y como todos estos versos lo dicen, Dios es un Dios bueno (Sal. 145:8, 9,17) que hace
y permite todas las cosas en nuestras vidas para nuestro bien y el bien de otros. Si reflexionamos sobre esta
verdad hasta que se mueva de nuestra mente a nuestro corazón, alterará nuestra reacción hacia aquellos que nos
hieren profundamente.
3) Dejando lugar para la ira de Dios. Esto es especialmente importante en casos de injusticia, especialmente
cuando es hecho por hombres “malvados” hacia gente “inocente.” Génesis 50:19 y Romanos 12:19 nos dicen
ambos que no juguemos a ser Dios. Dios es recto y justo, y podemos confiar en Él, quien conoce todo y lo ve
todo para actuar con justicia (Gé. 18:25).
4) No regresando mal por bien (Gé. 50:21; Ro. 12:21). Esta es la clave para convertir nuestra ira en amor.
Todas nuestras acciones fluyen de nuestro corazón, así que también nuestros corazones pueden ser alterados por
nuestras acciones (Mt. 5:43-48). Así que, podemos cambiar nuestros sentimientos hacia otros, cambiando la
manera en que decidimos actuar hacia esa persona.
5) Comunicándonos para resolver el problema. Hay cuatro reglas básicas de comunicación que se nos
comparten en Ef. 4:15, 25-32. a) Ser honestos y hablar (Ef. 4:15,25). La gente no puede leer nuestra mente, sino
hablar la verdad EN AMOR. b) Ser oportunos (Ef. 4:26-27). No debemos permitir que lo que nos está
molestando, crezca hasta perder el control. Es importante manejar y compartir lo que nos molesta antes que
llegue hasta ese punto. c) Atacar el problema, no a la persona (Ef. 4:29, 31). Junto con esto, debemos recordar la
importancia de mantener bajo el volumen de nuestra voz (Pro. 15:1). Gritar es usualmente percibido como una
forma de ataque. d) Actuar, no reaccionar (Ef. 4:31-32). A causa de nuestra naturaleza caída, generalmente
nuestro primer impulso es uno pecaminoso (verso 31). El tiempo utilizado para “contar hasta diez” debe ser
usado para reflexionar sobre la manera amable de responder (verso 32) y recordarnos a nosotros mismos, cómo la
ira debe ser usada para resolver problemas y no para crear unos mayores. 6) Por último, debemos actuar para
resolver nuestra parte del problema (Hch. 23:5). No podemos controlar la manera en que los demás actúen o
respondan, pero sí podemos hacer los cambios necesarios para hacerlo por nuestra parte. Conquistar nuestro
temperamento no es algo que suceda de la noche a la mañana. Pero a través de la oración pidiendo ayuda, el
estudio de la Biblia, y la confianza en el ES de Dios, puede ser conquistado. Así como hemos permitido que la ira
se haya atrincherado en nuestras vidas por la práctica habitual, también debemos practicar responder
correctamente hasta que se convierta en un hábito que reemplace a las viejas actitudes. Estos son algunos
Proverbios que tratan con el tema de la ira:
6:34. Porque los celos son el furor del hombre, y no perdonará en el día de la venganza.
14:17. El que fácilmente se enoja hará locuras; y el hombre perverso será aborrecido.
14:29. El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu enaltece la
necedad.
15:1. La blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor.
15:18. El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.
16:32. Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma
una ciudad.
19:11. La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.
19:19. El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males.
22:24-25. No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas
sus maneras, y tomes lazo para tu alma.
27:4. Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?
29:8. Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas; más los sabios apartan la ira.
29:22. El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca.
79.- ¿Qué es el Islam y en que creen los musulmanes?
Respuesta: Examinemos brevemente la historia del Islam y las creencias de los musulmanes.
La historia del Islam:
La religión del Islam comenzó a principios del siglo VII con un hombre llamado Mohamed. Él aseguró haber
sido visitado por el ángel Gabriel. Durante estas visitas angélicas, las cuales continuaron por cerca de 23 años
hasta la muerte de Mahoma, el ángel supuestamente le reveló a Mohamed las palabras de Dios (llamado “Alá” en
árabe y por los musulmanes). Estas revelaciones dictadas comprenden el Corán, el libro sagrado del Islam.
Las creencias musulmanas:
Los musulmanes, seguidores del Islam, creen que el Corán es la preexistente y perfecta palabra de Alá. Es más,
muchos musulmanes rechazan cualquier versión en inglés o en cualquier otro lenguaje del Corán. Estas son
traducciones del significado del Corán, el cual solo existe en árabe
Aunque el Corán es el principal libro sagrado, el sunna es considerada la segunda fuente de instrucción religiosa.
El sunna fue escrito por los compañeros de Mahoma acerca de lo que él dijo, hizo o aprobó.
Las creencias fundamentales del Islam son, que Alá es el único Dios y que Mohamed fue el profeta de Alá. Por la
simple declaración de estas creencias, una persona puede convertirse al Islam. La palabra musulmán significa uno
que se somete a Alá. El Islam pretende ser la única religión verdadera, de la cual se han derivado a sí mismas
todas las otras religiones, o han sido creadas como una parodia del Islam (incluyendo el Judaísmo y el
Cristianismo)
Los musulmanes basan sus vidas sobre Cinco Pilares: 1. El testimonio de fe: No hay un dios verdadero sino solo
Dios (Alá), y Mahoma es el Mensajero (Profeta) de Dios. 2. La oración: debe realizarse cinco veces al día. 3. La
limosna: se debe dar al necesitado, puesto que todo viene de Alá. 4. El ayuno: además de festividades
ocasionales, todos los musulmanes deben ayunar durante la celebración del Ramadán (el noveno mes del
calendario islámico) 5. La Hajj: la peregrinación a la Mezquita de la Meca, debe ser realizada al menos una vez
(en el doceavo mes del calendario islámico).
Estos cinco principios, que son la estructura de obediencia para los musulmanes, son tomados muy seria y
literalmente. La entrada de un musulmán al paraíso, se basa en la obediencia de estos Cinco Pilares.
El Islam comparado con el Cristianismo: En relación con el Cristianismo, el Islam tiene muchas similitudes, pero
diferencias significativas. Como el cristianismo, el Islam es monoteísta, pero rechaza el concepto de la Trinidad.
El Islam acepta ciertas porciones de la Biblia, tales como la Ley y los Evangelios, pero rechaza la mayor parte de
ella, calificándola como difamadora y no inspirada.
El Islam asegura que Jesús fue solo un profeta – no el Hijo de Dios (los musulmanes creen que solo Alá es Dios,
y ¿cómo podría Él tener un Hijo?) En vez de ello, el Islam afirma que Jesús, aunque nacido de una virgen, fue
creado igual que Adán – del polvo de la tierra. Los musulmanes creen que Jesús no murió en la cruz. Aunque
negado por el Islam, la Trinidad y la redención de Cristo en la cruz son fundamentales para el Cristianismo.
El Islam enseña que el Corán es la autoridad última y la final revelación de Alá. Sin embargo, la Biblia fue
completada en el primer siglo con el Libro de Apocalipsis. El Señor advierte contra cualquiera que le añada a Su
Palabra terminada (Ap. 22:18). El Corán como una supuesta adición a la Palabra de Dios, claramente desobedece
el mandamiento de Dios.
Finalmente, el Islam enseña que el paraíso se obtiene a través de buenas obras y la obediencia al Corán. La
Biblia, en contraste, revela que el hombre no puede lograr la medida para llegar a un Dios Santo. Solo por Su
misericordia y amor, los pecadores pueden ser salvados a través de la fe en Cristo (Ef. 2:8-9).
La Verdad: Por lo tanto, el Islam y el Cristianismo no pueden ser ambos la verdad. Uno es la Palabra de Dios y el
otro no lo es. La verdad tiene consecuencias eternas.
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas
han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que no confiesa que Jesucristo
ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene,
y que ahora ya está en el mundo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el
que está en vosotros, que el que está en el mundo. (1 Jn 4:1-4).
80.- ¿Fue Jesús casado?
Respuesta: No, Jesucristo no se casó. Un reciente libro popular, El Código Da Vinci, nos dice que Cristo se casó
con María Magdalena. Este mito mentira es absolutamente falso y carece de bases teológicas, históricas o
bíblicas. A pesar de que un par de “Evangelios gnósticos” mencionan que Jesús tuvo una estrecha relación con
María Magdalena, ninguno de ellos asegura específicamente que Jesús estuvo casado con María Magdalena, o
que estuvo involucrado románticamente con ella. Lo más cercano a esto es el decir que Jesús besó a María
Magdalena, lo que fácilmente puede ser solo una referencia a un “beso amistoso”. Además, aun cuando los
evangelios Gnósticos hubieran mencionado directamente que Jesús se casó con María Magdalena, eso no tendría
autoridad alguna, porque ha sido comprobado que todos los evangelios Gnósticos, son inventos fraguados para
crear una visión gnóstica de Jesús.
Si Jesús se hubiera casado, la Biblia lo habría mencionado – o habría alguna declaración ambigua de ese hecho.
La Escritura no hubiera ignorado por completo un hecho tan importante. La Biblia menciona a la madre de Jesús,
a Su padre adoptivo, hermanos y hermanas. ¿Por qué iba a descuidar al menos mencionar el hecho de que Jesús
tuvo una esposa? Aquellos que creen y enseñan que Jesús estuvo casado, lo hacen en un intento por humanizarlo
y hacerlo más ordinario – como cualquier otra persona. La gente simplemente no quiere creer que Jesús era Dios
encarnado (Jn 1:1, 14; 10:30). Así que, ellos inventan y creen mitos acerca de que Jesús estuvo casado, tuvo
hijos y fue un ser humano ordinario.
81. ¿Qué significa que Jesús es el Cordero de Dios?
Respuesta: Cuando Jesús es llamado el Cordero de Dios en Jn 1:29 y Jn 1:36, es en referencia a que Él es el
perfecto y último sacrificio por el pecado. Para poder entender quién es Cristo y lo que Él hizo, debemos
comenzar con el AT, el cual contiene profecías concernientes a la venida de Cristo como una ofrenda por el
pecado (Is. 53:10). De hecho, todo el sistema sacrificial establecido por Dios en el AT sirvió de base para la
venida de Jesucristo, quien es el perfecto sacrificio que Dios proveería como expiación por los pecados de Su
pueblo (Ro. 8:3; He. 10).
El sacrificio de corderos jugaba un papel muy importante en la vida religiosa judía y su sistema sacrificial.
Cuando Juan el Bautista se refirió a Jesús como El Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. (Jn 1:29),
los judíos que lo oyeron pudieron haber pensado inmediatamente en cualquiera de los muchos sacrificios
importantes. Habiendo celebrado hasta entonces la fiesta de la Pascua cada año, el primer pensamiento pudo
haber sido el sacrificio del Cordero de la Pascua. La fiesta de la Pascua era una de las principales fiestas judías y
una celebración en recuerdo de cuando Dios liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto. De hecho, el matar
al Cordero de la Pascua y aplicar su sangre en los postes de las puertas de las casas, para lograr que el ángel de la
muerte pasara de largo ante aquella gente cubierta por la sangre (Éx. 12:11-13) es un hermoso cuadro de la
obra expiatoria de Cristo en la cruz.
Otro importante sacrificio que incluía corderos eran los sacrificios diarios en el Templo de Jerusalén. Cada
mañana y tarde en el Templo, era sacrificado un cordero, por los pecados del pueblo (Éx. 29:38-42) Estos
diarios sacrificios, como todos los demás, eran simplemente para señalar a la gente el futuro y perfecto sacrificio
de Cristo en la cruz. A propósito, la hora de la muerte de Jesús en la cruz, corresponde a la misma hora cuando se
llevaba a cabo el sacrificio de la tarde en el Templo. Los judíos de ese tiempo, también estarían familiarizados
con los profetas Jeremías e Isaías del AT, cuyas profecías anticipaban la venida de Aquel que sería traído...
Como cordero inocente que llevan a degollar... (Jer. 11:19; Is. 53:7) y cuyos sufrimientos y sacrificio
proveería la redención para Israel. Desde luego, esa Persona que fue anunciada por los profetas del Antiguo
Testamento no era otro que Jesucristo, el Cordero de Dios.
Mientras que la idea de un sistema sacrificial puede parecernos extraña en nuestros días, el concepto del pago o
restitución es uno que podemos entender fácilmente. Sabemos que la paga por el pecado es la muerte (Ro.
6:23) y que nuestro pecado nos separa de Dios. También sabemos que la Biblia enseña que todos somos
pecadores, que ninguno de nosotros es justo delante de Dios (Ro. 3:23). A causa de nuestro pecado, estamos
separados de Dios, y somos culpables ante Él; sin embargo, la única esperanza que podríamos tener es que Él nos
proveyera un medio para reconciliarnos con Él, y por esa razón Él envió a Su Hijo Jesucristo a morir en la cruz.
Cristo murió para hacer expiación por el pecado y pagar el castigo por los pecados de todos los que creemos en
Él.
Es a través de Su muerte en la cruz, como el perfecto sacrificio de Dios por el pecado y Su resurrección tres días
después, que ahora podemos tener vida eterna si creemos en Él. El hecho de que Dios mismo hubiera provisto la
ofrenda para la expiación o pago por nuestro pecado, es parte de las gloriosas buenas nuevas del Evangelio, como
lo está tan claramente expuesto en 1 P. 1:18-21. Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de
vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la
fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor a vosotros, y mediante el cual
creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en
Dios.
Una pregunta secundaria podría ser ¿Podría Jesucristo haber estado casado? No hay nada pecaminoso en el
casarse. No hay nada pecaminoso en tener relaciones sexuales en el matrimonio. Así que, si, Jesús pudo haberse
casado y aún ser el Cordero de Dios sin mancha, el Salvador del mundo. Al mismo tiempo, bíblicamente no hay
razón para que Cristo se hubiera casado. Ese no es el punto en este debate. Aquellos que creen que Jesús estuvo
casado, no creen que Él fue sin pecado, o que Él era el Mesías. El casarse y tener hijos no fue la razón por la que
Dios envió a Jesús. Mr. 10:45 nos dice porque vino Jesús: Porque el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos.
82.- ¿Por qué Dios envió a Jesús cuando Él lo hizo? ¿Por qué no antes? ¿Por qué no después?
Respuesta: Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido
bajo la ley. (Gá 4:4) Éste verso declara que Dios el Padre envió a Su Hijo cuando el tiempo fue cumplido.
Había muchas cosas ocurriendo al mismo tiempo en el primer siglo que, al menos desde el razonamiento
humano, parecía ser el ideal para que Cristo viniera. Esto incluye lo siguiente: 1) Había gran expectación entre
los judíos de ese tiempo por la llegada del Mesías. Los romanos gobernaban sobre Israel, haciendo que los judíos
estuvieran ansiosos por la aparición del Mesías. 2) Roma había unificado gran parte del mundo bajo su gobierno,
dando la sensación de unidad a las muchas tierras conquistadas. Además, como el imperio se encontraba
relativamente pacífico, hizo posible que los primeros cristianos pudieran viajar para esparcir el Evangelio, cosa
que hubiera sido imposible durante otros tiempos. 3) Mientras que Roma había conquistado militarmente, Grecia
lo había hecho culturalmente. Una forma común del idioma griego (diferente al griego clásico) era el lenguaje
comercial, que era hablado a través de todo el imperio, haciendo posible la comunicación del Evangelio a muchos
diferentes grupos de gente, mediante un lenguaje común. 4) El hecho de que los ídolos de mucha gente habían
“fallado” al negarles la victoria sobre los conquistadores romanos, causó que muchos abandonaran su adoración.
Al mismo tiempo en las ciudades más cultas, la filosofía y la ciencia griega de ese tiempo, dejó a otros
espiritualmente vacíos de la misma manera que en la actualidad, el ateísmo y los gobiernos comunistas han
dejado un vacío espiritual en las personas. 5) Las religiones misteriosas de ese tiempo, enfatizaban un dios-
salvador y requerían que sus adoradores le ofrecieran sacrificios sangrientos; por lo que hacía que el Evangelio de
Cristo, que implicaba un último sacrificio, no fuera algo increíble para ellos. También los griegos creían en la
inmortalidad del alma (pero no del cuerpo). 6) El ejército romano reclutaba soldados de entre las provincias,
exponiendo a estos hombres a la cultura romana y a las ideas (tales como el Evangelio) que de otra manera, no
habrían alcanzado a aquellas lejanas provincias. La primera introducción del Evangelio en Gran Bretaña, fue
resultado del esfuerzo de soldados cristianos estacionados ahí.
Tengamos presente que las declaraciones anteriores están basadas en el punto de vista del hombre sobre aquel
tiempo, y en la especulación del por qué ese particular punto en la historia era un buen momento para que Cristo
viniera. Pero comprendemos que los caminos de Dios son más altos que nuestros caminos, y que estas pudieron o
no haber sido algunas razones por las que Él eligió ese tiempo en particular para enviar a Su Hijo. Desde el
contexto de Gálatas 3 y 4, es evidente que Dios buscó colocar una base a través de la ley judía para preparar la
venida del Mesías. La ley fue hecha para ayudar a la gente a entender la profundidad de su pecaminosidad
(siendo incapaces de guardarla), así ellos podrían aceptar más prontamente la cura para el pecado, en Jesús el
Mesías (Gá. 3:22-23; Ro. 3:19-20). La ley también sirvió como un tutor (Gá. 3:24) para llevar a la gente a Jesús
como su Mesías. Esto lo hizo mediante sus muchas profecías concernientes al Mesías, las cuales fueron
cumplidas en Jesús. Además de esto, estaba el sistema sacrificial, que señalaba la necesidad de un sacrificio por
los pecados, así como su propia naturaleza temporal (haciendo que cada sacrificio requiriera siempre la adición
de otros posteriores). La historia del AT también esbozó retratos de la persona y la obra de Cristo a través de
muchos eventos y fiestas religiosas (tales como la disposición de Abraham de ofrecer a Isaac, o los detalles de la
Pascua durante el éxodo de Egipto, etc.)
Por último, Cristo vino cuando lo hizo, en cumplimiento de la profecía específica. Dn. 9:24-27 habla de setenta
semanas o setenta septenios. En este contexto, estas semanas o septenios se refieren a grupos de siete años (no
siete días). Cuando uno examina la historia y alinea los detalles de las primeras sesenta y nueve semanas (la
semana setenta tendrá lugar en un tiempo futuro). La cuenta regresiva de las setenta semanas comienza con la
salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén... (Verso 25). Esta orden fue dada por Artajerjes
Longímano en el 445 a.C. (ver Neh. 2:5). Después de 7 (septenios) más 62 (septenios) o 69 x 7 años, dice que Y
después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe
que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario… y que...su fin será con inundación.. (Significando una
mayor destrucción) (Verso 26) Aquí tenemos una inequívoca referencia a la muerte del Salvador en la cruz. Hace
un siglo en su libro El Príncipe venidero, Sir Robert Anderson dio cálculos detallados de la sesenta y nueve
semanas, utilizando los años proféticos y considerando los años bisiestos, los errores en el calendario, el cambio
de a.C. a d.C., etc., y ubicó el final de las sesenta y nueve semanas en el mismo día de la entrada triunfal de Jesús
en Jerusalén, cinco días antes de Su muerte. Ya sea que uno use esta guía o no, el punto es que el tiempo de la
encarnación de Cristo se enlaza con esta detallada profecía escrita por Daniel con cerca de quinientos años de
anticipación.
La oportunidad para el tiempo de la encarnación de Cristo era tal, que la gente de ese tiempo estaba preparada
para Su llegada y desde entonces la gente de cada siglo tiene más que suficiente evidencia de que Jesús fue
realmente el Mesías prometido, habiendo dado cumplimiento a las Escrituras que pintaron y profetizaron
detalladamente Su llegada.
82.- ¿Qué significa que Jesús cumplió la ley, pero no la abolió?
Respuesta: En la narrativa de Mateo donde se encuentra lo que comúnmente conocemos como El Sermón del
Monte, se registran estas palabras de Jesús: No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni
una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. (Mt. 5:17-18).
Con frecuencia es discutido que si Jesús no abrogó la ley, entonces aún debe ser obligatoria. De acuerdo a ello,
sus componentes tales como guardar el Sabbath aún deben estar vigentes, tal vez junto con otros muchos
elementos de la Ley de Moisés. Esta suposición está basada en un malentendido de las palabras y la intención de
este pasaje. Cristo no estaba sugiriendo aquí que la naturaleza obligatoria de la ley de Moisés permanecería
vigente para siempre. Tal visión sería contraria a todo lo que aprendemos de la armonía del NT registrado en Ro.
10:4; Gá. 3:23-25 y Ef. 2:15. Consideremos los siguientes puntos: La palabra traducida como abrogar o abolir
tiene un especial significado en este estudio. Es traducción del término griego kataluo, que literalmente significa
derribar. La palabra se encuentra 17 veces en el NT. Es usada cuando se habla por ejemplo de la destrucción del
templo judío por los romanos (Mt. 26:61; 27:40; Hch. 6:14), y de la desintegración del cuerpo humano cuando
muere (2 Co. 5:1). El término puede llevar el extenso significado de derrocar ej. Inutilizar, privar del éxito. En
el griego clásico, se usaba en relación con las instituciones, leyes, etc., para transmitir la idea de invalidar.
Es especialmente importante notar cómo es usada esta palabra en Mt. 5:17. En este contexto, abrogar es usado
como lo opuesto a cumplir. Cristo vino…. no para abrogar, sino para cumplir. El significado es este: Jesús no
vino a este mundo con el propósito de actuar como un oponente de la ley. Su objetivo no era evitar su
cumplimiento. Más bien, Él la respetaba, la amaba, la obedecía, y llevó a cabo su cumplimiento. Él cumplió las
leyes proféticas pronunciadas con respecto a Él mismo (Lc. 24:44). Cristo cumplió con las demandas de la ley
mosaica la cual ordena una obediencia perfecta, si no, se aplica una maldición (ver Gá. 3:10, 13). En este
sentido, el divino diseño de la ley siempre tendrá un efecto duradero. Siempre realizará el propósito para lo cual
fue otorgada.
Sin embargo, si la ley de Moisés tuviera la misma relación con el hombre en la actualidad, en términos de su
condición permanente, como la tenía antes de que Cristo viniera, entonces no fue cumplida y Jesús fracasó en lo
que vino a cumplir. Por otra parte, si el Señor cumplió con lo que vino a realizar, entonces la ley ya fue
cumplida, y ya no es hoy una institución legal permanente. Más aún, si la ley de Moisés no fue cumplida por
Cristo, y por lo tanto permanece como la imposición de un sistema legal para el presente, entonces no es
obligatoria solo parcialmente. Más bien, es un sistema totalmente obligatorio. Jesús dijo claramente que ni una
tilde (representativa de las marcas más pequeñas de la escritura hebrea) pasaría hasta que todo fuera cumplido.
Consecuentemente, nada de la ley estaba destinada a fracasar hasta que hubiera cumplido totalmente su
propósito. Jesús cumplió la ley. Jesús cumplió toda la ley. No podemos decir que Jesús cumplió con el sistema de
sacrificios, pero que no cumplió con los otros aspectos de la ley. O Jesús cumplió con toda la ley, o no lo hizo. Lo
que significó la muerte de Jesús para el sistema del sacrificio, también lo fue para los otros aspectos de la ley.
83.- ¿Es Jesús el único camino al Cielo?
Respuesta: Básicamente soy una buena persona, tanto que iré al cielo. Bueno, hago algunas cosas malas,
pero hago más cosas buenas, así que iré al cielo. Dios no va a enviarme al infierno solamente porque no
vivo pegado a la Biblia. ¡Los tiempos han cambiado! Solamente la gente verdaderamente mala, como los
que abusan sexualmente de niños, y los asesinos van al infierno.
Todos estos son conceptos comunes entre la mayoría de la gente, pero la verdad es que todos estos son mentiras.
Satanás, el gobernador del mundo, fabrica estos pensamientos en nuestras cabezas. Él, y cualquiera que
sigue sus caminos, es un enemigo de Dios (1 P. 5:8). Satanás siempre se disfraza de bueno (2 Co. 11:14), pero
él tiene control sobre todas las mentes que no pertenecen a Dios. Satanás, el dios de este siglo cegó el
entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el
cual es la imagen de Dios (2 Co. 4:4).
Es una mentira creer que Dios no tiene cuidado de los pecados pequeños, y que el infierno está reservado sólo
para la “gente mala.” Todo pecado nos aparta de Dios, aún una “pequeña mentirita blanquita . Todos hemos
pecado, y ninguno es lo suficientemente bueno como para ir al cielo por sí mismo (Ro. 3:23). Entrar al cielo
no se basa en que lo bueno pesa sobre lo malo; todos vamos a perder si ese es el caso. Y si son salvos por el
favor de Dios, entonces no es por sus buenas obras. En ese caso, el maravilloso favor de Dios no sería lo
que es en realidad – gratuito e inmerecido (Ro. 11:6). No podemos hacer nada bueno para ganar nuestro
camino al cielo (Tito 3:5).
Entrad al reino de Dios por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva
a la perdición, y muchos son los que entran por ella (Mt. 7:13). Aún si cada uno vive una vida de pecado, y
confiar en Dios no es popular, Dios no va a disculparlo. “Solía vivir justamente como el resto del mundo, lleno
de pecado, obedeciendo a Satanás, el príncipe de la potestad del aire. Él es el espíritu que ahora obra en los
corazones de aquellos que rehúsan obedecer a Dios” (Ef. 2:2).
Cuando Dios creó el mundo, era perfecto. Todo era bueno. Entonces creó a Adán y Eva, y les dio libre albedrío,
de manera que pudieran escoger seguir y obedecer a Dios o no. Pero Adán y Eva, los primeros seres que Dios
creó, fueron tentados por Satanás para desobedecer a Dios, y pecaron. Esto los separó (y a todo el que vino
después de ellos, incluyéndonos a nosotros) de estar en capacidad de tener una relación cercana con Dios. Él es
perfecto y no puede estar entre el pecado. Como pecadores, no podríamos hacerlo por nosotros mismos. De
manera que, Dios hizo un camino para que pudiéramos estar unidos con El en el cielo. Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más
tenga vida eterna (Jn 3:16). Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro (Ro. 6:23). Jesús nació para enseñarnos el camino, para morir por nuestros pecados,
y de esta manera poder ser liberados. Tres días después de Su muerte, se levantó de la tumba (Ro. 4:25),
probando Su victoria sobre la muerte. El llenó el vacío entre Dios y el hombre, a fin de que podamos tener una
relación personal con El sí solamente creemos.
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado
(Juan 17:3). La mayoría de la gente cree en Dios, aún Satanás cree. Pero para recibir la salvación, debemos
volvernos a Dios, formar una relación personal, apartarnos de nuestros pecados y seguirle. Debemos confiar en
Jesús con todo lo que tenemos y todo lo que hacemos. Se ha manifestado la justicia de Dios por medio de la fe
en Jesucristo, para que quite nuestros pecados. Y todos podemos ser salvos de esta manera, sin importar
quienes somos o qué hayamos hecho (Ro. 3:22). La Biblia enseña que no hay otro camino para la salvación
sino a través de Cristo. En Jn 14:6 Jesús dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí.
Jesús es el único camino de salvación porque es el único que puede pagar nuestra penalidad por el pecado (Ro.
6:23). Ninguna otra religión enseña la gravedad o seriedad del pecado y sus consecuencias. Ninguna otra religión
ofrece el pago infinito del pecado que solamente Jesucristo puede proveer. Ningún otro “fundador religioso” fue
Dios que se hizo hombre (Jn 1:1,14) – la única manera en que una deuda infinita pudo ser pagada. Jesús tenía
que ser Dios, a fin de que pudiera pagar nuestra deuda. Jesús tenía que ser hombre para que pudiera morir. ¡La
salvación está disponible solamente a través de la fe en Jesucristo! Y en ningún otro hay salvación; porque no
hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hch. 4:12).
84.- ¿Qué significa que Jesús es el Hijo de Dios?
Respuesta: Jesús no es el Hijo de Dios en el mismo sentido que percibimos a un padre y su hijo. Dios no se casó
y tuvo un hijo. Jesús es el Hijo de Dios en el sentido de que ÉL es Dios manifestado en forma humana (Jn
1:1, 14) Jesús es el Hijo de Dios en cuanto fue concebido por el ES. Lc. 1:35 declara, “Respondiendo el
ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con Su sombra; por lo
cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. En tiempos bíblicos, la frase hijo de
hombre se usaba para describir a un ser humano. El hijo de un hombre es solo un hombre.
Durante Su juicio ante los líderes judíos, el sumo sacerdote le ordenó a Jesús: Te conjuro por el Dios viviente,
que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. (Mt. 26:63). Jesús respondió: Tú lo has dicho; y además
os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las
nubes del cielo. (Mt. 26:64). Los líderes judíos respondieron acusando a Jesús de blasfemia (Mt. 26:65-66).
Más tarde, ante Poncio Pilato: Los judíos le respondieron; Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley
debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios. (Jn 19:7). ¿Por qué el declarar ser el Hijo de Dios se
consideraría como una blasfemia merecedora de la pena de muerte? Los líderes judíos entendieron exactamente
lo que Jesús quiso decir con la frase Hijo de Dios. El ser el Hijo de Dios significa ser de la misma naturaleza de
Dios. El Hijo de Dios es parte de Dios, el clamar ser de la misma naturaleza de Dios, de hecho era ser Dios
mismo siendo una blasfemia para los líderes judíos; por lo que ellos demandaron la muerte de Jesús. He. 1:2-3
expresa esto con mucha claridad: en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria y la
imagen misma de su sustancia….”
Otro ejemplo pude verse en Jn 17:12 donde Judas es descrito como el hijo de perdición. Jn 6:71 nos dice que
Judas ere hijo de Simón. ¿Qué significa en Jn 17:12 que se describe a Judas como el hijo de perdición? La
palabra perdición significa destrucción, ruina, desperdicio Judas no era literalmente el hijo de una ruina,
destrucción o desperdicio, pero esas cosas eran las que identificaban la vida de Judas. Judas era una
manifestación de la perdición. En el mismo sentido Jesús es el Hijo de Dios. El Hijo de Dios es Dios. Jesús es
Dios manifestado en carne (Jn 1:1,14).
85.- ¿Qué significa que Jesús es el Hijo del Hombre?
Respuesta: Jesús es llamado el Hijo del Hombre 88 veces en el NT. ¿Qué significa esto? ¿Qué no dice la Biblia
que Jesús era el Hijo de Dios? ¿Cómo puede ser Jesús también el Hijo del Hombre? El primer significado de la
frase El Hijo del Hombre, es en referencia a la profecía de Dn. 7:13-14: Miraba yo en la visión de la noche, y
he aquí con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le
hicieron acercarse delante de Él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos,
naciones y lenguas le sirvieran; Su dominio es dominio eterno, que nunca pasará y Su reino uno que no
será destruido. La descripción Hijo de Hombre era un título Mesiánico. Jesús es Aquel a quien le fue dado el
dominio, la gloria y el reino. Cuando Jesús usaba esta frase en relación a Sí mismo, Él se estaba adjudicando la
profecía del Hijo del Hombre a Él mismo. Los judíos de esa época, debieron haber estado íntimamente
familiarizados con la frase y a quién se hacía referencia. Él estaba proclamándose como el Mesías.
Un segundo significado de la frase el Hijo del Hombre es porque verdaderamente Jesús era un ser humano. Dios
llamó al profeta Ezequiel hijo de hombre 93 veces. Dios simplemente estaba llamando a Ezequiel un ser
humano. Un hijo de un hombre, es un hombre. Jesús era totalmente Dios (Jn 1:1), pero también era un ser
humano (Jn. 1:14). 1 Jn 4:2 nos dice: En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, es de Dios. Si, Jesús es el Hijo de Dios, Él era en esencia Dios. Si, Jesús también
era el Hijo del Hombre, Él era en esencia un ser humano. En resumen, la frase el Hijo del Hombre indica que
Jesús es el Mesías, y que Él es verdaderamente un ser humano.
86.- ¿Jesús fue al Infierno entre Su muerte y resurrección?
Respuesta: ¿Fue el alma de Jesús al Infierno durante el tiempo intermedio entre Su muerte y resurrección? Hay
una gran confusión respecto a esta pregunta. Este concepto viene primeramente del Credo de los Apóstoles, el
cual declara: Él descendió a los Infiernos. Hay también algunas Escrituras en las que, dependiendo como estén
traducidas, describen a Jesús yendo al Infierno. Al estudiar este punto, es importante comprender primeramente
lo que la Biblia enseña acerca del lugar de la muerte.
En las Escrituras hebreas, la palabra usada para describir el lugar de la muerte es Sheol, y simplemente significa
lugar de los muertos o el lugar de partida de las almas / espíritus. La palabra utilizada en el NT Griego para
Infierno es Hades, que también se refiere al lugar de los muertos. Otras Escrituras en el NT indican que tanto el
Seol como el Hades, son un lugar temporal, donde las almas son guardadas en espera de la resurrección y el
juicio final. Ap. 20:11-15 nos da una clara distinción sobre estos dos. Infierno (el lago de fuego) es el lugar final
y permanente del juicio para los perdidos. Así que no, Jesús no fue al Infierno porque Infierno es un lugar futuro
que entrará en funciones después del juicio del Gran Trono Blanco. (Ap. 20:11-15)
Seol / Hades es un lugar con dos divisiones (Mt. 11:23; 16:18; Lc. 10:15; 16:23; Hch. 2:27-31), la morada de
los salvos y los perdidos. La morada de los salvos era llamada Paraíso y El seno de Abraham. Las moradas de
los salvos y los perdidos estaba separada por una gran sima (Lc. 16:26). Cuando Jesús ascendió al Cielo, Él se
llevó a los ocupantes (creyentes) del Paraíso con Él (Ef. 4:8-10). El lado de los perdidos en el Seol / Hades, ha
permanecido sin cambio. Todos los muertos no creyentes, van ahí para aguardar el futuro juicio final. ¿Fue Jesús
al Seol / Hades? Si, de acuerdo con Ef. 4:8-10 y 1 P. 3:18-20.
Parte de la confusión proviene de pasajes tales como el Sal. 16:10-11: Porque no dejarás mii alma en el Seol,
ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida… La traducción correcta en este
verso no es Infierno como está en algunas traducciones. Así tenemos que lo correcto es leer Seol o la tumba
Jesús le dijo años más tarde al ladrón que estaba junto a Él en la cruz: Hoy mismo estarás Conmigo en el
Paraíso. Su cuerpo estaba en la tumba; Su alma / espíritu fue al Paraíso, lugar del Seol / Hades. Entonces Él
sacó del Paraíso a todos los muertos justos, y se los llevó con Él al Cielo. Desafortunadamente, en muchas
traducciones de la Biblia, los traductores no son consistentes, o no traducen correctamente el significado de las
palabras hebreas y griegas para Seol, Hades, e Infierno.
Algunos opinan que Jesús fue al Infierno o sea, al lugar de sufrimiento del Seol / Hades, para ser después
castigado por nuestros pecados. ¡Esta idea es completamente anti-bíblica! Fue suficiente la muerte de Jesús en la
cruz y Su sufrimiento en nuestro lugar, lo que proveyó nuestra redención. Fue el derramamiento de Su sangre lo
que justificó nuestra limpieza del pecado. (1 Jn 1:7-9). Mientras ÉL colgaba de esa cruz, Él puso sobre Sí mismo
la carga del pecado de toda la raza humana Por nosotros lo hizo pecado, 2 Co. 5:21 dice: Al que no conoció
pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él . Esta
imputación del pecado nos ayuda a comprender la lucha de Cristo en el huerto de Getsemaní con la copa del
pecado que sería vertida sobre Él en la cruz.
87.- Si Jesús era Dios, ¿cómo podía Él orar a Dios? ¿Estaba Cristo orando a Sí mismo?
Respuesta: Para comprender a Jesús como Dios en la tierra, orando a Su Padre quien era Dios en el Cielo;
tenemos que considerar que el Padre eterno y el Hijo eterno tenían una relación eterna antes que Jesús tomara
para Sí la forma humana. Favor de leer Jn. 5:19-27, particularmente 5:23 donde Jesús enseña que el Padre envió
al Hijo (leer también Jn. 15:10) Jesús no se convirtió en el Hijo de Dios cuando nació en Belén hace muchos
años. Él siempre ha sido el Hijo de Dios desde la eternidad pasada, en la actualidad y por la eternidad futura.
Is. 9:6 nos dice que el Hijo fue dado y el niño había nacido. Jesús siempre fue una parte de la relación Triunitaria,
junto con el ES. La Trinidad siempre ha existido, Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu. No que sean tres
Dioses, sino Un Dios existiendo como tres Personas. Jesús enseñó que Él y Su Padre eran uno (Jn 10:30). Jesús
quiso decir que Él y Su Padre, y por supuesto el ES, eran la misma sustancia, la misma esencia, Dios o deidad.
Tres personas co-existiendo como Dios. Estas tres Personas tuvieron y continuarán teniendo una relación eterna.
Sucedió que cuando Jesús, el eterno Hijo de Dios, tomó forma humana, (pero sin pecado); Él también tomó la
forma de un siervo, despojándose de Su gloria celestial (leer Fil. 2:5-11) Y como Dios-hombre tuvo que aprender
la obediencia (He. 5:8) a Su Padre; también fue tentado por Satanás; acusado falsamente por los hombres;
rechazado por Su pueblo y posteriormente crucificado. La oración a Su Padre celestial fue para solicitarle poder
(Jn 11:41-42), y sabiduría (Mr. 1:35; 6:46). En Su humanidad, Su oración mostraba la dependencia de Su Padre,
para llevar a cabo el plan de redención del Padre (ver la oración intercesora de Cristo como Sumo Sacerdote en
Juan 17); y después como sometimiento final a la voluntad de Su Padre, vemos Su oración en el Jardín de
Getsemaní para luego ir a la cruz y pagar la pena de muerte por haber quebrantado la ley de Dios con nuestros
pecados (Mt. 26:31-46). Por supuesto, Él se levantó físicamente de la tumba, habiendo ganando el perdón y la
vida eterna para nosotros ahora mismo, al recibirle como nuestro Salvador personal.
No hay problema con que el Hijo como Dios, haya orado o hablado al Padre como Dios. Como ya se mencionó,
Ellos tuvieron una relación desde la eternidad antes que Cristo se encarnara. Esta relación es descrita en los
Evangelios, para que podamos ver cómo el Hijo de Dios en Su humanidad, llevó a cabo la voluntad de Su Padre,
para poder llevar a cabo la redención que ganó para todos (Jn. 6:38) La continua sumisión de Cristo a Su Padre
celestial fue reforzada y se mantuvo enfocada a través de Su vida de oración. El ejemplo de oración que Cristo
nos dejó, es para que lo sigamos.
Jesucristo no fue menos Dios en la tierra cuando oraba a Su Padre en el Cielo. Él representó aún en una
humanidad sin pecado, la necesidad de tener una vida entregada a la oración para hacer la voluntad de Su Padre.
La oración de Jesús al Padre fue una demostración de Su interrelación con el Padre dentro de la Trinidad y un
ejemplo para nosotros de cómo debemos depender de Dios a través de la oración, para obtener la fortaleza y
sabiduría que necesitamos. Puesto que Cristo, como Dios-hombre necesitaba tener una vibrante vida de oración,
¡también debemos tenerla nosotros como los actuales seguidores de Cristo!
88.- ¿Qué significa que Jesús salva?
Respuesta: Jesús salva es un popular slogan escrito en calcomanías, carteles en eventos de atletismo, y aún en
banderolas que son tiradas a través del cielo por pequeños aeroplanos. Tristemente, pocos de los que ven la frase
Jesús salva comprenden verdadera y totalmente lo que significa. Hay una tremenda cantidad de poder y verdad
contenida en esas dos palabras.
Jesús salva, pero ¿Quién es Jesús?
La mayoría de la gente sabe que Jesús fue un hombre que vivió en Israel aproximadamente hace 2000 años.
Virtualmente cada una de las religiones en el mundo ve a Jesús como un buen maestro y/o profeta. Y mientras
esas cosas son totalmente ciertas de Jesús, ellos no captan lo que Jesús es realmente, ni se explican cómo o
porqué Jesús salva. Jesús es Dios en forma humana (Jn. 1:1, 14). Jesús siendo Dios, vino al mundo como un ser
humano real (1 Jn 4:2). Dios tomó la forma de un ser humano en la persona de Jesús a fin de salvarnos. Esto nos
lleva a la siguiente pregunta: ¿Por qué necesitamos ser salvados?
Jesús salva, pero ¿Por qué necesitamos ser salvados?
La Biblia declara que cada ser humano que ha vivido, ha pecado (Ecl 7:20; Ro. 3:23). Pecar, es hacer algo que
ya sea en pensamiento, palabra u obra, contradice el perfecto y santo carácter de Dios. Por nuestro pecado, todos
merecemos el juicio de Dios (Jn 3:18, 36). Dios es perfectamente justo, así que Él no puede permitir que el
pecado y la maldad queden impunes. Puesto que Dios es eterno e infinito, y puesto que todo pecado es a última
instancia contra Dios (Salmo 51:4), solo un castigo eterno e infinito es aplicable. La muerte eterna es el único
castigo justo por el pecado. Eso es por lo que necesitamos ser salvados.
Jesús salva, pero ¿cómo salva?
Porque hemos pecado contra un Dios infinito, una persona finita (nosotros) debe pagar por nuestros pecados por
una cantidad de tiempo infinita, o una Persona infinita (Jesús) debe pagar por nuestros pecados una sola vez. No
hay otra opción. Jesús nos salva muriendo en nuestro lugar. En la persona de Jesucristo, Dios se sacrificó Él
mismo por nosotros, pagando el castigo eterno e infinito que solo Él podía pagar (2 Co. 5:21; 1 Jn 2:2). Jesús
tomó el castigo que nosotros merecemos, a fin de salvarnos de un horrible destino eterno, la justa consecuencia
por nuestro pecado. Por Su gran amor por nosotros, Jesús puso Su vida (Jn 15:13), pagando el castigo que
nosotros merecíamos, pero no podíamos pagar. Jesús fue entonces resucitado, demostrando que Su muerte
realmente fue suficiente para pagar el castigo por nuestros pecados (1 Co. 15).
Jesús salva, pero ¿a quién salva Él?
Jesús salva a todos los que reciben Su regalo de salvación. Jesús salva a todos aquellos que confían total y
únicamente en Su sacrifico como el pago por el pecado (Jn 3:16; Hch. 16:31). Mientras que el sacrificio de Jesús
fue perfectamente suficiente para pagar por los pecados de toda la humanidad, Jesús solo salva a aquellos que
personalmente reciben Su regalo más preciado (Jn 1:12).
Si entiendes ahora lo que significa que Jesús salva, y quieres confiar en Él como tu Salvador personal, asegúrate
de entender y creer lo siguiente, y como un acto de fe, comunica a Dios lo siguiente: Dios, sé que soy pecador, y
sé que por mi pecado, merezco estar eternamente separado de ti. Gracias por amarme y proveer el
sacrificio por mis pecados a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, aunque no lo merezco. Yo
creo que Jesús murió por mis pecados, y confío en Él solamente para salvarme. De ahora en adelante,
ayúdame a vivir mi vida para ti, en vez de para el pecado. Ayúdame a vivir el resto de mi vida en gratitud
por la maravillosa salvación que tú has provisto. ¡Gracias Jesús, por salvarme!
89.- ¿Fue Jesús crucificado en viernes?
Respuesta: La Biblia no hace una declaración específica en cuanto al día de la semana en que Jesús fue
crucificado. Las dos más extendidas opiniones son que en viernes y miércoles. Algunos, sin embargo, usando una
síntesis de ambos argumentos, el viernes y miércoles, aceptan el jueves como el día más probable.
Jesús dijo en Mateo 12:40 “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará
el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” Aquellos que opinan que la crucifixión fue
en viernes, dicen que existe una manera válida en la cual pudo haberse considerado que ÉL permaneció en la
tumba por tres días. En la mentalidad judía del primer siglo, parte de un día era considerado como un día
completo. Puesto que Jesús estuvo en la tumba parte del viernes, todo el sábado y parte del domingo, pudieron
haber considerado que efectivamente Él estuvo ahí por tres días. Uno de los principales argumentos sobre el
viernes se encuentra en Marcos 15:42 donde dice que Jesús fue crucificado “la víspera del día de reposo” (el día
anterior al Sabbath o sábado) Si ese era el Sabbath semanal, entonces el hecho nos lleva a la crucifixión el
viernes. Otro argumento para el viernes dice que los versos tales como Mateo 16:21 y Lucas 9:22 enseñan que
Jesús resucitaría en el tercer día, por lo que ÉL no necesitaría estar en la tumba los tres días y noches completos.
Pero mientras algunos traductores usan “en el tercer día” para estos versos, no todos lo hacen, y no todos están de
acuerdo que esa sea la mejor manera de traducirlos. Es más, Marcos 8:31 dice que Jesús resucitaría “después” de
tres días.
El argumento sobre el jueves se impone sobre la opinión del viernes, y simplemente exponen que hubieron
demasiados eventos (algunos cuentan hasta veinte) sucediendo entre la sepultura de Cristo y la mañana del
domingo, para que ocurriera del viernes en la tarde al domingo por la mañana. Ellos señalan que este es
específicamente un problema, cuando el único día completo entre el viernes y el domingo fue el sábado, el
Sabbath judío. Un día extra o dos eliminan ese problema. Los que abogan por el jueves razonan: Supongamos
que no has visto a un amigo desde el lunes al anochecer. La siguiente vez que lo ves es el jueves por la mañana y
dices, “no te he visto en tres días” , aunque técnicamente solo han pasado 60 horas (2.5 días). Si Jesús fue
crucificado en jueves, este ejemplo muestra como pueden ser considerados los tres días.
Los que opinan sobre el miércoles dicen que hubo dos Sabbath esa semana. Después del primero (el que ocurrió
al anochecer de la crucifixión, Marcos 15:42; Lucas 23:52-54) las mujeres compraron las especias. Nótese que las
mujeres lo hacen después del sábado (Marcos 16:1). Los que se inclinan a favor del miércoles sostienen que ese
“Sabbath” era la Pascua (ver Levíticos 16:29-31; 23:24-32, 39 donde los grandes días sagrados no eran
necesariamente uno de los siete días de la semana referido como el Sabbath) El segundo Sabbath de esa semana
era un sábado normal. Nótese que en Lucas 23:56, las mujeres que habían comprado las especias después del
primer Sabbath, regresaron y prepararon las especias y entonces “descansaron el día de reposo conforme al
mandamiento”. El argumento establece que ellas no pudieron haber comprado las especias después del Sabbath, y
al mismo tiempo preparar las especias antes del Sabbath, a menos que hubiera dos Sabbath. Con el punto de vista
de los dos Sabbath, si Cristo fue crucificado en jueves, entonces el gran y sagrado Sabbath (la Pascua) habría
comenzado el jueves al anochecer y terminaría el viernes al anochecer, al inicio del Sabbath o sábado semanal. El
comprar las especias después del primer Sabbath (Pascua) hubiera significado que ellas las compraron en sábado,
quebrantando así la ley.
Por lo tanto, esta opinión declara que, la única explicación que no viola el relato de las mujeres y las especias y se
ajusta a la comprensión literal de Mateo 12:40, es que Cristo fue crucificado en miércoles. El Sabbath que fue día
santo (Pascua) ocurrió en jueves, las mujeres compraron especias (después de esto) el viernes y regresaron y
prepararon las especias ese mismo día, descansando el sábado que era el día de la semana, entonces trajeron las
especias a la tumba el domingo muy temprano. ÉL fue sepultado cerca del anochecer del miércoles, que iniciaba
el jueves en el calendario judío. Utilizando un calendario judío, tenemos: el anochecer del jueves (noche uno), día
del jueves (día uno), anochecer del viernes (noche dos), día del viernes (día dos), anochecer del sábado (noche
tres), día del sábado (día tres). No sabemos exactamente cuándo Él resucitó, pero sí sabemos que fue al amanecer
del domingo (Juan 20:1, “…María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro al sepulcro; y vio quitada la
piedra del sepulcro.”) así que Jesús pudo haber resucitado justo después del anochecer del sábado por la noche, el
cual iniciaba el primer día de la semana para los judíos.
Un posible problema con la opinión sobre el miércoles, es que los discípulos que caminaron con Jesús yendo a
Emaús, lo hicieron “el mismo día” de Su resurrección (Lucas 24:13). Los discípulos, quienes no reconocieron a
Jesús, le contaron sobre la crucifixión (24:20) y dijeron que “… hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido”
(24:21). De miércoles a sábado hay cuatro días. Una posible explicación es que ellos pudieron haber contado el
sepelio de Cristo desde el anochecer del miércoles, que iniciaba el jueves judío, y pudieron haber contado como
tres días de jueves a domingo.
En el gran esquema de las cosas, no es tan importante saber qué día de la semana fue crucificado Jesucristo. Si
fuera tan importante, la Palabra de Dios nos lo hubiera comunicado claramente. Lo que es importante es que Él
murió, y que Él, físicamente en su cuerpo mortal, resucitó de entre los muertos. Y también lo que es igualmente
importante es la razón por la que Él murió; — para librarnos del castigo que merecemos todos los pecadores.
Juan 3:16 y 3:36 proclaman ambos que creyendo, o poniendo tu confianza en Él ¡resulta para vida eterna!
90.- ¿Qué es el Judaísmo y en que creen los judíos?
Respuesta: ¿Qué es el Judaísmo, y quién o qué es un judío? Dependiendo de a quien le hables, o la selección de
libros que leas, obtendrás muy diferentes respuestas a esta provocativa pregunta. ¿Es el Judaísmo simplemente
una religión? ¿Es una identidad cultural o solo un grupo étnico? ¿Son los judíos un grupo de gente o una nación?
¿En qué creen los judíos y creen todos las mismas cosas?
De acuerdo al Diccionario Universitario Merriam-Webster’s, un “judío” es: 1ª: Un miembro de la tribu de Judá b:
Israelita 2: un miembro de una nación existente en Palestina desde el siglo VI a.C. al primer siglo d.C. 3: una
persona perteneciente a una continuación, a través de descendencia o conversión del antiguo pueblo judío 4: uno
cuya religión es el Judaísmo.
De acuerdo al Judaísmo rabínico, un judío es uno que tiene una madre judía, o uno que formalmente se ha
convertido al Judaísmo. Levítico 24:10 es citado con frecuencia para dar credibilidad a esta creencia, aunque la
Torá no hace una afirmación específica para esta tradición. Algunos rabinos dicen que no tiene nada que ver con
lo que el individuo crea realmente. Estos rabinos nos dicen que un judío no necesita ser seguidor de las leyes y
costumbres del Judaísmo, para ser considerado judío. De hecho, un judío puede no creer en Dios en lo absoluto, y
aun así ser un judío basado en la anterior interpretación rabínica.
Otros rabinos dejan muy en claro que aunque la persona siga los preceptos de la Torá y acepte los “Trece
Principios de la Fe” como claramente lo expresa Maimónides (Rabino Moshe ben Maymon, uno de los grandes
eruditos medievales judíos), él no puede ser un judío. Aunque esta persona pueda ser un judío “biológico”, éste
no tiene una conexión real con el Judaísmo.
En el primer libro de la Torá – los primeros cinco libros de la Biblia – Génesis 14:13 nos enseña que Abram
comúnmente reconocido como el primer judío (su nombre fue cambiado más tarde al de Abraham) fue descrito
como un “hebreo.” El nombre “judío” viene del nombre Judá, uno de los doce hijos de Jacob, y una de las doce
tribus de Israel. Aparentemente, el nombre “judío” originalmente se refería solo a aquellos que eran miembros de
la tribu de Judá, pero cuando el reino fue dividido (Israel en el norte y Judá en el sur), después del reinado de
Salomón (1 Reyes, capítulo 12) se refiere a todos los que pertenecían al reino de Judá, el cual incluía a las tribus
de Judá, Benjamín y Levi. En la actualidad, muchos creen que un judío es cualquiera que es un descendiente
físico de Abraham, Isaac y Jacob, sin importar de cuál de las doce tribus originales descienda.
Así que ¿qué es en lo que creen los judíos, y cuáles son los preceptos básicos del Judaísmo? Hay cinco
principales formas o sectas del Judaísmo en el mundo actual. Ellos son ortodoxos, Conservadores, Reformistas,
Reconstruccionistas y Humanistas. Las creencias y requerimientos en cada grupo difieren dramáticamente; sin
embargo una breve lista de las creencias tradicionales del Judaísmo incluiría lo siguiente:
Dios es el creador de todo lo que existe; Él es uno, incorpóreo (sin un cuerpo), y solo Él debe ser adorado como
el gobernante absoluto del universo.
Los primeros cinco libros de la Biblia hebrea, fueron revelados por Dios a Moisés. Éstos no serán cambiados o
discutidos en el futuro.
Dios se ha comunicado con el pueblo judío a través de profetas: Dios monitorea las actividades de los humanos;
Él recompensa a los individuos por buenas obras y castiga el mal. Aunque los cristianos basan mucha de su fe en
las mismas Escrituras hebreas como los judíos, hay diferencias mayores en las creencias: Generalmente, los
judíos consideran de primera importancia las acciones y el comportamiento; las creencias proceden de acciones.
Esto se opone con los cristianos conservadores para quienes el creer es de primordial importancia, y las acciones
son el resultado de esa fe.
Los creyentes judíos no aceptan el concepto cristiano del pecado original (la creencia de que toda la gente ha
heredado el pecado de Adán y Eva, cuando ellos desobedecieron las instrucciones de Dios en el Jardín del Edén).
El Judaísmo afirma la inherente bondad del mundo, y su gente como creaciones de Dios.
Los creyentes judíos están dispuestos a santificar sus vidas y acercarse a Dios, mediante el cumplimiento del
mitzvoth (los mandamientos divinos).
No se necesita un salvador ni es necesario como intermediario: Las creencias acerca de Jesús varían
considerablemente. Algunos lo ven como un gran maestro moralista. Otros lo ven como un falso profeta o como
un ídolo de la cristiandad. Algunas sectas del Judaísmo ni siquiera pronuncian su nombre debido a la prohibición
de mencionar el nombre de un ídolo.
Los judíos son mencionados con frecuencia como el pueblo elegido por Dios. Esto no significa que ellos sean de
ninguna manera considerados superiores a otros grupos. Los versos de la Biblia tales como Éxodo 19:5
simplemente dicen que Dios ha elegido a Israel para recibir y estudiar la Torá, para adorar solo a Dios, para
descansar en el Sabbath, y para celebrar las festividades. Los judíos no fueron elegidos por ser mejores que otros;
ellos simplemente fueron elegidos para recibir más responsabilidades difíciles y más onerosos castigos si
fracasan.
Los 613 mandamientos encontrados en Levítico y otros libros, regulan todos los aspectos de la vida judía.
Los Diez Mandamientos, como se mencionan en Éxodo 20:1-17 y Deuteronomio 5:6-21, forman una breve
sinopsis de la Ley.
El Mesías (el ungido de Dios) llegará en el futuro y reunirá nuevamente a los judíos en la tierra de Israel. En ese
tiempo, habrá una resurrección general de los muertos. El Templo de Jerusalén, que fue destruido en el año 70
d.C., será reconstruido.
91.- ¿Por qué los judíos y los árabes / musulmanes se odian mutuamente?
Respuesta: Primero, es importante entender que no todos los árabes son musulmanes, y que no todos los
musulmanes son árabes. Mientras que la mayoría de los árabes son musulmanes, hay muchos que no lo son. Es
más, hay un mayor número de musulmanes no árabes (en áreas tales como Indonesia y Malasia) que árabes
musulmanes. Segundo, es importante recordar que no todos los árabes odian a los judíos, que no todos los
musulmanes odian a los judíos y que no todos los judíos odian a los árabes y musulmanes. Debemos ser
cuidadosos de evitar estereotipar a la gente. Sin embargo aclarado eso, y generalmente hablando, los árabes y los
musulmanes tienen un rechazo y desconfianza hacia los judíos y viceversa.
Si hay una explicación bíblica explícita para esta hostilidad, ésta proviene desde Abraham. Los judíos son
descendientes Isaac el hijo de Abraham. Los árabes son descendientes de Ismael, también hijo de Abraham.
Habiendo sido Ismael el hijo de una esclava egipcia (Génesis 16:1-6), obviamente habría alguna hostilidad entre
los dos hijos. Como resultado de las burlas de Ismael hacia Isaac (Génesis 21:9), Sara habló con Abraham,
solicitándole que enviara a Agar y su hijo Ismael lejos de ahí (Génesis 21:11-21). Probablemente esto causó aún
más desprecio en el corazón de Ismael por Isaac. Aún un ángel le profetizó a Agar que Ismael sería: “… hombre
fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él” (Génesis 16:11-12).
La religión del Islam, a la cual pertenecen una mayoría de árabes, ha hecho esta hostilidad aún más profunda. El
Corán contiene algunas instrucciones contradictorias para los musulmanes respecto a los judíos. En un punto se
instruye a los musulmanes a tratar a los judíos como hermanos, y en otro, ordena a los musulmanes a atacar a los
judíos que rehúsen convertirse al islam. El Corán también introduce un conflicto en cuanto a quién es el
verdadero hijo de la promesa de Abraham. Las Escrituras hebreas dicen que fue Isaac. El Corán dice que fue
Ismael. El Corán enseña que fue Ismael a quien Abraham casi sacrificó al Señor, no Isaac (en contradicción a
Génesis capítulo 22). Este debate sobre quien fue el hijo de la promesa, contribuye a la hostilidad actual.
Sin embargo, la más antigua raíz de amargura entre Isaac e Ismael, no explica toda la actual hostilidad entre
judíos y árabes. De hecho, por miles de años en la historia del Medio Oriente, los judíos y los árabes vivieron en
relativa paz e indiferencia de unos hacia otros. La causa primaria de la hostilidad tiene un origen más reciente.
Después de la II Guerra Mundial, cuando las Naciones Unidas les dieron una porción de tierra de Israel a los
judíos, la tierra en ese tiempo, estaba habitada primeramente por los árabes (los palestinos). La mayoría de los
árabes protestaron vehementemente en contra de que la nación de Israel ocupara esa tierra. Las naciones árabes se
unieron y atacaron a Israel en un intento por sacarlos de esa tierra; pero a fin de cuentas fueron derrotados por
Israel. Desde entonces, ha habido una gran hostilidad entre Israel y sus vecinos árabes. Si miras en el mapa, Israel
ocupa una pequeña franja de tierra y está rodeada por varias naciones árabes mucho más grandes, tales como;
Jordania, Siria, Saudí Arabia, Iraq, y Egipto. Creemos que, bíblicamente hablando, Israel tiene un derecho de
existir como nación en la propia tierra que Dios le dio a los descendientes de Jacob, nieto de Abraham. Al mismo
tiempo, creemos firmemente que Israel debería buscar la paz y mostrar respeto por sus vecinos árabes. El Salmo
122:6 dice, “Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.”
92.- ¿Qué dice la Biblia acerca del juego? ¿Es pecado el juego?
Respuesta: El juego puede ser definido como “arriesgar el dinero en un intento por multiplicarlo en algo que va
contra las probabilidades”. La Biblia no condena específicamente el juego, las apuestas o la lotería. Sin embargo,
la Biblia nos advierte que debemos mantenernos libres del amor al dinero (1ª Timoteo 6:10; Hebreos 13:5). La
Escritura también nos anima a mantenernos libres de intentar “enriquecernos rápido” (Proverbios 13:11; 23:4-5;
Eclesiastés 5:10). De manera definitiva, el juego está enfocado en el amor al dinero, e indudablemente tienta a la
gente con la promesa de riquezas rápidas y fáciles.
¿Qué hay de malo con jugar? Jugar es un asunto complejo, aún si se lo hace con moderación y solamente de vez
en cuando, es un despilfarro de dinero, pero no es necesariamente “perverso”. La gente malgasta el dinero en
todo tipo de actividades. Jugar no es ni más, ni menos despilfarro de dinero que ver una película (en muchos
casos), comer una comida innecesariamente costosa, o comprar un artículo inútil. Al mismo tiempo, el hecho de
que se desperdicie el dinero en otras cosas, no justifica el juego. El dinero no debería ser malgastado. El dinero
excedente debería ser guardado para necesidades futuras, o dado a la obra del Señor – no perderlo en el juego.
Jugar en la Biblia: Aunque la Biblia no menciona explícitamente el juego, ésta menciona juegos de “azar” o
“suerte”. Tenemos unos ejemplos, en Levítico, Aarón echó suertes sobre los dos machos cabríos, uno para Jehová
y el otro para Azazel. José echaba suertes para determinar la asignación de tierras a las diferentes tribus.
Nehemías echaba suertes para determinar quién viviría dentro de los muros de Jerusalén y quién no. Los
apóstoles echaban suertes para determinar el reemplazo de Judas. Proverbios 16:33 dice, “Las suertes se echan
sobre la mesa, pero el veredicto viene del Señor”. En ningún lugar de la Biblia se usa el juego o “azar” para
entretenimiento, o se lo presenta como una práctica aceptable para los seguidores de Dios.
Casinos y loterías: Los casinos utilizan todo tipo de planes de marketing para atraer al jugador a que arriesgue
tanto dinero como sea posible. A menudo ellos ofrecen bebidas alcohólicas económicas y aún gratuitas, lo cual
estimula la embriaguez, y de ese modo, ocasiona una disminución en la habilidad de tomar decisiones sabias. En
un casino, todo está perfectamente aparejado para recibir dinero en grandes sumas y no devolver nada, a
excepción de placeres momentáneos y vacíos. Las loterías intentan retratarse como un camino al fondo de
educación y/o programas sociales. Sin embargo, estudios muestran que los participantes de la lotería son por lo
general, aquellos quienes pueden al menos tener recursos para gastar dinero en billetes de lotería. Para aquellos
que están desesperados, el encanto de “volverse rico rápido” es una tentación demasiado grande como para
resistirse. La oportunidad de ganar es infinitesimal, lo cual resulta en que las vidas de mucha gente terminen
arruinadas.
¿Por qué las ganancias de la lotería no agradan a Dios?: Mucha gente alega comprar la lotería o jugar, a fin de
poder dar dinero a la iglesia, o para alguna otra buena causa. Mientras este puede ser un buen motivo, la realidad
es que pocos utilizan las ganancias del juego con propósitos devotos. Estudios muestran que la vasta mayoría de
ganadores de la lotería, pocos años después de haber ganado el premio gordo, se encuentran en una situación
económica aún peor de la que estaban al principio. Pocos, si hubiera alguno, en realidad dan el dinero a una
buena causa. Además, Dios no necesita nuestro dinero para financiar Su misión en el mundo. Proverbios 13:11
dice, “El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece”. Dios es soberano y va a
proveer las necesidades de la iglesia a través de medios honestos. ¿Sería Dios honrado al recibir dinero donado de
la droga, o dinero sustraído en el asalto a un banco? Dios no necesita o desea dinero que fue “robado” a los
pobres por la tentación de las riquezas.
1ª Timoteo 6:10 nos dice, “Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se
han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores”. Hebreos 13:5 declara “Manténganse libres del
amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: Nunca te dejaré, jamás de abandonaré”.
Mateo 6:24 proclama, “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá
mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas”.
93.- ¿Qué es el Jueves Santo?”
Respuesta: El Jueves Santo (en inglés, el Jueves Maundy) es el jueves de la Semana de la Pasión, un día antes
del Viernes Santo (el jueves antes del Domingo de Pascua). El Jueves Santo es el nombre dado a la fecha en que
Jesús celebró la Pascua con sus discípulos, conocido como la Última Cena. Dos eventos importantes son el foco
del Jueves Santo.
En primer lugar, Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos y, por tanto, instituyó la Cena del Señor,
también llamada la Comunión (Lucas 22:19-20). Algunas iglesias cristianas observan una celebración especial de
la Cena del Señor el jueves Santo en recuerdo de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En segundo lugar,
Jesús lavó los pies de los discípulos como un acto de humildad y servicio, estableciendo así un ejemplo que
debemos amar y servir el uno al otro mutuamente en la humildad (Juan 13:3-17). Algunas iglesias cristianas
observan una ceremonia del lavado de los pies el Jueves Santo para conmemorar a Jesús lavando los pies de los
discípulos.
La palabra inglesa “Maundy” se deriva de la palabra latina para “mandato.” El “Maundy” en el Jueves Santo se
refiere al mandato que dio Jesús a sus discípulos en la Última Cena, que deben amar y servir el uno al otro.
¿Debemos observar el Jueves Santo? La Biblia no lo ordena ni lo excluye. Es una buena cosa recordar la Última
Cena y el sacrificio de Jesús en nuestro favor. Es una buena cosa recordar el ejemplo de la humildad del Señor.
Sin embargo, al mismo tiempo, debemos evitar las observancias rituales de días festivos a menos que estén
realmente enfocados en Dios y nuestra relación con él.
94.- ¿Qué fueron las cruzadas cristianas?
Respuesta: Las cruzadas han originado algunas de las más frecuentes discusiones contra la fe cristiana. Algunos
terroristas islámicos aún afirman que sus ataques terroristas son en venganza por lo que hicieron los cristianos en
las cruzadas. Así que, ¿qué fueron las cruzadas y por qué son vistas como un gran problema para la fe cristiana?
Primeramente, las cruzadas no deben ser definidas como “cruzadas cristianas.” La mayoría de la gente
involucrada en las cruzadas no eran realmente cristianos, aun cuando ellos decían serlo. El nombre de Cristo fue
abusado, mal empleado, y blasfemado por las acciones de muchos de los cruzados. En segundo lugar, las
cruzadas tuvieron lugar aproximadamente del 1095 al 1230 d.C. Eso sucedió hace 775 a 910 años. ¿Deberían las
acciones anti-bíblicas y anti-cristianas, hechas por supuestos cristianos desde hace 1000 años, esgrimirse aún en
contra de los cristianos de la actualidad?
Tercero, no es que esta sea una excusa apropiada, pero el cristianismo no es la única religión con un pasado
violento. De hecho, las cruzadas fueron la respuesta a las invasiones musulmanas a lo que una vez fueron los
territorios ocupados primeramente por los cristianos. Aproximadamente desde el año 200 al 900 d.C., la tierra de
Israel, Jordania, Egipto, Siria, Turquía, etc., fue habitada primeramente por cristianos. Una vez que el Islam
comenzó a expandirse y se hicieron poderosos, los musulmanes invadieron y oprimieron brutalmente,
esclavizaron, deportaron y aún asesinaron a los cristianos que vivían en esas tierras. En respuesta, la Iglesia
Católica Romana y los reyes y emperadores “cristianos” de Europa, ordenaron las cruzadas para reclamar las
tierras que los musulmanes habían tomado. Las acciones que tomaron muchos de los auto-llamados cristianos
durante las cruzadas, fueron deplorables. No existe justificación bíblica para conquistar las tierras, asesinando a
civiles, y destruyendo ciudades en el nombre de Jesucristo. Al mismo tiempo, el Islam no es una religión que
pueda considerarse inocente en estos asuntos.
Para resumirlo brevemente, las cruzadas fueron ataques que se realizaron de los siglos X al XII d.C. para
reclamar las tierras que en la Edad Media fueron conquistadas por los árabes musulmanes. Las cruzadas fueron
brutales y nefastas. Mucha gente fue forzada a “convertirse al cristianismo. Se mataba a quienes rehusaban
hacerlo. La idea de conquistar una tierra a través de la guerra y la violencia en el nombre de Cristo es totalmente
anti-bíblica. Muchas de las acciones que tuvieron lugar en las cruzadas fueron totalmente anti-éticas hacia todo lo
que sostiene la fe cristiana.
¿Cómo podemos responder cuando, como resultado de las cruzadas, la fe cristiana es atacada por los ateos,
agnósticos, escépticos y los de otras religiones? Podemos responder de las siguientes maneras: (1) ¿puede usted
hacerse responsable por las acciones de gente que vivió hace más de 900 años? (2) ¿Quiere tomar la
responsabilidad por las acciones de cualquiera que asegurara representar a su fe? Tratar de culpar a toda la
cristiandad por las cruzadas es análogo a culpar a todos los musulmanes por el terrorismo islámico.
94.- ¿Por qué eligió Dios a Israel para ser su pueblo elegido?”
Respuesta: Hablando de la nación de Israel, Deuteronomio 7:7-9 nos dice, “No por ser vosotros más que todos
los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos;
sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con
mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce, pues, que Jehová
tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos
hasta mil generaciones.”
Dios eligió a la nación de Israel para ser el pueblo a través del cual Jesucristo nacería – el Salvador del pecado y
la muerte (Juan 3:16). Dios primeramente prometió el Mesías después de que Adán y Eva cayeron en pecado
(Génesis capítulo 3). Más tarde Dios confirmó que el Mesías vendría del linaje de Abraham, Isaac y Jacob
(Génesis 12:1-3). Jesucristo es la razón fundamental por la que Dios eligió a Israel para ser Su pueblo elegido.
Dios no tenía por que tener un “pueblo elegido”, pero ÉL decidió hacerlo de esa manera. Jesús habría de venir de
alguna nación o pueblo, y Dios eligió a Israel.
Sin embargo, la razón por la que Dios eligió a la nación de Israel no fue solamente por el propósito de producir al
Mesías. El deseo de Dios para Israel era que ellos irían y enseñarían a otros acerca de ÉL. Israel fue destinada
para ser nación de sacerdotes, profetas y misioneros para el mundo. La intención de Dios fue que Israel fuera un
pueblo diferente, una nación de gente que señalara a otros el camino hacia Dios y Su prometida provisión de un
Redentor, Mesías y Salvador. En su mayor parte, Israel falló en esta tarea. Sin embargo, el fin principal para
Israel, que era el de traer mediante su linaje al Mesías y Salvador, que fue plenamente cumplido – en la persona
de Jesucristo.
95.- ¿Por qué Dios requería de sacrificios de animales en el Antiguo Testamento?
Respuesta: Dios requería el sacrificio de animales, para que la raza humana pudiera recibir el perdón por sus
pecados (Levítico 4:35; 5:10). Para empezar, el sacrificio de animales es un tema importante que se encuentra a
través de la Escritura. Cuando Adán y Eva pecaron, fueron sacrificados animales para que Dios proveyera la ropa
para ellos (Génesis 3:21). Caín y Abel ofrecían sacrificios al Señor. Los de Caín no eran aceptados porque él
ofrecía fruta, mientras que los de Abel fueron aceptados porque ofrecía de los “primogénitos de sus ovejas”
(Génesis 4:4-5). Después que cedió el diluvio, Noé sacrificó animales a Dios. Este sacrificio de Noé fue de olor
grato al Señor (Génesis 8:20-21). Dios ordenó a Abraham sacrificar a su hijo Isaac. Abraham obedeció a Dios,
pero justo cuando Abraham estaba por sacrificar a Isaac, Dios intervino y proveyó un carnero para que muriera
en lugar de Isaac (Génesis 22:10-13).
El sistema sacrificial alcanza su clímax con la nación de Israel. Dios ordenó a la nación ejecutar muchos
diferentes sacrificios. De acuerdo a Levítico 1:1-4, debía seguirse un cierto procedimiento. Primero, el animal
debía ser sin defecto. Después, la persona que ofreciera el sacrificio debía identificarse con el animal. Luego, la
persona que ofrecía el animal debía infringirle la muerte. Cuando era hecho en fe, este sacrificio proveía el
perdón de los pecados. Otro sacrificio llamado el día de la expiación, descrito en Levítico 16, demostraba el
perdón y la remisión del pecado. El sumo sacerdote debía tomar dos machos cabríos como la ofrenda por el
pecado. Uno de los machos cabríos era sacrificado en expiación por el pecado del pueblo de Israel (Levítico
16:15), mientras que el otro macho cabrío era llevado y liberado en el desierto (Levítico 16:20-22). La ofrenda
por el pecado proveía perdón, mientras que el otro macho cabrío proveía la remisión del pecado.
¿Por qué entonces ahora ya no ofrecemos sacrificios de animales? Los sacrificios de animales han concluido,
porque Jesucristo fue el último sacrificio. Juan el Bautista reconoció esto cuando vio a Jesús por primera vez, “He
aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29). Probablemente te estarás preguntando ¿por
qué animales? ¿Qué mal hicieron? Ese es el punto, en que puesto que los animales no hicieron mal, ellos
murieron en lugar del que ejecutaba el sacrificio. Jesucristo jamás cometió pecado, pero se dio a Sí mismo
gustosamente para morir por los pecados de la raza humana (1 Timoteo 2:6). Mucha gente llama “sustitución” a
esta idea de morir en lugar de alguien más. Jesucristo tomó nuestro pecado sobre Él mismo y murió en nuestro
lugar. Como dice 2 Corintios 5:21, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en Él.” A través de la fe en lo que realizó Jesucristo en la cruz, el individuo
puede recibir el perdón.
En resumen, los sacrificios de animales fueron ordenados por Dios, para que el individuo pudiera experimentar el
perdón por sus pecados. El animal servía como sustituto—esto es, el animal moría en lugar del pecador. Los
sacrificios de animales cesaron con Jesucristo. Jesucristo fue el último sacrificio sustituto y ahora es el único
mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5). Los sacrificios de animales presagiaron el sacrificio de
Cristo a nuestro favor. La única base sobre la cual un animal sacrificado pudo proveer el perdón de pecados, es el
hecho de que Cristo se sacrificaría a Él mismo por nuestros pecados, proveyendo el perdón que los sacrificios de
animales solo pudieron ilustrar y predecir.
96.- ¿Por qué Dios en el Antiguo Testamento es tan diferente al que es en el Nuevo Testamento?
Respuesta: Creo que el corazón de esta pregunta reside en el fundamental malentendido de lo que tanto el
Antiguo como el Nuevo Testamento revelan acerca de la naturaleza de Dios. Otra manera de expresar este mismo
pensamiento básico, es cuando la gente dice: “El Dios del Antiguo Testamento es un Dios de ira, mientras que el
Dios del Nuevo Testamento es un Dios de amor.”
El hecho de que la Biblia sea la revelación progresiva de Dios Mismo a nosotros, a través de eventos históricos y
a través de Su relación con la gente a lo largo de la historia, puede contribuir a la idea errónea de las personas
acerca de cómo es Dios distinto en el Antiguo Testamento, comparado con su actuación en el Nuevo Testamento.
Sin embargo, cuando uno lee ambos, el Antiguo y el Nuevo Testamento, se hace rápidamente evidente que Dios
no es diferente de un Testamento a otro y que la ira de Dios y Su amor están revelados en ambos Testamentos.
Por ejemplo, a través del Antiguo Testamento, se declara que Dios es “misericordioso y piadoso, lento para la ira
y grande en misericordia y verdad” (Éxodo 34:6; Números 14:18; Deuteronomio 4:31; Nehemías 9:17; Salmo
86:5, Salmo 86:15, Salmo 103:8-14, Salmo 108:4; Salmo 145:8; Joel 2:13). Aun así, en el Nuevo Testamento, El
amor y la bondadosa misericordia de Dios están más fuertemente manifiestos a través del hecho de que “… de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en ÉL cree no se pierda,
mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). A lo largo del Antiguo Testamento, vemos también a Dios tratando con
Israel de manera muy parecida a la de un amoroso padre tratando con su hijo. Cuando ellos deliberadamente
pecaban contra ÉL y comenzaban a adorar a los ídolos, Dios los castigaba, y aun así una y otra vez ÉL los
liberaba una vez que se arrepentían de su idolatría. Esto se parece mucho a la manera como vemos a Dios
tratando con los cristianos en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, Hebreos 12:6 nos dice que “..el Señor al que
ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.”
Igualmente, como vemos a través de todo el Antiguo Testamento el juicio y la ira de Dios derramarse sobre los
pecadores no arrepentidos; de manera similar, en el Nuevo Testamento, vemos el juicio de Dios en acción “.. la
ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad” (Romanos 1:18) Aún con solo una rápida leída del Antiguo Testamento, notamos que Jesús habla más
del infierno que del cielo. Así vemos claramente, que Dios no es más diferente en el Nuevo Testamento de lo que
es en el Nuevo Testamento. Dios, por Su misma naturaleza es inmutable (sin cambio). Y aunque veamos un
aspecto de Su naturaleza revelada en ciertos pasajes de la Escritura más que otros, ÉL en Sí mismo, no cambia
jamás.
Cuando uno realmente comienza a leer y estudiar la Biblia, aprecia claramente que Dios no tiene ninguna
diferencia entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Aunque la Biblia realmente es el conjunto de
sesenta y seis libros individuales, escritos en dos (o posiblemente tres) continentes, en tres diferentes idiomas, a
través de un período de aproximadamente 1500 años, y escrita por más de 40 autores (procedentes de diferentes
estratos sociales y culturales), sigue siendo un libro con un contenido de perfecta unidad y sin contradicciones de
principio a fin. En él vemos como un Dios amoroso, misericordioso y justo, trata con el hombre pecador en toda
clase de situaciones. Verdaderamente, la Biblia es una carta de amor a la humanidad. El amor de Dios por Su
creación y especialmente por el hombre, es evidente a través de toda la Escritura. Por toda la Biblia vemos el
amoroso y misericordioso llamado de Dios a la gente, invitándola a una relación especial con ÉL, no porque ellos
la merezcan, sino porque ÉL es un Dios de misericordia, lento para la ira y grande en bondadoso amor y verdad.
También vemos a un Dios santo y justo, que es el Juez de todos los aquellos que desobedecen Su palabra y se
niegan a adorarlo, que en vez de eso se vuelven a adorar a dioses de su propia creación, venerando a ídolos y
otros dioses en lugar de adorar al único y verdadero Dios (Romanos 1).
Por el carácter santo y justo de Dios, todo pecado pasado, presente y futuro debe ser juzgado. Aún así, Dios en Su
infinito amor, ha provisto el pago por el pecado y un camino de reconciliación, para que el hombre pecador pueda
escapar de Su ira. Vemos esta maravillosa verdad en versos como 1 Juan 4:10 “En esto consiste el amor; no es
que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que ÉL nos amó a nosotros, y envió a Su Hijo en propiciación por
nuestros pecados” En el Antiguo Testamento, Dios proveyó un sistema sacrificial, donde podía hacerse expiación
por el pecado, pero este sistema sacrificial fue solo temporal y simplemente apuntaba a la futura venida de
Jesucristo, quien moriría en la cruz para hacer definitivamente una expiación sustitutiva y total por el pecado. El
Salvador que fue prometido en el Antiguo Testamento, es más ampliamente revelado en el Nuevo Testamento y
la última expresión del amor de Dios al enviar a Su Hijo Jesucristo, es revelada aquí en toda su gloria. Ambos, el
Antiguo y el Nuevo Testamentos nos fueron dados para “hacernos sabios para la salvación” (2 Timoteo 3:15).
Cuando los estudiamos con más detenimiento, se hace evidente que Dios no es más diferente en el Nuevo
Testamento de lo que era en el Antiguo Testamento.
97.- ¿Dónde menciona el Antiguo Testamento a Cristo?
Respuesta: Hay muchas profecías en el Antiguo Testamento acerca de Jesucristo. Algunos intérpretes cuentan
por cientos las profecías Mesiánicas ahí escritas. Seguidamente están aquellas que están consideradas como las
más claras e importantes. Con respecto al nacimiento de Jesús: Isaías 7:14 “Por tanto, el Señor mismo os dará
señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” Isaías 9:6 “Porque un
niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” Miqueas 5:2 “Pero tu, Belén Efrata, pequeña para estar
entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde
los días de la eternidad.”
Concerniente al ministerio y muerte de Jesús: Zacarías 9:9, “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo,
hija de Jerusalén, he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un
pollino hijo de asna.” Salmo 22:16-18 “Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malignos;
horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos; entre tanto, ellos me miran y me observan.
Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.”
La profecía más clara acerca de Jesús, y definitivamente la más extensa, está en todo el capítulo 53 de Isaías.
Isaías 53:3-7 “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y
como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él
herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero
fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”
La profecía de los “setenta septenios” en Daniel capítulo 9, predicen la fecha exacta en que Jesús el Mesías sería
“quitado”. Isaías 50:6 describe con precisión los golpes que Jesús soportó. Zacarías 12:10 predice la lanza que
“traspasó” el corazón del Mesías, y que ocurrió después de que Jesús murió en la cruz. Hay muchos más
ejemplos que pueden proporcionarse, pero estos serán suficientes. El Antiguo Testamento definitivamente
profetizó la venida de Jesús como el Mesías.
98.- ¿Por qué debemos estudiar el Antiguo Testamento?
Respuesta: La Biblia es una revelación progresiva. Si te saltas la primera mitad de cualquier buen libro y tratas
de terminarlo; tendrás dificultades para entender los personajes, la trama y el final. De la misma manera, el
Nuevo Testamento solo es plenamente comprendido cuando es visto como erigido sobre los cimientos de los
eventos, personajes, leyes, sistema sacrificial, pactos y promesas del Antiguo Testamento (AT). Si solo
tuviéramos el Nuevo Testamento (NT), al venir a los Evangelios, no sabríamos por qué los judíos estaban
buscando al Mesías (un Rey Salvador). Sin el AT, no comprenderíamos porqué este Mesías vendría (ver Isaías
53); no seríamos capaces de identificar a Jesús de Nazaret como el Mesías a través de muchas detalladas
profecías que fueron dadas concerniente a Él (por ej., Su lugar de nacimiento (Miqueas 5:2); El modo en que
moriría (Salmos 22, especialmente vv. 1, 7-8, 14-18; Salmos 69:21, etc.). Su resurrección (Salmos 16:10), y
muchos más detalles sobre Su ministerio (Isaías 52:13; 9:2, etc.).
Sin el AT, no entenderíamos las costumbres judías que son mencionadas en pasajes del NT. No entenderíamos
las perversiones que hicieron los fariseos a la ley de Dios, al añadirle sus tradiciones. No entenderíamos porqué
Jesús estaba tan enfadado mientras Él limpiaba el patio del templo. No entenderíamos que podemos usar la
misma sabiduría que usó Jesucristo en Sus muchas respuestas a Sus adversarios (tanto humanos como
demoníacos).
Sin el Antiguo Testamentos nos perderíamos de numerosas profecías detalladas que solo pudieron cumplirse
porque la Biblia es la Palabra de Dios, no de los hombres (ver los profetas mayores y menores) (p. ej., Daniel 7 y
capítulos siguientes). Estas profecías dan detalles específicos sobre el levantamiento y caída de naciones, cómo
caerían, si se levantarían nuevamente, cuáles poderes serían los siguientes en emerger, quienes serían los actores
principales (Ciro, Alejandro el Grande, etc.), y qué sucedería a sus reinos cuando estos personajes murieran.
Estas detalladas profecías son tan exactas, que los escépticos atacan diciendo que tuvieron que haber sido escritas
después de los hechos.
El AT también contiene numerosas lecciones para nosotros a través de las vidas de sus muchos personajes
falibles. Al observar sus vidas podemos ser animados a confiar en Dios sin importar lo que suceda (Daniel 3), y a
no comprometernos en las cosas pequeñas (Daniel 1), para que seamos fieles más tarde ante las cosas grandes
(Daniel 6). Podemos aprender que es mejor confesar el pecado pronta y sinceramente, en lugar de pasar la culpa a
otros (1 Samuel 15). Podemos aprender a no jugar con el pecado, porque nos encontrará desprevenidos y su
mordida es mortal (Ver Jueces 13-16).
Podemos aprender que necesitamos confiar (y obedecer) a Dios si esperamos experimentar la vida en Su tierra
prometida en esta vida y Su paraíso en la próxima (Números 13). Aprendemos que si consideramos el pecado,
solo nos estamos exponiendo a cometerlo (Génesis 3; Josué 6-7). Aprendemos que el pecado tiene consecuencias,
no solo para nosotros mismos, sino para nuestros seres amados y a la inversa, que nuestro buen comportamiento
tiene recompensas no solo para nosotros sino también para aquellos que están a nuestro alrededor (Génesis 3;
Éxodo 20:5-6).
El Antiguo Testamento también contiene gran cantidad de sabiduría que el Nuevo Testamento no comparte.
Mucha de ésta se encuentra contenida en los Salmos y Proverbios. Estos trocitos de sabiduría revelan cómo
puedo ser más sabio que mis maestros, a lo que nos conducirán varios pecados (nos ayuda a ver el anzuelo que
esconde el bocado), y lo que los logros en este mundo nos ofrecen (nada). ¿Cómo puedo reconocer si soy un
necio (esto es, moralmente)? ¿Cómo puedo encontrarle significado a la vida? Nuevamente, hay mucho ahí que
solo está esperando a ser encontrado por alguien que realmente quiera aprender.
Sin el AT, no tendríamos una base para sostenernos contra el error de las perversiones políticamente correctas de
nuestra sociedad, en la que la evolución es vista como creadora de todas las especies a través de millones de años
(en lugar de ser ellas el resultado de la creación especial de Dios en seis días literales). Aceptaríamos la mentira
de que los matrimonios y la unidad familiar son una estructura evolutiva que debe continuar cambiando ante los
cambios sociales, en vez de ser vista como un diseño de Dios con el propósito de criar buenos hijos y para la
protección de aquellos que de otra manera serían utilizados y abusados (más frecuentemente las mujeres y los
niños).
Sin el AT, no entenderíamos las promesas que Dios cumplirá en un futuro con la nación judía. Como resultado,
no veríamos propiamente que el período de la Tribulación es un lapso de siete años en el cual Él trabajará
específicamente con la nación judía que lo rechazó en Su primera venida, pero que lo recibirá en Su segunda
venida. No entenderíamos cómo el futuro reinado de Cristo de 1,000 años, encaja en Sus promesas a los judíos, ni
cómo los gentiles encajarían en él. Tampoco veríamos cómo el final de la Biblia ata los cabos sueltos que no
fueron revelados en el principio de la Biblia, cómo Dios restaurará el paraíso que Él originalmente creó para que
fuera este mundo, y cómo disfrutaremos de un íntimo compañerismo con Él de una manera personal como en el
Huerto del Edén.
En resumen, el Antiguo Testamento es un espejo que nos permite mirarnos a nosotros mismos en las vidas de los
personajes del Antiguo Testamento y nos ayuda a aprender lo experimentado en sus vidas. Vierte mucha luz
sobre quién es Dios y las maravillas que Él ha hecho y la salvación que Él ha forjado. Transmite gran consuelo a
aquellos que padecen persecución o tribulación (ver especialmente los Salmos). Revela a través del repetido
cumplimiento de las profecías, porqué la Biblia es única entre todos los libros sagrados – solamente ella puede
demostrar que es lo que clama ser: la inspirada Palabra de Dios. Revela grandes cosas sobre Cristo en página tras
página de sus escritos. Contiene tanta sabiduría que va más allá de lo que es aludido o citado en el Nuevo
Testamento. En pocas palabras, si aún no te has aventurado en la profundidad de sus páginas, te estas perdiendo
de mucho de lo que Dios ha dispuesto para ti. Mientras lo lees, habrá mucho que no entiendas de inmediato, pero
habrá mucho que entenderás y aprenderás. Y mientras continúas estudiándolo, pide a Dios que te enseñe más, tu
minería te pagará con tesoros aún más brillantes.
99.- ¿Qué dice la Biblia acerca de los demonios?
Respuesta: Apocalipsis 12:9 es la Escritura más clara sobre la identidad de los demonios, “Y fue lanzado fuera el
gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la
tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.” La Biblia indica que los demonios son ángeles caídos que junto con
Satanás se rebelaron contra Dios. La caída del cielo de Satanás está descrita en Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:12-
15. Apocalipsis 12:4 parece indicar que Satanás tomó una tercera parte de los ángeles con él cuando pecó. Judas
verso 6 menciona a los ángeles que pecaron. Así que es muy probable que los demonios sean los ángeles que
siguieron a Satanás en pecar contra Dios.
Satanás y sus demonios buscan ahora engañar y destruir a todos los que siguen y adoran a Dios (1 Pedro 5:8; 2
Corintios 11:14-15). Los demonios son descritos como espíritus inmundos (Mateo 10:1; Marcos 1:27), y ángeles
de Satanás (Apocalipsis 12:9) Satanás y sus demonios engañan al mundo (2 Corintios 4:4), atacan a los cristianos
(2 Corintios 12:7; 1 Pedro 5:8), y combaten contra los santos ángeles de Dios (Apocalipsis 12:4-9). Los demonios
son seres espirituales, pero pueden aparecer en forma física (2 Corintios 11:14-15). Los demonios / ángeles
caídos son enemigos de Dios – pero son enemigos derrotados. “… Porque Mayor es EL que está en vosotros, que
el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).
100.- ¿Por qué permitió Dios que Satanás y los demonios pecaran?
Respuesta: Dios decidió presentarles una opción tanto a los ángeles como a la humanidad. Mientras que la Biblia
no nos da muchos detalles respecto a la rebelión de Satanás y los ángeles caídos, parece que Satanás,
probablemente el mayor de todos los ángeles (Ezequiel 28:12-18), en soberbia, decidió rebelarse contra Dios,
buscando convertirse en su propio dios. Satanás (Lucifer) no quería adorar u obedecer a Dios, él quería ser Dios
(Isaías 14:12-14). Apocalipsis 12:4 se entiende como una descripción figurativa de un tercio de los ángeles
eligiendo seguir a Satanás en su rebelión, convirtiéndose en ángeles caídos / demonios.
Sin embargo, a diferencia de la humanidad, la decisión que tomaron los ángeles de seguir a Satanás, o
permanecer fieles a Dios, fue una decisión eterna. La Biblia no presenta oportunidad alguna para que los ángeles
caídos se arrepintieran y fueran perdonados. Tampoco indica la Biblia que es posible que los demás ángeles
pequen. Los ángeles que permanecieron fieles a Dios son descritos como “ángeles elegidos.” Satanás y los
ángeles caídos conocieron a Dios en toda Su gloria. Para ellos el rebelarse, a pesar de lo que conocían de Dios,
fue la mayor de las maldades. Como resultado, Dios no da a Satanás y a los otros ángeles caídos la oportunidad
de arrepentirse. Más aún, la Biblia no nos da razón para creer que ellos se arrepentirían aún si Dios les diera la
oportunidad (1 Pedro 5:8). Dios dio a Satanás y a los ángeles la misma oportunidad que le dio a Adán y Eva de
obedecerlo o no. Los ángeles tuvieron la libertad para hacer su elección – Dios no forzó ni animó a ninguno de
los ángeles a pecar. Satanás y los ángeles caídos pecaron por su propia voluntad – y por lo tanto, son merecedores
de la eterna ira de Dios (el fuego eterno).
¿Por qué Dios concedió a los ángeles esta elección, cuando Él sabía cuál sería el resultado? Dios sabía que un
tercio de los ángeles se rebelarían, y que por tanto serían condenados al fuego eterno. Dios también sabía que
Satanás llevaría más allá su rebelión al tentar a la humanidad para pecar. Así que, ¿por qué lo permitió Dios? La
Biblia no da una respuesta específica a esta pregunta. Lo mismo puede ser cuestionado de casi cualquier acción
maligna – ¿por qué lo permite Dios? Finalmente, todo regresa a la elección. Dios creó seres libres, los ángeles y
los seres humanos. Si Dios deseara a seres que simplemente hicieran lo que ellos estuvieran programados para
hacer, hubiera bastado con los animales. No, Dios deseaba seres con quienes Él pudiera tener una genuina
relación, y por lo tanto Él nos dio toda la habilidad para elegir, y presentarnos con una decisión.
101.- ¿Qué es justificación?
Respuesta: En pocas palabras, justificar es declarar justo; hacerlo a uno justo con Dios. La justificación, es Dios
declarando justos a aquellos que reciben a Cristo, basándose en que la justicia de Cristo es imputada a la cuenta
de aquellos que lo reciben. Aunque la justificación como un principio, se encuentra a través de toda la Escritura,
el pasaje más importante que describe la justificación en relación a los creyentes está en Romanos 3:21-26:
“Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la
justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en Él. Porque no hay diferencia, por
cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia,
mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la
mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que Él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe en
Jesús.”
Somos justificados, declarados justos, al momento de nuestra salvación. La justificación no nos hace justos, sino
más bien declara nuestra justificación. Nuestra justificación procede de poner nuestra fe en la obra terminada de
Jesucristo. Su sacrificio cubre nuestro pecado, permitiendo que a través de él, Dios nos vea como perfectos y sin
culpa. Porque como creyentes estamos en Cristo, Dios ve la propia justicia de Cristo cuando nos mira. Esto
satisface las demandas de perfección de Dios; así que de esta manera, Él nos declara justos – Él nos justifica.
Romanos 5:18-19 lo resume bien: “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los
hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así
como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la
obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.” ¿Por qué es tan importante este pronunciamiento de
justificación? “Justificados. Pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
(Romanos 5:1). Es por la justificación que la paz de Dios puede reinar en nuestras vidas. Es por el HECHO de la
justificación, que los creyentes pueden tener la seguridad de la salvación. Es el HECHO de la justificación, lo que
permite que Dios inicie el proceso de santificación – el proceso de Dios haciendo realidad en nosotros, lo que ya
somos posicionalmente.
102.- ¿Qué dice la Biblia acerca de los juicios / demandas?
Respuesta: 1 Corintios 6:1-8 definitivamente instruye a los creyentes a no ir a la corte unos contra otros. El
demostrar que los cristianos no son capaces de perdonarse unos a los otros y reconciliar sus propias diferencias es
demostrar una derrota espiritual. ¿Por qué querría alguien hacerse cristiano, si los cristianos tienen los mismos
problemas y son igualmente incapaces de resolverlos entre ellos? Sin embargo, hay algunas circunstancias
cuando una demanda podría ser la opción apropiada. Si se ha seguido el patrón bíblico para la reconciliación
(Mateo 18:15-17) y la parte ofensora aún permanece en su error, en algunas instancias el demandar puede ser la
acción más apropiada. Esto solo puede hacerse después de orar mucho por sabiduría (Santiago 1:5) y de consultar
con una guía espiritual.
1 Corintios 6:4 dice “Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor
estima en la iglesia?” Todo el contexto de 1 Corintios 6:1-6 trata sobre las disputas en la iglesia, pero Pablo se
refiere al sistema de justicia cuando habla de los juicios concernientes a cosas que pertenecen a esta vida. Pablo
explica que para las cuestiones referentes a esta vida y que están fuera de la iglesia, existen los sistemas jurídicos.
Luego nos dice que los problemas de la iglesia no deben ser llevados a las cortes, sino que deben ser juzgados
dentro de la iglesia.
Hechos capítulo 21 comenzando con el verso 26 nos narra cómo Pablo fue arrestado y acusado equivocadamente
de algo que no hizo. Entonces los romanos lo aprehendieron y en el capítulo 22, comenzando con el verso 24
leemos, “Mandó el tribuno que le metiesen en la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber
por qué causa clamaban así contra él. Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba
presente; – ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado?” Pablo usó la ley romana y su
ciudadanía para protegerse a sí mismo. No hay nada de malo con usar el sistema jurídico, en tanto se haga con un
motivo justo y un corazón puro.
1 Corintios 6:7 declara, “Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos.
¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados?” La cuestión por la que
Pablo se preocupa más aquí, es por el testimonio del creyente. Sería mucho mejor para nosotros el dejar que se
aprovechen o aún que abusen de nosotros, que el empujar a una persona aún más lejos de Cristo, al llevarlo ante
la justicia. ¿Qué es más importante, una batalla legal, o una batalla por el alma eterna de una persona?
103.- ¿Qué es el Jueves Santo?
Respuesta: El Jueves Santo (en inglés, el Jueves Maundy) es el jueves de la Semana de la Pasión, un día antes
del Viernes Santo (el jueves antes del Domingo de Pascua). El Jueves Santo es el nombre dado a la fecha en que
Jesús celebró la Pascua con sus discípulos, conocido como la Última Cena. Dos eventos importantes son el foco
del Jueves Santo.
En primer lugar, Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos y, por tanto, instituyó la Cena del Señor,
también llamada la Comunión (Lucas 22:19-20). Algunas iglesias cristianas observan una celebración especial de
la Cena del Señor el Jueves Santo en recuerdo de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En segundo lugar,
Jesús lavó los pies de los discípulos como un acto de humildad y servicio, estableciendo así un ejemplo que
debemos amar y servir el uno al otro mutuamente en la humildad (Juan 13:3-17). Algunas iglesias cristianas
observan una ceremonia del lavado de los pies el Jueves Santo para conmemorar a Jesús lavando los pies de los
discípulos.
La palabra inglesa “Maundy” se deriva de la palabra latina para “mandato.” El “Maundy” en el Jueves Santo se
refiere al mandato que dio Jesús a sus discípulos en la Última Cena, que deben amar y servir el uno al otro.
¿Debemos observar el Jueves Santo? La Biblia no lo ordena ni lo excluye. Es una buena cosa recordar la Última
Cena y el sacrificio de Jesús en nuestro favor. Es una buena cosa recordar el ejemplo de la humildad del Señor.
Sin embargo, al mismo tiempo, debemos evitar las observancias rituales de días festivos a menos que estén
realmente enfocados en Dios y nuestra relación con él.
En resumen, ¿pueden los cristianos llevarse unos a otros a la corte por asuntos de la iglesia? ¡Absolutamente no!
¿Pueden los cristianos llevar a otros a la corte por asuntos civiles? Si puede evitarse de alguna manera, no.
¿Pueden los cristianos llevar a la corte a los no creyentes, sobre asuntos civiles? Nuevamente, si puede ser
evitado, no. Sin embargo, en algunas instancias, tales como la protección de nuestros propios derechos (como en
el ejemplo del apóstol Pablo), puede ser apropiado el procurarse una defensa legal.
104.- ¿Qué es el Juicio del Gran Trono Blanco?
Respuesta: El Juicio del Gran Trono Blanco se encuentra en Apocalipsis 20:11-15 y es el juicio final antes de
que los perdidos sean echados al lago de fuego (el lugar del castigo eterno, comúnmente conocido como
infierno). Sabemos por Apocalipsis 20:7-15 que este juicio tendrá lugar después del milenio y después de que
Satanás, la bestia y el falso profeta sean lanzados al lago de fuego (Apocalipsis 20:7-10). Los libros que son
abiertos (Apocalipsis 20:12) contienen registros de las acciones de todos, tanto si son buenas como malas, porque
Dios conoce cada cosa que se ha dicho, hecho, o aún pensado; y Él recompensará o castigará a cada uno, de
acuerdo a ello (Salmo 28:4; Salmo 62:12; Romanos 2:6; Apocalipsis 2:23; Apocalipsis 18:6; Apocalipsis 22:12).
Al mismo tiempo también se abrirá otro libro que es el “libro de la vida” (Apocalipsis 20:12). Es este el libro que
determina si una persona heredará la vida eterna con Dios, o recibirá el castigo eterno en el lago de fuego.
Aunque los cristianos son tenidos como responsables de sus actos, ellos son perdonados en Cristo y sus nombres
fueron escritos en el “libro de la vida desde la fundación del mundo” (Apocalipsis 17:8) También sabemos por la
Escritura que es en este juicio donde Jesús juzgará a “los muertos de acuerdo a sus obras” (Apocalipsis 20:12) y
que todos aquellos “cuyos nombres no se encuentren inscritos en el libro de la vida” serán echados al lago de
fuego (Apocalipsis 20:15).
El hecho de que habrá un juicio final para todos los hombres, tanto creyentes como no creyentes, es claramente
confirmado en muchos pasajes de la Escritura. Cada persona comparecerá un día ante Cristo para ser juzgada por
sus obras. Mientras que está muy claro que el Juicio del Gran Trono Blanco es el juicio final de Cristo, los
cristianos no están de acuerdo en cómo se relaciona a otros juicios mencionados en la Biblia, y en cuanto a
quienes exactamente serán juzgados en el Juicio del Gran Trono Blanco.
Muchos cristianos creen que las Escrituras revelan tres diferentes juicios por venir. El primero es el juicio de las
“ovejas y los cabritos”, o el “juicio de las naciones” como es visto en Mateo 25:31-36. Ellos creen que tendrá
lugar después del período de la Tribulación, pero antes del Milenio y que éste es para determinar quién entrará en
el reino Milenial. El segundo es el juicio de las obras de los creyentes, frecuentemente referido como el “tribunal
(bema) de Cristo” (2 Corintios 5:10); tiempo durante el cual, los cristianos recibirán grados de recompensa por
sus obras o servicio a Dios. El tercero es el juicio del “Gran Trono Blanco” al final del milenio (Apocalipsis
20:11-15); que es el juicio de los incrédulos en el cual ellos serán juzgados de acuerdo a sus obras y sentenciados
al castigo eterno en el lago de fuego.
Otros cristianos creen que todos estos tres juicios, como se ve en Mateo 25:31.36; 2 Corintios 5:10 y Apocalipsis
20:11-15, hablan del mismo juicio final, no de tres juicios separados. En otras palabras, aquellos que sostienen
esta opinión, creen que el juicio del “Gran Trono Blanco” en Apocalipsis 20:11-15 será el tiempo para que los
creyentes e incrédulos sean igualmente juzgados. Aquellos cuyos nombres se encuentren en el “libro de la vida”
serán juzgados por sus obras, para determinar las recompensas o pérdida de recompensas que ellos obtendrán; y
aquellos cuyos nombres no se encuentren en el “libro de la vida” serán juzgados de acuerdo a sus obras para
determinar el grado de castigo que recibirán en el lago de fuego. Aquellos que sostienen esta opinión, creen que
Mateo 25:31.46 es otra descripción de lo que tendrá lugar en el juicio del “Gran Trono Blanco” en Apocalipsis
20:11-15. Las “ovejas” (creyentes) entrarán a la vida eterna, mientras que los “cabritos” (incrédulos) serán
lanzados al “castigo eterno” (Mateo 25:46).
Cualquiera que sea la opinión que tenga uno sobre el juicio del “Gran Trono Blanco”, es importante nunca perder
de vista tres hechos importantes concernientes al juicio o juicios venideros. (1) Que Jesucristo será el Juez. (2)
Que los incrédulos serán juzgados por Cristo, y que ellos serán castigados de acuerdo a sus obras. La Biblia es
muy clara en que el incrédulo está acumulando “ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de
Dios.” (Romanos 2:5), y que Dios “pagará a cada uno conforme a sus obras” (Romanos 2:6). (3) Que los
creyentes también serán juzgados por Cristo, pero puesto que la justicia de Cristo les ha sido imputada a ellos, y
sus nombres están escritos en el “libro de la vida”, ellos serán recompensados de acuerdo a las obras que ellos
hicieron. Romanos 14:10-12 es muy claro en cuanto a que “todos compareceremos ante el tribunal de Cristo” y
que “cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.”
Sin duda alguna, la Biblia es muy clara en que todos, tanto creyentes como incrédulos, estaremos algún día ante
Cristo para ser juzgados. Pero la buena noticia para los creyentes es que nuestro juicio no determinará si somos
lanzados al lago de fuego, porque eso ya fue establecido una vez que creímos al Evangelio y nos convertimos en
“hijos de Dios”. Aquellos que son verdaderamente salvos, han sido beneficiados con el gran intercambio en el
cual nuestros pecados son acreditados a Cristo y Su justicia es imputada a nosotros. Así que, aunque nuestra
salvación está asegurada en Cristo, aun así “cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” (Romanos 14:12), y
deberemos esforzarnos para hacer todas las cosas para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31).
105.- ¿Qué dice la Biblia acerca del karma?
Respuesta: El karma es un concepto teológico encontrado en las religiones budista e hindú. Es la idea de que la
manera en que uno vive la vida, determina la calidad de vida que uno tendrá cuando sea reencarnado. En otras
palabras, si uno es generoso, amable y santo durante su vida, uno será recompensado al ser reencarnado (renacido
en un nuevo cuerpo terrenal) en una vida placentera. Sin embargo, si uno vive una vida del egoísmo y maldad,
uno será reencarnado en una vida que será menos que placentera. En otras palabras, nosotros cosechamos en la
siguiente vida, lo que sembremos en esta. El karma está basado en la creencia teológica de la reencarnación. La
Biblia no concuerda con la idea de la reencarnación, así que por tanto, no respalda la idea del karma.
Hebreos 9:27 declara, “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después
de esto el juicio.” Este verso de la Biblia deja muy en claro dos puntos importantes, mismos que para los
cristianos, niegan la posibilidad de la reencarnación y el karma. Primero, afirma que estamos “destinados a morir
una vez,” significando que los humanos solo nacemos una vez y solo morimos una vez. No hay un círculo
infinito de vida y muerte y renacimiento que es inherente en la teoría de la reencarnación. Segundo, establece que
después de la muerte, enfrentamos el juicio, significando que no hay una segunda oportunidad, como la hay en la
reencarnación y el karma, para vivir una vida mejor. Tú tienes solo una oportunidad de vida y para vivirla de
acuerdo al plan de Dios, y es todo.
La Biblia habla mucho sobre el sembrar y cosechar. Job 4:8 dice, “Como yo he visto, los que aran iniquidad y
siembran injuria, la siegan.” Salmo 126:5 dice “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.” Y Lucas
12:24 dice, “Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa ni granero, y Dios los
alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?”
En cada una de estas instancias, así como en todas las demás referencias al sembrar y cosechar, dicen que el
hecho de recibir las recompensas por las acciones de uno, tiene lugar en esta vida, no en una vida futura. Es una
actividad del día presente y la referencia hace claro que el fruto que uno coseche será proporcional con las
acciones que uno ha realizado. Adicionalmente, las acciones o siembra que uno realice en esta vida, afectará la
recompensa o el castigo de uno en la vida futura.
106.- ¿Cuál es para mí la religión verdadera?
Respuesta: Los restaurantes de comida rápida nos tientan, al permitirnos ordenar nuestra comida exactamente
como queremos. Algunas cafeterías alardean acerca de cientos de sabores diferentes y variaciones de café. Aun
cuando compramos casas y carros, podemos buscar uno con todas las opciones y características deseadas. Ya no
vivimos en un mundo de chocolate, vainilla y frutilla. ¡La selección es el rey! Usted puede encontrar casi todo lo
que quiera de acuerdo con sus propios gustos y necesidades personales.
Así que, ¿qué le parece una religión que sea justo para usted? ¿Qué le parece una religión libre de culpa, que no
haga demandas, y que no esté cargada de un montón de reglas molestas de lo que uno debe o no debe hacer? Está
ahí, justo como lo he descrito, pero ¿es la religión algo para ser escogido como un sabor favorito de helado?
Hay un montón de voces compitiendo por nuestra atención, entonces ¿por qué uno debería considerar a Jesús
superior a, digamos, Mahoma, Confucio, Buda, Charles Taze Russell, o Joseph Smith? Después de todo, ¿no
conducen todos los caminos al cielo? ¿No son todas las religiones básicamente lo mismo? La verdad es que no
todas las religiones conducen al cielo, así como no todos los caminos conducen a Roma.
Sólo Jesús habla con la autoridad de Dios, porque sólo Jesús venció la muerte. Mahoma, Confucio, y los otros, se
desmoronan en sus tumbas hasta hoy mismo, pero Jesús, por Su propio poder, abandonó la tumba tres días
después de morir sobre una cruel cruz romana. Cualquiera que tenga el poder sobre la muerte, merece su
atención. Cualquiera que tenga el poder sobre la muerte merece ser escuchado.
La evidencia que acredita la resurrección de Jesús es arrolladora. Primero, ¡Hubo sobre quinientos testigos
oculares del Cristo resucitado! Eso es un montón de testigos oculares. Quinientas voces no pueden ser ignoradas.
¡También está el asunto de la tumba vacía; los enemigos de Jesús fácilmente pudieron haber detenido todo lo que
se hablaba acerca de la resurrección al presentar su cuerpo muerto y descompuesto, pero no hubo un cuerpo para
presentar! ¡La tumba estaba vacía! ¿Pudieron los discípulos haber robado su cuerpo? Difícilmente. Para prevenir
tal eventualidad, la tumba de Jesús había estado fuertemente resguardada por soldados armados. Considerando
que sus seguidores más cercanos por temor habían huido en Su arresto y crucifixión, es muy poco probable que
este pobre conjunto de pescadores atemorizados se hubiera enfrentado mano a mano a entrenados soldados
profesionales. ¡El hecho simple es que la resurrección de Jesús no puede dar explicación!
Nuevamente, cualquiera que tiene poder sobre la muerte, merece ser escuchado. Jesús probó Su poder sobre la
muerte, por tanto, necesitamos escuchar lo que dice. Jesús afirma ser el único camino hacia la salvación (Juan
14:6). El no es un camino; El no es uno de muchos caminos. Jesús es el camino.
Y este mismo Jesús dice, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo
11:28) Este es un mundo fatigoso y la vida es difícil. La mayoría de nosotros estamos bastante sufridos, heridos,
y deteriorados. ¿Está de acuerdo? Así que, ¿qué es lo que quiere? ¿Un restablecimiento o una mera religión? ¿Un
Salvador viviente o uno de muchos “profetas” muertos? ¿Una relación significativa o rituales vacíos? Jesús no es
una elección – ¡Él es la elección!
Si usted está buscando perdón, Jesús es la verdadera “religión” (Hechos 10:43). Jesús es la verdadera religión si
usted está buscando una relación significativa con Dios (Juan 10:10). Jesús es la “religión” verdadera si usted está
buscando un hogar eterno en el Cielo (Juan 3:16). Ponga su fe en Jesucristo como su Salvador. ¡No lo lamentará!
Confíe en Él para el perdón de sus pecados. ¡No quedará decepcionado!
Si usted desea tener una “relación verdadera” con Dios, aquí está una oración modelo. Recuerde, hacer esta
oración o cualquier otra, no lo va a salvar. Es solamente el confiar en Cristo lo que le puede librar del pecado.
Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en Él, y agradecerle por proveerle la salvación.
“¡Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera
que a través de la fe en Él yo pueda ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la
salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón – el don de la vida eterna! En el Nombre de Jesús,
¡Amén!”
Esta vida futura no es un renacimiento o una reencarnación en otro cuerpo aquí en la tierra. Es ya sea un eterno
sufrimiento en el infierno (Mateo 25:46) o una vida eterna en el Cielo con Jesús, quien murió para que
pudiéramos vivir eternamente con Él. Este debe ser el enfoque de nuestra vida en la tierra. El apóstol Pablo
escribió en Gálatas 6:8-9, “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su
tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Finalmente, debemos recordar siempre que fue Jesús, por cuya muerte en la cruz resultó en la cosecha de vida
eterna para nosotros, y que es la fe en Jesús la que obtendrá la vida eterna para nosotros. Efesios 2:8-9 nos dice
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para
que nadie se gloríe.” Por lo tanto, vemos que el concepto de la reencarnación y el karma es incompatible con lo
que la Biblia enseña acerca de la vida, la muerte; y la siembra y la cosecha de la vida eterna.
107.- ¿Por qué la gente en el Génesis vivió vidas tan largas?
Respuesta: el por qué la gente en los primeros capítulos del Génesis vivía vidas tan largas es algo misterioso.
Hay muchas teorías hechas por eruditos y científicos. La genealogía en Génesis 5 registra la línea de los buenos
descendientes de Adán – la línea que eventualmente produciría al Mesías. Posiblemente Dios bendijo
especialmente esta línea con una larga vida como resultado de su bondad y obediencia. Mientras que esto es una
posible explicación, la Biblia en ningún lugar limita la duración de la vida a individuos mencionados en el
Génesis capítulo 5. Además de Enoc, Génesis 5 no identifica a ninguno de los individuos como hombres
especialmente buenos. Más bien parece que en ese tiempo todos vivían varios cientos de años. Hubo muchos
factores que probablemente contribuyeron a esto.
Génesis 1:6-7 menciona que había “aguas sobre la expansión”, una “bóveda” de agua que rodeaba la tierra. Tal
“bóveda de agua” pudo haber creado un efecto de “invernadero” sobre la tierra entera, y habría bloqueado mucha
de la radiación que ahora azota la tierra. Esto habría resultado en unas condiciones ideales de vida sobre la tierra.
Esto parece ser así, considerando lo rapidez con que la duración de la vida se acortó a partir del Diluvio. Génesis
7:11 indica que, en el Diluvio, la “bóveda de agua” fue vertida sobre la tierra, terminando las condiciones ideales
de vida. Comparar las edades antes del Diluvio (Génesis 5:1-32) con las edades después del Diluvio (Génesis
11:10-32). Inmediatamente después del Diluvio, las edades decrecieron dramáticamente.
Otro factor a considerar es que en las pocas primeras generaciones después de la creación, el código genético
humano aún no había desarrollado muchos defectos. Adán y Eva fueron creados perfectos. Seguramente eran
altamente resistentes a padecimientos y enfermedades. Sus descendientes debían haber heredado estas ventajas,
aunque en menor grado. Sin embargo, a través del tiempo y como resultado del pecado, el código genético
humano se volvió progresivamente corrupto y los seres humanos se volvieron más y más susceptibles a la muerte
y la enfermedad. Esto habría resultado en una drástica reducción de la duración de la vida.
107.- ¿Es el hablar en lenguas la evidencia de tener al Espíritu Santo?
Respuesta: Hay tres ocasiones en el libro de Los Hechos, donde el hablar en lenguas sucede cuando se recibe al
Espíritu Santo (Hechos 2:4; 10:44-46; 19:6). Sin embargo, estas tres ocasiones son las únicas veces en la Biblia,
donde el hablar en lenguas es una evidencia del recibir al Espíritu Santo. A través del libro de Hechos, miles de
personas creen en Jesús y no se dice nada acerca de que hayan hablado en lenguas (Hechos 2:41; 8:5-25; 16:31-
34; 21:20). En ninguna parte del Nuevo Testamento se enseña, que hablar en lenguas es la única evidencia de que
la persona haya recibido al Espíritu Santo. De hecho, el Nuevo Testamento enseña lo opuesto. Se nos dice que
cada creyente en Cristo tiene al Espíritu Santo (Romanos 8:9: 1 Corintios 12:13; Efesios 1:13-14), pero no todos
los creyentes hablaron en lenguas (1 Corintios 12:29-31).
Así que, ¿por qué era el hablar en lenguas, la evidencia del Espíritu Santo en esos tres pasajes del libro de Los
Hechos? Hechos capítulo 2 registra que los apóstoles fueron bautizados en el Espíritu Santo y capacitados por Él
para proclamar el Evangelio. Los apóstoles fueron habilitados para hablar en otros idiomas (lenguas), a fin de
poder compartir la verdad con la gente en sus propios idiomas. Hechos capítulo 10 relata al apóstol Pedro siendo
enviado a compartir el Evangelio con gente no judía. Pedro y los otros primeros cristianos, siendo judíos,
debieron haber pasado un tiempo difícil aceptando a los gentiles (gente no judía) dentro de la iglesia. Dios
capacitó a los gentiles para hablar en lenguas, para demostrar, que ellos habían recibido el mismo Espíritu Santo
que habían recibido los apóstoles (Hechos 10:47; 11:17).
Hechos 10:44-47 describe esto, “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos
los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que
también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que
magnificaban a Dios. Entonces respondió Pedro; ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean
bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?” Tiempo después, Pedro señala esta
ocasión como prueba de que Dios realmente estaba salvando a los gentiles (Hechos 15:7-11).
En ninguna parte el hablar en lenguas es presentado como algo que todos los cristianos deban esperar cuando
reciben a Jesucristo como su Salvador, y por lo tanto son bautizados en el Espíritu Santo. De hecho, de todas las
conversiones relatadas en el Nuevo Testamento, solo dos registran el hablar en lenguas en ese contexto. Las
lenguas fue un don milagroso que tuvo un propósito específico para un tiempo específico. No fueron, ni nunca lo
han sido, la evidencia de la recepción del Espíritu Santo.
108.- ¿Qué dice la Biblia acerca del legalismo?
Respuesta: La palabra “legalismo” no se encuentra en la Biblia. Es un término que usan los cristianos
evangélicos para describir una posición doctrinal enfatizando un sistema o reglas y reglamentos, para alcanzar
tanto la salvación como el crecimiento espiritual. Los legalistas creen que es necesaria la estricta adherencia
literal a esas reglas y reglamentos. Doctrinalmente, es una posición esencialmente opuesta a la gracia. Aquellos
que sostienen una postura legalista, pueden fallar aún en ver el propósito real de la ley, especialmente el propósito
de la Ley de Moisés en el Antiguo Testamento, el cual es el ser nuestro “avo” o “tutor” para traernos a Cristo.
(Gálatas 3:24).
Respecto a nuestra disposición, el legalismo es lo opuesto a ser compasivo, y así tenemos que aún los creyentes
pueden ser legalistas. En vez de eso, somos enseñados a ser misericordiosos unos con otros. “Recibid al débil en
la fe, pero no para contender sobre opiniones.” (Romanos 14:1). Tristemente, existen aquellos que se sienten tan
seguros acerca de su posición escatológica, que te excluirán de su círculo, antes de permitirte que expreses otra
opinión. Eso, también, es legalismo. Muchos creyentes legalistas de hoy, cometen el error de demandar
solidaridad incondicional a sus propias interpretaciones bíblicas, y aún a sus propias tradiciones. Por ejemplo, hay
aquellos que sienten que para ser espirituales, uno simplemente debe evitar el tabaco, las bebidas alcohólicas, los
bailes y el cine, etc. La verdad es que el evitar esas cosas no es ninguna garantía de espiritualidad.
Para evitar caer en la trampa del legalismo, podemos comenzar por asirnos firmemente a las palabras del apóstol
Juan, “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”
(Juan 1:7), y recordar el ser misericordiosos, especialmente hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo. “¿Tú,
quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso
es el Señor para hacerle estar firme.” (Romanos 14:4). “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también,
¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.” (Romanos
14:10).
Aquí es necesaria una palabra de precaución. Mientras que necesitamos ser misericordiosos unos con otros y
tolerantes sobre desacuerdos y asuntos disputables, no podemos aceptar la herejía. Somos exhortados a contender
por la fe que una vez nos fue confiada a los santos (Judas 1:3). Si recordamos estos lineamientos y los aplicamos
en amor y misericordia, no caeremos ni en el legalismo ni en la herejía. “Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced e
Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no
confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios, y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros
habéis oído que viene y que ahora ya está en el mundo.” (1 Juan 4:1-3).
109.- ¿Tienen que obedecer los cristianos, la ley del Antiguo Testamento?
Respuesta: La clave para entender este punto, es saber que la ley del Antiguo Testamento, fue dada a la nación
de Israel, no a los cristianos. Algunas de las leyes se hicieron para que los Israelitas supieran, cómo obedecer y
agradar a Dios (por ejemplo los Diez Mandamientos), algunos de estos eran para mostrarles cómo adorar a Dios
(el sistema sacrificatorio), otros simplemente, para hacer a los Israelitas diferentes de otras naciones (Las reglas
de alimentación y vestimenta). Ninguna de las leyes del Antiguo Testamento se aplica a nosotros hoy. Cuando
Jesús murió en la cruz, puso fin a la ley del Antiguo Testamento (Romanos 10:4; Gálatas 3:23-25: Efesios 2:15).
En lugar de estar bajo la Ley del Antiguo Testamento, estamos bajo la ley de Cristo (Gálatas 6:2) esto es
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y
grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos
mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:37-40) Si hacemos estas dos cosas, estaremos
cumpliendo con todo lo que Cristo quiere que hagamos, “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus
mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” (1ª Juan 5:3). Técnicamente, aún los Diez Mandamientos
no son aplicables a los cristianos. Sin embargo, nueve de los Diez Mandamientos están repetidos en el Nuevo
Testamento (todos, excepto el mandamiento de observar el Día de Reposo). Obviamente, si estamos amando a
Dios, no estaremos adorando a otros dioses o adorando a ídolos. Si estamos amando a nuestros vecinos, no
estaremos asesinándolos, mintiéndoles, cometiendo adulterio contra ellos, o codiciando lo que les pertenece. De
manera que, no estamos bajo los requerimientos de la ley del Antiguo Testamento. Debemos amar a Dios y a
nuestros vecinos. Si hacemos aquellas dos cosas fielmente, todo lo demás va a estar en su lugar.
110.- ¿Es la seguridad eterna una licencia para pecar?
Respuesta: La objeción más frecuente a la doctrina de la seguridad eterna es que supuestamente ésta promueve
la idea de que los cristianos pueden vivir de la manera que les plazca y aun así ser salvos. Mientras que esto es
“técnicamente” cierto, esta no es la “esencia” de la seguridad eterna. Una persona que verdaderamente ha
aceptado a Jesucristo como su Salvador “puede” vivir una vida pecaminosa; pero “no lo hará”. Debemos
establecer una diferencia entre cómo debe vivir un cristiano y lo que debe a hacer una persona para recibir la
salvación.
La Biblia es extensamente clara en que la salvación es solamente por gracia, únicamente a través de la fe en
Jesucristo (Juan 3:16; Efesios 2:8-9; Juan 14:6). Una persona es salvada por la fe y fe solamente. Al momento en
que una persona verdaderamente cree en Jesucristo, ella es salvada y asegurada en esa salvación. La Salvación no
es ganada por la fe y luego mantenida por las obras. El apóstol Pablo aborda este punto en Gálatas 3:3 “¿Tan
necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” Si somos salvados por fe,
nuestra salvación también es mantenida y asegurada por la fe. No podemos ganar nuestra propia salvación. Por lo
tanto, tampoco podemos ganar el mantenimiento de nuestra salvación. Es Dios quien mantiene nuestra salvación
(Judas verso 24). Es la mano de Dios la que nos sostiene firmemente asidos. (Juan 10:28-29). Nada nos puede
separar del amor de Dios (Romanos 8:38-39).
Cualquier negativa de la seguridad eterna es, en esencia, una creencia de que nosotros debemos mantener nuestra
propia salvación por medio de nuestras buenas obras. Esto es totalmente contrario a la salvación por gracia.
Somos salvos por los méritos de Cristo, no por los nuestros (Romanos 4:3-8) El declarar que debemos obedecer
la Palabra de Dios o vivir una vida santa para mantener nuestra salvación, es igual a decir que la muerte de Jesús
no fue suficiente para pagar la condena por nuestros pecados. La muerte de Jesús fue absolutamente suficiente
para pagar por todos nuestros pecados – pasados, presentes y futuros, pre-salvación y post-salvación (Romanos
5:8;1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21).
Así que, con todo lo dicho, ¿significa esto que un cristiano puede vivir de la manera que le plazca y aún así ser
salvo? Esto esencialmente es una pregunta hipotética, porque la Biblia establece claramente que un verdadero
cristiano no vivirá “de la manera que le plazca”. Los cristianos son nuevas criaturas (2 Corintios 5:17). Los
cristianos muestran el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), no las obras de la carne (Gálatas 5:19-21). 1 Juan 3:6-
9 dice claramente que un verdadero cristiano no vivirá en el pecado. En respuesta a la acusación de que la gracia
promueve el pecado, el apóstol Pablo dice, “¿Qué pues diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia
abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? (Romanos
6:1-2).
La seguridad eterna no es una “licencia” para pecar. Más bien es la seguridad de saber que el amor de Dios está
garantizado para aquellos que confían en Cristo. El conocer y entender el tremendo regalo de Dios en la
salvación, conduce a lo opuesto de una “licencia” para pecar. ¿Cómo podría alguien, sabiendo el precio que
Jesucristo pagó por nosotros, seguir viviendo una vida de pecado? (Romanos 6:15-23)- ¿Cómo podría alguien
que entendiendo el incondicional y garantizado amor de Dios para aquellos que creen; tomar ese amor y
aventarlo de regreso a la cara de Dios? Tal persona demostraría, no que la eterna seguridad que le ha sido dada es
una licencia para pecar; sino más bien que esa persona no ha experimentado verdaderamente la salvación a través
de Jesucristo. “Nadie que vive en Él sigue pecando.”
111.- ¿Los seres humanos realmente tienen un libre albedrío?
Respuesta: Si por “libre albedrío” se entiende que Dios da a los humanos la oportunidad para tomar decisiones
que verdaderamente afecten su destino; entonces sí, los seres humanos tienen libre albedrío. El estado de pecado
del mundo está directamente asociado con las decisiones tomadas por Adán y Eva. Todos los relatos sobre la
caída de la raza humana indican que fue el resultado de una decisión equivocada. A partir de entonces, los
individuos han tenido la oportunidad de elegir el seguir a Dios, o experimentar las consecuencias por no haber
hecho esa elección.
Aún a la luz de la elección de Dios de Abraham y sus descendientes, Dios responsabilizó a los individuos por su
elección. En el Antiguo Testamento, los individuos ajenos al pueblo elegido (Israel), fueron capaces de elegir
creer y seguir a Dios, (ejemplos: Gentiles que salieron con los israelitas en el éxodo, Ruth y Rahab). Por tanto,
Aquel que elige, también permite que los individuos elijan. El libro de Romanos es famoso por explicar la
salvación y la soberanía de Dios. Utiliza palabras como “elegir”, “predestinado,” “elegido,” etc., sin embargo
también sostiene que la gente es responsable por no elegir.
En el texto donde el libro de Romanos discute la pecaminosa depravación de los humanos, Dios establece
claramente que aquellos excluidos de la salvación, no tienen excusa, están “sin defensa.” Esto es específicamente
en virtud del rechazo a la revelación general, que muestra la existencia de Dios a través de Su creación (Romanos
1:20-21).
En otro pasaje vemos que: (1) Se espera que los individuos elijan (romanos 3:16; Romanos 10:11; etc.). (2) Los
individuos pueden elegir ser insensatos o prudentes (Mateo 7:26). (3) Las Escrituras fueron dadas para proveer
instrucción para salvación – obviamente para ser elegidos o rechazados (2 Timoteo 3:15; Juan 20:30-32). (4)
Jesús estableció que el elegir obedecer, es una señal de nuestro amor por Él (Juan 14:21).
Es la voluntad de Dios que ninguno perezca (2 Pedro 3:9), por lo tanto, debe ser la elección de alguien más la que
separa a los individuos de Dios. Dios dice que cosecharemos lo que sembremos – podemos elegir una cosecha
diferente (Gálatas 6:7-8).
La gran cantidad de mandatos dados por Dios, asumen que el que los escuche, puede tomar la decisión de
obedecerlos o desobedecerlos. Solo parece lógico que Dios nos haga responsables por ello, si en verdad tenemos
un libre albedrío para elegir. Por lo tanto, un Dios justo no declararía expectativas sobre aquellos que no tienen
libertada para elegir. Entonces, sería injusto que Dios castigara a aquellos que no tuvieron elección sobre sus
acciones. Dios, en Su absoluta soberanía, creó la raza humana con la habilidad para hacer libres y genuinas
elecciones.
112.- Libro de 1 de Crónicas – La Biblia.
Autor: El libro de 1 de Crónicas no especifica el nombre de su autor. La tradición es que 1 y 2 de Crónicas fueron
escritos por Esdras.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 de Crónicas fue escrito probablemente entre el 450 y 425 a.C.
Propósito de la Escritura: Los Libros de 1 y 2 de Crónicas en su mayor parte cubren casi la misma información
que 1 y 2 de Samuel y 1 y 2 de Reyes. 1 y 2 de Crónicas se enfocan principalmente en el aspecto del sacerdocio
de ese período de tiempo. El Libro de 1 de Crónicas fue escrito después del exilio para ayudar a aquellos que
regresaron a Israel, a entender la manera de adorar a Dios. La historia se centra en el reino del sur, las tribus de
Judá, Benjamín y Leví. Estas tribus tendían a ser más fieles a Dios.
Versos Clave: 1 Crónicas 11:1-2 “Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He aquí nosotros
somos tu hueso y tu carne. También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras quien sacaba a la guerra a
Israel, y lo volvía a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás
príncipe sobre Israel mi pueblo.”
1 Crónicas 21:13, “Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la mano de
Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres.”
1 Crónicas 29:11, “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas
las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre
todos.”
Breve Resumen: Los primeros 9 capítulos de 1 Crónicas están dedicados a listas y genealogías. Esporádicamente
a través del resto del libro de 1 de Crónicas encontramos más listas y genealogías. A la mitad del libro se registra
la ascensión de David al trono y sus hechos posteriores. El libro concluye con Salomón, el hijo de David
convertido en el rey de Israel. En resumen, el Libro de 1 de Crónicas se divide en: Capítulos 1:1 – 9:23 –
Genealogías selectas; Capítulos 9:24 – 12:40 – El ascenso de David; Capítulos 13:1 – 20:30 – El reinado de
David.
Referencias Proféticas: En la canción de David de agradecimiento a Dios en 1 Crónicas 16:33, él se refiere al
tiempo cuando Dios “viene a juzgar la tierra.” Esto prefiguró Mateo 25, donde Jesús describe el tiempo cuando Él
vendrá a juzgar la tierra. A través de las parábolas de las diez vírgenes y los talentos, Él advierte a aquellos que se
encuentren sin la sangre de Cristo cubriendo sus pecados, que serán echados “en las tinieblas de afuera.” Él
exhorta a Su pueblo a estar preparado, porque cuando Él venga, separará en juicio a las ovejas de los cabritos.
Parte del Pacto Davídico con Dios, se reitera en el capítulo 17, referente al futuro Mesías, quien sería
descendiente de David. Los versos 13-14 describen al Hijo quien será establecido en la casa de Dios y cuyo trono
será firme para siempre. Esto solo puede referirse a Jesucristo.
Aplicación Práctica: Las genealogías como las que se encuentran en 1 de Crónicas pueden parecernos áridas,
pero ellas nos recuerdan que Dios conoce a cada uno de Sus hijos personalmente, aún hasta el número de los
cabellos de nuestra cabeza (Mateo 10:30). Puede confortarnos el hecho de que lo que somos y lo que hacemos,
está escrito para siempre en la mente de Dios. Si pertenecemos a Cristo, nuestros nombres están escritos para
siempre en el libro de la vida del Cordero (Apocalipsis 13:8).
Dios es fiel a Su pueblo y guarda Sus promesas. En el Libro de 1 Crónicas, vemos el cumplimiento de la promesa
de Dios a David cuando él es hecho rey sobre todo Israel (1 Crónicas 11:1-3). Podemos estar seguros de que Sus
promesas para nosotros serán cumplidas también. Él ha prometido bendecir a aquellos que lo sigan, a quienes
vengan a Jesucristo arrepentidos y a quienes obedezcan Su Palabra.
Obediencia trae bendición; desobediencia trae juicio. El Libro de 1 Crónicas, así como 1 y 2 de Samuel y 1 y 2 de
Reyes, es una crónica del patrón del pecado, arrepentimiento, perdón y restauración de la nación de Israel Del
mismo modo, Dios es paciente con nosotros y perdona nuestro pecado cuando venimos a Él con verdadero
arrepentimiento (1 Juan 1:9). Podemos descansar en el hecho de que Él escucha nuestra oración de dolor, perdona
nuestro pecado, restaura nuestra comunión con Él, y nos pone en el camino al gozo.
113.- Libro de 1 de Reyes – La Biblia.
Autor: El libro de 1 de Reyes no especifica el nombre de su autor. La tradición es que fue escrito por el profeta
Jeremías.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 de Reyes fue escrito probablemente entre el 560 y 540 a.C.
Propósito de la Escritura: Este libro es la secuela de 1 y 2 de Samuel y comienza por seguir la secuencia del
surgimiento del reinado de Salomón después de la muerte de David. La historia comienza con un reino unido,
pero termina con una nación dividida en 2 reinos, conocidos como Judá e Israel.
Versos Clave: 1 Reyes 1:30, “que como yo te he jurado por Jehová Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón
reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy.”
1 Reyes 9:3 “Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado
esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón
todos los días.”
1 Reyes 12:16 “Cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo:
¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee
ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus tiendas.”
1 Reyes 12:28 “Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis
subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto.”
1 Reyes 17:1 “Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de
Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.”
Breve Resumen: El Libro de 1 de Reyes comienza con Salomón y termina con Elías. La diferencia entre los dos
les da una idea de los que sucede en medio. Salomón nació después de un escándalo en palacio entre David y
Betsabe. Como su padre, él tenía una debilidad por las mujeres que lo llevaría al fracaso. Salomón lo hizo bien al
principio, orando por sabiduría y construyendo un templo a Dios que le tomó siete años. Pero luego pasó 13 años
construyendo un palacio para él mismo. Su acumulación de muchas esposas lo condujo a adorar a sus ídolos y
alejarlo de Dios. Después de la muerte de Salomón, Israel fue gobernado por una serie de reyes, muchos de los
cuales fueron impíos e idólatras. Esto, como consecuencia, alejó a la nación de Dios y ni aún la predicación de
Elías pudo traerlos de regreso a Él. Entre los reyes más malvados estaban Acab y su reina Jezabel, quienes
llevaron la adoración a Baal a nueva altura en Israel. Elías trató de llevar a los israelitas de regreso a la adoración
de Jehová, aún desafiando a los sacerdotes idolatras de Baal a confrontarse con Dios en el Monte Carmelo. Desde
luego Dios ganó. Esto hizo que la reina Jezabel se enojara (por decir poco) tanto, que ordenó la muerte de Elías,
quien huyó y se escondió en el desierto. Deprimido y exhausto, le dijo a Dios: “déjame morir.” Pero Dios le
envió comida y ánimo al profeta y le habló en un “suave murmullo,” y en el proceso salvó su vida para la obra
aún por hacer.
Referencias Proféticas: El templo de Jerusalén, donde el Espíritu de Dios habitaría en el lugar Santísimo,
prefigura a los creyentes en Cristo en los cuales reside el Espíritu Santo desde el momento de nuestra salvación.
Al igual que los israelitas que habían abandonado la idolatría, así también debemos apartarnos de cualquier cosa
que nos separe de Dios. Somos Su pueblo, el templo mismo del Dios vivo. Segunda de Corintios 6:16 nos dice,
“¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente,
como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.”
El profeta Elías fue el precursor de Cristo y los Apóstoles del Nuevo Testamento. Dios le permitió a Elías hacer
cosas milagrosas a fin de probar que él realmente era un hombre de Dios. Él resucitó de la muerte al hijo de la
viuda de Sarepta causando que ella exclamara – “Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de
Jehová es verdad en tu boca.” De la misma manera, son evidentes en el Nuevo Testamento los hombres de Dios
que hablaron Sus palabras a través de Su poder. Jesús no solo levantó a Lázaro de entre los muertos, sino que
también resucitó al hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:14-15) y a la hija de Jairo (Lucas 8:52-56). El apóstol Pedro
resucitó a Dorcas (Hechos 9:40) y Pablo resucitó a Eutico (Hechos 20:9-12).
Aplicación Práctica: El Libro de 1 Reyes tiene muchas lecciones para los creyentes. Vemos una advertencia
acerca de las compañías que debemos mantener y especialmente en lo relativo a la estrecha relación con las
asociaciones y el matrimonio. Los reyes de Israel quienes, como Salomón, se casaron con mujeres extranjeras, se
expusieron a sí mismos y a la gente que gobernaban a la maldad. Como creyentes en Cristo, debemos ser muy
cuidadosos de a quien elegimos como amigos, socios de negocios y esposas. “No erréis; las malas conversaciones
corrompen las buenas costumbres.” (1 Corintios 15:33).
La experiencia de Elías en el desierto también nos enseña una valiosa lección. Después de su increíble victoria
sobre los 450 profetas de Baal en el Monte Carmelo, el gozo se tornó en sufrimiento cuando fue perseguido por
Jezabel y tuvo que huir por su vida. Tales experiencias “en lo alto de la montaña” son con frecuencia seguidas
por la decepción, la depresión y el desaliento que puede venir después. Debemos mantenernos en guardia para
este tipo de experiencias en la vida cristiana. Pero nuestro Dios es fiel y jamás nos dejará ni nos desamparará. El
quieto y suave murmullo que animó a Elías nos animará a nosotros también.
114.- Libro de 2 de Crónicas – La Biblia.
Autor: El libro de 1 de Crónicas no especifica el nombre de su autor. La tradición es que 1 y 2 de Crónicas fueron
escritos por Esdras.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 de Crónicas fue escrito probablemente entre el 450 y 425 a.C.
Propósito de la Escritura: Los Libros de 1 y 2 de Crónicas cubren casi la misma información que 1 y 2 Samuel y
1 y 2 Reyes. Los Libros 1 y 2 Crónicas se enfocan más en el aspecto del sacerdocio de ese período. El Libro de 2
de Crónicas es esencialmente una evaluación de la historia religiosa de la nación.
Versos Clave: 2 Crónicas 2:1 “Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de Jehová, y casa para su
reino.”
2 Crónicas 29:1-3 “Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años en
Jerusalén . El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a
todas las cosas que había hecho David su padre. En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las
puertas de la casa de Jehová, y las reparó.”
2 Crónicas 36:14 “También todos los principales sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la iniquidad, siguiendo
todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual él había santificado en
Jerusalén.”
2 Crónicas 36:23 “Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de
la tierra; y él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de
todo su pueblo, sea Jehová su Dios sea con él, y suba.”
Breve Resumen: El Libro de 2 Crónicas registra la historia del reino del sur de Judá, desde el reinado de Salomón
hasta la conclusión del exilio babilónico. La decadencia de Judá es decepcionante, pero el énfasis enfoca en los
reformistas espirituales, quienes celosamente buscaron volver al pueblo hacia Dios. Se dice poco de los malos
reyes o de los fracasos de los buenos reyes; solo se enfatiza la bondad. Puesto que 2 Crónicas tiene una
perspectiva sacerdotal, el reino del norte de Israel casi no es mencionado, debido su falsa adoración y su negativa
a reconocer el Templo de Jerusalén. Segunda de Crónicas concluye con la destrucción final de Jerusalén y del
Templo.
Referencias Proféticas: Al igual que todas las referencias a los reyes y templos en el Antiguo Testamento, vemos
en ellos un reflejo del verdadero Rey de Reyes –Jesucristo – y del templo del Espíritu Santo – Su pueblo. Aún el
mejor de los reyes de Israel tuvo los fracasos de todos los hombres pecadores y condujo erróneamente al pueblo.
Pero cuando el Rey de Reyes venga a vivir y a reinar en la tierra en el milenio, Él mismo se establecerá en el
trono sobre toda la tierra, como el legítimo heredero de David. Solo entonces, tendremos un Rey perfecto que
reinará en justicia y santidad, acerca de lo que el mejor rey de Israel solo pudo soñar.
Similarmente, el gran templo construido por Salomón no fue diseñado para durar por siempre. Solo 150 años
después, necesitaba ser reparado de la decadencia y deterioro por futuras generaciones quienes se habían vuelto a
la idolatría (2 Reyes 12). Pero el templo del Espíritu Santo – en aquellos que pertenecen a Cristo – vivirá por
siempre. Nosotros que pertenecemos a Jesús somos ese templo, no hecho de manos, sino por la voluntad de Dios.
(Juan 1:12-13) El Espíritu que vive en nosotros, jamás se apartará de nosotros y un día nos entregará a salvo en
las manos de Dios (Efesios 1:13; 4:30). Ningún templo terrenal tiene esa promesa.
Aplicación Práctica: El lector de Crónicas es invitado a evaluar cada generación del pasado y discernir porqué
cada una fue bendecida por su obediencia o castigada por su maldad. Pero también debemos comparar la
situación de estas generaciones con la nuestra. Tanto colectiva como individualmente. Si nosotros o nuestro país
o nuestra iglesia está experimentando dificultades, es para nuestro beneficio comparar nuestras creencias y cómo
actuamos basados en esas creencias, con las experiencias de los israelitas bajo el gobierno de varios reyes. Dios
odia el pecado y no lo tolerará. Pero si las Crónicas nos enseñan algo, es que Dios desea perdonar y sanar a
aquellos que humildemente oren y se arrepientan (1 Juan 1:9).
Si pudieras obtener de Dios cualquier cosa que desearas, ¿qué le pedirías? ¿Una fabulosa fortuna? ¿Una salud
perfecta para ti y tus seres queridos? ¿El poder de la vida sobre la muerte? Increíble pensar en ello ¿no es así?
Pero más increíble es que Dios le hizo esa oferta a Salomón, y él no eligió ninguna de esas cosas. Lo que él le
pidió fue sabiduría y conocimiento para completar la obra que Dios le había asignado, y que la realizara
correctamente. La lección para nosotros es que Dios nos a dado a cada uno de nosotros una comisión para
cumplir, y la bendición más grande que podemos buscar de Dios, es la habilidad para llevar a cabo Su voluntad
en nuestras vidas. Para ello, necesitamos “sabiduría de lo alto” (Santiago 3:17) para discernir Su voluntad, así
como la comprensión y el conocimiento íntimo de Él, a fin de motivarnos para ser como Cristo, tanto en hechos
como en actitud (Santiago 3:13).
115.- Libro de 1 de Samuel – La Biblia.
Autor: El autor es anónimo. Sabemos que Samuel escribió un libro (1 Samuel 10:25), y es muy probable que él
también escribiera parte de este libro. Otros posibles contribuyentes a 1 Samuel son los profetas/historiadores
Natán y Gad (1 Crónicas 29:29).
Fecha de su Escritura: Originalmente, los libros 1 y 2 Samuel eran un solo libro. Los traductores de la
Septuaginta los separaron, y nosotros hemos conservado desde entonces esta división. Los eventos de 1 Samuel
abarcan aproximadamente 100 años, desde el 1100 a.C., hasta el 1000 a.C. Los eventos de 2 Samuel, cubren otros
40 años. La fecha de su escritura entonces, seria en algún período posterior al 960 a.C.
Propósito de la Escritura: Primera de Samuel registra la historia de Israel en la tierra de Canaán, durante la
transición de ser gobernados por jueces a convertirse en una nación unificada bajo el gobierno de reyes. Samuel
emerge como el último juez, y él unge a los dos primeros reyes, Saúl y David.
Versos Clave: “Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a
Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti,
sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.”(1 Samuel 8:6-7)
“Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te
había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no
será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea
príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.”(1 Samuel 13:13-14).
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las
palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de
los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por
cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.” (1 Samuel 15:22-23)
Breve Resumen: El libro de 1 Samuel puede ser claramente dividido en dos secciones: la vida de Samuel
(capítulos 1-12) y la vida de Saúl (capítulos 13-31). El libro comienza con el milagroso nacimiento de Samuel en
respuesta a la ferviente oración de su madre. Cuando niño, Samuel vivió y sirvió en el templo. Dios lo eligió
como profeta (3:19-21), y la primer profecía del niño fue un juicio sobre sacerdotes corruptos.
Los israelitas van a la guerra con sus eternos enemigos, los filisteos. Los filisteos capturan el arca del pacto y se
adueñan de ella temporalmente, pero cuando el Señor envía Su juicio, los filisteos regresan el arca. Samuel llama
a Israel al arrepentimiento (7:3-6) y luego a la victoria sobre los filisteos.
El pueblo de Israel, queriendo ser como las otras naciones, desea un rey. Samuel se disgusta por sus demandas,
pero el Señor le dice que no es el liderazgo de Samuel el que están rechazando, sino el Suyo. Después de
advertirle a la gente lo que significaría tener un rey, Samuel unge a un benjamita llamado Saúl, quien es coronado
en Mizpa (10:17-25).
Saúl disfruta del éxito inicial, derrotando a los amonitas en batalla (capítulo 11); pero entonces él comete una
serie de errores: obstinadamente, él ofrece un sacrificio (capítulo 13), hace un inconsciente voto a expensas de su
hijo Jonatán (capítulo 14), y desobedece las órdenes directas del Señor (capítulo 15). Como resultado de la
rebelión de Saúl, Dios elige a otro para que tome su lugar. Mientras tanto, Dios retira la bendición de Saúl y un
espíritu maligno comienza a atormentarlo, llevándolo hacia la locura (16:14).
Samuel viaja a Belén para ungir a un joven llamado David como el siguiente rey (capítulo 16). Más tarde, David
tiene su famosa confrontación con Goliat el filisteo, y se convierte en un héroe nacional (capítulo 17). David sirve
en la corte de Saúl, casándose con su hija y entablando amistad con su hijo Jonatán. Saúl comienza a desarrollar
un creciente sentimiento de celos por el éxito y la popularidad de David, e intenta matarlo. David huye, y así se
inicia un extraordinario período de aventuras, intrigas y romance. Con ayuda sobrenatural, David
consistentemente apenas logra evadir la encarnizada persecución de Saúl (capítulos 19-26). A través de todo esto,
David mantiene su integridad y su amistad con Jonatán.
Referencias Proféticas: La oración de Ana en 1 Samuel 2:1-10 hace varias referencias proféticas de Cristo. Ella
ensalza a Dios como su Roca (v.2), y sabemos por lo que nos dice el evangelio, que Jesús es la Roca sobre la que
debemos construir nuestras casas espirituales. Pablo se refiere a Jesús como la “piedra de tropiezo” para los
judíos (Romanos 9:33). Cristo es llamado la “Roca espiritual” que proveyó la bebida espiritual de los israelitas en
el desierto, al igual que Él provee el “agua viva” para nuestras almas (1 Corintios 10:4; Juan 4:10). La oración de
Ana también hace referencia al Señor que juzgará los confines de la tierra (v.2:10), mientras que Mateo 25:31-32
se refiere a Jesús como el Hijo del Hombre quien vendrá en gloria a juzgar a todos.
Aplicación Práctica: La trágica historia de Saúl es un estudio sobre la oportunidad desperdiciada. Aquí estaba un
hombre que lo tenía todo – honor, autoridad, riquezas, buena apariencia, y más. Sin embargo murió en la
desesperación, aterrado por sus enemigos y sabiendo que le había fallado a su nación, su familia, y a su Dios.
Saúl cometió el error de pensar que podía complacer a Dios a través de la desobediencia. Como muchos en la
actualidad, él creyó que un motivo razonable compensaría un mal comportamiento. Tal vez el poder se le subió a
la cabeza, y comenzó a creer que él estaba por sobre las reglas. De alguna manera él desarrolló una baja opinión
de los mandatos de Dios y una alta opinión de él mismo. Aun cuando fue confrontado con su mal
comportamiento, él intentó vindicarse a sí mismo, y fue entonces cuando Dios lo rechazó (15:16-28).
El problema de Saúl es uno que todos enfrentamos – un problema del corazón. La obediencia a la voluntad de
Dios es absolutamente necesaria para el éxito, y si movidos por el orgullo nos rebelamos contra Él, nos
exponemos a la pérdida.
Por otra parte, David parecía no ser mucho al principio. Aún Samuel estuvo tentado a ignorarlo (16:6-7). Pero
Dios ve el corazón y Él vio en David a un hombre conforme a Su corazón (13:14). La humildad e integridad de
David, aunada a su celo por el Señor y su compromiso con la oración, establecen un buen ejemplo para todos
nosotros.
116.- Libro de 2 de Reyes – La Biblia.
Autor: El libro de 2 de Reyes no nombra a su autor. La tradición es que el profeta Jeremías fue el autor de 1 y 2
de Reyes.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 de Reyes, así como 1 Reyes, fueron escritos probablemente entre el 560 y el
540 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de 2 de Reyes, es una secuencia del Libro de 1 de Reyes. Continúa la historia
de los reyes sobre el reino dividido (Israel y Judá). El Libro de 2 de Reyes concluye con el derrocamiento y
deportación del pueblo de Israel y Judá a Asiria y Babilonia respectivamente.
Versos Clave: 2 Reyes 17:7-8 “Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de
Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos, y anduvieron en los estatutos de las
naciones que Jehová había lanzado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de
Israel”
2 Reyes 22:1ª-2 “Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un años. E hizo
lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a
izquierda.”
2 Reyes 24:2 “Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de moabitas y tropas de
amonitas, los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la palabra de Jehová que había
hablado por sus siervos los profetas.”
2 Reyes 8:19 “Con todo eso, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David su siervo, porque había
prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.”
Breve Resumen: En Segunda de Reyes, a pesar de la caída y la división del reino, los profetas continúan
advirtiendo al pueblo que el juicio de Dios está por llegar, pero ellos no se arrepentían. El reino de Israel es
repetidamente gobernado por reyes impíos, y aunque unos pocos de los reyes de Judá son buenos, la mayoría de
ellos alejan al pueblo de la adoración a Jehová. Estos pocos buenos gobernantes, junto con Elías y otros profetas,
no pueden frenar la decadencia de la nación. El reino del norte de Israel es eventualmente destruido por los
asirios, y cerca de 136 años después, el reino del sur de Judá es destruido por los babilonios.
Hay tres temas prominentes presentes en el Libro de 2 de Reyes. Primero, el Señor juzga a Su pueblo cuando
ellos desobedecen y le dan la espalda. La infidelidad de los israelitas se reflejaba en la maldad de la idolatría de
los reyes, y como resultado, Dios ejercita Su justa ira contra su rebelión. Segundo, la palabra de los verdaderos
profetas de Dios siempre se cumple. Puesto que el Señor siempre guarda Su palabra, también las palabras de Sus
profetas son siempre verdaderas. Tercero, el Señor es fiel. Él recordó Su promesa hecha a David (2 Samuel 7:10-
13) y, a pesar de la desobediencia del pueblo y la maldad de quienes los gobernaban, el Señor no exterminó a la
familia de David.
Referencias Proféticas: Jesús utilizó las historias de la viuda de Serepta de 1 de Reyes y de Naamán en 2 de
Reyes, para ilustrar la gran verdad de la compasión de Dios hacia aquellos a quienes los judíos juzgaban indignos
de la gracia de Dios – los pobres, los débiles, los oprimidos, los cobradores de impuestos, los samaritanos y los
gentiles. Al citar los ejemplos de la viuda pobre y de un leproso, Jesús se mostró a Sí Mismo como el Gran
Médico, quien sana y ministra a aquellos en gran necesidad de la divina gracia soberana. Esta misma verdad fue
la base del misterio del cuerpo de Cristo, Su Iglesia, la cual procedería de todos los niveles sociales, hombres y
mujeres, ricos y pobres, judíos y gentiles (Efesios 3:1-6).
Muchos de los milagros de Elías prefiguraron aquellos del mismo Jesús. Elías resucitó al hijo de la mujer
sunamita (2 Reyes 4:34-35), sanó la lepra de Naamán (2 Reyes 5:1-19), y multiplicó los panes para alimentar a
cien hombres y aún sobró (2 Reyes 4:42-44).
Aplicación Práctica: Dios aborrece el pecado y Él no permitirá que continúe indefinidamente. Si nosotros le
pertenecemos a Él, podemos esperar Su disciplina cuando le desobedecemos. Un Padre amoroso corrige a Sus
hijos para su beneficio y para probar que ellos realmente le pertenecen. Dios utiliza a veces a los incrédulos para
traer corrección a Su pueblo, y Él nos envía advertencias antes de aplicar sus juicios. Como cristianos, tenemos
Su Palabra para guiarnos y advertirnos cuando nos desviamos de Su camino. Al igual que los profetas de la
antigüedad, Su Palabra es confiable y siempre habla la verdad. La fidelidad de Dios para con Su pueblo jamás
fallará, aún cuando nosotros lo hagamos.
Las historias de la viuda y del leproso son ejemplos para nosotros con respecto al Cuerpo de Cristo. Así como
Elías tuvo misericordia de aquellos procedentes de los niveles más bajos de la sociedad, nosotros debemos darle
la bienvenida a todos los que pertenecen a Cristo en nuestras iglesias. Dios no hace “acepción de personas”
(Hechos 10:34) ni tampoco debemos hacerlo nosotros.
117.- Libro de 2 de Samuel – La Biblia.
Autor: El libro de 2 de Samuel no identifica a su autor. No pudo haber sido el profeta Samuel, puesto que él
murió en 1 de Samuel. Los posibles escritores incluyen a Natán y Gad (ver 1 de Crónicas 29:29).
Fecha de su Escritura: Originalmente los libros de 1 y 2 de Samuel eran un solo libro. Los traductores de la
Septuaginta los separaron, y nosotros hemos mantenido esa separación desde entonces. Los eventos de 1 de
Samuel abarcan aproximadamente 100 años, del 1100 a.C. a 1000 a.C. Los eventos de 2 de Samuel cubren otros
40 años. Entonces, la fecha de su escritura sería en algún tiempo posterior al 960 a.C.
Propósito de la Escritura: 2 Samuel es el registro del reinado del rey David. Este libro coloca al Pacto Davídico
en su contexto histórico.
Versos Clave: 2 Samuel 7:16 “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será
estable eternamente.”
2 Samuel 19:4 “Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo
mío!”
2 Samuel 22:2-4 “Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste. Invocaré a
Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mi enemigos.”
Breve Resumen: El libro de 2 Samuel puede ser dividido en dos secciones principales – Los triunfos de David
(capítulos 1-10), y los problemas de David (capítulos 11-20). Esta última parte del libro (capítulos 21-24) es un
apéndice no cronológico, que contiene detalles posteriores del reinado de David.
El libro comienza con David recibiendo las noticias de la muerte de Saúl y sus hijos. Él proclama un tiempo de
duelo. En seguida, David es coronado rey sobre Judá, mientras que Is-boset es asesinado, y los israelitas le piden
a David que reine sobre ellos también (capítulos 4-5).
David muda la capital del país de Hebrón a Jerusalén y más tarde transporta el Arca del Pacto (capítulos 5-6). El
plan de David de construir un templo en Jerusalén es vetado por Dios, quien entonces le promete a David las
siguientes cosas: 1) David tendría un hijo que gobernaría después de él; 2) El hijo de David construiría el templo;
3) el trono ocupado por el linaje de David sería establecido para siempre; y 4) Dios jamás apartaría Su
misericordia de la casa de su casa (2 Samuel 7:4-16).
David conduce a Israel a la victoria sobre muchas naciones enemigas, las cuales se les rindieron. Él también
muestra su bondad con la familia de Jonatán al aceptar y retribuir a Mefi-boset, el hijo lisiado de Jonatán
(capítulos 8-10).
Entonces David cae. Él codicia a una hermosa mujer llamada Betsabe, comete adulterio con ella, y luego manda
matar a su esposo (capítulo 11). Cuando Natán el profeta confronta a David con su pecado, David lo confiesa, y
Dios en Su gracia lo perdona. Sin embargo, el Señor le dice a David que los problemas surgirían desde dentro de
su propia casa.
El problema viene cuando el hijo primogénito de David, Amnón, viola a su media hermana, Tamar. En represalia,
Absalón el hermano de Tamar, mata a Amnón. Absalón entonces huye de Jerusalén en vez de enfrentar la ira de
su padre. Más tarde, Absalón encabeza una revuelta contra David, y algunos de los colaboradores más allegados a
David, se unen a la rebelión (capítulos 15-16). David es forzado a salir de Jerusalén, y Absalón se establece él
mismo como rey por corto tiempo. Sin embargo el usurpador es derrocado, y –contra los deseos de David—es
muerto. David llora a su hijo caído.
Un clima generalizado de inquietud impregna el resto del reinado de David. Los hombres de Israel amenazan con
separarse de Judá, y David debe sofocar otra insurrección (capítulo 20).
El apéndice del libro incluye información concerniente a tres años de hambre en la tierra (capítulo 21), una
canción de David (capítulo 22), un registro de las hazañas de los guerreros más valientes de David (capítulo 23),
y el pecaminoso censo de David y la consiguiente plaga (capítulo 24).
Referencias Proféticas: El Señor Jesucristo es visto principalmente en dos partes de 2 Samuel. Primero, en el
Pacto Davídico como se indica en 2 Samuel 7:16: “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu
rostro, y tu trono será estable eternamente.” Y reiterado en Lucas 1:32-33 en las palabras del ángel que apareció a
María para anunciarle el nacimiento de Jesús: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor
Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”
Cristo es el cumplimiento del Pacto Davídico: Él es el Hijo de Dios en la línea de David quien reinará para
siempre.
Segundo, Jesús es visto en la canción de David al final de su vida (2 Samuel 22:2-51). Él canta de su roca,
fortaleza y libertador, su refugio y salvador. Jesús es nuestra Roca (1 Corintios 10:4; 1 Pedro 2:7-9), el Libertador
de Israel (Romanos 11:25-27), el fortísimo consuelo de “los que hemos acudido para asirnos de la esperanza
puesta delante de nosotros.” (Hebreos 6:18), y nuestro único Salvador (Lucas 2:11; 2 Timoteo 1:10).
Aplicación Práctica: Cualquiera puede caer. Aún un hombre como David, quien realmente deseaba seguir a Dios
y quien fue ricamente bendecido por Dios, fue susceptible a la tentación. El pecado de David con Betsabe debe
ser una advertencia a todos nosotros para guardar nuestro corazón, nuestros ojos y nuestra mente. El orgullo
sobre la madurez espiritual y nuestra habilidad para resistir la tentación en nuestra propia fuerza, es el primer
paso hacia la caída (1 Corintios 10:12).
Dios es clemente para perdonar aún los pecados más atroces cuando verdaderamente nos arrepentimos. Sin
embargo, el curar la herida causada por el pecado no siempre borra la cicatriz. El pecado tiene consecuencias
naturales, y aún después de que él fue perdonado, David segó lo que había sembrado. Su hijo nacido de la unión
ilícita con la esposa de otro hombre, le fue quitado de él (2 Samuel 12:14-24) y David sufrió la miseria de una
ruptura en su amada relación con su Padre celestial (Salmos 32 y 51). ¡Cuánto mejor es evitar pecar en primer
lugar, en vez de tener que buscar después el perdón!
118.- Libro de 1 Corintios – La Biblia.
Autor: 1 Corintios 1:1 identifica al autor del libro de 1 Corintios, como el apóstol Pablo.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 Corintios fue escrito aproximadamente en el año 55 d.C.
Propósito de la Escritura: El apóstol Pablo fundó la iglesia en Corinto. Pocos años después de dejar la iglesia, el
apóstol Pablo oyó algunos reportes inquietantes acerca de la iglesia corintia. Estaban llenos de orgullo y estaban
tolerando la inmoralidad sexual. Los dones espirituales eran usados incorrectamente, y había un creciente
malentendido de las doctrinas cristianas básicas. El apóstol Pablo escribió su primera carta a los Corintios en un
intento por restaurar a la iglesia corintia a su fundamento – Jesucristo.
Versos Clave: 1 Corintios 3:3: “Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y
disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?”
1 Corintios 6:19-20: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”
1 Corintios 10:31: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.”
1 Corintios 12:7: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”
1 Corintios 13:4-7: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más
se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”
1 Corintios 15:3-4: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros
pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.”
Breve Resumen: La iglesia corintia estaba llena de divisiones. Los creyentes en Corinto estaban divididos en
grupos leales a ciertos líderes espirituales (1 Corintios 1:12; 3:1-6). Pablo exhortó a los creyentes corintios a tener
unidad por devoción a Cristo (1 Corintios 3:21-23). Muchos en la iglesia estaban esencialmente aprobando una
relación inmoral (1 Corintios 5:1-2). Pablo les ordenó expulsar a ese perverso de la iglesia (1 Corintios 5:13). Los
creyentes corintios estaban llevándose unos a otros ante la corte (1 Corintios 6:1-2). Pablo enseñó a los corintios
que sería mejor aceptar sufrir el agravio que dañar su testimonio cristiano (1 Corintios 6:3-8).
Pablo le dio instrucciones a la iglesia de Corinto sobre el matrimonio y el celibato (capítulo 7), la comida
sacrificada a los ídolos (capítulos 8 y 10), la libertad cristiana (capítulo 9), el velo sobre la cabeza de las mujeres
(1 Corintios 11:1-16), la Cena del Señor (1 Corintios 11: 17-34), los dones espirituales (capítulos 12-14), y la
resurrección (capítulo 15). Pablo organizó el libro de 1 Corintios respondiendo a preguntas que los creyentes
corintios le habían planteado, y respondiendo ante la conducta impropia y las creencias erróneas que ellos habían
aceptado.
Conexiones: En el capítulo 10 del libro de 1 Corintios, Pablo utiliza la historia de los israelitas en el desierto, para
ilustrar a los creyentes de Corinto la locura del abuso de la libertad y el peligro del exceso de confianza. Pablo les
había advertido a los corintios acerca de su falta de autodisciplina (1 Corintios 9:24-27). Él prosigue describiendo
a los israelitas quienes, a pesar de ver los milagros y el cuidado de Dios por ellos –la división del Mar Rojo, la
milagrosa provisión del maná del cielo y el agua de una roca – ellos malentendieron su libertad, se rebelaron
contra Dios, y cayeron en la inmoralidad y la idolatría. Pablo exhorta a la iglesia corintia a considerar el ejemplo
de los israelitas y evitar la lujuria y la inmoralidad sexual (vv.6-8) y a poner a Cristo a prueba y quejarse (vv.9-
10).Ver Números 11:4, 34, 25:1-9; Éxodo 16:2, 17:2, 7.
Aplicación Práctica: Muchos de los problemas y preguntas con las que estaba luchando la iglesia en Corinto, aún
están presentes en la iglesia de hoy. Las iglesias en la actualidad aún batallan con divisiones, con inmoralidad, y
con el uso de los dones espirituales. El libro de 1 Corintios pudo muy bien haber sido escrito a la iglesia de hoy, y
haríamos bien en atender a las advertencias de Pablo y aplicarlas en nosotros mismos. A pesar de todas las
reprensiones y correcciones, 1 Corintios trae nuestra atención de regreso a donde debe estar – en Cristo. El amor
genuinamente cristiano es la respuesta a muchos problemas (capítulo 13). Un entendimiento apropiado de la
resurrección de Cristo, como se revela en el capítulo 15, y por lo tanto una comprensión apropiada de nuestra
propia resurrección, es la cura para lo que nos divida y amenace.
119.- Libro de 1 Juan – La Biblia.
Autor: 1, 2, y 3 Juan han sido atribuidos desde los primeros tiempos de la iglesia, al apóstol Juan, quien también
escribió el Evangelio de Juan. El contenido, estilo, y vocabulario parecen apoyar la conclusión de que estas tres
epístolas fueron dirigidas a los mismos lectores que el Evangelio de Juan.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 Juan fue escrito probablemente entre el 85-95 d.C.
Propósito de la Escritura: El libro de 1 Juan parece ser una sinopsis en la que se asume el conocimiento del
Evangelio por parte de sus lectores, según lo escrito por Juan, y donde se les brinda seguridad por su fe en Cristo.
La primera epístola indica que los lectores fueron confrontados con el error del gnosticismo, lo cual se convirtió
en un problema más serio en el segundo siglo. Como una filosofía de la religión, sostenía que la materia es mala
y el espíritu bueno. La solución a la tensión entre estos dos, era el conocimiento, o gnosis, a través del cual, el
hombre se elevaba de lo mundano a lo espiritual. En el mensaje del Evangelio, esto condujo a dos falsas teorías
concernientes a la persona de Cristo. El docetismo – que describía al Jesús humano como un fantasma – y el
cerintianismo – que aseguraba que Jesús poseía una doble personalidad, a veces humana y a veces divina. El
propósito primordial de 1 Juan, es establecer los límites sobre el contenido de la fe, y dar a los creyentes la
seguridad de su salvación.
Versos Clave: 1 Juan 1:9, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad.”
1 Juan 3:6, “Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.”
1 Juan 4:4, “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el
que está en el mundo.”
1 Juan 5:13, “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que
tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”
Breve Resumen: Los falsos maestros espirituales eran un gran problema en la iglesia primitiva. En razón de que
no había aún un Nuevo Testamento completo al que los creyentes pudieran consultar, muchas iglesias cayeron
presas de estos engañadores, quienes enseñaban sus propias ideas y se erigían a sí mismos como líderes. Juan
escribió esta carta para establecer la verdad sobre algunos puntos importantes, particularmente lo concerniente a
la identidad de Jesucristo.
Esta carta de Juan ayudó a sus lectores a reflejar honestidad en su fe, porque en ella trata los fundamentos de la fe
en Cristo. Esto les ayudó a responder a la pregunta, ¿Somos verdaderos creyentes? Juan les dijo que ellos podrían
decirlo, observando sus acciones. Si se amaban unos a otros, esa era evidencia de la presencia de Dios en sus
vidas. Pero si ellos discutían y peleaban todo el tiempo, o eran egoístas y no veían unos por los otros, entonces
estaban demostrando que, de hecho, no conocían a Dios.
Eso no significaba que tenían que ser perfectos. De hecho, Juan también reconoció que el creer involucra el
admitir nuestros pecados y buscar el perdón de Dios. El depender de Dios para limpiarnos de la culpa, así como
admitir nuestras faltas contra otros y enmendarlas, era otro aspecto importante para llegar a conocer a Dios.
Conexiones: Uno de los pasajes más citados respecto al pecado, se encuentra en 1 Juan 2:16. En este pasaje, Juan
describe los tres aspectos del pecado que recuerdan las primeras y más mundialmente destructoras tentaciones en
toda la Escritura. El primer pecado –la desobediencia de Eva—fue el resultado de su rendición ante las mismas
tres tentaciones como lo encontramos en Génesis 3:6: los deseos de la carne (“bueno para comer”); los deseos de
los ojos (“agradable a los ojos”); y la vanagloria de la vida (“codiciable para alcanzar la sabiduría”).
Aplicación Práctica: El libro de 1 Juan es un libro de amor y gozo. Explica el compañerismo que tenemos unos
con otros y con Jesucristo. Hace la diferencia entre la felicidad, la cual es temporal y efímera, y el gozo
verdadero, respecto al cual 1 Juan nos dice como alcanzarlo. Si tomamos las palabras escritas por Juan y las
aplicamos a nuestras vidas diarias, el amor verdadero, el compromiso, el compañerismo y el gozo que anhelamos,
será nuestro.
El apóstol Juan conocía bien a Cristo. Él nos dice que todos podemos tener también esa estrecha relación con
Jesucristo. Tenemos el testimonio de hombres que tuvieron un contacto directo y personal con Él. Los escritores
de los Evangelios presentan su testimonio sólidamente estructurado sobre una realidad histórica. Ahora, ¿cómo se
aplica eso a nuestras vidas? Se nos explica que Jesús vino aquí como el Hijo de Dios, para crear una unión con
nosotros basada en Su gracia, misericordia, amor y aceptación. Son tantas las veces que la gente piensa que Jesús
está lejos, en algún lugar lejano y que Él realmente no se preocupa por nuestras luchas diarias, problemas y
preocupaciones. Pero Juan nos está diciendo que Jesús está justo aquí con nosotros, tanto en los asuntos simples y
mundanos de nuestras vidas, como en los complejos sufrimientos del alma. Juan da testimonio como testigo
basado en sus experiencias personales, que Dios se hizo carne y habitó entre los hombres. Eso significa que
Cristo vino a vivir con nosotros y Él aún vive con nosotros. Así como caminó por el mundo al lado de Juan, así
también camina a través de cada día con nosotros. Necesitamos aplicar esta verdad en nuestras vidas y vivir como
si Jesús estuviera parado justo a nuestro lado cada segundo del día. Si ponemos esta verdad en práctica, Cristo
añadirá santidad a nuestras vidas, haciéndonos más y más semejantes a Él.
120.- Libro de 1 Pedro – La Biblia.
Autor: 1 Pedro 1:1 identifica al autor del libro de 1 Pedro, como el apóstol Pedro.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 Pedro fue escrito probablemente entre el 60 y el 65 d.C.
Propósito de la Escritura: 1 Pedro es una carta de Pedro a los creyentes que habían sido dispersados a través de
todo el mundo antiguo y estaban bajo una intensa persecución. Si alguien entendía lo que era persecución, era
Pedro. Él fue golpeado, amenazado, castigado y encarcelado por predicar la Palabra de Dios. Él sabía lo que
costaba permanecer firme sin amargarse, sin perder la esperanza, y afianzado en la fe vivir una vida obediente y
victoriosa. Este conocimiento de una esperanza viva en Jesús era el mensaje, así como seguir el ejemplo de
Jesucristo.
Versos Clave: 1 Pedro 1:3, “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande
misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.”
1 Pedro 2:9, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para
que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
1 Pedro 2:24, “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando
muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”
1 Pedro 5:8-9, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van
cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”
Breve Resumen: Aunque este tiempo de persecución era desesperante, Pedro dice que realmente era un tiempo de
regocijo. Diciéndoles que vieran como un privilegio el sufrir por amor a Cristo, así como su Salvador sufrió por
ellos. Esta carta hace referencia a las experiencias personales de Pedro con Jesús, así como a sus sermones
registrados en el libro de Hechos. Pedro confirma que Satanás es el gran enemigo de cada cristiano, pero la
seguridad en el futuro regreso de Cristo, proporciona el incentivo para la esperanza.
Conexiones: La familiaridad de Pedro con la ley del Antiguo Testamento y los profetas, le permitían explicar
varios pasajes del Antiguo Testamento a la luz de la vida y la obra del Mesías, Jesucristo. En 1 Pedro 1:16, él cita
Levítico 11:44 “Sed santos, porque yo soy santo.” Pero él lo parafrasea explicando que la santidad no es
alcanzada por guardar la ley, sino por la gracia otorgada a todos los que creen en Cristo (v.13). Más adelante,
Pedro explica la referencia a la “piedra angular” en Isaías 28:16 y el Salmo 118:22 como Cristo, quien fue
rechazado por los judíos a causa de su desobediencia e incredulidad. Las referencias adicionales al Antiguo
Testamento, incluyen la ausencia de pecado en Cristo (1 Pedro 2:22 / Isaías 53:9) y exhortaciones para vivir
santamente a través del poder de Dios que da bendición (1 Pedro 3:10-12; Salmos 34:12-16; 1 Pedro 5:5;
Proverbios 3:34).
Aplicación Práctica: La seguridad de la vida eterna es dada a todos los cristianos. Una forma de identificarnos
con Cristo, es compartiendo Sus sufrimientos. Para nosotros, eso significaría soportar insultos y calumnias de
parte de aquellos que nos llaman “aleluyas” o “santurrones.” Esto es tan poco, comparado con lo que Cristo
sufrió por nosotros en la cruz. Permanece firme en lo que sabes y crees que es lo correcto, y regocíjate cuando
seas el objetivo del mundo y Satanás para lastimarte.
121.- Libro de 1 Tesalonicenses – La Biblia.
Autor: 1 Tesalonicenses 1:1 indica que el libro de 1 Tesalonicenses fue escrita por el apóstol Pablo,
probablemente junto con Silas y Timoteo.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 Tesalonicenses fue escrito aproximadamente en el año 50 d.C.
Propósito de la Escritura: En la iglesia de Tesalónica había algunos malentendidos acerca del regreso de Cristo.
Pablo deseaba aclarárselos en su carta. También la escribe como una instrucción sobre la vida santa.
Versos Clave: 1 Tesalonicenses 3:5, “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme
de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.”
1 Tesalonicenses 3:7, “Por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de
vosotros por medio de vuestra fe.”
1 Tesalonicenses 4:14-17, “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los
que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de
mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en
las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
1 Tesalonicenses 5:16-18, “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la
voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
Breve Resumen: Los primeros tres capítulos son acerca de Pablo anhelando visitar la iglesia en Tesalónica, pero
sin haberlo logrado porque Satanás se los impidió (1 Tesalonicenses 2:18), y la manera en que Pablo cuidaba de
ellos y se animaba al escuchar como habían estado. Luego Pablo ora por ellos (1 Tesalonicenses 3:11-13). En el
capítulo 4, Pablo instruye a los creyentes en Tesalónica sobre cómo vivir una vida santa en Cristo Jesús (1
Tesalonicenses 4:1-12). Pablo prosigue instruyéndolos sobre un malentendido que ellos tenían. Les dice que la
gente que había muerto en Cristo Jesús, también irá al cielo cuando Él regrese (1 Tesalonicenses 4:13-18, 5:1-
11). El libro termina con instrucciones finales de vivir la vida cristiana.
Conexiones: Pablo les recuerda a los tesalonicenses que la persecución que estaban sufriendo de sus “propios
conciudadanos” (v. 2:15 14), los judíos que rechazaron a su Mesías, es la misma que sufrieron los profetas del
Antiguo Testamento (Jeremías 2:30; Mateo 23:31). Jesús advirtió que los verdaderos profetas de Dios siempre
tendrían la oposición de los impíos (Lucas 11:49). En Colosenses, Pablo les recuerda esa verdad.
Aplicación Práctica: El libro puede ser aplicado a muchas situaciones de la vida. Nos brinda la confianza de que
como cristianos, estemos muertos o vivos, cuando Cristo regrese estaremos juntos con Él (1 Tesalonicenses 4:13-
18). Nos asegura que como cristianos no recibiremos la ira de Dios (1 Tesalonicenses 5:8-9). Nos instruye sobre
cómo caminar diariamente en la vida cristiana. (1 Tesalonicenses 4—5).
122.- Libro de 1 Timoteo – La Biblia.
Autor: El Libro de 1 Timoteo fue escrito por el apóstol Pablo (1 Timoteo 1:1)
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 Timoteo fue escrito entre el 62—66 d.C.
Propósito de la Escritura: Pablo le escribió a Timoteo para animarlo en su responsabilidad de supervisar la obra
de la iglesia de Éfeso y posiblemente otras iglesias en la provincia de Asia (1 Timoteo 1:3). Esta carta finca los
fundamentos para ordenar ancianos (1 Timoteo 3:1-7), y proporciona una guía para la gente común dentro de la
administración de la iglesia (1 Timoteo 3:8-13). En esencia. 1 Timoteo es un manual de liderazgo para la
organización y administración de la iglesia.
Versos Clave: 1 Timoteo 2:5, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre.”
1 Timoteo 2:12, “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en
silencio.”
1 Timoteo 3:1-2, “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea
irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar.”
1 Timoteo 4:9-10, “Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. que por esto mismo trabajamos y
sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente
de los que creen.”
1 Timoteo 6:12, “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado,
habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.”
Breve Resumen: Esta es la primera carta que Pablo escribió a Timoteo, un joven pastor quien había sido de gran
ayuda para Pablo en su obra. Timoteo era griego. Su madre era judía y su padre griego. Pablo era más que solo un
tutor y líder para Timoteo, él era como un padre para él y Timoteo era como un hijo para Pablo (1 Timoteo 1:2).
Pablo comienza la carta urgiendo a Timoteo a estar alerta ante los falsos maestros y la falsa doctrina. Sin
embargo, buena parte de la carta trata sobre la conducta pastoral. Pablo instruye a Timoteo en la adoración
(capítulo 2) y el desarrollo de líderes maduros para la iglesia (capítulo 3). La mayor parte de la carta trata de la
conducta pastoral, advertencias sobre los falsos maestros, y la responsabilidad de la iglesia hacia los miembros
que pequen, las viudas, ancianos y esclavos. A través de toda la carta, Pablo anima a Timoteo a permanecer
firme, a perseverar, y a permanecer fiel a su llamado.
Conexiones: Existe una relación interesante entre el libro de 1 Timoteo y el Antiguo Testamento, y es la cita de
Pablo sobre las bases para considerar a los ancianos de la iglesia como dignos de “doble honor” y merecedores de
respeto en el caso en que fueran acusados de mala conducta (1 Timoteo 5:17-19). Deuteronomio 24:15 y Levítico
19:13 hablan de la necesidad de pagar al trabajador lo que se ha ganado y de hacerlo puntualmente. Parte de la
Ley Mosaica demandaba que dos o tres testigos eran necesarios para levantar una acusación contra un hombre
(Deuteronomio 19:15). Los judíos cristianos en las iglesias que Timoteo pastoreaba, debían estar bien conscientes
de estas referencias al Antiguo Testamento.
Aplicación Práctica: Jesucristo es presentado por Pablo como el mediador entre Dios y el hombre (1 Timoteo
2:5), el Salvador para todos los que creen en Él. Él es Señor de la iglesia y Timoteo le sirve pastoreando Su
iglesia. Así, encontramos que ésta es la aplicación principal de la primera carta de Pablo a su “hijo en la fe.”
Pablo instruye a Timoteo en asuntos sobre la doctrina de la iglesia, el liderazgo de la iglesia, y la administración
de la iglesia. Podemos usar estas mismas instrucciones para gobernar nuestra asamblea local en la actualidad. De
la misma manera, el trabajo y ministerio de un pastor, los requerimientos para un anciano, y para un diácono son
justamente tan importantes y pertinentes en la actualidad como lo fueron en los días de Timoteo. La primera carta
de Pablo a Timoteo, se valora como un libro de enseñanza sobre el liderazgo, la administración, y el pastoreo de
la iglesia local. Las instrucciones en esta carta se aplican a cualquier líder o prospecto de líder de la iglesia
cristiana, y son igualmente relevantes en la actualidad, como lo fueron en los tiempos de Pablo. Para aquellos que
no fueron llamados para asumir el liderazgo en su iglesia, este libro es igualmente práctico. Cada seguidor debe
contender por la fe y evitar la falsa enseñanza. Cada seguidor debe permanecer firme y perseverar.
123.- Libro de 2 Corintios – La Biblia.
Autor: 2 Corintios 1:1 identifica al autor del libro de 2 Corintios como el apóstol Pablo, posiblemente junto con
Timoteo.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Corintios muy probablemente fue escrito entre el 55-57 d.C.
Propósito de la Escritura: La iglesia de Corinto se inició en el año 52 d.C., cuando Pablo los visitó en su segundo
viaje misionero. Fue entonces cuando él permaneció ahí por un año y medio, la primera vez que se le permitió
quedarse en un lugar tanto como él lo deseara. Un registro de esta visita y el establecimiento de la iglesia, se
encuentra en Hechos 18:1-18.
En su segunda carta a los corintios, Pablo expresa su alivio y gozo de que los corintios hubieran recibido su
“severa” carta (ahora perdida) de manera positiva. Esa carta se refería a asuntos que estaban dividiendo a la
iglesia; primeramente la llegada de los auto-nombrados (falsos) apóstoles (2 Corintios 11:13), quienes estaban
insultando el carácter de Pablo, sembrando discordia entre los creyentes, y enseñando falsa doctrina. Ellos
parecían estar cuestionando su veracidad (2 Corintios 1:15-17), su habilidad para hablar (2 Corintios 10:10;
11:6), y su indisposición para aceptar la ayuda económica de la iglesia en Corinto (2 Corintios 11:7-9; 12:13).
También había algunas personas que no se habían arrepentido de su comportamiento licencioso (2 Corintios
12:20-21).
Pablo estaba muy contento de saber por Tito, que la mayoría de los corintios se habían arrepentido de su rebelión
contra Pablo (2 Corintios 2:12-13; 7:5-9). El apóstol los anima por esto expresándoles su genuino amor por ellos
(2 Corintios 7:3-16). Pablo también buscó reivindicar su apostolado, porque algunos en la iglesia probablemente
habían cuestionado su autoridad (2 Corintios 13:3).
Positivamente, Pablo supo que los corintios habían recibido bien su “severa” carta. El apóstol los anima por esto
en una expresión de su genuino amor por ellos (2 Corintios 7:3-16). Pablo también buscó reivindicar su
apostolado, porque algunos en la iglesia probablemente habían cuestionado su autoridad (2 Corintios 13:3).
Versos Clave: 2 Corintios 3:5, “No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios.”
2 Corintios 3:18, “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor,
somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
2 Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas.”
2 Corintios 5:21, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él.”
2 Corintios 10:5, “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
2 Corintios 13:4, “Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también nosotros
somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.”
Breve Resumen: Después de saludar a los creyentes en la iglesia de Corinto y explicarles por qué no los había
visitado como originalmente lo había planeado (vv.1:3-2:2), Pablo explica la naturaleza de su ministerio. El
triunfo a través de Cristo y la sinceridad a los ojos de Dios, eran los distintivos de su ministerio a las iglesias
(2:14-17). Él compara el glorioso ministerio de la justificación de Cristo con el “ministerio de condenación” el
cual es la Ley. (v. 3:9), y declara su fe en la validez de su ministerio a pesar de la intensa persecución (4:8-18). El
capítulo 5 bosqueja las bases de la fe cristiana – la nueva naturaleza (v.17) y el intercambio de nuestro pecado por
la justificación de Cristo (v.21).
En los capítulos 6 y 7 encontramos a Pablo defendiéndose a sí mismo y a su ministerio, asegurándoles
nuevamente a los corintios su sincero amor por ellos y exhortándoles a arrepentirse y a vivir santamente. En los
capítulos 8 y 9, Pablo exhorta a los creyentes en Corinto a seguir el ejemplo de los hermanos en Macedonia y
extender su generosidad a los santos en necesidad. Él les enseña los principios y recompensas del ofrendar con un
corazón alegre.
Pablo termina su carta reiterando su autoridad entre ellos (capítulo 10) y su preocupación por su fidelidad a él
ante la feroz oposición de los falsos apóstoles. Él se llama “necio” a sí mismo por haber tenido que gloriarse de
mala gana de sus credenciales y su sufrimiento por Cristo (capítulo 11). Termina su epístola describiendo la
visión celestial que se le permitió experimentar, y el “aguijón en la carne” que le fue dado por Dios para asegurar
su humildad (capítulo 12). El último capítulo contiene su exhortación a los corintios a examinarse ellos mismos
para ver si su profesión es real, y termina con una bendición de amor y paz.
Conexiones: A través de sus epístolas, Pablo se refiere con frecuencia a la Ley Mosaica, comparándola con la
supereminente grandeza del Evangelio de Jesucristo y la salvación por la gracia. En 2 Corintios 3:4-11, Pablo
contrasta la ley del Antiguo Testamento con el nuevo pacto de gracia, refiriéndose a la ley como la que “mata”
mientras que el Espíritu da vida. La ley es “el ministerio de muerte grabado con letras en piedra” (v.7; Éxodo
24:12) porque conlleva solo el conocimiento del pecado y su condenación. La gloria de la ley es que refleja la
gloria de Dios, pero el ministerio del Espíritu es mucho más glorioso que el ministerio de la ley, porque refleja Su
misericordia, gracia y amor, al proporcionar a Cristo como el cumplimiento de la ley.
Aplicación Práctica: Esta carta es la más Biográfica y menos doctrinal de las epístolas de Pablo. Nos dice más
acerca de Pablo como persona y como ministro, que cualquiera de las otras. Dicho esto, hay unas pocas cosas que
podemos tomar de esta carta y aplicarlas a nuestras vidas en la actualidad. La primera cosa es la mayordomía, no
solo de dinero, sino también del tiempo. Los macedonios no solo dieron generosamente, “sino que a sí mismos se
dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.” (2 Corintios 8:5). De la misma
manera, nosotros debemos dedicar no solo todo lo que tenemos al Señor, sino todo lo que somos. En realidad, Él
no necesita nuestro dinero. ¡Él es omnipotente! Él quiere el corazón, uno que anhele servir y complacer y amar.
La mayordomía y el ofrendar a Dios es más que solo dinero. Sí, Dios quiere que diezmemos parte de nuestros
ingresos, y Él promete bendecirnos cuando le damos a Él. Pero es más que eso. Dios quiere el 100%. Él quiere
que nos demos por completo a Él. Todo lo que somos. Debemos pasar nuestra vida viviendo para servir a nuestro
Padre. Debemos no solo darle a Dios algo de nuestro salario, sino que nuestras mismas vidas deben ser un reflejo
de Él. Debemos darnos a nosotros mismos primeramente al Señor, y luego a la iglesia y a la obra del ministerio
de Jesucristo.
124.- Libro de 2 Juan – La Biblia.
Autor: El libro de 2 Juan no nombra directamente a su autor. La tradición de los primeros días de la iglesia,
establece que el autor fue el apóstol Juan. Ha habido varias conjeturas a través de los años, de que otro discípulo
de Cristo llamado Juan pudo haber sido el responsable por esta carta. Sin embargo, toda la evidencia señala hacia
Juan, el discípulo amado, quien también escribió el Evangelio de Juan.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Juan pudo haber sido escrito por la misma época de las otras cartas de Juan,
1 y 3 Juan, probablemente entre el 85 y 95 d.C.
Propósito de la Escritura: El libro de 2 Juan es una súplica urgente para que los lectores de la carta de Juan
mostraran su amor por Dios y Su Hijo Jesús, obedeciendo el mandamiento de amarse unos a otros, y viviendo sus
vidas en obediencia a las Escrituras. El libro de 2 Juan es también una fuerte advertencia para permanecer alertas
ante los engañadores, quienes estaban diciendo que Jesús realmente no resucitó en la carne.
Versos Clave: 2 Juan 6, “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que
andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.”
2 Juan 8-9, “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis
galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que
persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.”
Breve Resumen: El libro de 2 Juan está dirigido a ‘la señora elegida y a sus hijos.’ Esto bien pudo tratarse de una
dama importante de la iglesia, de o un código con el que se refería a la iglesia local y su congregación. En
aquellos días cuando los cristianos estaban siendo perseguidos, se usaban con frecuencia esta clase de
salutaciones en código.
El libro de 2 Juan contiene una gran preocupación con una urgente advertencia respecto a algunos engañadores,
quienes no estaban enseñando la verdadera doctrina de Cristo, y quienes mantenían que Jesús realmente no
resucitó en carne, sino solo espiritualmente. Juan estaba muy ansioso de que los verdaderos creyentes estuvieran
alertas ante estos falsos maestros y no tuvieran nada que ver con ellos.
Conexiones: Juan describe el amor no como una emoción o sentimiento, sino como la obediencia a los
mandamientos de Dios. Jesús reiteró la importancia de los mandamientos, especialmente “el primer gran
mandamiento,” amar a Dios (Deuteronomio 6:5) y el segundo – amarse los unos a los otros (Mateo 22:37-40;
Levítico 19:18). Lejos de abolir la ley de Dios del Antiguo Testamento, Jesús vino para observarla, proveyendo el
medio para su cumplimiento en Él mismo.
Aplicación Práctica: Es extremadamente importante que cotejemos con las Escrituras todo lo que veamos,
escuchemos, y leamos que se diga ser “cristiano.” Esto no puede ser lo suficientemente enfatizado, porque una de
las armas más poderosas de Satanás es el engaño. Es muy fácil dejarnos llevar por una nueva y excitante doctrina,
que pareciera estar basada en la Escritura; pero que si se examina de cerca, de hecho es una desviación de la
Palabra de Dios. Si lo que parece estar sucediendo no se alinea explícitamente con la Escritura, entones se trata
de algo falso y no es del Espíritu, por lo que debemos no tener nada que ver con ello.
125.- Libro de 2 Pedro – La Biblia.
Autor: 2 de Pedro 1:1 establece específicamente que el apóstol Pedro fue el autor de 2 Pedro. La autoría de Pedro
del libro de 2 Pedro, ha sido impugnada más que ningún otro libro del Nuevo Testamento. Sin embargo, los
padres de la iglesia primitiva no encontraron buenas razones para rechazarlo. Nosotros tampoco encontramos una
buena razón para rechazar la autoría de Pedro de 2 Pedro.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Pedro fue escrito hacia el final de la vida de Pedro. Puesto que Pedro fue
martirizado en Roma durante el reinado de Nerón, su muerte debe haber ocurrido antes del 68 d.C.
Probablemente él escribió 2 Pedro entre el 65 y el 68 d.C.
Propósito de la Escritura: Pedro estaba alarmado de que los falsos maestros hubieran comenzado a infiltrarse en
las iglesias. Él hizo un llamado a los cristianos a crecer y fortalecerse en su fe, para que pudieran detectar y
combatir la creciente apostasía. Enfatizó fuertemente la autenticidad de la Palabra de Dios y el seguro regreso del
Señor Jesús.
Versos Clave: 2 Pedro 1:3-4, “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por
su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las
cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.”
2 Pedro 3:9, “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
2 Pedro 3:18, “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea
gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”
Breve Resumen: Sabiendo que le quedaba poco tiempo (2 Pedro 1:14-15), y que estas iglesias enfrentaban un
peligro inminente (2 Pedro 2:1-3), él hace un llamado a los lectores para despertar su memoria (2 Pedro 1:13) y
estimular su pensamiento (2 Pedro 3:1-2), para poder recordar sus enseñanzas (2 Pedro 1:15). Él reta a los
creyentes a ser más maduros en su fe, añadiendo a ella específicas virtudes cristianas, a fin de convertirse en
creyentes productivos y eficaces en su conocimiento del Señor Jesucristo (2 Pedro 1:5-9) Los escritores del
Antiguo y Nuevo Testamento, fueron expuestos como ejemplos de autoridad por su fe (2 Pedro 1:12-21, 3:2,
3:15-16). Pedro deseaba que se hicieran más fuertes en la fe, para resistir a los falsos maestros que se habían
infiltrado y que estaban afectando negativamente a las iglesias. En su denuncia de ellos, él describe su conducta,
su condenación y sus características (2 Pedro capítulo 2), y quienes también hacían burla de la Segunda Venida
del Señor (2 Pedro 3:3-7). Pedro enseñó que para los cristianos, la Segunda Venida de Cristo es el incentivo para
una vida santa (2 Pedro 3:14). Después de una advertencia final, Pedro los anima nuevamente a crecer en la
gracia y el conocimiento de su Señor y Salvador Jesucristo. Posteriormente concluye con una palabra de alabanza
a su Señor y Salvador (2 Pedro 3:18).
Conexiones: En su denuncia de los falsos profetas, Pedro repite un tema prevalente del Antiguo Testamento que
debe haber resultado muy familiar para sus lectores. Muchos de los primeros cristianos fueron judíos convertidos
quienes habían sido bien instruidos en la ley y los profetas. Cuando Pedro se refirió a la “palabra profética” del
Antiguo Testamento en 2 Pedro 1:19-21, él denunció a su vez a los falsos profetas y afirmó que los verdaderos
profetas eran movidos por el Espíritu Santo quien hablaba a través de ellos (2 Samuel 23:2). Jeremías fue
igualmente esforzado en su crítica de los falsos profetas, preguntando “¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de
los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?” (Jeremías 23:26) Es evidente que
los mismos falsos maestros engañadores que plagaron el pueblo de Dios tanto en el Antiguo como el Nuevo
Testamento se encuentran aún entre nosotros, haciendo que la segunda epístola de Pablo sea tan relevante en la
actualidad como lo fue hace 2000 años.
Aplicación Práctica: Ciertamente, como cristianos del siglo 21, estamos más cerca del regreso de nuestro Señor
que los cristianos del primer siglo, para quienes fue escrita esta epístola. A través de la televisión y otros medios
masivos de comunicación, los cristianos maduros están conscientes de que muchos charlatanes están desfilando
como verdaderos líderes cristianos, y que cristianos inmaduros están siendo “llevados” por su charlatanería y
falsa interpretación de las Escrituras. Es de suma importancia, que todos los cristianos nacidos de nuevo, estemos
bien cimentados en la Palabra para que seamos capaces de discernir entre la verdad y el error.
Pedro nos dio la misma receta para crecer en la fe (2 Pedro 1:5-11), cuando es aplicada en nuestras vidas, nos
asegurará también una gran recompensa y que “será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Pedro 1:10-11). El fundamento de nuestra fe está y siempre estará en la
misma Palabra de Dios que predicó Pedro.
126.- Libro de 2 Tesalonicenses – La Biblia.
Autor: 2 Tesalonicenses 1:1 indica que el libro de 2 Tesalonicenses fue escrito por el apóstol Pablo,
probablemente junto con Silas y Timoteo.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Tesalonicenses fue escrito probablemente en el 51-52 d.C.
Propósito de la Escritura: La iglesia de Tesalónica aún tenía algunos malentendidos acerca del Día del Señor.
Ellos pensaban que ya había acontecido, así que dejaron de trabajar. Ellos estaban siendo gravemente
perseguidos. Pablo escribió para aclarar los malentendidos y para consolarlos.
Versos Clave: 2 Tesalonicenses 1:6-7, “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os
atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde
el cielo con los ángeles de su poder.”
2 Tesalonicenses 2:13, “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados
por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el
Espíritu y la fe en la verdad.”
2 Tesalonicenses 3:3, “Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.”
2 Tesalonicenses 3:10, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no
quiere trabajar, tampoco coma.”
Breve Resumen: Pablo saluda a la iglesia en Tesalónica y los anima y exhorta. Los alaba por lo que ha oído que
están haciendo en el Señor, y ora por ellos (2 Tesalonicenses 1:11-12). En el capítulo 2, Pablo explica lo que
sucederá en el Día del Señor (2 Tesalonicenses 2:1-12). Luego los anima a permanecer firmes y apartarse de los
hermanos que no vivan de acuerdo al evangelio (2 Tesalonicenses 3:6).
Conexiones: Pablo se refiere a varios pasajes del Antiguo Testamento en su discurso sobre el fin de los tiempos,
con lo cual confirma y concilia a los profetas del Antiguo Testamento. Mucha de su enseñanza sobre el final de
los tiempos en esta carta, está basada en el profeta Daniel y sus visiones. En 2 Tesalonicenses 2:3-9, él se refiere
a la profecía de Daniel con respecto al “hombre de pecado” (Daniel 7-8).
Aplicación Práctica: El libro de 2 Tesalonicenses está lleno con información que explica el final de los tiempos.
También nos exhorta a no estar ociosos y a trabajar por lo que tenemos. Hay también algunas grandes oraciones
en este libro que pueden ser un ejemplo para nosotros sobre cómo orar por otros creyentes en la actualidad.
127.- Libro de 2 Timoteo – La Biblia.
Autor: 2 Timoteo 1:1 identifica al autor del libro de 2 Timoteo como el apóstol Pablo.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Timoteo fue escrito aproximadamente en el 67 d.C., poco antes de que el
apóstol Pablo fuera condenado a muerte.
Propósito de la Escritura: Encarcelado en Roma una vez más, el apóstol Pablo se sintió solo y abandonado. Pablo
reconoció que su vida terrenal probablemente pronto llegaría a su fin. El libro 2 de Timoteo es esencialmente “las
últimas palabras” de Pablo. Pablo miró más allá de sus propias circunstancias para manifestar su preocupación
por las iglesias y especialmente por Timoteo. Pablo quería utilizar sus últimas palabras para animar a Timoteo, y
a todos los demás creyentes, a perseverar en la fe (2 Timoteo 3:14) y a proclamar el evangelio de Jesucristo (2
Timoteo 4:2).
Versos Clave: 2 Timoteo 1:7, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio.”
2 Timoteo 3:16-17, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir,
para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra.”
2 Timoteo 4:2, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con
toda paciencia y doctrina.”
2 Timoteo 4:7-8, “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está
guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a
todos los que aman su venida.”
Breve Resumen: Pablo anima a Timoteo a permanecer apasionado por Cristo y a permanecer firme en la sana
doctrina (2 Timoteo 1:1-2, 13-14). Pablo le recuerda a Timoteo evitar prácticas y creencias impías y huir de todo
lo inmoral (2 Timoteo 2:14-26). Al final de los tiempos habrá una intensa persecución así como apostasía de la fe
cristiana (2 Timoteo 3:1-17). Pablo cierra con una intensa súplica porque los creyentes permanezcan firmes en la
fe y terminen la carrera fortalecidos (2 Timoteo 4:1-8).
Conexiones: Tan preocupado estaba Pablo de advertir a Timoteo y a aquellos que él pastoreaba sobre los peligros
de los falsos maestros, que evocó la historia de los magos egipcios, quienes se oponían a Moisés (Éxodo 7:11, 22;
8:7, 18, 19, 9:11) Aunque sus nombres no se mencionan en el Antiguo Testamento, la tradición dice que estos
hombres promovieron la fabricación del becerro de oro, y fueron muertos con el resto de los idólatras (Éxodo 32).
Pablo predice el mismo destino para aquellos que resisten la verdad de Cristo, finalmente su insensatez se hace
“manifiesta a todos.” (2 Timoteo 3:9).
Aplicación Práctica: Es fácil desviarse de la vida cristiana. Debemos mantener nuestros ojos en el premio – para
ser recompensados en el cielo por Jesucristo (2 Timoteo 4:8). Debemos luchar por evitar tanto la falsa doctrina
como las prácticas impías. Esto solo puede ser logrado estando arraigados en nuestro conocimiento de la Palabra
de Dios y firmes en nuestra negativa de aceptar cualquier cosa que no sea bíblica.
128.- Libro de 3 Juan – La Biblia.
Autor: El libro de 3 Juan no menciona directamente a su autor. La tradición de los primeros días de la iglesia, ha
sido que el apóstol Juan es el autor. Ocasionalmente han surgido dudas por parte de aquellos que piensan que es
posible que éste haya sido escrito por otro discípulo del Señor llamado Juan, pero la evidencia señala que el autor
fue Juan.
Fecha de su Escritura: El Libro de 3 Juan fue escrito probablemente al mismo tiempo que las otras cartas de Juan,
1 y 2 Juan, aproximadamente entre el 85 y 95 d.C.
Propósito de la Escritura: El propósito de Juan al escribir esta tercera epístola es triple. Primero, él escribe para
elogiar y animar a su amado colaborador Gayo, en su ministerio de hospitalidad hacia los hermanos viajeros,
quienes iba de un lugar a otro para predicar el Evangelio de Cristo. Segundo, indirectamente él advierte y
condena la conducta de Diótrefes, un líder dictatorial quien se había enseñoreado de una de las iglesias en la
provincia de Asia, y cuyo comportamiento era totalmente opuesto a todo lo que el apóstol y su Evangelio
enseñaban. Tercero, él elogia el ejemplo de Demetrio cuyo buen testimonio fue avalado por todos.
Versos Clave: 3 Juan 4, “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.”
3 Juan 11, “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo,
no ha visto a Dios.”
Breve Resumen: Juan está escrito con su habitual subrayado énfasis en la verdad, a este muy amado hermano en
Cristo, Gayo, un laico de cierta riqueza y distinción que vivía en una ciudad cercana a Éfeso. Él elogia
grandemente el cuidado y la hospitalidad de Gayo hacia sus mensajeros, ya sea que fueran conocidos de él o no, y
cuya misión era llevar el Evangelio de un lugar a otro. Juan lo exhorta a continuar haciendo el bien y a no imitar
lo malo, como en el ejemplo de Diótrefes. Este hombre se había apoderado del liderazgo de una iglesia en Asia, y
no solo se rehusaba a reconocer la autoridad de Juan como un apóstol, sino también a recibir sus cartas y seguir
sus instrucciones. También hacía circular maliciosas calumnias en contra de Juan y excomulgaba a los miembros
que proporcionaban ayuda y hospitalidad a los mensajeros de Juan. Antes de concluir su carta, él también elogia
el ejemplo de Demetrio, de quien había oído excelentes reportes.
Conexiones: El concepto de ofrecer hospitalidad a extraños tiene un amplio precedente en el Antiguo
Testamento. Hechos de hospitalidad en Israel, incluían la humilde y cortés recepción de forasteros en la casa para
alimentar, alojar y proteger (Génesis 18:2-8; 19:1-8: Job 31:16-23, 31-32). Adicionalmente, las enseñanzas del
Antiguo Testamento pintan a los israelitas como un pueblo extranjero que dependía de la hospitalidad de Dios
(Salmo 39:12) y a Dios como El que gentilmente cubrió sus necesidades, los redimió de Egipto y los alimentó y
vistió en el desierto (Éxodo 16; Deuteronomio 8:2-5).
129.- Libro de Abdías – La Biblia.
Autor: Abdías verso 1, identifica al autor del Libro de Abdías como el Profeta Abdías.
Fecha de su Escritura: El Libro de Abdías fue escrito probablemente entre el 848 y el 840 a.C.
Propósito de la Escritura: Abdías, el libro más corto en el Antiguo Testamento, solo tiene 21 versos. Abdías es un
profeta de Dios que usa esta oportunidad para condenar a Edom por los pecados contra Dios e Israel. Los
edomitas son descendientes de Esaú y los israelitas son descendientes de su hermano gemelo, Jacob. Una pelea
entre los hermanos ha afectado a sus descendientes por más de 1,000 años. La división causó que los edomitas
prohibieran a Israel cruzar por sus tierras durante el éxodo israelita de Egipto. Los pecados de soberbia de Edom,
ameritan ahora una fuerte sentencia de juicio por parte del Señor.
Versos Clave: Abdías verso 4, “Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí
te derribaré, dice Jehová.”
Abdías verso 12, “Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no
debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de
la angustia.”
Abdías verso 15, “Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará contigo;
tu recompensa volverá sobre tu cabeza.”
Breve Resumen: El mensaje de Abdías es definitivo y seguro: el reino de Edom será destruido completamente.
Edom ha sido arrogante, alegrándose de los infortunios de Israel; y cuando los ejércitos enemigos atacan a Israel
y los israelitas piden ayuda, los edomitas se niegan y eligen pelear contra ellos, no por ellos. Estos pecados de
orgullo ya no pueden ser ignorados. El libro termina con la promesa de la plenitud y la liberación de Sión en los
“últimos días,” cuando la tierra será restaurada al pueblo de Dios mientras Él gobierna sobre ellos.
Referencias Proféticas: El verso 21 del Libro de Abdías, contiene una referencia profética de Cristo y Su Iglesia.
“Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de Jehová.” Estos
“salvadores” (también llamados “libertadores” en muchas versiones) son los apóstoles de Cristo, ministros de la
Palabra, y especialmente los predicadores del Evangelio en estos últimos días. Ellos son llamados “salvadores,”
no porque ellos obtengan nuestra salvación, sino porque ellos predican la salvación a través del Evangelio de
Cristo y nos muestran el camino para obtener esa salvación. Ellos, y la Palabra predicada por ellos, son los
medios por los que “las buenas nuevas” de salvación son llevadas a todos los hombres. Mientras que Cristo es el
Único Salvador, quien vino para comprar esa salvación y siendo Él el autor de ella; la presencia de los salvadores
y liberadores del Evangelio será más y más evidente mientras más se acerca el final de los tiempos.
Aplicación Práctica: Dios será el vencedor a favor nuestro, si permanecemos fieles a Él. Contrariamente a Edom,
debemos estar dispuestos a ayudar a los demás en tiempos de necesidad. El orgullo es pecado. No tenemos nada
de que sentirnos orgullosos, excepto de Jesucristo, y de lo que Él ha hecho por nosotros.
Aplicación Práctica: Juan, como de costumbre, enfatiza la importancia de caminar en la verdad del Evangelio. La
hospitalidad, ayuda y ánimo para nuestros compañeros cristianos, es uno de los principales preceptos de las
enseñanzas de Jesús, y Gayo era obviamente un destacado ejemplo de este ministerio. Nosotros debemos hacer lo
mismo siempre que podamos, dar la bienvenida a visitantes misioneros, predicadores y extranjeros (en tanto
estemos seguros de que son creyentes) no solo a nuestras iglesias, sino también a nuestras casas, y ofrecerles
cualquier clase de ayuda y ánimo que necesiten.
También necesitamos ser cuidadosos de seguir el ejemplo solo de aquellos cuyas palabras y acciones estén de
acuerdo con el Evangelio, y estar lo suficientemente alertas, para detectar a aquellos semejantes a Diótrefes, cuya
conducta está muy lejos de parecerse a lo que Cristo enseñó.
130.- Libro de Amós – La Biblia.
Autor: Amós 1:1 identifica al autor del Libro de Amós como el Profeta Amós.
Fecha de su Escritura: El Libro de Amós fue escrito probablemente entre el 760 y el 753 a.C.
Propósito de la Escritura: Amós es un pastor y recolector de fruta de la aldea judía de Tecoa cuando Dios lo
llama, aunque carece de educación o de un trasfondo sacerdotal. La misión de Amós estaba dirigida a su vecino
del norte, Israel. Sus mensajes de impedir la condenación y cautividad para la nación por sus pecados, fueron
impopulares y desatendidos en gran manera, porque desde los días de Salomón no había habido tiempos tan
prósperos para Israel. El ministerio de Amós tiene lugar durante el reinado de Jeroboam II sobre Israel, y Uzías
reinaba sobre Judá.
Versos Clave: Amós 2:4 “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo;
porque menospreciaron la ley de Jehová, y no guardaron sus ordenanzas, y les hicieron errar sus mentiras, en pos
de las cuales anduvieron sus padres.”
Amós 3:7, “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.”
Amós 9:14, “Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán;
plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.”
Breve Resumen: Amós puede ver bajo la externa prosperidad y el poder de Israel, internamente la nación está
corrompida hasta la médula. Los pecados por los que Amos reprende al pueblo son extensos: abandono de la
Palabra de Dios, idolatría, adoración pagana, avaricia, liderazgo corrupto y opresión del pobre. Amós comienza a
pronunciar un juicio sobre todas las naciones que los rodean, luego sobre su propia nación de Judá, y finalmente
el juicio más severo es dado a Israel. Sus visiones de Dios revelan el mismo mensaje enfático: el juicio está cerca.
El libro termina con la promesa de Dios a Amós de la futura restauración del remanente.
Referencias Proféticas: El libro de Amós termina con una gloriosa promesa para el futuro. “Pues los plantaré
sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo” (9:15) El
cumplimiento definitivo de la promesa de la tierra de Dios a Abraham (Génesis 12:7; 15:7; 17:8) ocurrirá durante
el reinado Milenial de Cristo sobre la tierra (ver Joel 2:26,27). Apocalipsis 20 describe los mil años de reinado de
Cristo sobre la tierra, un tiempo de paz y gozo bajo el perfecto gobierno del Salvador Mismo. En ese tiempo, el
creyente Israel y los gentiles cristianos serán reunidos con la Iglesia y vivirán y reinarán con Cristo.
Aplicación Práctica: Algunas veces pensamos que somos un “solo un.” Somos solo un vendedor, granjero o ama
de casa. Amós sería considerado un “solo un.” Él no era ni profeta, ni sacerdote ni el hijo de alguien. Él solo era
un pastor, un pequeño comerciante en Judá. ¿Quién lo iba a escuchar? Pero en lugar de poner excusas, Amós
obedeció y se convirtió en la poderosa voz de Dios para el cambio.
Dios ha usado a los “solo un,” tales como pastores, carpinteros y pescadores a través de la Biblia. Cualquier cosa
que seas en esta vida, Dios puede utilizarte. Amós no era mucho. Él era un “solo un.” “Solo un” siervo de Dios.
Es bueno ser “solo un” de Dios.
131.- Libro de Apocalipsis – La Biblia.
Autor: Apocalipsis 1:1, 4, 9 y 22:8 específicamente identifica al autor del libro de Apocalipsis como el apóstol
Juan.
Fecha de su Escritura: El Libro de Apocalipsis fue escrito probablemente entre el 90 y el 95 d.C.
Propósito de la Escritura: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas
que deben suceder pronto.” Este libro está lleno de misterios acerca de las cosas por venir. Es la advertencia final
de que el mundo ciertamente acabará y el juicio será seguro. Nos da un pequeño vislumbre del cielo y de todas
las glorias que esperan a aquellos que mantengan sus ropajes blancos. Apocalipsis nos lleva a través de la gran
tribulación con todos sus males y el fuego final que todos los incrédulos enfrentarán por una eternidad. El libro
reitera la caída de Satanás y la condenación a la que se dirigen él y sus ángeles. Se nos muestran los deberes de
todas las criaturas y ángeles del cielo y las promesas para los santos que vivirán para siempre con Jesús en la
Nueva Jerusalén. Al igual que Juan, es difícil encontrar palabras para describir lo que leemos en el libro de
Apocalipsis.
Versos Clave: Apocalipsis 1:19, “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de
estas.”
Apocalipsis 13:16-17, “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese
una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la
marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.”
Apocalipsis 19:11, “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel
y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.”
Apocalipsis 20:11, “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra
y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.”
Apocalipsis 21:1, “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el
mar ya no existía más.”
Breve Resumen: El Apocalipsis es pródigo en coloridas descripciones, que proclaman para nosotros los últimos
días antes del regreso de Cristo y la introducción de los nuevos cielos y la nueva tierra. El Apocalipsis comienza
con cartas dirigidas las siete iglesias de Asia Menor, y continúa revelando las series de devastaciones que serán
derramadas sobre la tierra; la marca de la bestia, “666”; la decisiva batalla de Armagedón; la atadura de Satanás;
el reino del Señor; el Juicio del Gran Trono Blanco; y la naturaleza de la eterna ciudad de Dios. Las profecías
concernientes a Jesucristo son cumplidas y un llamado a Su Señorío como conclusión, nos asegura que Él
regresará pronto.
Conexiones: El libro de Apocalipsis es la culminación de las profecías acerca del final de los tiempos,
comenzando con el Antiguo Testamento. La descripción del anticristo mencionado en Daniel 9:27, es
ampliamente detallada en el capítulo 13 de Apocalipsis. Aparte de Apocalipsis, los ejemplos de literatura
apocalíptica en la Biblia se encuentran en Daniel capítulos 7-12, Isaías capítulos 24-27, Ezequiel capítulos 37-41,
y Zacarías capítulos 9-12. Todas estas profecías se encuentran reunidas en el libro de Apocalipsis.
Aplicación Práctica: ¿Has aceptado a Jesucristo como tu Salvador? Si lo hiciste, no tienes nada que temer del
juicio de Dios que vendrá sobre el mundo entero, como se describe en el libro de Apocalipsis. El Juez está de tu
parte. Antes de que comience el juicio final, debemos testificar a amigos, familiares y vecinos acerca de la oferta
de Dios de la vida eterna en Cristo. Los eventos en este libro son reales. Debemos vivir nuestras vidas como
verdaderos creyentes, para que otros noten nuestro gozo acerca de nuestro futuro y quieran unírsenos en esa
nueva y gloriosa ciudad.
132.- Libro de Cantar de los Cantares – La Biblia.
Autor: Salomón escribió El libro de Cantar de los Cantares, de acuerdo al primer verso. Este cantar es uno de los
1,005 que escribió Salomón (1 Reyes 4:32). El título “Cantar de los Cantares” es superlativo, expresando que es
el mejor.
Fecha de su Escritura: Salomón escribió estos cantares probablemente durante la primera etapa de su reinado.
Esto colocaría la fecha de composición alrededor del 965 a.C.
Propósito de la Escritura: El Cantar de los Cantares es un poema lírico escrito para ensalzar las virtudes del amor
entre un esposo y su esposa. El poema claramente presenta el matrimonio como Dios lo concibió. Un hombre y
una mujer deben vivir juntos dentro del contexto del matrimonio, amándose uno al otro espiritual, emocional y
físicamente.
Versos Clave: Cantar de los Cantares 2:7; 3:5; 8:4, – “Que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que
quiera.”
Cantar de los Cantares 5:1, “Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.”
Cantar de los Cantares 8:6-7, – “Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; Porque
fuerte es como la muerte el amor; Duros como el Seol los celos; Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las
muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa
por este amor, De cierto lo menospreciarían.”
Breve Resumen: La poesía toma la forma de un diálogo entre un esposo (el rey) y su esposa, (la sulamita).
Podemos dividir el libro en tres secciones: el cortejo (1:1 – 3:5); la boda (3:6 – 5:1); y el matrimonio en su
madurez (5:2 – 8:14).
El cantar comienza antes de la boda, mientras la futura novia anhela estar con su prometido, y sueña con sus
caricias íntimas. Sin embargo, ella aconseja dejar que el amor se desarrolle naturalmente, en su propio tiempo. El
rey alaba la belleza de la sulamita, superando sus sentimientos de inseguridad acerca de su aspecto. La sulamita
tiene un sueño en el cual ella pierde a Salomón y lo busca por toda la ciudad. Con la ayuda de los guardias de la
ciudad, ella encuentra a su amado y se aferra a él, llevándolo a un lugar seguro. Al despertar, ella repite su
consejo de no forzar el amor.
En la noche de bodas, el esposo nuevamente alaba la belleza de su esposa, y en un lenguaje altamente simbólico,
la esposa invita a su esposo a participar de todo lo que ella tiene que ofrecer. Ellos se unen en amor, y Dios
bendice su unión.
Mientras el matrimonio madura, el esposo y la esposa pasan a través de un tiempo difícil, simbolizado en otro
sueño. En este segundo sueño, la sulamita desaira a su esposo, y él se va. Abrumada por la culpa, ella lo busca
por la ciudad; pero esta vez, en lugar de ayudarla, los guardias la golpean – simbolismo de su conciencia dolida.
Las cosas terminan felizmente mientras los amantes se reúnen y se reconcilian.
Al terminar el cantar, ambos, el esposo y la esposa están confiados y seguros de su amor, ellos cantan sobre la
naturaleza duradera del verdadero amor, y ansían estar uno en la presencia del otro.
Referencias Proféticas: Algunos intérpretes de la Biblia, ven en el Cantar de los Cantares, una exacta
representación simbólica de Cristo y Su iglesia. Cristo es visto como el rey, mientras que la iglesia es
representada por la sulamita. Mientras que creemos que el libro debe ser entendido literalmente como una
representación del matrimonio, hay algunos elementos que prefiguran a la Iglesia y su relación con su Rey, el
Señor Jesús. El Cantar de los Cantares 2:4 describe la experiencia de cada creyente que es visto y traído por el
Señor Jesús. Estamos en un lugar de gran riqueza espiritual y estamos cubiertos por Su amor. El verso 16 del
capítulo 2 dice: “Mi amado es mío, y yo suya; Él apacienta entre lirios.” Aquí hay un cuadro no solo de la
seguridad del creyente en Cristo (Juan 10:28-29), sino del Buen Pastor quien conoce a Sus ovejas –creyentes- y
da Su vida por nosotros (Juan 10:11). Por Él, ya no estamos manchados por el pecado, habiendo quitado nuestras
“manchas” con Su sangre (Cantar de Cantares 4:7; Efesios 5:27).
Aplicación Práctica: Nuestro mundo está confundido acerca del matrimonio. La prevalencia del divorcio y los
intentos modernos de definir el matrimonio están en evidente contraste con Cantar de los Cantares. El
matrimonio, dice el poeta bíblico, es para celebrarse, gozarse, y reverenciarse. Este libro provee algunas guías
prácticas para el fortalecimiento de nuestros matrimonios:
1) Dar a tu esposa(o) la atención que él o ella necesitan. Tomar el tiempo necesario para conocer realmente a tu
esposa(o).
2) El ánimo y el elogio, no la crítica, son vitales para una relación exitosa.
3) Disfrutarse el uno al otro. Planificar algunas escapadas. Ser creativos, aún juguetones uno con el otro.
Deleitarse en el regalo de Dios del amor matrimonial.
4) Hacer lo que sea necesario para reafirmar el compromiso con tu esposa(o). Renovar sus votos; trabajar a través
de los problemas y no considerar el divorcio como una solución. Dios quiere que ambos vivan en un amor
profundamente pacífico y seguro.
133.- Libro de Colosenses – La Biblia.
Autor: El apóstol Pablo fue el principal escritor del libro de Colosenses (Colosenses 1:13). También se le da
algún crédito a Timoteo (Colosenses 1:1).
Fecha de su Escritura: El Libro de Colosenses fue escrito probablemente entre el 58-62 d.C.
Propósito de la Escritura: El libro de Colosenses es un mini curso de ética, dirigido a cada una de las áreas de la
vida cristiana. Pablo va desde la vida individual a la vida en el hogar y la familia, desde el trabajo, hasta la
manera en que debemos tratar a otros. El tema de este libro es la suficiencia de nuestro Señor, Jesucristo, para
suplir nuestras necesidades en cada área.
Versos Clave: Colosenses 1:15-16, “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque
en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean
tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”
Colosenses 2:8 “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de
los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”
Colosenses 3:12-13, “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros
si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.”
Colosenses 4:5-6, “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre
con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.”
Breve Resumen: Colosenses fue escrito expresamente para anular la herejía que había surgido en Colosas, la cual
ponía en peligro la existencia de la iglesia. Mientras que no sabemos que le fue dicho a Pablo, esta carta es su
respuesta.
Podemos resumir, basados en la respuesta de Pablo, que él estaba lidiando con una percepción equivocada de
Cristo (Su real y verdadera naturaleza humana y la falta de aceptación de Su completa deidad.) Pablo parece
también disputar respecto el énfasis “judío” sobre la circuncisión y las tradiciones (Colosenses 2:8-11; 3:11).
Aparentemente la herejía provenía del gnosticismo-judaico o de una mezcla entre el ascetismo judío y la filosofía
griega (¿Estoicos?). Él logra un increíble trabajo en señalarnos la suficiencia de Cristo.
El libro de Colosenses contiene instrucción doctrinal acerca de la deidad de Cristo y las falsas filosofías (1:15—
2:23), así como exhortaciones prácticas respecto a la conducta cristiana, incluyendo las amistades y el hablar (3:1
—4:18).
Conexiones: Como con todas las iglesias primitivas, el problema del legalismo judío en Colosas fue de gran
preocupación para Pablo. Tan radical era el concepto de la salvación por gracia, aparte de las obras, que para
aquellos sumergidos en la ley del Antiguo Testamento, les resultaba muy difícil de entenderla. Por consecuencia,
había un continuo movimiento entre los legalistas, para añadir ciertos requerimientos de la ley a esta nueva fe.
Primeramente entre ellos estaba el requisito de la circuncisión, el cual aún se practicaba entre algunos de los
judíos convertidos. Pablo contradijo este error en Colosenses 2:11-15, en donde declara que la circuncisión de la
carne ya no era necesaria, porque Cristo había venido. La suya era la circuncisión del corazón, no de la carne,
haciendo ya innecesarios los ritos ceremoniales del Antiguo Testamento (Deuteronomio 10:16, 30:6; Jeremías
4:4, 9:26; Hechos 7:51; Romanos 2:29).
Aplicación Práctica: Aunque Pablo abarca muchas áreas, la aplicación básica para nosotros en la actualidad, es la
total y completa suficiencia de Cristo en nuestras vidas, tanto para nuestra salvación como para nuestra
santificación. Debemos saber y entender el evangelio, a fin de no ser desviados por sutiles formas de legalismo y
herejía. Debemos estar en guardia para cualquier desviación que minimice la grandeza de Cristo como Señor y
Salvador. Cualquier “religión” que trate de equipararse a sí misma con la verdad, usando libros que afirman estar
en igual autoridad que la Biblia, o quienes combinan el esfuerzo humano con el logro divino en la salvación,
deben ser evitadas. Otras religiones no pueden ser combinadas con o añadidas al cristianismo. Cristo nos da las
normas absolutas de la conducta moral. El cristianismo es una familia, una forma de vida, y una relación –no una
religión. Las obras de Dios, la astrología, el ocultismo y los horóscopos, no nos muestran los caminos de Dios.
Solo Cristo lo hace. Su voluntad está revelada en Su Palabra, es Su carta de amor para nosotros; ¡debemos llegar
a conocerla!
134.- Libro de Daniel – La Biblia.
Autor: El Libro de Daniel identifica al profeta Daniel como su autor (Daniel 9:2; 10:2). Jesús también menciona a
Daniel como su autor (Mateo 24:15).
Fecha de su Escritura: El Libro de Amós fue escrito probablemente entre el 540 y el 530 a.C.
Propósito de la Escritura: En el 605 a.C., Nabucodonosor, rey de Babilonia había conquistado a Judá y deportado
a muchos de sus habitantes a Babilonia – incluido Daniel. Daniel sirvió en la corte real de Nabucodonosor y
varios gobernantes que siguieron a Nabucodonosor. El Libro de Daniel registra las acciones, profecías, y visiones
del profeta Daniel.
Versos Clave: Daniel 1:19-20, “Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como
Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. En todo asunto de sabiduría e
inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en
todo su reino.”
Daniel 2:31, “Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era
muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.”
Daniel 3:17-18, “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu
mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la
estatua que has levantado.”
Daniel 4:34-35, “Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y
bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por
todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el
ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?”
Daniel 9:25-27, “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta
el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en
tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el
pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el
fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el
desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
Breve Resumen: El Libro de Daniel puede ser dividido en tres secciones. El capítulo 1 describe la conquista de
Jerusalén por los babilonios. Junto con muchos otros, Daniel y sus tres amigos fueron deportados a Babilonia y
por su valentía y obvias bendiciones de Dios sobre ellos, fueron “promovidos” al servicio del rey (Daniel 1:17-
20)
Los capítulos 2-7 registran a Nabucodonosor teniendo un sueño que solo Daniel podría interpretar correctamente.
El sueño de Nabucodonosor sobre una gran estatua, representaba el reino que se levantaría en el futuro.
Nabucodonosor hizo una gran estatua de sí mismo y forzó a todos a adorarla: Sadrac, Mesac y Abed-nego se
rehusaron y fueron librados milagrosamente por Dios, a pesar de haber sido echados dentro de un horno de fuego.
Nabucodonosor fue juzgado por Dios por su soberbia, pero después restaurado, una vez que reconoció y admitió
la soberanía de Dios.
Daniel capítulo 5, registra el mal uso que hizo Belsasar, hijo de Nabucodonosor, de los objetos tomados del
templo de Jerusalén; y como respuesta, recibió un mensaje de Dios, escrito en la pared. Solo Daniel pudo
interpretar la escritura, un mensaje del juicio venidero de Dios. Daniel es echado al foso de los leones por
rehusarse a orar al rey, pero fue librado milagrosamente. Dios le dio a Daniel una visión de cuatro bestias. Las
cuatro bestias representaban los imperios de Babilonia, Medo-Persa, Grecia y Roma.
Los capítulos 8-12 contienen una visión de un carnero, un macho cabrío, y varios cuernos – también referente a
futuros reinos y sus gobernantes. Daniel capítulo 9, registra la profecía de las “setenta semanas” de Daniel. Dios
le dio a Daniel el tiempo preciso cuando el Mesías vendría y sería muerto. La profecía también menciona a un
futuro gobernante quien hará un pacto con Israel, el cual romperá al cabo de tres años y medio, seguido poco
después por el gran juicio y la consumación de todas las cosas. Daniel es visitado y fortalecido por un ángel
después de esta gran visión, y el ángel le explica la visión a Daniel con gran detalle.
Referencias Proféticas: Vemos en las historias del horno de fuego y de Daniel en el foso de los leones, una
referencia profética de la salvación provista por Cristo. Los tres hombres declaran que Dios es un Dios que salva,
y quien puede librarlos del horno de fuego (Daniel 3:17). De la misma forma, al enviar a Jesús a morir por
nuestros pecados, Dios ha provisto un escape del fuego del infierno (1 Pedro 3:18). En el caso de Daniel, Dios
envió un ángel para cerrar las bocas de los leones y salvó a Daniel de la muerte. Jesucristo es nuestra provisión de
los peligros del pecado que amenazan con consumirnos.
La visión de Daniel del final de los tiempos representa al Mesías de Israel, por quien muchos serán limpios y
purificados (Daniel 12:10). Él es nuestra justificación (1 Pedro 5:21) por quien nuestros pecados, a través de la
sangre, serán lavados y seremos tan blancos como la nieve (Isaías 1:18).
Aplicación Práctica: Al igual que Sadrac, Mesac, y Abed-nego, siempre debemos permanecer firmes ante lo que
sabemos que es lo correcto. Dios es más grande que cualquier castigo que pudiera venir sobre nosotros. Ya sea
que Dios decida librarnos o no, Él siempre es digno de nuestra confianza. Dios sabe lo que es mejor, y Él honra a
aquellos que le obedecen.
Dios tiene un plan, y Su plan está elaborado hasta el más mínimo detalle. Dios conoce y tiene el control del
futuro. Todo lo que Dios ha predicho, se ha cumplido con la exactitud con que fue anunciado. Por tanto, debemos
creer y confiar en que las cosas que Él ha predicho para el futuro, algún día ocurrirá exactamente como Dios lo ha
declarado.
135.- Libro de Deuteronomio – La Biblia.
Autor: Moisés escribió el Libro de Deuteronomio, el cual es de hecho una colección de sus sermones a Israel,
justo antes de que cruzaran el Jordán. “Estas son las palabras que habló Moisés” (1:1). Alguien más
(probablemente Josué) pudo haber escrito el último capítulo.
Fecha de su Escritura: Estos sermones se produjeron durante el período de los 40 días previos a la entrada de
Israel a la Tierra Prometida. El primer sermón fue pronunciado en el primer día del onceavo mes (1:3), y los
israelitas cruzaron el Jordán 70 días después, en el día décimo del primer mes (Josué 4:19). Restando los 30 días
de duelo después la muerte de Moisés, (Deuteronomio 34:8), tenemos los restantes 40 días. El año era el 1410
a.C.
Propósito de la Escritura: Una nueva generación de israelitas estaba por entrar a la Tierra Prometida. Esta
multitud no había experimentado el milagro del Mar Rojo o escuchado la ley dada en el Sinaí, y ellos estaban a
punto de entrar a una nueva tierra que ofrecía muchos peligros y tentaciones. El libro de Deuteronomio les fue
dado para recordarles la ley y el poder de Dios.
Versos Clave: “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los
mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene.” (Deuteronomio 4:2)
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu
alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus
hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.”
(Deuteronomio 6:4-7)
“Y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros
hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y
por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar
posesión de ella.” (Deuteronomio 32:46-47)
Breve Resumen: A los israelitas les es ordenado recordar cuatro cosas: La fidelidad de Dios, la santidad de Dios,
las bendiciones de Dios, y las advertencias de Dios. Los primeros tres capítulos resumen el viaje de Egipto a su
ubicación actual, Moab. El capítulo 4 es un llamado a la obediencia, para ser fieles al Dios que fue Fiel con ellos.
Los capítulos del 5 al 26 son una repetición de la ley. Los Diez Mandamientos, las leyes concernientes a los
sacrificios y días especiales, y el resto de la ley es dada a la nueva generación. Se prometen bendiciones para
aquellos que obedezcan (5:29; 6:17-19; 11:13.15), y el hambre es prometida para aquellos que quebranten la ley
(11:16-17)
El tema de las bendiciones y las maldiciones continúa en los capítulos 27-30. Esta porción del libro termina con
una clara elección presentada ante Israel: “os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición;
….” El deseo de Dios para Su pueblo se encuentra en lo que Él recomienda: “…escoge, pues, la vida” (30:19).
En los capítulos finales, Moisés exhorta al pueblo; comisiona a su sucesor Josué; escribe un cántico; y da la
bendición final a cada una de las tribus de Israel. El capítulo 34 relata las circunstancias de la muerte de Moisés.
Él subió al monte Pisga, desde donde el Señor le mostró la Tierra Prometida a la cual él no entraría. A los 120
años de edad, pero aún con una buena visión y con el vigor de su juventud, Moisés murió en la presencia del
Señor. El libro de Deuteronomio termina con un corto obituario sobre este gran profeta.
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento se encuentran presentes en el libro de
Deuteronomio. El primero entre ellos es la necesidad de guardar perfectamente la Ley Mosaica y la imposibilidad
de lograrlo. Los interminables sacrificios necesarios para la expiación de los pecados del pueblo – quienes
consistentemente transgredían la Ley – encontraría su cumplimiento en el último y “definitivo” sacrificio de
Cristo (Hebreos 10:10). Debido a Su obra de expiación en la cruz, ya no necesitaríamos más sacrificios por el
pecado.
La elección de Dios por los israelitas como Su pueblo especial, prefigura Su elección de aquellos que creerían en
Cristo (1 Pedro 2:9). En Deuteronomio 18:15-19, Moisés profetiza la llegada de otro profeta – el último Profeta
que había de venir y quien es El Mesías. Al igual que Moisés, Él recibiría y predicaría la revelación divina, y
guiaría a Su pueblo (Juan 6:14; 7:40)
Aplicación Práctica: El libro de Deuteronomio subraya la importancia de la Palabra de Dios. Es una parte vital de
nuestras vidas. Aunque ya no estamos bajo la ley del Antiguo Testamento, aún somos responsables de sujetarnos
a la voluntad de Dios en nuestras vidas. La simple obediencia trae bendición, y el pecado acarrea sus propias
consecuencias.
Ninguno de nosotros está “por sobre la ley.” Aún Moisés, el líder y profeta elegido por Dios, necesitaba
obedecer. La razón por la que no se le permitió entrar a la Tierra Prometida, fue porque desobedeció el claro
mandato del Señor (Números 20:12).
Durante el tiempo de Su tentación en el desierto, Jesús citó tres veces el libro de Deuteronomio (Mateo 4). Al
hacerlo, Jesús nos ilustró la necesidad de guardar la Palabra de Dios en nuestros corazones, para que no
pequemos contra Él (Salmo 119:11).
Al igual que Israel recordaba la fidelidad de Dios, también debemos hacerlo nosotros. El paso a través del Mar
Rojo, Su santa presencia en el Sinaí, y la bendición del maná en el desierto, debe ser también de ánimo para
nosotros. Una buena manera de seguir adelante, es tomarnos un momento y mirar hacia atrás para ver lo que Dios
ha hecho.
También tenemos el hermoso cuadro en Deuteronomio de un Dios amoroso, Quien desea una relación con Sus
hijos. El Señor nombra el amor como la razón por la que Él sacó a Israel de Egipto “con mano poderosa” y los
redimió (Deuteronomio 7:7-9). ¡Qué cosa tan maravillosa es estar libres de la esclavitud del pecado y ser amados
por un Dios todopoderoso!
136.- Libro de Eclesiastés – La Biblia.
Autor: El libro de Eclesiastés no identifica directamente a su autor. Hay algunos versos que implican que
Salomón escribió este libro. Hay algunas pistas en el contexto que pueden sugerir que una persona diferente
escribió el libro después de la muerte de Salomón, posiblemente cientos de años después. Aun así, la creencia
tradicional es que el autor es ciertamente Salomón.
Fecha de su Escritura: El reinado de Salomón como rey de Israel duró aproximadamente del 970 al 930 a.C. El
Libro de Eclesiastés fue escrito probablemente hacia el final de su reinado, aproximadamente en el 935 a.C.
Propósito de la Escritura: Eclesiastés es un libro de perspectiva. La narrativa de “el Predicador”, o “el Maestro”
revela la depresión que inevitablemente resulta de buscar la felicidad en las cosas del mundo. Este libro da la
oportunidad a los cristianos de ver al mundo a través de los ojos de una persona que, aunque muy sabia, está
tratando de encontrar el sentido de la vida en las cosas humanas y temporales. La mayor parte de los placeres
mundanos son explorados por el Predicador, y ninguno le proporciona un sentido significativo a la vida.
Al final, el Predicador llega a aceptar que la fe en Dios es la única manera de encontrar el significado personal. Él
decide aceptar el hecho de que la vida es breve y a última instancia inútil sin Dios. El Predicador aconseja al
lector enfocarse en un Dios eterno, en vez de en el placer temporal.
Versos Clave: Eclesiastés 1:2 “Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.”
Eclesiastés 1:18 “Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.”
Eclesiastés 2:11 “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas;
y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.”
Eclesiastés 12:1 “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen
los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.”
Eclesiastés 12:13 “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto
es el todo del hombre.”
Breve Resumen: Dos frases son repetidas a menudo en Eclesiastés. La palabra traducida como “vanidad” en la
RV, y como “absurdo” en la NVI aparece con frecuencia, y es usada para enfatizar la naturaleza temporal de las
cosas del mundo. Al final, aún los logros humanos más impresionantes, serán dejados atrás. La frase “bajo el sol”
ocurre 28 veces, y se refiere al mundo mortal. Cuando el Predicador se refiere a “todas las cosas debajo del sol,”
está hablando de las cosas humanas, terrenales y temporales.
Los primeros siete capítulos del Libro de Eclesiastés, describen todas las cosas mundanas “bajo el sol” en las que
el Predicador trata de hallar contentamiento. El prueba el descubrimiento científico (1:10-11), la sabiduría y la
filosofía (1:13-18), la alegría (2:1), el alcohol (2:3), la arquitectura (2:4), las posesiones (2:7-8), y los lujos (2:8).
El Predicador dirigió su mente hacia diferentes filosofías, tales como el materialismo, para encontrar el
significado (2:19-20), y aún los códigos morales (incluyendo capítulos 8-9). Él encontró que todo era vanidad,
una diversión temporal, que sin Dios, no tenía propósito o permanencia.
Los capítulos 8-12 de Eclesiastés describen las sugerencias y comentarios del Predicador sobre cómo debe vivirse
la vida. Él llega a la conclusión de que sin Dios, no hay verdad ni significado para la vida. Él ha visto muchos
males y se ha dado cuenta de que aún los mejores logros del hombre, no valen nada a la larga. Así que él aconseja
al lector conocer a Dios desde la juventud (12:1) y seguir Su voluntad (12:13-14).
Referencias Proféticas: Para todas las vanidades descritas en el Libro de Eclesiastés, la respuesta es Cristo. De
acuerdo a Eclesiastés 3:17, Dios juzga al justo y al impío, y los justos son solo aquellos que están en CRISTO (2
Corintios 5:21). Dios ha colocado el deseo por la eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11), y ha
provisto el Camino a la vida eterna a través de Cristo (Juan 3:16). Se nos recuerda que luchar por alcanzar las
riquezas del mundo, no solo es vanidad porque no satisface (Eclesiastés 5:10), sino que aún si pudiéramos
alcanzarlas, sin Cristo, perderíamos nuestras almas y ¿qué provecho habría en ello? (Marcos 8:36). A última
instancia, cada desilusión y vanidad descrita en Eclesiastés tiene su remedio en Cristo, quien es la sabiduría de
Dios y el único significado verdadero que encontramos en la vida.
Aplicación Práctica: Eclesiastés ofrece al cristiano una oportunidad de entender el vacío y la desesperación con la
que luchan aquellos que no conocen a Dios. Aquellos que no tienen una fe salvadora en Cristo, se enfrentan con
una vida que a última instancia terminará y se volverá irrelevante. Si no hay salvación, y no hay Dios, entonces
no solo la vida no tiene caso, sino que tampoco hay un propósito o dirección para ella. El mundo “bajo el sol,”
aparte de Dios, es frustrante, cruel, injusto, breve, y “carente de sentido.” Pero con Cristo, la vida no es sino una
sombra de las glorias por venir en un cielo que solo es accesible a través de Él.
137.- Libro de Sofonías – La Biblia.
Autor: Sofonías 1:1 identifica al autor del Libro de Sofonías como el Profeta Sofonías. El nombre Sofonías
significa “defendido por Dios.”
Fecha de su Escritura: El Libro de Sofonías fue escrito probablemente entre el 735 y el 725 a.C.
Propósito de la Escritura: El mensaje de Sofonías de juicio y ánimo contiene tres doctrinas importantes: 1). Dios
es soberano sobre todas las naciones. 2). Los malos serán castigados y los justos serán reivindicados en el día del
juicio. 3). Dios bendice a aquellos que se arrepienten y confían en Él.
Versos Clave: Sofonías 1:18, “Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra
será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes
de la tierra.”
Sofonías 2:3, “Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad
justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová.”
Sofonías 3:17, “Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor,
se regocijará sobre ti con cánticos.”
Breve Resumen: Sofonías pronuncia el juicio del Señor sobre toda la tierra, sobre Judá, sobre las naciones
circundantes, sobre Jerusalén y sobre todas las naciones. Esto es seguido por proclamaciones de la bendición del
Señor sobre todas las naciones, y especialmente sobre el remanente fiel de Su pueblo en Judá.
Sofonías tuvo el valor de hablar con determinación, porque sabía que estaba proclamando la Palabra del Señor.
Su libro comienza con “La palabra de Jehová” y termina con “dice Jehová.” Él sabía que ni los muchos dioses
que la gente adoraba ni aún el poder de la armada asiria podrían salvarles. Dios es misericordioso y compasivo,
pero cuando todas Sus advertencias son ignoradas, ha de esperarse el juicio. El día del juicio de Dios es
mencionado frecuentemente en las Escrituras. Los profetas lo llaman el “Día del Señor.” Ellos se refieren a varios
eventos, tales como la caída de Jerusalén como a las manifestaciones del Día del Señor, cada una de las cuales
apunta hacia el último Día del Señor.
Referencias Proféticas: Gran parte de las bendiciones finales sobre Sión pronunciadas en los versos 14-20, aún
están por cumplirse, lo que nos lleva a concluir que estas son profecías mesiánicas que aguardan la Segunda
Venida de Cristo para que se lleven a cabo. El Señor ha quitado nuestro castigo solo a través de Cristo, quien
vino a morir por los pecados de Su pueblo (Sofonías 3:15; Juan 3:16). Pero Israel aún no ha reconocido a su
verdadero Salvador. Esto aún está por suceder (Romanos 11:25-27).
La promesa de paz y seguridad para Israel, un tiempo cuando su Rey esté en medio de ellos, será cumplida
cuando Cristo regrese a juzgar y redimir al mundo para Él mismo. Así como Él ascendió a los cielos después de
Su resurrección, así también Él regresará y establecerá una nueva Jerusalén sobre la tierra (Apocalipsis 21). En
ese tiempo, todas las promesas de Dios para Israel serán cumplidas.
Aplicación Práctica: Con unos pocos ajustes en cuanto a nombres y situaciones, este profeta del siglo VII a.C.,
podría pararse en nuestros púlpitos de hoy y predicarnos el mismo mensaje de juicio sobre la maldad, y esperanza
para quien es fiel. Sofonías nos recuerda que Dios está ofendido por los pecados morales y religiosos de Su
pueblo. El pueblo de Dios no escapará del castigo cuando peque deliberadamente. El juicio puede ser doloroso,
pero su propósito puede ser redentor más que punitivo. El inevitable castigo de la maldad, nos ofrece un
consuelo, en un tiempo cuando parece que el mal está imparable y victorioso. Tenemos la libertad de desobedecer
a Dios, pero no la libertad para escapar de las consecuencias de esa desobediencia. Aquellos que son fieles a Dios
pueden ser relativamente pocos, pero Él no los olvida.
138.- Libro de Tito – La Biblia.
Autor: Tito 1:1 identifica al apóstol Pablo como el autor del libro de Tito.
Fecha de su Escritura: La epístola de Tito fue escrita aproximadamente en el 66 d.C. Los múltiples viajes de
Pablo están bien documentados, y muestran que él escribió Tito desde Nicópolis en Epiro. En algunas Biblias, la
anotación sobre la epístola puede mencionar que Pablo escribió desde Nicópolis en Macedonia. Sin embargo, no
hay conocimiento de tal lugar, y tales afirmaciones no tienen autoridad por no ser auténticas.
Propósito de la Escritura: La epístola de Tito es conocida como una de las Epístolas Pastorales, semejantes a las
dos cartas a Timoteo. Esta epístola fue escrita por el apóstol Pablo para animar a su hermano en la fe, Tito, a
quien había dejado en Creta para dirigir la iglesia que Pablo había establecido en uno de sus viajes misioneros
(Tito 1:5). Esta carta aconseja a Tito respecto a las cualidades que debían buscarse en los líderes para la iglesia.
También le advierte a Tito sobre la reputación de aquellos que vivían en la isla de Creta (Tito 1:12).
Además de instruir a Tito en lo que debía buscar en un líder de la iglesia, Pablo también lo anima a regresar a
Nicópolis para visitarlo. En otra palabras, Pablo continuaba discipulando a Tito y a otros, mientras crecían en la
gracia del Señor (Tito 3:13).
Versos Clave: Tito 1:5, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses
ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.”
Tito 1:16, “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados
en cuanto a toda buena obra.”
Tito 2:15, “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.”
Tito 3:3-6, “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de
concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y
por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro
Salvador.”
Breve Resumen: Que maravilloso debe haber sido cuando Tito recibió una carta de su tutor, el apóstol Pablo.
Pablo era un hombre muy honrado por muchos, y con razón, después de haber establecido varias iglesias en todo
el mundo oriental. Esta famosa introducción del apóstol debió haber sido leída por Tito, “A Tito, verdadero hijo
en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.” (Tito 1:4).
La isla de Creta, donde Pablo dejó a Tito para dirigir la iglesia, estaba habitada por nativos de la isla y judíos
quienes no conocían la verdad de Jesucristo (Tito 1:12-14). Pablo sintió que era su responsabilidad seguir
discipulando a Tito para instruirlo y alentarlo en el desarrollo de líderes dentro de la iglesia en Creta. Mientras
que el apóstol dirigía a Tito en su búsqueda de líderes, Pablo también sugirió la manera en que Tito debía instruir
a los líderes, a fin de que pudieran crecer en su fe en Cristo. Sus instrucciones incluían aquellas destinadas tanto
para hombres como para mujeres de todas las edades (Tito 2:1-8).
Para ayudar a que Tito permaneciera en su fe en Cristo, Pablo le sugirió venir a Nicópolis y traer con él a otros
dos miembros de la iglesia (Tito 3:12-13).
Conexiones: Una vez más, Pablo encuentra necesario instruir a los líderes de la iglesia para que estuvieran alertas
en contra de los judaizantes, aquellos que buscaban añadir las obras al regalo de gracia que produce la salvación.
Él le advierte en contra de aquellos que eran engañadores rebeldes, especialmente aquellos que continuaban
asegurando que aún era necesaria la circuncisión y la adherencia a los rituales y ceremonias de la Ley Mosaica
(Tito 1:10-11). Este es un tema recurrente a través de las epístolas de Pablo y en el libro de Tito, él va más allá
hasta decir que era preciso taparles la boca.
Aplicación Práctica: El apóstol Pablo merece nuestra atención mientras buscamos en la Biblia la enseñanza de
cómo vivir una vida agradando a nuestro Señor. Podemos aprender lo que debemos evitar así como a quién
debemos luchar por imitar. Pablo sugiere que busquemos ser puros, mientras evitamos las cosas que corromperán
nuestra mente y conciencia. Y posteriormente Pablo hace una declaración que nunca debe ser olvidada: “Profesan
conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena
obra.” (Tito 1:16). Como cristianos, debemos examinarnos a nosotros mismos para estar seguros de que nuestras
vidas estén de acuerdo con nuestra profesión de fe en Cristo (2 Corintios 13:5).
Junto con esta advertencia, Pablo también nos dice cómo evitar negar a Dios: “Nos salvó, no por obras de justicia
que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la
renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.”
(Tito 3:5-6). Al buscar diariamente renovar nuestra mente por el Espíritu Santo, podemos desarrollarnos como
cristianos que honran a Dios por la forma en que vivimos.
139.- Libro de Zacarías – La Biblia.
Autor: Zacarías 1:1 identifica al autor del Libro de Zacarías como el Profeta Zacarías.
Fecha de su Escritura: El Libro de Zacarías fue escrito probablemente en dos segmentos principales entre el 520 y
el 470 a.C.
Propósito de la Escritura: Zacarías enfatizó el que Dios había usado a Sus profetas para enseñar, advertir y
corregir a Su pueblo. Desafortunadamente, ellos se negaron a escuchar. Su pecado les acarreó el castigo de Dios.
El libro también muestra evidencia de que aún la profecía puede ser corrompida. La historia muestra que en este
período, la profecía cayó en descrédito entre los judíos, conduciendo al período entre los dos Testamentos,
cuando ninguna voz profética perdurable habló al pueblo de Dios.
Versos Clave: Zacarías 1:3, “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los
ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
Zacarías 7:13, “Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché,
dice Jehová de los ejércitos.”
Zacarías 9:9, “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo
y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”
Zacarías 13:9, “Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como
se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.”
Breve Resumen: El Libro de Zacarías enseña que la salvación puede ser obtenida por todos. El último capítulo
describe a gente de todo el mundo viniendo a adorar a Dios, quien desea que toda la gente lo siga. Esta no es la
doctrina del universalismo, p. ej., que toda la gente será selva porque es la naturaleza de Dios el salvar. Más bien,
el libro enseña que Dios desea que toda la gente lo adore y acepte a aquellos que lo hacen, independientemente de
sus expresiones nacionales o políticas, como en la liberación de Judá y Jerusalén de sus enemigos políticos.
Finalmente, Zacarías predica que Dios es soberano sobre este mundo, a pesar de cualquier apariencia. Sus
visiones del futuro, indican que Dios ve todo lo que sucederá. Las descripciones de la intervención de Dios en el
mundo, enseñan que en última instancia, Él traerá los acontecimientos humanos al fin que Él decida. Él no
elimina la libertad individual para seguir a Dios o rebelarse, pero mantiene a las personas responsables por las
decisiones que tomen. En el último capítulo, aún las fuerzas de la naturaleza responden ante el control de Dios.
Referencias Proféticas: Las profecías acerca de Jesucristo y la era mesiánica abundan en Zacarías. Desde la
promesa de que el Mesías vendría y habitaría entre nosotros (Zacarías 2:10-12; Mateo 1:23) hasta el simbolismo
del Renuevo y la Piedra (Zacarías 3:8-9, 6:12-13; Isaías 11:1; Lucas 20:17-18) a la promesa de Su Segunda
Venida, donde aquellos que lo traspasaron lo mirarán y llorarán. (Zacarías 12:10; Juan 19:33-37), Cristo es el
tema del Libro de Zacarías. Jesús es el Salvador de Israel, una fuente cuya sangre cubre los pecados de todos los
que vengan a Él para salvación (Zacarías 13:1; 1 Juan 1:7).
Aplicación Práctica: Dios espera hoy de nosotros, una adoración sincera y una vida moral. El ejemplo de Zacarías
de llegar a romper con los prejuicios nacionalistas, nos recuerda que debemos alcanzar a todas las áreas de
nuestra sociedad. Debemos extender la invitación de la salvación de Dios a gente de todas las nacionalidades,
lenguas, razas y culturas. La salvación solo es posible a través del derramamiento de la sangre de Jesucristo en la
cruz, quien murió en nuestro lugar para expiar nuestros pecados. Pero si rechazamos ese sacrificio, ya no hay otro
sacrificio a través del cual podamos ser reconciliados con Dios. “Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a
los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12). No hay tiempo que perder; “he aquí ahora el día de
salvación.” (2 Corintios 6:2).
140.- ¿Quiénes son los 144,000?
Respuesta: El libro de Apocalipsis siempre ha presentado desafíos para su interpretación. El libro está saturado de
vívidas imágenes y simbolismos, los cuales la gente ha interpretado de manera diferente dependiendo de sus
preconcepciones del libro como un todo. Hay cuatro posturas ante libro de Apocalipsis: 1) Preterista (la cual ve
todos o la mayoría de los eventos en Apocalipsis como ya ocurridos para el final del primer siglo); 2) Historicista
(la cual ve Apocalipsis como un panorama de la historia de la iglesia desde los tiempos apostólicos al presente);
3) Idealista (la cual ve Apocalipsis como una representación de la lucha entre el bien y el mal); 4) Futurista (la
cual ve Apocalipsis como la profecía de los eventos por venir). De estas cuatro, solo la postura futurista interpreta
Apocalipsis con el mismo método histórico-gramatical que el resto de la Escritura. También es la que mejor se
ajusta con la propia afirmación de Apocalipsis de ser un libro profético (Apocalipsis 1:3; 22:7, 10, 18, 19).
Así que la respuesta a la pregunta, “¿Quiénes son los 144,000?” dependerá de cuál postura interpretativa elijas
respecto el libro de Apocalipsis. Con la excepción de la postura futurista, todas las otras interpretan los 144,0000
simbólicamente, como siendo representativos de la iglesia, y el número “144,000” como simbolismo de la
totalidad – p.ej. el número completo – de la iglesia. Aun así, cuando se toma el pasaje como tal: “Y oí el número
de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.” (Apocalipsis 7:4),
no hay nada en el pasaje que necesite interpretar los 144,000 como alguna otra cosa que no sea literalmente el
número de 144,000 judíos, 12,000 tomados de cada tribu de los “hijos de Israel.” El Nuevo Testamento no ofrece
ningún texto bien definido que reemplace a Israel con la iglesia.
Estos judíos son “sellados,” lo cual significa que tienen una protección especial de Dios de todos los juicios
divinos y del anticristo, para llevar a cabo su misión durante el período de la Tribulación (ver Apocalipsis 6:17,
en donde la gente se pregunta quién se sostendrá en pie ante la ira por manifestarse). El período de la Tribulación
es un período aún futuro de siete años en el cual Dios ejecutará un juicio divino contra aquellos que lo rechazaron
y consumará la salvación para la nación de Israel. Todo esto es de acuerdo a la revelación dada por Dios al
profeta Daniel (Daniel 9:24-27). Los 144,000 judíos son una clase de “primicias” (Apocalipsis 14:4) del Israel
redimido, lo cual ha sido previamente profetizado (Zacarías 12:10; Romanos 11:25-27), y su misión es
evangelizar al mundo del post-Arrebatamiento y proclamar el evangelio durante el período de la Tribulación.
Como resultado de su ministerio, millones (“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del
Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos.” ) vendrán a la fe en Cristo (Apocalipsis 7:9).
Mucha de la confusión respecto a los 144,000 es el resultado de las falsas doctrinas de los Testigos de Jehová.
Los Testigos de Jehová sostienen que los 144,000 es un número limitado de personas que reinarán con cristo en
el cielo y pasarán la eternidad con Dios. Los 144,000 tienen lo que los Testigos de Jehová llaman la esperanza
celestial. Aquellos que no han nacido de nuevo disfrutarán de lo que ellos llaman la esperanza terrenal – un
paraíso en la tierra gobernado por Cristo y los 144,000. Claramente podemos ver que las enseñanzas de los
Testigos de Jehová se basan en una sociedad de castas en la vida futura con una clase gobernante (los 144,000), y
aquellos que son gobernados. La Biblia no enseña tal doctrina de “dualidad de clases.” Es verdad que de acuerdo
a Apocalipsis 20:4, habrá gente gobernando con Cristo en el Milenio. Esta gente incluirá a la iglesia (los
creyentes en Jesucristo), los santos del Antiguo Testamento (creyentes que murieron antes de la primera venida
de Cristo), y los santos de la Tribulación (aquellos que aceptaron a Cristo durante la Tribulación), Sin embargo la
Biblia no menciona un límite numérico de este grupo de gente. Más aún, el Milenio es diferente del estado eterno,
el cual tendrá lugar al término del período Milenial. En ese tiempo, Dios morará con nosotros en la Nueva
Jerusalén. Él será nuestro Dios y nosotros seremos Su pueblo (Apocalipsis 21:3). La herencia que nos ha sido
prometida en Cristo y sellada por el Espíritu Santo (Efesios 1:13-14) llegará a ser nuestra y seremos co-herederos
con Cristo (Romanos 8:17).
141.- ¿Es posible que puedan ser añadidos más libros a la Biblia?
Respuesta: No existe razón para creer que Dios presentará futura revelación para añadir a Su Palabra. La Biblia
comienza con el principio mismo de la humanidad – Génesis – y termina con el fin de la humanidad como la
conocemos – Apocalipsis. Todo lo que hay en medio es para nuestro beneficio como creyentes, para ser
habilitados con la verdad de Dios en nuestra vida diaria. Sabemos esto de 2 Timoteo 3:16-17. “Toda la Escritura
es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
Si fueran añadidos otros libros a la Biblia, sería igual a decir que la Biblia que tenemos hoy está incompleta – que
no nos dice todo lo que necesitamos saber. Aunque solo se aplica al libro de Apocalipsis, Apocalipsis 22:18-20
nos enseña una importante verdad acerca de añadir a la Palabra de Dios. “Yo testifico a todo aquel que oye las
palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están
escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro
de la vida y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”
Tenemos todo lo que necesitamos en los actuales 66 libros de la Biblia. No existe una sola situación en la vida
que no pueda ser dirigida por la Escritura. Lo que comenzó en Génesis encuentra su conclusión en Apocalipsis.
La Biblia es totalmente completa y suficiente. ¿Podría Dios añadir a la Biblia? Por supuesto que Él podría. Sin
embargo, no hay razón, bíblica o teológica, para creer que Él lo hará así.
142.- ¿Qué son los libros perdidos de la Biblia?
Respuesta: No hay “libros perdidos” de la Biblia o libros que fueron quitados de la Biblia. Hay muchas leyendas
y rumores sobre libros “perdidos,” pero ninguna de estas historias es verdadera. Cada libro que Dios designó e
inspiró para estar en la Biblia, está en la Biblia. Hay literalmente cientos de libros religiosos que fueron escritos
en el mismo período de tiempo que los libros de la Biblia. Algunos de estos libros contienen relatos verdaderos
sobre cosas que realmente ocurrieron (1 Macabeos por ejemplo). Algunos de ellos contienen buena enseñanza
espiritual (La Sabiduría de Salomón por ejemplo). Sin embargo, estos libros no fueron inspirados por Dios. Si
leemos cualquiera de estos libros, la Apócrifa es un ejemplo, debemos tratarlos como libros históricos falibles, no
como la inspirada e inerrante Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17).
El evangelio de Tomás, por ejemplo, fue una falsificación escrita en el siglo III o IV d.C. que afirmaba haber sido
escrita por el apóstol Tomás. No fue escrito por Tomás. Los padres de la iglesia primitiva rechazaron casi
universalmente el evangelio de Tomás como herético. Contiene muchas cosas falsas y heréticas que
supuestamente Jesús dijo e hizo. Nada de él (o al menos muy poco de él) es verdad. La epístola de Bernabé no
fue escrita por el Bernabé bíblico, sino por un impostor. Lo mismo puede decirse del evangelio de Felipe, el
Apocalipsis de Pedro, el libro de Enoc, etc.
Hay un solo Dios. La Biblia tiene un Creador. Hay un solo libro. Contiene un plan de gracia, descrito desde su
inicio, a través de su ejecución, y hasta su consumación. Desde la predestinación hasta la glorificación, la Biblia
es la historia de Dios redimiendo a su pueblo elegido para alabanza de Su gloria. Así como los propósitos y el
plan de Dios se despliegan en la Escritura, los temas recurrentes constantemente enfatizados son: el carácter de
Dios, el juicio por el pecado y la desobediencia, la bendición por la fe y la obediencia, el Señor Salvador y el
sacrificio por el pecado, y la gloria y el reino venidero. Es la intención de Dios que conozcamos y entendamos
estos cinco temas, porque nuestras vidas y destino eterno dependen de ellos. Es por lo tanto impensable que Dios
hubiera permitido que algo de esta vital información “se perdiera” de alguna manera. No, la Biblia está completa
y tan es así, que nosotros que la leemos y entendemos, también podemos ser “perfeccionados, y preparados para
toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
143.- ¿Cómo debe lidiar un cristiano con los sentimientos de culpa, en cuanto a los pecados pasados, ya sean
antes o después de la salvación?
Respuesta: Todos hemos pecado, y una de las consecuencias del pecado es la culpa. Podemos estar agradecidos
por los sentimientos de culpa, porque éstos nos llevan a buscar el perdón. Al momento en que una persona se
vuelve del pecado para poner su fe en Jesucristo, su pecado le es perdonado. El arrepentimiento es parte de la fe
que conduce a la salvación (Mateo 3:2; 4:17; Hechos 3:19).
En Cristo, aún los pecados más viles son purificados (ver en 1 Corintios 6:9-11 la lista de hechos perversos que
son perdonados). La salvación es por gracia, y la gracia perdona. Aún después de que una persona es salva,
cometerá pecados. Cuando lo hace, Dios aún promete el perdón. “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no
pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” (1 Juan 2:1).
La liberación del pecado, sin embargo, no siempre significa liberación de los sentimientos de culpa. Aun cuando
nuestros pecados son perdonados, todavía los recordaremos. También, tenemos un enemigo espiritual llamado “el
acusador de nuestros hermanos” en Apocalipsis 12:10, quien nos recuerda incesantemente nuestras fallas, faltas y
pecados. Cuando un cristiano experimenta sentimientos de culpa, debe hacer lo siguiente:
1) Confesar todos los pecados conocidos y que no se hayan confesado. En algunos casos, los sentimientos de
culpa son apropiados, porque la confesión es necesaria. Muchas veces, nos sentimos culpables ¡porque somos
culpables! (Ver la descripción que hace David de la culpa y su solución en el Salmo 32:3-5).
2) Pedirle al Señor que le revele cualquier otro pecado que necesite ser confesado. Ten el valor de ser totalmente
abierto y honesto ante el Señor. “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis
pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad.” (Salmo 139:23-24ª).
3) Confía en la promesa de Dios de que Él perdonará los pecados y quitará la culpa, basándose en la sangre de
Cristo (1 Juan 1:9; Salmo 85:2; 86:5; Romanos 8:1).
4) En ocasiones, cuando surgen los sentimientos de culpa sobre pecados ya confesados y abandonados, rechaza
tales sentimientos como una culpa falsa. El Señor ha sido fiel a Su promesa de perdonar. Lee y medita en el
Salmo 103:8-12.
5) Pide al Señor que reprenda a Satanás, tu acusador, y ruégale que te restaure al gozo que procede de la libertad
de la culpa.
El Salmo 32 es un estudio muy provechoso. Aunque David había pecado terriblemente, él encontró la libertad,
tanto del pecado como de los sentimientos de culpa. Él lidió con la causa de la culpa, y la realidad del perdón. El
Salmo 51 es otro buen pasaje para investigar. El énfasis aquí es la confesión del pecado, la manera en que David
ruega a Dios con un corazón lleno de culpa y dolor. Los resultados son la restauración y el gozo.
Finalmente, si el pecado ha sido confesado, ha habido arrepentimiento, y ha sido perdonado; entonces es tiempo
de dejarlo atrás. Recuerda que nosotros que hemos venido a Cristo, hemos sido hechos nuevas criaturas en Él.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.” (2 Corintios 5:17). Parte de las cosas “viejas” que “pasaron” es el recuerdo de pecados pasados y la
culpa que produjeron. Tristemente, algunos cristianos son propensos a sumergirse en los recuerdos de sus
pecaminosas vidas pasadas, memorias que debían estar muertas y enterradas desde hace mucho. Esto no tiene
sentido y es contrario a la vida cristiana victoriosa que Dios quiere para nosotros. Un dicho sabio dice “Si Dios te
ha salvado de una cloaca, no regreses a sumergirte y nadar en ella.”
144.- ¿Cómo puedo ser lleno del Espíritu Santo?
Respuesta: Un verso clave que trata sobre la llenura del Espíritu Santo en nuestra era es Juan 14:16, donde Jesús
promete que el Espíritu morará dentro de los creyentes y que Su residencia es permanente. Es importante
distinguir entre la morada y la llenura del Espíritu. La morada permanente del Espíritu no selectiva para solo
algunos pocos creyentes, sino para todos ellos. Hay un buen número de referencias a este respecto en las
Escrituras que apoyan esta conclusión. Primero; es que El Espíritu Santo es un regalo para todos los creyentes en
Jesucristo sin excepción, y no existen condiciones para tenerlo, excepto la fe en Jesucristo (Juan 7:37-39).
Segundo; el Espíritu Santo es otorgado en la salvación. Efesios 1:13 indica que el Espíritu Santo es dado en el
momento de la salvación. Gálatas 3:2 también enfatiza esta misma verdad, diciendo que el sello y la residencia
del Espíritu en el creyente, tuvo lugar al momento de creer. Tercero; el Espíritu Santo mora en los creyentes
permanentemente. Es Espíritu Santo es dado a los creyentes como un “enganche” del pago, o “garantía” de su
futura glorificación en Cristo (2 Corintios 1:22; Efesios 4:30).
Esto es en contraste con la orden de la llenura del Espíritu que encontramos en Efesios 5:18. Debemos estar tan
totalmente entregados al Espíritu Santo, que Él pueda poseernos por completo, y en ese sentido, ser llenos.
Romanos 8:9 y Efesios 1:13-14 afirman que Él mora dentro de cada creyente, pero también que Él puede ser
contristado (Efesios 4:30) y Su actividad dentro de nosotros puede ser apagada (1 Tesalonicenses 5:19). Cuando
permitimos que esto suceda, no experimentamos la llenura del Espíritu Santo trabajando y fortaleciendo en y a
través de nosotros. El ser lleno con el Espíritu, implica darle a Él la libertad para ocupar cada parte de nuestra
vida, guiándonos y controlándonos. Entonces Su poder puede ser ejercido a través de nosotros, para que lo que
hagamos sea un fruto para Dios. La llenura del Espíritu no se aplica solamente a hechos externos; también se
aplica a los pensamientos más íntimos y los motivos de nuestros actos. El Salmo 19:14 dice, “Sean gratos los
dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, oh, Jehová, roca mía, y redentor mío.”
El pecado es lo que nos separa de la llenura del Espíritu Santo, y la obediencia a Dios es lo que mantiene Su
llenura. Aunque nuestra meta debe ser el ser llenos como se nos ordena en Efesios 5:18, no es el orar por ello lo
que nos llena del Espíritu Santo, es solo nuestra obediencia a los mandatos de Dios lo que permite la libertad del
Espíritu para trabajar dentro de nosotros. Debido a nuestra naturaleza pecaminosa, es imposible para nosotros
permanecer llenos del Espíritu todo el tiempo. Por esto, debemos tratar inmediatamente con el pecado que surja
en nuestras vidas, y renovar nuestro compromiso de ser llenos y guiados por el Espíritu Santo.
145.- ¿Cuál es la clave para lograr que el matrimonio perdure?
Respuesta: El apóstol Pablo dice que la esposa está “sujeta” a su esposo mientras él viva. “Porque la mujer casada
está sujeta por la ley al marido mientras él vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.”
(Romanos 7:2). El principio que podemos percibir aquí, es que alguien tiene que morir antes de que el
matrimonio se dé por terminado. En nuestra sociedad moderna, el matrimonio termina en divorcio en más del
51% de las veces. Eso significa que más de la mitad de las parejas que hacen el voto, “Hasta que la muerte nos
separe”, no llegan hasta ese punto.
Así que la pregunta se convierte en, “¿Qué puede hacer la pareja casada para asegurarse de que su matrimonio
dure – hasta que la muerte los separe?” La primera y más importante medida es la obediencia a Dios y a Su
Palabra. Este es un principio que debiera ser reforzado en la vida antes del matrimonio y mientras el hombre y la
mujer están aún solteros. Dios dice, “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3) Para el
creyente nacido de nuevo, esto significa, no entablar relación cercana alguna con alguien que no sea creyente.
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia?
¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? (2 Corintios 6:14). Si este principio es acatado, evitará muchos futuros
sinsabores y sufrimientos en un matrimonio.
Otro principio que protegerá la duración de un matrimonio es que el esposo obedezca a Dios, en el amor, el honor
y protección que debe brindar a su esposa como lo haría con su propio cuerpo (Efesios 5:25-31) La contraparte de
esto es que la esposa debe obedecer a Dios y someterse a su esposo “…como al SEÑOR” (Efesios 5:22). El
matrimonio entre un hombre y una mujer es la ilustración de la relación entre Cristo y la iglesia. Cristo se dio a Sí
mismo por Su iglesia, para amarla, honrarla y protegerla como Su “esposa” (Apocalipsis 19:7-9).
Cuando Dios trajo a Eva con Adán en el primer matrimonio, ella fue formada de su “carne y huesos” (Génesis
2:23) y ellos se volvieron “una sola carne” (Génesis 2:23-24). Este es un concepto que se ha perdido en nuestra
sociedad moderna. El llegar a ser una sola carne significa más que solo la unión física. Significa la unión de
mente y alma para formar una unidad. Esta relación va más allá de la atracción sensual o emocional y entra
dentro del terreno de la “unidad” espiritual que solo puede ser lograda cuando ambas partes se sujetan a Dios y
una a la otra. Esta es una relación que no está hecha de “mí o mío” sino de “nosotros y nuestro”. Este es uno de
los secretos para tener un matrimonio duradero. El hacer que un matrimonio perdure hasta que la muerte de
alguno de ellos los separe, es algo que ambos esposos deben considerar como su prioridad. El solidificar nuestra
relación vertical con Dios, nos lleva a asegurar que la relación horizontal entre esposo y esposa sea duradera y
una unión que también glorifique al Señor.
146.- ¿Quiénes fueron los Padres de la Iglesia Primitiva?
Respuesta: Los Padres de la Iglesia Primitiva caían dentro de tres categorías básicas. Los Padres Apostólicos, los
Padres de la Iglesia del Pre-Concilio de Nicea y los Padres de la Iglesia del Post-Concilio de Nicea. Los Padres
de la Iglesia apostólica fueron aquellos como Clemente de Roma, quienes fueron contemporáneos con los
Apóstoles y muy probablemente fueron enseñados por ellos, continuando con la tradición y enseñanza de los
mismos Apóstoles. Lino, mencionado en 2 Timoteo 4:21, llegó a ser el obispo de Roma después de que Pedro fue
martirizado, y Clemente tomó el lugar de Lino. Por lo cual, tanto Lino como Clemente de Roma, fueron
considerados como los Padres Apostólicos. Sin embargo, parece no haber escritos sobre Lino que hayan
sobrevivido, mientras que existen muchos de Clemente de Roma que sí han sobrevivido. Los verdaderos Padres
Apostólicos que fueron enseñados por los Apóstoles, habrían ya desaparecido de escena para principios del
segundo siglos, excepto por aquellos pocos que pudieron haber sido discípulos del Apóstol Juan, tales como
Policarpo. Juan murió en Éfeso alrededor del 99 d.C.
Los Padres del Pre-Concilio de Nicea fueron aquellos que estuvieron después de los Padres Apostólicos, y antes
del Concilio de Nicea en 325 d.C. Tales luminares como Irineo, Ignacio y Justino mártir son Padres del Anti-
Nicea.
Después del Concilio de Nicea en 325 d.C. se levantaron los Padres de la Iglesia que son considerados Post-
Niceanos. Aquí hay hombres tan notables como San Agustín, obispo de Nipona, quien frecuentemente es llamado
el Padre de la Iglesia (Iglesia Católica Romana) por su gran labor en la doctrina de la Iglesia; Crisóstomo,
llamado la boca de oro, por sus excelentes habilidades en oratoria; y Eusebio, quien escribió una historia de la
Iglesia, que abarca desde el nacimiento de Jesús hasta el 324 d.C., un año antes del Concilio de Nicea. Él está
incluido en la era Post-Niceana porque no escribió esta historia sino hasta después de que tuvo lugar el Concilio
de Nicea. Otro de los Padres Post-Niceanos fue Jerónimo, quien tradujo el Nuevo Testamento del Griego al Latín
Vulgata, y Ambrosio, a quien por su intervención, se le atribuye en gran manera la conversión del emperador
Constantino al cristianismo.
Así que, ¿en qué creían los Padres de la Iglesia Primitiva? Los Padres Apostólicos estaban muy preocupados por
la proclamación del Evangelio, habiéndolo proclamado ellos mismos como lo hicieron los Apóstoles. No estaban
interesados en formular doctrina teológica, porque el Evangelio que ellos habían aprendido de los Apóstoles era
más que suficiente para ellos, en tanto se cuidara la ortodoxia. Los Padres Apostólicos eran tan celosos como los
Apóstoles mismos en cuanto a exponer y arrancar de raíz cualquier doctrina falsa que comenzara a surgir aquí y
allí. La ortodoxia del mensaje era preservada por el deseo de los Padres Apostólicos, de apegarse tan verazmente
como fuera posible a las enseñanzas del Evangelio que les fueron compartidas por los Apóstoles.
Los Padres Anti-Niceanos también trataron de permanecer fieles tanto como les fue posible a la verdad del
Evangelio que les había sido enseñado, pero ellos tuvieron una preocupación adicional que no estaba presente
con los Padres Apostólicos. Ahora había muchos escritos falsos que aseguraban tener el mismo peso que las
escrituras ya establecidas, como las de Pablo, Pedro y Lucas. La razón de estos documentos falsos era muy
evidente, porque si el Cuerpo de Cristo pudiera ser persuadido de que un documento falso era lo mismo que un
documento que había sido aceptado como genuino, entonces los documentos falsos habrían sido vistos también
como auténticos. Así que los Padres Anti-Niceanos comenzaron a dedicar mucho de su tiempo defendiendo la fe
cristiana de las falsas doctrinas, y esto condujo a los principios de la formación de la doctrina aceptada por la
iglesia.
Los Padres Post-Niceanos llevaron a cabo la misión de la defensa del Evangelio contra toda clase de herejías y
falsas doctrinas, así que progresivamente, los Padres Post-Niceanos comenzaron a interesarse cada vez más en la
defensa del Evangelio y menos en transmitir el Evangelio de una manera pura y fiel, prioridad que era el sello de
los Padres Apostólicos. Para el tiempo de Agustín, la necesidad de defenderse contra las herejías y las falsas
doctrinas, había alcanzado el punto de que la verdadera doctrina del Cuerpo de Cristo estaba ya lo
suficientemente establecida. Esta fue la era de los teólogos quienes discutirían temas arcanos hasta la muerte,
tales como “cuántos ángeles pueden danzar sobre la cabeza de un alfiler.”
147.- ¿Qué dice la Biblia acerca de ser una madre cristiana?
Respuesta: El ser una madre, es un papel muy importante que el Señor elige otorgar a muchas mujeres. Se dice
que las madres deben amar a sus hijos en Tito 2:4-5 leemos, “… que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus
maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la
palabra de Dios no sea blasfemada” En Isaías 49:15a la Biblia dice, “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz,
para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?” ¿Cuándo comienza la maternidad?
Los hijos son un regalo del Señor (Salmo 127:3-5). En Tito 2:4, aparece la palabra griega “phileoteknos”. Esta
palabra representa una clase especial de “amor materno” La idea que se desprende de esta palabra es la de
“preferir” a nuestros hijos, “cuidar” de ellos, “alimentarlos”, “abrazarlos con amor”, “cubrir sus necesidades”,
“entablar una tierna relación” a cada uno como si fuera el único salido de la mano de Dios. Se nos manda en la
Escritura el ver el “amor materno” como nuestra responsabilidad. En la Palabra de Dios se les ordena tanto a las
madres como a los padres, llevar a cabo varias cosas en la vida de sus hijos:
Estando disponibles – mañana, tarde y noche (Deuteronomio 6:6-7)
Involucrándose – interactuando, acordando, pensando y procesando la vida juntos (Efesios 6:4)
Enseñándoles – con las Escrituras, el punto de vista bíblico del mundo (Salmo 78:5-6, Deuteronomio 4:10;
Efesios 6:4)
Entrenándoles – ayudando al niño a desarrollar sus habilidades y descubrir su potencial (Proverbios 22:6)
Disciplinándoles – Enseñándoles en el temor de Dios, señalándoles sus límites en forma consistente, amorosa y
firme (Efesios 6:4; hebreos 12:5-11, Proverbios 13:24, 19:18, 22:15, 23:13-14; 29:15.17)
Nutriéndoles – Proveyendo un ambiente de constante soporte verbal, libertad de fallar, aceptación, afecto y amor
incondicional (Tito 2:4; 2 Timoteo 1:7; Efesios 4:29-32, 5:1-2; Gálatas 5:22; 1 Pedro 3:8-9)
Moldeándolos con integridad – Viviendo lo que enseñes, siendo un modelo mediante el cual un niño pueda
aprender “captando” la esencia de una vida piadosa (Deuteronomio 4:9, 15, 23; Proverbios 10:9, 11:3; Salmo
37:18, 37).
La Biblia nunca ordena que todas las mujeres deban ser madres. Sin embargo, dice que aquellas que son
bendecidas para ser madres, deben tomar seriamente esa responsabilidad. Las madres deben tener un único y
crucialmente importante papel en la vida de sus hijos. La maternidad no es un trabajo o tarea desagradable. Al
igual que una madre lleva a su bebé durante el embarazo, y alimenta y cuida de niño durante su infancia, así
también las madres juegan un constante papel en las vidas de sus niños, adolescentes y jóvenes adultos, y aún
cuando llegan a la edad madura. Mientras que el papel de la maternidad debe cambiar y desarrollarse – el amor,
el cuidado, la educación y el ánimo que da una madre, nunca debe terminar.
148.- ¿Cuál es la manera correcta de orar?
Respuesta: ¿Es mejor orar de pie, sentado, de rodillas, o inclinado? ¿Deben estar mis manos abiertas, cerrada o
levantadas hacia Dios? ¿Deben estar cerrados mis ojos cuando oro? ¿Es mejor orar en un templo o afuera en la
naturaleza? ¿Debo orar por la mañana cuando me levanto, o por la noche antes de ir a la cama? ¿Hay ciertas
palabras que necesito decir en mi oración? ¿Cómo comienzo mi oración? ¿Cuál es la manera correcta de cerrar
una oración? Estas preguntas, y otras, son preguntas comunes que recibimos acerca de la oración. ¿Cuál es la
manera correcta de orar? ¿Acaso importa cualquiera de las cosas mencionadas?
Con mucha frecuencia, la oración es vista como una forma de “fórmula mágica.” Si tú no dices exactamente las
cosas correctas, u oras en la posición correcta, Dios no escuchará y responderá a tu oración. Esto es
completamente anti-bíblico. Dios no responde nuestras oraciones basado en cuándo oramos, dónde estamos, qué
posición corporal adoptamos, o en qué orden decimos nuestras oraciones. Primera de Juan 5:14-15 nos dice, “Y
esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si
sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos
hecho.” Similarmente, Juan 14:13-14 declara, “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el
Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, Yo lo haré.” De acuerdo a esto, y a muchas otras
Escrituras, Dios responde a las peticiones de oración basándose en si éstas se piden de acuerdo a Su voluntad y en
el Nombre de Cristo (para traer gloria a Jesucristo).
Así que, ¿cuál es la manera correcta de orar? Filipenses 4:6-7 nos dice, “Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias. Y la paz de Dios,
que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” La
manera correcta de orar es derramar tu corazón ante Dios. Ser honesto y abierto con Dios, puesto que Él ya te
conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo. Presenta tus peticiones a Dios, pero ten en mente que Dios sabe lo
que es mejor, y no te concederá una petición que no sea Su voluntad para ti. Expresa tu amor, gratitud, y
adoración a Dios en oración, pero no te preocupes por tener las palabras correctas para expresarlo. Dios está más
interesado en el contenido de tu corazón, que en la calidad de tus palabras.
Lo más cerca que llega la Biblia de dar un “patrón” para la oración, es el Padre Nuestro en Mateo 6:9-13. Sin
embargo, comprende por favor, que el Padre Nuestro no es una oración que debemos memorizar y recitarla a
Dios. Es un ejemplo de las cosas que debe contener una oración –adoración, confianza en Dios, peticiones,
confesión, protección, etc. Ora por las cosas de las que habla el Padre Nuestro, pero usa tus propias palabras y
“adáptala” a tu propia jornada con Dios. La manera correcta de orar, es expresando lo que hay en tu corazón a
Dios. Sentado, de pie, o de rodillas; con las manos abiertas o cerradas; ojos abiertos o cerrados; en un templo, en
casa, o al aire libre; por la mañana o por la noche- todas estas cosas son asuntos secundarios, sujetos a la
preferencia personal, convicción y conveniencia. El deseo de Dios es que la oración sea una conexión real y
personal entre Él y nosotros.
149.- ¿Pueden las mujeres cristianas usar maquillaje o joyería?
Respuesta: 1 Samuel 16:7b declara, “porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que
está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” 1 Timoteo 2:9-10 nos dice, “Asimismo que las mujeres se
atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas ni vestidos costosos,
sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.” Pablo no prohibía que las mujeres
usaran joyería, maquillaje, o el cabello trenzado – más bien él dice que las mujeres no permitan que su apariencia
externa se vuelva más importante que su belleza interior.
1 Pedro 3:3-4 nos recuerda este aspecto espiritual, “-vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de
adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón en el incorruptible ornato de un espíritu afable
y apacible, que es de grande estima delante de Dios.” No hay nada de malo en usar joyería, maquillaje o peinados
elaborados, en tanto que sea hecho de una manera modesta. Una mujer no debe enfocarse tanto en su aspecto
externo, que llegue a descuidar su vida espiritual interior.
150.- ¿Qué es la marca de la bestia (666)?
Respuesta: El principal pasaje en la Biblia que menciona la “marca de la bestia” es Apocalipsis 13:15-18. Se
pueden encontrar otras referencias en Apocalipsis 14:9,11; 15:2; 16:2; 19:20; 20:4. Esta marca actúa como un
“sello” para los seguidores del anticristo y el falso profeta (el portavoz del anticristo). El falso profeta (la segunda
bestia) es quien causa que la gente tome esta marca. La marca literalmente es puesta en la mano derecha o en la
frente, y no es simplemente una tarjeta que alguien lleve.
Los recientes adelantos médicos en la tecnología de implantes de chips, han aumentado el interés por “la marca
de la bestia” mencionada en Apocalipsis capítulo 13. Es posible que la tecnología que vemos ahora, represente
los primeros avances de lo que eventualmente puede ser usado como “la marca de la bestia.” Es importante que
consideremos que un implante médico de un chip no es la marca de la bestia. La marca de la bestia será algo dado
solo a aquellos que adoren al anticristo. El tener insertado un microchip médico o financiero en tu mano derecha
o en tu frente no es la marca de la bestia. La marca de la bestia será al final de los tiempos, la “marca” requerida
por el anticristo para comprar o vender, y le será dada solo a aquellos que adoren al anticristo.
Muchos buenos expositores del Apocalipsis han discrepado grandemente sobre lo que es exactamente la marca de
la bestia. Además de la opinión sobre la “tarjeta de identificación”, otros han especulado que es un microchip, un
código de barras que es tatuado en tu piel, o simplemente una marca que identifique a alguien que es fiel al reino
del anticristo. Esta última opinión requiere menos especulación, puesto que no añade más información de la que
la Biblia nos da. En otras palabras, cualquiera de estas cosas es posible, pero al mismo tiempo todas ellas son
especulaciones, así que solo tendremos que ver que es lo que sucede. No debemos invertir mucho tiempo
especulando en detalles que van más allá de lo que va la Biblia.
El significado del 666 también es un misterio. Recientemente, mucha gente ha especulado que había una
conexión con junio 6, 2006 – 06/06/06. Sin embargo, en Apocalipsis 13, el número 666 identifica a una persona,
no una fecha. Apocalipsis 13:18 nos dice, “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de
la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.” De alguna manera, el número
666 identificará al anticristo. Por siglos, los intérpretes de la Biblia han estado tratando de identificar a ciertos
individuos con el 666. Nada es concluyente. Es por eso que Apocalipsis 13:18 dice que el número requiere
sabiduría. Cuando el anticristo sea revelado (2 Tesalonicenses 2:3-4), estará claro quién es, y cómo lo identificará
el número 666.
151.- ¿Cuál es el origen del Martes Gordo y el Mardi Gras?
Respuesta: Mardi Gras, que es francés para “Martes Gordo”, es el último día de una temporada llamada
Carnaval y el día antes del Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma. Dependiendo de la
localización, la temporada de Carnaval es de dos semanas de duración y se caracteriza por fiestas, festejos, bailes,
disfraces, y el libertinaje en general. La temporada de carnaval suele ser celebrada por los países católicos del sur
de Europa y América Latina.
Cómo el Mardi Gras se relaciona con la Cuaresma es el siguiente. La Cuaresma es un tiempo de ayuno,
penitencia y preparación para la Pascua. Los cristianos que observan la Cuaresma generalmente lo hacen con la
abstinencia de ciertos alimentos o actividades que disfrutan, con el expreso propósito de enfocar su tiempo en la
oración, la penitencia y la limosna. También existe el ayuno prescrito durante la Cuaresma. Ya que el Carnaval
conduce a la Cuaresma, puede ser visto justamente como la indulgencia antes del ayuno. Piense en ello como un
último “atracón” antes de renunciar a algo por 40 días.
¿Qué dice la Biblia acerca de todo esto? No hay nada en la Biblia que sugiere de forma explícita o implícita la
idea de que los primeros cristianos observaron la Cuaresma o el Carnaval. Primero veamos al carnaval un poco
más de cerca. Nos sería muy difícil encontrar apoyo bíblico para cualquier tipo de indulgencia carnal, como se
practica durante el Carnaval, especialmente en el Martes Gordo. La Biblia prohíbe expresamente la embriaguez,
la fornicación sexual, y el libertinaje de todo tipo. El mejor versículo para esto se puede encontrar en Romanos
13:13-14,” Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no
en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” Se nos
exhorta a ser sobrios y alertas, no participando en el libertinaje. La idea de un atracón de actividades pecaminosas
antes de un tiempo de consagración al Señor, es completamente ridícula y totalmente antibíblica.
152.- ¿Qué significa la frase ‘marido de una sola mujer’ en 1 Timoteo 3:2? ¿Puede un hombre divorciado
servir como pastor, anciano o diácono?
Respuesta: Hay tres posibles interpretaciones sobre “marido de una sola mujer” en 1 Timoteo 3:2. (1)
Simplemente puede estar diciendo que un polígamo no está calificado para ser un anciano/diácono/pastor. Esta es
la interpretación más literal de la frase, pero de alguna manera parece improbable, considerando que la poligamia
era rara en el tiempo en que Pablo lo escribió. (2) La frase también podría ser traducida como “hombre de una
sola mujer”. Esto indicaría que el obispo debe ser absolutamente fiel a la mujer con quien esté casado. Esta
interpretación se enfoca más en la pureza moral que en la situación marital. (3) La frase también puede ser
entendida para declarar que a fin de ser un anciano/diácono/pastor, un hombre solo puede haber estado casado
una vez, a excepción del caso de un viudo vuelto a casar.
Actualmente las interpretaciones (2) y (3) son las más prevalecientes. Yo me inclino hacia la interpretación (2),
primeramente porque la Escritura parece permitir el divorcio en circunstancias excepcionales (Mateo 19:9; 1
Corintios 7:12-16). También sería importante diferenciar entre un hombre que se ha divorciado y vuelto a casar
antes de que él se hubiera convertido al cristianismo, del hombre que se divorció y se volvió a casar después de
ser un cristiano. De otra manera, no creo que un hombre calificado deba ser excluido del liderazgo de la iglesia
por actos realizados antes de su conocimiento de Jesucristo como su Salvador. Aunque no creo que 1 Timoteo 3:2
necesariamente excluya del servir como anciano/diácono/pastor a un hombre divorciado o vuelto a casar, hay
otros aspectos que se deben considerar.
El primer requerimiento para un anciano/diácono/pastor, es el ser “irreprensible” (1 Timoteo 3:2). Si el divorcio
y/o el nuevo casamiento resultan en un pobre testimonio para los varones en la iglesia o comunidad, debe ser el
requerimiento de “irreprensible” lo que lo excluya, más que el de “marido de una sola mujer”. Un
anciano/diácono/pastor debe ser un hombre a quien la iglesia y la comunidad puedan ver como un ejemplo de
semejanza a Cristo y de un liderazgo piadoso. Si la situación de su divorcio y/o nuevo matrimonio le desvía de
este propósito, tal vez él no debería servir en la posición de anciano/diácono/pastor. Sin embargo, es importante
recordar, que solo porque un hombre no esté calificado para servir como anciano/diácono/pastor, no significa que
no sea un miembro valioso para el Cuerpo de Cristo. Cada cristiano posee dones espirituales (1 Corintios 12:4-7)
y es llamado a participar en la edificación de otros creyentes con dichos dones (1 Corintios 12:7). Un hombre que
no está calificado para la posición de anciano/diácono/pastor, aún puede enseñar, predicar, servir, orar, alabar y
jugar un papel importante en el liderazgo de la iglesia.
153.- ¿Qué dice la Biblia acerca del matrimonio?
Respuesta: La divina institución del matrimonio está registrada en Génesis. “Dijo entonces Adán. Esto es ahora
hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto,
dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Génesis 2:23-24). Dios
creó al hombre y después hizo a la mujer del “hueso de sus huesos”. El proceso tal como se describe, nos dice
que Dios tomó una de las “costillas” de Adán (Génesis 2:21-22). La palabra hebrea significa literalmente “el
costado de una persona”.
Por lo tanto, Eva fue tomada del “lado” de Adán, y es a su lado donde ella pertenece. “Y puso Adán nombre a
toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló ayuda idónea para él.”
(Génesis 2:20). Las palabras “ayuda e idónea” son la misma palabra en hebreo. La palabra es “ezer” y viene de la
raíz primitiva de la palabra que significa rodear, proteger, ayudar, auxiliar, socorrer. Por lo tanto, significa
ayudar, asistir o auxiliar. Eva fue creada para estar al lado de Adán como su “otra mitad”, para ser su auxilio y
ayuda. Un hombre y una mujer cuando se casan, se convierten en “una sola carne”. El Nuevo Testamento añade
una advertencia a esta “unidad”. “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no
lo separe el hombre” (Mateo 19:6).
Hay muchas epístolas escritas por el apóstol Pablo, que hablan de los aspectos que determinan el punto de vista
bíblico sobre el matrimonio y cómo los creyentes nacidos de nuevo deben conducirse dentro de sus relaciones
matrimoniales. Encontramos uno de estos pasajes en 1 Corintios capítulo 7 y otro en Efesios 5:22-33. El estudiar
juntos estos dos pasajes, provee al creyente de principios bíblicos que pueden ser usados para formar un marco de
referencia para una relación matrimonial que sea agradable a Dios.
El pasaje que se encuentra en Efesios es especialmente profundo en su área referente a un exitoso matrimonio
bíblico. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer,
así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador.” (Efesios 5:22-23) “Maridos,
amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” (Efesios 5:25). “Así
también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se
ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la
iglesia” (Efesios 5:28-29). “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos
serán una sola carne.” (Efesios 5:31)
Cuando estos principios son elegidos por el esposo y la esposa en armonía con su relación como creyentes
nacidos de nuevo, esto trae como consecuencia un matrimonio bíblico. Esta no es una relación desequilibrada,
sino una que está balanceada con el concepto de Cristo como la cabeza del hombre y la mujer juntamente. Por lo
tanto, el concepto bíblico del matrimonio es la unidad entre dos individuos que es una ilustración de la relación
de unidad que existe entre Cristo con Su iglesia.
154.- ¿Qué dice la Biblia acerca del matrimonio interracial?
Respuesta: La ley del Antiguo Testamento ordenaba a los israelitas no comprometerse en un matrimonio
interracial (Deuteronomio 7:3-4). La razón era que los israelitas serían desviados de en pos de Dios si se casaban
con adoradores de ídolos, paganos, o bárbaros. Un principio similar se expone en el Nuevo Testamento, pero a un
nivel muy diferente. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la
justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? (2ª Corintios 6:14). Es justo como a los
Israelitas (creyentes en el único Dios verdadero), que se les ordenó que no se casaran con incrédulos. La
respuesta a esta pregunta, específicamente es no, la Biblia no dice que el matrimonio interracial está mal.
Una persona debería ser juzgada por su naturaleza, no por el color de la piel. Todos deberíamos ser cuidadosos de
no mostrar favoritismos, tampoco ser prejuiciosos o racistas con otros (Santiago 2:1-10, vea especialmente los
versículos 1 y 9). El estándar de un hombre o una mujer cristianos para seleccionar un compañero, siempre
debería ser tomar en cuenta si la persona en la que están interesados es cristiana (2ª Corintios 6:14), alguien
nacida de nuevo por la fe en Jesucristo (Juan 3:3-5). El estándar bíblico para escoger un cónyuge es la fe en
Cristo, no el color de la piel. El matrimonio interracial no es cuestión de decir que esto es correcto o erróneo, sino
que es un asunto de sabiduría, discernimiento y oración.
La única razón por la que el matrimonio interracial debería ser considerado cuidadosamente, es por las
dificultades que podría experimentar una pareja de razas diferentes, a causa del grado de aceptación de parte de
los que le rodean. Muchas parejas interraciales experimentan discriminación y burla, a veces aún de sus propias
familias. Algunas parejas interraciales experimentan dificultades cuando sus hijos tienen tonos de piel diferentes
al de los padres y/o hermanos. Una pareja interracial necesita tomar en consideración estas cosas y estar
preparada, antes de tomar la decisión de casarse. Nuevamente, la única restricción bíblica puesta sobre un
cristiano con respecto al matrimonio, es si la otra persona es un miembro del Cuerpo de Cristo.
154.- ¿Qué significa ser una sola carne en un matrimonio?
Respuesta: El término “una sola carne” viene de la Génesis en la narración de la creación de Eva: “Entonces
JEHOVÁ Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró
la carne en su lugar. Y de la costilla que JEHOVÁ Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Dijo entonces Adán: esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del
varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne.” (Génesis 2:21-24).
El término “una sola carne” significa que así como nuestros cuerpos son un todo, y no pueden ser divididos en
pedazos y aun así seguir siendo una unidad, de la misma manera Dios decidió que sucediera con la relación
matrimonial. Ya no son más dos entidades (dos individuos), sino que ahora son una sola entidad (una pareja
casada). Hay un número de aspectos en esta nueva unión.
En términos de la duración de su unión, Jesús establece que siempre ha sido el propósito de Dios que una pareja
casada permanezca unida hasta que la muerte los separe (Mateo 19:6). Cuando ocurre el divorcio, contrario al
plan de Dios, ya no tienes dos “todos”, sino más bien dos mitades que han sido cortadas y separadas. En lo
concerniente a las relaciones emocionales, la nueva unidad tiene prioridad sobre todas las relaciones previas y
futuras (Génesis 2:24a). Algunas parejas de casados continúan concediéndole un mayor peso a los lazos que los
unen con sus padres, que con su nuevo conyugue. Esta es una receta para el desastre en un matrimonio y es una
perversión al propósito original de Dios de “dejar y unirse.” Un problema similar puede surgir, cuando uno de los
conyugues comienza a inclinarse más por satisfacer las necesidades emocionales de un hijo que las de su
esposo(a).
Emocionalmente, espiritualmente, intelectualmente, financieramente y en cualquier otro aspecto, la pareja debe
convertirse en uno. Así como una parte del cuerpo cuida de las otras partes del organismo (el estómago digiere la
comida para el cuerpo, el cerebro dirige al cuerpo por el bien del ser, las manos trabajan para el beneficio del
cuerpo, etc.) igualmente en el matrimonio, cada conyugue debe cuidar del otro. Cada conyugue ya no debe ver el
dinero ganado como “mi” dinero, sino como “nuestro” dinero. Efesios 5:22-23 y Proverbios 31:10-31, nos dan la
aplicación de esta “unidad” en el papel del esposo y la esposa respectivamente.
Físicamente: Ellos se convierten en una carne y el resultado de esa sola carne se encontrará en los hijos que
produce su unión; ahora estos hijos poseerán una composición genética, como resultado de la unión. Y aún en el
aspecto sexual de su relación, ellos no deben considerar sus cuerpos como propios, sino pertenecientes a su
conyugue (1 Corintios 7:3-5). Tampoco se enfocarán en su propio placer, sino más bien en proporcionar placer a
su esposo(a).
La unidad y esta búsqueda del beneficio del otro no es automática, especialmente después de que la raza humana
cayó en pecado. En Génesis 2:24, le es dicho al hombre que se “una” a su mujer. Esta palabra abarca dos ideas.
Una es estar “pegado” a su esposa, una ilustración de qué tan ajustado debe ser el lazo matrimonial. El otro
aspecto es “dedicarse diligentemente a ver por” la esposa. Este “dedicarse diligentemente a ver por” es llevarlo
más allá del noviazgo que conduce a la boda y continuarlo a través del matrimonio. La tendencia carnal es hacer
“lo que me hace sentir bien” en vez de considerar lo que beneficiará al esposo(a). Y este egocentrismo es la rutina
en la que comúnmente caen los matrimonios, “una vez terminada la luna de miel.” En vez de que cada conyugue
piense en la manera en que sus necesidades no han sido satisfechas, deben permanecer concentrados en suplir las
necesidades de su esposo(a).
Pero, aunque pueda resultar tan agradable que dos personas que vivan juntas, satisfagan las necesidades de uno al
otro, Dios tiene un llamado más elevado para el matrimonio. Aun cuando ellos pudieron haber estado sirviendo a
Cristo con sus vidas antes del matrimonio (Romanos 12:1-2), ahora deben servir juntos a Cristo, como una
unidad, y criar a sus hijos para servir a Dios (1 Corintios 7:29-34); Malaquías 2:15; Efesios 6:4). Priscila y
Aquila, en Hechos 18, serían buenos ejemplos de esto. Como pareja, busquen servir juntos a Cristo y el gozo que
da el Espíritu llenará su matrimonio (Gálatas 5:22-23). En el Jardín del Edén habían tres personajes (Dios, Adán,
y Eva) y había gozo. Así en la actualidad, donde Dios es el centro de un matrimonio, también habrá gozo. Sin
Dios, no será posible la duración de esa unidad.
155.- ¿Habrá matrimonios en el cielo?
Respuesta: La Biblia nos dice que, “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán
como los ángeles de Dios en el cielo” (Mateo 22:30). Esta fue la respuesta de Jesús al contestar una pregunta
concerniente a una mujer quien había estado casada varias veces en su vida – ¿con quién estaría casada en el cielo
(Mateo 22:23-28)? Evidentemente, no habrá tal cosa como matrimonios en el cielo. Esto no significa que un
esposo y una esposa a no se reconozcan en el cielo. Tampoco significa que un esposo y esposa no puedan aún
tener una estrecha relación en el cielo. Lo que esto parece indicar, sin embargo, es que un esposo y una esposa ya
no estarán casados en el cielo.
Más bien, parece que no habrá matrimonios en el cielo, simplemente porque no serán necesarios. Cuando Dios
estableció el matrimonio, Él lo hizo para llenar ciertas necesidades. Primero, Él vio que Adán tenía necesidad de
una compañía. “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” (Génesis
2:18). Eva fue la solución para el problema de soledad de Adán, así como su necesidad de un “ayudante”, alguien
que estuviera a su lado como su acompañante y que permaneciera a su lado de por vida. En el cielo, sin embargo,
no habrá soledad, tampoco habrá ninguna necesidad de ayudantes. Estaremos rodeados por multitudes de
creyentes y de ángeles (Apocalipsis 7:9), y todas nuestras necesidades serán satisfechas, incluyendo la necesidad
de compañía.
Segundo, Dios creó el matrimonio como medio para la procreación y para poblar la tierra con seres humanos. Sin
embargo, en el cielo no habrá población por procreación, porque en el cielo tendremos cuerpos glorificados que
no serán ni masculinos ni femeninos. Aquellos que van el cielo, llegarán allá por la fe en el Señor Jesucristo, ellos
no serán creados ahí por medio de reproducción. Por lo tanto, no hay propósito para el matrimonio en el cielo,
puesto que no hay procreación ni soledad.
156.- ¿Qué es la meditación cristiana?
Respuesta: No existen los pasajes bíblicos que usen la frase “meditación cristiana.” Ambas palabras “meditar” y
“meditación” se encuentran aproximadamente dieciocho veces en el Antiguo Testamento. Hay dos palabras
hebreas que son traducidas como “meditar,” y se encuentran en Génesis 24:63; Josué 1:8; Salmos 1:2, y otros. En
el contexto de estos versos, a la palabra hebrea “hagah” se le asigna el significado de “examinar, considerar,
imaginar, meditar, lamentar, hablar, estudiar, hablar, expresar, etc.” A la palabra hebrea “aiyach” se le adjudica
aún otro significado, cuando es usada en el sentido de considerar, conversar con uno mismo, y por lo tanto en voz
alta; para expresar o comunicar, quejas, declarar, meditar, orar, hablar (con Dios en oración), etc.
La palabra “meditación” se encuentra en Salmo 5:1; 19:14, y otros. Un verso familiar en Salmo 19:14 dice, “Sean
gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti…” Él pide que sus palabras y
pensamientos sean consistentes. Las palabras de la boca son una farsa si no están sustentadas por la meditación
del corazón.
Contrario al pensamiento popular en algunos círculos, la meditación cristiana nada tiene que ver con ninguna
práctica que involucre un misticismo oriental como su raíz o modelo. Tales prácticas incluyen lectio divina
(lecturas divinas), meditación trascendental, y muchas formas de la llamada oración contemplativa. Éstas
contienen en su núcleo una peligrosa premisa, de que podemos “escuchar la voz de Dios,” no a través de Su
Palabra, sino a través de revelación extra-bíblica. Hay iglesias en la actualidad, que están llenas de gente quienes
creen que están escuchando una “palabra del Señor,” contradiciéndose con frecuencia unos a otros y causando
interminables disputas y divisiones dentro del Cuerpo de Cristo. En ninguna parte de la Escritura se anima a los
cristianos a buscar cualquier sabiduría más allá de la Biblia, la cual es “...inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea prefecto, enteramente
preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16-17). Si la Biblia es suficiente para equiparnos totalmente para
toda buena obra, ¿cómo podemos creer que necesitamos buscar una experiencia mística adicional a ésta?
Para el cristiano, la meditación debe ser únicamente sobre la Palabra de Dios, y lo que ella revela acerca de Él.
David encontró esto es así, y describe al hombre que es “bendecido,” como aquel que “...en la ley de Jehová está
su delicia, en su ley medita de día y de noche.” (Salmo 1:1-2, énfasis añadido). La verdadera meditación
cristiana, es un proceso activo del pensamiento (pensando, resolviendo), donde nos entregamos el estudio de la
Palabra, orando sobre ello, y pidiéndole a Dios que nos dé, el entendimiento por el Espíritu, quien habita en el
corazón de cada creyente, y Quien ha prometido guiarnos “a toda la verdad” (Juan 16:13). Entonces ponemos
esta verdad en práctica, sometiéndonos a ello (las Escrituras) como la regla para nuestra vida y práctica, mientras
practicamos nuestras actividades cotidianas. Esto ocasiona el crecimiento y la madurez espiritual en las cosas de
Dios, al ser enseñados por el Espíritu Santo.
157.- ¿Quién fue Melquisedec?
Respuesta: Melquisedec, cuyo nombre significa “rey de justicia,” fue un rey de Salem (Jerusalén) y sacerdote
del Dios Altísimo (Génesis 14:18-20; Salmos 110:4; Hebreos 5:6-11; 6:20-7:28). La repentina aparición y
desaparición de Melquisedec en el libro del Génesis, es de alguna manera misteriosa. Melquisedec y Abraham se
encontraron primeramente después de la derrota infringida por Abraham y sus tres aliados a Quedor-laomer.
Melquisedec ofreció pan y vino a Abraham y a sus fatigados hombres, mostrándoles amistad. Él le otorgó una
bendición a Abraham en el nombre de El Elyon (“El Dios Altísimo”), y alabó a Dios por concederle a Abraham
la victoria en batalla (Génesis 14:18-20).
Abraham se presentó a Melquisedec con una ofrenda (un diezmo) de todos los bienes que había reunido.
Mediante este acto, Abraham indicaba que reconocía a Melquisedec como un compañero adorador del único Dios
verdadero, aspa como un sacerdote con un rango espiritual superior al de él mismo. La existencia de Melquisedec
muestra que había otra gente además de Abraham y su familia, quienes servían al Dios verdadero.
En el Salmo 110, un salmo mesiánico escrito por David (Mateo 22:43), Melquisedec es visto como un tipo de
Cristo. Este tema es repetido en el libro de Hebreos, donde Tanto Melquisedec como Cristo son considerados
reyes de justicia y paz. Al citar a Melquisedec y su sacerdocio único en su tipo, el escritor muestra que el nuevo
sacerdocio e Cristo es superior al de la antigua orden Levítica y el sacerdocio de Aarón (Hebreos 7:1-10).
Algunos proponen que Melquisedec fue realmente una aparición pre-encarnada de Jesucristo. Mientras que es
posible, esta postura es poco probable. Melquisedec era el rey de Salem. ¿Jesucristo habría venido a la tierra y a
gobernarnos como un rey terrenal sobre una ciudad? Melquisedec es semejante a Cristo en que ambos son reyes y
sacerdotes; por lo tanto Melquisedec puede ser llamado un “tipo” de Cristo, pero ellos no son la misma persona.
158.- ¿Dios aún realiza milagros? ¿Por qué Dios ya no hace milagros como los hizo en la Biblia?
Respuesta: Cuando Dios realizó poderosos y asombrosos milagros para los israelitas ¿lograron éstos que ellos lo
obedecieran? No, los israelitas constantemente desobedecieron y se rebelaron contra Dios aun cuando
presenciaron todos esos milagros. La misma gente que vio a Dios abrir las aguas del Mar Rojo, dudó más tarde si
Dios sería capaz de llevarlos a conquistar a los habitantes de la Tierra Prometida. Lee la parábola en Lucas 16:19-
31. En ella, un hombre en el infierno le pide a Abraham enviar a Lázaro de entre los muertos para advertir a sus
hermanos. Abraham le dijo al hombre que, “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los muertos” (Lucas 16:31).
Jesús realizó incontables milagros, sin embargo, la gran mayoría de la gente no creyó en Él. Si en la actualidad
Dios realizara milagros como los que hizo en el pasado, ocurriría el mismo resultado. La gente quedaría
asombrada y creería en Dios por un corto tiempo. La fe sería superficial y desaparecería al momento en que algo
inesperado o amenazante ocurriera. Una fe basada en milagros no es una fe madura. Dios realizó el milagro más
grande de todos los tiempos al venir al mundo en la forma humana de Jesucristo, para morir en la cruz por
nuestros pecados (Romanos 5:8), para que pudiéramos ser salvados (Juan 3:16). Dios aún realiza milagros –
muchos de ellos simplemente pasan inadvertidos o son negados. Sin embargo, no necesitamos más milagros. Lo
que necesitamos es creer en el milagro de la salvación a través de la fe en Jesucristo.
Otro importante concepto para entenderlo es el hecho de que el propósito de los milagros era el autentificar al
realizador de esos milagros. Hechos 2:22 declara, “Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón
aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio
de él, como vosotros mismos sabéis.” Lo mismo es dicho de los apóstoles, “Con todo, las señales de apóstol han
sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros.” (2 Corintios 12:12). Hablando
del Evangelio, Hebreos 2:4 proclama, “Testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y
diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según Su voluntad.” Nosotros tenemos ahora la verdad de
Jesús registrada en la Escritura. Tenemos también los escritos de los apóstoles impresos en la Escritura. Jesús y
Sus apóstoles, como está escrito en la Biblia, son la piedra angular y el fundamento de nuestra fe (Efesios 2:20).
En este sentido, los milagros ya no son necesarios, porque el mensaje de Jesucristo y Sus apóstoles ya ha sido
certificado y detalladamente registrado en las Escrituras. Si, Dios aún hace milagros. Al mismo tiempo, no
debemos necesariamente esperar hoy que ocurran milagros como los registrados en la Biblia.
159.- ¿Puede la gente que está en el cielo mirar hacia abajo y vernos a quienes aún estamos en la tierra?”
Respuesta: Hebreos 12:1 dice, “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de
testigos…” Algunos entienden que la gran “nube de testigos” son gentes que nos mira desde el cielo, pero esa no
es la interpretación correcta. El capítulo 11 de Hebreos menciona muchos creyentes a quienes Dios elogia por su
fe. Estas personas son la “nube de testigos”. Ellos son “testigos” no en el sentido de que nos estén mirando, sino
más bien en que ellos han dejado un ejemplo para nosotros… ellos son testigos para Cristo, y Dios, y la verdad.
Hebreos 12:1 continúa, “… despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la
carrera que tenemos por delante.”
La Biblia no dice específicamente si la gente puede mirarnos a quienes aún estamos en la tierra. Es muy probable
que no. ¿Por qué? Primero; algunas veces serían testigos de nuestros pecados. Segundo; a veces podrían ver cosas
que les cause aflicción. Tercero; la gente en el cielo está tan ocupada alabando a Dios y gozando de las glorias del
cielo, que realmente no tendrán interés en los que está sucediendo aquí en la tierra. El solo hecho de que en el
cielo ya están libres del pecado y en la presencia de Dios, es suficiente para que ellos estén felices. Mientras que
es posible que Dios permita que la gente mire desde el cielo a sus seres amados, la Biblia no nos da razones para
creer que esto suceda.
160.- ¿Cuál es el modo correcto del bautismo?
Respuesta: La respuesta simple a esta pregunta se encuentra en el significado de la palabra “bautizar.” Ésta viene
de la palabra griega que significa “sumergir en agua.” Por lo tanto, el bautismo por aspersión o vertido de agua es
un oxímoron, algo que se contradice en sí mismo. El bautismo por aspersión significaría “sumergir a una persona
en agua mediante la aspersión de agua sobre ella.” El bautismo, por su inherente definición, debe ser un acto de
inmersión en agua.
El bautismo ilustra la identificación del creyente con la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. “¿O no
sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte? Porque
somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:3.4). La acción de ser
sumergido en agua, representa el ser sepultado con Cristo. La acción de emerger del agua ilustra el ser resucitado
con Él. Como resultado, el bautismo por inmersión es el único método de bautismo que ilustra el ser sepultado
con Cristo y ser resucitado con ÉL. El bautismo por aspersión, o el vertido de agua, se puso en práctica como
resultado de la práctica anti-bíblica de bautizar a los infantes. Para más información sobre el bautismo de
infantes, ver “¿Qué dice la Biblia acerca del bautismo de infantes?”
El bautismo por inmersión, mientras que es el modo más bíblico de identificarse con Cristo, no es (como algunos
creen) un pre-requisito para la salvación. Es más bien un acto de obediencia al mandato de “arrepiéntanse y
bautícense” (Hechos 2:38) Aquellos que creen en la regeneración bautismal fracasan en entender que es el
“arrepentimiento” la parte necesaria para la salvación, no el acto por el cual declaramos ese arrepentimiento ante
el mundo.
161.- ¿Puede ser probado el monoteísmo?
Respuesta: Definición del monoteísmo – Monoteísmo proviene de las palabras “mono” (único) y “teísmo” (la
creencia en Dios) Específicamente, es la creencia en un solo y verdadero Dios, quien es el único creador,
sustentador, y juez de toda la creación. El monoteísmo difiere del henoteísmo, que es la creencia en múltiples
dioses con un Dios supremo sobre todos ellos. También es opuesto al politeísmo, que es la creencia en la
existencia de más de un dios.
Hay muchos argumentos para el monoteísmo, incluyendo aquellos que provienen de una revelación especial (la
Escritura) o revelación natural (filosofía), así como de la antropología histórica. Estas solo serán explicadas
brevemente a continuación, y esto no debe ser considerado de ninguna manera como una información exhaustiva.
Argumentos bíblicos del monoteísmo – Deuteronomio 4:35 “A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová
es Dios, y no hay otro fuera de Él.” Deuteronomio 6:4, “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.”
Malaquías 2:10ª, “¿No tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?” 1 Corintios 8:6,
“Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para
Él, y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas y nosotros por medio de Él.” Efesios 4:6, “un
Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” 1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y
un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” Santiago 2:19 “Tu crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios creen, ¬- y tiemblan.”
Obviamente, para mucha gente, no será aceptable el que simplemente se diga que hay un solo Dios porque así lo
dice la Biblia. Esto es porque en primer lugar, sin Dios no hay manera de probar que la Biblia sea Su palabra. Sin
embargo, uno podría argüir que, puesto que la Biblia contiene la mayor evidencia sobrenatural confiable,
confirma lo que enseña y el monoteísmo puede ser afirmado dentro de estos términos. Un argumento similar
serían las creencias y enseñanzas de Jesucristo, quien comprobó que Él era Dios (o al menos aprobado por Dios),
por Su milagroso nacimiento, Su vida y el milagro de Su resurrección. Dios no puede mentir o engañar; por lo
tanto, lo que Jesús creía y enseñaba era verdad. De esta manera, el monoteísmo en el cual Jesús creía y enseñaba,
es verdadero. Este argumento puede no ser muy impresionante para aquellos que no están familiarizados con el
caso de las confirmaciones sobrenaturales de la Escritura y Cristo, pero este es un buen lugar para comenzar para
alguien que está familiarizado con su validez.
Argumentos históricos del monoteísmo – Los argumentos procedentes de la popularidad son notoriamente
sospechosos, pero es interesante apreciar cuánto ha afectado el monoteísmo a las religiones del mundo. La teoría
popular evolutiva del desarrollo religioso es el resultado de una visión evolutiva de la realidad en general, y la
presuposición de una antropología evolutiva que es apreciada en las culturas “primitivas” como representativa de
las etapas primarias del desarrollo religioso. Pero los problemas con esta teoría evolutiva son muchos: (1) La
clase de desarrollo que describe, nunca ha sido observada – de hecho, no parece haber un desarrollo significativo
hacia el monoteísmo dentro de ninguna cultura – en realidad parece ser el caso opuesto. (2) El método
antropológico para la definición de “primitivo” es equiparable al desarrollo tecnológico; sin embargo, este
criterio es escasamente satisfactorio puesto que son muchos los componentes de una cultura determinada. (3) Las
supuestas etapas con frecuencia están perdidas o son salteadas. (4) Finalmente, la mayoría de las culturas
politeístas muestran vestigios de un temprano monoteísmo en su desarrollo. Lo que encontramos es que este Dios
monoteístico era personal, masculino, vivía en el cielo, tenía gran conocimiento y poder; era el creador del
mundo y era el autor de la moralidad que debemos obedecer; que le hemos desobedecido y por lo tanto separado
de Él, pero que ha provisto una manera de reconciliación. Virtualmente cada religión contiene una variación de
este Dios en algún punto de su pasado, antes de convertirse en el caos del politeísmo. Por lo tanto, parece que la
mayor parte de las religiones comenzaron en monoteístas y se “volvieron” politeístas, animistas, y mágicas – y no
viceversa. (El Islam es un caso muy raro, habiendo regresado al punto de partida de una creencia monoteísta).
Aún con este movimiento, con frecuencia el politeísmo es funcionalmente monoteísta o henoteísta. Es una rara
religión politeísta, la cual no tiene a uno de sus dioses como soberano sobre los demás, con dioses menores
funcionando solo como intermediarios.
Argumentos filosóficos / teológicos para el monoteísmo. Hay muchos argumentos filosóficos para la
imposibilidad de la existencia de más de un Dios. Mucho de esto depende en gran manera de una posición
metafísica concerniente a la naturaleza de la realidad. Desafortunadamente, en un artículo tan corto sería
imposible argumentar estas básicas posiciones metafísicas y luego proceder a mostrar lo que éstas señalan con
respecto al monoteísmo, pero baste con asegurar que existen fuertes bases filosóficas y teológicas para estas
verdades milenarias (y muchas son claramente evidentes en sí mismas). Brevemente entonces, veremos aquí tres
argumentos que uno podría decidir explorar (en accidentado orden de dificultad):
1. Si hubiera más de un Dios, entonces el universo estaría en desorden debido a las múltiples autoridades y
creadores, pero no lo está; por lo tanto, hay un solo Dios.
2. Puesto que Dios es totalmente un ser perfecto, entonces no puede haber un segundo Dios, porque éstos
deberían diferir en alguna manera, y el diferir de esa completa perfección es ser menos perfecto y ya no ser Dios.
3. Puesto que Dios es infinito en Su existencia, entonces Él no puede tener partes (porque las partes no pueden ser
añadidas hasta alcanzar el infinito). Si la existencia de Dios no es solo una parte de Él (como lo es para todas las
cosas que puedan existir o no), entonces Él debe tener una existencia infinita. Por lo tanto, no puede haber dos
seres infinitos, porque uno tendría que diferir del otro, y el diferir de una existencia infinita, equivale no existir
del todo.
Alguien querría argumentar que muchos de estos puntos no excluirían a una sub-clase de “dioses”, y está bien.
Aunque sabemos que esto es bíblicamente imposible, no hay nada de malo en ello, en teoría. En otras palabras
Dios pudo haber creado una sub-clase de “dioses” pero sucede que en este caso no lo hizo. Si Él lo hubiera
hecho, estos “dioses” serían solamente limitadas cosas creadas – probablemente muy parecidos a los ángeles (p.e.
Salmo 82). Esto no daña el caso para el monoteísmo, el cual no dice que no puedan haber otros seres espirituales
– solo que no puede existir la presencia de otro Dios.
162.- ¿Es el mormonismo una secta? ¿En qué creen los mormones?
Respuesta: La religión mormona fue fundada hace menos de doscientos años por un hombre llamado José Smith.
Él aseguraba haber recibido una visita personal de Dios el Padre y de Jesucristo, quienes le dijeron que todas las
iglesias y sus creencias eran una abominación. José se propuso fundar una nueva religión que aseguraba ser “la
única iglesia verdadera en el mundo”. El problema con el mormonismo es que contradice, modifica, y expande la
Biblia. Los cristianos no tienen razón para creer que la Biblia no es verdadera y suficiente. El creer y confiar en
Dios verdaderamente, significa creer en Su Palabra. “Toda la Escritura es inspirada por Dios”, lo que significa
que viene de Él (2 Timoteo 3:16).
Los mormones creen que de hecho hay cuatro fuentes de palabras divinamente inspiradas, en vez de una sola. 1)
La Biblia “en tanto esté traducida correctamente”. No siempre aclaran cuáles son los versos que están
incorrectamente traducidos. 2) El Libro del Mormón fue “traducido” por Smith y publicado en 1830. Smith
aseguraba que es el “libro más correcto” del mundo, y que una persona puede acercarse a Dios, siguiendo sus
preceptos, “más que con cualquier otro libro”. 3) Doctrina y Convenios son considerados Escritura por los
mormones, conteniendo una colección de modernas revelaciones, en cuanto a “la Iglesia de Jesucristo, como ha
sido restaurada” 4) La Perla de Gran Precio es considerada por los mormones como “clarificadora” de doctrinas y
enseñanzas que faltaron en la Biblia y añade su propia información acerca de la creación del mundo.
Los mormones creen estas cosas acerca de Dios: Que Él no siempre ha sido el Ser Supremo del universo, sino
que alcanzó ese estatus a través de una vida justa y un esfuerzo persistente. Creen que Dios el Padre tiene un
“cuerpo de carne y hueso tan tangible como el de un hombre” Aunque ya abandonado por los modernos líderes
mormones, Brigham Young creyó que Adán realmente era Dios y el padre de Jesucristo. Los cristianos sabemos
esto acerca de Dios: hay Un solo y verdadero Dios (Deuteronomio 6:4, Isaías 43:10, 44:6-8), que Él siempre ha
sido y siempre existirá (Deuteronomio 33:27a, Salmo 90:2, 1 Timoteo 1:17), y que Él no fue creado, sino que Él
es el Creador (Génesis capítulo 1; Salmo 24:1; Isaías 37:16). Él es perfecto y nadie más es igual a Él (Salmo
86:8; Isaías 40:25). Dios el Padre no es un hombre, ni nunca lo ha sido (Números 23:19; 1 Samuel 15:29; Oseas
11:9) Él es Espíritu (Juan 4:24), y un Espíritu no está hecho de carne y hueso (Lucas 24:39).
Los mormones creen que hay tres diferentes niveles de reinos en la vida venidera: El Reino Celestial, el Reino
Terrenal, el Reino Celestial y las tinieblas exteriores. Donde la raza humana terminará, dependiendo de lo que
hayan creído y hecho en esta vida mortal. La Biblia nos dice que después de la muerte, vamos al Cielo o al
Infierno, dependiendo si pusimos o no nuestra fe en Jesucristo. Al estar ausentes de nuestros cuerpos como
creyentes significa que estamos con el Señor (2 Corintios 5:6-8). Los incrédulos son enviados al Infierno, o el
lugar de los muertos (Lucas 16:22-23). Cuando Jesús venga por segunda vez, nosotros recibiremos nuevos
cuerpos (1 Corintios 15:50-54). Habrá nuevos cielos y nueva tierra para los creyentes (Apocalipsis 21:1), y los
incrédulos serán echados en un eterno lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15). No hay una segunda oportunidad
para redención después de la muerte (Hebreos 9:27).
Los líderes han creído que la encarnación de Jesús fue el resultado de una relación física entre Dios el Padre y
María. Ellos creen que Jesús es un Dios, pero que cualquier ser humano también puede convertirse en un dios.
Históricamente los cristianos han creído que Dios es Trino y que Él ha existido eternamente como el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19). Nadie puede alcanzar el estatus de Dios, sólo Él es santo (1 Samuel 2:2).
Nosotros solo podemos ser hechos santos a la vista de Dios a través de la fe en Él (1 Corintios 1:2). Jesús es el
unigénito Hijo de Dios (Juan 3:16) y es el Único que jamás ha vivido una vida sin pecado, libre de culpas, quien
ahora tiene el más alto lugar de honor en el Cielo (Hebreos 7:26). Jesús y Dios son uno en esencia, Jesús ha sido
el Único que ha existido antes de su nacimiento físico (Juan 1:1-8, 8:56) Jesús se dio a Sí Mismo por nosotros
como un sacrificio, y Dios le levantó de los muertos, y un día todos confesarán que Jesucristo es el Señor
(Filipenses 2:6-11). Jesús nos dice que es imposible ir al Cielo por nuestras propias obras, solo será posible si
ponemos nuestra fe en Él. (Mateo 19:26). Y muchos no creerán en Él (Mateo 7:13) “Entrad por la puerta
estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran
por ella.” Todos merecemos el castigo eterno por nuestros pecados, pero el amor y la gracia infinita de Dios nos
ha dado una salida. “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro” (Romanos 6:23).
Está claro que solo hay una manera de recibir la salvación; conociendo a Dios y a Su Hijo, Jesús (Juan 17:3). No
es obtenida por obras, sino por fe (Romanos 1:17, 3:28) Cuando tenemos esta fe, somos automáticamente más
obedientes a las leyes de Dios y somos bautizados en el amor por Él, pero no porque esto sea un requerimiento
para la salvación, sino como consecuencia de ella Podemos recibir este regalo sin importar quienes somos o lo
que hayamos hecho (Romanos 3:22). “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12) Aunque los mormones usualmente son personas
amigables, amorosas y amables – están involucrados en una religión falsa que distorsiona la naturaleza de Dios,
la Persona de Jesucristo y el significado de la salvación.
163.- ¿Registra la Biblia la muerte de los apóstoles? ¿Cómo murió cada uno de los apóstoles?
Respuesta: La única muerte de los apóstoles registrada en la Biblia es la de Jacobo (Hechos 12:2). El rey
Herodes mató a Jacobo “a espada” – probable referencia a ser decapitado. Las circunstancias de la muerte de los
otros apóstoles solo pueden ser conocidas basándonos en tradiciones de la iglesia, así que no debemos concederle
mucha credibilidad en ninguno de los otros relatos. La tradición de la iglesia más comúnmente aceptada,
concerniente a la muerte de un apóstol, es la del apóstol Pedro que fue crucificado de cabeza en una cruz en
forma de “X” en Roma, en cumplimiento a la profecía de Jesús (Juan 21:18). Seguidamente están las
“tradiciones” más populares en cuanto a la muerte de otros apóstoles.
Mateo sufrió el martirio en Etiopía, habiendo muerto por una herida de espada. Juan enfrentó el martirio cuando
fue hervido en un enorme caldero de aceite hirviendo durante una ola de persecución en Roma. Sin embargo, fue
librado milagrosamente de la muerte. Entonces fue sentenciado a las minas en la prisión de la isla de Patmos, y
fue ahí donde escribió su libro profético del “Apocalipsis”. Posteriormente, el apóstol Juan fue liberado y llevado
de regreso a lo que hoy conocemos como Turquía. Él murió muy viejo y fue el único de los apóstoles que murió
pacíficamente.
Santiago, el hermano de Jesús (no habiendo sido oficialmente un apóstol), el líder de la iglesia en Jerusalén, fue
arrojado de una altura de más de 30 metros desde el pináculo sureste del templo, cuando se rehusó a negar su fe
en Cristo. Cuando descubrieron que sobrevivió a la caída, sus enemigos lo golpearon con un garrote hasta
matarlo. Este fue el mismo pináculo donde Satanás había llevado a Jesús durante la tentación.
Bartolomé, también conocido como Natanael, fue misionero en Asia. Él testificó en lo que hoy es Turquía y fue
martirizado por su predicación en Armenia, donde fue desollado con un látigo hasta morir. Andrés fue
crucificado en una cruz en forma de “X” en Grecia. Después de haber sido azotado severamente por siete
soldados, ellos ataron su cuerpo a la cruz con cuerdas para prolongar su agonía. Sus seguidores reportaron que,
cuando él era llevado a la cruz, Andrés la saludó con estas palabras; “Hace mucho he deseado y esperado este
feliz momento. La cruz ha sido consagrada por el cuerpo de Cristo colgado en ella.” Él continuó predicando a sus
verdugos por dos días hasta que murió. El apóstol Tomás fue traspasado con una lanza en la India, durante uno de
sus viajes misioneros para establecer ahí una iglesia. Matías, el apóstol elegido para remplazar a Judas Iscariote el
traidor, fue apedreado y luego decapitado. El apóstol Pablo fue torturado y después decapitado por el vil
emperador romano Nerón en el año 67. También hay tradiciones referentes a los otros apóstoles, pero ninguna
que cuente con una base histórica o tradicional confiable.
No es tan importante el cómo murieron los apóstoles. Lo que si es importante es el hecho de que todos ellos
estuvieron dispuestos a morir por su fe. Si Jesús no hubiera resucitado, los discípulos lo hubieran sabido.
Ninguno de ellos hubiera muerto por algo que ellos sabían que era mentira. El hecho de que todos los apóstoles
estuvieron dispuestos a padecer horribles muertes, rehusando a renunciar a su fe en Cristo, es una tremenda
evidencia de que ellos realmente presenciaron la resurrección de Jesucristo.
164.- ¿Qué dice la Biblia respecto a las mujeres que trabajan fuera de casa?
Respuesta: El que la mujer deba o no trabajar fuera de casa, es una pregunta frecuente. La Biblia si tiene
instrucciones concernientes al papel de la mujer. En Tito 2:3-5, Pablo da estas instrucciones respecto a cómo una
joven casada debe ser enseñada por una mujer mayor: “…que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos
y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de
Dios no sea blasfemada.” En este pasaje, la Biblia es clara en que cuando aparecen los hijos, ahí es donde residen
las responsabilidades de la mujer joven. Las mujeres mayores deben enseñar a las mujeres jóvenes y vivir vidas
que glorifiquen a Dios. Teniendo estas responsabilidades en mente, el tiempo de las mujeres mayores puede ser
invertido bajo la dirección del Señor y a su discreción.
Proverbios 31 habla de “Una esposa de carácter noble.” Comenzando en el verso 11, el escritor alaba a esta mujer
como una que hace todo lo que está en su poder para cuidar de su familia. Ella trabaja duro para mantener su casa
y su familia en orden. Los versos 16, 18, 24, y 25 muestran que ella es tan laboriosa, que también trabaja en una
industria artesanal casera con la que proporciona ingresos adicionales para su familia. La motivación de esta
mujer es importante porque sus actividades de negocios eran solo medios para un fin, no un fin en sí mismos. Ella
proveía para su familia, no impulsando su carrera, usando su título, o trabajando para mantenerse al nivel de los
González. Su empleo era solo algo secundario a su verdadero llamado de administradora de su esposo, hijos, y
hogar.
En ninguna parte, la Biblia prohíbe que las mujeres trabajen fuera de casa. Sin embargo, la Biblia sí enseña lo que
deben ser las prioridades de la mujer. Si el trabajar fuera de casa, ocasiona que la mujer descuide a sus hijos y
esposo, entonces está mal que esa mujer trabaje fuera de casa. Si una mujer cristiana puede trabajar fuera de casa,
y aún así brindar un ambiente de amor y cuidado para sus hijos y esposo, entonces es perfectamente aceptable
que una mujer trabaje fuera de casa.
165.- ¿Deberían las mujeres servir como pastoras / predicadoras?”
Respuesta: Posiblemente no hay un tema más discutido en la iglesia de hoy, que el tema de las mujeres que sirven
como pastoras / predicadoras en el ministerio. Por consiguiente, es muy importante no mirar este tema como
hombres versus mujeres. Hay mujeres que creen que las mujeres no deberían servir como pastoras y que la Biblia
coloca restricciones en el ministerio de las mujeres – y hay hombres que creen que las mujeres pueden servir
como predicadoras y que no hay restricciones sobre las mujeres en el ministerio. Este no es un asunto de
chauvinismo o discriminación. Es un asunto de interpretación bíblica.
1ª Timoteo 2:11-12 proclama, “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer
enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”. En la iglesia, Dios asigna diferentes roles a
los hombres y a las mujeres. Este es el resultado de la manera en que la humanidad fue creada (1ª Timoteo 2:13)
y la manera en la que el pecado entró en el mundo (2ª Timoteo 2:14). Dios, a través de los escritos del Apóstol
Pablo, restringe a las mujeres de servir en roles de autoridad de enseñanza espiritual sobre los hombres. Esto
impide a las mujeres servir como pastoras, lo cual definitivamente incluye predicar, enseñar y tener autoridad
espiritual sobre los hombres.
Hay muchas “objeciones” a este punto de vista de tener a las mujeres en el ministerio / mujeres pastoras. Una
objeción común es que Pablo restringe a las mujeres de enseñar porque en el siglo primero, las mujeres por regla
general eran incultas. Sin embargo, en ninguna parte de 1ª Timoteo 2:11-14 menciona el nivel de instrucción. Si
la educación era un requisito para el ministerio, la mayoría de los discípulos de Jesús probablemente no habrían
calificado. Una segunda objeción común era que Pablo solamente restringía enseñar a las mujeres de Efeso (1ª
Timoteo fue escrita a Timoteo, un pastor en la iglesia de Efeso). La ciudad de Efeso fue conocida por su templo
de Artemisa, una diosa falsa griega/romana. Las mujeres eran la autoridad en la adoración de Artemisa. Sin
embargo, en ningún lugar del libro de 1ª Timoteo, Pablo la menciona, tampoco menciona la adoración a Artemisa
como una razón para las restricciones en 1ª Timoteo 2:11-12.
Una tercera objeción común es que Pablo solamente se está refiriendo a los esposos y las esposas, no a los
hombres y a las mujeres en general. Las palabras en griego en 1ª Timoteo 2:11-14 podrían referirse a esposos y
esposas. Sin embargo, el significado básico de las palabras son hombre y mujer. Adicionalmente, las mismas
palabras en griego son utilizadas en los versículos 8-10. ¿Solo los esposos deben orar en todo lugar, levantando
manos santas, sin ira ni contienda (versículo 8)? ¿Solo las esposas deben vestirse con ropa decorosa, con pudor y
modestia; tener buenas obras y adorar a Dios (versículos 9-10)? Por supuesto que no. Los versículos 8 al10
claramente se refieren a los hombres y mujeres en general, no solamente a los esposos y a las esposas. No hay
nada en el contexto que debiera indicar un cambio para esposas y esposos en los versículos 11 al 14.
Sin embargo, otra objeción frecuente a esta interpretación de mujeres pastoras / predicadoras, está etiene relación
con Miriam, Débora, Hulda, Priscila, Febe, etc. – mujeres que mantuvieron posiciones de liderazgo en la Biblia.
Esta objeción falla en considerar algunos factores significativos. En relación con Débora, ella fue la única jueza
femenina entre 13 jueces masculinos. En relación con Hulda, fue la única profetiza femenina entre docenas de
profetas masculinos mencionados en la Biblia. La única conexión de Miriam hacia el liderazgo fue por haber sido
hermana de Moisés y Aarón. Las dos mujeres más prominentes en los tiempos de los reyes fueron Atalía y
Jezabel – difíciles ejemplos de liderazgo femenino devoto.
En el libro de los Hechos, el capítulo 18, Priscila y Aquila son presentados como ministros fieles de Cristo. El
nombre de Priscila es mencionado primero, indicando probablemente que ella era más “prominente” en el
ministerio que su esposo. Sin embargo, en ninguna parte se describe a Priscila participando en una actividad de
ministerio que esté en contradicción con 1ª Timoteo 2:11 al 14. Priscila y Aquila llevaron a Apolos a su hogar y
fue discipulado por ellos, explicándole la Palabra de Dios con exactitud (Hechos 18:26).
En Romanos 16:1, aún si a Febe se la considera una “diaconiza” en lugar de una sierva – eso no indica que Febe
fuera una maestra en la iglesia. “Apto para enseñar” es un calificativo dado para los ancianos, pero no diáconos
(1ª Timoteo 3:1-13; Tito 1:6-9). Los ancianos / obispos / diáconos, son descritos como “maridos de una sola
mujer”, “un hombre cuyos hijos creen”, y “hombres dignos de respeto”. Además, en 1ª Timoteo 3:1 al 13 y en
Tito 1:6 al 9, los pronombres masculinos son utilizados exclusivamente para referirse a ancianos / obispos /
diáconos.
La estructura de 1ª Timoteo 2:11 al 14 deja la razón perfectamente establecida. El versículo 13 comienza con
“Porque” y da la “causa” de lo que Pablo declara en los versículos 11 y 12. ¿Por qué las mujeres no deberían
enseñar o tener autoridad sobre los hombres? Porque – “Adán fue formado primero, luego Eva. Y Adán no fue
engañado; sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. Esa es la razón. Dios creó a Adán
primero y luego creó a Eva a fin de que fuera “ayuda idónea” para Adán. Este orden de la creación tiene una
aplicación universal para la humanidad en la familia (Efesios 5:22-23) y en la iglesia. El hecho de que Eva fuera
engañada también se da como una razón para que las mujeres no sirvan como pastoras o tengan autoridad
espiritual sobre los hombres. Esto guía a algunos a creer que las mujeres no deberían enseñar porque son
engañadas más fácilmente. Ese concepto es discutible… pero si las mujeres son engañadas más fácilmente, ¿por
qué se les permitiría enseñar a los niños (quienes son fácilmente engañados) y a otras mujeres (quienes
supuestamente son más fácilmente engañadas)? Eso no es lo que dice el texto. Las mujeres no deben enseñar o
tener autoridad espiritual sobre los hombres porque Eva fue engañada. Como resultado, Dios ha dado a los
hombres la autoridad de enseñanza principal en la iglesia.
Las mujeres superan en dones de hospitalidad, misericordia, enseñanza y ayuda. Mucho del ministerio de la
iglesia depende de las mujeres. Las mujeres en la iglesia no están restringidas para oración pública o para
profetizar (1ª Corintios 11:5), solamente para tener autoridad en las enseñanzas espirituales sobre los hombres. La
Biblia en ninguna parte restringe a las mujeres de ejercitar los dones del Espíritu Santo (1ª Corintios capítulo 12).
Así como los hombres, las mujeres, están llamadas a ministrar a otros, para mostrar el fruto del Espíritu (Gálatas
5:22-23), y para proclamar el Evangelio a los perdidos (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8; 1ª Pedro 3:15).
Dios ha ordenado que solamente los hombres sirvan en posiciones de autoridad de enseñanza espiritual en la
iglesia. Esto no es necesariamente porque son mejores maestros, o porque las mujeres son inferiores o menos
inteligentes (tal no es el caso). Es simplemente la manera en que Dios designó la iglesia para que funcione. Los
hombres deben ser ejemplo en el liderazgo espiritual – en sus vidas y a través de sus palabras. Las mujeres deben
tomar un rol de autoridad menor. Se las anima a enseñar a otras mujeres (Tito 2:3-5). La Biblia tampoco restringe
a las mujeres de enseñar a los niños. La única actividad de la que están restringidas es de enseñar o tener
autoridad espiritual sobre los hombres. Esto lógicamente debería incluir a las mujeres sirviendo como pastoras /
predicadoras. De ninguna manera esto las hace menos importantes, más bien les da un ministerio enfocado más
de acuerdo con el talento dado por Dios.
165.- ¿Cuál es el punto de vista cristiano sobre el mundo?
Respuesta: El punto de vista se refiere a una concepción comprensiva del mundo desde una perspectiva
determinada. El punto de vista cristiano del mundo es, entonces, una concepción comprensiva del mundo desde la
perspectiva cristiana. El punto de vista del mundo de un individuo en su “concepto global” es la armonía de todas
sus creencias acerca del mundo. Es su manera de entender la realidad. La visión que tengamos del mundo es la
base para la toma de decisiones diarias y por lo tanto resulta extremadamente importante.
Una manzana colocada sobre una mesa es vista por mucha gente. Al mirarla un botánico, la clasifica. Un artista la
ve como aún viva y la dibuja. Un abarrotero la ve como un bien disponible y la registra en su inventario. Un niño
ve en ella su almuerzo y se la come. La manera en que veamos cualquier situación está influenciada por la forma
en que veamos al mundo en general. Cada punto de vista del mundo, cristiano o no cristiano, incluye al menos
estas tres preguntas:
1) ¿De dónde venimos? (y ¿por qué estamos aquí?) 2) ¿Qué le sucede al mundo? 3) ¿Cómo podemos
componerlo?
En la actualidad, el enfoque más común sobre el mundo, es el naturalismo, que responde así a estas tres
preguntas. (1) Somos el producto de una serie de circunstancias impersonales de la naturaleza, sin ningún
propósito real. (2) No respetamos la naturaleza como deberíamos. (3) Podemos salvar al mundo a través de la
ecología y la conservación. El punto de vista naturalista genera muchas filosofías interrelacionadas tales como
una moral relativista, el existencialismo, el pragmatismo y filosofías utópicas.
Por otro lado, el punto de vista del mundo desde la perspectiva cristiana, responde estad tres preguntas
bíblicamente: (1) Somos una creación de Dios, designados para gobernar al mundo y tener compañerismo con Él
(Génesis 1:27-28; 2:15). (2) Pecamos contra Dios y sujetamos todo el mundo a maldición (Génesis 3). (3) Dios
Mismo ha redimido al mundo a través del sacrificio de Su Hijo Jesucristo (Génesis 3:15; Lucas 19:10), y un día
restaurará la creación a su estado perfecto. (Isaías 65:17-25). El punto de vista del mundo desde la perspectiva
cristiana nos lleva a creer en una moral única y absoluta, en milagros, en la dignidad humana, y en la posibilidad
de redención.
Es importante recordar que en punto de vista del mundo es comprensivo. Ello afecta cada área de la vida, desde el
dinero hasta la moral, desde la política hasta el arte. El verdadero cristianismo es más que una serie de ideas
utilizadas en la iglesia. El cristianismo como se enseña en la Biblia, es en sí mismo un punto de vista del mundo.
La Biblia nunca distingue entre una vida “religiosa” y una “secular” ; la vida cristiana es la única vida que existe.
Jesús se proclamó a Sí mismo “el camino, y la verdad y la vida.” (Juan 14:6) y al hacerlo, se convirtió en nuestra
visión del mundo.
166.- ¿Puede un cristiano escuchar música secular?
Respuesta: La pregunta de si un cristiano puede escuchar música secular, es una con la que muchos cristianos
batallan. Hay muchos músicos seculares que son tremendamente talentosos. La música secular puede ser muy
entretenida. Hay muchas canciones seculares que tienen melodías pegajosas, buenas reflexiones, y mensajes
positivos. Para determinar si un cristiano puede o no escuchar música secular, hay tres factores importantes que
deben considerarse: (1) el propósito de la música, (2) el estilo de la música, y (3) el contenido de la letra.
(1) El propósito de la música. ¿La música está diseñada únicamente para la adoración, o Dios quiso que la música
fuera tranquilizadora o entretenida? El músico más famoso de la Biblia, el rey David, utilizó la música
primeramente con el propósito de adorar a Dios (ver Salmos 4:1; 6:1; 54:1; 55:1; 61:1; 67:1; 76:1). Sin embargo,
cuando el rey Saúl era atormentado por espíritus malignos, él llamaba a David para que tocara el arpa a fin de
tranquilizarlo (1 Samuel 16:14-23). Los israelitas también usaban los instrumentos musicales para advertir el
peligro (Nehemías 4:20) y para sorprender a sus enemigos (Jueces 7:16-22). En el Nuevo Testamento, el apóstol
Pablo instruye a los cristianos para animarse unos a otros con música: “Hablando entre vosotros con salmos, con
himnos y cánticos espirituales…” (Efesios 5:19). Así que, aunque el propósito principal de la música parece ser
el de la adoración, la Biblia definitivamente permite que la música pueda ser usada para otros propósitos.
(2) El estilo de la música. Tristemente, la cuestión de los estilos musicales puede ser muy divisible entre los
cristianos. Hay cristianos que demandan inflexiblemente, que no deben usarse instrumentos musicales. Hay
cristianos que solo desean cantar los himnos “antiguos de la fe.” Hay cristianos que quieren más ritmo y música
contemporánea. Hay cristianos que aseguran poder adorar mejor en un ambiente estilo “concierto de rock.” En
lugar de reconocer estas diferencias como preferencias personales y diferencias culturales, algunos cristianos
declaran que su preferencia en el estilo de la música es el único “bíblico” y declaran a todas las demás formas de
música en el mejor de los casos, como profana, sino hasta satánica.
La Biblia en ninguna parte condena algún estilo de música en particular. La Biblia en ninguna parte declara que
alguna forma de instrumentación musical sea profana. La Biblia menciona numerosas clases de instrumentos de
cuerda e instrumentos de viento. Aunque la Biblia no menciona específicamente los tambores, si menciona otros
instrumentos de percusión (Salmo 68:25; Esdras 3:10). Casi todas las formas de música moderna son variaciones
y/o combinaciones de los mismos tipos de instrumentos musicales, tocados a diferentes velocidades o con un
mayor énfasis. No existen bases bíblicas para declarar algún estilo de música en particular, como profano o fuera
de la voluntad de Dios.
(3) El contenido de la letra. Mientras que ni el propósito de la música ni su estilo son determinantes para saber si
un cristiano puede escuchar música secular, el contenido de la letra sí debe ser considerado. Aunque que no esté
hablando específicamente de la música, Filipenses 4:8 es una excelente guía de lo que debíamos escuchar en las
letras de la música, “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto
pensad.” Si esas son las cosas en las que debemos pensar, seguramente también esas son las cosas que debemos
invitar a nuestras mentes a través de la música y las letras. ¿Puede ser la letra de una canción secular totalmente
verdadera, noble, justa, pura, amorosa, admirable, excelente, y digna de alabanza? Si la respuesta es sí, no habrá
absolutamente nada de malo con que un cristiano escuche una canción secular de esa naturaleza.
Al mismo tiempo, es abundantemente claro que mucha de la música secular no cubre los estándares de Filipenses
4:8. Frecuentemente la música secular contiene inmoralidad y violencia, a la vez que degrada y desvaloriza la
pureza y la integridad. Un cristiano no debe escuchar deliberadamente una canción que glorifique lo que se opone
a Dios. Sin embargo, hay muchas canciones seculares que no mencionan a Dios, pero que aun así contienen
buenos valores, tales como la honestidad, pureza e integridad. Si una canción de amor promueve la santidad del
matrimonio y/o la pureza del amor verdadero – pero no menciona a Dios o a la Biblia – tal canción puede ser
escuchada y aún disfrutada.
Es un hecho que cualquier cosa que una persona permita que ocupe su mente, tarde o temprano influirá en su
plática y sus acciones. Esta es la premisa detrás de Filipenses 4:8 y Colosenses 3:2,5 para establecer patrones
saludables para la mente. Segunda de Corintios 10:5 dice que debemos hacerlo “llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo” Estas Escrituras nos dan una clara imagen de la clase de música que no
debemos escuchar.
Obviamente, la mejor clase de música que podemos escuchar es aquella que alaba y glorifica a Dios. Hay muchos
músicos cristianos talentosos en casi cualquier género de música, con un rango que va desde lo clásico, hasta el
rock, rap y reggae. No hay nada inherentemente malo con ningún estilo de música en especial. Es la letra la que
determina si una canción es “aceptable” para que un cristiano la escuche. Pero si un estilo de música secular, ya
sea en la música misma o en la letra, te lleva a pensar en, o te involucra en algo que no glorifique a Dios, debe ser
evitada.
167.- ¿Por qué es tan importante el nacimiento virginal?
Respuesta: La doctrina del nacimiento virginal es crucialmente importante (Isaías 7:14; Mateo 1:23; Lucas
1:27,34). Primeramente, veamos como describe la Escritura este bendito evento. En respuesta a la pregunta de
María, “¿cómo?” Gabriel dice, “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con Su
sombra...” (Lucas 1:35) El ángel anima a José a casarse con María con estas palabras: “...porque lo que en ella es
engendrado, del Espíritu Santo es.” (Mateo 1:20) Mateo dice que la virgen “se halló que había concebido del
Espíritu Santo.” (Mateo 1:18). Gálatas 4:4 también menciona el Nacimiento Virginal: “Dios envió a Su Hijo,
nacido de mujer...”
Estos pasajes claramente establecen que el nacimiento de Jesús fue el resultado de la obra del Espíritu Santo
dentro del cuerpo de María. Estuvieron involucrados lo inmaterial (el Espíritu) y lo material (el vientre de María).
Por supuesto María no podía fecundarse en sí misma, y en ese sentido, ella simplemente fue un “recipiente”. Solo
Dios pudo efectuar el milagro de la Encarnación.
El negar la conexión física entre María y Jesús, implicaría que Jesús realmente no fue humano. La Escritura
enseña que Jesús era totalmente humano, con un cuerpo físico como el nuestro; el cual recibió de María. Al
mismo tiempo, Jesús era totalmente Dios, con una eterna naturaleza sin pecado. Ver Juan 1:14; i Timoteo 3:16; y
Hebreos 2:14-17.
Jesús no nació en pecado; esto es, Él no tuvo una naturaleza de pecado (Hebreos 7:26). Parecería que la
naturaleza pecaminosa es pasada de generación a generación a través del padre (Romanos 5:12, 17, 19). Pero, el
Nacimiento Virginal de Jesús, evitó la transición de la naturaleza de pecado y permitió al eterno Dios, convertirse
en perfecto hombre.
168.- ¿Qué o quiénes fueron los nefilim?
Respuesta: Los nefilim (los caídos, o gigantes) fueron el producto de las relaciones sexuales entre los hijos de
Dios y las hijas de los hombres en Génesis 6:1-4. Existe mucho debate acerca de la identidad de los “hijos de
Dios.” Nuestra opinión es que los “hijos de Dios” eran ángeles caídos (demonios) quienes se unieron con mujeres
humanas. De estas uniones resultó una raza, los nefilim, una raza de gigantes, quienes fueron “los valientes que
desde la antigüedad fueron varones de renombre” (Génesis 6:4).
¿Por qué habrían hecho los demonios tal cosa? La Biblia no nos da una respuesta específica. Los demonios son
seres malos y torcidos – así que nada de lo que ellos hagan debe sorprendernos. Como una motivación diferente,
la mejor especulación es que los demonios intentaban contaminar la sangre del linaje humano, a fin de impedir la
venida del Mesías – Jesucristo. Dios había prometido que el Mesías vendría del linaje de Eva (Génesis 3:15)
quien heriría a la serpiente en la cabeza – Satanás. Así que, los demonios posiblemente intentaron impedir esto,
contaminando la sangre del linaje humano, haciendo imposible que un día naciera un Mesías sin pecado.
Nuevamente, esta no es una respuesta específicamente bíblica, pero es plausible y no está en contradicción con
nada de lo que la Biblia enseña.
¿Qué son los nefilim? De acuerdo a los hebreos y otras leyendas (el libro de Enoc y otros escritos no bíblicos),
ellos fueron una raza de gigantes y Super-héroes, quienes cometieron actos de gran maldad. Su gran tamaño y
poder parecía venir de la mezcla del “DNA” demoníaco con la genética humana. Todo lo que la Biblia dice
directamente acerca de ellos, es que fueron “valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.”
(Génesis 6:4) Los nefilim no fueron extraterrestres, ellos fueron literalmente, seres físicos producidos por la
unión de los hijos de Dios y las hijas de los hombres (Génesis 6:1-4).
¿Qué sucedió con los nefilim o gigantes? Los nefilim fueron una de las razones principales para el gran diluvio
en los tiempos de Noé. Inmediatamente después de que los nefilim son mencionados, la Palabra de Dios nos dice
esto, “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos
del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra,
y le dolió en Su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el
hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.” (Génesis 6:5-
7) Así que Dios procedió a inundar el mundo entero, matando a todos y a todo (incluyendo esta raza de gigantes)
a excepción de Noé y su familia, y los animales dentro del arca (Génesis 6:11-22).
¿Hubo nefilims o gigantes después del diluvio? Génesis 6:4 nos dice, “Había gigantes en la tierra en aquellos
días,…… y también después…” Parece que los demonios volvieron a repetir su pecado en algún tiempo posterior
al diluvio. Sin embargo, pareciera que esto sucedió en una escala mucho menor de lo que fue antes del diluvio.
Cuando los israelitas espiaron la tierra de Canaán, ellos reportaron a Moisés – “También vimos allí gigantes,
hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a
ellos.” (Números 13:33). Ahora, este pasaje no dice específicamente que los nefilim o gigantes genuinamente
estuvieran ahí, solo que los espías pensaron que vieron a los nefilim. Es más probable que los espías se
encontraron con gente muy alta en Canaán y por error, creyeron que eran los nefilim. O, es posible que después
del diluvio, los demonios nuevamente se hubieran unido con mujeres humanas, produciendo más gigantes.
Cualquiera que haya sido el caso, estos “gigantes” fueron destruidos por los israelitas durante su invasión a
Canaán (Josué 11:21-22) y más tarde en su historia (Deuteronomio 3:11; 1 Samuel capítulo 17).
¿Qué impide que los demonios produzcan más nefilims o gigantes en la actualidad? Parece que Dios puso fin a
las uniones de demonios con humanos al colocar en prisiones eternas a los demonios que cometieron tales actos.
Judas verso 6 nos dice, “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada,
los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.” Obviamente, no todos los
demonios están actualmente en “prisiones”, así que debió haber habido un grupo de demonios que cometieron
posteriormente graves pecados después de la caída original. Presumiblemente, los demonios que se unieron a
mujeres humanas, son los que están en “prisiones eternas.” Esto prevendría que más demonios intentaran tales
acciones.
169.- ¿Puede un cristiano tener negocios con un incrédulo?
Respuesta: Es muy común la pregunta de si un cristiano podría tener negocios con un no creyente, o si la Biblia
le prohíbe a un creyente formar una sociedad de negocios con un incrédulo. La Escritura citada con más
frecuencia es “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con
la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14). Muchas veces, este verso es tomado
como una prohibición contra el matrimonio de cristianos con inconversos. El matrimonio definitivamente debe
aplicarse aquí, pero no hay nada en el contexto que lo limite al matrimonio. Todo tipo de “yugos desiguales”
están prohibidos – matrimonio, amistades íntimas, lazos eclesiásticos, y sociedades de negocios.
El mandamiento implica que existe una gran diferencia entre el creyente y el incrédulo. Hablando en general, las
motivaciones, las metas, y los métodos de un cristiano son incompatibles con aquellos del mundo. La fe cambia
el carácter de un hombre. La ambición más grande en la vida de un cristiano, es la de glorificar al Señor Jesús y
agradarle a Él en todas las cosas; en cambio no creyente es, en el mejor de los casos, indiferente a tales
aspiraciones. Aún si parece que tenemos mucho en común con un inconverso, el corazón se haya en una esfera
enteramente distinta.
Segunda de Corintios 6:14 prosigue preguntando, “¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” Se dice que la
gente tiene “comunión o compañerismo” cuando comparte algo. Los socios de negocios están unidos de tal
manera que deben compartir cosas – lo que pertenece a uno le pertenece al otro. Esto es precisamente lo que
significa “comunión o compañerismo.” Nuestro consejo es adherirse a la Escritura, y evitar unirse con no
creyentes. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amos 3:3).
170.- ¿Hay diferentes niveles en el cielo?
Respuesta: Lo más cercano a la descripción de la existencia de diferentes niveles en el cielo se encuentra en 2
Corintios 12:2, “Conozco a un hombre en Cristo que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del
cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.” Algunos interpretan esto como un indicador
de que hay tres diferentes niveles en el cielo, divididos en un nivel para los “cristianos Super-dedicados” o
cristianos que han obtenido un alto grado de espiritualidad, un nivel para cristianos “ordinarios, y un nivel para
cristianos quienes no sirvieron fielmente a Dios. Esta opinión no tiene bases en la Escritura.
Pablo no está diciendo que hay tres cielos o aún tres niveles del cielo. En muchas culturas antiguas, la gente
usaba el término “cielo” para describir tres diferentes “esferas” – el cielo que vemos a simple vista, el espacio
exterior, y el cielo espiritual. Aunque los términos no son específicamente bíblicos, estos son conocidos
comúnmente como los cielos terrestres, celestes y celestiales. Pablo estaba diciendo que Dios lo llevó a los cielos
“celestiales”, como la esfera en la cual mora Dios. El concepto de tres diferentes niveles de cielo, puede haber
procedido en parte de La Divina Comedia de Dante, en la cual él describe que tanto el cielo como el infierno,
tienen nueve diferentes niveles. Sin embargo La Divina Comedia, es una obra de ficción. La idea de los
diferentes niveles del cielo es ajena a la Escritura.
Sin embargo, la Escritura sí habla de diferentes recompensas en el cielo. Jesús dijo respecto a las recompensas:
“He aquí Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”
(Apocalipsis 22:12). Jesús dijo que Él vendría repentinamente, y cuando Él venga, traerá con Él las recompensas
que dará a los hombres sobre la base de lo que hayan hecho. Ahora, esto nos muestra que habrá un tiempo en el
que se recompensará a los creyentes. En 2 Timoteo 4:7-8, leemos las palabras de Pablo, al concluir su ministerio:
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona
de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman
Su venida.” A la llegada de Jesús por Su iglesia, le seguirá de inmediato el momento de las recompensas.
Dejamos este mundo, nos encontramos con Jesucristo en el aire, vamos a la casa del Padre y llegará el momento
de las recompensas.
Solo aquellas obras que permanezcan a través el fuego refinador tienen valor eterno y serán dignas de
recompensa. Aquellas obras valiosas son descritas como “oro, plata, y piedras preciosas” (1 Corintios 3:12) y son
aquellas cosas que son construidas sobre el fundamento de la fe en Cristo. Las obras que no obtendrán
recompensa son llamadas “madera, heno y hojarasca” en el mismo pasaje, y denota no obras malas, sino
actividades vacías sin valor eterno. Las recompensas serán distribuidas en el “tribunal de Cristo” un lugar donde
las vidas de los creyentes serán evaluadas únicamente para el propósito de las recompensas. El “tribunal” de los
creyentes nunca se refiere al castigo por los pecados. Jesucristo fue castigado por nuestro pecado, cuando Él
murió en la cruz, y Dios dijo acerca de nosotros: “Porque seré propicio a sus injusticias y nunca más me acordaré
de sus pecados y de sus iniquidades.” (Hebreos 8:12). ¡Qué glorioso pensamiento! El cristiano nunca debe temer
el castigo, sino buscar las coronas y recompensas que podamos colocar a los pies de nuestro Salvador.
171.- ¿Hay diferentes grados de castigo en el infierno?
Respuesta: La idea de que hay diferentes niveles de castigo en el infierno, probablemente se deriva de La Divina
Comedia escrita por Dante Alighieri entre 1308 y 1321, y es generalmente considerado el poema épico central de
la literatura italiana. En él, el poeta romano Virgilio guía a Dante a través de nueve círculos del infierno. Los
círculos son concéntricos, representado un gradual incremento de la maldad y culminando en el centro de la
tierra, donde Satanás es mantenido en esclavitud. En cada círculo los pecadores son castigados de una manera
acorde a sus crímenes. Cada pecador es afligido por toda la eternidad por el pecado principal que haya cometido.
La gente que pecó, pero rezó por el perdón antes de sus muertes, se encuentra en el purgatorio, donde trabajan
para ser librados de sus pecados, no en el infierno. De acuerdo con Dante, los círculos van desde el primero,
donde se encuentran los no bautizados y los paganos virtuosos, al centro mismo del infierno que está reservado
para aquellos que han cometido el máximo pecado – la traición contra Dios.
Aunque no lo dice específicamente de esa manera, la Biblia pareciera indicar que pueden haber diferentes niveles
de castigo en el infierno. En Apocalipsis 20:11-15, la gente es juzgada “…por las cosas que estaban escritas en
los libros, según sus obras.” (Apocalipsis 20:12) Sin embargo, en este juicio, toda la gente es echada en el lago de
fuego(Apocalipsis 20:13-15). Así que, tal vez, el propósito del juicio es determinar qué tan severo será el castigo
en el infierno. Cualquiera que sea el caso, el ser arrojado en una porción del lago de fuego un poco menos
caliente, no es consuelo para aquellos que aún son condenados por la eternidad.
Cualquier grado de castigo que contenga el infierno, es claro que este es un lugar que se debe evitar.
Desafortunadamente la Biblia asegura que la mayoría de la gente terminará en el infierno y no en el cielo.
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos
son los que la hallan.” (Mateo 7:13-14). Lo que uno debe preguntarse es “¿en qué camino estoy?” Los “muchos”
que están en el camino espacioso tienen una cosa en común – ellos han rechazado a Cristo como el único camino
al cielo. Jesús dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.” (Juan 14:6). Si
Él dijo que Él era el único camino, eso es exactamente lo que quiso decir. Cualquiera que sigue cualquier otro
“camino” aparte de Jesucristo, está en el espacioso camino a la destrucción, y ya sea que haya o no diferentes
niveles de castigo en el infierno, el sufrimiento es espantoso, terrible, eterno y evitable.
172.- ¿Por qué yo no debería cometer suicidio?
Respuesta: Mi corazón acompaña a aquellos, que tienen pensamientos de terminar con sus propias vidas a través
del suicidio. Si al momento ese es usted, debe experimentar muchas emociones tales como, sentimientos de
desesperanza y desesperación. Usted puede sentirse como que está en el foso más profundo, y duda que haya un
rayo de esperanza, de que eso puede mejorar. A nadie parece, o importarle, o entender de dónde viene usted.
¿Simplemente, la vida no vale vivirla… o sí?
Emociones debilitantes son experimentadas por muchos, en uno u otro tiempo. Cuando estaba en un hoyo
emocional, a mi mente venían preguntas como, “¿Podría alguna vez ser la voluntad del Dios, quien me creó?”
“¿Es Dios demasiado pequeño para ayudarme?” “¿Son mis problemas, demasiado grandes para El?”
Me complace decirle, que si usted se toma unos pocos minutos y considera, permitir que Dios verdaderamente
sea Dios en su vida ahora mismo, El va a probar justamente, ¡cuán grande es El en realidad! “Porque nada hay
imposible para Dios” (Lucas 1:37). Talvez cicatrices de las heridas del pasado, han resultado en un abrumador
sentido de rechazo o abandono. Eso puede conducir a pensamientos o caminos de autocompasión, enojo,
amargura, deseos de venganza, temores enfermizos, etc., eso ha causado problemas en algunas de sus relaciones
más importantes. Sin embargo, el suicidio serviría solamente para traer devastación a los seres queridos a quienes
nunca intentó herir; cicatrices emocionales con las que van a tener que tratar el resto de sus vidas.
¿Por qué no debería cometer suicidio? Amigo, no importa cuán malas estén las cosas en su vida, hay un Dios de
amor que le está esperando, para que Le permita guiarle a través de su túnel de la desesperación, y conducirlo
hacia Su luz maravillosa. El es su esperanza segura. Su nombre es Jesús.
Este Jesús, el inmaculado Hijo de Dios, se identifica con usted en su tiempo de rechazo y humillación. El profeta
Isaías, escribió de El, “Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni
hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres,
varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no
lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió él nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga (azote) fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos
nosotros” (Isaías 53:2-6).
¡Amigo, Jesucristo soportó todo esto, a fin de que todos sus pecados pudieran ser perdonados! Sepa que cualquier
peso de culpa que cargue con usted, El va a perdonarlo, si humildemente se arrepiente (vuélvase de sus pecados a
Dios). “Invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás (Salmos 50:15). Nada que alguna vez haya
hecho, es demasiado malo como para que Jesús lo perdone. Algunos de sus siervos escogidos en la Biblia,
cometieron pecados flagrantes, como asesinato (Moisés), adulterio (Rey David), y abuso físico y emocional
(Apóstol Pablo). No obstante, encontraron perdón y una nueva vida abundante en el Señor. “Lávame más y más
de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmos 51:2). “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2ª Corintios 5:17).
¿Por qué no debería suicidarse? Amigo, Dios está dispuesto a reparar lo que se ha “roto”… concretamente, la
vida que tiene ahora, que quiere terminarla con el suicidio. El profeta Isaías escribió: “El Espíritu de Jehová el
Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a
los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el
año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a
ordenar que a los afligidos… se les de gloria (la corona de la belleza) en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de
luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová,
para gloria suya” (Isaías 61:1-3).
Venga a Jesús, y permítale restaurar su gozo y comodidad, mientras confía en El para comenzar una nueva obra
en su vida. “Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente” “Señor, abre mis labios, y publicará
mi boca tu alabanza. Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios
son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmos 51:12, 15-17).
¿Aceptaría al Señor como su Salvador y Pastor? El va a guiar sus pensamientos y pasos, un día a la vez, a través
de Su Palabra, la Biblia. “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”
(Salmos 32:8). “Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia de salvación; el temor de
Jehová será su tesoro” (Isaías 33:6). En Cristo todavía va a tener luchas, pero ahora va a tener ESPERANZA. El
es un “amigo más unido que un hermano” (Proverbios 18:24). Que la gracia del Señor Jesús esté con usted en su
hora de decisión.
Si usted decide confiar en Jesucristo como su Salvador, diga a Dios en su corazón estas palabras. “Dios, te
necesito en mi vida. Por favor perdóname por todo lo que he hecho. Pongo mi fe en Jesucristo, y creo que El es
mi Salvador. Por favor límpiame, sáname, y restaura mi gozo en la vida. Gracias por Tu amor hacia mí y por la
muerte de Jesús en mi lugar.”
173.- ¿Qué son los Nuevo Cielos y la Nueva Tierra?
Respuesta: Mucha gente tiene un concepto erróneo de lo que es realmente el Cielo. Apocalipsis capítulos 21-22
nos da una detallada descripción de los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra. Después del final de los tiempos, los
cielos y la tierra actuales, serán deshechos y reemplazados con Nuevos Cielos y Nueva Tierra. La morada eterna
de los creyentes será en la Nueva Tierra. La Nueva Tierra es el “Cielo” en el cual pasaremos la eternidad. Es en la
Nueva Tierra donde residirá la Nueva Jerusalén, la ciudad celestial. Es en la Nueva Tierra donde estarán las
puertas de perla y las calles de oro.
El Cielo – La Nueva Tierra – es un lugar físico en el cual moraremos con cuerpos físicos glorificados (ver 1
Corintios 15:35-58). El concepto de que el Cielo está “en las nubes” es antibíblico. El concepto de que seremos
“espíritus flotando alrededor del Cielo” también es antibíblico. El Cielo que experimentarán los creyentes será un
nuevo y perfecto planeta en el cual viviremos. La Nueva Tierra estará libre de pecado, maldad, enfermedad,
sufrimiento y muerte. Será muy parecida a la Tierra actual, o quizá aún una re-creación de nuestro actual planeta
– pero por supuesto sin pecado.
¿Qué hay acerca de los Nuevos Cielos? Es importante recordar que en la mente antigua, “los cielos” se referían al
cielo del espacio exterior, así como al lugar donde habita Dios. Así que, cuando Apocalipsis se refiere a los
Nuevos Cielos, está indicando más bien el universo que será creado, una Nueva Tierra, Nuevos Cielos, un nuevo
espacio exterior. Parece como si el “Cielo” de Dios también será re-creado, para dar a todas las cosas en el
universo un “nuevo comienzo” ya sea físico o espiritual. ¿Tendremos acceso a los Nuevos Cielos en la eternidad?
Posiblemente… ¡pero tendremos que esperar para averiguarlo! ¡Dejemos que la Palabra de Dios de forma a
nuestro entendimiento del Cielo!
174.- ¿Qué le sucede a la gente que nunca tienen oportunidad de oír acerca de Jesús?
Respuesta: Toda la gente es responsable ante Dios, ya sea que hayan o no “escuchado acerca de ÉL” La Biblia
nos dice que Dios se ha revelado claramente a Sí mismo en la naturaleza (Romanos 1:20) y en el corazón de la
gente (Eclesiastés 3:11). El problema es que la raza humana es pecadora; todos nosotros rechazamos este
conocimiento de Dios y nos rebelamos contra Él (Romanos 1:21-23). Aparte de la gracia de Dios, Dios nos
concedió, sobre los pecaminosos deseos de nuestro corazón, la visión de descubrir lo inútil y miserable que es
nuestra vida apartados de Él. Esto lo hace para aquellos que lo rechazan (Romanos 1:24.32).
En realidad no es que algunas personas no hayan escuchado acerca de Dios. Más bien, el problema es que ellos
han rechazado lo que han oído y lo que es fácilmente apreciado de Su obra en la naturaleza. Deuteronomio 4:29
proclama: “Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu
alma.” Este texto enseña un importante principio: quienquiera que realmente busque a Dios, lo hallará. Si una
persona verdaderamente desea conocer a Dios, Dios mismo se dará a conocer.
El problema es que, “No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.” (Romanos 3:11) La gente rechaza el
conocimiento de Dios que está presente en la naturaleza y en su propio corazón, y en lugar de ello, deciden adorar
un “dios” de su propia creación. Es necio discutir sobre la justicia de Dios que envía a alguien al infierno porque
nunca tuvo la oportunidad de escuchar el Evangelio de Jesucristo. La gente es responsable ante Dios por lo que
Dios ya se ha revelado a ellos. La Biblia dice que la gente rechaza este conocimiento, y por lo tanto, Dios es justo
al condenarlos al infierno.
Si asumimos que aquellos que nunca han escuchado el Evangelio son merecedores de la misericordia de Dios,
nos metemos en un terrible problema. Si la gente que nunca escuchó el evangelio es salva… deberíamos
asegurarnos de que nadie, jamás escuche el Evangelio. La peor cosa que podríamos hacer, sería compartirle el
Evangelio a una persona y hacer que él o ella lo rechacen. Si eso sucediera, ellos serían condenados. La gente que
no escucha el Evangelio debe ser condenada, si no, no habría motivo para el evangelismo. Si fuera de otra
manera, ¿Por qué correr el riesgo de que la gente posiblemente rechace el Evangelio y se condene a sí misma –
cuando ellos serían previamente salvos porque nunca escucharon el Evangelio?
175.- ¿Deben los cristianos obedecer las leyes del lugar?
Respuesta: Romanos 13:1-7 establece: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la
autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los
magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad?
Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme;
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo
cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia.
Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto
mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al
que honra, honra.”
Este pasaje es extensamente claro en cuanto a que debemos obedecer al gobierno que Dios ha puesto sobre
nosotros. Dios creó a los gobiernos para establecer el orden, castigar la maldad y promover la justicia (Génesis
9:6; 1 Corintios 14:33; Romanos 12:8). Debemos obedecer al gobierno en todo – pagando impuestos,
obedeciendo sus reglamentos y leyes, mostrando respeto, etc. Si no lo hacemos, a última instancia estamos
mostrando falta de respeto a Dios, porque es Él quien ha puesto a ese gobierno sobre nosotros. Cuando el apóstol
Pablo escribió Romanos 13:1-7, él estaba bajo el gobierno de Roma durante el reinado de Nerón, quizá el más vil
de todos los emperadores romanos. Aun así Pablo reconoció al gobierno que lo gobernaba. ¿Cómo podemos
nosotros hacer menos?
La siguiente pregunta es: “¿Existe alguna ocasión cuando un cristiano deba desobedecer la ley?” La respuesta a
esa pregunta puede ser encontrada en Hechos 5:27-29, “Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el
sumo sacerdote les preguntó, diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y
ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre.
Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron; Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.” De esto,
vemos claramente que en tanto que la ley del lugar no contradiga la ley de Dios, estamos obligados a obedecer.
Tan pronto como la ley de lugar contradiga el mandamiento de Dios, debemos desobedecer la ley de ese lugar y
obedecer la ley de Dios. Sin embargo, aún en ese caso, debemos aceptar la autoridad del gobierno sobre nosotros.
Esto es demostrado por el hecho de que Pedro y Juan no protestaron por ser azotados, sino que en vez de eso se
regocijaron al haber sufrido por obedecer a Dios (Hechos 5:40-42).
176.- ¿Requiere Dios que los cristianos guarden el sábado?
Respuesta: En Colosenses 2:16-17, el apóstol Pablo declara, “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida,
o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el
cuerpo es de Cristo.” De manera similar, Romanos 14:5 dice, “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga
iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.” Estas Escrituras dejan muy
claro que, para el cristiano, el guardar el sábado es un asunto de libertad espiritual, no un mandamiento de Dios.
El guardar el sábado es un punto sobre el cual la Palabra de Dios nos instruye a no juzgarnos unos a otros. La
observancia del sábado es un asunto sobre el que cada cristiano necesita estar plenamente convencido en su
propia mente.
En los primeros capítulos del Libro de Hechos, los primeros cristianos eran predominantemente judíos. Cuando
los gentiles comenzaron a recibir el don de la salvación a través de Jesucristo, los judíos cristianos se encontraron
ante un dilema. ¿En qué aspectos de la ley Mosaica y tradiciones judías deberían ser guiados a obedecer los
cristianos gentiles? Los apóstoles se reunieron y discutieron el asunto en el concilio de Jerusalén (Hechos
capítulo 15). La decisión fue, “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de
sangre.” (Hechos 15:19-20). La observancia del sábado no fue uno de los mandatos que los apóstoles juzgaron
necesario de imponer a los creyentes gentiles. Es inconcebible que los apóstoles hubieran descuidado incluir la
observancia del sábado, si aún fuera un mandamiento de Dios para los cristianos.
Un error común en el debate sobre la observancia del sábado, es el concepto de que el sábado (Sabbath) era un
día dedicado a la adoración. Grupos tales como los Adventistas del Séptimo Día, sostienen que Dios requiere que
el servicio de la iglesia sea celebrado en sábado, el día del Sabbath. Eso no es lo que ordenaba el mandamiento
sobre el Sabbath. El mandamiento sobre el Sabbath era que no se debía trabajar en ese día (Éxodo 20:8-11). En
ninguna parte de la Escritura, se ordena que el sábado sea un día para la adoración. Si, los judíos en el Antiguo y
Nuevo Testamento, y aún en los tiempos modernos, ocupan el sábado como un día de adoración, pero esa no es la
esencia del mandamiento sobre el Sabbath. En el Libro de Hechos, siempre que se menciona que una reunión era
en el Sabbath, se trata de una reunión de judíos, no de cristianos.
¿Cuándo se reunían los primeros cristianos? Hechos 2:46-47 nos da la respuesta, “Y perseverando unánimes cada
día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a
Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” Si
había un día en que los cristianos se reunían regularmente, este era el primer día de la semana (nuestro domingo),
no en día sábado (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2). En honor a la resurrección de Cristo en día domingo, los
primeros cristianos observaban el domingo, no como el “Sabbath cristiano,” sino como un día de especial
adoración y glorificación a Jesucristo.
¿Hay algo malo con adorar en sábado? ¡Absolutamente no! Debemos adorar a Dios cada día, no solo en sábado o
domingo. En la actualidad, muchas iglesias tienen servicios tanto en sábado como en domingo. Hay libertad en
Cristo (Romanos 8:21; 2 Corintios 3:17; Gálatas 5:1). ¿Debería un cristiano practicar la observancia del Sabbath;
esto es, no trabajar en sábado? Si un cristiano se siente guiado a hacerlo, absolutamente, si, (Romanos 14:5). Sin
embargo, aquellos que eligen practicar la observancia del Sabbath, no deben juzgar a quienes no lo guardan
(Colosenses 2:16). Así mismo, aquellos que no guardan el Sabbath, deben evitar ser una piedra de tropiezo (1
Corintios 8:9) para aquellos que lo guardan. Gálatas 5:13-15 lo resume en una sola declaración, “Porque
vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne,
sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo. Pero si os mordéis y coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.”
177.- ¿Cuáles son algunos obstáculos para la oración efectiva?
Respuesta: El obstáculo más obvio para la oración efectiva es la presencia de iniquidad y pecados sin confesar
en el corazón del que ora. Porque nuestro Dios es santo, hay una barrera que existe entre Él y nosotros cuando
venimos a Él con un pecado sin confesar en nuestras vidas. “Pero vuestras iniquidades han hecho división entre
vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros Su rostro para no oír.” (Isaías 59:2).
David concuerda con ello, sabiendo por experiencia que Dios está lejos de aquellos que tratan de esconder su
pecado de Dios: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.” (Salmos
66:18).
La Biblia se refiere a muchas áreas de pecado que son obstáculos para la oración efectiva. Primero, cuando
estamos viviendo de acuerdo a la carne, y no al Espíritu, nuestro deseo de orar y nuestra habilidad y efectividad
para comunicarnos con Dios están obstaculizadas. Aunque recibimos una nueva naturaleza cuando nacimos de
nuevo, esa nueva naturaleza aún reside en nuestra antiguo cuerpo y esa vieja “tienda” es corrupta y pecadora. La
carne puede ganar el control de nuestras acciones, actitudes, y motivos, a menos que seamos diligentes en “hacer
morir las obras de la carne...” (Romanos 8:13) y seamos guiados por el Espíritu en una correcta relación con
Dios. Solo entonces Él escuchará y responderá nuestras oraciones.
Una manera de vivir en la carne se manifiesta a sí misma en egoísmo, otro impedimento para la oración efectiva.
Cuando nuestras oraciones son motivadas por el egoísmo, cuando le pedimos a Dios por lo que queremos, en
lugar de por lo que Él desea, nuestros motivos obstaculizan nuestras oraciones. “Y esta es la confianza que
tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye.” (1 Juan 5:14). El pedir de
acuerdo a la voluntad de Dios es lo mismo que pedir en sumisión a cualquier cosa que pueda ser Su voluntad, ya
sea que sepamos o no de que se trate. Como en todas las cosas, Jesús debe ser nuestro ejemplo en la oración. Él
siempre oraba en la voluntad de Su Padre: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad
sino la tuya.” (Lucas 22:42). Las oraciones egoístas son siempre aquellas que tienen como intención, gratificar
nuestros propios deseos egoístas, y no podemos esperar que Dios responda a tales oraciones. “Pedís, y no recibís,
porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” (Santiago 4:3).
El vivir de acuerdo a los egoístas deseos de la carne, también obstaculizará nuestras oraciones, porque produce un
endurecimiento del corazón hacia otros. Si somos indiferentes a las necesidades de otros, podemos esperar que
Dios sea indiferente a nuestras necesidades. Cuando vamos ante Dios en oración, nuestro primer interés debe ser
Su voluntad. El segundo debe ser las necesidades de otros. Esto proviene del entendimiento de que debemos
considerar a otros antes que a nosotros mismos y estar preocupados por sus intereses por encima de los nuestros.
(Filipenses 2:3-4)
Un obstáculo mayor para la oración efectiva es un espíritu que se niega a perdonar a otros. Cuando rehusamos
perdonar a otros, crece una raíz de amargura en nuestros corazones, que ahoga nuestras oraciones. ¿Cómo
podemos esperar que Dios derrame Sus bendiciones sobre nosotros –indignos pecadores— si albergamos odio y
amargura hacia otros y una indisposición a perdonar? Este principio fue bellamente ilustrado en la parábola del
sirviente que no perdonó en Mateo 18:23-35. El principio en esta historia es que Dios nos ha perdonado una
deuda más allá de toda medida, (nuestro pecado) y Él espera que nosotros perdonemos a otros, así como nosotros
hemos sido perdonados. El rehusar hacerlo constituye un obstáculo en nuestras oraciones.
Otro gran obstáculo para la oración efectiva es nuestra duda e incredulidad. Esto no significa, como algunos
sugieren, que porque venimos a Dios convencidos de que Él nos concederá nuestras peticiones, Él está de alguna
manera obligado a hacerlo. El orar sin dudar, significa orar con la firme creencia y entendimiento del carácter,
naturaleza y motivos de Dios. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6). Cuando venimos a Dios en
oración, dudando de Su carácter, propósito y promesas, lo insultamos terriblemente. Nuestra confianza debe estar
en Su habilidad para concedernos cualquier petición que esté de acuerdo con Su voluntad y propósito para
nuestras vidas y con el entendimiento de que cualesquiera que sean Sus propósitos, es la mejor situación posible.
“Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el
viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”
(Santiago 1:6-7).
Finalmente, la discordia en el hogar es definitivamente un impedimento para la oración. Pedro menciona
específicamente esto como un estorbo en las oraciones de un esposo, cuya actitud hacia su esposa es menos que
bondadosa. “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más
frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.” (1 Pedro
3:7). Donde hay serios conflictos en las relaciones familiares, y la cabeza del hogar no está demostrando las
actitudes que Pedro menciona, su oración y comunicación con Dios está seriamente obstruida. De igual manera,
las esposas deben seguir los principios bíblicos de sumisión al liderazgo de su esposo, si quieren que sus
oraciones no sean obstaculizadas (Efesios 5).
Afortunadamente, todos estos obstáculos en la oración pueden ser solucionados de inmediato, viniendo ante Dios
en una oración caracterizada primeramente por el arrepentimiento. Primera de Juan 1:9 nos asegura que “Si
confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
Una vez que hayamos hecho eso, disfrutaremos de un canal claro y abierto de comunicación con Dios, y nuestras
oraciones no solo serán escuchadas y respondidas, sino que estarán llenas de una profunda sensación de gozo.
178.- ¿Es importante la oración comunitaria?
Respuesta: La oración comunitaria es una parte importante de la vida de la iglesia, junto con la adoración, la
sana doctrina, la comunión y el compañerismo. La iglesia primitiva se reunía regularmente para aprender la
doctrina de los apóstoles, partir el pan y orar juntos (Hechos 2:42), comenzando inmediatamente después de la
resurrección de Jesucristo (Hechos 1:14) y continuando hasta este día. Cuando oramos junto con otros creyentes,
los efectos pueden ser muy positivos. La oración comunitaria nos edifica y unifica mientras compartimos nuestra
fe común. El mismo Espíritu Santo que habita dentro de cada creyente provoca que nuestros corazones se
regocijen mientras oímos las alabanzas a nuestro Señor y Salvador, entrelazándolos juntos en un lazo único de
compañerismo que no encontramos en ningún otro lugar en la vida.
Para aquellos que pudieran estar solos y luchando con las cargas de la vida, el oír a otros levantarlos hasta el
trono de gracia, puede ser de gran ánimo. También nos edifica en el amor y cuidado por otros mientras
intercedemos por ellos. La oración comunitaria también enseña a los creyentes jóvenes como orar y los trae a un
compañerismo íntimo con el cuerpo de Cristo. Al mismo tiempo, la oración comunitaria solo será el reflejo de los
corazones de los individuos que participan en ella. Venimos a Dios en humildad (Santiago 4:10), verdad (Salmo
145:18), y obediencia (1 Juan 3:21-22), con agradecimiento (Filipenses 4:6) y confianza (Hebreos 4:16).
Tristemente, la oración comunitaria también se puede convertir en una plataforma para aquellos que dirigen las
palabras no a Dios, sino a sus oyentes. Jesús nos advirtió contra ese comportamiento en Mateo 6:5-8 donde Él
nos exhorta a no ser protagónicos, verborreicos o hipócritas en nuestras oraciones, sino orar secretamente en
nuestros propios cuartos para evitar tal tentación.
No hay nada en la Escritura que sugiera que la oración comunitaria sea “más poderosa” que las oraciones
individuales en el sentido de mover la mano de Dios. Es mas, muchos cristianos valoran la oración solo como el
medio para “obtener cosas de Dios” y los grupos de oración se convierten meramente en una ocasión para recitar
una larga lista de peticiones. Las oraciones bíblicas sin embargo, son multifacéticas, que involucran todo el deseo
de entrar en consciente e íntima comunión con nuestro santo, perfecto y justo Dios. El que este Dios se incline a
escuchar a Sus criaturas, provoca alabanzas y adoración para verter en abundancia (Salmo 27:4; 63:1-8), produce
un sincero arrepentimiento y confesión (Salmo 51: Lucas 18:9-14), genera una efusividad de gozo y acción de
gracias (Filipenses 4:6; Colosenses 1:12), y crea sinceros ruegos intercesores a favor de otros (2 Tesalonicenses
1:11; 2:16).
Las peticiones para el que ora, no se encuentran en las oraciones de Pablo o Jesús, excepto cuando en ellas
expresan sus deseos, pero siempre en sumisión a la voluntad de Dios (Mateo 26:39; 2 Corintios 12:7-9). La
oración entonces, es cooperar con Dios para que se cumpla Su plan, no para tratar de doblegarlo a Él a nuestra
voluntad. Mientras vamos abandonando nuestros propios deseos en sumisión a Aquel que conoce nuestras
circunstancias mucho más de lo que nosotros podremos, y que “sabe lo que necesitamos antes de pedirlo” (Mateo
6:8), nuestras oraciones alcanzan su más alto nivel. Por tanto, las oraciones ofrecidas en sumisión a la Divina
voluntad, siempre son contestadas positivamente, ya sean ofrecidas por una persona o por mil. Aquí está el
verdadero poder de la oración.
La idea de que la oración comunitaria es más efectiva para mover la mano de Dios viene en gran parte de una
mala interpretación de Mateo 18:19-20 “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la
tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde
están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Estos versos vienen de un largo
pasaje en el cual se indican los procedimientos a seguir en el caso de la disciplina de la iglesia a un miembro que
ha pecado. El interpretarlos como prometer a los creyentes un cheque en blanco para cualquier cosa en la que
acuerden pedir a Dios, sin importar cuán pecaminosa o tonta sea, no solo no encaja en el contexto de la disciplina
eclesiástica, sino que niega el resto de la Escritura, especialmente la soberanía de Dios y los muchos
mandamientos para la obediente sumisión de los creyentes a Su voluntad, y no a la inversa.
Además, el creer que cuando “dos o tres están congregados” para orar, eleva alguna clase de poder mágico que es
automáticamente aplicado a nuestras oraciones, es una tontería. Desde luego que Jesús está presente cuando dos o
tres oran, pero Él está igualmente presente cuando un creyente ora a solas, aún si esa persona está separada de
otros por miles de kilómetros. La mala interpretación de estos versos, nos muestra el por qué es tan importante
leer y entender los pasajes en su contexto y a la luz de toda la Escritura.
179.- ¿Qué es la oración contemplativa?
Respuesta: Primeramente es importante definir con claridad lo que es la “oración contemplativa:” Para los
propósitos de este artículo, la oración contemplativa no es solo “estar en contemplación mientras estás orando.”
La Biblia nos enseña que “oremos con nuestro entendimiento” (1 Corintios 14:15), así que claramente la oración
incluye la contemplación. Sin embargo, orar con el entendimiento no es lo que la “oración contemplativa” a
venido a significar.
Lentamente y año con año, la oración contemplativa ha incrementado su popularidad y práctica desde mediados
de los años 90’s, junto con el surgimiento del Movimiento de la Iglesia Emergente – un movimiento que contiene
muchas ideas y prácticas anti-bíblicas, siendo la oración contemplativa una de tales prácticas.
La oración contemplativa, también conocida como “la oración concentrada,” es una práctica meditativa, donde
sus practicantes se enfocan en una palabra y la repiten una y otra vez, durante todo el curso del ejercicio. De
acuerdo con el sacerdote católico Thomas Keating, así es como se hace: “Elige una palabra sagrada como el
símbolo de tu intención para ingresar a la presencia y la acción de Dios en tu interior. Sentado confortablemente y
con los ojos cerrados, reposa brevemente y en silencio introduce la palabra sagrada, como el símbolo de tu
consentimiento a la presencia y la acción de Dios en tu interior. Cada vez que te vuelvas consciente de los
pensamientos, regresa siempre tranquilamente a la palabra sagrada. Al final del período de oración, permanece en
silencio con los ojos cerrados por un par de minutos.”
Aunque esto puede sonar como un ejercicio inocente, este tipo de “oración” no tiene ningún soporte bíblico. De
hecho, es justamente lo opuesto a la manera en que la oración es definida en la Biblia. “Por nada estéis afanosos,
sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”
(Filipenses 4:6). “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al
Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que
vuestro gozo sea cumplido.” (Juan 16:23-24). Estos versos y otros más, describen claramente la oración como
una comunicación comprensible con Dios, no una meditación mística y esotérica.
La oración contemplativa, por diseño, se enfoca en tener una experiencia mística con Dios. Sin embargo el
misticismo es puramente subjetivo, y no se basa en la verdad o los hechos. Sin embargo, la Palabra de Dios nos
ha sido dada justamente con el propósito de basar nuestra fe y nuestras vidas en la Verdad (2 Timoteo 3:16-17).
Lo que conocemos de Dios está basado en hechos; el confiar en el conocimiento experimental por sobre los
registros bíblicos, coloca a una persona fuera de la norma que es la Biblia.
La oración contemplativa no difiere de los ejercicios meditativos utilizados en las religiones orientales y los
cultos de la Nueva Era. La mayoría de sus partidarios adoptan una espiritualidad abierta entre los adeptos de
todas las religiones, promoviendo la idea de que la salvación es ganada por muchos caminos, aunque Cristo
Mismo estableció que la salvación solo viene a través de Él, (Juan 14:6). La oración contemplativa, como ha
venido a significar en el movimiento moderno de la oración, está en oposición a la cristiandad bíblica y debe ser
definitivamente evitada.
180.- ¿Cómo puedo hacer que Dios responda a mis oraciones?
Respuesta: Mucha gente ve una “oración contestada” cuando Dios accede a una petición de oración ofrecida a
Él. Si la petición de oración no es concedida, con frecuencia es entendido como una oración no contestada. Sin
embargo, esto es una comprensión incorrecta de la oración. Dios responde a cada oración que es elevada hacia Él.
Lo que debemos recordar es que algunas veces Dios responde “no” o “espera” Dios solo promete concedernos
nuestras oraciones cuando le pedimos de acuerdo a Su voluntad. 1 Juan 5:14-15 nos dice; “Y esta es la confianza
que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye
en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”
¿Qué significa pedir de acuerdo a Su voluntad? Orar de acuerdo a la voluntad de Dios es orar por cosas que
traerán honra y gloria a Dios y/o orar por cosas que la Biblia revela claramente que es la voluntad de Dios que las
obtengamos. Si oramos por algo que no es para honrar a Dios, o que no es la voluntad de Dios para nuestras
vidas, Dios no nos dará lo que le pedimos. ¿Cómo sabemos cuál es la voluntad de Dios? Dios promete que nos
dará sabiduría cuando se la pidamos. Santiago 1:5 dice; “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a
Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” Familiarízate con lo que dice la Biblia
acerca de la voluntad de Dios para tu vida. Entre más entendamos la Palabra de Dios, mejor sabremos por lo que
debemos orar. Entre más sepamos por lo que debemos orar, nuestra vida de oración será más efectiva.
181.- ¿Es bíblico el orar a María / los santos?
Respuesta: El hecho de que los católicos oren a los santos es un punto lleno de confusión. La posición oficial de
la Iglesia Católica Romana, es que los católicos no oran A los santos o a María, sino más bien los católicos piden
a los santos y a María que oren POR ellos. La posición oficial de la Iglesia Católica es que el pedir a los santos
por sus oraciones, no tiene ninguna diferencia a que le pidas a alguien aquí en la tierra que ore por ti. Sin
embargo, la práctica de muchos católicos difiere mucho de la enseñanza oficial de la Iglesia Católica Romana.
Muchos católicos, de hecho oran directamente a los santos y/o María, pidiéndoles ayuda – en vez de pedirles a
los santos y/o María que intercedan ante Dios por ayuda. Cualquiera que sea el caso, ya sea que se ore a un santo
o a María, o el pedirles que oren, ninguna de estas prácticas tiene una base bíblica.
La Biblia en ninguna parte instruye a los creyentes en Cristo a orar a nadie más que a Dios. La Biblia en ningún
lugar anima, o aún menciona que los creyentes le pidan oraciones a individuos en el cielo. ¿Por qué entonces,
muchos católicos oran a María y/o a los santos, o piden sus oraciones por ellos? Los católicos ven a María y a los
santos como “intercesores” ante Dios. Por lo tanto, si un santo le lleva una oración a Dios, es más efectivo que el
que oremos directamente a Dios. Este concepto es evidentemente anti-bíblico. Hebreos 4:16 nos dice que
nosotros, los creyentes aquí en la tierra, podemos “… acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia,
para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
1 Timoteo 2:5 declara, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre.” No hay nadie más que pueda ser mediador ante Dios por nosotros. Si Jesús es EL ÚNICO mediador,
eso indica que María y los santos no pueden ser mediadores. Ellos no pueden ser mediadores de nuestras
peticiones en oración a Dios. Más aún, la Biblia nos dice que Jesucristo Mismo está intercediendo por nosotros
ante el Padre “por lo cual (Jesucristo) puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios,
viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25). Con Jesús Mismo intercediendo por nosotros, ¿por
qué necesitamos que María o los santos intercedan por nosotros? ¿A quién escuchará Dios que sea más cercano
que Su Hijo? Romanos 8:26-27 describe al Espíritu Santo intercediendo por nosotros. Con el segundo y tercer
miembro de la Trinidad ya intercediendo por nosotros ante el Padre en el Cielo, ¿qué posible necesidad habría de
tener a María o a los santos intercediendo por nosotros?
Los católicos argumentan que el orar a María y a los santos no es diferente a pedirle a alguien que ore por ti aquí
en la tierra. Examinemos este punto. (1) El apóstol Pablo les pide a otros cristianos que oren por él en Efesios
6:19. Muchas Escritura describen a creyentes orando unos por otros (2 Corintios 1:11; Efesios 1:16; Filipenses
1:19; 2 Timoteo 1:3) La Biblia en ninguna parte menciona a alguien pidiéndole a alguien más en el Cielo que ore
por ellos. La Biblia en ninguna parte describe a alguien en el Cielo orando por alguien en la tierra. (2) La Biblia
no da absolutamente ninguna indicación de que María o los santos puedan escuchar nuestras oraciones. María y
los santos no son omniscientes. Aún glorificados en el Cielo, ellos son seres finitos con limitaciones. ¿Cómo es
posible que puedan escuchar las oraciones de millones de gente? Cada vez que la Biblia menciona el orar o
hablar con los muertos, es dentro del contexto de magia, brujería, necromancia, y adivinación – actividades que la
Biblia condena fuertemente (Levítico 20:27; Deuteronomio 18:10-13). En otra instancia, cuando es invocado un
“santo” como en 1 Samuel 28:7-19, Samuel no estaba precisamente contento de ser perturbado. Es plenamente
claro que el orar a María o a los santos es completamente diferente del pedirle a alguien aquí en la tierra que ore
por ti. Esta opción tiene una fuerte base bíblica, la otra no tiene absolutamente ninguna base en la Biblia.
Dios no responde las oraciones basándose en quién es quién ora. Dios contesta las oraciones basándose en que lo
que se pida vaya de acuerdo a Su voluntad (1 Juan 5:14-15). No hay absolutamente ninguna base o necesidad
para orar a alguien más que solo a Dios. No hay bases para pedir a aquellos que están en el Cielo que oren por
nosotros. Solo Dios puede escuchar nuestras oraciones. Solo Dios puede responder nuestras oraciones. Nadie en
el Cielo tiene ningún mayor acceso al trono de Dios que el que tenemos como creyentes a través de la oración
(Hebreos 4:16).
182.- ¿Cuál es la llamada ‘oración del pecador?
Respuesta: La oración comúnmente llamada “la oración del pecador” es una oración que uno hace a Dios cuando
entiende que es pecador y en necesidad de un Salvador. Hacer esta oración no logrará nada por sí misma. Una
oración del pecador genuina representa sólo lo que uno sabe, entiende, y cree acerca de su pecaminosidad y su
necesidad de la salvación.
El primer aspecto de la oración del pecador, es entender que todos somos pecadores. Romanos 3:10 proclama,
“Como está escrito: no hay justo, ni aún uno.” La Biblia pone muy en claro que todos hemos pecado. Todos
somos pecadores en necesidad de la misericordia y el perdón de Dios (Tito 3:5-7). A causa de nuestro pecado,
merecemos el castigo eterno (Mateo 25:46). La oración del pecador es un ruego por la gracia en lugar del juicio.
Es una solicitud por la misericordia en lugar de la ira.
El segundo aspecto de la oración del pecador es conocer lo que Dios ha hecho para remediar nuestra condición
perdida y pecaminosa. Dios fue hecho carne y llegó a ser un ser humano en la Persona de Jesucristo (Juan
1:1,14). Jesús nos enseñó la verdad acerca de Dios y llevó una vida perfectamente justa y libre de pecado (Juan
8:46; 2 Corintios 5:21). Jesús murió en la cruz en nuestro lugar, llevando el castigo que nosotros merecemos.
(Romanos 5:8) Jesús resucitó de los muertos para probar Su victoria sobre el pecado, la muerte y el infierno
(Colosenses 2:15; 1 Corintios el capítulo 15). Por todo esto, podemos tener nuestros pecados perdonados y la
promesa de un hogar eterno en el Cielo – si solamente ponemos nuestra fe en Jesucristo. Todo lo que tenemos
que hacer es creer que Él murió en nuestro lugar y resucitó de la muerte (Romanos 10:9-10). Podemos ser salvos
por gracia solamente, por medio de la fe solamente, y por Jesucristo solamente. Efesios 2:8 declara, “Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”
Hacer la oración del pecador es simplemente una forma de declarar a Dios que usted confía en Jesucristo como su
Salvador. No hay palabras “mágicas” que resulten en la salvación. Es sólo la fe en la muerte de Jesucristo y su
resurrección, lo que nos puede salvar. Si usted comprende que es un pecador, y en necesidad de la salvación en
Jesucristo, usted puede hacer esta oración a Dios ahora: “Dios, sé que soy pecador. Sé que merezco las
consecuencias de mi pecado. Sin embargo, estoy confiando en Jesucristo como mi Salvador. Creo que Su muerte
y resurrección hicieron la provisión para mi perdón. Confío en Jesús, y sólo en Él como mi Señor y Salvador.
183.- ¿Es aceptable el orar repetidamente por la misma cosa, o solo debemos pedirla una vez?
Respuesta: Lucas 18:1-7 dice, “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no
desmayar, diciendo. Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en
aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo; hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún
tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo,
porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo
el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a Él día y
noche? ¿Se tardaré en responderles?”
Lucas 11:5-13 declara, “Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a la medianoche y le
dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante;
y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están
conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su
amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. Y yo os digo; Pedid, y se os
dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de
pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se
lo pidan?”
Ambos pasajes nos animan a orar – ¡y a seguir orando! No hay nada malo con pedir repetidamente la misma
cosa. En tanto esté dentro de la voluntad de Dios (1 Juan 5:14-15), sigue pidiendo hasta que Dios te conceda tu
petición o quite el deseo de tu corazón. Algunas veces Dios nos fuerza a esperar la respuesta a nuestras oraciones
para enseñarnos paciencia y perseverancia. Algunas veces pedimos por algo que aún no está en el tiempo que
Dios ha determinado para nuestras vidas. Otras veces le pedimos algo que no está de acuerdo a Su voluntad para
nosotros, y Él nos dice no. La oración no es solo el presentar nuestras peticiones a Dios, también es Dios
presentando Su voluntad a nuestros corazones. Sigue pidiendo, sigue tocando, sigue buscando – hasta que Dios te
conceda tus peticiones, o te convenza de que tu petición no es Su voluntad para ti.
184.- ¿Cuál es la oración para salvación?
Respuesta: Mucha gente pregunta, “¿Hay una oración que pueda decir que me pueda dar la salvación?” Cuando
consideramos esta pregunta, es importante recordar que la salvación no se recibe por recitar una oración o
pronunciar ciertas palabras. En ninguna parte la Biblia registra a alguna persona recibiendo la salvación mediante
una oración. El decir una oración no es la forma bíblica para la salvación.
El método bíblico para la salvación es creer en Jesucristo. Juan 3:16 nos dice, “Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida
eterna.” La salvación se obtiene por la fe (Efesios 2:8), por recibir a Jesús como Salvador (Juan 1:12), por confiar
plenamente solo en Jesús (Juan 14:6; Hechos 4:12) – no por decir una oración.
El mensaje bíblico de la salvación es simple y claro y al mismo tiempo asombroso. Todos hemos cometido
pecado contra Dios (Romanos 3:23). No hay nadie que haya vivido una vida entera sin pecar (Eclesiastés 7:20).
A causa de nuestro pecado, todos merecemos el juicio de Dios (Romanos 6:23), y el juicio es la muerte física,
seguido de la muerte espiritual. Por nuestro pecado y su merecido castigo, no hay nada que podamos hacer por
nosotros mismos para justificarnos ante Dios. Como resultado de Su amor por nosotros, Dios tomó forma
humana en la Persona de Jesucristo. Jesús vivió una vida perfecta, y siempre enseñó la verdad. Sin embargo, la
humanidad rechazó a Jesús y le dio muerte crucificándolo. Sin embargo, a través de este hecho terrible, Jesús
murió en nuestro lugar. Jesús llevó la carga y el juicio por el pecado sobre Él mismo, y murió por nosotros (2
Corintios 5:21). Pero después Jesús resucitó (1 Corintios capítulo 15), certificando que Su pago por el pecado fue
suficiente, y que Él venció al pecado y la muerte. Como resultado del sacrificio de Jesús, Dios nos ofrece la
salvación como un regalo. Dios nos llama a cambiar nuestra mentalidad acerca de Jesús (Hechos 17:30), y a
recibirlo como el pago total por nuestros pecados (1 Juan 2:2). La salvación es obtenida por recibir el regalo que
Dios nos ofrece, no por hacer una oración.
Ahora, eso no significa que no pueda incluirse una oración al recibir la salvación. Si comprendes el Evangelio,
crees que es verdad, y has aceptado a Jesús como tu Salvador – es bueno y apropiado expresar esta fe en Dios en
una oración. Comunicarnos con Dios a través de la oración puede ser una manera de progresar, de la aceptación
los hechos acerca de Jesús como verdad, a confiar plenamente en Jesús como Salvador. La oración puede estar
relacionada con el hecho de poner tu fe en Jesús solamente para salvación.
Nuevamente, sin embargo, es de crucial importancia que no bases tu salvación en tener que decir una oración. ¡El
recitar una oración no puede salvarte! Si quieres recibir la salvación que está disponible a través de Jesús, pon tu
fe en Él. Confía plenamente en Su muerte como el sacrificio suficiente por tus pecados. Depende total y
únicamente de Él como tu Salvador. Ese es el método bíblico para la salvación. Si ya has recibido a Jesús como
tu Salvador, por supuesto que puedes ofrecer una oración a Dios. Dile a Dios lo agradecido que estás por Jesús.
Ofrece alabanzas a Dios por Su amor y sacrificio. Agradece a Jesús el morir por tus pecados y proveer la
salvación para ti. ¡Esa es la relación bíblica entre la salvación y la oración!
Responde al llamado de Dios a arrepentirte del pecado y a creer en Cristo. ¡Conviértete en un hijo de Dios hoy
mismo!
185.- La oración en silencio ¿es bíblica?
Respuesta: La Biblia puede no mencionar específicamente la oración en silencio, pero eso no significa que sea
menos válida que la oración en voz alta. Dios puede escuchar nuestros pensamientos, tan fácilmente como puede
oír nuestras palabras (Salmos 139:23; Jeremías 12:3). Jesús conocía los malos pensamientos de los fariseos
mientras blasfemaban de Él, acusándolo de ser un instrumento del diablo (Mateo 12:24-26; Lucas 11:7). Nada de
lo que hagamos, digamos, o pensemos, está oculto de Dios quien no necesita oír nuestras palabras para conocer
nuestros pensamientos y nuestros corazones. Él tiene acceso a todas las oraciones dirigidas a Él, ya sean habladas
o no.
La Biblia si menciona la oración en privado (Mateo 6:6). ¿Cuál sería la diferencia entre orar en voz alta o en
silencio si estás solo? Existen algunas circunstancias en donde solo la oración en silencio es apropiada, p.ej. orar
por algo solamente entre Dios y tú, al orar por alguien que esté presente, etc. No hay nada malo con la oración en
silencio – en tanto no lo hagamos porque nos avergüenza ser vistos orando.
Quizá el mejor verso para indicar la validez de las oraciones silenciosas está en 1 Tesalonicenses 5:17: “Orad sin
cesar.” El orar sin cesar obviamente no puede significar que estemos orando en voz alta. Más bien significa que
debemos estar en constante estado de consciencia de Dios, donde llevemos cada pensamiento cautivo en
obediencia a Él (2 Corintios 10:5), y trayendo cada situación, plan, temor o preocupación ante Su trono. Parte del
orar sin cesar serán las oraciones que hablamos, susurramos, gritamos, cantamos, y pensemos en silencio,
mientras dirigimos nuestros pensamientos en alabanza, petición, súplica y acción de gracias a Dios.
186.- ¿Cuál es la conexión entre oración y ayuno?
Respuesta: Aunque la conexión entre oración y ayuno no está específicamente explicada en la Escritura –
tampoco es un mandamiento— existe una fibra que conecta a las dos que parece correr a través de todas los
ejemplos de oración y ayuno que han sido registrados para nosotros. En el Antiguo Testamento, aparece que el
ayuno y la oración tienen que ver con un sentido de necesidad y dependencia, y/o de una total incapacidad ante
calamidades presentes o anticipadas. La oración y el ayuno aparecen combinados en el Antiguo Testamento en
tiempos de duelo, arrepentimiento, y/o profunda necesidad espiritual.
La oración y ayuno de Nehemías, como se describe en el primer capítulo de su libro, fue resultado de su profunda
aflicción sobre las noticias de que Jerusalén había sido asolada. Sus muchos días de oración estuvieron
caracterizados por lágrimas, ayuno, confesión por su pueblo, y ruegos a Dios por la misericordia que él sabía que
la gente no merecía. Tan intensa y sincera era la manifestación de sus angustias, que es casi inconcebible que
pudiera “tomarse un descanso” en medio de tales oraciones, para comer y beber. La devastación que sufrió
Jerusalén, también impulsó a Daniel a adoptar una postura similar: “Y volví mi rostro a Dios el Señor,
buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.” (Daniel 9:3). Como Nehemías, Daniel ayunó y oró
para que Dios tuviera misericordia de la gente, diciendo “hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho
impíamente, y hemos sido rebeldes, nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.” (v. 5).
En muchos casos, ayunar está ligado a la oración de súplica intercesora. David oró y ayunó por su hijo enfermo
(2 Samuel 12:16), llorando ante el Señor en devota intercesión (vv.21-22). Ester urgió a Mardoqueo y a los judíos
a ayunar por ella, mientras planeaba aparecer ante su esposo el rey (Ester 4:16). Claramente el ayuno y la petición
están aquí como uno y el mismo.
Hay ejemplos de oración y ayuno en el Nuevo Testamento, pero éstos no están relacionados con el
arrepentimiento o la confesión. La profetisa Ana “… no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con
ayunos y oraciones.” (Lucas 2:37). A la edad de 84 años, su oración y ayuno eran parte de su servicio al Señor en
Su templo como si ella estuviera aguardando al largamente prometido Salvador de Israel. También en el Nuevo
Testamento, la iglesia en Antioquia ayunaba juntamente con su adoración, cuando el Espíritu Santo les habló
acerca de comisionar a Saulo y Bernabé para la obra del Señor. “Entonces, habiendo ayunado y orado, les
impusieron las manos y los despidieron.” (Hechos 13:3) Así que vemos estos ejemplos de oración y ayuno, como
componentes de la adoración al Señor y la solicitud de Su favor. Sin embargo, en ninguna parte, hay alguna
indicación de que el Señor se agrade más en responder las oraciones si están acompañadas por el ayuno. Más
bien, el ayuno, junto con la oración parece indicar la sinceridad de los que oran y la naturaleza crítica de las
situaciones en las cuales ellos se encuentran.
Una cosa está clara: la teología del ayuno es una teología de prioridades, en la cual se les da a los creyentes la
oportunidad de expresarse ellos mismos, en una devoción indivisible e intensa al Señor y a los intereses de la vida
espiritual. Esta devoción será expresada mediante la abstinencia por un poco de tiempo, de cosas tan buenas y
normales como la comida y la bebida, a fin de disfrutar de un tiempo ininterrumpido de comunión con nuestro
Padre. Nuestra “…libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo.” (Hebreos 10:19), ya sea
ayunando o no, es una de las partes más deleitosas de esas “cosas mejores” que son nuestras en Cristo. La oración
y el ayuno no deben ser una carga o un deber, sino más bien deben ser una celebración consagrada a la bondad y
misericordia de Dios para con Sus hijos.
187.- ¿Qué es orando en el Espíritu?
Respuesta: Orando en el Espíritu es mencionado tres veces en la Escritura. 1 Corintios 14:15 dice, “¿Qué pues?
Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con
el entendimiento.” Efesios 6:18 dice, “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando
en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” Judas 20 dice, “Pero vosotros, amados,
edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo.” Algunos cristianos entienden que estas
Escrituras se refieren a orar en lenguas, una opinión que no tiene base bíblica.
La palabra griega traducida “orar en” el Espíritu, puede tener muchos diferentes significados. Puede significar
“por medio de,” “con la ayuda de,” “en la esfera de,” y “en conexión con.” Orando en el Espíritu no se refiere a
las palabras que decimos. Más bien se refiere a cómo es que estamos orando. Orando en el Espíritu es orar de
acuerdo a la dirección del Espíritu. Es orar por las cosas que el Espíritu nos guía a que oremos. Romanos 8:26
nos dice, “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene,
no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”
Tal vez la principal razón por la que orar en el Espíritu es vinculado con las lenguas, se encuentra en 1 Corintios
14:15. En el contexto de la discusión sobre el don de lenguas, Pablo menciona “oraré con el espíritu.” 1 Corintios
capítulo 14, repetidamente establece que cuando una persona habla en lenguas, mientras que ella sabe lo que está
diciendo, puesto que está hablando en un lenguaje que no conoce, nadie puede entender lo que está diciendo… a
menos que alguien interprete por él. En Efesios 6:18, Pablo nos instruye y dice “Orando en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” ¿Cómo
debemos orar con toda perseverancia y súplica, y por los santos, si nadie entiende lo que se dice? Por tanto, orar
en el Espíritu debe ser entendido como orando en el poder del Espíritu, y de acuerdo a Su voluntad, no como
orando en lenguas.
188.- ¿Qué es orar en lenguas? ¿Es el orar en lenguas un lenguaje de oración entre Dios y el creyente?
Respuesta: Como un antecedente, favor de leer nuestro artículo sobre “El don de hablar en lenguas.” Hay cuatro
pasajes principales en la Escritura que se señalan como evidencia del orar en lenguas: Romanos 8:26; 1 Corintios
14:4-17; Efesios 6:18; y Judas 20. Efesios 6:18 y Judas verso 20 mencionan “orar en el Espíritu.” Sin embargo,
las lenguas como lenguaje de oración no es una interpretación adecuada del “orar en el Espíritu.”
Romanos 8:26 nos enseña, “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Dos
puntos clave hacen altamente improbable que Romanos 8:26 se refiera a las lenguas como un lenguaje de
oración. (1) Romanos 8:26 dice que es el Espíritu quien “gime” no los creyentes. (2) Romanos 8:26 establece que
los gemidos del Espíritu “no pueden ser pronunciados.” La esencia misma de hablar en lenguas es la
pronunciación de palabras.
Eso nos deja con 1 Corintios 14:4-17 y especialmente el verso 14, “Porque si yo oro en lengua desconocida, mi
espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.” ¿Qué significa esto? Primero, es muy valioso estudiar el
contexto. 1 Corintios capítulo 14 es primeramente una comparación / contraste del don de hablar en lenguas y del
don de profecía. Los versos 2-5 aclaran que Pablo veía a la profecía como un don superior al de las lenguas. Al
mismo tiempo, Pablo exclama el valor de las lenguas y declara que se alegra de hablar en lenguas más que todos
los demás (verso 18).
Hechos capítulo 2 describe la primera aparición del don de lenguas. En el día de Pentecostés, los apóstoles
hablaron en lenguas. Hechos capítulo 2 aclara que los apóstoles estaban hablando en lenguas humanas (Hechos
2:6-8). La palabra traducida “lenguas” tanto en Hechos capítulo 2 como en 1 Corintios capítulo 14 es “glossa”
que significa “lenguaje.” Es la palabra de la que procede nuestra moderna palabra “glosario.” Hablar en lenguas
era la habilidad de hablar en un idioma que no conocías, a fin de comunicar el Evangelio a alguien que hablara
esa lengua. En la multicultural región de Corinto, parece que ese don de lenguas era especialmente valorado y
prominente. Los corintios creyentes podían comunicar mejor el Evangelio y la Palabra de Dios como resultado
del don de lenguas. Sin embargo, Pablo hace totalmente claro, que aún este uso de las lenguas, debía ser
interpretado “traducido” (1 Corintios 14:13, 27). Un creyente corintio hablaría en lenguas, ministrando la verdad
de Dios a alguien que hablara ese idioma, y entonces ese creyente, u otro creyente en la iglesia, debía interpretar
lo que se había hablado, para que toda la asamblea pudiera entender lo que se había dicho.
Entonces ¿qué es orar en lenguas, y cuál es la diferencia con hablar en lenguas? 1 Corintios 14:13-17 indica que
el orar en lenguas también debe ser interpretado. Como resultado, parece que orar en lenguas era ofrecer una
oración a Dios. Esta oración ministraría a alguien que hablara ese idioma, pero también necesitaría ser
interpretado para que todo el cuerpo de Cristo pudiera ser edificado.
Esta interpretación no concuerda con aquellas que ven el orar en lenguas como un lenguaje de oración. Esta
creencia alternativa puede ser resumida como sigue: el orar en lenguas es un lenguaje de oración personal entre el
creyente y Dios (1 Corintios 13:1), que el creyente utiliza para edificarse a sí mismo (1 Corintios 14:4). Esta
interpretación no es bíblica por las siguientes razones: (1) ¿De qué manera el orar en lenguas puede ser un
lenguaje privado de oración, si éste debe ser interpretado (1 Corintios 14:13-17)? (2) ¿Cómo puede el orar en
lenguas ser para auto-edificación cuando la Escritura dice que los dones espirituales son para la edificación de la
iglesia, y no para uno mismo (1 Corintios 12:7)? (3) ¿Cómo puede ser el orar en lenguas un lenguaje privado de
oración, si las lenguas son por “señal a los incrédulos” (1 Corintios 14:22)? (4) La Biblia aclara que no todos
poseen el don de lenguas ( 1 Corintios 12:11, 28-30). ¿Cómo pueden ser las lenguas un don para auto-edificación
si no lo poseen todos los creyentes? ¿No necesitamos todos ser edificados?
Hay una interpretación adicional sobre el orar en lenguas que necesita ser aclarada. Algunos entienden el orar en
lenguas como un “código de lenguaje secreto” que evita que Satanás y sus demonios entiendan nuestras
oraciones, y que por ello puedan aprovecharse de nosotros. Esta interpretación no es bíblica por las siguientes
razones: (1) Consistentemente, el Nuevo Testamento describe las lenguas con un lenguaje humano. Es
improbable que Satanás y sus demonios no sean capaces de entender los lenguajes humanos. (2) La Biblia
registra a incontables creyentes orando en su propio lenguaje, en voz alta, sin preocuparse de que su oración
pudiera ser interceptada por Satanás. Aún si Satanás y/o sus demonios escucharan y entendieran las oraciones que
hacemos – carecen absolutamente del poder para evitar que Dios responda las oraciones de acuerdo a Su
voluntad. Sabemos que Dios escucha nuestras oraciones, y ese hecho hace irrelevante el que Satanás o sus
demonios las escuchen y entiendan.
Después de todo lo dicho, ¿qué hay de los muchos cristianos que han experimentado el orar en lenguas y lo han
encontrado muy edificante para ellos mismos? Primero, debemos basar nuestra fe y práctica en las Escrituras, no
en experiencias. Debemos ver nuestras experiencias a la luz de la Escritura, no interpretar la Escritura a la luz de
nuestras experiencias. Segundo, muchos de los cultos y religiones del mundo, también reportan experiencias de
hablar en lenguas / orar en lenguas. Obviamente el Espíritu Santo no concede estos dones a individuos no
creyentes. Así que, parece que los demonios pueden imitar el don de hablar en lenguas. Esto debe conducirnos a
comparar aún más cuidadosamente nuestras experiencias con la Escritura. Tercero, muchos estudios han
mostrado cómo el hablar / orar en lenguas puede ser un comportamiento aprendido. A través del escuchar y
observar a otros hablar en lenguas, una persona puede aprender el procedimiento, aun inconscientemente. Esta es
la explicación más probable para la gran mayoría de los casos, entre los cristianos que hablan / oran en lenguas.
Cuarto, el sentimiento de “auto-edificación” es natural. El cuerpo humano produce adrenalina y endorfina cuando
experimenta algo nuevo, excitante, emocionante inducido, y/o desconectado del pensamiento racional.
El orar en lenguas es definitivamente una cuestión sobre la que los cristianos pueden respetuosa y amorosamente
acordar o discrepar. Orar en lenguas no es lo que determina la salvación. Orar en lenguas no es lo que separa a los
cristianos maduros de los inmaduros. El que el orar en lenguas sea un lenguaje de oración, no es algo
fundamental para la fe cristiana. Así que, mientras creamos que la interpretación bíblica de la oración en lenguas,
nos aleje de la idea de un lenguaje privado de oración para la edificación personal – también reconocemos que
muchos de los que lo practican, son nuestros hermanos y hermanas en Cristo, y dignos de nuestro amor y respeto.
189.- ¿Cómo puedo estar seguro de que estoy orando de acuerdo a la voluntad de Dios?
Respuesta: La aspiración más alta del hombre debe ser darle gloria a Dios (1 Corintios 10:31), y esto incluye
orar de acuerdo a Su voluntad. Primero, debemos pedir por sabiduría. “Si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (Santiago 1:6). Al
pedir por sabiduría, debemos también confiar en que Dios es bondadoso y está dispuesto a responder nuestras
oraciones: “Pero pida con fe, no dudando nada,” (Santiago 1:7; también Marcos 11:24). Así que orar de acuerdo a
la voluntad de Dios, incluye pedir por sabiduría (para conocer la voluntad de Dios) y pedir con fe (para confiar en
la voluntad de Dios).
Aquí hay siete instrucciones bíblicas que guiarán al creyente para orar de acuerdo a la voluntad de Dios:
1) Ora por lo que la Biblia manda que oremos. Se nos dice que oremos por nuestros enemigos (Mateo 5:44); para
que Dios envíe misioneros (Lucas 10:2); para que no entremos en tentación (Mateo 26:41); por quienes
proclaman el Evangelio en el mundo (Colosenses 4:3; 2 Tesalonicenses 3:1); para aliviar la aflicción (Santiago
5:13); y por la salud de hermanos creyentes (Santiago 5:16). Donde Dios ordena la oración, podemos orar con la
confianza de que estamos haciendo Su voluntad. 2) Sigue el ejemplo de personas piadosos en la Escritura. Pablo
oraba por la salvación de Israel (Romanos 10:1). David oraba por misericordia y perdón cuando pecó, (Salmos
51:1-2). La iglesia primitiva oraba por valor para testificar (Hechos 4:29). Estas oraciones estaban de acuerdo a la
voluntad de Dios, y en la actualidad se pueden hacer oraciones similares. Así como Pablo y la iglesia primitiva,
nosotros deberíamos estar orando siempre por la salvación de otros, tanto por los que conocemos –seres queridos
que aún no conocen a Cristo— como por los que no conocemos, especialmente por aquellos en autoridad sobre
nosotros. Por nosotros mismos, debemos orar como lo hizo David, siempre conscientes de nuestros pecados y
trayéndolos ante Dios antes que obstruyan nuestra relación con Él y frustren nuestras oraciones. 3) Ora con la
motivación correcta. Los motivos egoístas no serán bendecidos por Dios. “Pedís, y no recibís, porque pedís mal,
para gastar en vuestros deleites.” (Santiago 4:3). También debemos orar, no para que nuestras elevadas palabras
puedan ser oídas y podamos ser vistos por otros como “espirituales” sino mayormente en privado, en secreto,
para que nuestro Padre celestial que escuchará en lo privado, nos recompense en público (Mateo 6:5-6). 4) Ora
con un espíritu de perdón hacia otros (Marcos 11:25). Un espíritu de amargura, enojo, de venganza u odio hacia
otros, evitará que nuestros corazones oren en total sumisión a Dios. Así como se nos dice que no llevemos
ofrendas a Dios mientras haya conflicto entre nosotros y otro cristiano (Mateo 5:23-24), de la misma manera Dios
no quiere la ofrenda de nuestras oraciones, hasta que nos hayamos reconciliado con nuestro hermano o hermana
en Cristo. 5) Ora con acción de gracias (Colosenses 4:2; Filipenses 4:6-7). Siempre podemos encontrar algo por
que estar agradecidos, sin importar cuán cargados estemos por nuestros deseos o necesidades. Aun la persona que
más sufra viviendo en este mundo, redimido por el amor, y que tenga el ofrecimiento del cielo ante sí, tiene
motivos para estar agradecida a Dios. 6) Ora persistentemente (18:1; 1 Tesalonicenses 5:17). Debemos perseverar
en la oración y no renunciar ni desanimarnos porque no hayamos recibido una respuesta inmediata. Parte de orar
en la voluntad de Dios, es creer que ya sea que Su respuesta sea “sí,” “no,” o “espera,” aceptemos Su decisión,
nos sujetemos a Su voluntad, y continuemos orando. 7) Depende del Espíritu de Dios en la oración. Esta es una
maravillosa verdad: “Y de igual manera El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que
escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede
por los santos.” (Romanos 8:26-27). Tenemos la ayuda del Espíritu en la oración. En tiempos de nuestra más
profunda depresión o pena, esos tiempos cuando sentimos que “simplemente no podemos orar,” tenemos el
consuelo de saber que Dios Mismo, en la Persona del Espíritu Santo, ¡está realmente orando a Sí Mismo por
nosotros! ¡Qué Dios tan maravilloso tenemos!
¡Qué seguridad podemos tener, cuando buscamos andar en el Espíritu y no en la carne! Entonces podemos tener
la confianza de que el Espíritu Santo realizará Su trabajo al presentar nuestras oraciones al Padre de acuerdo a Su
perfecta voluntad y tiempo, y nosotros podemos descansar en la certeza de que Él está trabajando en todas las
cosas para bien (Romanos 8:28).
190.- ¿Qué es orar caminando? ¿Es bíblico seguir una oración caminando?
Respuesta: El orar caminando es la práctica de la oración en un lugar determinado, un tipo de oración
intercesora, que implica el caminar hacia o cerca de un lugar en particular mientras se ora. Alguna personas creen
que el estar cerca de un lugar, les permite “orar de cerca para orar con más claridad.” Las oraciones caminando
son hechas por individuos, grupos o aún por la iglesia entera. Estas pueden ser tan cortas como una cuadra o tan
largas como varios kilómetros. La idea es usar los cinco sentidos –vista, oído, olfato, gusto y tacto— para
incrementar el entendimiento del intercesor por las necesidades que se oran.
Por ejemplo, si tu caminas a través de tu vecindario buscando cosas por las cuales orar, podrías atravesar un patio
que esté desaseado y descuidado. Esto podría inspirarte para orar por la salud, tanto física como espiritual, de los
que viven ahí. Algunos grupos de oración, caminan alrededor de las escuelas, impulsándolos a orar por los
maestros y los estudiantes que albergan, por su seguridad y paz, y para que las maquinaciones del diablo sen
frustradas en esas escuelas. Algunas personas sienten que pueden concentrarse y dirigir sus oraciones más
efectivamente, mientras caminan cerca de gente y lugares por los que oran.
El orar caminando es un fenómeno relativamente nuevo, cuyo origen no es claro. No hay un modelo bíblico para
la oración caminando, aunque, siendo que la caminata era el modo de transporte en los tiempos bíblicos, es claro
que la gente debe haber caminado y orado al mismo tiempo. Sin embargo, no hay un mandato directo, de que esto
sea algo que debamos hacer. No es bíblico creer que las oraciones ofrecidas en algún lugar, o mientras se
encuentra en alguna posición, sean más efectivas que aquellas ofrecidas en otro tiempo y de otra manera.
Además, mientras que podemos sentir que necesitamos estar más cerca del lugar o situación para orar más
claramente, nuestro Padre Celestial, quien está en todas partes todo el tiempo, conoce exactamente qué
necesidades están presentes, y responderá a ellas en Su propia manera y en Su tiempo. El hecho de que Él nos
permita ser parte de Sus planes, a través de nuestras oraciones, es para nuestro beneficio, y no el Suyo.
Nos ha sido ordenado “orad sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17) y Dios escucha todas las oraciones ofrecidas por
aquellos que permanecen en Cristo (Juan 15:7), sin importar el tiempo, el lugar o la postura. Al mismo tiempo,
ciertamente no hay algún mandato contra el orar caminando, y cualquier cosa que nos cause o nos impulse a orar,
es válida.
191.- ¿Qué significa orar en el nombre de Jesús?
Respuesta: El orar en el nombre de Jesús está enseñado en Juan 14:13-14, “Y todo lo que pidiereis al Padre en
mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”
Algunos aplican equivocadamente este verso, creyendo que si dicen “en el nombre e Jesús” al final de la oración,
dará como resultado el que Dios siempre conceda lo que se le pide. Esto es en esencia, tratar las palabras “en el
nombre de Jesús” como una fórmula mágica. ¡Esto es totalmente antibíblico!
Orar en el nombre de Jesús significa orar con Su autoridad y pedir a Dios el Padre actuar sobre nuestras
oraciones, porque venimos en el nombre de Su Hijo, Jesús. Orar en el nombre de Jesús significa lo mismo que
orar de acuerdo a la voluntad de Dios, “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa
conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que
tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5:14-15)- Orar en el nombre de Jesús es orar por las cosas
que honrarán y glorificarán a Jesucristo.
El decir “en el nombre de Jesús” al final de la oración no es una fórmula mágica. Si lo que pediste o dijiste en
oración no era para la gloria de Dios y de acuerdo a Su voluntad, el decir “en el nombre de Jesús” no significa
nada. El orar genuinamente en el nombre de Jesús y para Su gloria es lo que importa, no el añadir ciertas palabras
al final de la oración. No son las palabras en la oración lo que importan, sino el propósito atrás e la oración. El
orar por cosas que están de acuerdo con la voluntad de Dios es la esencia de orar en el nombre de Jesús.
192.- ¿A Quién debemos orar; al Padre, al Hijo, o al Espíritu Santo?
Respuesta: Toda oración debe ser dirigida a nuestro trino Dios––Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Biblia enseña
que podemos orarle a uno o a los tres, porque los tres son Uno. Oramos al Padre con el salmista, “Está atento a la
voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a Ti oraré.” (Salmos 5:2). Al Señor Jesucristo, oramos como al
Padre, porque ellos son iguales. El orar a un miembro de la Trinidad, es orarles a todos. Esteban, mientras era
martirizado, oraba, “Señor Jesús, recibe mi espíritu” (Hechos 7:59). También oramos en el nombre de Cristo.
Pablo exhortaba a los creyentes efesios a darle “...gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.” (Efesios 5:20) Jesús le aseguró a Sus discípulos que cualquier cosa que pidieran en Su nombre –
significando en Su voluntad– les sería concedida (Juan 15:16; 16:23). Similarmente, se nos dice que oremos al
Espíritu Santo y en Su poder. Pablo pide al Espíritu que una los corazones de los corintios creyentes (2 Corintios
13:14). Adicionalmente el Espíritu nos ayuda a orar, cuando no sabemos cómo o qué pedir (Romanos 8:26; Judas
1:20). Tal vez la mejor manera de entender el papel de la Trinidad en la oración es que oramos al Padre, a través
del Hijo, por el poder del Espíritu Santo. Los Tres son Participantes activos en la oración del creyente.
Igualmente importante es saber a quién no debemos orar. Algunas religiones no cristianas, animan a sus
miembros a orar a un panteón de dioses, familiares muertos, santos, y espíritus. Los católicos romanos son
enseñados a orar a María y a varios santos, tales como Pedro. Tales oraciones no son bíblicas, y son de hecho, un
insulto a nuestro Padre celestial y en contra de Su expresa voluntad. Para entender el por qué, solo tenemos que
ver la naturaleza de la oración. La oración tiene varios elementos y si miramos solo a dos de ellos –alabanza y
acción de gracias– podemos decir que esa oración es, en su esencia misma, adoración. Cuando alabamos a Dios,
estamos adorándolo por Sus atributos y Su obra en nuestras vidas y en el mundo. Cuando ofrecemos oraciones y
acciones de gracias, estamos adorando Su bondad, misericordia, y amoroso cuidado de nosotros. La adoración da
gloria a Dios, el Único que merece ser glorificado. El problema con la oración a cualquier otro que no sea Dios,
es que Él es un Dios celoso y ha declarado que Él no compartirá Su gloria con nadie. De hecho, el hacerlo resulta
ser nada menos que idolatría. “Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a
esculturas.” (Isaías 42:8).
Otros elementos que están en la oración —tales como el arrepentimiento, confesión y petición– también son
formas de adoración. Nos arrepentimos sabiendo que Dios es un Dios amoroso y perdonador, que Él ha provisto
un medio de perdón en el sacrificio de Su Hijo en la cruz. Confesamos nuestros pecados, porque sabemos que “Él
es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9) y lo adoramos por ello.
Venimos a Él con nuestras peticiones e intercesiones, porque sabemos que Él nos ama y nos escucha, y lo
adoramos por Su misericordia y bondad al estar dispuesto a escuchar y responder. Cuando consideramos todo
esto, es fácil ver que el orar a alguien más que no sea al Dios trino, es impensable, porque la oración es una forma
de adoración, y la adoración es reservada para Dios y Dios solamente.
193.- ¿Qué significa orar sin cesar?
Respuesta: El mandato de Pablo en 1 Tesalonicenses 5:17 de, “Orad sin cesar,” puede resultar muy confuso.
Obviamente, no puede significar que debemos estar en una postura de cabeza inclinada y ojos cerrados durante
todo el día. Pablo no se refiere a no dejar de hablar, sino a una actitud de conciencia de Dios, y rendición a Dios
que llevemos con nosotros todo el tiempo. Cada momento despiertos, es para vivirse en la conciencia de que Dios
está con nosotros y de que Él está activamente involucrado y comprometido con nuestros pensamientos y
acciones.
Cuando nuestros pensamientos se vuelven hacia la preocupación, el temor, el desánimo y el enojo, debemos
consciente y prontamente convertir cada pensamiento en oración y cada oración en acción de gracias. En su carta
a los filipenses, Pablo nos ordena dejar de estar ansiosos y en su lugar, “sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (4:6). Él enseñó a todos los creyentes en Colosas
a “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias.” (Colosenses 4:2). Pablo exhortó a los
creyentes efesios a ver la oración como un arma para usarse en la lucha de batallas espirituales (Efesios 6:18). El
famoso predicador del siglo XIX Charles Spurgeon, describía la vida cristiana de oración, diciendo que es “Como
los caballeros de antaño, siempre en guerra, que no siempre cabalgaban veloces sobre sus corceles, con sus lanzas
en riestre para derribar al adversario; pero siempre con sus armas listas, para usarlas con prontitud,… Esos
formidables guerreros, con frecuencia dormían con su armadura puesta; de igual manera, cuando durmamos,
hemos de mantener el espíritu de oración, para que si despertásemos por la noche, podamos todavía estar con
Dios.”
A lo largo del día, la oración debe ser nuestra primera respuesta ante cada situación inquietante, ante cada
pensamiento de ansiedad, ante cada tarea indeseable que Dios nos mande. John MacArthur advierte que la falta
de oración ocasionará que dejemos de depender de la gracia de Dios y en su lugar dependamos de nosotros
mismos. La oración continua es, en esencia, dependencia del Padre y comunión con Él.
Para los cristianos, la oración es como el respirar. No tienes que pensar en respirar, porque la atmósfera ejerce
presión en tus pulmones y te fuerza a respirar. Es por ello que es más difícil sostener tu respiración que respirar.
Similarmente, cuando nacemos en la familia de Dios, entramos a una atmósfera espiritual donde la presencia y la
gracia de Dios ejerce presión o influencia en nuestras vidas. La oración es la respuesta normal a esa presión.
Como creyentes, todos hemos entrado en la atmósfera divina para respirar el aire de la oración. Solo entonces
podemos sobrevivir a la oscuridad del mundo.
Desafortunadamente, muchos creyentes sostienen su respiración espiritual por largos períodos, pensando que
unos breves momentos con Dios son suficientes para permitirles sobrevivir. Pero tal restricción de su consumo
espiritual es causada por deseos pecaminosos. De hecho, cada creyente debe estar continuamente en la presencia
de Dios, constantemente respirando Sus verdades, para funcionar plenamente.
Por ser la nuestra una sociedad libre y próspera, es más fácil para los cristianos sentirse seguros por suponer –en
vez de depender de— la gracia de Dios. Muchos creyentes se muestran satisfechos con las bendiciones físicas y
tienen pocos deseos de bendiciones espirituales. Habiéndose vuelto tan dependientes de sus recursos físicos; ellos
sienten poca necesidad de recursos espirituales. Cuando los programas, métodos o dinero, producen resultados
impresionantes, existe una inclinación a confundir los éxitos humanos con bendiciones divinas. De hecho los
cristianos pueden comportarse como prácticos humanistas, viviendo como si Dios no fuera necesario. Cuando eso
sucede, desaparece la añoranza apasionada por Dios y el anhelo por Su ayuda, así como Su fortalecimiento. Por
este común y gran peligro, Pablo urge a los creyentes a “Orar sin cesar” (Efesios 6:28) y a “perseverar en la
oración,” (Colosenses 4:2). La oración continua, persistente, incesante, es una parte esencial de la vida cristiana y
surge de la dependencia de Dios.
194.- ¿Qué dice la Biblia acerca del orgullo?
Respuesta: Existe una diferencia entre la clase de orgullo que Dios odia (Proverbios 8:13) y la clase de orgullo
que sentimos acerca de un trabajo bien realizado. La clase de orgullo que procede de la auto-justificación es
pecado y Dios la aborrece porque es un obstáculo para buscarle a Él. El Salmo 10:4 explica que los orgullosos
están tan llenos de sí mismos que sus pensamientos están lejos de Dios “El malo, por la altivez de su rostro, no
busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos.” Esta clase de orgullo altanero, es lo opuesto al
espíritu de humildad que Dios busca: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los
cielos.” (Mateo 5:3). Los “pobres de espíritu” son aquellos que reconocen su total bancarrota espiritual y su
inhabilidad para venir a Dios aparte de Su divina gracia. Los orgullosos, por otra parte, están tan cegados por su
soberbia, que piensan que no tienen necesidad de Dios o aún peor, que Dios debe aceptarlos como son, porque
ellos merecen ser aceptados.
A través de toda la Escritura, se nos habla acerca de las consecuencias del orgullo. Proverbios 16:18-19 nos dice
que, “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el
espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios.” Satanás fue echado del cielo por su orgullo
(Isaías 14:12-15). Él tuvo la egoísta audacia de intentar reemplazar a Dios Mismo como el legítimo gobernante
del universo. Pero Satanás será lanzado al abismo del infierno en el juicio final de Dios. Para aquellos que se
levantan desafiantes contra Dios, no les espera nada más que el desastre, “Porque yo me levantaré contra ellos,
dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová.” (Isaías
14.22).
El orgullo ha impedido que mucha gente acepte a Jesucristo como su Salvador personal. El rehusar admitir el
pecado y reconocer que en nuestras propias fuerzas no podemos hacer nada para heredar la vida eterna, ha sido
una piedra de tropiezo para la gente soberbia. No debemos gloriarnos de nosotros mismos, pero si queremos
glorificar algo, entonces debemos proclamar las glorias de Dios. Lo que decimos de nosotros mismos, no
significa nada en la obra de Dios. Es lo que Dios dice acerca de nosotros, lo que hace la diferencia (2 Corintios
10:13).
¿Por qué es el orgullo un pecado tan grande? El orgullo es darnos el crédito a nosotros mismos por algo que Dios
ha hecho. El orgullo toma la gloria que solo le corresponde a Dios y nos la da a nosotros mismos. El orgullo es en
esencia una auto-adoración. Cualquier cosa que hubiéramos hecho en este mundo, no habría sido posible si Dios
no nos hubiera permitido realizarla. Eso es por lo que le damos la gloria a Dios – porque sólo Él la merece.
195.- ¿Cuál es el origen de la Iglesia Católica?
Respuesta: La Iglesia Católica Romana sostiene que su origen se encuentra en la muerte, resurrección y
ascensión de Jesucristo aproximadamente en el año 30 de nuestra era. La iglesia Católica se proclama a sí misma
como la Iglesia por la que murió Jesucristo, la Iglesia que fue establecida y construida por los apóstoles. ¿Es ese
realmente el origen de la Iglesia Católica? Por el contrario. Aún una lectura superficial del Nuevo Testamento
revelará que la Iglesia Católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesús o Sus apóstoles. En el Nuevo
Testamento, no hay mención del papado, la veneración o adoración de María (o de la inmaculada concepción de
María, la perpetua virginidad de María, la ascensión de María, o María como co-redentora y mediadora), las
peticiones a los santos en el cielo por su intercesión, la sucesión apostólica, las ordenanzas de la iglesia
funcionando como sacramentos, el bautismo infantil, la confesión de pecados a un sacerdote, el purgatorio, las
indulgencias, o la autoridad paralela de las tradición eclesiástica y la Escritura. Así que, si el origen de la Iglesia
Católica no se encuentra en las enseñanzas de Jesús y Sus apóstoles, como están registradas en el Nuevo
Testamento, ¿cuál es el verdadero origen de la Iglesia Católica?
Durante los primeros 280 años de la historia cristiana, la cristiandad fue prohibida por el imperio romano, y los
cristianos fueron terriblemente perseguidos. Esto cambió después de la “conversión” del emperador romano
Constantino. Constantino “legalizó” el cristianismo en el Edicto de Milán en el año 313. Después en el 325 d.C.
Constantino convocó al Concilio de Nicea en un intento por unificar la cristiandad. Constantino visualizó el
cristianismo como una religión que pudiera unir al Imperio Romano, el cual en ese tiempo comenzaba a
fragmentarse y dividirse. Mientras esto hubiera parecido ser un desarrollo positivo para la iglesia cristiana, el
resultado fue todo menos positivo. Al igual que Constantino se negó a adoptar de lleno la fe cristiana, sino que
continuó con muchas de sus creencias y prácticas paganas; así también la iglesia cristiana que Constantino
promovió era una mezcla del verdadero cristianismo con el paganismo romano.
Constantino descubrió que con la gran extensión del Imperio Romano, tan diverso y expansivo, no todos
accederían a renunciar a sus creencias religiosas y abrazar el cristianismo en su lugar. Así que Constantino
permitió, y aún promovió la “cristianización” de las creencias paganas. Y así, creencias completamente paganas y
totalmente antibíblica le dieron nuevas identidades al “cristianismo” Algunos claros ejemplos de ello son los
siguientes:
(1) El Culto a Isis, una religión de la madre-diosa egipcia, fue absorbida dentro del cristianismo, reemplazando a
Isis con María. Muchos de los títulos que fueron usados por Isis, tales como “Reina del cielo”, “Madre de Dios”,
y “theotokos” (quien dio vida a Dios) fueron adjudicados a María. Se le concedió a María un exaltado papel en la
fe cristiana, mucho más allá de lo que la Biblia describe de ella, para atraer a los adoradores de Isis a la fe, que de
otro modo no hubieran adoptado. Las primeras claras señales de la Mariología católica ocurrieron en los escritos
de Origen, quien vivió en Alejandría, Egipto, el cual resultaba ser el punto focal de la adoración a Isis. (2) El
Mitraísmo era una religión en el Imperio Romano del I hasta el V siglo d.C. Era muy popular entre los romanos,
especialmente entre los soldados romanos, y posiblemente fue la religión de muchos emperadores romanos.
Mientras que nunca se le concedió un estatus “oficial” al Mitraísmo en el Imperio Romano fue de hecho la
religión oficial, hasta que Constantino y los siguientes emperadores romanos reemplazaron el Mitraísmo con el
Cristianismo. Una de las características claves del Mitraísmo era una comida de sacrificio, la cual consistía en
comer la carne y beber la sangre de un toro. Mitras, el dios del Mitraísmo, estaba “presente” en la carne y la
sangre del toro, y cuando eran consumidas, se otorgaba la salvación a aquellos que tomaban parte en la comida
del sacrificio. (Teofagia, la práctica de comer el cuerpo de un dios). El Mitraísmo también tenía siete
“sacramentos”, haciendo que las similitudes entre el Mitraísmo y el catolicismo Romano sean demasiadas para
ser ignoradas. Constantino y sus sucesores fundaron un fácil substituto de la comida sacrificial del Mitraísmo en
el concepto de la Cena del Señor / La Comunión Católica. Tristemente, algunos de los primeros cristianos
comenzaron a añadir el misticismo a la Cena del Señor, rechazando el concepto bíblico de un simple acto de
adoración y recordatorio de la muerte y derramamiento de sangre de Cristo. La romanización de la Cena del
Señor hizo la transición a una consumación del sacrificio de Jesucristo, conocido ahora como la Misa Católica /
la Eucaristía. (3) La mayoría de los emperadores romanos (y ciudadanos) eran enotistas. Un enotista es alguien
que cree en la existencia de muchos dioses, pero que tiene un enfoque primario en un dios en particular, o
considera a un dios en particular como supremo sobre los otros dioses. Por ejemplo, el dios romano Júpiter, era
supremo sobre el “panteón” (la totalidad de los dioses) romano. Los marinos romanos con frecuencia eran
adoradores de Neptuno, el dios de los océanos. Cuando la Iglesia Católica absorbió el paganismo romano,
simplemente reemplazó el “panteón” de dioses con los santos. Así como el panteón de dioses romanos tenía un
dios del amor, un dios de la paz, un dios de la guerra, un dios de la fuerza, un dios de la sabiduría, etc., la Iglesia
Católica tiene un santo que “está a cargo” de cada una de estas características, y existen muchas otras categorías.
Igualmente, así como muchas ciudades romanas tenían un dios específico para la ciudad, también la Iglesia
católica provee sus “santos patrones” para las ciudades. (4) La supremacía del obispo romano (el papado), fue
creado con la ayuda de los emperadores romanos. Siendo la ciudad de Roma el centro de gobierno del imperio
romano, y con los emperadores romanos viviendo en Roma, la ciudad de Roma se levantó como preeminencia en
todas las facetas de la vida. Constantino, y sus sucesores, dieron su apoyo al obispo de Roma como el supremo
gobernante de la iglesia. Desde luego, era mejor para la unidad del imperio romano, que el gobernante y la sede
de la religión se encontraran centrados en el mismo lugar. Mientras que muchos otros obispos (y cristianos) se
resistieron a la idea de que hubiera un obispo romano supremo, eventualmente el obispo romano se elevó a la
supremacía, a través del poder y la influencia de los emperadores romanos. Cuando el imperio romano se
colapsó, los papas tomaron el título que previamente había pertenecido a los emperadores romanos – “Pontificus
Maximus”.
Se pueden dar muchos otros ejemplos, pero estos cuatro pueden ser suficientes para demostrar el verdadero
origen de la Iglesia Católica. Desde luego, la Iglesia Católica Romana niega el origen pagano de sus creencias y
prácticas. La Iglesia Católica disfraza sus creencias paganas bajo capas de complicada teología. La Iglesia
Católica excusa y niega su origen pagano tras la máscara de la “tradición eclesiástica”. Reconociendo que
muchas de sus creencias y prácticas son totalmente ajenas a la Biblia; la Iglesia Católica está forzada a negar la
autoridad y suficiencia de las Sagradas Escrituras.
El origen de la Iglesia Católica es el trágico compromiso del cristianismo con las religiones paganas que la
rodeaban. En vez de proclamar el Evangelio y convertir a los paganos, la Iglesia Católica “cristianizó” las
religiones paganas, y “paganizó” el cristianismo. Al mezclar las diferencias y borrar las características distintivas,
si, la Iglesia Católica se hizo a sí misma atractiva a la gente del imperio romano. Uno de los resultados fue que la
Iglesia Católica se convirtiera en la religión suprema en el “mundo romano” durante siglos. Sin embargo, otro
resultado fue la más dominante forma de apostasía del cristianismo del verdadero Evangelio de Jesucristo y la
verdadera proclamación de la Palabra de Dios.
2 Timoteo 4:3-4 declara, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón
de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se
volverán a las fábulas.”
196.- ¿Cuál es el origen de las diferentes razas?
Respuesta: La Biblia no nos dice explícitamente el origen de las diferentes “razas” o colores de la piel de la
humanidad. En realidad, solo hay una raza – la raza humana. Dentro de la raza humana hay una gran diversidad
de color de piel y otras características físicas. Algunos especulan que cuando Dios confundió las lenguas en la
Torre de Babel (Génesis 11:1-9), Él también instituyó la diversidad racial. Es posible que Dios haya hecho
cambios genéticos en la humanidad para permitir que la gente sobreviviera en los diferentes ambientes
ecológicos, tales como el que los africanos estuvieran mejor “equipados” genéticamente para sobrevivir en el
calor extremo de África. De acuerdo con este punto de vista, Dios confundió los lenguajes, causando que la
humanidad se segregara lingüísticamente, y dando origen a las diferencias genéticas raciales basadas en el lugar
en el que el grupo racial eventualmente se asentara geográficamente. Mientras que es posible, no hay bases
bíblicas explícitas para esta opinión. Las razas / color de piel de la humanidad no son mencionadas en ningún
lugar en conexión con la Torre de Babel.
Después del diluvio, cuando existieron los diferentes lenguajes, los grupos que hablaban el mismo idioma se
mudaron con otros de la misma lengua. Al hacerlo, la reserva de genes para un grupo específico disminuyó
dramáticamente porque ya no tenían a toda la población humana con quien mezclarse. Entonces surgió la
endogamia (norma que restringe el matrimonio a los miembros del mismo grupo social), y con el tiempo, ciertas
rasgos y características fueron acentuados en estos diferentes grupos (TODOS los cuales estuvieron presentes
como una posibilidad en el código genético). Mientras más endogamia ocurría a través de las generaciones, la
reserva de genes fue disminuyendo más y más, hasta el punto en que toda la gente que tenía un lenguaje familiar
tenían características y rasgos similares, y sería muy raro cuando surgiera uno diferente.
Otra explicación es que Adán y Eva poseían los genes que producen hijos negros, morenos y blancos (y todo lo
demás entre ellos). Esto sería similar a la mezcla racial de una pareja que con frecuencia tienen hijos que difieren
grandemente en el color de uno a otro. Puesto que Dios obviamente deseó que la humanidad produjera niños con
diferentes tonos de piel, tiene sentido que Dios les hubiera dado a Adán y a Eva la habilidad de producir niños
con diferentes colores de piel. Más tarde, los únicos sobrevivientes del Diluvio fueron Noé y su esposa, los tres
hijos de Noé y sus esposas, ocho personas en total (Génesis 7:13). Tal vez las esposas de Sem, Cam y Jafet eran
de diferentes razas. Es posible que la esposa de Noé fuera de una raza diferente a la de él. Quizá todos los ocho
eran una mezcla racial, lo cual pudo significar que ellos poseyeran la genética para producir niños de diferentes
razas. Cualquiera que sea la explicación, el aspecto más importante de esta pregunta es que todos somos la misma
raza, todos creados por el mismo Dios, y todos creados para el mismo propósito.
197.- ¿Qué dice la Biblia acerca de la paciencia?
Respuesta: Margaret Thatcher dijo una vez, “Soy extraordinariamente paciente, con tal que al final me salga con
la mía.” Cuando todo sale a nuestra manera, es fácil mostrar paciencia. La verdadera prueba de paciencia, viene
cuando nuestros derechos son violados; cuando los autos sport se nos cierran en el tráfico; cuando un grupo de
muchachos adolescentes están acaparando las canchas de tenis; cuando nuestro compañero de trabajo se burla de
nuestra fe – de nuevo. Algunas personas piensan que tienen el derecho de enojarse ante las pruebas y aquello que
les irrita. La impaciencia parece como una ira santa. Sin embargo, la Biblia alaba la paciencia como un fruto del
espíritu (Gálatas 5:22) el cual debe ser producido por todos los hombres (1 Tesalonicenses 5:14). La paciencia
revela nuestra fe en los planes, la omnipotencia y el amor de Dios.
Aunque la mayoría de la gente considera que la paciencia es una espera pasiva o una gentil tolerancia, casi todas
las palabras griegas traducidas como “paciencia” en el Nuevo Testamento son palabras dinámicas y activas.
Considera por ejemplo Hebreos 12:1: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube
de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que
tenemos por delante.” ¿Corre uno una carrera esperando pasivamente los empujones para retrasarnos, o tolerando
gentilmente a los tramposos? ¡Por supuesto que no! La palabra traducida como paciencia en este verso, significa
permanencia. Un cristiano corre la carrera pacientemente, mediante la perseverancia a través de las dificultades,
ante la expectativa del cielo. En la Biblia, la paciencia es la perseverancia hacia una meta, perseverancia ante las
pruebas, o una expectante espera por el cumplimiento de una promesa.
Claramente, la paciencia no se desarrolla de la noche a la mañana en la vida de un creyente. El poder de Dios y la
bondad son cruciales para el desarrollo de la paciencia en Sus hijos. Colosenses 1:11 nos dice que somos
fortalecidos por Él para “toda paciencia y longanimidad” mientras que Santiago 1:3-4 nos anima a saber que las
pruebas son Su manera de perfeccionar nuestra paciencia. Nuestra paciencia se desarrolla y fortalece más,
resistiendo de acuerdo a los perfectos tiempos y voluntad de Dios, aún ante el hombre malvado que “prospera en
su camino.” (Salmos 37:7). A última instancia, al final, nuestra paciencia será recompensada “. . .tened paciencia
hasta la venida del Señor.” (Santiago 5:7-8). “Bueno es JEHOVÁ a los que en Él esperan, al alma que le busca.”
(Lamentaciones 3:25).
Vemos en la Biblia muchos ejemplos de aquellos caracterizados por la paciencia en su caminar con Dios.
Santiago nos señala a los profetas: “Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los
profetas que hablaron en Nombre del Señor.” (Santiago 5:10). Él también se refiere a Job, cuya perseverancia fue
recompensada por lo que “. . . el Señor es muy misericordioso y compasivo.” (Santiago 5:11). También Abraham,
espero pacientemente y “… alcanzó la promesa” (Hebreos 6:15). Así como Jesús es nuestro modelo en todas las
cosas, así también Él demostró una perseverante paciencia “…el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la
cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:2).
¿Cómo demostramos que la paciencia es una característica de nuestras vidas en Cristo? Primero, dando gracias a
Dios. Usualmente, la primer reacción de una persona es “¿Por qué a mí?,” pero la Biblia dice que nos
regocijemos en la voluntad de Dios (Filipenses 4:4; 1 Pedro 1:6). Segundo, buscando Sus propósitos. Algunas
veces, Dios nos pone en situaciones difíciles con el fin de testificar. Otras veces, Él puede permitir una prueba
para la santificación del carácter. El recordar que Su propósito es para nuestro crecimiento y Su gloria, nos
ayudará en la prueba. Tercero, recordando Sus promesas, tales como la de Romanos 8;:28 que nos dice que “..
todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados.” Ese “todas las cosas”
incluye las cosas que prueban nuestra paciencia.
La próxima vez que te encuentres en un embotellamiento de tráfico, seas traicionado por un amigo, o ridiculizado
por tu testimonio, ¿cómo responderás? La respuesta natural es impaciencia, la cual conduce al stress, enojo y
frustración. Gracias a Dios, los cristianos ya no estamos bajo el dominio de una “respuesta natural” porque
tenemos una nueva naturaleza – la naturaleza de Cristo Mismo (2 Corintios 5:17). En vez de eso, tenemos la
fortaleza del Señor para responder con paciencia y en completa confianza del poder y los propósitos del Padre.
“Vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad.” (Romanos 2:7).
198.- ¿Qué dice la Biblia acerca de los padres cristianos?
Respuesta: El mandamiento más grande en la Escritura es este: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y
de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deuteronomio 6:5) Retrocediendo al verso 2, leemos, “.. para que
temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tu, tu hijo, y el hijo
de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.” Siguiendo los versos, más adelante dice,
“Y esas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas
estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (versos 6-7).
La historia hebrea revela que el padre debía ser diligente en instruir a sus hijos en los caminos y las palabras del
Señor para su propio desarrollo espiritual y bienestar. El padre que era obediente a los mandamientos de sus
Escrituras hacía esto justamente. La importancia primaria de este pasaje es la responsabilidad de los padres en el
hogar de que los niños puedan ser criados en la “disciplina y amonestación del Señor”, Esto nos lleva a un pasaje
en el Libro de los Proverbios, 22:6-11; pero primeramente al verso 6, en el cual leemos, “Instruye al niño en su
camino, y aun cuando fuere viejo (conforme se haga mayor) no se apartará de él.” Instruir, se refiere a las
primeras enseñanzas que un padre y madre deben dar a su hijo, esto es; su educación temprana. El instruir tiene
como objetivo colocar ante el niño la forma de vida prevista para él. El iniciar la educación del niño de esta
manera es de gran importancia, al igual que un árbol sigue la inclinación de sus primeros tres años.
Un pasaje del Nuevo Testamento que nos da una clara ilustración de la instrucción del Señor a un padre en
relación con la crianza de sus hijos es: Efesios 6:4; este es un breve sumario de instrucción a los padres,
representada aquí por el padre, expuesto de una manera negativa y positiva. “Y vosotros, padres, no provoquéis a
ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Aquí está lo que la Biblia dice acerca
de la responsabilidad de los padres al criar a sus hijos. El aspecto negativo de este verso, indica que un padre no
debe fomentar malos sentimientos en sus hijos por su severidad, injusticia, parcialidad o el irracional ejercicio de
la autoridad. Eso solo servirá para ocasionar que el niño alimente rencor en su corazón. El aspecto positivo es
expresado en una dirección comprensiva; esto es, educarlos, animarlos, desarrollar su conducta en todos los
aspectos de la vida mediante la instrucción y amonestación del Señor. Esto es la instrucción (ser un claro ejemplo
del modelo de un padre) o educación de un hijo – el proceso completo de educación y disciplina. La palabra
“amonestación” contiene la idea de “poner en la mente del niño”, que es el acto de recordarle al niño sus faltas
(constructivamente) o deberes (responsabilidades de acuerdo a su edad y nivel de comprensión).
No debe permitirse a los niños crecer sin vigilancia o control. Ellos deben ser instruidos, disciplinados y
amonestados, para que adquieran conocimiento sobre el auto-control y la obediencia. Todo este proceso de
educación debe ser en un nivel espiritual y cristiano (en el verdadero sentido de la palabra). Es la “disciplina y
amonestación del Señor” el vehículo mediante la cual se alcanza el fin de la educación. Cualquier otro substituto
o guía de educación, bien puede resultar en un desastroso fracaso. El elemento moral y espiritual de nuestra
naturaleza es tan esencial y tan universal como el intelectual. Por lo tanto, la espiritualidad es tan necesaria para
el desarrollo de la mente como el conocimiento. Nuevamente Proverbios 1:7 nos dice, “El principio de la
sabiduría es el temor de Jehová.”
El padre cristiano es realmente el instrumento en la mano de Dios en materia de la paternidad. Así como el
cristianismo es la única religión verdadera, y Dios en Cristo, el único Dios verdadero, el único posible camino
para una educación provechosa, es la disciplina y amonestación del Señor. Todo el proceso de instrucción y
disciplina debe ser aquél que Él prescribe y administra, para que Su autoridad pueda estar presente y esté en
constante contacto con la mente, el corazón y la conciencia del niño. El padre humano nunca debe presentarse a
sí mismo como la mayor autoridad que determine la verdad y el deber. Esto simplemente desarrolla el humano
aspecto del “yo”. Es solamente haciendo a Dios, Dios en Cristo, el maestro y el gobernante, en cuya autoridad
todo es creíble y en obediencia a quien todo lo puede, que se logra alcanzar la meta de la educación.
Las instrucciones de las Escrituras a los padres son siempre el ideal de Dios. A veces tenemos la tendencia de
bajar esos ideales a nuestro nivel y experiencia humana. Tu pregunta, sin embargo, es saber lo que la Biblia dice
acerca de ser un padre. He tratado de responderla de acuerdo a ella. He descubierto por la experiencia de ser el
padre de tres hijos, cuánto he fallado respecto al ideal bíblico. Eso, sin embargo, no desvirtúa la Escritura y la
verdad y sabiduría de Dios, para decir que “la Escritura simplemente no funciona.”
Hagamos un resumen de lo que se ha dicho. La palabra “provocar” significa irritar, exasperar, incitar, etc. Esto
resulta de un espíritu y métodos equivocados, como es, la severidad, irracionalidad, autoritarismo, dureza, crueles
exigencias, restricciones innecesarias, y obcecada terquedad sobre la autoridad. Tales provocaciones producirán
reacciones adversas, menoscabando su afecto, obstaculizando su deseo por la santidad, y haciéndolo sentir que es
imposible complacer a sus padres. (Yo lo se – he estado ahí, lo he hecho). Un padre sabio (desearía haber sido
sabio) busca hacer la obediencia deseable y alcanzable mediante el amor y la gentileza. Los padres no deben
actuar como tiranos ateos.
Martín Lutero decía; “Mantén una manzana al lado de la vara, para darla al niño cuando hace bien.” La disciplina
en la educación y cultura general, debe ser ejercitada con una cuidadosa vigilancia y una enseñanza constante con
mucha oración. El castigar, disciplinar y aconsejar por la Palabra de Dios, proporcionando tanto reprimendas
como ánimos según se necesite, es indicativo de “amonestación”. La instrucción proporcionada procede del
Señor, es aprendida en la escuela de la experiencia cristiana, y administrada por los padres (el padre) La
disciplina cristiana es necesaria para prevenir que los hijos crezcan sin reverencia a Dios, respeto por la autoridad
paterna, conocimiento de los estándares cristianos y hábitos de auto-control.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea prefecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo
3:16,17). Esto es lo que dice la Biblia acerca de ser un padre. La manera y los métodos que los padres puedan
utilizar para enseñar la verdad de Dios, necesariamente serán variables. Pero esas verdades deberán estar siempre
disponibles para ser aplicadas sobre cualquier vocación en la vida, viviéndolas y haciendo de ellas un estilo de
vida. Así como el padre es fiel en su papel formativo, lo que el niño aprenda acerca de Dios, permanecerá en
él/ella en buen lugar a través de toda su vida, sin importar lo que hagan o dónde vayan. Ellos aprenderán a “amar
al Señor su Dios con todo su corazón, con toda su alma, y con toda su fuerza” y desearán servirle en todo lo que
ellos hagan.
199.- ¿Cuál es la oración del – Padre nuestro-? y ¿debemos orarlo?
Respuesta: “El Padre nuestro” es la oración que Jesús les enseñó a Sus discípulos en Mateo 6:9-13 y Lucas 11:2-
4. En Mateo 6:9-13 leemos: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no
nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén.” Mucha gente ha entendido erróneamente que el “Padre nuestro” es una oración que supuestamente
debemos repetir palabra por palabra. Algunas personas tratan el “Padre nuestro” casi como una fórmula mágica,
como si las palabras mismas tuvieran algún poder específico o influencia con Dios.
La Biblia nos enseña lo opuesto. Dios está mucho más interesado en nuestros corazones cuando oramos que lo
que está en nuestras palabras. Mateo 6:6 nos enseña, “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la
puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Y Mateo
6:7 continúa diciendo: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su
palabrería serán oídos.” La oración es para derramar nuestros corazones ante Dios (Filipenses 4:6-7), no para
simplemente recitar palabras memorizadas a Dios.
En lugar de eso, el “Padre nuestro” debe ser entendido como un ejemplo; un patrón de cómo orar. La oración del
Señor nos enseña a orar. Nos da los “ingredientes” que deben estructurar la oración. Veámoslo detalladamente:
“Padre nuestro que estás en los cielos” nos enseña a quién dirigir nuestras oraciones, el Padre. “santificado sea tu
nombre” nos dice que adoremos a Dios, y lo alabemos por quién es Él. La frase “Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” es un recordatorio para nosotros de que debemos orar por el
plan de Dios en nuestras vidas y en el mundo, no por nuestro propio plan. Debemos orar porque sea hecha la
voluntad de Dios, no por nuestros deseos. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” Somos animados a pedir a
Dios las cosas que necesitamos. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.” Nos recuerda confesar nuestros pecados a Dios y a volvernos de ellos – asimismo, perdonar también a
otros, como Dios nos ha perdonado. La conclusión de la oración del Señor, “Y no nos metas en tentación, mas
líbranos del mal” es la súplica de ayuda para alcanzar la victoria sobre el pecado y una solicitud de protección de
los ataques del diablo.
Así que, nuevamente, el “Padre nuestro” no es una oración que debemos memorizar y recitar de regreso a Dios.
Es solo un ejemplo de cómo debemos orar. ¿Hay algo de malo en memorizar el “Padre nuestro”? ¡Desde luego
que no! ¿Está mal el orar el “Padre nuestro” de regreso a Dios? No si tu corazón está en ello y realmente sientes
las palabras que dices. Recuerda, en la oración, Dios está mucho más interesado en que nos comuniquemos con
ÉL y que hablemos desde nuestros corazones, que lo que está en las palabras específicas que usamos. Filipenses
4:6-7 declara: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración
y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones
y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
200.- ¿Qué es el panteísmo?
Respuesta: El panteísmo es la opinión de que Dios es todo y todos y de que todos y todo es Dios. El panteísmo
es similar al politeísmo (la creencia en muchos dioses), pero el panteísmo va más allá al enseñar que todo es
Dios. Un árbol es Dios, una roca es Dios, un animal es Dios, el cielo es Dios, el sol es Dios, tu eres Dios, etc. El
panteísmo es la suposición detrás de muchos cultos y falsas religiones (p. ej. Hinduismo y budismo, por
extensión, la variedad de unidades y unificación de cultos, y los adoradores de la madre naturaleza).
¿Enseña la Biblia el panteísmo? No, no lo hace. Lo que mucha gente confunde como panteísmo es la doctrina de
la omnipresencia de Dios. El Salmo 139:7-8 declara, “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu
presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.” La
omnipresencia de Dios significa que Él está presente en todas partes. No hay lugar en el universo donde Dios no
esté presente. Esto no es lo mismo que el panteísmo. Dios está en todas partes, pero Él no es todo. Sí, Dios está
“presente” dentro de un árbol o dentro de una persona, pero eso no hace que un árbol o una persona sean Dios. El
panteísmo no es una creencia bíblica en absoluto. El panteísmo es incompatible con la fe en Jesucristo como el
Salvador (Juan 14:6; Hechos 4:12).