Título: Propiocepción en el deporte.
Área temática: Salud y deporte.
Sub áreas temáticas: Cultura física terapéutica y profiláctica/ Actividad física y
salud.
Autor: Lic. Ft. Aníbal Fernando Boada Boada.
Institución: Escuela Superior Militar de Aviación “Cosme Rennella Barbato”.
Hospital Básico ESMA. Departamento de Fisioterapia y Rehabilitación.
Domicilio: Cdla. “Las Dunas”. Mz 34; Villa 26. Salinas-Santa Elena
Números de teléfonos: 091849309 (Claro); 042930846 (Domicilio).
Dirección electrónica: [email protected]
Currículum Vitae:
Licenciado en Fisioterapia y Rehabilitación.
Fisioterapista del Hospital Básico de la Escuela Superior Militar de
Aviación “Cosme Rennella B” de la Fuerza Aérea Ecuatoriana.
Ex Docente Carrera de Educación Física, Deporte y Recreación. UPSE.
Fisioterapista Oficial de los torneos de tenis ATP Challengers Tours.
Ecuador.
Fisioterapista Equipo Copa Davis de Tenis. Ecuador. 2003-2005
Miembro de la Federación Ecuatoriana de Fisioterapia.
Miembro de la Confederación Latinoamericana de Fisioterapia y
Kinesiología.
Tutor de los estudiantes pasantes de Fisioterapia del Cegep de
Sherbroke. Quebec. Canadá.
@boadoble
Fernando Boada Boada
PROPIOCEPCIÓN EN EL DEPORTE
RESUMEN
La propiocepción hace referencia a la capacidad del cuerpo de detectar el
movimiento y posición de las articulaciones. Es importante en los movimientos
que realizamos diariamente y, especialmente, en los movimientos deportivos
que requieren una coordinación especial.
El sistema propioceptivo está compuesto por una serie de receptores
nerviosos que están en los músculos, articulaciones y ligamentos llamados
propioceptores.
Los propioceptores son responsables de la recopilación de información acerca
de los cambios de posición y de la velocidad angular de una articulación.
El sistema propioceptivo puede entrenarse a través de ejercicios específicos
para responder con mayor eficacia de forma que ayuda a mejorar la fuerza,
coordinación, equilibrio, tiempo de reacción ante situaciones determinadas y,
como no, a compensar la pérdida de sensaciones ocasionada tras una lesión
articular para evitar el riesgo de que ésta se vuelva a producir.
Además de constituir una fuente de información somatosensorial a la hora de
mantener posiciones, realizar movimientos normales o aprender nuevos, bien
sea cotidianos o dentro de la práctica deportiva, cuando se sufre una lesión
articular, este sistema se deteriora produciéndose un déficit en la información
propioceptiva que le llega al sujeto. De esta forma, esa persona es más
propensa a sufrir otra lesión o también disminuye la coordinación en el ámbito
de la práctica deportiva.
PROPIOCEPCIÓN EN EL DEPORTE
DESARROLLO
INTRODUCCIÓN TEÓRICA
OBJETIVO
La palabra propiocepción significa en latín: “conocimiento de sí mismo“; así
que se podría definir como “la percepción total que tenemos de nuestro cuerpo
en reposo o en movimiento“.
Esta percepción nace de la excitación de los múltiples receptores localizados
en muchas zonas de nuestro cuerpo como la piel, las articulaciones, los
músculos, los tendones o el oído interno; la información obtenida por éstos es
llevada a través de los diferentes nervios sensitivos para ser, finalmente,
interpretada por los centros nerviosos superiores (cerebro y medula espinal).
Estos distintos receptores pueden ser estimulados por varios tipos de
deformaciones mecánicas (presión, estiramiento, elevación, giro, tensión), las
cuales permiten a la persona conocer con mayor o menor precisión la posición
relativa de unas partes de su cuerpo en relación a otras y/o de la posición
global del cuerpo en el espacio. A esta cadena de tratamiento de la información
interna del cuerpo también se le puede llamar retroalimentación intrínseca o
cinestésica. Este mecanismo cinestésico es absolutamente fundamental para
que todos los movimientos sean coordinados, tanto a nivel voluntario como, lo
que es más importante, a nivel involuntario.
Hace referencia a la capacidad del cuerpo de detectar el movimiento y posición
de las articulaciones. Es importante en los movimientos comunes que
realizamos diariamente y, especialmente, en los movimientos deportivos que
requieren una coordinación especial.
La propiocepción es una conexión entre la actividad del sistema óseo,
tendinoso, muscular y articular con el cerebro. Nos permite conocer la posición
de nuestros miembros y de la cabeza en el espacio y saber cómo se están
moviendo, aun cuando no estemos mirándolos. De esta manera se pueden
realizar actividades de manera automática sin tener que mirarlas.
Es un complejo sistema de receptores y sensores corporales que mantienen
constantemente informado al cerebro sobre cuestiones tan variadas como
nuestra posición, estado de contracción muscular o equilibrio, funciona como
un sistema de alerta cuando alguna de esas cuestiones se ve alterada de
manera inesperada, como un estiramiento brusco o una pérdida de equilibrio.
Ante cualquiera de estas circunstancias que pueden suponer una agresión al
organismo, el Sistema Nervioso responde enviando una respuesta de
protección automática.
En síntesis, podríamos imaginar el sistema propioceptivo como el informante
oficial de nuestro cerebro respecto a la ubicación y cambios de cada parte del
cuerpo.
FUNDAMENTOS FISIOLÓGICOS DEL SISTEMA PROPIOCEPTIVO
El sistema nervioso central (SNC), además de los recursos ofrecidos por el
sistema visual (coordinación) y vestibular (equilibrio), recibe en todo momento
información sobre los cambios que se producen en el organismo y en su
entorno gracias a unos receptores situados en todo el cuerpo que configuran el
sistema somatosensorial (Lephart y col., 1998). Estos cambios percibidos por
los receptores son registrados por unas fibras nerviosas sensoriales (neuronas
sensoriales) que se encargan de transmitirlos al SNC.
El sistema propioceptivo está compuesto por una serie de receptores
nerviosos que están en los músculos, articulaciones y ligamentos.
Se encargan de detectar el grado de tensión muscular y el grado de
estiramiento muscular y mandan esta información a la médula y al cerebro para
que la procese. Después, el cerebro procesa esta información y la manda a los
músculos para que realicen los ajustes necesarios en cuanto a la tensión y
estiramiento muscular y así conseguir el movimiento deseado.
Podemos decir que los propioceptores forman parte de un mecanismo de
control de la ejecución del movimiento
Es un proceso subconsciente y muy rápido, que se realiza de forma refleja.
De toda esta información, nos centraremos en la proporcionada por aquellos
receptores responsables de la información relacionada con los cambios de
posición y con las alteraciones bioquímicas musculares.
Esto supone desarrollar las características más relevantes de los
propioceptores, de los receptores bioquímicos musculares y de los reflejos
neurales.
1. LOS PROPIOCEPTORES
Los propioceptores son responsables de la recopilación de información acerca
de los cambios de posición y de la velocidad angular de una articulación.
Durante la práctica deportiva se producen infinidad de cambios de dirección y
de posición que solicitarán los mecanismos propioceptores del deportista.
Estos propioceptores se encuentran en las articulaciones y alrededor de las
mismas.
Los principales: el huso muscular, las terminaciones nerviosas libres, los
receptores de Golgi, los órganos tendinosos de Golgi, los corpúsculos de Pacini
(Powers y Howley, 2001):
a. EL HUSO MUSCULAR: es un receptor sensorial propioceptor situado
dentro de la estructura del músculo que se estimula ante estiramientos
lo suficientemente fuertes de éste. Mide la longitud (grado de
estiramiento) del músculo, el grado de estimulación mecánica y la
velocidad con que se aplica el estiramiento y manda la información al
SNC.
Su “función clásica” sería la inhibición de la musculatura antagonista al
movimiento producido (relajación del antagonista para que el movimiento
se pueda realizar de forma eficaz). Ante velocidades muy elevadas de
incremento de la longitud muscular, los husos proporcionan una
información al SNC, que se traduce en una contracción refleja del
músculo denominada REFLEJO MIOTÁTICO O DE ESTIRAMIENTO,
que sería un reflejo de protección ante un estiramiento brusco o
excesivo (ejemplo: tirón brusco del hombro, el reflejo miotático hace que
se contraiga la musculatura de la cintura escapular). La información que
mandan los husos musculares al SNC también hace que se estimule la
musculatura sinergista al músculo activado, ayudando a una mejor
contracción.
Por tanto, tenemos como resultado de la acción de los husos musculares:
Facilitación de los agonistas
Inhibición de los antagonistas
“Es funcionalmente económico que cuando un equipo sinérgico de
músculos se activa no se enfrente a la resistencia de sus antagonistas”.
b. TERMINACIONES NERVIOSAS LIBRES: son los receptores más
abundantes y sensibles a la presión y al tacto; proporcionan información
sobre el estado tónico muscular y sobre el movimiento, contribuyendo al
sentido de la posición y al movimiento de las extremidades, donde son
muy numerosos. Son fuertemente estimuladas al inicio del movimiento
para posteriormente adaptarse y transmitir una señal homogénea hasta
que finaliza el mismo.
c. LOS RECEPTORES TIPO GOLGI: que no deben confundirse con los
órganos tendinosos de Golgi, se encuentran en los ligamentos que
rodean a las articulaciones. No son tan abundantes como los anteriores
pero funcionan de forma similar.
d. ÓRGANOS TENDINOSOS DE GOLGI: son receptores sensoriales
situados en los tendones y se encarga de medir la tensión desarrollada
por el músculo. Fundamentalmente, se activan cuando se produce una
tensión peligrosa (extremadamente fuerte) en el complejo
músculotendinoso, sobre todo si es de forma “activa” (generada por el
sujeto y no por factores externos). Sería un reflejo de protección ante
excesos de tensión en las fibras músculotendinosas que se manifiesta
en una relajación de las fibras musculares. Así pues, sería el REFLEJO
MIOTÁTICO INVERSO. Al contrario que con el huso muscular, cuya
respuesta es inmediata, los órganos de Golgi necesitan un periodo de
estimulación de unos 6-8 segundos para que se produzca la relajación
muscular.
e. RECEPTORES DE LA CÁPSULA ARTICULAR Y LOS LIGAMENTOS
ARTICULARES: parece ser que la carga que soportan estas estructuras
con relación a la tensión muscular ejercida, también activa una serie de
mecanoreceptores capaces de detectar la posición y movimiento de la
articulación implicada. Parece que sean propioceptores relevantes sobre
todo cuando las estructuras descritas se hallan dañadas.
f. LOS CORPÚSCULOS DE RUFFINI Y PACINI: se encuentran en los
tejidos que rodean a la articulación y se adaptan rápidamente con el
inicio del movimiento, siendo de gran ayuda a la hora de establecer el
grado de rotación articular.
Propioceptores articulares.
RECEPTOR
LOCALIZACIÓN
MISIÓN
ACTIVACIÓN
Tipo I de Ruffini
Cápsula articular
Enviar información
con la articulación en
reposo o en
movimiento
Se estimulan cuando
la articulación se
mueve de forma
brusca.
Tipo II de Pacini
A nivel profundo de la
cápsula articular.
Envían información
al inicio y al final del
movimiento.
Se estimulan cuando
la velocidad del
movimiento articular
es elevada.
Tipo III de Golgi
En los ligamentos
periarticulares.
Envían información
durante el
movimiento.
Se estimulan a lo
largo de todo el
movimiento articular.
Tipo IV de
terminación libre
En toda la estructura
cápsuloligamentosa
Envían información
nociceptiva
Se estimulan ante la
presencia de un
daño en la estructura
articular.
2. LOS RECEPTORES BIOQUIMICOS MUSCULARES.
Estos receptores son sensibles a los cambios bioquímicos musculares.
Alteraciones en la acidez muscular (modificaciones en la concentración de H+),
en la cantidad de dióxido de carbono (concentraciones de CO2) y en la
concentración de potasio (K+), suponen un potente estímulo de estos
receptores. Se caracterizan por transmitir al SNC información acerca de la
intensidad metabólica de la actividad muscular. Resultarán de especial
relevancia para provocar un "feedback" periférico para la regulación de la
respuesta cardiorrespiratoria al ejercicio.
3. REFLEJOS NEURALES
Las contracciones reflejas del músculo esquelético se producen como
respuesta a un estímulo sensorial, de forma inconsciente y carecen de
regulación cerebral (acto reflejo).
Todos ellos trabajan en colaboración con el objetivo de ayudar al cuerpo a
reconocer la orientación y el movimiento de sus diferentes segmentos. Es de
sobra conocido que las habilidades se adquieren relacionadas con la madurez
del sistema nervioso central. El esquema del cuerpo incluye la percepción de
los propios movimientos, la percepción del propio entorno, el conocimiento de
la propia capacidad de movimiento, así como experiencias sensoriales que se
encuentren relacionadas. Los propioceptores ofrecen un reconocimiento
cinestésico (percepción del movimiento a partir de la posición y amplitud de
movimiento de una articulación) que resultará clave para el desarrollo de las
habilidades motoras (Ahonen y col., 2001).
IMPORTANCIA DEL ENTRENAMIENTO DEL SISTEMA PROPIOCEPTIVO
Además de constituir una fuente de información somatosensorial a la hora de
mantener posiciones, realizar movimientos normales o aprender nuevos, bien
sea cotidianos o dentro de la práctica deportiva, cuando se sufre una lesión
articular, el sistema propioceptivo se deteriora produciéndose un déficit en la
información propioceptiva que le llega al sujeto. De esta forma, esa persona es
más propensa a sufrir otra lesión. También, disminuye la coordinación en el
ámbito deportivo.
A pesar de tratarse de un sistema automático, siempre hay posibilidad de fallo
en la respuesta, ya sea porque la agresión fue demasiado brusca o intensa
(una torcedura al caer de un salto), o porque el sistema propioceptivo no
estaba alerta en ese preciso instante. Hay diversos factores que pueden influir
en el mal funcionamiento de este sistema, como el cansancio, la temperatura o
la utilización de dispositivos de protección externos (como una rodillera o una
tobillera). Éstos engañan al cerebro simulando una falsa sensación de
protección y hacen que los receptores propioceptivos se vuelvan "vagos" y no
sepan responder ante una agresión.
El sistema propioceptivo puede entrenarse a través de ejercicios específicos
para responder con mayor eficacia de forma que ayuda a mejorar la fuerza,
coordinación, equilibrio, tiempo de reacción ante situaciones determinadas y,
como no, a compensar la pérdida de sensaciones ocasionada tras una lesión
articular para evitar el riesgo de que ésta se vuelva a producir.
Es sabido también que el entrenamiento propioceptivo tiene una transferencia
positiva de cara a acciones nuevas similares a los ejercicios que se han
practicado.
A través del entrenamiento propioceptivo, el deportista aprende a sacar ventaja
de los mecanismos reflejos, mejorando los estímulos facilitadores aumentan el
rendimiento y disminuyendo las inhibiciones que lo reducen. Así, reflejos como
el de estiramiento, que pueden aparecer ante una situación inesperada (por
ejemplo, perder el equilibrio) se pueden manifestar de forma correcta (ayudan a
recuperar la postura) o incorrecta (provocar un desequilibrio mayor).
Con el entrenamiento propioceptivo, los reflejos básicos incorrectos tienden a
eliminarse para optimizar la respuesta.
Ya hemos visto la influencia de los propioceptores en las diferentes
capacidades condicionales, de forma que el entrenamiento del sistema
propioceptivo puede inducir mejoras en éstas de cara a aspectos como:
Recuperación del sistema propioceptivo tras lesiones que disminuyen
la efectividad de este sistema y hacen que tengamos más posibilidades
de volver a sufrir una lesión.
Prevención de lesiones, incluso sin haber sufrido un accidente anterior,
el entrenamiento somato-sensorial puede ayudarnos a evitar posibles
lesiones propias de la práctica deportiva, sobre todo en deportes que
conllevan acciones de mayor dificultad o de gran exigencia competitiva.
Mejora del rendimiento en deportes de alto nivel. La mejora de las
percepciones nos permitirá alcanzar un rendimiento óptimo.
1. ENTRENAMIENTO PROPIOCEPTIVO Y FUERZA
Todo incremento en la fuerza es resultado de una estimulación neuromuscular.
Con relación a la fuerza, enseguida se piensa en la masa muscular pero no
hay que olvidar que ésta se encuentra bajo las órdenes del sistema nervioso.
Simplificadamente, es sabido que para mejorar la fuerza a través del
entrenamiento existen adaptaciones funcionales (sobre la base de aspectos
neurales o nerviosos) y adaptaciones estructurales (sobre la base de
aspectos de la hipertrofia e hiperplasia, esta última sin evidencias de existencia
clara en personas).
Los procesos reflejos que incluye la propiocepción estarían vinculados a las
mejoras funcionales en el entrenamiento de la fuerza, junto a las mejoras
propias que se pueden conseguir a través de la coordinación intermuscular y la
coordinación intramuscular.
a. COORDINACIÓN INTERMUSCULAR: haría referencia a la interacción
de los diferentes grupos musculares que producen un movimiento
determinado.
b. COORDINACIÓN INTRAMUSCULAR: haría referencia a la interacción
de las unidades motoras de un mismo músculo.
2. ENTRENAMIENTO PROPIOCEPTIVO Y FLEXIBILIDAD
Recordemos que el reflejo de estiramiento desencadenado por los husos
musculares ante un estiramiento excesivo provoca una contracción muscular
como mecanismo de protección (reflejo miotático). Sin embargo, ante una
situación en la que realizamos un estiramiento excesivo de forma prolongada,
si hemos ido lentamente a esta posición y ahí mantenemos el estiramiento
unos segundos, se anulan las respuestas reflejas del reflejo miotático
activándose las respuestas reflejas del aparato de Golgi (relajación muscular),
que permiten mejoras en la flexibilidad, ya que al conseguir una mayor
relajación muscular podemos incrementar la amplitud de movimiento en el
estiramiento con mayor facilidad.
Para activar aún más la respuesta refleja del aparato de Golgi, existen
determinadas técnicas de estiramientos basadas en los mecanismos de
propiocepción, de forma que en la ejecución del estiramiento, asociamos
periodos breves en los que ejercemos contracciones de la musculatura
agonista que queremos estirar, alternados con periodos de relajación. Los
periodos de tensión, activarán los receptores de Golgi aumentando la relajación
subsiguiente y permitiendo un mejor estiramiento. Un ejemplo sería los
estiramientos postisométricos o en “tensión activa”.
3. ENTRENAMIENTO PROPIOCEPTIVO Y COORDINACIÓN
La coordinación hace referencia a la capacidad que tenemos para resolver
situaciones inesperadas y variables y requiere del desarrollo de varios factores
que, indudablemente, podemos mejorar con el entrenamiento propioceptivo, ya
que dependen en gran medida de la información somatosensorial
(propioceptiva) que recoge el cuerpo ante estas situaciones inesperadas,
además de la información recogida por los sistemas visual y vestibular.
Estos factores propios de la coordinación que podemos mejorar con el
entrenamiento propioceptivo son:
a. Regulación del parámetro espacio-tiempo del movimiento: se trata
de ajustar los movimientos en el espacio y en el tiempo para conseguir
una ejecución eficaz ante una determinada situación. Por ejemplo,
cuando nos lanzan una pelota y la tenemos que recoger, debemos
calcular la distancia desde la cuál nos la lanzan y el tiempo que tardará
en llegar en base a la velocidad del lanzamiento para poder ajustar
nuestros movimientos. Ejercicios buenos para la mejora de los ajustes
espacio-tiempo son los lanzamientos o pases con objetos de diferentes
tamaños y pesos.
b. Capacidad de mantener el equilibrio: A través de la visión podemos
observar las distancias de los objetos y establecer referencias
espaciales. Situaciones donde no existen referencias visuales como
oscuridad o giros, la dificultad para mantener el equilibrio es mucho
mayor tanto en situaciones estáticas como dinámicas. Eliminamos
pequeñas alteraciones del equilibrio mediante la tensión refleja muscular
que nos hace desplazarnos rápidamente a la zona de apoyo estable.
Una vez que entrenamos el sistema propioceptivo para la mejora del
equilibrio, podremos conseguir incluso anticiparnos a las posibles
alteraciones de éste con el fin de que no se produzcan (mecanismo de
anticipación). Ejercicios para la mejora del equilibrio serían apoyos sobre
una pierna, verticales, oscilaciones y giros de las extremidades
superiores y tronco con apoyo sobre una pierna, mantenimiento de
posturas o movimientos con apoyo limitado o sobre superficies
irregulares, ejercicios con los ojos cerrados.
Equilibrio estático
Hace referencia a la capacidad de mantener el cuerpo estable y en
equilibrio en cualquier posición estática, frente a la acción de la
gravedad. El centro de gravedad se proyecta estático dentro de la base
de sustentación. Se precisa en algunos deportes como gimnasia artística
o escalada.
Equilibrio dinámico
Es el tipo de equilibrio más habitual en cualquier deporte, durante la
carrera, montando en bicicleta, golpeando un balón, saltos, etc., el
centro de gravedad se desplaza, incluso en algunas ocasiones, fuera de
la base de sustentación. Requiere constantes reajustes y movimientos
de los segmentos corporales para modificar el polígono proyectado de
sustentación donde debe recaer el centro de gravedad.
c. Sentido del ritmo: capacidad de variar y reproducir parámetros de
fuerza-velocidad y espacio-temporales de los movimientos. Al igual que
los anteriores, depende en gran medida de los sistemas
somatosensorial, visual y vestibular. En el ámbito deportivo, podemos
desglosar acciones motoras complejas propias de un deporte en
elementos aislados para mejorar la percepción de los movimientos y
después integrarlos en una sola acción. Es importante seguir un orden
lógico si separamos los elementos de una acción técnica. Por ejemplo,
para realizar el saque en el tenis, se separa el gesto en los pasos de
aproximación a la línea, descenso del centro de gravedad flexionando
piernas a la vez que se lanza la bola hacia arriba con la una mano, se
echa el cuerpo hacia atrás, despegue y armado del brazo, golpeo final a
la pelota y desplazamiento del cuerpo hacia adelante.
d. Capacidad de orientarse en el espacio: se realiza, fundamentalmente,
sobre la base del sistema visual y al sistema propioceptivo. Podríamos
mejorar esta capacidad a través del entrenamiento de la atención
voluntaria (elegir los estímulos más importantes).
e. Capacidad de relajar los músculos: es importante, ya que una tensión
excesiva de los músculos que no intervienen en una determinada acción
puede disminuir la coordinación del movimiento, limitar su amplitud,
velocidad y fuerza. Utilizamos ejercicios en los que alternamos periodos
de relajación-tensión, intentando controlar estos estados de forma
consciente. En alto nivel deportivo, buscaremos la relajación voluntaria
ante situaciones de gran estrés que después puedan transferirse a la
actividad competitiva.
FUNDAMENTO METODOLÓGICO DE LA APLICACIÓN DEL
ENTRENAMIENTO PROPIOCEPTIVO
Es importante trabajar la propiocepción en la recuperación de cualquier lesión
músculo-esquelética (desde una pequeña lesión muscular hasta una fractura
grave), tanto para conseguir una recuperación óptima como para prevenir
futuras recaídas. Incluso en el mundo del deporte es recomendable incluir
ejercicios de propiocepción en la rutina de entrenamiento como prevención de
cierto tipo de lesiones articulares y musculares.
Una vez dicho todo esto surge inmediatamente una pregunta: ¿cómo se
trabaja la propiocepción? Y la respuesta es sencilla: fundamentalmente a
través de ejercicios de coordinación, de equilibrio, de cambio de superficies, de
toma constante de decisiones en los que el deportista tenga que trabajar en
situaciones de desequilibrio.
Todos estos ejercicios se pueden llevar a cabo de una manera sencilla y eficaz,
siempre yendo de lo simple a lo complejo; de lo fácil a lo difícil y de lo
fundamental a lo accesorio. De esta manera se educa y reeduca a los
receptores para que vuelvan a transmitir la información de manera correcta. Se
debe tener claro que antes de evolucionar hacia ejercicios complejos, hay que
controlar bien los más sencillos.
En los ejercicios, se plantean algunos métodos específicos de progresión. No
obstante, a nivel general, podemos evolucionar en la dificultad de los ejercicios
a través de diferentes pautas, como son:
Demandar una mayor tensión de la musculatura a través de la utilización
de elementos como tobilleras lastradas, bandas y ligas elásticos de
diferentes resistencias, mancuernas, barras con peso.
Disminuir la base de apoyo: pasar de apoyo bipodal a unipodal,
apoyarnos solamente sobre una parte del pie (talón, punta, externa e
interna).
Utilizar superficies de apoyo irregulares: pie sobre pelota o balón de
espuma, colchonetas de diferentes grosores, tableros y platos
basculantes, cojines de aire.
Restringir la información que llega a través de otros sistemas para
centrarnos en los propioceptores. Por ejemplo, podemos comenzar los
ejercicios delante de un espejo para ayudarnos del sistema visual,
después pasamos a realizar los ejercicios sin mirar al espejo y, por
último, cerramos los ojos para restringir las aferencias del sistema visual.
Se trata de ejercicios sencillos, que tratan de someter a la articulación o
articulaciones que están lesionas o no, a pequeñas dificultades
progresivas: desequilibrios, ejercicios en superficies estables, luego
inestables, con ojos abiertos, luego cerrados, etc.
En el mundo del deporte es recomendable incluir ejercicios de propiocepción
en la rutina de entrenamiento como prevención de cierto tipo de lesiones
articulares y musculares.
El entrenamiento propioceptivo se concentra en el restablecimiento del
equilibrio, la estabilización dinámica de la articulación, se centra en el trote
cinestésico, giros y cambios de dirección y prepara al deportista para las
actividades específicas del deporte. (Gesto Deportivo).
“La propiocepción es clave para el desempeño seguro del deportista en
el campo”.
MATERIAL
Se puede usar materiales tradicionales como cuerdas, aros, bancos suecos,
conos, picas, balones medicinales de diferentes texturas, diámetros y pesos,
balones de gimnasia, plataformas, tablas de equilibrio, bosú, platos
basculantes, discos inflables, mancuernas, bandas o cuerdas elásticas de
tensión; de lo que se trata es de usar la imaginación para diseñar actividades
variadas, motivantes y que desafíen la “propiocepción” del deportista o del
individuo común.
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Dantas Martin Henrique Estelio ¨Flexibilidad en el entrenamiento¨. En
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ANEXOS.
Propiocepción en superficie dura
Propiocepción en superficie dura con pesas
Propiocepción en balón de gimnasia Desestabilizaciones con balón medicinal
Propiocepción en el fútbol con bosú y balón
Propiocepción en plano inclinado Propiocepción en balancín
Propiocepción con balón de gimnasia Propiocepción con disco inflable
Propiocepción con disco inflable y pesas Propiocepción en disco inflable.
Propiocepción en balancín duro Propiocepción en disco duro
Propiocepción con pelotas sensitivas Propiocepción con balón medicinal
Propiocepción con balón de gimnasia, pesas y disco
Ejercicios propioceptivos desestabilizadores con balón medicinal
Ejercicios propioceptivos en varias superficies
Ejercicios propioceptivos en bosú
Combinación de ejercicios pliométricos con ejercicios propioceptivos
CLUB ESPECIALIZADO DEPORTIVO VARGAS SHITO-RYU