Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(1): 14-29 (2015)
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Artículo de investigación
Aciertos y proyecciones del estudio de percepción socioambiental en sectores costeros del Archipiélago de Chiloé
Successes and projections of socio-environmental study of perception in coastal areas of the Chiloé Archipelago
Tomás Jorquera1
1 Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN). Ancud, Chile.
Autor de correspondencia: T. Jorquera [[email protected]]
Resumen
A lo largo del litoral insular chilote, los humedales costeros destacan como importantes
sitios para la biodiversidad, junto con ser históricamente las áreas donde comenzaron -y
se mantienen- los principales asentamientos humanos, evidenciados por sus conchales.
Desde el año 2012, se ha buscado determinar y comparar el grado de conocimiento,
valoración e iniciativa de temáticas socioambientales de los habitantes de éstos
espacios. A lo largo de tres años, el Estudio de Percepción Socioambiental de Chiloé
(EPSACH) ha contribuido con indicadores complementarios al monitoreo ambiental,
desde un enfoque ecosocial, que detecta tendencias en la situación percibida por
habitantes de dichas áreas, para promover estrategias y mecanismos que permitan a la
ciudadanía y otros tomadores de decisión un mejor cuidado de los humedales costeros.
Se resume la trayectoria del EPSACH, proporcionando resultados preliminares y
reflexiones relevantes desde la óptica sociológica, como un aprendizaje que ilustra los
aciertos y dificultades del estudio de percepción en estas zonas costeras.
Palabras clave: humedales costeros; problemáticas ambientales
Abstract
Along the coast of Chiloé Island, the coastal wetlands stand out as important sites for
biodiversity. They have also played an important role in human society, beginning with
the first human settlements, as evidenced by the existence of conchales, and continuing
today with the major coastal population centers. Since 2012, we have tried to assess and
compare the socio-environmental knowledge, attitudes, and behavior of the inhabitants
of these spaces. Over three years, the Socio-Environmental Perception Study of Chiloé
(EPSACH) has contributed to environmental monitoring through indicators based on an
eco-social approach, which detects trends in the situation as perceived by an area's
human residents. The study has sought to promote strategies and mechanisms that allow
citizens and other decision makers to better care for Chiloe's coastal wetlands. Here we
summarize the EPSACH path, providing preliminary results and relevant insights from a
sociological perspective, as a lesson illustrating the successes and difficulties in studying
perception in these coastal areas.
Keywords: coastal wetlands; environmental issues
Jorquera / Compilación de resultados EPSACH, 2012-2014
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Chiloé frente a un cambio medioambiental
global
Desde fines del siglo XX, diferentes expertos
han señalado como la pérdida de
biodiversidad, junto a otras problemáticas
ambientales, dan paso a diversas
interpretaciones y significaciones por parte
de la ciudadanía, sobre todo cuando se
cuenta con información incompleta, o
estudios en desarrollo. Para Dunlap (1996),
desde entonces somos testigos de cómo “[…]
el desarrollo gradual del consenso científico
y la difundida preocupación pública sobre la
realidad del cambio medioambiental global
provocado por los humanos -como la
reducción de ozono, la pérdida de la
biodiversidad y, en menor medida, el cambio
climático global- han sido especialmente
significativos […]” (en Redclift et al., 2002).
Aunque esta preocupación, por cierto
aparejada a la industrialización a gran escala
y la escasez de recursos naturales (Leff,
1986), no suele vincularse inmediatamente el
uso global de los ecosistemas, es decir, por
cuanto no se admite diferenciar los tipos de
uso y su codependencia con nuestra propia
existencia:
[…] los ecosistemas no sólo sirven de
«almacén de recursos» o «vertedero de
residuos» a las sociedades humanas, sino que
son también nuestro «espacio de vida» y esos
tres usos entran en un conflicto cada vez
mayor. Por ejemplo, la reducción de ozono y
el calentamiento global - ambos resultados
de la incapacidad de los ecosistemas
globales para absorber sin alterarse los
contaminantes industriales pueden afectar a
los lugares donde los humanos viven
“seguros”, así como a la disponibilidad de
cosechas agrícolas y otros recursos. En última
instancia, los límites ecológicos que pesan
sobre los humanos se derivan de la
capacidad finita de los ecosistemas (desde lo
local a lo global) para realizar esas tres
funciones cada vez más opuestas entre sí […]
(Dunlap, 1993).
El reconocimiento de la temática ambiental,
como un problema socialmente construido
(Redclift & Woodtage, 2002), nos invita a
recoger antecedentes sobre lo que antes no
se creía relevante, al tratarse de una temática
en transformación, y que hoy resulta clave
para comprender y enfrentar las causas que
originan y mantienen fenómenos como la
crisis de seguridad alimentaria, la escasez
hídrica, el manejo de residuos industriales y
la explotación de recursos naturales.
Percibir la subjetividad
En el caso de los ecosistemas, la diversidad
de miradas con que son asimilados los
procesos de certificación, de reconocimiento
patrimonial, o de inversión, se clasifican en
función de la formación ideológica del actor
o la institución que la emite, pero
independientemente de la que esta sea, es
innegable que la percepción no se mantiene
estática en el tiempo y que incluso puede
variar de lugar a lugar, dependiendo del tipo
de reconocimientos con los que este cuenta,
o simplemente por el grado de cercanía de
sus habitantes para con dicho ecosistema.
De ahí que sea fundamental analizar la
actual percepción socioambiental de las
personas desde su propia subjetividad; así,
retomando las palabras del PNUD en su
informe 2012, “[…] para resignificar el
horizonte del desarrollo poniendo al centro
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los proyectos de vida de las personas, es
necesario ampliar la mirada y asumir en toda
su complejidad una dimensión hasta ahora
menos atendida del desarrollo, y de la cual el
fenómeno de la felicidad forma parte: la
subjetividad. Se entiende por subjetividad el
espacio y el proceso en que los individuos
construyen una imagen de sí, de los otros y
del mundo en el contexto de sus experiencias
sociales. Este ámbito está formado por sus
emociones, imágenes, percepciones, deseos,
motivaciones y evaluaciones, entre otros
elementos […]” (PNUD, 2012). Incorporar la
subjetividad en la discusión sobre el
desarrollo es una tarea que corresponde a un
debate político entre los diversos actores y
organismos internacionales (creados o por
crearse) que no corresponde tratar aquí.
La conversación global sobre el desarrollo ha
ido a la par con crecientes expresiones de
malestar social, que obligan a pensar en
cómo incorporar lo que sienten y piensan las
personas acerca “del desarrollo que se les
propone o impone”, prácticamente como
una tarea ineludible, en cuanto que “[…] tal
vez el hecho de reconocer estos conflictos y
buscar su resolución negociada, sea una
forma privilegiada de desarrollo y
profundización de nuestra democracia. En
este sentido, la Resolución Negociada de
Conflictos Ambientales, podría constituir un
verdadero laboratorio democrático para
Chile […]” (Sabatini, 1994), y ¿por qué no
para el propio Chiloé?
Al respecto, Chiloé presenta un escenario
complejo, al menos, por las siguientes
razones:
1. Posee una destacada biodiversidad y
paisajes, producto de la convivencia
y mestizaje de diversas culturas
humanas (Andrade et al., 2000);
2. Existe un profundo conocimiento de
la flora y la fauna nativa, asociada a
un estilo de vida mayoritariamente
rural y en algunos casos indígena
(Ocampo & Rivas, 2004);
3. Se mantienen ingeniosas formas de
utilización y aprovechamiento de las
fuerzas de la naturaleza (molinos a
piedra, veleros, etc.) manejo de
cultivos agrícolas y gastronomía
tradicional únicos, de importancia
mundial (FAO, 2011);
4. Existen numerosos estudios científicos
en el archipiélago sobre su situación
ambiental, los que no necesariamente
se traspasan directamente a sus
propios habitantes;
5. Los mecanismos de participación
ciudadana son centralizados y
fragmentados, con toma de
decisiones alotópicas respecto al
contexto territorial.
6. La situación ambiental posiciona un
conjunto de atractivos turísticos como
un destino de nivel internacional
(Blue List of Lonely Travel, 2009).
El Archipiélago de Chiloé se constituye como
una “región patrimonial”, aunque, por sobre
dicha categoría, el avance tecnológico y la
consolidación del modelo neoliberal han
hecho que las islas vivan “[…] un momento
crítico de su historia, a tal punto que, como
nunca, corren el riesgo de que su espesor
cultural […] desaparezca ante la arremetida
de la cultura mediática de las relaciones de
producción capitalista […]” (Mansilla, 2006)
que por su extensión a las regiones más
australes del país, intensifica las formas de
explotación industrial de recursos naturales
Jorquera / Compilación de resultados EPSACH, 2012-2014
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(Grennier, 2010), al mismo tiempo que
genera nuevas tensiones sobre la
sustentabilidad nacional y la
democratización de esos recursos.
Lo anterior, obedece a la carencia de un
ordenamiento territorial acorde al desarrollo
de nuevos derechos y políticas ambientales
que estimulen repensar entendimientos
alternativos, a partir de los cuales se
construya la percepción de las personas
sobre su entorno, con pleno conocimiento de
la situación ambiental global, pero que a la
vez incluya sus propias subjetividades.
Reconocer Chiloé y sus problemáticas
ambientales
Usualmente, el contraste entre la opinión
pública (plasmada en los medios de
comunicación) y la certeza científica
(plasmada en diversos debates y
controversias científicas), no implica un
registro sistemático de la percepción de estos
mismos problemas por parte de la
ciudadanía. A nivel internacional, existen
pocos ejemplos en los que la percepción
socioambiental sea transferida a canales
institucionales o participativos, que no se
relacionen directamente con investigaciones
académicas (IESA-CSIC, 2011) o en el marco
de los diversos sistemas de evaluación de
impacto ambiental, como el SEIA del
Ministerio de Medio Ambiente en el caso
chileno.
Para Chiloé, la homogenización de los
cultivos (Bravo, 2000), la presión de los
mercados internacionales sobre productos
locales, tales como el salmón (Salmo sp.), el
pompón (Sphagnum sp.), u otros
especializados o con sello de origen, y la
ausencia de miradas estratégicas continuas o
de largo plazo, amenazan la mantención de
los recursos naturales del territorio, mientras
que, por otro lado, están viéndose re-
valorizados por distintas organizaciones e
iniciativas ciudadanas que, entre sus
propósitos, buscan preservar esta riqueza
para el bienestar de futuras generaciones.
Por ejemplo, en el año 2011, los humedales
orientales de Chiloé fueron designados por la
red hemisférica de reservas para aves
playeras como sitio de importancia de
categoría “hemisférica”; al año siguiente, se
reconoce y designa a Chiloé como un “Sitio
Ingenioso del Patrimonio Agrícola Mundial”
(SIPAM, 2012) y además la declaración para
el Espacio Marino Costero de Pueblos
Originarios de Caulín, ubicado en la zona
norte de la Isla grande, ingresa a su etapa
final, quedando entonces en manos de
DIRECTEMAR el tramite final de este proceso
que supondrá finalmente la administración
de 2877 hectáreas de playa y mar de la bahía
y el humedal de Caulín por parte de las
comunidades Wenque Kaulin y Huente
Caulín, junto a otras organizaciones laborales
y productivas no-indígenas.
Cada uno de estos hechos puede ser
interpretado de manera aislada o bajo
diversas escalas, pero poseen un significado
común a la hora de analizar la variedad de
formas en las que opera el conocimiento y la
valoración sobre los espacios naturales
(como el humedal de Caulín) ciertos recursos
naturales (agua, bosque y ganadería, SIPAM)
o productos particulares del manejo
individual o colectivo (por la extracción de
pelillo, o la certificación del “cordero”, el
“caballo”, o el “ajo chilote”).
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Pensando en que dichas certificaciones o
reconocimientos, también se erigen como
una fortaleza frente a las amenazas que
suponen algunos proyectos de inversión, se
generan controversias sobre el tipo de aporte
que suman al desarrollo entre las
comunidades locales y los financistas de
origen.
En Diciembre de 2012, el Instituto Nacional
de Derechos Humanos, ya identifica tres
conflictos socioambientales en la Región de
Los Lagos, encontrándose dos de ellos en
Chiloé. Según este organismo, se trata de […]
disputas entre diversos actores –personas
naturales, organizaciones, empresas privadas
y/o el Estado-, manifestadas públicamente y
que expresan divergencias de opiniones,
posiciones, intereses y planteamientos de
demandas por la afectación (o potencial
afectación) de derechos humanos, derivada
del acceso y uso de los recursos naturales, así
como por los impactos ambientales de las
actividades económica […] (INDH; 2012)
Evidentemente, esta definición puede ser
contextualizada a hechos, actitudes o
eventos, que no necesariamente implican
una disputa, es decir, puede tratarse de
significado divergentes incluso entre los
grupos humanos de un mismo territorio.
Por lo mismo, el enfoque ecosocial de este
trabajo busca obtener un registro de dichas
transformaciones (Araújo et al., 2012), que
muestre la percepción de quienes viven en
estos ecosistemas (Avilés, 2010), en los que
podría desarrollarse un conflicto
socioambiental como en Quilo por la
potencial instalación de una Industria Eólica
(INDH, 2012) o San Juan por los residuos
generados por la industria acuícola en área
de nidificación de cisne de cuello negro
(Figura 1), o al contrario, no necesariamente
donde existe un conflicto, pero sí donde
acontece un nuevo modelo de uso y
administración del ecosistema circundante a
la comunidad local, por ejemplo en las
comunidades de la Península de Rilán (Rilán,
Pullao y Putemún) adscritas a la
denominación SIPAM, o en la Bahía de
Caulín, con las comunidades que solicitaron
la declaración del EMCPO a Directemar.
Figura 1. Área de nidificación de cisnes de cuello negro
en San Juan, comuna de Dalcahue.
Colección de CECPAN (2012).
Bajo este enfoque, se propuso la tarea de
establecer un programa de investigación
abocado recopilar antecedentes sobre el
aprovechamiento de bienes y recursos
naturales, en tanto proceso dinámico y activo
a nivel nacional, que en Chiloé se expresa a
través de transformaciones formales
(institucionales/ estructurales) y subjetivas
(simbólicas/ emocionales) que han
significado el reconocimiento de la temática
ambiental, como una problemática crucial en
los medios de prensa, los movimientos
socioambientales, la educación no-formal, y
los gobiernos municipales.
Pero, ¿cómo percibe la sociedad chilota este
proceso? Para responder a esta pregunta
Jorquera / Compilación de resultados EPSACH, 2012-2014
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desde el año 2012, el programa consideró la
elaboración del Estudio de Percepción Socio
Ambiental de Chiloé mediante la aplicación
de un cuestionario en humedales costeros de
forma anual, cuyo objetivo general es
determinar y comparar el grado de
conocimiento, valoración e iniciativa de sus
habitantes respecto a temáticas socio-
ambientales presentes el archipiélago de
Chiloé. Siendo sus objetivos específicos:
a) Determinar la valoración de los habitantes
de estos sectores, respecto a temáticas socio-
ambientales controversiales del archipiélago.
b) Identificar cuáles son las principales
iniciativas personales y colectivas de los
habitantes de estos sectores, respecto a
temáticas ambientales.
c) Analizar la situación de cada sector
respecto a su situación demográfica y
socioeconómica.
d) Comparar los sectores y establecer
diferencias y similitudes respecto a su grado
de conocimiento, valoración e iniciativa
sobre temáticas socio-ambientales.
Área de estudio
A partir del año 2012, se trabajó en ocho
sectores de la zona centro oriental de Chiloé
(Figura 2). En 2013 se aplicó el cuestionario
mejorado solo en Putemún, Pullao y Rilán,
pero sumándose dos sectores de la zona
norte de la Isla grande: Caulín y Quilo, en la
comuna de Ancud (Figura 3). Para el año
2014, se mantuvieron estos últimos dos
lugares, y se retomó la isla Quinchao
aplicando el cuestionario en Curaco de
Vélez, Chullec y Villa Quinchao.
Las zonas escogidas para el estudio poseen
tres características en común:
a) Se trata de humedales costeros,
donde acontecen diversos procesos
de reconocimiento de sus cualidades
ambientales (Tabla 1);
b) Son áreas rurales, donde prevalecen
una o varias de las prácticas
tradicionales del estilo de vida
marino-costero tradicional de Chiloé;
c) Al mismo tiempo, se incorporan en
mayor o menor medida, a la
modernización del archipiélago, en
cuanto al acceso y entrega de bienes
y servicios, hábitos de consumo, y
usos del suelo (Bravo, 2000)
Tabla 1. Características de los sitios en que se aplicó el cuestionario
Elaboración propia.
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Figura 2. Cobertura geográfica del EPSACH 2012
Elaboración propia.
Figura 3. Cobertura geográfica del EPSACH 2013 y 2014 en la comuna de Ancud
Elaboración propia.
Jorquera / Compilación de resultados EPSACH, 2012-2014
21
Reconociendo las limitaciones de aplicar el
cuestionario en áreas tan particulares, se
consideró prudente acotar la muestra para
indagar de manera más profunda en las
problemáticas de este tipo de ecosistemas,
históricamente habitados del archipiélago,
con miras a que en otras versiones del
EPSACH esta pueda ser extendida a otras
zonas no tan habitadas del archipiélago,
como zonas boscosas, riberas de río o lagos
ubicados en el interior de la(s) isla(s).
Materiales y métodos
Tomando en cuenta la densidad poblacional
según datos del INE (2002) y luego
estableciendo cúmulos de vivienda por
análisis de imagen satelital (Google Earth,
2011) se obtuvo aproximación del total de
habitantes por sector (U), al que se le resto el
35% para definir N (como aquellas personas
menores de 18 años, según pirámide
poblacional de Chile al 2006) para luego
considerar al 10% de ese resultado como
muestra (n) del total de viviendas (Figura 2).
Cumpliendo los criterios de ubicación
geográfica (en la definición de cúmulos de
viviendas por imagen satelital) y selección
aleatoria (usando el criterio “desde la
vivienda más cercana a la más lejana al
humedal”) también se priorizó a las contarán
con una mejor visión del entorno inmediato
al borde costero, entrevistando primero a los
adultos mayores (antes que adultos y jóvenes)
en proporción 1:3 (un cuestionario por cada
tres adultos de cada vivienda).
El cuestionario constó de 27 variables,
recogiendo la percepción socioambiental de
casi cien viviendas en un marco temporal de
cinco meses cada año, acerca de tres
dimensiones analíticas: conocimiento (sobre
temáticas ambientales y situaciones
provinciales), valoración (sobre ecosistemas,
especies y paisajes locales) e iniciativa local
(en vida pública y percibida).
Los debates, reflexiones, inquietudes, y
consultas de la muestra fueron registrados por
el equipo de encuestadores como apuntes en
sus libretas de campo, contribuyendo a la
orientación que se dio al análisis de datos y
la evaluación de cada etapa del proceso
(Guttman et al., 2004)
Resultados
Entre los años 2012 y 2014 se aplicaron un
total de 335 cuestionarios (Tabla 2) a una
población con 56 años de edad promedio,
repartidos entre el 54.4% de género
femenino y el 44,8% de género masculino.
Tabla 2. Nº de cuestionarios aplicados por año y
comuna
Elaboración propia.
En la mayoría de las viviendas vive al menos
un menor de edad y dos perros/as (Figura 4).
El último nivel educacional cursado por la
población se mantiene en el nivel básico
(Figura 5). En cuanto al estado civil: 62,3% se
declaraba casada y 21,02% soltera. Llama la
atención como en Putemún aparecen muy
pocas personas viudas o separadas, lo que
podría explicarse por ser una población
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relativamente nueva, en la que recién
comienza una re-ocupación masiva por parte
de familias nucleares en pequeñas parcelas,
adquiridas recientemente por compra y no
por herencia familiar, como suele ocurrir en
el resto de los sectores rurales.
Figura 4. Relación enntre cantidad de niños y canes por
vivienda
Elaboración propia.
Figura 5. Último nivel educacional formal cursado
Elaboración propia.
Particularidades subjetivas de la población
encuestada
Se intentó recoger parte de las subjetividades
de la población a través de algunas preguntas
clave, sobre su identidad territorial, las
motivaciones personales sobre la vida en el
mundo rural, y hasta el animal más
carismático, entre otras. Este último resulta
ser el cisne de cuello negro (Cygnus
melancoryphus), acumulando el 34,1% de
las preferencias en promedio, seguido del
pudú (Pudu puda) con un 18,7%. En el
imaginario de las personas en 2014, las
peores amenazas para estas y otras especies,
siguen siendo la contaminación (9%), los
perros vagos (9,8%) y la cacería (15,7%). Si
bien las posiciones varían sutilmente entre las
diversas edades, la principal explicación para
valorar más una u otra especie, o incluso
saber advertir una u otra amenaza, tiene que
ver directamente con el apego que cada
persona tiene al lugar en que vive.
Aunque la principal identidad territorial
posiciona a la provincia por sobre los
sectores de residencia y la nación (Figura 6)
la relación entre “conservación de la
naturaleza” y “mantención de las tradiciones
culturales de Chiloé”, fue cuestionada como
una relación “posible”, a la que las personas
debían responder opinando si existía o no
dicha relación, y el nivel de importancia que
una tenía en la otra. Concretamente, en el
año 2014 la mayoría de la población no
duda en que exista alguna relación, y dentro
de este grupo domina en que piensa que se
trata de una relación directa y dependiente,
especialmente en Rilán donde más del 60%
de la población se inclinó por esta
afirmación. Sólo en Quilo y Putemún, una
parte significativa de la población piensa que
0
10
20
30
40
50
60
70
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Po
rce
nta
je
Nº por persona
% de personas que dicen tenerperro(s)
% de personas que dicen vivir conniños/as
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2014 2013 2012
Jorquera / Compilación de resultados EPSACH, 2012-2014
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no existe relación entre estas preferencias,
pero aun así la mayoría (superior al 40%)
piensa que sí.
Figura 6. Principal identidad territorial
Elaboración propia.
Cuando se pregunta sobre la principal
motivación para vivir en “ese sector”, la
respuesta que domina es “la tranquilidad”
(50%), inclusive por sobre los “vínculos
familiares” y “laborales” (menos del 23%).
Dicha tranquilidad también puede ser
entendida como el deseo por mantener el
estado actual de la ruralidad en el sector: el
52,4% lo mantendría igual, al 34,7 % le
gustaría que aumentase la ruralidad, y solo al
12,6% le gustaría que fuese menos rural (o
más urbano).
Cuando se preguntó sobre como creen que
cambiará el estado del medio ambiente en su
sector en los próximos 10 años, las respuestas
fueron: 46,4% “Peor”, frente al 29,25% que
piensa estará “Mejor”, y en menor medida el
22,4% piensa se mantendrá “Igual”. Según
los propios encuestados, el estado del medio
ambiente del sector ha hecho que el valor de
la tierra (precio/hectárea) haya aumentado
(86,25%). Otros factores paralelos, “como la
cercanía con la ciudad”, la “construcción del
aeropuerto en Mocopulli”, y la pronta
inauguración del “Mall en Castro” parecen
aumentar este porcentaje, por lo menos en
Rilán, Pullao y Putemún.
Problemáticas ambientales
Se caracterizaron los tipos de problemas
ambientales en dos criterios principales,
según su grado de colectividad (a nivel:
personal, local, global) y el ámbito de origen
(con dos polos: privado o público, con lo
personal como intermedio), obteniéndose un
esquema orientador (Figura 7)
Siguiendo esta caracterización, es posible
observar que aquellos problemas más
0
10
20
30
40
50
60
70
2013 2014
Elaboración propia.
Figura 7. Problemáticas socioambientales, según origen y ámbitos de competencia identificados por la población
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relacionados al área agrícola, son también
los más opuestamente relacionados en
cuanto sus causas: la erosión de la tierra
cultivable se entiende como un problema
personal y privado, mientras que la escasez
de agua dulce es entendida como un
problema de causas globales, ajenas a las
condiciones estructurales de manejo hídrico
y de uso local de los ecos temas que proveen
el recurso.
Son pocos los problemas que supuestamente
se originan por causas personales (erosión de
tierra) o de responsabilidad pública
(basurales), antes bien, la mayoría se
concentran en el plano local, y en el ámbito
privado. Se resume que algunos problemas al
ser reconocidos más fácilmente por la
población, como por ejemplo una evidente
alteración ambiental por contaminación
(Figura 8) o sobreexplotación de ciertos
recursos (Figura 9), frente a la presencia de
agentes económicos que generan
externalidades no del todo evidentes, pero
incluso más perjudiciales, como por ejemplo
la sustitución del bosque nativo por
monocultivos forestales de eucaliptus, o la
extracción de pompón en áreas que
presentan escases hídrica en la época estival,
sobre todo en la zona centro y norte de
Chiloé.
Figura 8. Fuga de tubo de descarga de aguas servidas
de Curaco de Vélez
Colección CECPAN (2013)
Figura 9. Contaminación en nidos de cisne de cuello
negro, sector Huite, comuna de Quemchi
Coleccción CECPAN (2014)
Inclusive, pocas personas otorgan
responsabilidad a las autoridades encargadas
de fiscalizar o regular el uso de los
humedales costeros. Probablemente, esto se
deba a la falta de conocimiento de la
legislación vigente, de las atribuciones que
posee la ciudadanía en cuanto a denunciar
malas prácticas y co-fiscalizar junto a
distintos organismos del Estado las malas
prácticas. Reconociendo la población esta
carencia como “falta de educación,
fiscalización, legislación y cultura” (aunque
en una medida minúscula).
En el humedal de Quilo, la población
identificaba la potencial instalación de la
Industria eólica en Mar Brava como un
problema que afecta a su calidad de vida,
aunque no exclusivamente como un
conflicto socio ambiental (INDH, 2012), al
que incluían dimensiones laborales,
ideológicas, e indígenas.
Por sobre los conflictos socioambientales, el
rol de las empresas privadas y la acción
individual aparecen como los principales
responsables de los problemas ambientales
Jorquera / Compilación de resultados EPSACH, 2012-2014
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de estos sectores y en general de todo el
archipiélago (Tabla 3).
Discusiones
A nivel internacional, existen importantes
aportes al estudio de la percepción
socioambiental, destacándose los casos del
Ecobarómetro de Andalucía (IESA-CISC,
2011), los indicadores socioambientales de
Bogotá (Guttman et al. 2000), la percepción
socioambiental en Bahía (Araújo et al. 2012),
y la percepción de comunidades indígenas
en la comuna de Pica (Avilés, 2010), que
parece ser el único ejercicio de percepción
socioambiental de humedales en Chile.
Se reconoce el esfuerzo de distintos equipos
profesionales por interiorizar la mayor
calidad en contenidos, frente a esta temática
tan amplia, pero las mismas limitantes en
todos los casos: el alcance de la muestra, en
el caso de hablar de representatividad
territorial, y la dimensión de análisis, algunos
centrándose más en la contaminación otros
en ciertos ecosistemas.
Tabla 3.Problemas ambientales y principal responsable o causa reconocida en Chiloé
Elaboración propia.
Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(1): 14-29 (2015)
26
Hay que reconocer cómo aquellos estudios
de más larga trayectoria han logrado cierto
reconocimiento que les permite respaldar
solicitudes de financiamiento, o incluso,
constituirse como parte de las políticas
públicas a diferentes escalas de gobierno. En
este sentido, cabe destacar la cercanía que
tienen los estudios de percepción
socioambiental con las consultas ciudadanas
que se han realizado en diversos países a la
hora de destinar recursos fiscales a través de
presupuestos participativos, manteniéndose
Brasil en la vanguardia latinoamericana
desde 1989 (Rendón, 2006).
Si se quisiera incorporar la percepción
socioambiental en los instrumentos de
planificación territorial, los municipios de
Chiloé deberían priorizar el foco sobre los
ecosistemas más degradados y los más
emblemáticos, así como también en las
comunidades rurales más aisladas, por
ejemplo en las islas menores del
Archipiélago.
En el caso del EPSACH, en los últimos tres
años, se constata que la noción de
problemáticas ambientales, no se vincula
necesariamente con los deberes legales de
las instituciones públicas, o con el efecto
solapado de las actividades humanas sobre
determinado ecosistema, antes bien, la
escasez de agua, el manejo forestal, y la
gestión de los residuos domiciliarios, parecen
temas ajenos a la normativa vigente y que en
palabras de los propios entrevistado “cada
quien debe ver cómo lo resuelve”.
Este tipo de interpretaciones sobre la relación
entre naturaleza-sociedad, son parte de una
discusión pendiente de lo que hoy acontece
en Chiloé, en la reconstrucción de un tejido
social y una transición demográfica entre los
tres tipos de población rural que habitan y
trabajan en cercanías de los humedales
costeros:
a) Descendientes del siglo XX, que
nacidos en esa época y heredando la
cosmovisión del XIX, privilegian una
visión del medio ambiente como
despensa o fuente de recursos.
b) Reformistas oportunistas, que
apelando a la transición democrática
del país, y a las nuevas instancias
legales, mantienen actitudes
paternalistas, en su extremo
asistencialistas, que ven en la
situación ambiental local, un
problema de administración de la
rentabilidad y, por lo mismo, un
problema individual.
c) Contextuales globales, que evitando
pertenecer a las colectividades
locales, y teniendo pleno
conocimiento de la situación
ambiental a nivel internacional y
local, se desmarcan de participar
activamente en su solución, ya que
por diversos motivos, no pueden ser
parte del modelo de explotación,
pero tampoco cooperar con las
instancias de planificación del Estado,
porque según ellos son: “inoperantes,
corruptas, coludidas con las
empresas”, entre otros.
Ante esta tipología, cabe preguntarse si es
posible constituir una cuarta etiqueta que, sin
mayor preámbulo, que no espere la aparición
de consensos que no se darán en el campo
de la lucha por los intereses particulares,
pero que tampoco se absuelva en la reflexión
permanente de un modelo ideal que aún no
llega.
Jorquera / Compilación de resultados EPSACH, 2012-2014
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Conclusiones
Desde el trabajo desplegado por el equipo
investigador, especialmente a la hora de
compartir apreciaciones con las personas que
formaron parte de la muestra, cabe señalar
que:
Respecto a la Metodología, la técnica del
cuestionario debe mejorarse incorporando
otros tipos de categorías de respuesta, tales
como dibujos o esquemas, ya que la
consecuencia menos favorable para la
interpretación de los resultados, se
comentaba entre los encuestadores como la
divergencia a la hora de interpretar diversos
significados para un reducido grupo de
personas del mismo sector rural para un
mismo concepto.
En este mismo sentido, las categorías de
Conocimiento, Valoración e Iniciativa
pueden resultar imprecisas a la hora de
analizar la percepción de esta población
sobre su medio, ya que la principal
diferencia entre las respuestas de un año u
otro, no tenían que ver con la aparición o
persistencia de un determinado problema
ambiental, sino más bien con la
interpretación de cómo afecta dicho
problema a los intereses de las personas y
desde ahí a la relación que este construye
con su colectividad.
Entre las estrategias posibles para mejorar
este tipo de investigaciones se destaca la
vinculación entre lo audiovisual y lo textual,
a la hora de evaluar la Valoración. Sin
considerar efectivamente el Conocimiento y
la Iniciativa, se presume que, al adoptar
mecanismos de información ambiental
permanente, es posible socializar de mejor
forma aquellos datos que son útiles para el
manejo de bienes naturales, por ejemplo el
volumen de extracción forestal predial, o la
disponibilidad hídrica anual, mediante
monitoreos mensuales o trimestrales.
En el caso de los humedales costeros, es
posible que las opciones de una nueva
racionalidad ambiental, el aprovechamiento
de las herramientas de tecnologías del siglo
XXI y una mayor cooperación entre actores
movidos por intereses en común permita
permear procesos de asociatividad que
recojan los destacados reconocimientos que
han acumulado estos ecosistemas en los
últimos años, para que la ciudadanía misma
pueda reinterpretar la relación que construye
con ellos.
Sin embargo, en el corto plazo, no se
advierte la aparición de alianzas entre los
actuales estudios ambientales de humedales
costeros, y las organizaciones sociales
locales. Por cierto que el tratamiento de
medios de comunicación locales resulta
somero, y podría ser mucho mejor
aprovechado, como cuando los diarios o
radios de alcance comunal/provincial
convocan a la ciudadanía a reflexionar y
actuar sobre lo que ocurre en su territorio,
donde potencialmente podrían exponerse
mejor las propias percepciones de la
ciudadanía.
En 1994, Sabatini esgrimía que ante esta […]
sociedad pre democrática sin la capacidad
para constituirse como actores autónomos
respecto del Estado y los partidos políticos, y
sin un grado mínimamente aceptable de
descentralización política, no parece posible
que las comunidades puedan acumular
suficiente fuerza como para provocar la
Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(1): 14-29 (2015)
28
negociación ambiental formal […] (Sabatini,
1994), allí donde las comunidades se
enfrentaban a desafíos que superaban sus
capacidades. Seguramente, justamente la
clave de pensar y hacer una mejor
ciudadanía, en relación al medio que habita,
sea no considerándola como aislada frente a
otro opuesto, sino como un conjunto de
comunidades que habita una región
patrimonial, donde existe una red de
humedales costeros de características
similares, donde que todos podrían resultar
beneficiados de su protección.
La principal limitante a la hora de estudiar la
percepción socioambiental en ecosistemas
híbridos como los humedales, tiene relación
con la forma en que se interpreta lo que la
persona entiende por “Causa” y
“Responsable”, por ejemplo: “Todos los seres
humanos consumen energía eléctrica, pero
no todos son responsables de la instalación
de una termoeléctrica para generarla”.
En Chiloé, parece dominar una percepción
de las causas, asociada a la situación
internacional, al gobierno central, a las
empresas, o incluso al clima, pero cuando se
trata de responsabilidades, la noción se hace
difusa, y pareciese que la soberanía de la
propia tierra que se pisa es más una ilusión
legal que una realidad efectiva. Es evidente
que las personas que respondieron el
cuestionario, tienen más incorporada la
definición de propiedad privada que de
soberanía colectiva del territorio que ocupan
sus ancestros hace 5000 años o más.
Para relevar la importancia del archipiélago
en su conjunto, sería deseable extender el
estudio a una población efectivamente
representativa del archipiélago, aunque
probablemente, la población de algunos de
sus humedales costeros nos haya permitido
tener una idea de lo que se podría enfrentar
con un estudio mayor.
Agradecimientos
Se agradece a quienes participaron como
voluntarios en los trabajos en terreno.
Además, se invita a todas las personas
interesadas en participar de las próximas
versiones a contactarse con el equipo
CECPAN.
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