Alquimia Celta
Principios del desarrollo de la Alquimia Celta
Uno de los principios básicos de la Ciencia Alquímica es la conjunción, la
unidad, la conexión de todas las partes de un Conocimiento Universal. En este
sentido, la herencia de los celtas es un tesoro excepcional. Ellos mostraron al
mundo el valor del conocimiento sistemático de la Alquimia como una ciencia
global, unificadora, que sintetiza y crea lo nuevo. La Alquimia Celta es un
fenómeno supra-cultural, que reúne los patrimonios religiosos, educativos,
históricos y culturales de muchos pueblos. Los celtas han creado un enfoque
único para la comprensión del mundo a base de actuar en él.
De hecho, ellos iniciaron lo que se conoce como Alquimia en las tradiciones
árabes y europeas. Y teniendo en cuenta que los celtas tenían conexión con el
Taoísmo, podemos hablar de un formato común de la Alquimia que reúne las
ramas asiáticas, árabes y europeas.
La formación y el desarrollo de la Alquimia Celta es un proceso que tiene un
lugar especial en la historia de la humanidad. ¡Íberos, Ligures, Pictos, Dorios,
Arios, Belgas, Britanos, Ilirios e incluso los Hiperbóreos, los fabulosos
habitantes de la Atlántida... y esto no es una lista completa de los antiguos
pueblos y culturas que han influido en su formación!
Tal vez ninguna otra cultura del mundo ha absorbido tal cantidad de
conocimientos como la celta. Migrando constantemente e interactuando con
diferentes pueblos, los celtas desarrollaron principios, que posteriormente
determinaron la naturaleza de la Alquimia Celta como ciencia de la
Proporción, el Ritmo y el Llenado. A esta enseñanza también se le llama “La
Ciencia de los Seis Rayos”.
La Ciencia de los Seis Rayos es una enseñanza sobre la evolución de los seres
vivos. La agregación de las moléculas de agua, como diríamos hoy, era el
conocimiento más interesante de los antiguos celtas. Ellos llegaron a la
conclusión de que el modelo del agua en sí es algo acabado. La capacidad de
agregar capas a la agregación da la posibilidad de obtener otro modelo más
complejo, que cuando se implanta en el cuerpo humano puede ser usado para
reemplazar el modelo existente.
Esto se hace en un cierto estado de tensión, en el cual la molécula no puede
comportarse de la forma en que se comporta en estado de quietud. Esto, de
hecho, es un embrión nuevo con una cierta concentración de moléculas de
agua. En total debe haber seis (divergentes). Así se logra no sólo una nueva
fuerza, sino la capacidad de asimilar los elementos más complejos como, por
ejemplo, los cristales.
La creación de una forma hexagonal permite lograr el cambio máximo, que es
el objetivo de la Alquimia Celta. Esto produce una transformación similar a la
formación de vapor, cuando lo sólido se vuelve volátil.
Hay que ser capaz de retirar el cuerpo de las condiciones limitadas. En
realidad, toda la cultura Celta es un intento de ir más allá de este estado límite.
Al igual que un buen cóctel, la cultura Celta ha incorporado un conjunto de
ingredientes de la mejor calidad y en su núcleo es una verdadera Alquimia.
¿Quién es hoy el sucesor de la tradición Celta? ¿Los Bretones, los galos, los
habitantes del condado de Cornwall, los escoceses, los irlandeses, los
habitantes de la Isla de Man u otros? No hay una respuesta singular a esta
pregunta, pero sí podemos decir que los Celtas son un fenómeno múltiple que
ha tenido un impacto significativo en el desarrollo de toda la cultura europea.
El esquema de los lugares donde los celtas vivían, se expresaban y
consolidaban, se parece a un caldero hirviendo. En el primer milenio antes de
Cristo, los celtas habitaban las zonas de las cuencas de los ríos Sena y Rin, en
el curso superior de Danubio. Las tribus célticas más grandes eran los boyos,
los helvecios, los belgas, los sécuanos y los eduos. A continuación, el área de
su asentamiento se amplió y los celtas se asentaron en los territorios actuales
de Francia, Bélgica, Escocia, Austria e Italia del norte. También poblaron la
Península Ibérica, las Islas Británicas, territorio Checo, Hungría y los Países
Bajos. Como vemos, los territorios relacionados con la actividad de los celtas
son muy extensos. Y si a esta lista añadimos además América y África,
entonces resultará que, en general, es difícil encontrar un lugar en este mundo
que no esté relacionado con los celtas.
Una de las leyendas sobre el descubrimiento de América dice que
precisamente los celtas fueron los primeros de entre todos los europeos
quienes entraron en contacto con las civilizaciones antiguas de América, lo
que enriqueció la Alquimia Celta con nuevos conocimientos. Además, los
descubridores y conquistadores oficiales de América, Colón y Cortés tenían
relación con las Órdenes de Caballería, de las cuales adoptaron muchos de los
principios de la Alquimia Celta (Colón con los Templarios y Cortés con los
franciscanos). Los celtas se relacionaron con los conocimientos de la magia
africana a través de la tribu de los íberos, que llegaron desde África del norte y
se fusionaron con los celtas pirenaicos. De esta fusión, surgió una nueva tribu:
los celtíberos que lucharon contra Roma en los ejércitos de Cartago.
Precisamente los íberos introdujeron en la Alquimia Celta el conocimiento del
ritmo.
Los celtas
El nombre de los pueblos podría variar según el lugar del asentamiento, pero a
pesar de todo, los celtas tenían una forma común de denominación que
tomaron de los griegos: “celtas” del vocablo Keltói. Los romanos que
conquistaron a los celtas en la mitad del siglo I a.C., los llamaron “galos” (en
latino Galli). Aun sin ser antigua, la cultura celta interactuaba estrechamente
con los estados antiguos. La etnia celta estaba compuesta de varias tribus, pero
al mismo tiempo todas ellas estaban unificadas por el arte de la construcción
de su propia cultura, basada en los conocimientos de las proporciones
geométricas, “atando” el espacio y entrelazando patrones.
El Arte de la transformación
Toda la Alquimia celta puede ser mostrada como un Arte de conservación de
lo Rojo – o Cinabrio, una sustancia que se puede transformar para obtener
cierta fuerza. El dominio del Arte del cinabrio daba la posibilidad de influir en
la calidad de la energía en el proceso de su modificación. Gracias al Arte de la
conservación de lo Rojo, podían transformarse las propiedades de la energía
hasta su completa materialización.
Tanto en las lenguas indoeuropeas antiguas, como en los idiomas británicos
contemporáneos, el vocablo “rojo” tiene la misma raíz. En ingles es “red”, en
bretón es “ruz”, en el británico antiguo es ·rud·, en galés es “rhudd”, en
irlandés es “ruadh”, en el irlandés antiguo es “ruad”, en el protoindoeuropeo
es “reudh” y en sánscrito es “rudhira”.
En el mundo cristiano, el color rojo relacionado con el cinabrio, empezó a
percibirse como algo negativo, no controlado y que reforzaba las cualidades
débiles de la gente. Creían que el color rojo intensificaba todo lo negativo,
igual que una tormenta, especialmente si la persona no era capaz de controlar
la fuerza transformadora del cinabrio. En las épocas del cristianismo, el color
rojo se convirtió en símbolo del diablo como un indicio de que uno podía
obtener la fuerza sólo de Dios, pero no por dentro. De esta manera, el color
rojo era, por un lado representante de criaturas infernales, pero por otro, era
símbolo de poder y fuerza. No es de casualidad, el hecho de que la gente que
ha nacido pelirroja se percibía por los celtas como representante del Otro
mundo.
Símbolos y formas de transformación en la Alquimia Celta
El símbolo principal de la Alquimia celta es el Caldero que lo crea todo y que
está gobernado por el dios Dagda y bien escondido en la isla de Man, al lado
de la costa norte de Gales. El Caldero simboliza el poder y el proceso de la
transformación, como también la fuente oculta del conocimiento, alrededor de
la cual surgen todos los procesos relacionados con el cambio alquímico. Al
igual que el Santo Grial, el Caldero resucita los muertos y alimenta los vivos.
El dios Dagda es el protector principal de la Alquimia Celta. Junto con el
Caldero que todo lo crea, uno de los símbolos primordiales de la Alquimia
Celta, es la garrote de Dagda, gobernante de la vida y de la muerte. Poseedor
de conocimientos poderosos, Dagda protegía los laboratorios especiales de los
celtas situados en las colinas maravillosas, Sidh, donde se realizaban las
transformaciones alquímicas. Los Sidh (“túmulo”, “colina”, en celta) se
consideraban como posesión de los dioses y estaban relacionados con el
mundo subterráneo. Posteriormente, el vocablo “Sidh” empezó a significar
“convento de Dios”.
La Alquimia Celta estudiaba el proceso de la transformación de cualquier tipo
de formas del mundo material, incluso de los colores y los sonidos. La forma
más significantiva, símbolo del proceso de transformación, era el color. Los
tres colores básicos eran blanco, negro y rojo. El color blanco simbolizaba el
movimiento, el color negro, la quietud y el color rojo, la fuerza interna y la
transformación.
Después del color, las formas de transformación principales en la Alquimia
Celta, se consideraban el sonido (ritmo), el objeto, el personaje y la ropa.
Luego vienen algunas partes del todo, incluso las partes del cuerpo. De esta
manera, el culto de la cabeza decapitada estuvo relacionado con la admiración
de la parte que vive separada del conjunto. Hoy en día, en el tallado
tradicional de la calabaza para la fiesta de Halloween, nos encontramos con
las huellas que nos llevan al culto de los celtas hacia la cabeza como un trofeo
que protege del mal.
Halloween es una fiesta que se celebra en la noche de 31 de octubre, la
Víspera del Día de Todos los Santos. El festejo se asocia con brujas y
hechiceros, que según la leyenda, durante esta noche andan libremente entre la
gente. Halloween hereda la tradición de marcar la fiesta antigua celta
Samhain, celebrándolo el 01 de noviembre, que según el calendario celta es el
inicio del Año Nuevo.
Samhain es una de los festejos célticos más importantes. La consideraban
como una fiesta campesina e indicaba el final de un ciclo agrícola y el
comienzo del nuevo. Samhain se consideraba como el momento en el que
desaparece el límite entre el mundo de los seres humanos y el otro mundo.
Creían que en este día, los espíritus podían visitar a los seres vivos y ellos, a
su vez, podían ir al otro mundo. En esta celebración los druidas encendían
fogatas rituales, lo que, probablemente señala la relación de esta fiesta con los
tiempos del culto al Sol.
El concepto del Ritmo alquímico, uno de los principales en la Alquimia Celta,
al principio se convirtió en un culto hacia el desarrollo (el crecimiento) y
después también en un culto hacia la celebración. Del Arte de escuchar y el
trabajo con el ritmo, surgió el Arte de la música, la danza, la poesía, de la
interacción, surgieron las artesanías y las celebraciones de las estaciones: los
puntos de los cambios energéticos en el espacio, relacionados con el ritmo. El
panteón celta de los dioses también expresaba un determinado ritmo
alquímico, conjunto de vibraciones vitalmente importantes, cada una de las
que fue representada por un determinado dios.
Lo mismo pasó con los espíritus de la naturaleza: la vegetación y los animales
sagrados, que junto con el desarrollo del panteón céltico de los dioses,
empezaron a ser percibidos como fuerzas poseedoras de determinadas
cualidades.
El panteón de las deidades celtas es bastante diverso y a veces parece muy
confuso. Probablemente, algunos de los dioses en algunas ocasiones cumplían
únicamente con funciones locales y fueron considerados por los celtas como
conceptos temporales. A menudo, las deidades mencionadas
“multifuncionales” no eran más de una docena y entonces, igual que el resto
de los dioses, se citaban muy raras veces. Con el desarrollo del concepto
religioso de las determinadas fuerzas, los fenómenos naturales y los animales
obtuvieron un estatus divino. La fabricación de armas también era parte de
cierto culto y se convertía en un ritual. La creación de todos estos cultos
nuevos atribuyó al aumento y el fortalecimiento de los territorios dominados
por los celtas en el proceso de su transformación.
Brigid, la diosa de la fertilidad y el ritmo, hija de Dagda, manejaba las
transformaciones alquímicas del Ritmo. Un lugar central en la Alquimia Celta,
tomaba la Colina de Tara (Sidh Brung), como un símbolo del fuego y el río
Boyne, como un símbolo del agua. Boyne es la esposa alquímica de Dagda.
De Dagda, los conocimientos de la Alquimia Celta pasaron al dios del amor
Óengus (Mac Óg), el dios del mundo subterráneo Midhir, el dios del mar Lir y
su hijo Manannán (la isla Man lleva su nombre). Luego, el heredero de los
conocimientos de Dagda se hizo Bodb Derg (Bodb el Pelirrojo), dueño del
laboratorio subterráneo en las montañas Gelta y Lúgh Derg, donde se
realizaban las distintas transformaciones alquímicas.
La Colina de Tara, una zona antigua desde la época neolítica, está situada en
el condado irlandés de Meath. Fue construida alrededor del año 2000 a.C. A lo
largo de muchos siglos, esta colina fue el lugar sagrado principal de Irlanda, el
centro religioso y político más grande de la isla. Hasta el siglo XII, era capital
de Irlanda. Precisamente en este lugar estuvo situada la residencia de los
dioses de la tribu de la diosa Danu y la corte de Conchobar Mac Nessa.
El dios del mundo subterráneo Midhir, dominaba conocimientos acerca de los
“tres llenados”, representados por las tres vacas mágicas: llenado con líquidos,
con alimentos y con acciones. Bajo el dominio de Midhir estuvo también el
Caldero mágico y los tres factores del deseo: querer, no querer y no saber qué
querer.
Manannán era el guardián de la espada amarilla maravillosa y el venablo rojo,
la espada del Vengador, la espada del Gran Poder y la espada del Pequeño
Poder. Bajo su dominio estuvo también un barco que se movía según la orden
de los pensamientos y un caballo precioso que se movía como el viento.
Manannán dominaba hechizos mágicos y el arte de ser invisible. También
poseía conocimientos acerca del consumo de ingredientes alquímicos que
junto con el ale mágico del dios herrero Goibniu, dotaban a los seres de
juventud eterna e inmortalidad. Manannán era el poseedor de la capa mágica a
la que le atribuían distintas capacidades mágicas.
Debido a la migración constante de los celtas, se modificaba el ritmo de su
vida, por lo tanto, cada tribu formó su propio panteón, aunque se conservaron
también los principales, los dioses axiales, que poseían unas características
colectivas y una gran cantidad de funciones. No es de extrañar que en la
historia celta, con el paso del tiempo, aparecieran tales personajes como el
Rey Arturo, el mago Merlín, Tristán e Isolda, el Rey Lear. Todos ellos
representaban unas imágenes colectivas del guerrero celta, del alquímico
celta, de la mujer celta, demostrando, de esta manera, las cualidades
peculiares de la cultura celta, cualidades de los vínculos y la síntesis.
Geis
El estilo de la narración y el carácter de los personajes del Ciclo Osiánico, se
distingue de los tiempos de Cú Chulainn. En estos relatos se presta más
atención a las vivencias del alma de la gente como un proceso de
transformación interna. Este mismo período está relacionado con el proceso
de formación de las funciones de los geis, reglas y normas individuales de
comportamiento que reglamentan la vida del ser humano y que son como la
versión celta del tomar votos. Así, por ejemplo, al héroe de la épica Cú
Chulainn se le atribuía ser responsable de su habla, tuvo prohibido ayudar a
las mujeres, comer carne de perro y dejar a alguien pasar por las tierras
gobernadas por él sin su consentimiento. Los geis eran creados por sacerdotes-
druidas y se fundaban en principios macrocósmicos, que se manifestaban en la
vida cotidiana.
Desde el punto de vista de la Alquimia Celta, el significado particular de los
geis consistía en la generación del esfuerzo interno, cuando la persona no
simplemente asume algunas obligaciones, sino que está obligado a
mantenerlas en la mente constantemente y perfeccionándose durante su
ejercicio. Era incorrecto considerar los geis sólo como cierta forma de tabú,
dado que al seguirlas se requería su comprensión interna y no simplemente un
complimiento a ciegas de las prohibiciones. Sin ser algo abstracto, los geis
realizaban una función importante, ayudando a la persona a establecer
conscientemente un vínculo con su mundo interno y además guardaban el
secreto de las partes fuertes y débiles del individuo. El nombre de la persona
también era una de las formas de los geis y no debería ser pronunciado y
explicado a ignorantes. La pérdida del control sobre los geis, significaba
perder fuerza y energía que llevaba a una debilidad física.
Posteriormente, los principios de los geis fueron heredados por una gran
cantidad de órdenes de caballería y en los Templarios obtuvieron un
significado peculiar. Se podía conservar a lo largo de muchos siglos el orden
en las Órdenes a través de los códigos internos compuestos de geis.
De esta manera, la Alquimia Celta estableció una escala específica de valores
morales basadas en la fuerza, la ley y los principios que eran establecidos con
el fin de perfeccionar cualitativamente la persona concreta y la acción
concreta. La violación de la ley siempre llevaba a un fracaso, era una
destrucción de las partes del universo.
Principio de los vínculos
Con el paso del tiempo, los vínculos internos se materializaban externamente.
Es decir, al principio los enlaces energéticos internos se proyectaban en la
vida externa y le servían de apoyo, después se forman también los enlaces en
un nivel externo, más material y rústico. Asimismo, incluso las construcciones
o los paisajes naturales era considerado por los celtas como parte del espacio
en el que eran creadas las condiciones especiales para poder realizarse
determinadas transformaciones energéticas, por ejemplo, el castillo (“dun” en
gaélico) simbolizaba el fortalecimiento de la energía y los valles (“magos” en
gaélico) simbolizaban la dispersión.
Todas las acciones de los celtas, desde la conquista de tribus vecinas hasta la
construcción de sus propias casas o centros de rituales, era inscrito en el
proceso ordenado de la transformación y la formación de su propio espíritu. O
sea, los cambios energéticos internos en una persona se consideraban como un
proceso de aumento, o al revés, pérdida de la fuerza del espíritu. A menudo,
estos procesos se relacionaban con la cueva o el lugar donde vivía el oso
(artos, en gaélico).
“Art” en gaélico también significa “dios” y “artaios” significa, “cambio”.
Los símbolos y las formas que realizaban el principio del vínculo en la
Alquimia Celta, eran las piedras (posteriormente, el árbol), que poseían una
estructura cristalina capaz de transformar y cambiar. Desde los tiempos más
remotos, las piedras eran aquellos nudos de conocimientos, los cuales
absorbían la fuerza del lugar donde estaban. Atribuían a las piedras distintos
papeles según su estructura cristalina.
Pero, a pesar de todo, los geis del Arte de las acciones se convirtieron en el
aporte principal de la Alquimia Celta a la cultura humana. Precisamente con
su ayuda se realizó la concepción de las tareas planteadas para la humanidad y
el individuo. Y, lo que es bastante importante, precisamente los geis están en
los fundamentos de todas las normas que regulan la vida de los seres humanos
también en la actualidad.
Historia y sistema de la educación alquímica de los celtas
Como ya hemos mencionado, la Alquimia celta se ha formado a través de la
síntesis de una gran cantidad de culturas, debido a esto, por un lado, se puede
relacionamos su historia con las Islas Británicas y, por otro, con toda la de la
humanidad, ya que fue transformada muchas veces y hoy en día es difícil
decir qué es lo primordial en ella.
Los celtas aparecieron en el territorio de las Islas Británicas alrededor del
siglo IV a. C. Después de su mezcla con las tribus locales, surgió un nuevo
tipo de celtas. Empezaron a construir centros educativos según su
comprensión druida-sacerdotal del desarrollo. Como resultado, desarrollaron
un sistema mágico poderoso, basándose ya sea en los conocimientos
existentes, o en los adquiridos durante los intentos de alcanzar la inmortalidad.
Los celtas de las Islas Británicas sintetizaron los conocimientos de los
pitagóricos, los arios, los íberos, los normandos y las tribus locales, lo que les
ayudo a crear un sistema de creencia coherente relacionado con la
inmortalidad.
Los druidas crearon unos centros de educación especiales, entre los cuales los
principales fueron el centro de la isla de Iona, la colina de Tara, y Oxford.
La isla de Iona es una de las islas Hébridas, situada al lado de la costa norteña
de Escocia. La isla fue regalada por el rey de Dál Riata, Conall mac Comgaill
(558-574) a San Columba para fundar un monasterio. La isla se convirtió en
una base particular que dio la posibilidad a la Iglesia cristiana de realizar la
cristianización de toda la Britania del Norte bajo la dirección de San Columba,
San Aidan (que en el año 635 fundó el monasterio en la isla Lindisfarne en el
condado Northumberland al norte de Inglaterra).
San Columba (543-615) es una figura principal en la difusión del cristianismo
de tipo irlandés, no solo en el territorio de las Islas Británicas, sino que
también en la mayor parte de Europa occidental. Llevando una vida ascética,
él era, ante todo, un celta, es decir aun sirviendo bien a la causa de Cristo, no
negaba el paganismo y los conocimientos de la Alquimia Celta, sino que al
revés, los puso al servicio de un asunto al que dedicó su vida.
La educación en las instituciones creadas por los celtas duraba 20 años, en los
que se deberían aprender 20 000 versos. En el sistema de educación, hubo
cuatro etapas de transición. Tres de ellas eran relacionados con distintos
períodos del perfeccionamiento y una de ellas no tuvo nombre. Los druidas
seguían estrictamente la calidad y el concepto de cómo se debe absorber el
conocimiento.
La educación consistía en etapas llamadas Yr Graddfeydd en Gales o Aradach
Fionn en Irlanda. Cada nivel representaba un patrón específico que se fijaba
por la escritura Ogam. Un año correspondía con la creación de un patrón, lo
que simbolizaba la absorción de distintas artes y hábitos que aprendían.
El dios de la literatura y el arte de la oratoria, Ogma (también Grianainech (la
Cara del Sol, en gaélico) y Milbél, (el elocuente, en gaélico), se considera
como el creador del alfabeto céltico Ogam, la forma de escritura más antigua
de Irlanda. Externamente la escritura Ogma era un tipo de grabado en
monumentos de piedra verticales y muros. Los signos que marcaban las letras,
se representaban como puntos o muescas inclinadas.
Esta imagen pertenece al sistema de escritura Ogma, llamada en galés Yr
Graddfeydd (“Escalera”, en galés) o Aradach Fionn (“La Escalera da Fionn”,
en irlandés).
Del mundo que está más allá de los límites del tiempo,
De vez en cuanto caen sombras,
De la belleza, más antigua que la Tierra,
El alma puede subir por la escalera.
Yo subo por la escalera de Fionn,
al testigo más antiguo que el tiempo.
Estas líneas se refieren a la Esclarea de Fionn. Cada escalón era una lección
aprendida o nueva etapa de la vida. El propósito principal de la vida era el
perfeccionamiento constante. El concepto druida de la transmigración del
alma, está representado por una serie similar de lecciones dentro de una
cadena de renacimientos. Según algunas fuentes celtas, el renacimiento del
alma se realiza subiendo escalones, y cada renacimiento la lleva más cerca del
Espíritu Verdadero. Según otras fuentes, el renacimiento de una persona se
realiza en sus descendientes.
La civilización celta es la más antigua entre las culturas-matriz europeas, es
decir, las que se han formado en el nivel de todas las instituciones de
desarrollo necesarias: religioso, social, educativo y financiero. A veces, queda
la impresión de que una de las tareas de la Alquimia Celta consistía en los
intentos de comprender y mantener cierta fuerza (de esto, de hecho, da
testimonio también el ritual de la caza de manzana). En la Alquimia Celta, el
principio de las acciones posee un significado peculiar, considerado como un
acto independiente o inscrito en el algoritmo de otras acciones. Este principio
se desarrollaba en los Fianna, una casta específica de celtas, que dominaban
distintas aspectos del conocimiento. Los Fianna, prestaban peculiar atención
en el desarrollo individual de la energía a través de varias técnicas de
transformación, desde el dominio del arma, hasta la toma de elixires y
pociones. Este enfoque conceptual hacia la educación era una metódica
adaptada al desarrollo de las capacidades del organismo.
El proceso del manejo de la Alquimia se conectaba con los conocimientos que
se correlacionaban con otros espacios y mundos, como, por ejemplo Atlántida.
Suele considerarse tradicionalmente que las raíces del druidismo, es decir, el
arte celta de magias y la institución del sacerdocio, provienen de la costa oeste
de Gales, que estuvo relacionado con Atlántida. Se cree que los conocimientos
sacerdotales verdaderos de los celtas provienen del Clan de Pheryllt, que
creaban centros sacerdotales. También atribuyen a los Pheryllt el arte de la
creación del “lei” (carretera de roble, en gaélico), por los que pasan las líneas
fuerzas poderosas de sus laberintos. En la cima de la colina Tor en
Glastonbury, ellos crearon el anillo del Sol. Todos los anillos celtas se
consideran como Soles, incluso también la Roca Suprema, situada en la cima
de Tor.
Los Pheryllt (en gaélico), son los sacerdotes antiguos de la Atlántida.
Después de su desaparición, los Pheryllt se fueron a la cosa oeste de Gales y
empezaron a crear nuevos conocimientos, conocimientos de la nueva era que
se fundaron en la base de la Alquimia Celta. Precisamente los Pheryllt están
relacionados con las construcciones desde las épocas del megalítica, como
por ejemplo, Stonehenge, la Colina de Silbury, Castillo de Glastonbury,
Newgrange, Callanish y otros. Probablemente, el centro principal de los
Pheryllt está situado en la zona de Glastonbury, el lugar sobre el que eleva la
Colina de Tor.
Stonehenge es una construcción antigua, situada en el condado de Wiltshire,
sur de Inglaterra. Consta de unas megalitos, que forman un círculo cerrado y
simbolizan el modelo del Sistema Solar. La creación de Stonehenge en el
umbral entre la Edad de Piedra y la del Bronce, coincidió con el tiempo del
auge de la civilización minoica en la isla de Creta. En el pasado de
Stonehenge se pueden observar claramente varias etapas de construcción,
separadas una de otra por milenios. Durante el primer período (alrededor del
año 3100 a. C.), fué excavado un foso y fue colocado un muro interior en
forma de círculo, fuera del lugar donde estaban la Piedra de Talón o “el Talón
del sacerdote corriendo” y adentro se situaron unos hoyos para sacrificios,
posicionados en círculo a una distancia igual uno del otro. Más tarde, en el
espacio interior del muro eran puestas unos bloques de dolerita de color azul
claro en la forma de dos círculos concéntricos. Estas piedras llegaban a 8
metros de altura, cada una pesaba alrededor de 50 toneladas (los
investigadores constataron que fueron tomadas de la parte oriental de Gales, a
una distancia de 380km., dado que no existía más cerca una cantera de rocas).
Stonehenge se compone de cuatro grandes círculos de piedra. El círculo
exterior está representado por unos bloques colocados verticalmente en cada
uno de los que está acostada una losa de piedra plana, conectada con el resto
de las losas en un anillo unido. Cada pilar pesa aproximadamente 25 toneladas
y la losa, como 700 kilogramos. En el segundo círculo están unas pequeñas
piedras-menhir sueltas. El tercer y el cuarto círculos no cerrados, son un grupo
de piedras que se asemejan a una herradura.
Silbury Hill, la más grande entre las colinas antiguas, creadas por las manos
del hombre, está situada en el condado de Wiltshire, sur de Inglaterra. El
método de datación radiocarbónica constató que Silbury Hill fue construida
aproximadamente 2500 años a. C. La altura de la colina es 40 metros.
Newgrange es una construcción megalítica en el territorio de Irlanda, cubierta
de cuarzo blanco, que refleja la luz solar. Todo el diseño de Newgrange, está
orientado al día del solsticio de invierno. Se cree que este complejo fue
construido alrededor de 3500 años a. C. En las piedras siguen conservados los
antiguos signos y símbolos alquímicos.
Callanish, “la ciudad de los Dioses” está situado en la isla de Lewis, cerca de
la cosa noroeste de Escocia. Es uno de los centros rituales más importantes de
la antigüedad. En Callanish se han conservado unas construcciones formadas
de enormes bloques de piedra levantados en la forma de una cruz dentro de un
círculo. Uno de los ejes del complejo está orientado a la salida y la puesta del
sol de los días de los equinoccios otoñal y primaveral. La época aproximada
de creación de la ciudad es 3000 años a. C.
La Abadía de Glastonbury está situada en el condado de Cornualles, suroeste
de Inglaterra. Su primer iglesia, fue construida allí en el siglo II y luego se
convirtió en la abadía más grande en el territorio del Reino Unido. Según la
leyenda, después de la crucifixión de Jesucristo, a este lugar arribó su tío José
de Arimatea, un comerciante rico que trajo consigo la copa del Santo Grial
con la sangre de Jesús crucificado. En aquel lugar, se construyó la Iglesia de la
Virgen María (Madre de Jesús), y la copa del Grial fue enterrada en las
entrañas de la Colina de Tor. La abadía se quemó por completo en el año
1184, y luego fue reconstruida por Enrique II de Inglaterra, pero luego fue
destruida por su heredero Enrique VIII quien trataba de eliminar la influencia
de Roma de las islas.
Muchos investigadores tienden a atribuir los conocimientos de los Pheryllt al
mago Merlín. Si lo consideramos desde la posición alquímica de los principios
y las proporciones, podemos concluir que ciertamente hay razones suficientes
para considerar ese punto de vista. Pero si lo consideramos desde el punto de
vista de las ciencias históricas y antropológicas europeas, entonces, cabe
reconocer, que es difícil encontrar una referencia directa. Sin embargo, como
la Alquimia en primer lugar, representa los conocimientos sistematizados, ella
puede tomar como base incluso lo que sólo se supone si en este
acontecimiento están escondidos conocimientos eficaces acerca de cambios y
transformaciones. El Arte de la Alquimia está fundada en tres gotas:
consciencia, cuerpo y energía. Si estos gotas están presentes, esto significa
que tenemos caldero que los reproduce, y esto es la Alquimia.
El secreto del Código de la Alquimia Celta
La Alquimia Celta es el Arte de interacción con las fuerzas de la naturaleza, el
Arte de vivir bajo las leyes reglamentadas por una secuencia de las acciones
estricta en un determinado ritmo que, como ya hemos mencionado, es el
principio transformador básico. En este caso, la peculiaridad muy importante
de la Alquimia Celta, es su orientación inicial a las fuerzas y habilidades
indicadas por la naturaleza. Ella no desarrolla la energía, pero la vincula y la
redistribuye. Incluso podemos decir que el propósito principal de la Alquimia
Celta es de conectar todo el mundo material con el mundo de los espíritus y
los dioses. Incluso la cobertura puramente física de los territorios de
ocupación de los celtas, establece en la tradición celta una cuenta atrás,
distinta de la general percepción del tiempo.
Y por mucho que intentemos de desentrañar y descifrar el Código de la
Alquimia Celta, no es de nuestro alcance, dado que precisamente la
distribución del conocimiento fue la tarea más importante de los celtas. El
conjunto de los vínculos es la etapa principal en el camino de la concepción de
los conocimientos célticos. Sólo la unidad de conocimientos en un conjunto
complejo nos da la respuesta de la pregunta y nadie puede saberla
completamente, dominando solo una parte. Un montón de buscadores, como
por ejemplo San Patricio y San Columba, trataban de descifrar el Código de
los conocimientos célticos, pero ellos mismos llegaron a ser parte de aquellos
conocimientos. Los conocimientos de la Alquimia Celta son un volumen en el
que podemos sumergirnos, pero es imposible abarcarlo.
Por lo tanto, gracias a la Alquimia Celta, la cultura contemporánea europea,
sin siquiera saberlo, ha heredado no solo las distintas formas de conocimiento,
sino que una metodología valiosa, compuesta de sistemas de desarrollo del
conocimiento y los principios de su enseñanza. En realidad, precisamente los
celtas crearon el concepto de la construcción de la sociedad como una
estructura que se desarrolla organizadamente y con claridad de objetivo. De
hecho, la Alquimia Celta sirvió como un vector de dirección para el progreso
del desarrollo de toda la civilización europea y también de todas las
instituciones de desarrollo.
Los celtas ejercieron influencia también en el sistema de las relaciones
sociales, donde el principio de la proporción tomó una forma, llamada hoy en
día, existencia democrática. Las instituciones básicas financieras en la
actualidad, también están relacionadas con los celtas, puesto que fundaron las
bases de muchas relaciones financieras.
Gracias a los celtas, surgió el Arte de la existencia monástica, que
posteriormente era desarrollado por los Templarios y Masones. En general, el
concepto mismo de la Orden de los Caballeros como una institución de
desarrollo, proviene de los celtas, que demostraron a todo el mundo la
importancia y el significado del principio de los vínculos para el logro del
resultado unido.
Obedeciendo su vida a leyes estrictas, los celtas crearon un modelo peculiar
de comunidad religiosa que no existía antes y muchos líderes del cristianismo
trataron de poner en práctica este modelo, que se desarrolló más efectivamente
en la organización de la Orden de los Templarios. Además, juzgando por
todos los hechos, precisamente los celtas tienen el mérito de que hoy en día,
podemos consumir no solo bebidas y comidas de calidad, sino que también
hacerlo correctamente, incluso podemos decir hermosamente.
En la Alquimia Celta se considera que en el lugar donde se conectan los Ocho
Artes, la persona alcanza la inmortalidad. Precisamente la conexión de un
número más grande de parámetros, en la forma de cualidades y capacidades,
permite a la gente obtener habilidades mágicas. Cualquier acto, desde las
acciones cotidianas hasta los rituales sagrados de comer el salmón sagrado, el
pez de la sabiduría que ayudaba a comprender el pasado y el futuro, se
consideraba en la Alquimia Celta como un Arte de reunión.
Por lo tanto, incluso una persona, hoy en día, que cumple cualitativamente
varias cosas a la vez, actúa según el principio de la Alquimia Celta. El
entrelazamiento es capaz de llevar distintas formas a una transformación
física. Sin embargo, es necesario comprender que Fionn mac Cumhaill puede
colocar su caldero mágico en el que se prepara el elixir de la inmortalidad
únicamente en el lugar donde existe un apoyo, un lugar donde se realizan
paralelamente de tres a ocho procesos. En la Alquimia Celta, este lugar se
llama “Las Ocho Piedras de los Feniano”. Y sin un apoyo, nosotros, los seres
humanos modernos, no podremos iniciarnos en el proceso secreto del Arte
antiguo celta de transformación.
Geis para el Arte de las Acciones:
El Arte del conocimiento del Código de la vida;
Tomar bebidas y comer como un modo de conocer las cualidades
mágicas del cuerpo;
El Arte de la conservación del silencio para la obtención de
profundidad en el conocimiento;
El Arte de la Cristalización;
La acción como un elemento del entrelazamiento;
Las acciones de las mujeres, determinadas como destrucción, son
diferentes de las acciones de los hombres;
La acción no debe ser dirigida a la gente que no vive bajo la Ley de la
acción;
La acción no debe ser perdida (en relaciones con gente, animales y
fuerzas innecesarios);
La acción llena y no destruye;
La acción es una calidad y no puede ser pequeña;
Las injurias y las amenazas destruyen y la quietud castiga;
Cada acción tiene su maestro;
La acción no debe dejar los conocimientos;
La acción se determina no solo por el exterior, sino que también por el
interior (la propagación de juicios inconscientes lleva a la pérdida de
fuerzas);
El tiempo gastado en algo inconsciente, será castigado;
Se debe prestar atención a la fuerza;
La Verdad está en el Ritmo, la Fuerza en los Vínculos, el Llenado en
las Acciones.