UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
Facultad de Letras y Ciencias Humanas
LITERATURA QUECHUA
Profesor Manuel Larrú
ANÁLISIS DE “LA JOVEN OVEJERA Y EL OSO”
Recopilación de Max Uhle
ALUMNO:
Luis Daniel Marino Ubillús
CÓDIGO:
02030312
Ciudad Universitaria, Julio del 2007
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INTRODUCCIÓN
Al realizar estudios sobre relatos de tradición oral andina es necesario tomar en cuenta que
los elementos prehispánicos no son estáticos en el tiempo, ni mucho menos están latentes hasta
hoy para realizar dichos estudios. Como es ya sabido, los elementos prehispánicos ejercen
resistencia desde el plano marginal ante la vertiente hegemónica y en algunos casos hasta
presentan diversas disyunciones. Es decir, al analizar un relato andino hoy, es necesario ver en
aquellos elementos, al parecer coloniales o de tipo hegemónico, los rastros o huellas de lo que
fueron en su momento categorías de pensamiento indígena. En este afán de leer entre líneas, en
las siguientes páginas se pretende abordar una historia, quizás no de raíces indígenas, sino
Europeas, pero que posee raigambre en el folclore Peruano: La tradición del Ukuku o incluso
llamado en otros relatos el “maqta peludo”; observando en su desarrollo aquellos elementos
propios de la cultura indígena que se han anexado e ido sumando a lo largo de las generaciones,
tanto en el mismo relato, como en las fiesta y ritos con estos motivos.
Sabiendo que en el mundo indígena existen ciertos animales representativos en los mitos,
como el ratón, el zorro, el cóndor y el oso; y que curiosamente en el libro “El Cóndor y el Zorro”,
cuyo compilador fue Max Uhle, el último relato - la joven ovejera y el oso - es el único relato donde
aparece este animal de protagonista, y descubriendo la vasta tradición del ukuku tanto en danzas
como en fiestas indígenas, hace que el presente trabajo trate de desarrollar un modesto análisis
de aquellos elementos simbólicos y funcionales que representan una marca personal de la
tradición andina.
El relato la joven ovejera y el oso se anexa, como ya más de un autor ha señalado, a
aquella tradición del oso raptor o maqta peludo, como ya mencionamos. En el cual, producto del
engaño, abuso y encierro contra su voluntad, una pastora engendra un hijo del oso y éste es el
que la ayuda a huir, sufriendo posteriormente una serie de peripecias, producto de su no
adaptación al mundo de la madre. Este relato posee diversas variantes dependiendo de la región
de origen como por ejemplo en algunos casos no es un hijo sino dos, o en otros donde la madre
escapa sola, o el hijo es vendido al cura o comunidad, o que el hijo del oso es asesinado por el
cura o la comunidad, sea cayendo de un barranco, arrastrado por el río o incluso asesinado por su
madre. Es por ello que nos vemos en la necesidad de anexar al presenta análisis la versión que
trabajaremos, cuyo libro ya se ha mencionado. En base a este relato veremos la función que
cumple cada uno de los personajes y elementos desde la cosmovisión indígena, para luego
analizar puntos precisos del desarrollo de la narración, como el aspecto de la paternidad, la visión
del cura y la religión, los elementos mágicos. Finalizando el trabajo con una breve interpretación
del mito y sus personajes. Tratando de demostrar la presencia de elementos de orden social y
jerárquico en su desarrollo.
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LA JOVEN OVEJERA Y EL OSO
(OVEJERA P´ASÑAMANTA, UKUKUMANATAWAN)
Dicen que había una joven pastora de ovejas. Entonces cuando estaba pasteando ovejas
en el cerro, un oso – en forma de muchacho- se le apareció a la joven.
Ella estaba sola con sus ovejas y el oso le dice:
- Oye joven, ¿pasteamos juntos las ovejas?
- Ahí está taytay – responde ella – pasteemos pues.
Así, están pasteando. Entonces, el oso le dice a la joven:
- Me he traído fiambre, comamos.
- Bueno taytay – acepta la joven – comeremos pues, yo también me lo había traído.
Así, comen los dos. Luego el oso le vuelve a decir:
- Y mañana ¿A dónde arrearás tus ovejas?
- Aquí mismo las voy a arrear, responde la joven.
- Entonces, yo también aquí mismo las arrearé – dice el oso- y luego pregunta:
- ¿qué cosa vas a traer mañana?
- Yo voy a traer mañana mote con queso - contesta la joven.
El oso con apariencia de muchacho, dice:
- Yo voy a traer carne asada y moraya sancochada.
Así, al atardecer, ella arrea sus ovejas. El joven, las arrea también y se dicen:
- Mañana también, aquí mismo nos encontraremos.
Así, al día siguiente, arrean sus ovejas y se encuentran en la pampa donde se habían citado y
están pasteando.
El joven le dice a la muchacha:
- Oye, ¿jugaríamos a la “carga – carga”?
- No – le responde la chica- posiblemente yo no te podré cargar.
El joven dice:
- Ho, me podrás pues, no nos cargaremos lejos.
Así, se cargan el uno al otro y el joven dice:
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- Con los ojos cerrados no más, carguémonos.
- Bueno – responde la joven – carguémonos con los ojos cerrados no más.
Así se cargan, ya la muchacha, ya el joven.
Cuando ya se hace tarde, se dicen:
- Vamos, vámonos ya. Arreemos las ovejas.
- Y mañana ¿a dónde arrearás tus ovejas? – pregunta el joven - ¿dónde nos
encontraremos?
- Mañana voy a arrear a tal cerro - contesta la muchacha – Tu también las arrearás ahí
mismo.
Entonces el joven dice:
- Bueno, entonces, yo también ahí mismo voy a arrearlas. Y mañana, ¿qué vas a traer de
fiambre?
- Yo voy a traer pan – contesta la joven.
- Bueno, está bien – acepta el muchacho – traerás pan, me gusta. Entonces yo voy a traer
cecina chancada con chuño sancochado.
Así la joven arrea las ovejas y el muchacho las arrea también.
Al día siguiente, la joven arrea sus ovejas, al cerro donde se citaron.
Al llegar al lugar – cuando estaba pasteando – el muchacho apareció también.
Así, están pasteando y el joven dice:
- A ver, juguemos pues.
La muchacha dice – bueno – y lo carga primero.
El joven le dice:
- Siempre cerrando los ojos.
La joven dice nuevamente – bueno – y ya la carga el muchacho
Entonces él le dice:
- Ahora te estoy cargando lejos, cerrarás los ojos por largo tiempo.
Así, el joven la cargó hasta su casa, en un abismo de laja. Cuando ya ahí, abriendo los ojos la
joven echa una mirada, el joven ya no era joven, se había transformado en un oso.
Entonces la joven lloró a mares:
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- Hay ¿Qué voy a hacer?, ¿en que me veo? Si eras un joven, ahora has terminado en oso.
Con engaños habrás venido, con apariencia de gente, donde estaba pasteando mis
ovejas.
Entonces el oso le dice:
- Ho, claro que con engaños tomé la apariencia de un joven, sólo fue para robarte a ti.
- Ahora ¿Quién arreará mis ovejas? – dice la joven – Así, pues, se perderán.
Entonces el oso le dice:
- no te apenes, tus ovejas, ellas mismas al atardecer, entrarán en tu casa.
- Hay mamá, papá, ¿Qué me estarán diciendo? – se preguntaba la joven - ¿Qué será lo que
le sucede a mi hija?, quizás ha muerto, estarán diciendo.
Así, la joven vive con el oso y entonces alumbró un hijo.
Su hijo había sido varoncito, un pequeño osito, a quien le llevaba la carne hasta hastiarlo. Ya
carne de borrega, ya carne de vaca.
El muchachito, ya está grandecito, ya tiene cuatro o cinco añitos. Y su mamá, todos los
días, sólo en llorar.
Entonces su hijo le dice
- Mamá, ¿por qué lloras todos los días?
- Ay hijo mío – responde la madre- no sabes pues porqué estoy llorando.
- Por qué será que lloras – dice el chico- avísame pues.
La mamá le cuenta:
- Tengo una madre y un padre, pero nos e si están vivos o se han muerto.
Cuando estaba pasteando las ovejas, este tu padre me ha traído aquí diciéndome: “Juguemos a la
`carga – carga´, siempre cerrando los ojos”.
- Entonces mamá – le dice el hijo - vámonos pues, donde están madre y padre.
- hay mi hijo – responde la mamá- ¿Cómo podríamos?, si esta roca nos está tapando.
Aún cuando no la hubiera ¿Cómo pasaríamos esta montaña?
- Mamá – le dijo el hijo - a esta roca, la empujaré pues.
- ¿Cómo vas a poder? - Dice la mamá.
- Si podré mamá – insiste el muchacho – Aunque sea haré una prueba.
Lo probó y la hizo moverse.
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- A ver mamá, ahí está, la hice moverse. Si es que crezco un poco más, podré empujarla.
La mamá, mira admirada a su hijo, por haber movido la roca y dice:
- Creciendo un poquito más, la empujarás. Quizás podría irme.
Entonces, el pequeño osito crece otros cuatro o cinco años y prueba que ya podía empujar
la roca.
Le dice a su mamá:
- mamá, ahora ya puedo.
Enviemos a mi padre donde sea, muy lejos. Mientras, nosotros nos vamos.
- Tal vez no podríamos – dice la mamá- Si tu papá nos encuentra ¿qué haríamos?
- Lo enviaríamos pues muy lejos – dice el hijo – lo que se ande en un día con su noche. Así,
no nos encontrará.
Así envían a su papá tan lejos que se camine hasta el anochecer. Y mientras eso, se van.
Su hijo, de un empujón retira la roca y carga a su mamá. Haciendo caminos, pelando el monte
como si fuera yerba.
Entonces, cuando ya estaba cerca de su casa, su papá estaba regresándose – a quien- un
picaflor le dice:
- Va el picaflor, vuela el picaflor. ¿La palomita de quien, ya está volteando por el abra de su
pueblo?
Entonces, el oso le dice:
- Ha, ¿Qué es lo que estás hablando?
Y dándole un lapo le rompió su alita. El Picaflorcito dice:
- ¿Para qué pues, de esta manera, me has roto mis alitas? Para bien yo te hubiera contado.
- Cuéntame pues, entonces – le dice el oso al picaflorcito.
- Bueno, te contaré - responde el picaflor – pero eso sí, cúrame todavía mis alitas.
Así, el oso lo curó y el picaflor le dice:
- Tu amorcito se fue, tu hijo también para no volver más.
El oso se va a su casa – y como no estaban allí- como loco, se va a la casa de la joven.
Preguntando y preguntando.
La joven, ya sabía que el oso iría en apariencia de persona y le dice a su mamá:
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- Mamá, ahora va a venir el padre de mi hijo. Para entonces, le haremos esperar dos
peroles con agua hervida.
- Bueno pues – acepta la madre – hagámoslo hervir pues.
Así, al agua hirviendo la tapan por encima, con solo dos palos y con ropa.
En eso, entra el oso, con figura de wiraqucha.
Entonces le dicen:
- Señor, siéntate aquí.
Y, cuando ya estaba sentándose, le dicen:
- Señor, dispénsanos, un ratito levántate.
Luego de sacar los dos palos del perol, le dicen:
- Señor, ahora siéntate nomás.
Entonces al sentarse, se fue el agua hirviendo. Hasta que se vaya revolcando, comenzaron a
apalearlo hasta matarlo.
Recién, la joven estaba contenta. Entonces degollándolo, todavía lo comieron.
A su hijo, lo hicieron bautizar con el cura. Así el señor cura, ya es su compadre.
Entonces la mujer pone a su hijo en la escuela. Ya está en la escuela. Cuando le ganó jugando a
las bolitas, dándole lapos nomás, mató a un muchachito.
Cuando lo hacían renegar, por cualquier cosa, de una sola patada o de un solo empellón, mataba
a sus compañeros de la escuela.
Así, a su mamá, al abuelo y a la abuela, los hicieron llevar a la cárcel siempre por quejas y riñas.
Además, el hijo del oso, come un borrego cada día.
El abuelo y la abuela ya lo odian, porque los está empobreciendo demasiado. Hasta a su madre
ya la quieren botar de su casa:
- Junto con tu hijo, váyase donde sea
Entonces la mamá, ya lo saca de la escuela a su hijo y lo entrega al cura, su compadre. Diciendo:
- Ya el compadre que lo maneje bien a este.
Lo mismo ahí, cuando la cocinera le da poca comida, a lapos nomás, la mata también
Cuando el sacristán lo molesta en cualquier cosa, de una sola patada lo mata también.
Ante eso, el señor cura lo castiga. Aún así, sigue matando gente.
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También el compadre, que ya está debiendo vidas humanas, manda hacer una zanja dentro del
panteón y muy entrada la noche, le manda:
- Mi librito me había olvidado, vuelta, tráemelo.
Lo manda con engaños, esperando que muera.
Entonces, luego de entrar, le entrega el libro al señor cura y él admira:
- Ha, ¿Cómo es que éste no ha muerto? ¿Ni siquiera “la otra vida”, agarrándolo, no lo había
matado?
Entonces, otra vez, en la punta de la torre lo hace esperar con veinte personas, para que lo
empujen de lo alto de la torre.
Así el señor cura, manda a su ahijado:
- Vuela, a tocar “las ocho”.
Y él, se va. Cuando estaba por agarrar la soga de la campana, para tocar “las ocho”, todas las
personas están queriendo empujarlo
Entonces, él más bien, las tiró.
Luego de tocar las campanas, entró a la casa cural y le dice al señor cura:
- Que gusanitos me habrían esperado, creo que eran moscas. Habían querido empujarme
de lo alto de la torre, pero no han podido. Más bien yo los he tirado, hasta que se esparzan
los sesos.
Entonces el señor cura asustado, tiembla renegando.
- ¿Y ahora? – dice el cura - ¿Qué voy a hacer por las almas de toda esta gente?
Seguramente que sus familias me van a agarrar preso
Así, cuando lo llevan preso al compadre, se libró a duras penas, sólo dándole plata a cada uno.
Luego le dice a su ahijado:
- Ya no puedo aguantarte, ni paciencia ya tengo. Me has hecho deudor de toda esta gente.
Ahora, vete donde sea.
Entonces, le hizo amansar sólo una hornada de pan – le regaló también quinientos en plata
– para los gastos del camino. Le dio una mula para su silla y otra, para que cargue su pan.
Así el hijo del oso, se va agradeciéndole y despidiéndose de su padrino.
El pan se le terminó en sólo dos días - y los día siguientes – ya come agarrando vacas y ovejas.
En su andar por el camino, se encontró con un colegial pobre y le dice:
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- Amigo ¿a dónde estás yendo?
- Estoy yendo al pueblo – responde el colegial – tal ves pueda encontrar alguna fortuna.
Mi mamá también es pobre, por eso me ha botado diciéndome: “Ya no te puedo mantener
más, anda vete. Hay caminos por arriba y por abajo”. Por eso estoy viniendo.
- Yo también estoy así – le dice el ahijado del señor cura – por eso mi compadre me ha
botado. Vamos pues, acompañémonos.
Entonces, se acompañan. Donde el oso ve una oveja o una vaca, de inmediato la agarra y
haciendo una fogata, asándola, se la comen.
Entonces, el colegial se asusta viéndolo cómo come.
Así, andan ya una o dos semanas, preguntando:
- ¿A qué pueblo va este camino?
- A tal pueblo – le responden – Pero no vayan, cerca de ahí hay una hacienda donde el
hacendado se condena.
Por eso, es que, anda comiendo animales y personas. La gente se está yendo, se está
esparciendo a otros pueblos.
Entonces este hijo del oso dice:
- Ahora, a ver, yo voy a llegar a esa hacienda, veré si de verdad me va a comer.
EL colegial se asusta y dice:
- Si es así, yo no voy a ir a la casa del condenado.
- No te asustes – le dice el hijo del oso – conmigo no hay cuidado.
Así, van y ya llegan a la casa del condenado. Cuando entran, la puerta de su cuarto aún
estaba abierta. La cama, todavía estaba en desorden, como si recién se hubiera levantado.
Sus vacas, ovejas, cabras y caballos, estaban andando por cerros y nevados. Y a la hora del
arreo, todos los animales se reúnen solos.
Entonces, este hijo del oso, agarró una vaca y matándola se la comen en asado.
El colegial, no tiene ni ganas de comer, de pena, porque el condenado, entrando, lo podía comer.
En cambio el hijo del oso, está comiendo a gusto y le dice al colegial:
- Come con ganas, ya casi el condenado va a entrar y yo voy a pelearme. Tú también me
vas a ayudar, de cualquier forma. Tal vez podría vencerme.
El colegial, sigue temblando. El hijo del oso, luego de terminar de comer, abrió la alacena que
estaba llena con toda clase de licores.
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En eso de la punta del cerro se oyen gritos:
- ¿Quién me hace esta burla? ¿Quién ha entrado a mi casa?
El colegial todo de miedo, hasta se está orinando e intenta cerrar la puerta.
El hijo del oso le dice:
- No la cierres.
Y está tumbado, donde duerme el condenado, mientras que el colegial está metido al pie del
catre.
En ese mismo momento, el condenado entra por la ventana y dice:
- Así es que nos encontraremos.
- - Cómo no – dice el hijo del oso – nos encontraremos.
En eso, el condenado le da un golpe, hasta hacerlo encontrar con la pared.
El hijo del oso también, le da otro golpe, hasta casi clavarlo en la pared.
EL condenado, le da una patada al hijo del oso y lo arroja al suelo.
EL hijo del oso, también responde con una patada y lo dobla en dos. Aún así, le sigue pegando.
El hijo del oso, ya venció al condenado, cuya cabeza se va convirtiendo en nieve blanca.
Entonces, dice:
- Descansemos un momento.
Así, cuando descansan, el hijo del oso nuevamente toma bastante vino. Igual, continuaron
pegándose – y siempre- el hijo del oso venció totalmente.
Amontonó los huesos del condenado, que terminaron volviéndose en una blanca paloma. Quien,
le da las gracias, miles de veces, diciéndole:
- Nuestro Dios te habrá enviado, como mi salvador.
Luego, le entrega una sarta de llaves y le hace ver:
- Esta llave, es de este cuarto.
Abren los baúles y hay plata en algunos y sangre en otros.
Entonces dice:
- Esta es la fuerza de la gente que me he llevado. Ésta, es esa plata que termina en sangre.
Ahora, está hacienda te la dejo a ti.
Diciendo eso, la paloma blanca se voló.
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I. EL OSO EN LA TRADICIÓN ORAL ANDINA
En la tradición oral andina, el oso es visto como el héroe de relatos tradicionales y como un
personaje importante para las danzas populares. Al oso se le atribuye caracteres como la lujuria o
lubricidad, el robo – sea de mujeres o de alimentos - y el trasgresor de las tradiciones, o
profanador de los ritos sacros. Esto lo veremos a continuación:
En la simbolística popular al oso se le dota siempre de fuerza, paciencia, lujuria, aspecto de
muerte y burla de lo sacro. En las danzas es visto siempre como el bufón, incluso en ceremonias
aparece para ridiculizar a los celebrantes. Es llegado a llamarse Ukuku y reconocido como el oso
bailarín. Como lo menciona Efraín morote en su estudio:
“Acompaña, como bufón, a los componentes de las danzas más ceremoniosas.
Imita, ridiculizando, todos los movimientos de los danzarines. Es objeto de las
vejaciones de parte de éstos. Roba con alarde os alimentos de los mercaderes.
(…) Corteja a las mujeres con ademanes lúbricos, a veces, introduciéndoles el
bastón de su látigo bajo las faldas. (…) Hace demostraciones de fuerza y se burla
de todo y de todos.”
(MOROTE, Efraín: Aldeas sumergidas…)
Esto nos demuestra la presencia del oso transgresor de todo y todos como lo menciona.
Este osos en los relatos siempre es reasentado con fuerza descomunal como hemos visto, pero
con inteligencia de humano. Es por esto que en más de una relato se transforma en humano con
el afán de engañar a las pastoras. Es por esto que incluso en regiones como la de Sandía, en
Puno, el oso está dotado de poderes eróticos, lo cual sustenta el símbolo de lujuria o lubricidad
como ya se había mencionado.
El oso raptor y bufón es frecuente en los bailes y tradiciones, donde más de un hombre,
ritualizado y alcoholizados en la mayoría de los casos, se inserta en el traje y sufre una especie de
mutación, permaneciendo en este tanto en el día como en la noche, mientras dure la festividad, y
realizando rituales entre éstos de índole simbólico, como por ejemplo sigue mencionando Morote
Best.
“Desde la capillita a unos 4.800 metros sobre el nivel del mar, parten a las dos
de la madrugada con rumbo a las nieves eternas y suben hasta las cumbres.
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Trepan los enormes y blanquísimos picos, pegándose los uno a los otros,
resbalando constantemente y, en el momento de la salida del sol - mientras
en la capilla se celebra la misa del día de la fiesta – caminan en interminables
filas negras sobre las nieves, forman círculos extrañamente impresionantes y
regresan, pasada la misa, portando bloques de nieve en las manos”
(MOROTE, Efraín: Aldeas sumergidas)
Al leer esto uno quizás recuerda como en el relato de Uhle como al luchar el oso contra el
condenado, su cabeza se iba convirtiendo en nueve blanca. Es por ello que en la fiesta de
Qoyllorrit´i el oso también viene a representar a los condenados. Lo cual tendría mucha
coherencia con el final del relato.
Sobre este texto de acuerdo a la tradición del maqta peludo, la versión se puede
considerar completa y compleja, e incluso solo con ciertas diferencias entre otros relatos de
Ayacucho, Puno entre otros. Diferencias mencionadas en la introducción. A esto dice Arguedas en
su estudio preliminar Una valiosísima Colección de cuentos Quechuas insertado dentro del libro El
cóndor y el zorro:
“Esta narración, una de las más complejas retraducciones quechuas de un
cuento de origen europeo, aparece en la versión de Uhle con una riqueza de
material lingüístico y de motivos que ofrece nuevos elementos para el estudio
de la religión y la magia en el Perú”
(ARGUEDAS, José M: una valiosísima colección de Cuentos Quechuas)
Es por ello que en el relato se ve la presencia de elementos de la tradición
indígena, demostrando que con el tiempo, el oso raptor o maqta peludo ha ido
variando, mezclándose una historia de origen Europeo con la tradición Andina, en
prestamos o disyunciones simbólicas que veremos a continuación.
II. SIMBOLISMOS DEL RELATO:
Los personajes del relato son en su mayoría seres siempre presentes en más de uan
historia, lo que nos permite definir un perfil establecido de cada uno de ellos y
corroborar su función en la tradición indígena. Entre los más conocidos tenemos:
- El Picaflor:
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Visto en otros relatos y canciones como el símbolo popular de la comunicación e
incluso el símbolo del amor al hogar.
Es por ello que en el relato es el picaflor quien avisa al oso del escape de la Pastora y
su hijo, como en afán de delatar la separación del hogar y como mensajero de la
futura pena del oso. Sus alas son rotas por el golpe del oso debido a su carácter
violento y de quiebre. Recordemos que el picaflor habla en metáfora y noe s
entendido en el primer intento de comunicación:
“Va el picaflor, vuela el picaflor. ¿La palomita de quien, ya está volteando por
el abra de su pueblo?”
- La paloma:
La significación común universal siempre ha sido la de la paz. Pero en la tradición andina
representa a la mujer que se aparta del lado del hombre, el amor ausente, el urpi por el cual se
llora.
Es por ello que en el fragmento anterior el picaflor la menciona con el nombre de paloma que se
va. Y el otro sentido -más propio del cristianismo y que reflejaría la polifonía del relato – es el del
condenado convertido en paloma, símbolo de la paz que nunca impartió en sus semejantes y que
al fin alcanzó con su purificación.
- El Oso:
Ya hemos hablado en el primer punto acerca de los símbolos del oso. Así que para resaltar el
relato, cabe notar que el oso es semejante al gentil en su transgresión: Violencia lujuria, no
reciprocidad, abuso y casi barbarie. Recordemos que vive alejado en una cueva. Aunque es visto
también con poderes sobrenaturales o mágicos como el de la transformación en humano para
poder engañar así a las jóvenes.
- El Condenado:
Son casi siempre patrones o gamonales que explotaron a sus indios. Aquellas personas que
ocultan fortunas en sus haciendas y que aparecen para poder buscar su redención. Casi siempre
comiendo animales y víctimas humanas. Como dice Juan Ansión:
“Forjan así su destino de muerte y condenación, lejos del apoyo de a sociedad,
con la que han roto los lazos de reciprocidad”
(ANSIÖN, Juan: Desde el rincón de los muertos)
Esto se nota al final del relato donde se muestra que aun vive en su casa y devora
personas y cuando entrega al hijo del oso la llave de los tesoros y posesión de la
hacienda como signo de su salvación,
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- El cura:
Es visto desde los ojos de la tradición andina como el dominante, el que toma desiciones y
determina los salvos y marginados. Es el transmisor de la fe y en quien el humilde confía, pero en
la mayoría de relatos es victima del incesto, robo y abuso.
En el relato se menciona que paga para no ir a la cárcel, teme que el hijo del oso le cause
problemas y prefiere matarlo, etc.
Es por consiguiente visto que el relato mantiene coherencia con las relaciones
simbólicas andinas y que permanece dentro de los márgenes d ela tradición oral, lo
que nos queda a partir de ahora es analizar los conflictos o temas dentro de la
estructura narrativa.
III. ESTRUCTURA DE LA NARRACIÓN: Conflictos dentro del relato.
- Conversión del oso en humano:
Está ya dicho que dentro del carácter lúbrico del oso, para conseguir su objetivo de
rapto de la pastora es necesario el convertirse en humano. Es por esto que en el
relato se muestra el poder del oso para introducirse dentro del mundo humano y a
través de engaños ganarse la confianza de la pastora. Si se nota en un inicio el oso
se invierta en el mundo de reciprocidad indígena para convencer a la joven
muchacha. Y recién al tercer encuentro, ya ganada su confianza, logra raptarla. En
este momento no hace uso de la violencia, semejante a la mayoría de los seres del
uku pacha que actúan siempre con cierto miedo a ser descubiertos por la sociedad.
AL parecer el oso temería ser descubierto por la comunidad, es por ello que recién
alejado se muestra tal cual es. Esto se comprueba al ver como el oso para
recuperarla se ve en la necesidad de volver a convertirse en humano y fingir
nuevamente la reciprocidad e inserción al mundo humano, y como para vencerlo es
necesario volverlo oso con el agua caliente. Es notorio lo del agua caliente teniendo el
cuenta que los gentiles y otros seres son relacionados con el frió y la oscuridad.
Entonces podríamos definir que la transformación del oso se ve necesaria para poder
insertarse en otra esfera semiótica y a su vez transgredir este sistema raptando a una
pastora,
- Juegos de los pastores:
Es curioso notar que el medio del rapto no es violento, sino en base a juegos, muy
propio del andar de los pastores. Idea referida en el punto anterior. Donde el osos
representa los juegos comunes entre pastores, con los cuales el varón siempre
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seduce a la mujer que corteja, rozando sus frentes o cuerpos. Esto demostraría el
carácter lúbrico del oso, el cual también jugando al “carga-carga” mantiene roce con
la pastora, cuya confianza ya tiene ganada, para demostrar el fin que tiene preparado
para ella: reproducción y rapto.
- EL hijo del Oso
Representa en primera instancia la mezcla, originado claro está en una relación
anómala. Es semejante al oso en fuerza, pero semejante a la madre en afectividad e
inocencia. Incluso se notará en el relato que al relatar hechos rudos o relacionados
con el mundo natural es llamado “el hijo del oso”, pero cuando interactuar con el cura
y con intento de obediencia y violencia inocente es llamada “ahijado del cura” como
denostando esa doble naturaleza. Como dice Juan Ossio:
“ Se trata de un ser anómalo que trae la herencia del ámbito que lo originó.
Además, es el producto de una relación excesivamente exogámica: la de un ser
humano con un animal . De aquí que su padrino de bautismo sea un cura, (que,
como hemos visto, por no casarse no es plenamente social) y que además se
convierta en un peligro, pues amenaza con acabar con los alimentos y con
destruir vidas ajenas por su enorme fuerza.”
(OSSIO, Juan. Parentesco, reciprocidad y jerarquía en los andes)
Es por esto que el centro inicial del relato lo poseía el Oso, que podría representar
el mundo bajo, y su hijo viene a instaurar el nuevo momento: El cambio o pacha cuti
al vencer a su padre y ser él el núcleo del relato. Portando a su vez caracteres
semejantes. Es el paso de una etapa a otra, de la violencia y agresión con malicia, a
la de un ser más sensible, pero a la vez violento pues no se logra insertar del todo en
la sociedad por los daños que comete, necesitando para esto vencer a un ser
superior semejante a él, así estableciendo cierta reciprocidad con la sociedad como
veremos más adelante.
- Entrega al Cura
La entrega al cura simboliza el descubrimiento del mismo, el mostrarnos la
intimidad mental del cura y la no inserción del mismo, debido a su lado trasgresor. Es
semejante al Oso, un ente opuesto a su propio ahijado, pero que por se representante
den mensaje divino, puede quizás cambiar al oso. Es considerado por la madre como
el polo opuesto. Como si el cura se tratase del Hanan y el hijo del oso del Urin, pero
cuya relación queda sin efecto, debido a lo malo del cura: desea matarlo, paga para
evitar la ley, posee malicia. Es por esto que al ver peligrar su sitial a los ojos de los
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demás, prefirió alejar al posible chaupi o enemigo y lo envió al monte donde
encontraría su opuesto complementario, el Condenado.
Es curioso ver como el cura se relaciona también con el Uku pacha al pretender
matar al oso en el panteón cavando la zanja, y su sorpresa al ver como salió con vida
de ello, mencionando que ni los espíritus lo querían. Esta escena inserta al cura
dentro de la tradición indígena pero en la perspectiva inferior como mencionamos,
semejante en malicia al oso inclusive.
- Encuentro con el colegial:
El colegial y el hijo del oso son como opuestos complementarios. Uno académico
pobre y el otro rústico violento. Es curioso como a su vez la adaptación de ambos,
debido a que el colegial es quien le enseña a cocer sus alimentos, y lo acompaña en
su aventura. Ambos son seres apartados, unos por falta de dinero, pululando entre el
arriba y abajo. Denostando quizás aquella clase que quiere algo de su vida pero que
el dinero lo hace pulular en sus decisiones. Y el otro, el hijo del oso, apartado por ser
visto perniciosos, sin conocerlo realmente debido a su violencia inocente o
superioridad peligrosa.
- Lucha con el condenado:
El condenado es un personaje trasgresor, producto de la no reciprocidad y
ubicado en lo bajo como un ser embrujado. Es semejante al oso, debido a que ambos
son producto de un conjunto de situaciones anómalas y ambos son seres no
normales que generan rechazo ante los demás. Y el enfrentamiento de estos
opuestos logra demostrar que ante el choque de opuestos se logra la purificación e
ambos. Debido a que el oso lograría quizá (digo quizás porque en otras versiones sí
se muestra ello) la inserción social y el condenado el reposo de su alma.
El condenado posee sólo tres formas de purificarse y son a través de la cruz de lo
alto de la montaña, el comerse a personas para cambiar su posición o el castigo y
sufrimiento excesivo. Es a través de ésta última que este condenado se purifica,
batallando con el oso. Logrando así una unión de opuestos reales y ganancia para
ambos.
Esto lo dice Ossio:
“el Condenado es el producto de una relación excesivamente endogámica que
sólo puede tener lugar en un ámbito estrictamente social (…) es un ser
anómalo (…) y la lucha entre el Maqta Peludo y el Condenado representa la
oposición equilibrada de las reglas endogámicas y exogámicas a través de las
cuales se sustenta el orden social andino”
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(OSSIO, Juan. Parentesco, reciprocidad y jerarquía en los andes)
De esto se desprende que es necesario el equilibrio. Demasiada endogamia
degenera la relación de pareja y demasiada exogamia lleva al choque con la
sociedad.
IV. INTERPRETACIONES FINALES
Detrás de los elementos típicos de la narración podemos ver una fuerte carga social del relato,
en donde el Oso en un inicio es el eje imperante, muy vinculado al mundo de la naturaleza, inculto
y violento. Este sistema es eliminado con la aparición de la mezcla de lo humano y lo animal: el
hijo del Oso.
Siendo este personaje el que acaba con el orden anterior matando a su propio padre en defensa
de su madre y reflejando la fuerza y poder pero a su vez la inocencia en sus acciones. Este ser
visto como anómalo para la sociedad es bautizado y acogido por el cura para evitar el rechazo
completo de la sociedad, pero el cura representa un sector semejante al oso, de abuso, aprovecho
y al final temor de perder su sitio por culpa de este ser, es por ello que prefiere librarse de él.
En su andar este ser tiene contacto con gente humilde que no le teme sino que educa, y logra
hallar su puesto, el condenado. Pero recordemos que el condenado no es otra cosa que el
gamonal. El ser se enfrenta al gamonal y lo vence logrando así la riqueza.
No se relata lo siguiente, la posible inserción social, la distribución del dinero, reciprocidad u toros,
pero tras la lectura del relato s la idea que puede quedar en la cabeza de uno, mostrando como un
trasfondo la lucha del ser proveniente de la antigua naturaleza contra el abuso de la Iglesia, del
Gamonal y de la misma barbarie.
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BIBLIOGRAFÍA:
OSSIO, Juan.: Parentesco, reciprocidad y jerarquía en los andes. Lima: PUCP, 1992, pp. 243 – 2
ANSIÓN, Juan: Desde el rincón de los muertos. El pensamiento mítico de Ayacucho. GREDES. Lima 1987
UHLE, Max: El cóndor y el zorro. Centro de Investigación Universidad Ricardo Palma. Lima 2003
MOROTE, Efraín. Aldeas sumergidas: Cultura popular y sociedad en los andes" (…) Centro Bartolomé de las Casas. CBC, 1988. Perú
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