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Anlisis rtmico de los sonetos completos de Garcilaso de la Vega
y Luis de Gngora
A. Robert Lauer1
(The University of Oklahoma)
Los ms insignes poetas humanistas del Renacimiento y el Barroco
espaol, como nos recuerda Elias Rivers (RIVERS, 1996, p. 67), son Garcilaso de la Vega (1501-1536), quien adapta con xito en Espaa el endecaslabo italiano en todas sus capacidades polirrtmicas (NAVARRO-TOMS, 1973c, p. 121), y Luis de Gngora y Argote (1561-1627), supremo arquitecto de la construccin verbal del mismo (NAVARRO-TOMS, 1971, p. 563). A pesar de la importancia de ambos poetas en la lrica hispnica, pocos han sido los estudios dedicados al ritmo de sus versos, sobre
todo del endecaslabo, considerado el metro ms complejo de la poesa espaola (NAVARRO-TOMS, 1973a, p. 115). De estas escasas exposiciones, slo Toms Navarro-Toms se ha preocupado de la musicalidad de Garcilaso (NAVARRO-TOMS, 1973c, p. 117-136) y del endecaslabo en la tercera gloga (NAVARRO-TOMS, 1973b, p. 137-147). A la vez, nicamente Dmaso Alonso (1927, p. 329-346) y Toms Navarro Toms (1971, p. 557-564) le han dedicado estudios generales al endecaslabo gongorino. Hasta la fecha, no hay estudios de ritmo completos de la
poesa de Garcilaso o de Gngora. Slo los sonetos de Garcilaso, comparados con los
de Juan Boscn, han sido analizados formalmente por el presente autor (LAUER, 2004, p. 27-32) en los Anales del II Congresso Brasileiro de Hispanistas (So Paulo) en 2004.
El endecaslabo, como sabemos desde los tiempos de Pio Rajna, se divide en dos grupos principales: el primero, el tipo A, endecasillabo a maiore, consiste de
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dos hemistiquios de siete y cuatro slabas respectivamente, con el apoyo rtmico
principal en la sexta slaba; el segundo, el tipo B, endecasillabo a minori, se compone
de dos hemistiquios de cinco y seis slabas respectivamente y con el acento principal
en la cuarta slaba (BAEHR, 1973, p. 136-137). A la vez, los tericos subdividen estos dos grupos principales segn los acentos adicionales: prosdicos o rtmicos. Por lo
tanto, el verso A o a maiore se subdivide en tres grupos: A1) el enftico (1-6-10), A2) el heroico (2-6-10) y A3) el meldico (3-6-10); el verso B o a minori tambin en tres: B1) el sfico (4-8-10), B2) el francs (4-6/ 8-10) y B3) el dactlico (4-7-10), llamado tambin anapstico o gallego-portugus. En ambas modalidades, la dcima slaba es
rigurosamente acentuada prosdica y rtmicamente.
Respecto a orgenes, los hispanistas Marcelino Menndez y Pelayo y
Toms Navarro-Toms sugieren que la base del endecaslabo espaol es el
decaslabo romano, o sea, el sfico clsico (acentuado en la cuarta slaba). No obstante, Rudolf Baehr propone que los inicios de este verso no son inmediatamente
latinos sino franceses y provenzales, por mediacin de Catalua, Galicia y Portugal
(BAEHR, 1973, p. 145). Ha de notarse que el endecaslabo francs, as como el portugus y el italiano, son de tendencia B (sfica). Consta decir, igualmente, que los pocos ejemplos de endecaslabos espaoles anteriores al Renacimiento pertenecen a este segundo tipo. Este es el caso de los versos fluctuantes del Poema del Cid (el 6,07% de los endecaslabos del poema son de tipo B o a minori; hay slo dos
ejemplos de ritmo A o a maiore); as como de la poesa al modo itlico de igo Lpez de Mendoza, Marqus de Santillana (1398-1458), el padre del gnero italiano en Espaa; y Micer Francisco Imperial (1350-1409?), quien introduce por primera vez en Espaa el tipo dactlico, de origen portugus. Debe notarse que de los 42 sonetos de
Santillana, 449 versos (excluyndose 25 que no son endecaslabos), 79,8% del total, son sficos (LAPESA, 1957, p. 184).
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Slo con el barcelons Joan Bosc Almogver (Juan Boscn Almogver) [1490?-1542] y el toledano Garcilaso de la Vega (1501-1536), ya en pleno Renacimiento, se establece en forma alternante, despus dominante, en Espaa el
tipo A2 (2-6-10), llamado ymbico o heroico (tambin de origen italiano) en relacin con el ms primitivo y antiguo de todos, el B1 o sfico (4-[8]-10), el cual se asocia con la poesa francesa (B2 [4-6/ 8-10]), provenzal y portuguesa (4-7-10). De los 99 sonetos de Boscn, el ritmo heroico es mayoritario y ocupa el 32,86% de sus 1.388
endecaslabos. A la vez, en los 532 endecaslabos de los 38 sonetos autnticos de
Garcilaso, sobresale el ritmo heroico en 304 versos, o sea, en el 57,14% del total2. Un
buen ejemplo sera el principio del soneto 13: A Dafne ya los brazos le crecan (VEGA, 1969, p. 49). Se demuestra as, por lo tanto, un salto cualitativo y cuantitativo entre las preferencias medievales y proto-renacentistas espaolas por el ritmo sfico,
asociado con el modelo antiguo de Francia, Italia y Portugal, y las tendencias
modernas y renacentistas de los poetas que optaron por el uso a maiore del verso
heroico. El cambio de ritmo, por ende, sugiere la nacionalizacin o hispanizacin del
endecaslabo italiano en la Espaa de Boscn y Garcilaso. El predominio del ritmo
heroico en otras obras de Garcilaso se observa tambin en la famosa cancin cuarta
(41,71%)3 y la elega primera (44,29%)4. Como sabemos, las obras poticas de Boscn y Garcilaso aparecieron
juntas por primera vez en Las obras de Boscn y algunas de Garcilaso de la Vega, repartidas en cuatro libros (Barcelona: Garles Amoros, 1543) un ao despus de la muerte del barcelons y siete despus de la del toledano. Para 1624, Luis de Gngora
terminara de escribir el ltimo de sus 167 sonetos considerados autnticos5. En esos
81 aos, el ritmo de los sonetos de Gngora sera cualitativa aunque no
cuantitativamente idntico al de su respetado modelo garcilasiano. Un minucioso
estudio rtmico llevado a cabo por este servidor, A. Robert Lauer, en colaboracin con
Diego R. Batista, Jaime Cruz-Ortiz, Teresita Iribarne de Resasco, Anthony R. Smith, y
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Carlos G. Torres-Rodrguez, demuestra que de los 2.338 versos gongorinos, 1.018 de
ellos, o sea, el 43,54% del total, son de ritmo heroico. Un buen ejemplo sera el principio del soneto 150: Ilustre y hermossima Mara (GNGORA, 1985, p. 231). En pleno Barroco, Gngora sigue por lo tanto las pautas establecidas en el Renacimiento
por Boscn y Garcilaso respecto al soneto. Otros, el predominio heroico se ver en la
primera mitad de sus Soledades (1613), donde sobresale este ritmo el 36,90% (el sfico se ve en el 35,12%)6. En efecto, el predominio del ritmo heroico se ver a lo largo del Renacimiento y Barroco espaol en la poesa de Fray Luis de Len, San
Juan de la Cruz y Miguel de Cervantes7, as como en la Amarilis de Lope de Vega
(42,85%), la Cancin a las ruinas de Itlica (36,90%) de Rodrigo Caro (1573-1647) y la Epstola censoria al Conde-duque (36,51%) de Francisco de Quevedo (1580-1645)8. Sin embargo, en ausencia de estudios formales completos de las obras de estos autores, toda conclusin por ahora ser circunstancial, salvo respecto a los
sonetos de Garcilaso y Gngora aqu estudiados.
Si en los sonetos de Garcilaso de la Vega y Luis de Gngora se establece
definitivamente el ritmo heroico como verso automatizado o de trasfondo, toda
divergencia de este ritmo demostrar subsiguientemente formas actualizadas,
especiales o frontales del lenguaje potico de ambos bardos9. Las discrepancias crearn las diferencias y establecern as la originalidad individual. Dadas las
circunstancias histricas respecto al desarrollo del endecaslabo heroico en el
Renacimiento y el Barroco espaol, no sorprende que el ritmo sfico (4-8-10) sea en ambos poetas el que ocupe cuantitativamente el segundo lugar en sus sonetos. En
Garcilaso, 101 versos o el 18,99% del total son de este ritmo; en Gngora, 578 versos,
el 24,72%, son de esta cadencia. Ejemplos pertinentes seran los siguientes: Cuando me paro a contemplar mi estado (soneto 1.1) (VEGA, 1969, p. 37); La dulce boca que a gustar convida (soneto 70.1) (GNGORA, 1985, p. 135). El tercer lugar lo ocupa el ritmo meldico (3-6-10), apreciado por su flexibilidad de carcter intermedio, como
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vemos en los siguientes ejemplos: Con tal fuerza y vigor son concertados (soneto 20.1) (VEGA, 1969, p. 56); Ser pudiera tu pira levantada (soneto 146.1) (GNGORA, 1985, p. 227). El uso del ritmo dactlico (4-7-10), por su asociacin con la Edad Media, sera mnimo en ambos poetas (5 [0,94%] y 13 [0,56%] versos respectivamente): cortastel rbol con manos daosas (soneto 25.3 en VEGA, 1969, p. 61); tributo humilde, si no ofrecimiento (soneto 16.11) (GNGORA, 1985, p. 72). Su uso rompe y vara la monotona del ritmo sfico (GMEZ-SEGADE, 1993, p. 680) y no sera simplemente un descuido (HENRQUEZ UREA, 1919, p. 147). Otros, por la preponderancia del heroico y las otras cadencias mencionadas, el ritmo enftico,
conocido por su rapidez y vehemencia, sera eficaz slo si se usara en momentos
especiales. Garcilaso lo usa en 35 (6,58%) y Gngora en 196 (8,38%) de sus versos, como vemos en los siguientes ejemplos: libre, desesperado y ofendido (soneto 35.14) (VEGA, 1969, p. 71); Mquina funeral, que desta vida (soneto 138.1) (GNGORA, 1985, p. 217). Sorprende acaso, sin embargo, que Gngora use este ltimo ritmo con ms frecuencia en sus sonetos fnebres (9,77%) y sacros (11,65%) que en los amorosos (7,24%) o dedicatorios (8.38%). Es interesante tambin que en los sonetos dedicatorios y fnebres de Gngora, el ritmo meldico ocupe el segundo
lugar despus del heroico (24,31% y 24,06% respectivamente), mientras que en los amorosos y sacros sea el sfico el ritmo de segunda importancia (26,90% y 30,83% respectivamente). Se muestra as, pues, en Gngora, una inflexin ms tierna y delicada en los dos primeros ejemplos de sonetos (los dedicatorios y fnebres) que en los otros (los amorosos y sacros), en que se insina un dejo ms lento y solemne. En conclusin, podemos aseverar lo siguiente respecto a los sonetos de
Garcilaso y Gngora. De los 38 poemas autnticos de Garcilaso, 32 son amatorios,
tres encomisticos, dos morales y uno fnebre. Por su parte, Gngora escribe 77
sonetos amorosos, 52 encomisticos, 19 fnebres y 19 morales, sacros y varios. A
pesar de estas diferencias temticas, el ritmo usado por ambos es cualitativamente
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similar. No obstante, las diferencias cuantitativas reflejan que Garcilaso es ms constante y uniforme que Gngora en el uso del ritmo heroico, mientras que Gngora
es ms variado y diverso. A la vez, Gngora es ms lento y solemne, as como ms
musical o cadencioso que Garcilaso en el uso de los ritmos sfico y meldico.
Garcilaso usa ms el ritmo dactlico asociado con la Edad Media que Gngora.
Finalmente, Gngora es ms enrgico y vehemente que Garcilaso en el uso del ritmo
enftico, sobre todo es su poesa fnebre y sacra. Futuros estudios darn resultados
adicionales. Gracias.
Cuadro 1: Resumen sobre el ritmo de los sonetos completos de Garcilaso y Gngora
Sonetos Garcilaso Gngora
Ritmo Versos Porcentaje Versos Porcentaje
Heroico 304 57,14% 1.018 43,54%
Sfico 101 18,99% 578 24,72%
Meldico 87 16,35% 533 22,89%
Enftico 35 6,58% 196 8,38%
Dactlico 5 0,94% 13 0,56%
Total 532 100,00% 2.338 100,00%
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Notas
1 Con la colaboracin de Diego R. Batista, Jaime Cruz-Ortiz, Teresita Iribarne de Resasco,
Anthony R. Smith y Carlos G. Torres-Rodrguez.
2 En el estudio anterior de Lauer (2004, p. 27-32) sobre el ritmo potico en los sonetos de
Boscn y Garcilaso, las conclusiones cualitativas, en comparacin con las aqu planteadas, no han cambiado. No obstante, en esa ocasin se establecieron categoras apartes (adems de
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las establecidas para el ritmo enftico, heroico, meldico, sfico y dactlico) para los versos de ritmo francs, los polirrtmicos y los galaicos antiguos (o sea, de 5-10, vistos slo en Boscn). Se incluyeron tambin los dos sonetos atribuidos a Garcilaso, aqu excluidos. Por consiguiente, los porcentajes de los versos segn la clasificacin aqu empleada (enftico, heroico, meldico, sfico y dactlico) demuestran divergencias cuantitativa, pero no cualitativamente diferentes.
3 Ha de notarse que el modelo para la cancin cuarta de Garcilaso es la cancin primera de
Petrarca, la cual enfatiza el ritmo sfico (38,50%) y emplea a la vez ritmos dactlicos (2,48%) ausentes en Garcilaso (cf. NAVARRO-TOMS, 1973c, p. 122).
4 No obstante, predomina el ritmo sfico en las glogas primera (46,66%) y tercera (48,50%)
(NAVARRO-TOMS, 1971, p. 558), las cuales son de tema ms clsico.
5 Su primer soneto haba sido escrito en 1582, 39 aos despus de la publicacin de los
sonetos garcilasianos.
6 Aunque no en la Fbula de Polifemo y Galatea (1627) o el Panegrico al duque de Lerma
(1617), ms clasicistas, donde el ritmo sfico sobresale, aunque no por mucho (38,52% contra 34,12% en el primer caso; 34,92% contra 30,95% en el segundo) (cf. NAVARRO-TOMS, 1971, p. 558).
7 Para los dos primeros, cf. NAVARRO-TOMS, 1971, p. 562; para el tercero, cf. MONTERO
REGUERA, 2005, p. 35.
8 No obstante, en la encomistica Cancin por la victoria del seor don Juan de Fernando de
Herrera (1534-1594) y en la Epstola moral a Fabio, culminacin de la epstola horaciana en Espaa, de Andrs Fernndez de Andrada (fl. ca. 1610), sobresalen otros ritmos: Herrera prefiere el meldico (35,97%) al heroico (34,39%); Andrada el sfico (35,06%) al heroico (32,28%). Cf. NAVARRO-TOMS, 1971, p. 562.
9 Para la diferencia entre el lenguaje automatizado o estndar y el actualizado (aktualisace) o
potico, cf. MUKAOVSK, 1971, p. 1051.