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Sabemos lo que tenemos?Anecdotas e ilustraciones cristianas para sermones de: Espiritu SantoEsta Anecdota fue Vista 4399 Veces

A un hombre le regalaron un par de guantes forrados de piel. Como viva en un clima tropical y, por cierto, no necesitaba los guantes, los guard en una gaveta y pronto se olvid de ellos.

De modo que no le servan porque no los usaba. Algn tiempo despus le llamaron para que trabajara en una ciudad de clima fro y entonces se acord de los guantes. Al fin encontrara uso para aquello que l consideraba un regalo sin utilidad.

Cuando meti la mano en uno de los guantes, sinti que algo impeda que el dedo pulgar se acomodara en su lugar. Para su gran sorpresa, lo que impeda era un billete de diez dlares enrollado. Revis los otros dedos del guante y descubri que en cada uno de ellos haba un billete de cien dlares. Los billetes haban estado all todo el tiempo, pero l no se haba dado cuenta.

El Espritu Santo est en la vida del creyente en todo momento. Pero el creyente debe depender de l. Sea usted lleno del Espritu Santo y permita que su vida est dirigida y dominada por l.

Mire por arribaAnecdotas e ilustraciones cristianas para sermones de: Fe - Confianza - AdversidadEsta Anecdota fue Vista 6121 Veces

Un da estaba caminando Juan Wesley con un hombre muy preocupado, que casi pareca dudar de la bondad de Dios.

- No s que har con todos estos afanes y temores dijo.

En ese momento Wesley not una vaca que les miraba por encima de un muro de piedra.

- Sabe usted por qu esa vaca mira por encima del muro? pregunt Wesley.

- No respondi su compaero, perturbado. - Se lo dir. Es porque no puede ver a travs de l.

Eso es lo que hay que hacer con el muro de los temores. Miren ms alto, por encima de l. La fe nos ayuda a mirar ms all, por encima de las dificultades, al Seor quien es nuestra ayuda.

La PiedraAnecdotas e ilustraciones cristianas para sermones de: Obediencia - Confianza - OracionEsta Anecdota fue Vista 4593 Veces

Un hombre dorma en su cabaa, cuando de repente una luz ilumin la habitacin y apareci Dios. El Seor le dijo que tena un trabajo para l, y le ense una gran roca frente a la cabaa. Le explic que deba empujar la piedra con todas sus fuerzas.

El hombre hizo lo que el Seor le pidi, da tras da. Por muchos aos, desde que sala el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fra piedra con todas sus fuerzas... y esta no se mova. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaa muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.

Satans decidi entrar en el juego trayendo pensamientos a la mente del hombre: "Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido".

Le dijo que la tarea que le haba sido encomendada era imposible de realizar y que l era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustracin y desilusin.

Satans le dijo: "Por qu esforzarte todo el da en esta tarea imposible? Solo haz un mnimo esfuerzo y ser suficiente".

El hombre pens en poner en prctica esto, pero antes decidi elevar una oracin al Seor y confesarle sus sentimientos: "Seor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero an as, no he podido mover la roca ni un milmetro.

Qu pasa? Por qu he fracasado? " El Seor le respondi con compasin: "Querido hijo, cuando te ped que me sirvieras y t aceptaste, te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar.

Ahora vienes a m sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero en realidad fracasaste? Mrate ahora, tus brazos estn fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presin, tus piernas se han vuelto duras.

A pesar de la adversidad, has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez. Cierto, no has movido la roca, pero tu misin era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido. Ahora, querido hijo, yo mover la roca".

Algunas veces, cuando escuchamos la palabra del Seor, tratamos de utilizar nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios solo nos pide obediencia y fe en l. Debemos ejercitar nuestra fe, que mueve montaas, pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.

Cuando todo parezca ir mal... solo empuja! Cuando ests agotado por el trabajo... solo empuja! Cundo la gente no se comporte de la manera que te parece que debera... solo empuja! Cuando te sientas agotado y sin fuerzas... solo empuja!

En los momentos difciles pide ayuda al Seor y eleva una oracin a l, para que ilumine tu mente y gue tus pasos.

Entrega tus miedos al Seor y pdele que te ayude a encontrar el camino, que te conduzca a l, y l lo har. No hagas caso de ninguna voz, solamente de la que Dios te dio a conocer, y sobre ella mantente firme, porque su Palabra es la que nos sostiene y nos da descanso, seguridad y esperanza.