PENSAMIENTO FILOSFICO ANTIGUO
ANTOLOGIA
Tales de Mileto
Herclito
Parmnides
Zenn
Pitgoras
Scrates
Platn
Aristteles
Historia del Pensamiento Filosfico y Cientfico
Giovanni Reale y Dario Antisieri
INDICE
1. GNESIS, NATURALEZA Y DESARROLLO DE LA FILOSOFA ANTIGUA .....p. 2
2. LOS NATURALISTAS O FILSOFOS DE LA PHYSIS////............p. 15
3. LA SOFSTICA: EL DESPLAZAMIENTO DEL EJE DE LA BSQUEDA FILOSFICA DESDE EL COSMOS HASTA EL HOMBRE ..p. 46
4. SCRATES Y LOS SOCRTICOS MENORES /////// ..p. 55
5. EL NACIMIENTO DE LA MEDICINA COMO SABER CIENTFICO AUTNOMO ..p. 75
6. PLATN Y LA ACADEMIA ANTIGUA ... p. 83
7. ARISTTELES Y EL PERIPATO ..p. 118
8. EL PENSAMIENTO FILOSFICO EN LA POCA HELENSTICA .....p. 157
9. EL DESARROLLO DE LA CIENCIA EN LA POCA HELENSTICA ..p. 198
10. LAS ESCUELAS FILOSFICAS PAGANAS DURANTE LOS PRIMEROS SIGLOS DE LA ERA CRISTIANA. ........p. 211
11. PLOTINO Y EL NEOPLATONISMO. ......p. 237
12. LA CIENCIA ANTIGUA EN LA POCA IMPERIAL. ..p. 249
2
CAPITULO I
GNESIS, NATURALEZA Y DESARROLLO DE LA
FILOSOFA ANTIGUA
1. LA GNESIS DE LA FILOSOFA EN LOS GRIEGOS
1.1. La filosofa como creacin del genio helnico
La casi totalidad de los estudiosos consideran que la filosofa,
como trmino o como concepto, es una creacin propia del genio de los
griegos. En efecto, para todos los dems componentes de la civilizacin
griega se halla un elemento correlativo en los pueblos de Oriente que
alcanzaron un elevado nivel de civilizacin antes que los griegos
(creencias y cultos religiosos, manifestaciones artsticas de naturaleza
diversa, conocimientos y habilidades tcnicas de distintas clases,
instituciones polticas, organizaciones militares, etc.). En cambio, en lo
que concierne a la filosofa, nos hallamos ante un fenmeno tan nuevo
que no slo no posee ningn factor correlativo en dichos pueblos, sino
que ni siquiera existe algo estricta y especficamente anlogo. Debido a
ello, la superioridad de los griegos con respecto a los dems pueblos en
este aspecto especfico no es de carcter puramente cuantitativo sino
cualitativo, en la medida en que lo que aqullos crearon, al instituir la
filosofa, constituye en cierto sentido una novedad absoluta.
Quien no tenga presente este hecho no podr comprender por
qu la civilizacin occidental, bajo el impulso de los griegos, asumi una
direccin completamente distinta de la oriental. En particular, no se
podra comprender por qu razn los orientales, cuando quisieron
aprovechar la ciencia occidental y sus resultados, tuvieron que apelar a
determinadas categoras de la lgica occidental. De hecho, no en todas
las culturas se hace posible la ciencia. Hay ideas que convierten en
estructuralmente imposible el nacimiento y el desarrollo de
determinadas concepciones, y existen incluso ideas que impiden la
ciencia en conjunto, por lo menos la ciencia tal como ahora la
conocemos.
Ahora bien, la filosofa gracias a sus categoras racionales
ha permitido el nacimiento de la ciencia, y en cierto sentido, la ha
engendrado. Admitir esto significa reconocer a los griegos el mrito de
haber aportado una contribucin realmente excepcional a la historia de
la civilizacin.
1.2 La imposibilidad de una procedencia oriental de la
filosofa.
Como es natural. Y sobre todo entre los orientalistas, ha habido
intentos de atribuir a la filosofa un origen oriental, basndose en la
observacin de analogas genricas, que se constatan entre las
concepciones de los principios filsofos griegos y ciertas ideas propias
de la sabidura oriental. No obstante, nadie ha triunfado en su intento, y
la crtica ms rigurosa, a partir va de finales del siglo pasado, ha reunido
una serie de pruebas autnticamente irrefutables en contra de la tesis
de la procedencia oriental de la filosofa griega.
a) en la poca clsica, ninguno de los filsofos o de los
historiadores Griegos hace la ms mnima mencin de un presunto
origen oriental de la filosofa. (Los primeros en sostener la tesis de la
procedencia oriental de la filosofa fueron algunos orientales, por
razones de orgullo nacionalista, para atribuir a la propia cultura este
particular ttulo de gloria. As por ejemplo en la poca de los Ptolomeos
los sacerdotes egipcios al entrar en conocimiento de la filosofa griega
3
pretendieron defender que sta provena de la sabidura egipcia. Y en
Alejandra, a finales de la era pagana y a comienzos de la cristiana, los
judos que haban asimilado la cultura helnica pretendieron afirmar que
la filosofa griega proceda de las doctrinas de Moiss. Si bien los
filsofos griegos, ya en la poca cristiana, sostuvieron la tesis segn la
cual la filosofa provena de los sacerdotes de Oriente animados por
inspiracin divina, esto no prueba nada, porque en aquel momento tales
filsofos haban perdido la confianza en la filosofa entendida
clsicamente y aspiraban a una especie de autolegitimacin en
oposicin a los cristianos, que presentaban la inspiracin divina de sus
textos.)
b) Se ha demostrado histricamente que los pueblos orientales
con los que entraron en contacto los griegos posean una forma de
sabidura constituida por convicciones religiosas, mitos teolgicos
cosmognicos, pero no una ciencia filosfica basada slo en la razn
(en el logos, como dicen los griegos). Posean, pues un tipo de
sabidura anloga a la que los propios griegos posean antes de crear la
filosofa.
c) En cualquier caso, no ha llegado a nuestro conocimiento
ninguna utilizacin por parte de los griegos de escritos orientales o de
traducciones de estos. Es impensable que antes de Alejandro hayan
podido llegar a Grecia doctrinas provenientes de los indios o de otros
pueblos de Asia, o que en la poca en la que surgi en Grecia la
filosofa haya habido griegos capaces de entender el razonamiento de
un sacerdote egipcio o de traducir libros egipcios.
d) en la hiptesis (que habra que demostrar) de que alguna
idea de los filsofos griegos tenga antecedentes especficos en la
sabidura oriental v que haya podido derivarse de sta, no cambiara la
esencia del problema que estamos discutiendo. A partir del momento en
que naci en Grecia, la filosofa represent una nueva forma de
expresin espiritual, la cual en el preciso instante en que acoga
contenidos provenientes de otras formas de vida espiritual los
transformaba estructuralmente, otorgndoles una forma rigurosamente
lgica.
1.3 Los conocimientos cientficos egipcios y caldeos, y el
modo en que fueron transformados por los griegos.
En cambio los griegos obtuvieron de los orientales algunos
conocimientos cientficos. Tomaron de los egipcios ciertos
conocimientos matemticos geomtricos, y de los babilonios
aprovecharon sus conocimientos astronmicos. Sin embargo tambin
en este caso es preciso efectuar algunas advertencias importantes, que
son indispensables para comprender la mentalidad griega y la
mentalidad occidental que se basa en aqulla.
Por lo que sabemos, la matemtica egipcia consista
primordialmente en el conocimiento de operaciones de clculo
aritmtico con finalidades prcticas, por ejemplo, medir determinadas
cantidades de vveres o dividir cierto nmero de cosas entre una
cantidad dada de personas. De forma anloga, la geometra tena un
carcter esencialmente prctico y responda a la necesidad, por
ejemplo, de volver a medir los campos despus de peridicas
inundaciones del Nilo o de proyectar y construir las pirmides.
Ahora bien, es evidente que los egipcios, al obtener estos
conocimientos matemtico-geomtricos, llevaron a cabo una actividad
racional y bastante notable por cierto. Sin embargo, en la reelaboracin
4
efectuada por los griegos tales conocimientos se convirtieron en algo
mucho ms consistente, realizando un salto cualitativo propiamente
dicho. En especial, a travs de Pitgoras y los pitagricos,
transformaron aquellas nociones en una teora general y sistemtica de
los nmeros y de las figuras geomtricas. Crearon en definitiva una
construccin racional orgnica, yendo mucho ms all de los objetivos
bsicamente prcticos, a los que parecen haberse limitado los egipcios.
Lo mismo cabe decir de las nociones astronmicas. Los
babilonios las elaboraron con un propsito esencialmente prctico:
efectuar horscopos y predicciones. Los griegos en cambio las
purificaron y las cultivaron con fines primordialmente cognoscitivos en
virtud de aquel afn terico que aspira al amor de puro conocimiento y
que es el mismo afn que, como veremos, cre y nutri la filosofa. No
obstante, antes de definir en qu consiste exactamente la filosofa y la
disposicin filosfica de los griegos, debemos exponer algunas
observaciones preliminares, que poseen un carcter esencial.
2. LAS FORMAS VITALES GRIEGAS QUE PREPARARON EL
NACIMIENTO DE LA FILOSOFA
2.1. Los poemas homricos y los poetas gnmicos
Los expertos estn de acuerdo en considerar que, para
entender la filosofa de un pueblo y de una civilizacin, es
imprescindible referirse 1) al arte, 2) a la religin y 3) a las condiciones
sociopolticas de dicho pueblo. 1) De hecho el arte ms elevado tiende
a alcanzar de manera mtica y fantstica, es decir, mediante la intuicin
y la imaginacin, objetivos que tambin son propios de la filosofa. 2) De
forma anloga la religin aspira a alcanzar, a travs de
representaciones no conceptuales y de la fe, determinados objetivos
que la filosofa busca alcanzar mediante los conceptos y la razn (Hegel
considerar que el arte, la religin y la filosofa son las tres categoras
del Espritu absoluto). 3) No menos importantes (y hoy se insiste mucho
en este punto) son las condiciones socioeconmicas y polticas que a
menudo condicionan el surgimiento de determinadas ideas, y que en el
mundo griego en particular, al crear las primeras formas de libertad
institucionalizada y de la democracia, han permitido el nacimiento de la
filosofa, que se alimenta de modo esencial de la libertad.
Comencemos por el primer aspecto.
Antes de que naciese la filosofa los poetas tuvieron una
enorme importancia para la educacin y la formacin espiritual del
hombre entre los griegos, mucho mayor que en el caso de otros
pueblos. Los primeros griegos buscaron alimento espiritual sobre todo
en los poemas homricos, es decir, en la Ilada y en la Odisea (que,
como se sabe, ejercieron un influjo anlogo al que la Biblia ejerci entre
los judos, al no haber en Grecia textos sagrados), en Hesodo y en los
poetas gnmicos de los siglos VII y VI a.C.
Ahora bien, los poemas homricos contienen algunas
particularidades que los diferencian de otros poemas que se hallan en el
origen de otros pueblos y de su civilizacin, y ya poseen algunos de
aquellos rasgos del carcter griego que resultarn esenciales para la
creacin de la filosofa.
a) Los especialistas han hecho notar que los poemas
homricos, aunque estn repletos de imaginacin, de situaciones y de
acontecimientos fantsticos, casi nunca entran en la descripcin de lo
monstruoso y de lo deforme (cosa que en cambio sucede a menudo en
5
las manifestaciones artsticas de los pueblos primitivos). Esto significa
que la imaginacin homrica ya est estructurada segn un sentido de
la armona, de la proporcin, del lmite y de la medida; como tendremos
ocasin de ver, la filosofa elevar todos estos factores al rango de
principios ontolgicos.
b) Adems, se ha advertido que el arte de la motivacin
constituye en Homero una autntica constante. El poeta no se limita a
narrar una serie de hechos, sino que investiga tambin sus causas y
sus razones (aunque sea a nivel mtico-fantstico). En Homero la accin
no se extiende como una desmadejada sucesin temporal: a ella se
aplica, en todo momento, el principio de razn suficiente, cada
acontecimiento recibe una rigurosa motivacin psicolgica (W.
Jaeger). Y este modo potico de contemplar las razones de las cosas
prepara aquella mentalidad que en filosofa llevar a la bsqueda de la
causa y del principio, del porqu ltimo de las cosas.
c) otro rasgo de la epopeya homrica consiste en tratar de
presentar la realidad en su integridad, aunque sea de forma mtica:
dioses y hombres, cielo v tierra, guerra y paz, bien y mal, alegra y
dolor, la totalidad de los valores que rigen la vida de los hombres
(pinsese por ejemplo en el escudo de Aquiles, que emblemticamente
representaba todas las cosas). Escribe W. Jaeger: la realidad
presentada en su totalidad: el pensamiento filosfico la presenta de
forma racional, mientras que la pica la presenta de forma mtica. Cul
habra de ser el puesto del hombre en el universo, que es el tema
clsico de la filosofa griega, tambin est presente en Homero en todo
momento.
Para los griegos fue importante la Teogona de Hesodo, que
esbozaba una sntesis de toda una serie de materiales preexistentes,
relativos a dicho tema. La teogona cuento el nacimientoDe todos los
dioses. Y puesto que muchos dioses coinciden con partes del universo
y con fenmenos csmicos, la teogona se convierte asimismo en
cosmogona, es decir, en una explicacin mtico-potica y fantstica de
la gnesis del universo y de los fenmenos csmicos, a partir del Caos
originario, que fue el primero en aparecer. Este poema allan el camino
a la cosmologa filosfica posterior, que abandonando la fantasa
buscar mediante la razn el primer principio de origen a todo.
El propio Hesodo, con su otro poema Los trabajos y los das,
pero sobre todo los poetas posteriores, imprimieron en la mentalidad
griega algunos principios que sern de gran importancia para la
constitucin de la tica filosfica y, ms en general, del pensamiento
filosfico antiguo. Se exalta la justicia como valor supremo. Presta
odos a justicia y olvida del todo la superchera, afirma Hesodo. En la
justicia ya estn incluidas todas las virtudes, dice Foclides. Ir, sin
desviarme por aqu o por all, por el camino recto: porque slo debo
pensar cosas justas, escribe Tegnides y agrega: ...s justo, nada
hay mejor. Para Soln el pensamiento de la justicia es un factor
central. Y la justicia se convertir en concepto ontolgico, adems de
tico y poltico, en muchos filsofos y especialmente en Platn.
Los poetas lricos tambin fijaron de modo estable otra nocin:
el concepto de lmite, es decir, del ni demasiado ni demasiado poco,
el concepto de la justa medida, que constituye el rasgo ms peculiar de
la mentalidad griega. Y goza de las alegras, y dulete de los males,
pero no demasiado, dice Arquloco. No demasiado celo: lo mejor est
en el medio; y permaneciendo en el medio, alcanzars la virtud, dice
Tegnides. Nada en exceso, dice Soln. La mesura es lo mejor,
afirma una de las sentencias de los Siete Sabios, que recapitularon toda
6
la sabidura griega, cantada sobre todo por los poetas gnmicos. El
concepto de mesura constituir el centro del pensamiento filosfico
clsico.
Recordemos una ltima mxima, atribuida a uno de los sabios
antiguos y grabada en el templo de Delfos dedicado a Apolo: Concete
a ti mismo. Esta mxima, que fue clebre entre los egipcios, no slo se
transformar en el lema del pensamiento socrtico, sino tambin en el
principio bsico del saber filosfico griego hasta los ltimos
neoplatnicos.
2.2. La religin pblica y los misterios rficos
El segundo elemento al que hay que referirse para entender la
gnesis de la filosofa griega, como hemos dicho antes, es la religin.
Sin embargo, cuando se habla de religin griega es preciso distinguir
entre la religin pblica, cuyo modelo es la representacin de los dioses
y del culto que nos brinda Homero, y la religin de los misterios. Entre
ambas formas de religiosidad existen numerosos elementos comunes
(como, por ejemplo, una concepcin politesta de base), pero tambin
hay diferencias importantes que en algunos puntos relevantes (por
ejemplo, la concepcin del hombre, el sentido de su vida y de su destino
ltimo) constituyen anttesis en sentido estricto. Ambas formas de
religin son muy importantes para explicar el nacimiento de la filosofa,
pero, al menos desde ciertos puntos de vista, la segunda forma posee
una especial importancia.
Empecemos por mencionar algunos rasgos esenciales de la
primera forma de religin. Para Homero y para Hesodo, que
constituyen el punto de referencia para las creencias propias de la
religin pblica, puede decirse que todo es divino, porque todo lo que
sucede se explica en funcin de las intervenciones de los dioses. Los
fenmenos naturales son provocados nmenes: Zeus lanza rayos y
truenos desde las alturas del Olimpo, el tridente de Poseidn provoca
las tempestades marinas, el sol es transportado por el clorado carro de
Apolo y as sucesivamente. Adems, la vida colectiva de los hombres,
la suerte de las ciudades, las guerras y las paces son imaginadas como
vinculadas a los dioses de un modo no accidental y, en ocasiones,
realmente esencial.
Quines son, empero, estos dioses? Como han puesto de
manifiesto desde hace tiempo los expertos, estas deidades son fuerzas
naturales personificadas a travs de formas humanas idealizadas, o
bien son fuerzas y aspectos de hombre que han sido sublimados,
hipostasiados y han descendido con esplendidas semblanzas
antropomrficas. (Adems de los ejemplos antes mencionados,
recordemos que Zeus es la personificacin de la justicia, palas Atenea
de la inteligencia, Afrodita del amor y as sucesivamente.) Estos dioses,
por tanto, son hombres amplificados e idealizados y, en consecuencia,
slo difieren de nosotros en cantidad y no en cualidad. Ddebido a ello
los especialistas consideran que la religin pblica de los griegos
constituye una forma de naturalismo. Consiguientemente, lo que esta le
exige al hombre no es y no puede ser un radical cambio interior, un
elevarse por encima de s mismo, sino, por lo contrario, seguir a su
propia naturaleza. Todo lo que se pide al hombre es que haga en honor
de los dioses aquello que es conforme a la propia naturaleza. La
primera filosofa griega fue tan naturalista como la religin pblica
griega, y la referencia a la naturaleza se convirti en una constante del
pensamiento griego a lo largo de todo su desarrollo histrico.
7
Sin embargo, la religin pblica no fue sentida por todos los
griegos como plenamente satisfactoria y esto hizo que se desarrollaran
en crculos restringidos los misterios, que posean creencias especficas
(aunque encuadradas en el politesmo general) y prcticas que les eran
propias. Los misterios que influyeron sobre la filosofa griega fueron los
misterios rficos, sobre los cuales hablaremos brevemente. El orfismo y
los rficos hacen derivar su denominacin del poeta Orfeo, su presunto
fundador, cuyos rasgos histricos se hallan completamente ocultos por
la niebla del mito. El orfismo posee una importancia particular porque,
como han reconocido los estudiosos modernos, introduce en la
civilizacin griega un nuevo esquema de creencias y una nueva
interpretacin de la existencia humana Mientras que la concepcin
griega tradicional, a partir de Homero, afirmaba que el hombre era un
ser mortal y consideraba que la muerte significaba el final definitivo de
su existencia, el orfismo proclama la inmortalidad del alma y concibe al
hombre segn el esquema dualista que contrapone cuerpo v alma.
El ncleo de las creencias rficas puede resumirse del modo
siguiente:
a) En el hombre se alberga un principio divino, un demonio
(alma), que cae en un cuerpo debido a una culpa originaria.
b) este demonio no slo preexiste al cuerpo, sino que no
muere junto con el cuerpo y est destinado a reencarnarse en cuerpos
sucesivos, a travs de una serie de renacimientos, para expiar aquella
culpa originaria.
c) La vida rfica, con sus ritos y sus prcticas, es la nica que
est en condiciones de poner fin al ciclo de las reencarnaciones,
liberando as el alma de su cuerpo.
d) Para quien se haya purificado (para los iniciados en los
misterios rficos) hay un premio en el ms all (para los no iniciados,
existen castigos).
En algunas inscripciones rficas halladas en los sepulcros de
seguidores de esta secta pueden leerse, entre otras cosas, estas
palabras que resumen el ncleo central de su doctrina: Algrate, t
que has soportado la pasin: esto, antes, no lo habas padecido an. De
hombre has nacido Dios; feliz y dichossimo, sers Dios y no mortal;
de hombre nacers Dios, porque procedes de lo divino. Esto significa
que el destino ltimo del hombre consiste en volver a estar cerca de
los dioses.
La idea de los premios y de los castigos de ultratumba surgi,
como es evidente, para eliminar lo absurdo que a menudo se constata
sobre la tierra y que hace que los virtuosos sufran y los viciosos gocen.
Como seala E. Dodds, quizs surge la idea de la reencarnacin
(metempsicosis) el traslado del alma de cuerpo en cuerpo como
una explicacin de por qu sufren aquellos que parecen inocentes. En
realidad, si cada alma tiene una vida previa y si existe una culpa
original, nadie es inocente y todos expan culpas de diversa gravedad,
cometidas durante las vidas anteriores, adems de la culpa originaria:
Y toda esta suma de padecimientos, en este mundo y en el otro, slo
es una parte de la larga educacin del alma, que hallar su final
definitivo en la liberacin del ciclo de nacimientos y en el retorno del
alma a sus orgenes. Slo de este modo, y en relacin con el tiempo
csmico, puede realizarse del todo para cada alma la justicia
entendida en sentido arcaico, es decir, de acuerdo con la ley quien
haya pecado, lo pagar (E. Dodds).
Gracias a este nuevo esquema de creencias, el hombre vea
8
por primera vez que en s mismo se contraponan dos principios, que se
hallaban en contraste y en lucha entre s: el alma (demonio) y el cuerpo
(como tumba o lugar de expiacin del alma). Se resquebraja, por lo
tanto, la visin naturalista; el hombre comprende que hay que reprimir
algunas tendencias ligadas al cuerpo y se convierte en objetivo vital
purificar de lo corpreo el elemento divino.
No obstante, hay que tener en cuenta lo siguiente. Sin el
orfismo es imposible explicar a Pitgoras, a Herclito o a Empdocles.
Y, sobre todo, no se explicara una parte esencial del pensamiento de
Platn y, luego, de toda la tradicin que se deriva de Platn, lo cual
significa que no se explicara una parte notable de la filosofa antigua,
como tendremos ocasin de ver ms adelante con mayor detenimiento.
Es necesario formular una ltima advertencia. Los griegos no
tuvieron libros sagrados, considerados como resultado de una
revelacin divina. Por consiguiente, no poseyeron una dogmtica fija e
inmodificable. Los poetas, como hemos visto, actuaron en calidad de
vehculo difusor de sus creencias religiosas. Ademsy esto constituye
una consecuencia adicional de la ausencia de libros sagrados y de una
dogmtica fija en Grecia no pudo ni siquiera subsistir una casta
sacerdotal que custodiase el dogma (los sacerdotes griegos tuvieron
una escasa relevancia y un poder reducidsimo porque, adems de no
poseer la prerrogativa de conservar dogmas, tampoco se les atribuy la
exclusividad en las ofrendas religiosas y en la realizacin de sacrificios).
La carencia de dogmas y de personas encargadas de
custodiarlos otorg una amplia libertad al pensamiento filosfico, que no
hall obstculos como los que habra encontrado en comunidades
orientales, donde la existencia de dogmas y de custodios de los dogmas
habra provocado restricciones difcilmente superables. Por tal motivo,
los estudiosos subrayan con toda justicia esta circunstancia favorable al
nacimiento de la filosofa que se dio entre los griegos y que no tiene
ningn paralelo en la antigedad.
2.3. Las condiciones socio-poltico-econmicas que
favorecieron el surgimiento de la filosofa
Ya desde el pasado siglo, y sobre todo en el siglo actual, los
historiadores tambin han puesto de relieve con justicia el hecho de la
libertad poltica de la que se beneficiaron los griegos, en comparacin
con los pueblos orientales. El hombre oriental se vea obligado a una
obediencia ciega al poder religioso y poltico. Ya hemos mencionado la
gran libertad que posean los griegos en lo que respecta a la religin.
Por lo que se refiere a la situacin poltica, la cuestin es ms compleja;
sin embargo, cabe afirmar que tambin en este mbito los griegos
gozaban de una situacin privilegiada, ya que por primera vez en la
historia lograron crear instituciones polticas libres.
Durante los siglos VII y VI a.C. Grecia sufri una transformacin
considerable, desde el punto de vista socioeconmico. Antes era un
pas primordialmente agrcola, pero a partir de entonces comenz a
desarrollarse cada vez ms la industria artesana y el comercio. Se hizo
necesario por lo tanto fundar centros de representacin comercial, que
surgieron primero en las colonias jnicas, sobre todo en Mileto, y ms
tarde en otras partes. Las ciudades se convirtieron en centros
comerciales florecientes, lo cual provoc un notable aumento de la
poblacin. La nueva clase de comerciantes y de artesanos logr
paulatinamente una considerable fuerza econmica y se opuso a la
concentracin del poder poltico que se hallaba en manos de la nobleza
9
terrateniente. En las luchas. Que emprendieron los griegos para
transformar las viejas formas aristocrticas de gobierno en las nuevas
formas republicanas, seala E. Zeller, haba que reavivar y aplicar
todas las fuerzas; la vida pblica abra el camino a la ciencia y el
sentimiento de la joven libertad deba otorgar al carcter del pueblo grie-
go un impulso del que la actividad cientfica no poda verse exenta. S,
junto con la transformacin de las condiciones polticas y en una activa
emulacin, se establecieron las bases de florecimiento artstico y
cientfico de Grecia, no puede negarse la vinculacin existente entre
ambos fenmenos; cabalmente, en los griegos por completo y de la
manera ms caracterstica la cultura es aquello que siempre ser en
la vida saludable de un pueblo, es decir, ser al misino tiempo fruto v
condicin de la libertad.
Empero hay que sealar un hecho muy importante, que
confirma a la perfeccin lo que acabamos de decir: la filosofa nacin
en las colonias antes que en la metrpoli y, ms exactamente, primero
en las colonias de Oriente, en el Asia Menor (en Mileto), e
inmediatamente despus en las colonias de Occidente, en Italia
meridional. A continuacin, se traslad a la metrpoli. Esto sucedi as
porque las colonias, gracias a su laboriosidad y a su actividad
comercial, alcanzaron primero un bienestar y, debido a la lejana de la
metrpoli, pudieron establecer instituciones libres antes que sta. Las
ms favorables condiciones socio-poltico-econmicas de las colonias,
junto con los factores sealados en los pargrafos precedentes, fueron
los que permitieron que la filosofa surgiese y floreciese en ellas. Luego,
una vez que hubo pasado a la metrpoli, alcanz sus cimas ms altas
en Atenas, esto es, en la ciudad en que floreci la mayor libertad de que
hayan disfrutado los griegos. Por lo tanto la capital de la filosofa griega
fue la capital de la libertad griega.
Queda por mencionar un ltimo elemento. Al constituirse y
consolidarse la polis, es decir, la ciudad-estado, el griego no consider
que este fenmeno comportase una anttesis o una traba a su propia
libertad; por lo contrario se vio llevado a tomarse esencialmente a s
mismo como ciudadano. Para los griegos el hombre lleg a coincidir con
el ciudadano mismo. As, el Estado se convirti en el horizonte tico del
hombre griego y sigui sindolo hasta la poca helenstica. Los
ciudadanos sintieron los fines del Estado como sus propios fines, el bien
del Estado como su propio bien, la grandeza del Estado como la propia
grandeza y la libertad del Estado como la propia libertad.
Si no se tiene presente esto, no se puede entender gran parte
de la filosofa griega, en particular la tica y toda la poltica en la poca
clsica, y ms tarde la compleja evolucin de la poca helenstica.
Despus de estas indicaciones preliminares, estamos en
condiciones de hacer frente a la definicin de concepto griego de
filosofa.
3. EL CONCEPTO Y LA FINALIDAD DE LA FILOSOFA
ANTIGUA
3.1. Los rasgos esenciales de la filosofa antigua
La tradicin afirma que fue Pitgoras el creador del trmino
filo-so-fa, lo cual resulta verosmil, si bien no es algo comprobado
desde el punto de vista histrico. Sin duda el trmino fue acuado por
un espritu religioso, que presupona que slo a los dioses les era
posible una Sofa (una sabidura), es decir, una posesin cierta y total
10
de la verdad, mientras que consideraba que al hombre slo le era
posible una tendencia a la Sofa, una continuada aproximacin a la
verdad, un amor al saber jams del todo satisfecho, de donde surge
precisamente el nombre de filo-Sofa, amor a la sabidura
Oue entendieron los griegos, en esencia, al hablar de esta
amada sabidura?
Desde el momento en que naci, la filosofa asumi de un
modo terminante las tres caractersticas siguientes, que hacen
referencia a a) su contenido, b) su mtodo, y c) su objetivo.
a) en lo que concierne al contenido, la filosofa se propone
explicar la totalidad de las cosas, es decir toda la realidad sin exclusin
de partes o de momentos.
Por lo tanto, la filosofa se distingue de las ciencias particulares,
que precisamente se llaman as porque se limitan a explicar partes o
sectores de la realidad, grupos de cosas o de fenmenos. La pregunta
de aquel que fue y que es considerado como el primero de los filsofos,
cul es el principio de todas las cosas? ya nos muestra la plena
adquisicin de este aspecto. En consecuencia la filosofa se propone
como objeto la realidad y el ser en su conjunto. Y veremos que a la
realidad y al ser en su conjunto se llega mediante el descubrimiento del
primer principio, esto es, el primer porqu de las cosas.
b) En lo que concierne al mtodo, la filosofa aspira a ser una
explicacin puramente racional de aquella totalidad que se plantea
como objeto, en filosofa resulta vlido el argumento de razn, la
motivacin lgica, el logos. A la filosofa no le basta con constatar o
comprobar datos de hecho, reunir experiencias: la filosofa debe ir ms
all del hecho, ms all de las experiencias, para hallar la causa o las
causas, precisamente a travs de la razn.
Este es el carcter que confiere cientificidad a la filosofa. Se
dir que este rango tambin es comn a las dems ciencias, que en
cuanto tales minea son una mera comprobacin emprica, sino en todos
los casos una bsqueda de causas y de razones. La diferencia reside
en el hecho de que, mientras que las ciencias particulares son
investigaciones racionales de realidades particulares o de sectores
particulares, la filosofa, como ya se ha dicho, es investigacin racional
de toda la realidad (del principio o de los principios de toda la realidad).
Con esto queda aclarada la diferencia entre filosofa, arte y religin.
Tambin el arte y las grandes religiones aspiran a captar el sentido de
la totalidad de lo real, pero aqul lo hace mediante el mito y la fantasa,
y stas, a travs de la creencia y de la fe (como hemos dicho
anteriormente). En cambio la filosofa busca la explicacin de la
totalidad de lo real precisamente con el logos.
c) El objetivo o la finalidad de la filosofa, por ltimo, reside en el
puro deseo de conocer y de contemplar la verdad/ En definitiva la
filosofa griega constituye un amor desinteresado a la verdad. Segn
Aristteles, los hombres al filosofar buscaban el conocer con la
finalidad de saber y no para conseguir una utilidad prctica. De hecho
la filosofa nace nicamente despus que los hombres han solucionado
los problemas fundamentales de la subsistencia y se han liberado de las
necesidades materiales ms urgentes. Es evidente, puesconcluye
Aristteles, que no buscamos la filosofa por algn provecho que le
sea ajeno a sta y ms bien es evidente que, al igual que llamamos
hombre libre a aquel que es un fin en s mismo y que no est sojuzgado
por otros, asimismo slo sta, entre todas las dems ciencias, recibe el
nombre de libre: slo ella es fin en s misma. Es fin en s misma
11
porque tiene como punto de mira la verdad buscada, contemplada y
disfrutada como tal. Se entiende, por lo tanto, la afirmacin de
Aristteles: Todas las dems ciencias sern ms necesarias que esta,
poro ninguna ser superior. Tal afirmacin fue compartida por toda la
filosofa griega.
Se impone, empero, una reflexin. La contemplacin que es
peculiar de la filosofa griega no equivale a un otium vaco. Es verdad
que no se halla sometida a fines utilitarios, pero posee una relevancia
moral e incluso poltica de primer orden. Resulta evidente que al
contemplar el todo cambian necesariamente todas las perspectivas
acostumbradas, se transforma la visin del significado de la vida
humana y aparece una nueva jerarqua de valores. La verdad
contemplada revela una enorme energa moral y, como veremos,
precisamente sobre la base de esta energa moral, Platn construir su
Estado ideal. Ms adelante estaremos en condiciones de desarrollar y
aclarar estos conceptos.
Mientras tanto se hace manifiesta la absoluta originalidad de
esta creacin griega. Tambin los pueblos orientales poseyeron una
sabidura que trataba de interpretar el sentido de todas las cosas (el
sentido del todo) y que careca de finalidades pragmticas. No obstante,
dicha sabidura estaba caracterizada por representaciones fantsticas y
mticas, lo cual la asimilaba a la esfera del arte, de la poesa o de la
religin. En conclusin, el gran descubrimiento de la filo-Sofa griega
reside en haber intentado esta aproximacin al todo apelando
nicamente a la razn (al logos) y al mtodo racional. Tal
descubrimiento ha condicionado estructuralmente, y de modo
irreversible, a todo el Occidente.
3.2. La filosofa como necesidad primaria de la mente
humana
Sin embargo, cabe preguntar: por qu ha sentido el hombre la
necesidad de filosofar? Los antiguos respondan que dicha necesidad
pertenece, de manera estructural, a la naturaleza misma del hombre:
Todos los hombresescribe Aristtelespor naturaleza aspiran al
saber. Ms an: El ejercitar la sabidura y el conocer son deseables
en s mismos para los hombres: no es posible vivir como hombres sin
tales cosas. Y los hombres tienden al saber porque se sienten llenos
de asombro o de admiracin, afirman Platn y Aristteles: Los
hombres han comenzado a filosofar, tanto ahora como en los orgenes,
debido a la admiracin: al principio quedaban admirados ante las
dificultades ms sencillas, pero despus, avanzando poco a poco,
llegaron a plantear problemas cada vez mayores, como los problemas
referentes a los fenmenos de la luna, del sol y de los astros, y luego,
los problemas referentes al origen de todo el universo.
En consecuencia la raz de la filosofa consiste en esta
admiracin, que surge en el hombre que se enfrenta con el Todo y se
pregunta cul es el origen y el fundamento de ste, y qu lugar ocupa l
mismo en este universo. As, la filosofa es algo inevitable e
irrenunciable, precisamente porque es inevitable la admiracin ante el
ser, al igual que es irrenunciable la necesidad de satisfacerla.
Por qu existe este todo? De dnde ha surgido? Cul es su
razn de ser? Se trata de problemas que equivalen al siguiente
interrogante: por qu existe el ser y no la nada? Un caso particular de
este problema general es la pregunta: por que existe el hombre? Por
qu existo yo?
12
Como es evidente, se trata de problemas que el hombre no
puede dejar de plantearse, problemas que, en la medida en que sean
rechazados, desacreditan a quien los rechaza. Y son problemas que
conservan su propio sentido especfico, aun despus del triunfo de las
ciencias particulares modernas, porque ninguna de estas ha sido
creada para resolverlos. Las ciencias solo responden a preguntas sobre
una parte pero no a preguntas sobre el sentido del todo.
Por estas razones podremos repetir junto con Aristteles que,
no slo en los orgenes, sino ahora y siempre, tiene sentido la vieja
pregunta acerca del todo y tendr sentido mientras el hombre
experimente admiracin ante el ser de las cosas y ante su propio ser.
3.3. Los problemas fundamentales de la filosofa antigua
En un principio la totalidad de lo real fue vista como physis
(naturaleza) y como cosmos, lo cual hizo que el problema filosfico por
excelencia fuese el cosmolgico. Los primeros filsofos, que recibieron
precisamente el nombre de fsicos, naturalistas o cosmlogos, se
plantearon los siguientes problemas: cmo surge el cosmos? Cules
son las fases y los momentos de su gnesis? Cules son las fuerzas
originarias que intervienen?
Sin embargo, con los sofistas se modifica la situacin. Entra en
crisis la problemtica del cosmos y la atencin se centra en el hombre y
en su virtud especfica. Nacer as la problemtica moral.
Gracias a las grandes construcciones sistemticas del siglo IV
a.C. la temtica filosfica se enriquecer an ms, diferencindose
determinados mbitos de problemas (vinculados con la problemtica del
todo) que ms tarde, a lo largo de toda la historia de la filosofa,
continuarn siendo puntos de referencia paradigmticos.
Platn descubrir y tratar de demostrar que la realidad o el ser
no son de un nico gnero y que adems del cosmos sensible existe
tambin una realidad inteligible y que trasciende a lo sensible. Por lo
tanto, descubrir lo que ms tarde se denominar metafsica (el
estudio de aquellas realidades que trascienden a las realidades fsicas).
Este descubrimiento llevar a Aristteles a distinguir entre una
fsica propiamente dicha, como doctrina de la realidad fsica, y una
metafsica, como doctrina de la realidad suprafsica, y as la fsica
llegar a significar, de un modo estable, ciencia de la realidad natural y
sensible.
Tambin los problemas morales adquirirn un carcter
especfico, distinguindose entre los dos momentos de la vida: la del
individuo y la del hombre en colectividad. Nace as la distincin entre los
problemas ticos en sentido estricto y los problemas ms estrictamente
polticos (problemas que para los griegos seguirn estando vinculados
entre s de un modo mucho ms estrecho que para nosotros, los
hombres modernos).
Con Platn y con Aristteles se plantearn de un modo estable
los problemas (que ya haban sido discutidos por los filsofos
precedentes) de la gnesis y de la naturaleza del conocimiento, y los
problemas lgicos y metodolgicos. En realidad dichos problemas
constituyen una aplicacin ce aquel segundo rasgo que habamos
considerado como propio de la filosofa, el mtodo de la investigacin
racional. Cul es el camino que debe seguir el hombre para llegar a la
verdad? Cul es la aportacin veritativa de los sentidos y cul la de la
razn? Cul es la caracterstica de lo verdadero y de lo falso? Cules
13
son las formas lgicas mediante las cuales el hombre piensa, juzga v
razona? Cules son las reglas del pensar correctamente? Cuales son
las condiciones para que un tipo de razonamiento pueda calificarse de
cientfico?
En conexin con el problema lgico-gnoseolgico nace tambin
el problema de la determinacin de la naturaleza del arte y de lo bello,
en la expresin y en el lenguaje artstico y, por lo tanto, aparecen lo que
hoy llamamos problemas estticos. Relacionados con stos, surgen los
problemas de la determinacin de la naturaleza de la retrica y del
discurso retrico, es decir del discurso que se propone convencer,
utilizando la capacidad de persuadir, que tanta importancia manifest en
la antigedad.
La filosofa protoaristotlica tratar estos problemas como algo
definitivamente adquirido, dividindolos en tres grupos: 1) problemas
fsicos (ontolgico-teolgico-fsico-cosmolgicos), 2) lgicos (y
gnoseolgicos) y 3) morales.
La ltima filosofa griega, que se desarrolla ya durante la era
cristiana, acabar por responder a instancias mstico-religiosas, en
consonancia con la mentalidad de la nueva poca.
3.4. Las etapas y los perodos de la historia de la filosofa
antigua
La filosofa antigua griega y grecorromana posee una historia
ms que milenaria. Se inicia en el siglo vi a.C. y llega hasta el 529 d.C.,
ao en que el emperador Justiniano clausur las escuelas paganas y
orden la dispersin de sus seguidores.
A lo largo de este lapso pueden distinguirse los siguientes
perodos:
1. El perodo naturalista, caracterizado como ya se ha dicho
por el problema de la physis y del cosmos, y que entre los siglos VI y V
vio sucederse a los jnicos, los pitagricos, los eleticos, los pluralistas
y los fsicos eclcticos.
2. El perodo llamado humanista, que en parte coincide con la
ltima etapa de la filosofa naturalista y con su disolucin, y que tiene
como protagonistas a los sofistas y sobre todo a Scrates, quien por
primera vez intenta definir la esencia del hombre.
3. El momento de las grandes sntesis de Platn y de
Aristteles, que coincide con el siglo iv a.C., caracterizado en especial
por el descubrimiento de lo suprasensible y por la explicitacin y
formulacin orgnica de diversos problemas filosficos.
4. A continuacin viene el perodo de las escuelas helensticas,
que abarca desde la gran conquista de Alejandro Magno hasta el final
de la era pagana y que, adems del florecimiento del cinismo,
contempla la aparicin de los grandes movimientos de epicuresmo, el
estoicismo, el escepticismo y la posterior difusin del eclecticismo.
5. El perodo religioso del pensamiento antiguo pagano, como
ya se ha sealado, se desarrolla casi por completo durante la poca
cristiana y se caracteriza sobre todo por un grandioso renacimiento del
platonismo, que culminar con el movimiento neoplatnico. El nuevo
florecimiento de las dems escuelas estar condicionado de diversas
formas por el mismo platonismo.
6. Durante este perodo nace y se desarrolla el pensamiento
cristiano, que se propone formular racionalmente el dogma de la nueva
14
religin y Definirlo a la luz de la razn con categoras procedentes de
los filsofos griegos.
Filn de Alejandra llevar a cabo un primer intento de sntesis
entre el Antiguo Testamento y el pensamiento griego, pero no tenda
continuadores. La victoria de los cristianos implicar bsicamente una
reflexin sobre el mensaje evanglico, a la luz de las categoras de la
razn. Sin embargo, esta coyuntura del pensamiento griego no
constituye una coronacin del pensamiento griego, sino que indica ms
bien la entrada en crisis y la superacin de la forma de pensar de los
griegos, preparando as la civilizacin medieval y las bases de lo que
ser el pensamiento cristiano europeo. En consecuencia, este momento
del pensamiento, aunque se (cngan muy en cuenta los vnculos que
posee con la ltima fase del pensamiento pagano que se desarrolla de
modo simultneo, debe estudiarse en si mismo, en cuanto pensamiento
antiguo cristiano, y hay que considerarlo atentamente, en los nuevos
mbitos que ocupa, como premisa y fundamento del pensamiento y la
filosofa medievales.
15
CAPTULO II
LOS NATURALISTAS O FILSOFOS DE LA PHYSIS
1. LOS PRIMEROS JNICOS Y EL PROBLEMA DEL
PRINCIPIO DE TODAS LAS COSAS
1.1. Tales de Mileto
El pensador que segn la tradicin da comienzo a la filosofa
griega es Tales, que vivi en Mileto de Jonia, probablemente durante
las ltimas dcadas del siglo VII y la primera mitad del VI a.C. Adems
de filsofo fue cientfico y prudente poltico. No se sabe que haya escrito
ningn libro. Conocemos su pensamiento nicamente a travs de la
tradicin oral indirecta.
Tales fue el iniciador de la filosofa de la physis, al afirmar por
vez primera que existe un nico principio originario, causa de todas las
cosas que son, y sostuvo que dicho principio es el agua. Tal proposicin
es importantsima, como veremos de inmediato, y con todo derecho
podra calificarse como la primera proposicin filosfica de la que
acostumbra a llamarse civilizacin occidental (A. Maddalena). La
exacta comprensin de esta proposicin permitir entender la gran
revolucin efectuada por Tales, que llev a la creacin de la filosofa.
Principio (arkhe) no es un trmino utilizado por Tales (quizs
lo introdujo su discpulo Anaximandro, pero algunos piensan que tiene
su origen an ms tardo), si bien es el que sin duda expresa mejor que
ningn otro el concepto de aquel quid del cual proceden todas las
cosas, el principio, indica Aristteles en su exposicin acerca del
pensamiento de Tales y de los primeros fsicos, es aquello de lo cual
proceden originariamente y en lo cual acaban por resolverse todos los
seres, es una realidad que permanece idntica durante la
transmutacin de sus afecciones es decir una realidad que contina
existiendo inmutada, a travs del proceso generador de todas las
cosas.
Por tanto el principio es: a) la fuente y el origen de todas las
cosas, b) la desembocadura o el trmino ltimo de todas las cosas y c)
el respaldo permanente que rige todas las cosas (la substancia, diremos
ms adelante, apelando a una denominacin posterior). En pocas
palabras el principio puede definirse como aquello de lo cual provienen,
aquello en lo que araban v aquello por lo cual son y subsisten todas las
cosas.
Estos primeros filsofos si no el propio Tales denominaron
este principio con el trmino physis, que significa naturaleza, no en el
sentido moderno de trmino, sino en el sentido originario de realidad
primera y fundamental, es decir aquello que resulta primario,
fundamental y persistente, en oposicin a lo que es secundario,
derivado y transitorio (I. Burnet).
Por tanto, han sido llamados fsicos o naturalistas aquellos
filsofos que, a partir de Tales y hasta el siglo V a.C., indagaron acerca
de la physis. En consecuencia slo es posible comprender el horizonte
mental do estos primeros filsofos si recobramos la acepcin arcaica
del trmino y captamos adecuadamente la peculiaridad que la distingue
de la acepcin moderna.
Hay que aclarar ahora el sentido de la identificacin del principio
con el agua y sus consiguientes implicaciones.
La tradicin indirecta afirma que Tales dedujo tal conviccin de
la constatacin de que el sustento de todas las cosas es hmedo, las
simientes y los grmenes de todas las cosas poseen una naturaleza
16
hmeda y por consiguiente la desecacin total provoca la muerte.
Puesto que la vida est ligada a la humedad y la humedad presupone el
agua, sta ser el manantial ltimo de la vida y de todas las cosas.
Todo proviene del agua, todo sustenta la propia vida mediante el agua y
todo finaliza, a su vez, en el agua.
Ya en la antigedad hubo quienes trataron de reducir el alcance
de estas afirmaciones de Tales, considerando como antecedentes
suyos las afirmaciones de quienes por ejemplo Homero y otros
consideraron al Ocano y a Tetis como padre y madre respectivamente
de las cosas. Asimismo algunos. Recordaron la creencia segn la cual
los dioses juraban sobre la Estigia (laguna de los infiernos y, por lo
tanto, agua), sealando que aquello sobre lo cual se jura constituye
precisamente lo primero y lo supremo (el principio). Sin embargo es
muy clara la diferencia entre la postura de Tales y estas otras que
acabamos de mencionar. Tales basa sus afirmaciones en el puro
razonamiento, en el logos, y los otros en cambio se basaban en la
imaginacin y en el mito. Aqul presenta una forma de conocimiento
que procede de argumentaciones racionales, mientras que estos slo
aducen creencias fantstico-poticas. Por lo dems, el nivel de
racionalidad al que ya se haba elevado Tales, tanto en general como
en particular, lo demuestra el hecho de haber investigado los
fenmenos celestes hasta el punto de predecir (ante el estupor de sus
conciudadanos) un eclipse, quizs el del 585 a.C. Tambin se halla
ligado con su nombre un teorema clebre de la geometra.
No se debe creer, empero, que el agua de Tales consiste en el
elemento fsico-qumico que bebemos. El agua de Tales hay que
considerarla de una manera totalizante, como aquella physis lquida
originaria, de la que todo se deriva y de la que el agua que bebemos no
es ms que una de sus mltiples manifestaciones. Tales es un
naturalista en el sentido antiguo del trmino y no un materialista en el
sentido moderno y contemporneo. En la prctica su agua llegaba a
coincidir con lo divino. Dios, deca es la cosa ms antigua, porque no
es generado, es decir, porque es principio. Se introduce as una
nueva concepcin de Dios: se trata de una concepcin en la que
predomina la razn y que se halla destinada como tal a eliminar muy
pronto todos los dioses del politesmo fantstico-potico de los griegos.
Y cuando Tales afirmaba adems que todo est lleno de
dioses, quera decir que todo est penetrado por el principio originario.
Puesto que el principio originario es vida, todo est vivo y todo tiene un
alma (panpsiquismo). Adujo el ejemplo del imn que atrae el hierro
como prueba de la universal animacin de las cosas (la fuerza del imn
es una manifestacin de su alma, de su vida).
Con Tales el logos humano se introduce con seguridad en la
senda de la conquista de la realidad en su integridad (el problema del
principio de todas las cosas) y en algunas de sus partes (aquellas que
constituyen el objeto de las ciencias particulares, que es la
denominacin que hoy les damos).
1.2. Anaximandro de Mileto
Anaximandro, nacido hacia el final del siglo vn a.C. y muerto a
principios de la segunda mitad del siglo vi, fue probablemente discpulo
de Tales. Compuso un tratado Sobre la naturaleza, del cual nos ha
llegado un fragmento. Constituye el primer tratado filosfico de
Occidente y el primer escrito en prosa de los griegos. Se haba vuelto
necesaria una nueva forma de composicin literaria ya que el logos
17
deba quedar libre de las cadenas de la mtrica y del verso, para
responder con plenitud a sus propias exigencias. Anaximandro intervino
ms activamente an que Tales en la vida poltica. Se nos narra,
adems, que comand la colonia que emigr desde Mileto a
Apolonia.
Con Anaximandro se profundiza en la problemtica del
principio. Considera que el agua ya es algo derivado y que el principio
(arkhe) consiste en cambio en lo infinito, es decir en una naturaleza
(physis) in-finita e in-definida, de la cual provienen absolutamente todas
las cosas que son.
El trmino utilizado por Anaximandro es a-peirn, que significa
aquello que carece de lmites tanto externos (lo que es espacialmente y,
por tanto, cuantitativamente infinito) como internos (lo que es
cualitativamente indeterminado). Precisamente porque no est limitado
cuantitativa y cualitativamente, el principio apeiron puede dar origen a
todas las cosas, de limitndose en diversas formas. Este principio
abraza y circunda, gobierna y rige todo, porque en tanto que de-
limitacin y de-terminacin suya, todas las cosas se generan de l, con-
sisten y son en l.
Esto infinito aparece como lo divino, porque es inmortal e
indestructible Anaximandro no slo atribuye aqu a su principio las
prerrogativas que Homero y la tradicin antigua atribuan a los dioses,
esto es, la inmortalidad v el rigor v gobernarlo todo, sino que va ms
all, especificando que la inmortalidad del principio debe ser tal que no
admita un fin, pero tampoco un inicio. Las antiguas deidades no moran,
pero nacan. En cambio lo divino de Anaximandro no nace, al igual que
no mucre. De este modo, como se ha sealado a propsito de Tales,
queda socavada la base en que se apoyan las teogonas, es decir, las
genealogas de los dioses en el sentido utilizado por la mitologa
tradicional griega.
As se comprende an mejor lo que antes hemos afirmado.
Estos primeros filsofos presocrticos son naturalistas en el sentido de
que no contemplan lo divino (el principio) como algo distinto del mundo,
sino como la esencia del mundo. Sin embargo no tienen ninguna
relacin con concepciones de tipo materialista ateo.
En Anaximandro, pues, Dios se convierte en el principio,
mientras que los dioses se convierten en los mundos, los universos que
como veremos son muy numerosos; stos, en cambio, nacen y
perecen de forma cclica.
Tales no se haba planteado la pregunta acerca de cmo y por
qu tocias las cosas proceden del principio. Anaximandro s se la
plantea y el fragmento de su tratado que ha llegado hasta nosotros
contiene la respuesta a este problema: All donde las cosas
encuentran su nacimiento, tambin se lleva a cabo su disolucin, de
acuerdo con la necesidad; recprocamente se sufre la pena y se paga la
culpa de la injusticia, segn el orden del tiempo.
Anaximandro probablemente pensaba que el mundo est
constituido por una serie de contrarios, y que stos tienden a
atropellarse el uno al otro (calor y fro, sequedad y humedad, etc.). La
injusticia consistira precisamente en este atropello. El tiempo es visto
como un juez, en cuanto asigna un lmite a cada uno de los contrarios,
acabando con el predominio de uno sobre otro, y viceversa. Como es
obvio, no slo es injusticia la alternancia de los contrarios, sino tambin
el ejercicio mismo de los contrarios, puesto que para cada uno de ellos
nacer implica de inmediato contraponerse al otro contrario. Y dado que
18
el mundo nace de la escisin de los contrarios, en esto reside la primera
injusticia, que habr que expiar mediante la muerte (el fin) del mundo
mismo, que ms tarde volver a nacer de acuerdo con determinados
ciclos temporales, indefinidamente.
Existe por lo tanto, tal como algn especialista ha sealado con
precisin, una doble injusticia y por consiguiente una doble necesidad
de expiacin: a) por una parte, que el mundo haya nacido a travs de la
escisin en opuestos de la unidad del principio, y b) por otra, el intento
que despus de la escisin lleva a cabo cada uno de los opuestos
de usurpar, lleno de odio hacia el otro, la condicin de nico
superviviente y dominador, que sera al mismo tiempo una usurpacin
del lugar y de los derechos de lo divino, inmortal e indestructible (R.
Mondolfo). Parece innegable que en esta concepcin (como han
sealado muchos autores) se han filtrado nociones religiosas de talante
rfico. Ya hemos indicado que para el orfismo resulta central la idea de
una culpa originaria y de la expiacin de sta y, por lo tanto, el concepto
de una justicia equilibradora. Con relacin a este punto el logos de
Anaximandro toma en prstamo su idea central de las representaciones
religiosas. Su discpulo Anaxmenes, como veremos, intentar ofrecer
una respuesta puramente racional a este problema.
Al igual que el principio es infinito, tambin son infinitos los
mundos, como va se ha sealado, en el sentido de que este mundo
nuestro es uno ms en la serie de mundos que lo han precedido y que
lo seguirn (dado que cada mundo nace, vive v mucre), v en el sentido
de que nuestro mundo coexiste al mismo tiempo con una serie infinita
de otros mundos (y todos ellos nacen y mueren de forma anloga).
A continuacin expondremos cmo explica Anaximandro la
gnesis del cosmos. Los dos primeros contrarios fundamentales el
calor y el fro se generaron mediante un movimiento, que es eterno.
El fro, elemento de origen lquido, habra sido en parte transformado en
aire, por el fuego-calor que formaba la esfera circundante. La esfera del
fuego se habra dividido en tres partes, dando origen a la esfera del sol,
la de la luna y la de los astros. El elemento lquido se habra
congregado en las cavidades de la tierra, constituyendo los mares.
La tierra, a la que se atribuye una forma cilndrica, permanece
suspendida sin que nada la sostenga, pero se mantiene en su lugar
debido a la igual distancia entre todas sus partes, es decir, por una
especie de equilibrio de fuerzas. Del elemento lquido, y por la accin
del sol, nacieron los primeros animales de estructura elemental, de los
que fueron poco a poco desarrollndose los animales ms complejos.
El lector superficial se equivocara si juzgase estas opiniones
como algo excesivamente pueril, ya que como hace tiempo han
puesto en claro los expertos se trata de una visin notablemente
anticipadora. Pinsese, por ejemplo, en la osada de representar la
tierra sin necesidad de un sostn material (en Tales la tierra flotaba, es
decir, se apoyaba sobre el agua) y regida por un equilibrio de fuerzas.
Tngase en cuenta, adems, la modernidad de la idea de que la vida se
haya originado mediante animales acuticos y el consiguiente
traslucirse (aunque de forma extremo primitiva) de la nocin de
evolucin de las especies vivientes. Esto es suficiente para dar a
entender cunto haba avanzado el logos, ms all del mito.
1.3. Anaxmenes de Mileto
Tambin en Mileto vivi Anaxmenes, discpulo de
Anaximandro, en el siglo vi a.C., de cuyo escrito Sobre la naturaleza
19
en sobria prosa jnica nos han llegado tres fragmentos, adems de
testimonios indirectos.
Anaxmenes piensa que, en efecto, el principio debe ser infinito,
pero que hay que pensarlo como aire infinito, substancia area ilimitada.
Escribe: Al igual que nuestra alma (es decir, el principio que da la
vida), que es aire, nos sostiene y nos gobierna, as el soplo y el aire
abrazan todo el cosmos. Ms an: El aire est cerca de lo incorpreo
(en el sentido de que no tiene forma ni lmites como los cuerpos y es
invisible), y puesto que nosotros nacemos gracias a su flujo, es preciso
que sea infinito y rico, para que jams desaparezca. El motivo por el
cual Anaxmenes conceba el .me como lo divino es algo evidente,
basndonos en lo que hemos dicho antes a propsito de los dos
milesios anteriores.
En cambio queda por aclarar la razn por la que Anaxmenes
eligi como principio el aire. Obviamente experimentaba la necesidad
de introducir una physis que permitiese deducir de ella todas las cosas
de un modo ms lgico y ms racional que el empleado por
Anaximandro. En efecto, por su naturaleza extremadamente mvil, el
aire se presta muy bien (bastante ms que lo infinito de Anaximandro)
a ser concebido como en movimiento perenne. Adems el aire se
presta mejor que cualquier otro elemento a las variaciones y las
transformaciones necesarias para dar origen a las diversas cosas. Al
condensarse se enfra y se convierte en agua y luego en tierra, y al
lentificarse, se calienta y se convierte en fuego. Un terminante
testimonio antiguo nos relata: Anaxmenes dice que el fro es la
materia que se contrae y se condensa, mientras que el calor es la
materia dilatada y lentificada (precisamente sta es la expresin que
utiliza). Por eso, no sin razn segn Anaxmenes se dice que el
hombre deja salir de su boca el calor y el fro: la respiracin se enfra si
los labios apretados la comprimen, pero en cambio si sale de la boca
abierta se calienta por la dilatacin.
Por consiguiente la variacin cuantitativa de tensin de la
realidad originaria da origen a todas las cosas. En cierto sentido
Anaxmenes representa la manifestacin ms rigurosa y ms lgica del
pensamiento de la Escuela de Mileto, porque con el proceso de
condensacin y enrarecimiento se introduce la causa dinmica de la
que Tales an no haba hablado y que Anaximandro haba determinado
apelando exclusivamente a concepciones rficas. Anaxmenes
suministra as una causa en perfecta armona con el principio y, en
consecuencia, en pleno acuerdo con el significado de la physis. Se
entiende por lo tanto que los pensadores siguientes se refieran a
Anaxmenes como a la expresin paradigmtica y al modelo del
pensamiento jnico. Cuando en el siglo v a.C. reviva este pensamiento
como veremos ms adelante ser la physis del principio-aire de
Anaxmenes la que inspire tal recuperacin.
1.4. Herclito de feso
Herclito vivi entre los siglos VI y V a.C., en feso. Tena un
carcter hurao y un temperamento esquivo y desdeoso. No quiso
participar de ninguna forma en la vida pblica: Habindole rogado sus
conciudadanos que promulgase leyes para la ciudad, escribe una
fuente antigua, se rehus, porque aqulla ya haba cado bajo el poder
de la mala constitucin. Escribi un libro titulado Sobre la naturaleza,
del cual nos han llegado numerosos fragmentos, constituido quizs por
una serie de aforismos, y voluntariamente redactado de manera
20
obscura, con un estilo que recuerda las sentencias de los orculos,
para que se acercasen all slo aquellos que podan y el vulgo
permaneciese alejado. Hizo esto con el propsito de evitar el
menosprecio y las burlas de aquellos que, al, leer cosas aparentemente
fciles, creen entender lo que en realidad no entienden. Debido a esto
fue llamado Herclito el obscuro.
Los milesios haban advertido el dinamismo universal de las
cosas que nacen, crecen y mueren y del mundo, (o ms bien de los
mundos que se hallan sometidos al mismo proceso.) Adems, haban
considerado que el dinamismo era un rasgo esencial del principio que
genera, rige y reabsorbe todas las cosas. Sin embargo, no haban
elevado a nivel temtico. De un modo adecuado, este aspecto de la
realidad. Y esto fue lo que hizo Herclito. Todo se mueve, todo
fluye (panta rhei), nada permanece inmvil y fijo, todo cambia y se
modifica sin excepcin. Podemos leer en dos de sus fragmentos ms
famosos:.No podemos baarnos dos veces en el mismo ro y no se
puede tocar dos veces una substancia mortal en el misino estado, sino
que a causa de la impetuosidad y la velocidad de la mutacin, se
dispersa y se recoge, viene y va; Bajamos y no bajamos al mismo rio,
nosotros mismos somos y no somos.
El sentido de estos fragmentos es claro: el ro es
aparentemente siempre el mismo, mientras que en realidad est
constituido por aguas siempre nuevas y distintas que llegan y se
escabullen. Por eso, no se puede baar dos veces a la misma agua del
ro, porque cuando se baja por segunda vez es otra agua la que est
llegando; y tambin, porque nosotros mismos cambiamos y en el
momento en que hemos acabado de sumergirnos en el no nos hemos
convertido en alguien distinto al que ramos en el momento de
comenzar a sumergirnos. De modo que Herclito puede afirmar con
razn que entramos y no entramos en el mismo ro. Y tambin puede
decir que somos y no somos, porque, para ser lo que somos en un
momento determinado, debemos no-ser-ya aquello que ramos en el
instante precedente. Igualmente, para continuar siendo, debemos de
modo constante no-ser-ya aquello que somos en cada momento. Segn
Herclito, esto se aplica a toda la realidad, sin excepcin alguna.
Indudablemente, ste es el aspecto ms conocido de la doctrina
de Herclito, que algunos de sus discpulos llevaron a lmites extremos,
como en el caso de Cratilo, que reproch a Herclito el no haber sido lo
bastante riguroso. De hecho, no slo no podemos baarnos dos veces
en el mismo ro, sino que no podemos baarnos ni siquiera una vez,
debido a la velocidad de la corriente (en el momento en que
comenzamos a sumergirnos en el ro aparece ya otra agua y nosotros
mismos antes de que se haya acabado la inmersin, por rpida que
sta haya sido ya somos otros, en el sentido antes explicado).
Para Herclito, sin embargo, esto no es ms que una
constatacin bsica, que sirve como punto de partida para posteriores
inferencias aun ms profundas y audaces. El devenir, al que todo se ve
obligado, se caracteriza por un continuo pasar desde un contrario al
otro: las cosas fras se calientan, las calientes se enfran, las hmedas
se secan, las secas se humedecen, el joven envejece, lo vivo muere,
pero de lo que ha muerto renace otra vida joven, y as sucesivamente,
Existe pues una guerra perpetua entre los contrarios que se van
alternando. No obstante, puesto que las cosas slo adquieren su propia
realidad en el devenir, la guerra (entre los opuestos) es algo esencial:
La guerra es madre de todas las cosas y de todas las cosas es reina.
Se trata, empero, de una guerra advirtase con cuidado, que, al
21
mismo tiempo, es paz, y de un contraste que es, simultneamente,
armona. El perenne fluir de las cosas y el devenir universal se revelan
como una armona de contrarios, es decir, como una constante
pacificacin entre beligerantes, un conciliarse entre contendientes (y
viceversa): Aquello que es oposicin se concilia y de las cosas
diferentes nace la ms bella armona, y todo se engendra por medio de
contrastes; Ellos (los ignorantes) no entienden que lo que es diferente
concuerda consigo mismo; armona de contrarios, como la armona del
arco v de la lira. Solo enfrentan alternativamente los contrarios se
otorgan de forma mutua un sentido especifico: La enfermedad
convierte en dulce la salud, el hambre convierte en dulce la saciedad, y
la fatiga convierte en dulce el descanso, ni siquiera se conocera el
nombre de la justicia, si no existiese la ofensa.
Y en la armona, coinciden los opuestos: el camino que sube y
el camino que baja son un nico y mismo camino; en el circulo son
comunes el fin y el principio; la misma cosa son el viviente y el
muerto, el despierto y el durmiente, el joven y el viejo, porque estas
cosas, al cambiarse, son aqullas, y a su vez aqullas, al cambiarse,
son stas. As, todo es uno y del uno procede todo.
Esta armona y unidad de los opuestos es el principio y, por lo
tanto, Dios y lo divino: El Dios es da-noche, es invierno-verano, es
guerra y paz, es saciedad y hambre.
Hegel apreci a Herclito hasta el punto de incluir todas sus
proposiciones en la Lgica. Sin embargo, como es evidente, la armona
de los opuestos de Herclito se halla an muy lejos de la dialctica
hegeliana y radica en la filosofa de la physis. En consecuencia, la
identidad y la diversidad como han sealado con acierto los
especialistas es la de la sustancia primordial, en todas sus
manifestaciones (J. Burnet). En efecto, tanto los fragmentos que se
conservan en su obra como la tradicin indirecta indican con claridad
que Herclito ha elegido el fuego como principio fundamental y ha
considerado que todas las cosas son transformaciones del fuego: Del
fuego proceden todas las cosas, y el fuego, de todas, al igual que del
oro las mercancas, y de las mercancas el oro; este orden, que es
idntico para todas las cosas, no lo cre ninguno de los dioses ni de los
hombres, sino que siempre ha sido y es y ser fuego eternamente vivo,
que se enciende segn medida y segn medida se apaga. El motivo
por el cual Herclito adjudic al fuego la naturaleza de todas las cosas
es algo obvio: el fuego expresa de modo ejemplar las caractersticas de
la mutacin continua, del contraste y de la armona. El fuego se halla en
constante movimiento, es vida que vive de la muerte del combustible, es
una continuada transformacin de ste en cenizas, en humo y en
vapores, es como afirma Herclito de su Dios perenne necesidad
y saciedad.
Este fuego es como un rayo que gobierna todas las cosas; y
lo que gobierna todas las cosas es inteligencia, es razn, es lagos, ley
racional. As, al principio de Herclito se vincula expresamente la idea
de inteligencia, que en los milesios slo quedaba implcita. Un
fragmento particularmente significativo confirma la nueva posicin de
Herclito: El Uno, el nico sabio, no quiere y quiere ser llamado Zeus.
No quiere ser llamado Zeus, si por Zeus se entiende al dios con forma
humana caracterstico de los griegos; quiere ser llamado Zeus, si por
este nombre se entiende el Dios y el ser supremo.
En Herclito emerge ya una serie de elementos concernientes a
la verdad y al conocimiento. Es preciso estar en guardia con respecto a
los sentidos, porque stos se detienen en la simple apariencia de las
22
cosas. Y tambin es necesario guardarse de las opiniones de los
hombres, que estn basadas sobre las apariencias. La Verdad consiste
en captar ms all de los sentidos aquella inteligencia que gobierna
todas las cosas. Herclito se sinti una especie de profeta de dicha
inteligencia, lo cual explica que sus sentencias se asemejen a orculos
y que sus palabras tengan un carcter hiertico.
Hay que sealar una ltima idea. A pesar del planteamiento
general de su pensamiento que lo llevaba a interpretar el alma como
un fuego y, por lo tanto, a interpretar el alma sabia como la ms cerca y
a identificar la necedad con humedad Herclito escribi una
sentencia acerca del alma que se cuenta entre las ms bellas que han
llegado hasta nosotros: Jams podrs hallar las fronteras del alma,
por ms que recorras sus sendas tan profundo es su logos. Aunque
se site en el mbito de un horizonte fsico, Herclito mediante la idea
de la dimensin infinita del alma abre aqu u resquicio en direccin a
algo que se encuentra ms all, algo no fsico. Se trata slo de un
resquicio, sin embargo, aunque realmente genial.
Herclito parece haber adoptado algunas ideas de los rficos,
afirmando de los hombres lo que sigue: Inmortales mortales, mortales
inmortales, viviendo la muerte de aqullos, muriendo la vida de
aquellos. Esto parece expresar con lenguaje heraclitiano la idea rfica
de que la vida del cuerpo es una mortificacin del alma y la muerte del
cuerpo es vida para el alma. Al igual que los rficos, Herclito crea en
castigos y premios despus de la muerte: Despus de la muerte
aguardan a los hombres cosas que no esperan y que ni siquiera se
imaginan. Sin embargo, no podemos determinar en qu forma
Herclito pona en relacin estas creencias rficas con su filosofa de la
physis.
2. LOS PITAGRICOS Y EL NMERO COMO PRINCIPIO
2.1. Pitgoras y los llamados pitagricos
Pitgoras naci en Samos. El punto culminante de su vida hay
que situarlo alrededor del 530 a.C. y su muerte, a principios del siglo v
a.C. Digenes Laercio, el ms famoso entre los antiguos autores de
biografas de filsofos, resume as las etapas de su vida: Joven y vido
en ciencia, abandon su patria y fue iniciado en todos los ritos
mistricos, tanto en los griegos como en los brbaros. Luego fue a
Egipto...; de all paso a conocer a los caldeos y a los magos. A
continuacin en Creta con Epimnides entro en la caverna de Ida, pero
tambin en Egipto haba entrado en los santuarios y haba aprendido
los arcanos de la teologa egipcia. Desde all regres a Samos y, al
hallar a su patria bajo la tirana de Policiales, se embarc hacia Crotona
de Italia. All otorg leyes a los italiotas y logr una gran fama junto con
sus seguidores, que en nmero de unos trescientos los administraban
de manera ptima la cosa pblica, de modo que su gobierno fue casi
una aristocracia. Los viajes a Oriente quizs fueron invenciones
posteriores. En cambio es cierto que Crotona fue la ciudad donde actu
primordialmente Pitgoras. Pero las doctrinas pitagricas tuvieron gran
difusin en muchas otras ciudades de la Italia meridional v de Sicilia:
desde Sbaris hasta Reggio, desde Locri hasta Metaponto, desde
Agrigento hasta Catania. Adems de filosfico y religioso, como se ha
visto, el influjo de los pitagricos tambin fue notable en el mbito
poltico el ideal poltico consista en una forma de aristocracia basada
en nuevos estamentos dedicados especialmente al comercio, que como
hemos dicho antes, haban logrado en las colonias un nivel elevado,
incluso antes que en la metrpoli. Se cuenta que los habitantes de
23
Crotona, temiendo que Pitgoras quisiese convertirse en tirano de la
ciudad.
Incendiaron el edificio en el cual estaba reunido junto con sus
discpulos. Segn algunas fuentes, Pitgoras habra muerto en tal
circunstancia; segn otras, en cambio, habra logrado huir y habra
muerto en Metaponto. A Pitgoras se le atribuyen muchos escritos, pero
los que han llegado hasta nosotros como supuesta obra suya son
falsificaciones de una poca posterior, es muy posible que su
enseanza haya sido slo o primordialmente oral.
Acerca del pensamiento originario de este filsofo, al igual que
sobre los datos reales de su vida, poco podemos decir o casi nada en
realidad. las numerosas Vidas de Pitgoras escritas con posterioridad
no son histricamente vlidas, porque nuestro filsofo al poco tiempo
de su muerte y quizs ya durante los ltimos aos de su vida a ojos
de sus seguidores haba perdido sus rasgos humanos; se le veneraba
casi como un numen, y su palabra posea el valor de un orculo. Se
hizo muy famosa la expresin con la que se aluda a su doctrina: lo
dijo l (autos epha, ipse dixit). El propio Aristteles careca de
elementos que le permitiesen distinguir a Pitgoras de sus discpulos y
hablaba de los llamados pitagricos, es decir de aquellos filsofos
que eran llamados o que se llamaban pitagricos, filsofos que
buscaban juntos la verdad y que, por lo tanto, no se diferenciaban con
rasgos individuales.
Sin embargo, este hecho, por extrao que pueda parecer, no es
algo anmalo, si se tienen en cuenta algunas caractersticas peculiares
de esta escuela. 1) La escuela haba nacido como una especie de
confraternidad o de orden religiosa y estaba organizada mediante reglas
especficas de convivencia y de conducta. Su finalidad consista en la
realizacin de determinado tipo de vida y, con respecto a dicha meta, la
ciencia y la doctrina actuaban como medio: un medio que era un bien
comn, que todos compartan y al cual todos procuraban incrementar.
2) Se consideraba que las doctrinas eran un secreto del cual slo los
adeptos podan entrar en conocimiento y cuya difusin se hallaba
severamente prohibida. 3) Filolao, contemporneo de Scrates, fue el
primer pitagrico que public obras por escrito. Una fuente antigua nos
narra lo siguiente: Causa asombro el rigor del secreto de los
pitagricos; a lo largo de muchos aos nadie parece haberse
encontrado con escritos de pitagricos antes de la poca de Filolao;
este, hallndose en una pobreza grande y amarga, divulg tres libros
celebres, de los cuales se afirma que fueron comprados por Din de
Siracusa, por encargo de Platn. 4) Por consiguiente, entre el final del
siglo VI a.C. y el final del V y principios del siglo IV a.C., el pitagorismo
pudo enriquecer notablemente su propio patrimonio doctrinal, sin que
poseamos elementos que nos permitan distinguir con precisin entre las
doctrinas originarias y las aparecidas con posterioridad. 5) Sin embargo,
puesto que las bases sobre las que trabaj fueron substancialmente
homogneas, es lcito considerar esta escuela en bloque, al igual que
hicieron los antiguos, comenzando por Aristteles.
2.2. Los nmeros como principio
la bsqueda filosfica al pasar desde las colonias jnicas de
oriente a las de Occidente, adonde haban emigrado las antiguas tribus
jnicas y donde se haba creado un clima cultural distinto se
perfecciona de modo apreciable.
Con una perspectiva claramente modificada, los pitagricos
24
consideraron que el principio es el nmero (y sus elementos
constituyentes), ms bien que el agua, el aire o el fuego.
El testimonio ms claro y ms conocido que resume el
pensamiento pitagrico es el siguiente texto de Aristteles, que se
ocup mucho y con profundidad de estos filsofos: Los pitagricos
fueron los primeros que se dedicaron a las matemticas y que las
hicieron avanzar, y nutridos por ellas, creyeron que los principios de
stas seran los principios de todas las cosas que son. Y puesto que en
las matemticas los nmeros son por propia naturaleza los principios
primeros, precisamente en los nmeros ellos pensaban ver ms que
en el fuego, en la tierra y en el agua muchas semejanzas con las
cosas que son y que se generan...; y adems, porque vean que las
notas y los acordes musicales consistan en nmeros; y finalmente
porque todas las dems cosas, en toda la realidad, les parecan estar
hechas a imagen de los nmeros y que los nmeros fuesen lo primero
en toda la realidad, pensaron que los elementos del nmero fuesen los
elementos de todas las cosas y que todo el universo fuese armona y
numero.
A primera vista esta teora puede sorprender. En realidad el
descubrimiento de que en todas las cosas existe una regularidad
matemtica, es decir numrica, debi producir una impresin tan
extraordinaria como para conducir a aquel cambio de perspectiva que
antes mencionbamos y que ha marcado una etapa fundamental en el
desarrollo espiritual de Occidente. Al mismo tiempo, fue decisivo el
descubrimiento de que los (sonidos y la msica a la que los
pitagricos dedicaban una gran atencin como medio de purificacin y
catarsis puede traducirse en magnitudes numricas, esto es, en
nmeros: la diversidad de sonidos que producen los martillos que
golpean sobre el yunque depende de la diversidad de peso (que se
determina mediante un nmero), la diversidad de los sonidos de las
cuerdas de un instrumento musical depende de la diversidad de la
longitud de las cuerdas (que asimismo se puede determinar mediante
nmeros). Adems, los pitagricos descubrieron las relaciones
armnicas del diapasn, la quinta y la cuarta, as como las leyes
numricas que las gobiernan (1:2, 2:3, 3:4).
No menos importante debi ser el descubrimiento de la
incidencia determinante del nmero en los fenmenos del universo: el
ao, las estaciones, los meses, los das, etc. estn regulados por leyes
numricas. Asimismo son tambin leyes numricas las que regulan el
tiempo de la gestacin en los animales, los ciclos del desarrollo
biolgico y los distintos fenmenos de la vida.
Es comprensible que, estimulados por la euforia de estos
descubrimientos, los pitagricos hayan llegado a descubrir tambin
correspondencias inexistentes entre fenmenos de diversos gneros y
el nmero. Por ejemplo, para algunos pitagricos, la justiciaen la
medida en que es una especie de reciprocidad o de igualdad haba
de coincidir con el nmero 4 o con el 9 (esto es, 2 x 2 3 x 3, el
cuadrado del primer nmero par o del primer nmero impar); a la
inteligencia y a la ciencia, en la medida en que poseen el carcter de
persistencia e inmovilidad, se las hacia coincidir con el 1, mientras que
la opinin mudable, que oscila en direcciones opuestas, haba de
coincidir con el 2, y as sucesivamente.
Esta muy claro, sin embargo, el proceso a travs del cual los
pitagricos llegaron a plantear el nmero como principio de todas las
cosas. No obstante, al hombre de hoy quizs le resulte bastante difcil
comprender el sentido profundo de esta doctrina, si no recupera el
25
sentido arcaico del nmero.Para nosotros el nmero es una abstraccin
mental y por lo tanto un ente de razn; en cambio, para la forma antigua
de pensar (hasta Aristteles), el nmero es una cosa real. No slo eso:
es la ms real de las cosas, y precisamente en cuanto tal se la
considera el principio constitutivo de las cosas. Por lo tanto el nmero
no es un aspecto que nosotros abstraemos mentalmente de las cosas,
sino la realidad, la physis de las cosas mismas.
Adems, los pitagricos consideraban que los nmeros impares
eran masculinos y los pares femeninos.
Por ltimo, los pitagricos consideraban que los nmeros pares
eran rectangulares, mientras que los nmeros impares eran cuadrados.
En efecto, si se colocan alrededor del nmero uno las unidades que
constituyen los nmeros impares, se obtendrn cuadrados, mientras
que si se colocan de modo anlogo las unidades que forman los
nmeros pares, se obtendrn rectngulos, como se pone de manifiesto
en las figuras siguientes, que ejemplifican en el primer caso los
nmeros 3, 5 y 7 y en el segundo, los nmeros 2, 4, 6 y 8.
2.3. Los elementos de los cuales derivan los nmeros
Todas las cosas proceden de los nmeros; sin embargo, los
nmeros no son el primum absoluto, sino que ellos mismos se derivan
de elementos precedentes. En efecto, los nmeros consisten en una
cantidad (indeterminada) que poco a poco se determina o de-limita: 2,
3, 4, 5, 6... Hasta el infinito. Por lo tanto, el nmero se halla constituido
por dos elementos: uno indeterminado o ilimitado, y uno determinante o
limitador. El nmero nace as por el acuerdo de elementos limitadores
y elementos ilimitados y a su vez genera todas las dems cosas.
Sin embargo, precisamente en cuanto son engendrados por un
elemento indeterminado y por otro determinante, los nmeros
manifiestan una cierta predominancia de uno o de otro de estos dos
elementos: en los nmeros pares predomina lo indeterminado (y as,
para los pitagricos los pares resultan nmeros menos perfectos),
mientras que en los impares predomina el elemento limitador (y por esto
son ms perfectos) Si representamos un nmero mediante puntos
geomtricamente dispuestos (pinsese en el hbito arcaico de utilizar
piedrecillas para indicar cifras y para efectuar operaciones, hbito del
cual se deriva la expresin realizar clculos, as como el trmino
calcular, procedente del latn calculus, que significa piedrecilla),
advertiremos que el nmero par deja un espacio vaco a la flecha que lo
divide en dos partes y que no halla ningn lmite, con lo que se
manifiesta su carcter defectuoso (carencia de limitacin), mientras que
al representar un nmero impar siempre queda una unidad adicional,
que de-limita y de-termina:
El Uno de los pitagricos no es par ni impar: es un parimpar,
puesto que de l proceden todos los nmeros, tanto los pares como los
impares; sumado a un par, engendra un impar, y sumado a un impar,
engendra un par. En cambio, los pitagricos y la matemtica antigua no
conocieron el cero.
El 10 (la tetraktys) fue considerado como nmero perfecto y
visualmente se simbolizaba mediante un tringulo equiltero, formado
por los cuatro primeros nmeros y cuyos lados consistan en el nmero
4:
La representacin nos muestra que el 10 es igual al + 2 + 3 + 4.
Pero hay ms an: en la dcada se hallan igualmente contenidos lo
par (cuatro nmeros pares: 2, 4, 6, 8) y lo impar (cuatro impares: 3, 5, 7,
26
9), sin que predomine ninguna de las dos partes. Adems existe en la
dcada igual cantidad de nmeros primos y no divisibles (2, 3, 5, 7) que
de nmeros planos y divisibles (4, 6, 8, 9). Asimismo posee igual
cantidad de mltiplos y submltiplos: tiene tres submltiplos hasta el
cinco (2, 3, 5) y des mltiplos de stos, entre seis y diez (6, 8, 9).
Adems existen en el diez. Todas las relaciones numricas: la
igualdad, el ms-menos, as como todos los tipos de nmeros, los
nmeros lineales, los cuadrados, los cbicos uno equivale al punto, el
dos a la lnea, el tres al tringulo, el cu