AÑO VI. 2 0 d e J u l i o d e 4 8 8 5 . NÚM. 27.
EL JURADO MÉDICO-FARMACÉUTICO.
R E V I S T A S E M A N A L
D E J A m i G m A , p í R Ü J Í A Y j ^ A R M A C I A .
(Eoo imparcial ds /a Ciencia y de los intereses Profesionaies.)
ORGANO OFICIAL DE LAS ASOCIACIONES MÉDICO-FARMACÉUTICAS DE ALIAGA, HUIR, VALDEEROBRES (TERÜEL) y de la Academia Molinesa [Quadalajara).
Premiado con m e n c i ó n de Honor por el Jurado de l a E x p o s i c i ó n iarmaeéut i ca nacional de 188» , y con Medalla de Oro en la E x p o s i c i ó n minera nacional.
ADMINISTRACIÓN Y REDACCIÓN: Arco de Sania María, 9, 2.°
C O R R E S P O N S A L E S .
D. Elias Gago., médico en León . D . Luis Alvarez Taladriz, subdelegado de Medicina y
Cirujía en Hervás (Cáceres). D . Julio Marlinez Agosti, módico en Infiesto (Oviedo). D. Jul ián Giménez, médico en Córdoba. D . Gerardo Salmerón, médico en Ciudad-Real. D . Eduardo Talegon de las Heras, catedrático en la Fa
cultad de Farmicia, de Santiago, provincia de la Coruña . D. Francisco Zaera, subdelegado de Medicina del partido
de Aliaga y médico en Villarluengo (Teruel). D . Ildefonso Rodríguez y Fernandez, catedrático de
Historia de la Medicina de la Universidad de la Habana.
D. Luciano Clemente y Guerra^ médico del Hospital de Avila.
D. Francisco Cerezuela, médico en Castelserás (Teruel). D. Manuel Torres de Más, médico en Oían (Argelia), D. Eleuterio Azcárate^ módico en Ezcaray (Logroño) . D. Remigio Viiioro, id . i d . del de Valderrobres (Teruel). D. Luis Leonor Menendez, subdelegado de Farmacia en
Segóvía. D. Florentino Izquierdo y Ordoñez, módico en Burgos. D. Pedro Cebrian y Diaz, médico en Nieva (Segovia). D. Eleuterio Delgado, médico en Villalpando (Zamora). D. Ramón Ibañez Abellan, médico en Burlas (Islas F i l i
pinas). D. Guillermo Rico del Valle (Astorga).
ADVERTENCIA.
Esperamos que los suscritores que están en descubierto atiendan nuestras reclamaciones, abonando los atrasos que adeudan, cuya liquidación remitimos por carta, evitando las dificultades y gastos que causa á esta Administración girar á su orden.
El Administrador,
A. Rico.
V A G A N T E S .
La de Médico-cirujano de Luzon (Guadalajara), partido de Molina. Dotación 250 pesetas por la asistencia á las familias pobres y unas 2.000 por igualas entre las pudientes. Las solicitudes basta el 24 del corriente.
La de Médico-cirujano de Fuentelaencina (Guadalajara), partido de Pastrana. Dotación 623 pesetas por la asistencia á las familias pobres. Las solicitudes basta el 30 del corriente.
La de Médico-cirujano de Castillejo de Infiesto (Cuenca),
partido de Motilla del Palancar. Dotación 125 pesetas por la asistencia á las familias pobres. Las solicitudes hasta el 31 del corriente.
La de Médico cirujano de Valverde de Mérida (Badajoz), partido de Mérida. Dotación 1.500 pesetas por la asistencia á las familias pobres. Las solicitudes basta el 31 del corriente.
La de Médico-cirujano de Montiel (Ciudad-Real), partido de Yillanueva de los Infantes. Dotación 975 pesetas por la asistencia á las familias pobres y las igualas entre las pudientes. La^ solicitudes basta el 30 del corriente.
La de Médico-cirujano de San Estéban de Nogales (León), partido de la Bañeza. Dotación 150 pesetas por la asistencia á las familias pobres y las igualas entre las pu dientes. Las solicitudes hasta el 9 de Agosto p róx imo.
La de Médico-cirujano de Pego (Alicante), partido de su nombre. Dotación 1.000 pesetas por la asistencia á las familias pobres y las igualas entre las pudientes. Las solicitudes hasta el 10 de Agosto próximo.
La de Médico-cirujano de Sierra de Yeguas (Malaga), partido de Campillos. Dotación 1.500 pesetas por la asistencia á las familias pobres y las igualas entre las pudientes. Las solicitudes hasta el 10 de Agosto próximo.
La de Médico cirujano de Castejon (Cuenca), partido de Priego. Dotación 500 pesetas por la asistencia á las familias pobres y las igualas entre las pudientes. Las solicitudes hasta el 12 de Agosto próximo.
DR. GOÑI. Especialista en las vías urinarias y matriz. Montera, 5, seaundo.
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dalucía, saben que no puede compararse con la otras regiones españolas.
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DE MORENO MIQUEL. Arenal, 2, Madrid, y principales
farmacias. 60 rs. frasco, y.por 65, se remite •rtifleado á provincias.
AGUA D E C A R A B A N A , purgante, refrescante, depurativa, ant ib í l i o sa por
excelencia. No se parece n i puede confundirse en sus eíectos^y re
sultados con ninguna otra agua ni producto; recomendada por todos los profesores de medicina. Ni irri ta, n i produce dolores, ni molestia alguna; se obtienen rápidas curaciones en las enfermedades del estómago, intestinos, hígado, bazo, mesenterio, etc., y en todas las afecciones herpéticas y escrofulosas del interior y exterior. Ha obtenido cuatro grandes premios, TRES MEDALLAS DE ORO. Pídase la Memoria científica.
Venta en todas las buenas farmacias y droguerías de España. Por mayor, Ghavarri, Atocha, 87, Madrid.
I P O R T A N T Í S I M O A L A HUMANIDAD. Del minucioso análisis practicado durante seis meses
por el reputado químico D. Manuel Saen?, Diez, acudiendo á los copiosos manantiales que nuevas obras han hecho aíin más abundantes, resulta que La Margarita, de LdeclieSji es entre todas las conocidas y que se anuncian al público, la ^"íca en sulfato sódico y magnésico, que son los más poderosos purgantes, y las únicas que contengan carbonatas ferroso y mang añoso, \gentes medicinales do gran valor como reconstituyentes. Tienen las aguas de Za Margarita, más de doble cantidad de gas carbónico que las que pretenden ser similares, y es tal la proporción y combinación en que se hallan todos sus componentes, que las constituyen en un especifico irreemplazable para las enfermedades herpéticas, escrofulosas y de la matriz, sífilis inveteradas, bazo, estómago, mesenterio, llagas, toses rebeldes y demás que expresa la etiqueta de las botellas que se expenden en todas las farmacias y droguerías, y en el Depósito central. Jardines, 15, bajo, derecha, donde se dan datos y explicaciones.
EL UNICO GRAN DIPLOMA DE HONOR en competencia con todas las aguas purgantes y similares nacionales y extranjeras en la Exposición Internacional de Niza, distinción hasta ahora no concedida.
P Í L D O R A S D E ALUMINIO ATOMIZADO DEL DR. CASTELLÓ.
Para el tratamiento de la tuberculosis pulmonar, según el Dr. Pisk [Jurado Médico-Farmacéutico, n ú m . 14,1885.)
Laboratorio y despacho ai por mayor y menor, farmacia! general española de Fernandez Izquierdo, Sacramente 2, y de venta en las principales farmacia.
Frasco con 50 pildoras, 6 pesetas.
FARMACIA D E P E R E Z N E G R O , Ruda, 14.—Madrid.
Ü PÍLDOBAS DE PjAzA. Sin rival para curar las intermiten tes, ya sean tercianas, cuartanas ó cuotidianas, comprobando la verdad de su eficacia con los muchís imos profesores, tanto de Madrid como de provincias, que nos honran recomendándolas. Caja con 80 pildoras, 20 reales; media, con 40, 12 rs.; se remiten por correo por 2 rs. más , y se hallan de venta en todas las mejores boticas de España . Por mayor se hacen descuentos dirigiéndose á su autor. Ruda, 14, Ma drid.
HELICINA VEGETAL CONTRA LA TOS. Remedio eficacísimo para curar con prontitud toda clase de toses, por rebeldes que sean, teniendo la ventaja sobre otros pectorales de ser inocente su uso; nuestro preparado obra de una manera rápida sobre las toses catarrales, absteniéndonos de hacer más elogios, que bien pudiéramos, por las cartas que obran en nuestro poder de los muchos facultativos que nace años vienen recomendándolo. Hay jarabe á 12 y 22 rs. frasco, pastillas á 12 rs. caja, y pildoras á 18 rs. caja y 10 la media.
DIARREA (DISENTERÍA). La diarrea sintomática de las inflama clones intestinales, así como las producidas por un exceso de la secreción biliar, y las terminadas por la ingest ión de alimentos y bebidas de mala calidad, que producen una acción irritante en el tubo digestivo, con especialidad en el grueso, se curan infaliblemente en uno ó dos días con las pildoras de Arándano compuestas: caja 14 rs. Se remiten por correo por 2 rs. más . Farmacia de Pérez Negro, Ruda, 14, Pontejos, 6
ANO V I . M a d r i d 2 0 d e J u l i o d e 1 8 8 5 . NÚM. 27.
i mrn i A R M A C I A .
R E V I S T A S E M A N A L .
D E ^ V I e D I C I N A , p I R U J Í A Y
(Eco imparcial de la Ciencia y de los inj-ereses Profesionales.)
OFiAL DE LAS AS0CÍAGI01S MlDICO-FARMAClmS DE LOS DISTRITOS DE ALIAGA, HÚAE. Y DE LA ACADEMIA WIOLINESA (GUADALAJARA.)
Mención de honor concedida por el Jurado de la Exposición Farmacéutica
nacional de 1882.
DIRECTOR PROPIETARIO*.
D. LADISLAO VALDIVIESO Y PRIETO
Unica revista Médico-farmacéutica premiada con medalla de oro en la
Exposición minera nacional de 1883.
Ei. JURADO se encargará gratuitamente ríe activar los expedientes gubernativos y todo género de reclamaciones médico-farmacéuticas en los centros oficiales.
Dará su parecer en las consultas que da legislación vigente le dirijan, siempre que proceda su concurso para las aclaraciones que SB estimen l eg í t imamente necesarias.
Publicará, sig'uiendo un riguroso turno de fechas, los remitidos que envíen los suscritores en consonancia con nuestro programa y los intereses científicos y profesionales que defendemos.
También dará cabida á cuantos casos clínicos notables s'fe nos participen par-a enseñanza particular y engrandecimiento general de la ciencia pá t r i a .
ADMINISTRACIÓN: A r c o d « ¡ S a n t a M a r í a - 9. 85.°
Precios y condiciones de suscricion. Madrid, un mes, una peseta; Provincias, un trimestre, 3 i d . : Extranjero, id . , 4; Ultramar, un semestre, 14. Las suscr íc iones se harán al contado en Madrid, y en provincias y extranjero por libranzas de fácil cobro ó sellos de comunicaciones, no respondiendo de su recibo sin ser certificada su remisión.—Se considera suscritor á todo el que, aunque no renueve la suscricion, no avise su baja y siga recibiendo los números , a s í como á cuantos se le remitan y no los devuelvan á su procedencia.
EL JURADO MÉDICO-FARMACÉUTICO se publ icará en Madrid cuatro veces al mes y en los días 1,13, 20 y 21.
Los anuncios á precios convencionales. Puntos de suscricion. Librería de Moya, Carretas, 8; Mart ínez, P r ín
cipe, 25, l ibrería; Bailly-Baill ieri , plaza de Santa Ana, 10; Gutenberg, Príncipe, 14; Menendez, l ibrer ía . Atocha, 29, y en la Adminis t rac ión de este periódico.
SUMARIO. Sección profesional: Alsaldes de vara.—La semana.—Sección c ien t í
fica: Revista de Cirujia.—Microorganismo colerígeno de Ferrán (continuación). — Sección bibliográflca.—Noticias.—Corresponsales.—Vacantes.—Anuncios.
S E C C I O N P i l O F E S I O N A L .
A L C A L D E S D E V A R A .
Por desgracia, en nuestro país, cuando se necesitan conocer á las autoridades se las conoce de veras.
Ocurre un conflicto, hay una epidemia como la que hoy aflige á muchos pueblos, y en seguida aparecen olvidados y oscuros genios envareiados en Alcalde, para tajar y hacer y deshacer por donde les peta.
Cada montera ó monterado Alcalde, si no es que, como en algunos pueblos ha ocurrido, toma las de Villadiego huyendo de la epidemia, la enristra con los médicos, y sin haber tenido jamás en cuenta el cumplimiento dé las leyes sobre organización de la asistencia facultativa de los pobres, se llena de autoridad, y solo con su arbitrario mandato ordena á los profesores que residen en el distrito municipal, que presten dicha asistencia.
Calatayud, la antigua Bílbilis, antiguo obispado, en una palabra, una ciudad, es una prueba de cuanto decimos.
Ejercen allí, según el mismo Alcalde, trece médicos, y se qneja, m'Ms eiorM, de que no quie
ran turnar para la asistencia domiciliaria de los enfermos pobres; queja que ha sido completamente desmentida por los mismos médicos.
Pero no importa: demos por hecha la negativa; demos por cierto que los médicos de Calatayud que dependen de su clientela particular, que no tienen ningún cargo profesional del Municipio, se negaron, ¿qué hay de extraño en su negativa? Pues qué, lo mismo ese Alcalde que cualquiera autoridad, ¿tan falta está de razón que no comprende el perfectísimo derecho que les asiste? ¿No comprende que el médico que ejerce su profesión en el terreno particular, que no tiene cargo público, no tiene más compromisos que los que acepte con sus clientes?
Claro es que no lo comprende así cuando va á exigir el servicio, y dando al viento la justísima negativa, intenta mancillar á una colectividad, á una clase, que ni jamás ha rehuido el peligro, ni vuelto la espalda; á los que vuelve la espalda, á los que no contesta, es á los que tienen esas exigencias, siquiera provengan de una autoridad.
El Alcalde de Calatayud, si supiera serlo; si supiera cuidar de los intereses de la salud pública, ¿hubiera permanecido en el más punible quietismo, dejando tomar incremento á la epidemia, no ya ahora, sino antes? Si dicha autoridad hubiera cumplido con su deber, y cumplido también con lo que las leyes disponen, ¿no tendría perfectamente organizada la asistencia médico-farmacéutica domiciliaria de los vecinos pobres? ¿La tiene hoy?
Pues entonces ¿quién es el culpable? ¿Sobre quién debe caer la responsabilidad?
210 E L J U R A D O M f í D I C O - F A R M A C É U T I C O .
Seguros estamos que el pueblo de Galalayud, como otros muchos de España, carecen de Beneficencia municipal, y de tenerla la tienen tan escasa, que es como si no la tuviera; y precisamente este solo hecho es una flagrante desobediencia á las leyes, y es precisamente también de grave responsabilidad, por cuanto acusa cruel abandono de clases necesitada^, sí, pero despojadas de derechos legítimos y humanitarios, cual es el debido socorro para poder contrarestar sus dolencias y enfermedades.
Mientras los Ayuntamientos no acaten y cumplan con cuanto está prevenido respecto á Beneficencia y Sanidad, nadie será más responsable que ellos.
Por lo tanto, los médicos de Calatayud han estado en su derecho, porque para Alcaldes de vara, bueno es que encuentren médicos de palo.
L A S J 3 M : A . : N A .
Los periódicos políticos han dado en decir que la solución de la crisis y la entrada del Sr. Villaverde en el M i nisterio de la Gobernación responde tan solo á emprender vigorosa y acertada campaña sanitaria, para la que parece no le quedaban grandes alientos á su antecesor. Por supuesto que esto lo dicen los periódicos conservadores, que los que no lo son dicen doscientas mil cosas que son todo lo contrario.
Pero eso nos importa poco, por el solo hecho de no ser nuestra incumbencia barajar la política y sí la sanidad, fiel trasunto de la salud pública, que absorbe la principal atención de gobernantes y gobernados .
Y la verdad, la cosa no es para menos, y mucho más cuando, sabiendo todo^ por dónde viene la muerte, in tentamos atajarla el camino, y la espada de atajar aquí parece serlo, según augurios, el nuevo ministro de la Gobernación.
A propósito de esto dijimos en una de nuestras noticias del número anterior «allá veremos;» y efectivamente, aún no hemos visto nada; bien es cierto que, como dice el adagio, «aún no es tarde si la dicha es buena.»
Y muy buena ha de ser la dicha y mejor la estrella del Sr. Villaverde para conseguir tan siquiera que sus subordinados no se le insubordinen; porque por desgracia están declarados en verdadera insurrección, y así como él siendo gobernador vivia insurreccionado al extremo de ordenar los zahumerios personales (léase fumigación de las personas), no es extraño que los gobernadores de Huelva, Córdoba, etc., se monten en su bastón, como quien dice en su autoridad, y tras de ellos los mandarines de menos vara, como tos a l caldes, y metan en cuarentena á todo bicho viviente que ose entrar en sus dominios; ó bien como el de Barcelona, que, previa la galantería de ponerlo en conocimiento de su colega el de Tarragona, dispone que los viajeros procedentes de dicha provincia que vayan á la capital del Principado recibirán, sin excusa de ningún género, el consabido zahumerio personal.
Después de todo, no hay para qué asombrarnos de tanto celo mezclado con tanta majadería, resultado sencillo de desconocer lo que entre manos tienen, porque autoridades
cuasi cuasi al parecer muy entendidas, delegados especiales (ojo, cajistas, no poner negados especiales), inspirados, ó a!go más, mandados por superiores gerarquías de afinidad sanitaria, fumigan y refumigan á las personas.
Esto sucede en la estación do Venta la Encina. Aun siendo esto ilegal y anticientífico, es disculpable
por aquello de que no saben lo que se hacen, demostrando el cojmo de lo que saben fumigando y poniendo en cuarentena á loros, perros, caballos, burros, digo, asnos, etc., como si estos fieles servidores del hombre fueran tan pérfidos que guardasen en sus entrañas el terrible hacillus v i r gula, cosa que, dicho sea con toda la seriedad debida, los ilustres microbiólogos Koch, Pasteur, Roux, Nicati y el mismo Ferrán no han conseguido, y eso que han puesto todo su ingenio para producir el cólera experimental en los animales.
Con lo primero demuestran que no saben lo que se hacen; con lo segundo demuestran que saben — aquí del silogismo—que no saben nada.
Pero de todos modos, saben ¿qué? Que son delegados, inspectores, etc., y no es poco.
* * *
Madrid y su provincia deben estar tranquilas respecto á los" temores que pudiera abrigar por la epidemia; tiene ya su delegado de Sanidad provincial: este es el nombre.
El hombre es el conocido Dr. Lacasa, que seguramente ante esta honrosa delegación, habrá tenido que delegar su cargo de médico de número del Hospital provincial; su cargo de jefe y médico del cuerpo de Orden público; su cargo de inspector de salubridad, médico higienista según otros; su cargo de subdelegado de medicina de uno de los distritos de Madrid, y no sabemos si alguno más que se nos quede en el tintero, amén de su visita particular. Nada, un cúmulo de delegaciones por una.
Trabajo le mandamos si, á trueque de que veamos algo la punta de la oreja á la salubridad que Madrid y su provincia necesita, consigue poner á ambas en condiciones de defensa.
Por lo pronto, lé denunciamos la queja expuesta por los vecinos que habitan en la llamada carretera de Aragón, camino de las Ventas del Esp í r i tu -Santo , hoy calle de A l calá, por donde transita la carreta mortuoria del Hospital general en pleno dia ó tarde, y en tan malas condiciones, que su paso molesta á todos los sentidos.
Igualmente le denunciamos los encharcamientos que nos rodean por las afueras, y también los sumideros que existen al lado de las fuentes de vecindad, especialmente las instaladas en los patios de las casas, adosadas á sumido-ros y pozos negros de un hedor pestífero. También las bocas de alcantarillado denuncian materias putrefactas y estancadas, constituyendo un evidente peligro para los transeúntes . Y basta por ahora. Otro dia continuaremos.
* * *
La lepra fué á las personas lo que las pestes son á los pueblos, y en especial la del cólera.
E l uso de las ropas blancas, el lavado, los baños, el aseo, los buenos alimentos, en fin, la higienizacion del i n dividuo, han espurgado la lepra, cuyos casos son tan contados que hay que buscarlos para su estudio.
El dia en que los pueblos se urbanicen, se libertarán del cólera. Hasta entonces la profilaxis más eficaz no puede dar resultado alguno, porque la causa ó causas productoras son permanentes.
EL JURADO MÉDICO-FARMACÉUTICO. 211
En tanto que los pueblos no resuelvan el problema de procurarse aguas potables libres de filtraciones, y no fomenten los pudrideros en sus mismos hogares, y no se cumplan los demás preceptos de higiene pública, alejando los cementerios de los recintos municipales, emplazados en buenas orientaciones, etc., etc., tendremos el cólera.
Para nosotros la mejor profilaxis en todas las enfermedades es la práctica de la higiene, privada y pública, y la más segura garantía del tratamiento, hasta el extremo de que, mientras los pueblos no la practiquen debidamente, y aun suponiendo ya indiscutible el favorable resultado de las inoculaciones ferranianas, su eficacia se anularla por las causas que siguen actuando sobre los inoculados, y tal vez motivo de su dudoso éxito.
El constante uso de aguas infectas y de alimentos insalubres, las viviendas inmundas y un ambiente saturado de emanaciones miasmáticas, son icausas tan permanentes y tan poderosas, que, no solo hacen inútil toda profilaxis que no sea su destrucción, sino también el tratamiento más racional y más oportuno y enérgico.
Este criterio nos impone el deber de lamentar que se pierda el tiempo que se pierde por nuestros centros oficiales, que estoicamente esperan los sucesos, y por nosotros mismos, empeñados en buscar ideales profilácticos, cuando locamos la dolorosa realidad de los que como primeros y más reales se nos imponen.
No tanta microbiomania, y mucha más higiene. *
* * La sesión celebrada por la Sociedad Española dé Higie
ne en el pasado miércoles ha revestido acaso la mayor i m portancia de cuantas se celebren á propósito de la discusión de las inoculaciones anticoléricas de Ferrán.
El D r . Gimeno, verbo y apóstol del ilustre microbiólogo lortosino, ocupó la mayor parte de la sesión, dando mayor ensanche á las ideas que someramente expuso en la anterior, y teorizando sobre la base fundamental que apoya la doctrina de las enfermedades infecciosas, rebatió de paso las objeciones que á la misma hicieron principalmente los Sres. Gortezo y Espina.
Excusado es recordar que, hablando como habla el doctor Gimeno, hizo brillante defensa, mucho más brillante por la elocuente palabra que por la razón, y sobre todo por el completo conocimiento de la teoría que fundamenta las inoculaciones anticoléricas que tan ardientemente propaga, teoría que deja bastantes lagunas, y, cual fuera de desear, no convence.
Rectificaron, aunque muy brevemente, los Sres. Espjna y Gortezo, ciñéndose á insistir en conclusiones por ellos expuestas, y que no habían sido destruidas por el Sr. Gi meno, levantándose la sesión muy cerca de las doce de la noche, •
La verificada el sábado, noche precisamente en que se debatía el mismo asunto en el Ateneo, estuvo bastante desanimada, y hubo de levantarse la sesión á las diez, porque cuatro caballeros que fueron llamados á hacer uso de la pa labra no estaban presentes, y olvidaron fácilmente el com premiso que tenían adquirido y la seriedad con que debe considerarse á una Sociedad como la de Higiene y á un pú blico como el que á estas sesiones concurre.
Después de todo, aunque la acción no ha sido correcta que digamos, como ahora se dice, posible es no perdiéramos muebo en que los señores que hablan pedido la palabra permanecieran en mutismo, por ausencia se entiende.
A l buen callar llaman Sancho, y Sancho no fué tonto, |Gonocemos á tantos mucho más!
No por eso nos quedamos sin orador, y el estudioso médico de Sanidad militar Sr. Adradas hizo un discurso concreto rebatiendo las inoculaciones y creyendo que pueden acarrear graves peligros.
Por más q ú e no participen por completo los mismos an-tiferranistas de sus ideas, su discurso fué escuchado con atención y gusto,
Y dejando la Sociedad de Higiene, vengamos al Ateneo. Aquí ya es otra cosa; se habla entre gente ilustrada,
muy ilustrada, pero que después de todo Ies sucede lo que á mí , alma pecadora, me sucedería si fuera á oír una conferencia sobre volapiés de Lagartijo ó Frascuelo.
¡Ni siquiera sé donde tiéne los cuernos el toro! Pero, en fin, qué demonio, todos somos toreros, digo
microbiólogos, naturalistas, patólogos, epidiemiólogos y " cuanto ustedes quieran.
Lo que allí pasó fué muy sencillo. El Sr, Santero (D, Javier) inició el debate pronuncian
do un extenso discurso, en el que expuso las dudas que se ofrecían al estudiar dicho sistema, las contradicciones en que habia incurrido, en su sentir, el mismo descubridor de la doctrina y de la profilaxis; la escasez de pruebas y contrapruebas de esta, y la falta de una verdadera estadística científica en que se clasificaran los enfermos por grupos, según su distinta manera de ser, en edad, condición social, constitución, e tc , terminando con afirmar que debía dejarse ya la discusión y acudir á probar la verdad del descubrimiento en el terreno de las experiencias.
El doctor Pulido comenzó á contestar á lo expuesto por el Sr, Santero, conviniendo en que debian preferirse los experimentos á la discusión, y en vista de lo avanzado de la hora, el presidente le reservó la palabra para la sesión siguiente. Ambos discursos elocuentes y aplaudidos.
La Real Academia de Medicina parece que también se ocupa del mismo asunto, y ya era hora, diciéndose que dentro de breves dias publicará su informe sobre el dictamen de la Gomision científica que fué á Valencia, el que unido al que según se dice, ha de emitir sobre lo mismo el Real Consejo de Sanidad, resultará que, lluevan dictámenes, sobre lo que ya está dictaminado, porque después de todo el primero es el que vale.
Pero, bagamos á ancas y aguantemos con lo que un colega afine, á la Real Academia adelanta.
Dice así:
«Tiempo era ya que la Real Academia de Medicina, primera (1) y más elevada Corporación médica de España (2), se ocupara de un asunto que dentro y fuera de España está siendo objeto de estudio y de discusión. El Dr . Forran se ba dirigido á algunas corporaciones, á la Academia de Medicina de Rarcelona y á la de Giencias de Par í s , que ofreció un premio de muchos miles de francos; pero á la Academia de Madrid no lo ha hecho, ni esta Gorporacion se ha ocupado expontáneamente hasta que el Gobierno le ha remitido ahora las actas é informe de la Gomision que fué á Valencia,
Nuestros lectores conocen las conclusiones do esta Gomision, cuyo dictámen está firmado por el presidente don
(1) Si es por la más antigua si , (2) Vive ó habita en piso bajo, y si lo de elevado es por lo otro,
no sea V d . tan alabancioso,—La R. •
212 EL JUKADü MÉDiCO-FARMAUÉUTICO.
francisco Alonso, Sr. Maestre de San Juan y Sr. García Sola. El Sr. San Martin formó un voto particular para decir que no cree contagioso el cólera, y para pedir completa libertad en las inoculaciones; y el otro individuo de la Comisión, Sr. Mendoza, ni firma el dictamen de la Comisión, n i formula voto particular ninguno; es en esto consecuente con la conducta seguida en su Comisión á Berlin del verano anterior, que tampoco dijo esta boca es mia.
EISr . García Sola, además de formar el dictámenj ba hecho por su cuenta propia en Granada, una Memoria en la cual consigna opiniones algo contrarias á las que sostiene en el dictámen de la comisión. En éste dice que las inoculaciones son inofensivas, y en la Memoria no afirma que-se hallen libres de peligro. Duda también de la eficacia de las inoculaciones Ferran, y asegura que el vírgula del caldo no experimenta las evoluciones dichas por el Dr. Ferran.
La Comisión nombrada por la Academia ha emitido un dictámen cuyas conclusiones se hallan bastante de acuerdo con las de la Comisiorf científica que fué á Valencia; pero este dictamen solo le firman la mayoría, habiendo hecho un voto particular el Sr. Santero, en el cual, según hemos oido, considera peligrosas las inoculaciones, y pide que se prohiban por esta razón y por constituir un remedio secre-lo, cuya venta y uso prohibe la ley de Sanidad. La Academia discute en estos momentos el voto particular, el cual creemos será desechado, y prevalecerá el dictamen de la mayoría de la Comisión, en el cual, según nuestros informes, sin afirmar, por falta de datos, si son ofensivas ó no las inoculaciones., aconseja al Gobierno que no las pro hiba ni ponga obstáculos al Dr. Ferran en el ejercicio de su profesión.
También hemos oido que en dicho dictámen se censura al Dr. Fe r rán , por haber guardado secreto ante la Comisión científica acerca de las condiciones y preparación del caldo inoculado, y, por últ imo, se critica desfavorablemente el análisis químico del caldo practicado en Valencia, por no hallarse muy ajustado á los principios que la ciencia q u í mica enséfla.
Cuando sean públicos los fallos de la Academia, ó por clamos adquirir más noticias, las pondremos en conocimien lo de nuestros lectores. Entretanto diremos que el docto Ferrán ha entrado en una nueva fase poco favorable á su procedimiento. La tenacidad en guardar el secreto le ha hecho desmerecer mucho ante el mundo científico, especialmente de las comisiones extranjeras, que se han despedido de Valencia, volviendo á sus países sin dato ninguno y admirados de que en España los sabios no hacen lo que Pasteur, Koch y otros, que lo primero es manifestar claramente y sin reservas todos los ¿detalles de su descubrimiento.
Respecto de las estadísticas^ para probar la eficacia de la inoculación, nada en concreto puede deducirse, pues mientras los ferranistas aseguran que se mueren los no inoculados, los datos oficiales demuestran que el cólera sigue impávido su marcha, atacando á inoculados y no inoculados según le place.
En resumen, que debemos dejar al tiempo que aclare este misterio.»
Con que misterio ¿he? Vamos, no tanto, que la Real Academia es muy lince
y para ella no hay misterios, ni cree en ellos. Pero, en fin, tengamos paciencia hasta que hable ofi
cialmente.
¡Oh, entonces! *
* * A todo esto discute que te discutirás, como diria un
vizcaíno, y la epidemia corre y más corre, y la higiene y la sanidad corrida y más corrida; es decir, la higiene y la sa-nuhA juidas, no de temor al cólera, sino de vergüenza de tanto zascandil como las aja y manosea sin conocerlas.
Porque aquí ya no hay más higiene ni más sanidad que San Roque, y todos los Roques que nos zahuman á placer; pues según se dice, «lo que si parece cierto es que el M i nistro de la Gobernación está resuelto á impedir la anarquía reinante en algunas provincias, y á disponer que no e ponga ningún impedimento á los viajeros que gocen de
salud, siendo únicamente conducidos á los lazaretos ios que de la inspección facultativa resulte demostrado que no la i>€ifl^t0t.1(.u ftisv.iféu-'R m y h & m i m l m b m i ñ y sel
Las fumigaciones continuarán.» De modo, que á no ponerse enfermos; porque si no sos
pechosos de toda sospecha, y á fumigarse. Que Dios nos tenga de su mano, ó de la mano de quien
esto dispone, que es lo mismo. GIL BLÁS.
S E C C I O N C I E N T Í F I C A .
R E V I S T A D E CIRUGÍA.
Tratamiento eléctrico de los tumores fibrosos del útero.—Curación expontánea del íVbro-mioma.
Hó aquí las conclusiones de la tesis que sobre el tratamiento eléctrico de los tumores fibrosos del útero ha publicado el Dr. Carlet (D. Luciano):
1. a El nuevo método de tratamiento eléctrico de los fibromas uterinos ideado por el D r . Apostoli, consiste esencialmente en la aplicación al útero de una corriente de pila continua y en el estado constante, sin ninguna i n terrupción durante la sesión.
2. a El asiento de la aplicación es siempre intra-uterino é interesa toda la extensión de la mucosa del conducto útero-cervical.
3. a El electrodo, construido en metal inatacable de platino y en forma de un histerómetro ordinario, so introduce en toda la profundidad de la cavidad uterina: su longitud se regula por la de ésta, aislando la porción inlra-vaginal por un manguito de caoutehouc.
4*.a En el caso en que sea impenetrable el cuello y no pueda alcanzarse, se penetrará en el útero por una punción seguida de una galvano-caustia negativa, destinada á hacer una pérdida de sustancia duradera que crea un conducto artificial.
5. a El polo activo intra-uterino será positivo en todos los fibromas hemorrágicos ó que van acompañados de leucorrea rebelde, y negativo en todos los casos contrarios, y en particular cuando hay una disinenorrea intensa ó una perimetrilis adicional llegada á su período crónico después de la desaparición de todo estado agudo. Este último polo parece activar la regresión uterina más rápidamente que el anterior; provoca á menudo, al principio de su aplicación, hemorragias saludables, que el polo positivo está después destinado á reprimir si se prolongan demasiado.
6. a La misma enferma podrá presentar sucesivamente
EL JURADO MÉDlCÜ-FA^R\CfiUTICO 213
la indicación de los dos polos, según la.sinlomatologia variable que ofrezca.
7. a La intensidad gastada en el circuito será la más fuerte posible, y alcanzará, en caso do necesidad, 100 m i -liampéres, puesto que la acción terapéutica es función de intensidad. Los casos de intolerancia á las dosis altas son raros, y pueden clasificarse en tres grupos: 1.°, histerismo agudo; 2.°, enteritis glutinosa; 3.°, perimetritis, aguda con fiebre. El operador procederá progresivamente en una á dos sesiones. Los úteros muy profundos y las metrorragias r e beldes, reclaman las mayores intensidades»
8. a La duración de la aplicación deberá ser.tanta como soporte la enferma: cinco á ocho minutos^ y á veces diez, serán, por lo general, suficientes para dar á una cauterización toda su intensidad y eficacia.
U.a El número de sosiones será tan variable como lo es la enfermedad: de cuatro á cinco pueden dar un bienestar duradero; de véinte á treinta serán necesarias, en la mayoría de los casos, para asegurar una regresión uterina manifiesta.
10. El momento de la intervención importa poco para la curación de los fibromas no bemorrágicos; está indicado el operar áun en plena hemorragia. E l tratamiento deberá interrumpirse lo menos posible y comprender de una á dos sesiones por semana.
11 . Importa mucho hacer la operación lo más ráp idamente posible, aumentando la intensidad eléctrica, y, por consecuencia, la cauterización del polo activo ó intra-ute-rino; todos los esfuerzos del médico deben tender á hacer el otro polo indiferente ó inactivo suprimiendo en su sitio el dolor y la cauterización: para esto se recurre á la arcilla.
12. Toda la técnica operatoria se resume en una buena histerometría, puesto que la operación no es más que una especie de histerometría terapéutica,, donde toda acción traumática debe desaparecer para no dejar subsistir más que una acción electro-química en el más alto grado.
13. Es preferible operar las enfermas en sus casas; en caso contrario,, importa que descansen de una á varias horas después de cada operación. Durante el tratamiento deben suspenderse las relaciones conyugales.
14. Todas las objeciones que se hacen á este tratamiento son más especiosas que bien fundadas; solo una merece comprobación ulterior: la influencia sobre la esterilidad.
15. Gran número de observaciones (118), cuidadosamente comprobadas, hablan en favor de la inocuidad absoluta del método.
16. La galvanocaustia intra-uterina produce una regresión rápida de los fibromas, pero 119 su desaparición total. Restaura completamente la mujer, suprime los metrorragias y asegura á la operada un bieaestar á menudo muy rápido y duradero.
17. El estudio comparativo do todos los métodos eléctricos aplicados al tratamiento de los fibromas prueba que el del Dr. Apostoli es preferible á todos los demás .
Por más que desgraciadamente aparezca como excepcional en la práctica la curación espontánea de los pólipos uterinos, existen hechos perfectamente comprobados, que demuestran su posibilidad. Como ejemplo citaremos un caso notable por más de un concepto.
Hace dos meses se presentó en nuestra consulla pública una mujer joven (33 años) que desdo hacia algún tiempo
padecía abundantes menorragias, que á la sazón se hablan convertido en metrorragias alarmantes y que hablan llega-gado á producir una anemia gravo. Sentía al mismo tiempo dolores Intermitentes en el bajo vientre, verdaderos cólicos uterinos, y habla visto aparecer por sus órganos genitales externos un flujo fétido que se aumentaba con motivo de la aproximación menstrual. Gomo su estado general se agravaba más y más, y corno fueran Ineficaces los medios terapéuticos puestos en práctica para curar su dolencia, diagnosticada de cáncer uterino por el médico que hasta entonces la habla asistido, determinó ingresar en nuestro Hospital Clínico, á cuyo fin visitó nuestra consulta.
Reconocida á su ingreso ofrecía los caracteres marcados de una exagerada anemia, y por dactiloscopia vaginal se comprobó la existencia de un tumor pediculado del volumen de una naranja, que hacia procidencia al través del cuello uterino, excesivamente dilatado, pero sin alteración de textura. La superficie del tumor era blanda y tan friable, que sólo el contacto del dedo bastaba para desprender detritus neoplásticos de color oscuro y dotados de una repugnante fetidez, que recordaba los productos muertos de la gangrena húmeda .
Como la inminencia de una hemorragia hacia temeraria una investigación más prolija, que por otra parte creíamos innecesaria, nos limitamos á colocarla en la cama núm. (5 de nuestra Clínica de Ginecopalía y á administrarla una disolución deergotina, mientras que adquiría la aclimatación nosocomial y se reconstituía algún tanto antes de p r o - ^ ceder á la extirpación del tumor, en la que dado lo avanzado de la anemia, peligraba la vida de la paciente, caso de producirse, como era de esperar, una metrorragia en el momento de la operación.
Ocho dias más tarde, en vista de que los flujos hablan cesado por completo, se dispuso la operación por el catedrático de la clínica Dr. Busto, que habia confirmado nuestro diagnóstico y que intentaba extirpar el fibromioma con el extrangulador de Chassaignac; pero al querer atraerlo á la vagina con las pinzas de Museux, no fué posible, porque los ganchos del instrumento no pudieron hacer presa sobre, el tejido patológico, que ya se encontraba en un estado de mortificación tan avanzada que se deshacía al contacto sólo de los dedos.
En vista de esto, se introdujo la mano en la vagina y á beneficio de un desmenuzamiento digital se logró extraer toda la masa poliposa, reducida entonces á una papilla fétida y oscura, que seguramente se hubiera desprendido do una manera espontánea algunas horas más tarde.
Hasta entonces no se habia producido hemorragia-, pero al querer arrancar el pedículo que se Insertaba sobre el istmo de Guyon, se produjo un ligero flujo sanguíneo, que fué cohibido inniediatamonle por la aplicación del termo-cauterio; maniobra facilísima, gracias á la prévia dilatación cervical, utilizándose al mismo tiempo la acción del fuego para destruir los restos del pedículo intracavitario.
Hecha una irrigación intrauterina con agua fria, fénica-da al 2 por 100, y colocado como único apósito un tapón de algodón Lawton empapado en glicerina, se vió á los seis dias que los procesos de cicatrización hablan eliminado los detritus gangrenosos y el cuello habia recobrado casi su dilatación y color normales, no percibiéndose por el cateterismo el menor resto del tumor eliminado.
Algunos dias más tarde recibió el alta totalmente restablecida, y habiendo recobrado el brillo de sus ojos y el color
214 EL JURADO MÉDICO-FARMACÉUTICO.
de sus mejillas, á pesar de vivir en las desventajosas condiciones de un asilo nosocomial.
¿Se debe la extrangulacion del pedículo y por consiguiente la muerte del tumor á las contracciones del cuello determinadas ó exageradas por el uso de la ergotina? Creemos que no; porque la dilatación amplia del esfínter cervical aleja la idea de constricción. En nuestro sentir es más probable suponer la gangrena isquémica determinada sobre el punto de implantación ó á lo largo del pedículo, y aun mejor al tetanismo uterino producido por la resina del cornezuelo sobre los planos musculares del órgano que fué bastante á imposibilitar la nutrición del neoplasma y por consiguiente capaz de producir su mortificación.
(Continuación.)
Creyó también que había enlace entro las células repicas de granulaciones y las oosferas de los cultivos en caldo. Pero durante la experimentación, él mismo ha demoslrado el error de sus anteriores demostraciones, asignando á estos hechos, antes mal interpretados, el verdadero papel que tienen.—Existen dichas células, son idénticas á las oosferas, y por tanto su parentesco puede negarse y puede afirmarse, pero es muy probable, cual piensa hoy el autor, que no sean más que modificaciones impresas á ciertos elementos histológicos del aaimal por el agente infeccioso, según se vé, como modificación análoga, en la que sufren los hematíes .
El espacio de tiempo trascurrido entre la inyección y la muerte, que ha sido la terminación casi siempre, ó la curación, si ésta se efectuó, ha variado entre seis horas como mínimum y treinta y seis como máximum; en todo caso el m í n i m u m lia correspondido siempre á los que fallecieron. Esta diversidad de tiempos y terminaciones han dependido marcadamente de la cantidad de líquido virulento inyectado: la menor ha sido de 1 ce. y la mayor de 8 ce.
Los hechos precedentes no dan lugar á dudas acerca de la acción patógena y con suma frecuencia mortal del agente eolerígeno, así como también que á este y no á otro se debe, según acreditan las siembras de fracciones de sangre de los animales enfermos ó muertos.
Debemos añadir que las formas descritas en la sangre se encuentran también en los humores todos, y muy especialmente en el líquido que fluye en los cortes practicados en el sitio de la inyección.
Localmente se observa, en el punto inoculado, una tleg-masía de tendencia difusa, cuya intensidad y extensión están en razón inversa de la rapidez del padecimiento y de su terminación por la muerte. Así debiera ser, pues las lesiones generales no dan lugar á la evolución de la local. En un conejito que recibió virus no bien atenuado, y que curó tras grave enfermedad, pudimos ver la induración y el principio del desprendimiento de la escara formada, de que habla el autor.
Todos los-experimentos precedentes han tenido corno medio de penetración del fito-parásilo las inyecciones subcutáneas, y en ninguno do ellos se han notado fenómenos pioémicos, ni septicémicos, ni bacteridémicos, ni carbun cosos, n i el más leve indicio de la presencia del coccidia viform is.
Nicali y Rietsch en Marsella, y Van Ermengen en Bruselas, han logrado matar los conejiios de Indias inyectando pequeñas dósis, aun la vigésima de una gota, en el duode no. Hemos repetido el experimento y nuestros resultados
han sido nulos. Buscando el por que, hemos visto que los tres autores citados sometían préviamente á largo ayuno á los animales, y que nosotros lo hicimos estando abundantemente racionados. Esta distracción nos ha enseñado que tal vez la abundancia de estos materiales nutritivos sea un obstáculo para la infección, cual ha ocurrido en nuestros experimentos. Ferrán, en Tortosa, procediendo- cual aquí hemos hecho, no consiguió nada ni aun inyectando 4 ce. La falta de conejitos ha impedido operar cuando el intestino está vacío, y por tanto el comprobar la diarrea y refrigeración que ha observado Van Ermengen.
En todos estos experimentos hemos utilizado indistintamente los cultivos de Van Ermengen y los de Ferrán, sin notar la más leve diferencia de acción entre unos y otros. En todo caso, antes de inocularlos, eran examinados en el campo del microscopio para asegurarnos de la persistencia de los caractéres micrográficos, que nunca faltaron.
Aunque los resultados no son de índole positiva en lo relativo á l a s inyecciones intra-duodenales, no estará demás decir que, para hacerlas, tomamos dos lotes de los diez conejitos, uno para probar que el traumatismo (abertura del abdómen, salida del asa intestinal ó de IsLbolsa duodenal, perforación de una de ellas, inyección de agua hervida, taxis y sutura entrecortada—uno ó dos puntos) es perfectamente resistido y que á él no se podían referir los trastornos que pudieran resultar. En estas operaciones se siguieron las prácticas antisépticas, usando, como agente esterilizador, el sublimado corrosivo. Como ya queda dicho, tanto los inyectados con dósis máximas de agua, como los que recibieron mucho líquido de cultivo, resistieron perfectamente.
* « *
Con los mismos cultivos empleados en los animales de caractéres microscópicos idénticos (espirilos, coma), se practicaron varias inoculaciones en el hombre, que si bien llevaron el objeto de prevenir, no por eso dejaron de tener efectos patógenos, los cuales pueden servirnos de tipo para describir la acción morbosa que determinan en nuestra especie ( i ) .
Practicadas estas inoculaciones en la parle postero-inferior de uno ó de los dos brazos, en el tejido celular subcutáneo, y á la dósis de medio centímetro de cultivo cada una, pudimos notar lo siguiente, y esto bien comprobado, pues casi todos los sometidos á la prueba eran médicos ó alumnos de medicina, que se prestaron voluntariamente.
Pasadas las primeras molestias de la inyección, análogas á las que produce una de agua común, á las pocas horas había ligero dolor en la parte, que al mismo tiempo estaba tumefacta y caliente. La zona de estas lesiones fué bastante limitada, tratándose, por tanto, de una alteración bien localizada. Los trastornos generales, que los hubo en todos los casos, consistieron primeramente en malestar, poca actividad en el trabajo, postración, en algunos tan acentuada, que hubieron de permanecer en cama, quebrantamiento general, náuseas, y luego enfriamiento bastante pronunciado, que duró varias horas, tras del cual, una vez venida la reacción (fiebre de 18'50 á 19'50) con más ó menos trabajo, se restablecia la calma, desaparecieron ordinariamente las alteraciones generales en unas 24 á 4 8 horas y durando algo más las locales.—El exámen microscópico de la sangre, en el periodo de mayor gravedad, ofrecía análogos caractéres quedas de los conejos que sucumbían por [a inyección (microglobulia, esporos), si bien mucho menos ostensibles, sin duda por la mayor talla del inoculado, la menor dósis y la no tan gran actividad del agente. Sio.em-bargo, este mismo agente mataba los conejitos de Indias, prueba segura de su virulencia.
(I) Uno de los primeros inoculados fué un individuo de la Comisión.
E L J U R A D O M É D I C O - F A R M A C É U T I C O . 211
Nalimilmeníe, en este cuadro sirulrómico faltan las alteraciones digestivas, que no son otra cosa que lesiones tópicas, análogas á los fenómenos locales de la inyección. Sin embargo, sea por acción refleja, sea por efecto de la fiebre, sea por el acto de fijación de algunos fitoparásitos en los capilares intestinales, y de aquí posibles lesiones de la mucosa, hubo en algún caso vómitos y vientre suelto. No hemos tenido ocasión de examinar estas sustancias, pues el hecho no fué previsto y se inutilizaron las excreciones; en un caso hubo dos accesos intermitentes, tal vez por haberse corrido un poco la flegmasía local. Los individuos más gravemente afectos son de pelo rubio.
Aparte de estas inoculaciones máximas, se han hecho otras varias mediante el procedimiento gradual: inyección de.algunas gotas en varios dias consecutivos. En este caso los trastornos han sido muy insignificantes.
La Comisión ha creído preferente, una vez indicadas por ella estas ideas generales, dejar á cada enfermo el relato de sus padecimientos. Como se trata de personas competentes en su gran mayoría, para la Academia deben causar igual efecto que si lo redactasen sus representantes. De todos modos, diremos que respondemos de la veracidad de los hechos referidos.
Como documentos anexos (1), acompañan á este dictamen la relación detallada de las personas que se inocularon, y el original de las historias que más interesantes nos han parecido; se pueden poner todas si la Academia así lo quiere. Más se pudieran haber inoculado, pero cree la Comisión que el número es bastante para formar concepto. De todos modos, siguen las inoculaciones aun y continuarán algunos dias; oportunamente se publicarán.
Como consecuencia general de los hechos precedentes, puede asegurarse que el agente parasitario, cuya identificación quedó fuera de duda, es patógeno en el hombre y en los animales, y que la totalidad del padecer, aparte d é l o s trastornos digestivos, cuadra bastante bien con la totalidad de la infección colérica. Koob, con toda su valía y con su feliz hallazgo, no ha llegado aun á demostrar, con todo r i gor científico, que su bacilo-coma fuese la causa indubitable del cólera por más que estuviera feliz en sus predicciones.
3.° Acción preventiva de los cultivos.
Las rotundas afirmaciones del autor han sido comprobadas por nuestros experimentos.
Tomamos dos lotes de conejitos de Indias, cada uno de 10 individuos, procurando fuesen todo lo más semejantes entre sí: desechando los de menor talla y poca edad, algunos de los cuales han muerto, sin duda por estar insuficientemente laclados. Practicáronse en un lote inyecciones hipodérmicas preventivas á la dósis de 3 ce. Las pequeñas molestias, apenas perceptibles que ofrecieron, se disiparon bien pronto. Seguros de su buen estado do salud, á los ocho dias fueron inoculados con virus fuerte y paralelamente á éstos los que aun no habían sufrido tratamiento alguno, recibiendo aquellos mayores dósis (de 6 á 8 c c . ) y estos menores (6 ce). Todos, sin excepción, los no puestos á cubierto.por la inyección, preventiva fallecieron, presentando en vida los síntomas descritos y en la autopsia las lesiones expresadas procedentemente.—En cambio, todos los preservados, absolutamente todos, se vieron libres, no solo de la muerte, sino también de la enfermedad, pues no merecen este nombre las ligeras alteraciones que en alguno hubo de notarse y desaparecieron rápidamente; estas molestias no les impidieron comer y estar alegres y bulliciosos.
Estos hechos tan precisos é indubitables, unidos á los numerosos en que aprendió sus ideas el Dr. Ferrán, son por sí mismos tan elocuentes que la Comisión los deja en toda su
(1) Son interesantísimos estos documentos, pero como no contamos con espacio para publicarlos, renunciamos a ello.—La Redacción,
desnudez, sin comentarios ni reflexiones, ante la Academia Lo que no tiene más que un valor no se presta á interpretaciones.
« * *
En algunos de los hombres, previamente inoculados, en aquellos mismos en que estudiamos la acción patógena, pero inoculados como medio preventivo, las nuevas inoculaciones no han determinado los trastornos de las primeras, es decir, no ha habido acción patógena, excepción hecha dé los síntomas locales, pero muy remisos. La relación de las practicadas en nuestra especie, como contraprueba, va adjunta también con todos los detalles necesarios para formar conceptos.
Además , el Dr. Ferrán, que se ha puesto varias veces y sin alteración alguna, después de la primera, inyecciones preservadoras y no preservadora3 de distinta energía, tomó un día, disuelta en agua común, una gota de cultivo para dar ejemplo de toda su inmunidad, experimento que no lo causó mella, y que es más científico y decisivo que el reprochable de Bochefontaine.
Por ú l t imo, mucho tiempo atrás el mismo Dr. Ferrán, sin duda infecto un dia por el aparato digestivo, tuvo dos deposiciones sueltas, á más de la normal matutina, y en la ú l t ima halló verdaderos cultivos puro de coma. Atribuye las no consecuencias graves á haber usado ya varias veces las inyecciones profilácticas. Continúa hoy cultivando en série los micro-organismos que entonces encontrara.
Como último hecho, para los que pretendan conocer todos los detalles, diremos que en estas inoculaciones se han usado cultivos en varias cantidades y en varios dias de su evolución.
[Se continuará.)
S E C C I O N B I B L I O G R Á F I C A .
Tratado de Materia médica, par el doctor J. B . Fónssagri-ves, antiguo profesor de Terapéutica y Materia medica de la Facultad de Medicina de Montpellier, miembro corresponsal de la Academia de Medicina, oficial de la Legión de Honor, etc. Traducida, anotada y precedida de una introducción terapéutica por D. Francisco Javier de Castro, catedrático de Terapéutica en la Facultad de Medicina de la Universidad Central.—Madrid, «El Cosmos Editorial», 1884; obra en tres tomos de 670, 732 y S ü i páginas respectivamente en 4.°, cada uno con su índice de secciones y el último con el general alfabético de materias. E l texto ilustrado con grabados. — [Véase el anuncio.)
A l comenzar tan notable publicación, hicimos un ligero apunte bibliográfico (1), aplaudiendo la elección editoral y la competencia del traductor en texto tan magistral, cual es el que encierra la obra del terapeuta doctor F . B . Fonssa-grives.
Asimismo, y aunque á la ligera, expusimos el juicio que nos mereció la introducción escrita por nuestro ilustrado catedrático, trabajo notable por más de un concepto, y en el que se destacan las dotes que le distinguen en esta materia de su especial competencia.
La introducción alcanza á 212 páginas, y en ellas desarrolla las siguientes tesis: 1. La Terapéutica dinámica; y 11. La Farmacología y su racionalismo científico: papel que desempeña en la solución del problema terapéutico. Reforma necesaria en su enseñanza. Puntos tratados magistral-mente y abundando en un perspicuo criterio teorico-prácti-co. La redacción es fluida y correcta, y sin rebuscamientos
(1) EL JUEADO; colección de 1884. Número 33, correspondiente al. T de Setiembre de dicho ano.
E L J U K A D O M É D I C O - F A R M A C É U T I C O . ÚQ fraseología y de neotécnia; á que tantos otros son aficionados.
. El texto de la obra se comprende en cuatro partes: la primera estudia la farmacología dinámica, en siete secciones y diversos capítulos y artículos; la segunda trata de la farmacología mineral en treinta y nueve secciones y numerosos capítulos y artículos; la tercera de la farmacología vegetal, en ciento ocho secciones y también en muchos capítulos y artículos; y la cuarta de la farmacología animal ó zoológica, en diez lecciones, y después un complemento relativo á la farmacología vegetal, ampliando el estudio de modernos medicamentos.
Todas estas materias se exponen de un modo rigurosamente didáctico, y á pesar de ser muchas y muy complejo su estudio, la exposición es integral en el concepto científico, sobria en detalles inútiles y complela en todos sus principios doctrinales.
Cierra el texto un índice general de materias por orden alfabético, facilitando de este modo su estudio. Las condiciones editoriales escogidas.
Obra de tal importancia es digna de ocupar un hueco en las bibliotecas médicas y farmacéuticas.
Agenda médica para bolsillo,, ó libro de memoria-diario para el año de 1885, para uso de los médicos, cirujanos, farmacéuticos y veterinarios, bajo la dirección facultativa del médico del Hospital general D. Antonio Espina y Capo, Volumen de más de 600 páginas en 16.° prolongado.
Esta notable y acreditada publicación anual, igualmente que todos los años, contiene: «El Diario en blanco para facilitar al médico el anotar las visitas que tiene que hacer en tal ó cual dia, así como las que tiene que hacer diariamente»; calendario; tablas de reducción de monedas y sistema decimal; ferro-carriles; establecimientos de baños; tarifa de Correos; análisis clínico de las orinas; memorándum terapéutico; formulario magistral; venenos y contravenenos; aguas minerales; instrucción terapéutica para el tratamiento del cólera; leyes y decretos de 1884; necrología; escuelas y facultades; Cuerpo de Sanidad militar; Sección de Sanidad de la Armada; Sociedades médicas; Colegio de farmacéuticos; médicos forenses; hospitales; museos; periódicos; lista de los facultativos, calles, etc.
En la edición del presente año se aumentan los siguientes capítulos:
Adonidina; adonis versalis; bismuto (salicilato de); bromuro de alcanfor; cinconina; clorhidrato de vasonilina; es-parragina; feno-resorcina; haraamelis virgínica; teobroraina; tratamiento de la asistolia; varias fórmulas de inyecciones hipodérmicas.—Necrología con los retratos de Méndez A l varo, Montejo, Muñoz y Sánchez Merino.
Las condiciones editoriales escogidas, relativamente á su poco precio. ^
N O T I C I A S .
Se nos han remitido las siguientes importantes publicaciones: «Biblioteca de Ciencias Médicas», Enfermedades internas, por D. Adolfo Striimpell, traducido del alemán por el Dr. D. J. Madera; Sevilla, l i b . de Tomás Sanz, 1885. Cuaderno tercero. «La cuestión Ferrán», Discusión en el Inst i tuto Valenciano, l'olleto por el Dr. D. Francisco Moliner, catedrático numerario por oposición de Patología Médica en la Universidad de Zaragoza, actualmente de Fisiología en
Valencia; Valencia, Imp. de Manuel Alufre, '1885. Diccionario enciclopédico de Medicina y Cirugía prácticas, escrito en alemán bajo la dirección del Dr. A. Eulemburg, traducido directamente y arreglado para uso de los médícús españoles, por el Dr. D. Isidoro de Miguel y Viguri , médico de nú-méro del Hospital de la Princesa, etc., precedido de un prólogo, por el Dr. D. Cárlos María Cortczo, Consejero de Sanidad del Reino, etc., ilustrado con numerosos grabados. Cuaderno cuarto, tomo I , pliegos 25 á 32; Agustín Jubera, editor: Madrid, Campomanes, 10. Memoria acerca de las aguas Medicinales de Cucho, en el condado de Treviño, provincia de Burgos, por D. Telesíbro Rodríguez Sedaño;. Valladolid, E. T. de H. de G. Pastor, 1885. Album clínico dé Dermatología (láminas cromo-litografiadas de enfermedades de la 'piel), publicadas por La Revista de Medicina y Cirugía práct icas . Colección de casos clínicos, etc. Lámina 37; Za oficina de Farmacia española, según Dorvault. Quinto suplemento de la segunda série. Anuario Farmacéutico médico, redactado en presencia de los periódicos, formularios y obras más modernas publicadas en España y el extranjero, por los señores D. Juan R. Gómez Pamo, doctor en íarmacia, etc., don Antonio Espina y Capo, premio extraordinario de la Facultad de Medicina do Madrid, etc., y D. Andrés Martínez Vargas, id . , etc.; Madrid, Cárlos Bailly-RaiHiere, librero d é l a Universidad central, del Congreso de Diputados, etc., ¿itu-des sur le cáncer, caustiques et instrument Tranchant, exámen critique des traitements préconisés, exposé complet de les Mé-thode de Vanteur, catistique et procedé nouveaux, stadistique compjaréétablissant le superiorité dele méthode cautérisante, par le Dr. Bougard, ancien professeur á l 'universi té de Bruxelles, Membre de la commission medícale chirúrgien et administrateur de l'Ilospice Sainte-Gertrude, chirúrgien en Chef des ambulances de la Croix-rouge, pendant le guerre de 1870 1871, Membre de la commission d'inspec-tion des établissements cP alienés, etc. Bruxelles, Gustavo Mayolez; París, Delahaye et Secrosnier.—Bruxelles, J. Ha-yez, imprimeur de l'Académie Royale; Rué de Louvain, 108.—1882; y Casos clínicos de obstetricia, por D. Manuel Díaz Villabella y Alvarez, licenciado en Medicina y Cirugía: precio 4 reales; Oviedo, Imp. de Eduardo Uria, 1885.
También se nos ha remitido un impreso de ocho grandes páginas, conteniendo testimonios y documentos numerosos referentes á la cuestión que tanto preocupa hoy la atención del mundo médico: las inoculaciones anti-coléricas de Fer rán . Dicha hoja merece ser leída detenidamente, y luego meditada.
Damos las gracias á los señores remitentes.
Recortamos de un periódico: «Con motivo de lo que está pasando ahora á Ferrán, va
rios periódicos recuerdan lo que también ocurrió cuando la vacuna de Jenncr, y al efecto exhuman esta ley de la Novísima Recopilación que es la 5.a del libro V i l .
«Siendo las emanaciones y miasmas que se levantan de los cuerpos en los males decididamente contagiosos, origen fecundo de otros análogos á e l los . . . habiéndose observado que la inoculación, aunque útil á los particulares, al Estado y á la población, esparce con una profusión peligrosa los miasmas variolosos, fomenta y multiplica la viruela natural, se prohibe absolutamente que en las estaciones en que no hay epidemias de viruelas, en los pueblos y sus barrios, ningún facultativo, médico ó cirujano, pueda inocular sin dar cuenta á la Junta de Cobierno, la que con acuerdo de la superioridad, tomará las providencias convenientes, bien pata que el inoculado y sus asistentes salgan de la población, bien para que no traten con nadie durante todo el tiempo en que pueda comunicarse el contagio.»
Iniciada por varios médicos civiles y militares la idea de dar una muestra ostensible de cariñosa simpatía, al par que de entusiasmo, por su conducta, á los compañeros que du rante la epidemia actual han prodigado sus inestimables servicios en Aranjuez, se ha acordado celebrar en honor de los mismos, un banquete, que tendrá lugar el jueves próximo, abriendo con este fin una suscricion en los puntos s i guientes:
Librerías de Fé y Guttemberg. Cafés Suizo y Fornos. Hospitales General, Militar y Princesa. La comisión encargada de realizar dicha idea la compo
nen los Sres. Camisón, Torres, Escribano, Isla, Salazar v Bombín.
MADRID.—ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO 1)E M. MINÜESA, ca l le de Juanelo . núm, 19.
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elementos curativos del aceite de Bacalao, evitando asi el olor y el sabor detestable a impedir a menudo los tratamientos de aquel cuya repugnancia al tomarle causa otras indisposiciones, tal ha sido el servicio hecho por el Doctor VIVIEN; la expérieueia ha venido a consolidar mas y mas sus buenos resultados.
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T R A T A D O D E P A T O L O G Í A I N T E R N A ,
por S. Jaccoud, profesor de Patología en la Facultad de Medicina de Par ís , médico del hospital Lariboissiére, caballero de la Legión de Honor. Obra acompañada de grabados y láminas"crornolitograíiadas.—Traducido por D . Pablo León y Luque, antiguo interno de la Facultad de Medicina de Madrid, y D . Joaquin Gassó, segundo ayudante médico honorario del Cuerpo de Sanidad Militar.—Cuarta edición, considerablemente aumentada y ajustada á la sétima edición francesa por el Dr. D. Francisco Santana y Villanueva, d i rector de trabajos anatómicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Central, Madrid, 1885. Precio de la obra completa en tres magníficos tomos en 8.°, en rústica, 33 pesetas en Madrid y 36 en provincias franco de porte.
Se han repartido los cuadernos 4 .0 y 2.° del tomo I . Madrid,, Bailly-Balliere, Plaza de Santa Ana, 10.
NOTA. Para tener derecho á la rebaja es absolutamente indispensable hacer el pago directamente en la administración de La Biblioteca Económica, Caballero de Gracia, 9, segundo, Madrid. ]
OBRAS QUE SE PUBLICARAN EN 1 8 8 5 . ERICHSEN: Ciencia y arte de la cirugía, patología, clínica quirúrgica y operaciones (obra inglesa, traducida de la octava
edición, publicados los dos primeros tomos). LUSK: Ciencia y arte de los parios (obra norte-americanaj traducida de la segunda edición). [Publicada,] BOUCIIÜT: Clínica y terapéutica de las enfermedades de los niños (obra que acaba de salir á luz en Francia).
SECCT^J)E ANÜNCim - ~ I B O P E M I I I E I M O I L 1 m i l
Escrita por autores de varias naciones y publicada bajo la dirección del Dr. Aslihurs, profesor de Clínica quirúrgica de la Universidad de Pensilvania, dirigida, anotada y au mentada con artículos originales y una introducción por el D r . D. Juan Creas y Manso, catedrático de Clínica qui rúr gica de la Facultad de Medicina de Madrid.
Se ha publicado el cuaderno 13 del tomo 11 de esta i m por tant í s ima obra. Precio: 3 pesetas en Madrid y 3,25 en provincias.
Se suscribe en la librería de su editor Nicolás Moya, Carretas, 8, Madrid, y en esta Administración.
mu de medicina y eirujía prácticas,
escrito en alemán bajo la dirección del Dr. A. Eulenburg, Traducido directamente y arreglado para uso de los médicos españoles por el Dr. D. Isidoro de Miguel y Viguri , precedido de un prólogo por el Dr. D. Carlos María Cortezo, ilustrado con numerosos grabados.
La edición española se publicará por cuadernos de 128 páginas . Cada mes se publicarán uno ó dos cuando más, constituyendo un tomo cada cinco cuadernos. La obra completa formará, aproximadamente, diez tomos de 600 á 650 páginas.
El precio de cada cuaderno, por suscricion, es de tres pesetas en toda España.—Se admiten suscriciones en esta Administración.—Se ha repartido el cuaderno tercero,
EL COSMOS EDITORIAL.
T R A T A D O D E M A T E R I A M É D I C A ,
por el Dr. Fonssagrives, obra traducida, anotada y precedió da de una introducción, por D. Francisco Javier de Castro, Catedrático de Terapéutica y materia médica de esta Universidad Central. Consta de 408 páginas y se vende á 3 pesetas 50 céntimos, en el «Cosmos editorial,» Montera, 21, librería, cada cuaderno (obra terminada).
Esta notable casa ha empezado la publicación del ma gistral Tratado de la Higiene de la Infancia, por el Dr. Fonsi sagrives, traducida por el Dr. D. Manuel Flores y Plá. Cada cuaderno consta de seis pliegos á 16 páginas en A.0, su pre^ cío: m a peseta. Se ha repartido el 1.°, 2.°, 3.°, 4 . ° , 5.6 y E l Cosmos editorial, Montera, J l .