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Contenido:
Introducción 3
Los extractivismos singulares El extractivismo de la energía fósil 5 Observaciones 1 16
Las huellas ecológicas 19 Deforestación en Bolivia 29 Observaciones 2 44
Deforestación, depredación y las cadenas productivas de la cocaína 46
Observaciones 3 50
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Introducción
Una mirada ecológica del extractivismo tiene que ser integral.
Comprender el funcionamiento del extractivismo como complejidad
dinámica, articulada, entrelazada, complementándose y reforzándose
cada uno de los extractivismo singulares. El extractivismo funciona
como sistema en el mundo, además de estar inserto y ser como la base
del sistema-mundo capitalista. Ningún extractivismo particular puede
comprenderse de manera aislada; no hay extractivismos aislados,
aunque se den en algún país que se aproxime a la figura del mono-
extractivismo. Pues este país “primario exportador”, se encuentra en
esta condición económica por estar en el mundo, en el sistema-mundo,
en la economía-mundo capitalista. Su extractivismo nacional solo se
explica en el conjunto de flujos extractivistas singulares, que ingresan
a los procesos de producción singulares. La mirada integral no solo
abarca el conjunto de los extractivismos singulares, sino requiere
integrar también a los procesos de producción singulares; que también
se articulan, complementan y se refuerzan, además de imbricarse con
los flujos extractivistas mismos. Así mismo, es menester integrar los
consumos singulares, que se dan en el sistema-mundo capitalista. La
mirada integral no concluye aquí; es menester observar los efectos
globales, además de observar la depredación y los costos ecológicos.
La mirada ecológica del extractivismo lo concibe como un sistema-
mundo extractivista.
No pretendemos ahora lograr esta mirada integral, sincronizada y
dinámica de la complejidad del sistema-mundo extractivista, sino
comenzar abrir senderos, trazar enfoques, desde distintos ángulos; ir
hilvanando, poco a poco el tejido móvil de la mirada ecológica del
extractivismo; además de ser conscientes de que se trata de una tarea
colectiva. Definidos nuestros primeros pasos, mas bien, principiantes,
vamos a avanzar con algunas orientaciones, que se encaminan en el
sentido y la perspectiva bosquejada.
Una definición ecológica de extractivismo
El fenómeno del extractivismo no se circunscribe solo a la explotación
de minerales e hidrocarburos y otras materias primas y recursos
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naturales, sino que abarca también a la agricultura de monocultivo.
Aunque parezca extraño, la agricultura extensiva y de monocultivo es
extractivista porque es depredadora; extrae energía, vale decir, los
minerales, la fertilidad de los suelos, sin reponerlos, infertilizándolos;
generando desiertos, cuando abandona las tierras agotadas. Entonces,
podemos referirnos al extractivismo como fenomenología depredadora
del sistema-mundo capitalista.
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Los extractivismos singulares
El extractivismo de la energía fósil
La segunda etapa, por así decirlo, de la revolución industrial, consiste
en el paso de la energía del carbón a la energía fósil. Ciertamente, la
energía no puede ser concebida de esta manera, como asociada a
determinadas materias primas; donde, mas bien, la composición de la
materia y la energía adquieren una singularidad, entre plurales formas
posibles. Pero sirvan las anteriores expresiones para ilustrar,
recogiendo usos comunes en el lenguaje de las denominaciones
modernas.
También podemos decir, así mismo para ilustrar, que cuando se pasa
del ciclo del capitalismo británico hegemónico al ciclo del capitalismo
hegemonizado por Estados Unidos de Norte América, pasamos a lo que
se viene en llamar la civilización de la energía fósil. Teniendo en cuenta
estas anotaciones, comenzaremos las revisiones con el extractivismo
petrolero e hidrocarburífero.
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Descripciones del extractivismo petrolero, gasífero y del
carbón
Países productores de petróleo
1 Estados Unidos
Debido al fracking y al aumento en la explotación de sus yacimientos petroleros, el tercer país de Norteamérica lidera el ranquin mundial con casi 14 mil millones de crudo. Además, contando con la gran inversión
en tecnología, han podido implementar modernos métodos de extracción de crudo, como en las arenas de alquitrán y de esquisto.
A pesar de ser el mayor productor de crudo del mundo, tienen el
problema de China; está obligado a importar crudo a México y Canadá; otros dos grandes países petroleros. Su demanda sigue siendo superior a su capacidad de producción.
2. Arabia Saudí
Era el mayor productor de crudo del mundo, con casi 12 millones de
barriles de petróleo. Sus reservas de crudo, por si solas, representan el 5% del crudo cuantificado hasta la actualidad. De la que se tiene una significativa parte sin explotar. Ha disminuido su producción en favor
de otro tipo de energías y combustibles, dejando el primer puesto como productor.
3. Rusia
Con la producción de 11 millones de barriles de petróleo controla el del 13% al 14% del total del crudo que circula en el mundo. Las reservas
de petróleo son como las terceras más grandes de las reservas naturales que tiene, sin contar con todo el crudo guardado bajo el hielo de Siberia y en el norte de Rusia, en el Ártico; también bajo un grueso
y sólido hielo.
7
La Federación Rusa conforma geográficamente una sexta parte de la
geografía territorial del planeta; en estas condiciones y extensiones su geografía y geología contiene grandes yacimientos.
4. China
La producción de petróleo ha venido incrementándose
constantemente, durante los últimos cincuenta años. En los últimos quince años ha adquirido dimensiones gigantescas, contando con el impulso político del Estado y su denominado “socialismo de mercado”.
Produce cerca 4.6 millones de barriles de crudo. Sin embargo, esta producción no alcanza a cubrir la demanda de su consumo. Por eso, también se ve obligado el Estado a importar petróleo. Particularmente
de Rusia y otros países asiáticos y árabes.
Las reservas de petróleo no son grandes, se calculan unos 20 mil millones de barriles. El gobierno espera que con la tecnología del
fracking, la fractura hidráulica, su producción y reserva crezca considerablemente.
5. Canadá
Canadá produce más del 5% del petróleo que se circula en el mundo. Produce alrededor de 4,5 millones de barriles; empero, sus reservas
llegan a alcanzar los 180.000 millones de barriles. Con esto es la tercera reserva de petróleo más grande del planeta.
El problema que busca resolver Canadá es que la mayoría de sus
reservas están en arnas de alquitrán; lo que complica su extracción. Se espera que tecnología vaya abaratándose, de tal manera que los costos de la extracción sean adecuados y se logre la rentabilidad.
6. Iraq
Iraq es el país con la quinta reserva más grande de petróleo del mundo.
La mayor parte en yacimientos intactos. Produce alrededor de 4 millones de barriles de petróleo, que abastece el 94% del consumo de energía del país, además de un 66% de sus ingresos.
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7. Emiratos Árabes Unidos
Emiratos Árabes Unidos es una federación ubicada en Arabia formada por Abu Dhabi, Ajmán, Dubái, Fuyaira, Ras al-Jaima, Sarja y Umm al-
Qaywayn. Producen juntos, alrededor de 3.5 millones de barriles al año; primordialmente por Abu Dhabi, Dubai y Sarja; los cardinales centros de extracción del líquido en los Emiratos Árabes Unidos. Todos
juntos acumulan una reserva de aproximadamente 100 mil millones de barriles. De todas maneras, Dubai se prepara para independizarse del petróleo, abriéndose a otros rubros económicos. Basa su economía
cada vez menos en el líquido, buscando salidas en el turismo y otros negocios.
8. Irán
Irán genera 3.4 millones de barriles al año. Contando también con grandes reservas y pozos sin explotar, es considerado una las llamadas
‘superpotencias’ del petróleo. Esos 3.4 millones de barriles representan el 5,1% del total del petróleo que circula en el mundo. El dinero generado con las exportaciones del crudo conforma el 60% de los
ingresos totales de Irán.
9. México
México es el onceavo país exportador del mundo. Produce cerca de 2,85 millones de barriles al año. Se ha dado a la tarea de buscar más reservas por medio de prospecciones, con la esperanza de
encontrarlas. Los ingresos por las exportaciones petroleras alcanzan el 10% de los ingresos del país.
10. Kuwait
Es el décimo país productor del mundo. Su producción de alrededor de 2,7 millones de barriles de petróleo al año; es decir, cerca del 3% de
la producción mundial. Se estima que sus reservas alcanzan para una explotación sostenida de un siglo.
Kuwait estuvo involucrado en la primera guerra del golfo; guerra
desatada por la intervención de Irak, con la excusa de la “investigación” que Saddam Hussein realizó en 1990.
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Países con mayores reservas de petróleo del mundo
Los principales países con las reservas de petróleo más
grandes del mundo son:
(En miles de millones)
1. Venezuela – 297,6 2. Arabia Saudí – 267,9 3. Canadá – 173,1
4. Irán – 154,6 5. Iraq – 141,4 6. Kuwait – 104
7. Emiratos Árabes Unidos – 97,8 8. Rusia – 80 9. Libia – 48
10. Nigeria – 37,2 11. Kazajstán – 30 12. Qatar – 25,380
13. Estados Unidos de América – 20,680 14. China – 17,300 15. Brasil – 13,150
16. Algeria – 12,200 17. Angola – 10,470 18. México – 10,260
19. Ecuador – 8,240 20. Azerbayán – 7
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Principales países exportadores de petróleo
África: Argelia, Angola, Libia y Nigeria.
Medio Oriente: Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Iraq y Kuwait.
América del Sur: Ecuador y Venezuela.
Grandes productores y exportadores, que no son miembros de la OPEP:
Canadá, Sudán, México, Reino Unido, Noruega, Rusia y Omán1.
Consumo de petróleo
Estados Unidos participa en el 20,7% del consumo mundial
de petróleo, lo que equivale a 18.490 barriles diarios; casi el doble del
consumo de China, que es del orden del 11,5%, el segundo mayor
consumidor de petróleo. China y Estados Unidos no producen suficiente
petróleo para satisfacer sus demandas del crudo. En lo que respecta a
la jerarquía del consumo, les siguen en la lista Japón (5,3%), India
(4,1%) y Rusia (3,6%).
India y Rusia han mantenido el mismo nivel de consumo durante las
dos últimas décadas, en cambio, el consumo de petróleo de China se
ha incrementado notoriamente, sobre todo en la reciente década. El
consumo de petróleo en China es casi el doble que lo que consumía en
2003.
1 Ver Países productores de petróleo: https://www.economiafinanzas.com/paises-productores-petroleo/.
11
Reservas de gas natural
Las reservas de Gas Natural están concentradas en Oriente Medio
(41%); particularmente en Irán (16%) y en Qatar (14%). Después de Oriente Medio, las más cuantiosas reservas del mundo se ubican en la Antigua Unión Soviética (31%); África (8%); prioritariamente en
Nigeria (3%) y Argelia (2,4%). También hay que citar a Asia Pacífico (8%). A diferencia de lo que pasa con la distribución regional de las reservas de petróleo, las reservas de gas natural están, mas bien,
diversificadas. Las regiones de mayor producción de Gas Natural se encuentran
en Norteamérica (27%), con Estados Unidos a la cabeza (19%); la Antigua Unión Soviética (26%), donde se encuentra el primer productor mundial, Rusia con el 20% de la producción mundial en
2008; además de Asía Pacífico (13%). Los mayores países consumidores de Gas Natural son Estados Unidos
y Rusia, aproximadamente con el 22% y el 14% del consumo mundial en 2008, respectivamente. A ellos les siguen Canadá, Japón, Reino Unido, China y Alemania, participando con cerca del 3% del consumo
mundial cada uno. En 2008, más del 26% de la producción mundial correspondió al
comercio internacional del gas. Esto ya implica un elevado previsible crecimiento, sobre todo, en lo que tiene que ver con el comercio del GNL (Gas Natural Licuado). El mismo año, el 19% del gas
comercializado internacionalmente se comercializó por tubería, en tanto que el 7% vía GNL. Japón y España son los dos mayores países importadores de Gas Natural vía GNL2.
En el Oriente Medio y en la antigua Unión Soviética se encuentran los mayores yacimientos de gas; participando con el 40% y el 35%,
respectivamente. Como se puede ver, en estas dos regiones se concentran casi las tres cuartas partes de las reservas mundiales de gas natural.
Por el abundante consumo de gas en las diferentes industrias, se optimiza la eficacia en la tecnología de búsqueda de los yacimientos. Es conveniente anotar que es posible encontrar gas natural en los
yacimientos de petróleo; aproximadamente 1 m³ de petróleo es acompañado por 85 m³ de gas natural.
2 Ver Reservas, producción y consumo de gas natural:
https://www.repsol.com/es_es/corporacion/conocer-repsol/contexto-energetico/reservas-produccion-consumo-gas-natural.aspx.
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Distribución por países de las reservas de gas
natural (billones de m3)
Rusia 48,1 Irak 3,1
Irán 22,9 Turkemistán 2,9
Qatar 8,5 Malasia 2,3
Emiratos A. U.
5,8 Indonesia 2,0
Arabia Saudita
5,4 Canadá 1,9
EE UU 4,7 México 1,9
Venezuela 4,0 Holanda 1,8
Argelia 3,7
Nigeria 3,2
En Arabia Saudita se ha descubierto un yacimiento de gas de 764.554 metros cúbicos de capacidad por día.
De acuerdo a estudios efectuados, la producción diaria del nuevo yacimiento podría alcanzar 1,4 millón de metros cúbicos. Se estima que Arabia Saudita es el
quinto país del mundo con mayores reservas de gas.
Entre Irán y Katar se comparte uno de los yacimientos de gas más grandes del mundo. South Pars
corresponde en un 40% a Irán y en un 60% a Katar. Sus reservas son de 12 billones de pies cúbicos de gas; lo que conforma el 7% de las reservas mundiales. Así
mismo en Irán se encontró un nuevo yacimiento ubicado en la isla Kish. Éste podría tener producción similar a dos frases de extracción del gigante
yacimiento South Pars.
Irán espera una producción de 25 millones de metros cúbicos de gas por día, correspondientes a cada fase del yacimiento gigante de gas South Pars. Si bien el
país posee las mayores reservas mundiales de gas natural del mundo, después de Rusia, se ha demorado en lo que respecta a la logística para la exportación.
Empresas trasnacionales como Statoil (STL.OL) y Total
13
(TOTF.PA) participan en las inversiones para el
desarrollo de los yacimientos de gas del Golfo.
Se descubren nuevos yacimientos de gas en todo el mundo. El empleo de nuevos métodos de estudio y
reciente tecnología, permiten que geologías, que antes eran considerados de escaso contenido en hidrocarburos, hoy son cuencas de gas natural3.
Producción de gas natural
Como siguiendo la jerarquía del consumo de gas natural, también la
producción la encabezan EE.UU. y Rusia, con el 21,1% y el 18,1%,
respectivamente; seguidos de Irán (4,7%), Qatar (4,6%) y Canadá
(4,2%).
Consumo de gas natural
EE.UU. además de ser el mayor consumidor de petróleo, es también
el mayor consumidor de gas natural en el mundo; participa con el
21,3%. Le siguen, en el ranking, Rusia (12,9%), Irán (4,6%), China
(4,3%) y Japón (3,8%).
3Ver Yacimientos de gas en el mundo: http://www.pdvsa.com/PESP/Pages_pesp/aspectostecnicos/gasnatural/yacimientos_mundo.html.
14
Producción de carbón
China es el mayor consumidor de carbón, así mismo es también el país
que más lo extrae (46,3%). EE.UU. ocupa el segundo lugar de la
producción mundial de carbón (11,69%); seguido de India (7,47%),
Indonesia (5,61%), Australia (5,33%) y Rusia (4,49%).
Consumo de carbón
El consumo de carbón conforma el 28% de la forma de energía utilizad
en el mundo. Solo tomando el caso de China, este índice asciende al
70%. La mayor potencia económica emergente consume casi tanto
carbón como el resto del mundo junto (49,12%); cuatro veces más
que Estados Unidos, que ocupa el segundo puesto (10,52%), en el
ranking mundial. India ocupa el tercer lugar (8,81%), seguido de Rusia
(3,25%) y Alemania (3,19%)4.
Se puede decir que el carbón nuevamente está cotizado; esto parece
ocurrir porque el petróleo se ha vuelto muy caro. Se dice del carbón, que es menos contaminante, debido a que su depuración es menos costosa. Sorprendentemente, recientemente, los centros
industrializados consumen más carbón.
Los grandes consumidores de carbón en el mundo son la India y la
China. Estas potencias emergentes demandan enormes cantidades de energía, derivada del carbón, sobre todo para su creciente industrialización; particularmente para la industria pesada, como la
metalúrgica. En la India los importadores de carbón se topan con el obstáculo del incremento de los impuestos, que no se puede trasladar al consumidor. Al respecto, las opiniones están divididas; la discusión
estriba si se debe usar el carbón para iluminación o para las industrias y el transporte. Las mayores importaciones de carbón provienen de Indonesia y Sudáfrica. Los principales clientes son productores de
cemento, electricidad, acero, textiles. Por los motivos anteriormente mencionados y otros, se pretende reducir la producción de energía, que busca ser restringida de 76 mil MW a 56 mil MW. Sin embargo, la
India, de todas maneras, importó en 2016 alrededor de 115 millones
4 Ver Mapa del petróleo, del gas y del carbón: https://actualidad.rt.com/economia/view/130419-mapa-petroleo-gas-carbon-energia.
15
de toneladas de carbón; se estima que para 2017 se dará lugar un
incremento en las importaciones del orden del 43%.
En comparación, los Estados Unidos están exportando, en lo que va de 2013, un total de 112 millones de toneladas de carbón metalúrgico y
térmico para Europa, Sudamérica y Lejano Oriente, con Corea a la cabeza. La lista de los compradores es encabezada por Países Bajos, China, Corea e Italia.
Esta potencia económica e industrial sigue incrementando la producción y consumo de gas natural. Con este viraje, está abaratando la producción de energía. Hay que anotar que se está dando lugar una
transformación energética, con la reconversión de la producción de energía termal. Todo esto se da en un contexto de demanda creciente de formas de energía; si comparamos, es notorio un mayor crecimiento
en el consumo de la energía que de los alimentos.
Como dijimos, China es el mayor consumidor de carbón en el mundo; casi la mitad de lo que produce el mundo; el 13% lo utiliza para
químicos y cementos, el 17% para hierro y acero; y el 70% para la industria e iluminación.
En el cuadro comparativo de consumo de formas de energía, Japón es
el principal demandante de gas natural, sobre todo, para generar energía. En 2016 importó 87 millones de toneladas; esto se explica porque cerró casi el 50% de sus usinas atómicas5.
5 Ver El mundo produce más carbón: http://www.elpais.com.uy/informacion/mundo-consume-mas-carbon-producir.html.
16
Observaciones 1
No parece acertado decir que se ha pasado del uso del carbón al uso
del petróleo, como si fuesen dos etapas distintas; lo que se observa,
mas bien, es que se sigue usando el carbón, al mismo tiempo que el
petróleo y el gas natural. Además de otros usos de otras formas de
energía, como la hidroeléctrica, sin mencionar otras más; por ejemplo,
la llamada energía nuclear. Que se haya hablado de la civilización de
la energía fósil, más parece una metáfora ilustrativa que una
descripción adecuada. En consecuencia, parece apropiado hablar de
composiciones y combinaciones de usos de formas de energía. Quizás
se puede caracterizar a esa “segunda etapa” de la revolución industrial
como cuando gana cierta preponderancia el uso del petróleo; empero,
siempre en combinación con los otros usos de formas de energía.
Por otra parte, esta manera de hablar de energía, identificándola con
algún uso de una forma singular de energía y materia, es circunscribir
la energía a una forma material, donde la energía adquiere una
singularidad, como composición concreta en los yacimientos
específicos. Lo que no se puede obviar es que hay distintas
materialidades de energía, por decirlo de esta manera, acostumbrada,
apropiadas para la producción y el consumo, de acuerdo a las
condiciones científicas y tecnológicas del momento. Sin embargo, no
queda ahí la referencia, pues hay otras formas materiales de energía,
existentes y coexistentes; aunque no sean apropiadas o accesibles
para las condiciones de posibilidad, no solo tecnológicas y científicas
dadas, sino para las estructuras de relaciones sociales y mallas
institucionales establecidas. Así mismo, y es lo más importante, las
formas de energía que se usan son asumidas por otras formas de
energía activas, que las consumen, de una determinada manera. El
mundo efectivo es un complejo dinámico de formas de energía
sincronizadas.
Ninguna de las formas de energía deja de ser dinámica o deja de
participar en las dinámicas complejas planetaria. No están a la espera,
en tanto recursos naturales, como el pensamiento moderno y sus
imaginarios lo creen, a ser usadas por el hombre, cuando el desarrollo
de sus fuerzas productivas lo requiera. El planeta no deja de funcionar;
para que funcione, todas las energías implicadas están en dinámicas
entrelazadas. Lo que pasa es que las sociedades modernas, en el
planeta, no solamente tienen una concepción somnífera de la energía,
17
la que estaría a la espera de las demandas del hombre; sino que, en
los contextos de las dinámicas energéticas planetarias, el hombre se
apropia de parte de estas formas de energía materializadas, dándole
un uso propio, supuestamente desarticulado de lo que llama la
modernidad naturaleza. Esto no ha ocurrido nunca ni puede ocurrir; el
hombre no puede dejar la naturaleza, salvo imaginariamente. Al usar,
de este modo, las pocas formas de energía seleccionadas, ocasiona
efectos en la sincronía dinámica planetaria, que el hombre no quiere
ver, que puede ignorar mientras los efectos que causa en el planeta no
desaten tormentas; vale decir crisis ecológicas de magnitud.
Llamemos a esto no solamente ideología autocomplaciente de las
sociedades humanas modernas; sino esquemas de comportamientos,
estructurados de tal manera, que no solamente son destructivos de
ecosistemas, sino se vuelven amenazantes para la misma
sobrevivencia humana.
Es una ilusión moderna creer que el hombre puede controlar las
tormentas que desata. Si antes, en las sociedades antiguas, se
mitificaba a las fuerzas con las que entra en contacto, supuestamente
exteriores a él; en la modernidad, el hombre moderno, civilizado, se
convierte en mito. Es más, se diviniza, imaginándose que está sobre la
naturaleza y la puede dominar. Esta ilusión no puede sustituir la
realidad efectiva - no la que construye institucionalmente -; no le
ayuda un ápice a dominar la naturaleza. Sino que le sirve para justificar
el dominio de un estrato privilegiado de hombres, no solamente sobre
los demás hombres, sino sobre la mujer, a la que ha convertido en una
subordinada.
La concepción moderna de energía es parte de esta mitología, la del
“progreso” y del “desarrollo”. No es pues una comprensión de la
complejidad, sinónimo de realidad, sino se trata de conocimientos
fragmentados e instrumentalizados, al servicio del destino, por así
decirlo, usando esta metáfora, que se ha forjado; el de la acumulación
de capital. Que es la contabilidad abstracta, en su ideología leída de
manera positiva, cuando es, mas bien, en contraste, la cuantificación
de la destrucción ecológica, que ocasiona el sistema-mundo que ha
construido.
18
La concepción compleja de la energía requiere comprenderla en el
devenir energía y el devenir materia; además, en el planeta, en la
simultaneidad dinámica y sincronizada de todos sus ciclos integrados.
19
Las huellas ecológicas
La deforestación
Se establece que la deforestación es el proceso donde distintos tipos
de bosques o terrenos forestales son removidos indiscriminadamente,
buscando obtener beneficios económicos, que no compensan ni
reparan los daños ecológicos que causan.
Las consecuencias directas de la deforestación son múltiples y
variadas, afectando todo tipo de especie y hábitat, produciendo un
alarmante desequilibrio ecológico. Una de estas consecuencias es
la desaparición de sumideros de dióxido de carbono; reduciendo la
capacidad de los árboles de absorber el dióxido de carbono
(CO2), convirtiéndolo en oxígeno. De este modo evitar el llamado
efecto invernadero. Por otra parte, al realizar tanto quema como tala
indiscriminada, se ocasiona un cambio en los suelos, que luego altera
el clima del lugar, al quedar con menor cantidad de retención de
humedad, provocando de esta manera sequías6.
La deforestación arrasa los bosques y las selvas de la Tierra de manera masiva, causando un inmenso daño a la calidad de los suelos. Los bosques todavía cubren alrededor del 30% de las regiones del mundo.
Lo grave es que franjas, como del tamaño de Panamá, se pierden indefectiblemente cada año.
Las selvas tropicales y los bosques pluviales podrían desaparecer completamente dentro de cien años si continúa el ritmo actual de deforestación.
Los motivos de la tala indiscriminada son múltiples, pero la mayoría están relacionados con el capital, así como con las necesidades de los
granjeros de mantener a sus familias. El inductor subyacente de la deforestación es la agricultura. Los agricultores talan los bosques con
6 Ver Consecuencias de la deforestación:
http://www.ocio.net/estilo-de-vida/ecologismo/consecuencias-de-la-deforestacion/.
20
el fin de obtener más espacio para sus cultivos o para el pastoreo de
ganado. A menudo, enormes cantidades de pequeños agricultores despejan hectáreas de terreno arbolado, para alimentar a sus familias, mediante tala y fuego, en un proceso denominado agricultura de roza
y quema.
Las maniobras madereras comerciales, que proporcionan productos de
pulpa de papel y madera al mercado mundial, también participan en la tala de innumerables bosques cada año. Los leñadores, incluso de forma furtiva, también construyen carreteras para acceder a bosques
cada vez más remotos; lo que conlleva un incremento de la deforestación. Los bosques y selvas también son víctimas del crecimiento urbano constante.
No toda la deforestación es consecuencia de la compulsión económica. Alguna es causa de factores humanos y naturales como los incendios
forestales y el pastoreo intensivo, que puede inhibir el crecimiento de nuevos brotes de árboles.
La deforestación tiene muchos efectos negativos para el medio ambiente. El impacto más dramático es la pérdida del hábitat de millones de especies. Setenta por ciento de los animales y plantas
habitan los bosques de la Tierra; muchos no pueden sobrevivir la deforestación que destruye su medio.
La deforestación es también un factor coadyuvante del “cambio climático”. Los suelos de los bosques son húmedos, pero sin la protección de la cubierta arbórea, se secan rápidamente. Los árboles
también ayudan a perpetuar el ciclo hidrológico, devolviendo el vapor de agua a la atmósfera. Sin árboles que desempeñen ese papel, muchas selvas y bosques pueden convertirse rápidamente en áridos
desiertos de tierra yerma.
La eliminación de la capa vegetal arrebata a los bosques y selvas de
sus palios naturales, que bloquean los rayos solares durante el día y mantienen el calor durante la noche. Este trastorno contribuye a la aparición de cambios de temperatura más extremos, que pueden ser
nocivos para las plantas y animales.
Los árboles desempeñan un papel crucial en la absorción de gases de “efecto invernadero”, responsables del calentamiento global. Tener
21
menos bosques significa emitir más cantidad de gases de “efecto
invernadero” a la atmósfera; dándose una mayor velocidad y gravedad del “cambio climático”.
La solución más rápida a la deforestación es, sencillamente, interrumpir la tala de árboles. Aunque el ritmo de deforestación se ha ralentizado un poco en los últimos años, las exigencias financieras
actuales hacen de esta solución una alternativa poco probable7.
La solución más viable sería gestionar los recursos vegetales
cuidadosamente, mediante la eliminación de los despejes agrícolas, para asegurar que los entornos forestales permanezcan intactos. La tala que se realice debe hacerse de forma balanceada, mediante la
plantación de suficiente árboles jóvenes, que sustituyan a los más viejos, en todos los bosques y selvas. El número de nuevas plantaciones de árboles aumenta cada año, pero el total todavía
equivale a una ínfima parte del área forestal del planeta.
A propósito, la investigadora Annie Leonard dice:
Cuando se elimina un bosque y el terreno es destinado, por ejemplo, a
la explotación agrícola o ganadera, disminuye en gran medida la
capacidad de la superficie terrestre para controlar su propio clima y
composición química.
Los árboles crean oxígeno, elemento que sabemos bien, necesitamos
para respirar. Esa sola circunstancia parecería motivación suficiente
para dejarlos intactos. En calidad de pulmones del planeta, los bosques
trabajan las veinticuatro horas para extraer el dióxido de carbono del
aire (proceso denominado “captura de carbono”) y brindarnos oxígeno
a cambio.
En nuestros días, muchos científicos preocupados por el cambio
climático investigan toda clase de ardides intrincados, caros y
artificiales para capturar el carbono de la atmósfera con la esperanza
de moderar el cambio climático. A mí me parece un despropósito. Ya
tenemos un sistema natural que, además de capturar el carbono de la
atmósfera, nos brinda el tipo exacto de aire que necesitamos para
7 Ver La deforestación: http://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/calentamiento-global/deforestation-overview.
22
respirar: el sistema de nuestros árboles. ¡Y sus servicios son gratuitos!
No puede pedirse mucho más.
Y aún hay más: los bosques cumplen otros servicios vitales. Recolectan
y filtran nuestra agua dulce, con lo cual mantienen el ciclo hidrológico
general del planeta y moderan inundaciones o sequías. Conservan la
salud del suelo porque sostienen en el lugar la fértil capa superficial,
rica en nutrientes. ¿Cómo se nos ocurre destruir a tan indudables
aliados8?
En consecuencia, una de las mayores amenazas para la vida humana
en la Tierra es la deforestación. Esta actividad que implica “desnudar
el planeta de sus bosques” y de otros ecosistemas como de su suelo,
tiene como resultado un efecto similar al de quemar la piel de un ser
humano. ¿Por qué decimos esto? Sin lugar a dudas, los bosques
ayudan a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad, limitan la
erosión en las cuencas hidrográficas e influyen en las variaciones del
tiempo y en el clima. Asimismo, abastecen a las comunidades rurales
de diversos productos, como la madera, alimentos, combustible,
forrajes, fibras o fertilizantes orgánicos.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y
(CNUMAD) establece que la protección ambiental es una parte
integrante de “desarrollo”, que debería tener como objetivo aliviar la
pobreza y lograr un equilibrio entre la eficiencia económica y la
sostenibilidad. Se reconoce por parte de este organismo internacional,
que todos los bosques del planeta deben ser objeto de una ordenación
sostenible, que garantice sus servicios y beneficios sociales,
económicos y ecológicos.
8 Investigadora Annie Leonard.
23
Los bosques y el régimen de lluvias
Una de las funciones más importantes de los árboles es su capacidad
para la evapotranspiración de volúmenes enormes de agua, a través
de sus hojas. Este proceso comienza cuando el agua, por efecto del
calor del sol, se evapora - pasa del estado líquido al gaseoso - y se
incorpora a la atmósfera como vapor de agua. A medida que asciende
y por disminución de la temperatura, el vapor de agua se condensa -
se convierte en pequeñas gotas - formando las nubes. El agua,
condensada en las nubes, cae finalmente en forma de lluvia sobre los
continentes, permitiendo así el crecimiento de los árboles y de sus
raíces, como también el de otros organismos vivos.
Por otro lado, una vez que sus hojas caen, éstas se pudren en el suelo,
ocasionando, su enriquecimiento; los nutrientes son reciclados
rápidamente por las bacterias del terreno, cerrándose así un ciclo. Si
se eliminan los árboles, la lluvia cesará, pues ambos factores se
encuentran estrechamente relacionados. Sin la lluvia, la tierra
comenzará a morir, produciéndose una fuerte erosión y la zona de
bosque se convertirá finalmente en un desierto.
Entre ejemplos catastróficos tenemos el caso del desierto de Harrapan,
en Pakistán. Inicialmente se trataba de una zona rica en bosques, que
disfrutaba de un régimen de lluvias adecuado, gracias a los monzones,
vientos estacionales; resultado una buena muestra de ecosistema
forestal auto-sustentado. Los bosques fueron talados gradualmente
por los ganaderos, que necesitaban hierbas para sus rebaños. La
precipitación en forma de lluvia se mantuvo en la región, hasta que la
tala masiva afectó a más de la mitad del territorio. Como consecuencia,
las lluvias cesaron y el área se volvió árida y los bosques circundantes
murieron también. En la actualidad la zona es un semi-desierto, capaz
de mantener tan sólo a una pequeña cantidad de personas y pocos
organismos que habitaban en el bosque.
Otro ejemplo catastrófico es la Cuenca Amazónica, compartida por
siete países, con una extensión de 6.700.000 km2. Casi 70% de esta
se encuentra en Brasil, correspondiente a un 30% de la selva tropical
que queda en el planeta. Parcelas de ellas, que contienen la mayor
24
diversidad biológica, colindan con terrenos talados y quemados, a los
que se les dará uso agropecuario. Al ritmo actual de deforestación y
sumado al continuo “cambio climático”, los científicos aseguran que en
dos decenios se destruirá 40% de la Amazonia y que otro 20% se
degradará.
La deforestación, por tanto, puede ocasionar la extinción local o
regional de especies, la pérdida de recursos genéticos, el aumento de
plagas, la disminución en la polinización de cultivos comerciales o la
alteración de los procesos de formación y mantenimiento de los suelos;
es decir, erosión. Asimismo, impide la recarga de los acuíferos y altera
los ciclos biogeoquímicos. En suma, la deforestación provoca pérdida
de diversidad biológica a nivel genético, poblacional y eco sistémico.
Causas
La deforestación, como todo proceso, tiene sus causas
fundamentales. Entre ellas pueden citarse: el cambio del uso del agua
para actividades ganaderas y agrícolas, los incendios y enfermedades
forestales o la tala incontrolada de árboles. En la actualidad, la
deforestación de los bosques tropicales constituye una auténtica
amenaza. Si analizamos estadísticamente tasas de deforestación en las
distintas áreas ecológicamente importantes — bosques tropicales
húmedos, bosques tropicales secos, bosques de llanura, bosques de
montaña —, se puede concluir que, en los últimos años, este proceso
ha resultado mucho más intenso en las zonas secas y semiáridas,
especialmente en las montañas.
Esto es comprensible, dado que las áreas de mayor altitud o más secas
resultan más adecuadas para la ganadería. Los suelos de estas
regiones, en general, son más ricos y fácilmente cultivables que los
suelos viejos de las llanuras tropicales, prácticamente lavados de todo
tipo de nutrientes. Además de las restricciones agronómicas, hay que
tener en cuenta la limitación que supone para la colonización la
presencia de diferentes enfermedades, como malaria o fiebre amarilla,
mucho menos extendidas en zonas de montaña o secas que en áreas
húmedas.
25
Anualmente se pierden 13 millones de hectáreas de bosque nativo en
el mundo, especialmente los bosques tropicales, tanto en Asia, como
en África y América. En Argentina, se ha producido una importante
disminución de la selva en Misiones, Salta y Jujuy. Una de las
principales causas de la deforestación es la explotación maderera. En
algunos casos se aprovechan las maderas de los árboles nativos y en
otros la deforestación se produce para realizar plantaciones
forestales. También se tala el bosque, se aprovecha la madera y luego
las tierras se destinan a la agricultura.
Sin lugar a dudas esta actividad genera serios problemas. No sólo
afecta al medio ambiente, sino genera problemas sociales, afectando
sobre todo a millones de personas que viven en el bosque y que
obtienen de ellos sus medios de vida. Si bien existen regulaciones a
nivel nacional para evitar la depredación de este recurso, muchas de
las empresas no cumplen las normas, explotando los bosques con
intensidad y velocidad, lo que no permite la regeneración de estos
bastiones ecológicos.
Una razón más que por sí sola debería bastar para que no sigamos
adelante con la pésima idea de talar bosques y selvas: un cuarto de
nuestros medicamentos derivan de allí, en especial de las selvas
tropicales. El curare, un anestésico y relajante muscular que se usa en
cirugías; el ipecac, para tratar la disentería, y la quinina, para la
malaria, son apenas unos pocos ejemplos. No hace mucho tiempo, los
químicos occidentales se fascinaron con una planta nativa de las selvas
tropicales de Madagascar, la vinca rosada, al enterarse de que los
curanderos de la isla la usaban para tratar la diabetes. Esta planta de
flores rosas resultó tener propiedades anticancerígenas, y ahora se
emplea en la fabricación de dos medicamentos: la vincristina y la
vinblastina. La primera sirve para tratar la enfermedad de Hodgkin; la
segunda demostró ser una droga maravillosa para los pacientes de
leucemia infantil, cuyas posibilidades de supervivencia se han elevado
al 95%, desde el escaso 10%, diagnosticado antes de que se
descubriera la planta.
26
La necesidad de un desarrollo sostenido
A la incidencia de la población sobre el mantenimiento de los bosques,
reviste caracteres de especial gravedad en el caso de la Amazonia,
donde la llegada de campesinos, a partir de la segunda mitad del siglo
XX, ha venido a trastocar el equilibrio ecológico, mantenido por los
pueblos aborígenes, que utilizaron de los mismos durante milenios,
sin que su estado de conservación resultara afectado sustancialmente.
El establecimiento de nuevos colonos en estas zonas se ve favorecido
por la existencia de programas gubernamentales, que conceden títulos
de propiedad a los campesinos, que convierten un terreno “baldío” en
terreno “productivo”. Con frecuencia, los colonos talan no sólo la
parcela de terreno, que les ha sido asignada, sino una superficie mucho
mayor. Por otro lado, el acceso a la región de estas nuevas poblaciones
se ha visto favorecido por la presencia de carreteras, construidas para
facilitar la explotación de estas áreas, como consecuencia de la presión
que ejercen las empresas madereras, mineras y petrolíferas.
Así pues, en casos como el apuntado, la solución a los problemas que
afectan los bosques pasa por un desarrollo sostenible de los recursos
y una fuerte voluntad política de poner fin a la tala indiscriminada.
Además, es preciso el reconocimiento de los derechos territoriales de
los pueblos aborígenes, que han demostrado estar comprometidos con
la conservación de los bosques, así como evitar la migración de los
campesinos hacia estas zonas. Esta última condición precisa de una
redistribución equitativa de las tierras agrícolas, de tal forma que la
supervivencia y la calidad de vida del campesinado queden aseguradas
y sea innecesaria la migración y la consiguiente deforestación.
Entre 2000 y 2005 la deforestación se ha agravado en América del Sur
y el sureste asiático. En contraste, se han destruidos menos bosques
en América Central y en África. El balance entre la destrucción y el
progreso de los bosques hace que se pierdan todos los años unos
83.000 Km2 de superficie arbolada.
Cómo combatir la deforestación
De acuerdo con las recomendaciones de las Naciones Unidas, existen
diversas medidas encaminadas a frenar el proceso de deforestación.
27
Por un lado, los programas forestales de cada país, los cuales deben
hacer partícipes a todos los interesados e integrar la conservación y el
uso sostenible de los recursos biológicos. Asimismo, las capacidades
nacionales de investigación forestal deben mejorarse y crear una red
para facilitar el intercambio de información, fomentar la investigación
y dar a conocer los resultados de las distintas disciplinas.
Es necesario llevar a cabo estudios que analicen las causas de la
deforestación y degradación ambiental en cada país; debe fomentarse
la cooperación en temas de transferencia de tecnología, relacionada
con los bosques, tanto Norte-Sur como Sur-Sur, mediante inversiones
públicas y privadas, empresas mixtas. Por otro lado, se requieren las
mejores tecnologías de evaluación para obtener estimaciones
fidedignas de todos los servicios y bienes forestales, en especial los
que son objeto de comercio general.
Mejorar el acceso al mercado de los bienes y servicios forestales con la
reducción de obstáculos arancelarios y no arancelarios al comercio,
constituye otra de las vías posibles, así como la necesidad de hacer un
uso más efectivo de los mecanismos financieros existentes, para
generar nuevos recursos de financiación a nivel nacional como
internacional. Las políticas inversoras deben tener como finalidad
atraer las inversiones nacionales, de las comunidades locales y
extranjeras para las industrias sostenibles de base forestal, la
reforestación, la conservación y la protección de los bosques.
Los productos de la naturaleza aún constituyen buena parte de lo que
venden en el exterior los países en desarrollo para obtener divisas.
Pero en muchos casos, los recursos naturales, que deben exportar, a
veces principalmente para mantenerse al día con los pagos de la deuda
externa, están ubicados en medio de ricas zonas ecológicas. A pesar
del daño ambiental que puede causar la explotación de tales recursos,
a los países con dificultades económicas les resulta difícil prescindir de
esos ingresos en favor de la naturaleza.
Las exportaciones de madera son una importante fuente de divisas
para varios países tropicales. Los países en desarrollo obtienen
alrededor de 7.000 millones de dólares anuales — un 9 por ciento de
sus ingresos por exportaciones agrícolas — de los productos forestales.
Sin embargo, esas naciones están recibiendo signos contradictorios:
28
son elogiadas por organizaciones internacionales como el Banco
Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), por sus éxitos en la
exportación, y al mismo tiempo se les pide que tengan en cuenta el
medio ambiente si desean calificarse para recibir más fondos9.
9 Ver La deforestación, causas y consecuencias: http://historiaybiografias.com/deforestacion/.
29
Deforestación en Bolivia
Robert Müller, Daniel M. Larrea-Alcázar, Saul Cuéllar y Sara Espinoza, en Causas directas de la deforestación reciente (2000-2010) y
modelado de dos escenarios futuros en las tierras bajas de Bolivia, describen la situación de esta manera:
Bolivia se encuentra entre los diez países con mayor cobertura de
bosque tropical, pero al mismo tiempo está entre los que experimentan las mayores pérdidas por deforestación (FAO 2010). Hasta mediados de los años 80s hubo muy poca deforestación en las tierras bajas de
Bolivia; luego, la pérdida de bosques a gran escala empezó con el auge de la producción soyera en el contexto de la apertura de la economía boliviana a los mercados internacionales (Hecht 2005, Pacheco 2006,
Killeen et al. 2007). Estas dinámicas cambiaron después de 2000, como se analizará en este artículo, pero sin que la deforestación se haya reducido. Hasta el año 2010, se perdieron aproximadamente 4.6
millones de hectáreas de bosque en las tierras bajas de Bolivia, correspondiendo a un 10% del área originalmente cubierta por bosque aquí (Müller et al. 2014).
Actualmente, las principales causas directas de la deforestación en Bolivia pueden agruparse en tres tipos generalizados de uso del suelo:
la agricultura mecanizada (referida a la producción intensiva de cultivos industriales anuales, principalmente soya (o soja), caña de azúcar y arroz), la agricultura a pequeña escala (que incluye diferentes
formas de producción manual, principalmente se cultivan arroz, maíz y cultivos perennes como el plátano) y la ganadería en pastos cultivados (la cual lleva al reemplazo de los bosques por pastizales,
mayormente para la producción de carne para el mercado nacional). Estas categorías han sido usadas en Müller et al. (2012), pero también en varios otros estudios (Kirby et al. 2006) para caracterizar patrones
de deforestación detectados. Otras causas directas, como por ejemplo la minería, juegan un rol mucho menor en Bolivia (Müller et al.2014).
Para estudiar la dinámica de la deforestación, se pueden aplicar modelos espaciales de regresión logística los que permiten generar mapas de probabilidades de conversión futura de bosque (Mertens et
al. 2004, Müller et al. 2012). Usando tales modelos, Müller et al. (2011, 2012) caracterizaron los patrones de deforestación ocurridos entre 1992-2004 y proyectaron la expansión agropecuaria para el año 2030,
sugiriendo la expansión de la agricultura mecanizada hacia bosques amazónicos húmedos ubicados al norte del departamento de Santa Cruz, junto con dos nuevas áreas o fronteras de expansión ubicadas
en San Buenaventura (La Paz) y Puerto Suárez (Santa Cruz). Dichos
30
autores resaltaron la necesidad de analizar periódicamente la dinámica
de cambio de uso del suelo y resaltaron a la ganadería como una posible amenaza futura para los bosques en casi todas las tierras bajas de Bolivia. En ese sentido, Cuéllar et al. (2012) reportaron que entre
2000-2010, 1.8 millones de hectáreas de bosque se habrían perdido por deforestación. Estos datos ofrecen la oportunidad de examinar en detalle la dinámica reciente y proyecciones futuras de conversión del
bosque, actualizando la información publicada por Müller et al. (2012). En general, los análisis de deforestación en Bolivia consideran
únicamente pérdidas de bosque, sin considerar la recuperación de áreas deforestadas en el pasado (Killeen et al. 2007, Cuéllar et al. 2012). Esto parece justificado, ya que Bolivia puede clasificarse como
un país en la primera y segunda fase de transición de bosques (Angelsen & Rudel 2013, Müller et al. 2014), es decir que cuenta con grandes superficies de bosque parcialmente estables (fase 1), los
cuales están afectados en gran parte por un rápido avance de deforestación (fase 2) con poca recuperación de bosques. Un trabajo publicado en 2013 del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP)
distingue áreas con bosque en recuperación. Sin embargo, ésta se presenta como un fenómeno disperso, sin que se identifiquen grandes áreas continuas en proceso de recuperación, por lo que es difícil definir
dinámicas de recuperación de manera sistemática. Como objetivo superior, el estudio busca generar insumos técnicos y
científicos que contribuyan al diseño de planes y programas de uso sostenible del suelo en las tierras bajas. Los objetivos de este estudio fueron: a) establecer las causas directas de deforestación ocurrida
entre 2000-2010 en las tierras bajas de Bolivia, b) explorar las dinámicas recientes y futuras de la deforestación mediante la elaboración e interpretación de dos escenarios probables, y c)
establecer las áreas con alto valor de conservación identificadas por Araujo et al. (2010) que estarían amenazadas por la posible expansión de la deforestación10.
Los resultados de las causas directas de la deforestación entre 2000-2010, se presentan así:
En general, una alta contribución de la ganadería a la deforestación fue
registrada para el periodo analizado, incluyendo un fuerte crecimiento
10 Ver Causas directas de la deforestación reciente (2000-2010) y modelado de dos escenarios futuros en las tierras bajas de Bolivia. https://raisg.socioambiental.org/system/files/Muller_et_al_2014_vfinal.pdf.
31
después del año 2005. Su contribución a la deforestación ocurrida
entre 2000-2005 fue del 44% y cerca del 60% para el periodo 2005-
2010. Esta deforestación ocurrió mayormente a través de grandes
desmontes en la Chiquitanía (p.e., en San Ignacio de Velasco, San José
de Chiquitos y Puerto Suárez, entre otros), así como en el norte
amazónico (sur de Guayaramerín – Beni - y norte de Puerto Rico –
Pando - en la frontera con Brasil). La agricultura mecanizada fue la
segunda causa de deforestación, concentrada al sureste de su área
tradicional cerca de la laguna Concepción, con algún crecimiento hacia
el camino entre Ascensión de Guarayos (Santa Cruz) y Trinidad (Beni).
La contribución de la agricultura a pequeña escala fue mucho menor
en comparación con las otras causas, impactando mayormente áreas
al norte del departamento de Santa Cruz11.
Modelado de las causas directas de la deforestación
La interpretación de coeficientes estandarizados de regresión muestra que la ganadería pareció expandirse de manera independiente a las
condiciones ambientales y su distribución estaría explicada sobre todo por el acceso a mercados locales. La expansión de la agricultura mecanizada estuvo asociada a áreas con suelos fértiles, una
precipitación intermedia y con un buen acceso a los mercados de exportación. La expansión de la agricultura a pequeña escala correspondió mayormente a áreas con un clima más húmedo, suelos
fértiles y planos así como la cercanía a mercados locales. Restricciones de uso de suelo, como ocurre en las áreas protegidas, parecieron prevenir la expansión de la agricultura mecanizada, pero mostraron
poco efecto en la expansión de la agricultura manual y la ganadería. Los mapas de probabilidad de expansión de usos de suelo mostraron
que la ganadería tendría un potencial generalizado de expansión, alcanzando casi todas las áreas accesibles. La agricultura mecanizada se vería restringida a algunas zonas con suelos más favorables,
excluyendo las áreas ubicadas en el Escudo Precámbrico y en el norte amazónico. Además del área adyacente al área actualmente ocupada por este uso de suelo, fueron identificadas posibles áreas de expansión
hacia el norte de Santa Cruz y sur del Beni, así como al pie del sur de la Cordillera Oriental (Puerto Suárez y San Buenaventura). En las dos últimas zonas todavía no existen áreas destinadas a la agricultura
mecanizada; no obstante en el área de San Buenaventura actualmente, se construye un complejo agroindustrial azucarero (ver Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural,
http://easba.produccion.gob.bo).
11 Ibídem.
32
La agricultura a pequeña escala tendría su mayor potencial de
expansión hacia el pie de la cordillera oriental norte y al noroeste de
Santa Cruz, donde la humedad tiende a ser alta. Otras zonas de
expansión de este tipo de uso fueron identificadas hacia el norte
amazónico y hacia el norte de Concepción y San Ignacio de Velasco.
Modelado de escenarios futuros de deforestación
Bajo el escenario negativo se ubicaron las siguientes áreas
amenazadas por la expansión de las tres causas principales de
deforestación:
(a) la ganadería en pastos sembrados presionaría a los bosques de la
Chiquitanía por San Ignacio de Velasco, Guarayos, Concepción, San José y Puerto Suárez, pero también a los bosques amazónicos ubicados en las cercanías de Cobija y Riberalta, así como también a los bosques
chaqueños ubicados al pie del sur de la Cordillera Oriental, (b) la agricultura mecanizada tendería a expandirse al sureste de la zona integrada, entre Pailón y San José, así como al norte en el camino a
Trinidad. Existirían también posibles zonas de expansión por Puerto Suárez y alrededores de la colonia Menonita al norte de San José y (c) para la agricultura a pequeña escala, las áreas de expansión se
concentrarían cerca de las áreas que ya están bajo este uso, particularmente en el Chapare, el camino Yucumo-Rurrenabaque y el camino Ascensión de Guarayos-Trinidad.
El escenario positivo o conservacionista mostró una reducción del 40% de deforestación comparada con el escenario negativo. La diferencia relativa entre ambos escenarios fue mayor para la agricultura a
pequeña escala, la cual en el escenario negativo tendería a expandirse a zonas de bosque con alto valor de conservación ubicadas en los bordes de áreas deforestadas en el Chapare y en el camino Yucumo -
Rurrenabaque. En cifras absolutas, la diferencia entre ambos escenarios fue mayor para la ganadería con áreas grandes de expansión proyectada en TPFP existentes al norte de la Chiquitanía y
Guayaramerín, entre otros. En cuanto a la agricultura mecanizada, la diferencia entre ambos
escenarios fue relativamente baja. Gran parte de su probable expansión se localizaría en áreas cercanas al uso existente que no tienen estatus de TPFP ni fueron identificadas como áreas con alto valor
conservación; no obstante, un área importante de expansión hacia los
33
bosques de alto valor de conservación ubicados en el camino Ascensión
de Guarayos-Trinidad fue identificado.
A partir de la comparación de la deforestación futura bajo el escenario
negativo y las áreas con alto valor para la conservación, las siguientes
áreas con mayor sensibilidad fueron localizadas: (a) áreas al norte de
la Chiquitanía entre Ascensión de Guarayos y Concepción, amenazadas
por la ganadería, (b) áreas al este y sureste de Trinidad, amenazadas
por la expansión de la agricultura mecanizada, y (c) áreas al sur de la
reserva forestal El Choré, así como al pie de los parques nacionales
Amboró y Carrasco, amenazadas por la agricultura a pequeña escala.
La mayoría del bosque se vería amenazado por la expansión de la
ganadería.
Discusión
Es importante notar que los resultados presentados en este estudio se basan en análisis aproximativos. Se podría llegar a un mayor nivel de exactitud con la definición de clases adicionales a las tres causas de
deforestación analizadas, lo que implicaría un estudio adicional. Especialmente entre las categorías de agricultura mecanizada y agricultura a pequeña escala existe una transición, por ejemplo en los
casos de mecanización incipiente en colonias andinas. También se debe tener en cuenta que la localización de áreas menonitas representa una aproximación muy gruesa, debido a que datos oficiales sobre el tema
no están disponibles.
Un posible sesgo causado por los pequeños tamaños de los parches deforestados por agricultura a pequeña escala en comparación con la agricultura mecanizada y la ganadería podría esperarse. Sin embargo,
el análisis visual para asignar los tipos de uso se realizó con imágenes de alta resolución de 0.5-2.5 m. Además, los datos originales de deforestación (bosque - no bosque) tienen una resolución de 30 m,
equivalente a 0.09 hectáreas, de forma que incluyen explícitamente información sobre los desmontes ocurridos en parches pequeños. La reclasificación a una resolución más gruesa (pixeles de 500 m) pudo
originar una pérdida de información. No obstante, no hubo un sesgo sistemático, ya que estadísticamente existió un equilibrio entre errores que sobre y subestimaron la contribución de la agricultura a pequeña
escala.
El modelo espacial representa dinámicas generalizadas. Por esto,
algunas tendencias recientes probablemente no fueron representadas.
Por ejemplo, parece probable que la futura expansión de la agricultura
34
a pequeña escala se concentre más al norte de Yapacaní y no tanto en
el zona del Chapare, como lo indica el modelo. También es probable
que este tipo de uso de suelo siga expandiéndose hacia el norte de la
Chiquitanía, con mayor intensidad a la sugerida por los resultados del
modelo. En ese sentido, los escenarios proyectados y analizados en
este estudio deben interpretarse como patrones generales, ya que no
toman en cuenta factores como decisiones políticas o cambios en la
exportación de productos agrícolas o pecuarios.
Perspectivas - pautas para el diseño de políticas de conservación
El escenario conservacionista se puede entender como una opción de planificación de uso de suelo con la finalidad de mantener un bajo impacto sobre bosques y biodiversidad. Este escenario implicaría que,
para una futura expansión agropecuaria, se deberían priorizar bosques chaqueños de un valor relativamente bajo de conservación de acuerdo con Araujo et al. (2010), mientras se debería restringir la expansión
agrícola y ganadera hacia el norte. Esto llevaría consigo una fuerte restricción a la posible expansión de agricultura a pequeña escala, la cual parece no adaptarse bien a zonas más áridas. Una posible
respuesta sería la intensificación de la pequeña producción en áreas ya deforestadas, procurando una mayor productividad. La medida más efectiva para reducir la deforestación en el futuro será
probablemente una aplicación más estricta de la legislación existente (Müller et al. 2013), en primer lugar mediante un fortalecimiento de la ABT (Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras),
entidad a cargo de controlar el uso de suelo. Muchos grandes desmontes ganaderos actualmente ocurren dentro de TPFP (Tierras de Producción Forestal Permanente) en la Chiquitanía y en el norte
amazónico y podrían por ende ser evitados con un control más eficaz. También sería recomendable la promoción de una producción más eficiente (ver Merry et al. 2002), es decir medidas que permitan
aumentar la carga animal, por ejemplo mediante una mejor aplicación del pastoreo rotativo o silaje de forraje para la época seca (Müller et al. 2013). También habría que cuestionar la visión de convertir Bolivia
en un país exportador de carne de res. Con respecto a la conservación de las zonas ecológicamente más
valiosas en las tierras bajas de Bolivia, debería enfocarse en la reserva El Choré, en los alrededores del camino Ascensión de Guarayos-Trinidad y en las áreas de Chapare y Yucumo-Rurrenabaque. El
proyecto del complejo agroindustrial San Buenaventura aparentemente amenaza a áreas ecológicamente valiosas. Mientras la mayor porción de la esperada expansión agropecuaria al norte de las
35
tierras bajas está dentro de TPFP y debería por esto no ser legalizada,
es una cuestión abierta cómo el gobierno tratará a la expansión agropecuaria (muchas veces menonita) al sur y sureste del área integrada de Santa Cruz, en bosques no clasificados como TPFP. Una
gran parte de los bosques en Bolivia se encuentra en propiedades colectivas o con restricción de uso (Müller et al. 2014). Mayormente estas áreas enfrentan poca amenaza actual, pero pueden representar
un factor muy importante para la mitigación de deforestación en el futuro.
A pesar de los avances recientes en la definición de políticas de una vida en armonía con la madre tierra, se puede constatar que dentro del gobierno actual existen dos visiones oficiales, pero contrarias sobre
el desarrollo de país - una visión ambientalista y otra agrarista (Müller et al. 2014). La reciente ley 337 (Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques) ofrece la posibilidad de legalizar
posteriormente desmontes ilegales entre 1996 y 2011, lo que muestra quizás una reducida predisposición del gobierno actual a aumentar el control de deforestación.
Conclusiones
El hecho de que la ganadería recientemente causó el mayor impacto en los bosques de las tierras bajas de Bolivia indica un cambio en las
dinámicas de deforestación, ya que en los años 1990, fue el cultivo de la soya que representó la primera causa de deforestación (Müller et al. 2012). Actualmente, el mayor impacto es causado por desmontes
ganaderos grandes en la Chiquitanía y en el norte amazónico (p.e., alrededor de San Ignacio de Velasco) en tierras que en muchos casos no están tituladas. La expectativa de una futura exportación de carne
de res, después de solucionar el problema de la fiebre aftosa, juega un rol importante en esta zona (El Deber 2012). La cercanía al Brasil es un factor también importante, posiblemente debido a un significativo
comercio ganadero informal con este país vecino. La decreciente contribución de la agricultura mecanizada a la
deforestación podría explicarse por la abundancia de suelos fértiles en la planicie del río Grande antes del año 2000, con una alta aptitud para la agricultura mecanizada. La mayor parte de estos suelos ya estuvo
bajo uso agrícola en el año 2000, por lo que la expansión de este tipo de uso de suelo fue menos intensa entre 2000-2010, siguiendo un patrón espacial de parches más pequeños. Dentro de esta última
década, la expansión de la agricultura mecanizada se trasladó desde el norte de la ciudad de Santa Cruz, donde estaba centrada entre 2000 y 2005, hacia un área al oeste de San José de Chiquitos (cerca de la
laguna Concepción) entre 2006-2010, donde aparentemente una
36
nueva colonia menonita estaría desmontando un área muy grande. Es
evidente que la formación de nuevas colonias menonitas juega un rol importante en los eventos de deforestación reciente.
La agricultura a pequeña escala tendría una contribución baja en la deforestación reciente. Mientras detectó poca conversión de bosques en las áreas establecidas de colonización andina (Chapare y norte de
La Paz), destacó la apertura de nuevas colonias andinas al norte de la Chiquitanía, así como la expansión dentro de la reserva forestal El Choré.
Este estudio procura dar insumos para la planificación sostenible del
uso de suelo en Bolivia, posiblemente en el contexto de la definición
de una visión de uso espacial a nivel nacional - la cual todavía no
existe12.
Tasa de Deforestación
Donato Rojas, Ignacio Martínez, William Cordero y Freddy Contreras, en Deforestación de Bolivia 1993-200013, describen cuantitativamente la historia de la deforestación en Bolivia. En el apartado Total de
Superficie Desmontada en el Período de Estudio, escriben:
En el Cuadro III-1 se compara la superficie de los códigos 72 y 73 (Agricultura Establecida y Colonización con Agricultura Migratoria según memoria mapa forestal de Bolivia), correspondientes a 1993 y
al 2000, es decir, el desmonte realizado en el período señalado.
Cuadro III-1. Detección de cambio 1993 y 2000 Año 1993 Año 2000 Cambio Código Superficie (ha) Código Superficie (ha) % Total (ha) 72/73 2.125.344 72/73 4.017.676 89 1.892.332
12 Ibídem. 13 Ver de Donato Rojas Ignacio Martínez William Cordero Freddy Contreras Tasa de Deforestación de Bolivia 1993-2000. Proyecto de Manejo Forestal Sostenible (BOLFOR). Santa Cruz, 2003.
37
El período analizado (7 años) refleja un aumento de 1.892.332
hectáreas en la superficie deforestada en el país, que se traduce en un promedio anual de 270.333 hectáreas. La superficie deforestada aumentó en un 89% con respecto a la superficie desmontada
determinada en 1993. Los autores del Mapa Forestal de Bolivia (MDSMA, 1995b) establecieron
una tasa nacional de desmonte de 168.012 hectáreas por año para un período de 18 años entre 1975 y 1993. De estas, 100.000 hectáreas se atribuían a la expansión de la frontera agrícola en las Tierras Bajas
del Este de Bolivia (Departamento de Santa Cruz), región que cuenta con los mejores suelos de aptitud agrícola del país.
En el Cuadro III-2, la deforestación en el departamento de Santa Cruz es alrededor de tres veces mayor que la estimada para los
departamentos Cochabamba, Beni, Pando, La Paz, Chuquisaca y Tarija. Sin embargo, esta diferencia de superficies es atribuida a la gran expansión de la frontera agrícola y ganadera en el departamento de
Santa Cruz. Ver el cuadro III-2. Cuadro III-2. Detección de cambio 1993 y 2000 por departamento Departamento Año 1993 Año 2000 Cambio
Superficie (ha) Código Superficie
Total (ha) % Superficie Total (ha)
Beni 35 72 88.831 253.803 88.796 Cochabamba 273.281 72 427.950 157 154.669 Chuquisaca 38.644 72 88.489 229 49.845 La Paz 32.569 72 109.856 337 77.286 Pando 0,00 72 49.352 49.352 Tarija 27.331 72 75.681 277 48.350 Santa Cruz 1.753.484 72/73 3.177.517 81 1.424.033 Total 2.125.344 4.017.676 1.892.331
Excluyendo a Santa Cruz del resto de los departamentos, el período analizado de siete años indica un aumento de 468.298 hectáreas en la superficie deforestada, lo cual resulta en un promedio anual de 66.900
hectáreas. Si se incluye al departamento de Santa Cruz, el promedio nacional anual para un periodo de siete años es de 270.333 hectáreas. La superficie promedio sube rápidamente debido a la superficie
(1.424.033 ha) deforestada en Santa Cruz en el mismo período, demostrando con esto la enorme presión que este departamento ha sufrido y está sufriendo en el proceso de ampliar sus tierras agrícolas
a expensas de áreas boscosas. Este proceso podría agravarse por la enorme presión social de nuevos
actores que pretenden asentarse en el departamento y que pueden causar una deforestación aún más elevada que la determinada en este estudio al año 2000. En ese sentido, BOLFOR está realizando una
38
investigación para determinar la deforestación ocurrida en el período
2000-2002, enfocada en particular en el departamento de Santa Cruz. Como se mencionó anteriormente, los códigos 72 y 73 son
considerados como áreas de agricultura establecida y colonización, y agricultura migratoria respectivamente. Sin embargo, analizadas las imágenes de 1989 y 2000 se observa que algunas áreas consideradas
sin vegetación o deforestadas en el Mapa Forestal de Bolivia publicado el año 1995 presentan cobertura boscosa, como se puede observar en los siguientes ejemplos (ver imágenes Landsat en la siguiente página)
de proceso de imágenes aplicados el modelo de Tasseled Cap, el cual refleja directamente áreas que no poseen vegetación y zonas que han sufrido cambios de vegetación14.
14 Ibídem.
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Deforestación y cambio climático
Andrea Urioste, en Deforestación en Bolivia: una amenaza mayor al
cambio climático15, en el resumen ejecutivo de su investigación, dice:
Existe suficiente evidencia para afirmar que el cambio climático es una realidad en Bolivia. Los efectos del cambio climático -evidentes y
proyectados- son distintos para cada ecorregión de acuerdo al grado de vulnerabilidad de cada una de ellas. El Programa Nacional de Cambios Climáticos de Bolivia (2009) ha encontrado que los impactos
más severos y acelerados ocurren en el altiplano y la amazonia boliviana. En el primer caso, se sugieren medidas de adaptación que implican una fuerte inyección de inversión en infraestructura
productiva adaptada a las proyecciones de impacto económico y social de este fenómeno. En el segundo, se debaten políticas de mitigación del cambio climático en un escenario internacional de discusión, donde
el mecanismo de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques (REDD) es una alternativa viable pero cuestionada por su enfoque de mercado promovido hasta ahora.
Se conoce que el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero en Bolivia es muy bajo, es decir, que la huella ecológica boliviana es
significativamente más pequeña que la de un país industrializado como Estados Unidos o China. Los datos sugieren un promedio para Bolivia de 0.8 t CO2 por persona al año, comparado en el promedio regional
de 2.5 y el promedio para los países de la OECD de 13 t por persona al año. Sin embargo, este dato no incluye las emisiones por deforestación, la cual aumenta en 110 millones de toneladas al año, o
su equivalente en 11 t por persona al año2. Esto significa que el total de las emisiones per capita en Bolivia se encuentran cerca del nivel de los países de la OECD. Este documento pretende destilar propuestas
de intervención sobre los efectos del cambio climático en Bolivia, donde la principal causa de emisión de gases de efecto invernadero es la deforestación, y a su vez, ésta es la causante de mayor degradación
en los ecosistemas y de la pérdida de capital natural a un ritmo sin precedentes en la historia boliviana.
A nivel global, cerca de 13 millones de hectáreas de bosques tropicales —es decir, un área del tamaño de Nicaragua—se pierden cada año al ser convertidos a otros usos. Esta pérdida representa un quinto del
total de las emisiones totales de carbono, haciendo que la pérdida de cobertura boscosa se considere el segundo factor más importante del
15 Ver de Andrea Urioste E. Deforestación en Bolivia: una amenaza mayor al cambio climático. FUNDACIÓN FRIEDRICH EBERT FORO DE DEESARROLLO Y DEMOCRACIA. La Paz; septiembre de 2010.
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calentamiento global. En consecuencia, la conservación de los bosques
juega un rol vital en cualquier iniciativa para combatir el calentamiento global. En Bolivia, la tasa de deforestación es de 350.000 ha al año, pero en términos per cápita 320 m2/persona/año, resulta en una tasa
20 veces más alta que el promedio mundial (~16 m2/persona/año) y una de las más altas del mundo, superando los niveles de otros grandes países deforestadores.
La deforestación y degradación de bosques ocurren en todos los ecosistemas boscosos de Bolivia, principalmente en el bosque
amazónico, en el bosque en transición, en el bosque seco chiquitano, en el bosque sub-andino y en el Chaco. En un escenario de deforestación para el año 2100 se encuentra que la expansión de la
frontera agrícola en Bolivia será la principal causa de deforestación llagando ésta a superar las 33 millones de hectáreas de bosque. En tierras bajas, los procesos de deforestación son responsables del 95%
de la reducción en el nivel de biodiversidad, mientras que el cambio climático solamente es responsable del 5%. Una deforestación esperada de 33 millones de hectáreas para finales de este siglo,
significa la emisión de 8 mil millones de toneladas de CO2. El cambio climático y el calentamiento global agravan este escenario
de deforestación. Se ha establecido que los ecosistemas montanos serán menos resistentes a incrementos de temperatura con relación a los ecosistemas de zonas bajas. En todo caso, los ecosistemas más
afectados serán aquellos ecosistemas de ladera (valles cerrados) y los bosques húmedos, aunque en el altiplano las condiciones de bio-productividad en las praderas también se verán afectadas por el
aumento en la inestabilidad de las precipitaciones y el descenso de recarga de los acuíferos. Esto conducirá a una pérdida dramática de la capacidad productiva de los ecosistemas. Tomando en cuenta que
existe una importante concentración poblacional en el altiplano y los valles, esto tendrá impactos serios y posiblemente dramáticos para el país.
La Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN Bolivia, 2010) ha realizado una serie de estudios para medir el impacto del cambio climático en
distintos sectores de producción de alimentos en el departamento de Santa Cruz. El primer estudio implementado por Viscarra E. (2009)
sostiene que el balance de las cinco zonas estudiadas (Yapacaní, San Pedro, Portachuelo, San Julián y Ascensión de Guarayos) muestra que el cambio climático aislado tiene consecuencias negativas en el
rendimiento del arroz para las cinco zonas, pero en un análisis de corto plazo, el efecto fertilización, proveniente de la concentración de CO2 en la atmósfera, resulta en un efecto positivo para algunas de las zonas
estudiadas. Se evidenciaron distintos niveles de consecuencias en cada región estudiada, pero se observó claramente que el cambio climático es contraproducente para los rendimientos del cultivo de arroz del
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departamento de Santa Cruz, por ser una zona tropical y con una
media de altas temperaturas anuales. La producción observada en la campaña de invierno confirma esta tendencia.
Ante este desolador escenario de deforestación -agravado por las amenazas del cambio climático- los bosques ofrecen una única oportunidad para mitigar y adaptarse al cambio climático.
Aproximadamente el 20% de la reducción de emisiones necesarias antes de 2020 para prevenir que la temperatura global aumente más de 2°C, puede lograrse si se reducen las emisiones provenientes de
deforestación y degradación, se conservan las reservas forestales de carbono existentes y se aumentan las reservas forestales de carbono por medio de la aforestación y la reforestación. Pero para ello se
requiere otorgar un valor a la biodiversidad y a los servicios que los ecosistemas brindan.
El agua, la tierra, el bosque y el aire conforman el capital natural que brinda servicios de secuestro y almacenamiento de carbono, producción de alimento, fibra y materiales de construcción, y de
provisión de agua que frecuentemente no son valorados por el conjunto de la población y no se toman en cuenta en las decisiones de los actores productivos y estatales.
En el marco de la política boliviana actual existe, al mismo tiempo, una oportunidad y una deficiencia que permite y exige entender y
cuantificar la contribución de la naturaleza para el “vivir bien”. Cuando una correcta valoración de los servicios ambientales es ignorada, la explotación irracional de los recursos naturales tiene lugar sin mayores
obstáculos. Como un esfuerzo para evitar la sobreexplotación se busca dar a los servicios ambientales un valor económico y, a la inversa, se persigue crear incentivos económicos para lograr la conservación de la
naturaleza y el bienestar de la población. El objetivo es lograr cambios indirectos en la lógica productiva de los hogares a través de una compensación directa –o a través del Estado– que induzca el cambio
de actitud. La revalorización de la biodiversidad requiere un motor que ayude a traducir mercados globales alternativos (biocomercio, comercio justo y orgánico, mercado de carbono) en cambios efectivos
de uso del suelo.
La posición de Bolivia sobre las causas estructurales del cambio climático plantea que “la tierra no pertenece al hombre, sino el hombre pertenece a la tierra”, y exhorta a los países adoptar una nueva
conducta ante la humanidad, focalizada en el cambio del sistema capitalista por un sistema basado en la “complementariedad, la solidaridad y la armonía entre los pueblos y la naturaleza”. En ese
contexto, los países desarrollados necesitan controlar sus patrones consumistas —de lujo y derroche— especialmente en el consumo excesivo de combustibles fósiles. Sin embargo, el discurso no prosigue
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con la exhortación necesaria a los países en desarrollo con abundancia
de bosques tropicales como Bolivia, a cambiar también patrones — no de consumo pero sí de producción— en lo referido a las consecuencias, por demás conocidas, producto de la deforestación —siendo ésta la
segunda causa de emisión de gases de efecto invernadero—. Más de un siglo después de la revolución industrial, Bolivia podría
encontrarse en el mismo punto de inflexión en el que se encontraron los países del hemisferio norte, pero con una gran diferencia: la amenaza del cambio climático. Sin embargo, esta amenaza puede
significar para Bolivia una oportunidad para cambiar el patrón de desarrollo en un nuevo escenario de compensación por deuda ecológica, lo cual obliga a Bolivia a proyectarse en su propio futuro y
buscar alternativas de “cambio” en una cosmovisión holística donde la madre tierra hace un todo con la vida de sus habitantes. Más allá del discurso, y en una perspectiva que mira 100 años atrás y proyecta 100
años adelante, el mensaje boliviano no reconoce la posición que ocupa como uno de los países con las mayores tasas de deforestación per cápita en el mundo y adolece de una propuesta real, diseñada y
planificada para avanzar en un verdadero plan de desarrollo sostenible con el medio ambiente.
Después del fracaso de la Conferencia de Copenhague, ortodoxos y heterodoxos, izquierdas y derechas coinciden en que algo debe cambiar. El debate medular discurre entre herramientas pro mercado
y anti mercado, sobre las cuales este documento destila algunas lecciones comparativas y propuestas de acción destinadas al “cambio”; cambio que fluye entre patrones de consumo y producción de países
del primer y tercer mundo. La agenda boliviana -en los niveles nacional, departamental y municipal- pueden avanzar en la construcción de esquemas de servicios ambientales para bosque y usos
del suelo, ámbito que acoge esquemas de aprovechamiento sostenible de productos forestales no maderables como el cacao, café, castaña, palmeras aceiteras, decenas de productos de la biodiversidad nativa
boliviana y productos maderables certificados. La priorización de esta agenda otorga una coherencia discursiva en el plano internacional y un accionar soberano sobre el potencial de nuestras 53 millones de
hectáreas de bosque amenazados de desaparecer en el presente siglo.
Se requiere construir un nuevo pacto para el uso sostenible de los recursos naturales y la conservación de la biodiversidad. Este pacto tiene el potencial de convertirse en la llave de canje de deuda ecológica
por desarrollo sostenible. La oportunidad de generar financiamiento adicional para combatir el cambio climático ofrece a los países en desarrollo la oportunidad de cambiar sus patrones de desarrollo y subir
sus estándares ambientales y laborales. Bolivia está en un momento oportuno para saltar etapas a su desarrollo y trascender la visión
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industrialista y el modelo del nuevo extractivismo de los gobiernos
denominados progresistas. El cambio de patrón puede basarse en la no explotación de recursos
naturales abundantes y no renovables (gas, petróleo, litio) y mano de obra barata. La era de la compensación histórica por deuda climática puede constituirse en la llave para iniciar esta transición. Bolivia puede
mantener una postura firme en las negociaciones en el marco de la Conferencia Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, y el rol central de los pueblos indígenas en esta demanda global, puede
fortalecerse e ir más allá de la proclama y presentar medidas efectivas de reducción de la deforestación en Bolivia16.
16 Ibídem.
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Observaciones 2
La deforestación quizás sea el síntoma más evidente de la magnitud
agresiva de las sociedades modernas con su propio Oikos, su hogar planetario. Las plantas son las responsables de la oxigenación, desde que aparecieron en la Tierra, dando lugar a la atmósfera apropiada
para la vida o las formas de vida que les siguen. Lo que es difícil de entender es el comportamiento humano, sobre todo, en la civilización moderna; que actúa en contra de su propio substrato de vida. ¿Por
qué lo hace? ¿Ha venido a la Tierra, como parte de las formas de vida, en su devenir, para destruir la vida, los ciclos vitales, las ecologías conocidas del planeta? Pareciera que fuese así; la modernidad, desde
que se inició, parece una corroboración de la hipótesis implícita en la pregunta.
Sin embargo, no se puede aceptar esta aparente corroboración, no solo por razones éticas, por así decirlo, tampoco solo porque en la
modernidad también se han dado movimientos sociales de apertura a la libertad y a la justicia; en su secuencia, en el momento apropiado, emergieron las críticas de la modernidad depredadora. Sino porque
no parece que forme parte de la potencia de la vida, de su capacidad creativa infinita; al contrario, parece formar parte de un equívoco histórico, compartido por las sociedades que constituyeron e
instituyeron el Estado, para conformarse como sociedades institucionalizadas y estatalizadas. Parece que son los caminos optados en esta dirección, que suponen las dominaciones y el monopolio de la
disponibilidad de fuerzas, el poder, los que han conducido a la encrucijada actual, la de la crisis ecológica.
En Miseria de la geopolítica17 dijimos que la geopolítica improvisada y circunstancial del “gobierno progresista”, circunscrita a la Amazonia
boliviana, es una geopolítica extractivista. Definíamos el extractivismo como condición de posibilidad histórica del modo de producción capitalista. En otras palabras, que forma parte del substrato económico
de este modo de producción, además de ser la trágica consecuencia de la llamada acumulación originaria de capital, que es más bien
permanente. Ahora, cuando incursionamos en el pensamiento complejo, que es también un pensamiento ecológico, vemos al extractivismo de otra manera. El extractivismo no está, exactamente,
al servicio del modo de producción capitalista, si se quiere de la
17 Ver Miseria de la geopolítica. https://pradaraul.wordpress.com/2015/06/19/miseria-de-la-geopolitica-
2/.
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modernidad, con las restricciones economicistas vulgares a las que se
reduce, como “progreso” y “desarrollo”; sino, es al revés. El modo de producción capitalista está al servicio del extractivismo.
El modo de producción capitalista es un concepto de una teoría crítica del capitalismo; la acumulación ampliada de capital es una contabilidad
abstracta del valor, reducido al valor de cambio. La modernidad es un concepto estético, que intuye la vertiginosa suspensión de la civilización. En cambio el extractivismo, si se quiere, la huella
ecológica, es la materialidad inscrita, la herida constatable, que deja el paso de esta modernidad y de este modo de producción. Lo real, si se quiere, lo efectivo, está en el extractivismo, que es, la muerte de
ecosistemas, de múltiples y plurales de especies, de bosques, alterando dramáticamente los ciclos vitales. Dicho en términos metafóricos, el modo de producción capitalista, es más, culturalmente,
la civilización moderna, están al servicio de la muerte; lo que acaba con la vida.
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Deforestación, depredación, y las cadenas productivas de la cocaína Descripciones
El Informe de Monitoreo de Cultivos de Coca en Colombia, producido
por UNODC muestra que el área de cultivo y la producción de cocaína del Colombia aumentó preponderantemente en 2014. El informe señala que el área de cultivo de coca subió un 44%, de 48.000
hectáreas en 2013 a 69.000 en 2014, mientras que la producción potencial de cocaína, a su vez, aumentó de 290 a 442 toneladas métricas en el mismo período, lo que representa un aumento del 52
por ciento. El informe indica que mientras que la zona de cultivo de arbusto de coca disminuyó en algunas regiones del país - Amazonas, Orinoco y Sierra Nevada -, aumentó en otros - Pacífico, Central,
Putumayo-Caquetá y Meta-Guaviare -. En este último, los cultivos de coca crecieron fuertemente en dos parques nacionales - La Macarena y Nukak -.
La presencia de coca aumentó también en consejos comunitarios y resguardos indígenas. Un aumento regional de destacar se registró en
la región de Putumayo-Caquetá, que vio un crecimiento del 68% - pasando de unas 12.000 hectáreas a más de 20.000 hectáreas -, mientras que la región con la mayor superficie cultivada, el Pacífico,
registra un aumento del 40%, de 18.500 hectáreas a cerca de 25.900 hectáreas.
El valor de la producción de hoja de coca y productos derivados, pasta de coca y base de cocaína, también subió en un 40%, de USD 292 millones en 2013 hasta USD 408 millones en 2014. Esto es el
equivalente a 0.3% del PIB del país y 3% de la participación en el PIB del sector agrícola.
El reporte también genera alertas sobre la producción de cocaína. Ni los mercados internacionales, ni las estadísticas sobre consumo muestran señales de cambio. Por el contrario, el Informe Mundial de
Drogas mostró que, aunque el consumo de cocaína en Europa y los Estados Unidos sigue siendo alto, hay reducción en la prevalencia de uso durante los últimos años. Bajo estas circunstancias, no es claro el
destino de la cocaína que se estaría produciendo en Colombia, una mayor oferta implicaría que el riesgo de aumento del consumo interno
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o en la región, es mayor. En este escenario, UNODC pide que se
preparen y fortalezcan las estrategias de prevención del consumo18.
Colombia es el primer país de sembrados de coca. Colombia excede a Perú y Bolivia, aseguró a The Associated Press Bo Mathiasen, representante de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito. Según
el informe de la ONU, hasta 2015 había en el país había sembradas 96.000 hectáreas de hojas de coca, lo que implica un incremento de 39% sobre las hectáreas detectadas en 2014. De acuerdo con
Mathiasen, Colombia es también el mayor productor mundial de cocaína. Para 2015 la producción alcanzó 646 toneladas métricas. Colombia es el primer productor de cocaína en el mundo; el segundo
es Perú y el tercero es Bolivia19.
Perú es el segundo productor mundial de clorhidrato de cocaína; por
debajo de Colombia. En 2015 redujo levemente la extensión de hectáreas de hojas de coca en su territorio, en comparación con 2014. La cifra de Colombia, en extensión de hectáreas de hoja de coca, es
mayor que la de Perú. La producción de cocaína es más grande en Colombia, dijo Kristian Hölge, representante en Perú de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito.
El último dato publicado por la ONU sobre producción potencial de cocaína en Perú es de 2008; arrojó 302 toneladas métricas. Desde esa
fecha la agencia de la ONU ya no publica las cifras anuales de producción potencial de droga, porque los factores de conversión de hoja de coca a clorhidrato de cocaína aún “no han sido
implementados”, según el informe. El viernes, Bo Mathiansen, representante la Oficina de la ONU contra
la Droga y el Delito de Colombia, indicó que en 2015 la producción potencial de cocaína de Colombia, fue de 646 toneladas métricas. El informe indicó que durante 2015 se sembraron 40,300 hectáreas de
cocales en Perú, lo que implica una reducción de 6.1%, en comparación con 2014. La cifra mantiene una tendencia a la baja, que empezó en 2011, cuando se detectó que se habían sembrado 62,500 hectáreas de
hojas de coca. La mayor cantidad de cocales están en dos zonas: el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro y el valle de La Convención-
Lares. El informe indica que 87,304 toneladas de hojas de coca van al
18 Ver ONU advierte fuerte aumento de cultivos de coca y producción de cocaína en Colombia. http://www.noticiasrcn.com/nacional-pais/onu-advierte-fuerte-aumento-cultivos-coca-y-produccion-cocaina-colombia. 19 Ver ONU: Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo. http://www.infobae.com/america/america-latina/2016/07/09/onu-colombia-es-el-mayor-productor-de-cocaina-del-mundo/.
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narcotráfico, mientras que apenas 9,000 toneladas son usadas para el
masticado de la hoja de coca u otras formas de consumo tradicional. El precio del kilo de cocaína en Perú disminuyó su valor en 2015, retrocediendo hasta 1,133 dólares, luego que en 2014 alcanzó un
promedio de 1,178 dólares. En Perú el precio del clorhidrato alcanzó su valor máximo en 2013 cuando trepó hasta 1,310 dólares el kilo, según la ONU20.
¿A cuánto llega la producción de cocaína en Bolivia? Al respecto,
incluyendo los informes de Naciones Unidas, son fraccionados; relativos, por ejemplo a la cocaína decomisada. Sin embargo, una estimación gruesa, comparando lo que ocurre en Colombia y Perú,
estima una producción de 159 toneladas a 208 toneladas. Antes habíamos usado, de acuerdo a informes policiales, la cifra de 290 toneladas, convirtiendo al país en el segundo productor de Cocaína,
después del Perú y sobre Colombia. Sin embargo, esta estimación parece errónea, dados los últimos informes de UNDOC.
Una muestra del fraccionamiento de la información se encuentra en la información transmitida por voceros de UNDOC. Se dice que la producción de cocaína pura en Bolivia en el primer semestre de 2016
superó, con 9 toneladas, la del conjunto del año anterior (8,6), informó recientemente el director nacional de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico, Santiago Delgadillo, en base a los decomisos
realizados por la Policía antidrogas. El decomiso de cocaína pura (clorhidrato) entre enero y junio se situó en 9 toneladas, por encima de las 8,6 toneladas de todo 2015 y de las 4 toneladas de 2014.Entre
un 60 y un 70 por ciento del clorhidrato de cocaína incautado fue producido en laboratorios instalados en Bolivia, el resto es cocaína traída de Perú en tránsito a Brasil", agregó. La policía antidrogas
reportó también la destrucción de 36 laboratorios de cristalización donde se convierte, mediante precursores químicos, la pasta base de cocaína en clorhidrato para su exportación a Brasil y otros países de
Europa y Asia. Los laboratorios portátiles se instalan en sitios donde existe mucha vegetación, ríos y zonas de difícil acceso. El año pasado se destruyeron 73 laboratorios y 59 seguían funcionando en el
departamento de Santa Cruz, en el este del país. La hoja de coca es el principal insumo para elaborar inicialmente pasta base de cocaína.
20 Ver Perú es el segundo productor mundial de cocaína, según Naciones Unidas. http://gestion.pe/politica/peru-segundo-productor-mundial-cocaina-segun-naciones-unidas-2165380.
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La cocaína pura o clorhidrato cuesta $3.000 dólares en Bolivia, pero el
precio se duplica en Brasil y puede alcanzar unos $70.000 dólares en Asia, según datos de la policía antidrogas de Bolivia.
Los cultivos de coca en Bolivia disminuyeron apenas en un uno por
ciento en 2015, pasando de 20.400 a 20.200 hectáreas, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés).
Bolivia llegó a producir 32.500 toneladas de coca el año pasado. Sin embargo, el valor en el mercado negro se redujo de 282 a 273 millones de dólares respecto a 2014. Este valor representa el 0,8 por ciento del
PIB (producto interno bruto) y el 8,1 por ciento del PIB agrícola del país", señaló el informe de UNODC. Además, el precio promedio de la hoja de coca en los mercados autorizados se incrementó en un 13 por
ciento, de 8,3 en 2014 a 9,4 dólares por kilogramo en 2015.
Bolivia produce un 15 por ciento de los cultivos de coca del mundo, por debajo de Colombia, que lidera la producción con un 52 por ciento,
seguido por Perú con un 32 por ciento, según datos de UNODC.
Brasil se convirtió en el segundo país de mayor consumo de cocaína después de Estados Unidos. UNODC estableció que existen 18,3
millones de consumidores de cocaína en el mundo21.
21 Ver Bolivia supera en seis meses producci ón de cocaína pura de todo 2015. http://www.diariolasamericas.com/economia/bolivia -supera-seis-meses-produccion-cocaina-pura-todo-2015-n3924674.
50
Observaciones 3
Las expansiones de la producción, distribución y consumo de la cocaína
han hecho crecer desbordantemente los cultivos de la hoja de coca, mucho más allá del consumo tradicional. Los cultivos de coca, que eran, por ejemplo en las zonas yungueñas occidentales de la geografía
política o al noreste de la ciudad de La Paz, así como en el yungas de Vandiola, parte de la economías campesinas, formando parte de economías diversificadas, se convirtieron, prácticamente, en
monocultivos, en los yungas paceños y en los yungas del Chapare. Desaparecieron, no del todo, las características del paisaje donde, además de cultivos de coca, había cafetales, platanales, árboles cítricos
y frutales. Ahora solo se ve preponderantemente el cultivo avasallante de la coca. Estos monocultivos son parte de la cadena productiva de la cocaína; aportan con el insumo vegetal para la producción de la
cocaína.
Estamos ante el despliegue de la economía política de la cocaína. Desde los cultivos hasta la industrialización de la coca, convertida en el producto deseado, la cocaína, la economía política conforma una
cadena productiva eslabonada. Que esta economía política no aparezca en las estadísticas oficiales no quiere decir que no exista, sino que se la oculta, se la esconde o se la encubre, quiérase o no.
El tráfico de cocaína, forma parte de los tráficos más rentables de los mercados capitalizas, aunque estos mercados sean clandestinos; el
llamado narcotráfico. La economía política de la cocaína es un sistema, pues está estructurado, organizado y funciona como sociedad clandestina. Forma parte de un sistema-mundo clandestino, por así
decirlo. La dualidad jurídica de lo lícito y lo ilícito, no ayuda, de ninguna manera, a entender esta realidad oculta, empero efectiva. Tampoco no ayuda a “luchar contra el narcotráfico”, como les gusta titular a sus
acciones policiales los gobiernos y estados. Se trata de un discurso normativo elemental, que no tiene la capacidad de nombrar adecuadamente lo que pasa.
Todas las burocracias de lucha contra las drogas, todo los dispositivos normativos y policiales, hasta económicos, no hacen mella en la economía política de la cocaína. Solo incentiva a que los Cárteles se
organicen cada vez mejor. Por otra parte, en el fondo, tampoco a los organismos internacionales y nacionales les interesa acabar con esta economía “ilícita”, pues aprovechan la ocasión para blanquear y lavar
el dinero derivado de estos tráficos. Las únicas embaucadas con este discurso moralista, policial y prohibitivo, son las opiniones públicas de las sociedades. Las que asisten a despliegues espectaculares policiales,
51
que no hacen más que mostrar resultados pobres en una larga historia
de fracasos.
Seguir en este paradigma del esquematismo dualista de lo lícito y lo ilícito, de lo permitido y de lo prohibido, es seguir haciéndole el juego a las estructuras de poder; las que pragmáticamente conviven o hacen
convivir el lado institucional del poder con el lado no institucional del poder, el lado luminoso del poder con el lado oscuro del poder. El poder, en sus genealogías, siempre ha sido esta mezcla, entre lo
aparente y lo efectivo, entre la forma de poder ceremonial y la forma de poder pragmático. En la modernidad esta mezcla ha adquirido dimensiones descomunales y desorbitadas. Lo “ilícito” es “ilícito” en el
discurso, en la práctica es lo que se tolera y hasta se comparte, en distintas composiciones y tonalidades. Ya conocemos historias donde los servicios de inteligencia aprovecharon el mercado de la droga, sus
ganancias, en las que participaron, para financiar a la contrainsurgencia. Hay otras historias, que tienen que ver con el control de los circuitos de este mercado clandestino por parte del
Estado y de organismos financieros internacionales.
Seguir en este paradigma del esquematismo dualista de lo lícito y de lo ilícito no solamente es caer en la ingenuidad más penosa, sino, sobre todo, volverse cómplice de los ejercicios del poder y de las formas de
dominación más perversas. La economía política de la cocaína no es el mal, como el discurso moralista lo señala. Es simplemente una de las contexturas desbordantes de las formas de la economía-mundo
capitalista. El problema no es que la denominada droga hace daño o hace mal; pues si hacemos una lista de todo lo que hace daño y hace mal, sería una lista muy larga; encontraríamos, además, en esta lista,
que la mayoría de los productos que hacen daño y mal son considerados “lícitos”. El problema es que la economía política de la cocaína forma parte del capitalismo especulativo, de la apropiación
abusiva del excedente y de la plusvalía. Además, y sobre todo, que forma parte de la marcha destructiva del extractivismo desbordado.
No se trata de la lucha del bien contra el mal, menos de la caricaturesca
figura de los buenos contra los malos, otras figuras de la ingenuidad; sino de la defensa de la vida en el planeta. No se trata, por lo tanto, solo de luchar contra una de las formas del extractivismo o algunas de
sus formas, las consideradas “ilícitas”, sino de luchar y desterrar el extractivismo con todas sus dinámicas integrales, que asolan los ecosistemas del planeta. Y no podemos aceptar, a las alturas de la
crisis ecológica, de alcances descomunales, ninguna de las formas del extractivismo, sean “lícitas” o “ilícitas”, que es como el principio y el fin del capitalismo, pues lo que está en cuestión es la vida misma, las
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formas de vida en el planeta. Ninguna abultada ganancia abstracta,
ninguna contabilidad deslumbrante del capital acumulado, ninguna apología de la modernidad, en sus mitos como “progreso”, “desarrollo” o historia, devolverán la vida a lo que muere. La vida, las innumerables
formas de vida, creadas por la potencia de la vida, tienen precio.
Es parte del cretinismo al que han llegado gobernantes, burocracias nacionales e internacionales, burgueses machistas y narcisos, que son una muestra facunda de la ignorancia elocuente; la que cree que
cuando habla desde los estrados del poder dice algo inteligente; esto de que la crisis ecológica, conocida eufemísticamente como “cambio climático” o “efecto invernadero”, es una especulación de activistas.
Esta gente apuesta a su goce inmediato y momentáneo, a su hedonismo, sacrificando miles de especies, ecosistemas y, sobre todo trasladando grandes calamidades a las futuras generaciones. Si
actuáramos como ellos, recurriendo a dispositivos de poder, tendríamos que expropiarlos de todos sus monopolios, riquezas, controles, economías, pues no son otra cosa que criminales de lesa
humanidad y ecocidas. Metafóricamente, jinetes del apocalipsis que desatan. Usar estos recursos para regenerar a un planeta destruido. Pero, sabemos, que actuar como ellos, con su misma violencia,
recurriendo a los dispositivos de poder al alcance, es caer en el círculo vicioso del poder. Son los pueblos del mundo los que tienen que encontrar una forma democrática de suspender a esta gente,
desmantelar sus dispositivos de poder, quitarles la capacidad de incidencia y decisión que tienen, condenando el porvenir de la humanidad.