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LA IDEA DE UNIVERSIDAD Y LA RESPONSABILIDAD SOCIALPor : Armando Arboleda1

“Puede ser que deseemos la verdad, pero ¿por qué rechazar lo no-verdadero,o la incertidumbre y hasta la ignorancia”

Federico Nietzsche

INTRODUCCION

La universidad desde su concepción e inicio en el medioevo 2 ha tenido que definir su accionar entorno a las exigencias y tensiones sociales. Hoy los elementos constitutivos del Alma Mater parecen diluirse en el entramado de exigencias que hace la modernidad. Hasta donde puede recaer la responsabilidad de la educación superior en aras de coadyuvar en la consolidación de una sociedad más justa ,equitativa y productiva en un modelo económico que desconoce el papel de la universidad.

El desarrollo, hoy está más del lado de la ciencia y sus productos inmediatos pero la universidad no tiene los presupuestos económicos necesarios en nuestros países y por lo tanto se ve en la encrucijada de seguir reproduciendo el conocimiento en sus aulas.

La extensión y profundidad de las transformaciones que la universidad ha experimentado en las últimas décadas constituye un problema por demás complejo. Y estas dificultades se han hecho sentir en el conjunto de los hombres y mujeres que, en algún momento decisivo de su existencia, han procurado elaborar un conocimiento que descifre la crítica situación en que la universidad se encuentra.

Esas tensiones y gramáticas que soportan el entender la universidad no serán el objeto de este ensayo. Desde luego que no sobrarán hacer alusiones a las mismas ,siempre desde una óptica externa sin profundizar en ellas ya que lo que se pretende aquí ,es revisar el papel de la universidad en su rol social, como orientadora de pensamiento y desarrollo humano. Esto nos lleva indefectiblemente a esbozar una idea de universidad.

Por lo anterior, se hará un abordaje a lo que tiene que ver con la educación y el cambio social,el trabajo en una sociedad del conocimiento ,y la educación inclusiva en el contexto de la diversidad.

Para este cometido, se apelará a la visión de notables escritores entre ellos, José Ortega y Gasset, Henry Newman, Karl Jaspers2, y algunos pedagogos actuales como Mariano Fernández Enguita entre los modernos.

1 Armando Arboleda, Especialista en Planeación Educativa, Universidad católica de Manizales y candidato a magíster de la maestría en Educación Superior de la Universidad Santiago de Cali. Miembro CEPA, Universidad del Pacífico.2. Carlos Tunnnerman(1996) en Francisco Avila(1997), ubica sus inicios en los siglos XI y XII23 Grupo de autores cuyo pensamiento sobre la educación superior ilumina el presente ensayo.

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La educación inclusiva en el contexto de la diversidad.

La heterogeneidad de los/las estudiantes que acuden a una escuela dada constituye un hecho reconocido. La diferencia, la variabilidad inter-individual, son realidades ineludibles en las aulas. (Castellanos Doris, 2001:3).

Las facultades se están quedando vacías y esta es una realidad que no se puede ocultar. Lo más grave es que no abundan casualmente investigaciones que den cuenta de este hecho. La indagación educativa la hacen otros. No los docentes.3

Cabe aportar que la cobertura educativa en Colombia ha estado muy por debajo de las expectativas de la población. Según datos de ASCUN, en su estudio sobre la educación superior en Colombia, en el año 2006,la cobertura en educación Superior, solo llega a 25,7% Y el país se encuentra por debajo de la tasa de los países de la OCDE que llega al 54%.

A lo anterior, hay que sumarle la problemática de la deserción educativa que de acuerdo con la misma fuente, alcanza el 60%. Está claro que hay diversos factores que determinan este fenómeno. Al respecto en el análisis de Ascun sobre la situación actual de la educación superior en Colombia plantea,”-Las altas tasas de deserción de los estudiantes (60%), es un problema que obedece a varios factores, por ejemplo, a las deficiencias académicas con que ingresan a la educación superior, a la necesidad de los hogares con apuros económicos de retirar a sus hijos para ingresar en forma prematura al mercado laboral (especialmente en la época de recesión económica), a dificultades de acceso a crédito educativo, entre otros”.

Conviene saber complementando las razones de ASCUN ,que muchos jóvenes se aburren por que encuentran rutinario y homogenizante la educación superior dado que se le enseña a todos lo mismo, sin auscultar en sus realidades.

Las fronteras culturales y sociales se estrechan si median procesos educativos efectivos. Por esto, la diversidad se tornó en algo normal en el devenir de la escuela. Pero hay que cuestionar si el currículo responde de manera eficiente a las contradicciones que la misma cultura introduce en el claustro de la academia.

No todos bailamos los aires modernos, y no por eso debemos ser descalificados. Rubinstein (1965) planteaba que,”solemos decir que cada estudiante es una individualidad y es cierto. La individualidad del ser humano es la cualidad que define el carácter único.

Muchos y muchas docentes, debido a su formación desconocen este elemental aspecto y terminan masificando teorías y conceptos educacionales a diestra y siniestra sin comprender las particularidades de los alumnos.

34 Armando Arboleda(2007), artículo periodico Pacífico Siglo XXI, mes de julio del 2007

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Se dice también en la lógica de la globalización, que todos, deben desarrollar las mismas competencias. Y los docentes convierten sus parceladores en fábricas donde se ofertan conocimientos sin reparar en quienes son los usuarios o en el peor de los casos los consumidores.

Es en ese sentido , la diversidad debe constituir el punto de partida de un centro y su punto de llegada, de manera que su planteamiento educativo sea entendido no desde un punto de vista exclusivamente instructivo , sino relacional y educativo. De otro modo , estaremos promoviendo prácticas que propician la segregación y la marginación, convirtiéndose el proceso educativo para algunos alumnos que requieren una atención más personalidad, en la forma más sutil de exclusión y segregación, ( Arnaiz Sanchez, 2000:5).

Por lo expuesto hasta aquí, es prioritario que la universidad revise su sentido en el contexto actual que le permita de acuerdo con Ashby, citado por (Avila 1997) convertirse en la organización más exitosa que haya podido inventar el hombre de la edad media. El éxito va a depender en todo momento de cómo se responda a las exigencias de un mundo cambiante y en el cual las personas y las instituciones se relacionan desde múltiples ámbitos pero en los cuales debe mediar en todo momento la responsabilidad para asumir los procesos humanos.

Ortega y Gasse t(1930), nos dice de manera clara que una universidad excluyente ,hace parte de una sociedad que no está dispuesta a cambio alguno4.

Esta puede ser la conclusión de lo urgente de generar inclusión en la educación superior, para poder buscar su sentido.

LA UNIVERSIDAD Y EL CAMBIO SOCIAL

Pensar en universidad es necesariamente en la posibilidad de cambio social. Las estructuras sociales no se modifican si no hay una institución con posibilidad de influir en el pensamiento de quienes la van a dirigir. En consecuencia se pronuncia (Bobbitt ,1918) citado por (Magendzo 1998), cuando plantea que,” el hombre es un actor en sociedad, un haz de actividades, es un hacedor”.

Desde esta perspectiva, todo cambio social se debe pensar como una apuesta por la educación en todos sus niveles y el superior no puede ser la excepción.

Ahora bien, lo que las personas aprenden y lo que estudian haciendo la salvedad en lo que es simplemente información y lo que genera conocimiento nos dará de alguna forma una idea de como la sociedad va a estar afectada por personas con un conocimiento o simplemente por seres informados que repiten y no producen un conocimiento autónomo.

La discusión sobre los contenidos teóricos y prácticos de la educación debe ser permanente. Como permanente es la dinámica social, productiva, cultural y política. Más en un mundo en creciente internacionalización, en que los conocimientos juegan un papel fundamental en las relaciones de los poderes al ritmo de las innovaciones también permanentes de la revolución científico-

4 Entiéndase que el negarse al cambio hace que las sociedades se anquilosen y su desarrollo científico se haga más tardío, ya que todo es imitación y no hay un pensamiento autónomo que direccione los actos de cultura y por ende se posterga la posibilidad de mejorar la vida.

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técnica.(Ricardo Sánchez, 1998,en Curriculum, Educación para la democracia en la modernidad, prologo del libro de Abraham Magendzo)

Cabe resaltar que toda revolución, es propia de las sociedades que se piensan y se comprenden en un ámbito histórico. De alguna forma es lo que Ortega y Gasset llama, el determinismo circunstancial. “yo soy yo y mi circunstancia y sino la salvo a ella, no me salvo yo”(Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote,O.C tomo IV, 322)

Estamos para cambiar unas circunstancias históricas y en ese contexto, la universidad también pertenece a una época y las circunstancias y tensiones que se presentan son las propias de ese momento.

Sería entonces, muy ingenuo pensar que la educación superior, no tratara al menos de influir en su tiempo. Como entender una educación que sólo forme profesionales que se desliguen de su tiempo y se engranen en un sistema productivo sin generar resistencia y actitudes críticas.

Por lo anterior, la misión de la universidad debe estar orientada a la transformación no sólo del individuo sino de la misma sociedad donde este se desenvuelve.

No es posible culpar al sistema por lo que no se transforma desde la educación. Hay que apostar por mejorar la sociedad a partir del conocimiento que ella misma produce.

EL TRABAJO Y LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

La universidad siempre ha tenido y tendrá una relación muy cercana con el mundo del trabajo. La dinámica laboral parece dictar las carreras que se deben enseñar y los títulos que las personas deben obtener.

Toda transformación curricular pasa por la revisión de las demandas que el sector productivo hace a la educación que se imparte. Sería necio pensar en una institución que oferte educación y no consulte el mundo laboral para suplir sus necesidades.

Según Fernández Enguita (2005:27), el desarrollo de la escolarización universal ha tenido que ver bastante menos de lo que se cree y se quiere creer con la filantropía, los ideales de la ilustración o el furor evangelizador de las religiones y más de lo que suele admitir con las dos grandes instituciones de la modernidad :el Estado-nación y la empresa industrial.

De lo anterior, se colige, que la empresa como socio del Estado ha venido influyendo directamente en las ofertas de programas de formación en todas las sociedades.

No son las buenas razones o los actos de buena fe las que crean los programas en la educación. Pero, ¿hasta dónde éstos hacen sinergia con las necesidades de la sociedad para su avance y desarrollo ,y el interés de la empresa como sector productivo?.

Michael Gibbons, et al, plantean en el texto La nueva producción del conocimiento, que se han detectado una serie de atributos que sugieren una nueva forma de conocimiento.

Los citados autores hablan de la combinación de factores como elementos fundamentales en la producción de conocimiento. Las universidades tienen

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entonces un papel preponderante ya que ellas forman a personas que cada vez tienen mayor experticia en la investigación.

Lo que entonces puede ser característico de la sociedad del conocimiento es la importancia que tiene hoy la cualificación. Acceder a programas de mejoramiento se hace un imperativo para todas las personas so pena de caer en desuso, en una sociedad competitiva.

Entiéndase cualificación. No nos referimos aquí a niveles absolutos de información o conocimiento, esto, lo poseen todas las personas, sino a la posesión de información y conocimiento mayor que las demás personas. Esto marca la diferencia.

Es entonces, en este contexto donde la educación superior, debe repensar su misión de tal suerte que en medio de tanta información logre generar valor agregado en quienes acceden a sus programas, de tal suerte que puedan asumir la información pero para producir conocimiento con ella. De nada vale tener información si no se puede discernir lo bueno de lo malo.

Lo que distingue al conocimiento científico de la mera información, es la capacidad de reflexionar críticamente de ir más allá y producir un nuevo conocimiento.

Ya lo plantea Gasset (1930), se debe producir un nuevo conocimiento desde la educación superior evitando la copia por que esta no produce conocimiento sino repetición.

A manera de síntesis, es bueno recordar, que Las fronteras culturales y sociales se estrechan si median procesos educativos efectivos. Por esto, la diversidad se tornó en algo normal en el devenir de la escuela. Pero hay que cuestionar si el currículo responde de manera eficiente a las contradicciones que la misma cultura introduce en el claustro de la academia.

En ese sentido, el mundo ha venido presenciando con curiosidad y afán los resultados de innumerables encuentros internacionales que tienen en común la búsqueda de respuestas para sistemas educativos más humanos e incluyentes.

Un breve repaso nos ubica en el año 1990 cuando se realiza la conferencia de Jomtien, Tailandia, ésta culminó con la Declaración Mundial de Educación para todos (EPT), como resultado central. Se empezó a hablar de satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje de todos los niños y niñas, jóvenes y adultos, así como revertir la seria caída observada en los servicios de educación básica en muchos países en los últimos años. (Comisión interagencial, 1990, p.1).

Exactamente una década después de la Declaración de jomtien, se realiza el Foro sobre Educación para Todos 2000, en Dakar. Aun cuando en este evento se revisan los avances de las tareas de la EPT, se centra en el análisis de los obstáculos que deben franquear las mujeres, las niñas, las minorías étnicas, y personas con discapacidades que no puedan por si mismo obtener el derecho a la educación.

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Es urgente asumir nuevas formas educativas que conciliando con el sector productivo y sus demandas permitan mayor acceso a las personas a la educación superior de tal manera que se aumenten las coberturas.

La sociedad del conocimiento no es solo un concepto y sus propias tensiones sino que es toda una forma de asumir la realidad de la época que nos tocó vivir. Hay circunstancias que no se pueden cambiar, por eso estamos aquí y ahora. Ya Gasset, lo entendió así y no los hizo saber, son las circunstancias las que nos determinan, pero podemos cambiar la historia. Son los sujetos quienes cambian la historia. Esto sólo se logra con una postura crítica y comprometida.

Es en este momento cuando la universidad y su misión tienen sentido. Cuando las personas se les equipa para entender la vida. Así se puede hablar de universidad como el templo de la formación y del conocimiento y no del área de la repetición y reproducción del saber para formar personas alienadas y atiborradas de información. He aquí la responsabilidad social que debe caracterizar a la universidad.

Buscar en las estrellas nuestras soluciones en nada ayuda a resolver el problema. Saber que es prioritario revisar el papel de la universidad y que responsabilidad le atañe a esta en el devenir social he allí la tarea que debe convocar a la academia. Urge acometer este imperativo.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Arnaiz Sanchez Pilar, Educar en y para la diversidad, en Nuevas tecnologías , viejas esperanzas : las Nuevas tecnologías en el ámbito de la discapacidad y las necesidades especiales. Murcia 2001.

Ávila F, Francisco. Diagnostico de la educación Superior Latinoamericana. Editorial ARS Gráfica S.A. Maracaibo, Venezuela. 1993.

Avila F Francisco. Historia de las universidades 1997

Ángel Latorre, Universidad y sociedad, 1a. ed., Colección Zetein-Estudios y Ensayos (Barcelona: Ediciones ARIEL, 1964).

Fernández Enguita. Educar en tiempos inciertos. Ediciones Morata. España 2001.

-Hoyos Regino Santander et al, Currículo y planeación educativa. Editorial Magisterio. Bogotá 2004.

Magendzo Abraham. Curriculum, educación para la democracia en la modernidad. Instituto para el desarrollo de la democracia Luis Carlos Galán. Bogotá 1998.

Moraes de Denis. Cultura mediatica y poder mundial. Editorial norma,Bogotá 2005.

Nietzsche, Federico. Más allá del bien y del mal. Editores mexicanos Unidos S:A. Mexico 1981.

Buenaventura 13 agosto de 2007

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