Aventura en el museo
Los niños y niñas de Cuarto B del Colegio Juan Rodríguez Muñiz, de Oviedo, escribimos este libro de relatos de misterio y fantasía
Curso 2010-2011
EL EXTRAÑO CASO DEL MUSEO DE BILBAO
Un día por la noche, cuando iba a la cama, llamaron a la
puerta, abrí y en el felpudo había tres entradas para el
museo de Bilbao. Le pregunté a mis padres si me podían
llevar y me dijeron que sí. Al día siguiente fuimos y
estaba cerrado porque habían robado una estatua muy
valiosa.
Volvimos al día siguiente y, aunque ya estaba abierto, no
habían encontrado la estatua. Unos minutos más tarde,
me despisté de mis padres y me perdí. Cuando quise
llegar a la puerta de entrada ya habían cerrado. Me puse
a dar una vuelta por el museo y no se me iba de la cabeza
la estatua robada; pensé que podía estar escondida y me
puse a buscar. Estaba detrás de un dinosaurio; quedé a
su lado y al cabo de un rato llegaron mis padres con la
policía. Estaba muy feliz, la estatua no la habían robado.
TONI
EL MISTERIO DEL DIAMANTE ROBADO
-¡¡¡Ringgg, ringgg!!!
-¿sí? Agencia de detectives, ¡Buenas tardes!
- Hola, soy Airon Bog y soy el guarda del “museo del Prado”. Esta noche han robado en el
museo un diamante que estaba en un expositor. Esta mañana hemos encontrado el cristal de
expositor roto… ¡queremos respuestas!
Dijo el guardia:
-¡Ajá!, si, vale…soy el detective Salwin pero me puedes llamar Wink. ¿Tienen cámaras en el
museo?
Dijo Wink:
-Si, pero el hombre que lo robó iba enmascarado.
Dijo el guardia:
-Bueno, no se preocupe, ¡desenmascararé a ese ladronzuelo!
Mientras examina el lugar del crimen encuentra el carnet de identidad del hombre que robó
el diamante con su foto. En ese momento Wink mira extrañado al guardia y le pregunta:
-¿Este hombre no es el limpiador de museo?
El guardia que casi se pone a llorar y dice:
-Si, desafortunadamente sí.
Al día siguiente ven al limpiador y le dicen los dos a la vez:
-¡devuelve lo que no te pertenece!
El limpiador dice:
-¿A qué te refieres? Yo no he robado nada.
Y mientras el limpiador y el guardia tenían el debate, Wink llama a la policía.
El limpiador dice:
-Bueno me habéis pillado pero… ¡nunca me encontrareis!
En ese momento entran los policías. Uno de los policías dice:
-Lo dudo mucho
Entonces dice el guardia:
-¡Dame el diamante!
El limpiador dice:
-Muy bien te lo doy pero…
-¡Ni pero ni manzano! Dice Wink.
Al final, el limpiador devuelve el diamante y se acabo
Voy a confesaros algo, no se sabe qué pasó con el limpiador .Seguramente acabaría
limpiando en un vertedero.
FIN
Autora: Ana María Morán Macía.
¿QUE ME PUEDE PASAR EN UN MUSEO?
Erase una niña que se preguntó “¿Que me puede pasar en un museo?”y le
pregunta a la madre:
-¿Mamá podemos visitar un museo?
Y la madre dice:
-Vale, ¿por qué no? Está bien.
Entonces, la niña fue al museo y de repente, cae algo y se oye ¡pum! La niña
se asustó y fue a ver
lo que pasaba. Sólo había caído un jarrón. Cerraron el museo. Más tarde
unos chicos entraron a robar y se llevaron a la niña. La madre toda
preocupada llamó a la policía y les dice:
-Señor, señor, tiene que salvar a mi hija.
Llorando la hija grita:
-¡Mamá, sálvame!
La policía encontró a la niña.
La niña quedó muy contenta y los demás muy felices.
FIN
Autora: Esther López Suárez
¿QUÉ NOS PUEDE PASAR EN UN MUSEO?
Que veamos espíritus de los dinosaurios por el aire volando, te cojan, te metan en una
habitación encerrado y no te dejen escapar. No tienes comida y estás atado a una silla
con la boca tapada. Y por la sala de los dinosaurios se oyen ruidos horribles...¡¡
huuuuuuuuuuuuuuuuu!! y todos están aterrorizados y los niños pequeños lloran. Los de
seguridad no sabían nada de lo ocurrido e intentaron abrir la puerta principal y no
pudieron, intentaron abrir la otra puerta, pero tampoco. Estaban a oscuras y sin agua ni
comida. No podían ir al baño y tenían que hacer pis en una esquina. No había camas, ni
almohadas, ni mantas. Tenían mucho frío. Hubo unos chinos que vinieron para ver el
museo y tenían una linterna con pilas de recambio y así tuvieron un poco de luz. A
unos ingleses en la mochila les quedaba un poco de agua y comida. Y también unas
golosinas. Los niños se pusieron muy contentos y felices. Los padres también se
pusieron muy contentos cuando consiguieron abrir las puertas.
FIN
Rubén Fraile González. 4ºB
Las esculturas terroríficas
Un día mis padres querían visitar el museo del prado y me llevaron con ellos.
Yo no quería pero mis padres me convencieron diciéndome que sería divertido.
Recorrimos el museo y como me aburría me escondí.
Cuando salí del escondite ya habían cerrado el museo y no podía salir.
Se hizo de noche y las esculturas cobraron vida.
Cuando me vieron echaron a correr detrás de mi, una escultura que parecía un indio me
tiró la cabeza y como no veía se estrello contra la pared.
De repente apareció una escultura de un león que se lanzó hacia mi y...me desperté en
un banco mientras mis padres veían cuadros, yo me había quedado dormido.
Cuando me desperté mi padre me pregunto si me había gustado el museo.
Yo le contesté que el próximo día mejor iremos al zoo
MARCOS VALDÉS SANCHEZ
LA CATATUMBA MISTERIOSA.
Un día por la tarde mi padre y yo fuimos a jugar al fútbol. Eran las 8 y 45 de
la tarde, muy tarde. Oímos un grito desde el Naranco. Corrimos hacia el
coche y subimos hasta el Cristo. Miramos detrás y había una momia bailando
un tango con otra momia. Les preguntamos:
- ¿De dónde sois?
Y nos dijeron que del museo de Valencia. A la mañana siguiente fuimos
hasta Valencia. Preguntamos al guardia si había desaparecido alguna pieza y
nos dijo que sí, que una momia. Mi padre le aconsejó que había que tener
más cuidado con las cosas del museo.
CARLOS
LA NOCHE DE HALLOWEN
Yo me preguntaba qué me pasaría en un museo. Le pregunté a mi madre si
podíamos ir y ella me dijo que sí. Más tarde pasé a buscar a Daniel mi mejor
amigo y le propuse venir con nosotras. Cuando entramos mi madre nos dijo
que esperáramos en la entrada un momento. Ella se fue y oímos un ruido muy
extraño. En una esquina vimos una sombra blanca. Como teníamos tanto
miedo llamamos a mi madre. No contestaba, así que la buscamos por todo el
museo, pero no estaba. Dani y yo nos dirigimos a la puerta. No abría y
gritamos sin parar hasta que oímos unas risas en la sala de descanso. Fuimos
y vimos que la luz estaba apagada, pero gente hablaba en voz baja.
Encendimos la luz y la sala estaba llena de gente que nos decía:¡¡¡ FELIZ
HALLOWEN!!! Mis padres quisieron darnos una sorpresa. Hubo comida y
música.
PATRICIA
¿QUE NOS PUEDE PASAR EN UN MUSEO?
El otro día en la pizzería, mi madre y yo, estábamos comiendo una pizza
cuando una señora encapuchada entró y se acercó a nuestra mesa. Nos dio
dos entradas para el museo. Al día siguiente, mi madre y yo fuimos al museo
y entramos. ¡El museo era muy grande! Miramos un cuadro muy grande.
Luego mi madre se fue a mirar otros cuadros. No me di cuenta y me quede
sola. Me perdí y anduve, anduve…, pero no encontré a mi madre. La mujer
encapuchada de la pizzería me vino a buscar y me encontró. Me llevó a la
salida. Allí me encontré con mi madre.
Jessica
Qué nos podría pasar en un museo Era un día de otoño, sobre las doce de la noche. Estaba a punto de irme a la
cama. De repente... ¡Ding-Dong! Un ser muy extraño apareció delante de mis
narices. Llevaba una gabardina que le llegaba hasta las rodillas, un pañuelo
que le tapaba la cara y unos zapatos que sospecho que eran más grandes que
sus pies. Bueno, el caso es que me dio tres entradas para ir al museo de
Covadonga. Llamé a mi madre y a mi hermana. Al día siguiente partimos.
Cuando llegamos nos llevamos una gran sorpresa. ¡Estaba cerrado por orden
policial!, pero nosotros entramos por la puerta trasera para investigar lo
ocurrido. Cuando entramos, nos dimos cuenta de que no había ni un solo
cuadro. Yo vi unas huellas que se detuvieron en el parking del museo,
seguidas por el rastro de las ruedas de un coche. Cogimos el coche y
seguimos las marcas de las ruedas hasta que en medio del bosque se acabó
el rastro. Nos bajamos del coche para investigar y mi hermana chilló:
- ¡Eh! ¡Aquí hay unas teclas para descifrar un código!
Mi madre que era muy lista dijo que seguramente la contraseña fuese:
0000. Lo probamos y apareció una casa inmensa.
Entramos y entonces oímos unas voces. Intentamos adivinar de dónde
venían, pero nada. Hasta que vimos una puerta entreabierta por la que salía
un hilillo de luz. Nos pusimos delante de la puerta y observamos a un chico
que hablando por teléfono decía:
-¡Me voy a hacer rico con estos cuadros robados y la policía nunca
encontrará esta casa secreta ja, ja, ja!
Salimos de la casa y llamamos a la policía. Les dijimos que vinieran rápido,
pero que por favor apagasen la sirena. Así lo hicieron. Vinieron rápido y sin
la sirena. Yo les indiqué cuál era la casa.1, 2 y 3... Entraron y lo arrestaron.
Desde entonces nadie robó más cuadros porque sabían que el detective
Martín y sus compañeras descubrirían al ladrón.
FIN
MARTÍN
¿QUE NOS PUEDE PASAR EN UN MUSEO?
Muchas veces hemos escuchado historias divertidas, de miedo, de
suspense...que han pasado dentro de los museos. Mi historia pasó, en un
museo fuera de mi cuidad y con mi familia como únicos conocidos dentro de
aquel enorme local lleno de miles de historias, cada una diferente; de
antepasados, de antiguas costumbres...
Empieza como muchas otras, un despiste de mis padres, y yo frente aquel
cuadro, un castillo, guerreros montados a caballos y un niño casi escondido
que me invita a conocer su pueblo, su gente y una vida que de verdad existió
y que apenas conocía.
¿Queréis que os cuente mi aventura aquel maravilloso día de verano?
Pues bien, con el susto todavía metido en el cuerpo y sin saber cómo ni por
qué, me vi al lado de ese niño y dentro de la historia de ese cuadro.
David, que así se llamaba, me cogió de la mano y me dijo:
-No temas, tu familia enseguida estará contigo, mientras, quiero que
conozcas una leyenda que sucedió hace mucho tiempo.
Me llevó hacia un castillo y de camino solo había peleas entre unos y otros,
destrozos y gente asustada.
Pero sin embargo, tenía una sensación, la de conocer aquel lugar y el habla
de algunos de sus habitantes.
Por fin llegamos. Allí, en una sala apartada estaban el rey y su corte
intentando buscar una solución para que, como ellos llamaban, los Mozárabes
no llegaran conquistar sus tierras. En ese momento me di cuenta donde
estaba, ¡era un trocito de mi tierra y aquel hombre era el rey Pelayo!
Sin pensarlo dos veces me presenté e intenté convencerlo para que dejara
el castillo de Cangas y se refugiaran en Covadonga, sería el único lugar
donde podrían vencerlos.
Quizás fue un milagro, o no sé, pero el Rey aceptó mi plan. Subimos a
Covadonga con lluvia, granizo...y esperamos a los Mozárabes.
Nos superaban en número, pero tendrían que pelear también contra el mal
tiempo.
Llegó el momento, la montaña con sus trampas, unas buenas piedras y la
fuerza de los asturianos consiguieron que aquella tierra no fuera
conquistada. El rey se despidió muy agradecido, me dio un beso y de repente
estaba fuera de aquel cuadro. Mi familia me abrazó y preocupada me
preguntó:
-¿Dónde has estado? y yo les contesté.
-Ayudando a mi tierra para lograr un sueño.
PAULA MORÁN
Era un día de primavera en el museo de Gijón.
A las diez de la mañana, estábamos mi tío y yo
cuando suena la campana de alarma.
Mi tío, entre el montón de gente se fue y me
quedé escondida para que nadie me viera.
Fui a averiguar lo que pasaba. Salí del escondite y
vi pasar al guardia de seguridad.
Se fue y yo aproveché para averiguar lo que pasaba.
Me acerqué a una puerta y entré. Vi a un ladrón
que estaba robando un jarrón muy valioso. Del miedo que pasé
grité:
-¡Al ladrón!
A toda prisa vinieron los guardias y lo cogieron antes de que
escapase.
Luego llegó la policía.
El jefe de la policía me dio las gracias y su teléfono por si algún
día me pasaba algo. Yo lo acepté. Cuando llegué a mi casa con
mi tío, mi madre ya se había enterado por la televisión y me
dio un abrazo tan fuerte que casi me ahoga.
. SARA
El misterioso museo
Erase una vez una niña que se llamaba Carlota .Se fue al museo de excursión
con sus amigos. Se fue a ver figuras de animales, de repente desapareció
Carlota, entonces los profesores la buscaron por todas partes pero, nada, no
la encontraron. Carlota se había metido en un dinosaurio que llevaba un
agujero en la parte de atrás. Los profesores estaban preocupados por
Carlota. Tenían miedo de que el director les expulsara. Los profesores
buscaron por todo el museo, solo les faltó buscar por dentro de los animales.
No la encontraron por ninguna parte. Unos niños ya sabían donde estaba
pero no querían decirlo. Los profesores sabían que esos niños tramaban algo
y descubrieron que fueron ellos los que la mataron. La dejaron sangrando y
la metieron en un dinosaurio.
Cuando vieron a Carlota estaba con una nota en las manos y decía: ayudadme.
Los profesores se preguntaban quien ha escrito la carta.
Después de una hora vieron una sombra. Pensaron que era el guardia del
museo.
Al final supieron que no era el guardia era la sombra de las figuras.
LARISSA EDUARDA GÓMEZ DA SILVA
El museo encantado
Había una vez, una clase que visitaba un museo .Con tranquilidad pasaba el tiempo.
Llegó la hora de cerrar, una niña que se aburría con el recorrido, cogió a otro niño más
para hacer el recorrido más interesante la niña dijo:-Vamos a hacer la visita más
interesante.
Los dos niños se fueron acercando más i más en el museo un guardia de seguridad que
pasaba por allí les intento seguir pero se cayó dentro del sarcófago de una momia, llegó
un momento en el que el niño se rindió por tener demasiado miedo, la niña que quería
hacerse la valiente se quedó.
Otro guardia de seguridad la acompaño a la salida .Allí la esperaban su madre y su
padre muy desesperados, cuando la vieron se echaron a llorar de alegría.
Y aquí es donde acaba la historia de la niña traviesa
Camila A. Salas
EL DINOSAURIO LOCO
Hace muchos, muchos años en la época de los dinosaurios,
había uno muy loco que se extinguió.
Un día, un niño fue a la montaña y excavó en la tierra,
entonces se encontró el fósil del dinosaurio loco y lo
llevaron a un museo.
Pasó un mes y el niño le preguntó al padre:
-¿Podemos ir al museo?
Le respondió su padre:
-Vale, vamos mañana.
Al día siguiente fueron y el niño no encontraba al
dinosaurio loco. De pronto vio que un dinosaurio se movía
y supo que era el dinosaurio loco. A partir de ese día
todos los iba a verlo.
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
MARIO LÓPEZ SUÁREZ
EL ROBO EN EL MUSEO
Los personajes de la historia: la madre, el hijo, el ladrón
y los policías.
Un día una madre y su hijo estaban paseando por la
ciudad. El hijo le dijo:
- ! Mamá! ¡Vamos al museo, vamos al museo!
Entraron y sonó la alarma del museo: ¡¡ring, ring, ring..!!
El museo estaba siendo robado y sonó la alarma otra vez.
Fue un día importante, pues vieron un robo.
Llegó la policía y el ladrón disparó con su pistola. El niño y
la policía se insultaron llamándose tontos.
El niño se marchó y siguió al ladrón en la calle y
descubrió su escondite, pero los policías no le creyeron.
Finalmente el niño entregó a la policía al ladrón y las
cosas robadas quedando así como un héroe.
JOAO
¿Qué nos puede pasar en un museo?
El 8 abril, Sandra fue al museo de Madrid. Al entrar en los jardines vio
dinosaurios de tamaño real. Al entrar le dijeron que faltaba poco para
cerrar. Empezó a ver los huesos y los dinosaurios. Se había despistado y
cuando iba a salir del museo estaba cerrado. Era medianoche. Oyó un
extraño ruido que procedía del interior del museo. Fue a ver lo que era. Los
dinosaurios habían cobrado vida. Se escondió, pero los dinosaurios la vieron
.Echó a correr hacia una ventana y cuando se fue la luz uno de los
dinosaurios se quedó parado. No sabía lo que pasaba .Luego se dio cuenta. En
la oscuridad cobraban vida. Al día siguiente le dijo al guardia que dejara
todas las luces encendidas para que los dinosaurios no matasen a nadie.
LAURA.
Un robo en el museo de ciencias de Valladolid
Un día de esta Semana Santa decidí ir con mis hermanos y mis primas al Museo de
Ciencias de Valladolid. En el museo había un péndulo, distintos tipos de meteoritos,
planetas… y una sala dedicada al oído y a la lengua. Cuando íbamos camino de la sala
de los planetas se apagaron las luces y oímos un gran estruendo. Acudió corriendo la
guardia de seguridad, todos nos quedamos boquiabiertos, ¿qué habría pasado?
De repente se encendieron las luces y vimos el espacio del planeta Mercurio vacío,
alguien se lo había llevado, inmediatamente cerraron las puertas del museo para que no
se escapase el ladrón .Se oyó un ruido en un armario, cuando lo abrió la guardia, salió el
ladrón corriendo hacia la puerta de salida, pero un guardia le cogió antes de salir. Lo
arrestó y al desenmascararlo… ¡Era el director del museo!
MIGUELº
Aventura en el museo
Taller de escritura de Cuarto B del Colegio Juan R. Muñiz
Oviedo, Curso 2010-2011