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La t¡roximidad de los OYNIS
'
puede
ser
peligrosa.
La
influencia
de
sus radiaciones
es
t.ti
potente
que
puede afectar
a
los objetos
y a los seres
oiaos
hasta extremos
que todavía
hoy
se
desconocen
casi en
su
totalidad.
ACIA las
cuatro
de
la ma-
posarse.
De
repente, todo queda a
osc
drugada del
día I de ene-
ro
inmediatamente
se
van
encendiend
ro
de 1.975,
y
después
de
ma
sucesiva otros
cuatro
cuerpos
exa
disfrutar un corto
permi-
iguales,
aparentemente ali{reados
y c
:?
y'S:¡:
-T
t'p,'-":?^.
separación'
q
y-§i'-
,
1"3"i
cia
de
Santander,
Manolo
'
/'
-f
i
'
-
f
Asuera. Feiioe Sánchez
v
,
.
;
i__..:-'
¡^r^'^:
Luatro
oDretos
troncoconlco
Klcaroo
lgleslas emPren-
7r'
den carnino
hacia Bureos
f)rrln 1o ¡u¡nzarl¡ de le
hnrr.lo
de
á:;?,*.
den carnino
hacia Burgos
Dado
Io
avanzado de la hora y
lo
de
'
'
Academia
de
lngenieros,
s.r"camino
y,
il
po.o,
vuelven
a
pa
_
,
" t
radicada
en
esa_capital.
seguir obsérvando
el
extraño
eip
.-
)',''i
..' ,.
Minutos antes, Felipe
y
OIra
vez
en movimiento, si
bien
a
eic
yIrnutos antes,
lelrpe
y
l)travezen movrmlento, sr
bren aesc
Ricardo han acudido
al
cidad,
siguen observando
los
objetos
punto
de
citala
discoteca
llegan
a
1rr
pr.rt"r
de
la
población
ol,otus,
de Torrelavega,
tao--rtuño,
qú.
r. halla a ün
kilómet
donde rvranoro
p*,,, ,l,l"l*',TJi";'It'áT"üli:
ili',Xll;
i::i:
lili3.X",,i':il::'"'r
man. (Según las propias declaraciones,
Ricardo
t.oncoéó.ricas.
l,'
;{'.,í
deciden
parar
p
ha bebido solamente
una
copa de coñac;
Feli-
ra
vez.
Ahora
sólo se ven
iluminad
pe,
4g9
de
champán,
y Manolo,
que
debe
las
figuras,
que
se
recorran perfectame
conducir
en
solitario,
se
ha
tomado
una
oCo-
fondó oscuio de
Ia nochi,
contem
ca-Cola".)
durante unos res minutos.
Transcu
El
viaje van.a
.re.alizarlo
en un
uMini-Morris
tiempo, deciden reanudar
la
marcha,
85Q"
propiedad
de Manolo A.guera,
sentándo-
su iniención es presentarse en
ia
Acad
se
a su lado
Ricardo;f
en.el asiento
trasero,
tesdeltoquedediana,pueseraeseel
Felipe.
Cuarenta
minutos después, en
el.cruce
to .r, qré terminaba su
permiso.
de la nacion a\ 623 con
la
que
conduce
a
Ia
po-
lJna veL en la Academia áeciden
no
blación
de
Ontoneda,
recogen
a.José
Laso,
sucedido,
por
remor
a
ser
morivo d
compañero de
la
Academia, con
el
que se
ha-
Pero
Manólo,
que se halla
un ranto
bían
citado
días antes, y los
cuatro
prosiguen
acaba
por
contárlo a
un
amigo, qu
el
camino
hacia
Bursos'
ffi
i"ri::#H¿?:i'"',*',-Í:::*
un obieto
se
precipita
contra el
suelo
3:X"1'"'"::'fjtiii':f'rü:5|
fl::Í
Todo
discurre
con
normalidad mientras se
por
el asunto,
y
quedan
citados
los
cu
acercan a su lugar de destino, pero
cuando
son
exPoner
todo
lo
ocurrido
a un sup
las 6,25, Mano"lo, que va
,tárito
a
la
conduc-
$tr.ll"
misma tarde, el comandante,
ción,'déne u.r soL.esalto al ver
un
cuerpo
lu-
ñado
por
los cuatro
soldados,
se
des
mináso
que
describe
una parábola
y
,. p...i-
lugar del
suceso,
deteniéndose en
el m
pita contia
el
suelo
a
granielo"idad. tntiedia-
gar
en
dgndp
Pararon
por primera ve
i"rrr"rrt.
alerta a sus Jompañeros y
procede a
culo, y desde
ese
punto reconstruye
parar el
automóvil
p"rr' obr.* ár'mejor el
rrido,
tratando de situ-ar ei lugar
.exac
irr.rt.
,erpiandor
que'ahora
aparece ..,
.Í
l,rgu
estuvo parado.el
"fenómeno
luminos
de la caíáa
del
"otjeto,.
Loi cuatro
"pr.rír.,
gar, que. se halla algo húmedo, se
tra
que el resplandor
.,
-rry
fuerte y lo
relacio-
campo sin cultivar en el
que
aparece
h
,i"r,
.o.
lás
focos
de un'estadio áe
fútbol. EI
ca.
Detrás de
unos matorrales alinead
coche se
halla
detenido
frente
al mojón
del
ki-
bren
una
zona
quemada,
de
unos cua
Iómetro 252
de
la carretera
de Burgos
a
San-
tros
de largo por
unos cuatro de an
tander (esta referencia les
servirá
mís
adelante
que.hacer notar que
aparte
de esa m
pr., poi.,
concretar
los sucesos que siguieron
había ninguna
ota
zona quemada en
portáio.-..rt.).
dedores. El aspecto.de
la mancha.
Al ot.o
lado
ie la carretera, y relativamente
descubierta ese día denotaba que
el
cerca
del vértice
que
forma
esa
carretera con
la
era
muy
reciente, Io.que
hiz.o
pensar
."Árrirt qrr.
.oidrr..
"
V;tlrr.ryo,
observan
ba.
estrechamente
relacionado
con la
,rn
.rr.rpo'luminoso
con
forma
á.'t.o.r.o
de
ción
efectuada
por ellos esa misma ma
cono.
Inmediatamente
calculan
que
tendrá
unos dos metros de alto
-Manolb
comenta
Las
huellas
del
obieto
r-- \
que
dentro del
mismo
cabría
perfectamente un
hombre de
pie-,
por
unos ties metros
de an-
Más adelante,
Julio
Malo Martín ez.,
p
chura.
El
eitraño
«cuerpo»
emite una ltz
de
Padrones de Bureba
(Burgos)
se lleg
tono
amarillenro,
que sJhace casi blanca en
la
y
pudo medir el
_área
que mostraba
parte inferior, terminando en una especie
de
llas,
siendo ésta de 60
metros de iar
ihorro. luminosos que se dirigen
al
zuelo
so-
de
ancho, seguida de
una franja de
bre el que se
ha
detenido,
si
bién sin acabar
de
en la que
no
aparecia ningún resto
y
l_r
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rabá
iiilá
nu.eva zona cie
-t0
r
12 m.
en la
que
ias hueilas
aparecían eie
nuevo.
Se
comprobó
que
en
ninguna otra
perte
aparecían señaies
de
quemazón.
En
el
monlenio
de la invest:ga':ión
seguían
¡¡iéndose
numerosos
ohovos,
queme-
dos"
Irio
se
trataba en realidao
iie
ho1'os en
ei
sefirido cxacto eie
la paiabra, sino
rnás bien
¿c
oquedacies
forrnadas
por
hiert,¿s
quemacias
itasta
et
nacimiento
ciel
taiio.
Estos
estaban
distrrt,,"ridcs sin orden alguno,
y
sns
tamaños,
apa¡rte
de
rios
más
grancies
Ce
0,60
X
C,l1
m.
r,'
i
x
.¡,3tr
m. erán
bastante
reg,-llares,
miifuendo
Ia ma-¿oría
entre ü,2
1
x
0,2i
-¡
0.i7
x
0,i0
m"
Hubc,
iltflrys t€sEig*s
Se sabe
de
'.rn
pclicía.
v
rres
personas
más
que
cireulaban ei.: automór,il
por
ia
carretera
eie
Vi-
llarcayo,
pi:dieron
obsei'.'ar
un gr;rr resplan-
dor
hacia
ei lugar
de
¡efei:en,-,ia.
Pu,dieron
oh-
sen,arlo, entre biánco
rv
rosa) tra-s
una
lo¡na
-que
oculta-ba
el
lugar exacto dei
;rr.errizait
vistc
por
los
soiCados-.
Éero
,igule
¡'on su
ca-
minc
sin prestar dema-siada
atenciór"
A
pesar
ie
que esta obserlación
-avala,ia
por
una intormación
eie
excelente
caiid¿C--
tienc
gra-n
peso por
sí misma,
creernos
que
ccbr:r
.¡na
d:mensión
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la luna
menguante, que se
veía
claramente en
el
.cielo,
tenía
ocuatro
pLlntas».
Otros
iocos
Iu-
mlnosos nocturnos tamt¡ién
los observa
de{or-
rnados,
tales como
ios
"luceros,
o
inciuso las
bombillas
eléctricas
a
distancia.
Los
luceros
los divisa como un
punto
luminoso central
ro-
deado
de diminutos
puntos también
lumino-
sos.
Durante
el
ciía no aparecen en
absoluto
estos efectos
irreguiares
de
visión,
que
con
to-
da
probabilidad
le
han aparecido después
de
su
observación
OVNI,
\.a
que
con
anteriori-
dad
no
habían
sido
notados, según
Feliciano
atestiguó.
La
intensa radiación
iuminosa
reci-
bida en
el
curso
de la
observación
OVNI
le-
sionó sus ojos, produciéndole,
como
conse-
cuencia,
un
defecto
de visión doble
nocturna
de los tocos luminosos.
Su salud
mejoró
El
segundo efecto que tuvo lugar
en
el testigo,
como
indr-rdable
subproducto
de
su
risión
OVNI,
es
más so.p.e.,de.rte v rnisterioso
que
el
que acabamos de comentar.
Se
refiere
a una
creciente mejoría de su salud física, que
se
ha
puesto
claramente de manifiesto
a raíz de su
observación. Desde hacía tiempo, Feliciano
padecía una enfermedad caracterizada
por
fuertes
dolores v molestias en el lado izquier-
do de las .rd..rr. Las molestias
aume,-,taÉan al
andar, hasta
el punto de precisar un rudo
bas-
tón
para hacerio.
Con.ro
1os
dolores fueran
en
aumento, decrciiri acudir al méclico,
io que hi-
zo
uno o dos años
antes de la
visión
OV|.IL
Fue reconocido
por el médico de Buñol,
quien
le diagnosticó artrosis, una
afección
de ias
arti-
culaciones
originada por la
degeneración
del
cartílago
articular, lo
que
da
lugar
a detorma-
ciones.
E1
cartílaso pierde
su
función
de
facili-
tar e1
deslizamiento
de las superficies
articula-
res
r.
1os
mor-imientos
se
realizan
con
dificul-
tad
v
dolor.
Se rrata de una iesión degenerati-
va.
i.'o inflamatoria e irrer.ersible.
Planr¡ de la
situación de los
obietos
cn cl carnPo;
cs:aba,t list,ibuido,.
al
parecer,
de una
manera arbitraria,
Todos
elLos
ciejaron
profundtzs
hueLlds
en
el terreno.
Después
de
1a observación
de
juiio
cle
i975,
Feliciano estu\-o dos
meses
sintiendo unos
fuertes
d
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6/12
Los
animales
murieron
Lo
extraordin¿ric¡
ci*1
r:rs.)
es
q'"re, mientras
aparecían
estos
síntomas
de mejoría
en
ei testi-
go,
1os
dos
animales
que
le
acompañaron
en ei
incidente
padecían
una extraña enfermedad, si-
milar en ambos
animales,
que
ies determinó
ia
muerte.
En
primer
lugar
hablarernos
de1
perro.
Se
tra-
t¿¡ba de un can ioven,
de
cllatro
años,
rebosan-
te
de
vitalidad
1-
inur.
apreciado
por
ser buen
cazacior. En este
animal comenzaron
a
apare-
cer los
síntomas
uncs
seis
o
siete
meses
r]es-
pués
de la obseri-aci
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Los
aterrizajes
de Otr/N1§
parecen
responder
a una
intención
concreta
de sws
rripulantes,
que
consiste en
explordr y conocer
con todo
detalle nuestro
comportamiento
y
la
composición
de
nuestro suelo.
muchos
enfermos
a
los que
se somete
a
trata-
miento
médico a base
de irradiación
para
pro-
ceder
a
calmar
su
dolor:
generalmente
los do-
iores
se acrecientan
en las primeras
sesiones
v
no
empiezan a
ceder hasta una
vez
finalizadas
las mismas, para
desaparecer
a1 menos durante
algún
tiempo.
En suma,
todo
esto reafirma la
idea
de
que Feliciano
y
sus
dos
animales
estu-
vieron
sometidos
a
una
extraña radiación
pro-
cedente
de un Objeto
Volante No
ldentifi-
cado.
Pero,
¿qué
radiación?
Cualquiera que
fuera,
ésta
produjo un
efecto beneficioso
en
ei hom-
bre y
fue letal
para
los animales.
El
incidente
de
Villaviciosa
Según el excelente informe
de1
investigador
as-
turiano
Ignacio Blanco, en
la
madrugada
del
26 de agosto de 1978 tuvo
lugar
un extraño
fenómeno en
ias
proximidades
del Puente
Ce
Arroes,
en el
término
municipal de
Villavicio-
sa.
Se
trata
del
típico paisaje de Asturias:
rnon-
te bajo lleno
de prados, pomaradas
y
eucalip-
tos,
con
bastantes caseríos dispersos
por
todo
el
lugar. La
costa
cantábrica
se halla
a
cllatro
kilómetros en línea
recta.
Los testigos del hecho son los
siguientes:
Cristina Ordieres
Parala,
de quince
años, estu-
diante de B{JP,
una.
joven
normal
qq:
.b.rpl,
con gran convenclmlento y cuya credibilidad
está
fuerá de dudas; doña
Cristina
Paraja San
Pablo,
abuela de la
anterior.
Su
testimonio tie-
ne
un gran
valor,
pues
es
considerada
por
to-
dos
sus
vecinos
una persona muy seria
v
res-
petable.
José
María
Cañal Sánchez,
de unos
treinta y
cinco
años, panadero de
profesión.
Tanto
é1 como su esposa, María Teresa
Rodrí-
guez, son.personas
sencillas
y
mul
a.gradabies,
cuyo
testimonio
compiementa e1
de
las dos
testigos anteriores.
El resto de los testigos son
los
hijos
de1
señor
Caña1 v
sus
suegros.
To-
dos
ellos,
de
probada
soivencia
y
honradez.
HUELLAS
EN
MATADEFERA
f,
N
oc.rsiones. l¡s
hucll¿s
I)
qr. producen
Io.
OVNIS
en el
suelo
no
se deberr ¿
un
aterrizale
propiamcnte dicho,
sino a algún
tipo
de
exploración
llevado
a cabo
en
el
terreno.
Estc parece ser
el
caso
de las
huellas encontradas
en Matade-
pera
(Barcelona),
después
de
la
observación
de un objeto vo-
lante
dcsconocido
a
finales
de
enerq_
del
año 126)- El
objeto
trazó una
extraña maniobra de
aproximación
al
suelo,
pero
no
llegó
a detenerse aunque obvia-
Los
hechos:
testimonio
primero
El
.¡iernes
25
de agosto de 1978 los rna
nios formados por
Juan
Ordieres y
Alic
raja
y
por
Arturo
Castro
y
Ester
Paraja
dos
señoras son hermanas e
hijas
de la
cionada doñ¿
Cristina).
.junto
con sus
re
vos hijos
;,
doña Cristina, saiieron de
Gi
dirección
a Arroes,
donde poseen una
c
campo que
suelen
utilizar
para pasar
lo
de
semana.
Después
de
haber
visto
1a
sión
hasta
e1 cierre
de
ia emisión, se
aco
hacia
las doce
de Ia
noche.
La
habitacrón
situada en
la segunda pla
bre la
cochera, está
ocupada por
Cristin
duerme en la cama más
próxima a
la
pu
por M.'
Paz
Castro
Paraja (diez- años)
men
Rosa Ordieres
Paraia
(ocho
año
duermen
jilntas
en
la
otra
cama que
ha-
habitación. Cristina,
que
no
había
cons
dormirse
aún, comienza de
pronto
a es
a través de la ventana
un
ruido que
p
del prado situado frente
a
la
casa. La
describe
este ruido
camo
tctc,
tac, tac,
...
cido
al
rwido
del lintpiaparabrisas de
un
Itlo
era
muy
intenso,
pero
sí mul
pene
A las dos de la madrugada
Tras
escuchar
ininterrumpidamente
este
durante unos instantes,
enciende
la
luz
habitación
y mira el reloj comproband
son
las
cios
de
1a
madrugada.
Pasan
un
minutos
y
la testigo se levanta dirigiéndo
cia la puerta de la habitación
-situada
extremo opuesto
a
la
ventana-,
y la
a
tentando comprobar si
por
el
interior
de
sa
también se
o)-e
e1
ruido.
Observa
que
así
y
se
vuelve a
acostar apagando la
lJnos cinco
minutos
después, el ruido
c
pronto y
por la
ventana, qlle aunqu
abierta tiene la
persiana
bajada casi
po
pleto,
penetra
en
la
habitación una
lum
Se hallar
lug¡ar
cua
huellas
co
las
que s
apreclan
la
-f'otogr
el
terrenr
encontrab
le¡;antudo
causa de
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dad muy blanca que va aumentando de
inten-
sidad progresivamente
hasta un punto
en
que
el interior
queda totalmente
iluminado yo lo
'oeía
todo, como si
fwese
de día,
dijo
la testigo.
Transcurridos otros cinco minutos la luz
co-
mienza de pronto a perder
intensidad
hasta
desaparecer
por
completo.
En
e1
mismo ins-
tante en
que
Se
,
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saría inadvertido
a
ios
habitantes
de aquéI.
De
hecho, nadie en la familia del señor
Cañai
ob-
servó ninguna
lsz
procedente del exterior.
-l
En
ia
mañan
a
del 216, Cristina
Ordieres
encon-
tró en el
prado situado
frente
a
\a casa
y
a
unos
12
metros
de
la
fachada, un
trozo
de te-
rreno
donde
había
una
extrañas
manchas
y
«quemaduras,.
Esta
parte del prado
es quizá
la- más
llana
de
todo
el
conjunto.
La huella
tenía
forma de una
estrella irregular
de cinco
puntas.
En cada
una de
las puntas había
un
círculo
de
unos
20
centímetros
de
diámetro
en
el
que
la
hierba
estaba apiastada
con una dis-
tribución radial.
En estos cinco círculos
el
terreno
estaba
hundido, como
si
se
hubiese
ejercido
sobre
él
una fuerte
presión; Ia forma
de
la depresión
producida en cada
uno de
ellos
era la dé un casquete
esférico
y
su
profundidad
variaba
de unas
huellas a
otras: un
máximo
de
cinco centímetros
y
un mínimo de dos
cen-
tímetros,
siendo las
más
profundas las de
la
parte inferior
de la figura.
Descripción
de
las
huellas
-i1f,1
:*',*.
i.''
I
En el centro de la
estrella había otró círculo de
hierba
verde sin
aplastar.
En esta parte
central
no
se observaba
una depresión
como la
exis-
tente en
los
círculos de
ias
puntas.
Otra
dife-
rencia de
esta
huella
central respecto
a las
peri-
féricas es que en su interior
había
un número
indeterminado
-alrededor
de
cinco- de
agujeros, de aproximadamente
un centímetro
de
diámetro y bastante
profundos.
No es del
todo exacto que Ia
hierba de
estos
'seis
círculos estuviera ,rerd., pues
aparecía al-.
.
go
«quemada"
en su extremo superior
(el
últi-
mo
centímetio aproximadamente). La
misma
caracterí§tica presentaba
la
hierba
en unos
"pasillos"
que unían
cada uno de los círculos
exteriores
con el círculo central. El resto
de la
huella
estaba
constituida
por
hierba
"que-
mada, sin
arrancar del suelo. Esta hierba
-al
gual que la del círculo
central-
si bien
no
estaba aplastada como
la
de
las
cinco
huellas
circulares periféricas,
si estaba tumbada en di-
rección
sur aproximadamente.
I.allamada
bierba
qwemada
presenraba
un co-
lor negruzco,
y
al
frotarla
eñtre
los dedos no
se deshacía
ni dejaba residuos
negros
como
ocurre
con la
hierba
somerida a
combustión
convencional.
Según los
testigos
parecía
lnuer-
ta, sin savia,
aunque permanecía prendida
al
suelo.
Con el paso
de los días esti hierba
fue
cayendo
poco
a poco, y
la que
inicialmente
es-
Nada anormal
en
la tierra
Posteriormente,
Carlos Toca, científico
del
Consejo
de
Consuhores
de
Stende,é,
procedió
a
analizar
algunas muestras de hierba
y tierra
del
centro y alrededores
de
la huella. Los paráme-
tros
sometidos a
estudio
fueron el
pH
(aci-
dez), porcentaje
de carbonatos,
óxidos de hie-
rro
libres
(totales
y
amorfos), y radioactividad,
no
encontrándose nada anormal
ni tampoco
diferencias
sensibles entre
las
muestras
de
la
huella
y
otras usadas como testigo
(alejadas
del lugar).
Los análisis químico y óptico seña-
laron
que la zona no se
había expuesto a
una
emisión
de
calor: no hubo
proceso
de carboni-
zaciín
en la hierba
y su aspecto seco
pudo
de-
berse a
una muerte
por
causas
naturales
o ex-
ternas (mineralizacíón
de Ia materia
orgánica
por
parte
de
microorganismos
y
agentes at-
mosféricos).
EI
suceso
-y
sobre todo la huella- reviste un
indudable valor,
que
el
ufólogo
deberá
consi-
derar a efectos
comparatiyos con otros casos
similares, a la
búsqueda de constantes
que
nos
den pistas
sobre
la
nattraleza
del
extraño
fe-
nómeno
capaz de producir ese sonido, esa luz
y esas marcas.
Insólitas prospecciones
José
M.' Casas Hugnet, del CEI
de Barcelona,
uno
de
los más
importantes centros
europeos
dedicados
a Ia
investigación
OVNI,
documen-
tó
el extraordinario caso
al que seguidamente
nos
referiremos. Los
hechos
ocurrieron a{ina-
les
del
mes
de
enero de
1,969
en la localidad
barcelonesa de Matadep era,
y
tuvieron
por
testigo
a
una
anciana de más de ochenta
años,
pero
de una
salud
y
agilidad
mental envidia-
bles, a
quien llamaremos
Antonia
Soler.
Alrededor de las diez de la mañana,
la señora
Soler
salió
de
su
casa
y se dirigió hacia
las
afueras
del
pueblo. Repentinamente
oyó un
fuerte ruido
como el
que produciría un coche
cuando pasa
cerca
y a
gran
velocidad. En
aquel
mismo
instante
vio
aparecer, en Iínea
Ii-
geramente ascendente
por
entre
las copas de
Ios árboles,
un
curioso
objeto volador,
pudien-
do
percatarse
de que
dicho objeto
efectuó una
brusca
y
rapidísima maniobra para
evitar
el
choque con un cable conductor de energía
eléctrica de 5.000
voltios,
que
obstaculizaba
su
progresivo
y,
al parecer, recién
iniciado ascen-
so. La maniobra consistió en
un repentino pi-
cado
en
dirección al suelo
para sortear dicho
cable,
pasando
por
debajo de
é1,
cosa
que im-
plica
una
precisión
y seguridad
impresionan-
tes, ya
que
la alt¡ra
a
que
está situado
el
cable
es de unos
6,5
metros
sobre
el suelo.
Téngase
TED
PHILLPS
T\ESPUÉs de 14
Lrltudios
en el curs
les he recopilado 2.1
de
aterrizaje OVNI
físicas
en el entorno,
de
64
países, y, so
haber investigado pe
alrededor
de
300 c
oportuno resumir
1
he
acumulado.
Si bien no
pueden e
ciusiones definitivas
origen
o
propósito
d
observados,
a
partir
estudiados,
ios
infor
que
objetos sólido
fueron avistados po
de
3.662
personas de
mación,
en un largo
años. Se
puede
afirm
objetos:
poseen
co
circular; son
metáli
un
color
rojo-ana
mueven
generalment
o con
muy escaso r
den
y
descienden
ve
muy
elevadas
vel
*rréarraar característ
que parecen
indicar
de
vehículos
constru
que
los
objetos
se
control
inteligente, l
determinado
por
las
cíficas en dónde
t
Ello
también
Io apo
dad
de
reacción an
miento de testigos.
T
ce
que dichos objeto
pulsados, de acuerd
bilidad
de
trasladars
cio y de ascender
v
Los datos señalan, a
los
OVNIS
observ
molestar a
los anima
y ganado en
particul
8/16/2019 Bbltk-m.a.o. E-012 Nº009 La Evidencia de Los Aterrizajes - Vicufo2
12/12
.a,l
magnífico
espectáculo
que
supone
La
contempLación
del
z,ueLo
de
una
na?e
rPuestamente
extraterrestre,
Le
siguen
sin
duda
una
serie
de
t.''ectos.
no solo
pstquicos,
sino
absolntamente
materiales
1,
comprobables.
Maniobras
del
objeto
Una
vez
el objeto hubo
sorteado
el
obstáculo
que
suponía
el cable de aka
tensión,
se
rerron-
tó rápidamente
en
diagonal
al
igual
que el des-
pegue de
un avión
corrienre,
y
se
perdió
de
vista
a regular velocidad,
hacia Tarrasa
v
en
vuelo
no
muy
alto.
Posteriormente,
se efecruó
una inspección
de1
lugar de
los
hechos.
lJna
vez
examinado
el te-
Descripción
del
OVNI
La
testigo
comprra el
ob
jeto
con
un
"besugo..
es
decir,
con
una
forma
dc
pez
bastante apla-
nado,
estrechándose
de
delante
hacia
afrás,
hasta
terminar en
una
especie
de
cola
vertical.
Era
de
aspecto
metálico,
y destacaban
en
é1
unos
colores
muy
brillantes,
verdes
y
amari-
ilos.
Además,
en'
la
zona
inferio, o
p^n
^
,,
veía
claramente
una
especie
de
coroná circular
cuya
parte
central tenía
un
color amarilloana-
ranjado,
limitado
por
un círculo
de
color
ne-
gro
o azul muy
oscuro.
A
continu¿ción
seguía
una zona
circular,
en
Ia
que
se
veian
-e.ila-
dos
el
color
verde
y
el
amarillo.
En su
parre
frontal
o delantera
habia unas proruberancias
esferoidales.
rreno,
se
comprobó
que
a
unos
,10
m
punto en donde
se enconrraba
la
se
cuando vio
el
OVNI,
se
advirtieron
riosas
huellas
en
el
suelo.
Lo
que se h¿
cuatro
líneas
paralelas,
en
dos grup
marcas
cada
una, orienradas
en
direc
SE,
que
es precisamente
la
dirección
de
desapareció
el
objeto
visto
por
Estas marcas
presentaban
un
aspec
abultado,
es
decir,
como aparecéría
cie de trn
terreno
si
por
debrjo
de
el
sa proiun.lrdad
sc inrroJu
jera
un.r
t
tá[ca
de un
grosor apreciable
,v
en
ción
casi
paralela
a
Ia
superficie
de
Las
huellas
Podríamos
decir
que
el
aspecto
de
era
parecido,
en
cierta
manera,
a 1
superficiales
que los
topos
produc
campos,.pero
con
notables
diferenci
queño
diámetro,
el rratarse
de
dos
huellas
perfectamente
paralelas,
el
te
ellas
idéntica
orientación
N\)7-SE,
el
solo
orificio
(e1
correspondiente
a
la
salida),
y
el
ser
apreciables,
al levan
de
tierra
que
cubría
los
canalillos
por
la
introducción
de un.cuerpo
d
tierra,
unas curiosas
ramificacione
equidistantes,
de muy reducida
long
escaso
diámerro.
Fs
digno
de mencionar
que
en el
in
los
pequeños canales
abierros
en
e
podía
apreciar
perfectamente
el
as
ofrecía
la tierra, de
estar
presionada-
paredes
de los
mismos.
Ello
hace
m
la
hipótesis
de que
se introdujo
en
de
la tierra un objeto duro,
rectilíne
cho,
a
gran presión.
Anre
estas
prue
e.videntes,
los argurnentos
de
loi
esc
desmoronan
como
torres
de
arena
Consideramos
que
este
suceso,
con
cia
física
descrita
-compatible
co
deiaria
una
sonda
para
la iaprura de
de
suelo,
por
ejemplo-,
es
uno
de
lo
de
la
c¿suisrica
O\7NI
en nuesrro
pa
licemos
con
una
reflexión.
Much-os
de
ciencia
se sienren
especialmente
p_or
la
mera
exisrencia,
en
ei
plano f
OVNI
f,
a1
no
poder
encuadiar inco
mente
el
fenómeno
en sus
esquemas.
tras largos
años
de
estudios
y'rrabajo
ren
desc¿rtarlo.
se¿
por
rech'azo
dire
blico
del
mismo,
o
con
el
espaldara
incomprensión
y
falta
de apoyo
pa
propuesras
de
análisis.
Esta
seguáda
pensamiento
es
bien
explícita
en
una
frase
de
Arthur
Koestlér:
.Todo
hal
da innovación,
constiruve
una
doble
ara
esas
mediocridades'académicas:
peiigro
su
autoridad
de
oráculos
y
e
riesgo
terrible
de
que uean
hundirse
: