Transcript
Page 1: Betty y Ronal: El alma de la escuela de los niños pintores

4. Gerardi, la película 5. Eny Roland y Mikkel Rebsdorf, fotografías, café y tradiciones 8. Daniel Alarcón, Pensando en ti 12. 13. 14. Cortejo de La Candelaria, los números detrás de sus andas

Beatriz Sandoval yRonal Carrillo

Los pequeños pintores de Frida Kahlo 6.7.

Page 2: Betty y Ronal: El alma de la escuela de los niños pintores

“Los niños tie-nen una per-cepción única del universo y hay que dejar-los fluir, sin imposiciones, salvo una guía como un tipo de experiencia”.Beatriz Sandoval

6 SIGLO21Magacín

“¡Hoy vamos a pintar nuestra propia muerte!”, dice Lucas al nomás tirar-se en el suelo y empezar a dar pinceladas negras-negras sobre un enorme lienzo de cartónpiedra. La frase puede dejar a más de alguno con res-quemor o incomodidad. Sobre todo porque quien la dice es un niño, Lucas, de apenas 6 años.

Pero a ver... ¿cómo su-cede que Lucas tenga tan-ta conciencia de la muerte al decir “¡nuestra propia muerte!”, y cómo que “¡va-mos a pintarla!”?

Lo primero: hay que ubicarnos. Estamos en la sede de la Escuela de Ni-ños Pintores Frida Kahlo. Es una casa antigua de la zona 3, con guiños de Art Decó en su fachada, con un patio que en algún momento de su historia se llenó con los repiques de la máquina de escribir de su vecino, el escritor César Brañas.

Con 16 años de funda-ción, la escuela es admi-nistrada por un matrimo-nio de artistas plásticos: Beatriz Sandoval y Ronal Carrillo.

Lucas está en su clase de pintura, y hay un albo-roto a su alrededor. Una decena de niños analizan “su propia muerte” a tra-vés de la pintura. Ya Bea-

la hermana de Lucas; su calavera está atrapada en un acertijo lógico, “como en un dibujo de Escher”, transmite la maestra.

Con una formación muy técnica, egresados de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (Enap) el matrimonio se ha ido rebelando al modo en que fueron educados en el arte y ha elaborado un marco teórico que les permite un canal de dos vías en la didáctica, “del

Una pareja singular tiene a su cargo el trabajo de transformar el método de aprendizaje a través de la pintura. Oswaldo J. Hernández delinea el perfil de su enseñanza.

Los pequeños pintores de Frida Kahlo

Beatriz Sandoval yRonal Carrillo

“La pintu-ra como un intento de que los niños aprendan a soñar estando despiertos. Ellos inventan un dibujo a partir de una experiencia llena de sen-saciones; pero más impor-tante aún son los recuerdos del ejercicio”.Ronal Carrillo

DOMINGO 14 De MarzO De 2010

triz y Ronal han platica-do con los niños sobre el delicado tema que están tratando. Hay bocetos de esqueletos con alas, con una guitarra en sus hue-sos, sentados en una mesa o bailando con maracas; otros, como Lucas, prefie-ren dar un carácter más personal a sus calaveras; la de él “tiene pelo rojo”.

La Escuela de Niños Pintores Frida Kahlo es especialmente diferente a la hora de impartir clases; los pequeños ya son artis-tas desde el primer día, y el arte es una práctica de 4, 5 ó 6 dimensiones: ense-ñanza, experiencia, sensa-ción, vista, tacto, reflexión, respiración y gusto.

Filosofía de vidaUbicados en el patio más grande de la casa, los me-nores pintan.“En los dibujos de Mau-rits Cornelis Escher (ar-tista holandés) la vista percibe algo que contra-dice a la lógica”. Beatriz, durante el desarrollo de la clase, apela a una refe-rencia para generar una dinámica didáctica ade-cuada. En este momen-to la maestra se enfoca en el trabajo de Marilú,

método inductivo al de-ductivo y viceversa”.

La escuela nació en 1994 con una intención de bus-car una propuesta diferen-te de enseñanza. Obtuvo su nombre al hacer cierto homenaje a la introspec-ción y compromiso social de la pintora mexicana Frida Kahlo. Se ubicó una primera vez en el Cerrito del Carmen y después en una casa de la zona 1. Lue-go de 16 años, el resultado es una estética alejada de lo convencional; atrás han quedado los prejuicios so-bre la manera de pintar de un niño, ya no cuelgan los paisajes de crayón ni las cartulinas en las casas de los alumnos de la Es-cuela. Ahora, es otro tipo de temática el que se ha adueñado de los espacios recurrentes y de quienes asisten a esta pedagogía.

Los niños, consideran los maestros, ya son artistas consolidados. “Tienen una percepción única del uni-verso y hay que dejarlos fluir, sin imposiciones, sal-vo una guía como un tipo de experiencia”.

En uno de los cuartos de la casa –en realidad ca-da espacio funciona como taller de experimentos–, María Andrea (5 años) pin-ta su “propia muerte”. Le ha dado un toque espe-cial de color amarillo a su calavera. Las cuencas de los ojos tienen un brillo solemne, y en la boca del esqueleto, la pequeña ha hecho un arreglo de orto-doncia con una pincelada. Su estética es conmove-dora y su reflexión sobre

DOMINGO 28 De MarzO De 2010

Page 3: Betty y Ronal: El alma de la escuela de los niños pintores

sea amarilla”. Ronal le ex-plica cómo observar y pal-par los círculos, los trián-gulos y demás geometrías de la bicicleta. Para el fi-nal de la clase, el niño ha hecho los bocetos de más de 3 “bicis”, “más de 3 ex-periencias de una bicicleta amarilla”.

La pintura es una experienciaLos pequeños pintores han representado de mo-do vivencial y pictórico la lluvia, el color del melón, el matiz amarillo, la vida, el tono azul, la textura del tamal, de los espaguetis y toda temática que pue-da pasar por la mente de los artistas Ronal y Bea-triz. “Algunas prácticas”, dice él, “se supeditan a la técnica y la temática es libre. Otras, se enmarcan en un tópico y la técnica es libre. Pero cuando se hace un tratamiento del color, los resultados va-rían, del óleo, al pastel, o a la acuarela. Y cada técnica se vincula con el estudio de un pintor: Ce-zanne, por ejemplo, con su preocupación de bode-gones y composición en el óleo. O Modigliani con sus retratos de desnudos que sirvió de guía para re-presentar el acto cotidia-no de bañarse”.

De regreso al patio cen-tral, varios alumnos es-tán implicados en la téc-nica del crayón pastel. Vivi, por ejemplo, tiene las manos llenas de pol-villo gris; frente a ella, “su muerte” está acom-pañada por una mascota: una calavera de cacho-rro. Beatriz crea un con-texto para la actividad; ella dice: “Henri Toulo-use-Lautrec usó la técni-ca de pastel en sus pin-turas de los bajos fondos

parisinos y sus atrevidos diseños de carteles”.

Pero los niños no se enmarcan sólo en una época determinada o en los representantes de las vanguardias, sino que es-tán atentos a lo que su-cede en la actualidad, en el arte contemporáneo. “Se tiene planeada una performance a partir de la reflexión del color blanco”, dice Beatriz. Y Ronal la secunda al men-cionar que siempre apro-vechan cualquier taller para seguir apuntalan-do su método didáctico. “Vamos a las exposicio-nes, analizamos el arte conceptual, las bienales. Toda experiencia puede tener su corresponden-cia pictórica”.

Casi al final de la cla-se, los niños están ex-haustos pero no se des-prenden de la emoción de “estar creando”, dice uno de ellos; “de revelar una serie de sentimientos guardados por medio de símbolos y dibujos”, ex-plica Roberto (11 años). A lo largo y ancho de la casa hay calaveras que tienen cada vez más una forma, una narrativa, un sentido de la vida, una estética diferente. Lucas contempla la enorme pin-tura que mantiene a ras del suelo; ha incluido el dorado como comple-mento del gris, del negro, del blanco, de “su propia muerte” y se le nota ab-sorto en una reflexión. Lucas ha vendido por Q4 mil algunas de sus pintu-ras, aunque seguramen-te no está pendiente de ello. Sólo mira su pintura como buscando la me-jor perspectiva, el mejor color. Beatriz y, por su-puesto Ronal, han hecho un buen trabajo.

7SIGLO21 Magacín

de una experiencia llena de sensaciones; pero más importante aún son los re-cuerdos del ejercicio. Lo cual no significa que el proceso pierda lo diverti-do”, indican los esposos.

En otra habitación apa-rece José (3 años). Él no pinta su muerte –ya la ter-minó– pero está realizan-do una investigación so-bre el color amarillo. “El amarillo no me gusta”, di-ce. No obstante, Ronal, quien “antes de alumnos tiene amigos”, pregunta a José: “¿Cuál es tu color fa-vorito?”. “El azul”, respon-de. El mes pasado José concluyó el ciclo de inves-tigación del azul y ahora le corresponde el amarillo... Por suerte, dentro de la habitación hay una bici-cleta y la bicicleta es ama-rilla; José dice que quiere pintar una “bici”, una “que

T. Oswaldo J. Hernández [email protected]. Morena Pérez [email protected]

DOMINGO 28 De MarzO De 2010

Ronal y Beatriz, Beatriz y Ronal. Es una pareja de complementos interesantes. Además de la escuela de pintura, en sus manos ha caído un enorme proyecto: crear un centro cultural en el oriente del país, con sede en San Pedro Pinula, Jalapa. Allí se han mudado hace poco tiempo para “apoyar a través del arte a la cul-tura”. “Es azaroso decirlo, pero oriente parece un terreno virgen para las actividades cultura-les. No obstante hay un sinfín de temáticas por explorar, hay algo que sin duda la región quiere expresar”, dice Ronal. Se tiene previsto inaugurar la sede del cen-tro cultural en los próximos meses. Entre sus actividades se tiene contemplado crear una escuela de mural, de pintura. Lo cierto, por el momento, es que el trabajo ya se ha iniciado. Beatriz y Ronal han plantado las pri-meras semillas de su visión cultural por medio de la formación, han llevado el arte de la Sugestopedia a las aulas de algunos institutos de oriente: “Estamos empezando a educar a los alumnos de magisterio, a cambiar algunos puntos de vista; lo primero que podemos decir es que de oriente se percibe demasiada ansiedad. Están curiosos de lo que estamos proponiendo”.

cuLtura en oriente

patojospintoresfridakahlo.blogspot.com

contacto

Escuela de Niños Pintores Frida Kahlo. 6a. calle 0–40, zona 3. 5937–8383 y 5454–3758.

la muerte es inquietante y atractiva. Ronal dice: “El niño toma los temas difí-ciles de manera más na-tural. Por ejemplo, con el tema de la muerte, habla-mos de la conformación de la vida primordialmen-te, de un inicio y un final. La muerte básicamente es una filosofía de la vida y los alumnos, luego de una plática, lo toman con toda la naturalidad”.

SugestopediaTras el tópico de la muer-te, la Escuela de Pintores Frida Kahlo ya ha realiza-do antes estudios en torno a varios temas. El color ro-jo, por ejemplo, fue la pre-misa de la exposición Rojo 55 que mantenía en asom-

bro a críticos, curadores y galeristas de arte. Su in-quietud era “¿Esto lo ha pintado un niño?”, y aún así no se lo terminaban de creer. “Cuando toma-mos el tema del rojo fue interesante y muy intenso; en toda la casa se percibía mucha ansiedad. El rojo inducía una emoción y de alguna manera todos inde-fectiblemente caímos en su juego. Se pintó sobre el dolor, sobre la mater-nidad, sobre tantas cosas que relacionaban los niños con el rojo”.

La didáctica de la Es-cuela tiene el nombre de sugestopedia: “una suges-tión positiva, que se es-cucha incluso psicológico, ya que se resuelve como un intento de que los ni-ños aprendan a soñar es-tando despiertos. Ellos in-ventan un dibujo a partir