Madre Teresade la Asunción
Martínez y Galindo
Madre Teresa de la Asunción Martínez y Galindo, nace en Baeza (Jaén),
el 22 de enero de 1850
Hija de padres muy religiosos y caritativos con los pobres,
vivió en esta casa con sus siete hermanos.
Fue bautizada en la Iglesia del Salvador
Desde muy pequeña sintió la llamada de Dios
a consagrarse totalmente a Él. No le fue fácil conseguirlo, pues sus padres se oponían
a su propósito.
A los 13 años consiguió que la llevaran como interna
al Colegio de Santa María Magdalena de Baeza,
donde vivía en clausura con las hermanas.
Allí conoció al Padre Fundador que era confesor
de las niñas de aquel colegio.
Monasterio de Stª Mª Magdalena, de monjas Agustinas de Baeza
Al cumplir 15 años manifiesta su deseo de comenzar el
noviciado y sus padres la llevan de nuevo a su casa para hacerle
desistir en su propósito
Durante los diez meses siguientes frecuentó el
convento de las carmelitas, donde deseaba ser religiosa, pero su padre se lo impidió y
le dio el permiso de ser monja si ingresaba en el
convento de monjas clarisas de San Antonio
Monasterio de la Encarnación de monjas carmelitas de Baeza
A los 15 años de edad ingresa en el Convento de San Antonio de Padua,
de monjas clarisas.
Tomó el hábito el 22 de noviembre de 1866.
Con 17 años,
hacía su profesión religiosa el 23 de abril de 1867.
Monasterio de San Antonio, de monjas clarisas ,de Baeza
En 1875 recibe la invitación de D. Maximiano para fundar junto con él, una congregación de
religiosas dedicadas a Dios y a la educación de las niñas, que se llamará de la
"Presentación de la Virgen María“
Ella, que hacía tiempo deseaba vivir un nuevo estilo de vida,
donde la vida comunitaria fuera primordial, acepta con gran alegría y disponibilidad.
El 20 de enero de 1879 se traslada a la comunidad de clarisas, en el convento de Santa Inés, en Granada, para preparar la fundación.
Antiguo convento de Santa Inés, de monjas clarisas ,de Granada
Desde allí sale un 12 de octubre de 1880, quedando fundada la Congregación de hermanas de la Presentación de la Virgen María, de Granada. Siendo el alma y soporte interior de la nueva Congregación.
Escudo de las Hermanas de la Presentación.
Alma mística y profunda, de sentido práctico admirable, sufrida y silenciosa hasta límites sorprendentes.
Pasó el resto de sus días sembrando el amor a Dios y a la Iglesia, hablando a sus hermanas de entrega y de servicio,
ofreciendo ejemplos de desprendimiento, abriendo caminos de vida cristiana a las alumnas.
Ella, que había nacido para la paz y el silencio, supo ser modelo y mensaje de ofrenda y amor a Dios.
Dios la preparó en el claustro para una obra de predilección.
Como Madre, transmitió a sus hijas el espíritu de sencillez y
pobreza, el amor a la oración de los contemplativos, la delicadeza y amor filial a la Virgen María y la generosa abnegación de los que han de trabajar por los demás
en la tareas sacrificadas del apostolado.
Tras una vida de santidad, fallece en Granada
el 29 de marzo de 1907. Era Viernes Santo.