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ESCAPA AL ARRESTO GABAIGANDO EN LA NOCHE denciar. 5e acuerda la entrc ' vista V e! canóniga promete l o o f lorines si la cura liens ¿xilo. * i E x i l o ? ^ í J f c l a m a Paracelso—. ¿Para esta lon-tería? Vuestros médítos, co­mo de costumbre, no han eníendido nada.» Enojado, prescribe un purgante, una dieta V ciertas pf ldoras, que éí m ismo preparará y 1^ ^^' vrorá más larde. Y sin ape­nas saludar, se va refunfu­ñando,

A Ta rmañana siguiente eí c a n ó n i g o se despierra de magní f ico humor . Ha do rm i ­do de un l i r ón toda la noche y sienie la tabeze despejada y l igera; le parece un mila­gro . «Debéis I r inmediata-mente a verle — d i t e Frobe-nlus, todo satisfecho, llevan­do a Paracelso fa esiupenda no t i c ia—, Tenéis que macha­car el h ie r ro mientras eslá al ro]0-j*

ff¿lr ot ra vez a v e r l e ? — g r u ñ e Paracelso. ¿Pero creéis que no tengo otra co­sa que hacer? Le he curado y me parece que es bastante. Mejor es que me n^ande m l j cien f lorines,»

• ¿Y si vuelve a doler le», insiste Frobenius.

aNo le dolerá ya nunca>, a f i rma Paracelso.

L ,OS hechos le dan la razón. El canónigo está com­pletamente curado^ pero ae ha ofendido mor ta lmente. Y se niega a pagar una cant i ­dad tan desmesurada como cien f lorines per una visita y cuatro pi ldoras. (Un f lor fn de aquella época equivalía a 122 francos suizos actuales. La suma reclamada era, pues, de unas 200-000 pesetas, con un poder adquisi t ivo supe­r io r , en algunos casos, al de hoy- Por e jemplo , un k i lo de carne en la Basilaa de en-lonces costaba cerca de se­senta pesetas, y un metro cúbico de leña, quince. En cambio, ora carísima la cera para hacer velas, que valía unas 600 peíeías el k i lo , )

í:Le daré seis f lor ines, y

aún es demasiado —d ice el canónigo a Frobenius—, Ade­más, vuestro amigo me pa­rece que es ya bastante r ico, ¿no e^ asi?*

Aunque de una manera r u i n , ha dicho la verdad. Pa­racelso gana 75 fibras al año, el sueldo más a l to de Basi-ka , exceptuado el del Bur­gomaestre, que es de 90 l i ­bras. El Imprudente Paracel­so incluso ha p re ium ido c|a ello en su « In t ima t io» .

Si Frobenius pref iere ca­l lar, Paracelso se pone hecho una fur ia . Por segunda vez se presenta ante el t r ibunal y denuncia al canónigo. Pero los fueces, predispuestos en contra suya, no le dan la ra­zón. Fuera de sí, Paracelso hace poner en Cas puertas de las iglesia! manif iestos en los que acusa ai canónigo de estafe y a los jueces de co­r rupc ión , en Términos tan vulgares que es imposible re-peEirloa- Esto es precisamen-le lo que esperaban sus ene­migos- Ahora el t r ibunal l le­ne todos los elementos ne­cesarios para actuar contra Paracelso, Se dice que 5erá encerrado en una torre en medio del Lago Lucerna, por no tenerle en Basilea ni si­quiera preso. La detención es cuestión de horas.

Cae la noche, una clara y helada noche del mes de fe­brero. Un hombre a tabal lo, armado de punta en blanco, se presenta ante la puerta de la casa de Paracelso, con­duciendo dos caballos. Poco después, el médico y el ca­ballero abandonan al galope la c iudad: Frobenius ha pa­gado su deuda de g ra t i t ud , pero Paracelso ha terminado con Basilea para siempre. En la Facultad de Medicina, que ha vuel to al solemne silen­c io de un t iempo, ha queda­do lan sólo un a lumno; es h i j o de un profesor de ana­tomía.

En marzo de 1529, un aJ^o después de la fuga de Basi­lea, Paracelso se encuentra en Colmar. En j un i o , en Es-l lngen; en ju l io , en Nurem-berg y en Leipzig, donde Inicia la publ icación de un

Blanco y Negro (Madrid) - 04/03/1972, Página 48Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de loscontenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposicióncomo resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de losproductos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.