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MARTES 12 de marzo 14:00hrs. Fac. de Derecho UNAMMARTES 12 de marzo 14:00hrs. Fac. de Derecho UNAM--CUCU
Boletín Especial
8 de Marzo Día Internacional de la Mujer ¡Conquistemos nuestros derechos en las calles! A 3 meses del arribo de Enrique Peña Nieto la violencia contra las
mujeres y la impunidad que caracterizaron a los gobiernos panistas,
no decrece, sino que se incrementa. Este 8 de marzo transcurre en
medio de una férrea lucha del Comité de Madres y Familiares de
hijas desaparecidas de Cd. Juárez, que vienen a movilizarse a la
ciudad de México exigiendo justicia para sus hijas y haciendo un
llamado a las madres del país, a las organizaciones de mujeres y a
todos los grupos solidarios de arroparlas en su lucha.
Durante estos meses, Peña Nieto ha tratado de limpiar su imagen
con medidas como la promulgación de la Ley de Víctimas, la en-
trega del Premio Nacional de Derechos Humanos a Alejandro Sola-
linde y una diferenciación del discurso de militarización que plan-
teaba Calderón. Sin embargo, no puede ocultar que siguen desapa-
reciendo mujeres y que sigue incrementándose el feminicidio en el
país. Este es el legado que el mismo priismo ha dejado en el
Estado de México y en los demás estados gobernados por su
partido.
El asesinato de mujeres en el país aumentó en un 300% a
partir de 2008. En los últimos dos años, se cometieron 4,112
asesinatos de mujeres y se encuentran desaparecidas 3,976;
cifras espeluznantes que nos hereda el saliente gobierno.
Ocupando el Edomex el primer lugar con casi 2 mil asesi-
natos de mujeres los últimos 5 años. Más del 70% de las
mexicanas han sufrido violencia; el 21% han sido insulta-
das y el 16.5%, humilladas; el 33% de los hogares donde
el jefe de familia es un hombre se registra algún tipo de
violencia ejerciendo maltrato emocional en un 86% y
físico en un 41%.
De la frontera sur a la frontera norte, las mujeres mi-
grantes sufren de múltiples vejaciones, el 80% son víc-
timas de abuso sexual o caen en manos de las redes de
trata y prostitución, que se coluden con las autorida-
des.
La militarización lejos de generar un ambiente de
“seguridad”, atenta contra las libertades democráti-
cas, eleva los niveles de violencia contra los
trabajadores, las mujeres y los jóvenes y
trae aparejada la represión, persecución y
asesinato de luchadores y periodis-
tas. Como ocurre en Cd. Juárez, lo
que se ejemplifica con los asesina-
tos de nuestras compañeras de
lucha contra el feminicidio Mari-
sela Escobedo, Susana Chá-
vez, de la periodista Regina
Martínez y de muchos otros
luchadores sociales.
Un gobierno contra las mujeres
Esta es la situación tan adversa que
vivimos las mujeres en México, incluye
también la ofensiva contra los derechos de
las mujeres que significan las 19 reformas
antiaborto que criminalizan y persiguen a
aquéllas que deciden sobre su cuerpo y la
maternidad, el ataque a quienes practican
formas de sexualidad disidente; en el aumento alarmante de las
redes de trata, estrechamente ligadas a las desapariciones y el femi-
nicidio.
En el mundo laboral, somos nosotras quienes sufrimos más profun-
damente la crisis económica, ocupamos 70% del trabajo precario,
con condiciones de trabajo nefastas y negligentes, percibimos sala-
rios miserables, inferiores a los de los varones por los mismos tra-
bajos y somos las que administramos esa miseria en nuestros ho-
gares. Somos también mujeres el 56.6% de las trabajadoras infor-
males y el 75% del total de jóvenes que no tenemos acceso a la
educación ni al trabajo y que cuando lo conseguimos es en la pre-
carización absoluta, careciendo de servicios básicos como guarde-
rías, comedores, transporte seguro, seguridad social, etc.
En este marco, Peña Nieto a la cabeza del PRI y en acuerdo con el
resto de los partidos del régimen del Pacto por México
aprueban reformas estructurales como
la laboral y la
educativa, que
atacan al con-
junto de la clase
trabajadora,
pero donde a
nosotras las mu-
jeres nos toca la
peor parte. Esta
“unidad nacional”
que plantean los
firmantes de dicho
pacto es una uni-
dad contra los tra-
bajadores, las muje-
res y la juventud,
así lo demuestra
hasta ahora el inicio
del sexenio.
La Catedral de la ignominia en profunda crisis
Renuncia histórica del Papa
Ratzinger renunció diciendo que no le daba más el cuerpo p a r a
encarar las responsabilidades que implicaba el papado.
Pero nadie más o menos serio habló al día siguiente de
su estado de salud ni de ninguna dolencia del Papa.
Las razones de su renuncia son completamente políti-
cas. Los innumerables escándalos de pederastía (abusos
sexuales contra niños) y estafas bancarias, junto a la lucha
interna entre distintas facciones por el poder, la tienen su-
mergida en una crisis profunda que ha llevado por primera
vez en siglos a la renuncia de un Papa (la última vez que
ocurrió fue en el siglo XV).
El hecho, por supuesto, no es un acto de grandeza de
Ratzinger sino de impotencia. Los inagotables escánda-
los de corrupción y pederastía marcaron fuertemente su
papado. El más importante de los últimos años fue el de la
Iglesia norteamericana en 2010 donde en la diócesis de Los
Ángeles decenas de monjes abusaban de cientos de niños y los
casos eran encubiertos por su Jefe, el Cardenal Roger
Mahony.
Nunca se vio tan al desnudo el verdadero “corazón” de esa
reaccionaria institución, que asesinó a millones
de mujeres en las hogueras de la Inquisición
y bendijo la matanza de los pueblos origi-
narios de América.
Pero la crisis actual va más allá. Las postu-
ras oscurantistas y retrógradas que caracte-
rizan a la Iglesia Católica como en torno al
aborto, las relaciones entre personas del mismo
sexo, el sexo sin fines reproductivos, el consumo
personal de drogas o su uso terapéutico, etc., cada vez en-
tran más en abierta contradicción con el desarrollo de la sociedad
en pleno siglo XXI y las tendencias a la alteración de la familia
tradicional.
La Iglesia Católica es uno de los bastiones más antiguos de la reac-
ción y de las clases explotadoras contra los explotados. En este
marco, la Iglesia se vuelve una institución cada vez más an-
quilosada y ajena a la vida cotidiana de millones. Por poner
un ejemplo, en México, uno de los países con más católicos
del mundo, en 1970 un 96% de los habitantes se decía
católico. En 2000, cayó al 88% y en 2010 al 83,9%.
Hoy en día, es precisa la separación total de la Igle-
sia del Estado y el cese de los millonarios subsi-
dios que recibe. Expropiación de sus innume-
rables propiedades y cuentas ban-
carias fraudulentas. Impues-
tos progresivos a sus enor-
mes negocios (bancos, em-
presas, turismo). Que los
curas vayan a trabajar y si
quieren profesar alguna reli-
gión lo hagan en su tiempo
libre. Basta de parásitos paga-
dos por los trabajadores y el
pueblo. Juicio y castigo a
todos los curas pederastas y
corruptos. Fuera la Iglesia de
nuestros cuerpos. Anticonceptivos
gratuitos y aborto libre y seguro, ambos fi-
nanciados por el Estado.
¡Los mismos derechos para todxs y con
el mismo nombre!
¡Separación de la Iglesia del Estado
YA!
Viene de pág. 2
Por un movimiento de mujeres combativo y en las calles
Pero quienes integramos la agrupación de mujeres Pan y Rosas
consideramos que las luchas de las madres de Cd. Juárez, del Edo.
de México y del país entero por encontrar justicia para sus hijas
desaparecidas y de las mujeres que en los últimos años han luchado
por sus derechos, son una gran muestra de que algo comienza a
gestarse entre las mujeres, de la fortaleza que tenemos y es un gran
aliciente para las jóvenes, las trabajadoras y las amas de casa, para
salir a luchar en defensa de nuestra vida y nuestros derechos.
Lo mismo pensamos que el nuevo periodo histórico que se abrió a
partir de la crisis internacional en 2008 ha puesto sobre la mesa
una cantidad enorme de ejemplos de la combatividad de las muje-
res y de la importancia de que salgamos a luchar. Así nos lo de-
mostraron las mujeres del norte de África que rompiendo esquemas
y derribando las barreras del machismo y la opresión derribaron
junto a los jóvenes y los trabajadores dictaduras de más de 30 años
como la de Ben Alí y Mubarak. Así también, nos lo muestran las
mujeres de la India que se organizan contra la violencia en su con-
tra poniendo en pie la llamada y que al lado de sus compañeros
trabajadores, tras masivas protestas contra las violaciones protago-
nizaron la huelga general más grande de la historia. Ese es el po-
tencial que las mujeres poseemos, ¡pongámoslo en juego!
Hoy, siguiendo estos ejemplos, manteniéndonos independientes de
los partidos políticos y las instituciones del régimen, tenemos que
organizarnos para ser miles en las calles y arrancarle nuestros dere-
chos al Estado, invitando a nuestras amigas, vecinas, compañeras,
a ponerse de pie para enfrentar este flagelo.
Pero también convocando especialmente a los trabajadores y a
todos los varones conscientes de sus cadenas que quieran luchar
contra las condiciones que se les imponen a ellos y a sus compañe-
ras. Hay que partir de luchar contra los ataques en nuestra contra,
por preservar los derechos conquistados y acabar con el feminici-
dio y cualquier expresión de violencia hacia nosotras. Pan y Rosas
te propone lanzar una gran campaña para decir -¡Basta de violencia
contra las mujeres! ¡Basta de feminicidio, trata de mujeres y tortura
sexual!
Partiendo de esto, queremos avanzar en la lucha por una sociedad
sin explotación, pues sostenemos que no podrá acabarse con la
violencia hacia las mujeres en tanto persista este sistema basado en
la miseria y la opresión. La violencia contra las mujeres no es indi-
vidual, es generada por condiciones estructurales de un sistema al
que le es funcional mantenernos oprimidas y explotarnos en silen-
cio. Para terminar con la milenaria opresión de la mujer, de la que
el capitalismo se ha valido para ejercer su dominio, tenemos que
organizarnos junto a nuestros hermanos de clase y acabar con
aquél y su explotación, a tomar esta tarea también en sus manos.
Porque mientras la clase dominante logre mantenernos divididos,
oponiendo a unos y otras e instalando su venenosa ideología de que
hay explotados de primera clase y explotados "de segunda", como
las mujeres o las y los inmigrantes, más fácilmente se perpetúa su
dominio y nuestra esclavitud.
Te invitamos este 12 de marzo, a la Jornada Política de Discusión y Acción de Pan y Rosas. Fac. de Derecho UNAMFac. de Derecho UNAM--CUCU
3
Este 8 de marzo queremos dedicarlo a las mujeres trabajadoras
que durante las décadas del 60 y 70 en el Estado español protago-
nizaron una lucha incesante contra la explotación laboral, cuando
ser mujer, obrera, inmigrante, significaba luchar en una situación
“diferenciada” dentro de un potente movimiento obrero en auge.
Estas peligrosas obreras, en este caso textiles, tejieron los hilos de
una potente historia. Una historia de una gran actualidad para
este siglo XXI sumergido en una enorme crisis, de enorme retroce-
so social y de los derechos de la mayoría de las mujeres.
Estas experiencias la queremos reflejar a través de la historia de
María Moreno, quien llegó a Terrassa (Catalunya) en 1967 con 17
años del sur de España, de Córdoba, para trabajar como obrera
textil. Estuvo más de 35 años en la fábrica Hilaturas Castell traba-
jando, luchando incansablemente, organizándose con sus compa-
ñeras, quienes en el año 2002 hasta ocuparon la fábrica para re-
cuperar los puestos de trabajo, y la pusieron a producir bajo el
control de las obreras.
Entrevista a María Moreno, obrera textil de Terrassa1
María era parte de esas miles de mujeres, que como su madre, tam-
bién obrera textil, venían de los pueblos del sur de España.
“Llegué aquí, y entré a trabajar en el textil, en la fábrica Hilaturas
Castell; trabajé 35-36 años hasta que cerraron. Mi madre trabajaba
en el textil también, en la fábrica Torra de Neira. Yo justo venía y
entraba a las 4:20 de la mañana a trabajar todos los días menos los
domingos. Era horroroso. Yo venía de un pueblito, a mí me cambió
la vida totalmente. Recuerdo que dentro de la fábrica, con el ruido
tan grande que había, sólo pensaba en cantar las canciones de mi
pueblo para que no se me olvidaran; fue un choque muy fuerte. La
pasamos muy mal los inmigrantes a donde quieras que vayamos...”
En 1968 en toda España, las mujeres ocupaban el 75% de la mano
de obra de la industria textil, con un gran peso en Catalunya.
“Entonces todas las mujeres de Terrasa en edad de trabajar estába-
mos metidas en el textil. Había fábricas muy grandes como Torra
de Neira que era un monstruo; la Anónima, Castell...”
María era parte de esa nueva generación de mujeres que, como un
motor imparable, mientras se enfrentaban a la patronal por sus de-
rechos laborales, se enfrentaba sin saberlo al modelo de mujer fran-
quista que se había impuesto durante ya más de tres décadas: la
mujer sumisa, decente, “ángel del hogar” y, como ella misma dice
“católica, apostólica y romana. Claro yo venía de un pueblecito,
con una vida tranquila y cuando llego aquí a Terrassa, a mi padre le
dijeron: “¿María sola en Barcelona? Átala fuerte, eh.” Porque en
Barcelona las cosas no eran tan tranquilas. Mi padre me ató tan
fuerte que un poco más y me asfixia. Me decía: “tú tienes que tra-
bajar, y callar.”. Pero bueno, yo fui soltando nudos...
¿Qué te pasa María, te encuentras mal? Y, claro, yo le dije que no
me encontraba mal; y además en ese momento decir que tenía la
regla era un tabú. Y el encargado me contestó: Bueno, sólo te digo
una cosa, si te encuentras mal, te vas a tu casa, porque sólo el respi-
ro le cuesta dinero al dueño. Entonces yo, durante tres días lloré,
lloré y lloré, hasta que me desahogué. Y así fui haciendo concien-
cia poquito a poco de que, si al respirar yo le costaba dinero al due-
ño, pues yo quería seguir respirando, le costara dinero o no, quería
seguir respirando con más libertad de la que hasta ahora venía res-
pirando. Y ahí empecé la lucha, y me sentí mucho mejor. Y claro,
dejé de ser la católica apostólica y romana de antes.”
Comenzaba a nacer una militancia obrera femenina vinculada di-
rectamente a las condiciones de trabajo. Conscientes o no, su pro-
pia experiencia las llevaban a cuestionar los valores conservadores
de la institución familiar y del ámbito laboral. Chocaban contra las
creencias negativas- basadas en la diferencia sexual naturalizada-
sobre las mujeres, que anulaban así sus potencialidades para alcan-
zar la igualdad. De esta manera se justificaba la gran discrimina-
ción laboral y salarial.
Las mujeres en la lucha se dotaron de organizaciones: comisiones
obreras, habituales en las fábricas textiles, sólo formada por muje-
res y por fuera del sindicato vertical, que negociaban y peleaban
con la patronal, las fuerzas policiales o con funcionarios de la OSE.
Éstas fueron el antecedente de lo que luego serán las Comisiones
Obreras: “Empezamos la lucha, para tener horas para comer, para
trabajar menos horas y conseguimos 8 hrs. y no los sábados. Por
que hubiera vestuarios y lavabos en condiciones, y comedores.
Éramos 200 trabajadoras, mayoría mujeres, y luchábamos con mu-
chas huelgas y paros. Teníamos nuestras asambleas y nuestros pro-
pios comités, antes de formarse el sindicato de Comisiones Obre-
ras; en ese momento estaba el sindicato vertical, hacíamos las cosas
por fuera de la fábrica y en las asambleas decidíamos todo. Hacía-
mos reuniones en un local que teníamos en Terrassa. Nos reunía-
mos grupos de trabajadoras de diferentes fábricas y también venían
estudiantes. Claro, esas reuniones eran clandestinas. Yo recuerdo la
primera vez que me llamaron...Y un día y otro y sanciones, por-
que , claro, la que más se atrevía la sancionaban. En aquel tiempo
había una represión muy grande. Pero todo lo conseguimos con la
lucha.”
1. Entrevista completa http://www.pyr.org.ar/spip.php?article1907
Cuando del hogar a la fábrica las mujeres se vuelven peligrosas Por Cynthia Lub, desde Barcelona1
4
El sábado 26 de enero del 2013 se produjo, una vez más, un
incendio mortal en una fábrica textil en Bangladesh. El sal-
do, fue la muerte de siete trabajadoras, cuatro de ellas de tan
sólo 17 años, junto a decenas de heridas.
La fábrica producía prendas para la empresa Wonnover Ban-
gladesh y su subcontratista Centex, proveedores del grupo
empresarial español Inditex (Zara). Por su parte, la empresa
española intenta deslindarse de su responsabilidad escudán-
dose en la “cadena de subcontratistas”, causa de los bajos
salarios, jornadas interminables de trabajo, precariedad labo-
ral, edificios inseguros, ausencia de sistemas de seguridad
para prevenir incendios, muertes obreras, represión y tortura.
¿Cuál es el oscuro secreto del éxito de algunas de estas empresas
españolas? ¿Cuál es la “milagrosa” fuente de sus ganancias, aún en
medio de la crisis capitalista?
En las últimas décadas las grandes marcas han focalizado de forma
creciente su producción textil en países como Bangladesh, China,
Tailandia, Marruecos, México, Centroamérica y otros. Este es un
poderoso “secreto” para los negocios capitalistas: son algunos de
los países con más bajos salarios y peores condiciones de trabajo en
todo el mundo.
Cada día, miles de mujeres, abandonan su chabola en los barrios
pobres de Bangladesh para dirigirse a su trabajo en una de las tan-
tas fábricas textiles; sin saber si regresarán vivas a casa esa noche.
Por la extrema precariedad de las fábricas, en 2006, un incendio en
la fábrica Chittagong mató a 50 trabajadoras y trabajadores, e hirió
a cien más. Trabajadores denuncian que los incendios son debido a
las precarias instalaciones eléctricas. Después del incendio de no-
viembre, el 2012 estalló la ira acumulada de los trabajadores que
salieron en manifestaciones espontáneas a las calles, cortaron carre-
teras, voltearon automóviles de la empresa, lanzaron piedras contra
la policía y contra las persianas de las fábricas textiles. Con una
represión policial como respuesta.
Los salarios en Bangladesh son los más bajos del mundo. “Sólo con
grandes movilizaciones, los trabajadores y las trabajadoras lograron
en 2006 que pasara de un salario mínimo de 900 taka a. mil 662,50
taka al mes (24 dólares aprox., unos 16 Euros mensuales).
Las mujeres son mayoría en la industria textil. Y sus salarios son
más bajos por el hecho de ser mujeres, ganan un promedio del 23,2
% menos por hora que los hombres. Esto obliga a las trabajadoras a
realizar horas extras, alargando la jornada laboral hasta diez, doce o
más horas por día. Cuando esas mujeres regresan a sus hogares aún
les esperan tareas de trabajo doméstico. La precariedad de las con-
diciones laborales genera deterioro de la salud de las mujeres obre-
ras y al mismo tiempo se multiplican las denuncias de acoso sexual
en los lugares de trabajo, de parte de los jefes y administradores.
Maltrato, humillación y precarias condiciones de trabajo que no
tienen nada que envidiarle a aquellas primeras fábricas capitalistas
del siglo XVIII y XIX en Europa.
Otro “secreto mágico” de estas fábricas textiles para las ganancias
capitalistas es impedir la organización sindical de las trabajadoras.
Hay una persecución y represión abierta hacia la organización sin-
dical por parte de las patronales, la policía y el gobierno. El go-
bierno creó un cuerpo especial de policía destinado a las zonas in-
dustriales.
En marzo del 2012 en la región de Ishwardi, cientos de trabajadores
se reunieron frente a la puerta principal de la fábrica en una impro-
visada huelga de brazos caídos. Trabajadores, entrevistados en ju-
nio, dijeron que todos los gerentes habían dejado las fábricas. Un
pequeño contingente de agentes de la policía no tardó en llegar y
ordenó a todos que regresaran al trabajo. Una costurera dijo que un
oficial de policía la tiró al suelo, golpeándola con un palo hasta
quedar inconsciente y rompiendo su ropa.
Meses después, decenas de miles de trabajadores furiosos protesta-
ron cerca de Dhaka, exigiendo salarios más altos y paralizando las
zonas industriales más importantes del país, durante más de una
semana la policía antidisturbios dispersó a los manifestantes con
gas lacrimógeno y balas de goma, decenas de personas resultaron
heridas.
Lucha internacional de las trabajadoras y los trabajadores
Estas son las terribles condiciones de explotación y opresión que se
vive en las nuevas “maquilas” asiáticas, mano de obra barata en las
semicolonias para las grandes empresas imperialistas. Ha emergido
una nueva clase obrera. Se suman así nuevas fuerzas a las de la
clase obrera internacional. Las terribles condiciones de trabajo han
generado un clima de creciente conflictividad laboral e intentos de
organización, en duras condiciones de represión estatal .
Por esto, es necesario fomentar la unidad entre las trabajadoras de
un lado y del otro de la cadena de producción de las empresas im-
perialistas. Exigir que los sindicatos de los países imperialistas se
transformen en activos colaboradores de los trabajadores y trabaja-
doras. La solución no es dejar a las trabajadoras sin empleo, sino
luchar por la expropiación de esas grandes empresas bajo control
de las propias trabajadoras.
No hay salida a esta terrible explotación de millones de mujeres y
hombres dentro de los marcos del capitalismo. La unidad en la lu-
cha entre las trabajadoras de los países semicoloniales y aquellas de
los países imperialistas, con la clase obrera de conjunto, es el pri-
mer paso necesario para enfrentar a los grandes monopolios capita-
listas en todo el mundo.
Salgamos a las calles a exigir nuestros derechos!!
1. Artículo completó en http://www.pyr.org.ar/spip.php?article1902
Las trabajadoras detrás de la “Marca España” Por Josefina Martínez 1
5
Juárez se ha convertido en la ciudad del feminicidio desde hace
dos décadas. Sin embargo a la par y durante este período ha floreci-
do una experiencia de organización de familiares y amigos de las
víctimas, quienes denuncian el asesinato de sus hijas, sobrinas o
hermanas, la falta de avance en las investigaciones, la creación de
“chivos expiatorios”, la com-
plicidad de funcionarios e
instituciones y que combaten
la criminalización que recae
en la mayoría de las vícti-
mas.
Cientos de familias han pere-
grinado buscando el paradero
de sus hijas encontrando a su
paso la indolencia de las au-
toridades e impunidad en los
casos. Este fenómeno se ha
extendido a todo el país, du-
rante el último sexenio. Tan
sólo en los últimos dos años,
se cometieron 4,112 asesina-
tos de mujeres y se encuen-
tran desaparecidas 3,976
mujeres, llegando a ocupar el
primer lugar en feminicidio
el estado que fue gobernado
por el actual presidente, el
Estado de México.
Al mismo tiempo se han
fortalecido las redes de trata,
con la desaparición de cien-
tos de mujeres y niñas. Esto bajo el amparo de la militarización,
que trajo aparejadas violaciones a los derechos humanos, un incre-
mento alarmante de los asesinatos, el alza en la violación de muje-
res migrantes y su desaparición; fenómenos como el juvenicidio y
las fosas clandestinas, además de la persecución, desaparición y
asesinatos de luchadores sociales.
En respuesta, el pasado 15 de enero familiares de jóvenes desapare-
cidas en Cd. Juárez emprendieron una caminata rumbo a la ciudad
de Chihuahua para exigir justicia y que se dé con el paradero de sus
hijas y familiares. Las madres realizaron un enorme esfuerzo, cami-
nando 390 kilómetros de Juárez hasta Chihuahua, en busca de una
audiencia con el gobernador, quién se encontraba de viaje por el
estado de Chiapas, a pesar de conocer del arribo de las madres.
Durante la reunión realizada el 2 de febrero en Cd. Juárez,
Chihuahua, con el gobernador estatal César Duarte y el presidente
municipal de la ciudad, Héctor Murguía, las madres denunciaron
que no existe ningún interés del gobernador y las autoridades esta-
tales por esclarecer los casos de feminicidio en la ciudad y el esta-
do.
Luego de esta reunión, el Comité de Madres y Familiares de jóve-
nes desaparecidas de Ciudad Juárez ha denunciado el hostigamien-
to y amenazas que algunos de sus integrantes y miembros de orga-
nizaciones solidarias han sufrido. Es el caso de Karla Castañeda,
madre de Cinthia Jocabeth Castañeda, desaparecida en octubre de
2008 y que hoy se encuentra exiliada; de Marcos Espinoza Rendón
de #Yosoy132 Cd. Juárez, perseguido y hostigado por haberse soli-
darizado con las madres y de Francisca Galván, abogada del Comi-
té de Madres, detenida en San Diego, tras pedir asilo político a cau-
sa de las amenazas en su contra.
Ellas son la voz de cientos de ma-
dres coraje, que nuevamente en el
país hacen sentir la presencia de
luchadoras como Marisela Escobe-
do quien luchó para exigir justicia
por el asesinato de su hija Rubí. Su
caso es una muestra más de la te-
rrible impunidad que persiste en el
país, Marisela fue asesinada y el
caso de Rubí cerrado sin sentencia
para el responsable de su muerte.
Desde Pan y Rosas, manifestamos
nuestra solidaridad con el Comité
de Madres y Familiares con Hijas
Desaparecidas, acompañamos su
caminata y nos unimos a su exi-
gencia de justicia. Para poder lle-
var adelante sus exigencias y para
que puedan conquistarlas, debe-
mos rodearlas de una gran solida-
ridad activa.
Hoy las mujeres no podemos con-
quistar nada, mientras nos sigan
desapareciendo y asesinando. El
feminicidio debe entenderse como
la emisión de un claro mensaje de respuesta contra las mujeres que
se organizan y como consecuencia de las condiciones y la violencia
estructurales a las que el sistema capitalista nos condena. Por eso,
la lucha contra el feminicidio tiene que ser parte del camino de la
lucha por la transformación radical y profunda de nuestra sociedad.
Pero para emprender esta lucha, debemos confiar únicamente en
nuestra propia organización independiente y en nuestra fuerza para
así poder frenar esta embestida de asesinatos y avanzar en la lucha
por conquistar nuestros derechos. El punto de partida en esta lucha
debe ser la puesta en pie de un gran movimiento nacional contra el
feminicidio, la trata y la desaparición de mujeres.
Por ello desde Pan y Rosas hacemos un llamado unitario a todas las
organizaciones de mujeres del país, feministas, activistas, organiza-
ciones de los derechos humanos, sociales, estudiantiles y a los sin-
dicatos para construir este movimiento nacional que detenga esta
situación de vulnerabilidad y violencia contra las mujeres que nos
arrebata a nuestras hermanas, amigas, madres y compañeras.
A una voz gritemos:
¡Si tocan a una nos tocan a todas!
¡Alto a la impunidad, ni una asesinada más!
¡Desmantelamiento de las redes de trata y prostitución!
¡Justicia para Marisela Escobedo!
¡Presentación con vida de las desaparecidas!
¡Todas somos las hijas de Juárez!
"Caminamos porque la justicia no llega, nuestras hijas siguen desa-
parecidas, las investigaciones no avanzan y el problema del femini-
cidio y desaparición de mujeres sigue creciendo en nuestro Estado;
tan sólo en los primeros días del año se han reportado más de diez
desapariciones de jóvenes, la mayoría en la zona centro de la ciudad
de Juárez": Comité de Madres y familiares con hijas despareci-
das en Cd. Juárez
¡Todas somos las Madres de Juárez!¡Todas somos las Madres de Juárez!¡Todas somos las Madres de Juárez!
¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!¡Vivas se las llevaron, vivas las queremos!