CARACTERÍSTICAS Y ACÚSTICA DEL SAXOFÓN
Características del instrumento
El saxofón es un instrumento de viento de la familia de la madera. Sus características
derivan fundamentalmente del uso de una lengüeta o caña simple ensamblada a una boquilla
y de un tubo cónico, que le proporciona gran flexibilidad en la ejecución del sonido. Es decir, el
tubo cónico, especialmente el del saxo que es muy ancho y abierto, tiene un efecto débil sobre
la caña, no imponiéndole frecuencias muy precisas; la caña, al ser a su vez simple y con una
gran superficie, puede modularse con bastante facilidad. De ahí que el saxofón sea un
instrumento con un gran campo de libertad en lo que a ejecución y producción del sonido se
refiere.
La emisión del sonido
Para la producción del sonido partimos primero de la colocación de la embocadura
siguiendo los siguientes puntos:
1. Colocar el labio inferior ligeramente sobre los dientes.
2. Apoyar la boquilla sobre el labio inferior.
3. Colocar los dientes superiores sobre la boquilla, más o menos a un
centímetro del borde. En este punto el instrumento debe quedar firme y no moverse.
4. Bajar el labio superior rodeando completamente la boquilla de tal
forma que el aire no se escape por las comisuras.
5. Remontar la lengua hasta que toque la caña pegándola contra la
boquilla.
6. Enviar el aire a la boca, cuidando no inflar las mejillas, y presionando
con el diafragma. Con la caña pegada no debe sonar nada.
7. Retirar la lengua, como para pronunciar “taaa...” de forma que el aire
pasa al fin a la boquilla y hace vibrar la caña emitiendo un sonido.
8. Para interrumpir el sonido, basta con remontar de nuevo la lengua
hacia la caña, obstruyendo el paso del aire, pero sin dejar de comprimir el aire con el
diafragma.
Y ahora descomponemos a cámara lenta lo que sucede dentro del tubo. Supongamos
todos los orificios del instrumento cerrados. El saxofonista retira la lengua de la caña y envía
una cantidad de aire dentro del instrumento a través de la boquilla. Lo primero que sucede es
que la caña se pega a la boquilla, originándose una sobrepresión de aire dentro del tubo que
se dirige hacia su extremo a la velocidad del sonido. Al llegar, una pequeña parte del aire sale
fuera del instrumento, lo que hace que suene, mientras que el resto del aire se refleja en
depresión y retorna por el mismo camino y a la misma velocidad en dirección a la caña. Debido
a la conicidad del saxo, esta depresión se transforma de nuevo en sobrepresión, y su impulso,
unido a la flexibilidad de la caña, hará que ésta se despegue de la boquilla y comience el ciclo
de nuevo. De esta forma se produce un movimiento periódico de oscilaciones de la lengüeta
en cada ida y venida simple (no doble como en el clarinete) dentro del tubo.
Si ahora abrimos alguno de los orificios del instrumento, este se comportará, de forma
aproximada, como si el tubo se hubiera cortado a la altura del orificio. Al ser el recorrido de
cada ida-venida de la sobrepresión de aire más corto, esto originará que la frecuencia de
oscilaciones de la caña sea mayor, por lo que se producirá un sonido más agudo.
Además de la frecuencia fundamental de cada vibración, la caña emite otras
frecuencias armónicas, correspondientes a la serie armónica del sonido que se produce. Al
analizarse la curva de impedancia de una nota dada, pongamos por ejemplo el La2, se obtiene
el siguiente resultado:
La curva de impedancia muestra cuales son las
frecuencias que más resuenan y su grado de resonancia. En
ésta gráfica se observa con claridad tres picos,
correspondientes a la frecuencia fundamental (la2), primer y
tercer armónico (la3 y mi4 respectivamente), pero tomaremos
en consideración sólo los dos primeros por su relevancia. De
aquí se extrae que sólo se pueden emitir con facilidad las notas
cuya frecuencia fundamental se corresponda con esos dos
picos, lo que nos muestra que el saxofón se puede tocar en dos
regímenes, uno una octava más aguda que el otro. Para hacer
aún más fácil la ejecución del segundo régimen se ha provisto
al instrumento de dos orificios o llaves de octava. La débil
resonancia del tercer pico y siguientes muestran la dificultad
que supone emitir sonidos en el registro sobreagudo, lo cual no
quiere decir que no puedan lograrse mediante cambios en la
embocadura y con ayuda de doigtés especiales.
El saxofón es un instrumento transpositor, es decir, el nombre de la nota que se emite
no coincide con el nombre de la nota real que suena. Los siete saxofones que componen la
familia del saxofón están afinados de la siguiente forma y con las siguientes tesituras:
De forma que la familia completa abarca el siguiente rango:
A parte de sus posibilidades de extensión en notas sobreagudas (gracias a digitaciones
especiales como comentábamos antes), el ámbito de todos los saxofones es prácticamente el
mismo: dos octavas y una sexta menor, a excepción del barítono, que posee un orificio extra
que le permite da una nota más grave, un do2.
Fabricación del saxofón, partes y materiales
El saxofón se compone, grosso modo, de las siguientes partes diferenciadas:
El cuerpo es esencialmente el que da soporte a todo el juego de llaves. Cerca de 300
piezas sueltas que necesitan de unas 800 operaciones mecánicas en tornos automáticos, de
revólver, de relojería, de barras y en prensas, antes de su ensamblaje.
El cuerpo, la campana, el codo y el tudel requieren trabajos de calderería, bastante
minuciosos, ya que de la forma de los taladros dependen las cualidades del instrumento.
El tubo que conforma el saxofón se fabrica con placas de latón (aleación de cobre y
zinc, en proporciones que pueden variar de un fabricante a otro y entre modelos de un mismo
fabricante). Estas placas se cortan con cizallas y se contornean, soldándose en el momento en
que los dos bordes de la placa se juntan formando el tubo. Las herramientas que se emplean
en este proceso son el mallete y el mandril. El codo se y la campana se hacen por
moldeamiento de dos medias caracolas.
Las chimeneas no son añadidas al tubo, como en la flauta travesera, sino que se estiran
directamente del cuerpo del instrumento.
La forma del tudel se obtiene por combadura en frío de los tubos, que previamente se
rellenan con un cristal especial que conserva la forma cónica del tubo.
Boquilla Tudel
Cuerpo
Codo
Campana
Antes de ensamblar las piezas, se aplican al cuerpo, el codo y la campana las distintas
calzas y pilares para el sostén y la fijación de las llaves.
Un empleado montador se encarga de colocar todas las llaves y piezas en su lugar
correspondiente (a excepción de las zapatillas) y de ajustarlas. Una vez hecho esto, se vuelve a
desmontar todo y se procede a pulirlo. Si luego se le puede dar un barniz incoloro y pasarlo a
cocción, darle un baño dorado o un baño de plata, según el acabado que se prefiera.
Se vuelven a montar todas las piezas, se colocan las zapatillas y se dan los últimos
retoques hasta que el instrumento satisface todas las cualidades que debe tener al examen de
sus probadores.
La boquilla
La boquilla es un elemento esencial también en la emisión del sonido. Los materiales
de los que puede estar hecha son el cristal (poco común en la actualidad), el metal, el plástico
y la ebonita. El efecto de los materiales es más psicológico en el intérprete que diferenciable al
oído del quien escucha.
Las partes de una boquilla podemos verlas en las siguientes imágenes:
Las dimensiones y la forma de la boquilla sí tienen un efecto sobre la calidad del
sonido, la afinación, el volumen, la igualdad de registros, la flexibilidad y la facilidad para
ejecutar.
La calidad del sonido nace en la cámara interna en combinación con la caña. Ambas
establecen la relación entre el sonido fundamental y sus distintos armónicos. De las partes de
la boquilla, cuatro son esenciales a la hora de determinar el sonido que se producirá.
1. La abertura. Es la curva que deja el plano de la boquilla hasta el borde de la
punta. Marca además la distancia entre la punta de la caña y la punta de la
boquilla. Cuanto mayor sea la abertura, requeriremos una caña más blanda, lo
que debilita las notas agudas, pero se gana en control de la embocadura. Una
abertura corta necesita cañas más duras, lo que reduce el control de la
embocadura, se obtiene un sonido más fino y los graves tiene tendencia a
romperse.
2. El bafle. Es la tramo interno de la boquilla que se encuentra justo detrás de la
punta y recibe las primeras vibraciones cuando éstas salen de la caña. Un bafle
alto refuerza los armónicos superiores y puede ser la causa de que se
produzcan chirridos. Permite una buena proyección del sonido. Un bafle bajo
produce un sonido oscuro y apagado que carece de proyección y potencia.
Produce resistencia demasiado cerca de la caña y es duro soplar.
3. La punta o borde. Una punta ancha es ideal para ejecuciones suaves pero no
da proyección. Emite un sonido con poca presencia de armónicos altos y tiene
poca flexibilidad. Una punta estrecha es también causa de chirridos y ofrece
tan poca resistencia que es muy difícil de controlar.
4. La cámara. Es la cámara principal de resonancia del sonido en la boquilla. Una
cámara pequeña da más volumen y brillo que una cámara grande. Si sus
paredes laterales son rectas, producirá más armónicos, mientras que si son
curvas, se produce un sonido más suave.
La caña
La función de la caña es la de actuar como una válvula que se abre y se cierra sobre la
boquilla a diferentes velocidades. El promedio de velocidad o frecuencia determina la
afinación del sonido.
El material que se utiliza es la caña, especialmente la que nace en la región de Var, en
la costa mediterránea de Francia, aunque también se fabrican cañas de plástico.
Posibilidades sonoras del saxofón
El saxofón es de por sí, un instrumento bastante desafinado: casi todos los sonidos
deben ser corregidos más o menos con la embocadura del instrumentista y/o con ayuda de
doigtés. Pero lo que se puede ver como una desventaja, puede sostenerse como una ventaja,
ya que el margen de indeterminación que nos proporciona la flexibilidad caracterísitica del
saxofón permite modular la altura de los sonidos y producir efectos sonoros móviles. Si
emitimos un mi en la tonalidad de fa menor, al tener función de sensible, debería sonar más
agudo que si lo tocaramos en do # menor, dende sería la tercera menor. O que obviamente no
es lo mismo un re# que un mi b. La citada flexibilidad del intrumento, con ayuda de un buen
oído, nos permite adecuar la nota al contexto.
Y al margen de los sonidos que naturalmente y con un empleo ortodoxo puede emitir
el saxofón, existen una serie de efectos sonoros, la mayoría demandados y explotados por la
música contemporánea, que pueden producirse con este instrumento. Algunos ejemplos son
los siguientes:
Vibrato: consiste en una ondulación intencionada, ligera y regular del sonido, para
reforzar el valor expresivo de las notas. Esta ondulación se logra mediante la variación
de la presión del labio inferior sobre la caña.
Glissando: dos tipos, el que se produce con ayuda de los labios y la cavidad bucal y el
que se produce además con un movimiento progresivo de las llaves. El efecto es como
que se produce al cambiar de nota con la vara del trombón.
Growl: se hace intentando cantar aproximadamente al unísono o a la octava al mismo
tiempo que se toca para buscar un sonido “rasgado”.
Ejecución con la voz: cantar al mismo tiempo que se toca el saxofón.
Bending: implica en una nota dada bajar la afinación mediante la disminución de la
presión de la mandíbula.
Frulato, fluttertongue o flatterzung: consiste en hacer vibrar la lengua mientras suena
una nota, como si dijésemos trrrrrrrr.
Multifónicos: consiste en la emisión simultánea de varios sonidos a la vez, mediante la
utilización de doigtes especiales y ayudándonos a su vez con la embocadura y la
presión de aire.
Slap: es un efecto percusivo que se consigue pegando la lengua a la caña de forma que
se crea una pequeña cámara de aire de modo que al retirarla produce ese sonido
percusivo.
Sonidos de percusión de llaves: se usa como efecto el sonido de las llaves al cerrarse
sobre el tubo, sin que se emita sonido a través de la boquilla, sino aprovechando la
resonancia del cerrar de llaves que se produce en la columna de aire dentro del
instrumento al cerrar las zapatillas.
Ataques de llave: utilizar la percusión de llaves como ataque del sonido al principio de
frase o después de un silencio, preferentemente antes de un matiz pp hasta un mp.
Bisbigliando o flattement: consiste en la variación del timbre de una nota, mediante el
cierre de otras llaves que permitan esa variación.
Destimbrado: consiste en desplazar la pinza de la embocadura al borde de la boquilla
para impedir parcialmente la vibración de la caña atenuando los armónicos más
agudos.
Sonidos a la inversa: detener un sonido con un brusco crecimiento de la intensidad
seguido inmediatmente de un bloqueo de la caña.
Micro intervalos y cuartos de tono: mediante la utilización de doigtes especiales
también se pueden emitir sonidos entre los semitonos temperados de la escala básica
del instrumento.
Tocar saxofones simultáneos: sólo se pueden utilizar las llaves que acciona
normalmente la mano izquierda en ambos saxofones.
Respiración continua: respirar sin dejar de tocar. La técnica consiste en inspirar el aire
mientras se sigue soplando al instrumento el aire que previamente se ha almacenado
en la boca.
Tongue ram: sonido corto que se produce tocando directamente el tudel (sin la
boquilla), proyectando la lengua con violencia en el orificio del tudel.
Ruidos blancos (sonidos de toro): soplando directamente en el tudel con un soplo
fuerte se obtiene un ruido blanco que se puede modular con las llaves.
Flûtage: soplando ligera y lateralmente dentro del tudel y modulando el sonido con las
llaves.
Sonidos de trompa: tocar por el tudel como si de una boquilla de viento metal se
tratara.
Bibliografía:
CHAUTEMPS, Jean-Louis; KIENTZY, Daniel; LONDEIX, Jean-Marie. El Saxofón. Editorial
Labor S.A., Barcelona 1990. ISBN 84-335-7867-7
TEAL, Larry. El Arte de Tocar el Saxofón. Summy-Birchard Music Inc., Estados Unidos
1997. ISBN 0-87487-996-5