El Renacimiento
Renacimiento es el nombre dado a un
amplio movimiento cultural que se
produjo en Europa Occidental en los
siglos XV y XVI. Sus principales
exponentes se hallan en el campo de las
artes, aunque también se produjo una
renovación en las ciencias, tanto
naturales como humanas. Italia fue el
lugar de nacimiento y desarrollo de este
movimiento.
El Renacimiento fue fruto de la difusión
de las ideas del humanismo, que
determinaron una nueva concepción del
hombre y del mundo.
El renacimiento es una sublevación de
las restricciones y las reglas impuestas
por la religión, el cristianismo. Hay un
giro hacia las culturas clásicas: Grecia y
Roma. Una especie de resurrección de la
antigüedad, con su paganismo,
sensualidad, realismo y color.
Nace el humanismo, que busca que el
individuo disfrute al máximo su
existencia. Se rechaza lo sobrenatural y
se confía en la razón, en la ciencia y la
democracia. El humanismo es una
reacción contra los siglos de dominación
del pensamiento teológico. Ahora el
centro de atención es el hombre mismo.
Lo teológico pasa a ser secundario.
Pero esta revolución social, cultural y de
pensamiento de grandes dimensiones,
no se dio por sí solo. Para que sucediera,
intervinieron varios factores. Por un lado
los nuevos descubrimientos geográficos,
cambiaron físicamente la estructura de la
conformación de las naciones. Los
mapas se modificaron. Los colonialismos
hicieron que se erigieran nuevas
potencias como España o Inglaterra; y
hubo mayor auge económico debido a la
explotación de los recursos naturales y
minerales de las nuevas colonias.
Con la caída del imperio Romano y el
nacimiento de las nuevas naciones, el
lenguaje popular avanza, en detrimento
del latín. Surge un nuevo sentimiento, el
“nacionalismo”; además de que los
avances en ciencia y tecnología, como
por ejemplo en la astronomía, o el
invento de la imprenta, revolucionan la
cosmovisión establecida por la religión.
El Renacimiento hemos de entenderlo
como consecuencia de la crisis del siglo
XIV que significa el fin del feudalismo y el
comienzo del mundo burgués. Le Golf
afirma que esta crisis se debe al límite de
la tecnología medieval como era la
artesanía para responder a las nuevas
necesidades que le plantea la propia
sociedad. Es hacia 1300 o 1350 cuando
surge una crisis social por las epidemias
de peste, las gentes se refugian en los
burgos produciéndose una concentración
de la población. Se estanca y paraliza la
agricultura debido a esta reducción de la
mano de obra por las epidemias y las
propias migraciones, la antigua
estructura social ya no da las respuestas
adecuadas
Ante esta crítica situación, el régimen
feudal, basado en el pacto entre el señor
y el vasallo por el cuál éste le trabaja la
tierra y el señor le defiende, cae y el
señor feudal se ve obligado a comprar la
mano de obra. Surge entonces la
burguesía, concepto que en un principio
se refiere a los habitantes de los burgos,
ciudades, venidos del campo, que pasó a
designar una nueva clase social que,
frente a la aristocracia, busca la fuente
de riqueza en el trabajo, bajo la
afirmación de que el hombre vale lo que
produce. Con los finales de la crisis, la
población demuestra una actitud de
búsqueda y desarrollo de los deseos de
vivir.
En este clima surgen una serie de
fenómenos como fueron los de
movilización social donde el hombre
comienza a pensar que la condición
social es un producto que hay que ganar
y se produce por otra parte un fenómeno
vertical social en el que la nobleza pierde
paulatinamente valor, ganándolo la
burguesía. Marx afirmó que es en esta
época cuando surge el capitalismo. Las
naciones modernas surgen con la
burguesía y son un fenómeno burgués.
El poder de los reyes va creciendo en las
ciudades, estando las monarquías
amparadas por el capital burgués. La
transformación del poder y el régimen
feudal monárquico trae como
consecuencia la unificación de las leyes,
que hasta entonces eran múltiples.
La Reforma
Parte de las dificultades durante el
siglo XIX y XX para convertir a
nuestras sociedades en sociedades
verdaderamente se debe a que
nuestra tradición no ofrecía
Se conoce con el nombre de Reforma
Protestante al movimiento religioso
de tendencia renovadora que se
produjo en Europa en el siglo XVI y
que originó, a su vez, la ruptura de la
unidad cristiana y la consiguiente
formación de otras Iglesias,
independientes de la autoridad papal:
las Iglesias Protestantes. Muchas de
estas iglesias surgidas de ese
movimiento se denominaron “Iglesias
reformadas” con el propósito de
evocar una disposición a la
conversión y renovación
El surgimiento de la Reforma
Protestante es considerado como uno
de los más importantes
acontecimientos de la Historia, pues
sus consecuencias, hoy en día,
permanecen vivas en el nivel
religioso, político, económico y
cultural en el mundo. Para entender
este fenómeno, debemos situarnos
en el contexto de la época, es
necesario evidenciar y determinar las
causas de las Reforma Protestante.
Muchos autores están de acuerdo en
sostener que el estado de corrupción
e ignorancia del clero católico, fue la
causa fundamental de la Reforma. La
verdad es que, a comienzos del siglo
XVI, la iglesia hacia frente a un difícil
situación originada, precisamente,
como consecuencia de la conducta
extraviada de una parte de los
eclesiásticos quienes, olvidando su
condición de tales, procedían al
margen de las enseñanzas religiosas.
La Corrupción en las costumbres,
ignorancia y demasiada sed de
riquezas; carencia de vocación
eclesiástica, olvido de las sagrados
deberes religiosos y relajación de la
disciplina, eran las manifestaciones
de este estado de crisis. Altos
dignatarios y doctores de la Iglesia,
en defensa de esta institución
cristiana, clamaban por la
moralización de ese Clero,
predicaban el retorno a la pureza de
las costumbres, anhelaban también
una Reforma. Por otra parte, habían
contribuido también a mermar la
autoridad y prestigio de la Iglesia las
ambiciones al solio pontificio, al cargo
de Papa, que dieron como resultado
el Gran Cisma o Cisma de Occidente.
Debido a la Reforma, las monarquías
europeas se fortalecieron frente a la
Iglesia Católica. En el nombre de la
Reforma en Inglaterra, Enrique VIII
privó al Papa de todo poder sobre la
Iglesia Inglesa. Los príncipes
alemanes estuvieron felices de estar
libre del control del Papa, debido a la
fundación de iglesias nacionales que
financiaron con la confiscación de
bienes de la iglesia católica. Al
espíritu del nacionalismo se le dio un
nuevo impulso por la Reforma.
Nuevas ideas surgieron en otros
campos como el económico en el que
hubo cambios estructurales. La gente
se sintió libre de las ideas medievales
y la tiranía de la Iglesia Católica. Por
lo tanto, podrían ejercer determinadas
actividades económicas como el
préstamo de dinero, que fue criticado
en el pasado por el papado. Al
aniquilar el poder económico de la
Iglesia medieval Católica, la Reforma
allanó el camino para el surgimiento
del capitalismo. A pesar que la
Reforma fue de naturaleza religiosa,
tuvo efectos de largo alcance en
todos los campos de la vida humana.
Por lo tanto, ayudó en la formación
del mundo moderno, junto con otros
movimientos como el
propio Renacimiento
El Absolutismo
El absolutismo es una forma
de gobierno en la cual el poder reside
en una única persona, a la cual
deben obedecer todas las demás.
Abarcó los siglos XVI, XVII, y XVIII,
cuando la influencia política de
la nobleza declinó, aunque
manteniendo el régimen feudal que
mantenía su preponderancia en la
sociedad de la época. La teoría del
derecho divino del poder real o
del absolutismo teológico nació en
Francia en el último cuarto del siglo
XVI y en el ambiente de las guerras
de religión. Los cuatro caracteres
esenciales de la autoridad real es la
de ser sagrada, paternal, absoluta,
racional, tienden a regirse los
principales estados europeos en la
Edad Moderna y en el que la máxima
autoridad le ejerce en forma arbitraria
el Rey. Sus principales características
son:
El poder esta concentrado en el Rey,
quien lo recibió y transmite por vía
hereditaria, sus colabores inmediatos
y sus familiares forman partes de la
corte. Dentro de esta, o entre quienes
el considere mas capacitados en el
reino, escoge sus ministros, a los que
nombra y remueve a su antojo, estos
le ayudan a controlar el
comportamiento de los ciudadanos, el
desarrollo económico del país,
administrar el tesoro publico, a dirigir
los ejércitos, a mantener las
relaciones internacionales entre otros.
No hay un ordenamiento de leyes
escritas, se impone la ley
consuetudinaria y los
dictados arbitrarios del monarca. El
es el único legislador, el es la ley.
Existen organismos colegiados que
solo son llamados, siempre al antojo
del rey, para consulta, no para tomar
dediciones libremente. Tales como
las cortes españolas, los estados
generales franceses y el parlamento
ingles, que representa a las
comunidades municipales (en
España), a la nobleza, el clero y el
estado llano (en Francia) y a los
nobles y al pueblo (en Inglaterra).
Hay tribunales centrales y
provinciales (como los parlamentos
de Francia, muy diferentes al
parlamento ingles), pero sus dictados
siempre están sometidos a la ultima
palabra del Rey.
Existen comunidades municipales
(los ayuntamientos españoles, las
comunas francesas), pero estas
están siempre supeditadas al poder
real.
Los ciudadanos, sometidos a una
profunda división de clases, carecen
de derechos. En consecuencia, no se
les consideran iguales ante la ley y el
rey puede dictar medidas de perjuicio
suyo sin derecho a defensa ni a pedir
explicación (encarcelamiento, nuevos
impuestos, prohibición de manifestar
públicamente sus ideas, llamadas a
las armas entre otros).
Causas Políticas E Ideológicas De
La Revolución Francesa
Estructura legal aristócrata.
Nobleza monopoliza los grados
superiores del ejército y lo judicial.
Las clases populares urbanas
promovieron la revolución radical a
causa del hambre.
Los trabajadores del campo eran
propietarios de tierras y estaban
obligados a pagar diezmos y los
derechos señoriales.
Lo que despertaba el descontento del
pueblo francés.
El pueblo se oponía al sistema de
propiedad.
Los propietarios de tierras querían
vivir de la desmotivación y
explotación intensiva y los jornaleros
preferían estar bajo el sistema
precapitalista.
Al desaparecer el feudalismo los
terratenientes y los partidarios del
orden igualaron su postura y
excluyeron al proletariado rural.
La rebelión nobiliaria es otra causa
importante.
La nobleza quería mantener el poder
político y las riquezas.
El sistema político francés en crisis
tenía una autoridad despótica del
monarca y diversos organismos
administrativos.
Aparece la autoridad parlamentaria
limitando el derecho del rey, lo que da
lugar a la soberanía popular.
La burguesía se basó en el
pensamiento ilustrado para exaltar
sus principios de orden, libertad e
igualdad.
Liberalismo
El liberalismo surge como la síntesis de varios elementos: el inmovilismo de la economía medieval, el antropocentrismo renacentista, el racionalismo y el utilitarismo, el protestantismo, que van conjugándose y adaptándose recíprocamente durante varios siglos. Pero los factores que actúan como catalizadores de realidades e ideologías heterogéneas y divergentes serán la concepción antropológica individualista y la de una libertad absoluta y omnímoda. Caracteres principales del liberalismo a. Individualismo. Opone a la
concepción comunitaria cristiana medieval el culto de la personalidad. El individuo aparece en el nominalismo y en la Reforma protestante con su famoso "libre examen “que luego será la "libertad de conciencia".
b. Autonomismo moral. Se relativiza la ética y se subjetiviza el juicio moral. En el fondo el liberalismo esconde un gran escepticismo respecto de la verdad. El valor absoluto deja de ser el Ser (la Verdad) para pasar a la Libertad.
c. La bondad natural del hombre. Antropológicamente, el liberalismo postulará con Rousseau la teoría del "buen salvaje" y extrapolará el mal de la sociedad.
d. El racionalismo laicista. La verdadera fuente de luz y progreso será la razón y no la fe.
e. El utopismo o la creencia en el nuevo paraíso terrenal. La idea de un estadio feliz se traslada del comienzo de la humanidad al futuro. Pero esto exige un nuevo mesianismo. Y ese mesianismo tienen un motor: La Libertad. Cuando el hombre sea libre e instruido podrá construir "el paraíso de aquende". Es el "despotismo ilustrado" del liberalismo. Así se expresa su utopismo agresivo, típico de las ideologías modernas.
f. El contractualismo social. Lo social no es una realidad natural en el hombre. Se origina en un contrato.
g. El democratismo. Si los hombres son iguales y naturalmente buenos, si al origen de la sociedad hay simplemente un contrato, es obvio que nadie puede arrogarse el poder político. Pero la sociedad no -hoy por hoy- no puede existir son gobierno, y por lo tanto sin poder o soberanía política.
El liberalismo normalmente incluye
dos aspectos interrelacionados: el
social y el económico. El liberalismo
social es la aplicación de los
principios liberales en la vida política
de los individuos, como por ejemplo
la no intromisión del Estado o de los
colectivos en la conducta privada de
los ciudadanos y en sus relaciones
sociales, existiendo plena libertad de
expresión y religiosa, así como los
diferentes tipos de relaciones sociales
consentidas, morales, etc.
Esta negativa permitiría (siempre y
cuando sea sometida a aprobación
por elección popular usando figuras
como referendos o consultas
públicas, ya que dentro del
liberalismo siempre prevalece
el Estado de derecho y éste en un
Estado democrático se lleva a su
máxima expresión con la figura
del sufragio) la libertad de paso, la no
regulación del matrimonio por parte
del Estado (es decir, éste se reduciría
a un contrato privado como otro
cualquiera, pudiendo ser, por tanto,
contratado por cualquier tipo de
pareja), la liberalización de la
enseñanza, etc. Por supuesto, en el
liberalismo hay multitud de corrientes
que defienden con mayor o menor
intensidad diferentes propuestas.
La Ilustración
La Ilustración fue una época
histórica y un movimiento cultural e
intelectual europeo –especialmente
en Francia e Inglaterra–que se
desarrolló desde fines del siglo
XVII hasta el inicio de la Revolución
francesa, aunque en algunos países
se prolongó durante los primeros
años del siglo XIX. Fue denominado
así por su declarada finalidad de
disipar las tinieblas de la humanidad
mediante las luces de la razón. El
siglo XVIII es conocido, por este
motivo, como el Siglo de las Luces.
Los pensadores de la Ilustración
sostenían que la razón humana podía
combatir la ignorancia, la superstición
y la tiranía, y construir un mundo
mejor. La Ilustración tuvo una gran
influencia en aspectos económicos,
políticos y sociales de la época. La
expresión estética de este
movimiento intelectual se
denominará Neoclasicismo.
Desde Gran Bretaña, donde algunos
de los rasgos esenciales del
movimiento se dieron antes que en
otro lugar, la Ilustración se asentó en
Francia, donde la anglofilia fue
difundida por Voltaire, y produjo aquí
su cuerpo ideológico, el
enciclopedismo, y sus más
representativas personalidades
(Montesquieu, Diderot, Rousseau, Bu
ffon, etc.); también dio sus frutos, en
ocasiones más o menos
autónomamente, pero en la mayoría
de casos dependientes de Gran
Bretaña y, sobre todo, de Francia, en
otras zonas europeas (Países Bajos,
la península italiana y la ibérica,
el conglomerado
germánico, Polonia, Rusia, Suecia,
etc.) o en sus colonias americanas;
frutos condicionados por el grado de
desarrollo ideológico y sociopolítico
adquirido en el momento de
lanzamiento de la nueva ideología y
por el proceso interno seguido a lo
largo de su desenvolvimiento.
Según muchos historiadores, los
límites de la Ilustración han
alcanzado la mayor parte del siglo
XVII, aunque otros prefieren llamar a
esta época la Era de la Razón.
Ambos períodos se encuentran en
cualquier caso, unidos y
emparentados, e incluso es
igualmente aceptable hablar de
ambos períodos como de uno solo.
A lo largo del siglo XVI y siglo XVII,
Europa se encontraba envuelta
en guerras de religión. Cuando la
situación política se estabilizó tras
laPaz de Westfalia (acuerdo entre
católicos y protestantes, 1648) y el
final de la guerra civil en Inglaterra,
existía un ambiente de agitación que
tendía a centrar las nociones de fe
y misticismo en las revelaciones
"divinas", captadas de forma
individual como la fuente principal de
conocimiento y sabiduría
(Iluminismo). En lugar de esto, la Era
de la Razón trató entonces de
establecer una filosofía basada en el
axioma y el absolutismo como bases
para el conocimiento y la estabilidad.
Este objetivo de la Era de la Razón,
que estaba construido sobre axiomas,
alcanzó su madurez con
la Ética de Baruch Spinoza, que
exponía una visión panteísta del
universo donde Dios y
la Naturaleza eran uno. Esta idea se
convirtió en el fundamento para la
Ilustración, desde Isaac
Newton hasta Thomas Jefferson.
La Ilustración estaba influida en
muchos sentidos por las ideas
de Blaise Pascal, Gottfried
Leibniz, Galileo Galilei y otros
filósofos del período anterior. El
pensamiento europeo atravesaba por
una ola de cambios, ejemplificados
por la filosofía natural de Sir Isaac
Newton, un matemático y físico
brillante. Las ideas de Newton, que
combinaban su habilidad de fusionar
las pruebas axiomáticas con las
observaciones físicas en sistemas
coherentes de predicciones
verificables, proporcionaron el sentido
de la mayor parte de lo que
sobrevendría en el siglo posterior tras
la publicación de sus Philosophiae
Naturalis Principia Mathematica. Pero
Newton no estaba solo en su
revolución sistemática pensadora,
sino que era simplemente el más
famoso y visible de sus ejemplos. Las
ideas de leyes uniformes para los
fenómenos naturales se reflejaron en
una mayor sistematización de una
variedad de estudios.
Si el período anterior fue la era del
razonamiento sobre los principios
básicos, la Ilustración se dedicó a
buscar la mente de Dios mediante el
estudio de la creación y por la
deducción de las verdades básicas
del mundo. Esta visión de algún
modo puede haber llegado hasta
nuestros días, en los que la creencia
de los individuos en las verdades es
más provisional, pero en aquel
momento, la verdad era una noción
poderosa, que contenía las nociones
Nacionalismo
y Socialismo.
Nacionalismo y socialismo son dos opciones doctrinarias e ideológicas con marcadas diferencias y coincidencias. En el Perú de estos últimos años las condiciones han puesto en las agendas de ambos: objetivos, metas y tareas comunes. Esa es la razón del apoyo que le brindan las fuerzas socialistas al gobierno de Ollanta Humala, y, que no compromete en absoluto, la independencia política ni la identidad de quienes se han reafirmado, cuando el viento neoliberal arreciaba, en su “filiación y su fe”.
El nacionalismo como movimiento y teoría social surgió a finales del siglo XVIII, aspiraba a crear una comunidad independiente, con un Estado autónomo. Cualquier análisis serio que se haga del nacionalismo tendrá que diferenciar entre aquél que se dio en los países avanzados y aquel que emergió en sociedades dominadas por imperios antiguos o modernos y que convirtieron a los pueblos en colonias, semi - colonias o neocolonias.
El nacionalismo de los criollos que emprendieron la lucha por la independencia fue la expresión de una voluntad autonomista, que aspiraba emancipar el país. Ya sabemos que la fuerza de los
imperios terminó con esos sueños. Las burguesías nativas nunca estuvieron interesadas en construir una nación. Es más, a su condición de socia menor de los intereses económicos de los imperios (inglés primero y norteamericano después), unió su “superioridad” de etnia y de cultura, con el que ahondó las diferencias y hizo de la “nación” una ficción.
El nacionalismo de los sectores populares del Perú de estos tiempos se propone, de manera legítima, a la realización de una nación desarrollada y a terminar con las enormes desigualdades existentes. Para ella han creado movimientos políticos. El caso más caracterizado en estos últimos tiempos es el del Partido Nacionalista de Humala y de su bloque electoral Gana Perú, con el que llegó al gobierno.
El socialismo aparece en el siglo XIX. Se caracteriza porque tiene una teoría basa en la fusión del socialismo francés, la economía política inglesa y la filosofía clásica alemana, y un método científico para estudiar e investigar la realidad. Sobre esa base, en cada país opera de manera particular, por eso Mariátegui, conforme avanzó en el estudio de la sociedad de su tiempo fue descubriendo que el Perú era
“una nación en formación” y que había que “peruanizar el Perú”. Un socialista como Mariátegui no ignoró el problema nacional.
Los socialistas son los que con mayor
rigor, aplicando el método dialéctico
materialista, han estudiado las
sociedades y analizado las
particularidades de las sociedades
desarrolladas y atrasadas. El
socialismo tiene la ventaja de contar
con herramientas teóricas y prácticas,
para estudiar e investigar el estado
de las sociedades como también los
medios prácticos para actuar en ellas.
Los primeros y los segundos se
fusionan en la base doctrinaria, en el
Programa, en la Estrategia y, por
cierto, en la organización, distinta
según sus objetivos y sus metas. Se
entiende mejor entonces el tema de
las coincidencias y las diferencias
entre nacionalistas y socialistas. No
hay un abismo que los aísla de
manera absoluta pero no son lo
mismo. La neurosis de la derecha
cuando confunde deliberadamente a
uno y otro, no refleja sino su
ignorancia, o su mala fe, o las dos
cosas juntas. Nacionalistas y
socialistas peruanos luchan por el
cambio y con ello no hacen más que
sintonizar con las aspiraciones de
millones de peruanos, que aspiran a
una sociedad desarrollada y justa.
El imperialismo
El término imperialismo hace referencia a la actitud, doctrina o acción que conduce al dominio de un estado sobre otro u otro mediante el empleo de la fuerza militar, económica o política.
Durante el último tercio del siglo XIX las potencias europeas y algunas extra europeas (USA y más tarde Japón) desarrollaron una política de expansión colonial acelerada que ya venía gestándose desde comienzos de siglo. Esta nueva fase del colonialismo, que recibe la denominación de imperialismo, tendía a la formación de grandes imperios y constituyó una constante fuente de conflictos que desembocaron en la 1ª Guerra Mundial.
Imperialismo, como se define en
el Diccionario de Geografía Humana,
es una relación humana y territorial
desigual, por lo general en forma de
un imperio, basado en ideas de
superioridad y las prácticas de
dominación, y que implica la
extensión de la autoridad y el control
de un Estado o pueblo sobre otro o
tambien puede ser una doctrina
política que justifica la dominación de
un pueblo o Estado sobre otros;
habitualmente mediante distintos
tipos de colonización(de poblamiento,
de explotación económica, de
presencia militar estratégica) o por la
subordinación cultural (aculturación).
" El sociólogo estadounidense Lewis
Samuel Feuer identifico dos subtipos
principales del imperialismo: el
primero es el" imperialismo regresivo
"identificado con la pura conquista, la
explotación inequívoca, el exterminio
o reducciones de los pueblos no
deseados, y el asentamiento de los
pueblos deseados en esos territorios .
el segundo tipo identificado por Feuer
es "imperialismo progresista" que se
basa en una visión cosmopolita de la
humanidad, que promueve la
expansión de la civilización a las
sociedades supuestamente atrasadas
para elevar los estándares de vida y
la cultura en los territorios
conquistados, y la asignación de la
gente conquistada a asimilarse a la
sociedad imperial. Aunque los
términos "imperialismo" y
"colonialismo" están muy
relacionados, no son sinónimos.
Los Imperios han existido a lo largo
de toda la historia, desde su mismo
comienzo en la Edad Antigua, pero el
uso del término "imperialismo" suele
limitarse a la calificación de
la expansión europea que se inicia
con la era de los
descubrimientos (siglo XV) y se
prolonga durante toda la Edad
Moderna y Edad
Contemporánea hasta el proceso
dedescolonización tras la Segunda
Guerra Mundial.
Más específicamente, la
expresión Era del Imperialismo,
utilizada por la historiografía,
denomina al periodo que va de 1871
a 1919, en que se produjo una
verdadera carrera para
construir imperios coloniales,
principalmente con el llamado reparto
de África. A ese periodo se refieren
dos de los textos más importantes
que fijaron el concepto: Imperialism, a
study, de Hobson, y El imperialismo,
fase superior del capitalismo,
de Lenin.
La perspectiva marxista entiende el
imperialismo no esencialmente como
una forma de dominación política,
sino como un mecanismo de división
internacional del capital y el trabajo,
por el que la propiedad del capital, la
gestión, el trabajo de mayor
cualificación y la mayor parte del
consumo se concentran en los países
"centrales"; mientras que en los
países "periféricos", que aportan el
trabajo de menor cualificación y los
recursos naturales, sufren un
intercambio desigual que conduce a
la explotación y el empobrecimiento.
En politología también se emplea la
nomenclatura "norte-sur" para esta
forma de relación.