Rosalba Sarafian – CEAMSE:
Buenas tardes.
Yo soy Rosalba Sarafian. Pertenezco a la División Residuos Sólidos de AIDIS que es la
Asociación de Ingeniería Sanitaria, al capítulo Argentina.
Estamos aquí porque estuvimos en un congreso interamericano y nos acompañan también de
Brasil y de Chile.
Lo que quería comentar es el caso CEAMSE, donde trabajo, que es la Coordinación Ecológica
Área Metropolitana Sociedad del Estado, en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Les vamos a contar qué es lo que hemos hecho con los residuos sólidos urbanos, el reciclaje y
la separación, que tanto nos preocupa a todos en las grandes ciudades, en las pequeñas y en
los municipios también.
Para ubicarnos, el Área Metropolitana está compuesta por la Ciudad de Buenos Aires que tiene
2.700.000 mil habitantes, 32 municipios del área que son los que conforman el área que
CEAMSE tiene en cuanto a su tratamiento y disposición final de residuos sólidos urbanos.
En este momento contamos con tres rellenos sanitarios en operación, que son los que están en
amarillo, en Camino del Buen Ayre, llamado Norte III; González Catán más hacia abajo y a la
derecha Ensenada.
Estos son distintos en cuanto a su volumen de disposición.
El más grande es el de la zona norte.
Todos los días tenemos que tratar y después disponer de 15 millones de kilos de basura diaria.
Eso significa un promedio de un kilo por habitante por día, lo que implica darle tratamiento a
esa cantidad.
Como ustedes saben, en la Ciudad de Buenos Aires tenemos muchísimo cartoneo, cirujeo,
recuperadores urbanos, como quieran llamarle, porque en cada país tienen un nombre distinto,
pero el problema es común a toda la región de América. No somos los únicos.
Tuve la suerte de estar en un curso en México y cada uno de los participantes tenía el mismo
problema y peores problemas, porque todavía no han solucionado la disposición final, en la
mayoría de los países hay basurales a cielo abierto.
En Argentina tenemos un 50% en disposición en rellenos sanitarios en todo el país y otro 50%
de residuos que van a basurales a cielo abierto, especialmente en los municipios del interior del
país que todavía no tienen un sistema de gestión de sus residuos.
Para hacer un resumen de lo que voy a hablar lo dividí en cuatro áreas.
El área legal-institucional, el área social y comunitaria, el área técnica-operativa y el área
económica-financiera. Cada una de ellas podría tener distintas subdivisiones, pero para hacer
un resumen vamos a tratar de ver cada una de ellas y mostrar cómo aplicamos en CEAMSE las
plantas de separación.
Cristina mencionó muchas veces a CEAMSE y es porque dentro de nuestra empresa, hace
aproximadamente tres años, tenemos un Programa de Responsabilidad Social Empresaria, que
tiene como objetivo apuntar a la valorización, a la separación, a la construcción de plantas y
ayudar a aquellas organizaciones no gubernamentales, cooperativas o asociaciones vecinales
que traten de separar, reducir y minimizar los residuos, porque lo que queremos es tratar de
disponer la menor cantidad de residuos posibles, porque también la disposición para nosotros
tiene un costo. Lo que tratamos de ver no es solamente el costo económico, sino el costo
ambiental de no enterrar esos 15 millones de kilos de basura.
Muchas veces nos quejamos de que no tenemos leyes. La ley no nos obliga a separar, pero
nosotros en Argentina tenemos una pirámide jurídico-ambiental que no voy a describir, pero
tenemos muchísimas leyes.
Tenemos una Ley Nacional de Residuos Sólidos que es la ley de gestión de residuos
domiciliarios, la 25.916 del año 2004. Y en esa ley tenemos muchas cosas que están escritas,
pero que no estamos cumpliendo. Están en el espíritu de la ley. Si ustedes la leen verán que
esto es extractado de la ley: fomentar medidas que contemplen la integración de los circuitos
informales de recolección de residuos, promover programas de educación ambiental, promover
asesoramiento para la organización de programas de valorización y de sistemas de recolección
y promover la participación de la población en programas de reducción y reciclaje.
Esto fue aprobado en el año 2004 y no muchos países de Latinoamérica tienen ley nacional de
residuos domiciliarios. Esto lo destaco porque parece común, pero no lo es. Hicimos una
encuesta y solo cinco o seis países tienen una ley nacional de residuos.
Estos son algunos artículos de la ley que no vamos a describir, pero que vamos a dejar en esta
presentación.
Es importante la ley 1.854.
La Ciudad de Buenos Aires, el 4 de enero de 2006, influenciada por Greenpeace sacó una ley
llamada Basura Cero, mal llamada para nosotros porque basura cero es utópico, no existe.
Nos mostraron casos de Australia y de otros países en donde siempre, por más que nosotros
incineremos el 100% de la basura, vamos a tener la ceniza de la incineración que habrá que
disponer en algún relleno de seguridad o sanitario especial. Por lo tanto basura cero es una
utopía.
Nosotros lo llamamos un paradigma, que es bueno que exista, porque en la mente y la
percepción nuestra nos va a crear el hecho de disminuir esa cantidad de basura.
De hecho la ley lo norma como “principio de reducción progresiva de la disposición final de
residuos”, o sea, tiene metas concretas...(fin de casete)...
Un 30% para el 2010 en la Ciudad de Buenos Aires, un 50% para el 2012 y un 75% para el
2017.
Si nosotros tomamos el ejemplo de Estados Unidos, que no lo puse para no sumar más, vemos
que en 40 años de gestión, desde 1960 al 2000, este país logró reducir un 30% de sus
residuos. Le llevó 40 años con planes, incentivos y programas, reducir el 30% de los residuos.
Hoy incinera un 15% de los residuos domiciliarios, recicla un 30% y el resto va a disposición
final por el método de relleno sanitario.
Eso indica que nuestras metas van a ser muy difíciles de cumplir. Fija como año de base el
2004, eso significaría que nosotros en este año en la Ciudad generamos 4.000 toneladas de
residuos, aproximadamente, el 30% de 4.000 son 1.200.
¿Cómo vamos a hacer para reducir 1.200 toneladas de residuos?
Es complicado. Vamos a necesitar muchos “ceibos” y muchos “planes San Isidoro” para lograr
reducir en nuestra Área Metropolitana.
También la ley de la provincia que tiene media sanción en el Senado y todavía no se aprobó,
tiene prácticamente un 30% para el 2010 en consonancia con la ley de la Ciudad.
Hoy tenemos que reglamentar esta ley y nos cuesta muchísimo qué escribir para poder decir
que vamos a cumplir con el 30%. Estamos sentados en la mesa nosotros como la Asociación
de Ingeniería Sanitaria y distintas agrupaciones, y cuando nos llegó la hora de plantear que
tenemos que reducir 1.200 toneladas, realmente, por más que usáramos compostaje,
separación manual, separación mecánica, era muy difícil.
Nuestros pliegos de recolección tienen requisitos que hace dos años están puestos, pero
todavía no se crearon los puntos verdes, no se reciclan los edificios de más de diecisiete pisos
como estaba escrito. Es un proceso muy lento, no digo que no lo vayamos a hacer, pero sí es
un proceso lento que requiere la articulación de distintos sectores y distintos intereses, porque
el objetivo de la empresa de recolección, es recolectar; nuestro objetivo es dar un buen servicio
ya que nos compete la disposición de los residuos sólidos urbanos, no dejarlos en la calle o en
la vereda. Cada uno tiene distintos roles en este proyecto y va a ser complicado llegar al 30%.
Todavía no nos hemos puesto de acuerdo y la ley no está reglamentada, simplemente está
aprobada.
El marco legal nacional habla de recolección entre urbanos húmedos y secos. Para no decir
reciclable y no reciclable y no confundir, una fácil denominación es húmedos y secos. Todo lo
que es seco: papel, vidrio, metal, plástico, a una bolsa. Todo lo que es húmedo o que está
mojado, como la yerba, pasan a húmedos u orgánicos, como quieran llamarle.
Dentro de nuestra empresa, CEAMSE, hemos tomado el nuevo paradigma de gestión integral.
Antes, en el 80, recolectábamos y enterrábamos. Ahora tenemos que tratar de impulsar la
separación en origen con algunos conceptos básicos que son muy conocidos como la
prevención, la responsabilidad del generador, la organización y capacitación, con políticas de
Estado bien definidas.
En cuanto a la minimización hay una frase típica que dice que los mejores residuos son los que
no se producen. Obviamente eso es así, como suena.
Los residuos industriales y comerciales tendrían que evitarse, siempre que sea posible.
Tenemos industrias que queremos que trabajen, que den puestos de trabajo y eso también
genera residuos.
Los residuos deben separarse, preferentemente, antes de llegar a la transferencia o
disposición. Ahora vamos a ver por qué.
Vamos a ver unos porcentajes que tenemos en nuestra planta, que son muy bajos porque no
tenemos, hoy por hoy, un sistema definido de recolección diferenciada. Nuestra recolección es
común, no tenemos todavía separación de húmedos y secos, entonces lo que llega a las
plantas de separación es un material sucio, que muchas veces no es recuperable.
Algunos principios de responsabilidad del productor y precaución.
Esta es una matriz sobre oportunidades, amenazas, fortalezas y debilidades. Una matriz
llamada FODA.
Hablamos de tres R y ya saben que es recuperación, reuso y reciclado.
Algunos toman últimamente como tres R un concepto de gestión integral del residuo, o sea,
cuando hablan de tres R, hablan del residuo desde la cuna a la tumba.
¿Cuáles son las oportunidades que tenemos? (y estas valen también para Montevideo y los
demás países de América). Donde nosotros hablamos de reciclado tenemos buen marketing.
Ahora está de moda hablar de reciclado.
Si yo hablo de instalar un relleno sanitario, seguro que todos van a salir corriendo porque nadie
va a estar de acuerdo, pero si hablo de reciclado tengo buen marketing y es una oportunidad.
Podemos comenzar con proyectos realizables, medibles y cuantificables.
En este momento en Argentina salimos de una crisis y estamos con pequeñas y medianas
empresas que tienen ganas de hacer proyectos de este tipo.
Por ejemplo, se nos presentó el caso de ladrillitos o aglomerado a partir de residuos. Hay que
tratar de buscar qué salida puede tener el residuo como materia prima para la producción de un
nuevo elemento.
En cuanto a las amenazas que encontramos está que la sociedad rechaza la apertura de
nuevos rellenos sanitarios. Nosotros quisimos abrir hasta una estación de transferencia, que es
algo limpio y sencillo, y tuvimos problema porque dijeron: no, va a ser un relleno sanitario, va a
ser suciedad.
Nosotros tenemos tres estaciones de transferencia en la Ciudad de Buenos Aires y no
podemos abrir una en el Área Metropolitana por el rechazo que provoca en la sociedad cuando
hablamos de basura.
La falta de una recolección en origen y diferenciada es una amenaza que tenemos, es un
problema y también la falta de crédito y subsidios a las empresas que utilizan el material
reciclado en sus procesos.
Ustedes saben que en Europa y en algunos países de Estados Unidos aquellas empresas que
utilizan como materia prima material reciclado tienen ciertos subsidios y disminuciones, que
hacen que se obtengan algunas ganancias al usar ese tipo de material y que se esté motivado
para hacerlo.
En cuanto a las fortalezas tenemos el objetivo del 30% que mencioné, que si bien es una meta
muy alta, es un mecanismo para que comencemos a reciclar y la ley de la provincia que ya
tiene media sanción también va en ese sentido.
¿Qué hicimos cuando se nos planteó el problema de responsabilidad social empresaria?
Empezar a ver qué hacer con toda esa gente que ante la crisis económica comenzó a entrar a
nuestros rellenos sanitarios o comenzó a circular por las calles de la Ciudad y la provincia, para
poder recuperar residuos, darles un valor y que sean su medio de vida.
Creo que todos estamos de acuerdo en que si hubiera muchos puestos de trabajo en nuestros
países, ninguno de ellos estaría reciclando residuos.
De hecho hace diez años no se veían en las calles de Buenos Aires, no se reciclaba. Esto fue
producto de la crisis económica y también fue por un cambio en el precio del papel.
Nosotros importábamos papel de Brasil antes del 2001 y esa importación paró por el cambio
del dólar que pasó a una relación 3 a 1.
Ahora no tenemos las latitas de aluminio, por ejemplo, también por el cambio en el salto en el
precio del aluminio y se utiliza PET o vidrio en reemplazo de las latitas. El mercado es
fluctuante y tenemos que tener en cuenta, para armar un programa de reciclado, cuál va a ser
el mercado, no sólo hoy, sino de acá a cinco años. Muchas veces se tiende a preparar una
gran planta de PET o de recuperación de vidrio y, tal vez, dentro de cinco años el vidrio no sea
un material muy utilizable en nuestros países.
Lo que se hizo en CEAMSE, que reitero es una empresa de la sociedad del Estado, fue crear
plantas de separación de dos tipos: privadas y sociales.
Las sociales son aquellas que se formaron con la gente que nos daba los rellenos o que
circulaba por las zonas del Conurbano y se formaron cooperativas de trabajo o asociaciones
vecinales.
Lo que hizo CEAMSE fue tratar de darles todo lo que necesitaban para poder formar estas
cooperativas, apoyarlos en las inscripciones, vestimenta... Después se construyeron los
galpones que vamos a ver y lo que hizo la provincia de Buenos Aires fue subsidiar alguna
maquinaria y cintas transportadoras. Se trató de lograr un tipo de planta que llamamos social
porque están lideradas por este tipo de organizaciones y donde todo lo que se pueda recuperar
y vender queda para estas asociaciones. Ellos mismos las manejan. Nosotros cumplimos el rol
de liderar y ayudarlos a organizarse en lo que es el costo operativo del sistema: luz, reemplazo
de elementos que se pueden romper, motores, etcétera.
Las plantas sociales ¿qué significan?
Nosotros tenemos un gran predio en la zona norte, llamamos a un concurso de iniciativas
privadas y le damos a un privado un terreno que le cedemos gratuitamente, y le cedemos la
basura en “x” cantidad, por ejemplo, 300 toneladas / día de basura sin diferenciar, para que en
estas plantas de iniciativa privada la puedan seleccionar.
Son dos tipos de plantas: sociales y privadas.
En estas privadas todo corre a riesgo del privado, el gasto, la construcción, el equipamiento y
todo lo que gana también es para él. No tuvieron un gran efecto, sólo tenemos tres plantas
privadas trabajando en este momento.
Sí lo tuvieron las sociales, porque tienen otro fin.
Una de las condiciones que se le pone a las plantas privadas es que tomen mano de obra local,
de la zona, que es la que ingresaba al relleno sanitario.
Esta es la zona de Camino del Buen Ayre y lo que se ve en amarillo son todos los rellenos
sanitarios que hubo, porque en un principio se llamó cinturón ecológico del Área Metropolitana.
A lo largo del Camino del Buen Ayre hay varios rellenos sanitarios, comenzando por Bancalari,
Norte I, Norte II, Norte III y hoy estamos disponemos la zona Norte III B que es lo que se
llamaba, antiguamente, Campo de Mayo, que son tierras federales. Hoy estamos disponiendo
en ese relleno 11.000 toneladas diarias de basura. Es uno de los más grandes de
Latinoamérica. Allí llevamos los residuos de la Ciudad de Buenos Aires y de la zona norte del
Conurbano Bonaerense.
En esta zona es donde se construyó el Resiparque, escrito con “s” por residuo. En este
momento hay cuatro plantas sociales abajo, tres arriba y tres más en construcción.
Tenemos las plantas Tecsan, Clasificar y Proeconor, que son privadas.
Tenemos Esperanza del Libertador, Las Piletas, Un Nuevo Amanecer y 8 de Mayo que se está
construyendo, y se están por construir tres plantas más de origen social también en esta zona.
La de Tecsan, que es a la izquierda, está dentro del relleno y es dirigida por un operador
privado de nuestro relleno sanitario.
Esta es la parte técnica operativa y cómo se monta una planta.
Lo que ven es el galpón. Aquí están montando la cinta transportadora...
La planta tiene una tolva de ingreso donde se descargan los residuos. Tiene una cinta de
elevación donde es muy importante el ángulo con que se la construya; un equipo desgarrador
que puede no estar y se puede suplir por dos operarios que rompan las bolsas; una cinta de
selección o cinta de picoteo donde la gente va separando, y una cinta de extracción que puede
estar o no, que lo que hace es tomar las latitas por efecto magnético y separarlas.
Hay distintos tipos de plantas, con más complejidades, más mecánicas, pero, como en nuestro
caso, que es un Programa de Responsabilidad Social, lo que queremos es dar la mayor mano
de obra posible, lo que tratamos es de simplificar el sistema con una sola cinta, no hacen falta
sistemas complejos para empezar porque después se pueden poner en paralelo otras cintas,
se puede seguir modulando este tipo de plantas.
Aquí vemos la parte de la entrada, la cinta horizontal y la última es una cinta elevada para
llegar al camión, donde se introduce el rechazo que va a ser llevado al relleno sanitario.
Otra de las características importantes es la ubicación de las plantas de selección. Si nosotros
montamos una planta muy lejos del relleno sanitario el transporte asociado al rechazo, que es
muy alto, va a influir muchísimo en el costo. Generalmente, es conveniente que esté en una
estación de transferencia porque es el primer lugar donde se rompe la carga, o cerca de los
centros de disposición final.
Muchas veces, transportar desde Córdoba un camión lleno de PET, aunque esté compactado,
hasta la Ciudad de Buenos Aires, no da para pagar el flete la mercadería que lleva adentro, o
sea, es más caro el flete que lo que estoy trasladando y me costó tanto recuperar. Es por eso
que lo que tenemos que tratar es de incentivar que estos centros de compra o utilización de las
materias primas estén cerca de los lugares donde vamos a instalar las plantas de separación,
cerca de donde se obtiene el producto.
Aquí están abriendo las bolsas. Ese es el primer espacio donde se ubican los trabajadores para
abrir las bolsas.
Esta es la enfardadora vertical, es muy sencilla de utilizar, tiene sólo un motor. Es importante
no complejizar las plantas con sistemas que si luego se rompen no se sabe dónde conseguir
productos para arreglarlo.
Estos son los fardos preparados, listos para ser enviados a los centros de compra.
En este caso tenemos un camión con una pluma especial para poder colocar los fardos en la
cinta de manera mecánica.
Todos estos son costos asociados, porque tenemos los fardos, pero si no tenemos la pluma
para levantarlos, se puede hacer, pero con más trabajo manual y más tiempo.
Todo se puede hacer en la medida en que haya voluntad, ganas de hacerlo y más gente
trabajando.
En este caso lo que tenemos es la descarga que sale en una cinta inclinada y descarga en los
contenedores o en el camión.
Esta es una de las plantas privadas que mencioné anteriormente y tiene una enfardadora
horizontal. Esta enfardadora es importada, es española, es más compleja, el fardo sale de
90x90x1 metro. Es mucho más continuo el trabajo en esta que en la otra, que es más manual.
Este es el problema que teníamos hace tres o cuatro años en nuestro relleno Norte. Esa es una
foto real del relleno sanitario con la compactadora atrás.
A las cinco o seis de la tarde se producía la entrada al relleno de la gente del lugar. Varias
familias viven de estos basurales. Estos son algunos de los basurales que tenemos en el Área
Metropolitana.
Esto es en la ciudad de San Nicolás donde vemos a recuperadores con sus carros.
Esta es una de las plantas sociales Un Nuevo Amanecer, que recibe 550 toneladas por mes de
residuos, de los cuales 420 son de generadores privados.
Nosotros tenemos un sistema de recolección, por un lado de los residuos sólidos de los
municipios que mencioné y, por otro lado, generadores privados. Estos residuos de
generadores privados tienen que ser asimilables a los domiciliarios.
Es importante porque una gran masa de los residuos que entran a esta planta social viene de
generadores privados con un proceso mayor de selección.
El material viene mucho mejor seleccionado porque para el privado es más fácil ya que no tiene
tantos productos como una casa, sino tres o cuatro elementos. Al venir tan bien seleccionados,
el orden de recuperación de esta planta es del 20%. Es un orden alto de recuperación,
justamente por ese proceso previo que otras plantas no tienen. Esta planta tiene una mano de
obra aproximada de 70 personas.
Esta es una privada que se llama Proeconor.
Todas están en la zona que les mencioné de Resiparque, de CEAMSE.
Esta recibe 200 toneladas por mes. Está en construcción todavía, tiene aproximadamente seis
meses en operación.
El privado no está nada contento porque lo que obtiene es para pagar los sueldos. No es “el”
negocio de la basura, como se piensa a veces, que va a dar mucha ganancia. Sí da para pagar
los sueldos de los operarios, pero obviamente un privado quiere tener mayores beneficios. Por
eso tenemos en este momento solamente tres plantas privadas.
Esta es otra planta privada: Clasificar. En ella trabajan 80 personas.
Vamos a hacer un análisis que nos pasaron de San Nicolás, donde hay también otro relleno
sanitario, en cuanto al área económico-financiera.
¿Qué es lo que recibe la planta de San Nicolás? Recibe los residuos una vez que vienen
recuperados de su Municipio, de la recuperación informal.
Cuando llegan a la planta de separación las 100 toneladas diarias de residuos que manejan,
ellos piensan que tienen un poder potencial de recuperación de 4.82%, pero, en realidad,
cuando empiezan a hacer la selección por la rapidez de la cinta y lo que se pierde en el
camino, están logrando un 2% de recuperación. Es muy bajo.
Esta es la planta de San Nicolás que no es del área de CEAMSE, está al norte de la provincia
de Buenos Aires. Tiene un costo operativo de 19 pesos la tonelada que, convertido a dólares,
sería un poco más de 6 dólares la tonelada. Esa distribución de costos tiene un 78% de mano
de obra y un 22% de costo operativo. Lo que vende por ese material seleccionado es 2,40
pesos la tonelada. Y recibe una subvención del Estado de 16,60 pesos la tonelada.
¿Qué significa esto? Que si nosotros, por un lado, subvencionamos la disposición final también
podríamos subvencionar, como Estado, la separación en planta. Pero creemos que, como
recomendación, lo más objetivo sería subvencionar la recolección diferenciada. Si tenemos que
subvencionar algo en la cadena de los residuos y en la gestión integral, deberíamos comenzar
a subvencionar la recolección diferenciada y no subvencionar, tal vez, sistemas en donde
estamos recuperando el 1% de los residuos. Es mejor comenzar a subvencionar recolección
diferenciada o, también, otro sistema que está dando bastante resultado en ciudades como
Rosario, Argentina, que es la colocación de contenedores en las aceras, uno o dos por calle.
En ese sentido está resultando un buen sistema.
También tenemos una planta de compostaje que procesa 1.200 toneladas por mes. El producto
es 300 toneladas de compost. Esta es una planta totalmente automatizada. Se realiza
compostaje aeróbico de silo.
Lo que ustedes ven ahí es una manguera que ingresa en ese silo, que se llama aeróbico
porque por esa manguera se le sopla aire. La aireación es forzada y cuando la temperatura en
el silo llega a los 60 grados indica que el compost está maduro para pasar al siguiente proceso.
Luego se abre o rompe ese silo y se lo deja unos 45 días, en total dura 90 días, para que se
produzcan todas las reacciones. Después se lo pasa por ese aparato que es un clasificador.
¿Cuál es nuestro plan de acción en tanto empresa? Minimizar la generación de residuos y
maximizar la valorización de ellos.
Hoy se habla mucho de valorización, la que se entiende de distintas maneras. Existe la
valorización energética en cuanto a la obtención de gases del relleno sanitario, pero en este
caso nos referimos a maximizar todo aquello que podamos organizar, sacar de la corriente de
residuos, desviar de la disposición final todo aquello que tenga valor de mercado, tratando de
potenciar los que tengan un valor comercial. No tiene sentido recuperar diez tipos de productos
si la curva de costos en los primeros lugares tiene, seguramente, al PET y al papel y un poco
de aluminio en cuanto a porcentajes.
Todos debemos participar es una de las consignas.
En este caso hablamos de crear hábitos, sensibilizar a las organizaciones, el sector industrial y
el sector empresario, de donde podemos sacar la máxima cantidad de material reciclable y en
grandes volúmenes.
Piensen que lo que es domiciliario es un kilo por habitante, pero si nosotros logramos entrar en
la industria tendríamos mucho más porcentaje de recuperación de residuos.
Algunas conclusiones: necesidad de compromiso, tomarlo como política de Estado porque
tenemos muchos planes pilotos y seguimos con ellos, pero nunca tomamos una política estatal
con carácter sistémico, donde se incorpore la recolección en origen y la clasificación.
En todos nuestros municipios se cobra un ABL que es alumbrado, barrido y limpieza, y nunca
se incluye la disposición o el tratamiento de los residuos. Todo el sistema de tasas llega hasta
la recolección en nuestro país.
Entonces, debemos pensar de una manera global, no podemos pagar estos sistemas, sino que
tendríamos que incluir algún porcentaje enfocado a programas de reciclado.
En Argentina teníamos casi lista la Ley de Envases hace un año, se trabó el sistema porque
hubo problemas entre empresarios, legislación, etcétera, y hoy no tenemos esta ley necesaria
para este tipo de separación. Quedó totalmente parado ese tema y no sigue evolucionando.
También debemos considerar que tenemos un servicio público y que tenemos que garantizarlo
como Estado. No podemos dejar en manos de los privados o de organizaciones no
gubernamentales el sistema. El Estado tiene la obligación de brindar un servicio que trate de
disponer adecuadamente sus residuos, lo que hay que tratar es de hacerlo de la mejor forma
posible.
Un modelo de gestión por etapas, no podemos pasar de 100% de disposición a basura cero.
Esto va a ser gradual, por etapas. Hay que crear hábitos, organizar y optimizar recursos, tener
transparencia, concientizar, tener compromiso y lograr la sustentabilidad, independientemente
de los cambios de gobiernos. Nuestro Gobierno cambia cada cuatro años y cada cuatro años
tenemos cambio de programas, de autoridades, de sistemas...
Tenemos que tratar de lograr una política de Estado independiente a los cambios de gobiernos.
Por último, pensar globalmente pero actuar localmente. Cada municipio, cada ciudad tiene su
realidad y la receta de un lugar no es copiable a otro, sino que cada uno tiene que buscar y ver
qué es lo que su población y sus hábitos requiere, para encarar el mejor sistema de gestión de
sus residuos sólidos.
Cualquier cosa tenemos una página web que es www.dirsa.org que pueden visitar y si no
escribir un mail a [email protected], que lo contestamos con mucho gusto. Muchas gracias.