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Hayakawa
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Programa
RIALTOHIS WIFE..la..
THE WORLD ANDAdaptacin de
(
COSMOPOLITAN )
..
obra del gran dramaturgo espaol Dn. Jos Echegaray, " titulada " El Gran Galeoto
Alma Rubens Montagu Love
THE TEETH OF THE TIGERUnapelcula policaca llena de intrigas
y emociones
Programa
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Septiembre, 1920
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BarcelonaRonda Universidad 14
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THE WIXNIN'G GIRL
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SPIRIT OF '17 ALIAS MIKE MORAN
J.
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B. Burke
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ERIESLa emocionanteserie
en i$ episodios titulada
EL OJO DEL MAL
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interpretada por
Benny Leonard, campen
de box de peso
ligero,
y Stuart Holmes
:OMEDIAS[ALLROOM BOYS:LOS MILLONARIOS PATOS
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LA DAMA DEL OESTE _ TODO EN HUELGA UNA FIESTA SOCIAL. CONSULTANDO EL ORCULO
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y Mariano y Mariano y Mariano v Mariano y Mariano y Mariano
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THE PLUMBER DR. JEKYLL AND MR.
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Mencinese esta revista
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Septiembre, 1920
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MUND
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Pgina 748
Una MonumentalColosalSerie
Serie en
15 EpisodiosI
de Asuntos del
Indomable Oeste
"JUAN CENTELLA"con
JACK HOXIEQueinterpret recientementeel
papel principal de
la
famosa
serie
"LIGHTNING BRICE"Filmada bajola
Supervisin de Ben Wilson
Esta ltima serie sobrepuja todaslla,
que en
ella
pone
tretras
las hasta ahora hechas por esta estremejor de sus temerarias y atrevidas desafiadoras de la muerte.
lo
La Reina de las Series que Estn Actualmente en el Mercado
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CINE-MUNDIAL
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1Septiembre, 1920
CINE- MUNDIAL
PGINA 750
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VARIOS ESTRENOSAi s i |X|ii.>.
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Los Viandantesexcepcional historia, sin igual en la pintura de tipos y costumbres.
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El Vaquero de BroadwayMaravillosa pelcula que es a la vez puramente dramtica y cmica.
william desmond
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Cuerpo y AlmaEsta era liviana, y l la posey, cuerpo y alma. La otra era fuerte y buena, y lo libr de las garras de la liviana. V la mujer mala y la buena, se unieron para salvar al hombre que ambas amaban.
blackton
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El Pual EnsangrentadoCualquiera de los tres hombres podan ser culpables. Cada uno tena su motivo para cometer el crimen. Sin embargo, la terrible evidencia acusaba a uno. Quin era el culpable?
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Las Redes
del Delito
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blanche sweet.
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Ella estaba acusada de haberse robado, no slo las joyas, sino al marido de la otra mujer; pero en la red que le tendieron, cay otro. .
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LahomaUna
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varias estrellasquese
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edgar lewis
historia de los das en el indomable oeste.
empezaba a poblar
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La Campana de
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Muertela supersticin
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En
la
que
se ve
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a dos buenos seres la herencia
que
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iba a arrebatar pertenece.
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Venganzaun hombre que emplea su vida tras la esperanza de vengarse y acaba por cumplir con su deber de esposo hacia una esposa infiel, y deja ir el amor que le hubiera hecho feliz.
h. b.
warner
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La
historia de
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Caza de MaridoLeona va a caza de un marido rico y una opulenta iuda alegre. Consigue\
henry
king...
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hace creer
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El RompecabezasEsel
:
La Mujer
pasado de una mujer su secreto, o pertenece a su marido? Esta pelcula es de inters supremo para ambos sexos
geraldine parrar montagu love W. P. CARLTON MADGE BELLAMY FRANK LOSEE ADELE BLOOD-
AssociatedExhibitors.
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Por EdwardJos.
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al dirii;irse a los
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UXDIAL
Tres escenas de
la
ltima produccin de
Guy Empey, hecha
por
la
"Guy Empey Pictures Corporation"
Indiscreciones dePor
Tcnica CinematogrficaARIZA.que este popular intrprete aparece como teniendo un sueo en el que se le ve, perseguido por cebollas, pedazos de queso y otros manjares indigestos, subir, con la mayor naturalidad, del piso a la pared y de ah al techo, sin que, por mucho que se esfuerce el entendimiento, sea posible, para el espectador, explicarse cmo ha sido fotografiada esta escena, en la que^ evidentemente, no ha habido superposicin alguna.la
FKANCISCO JOS
1^
muchos, una comedia de Mack Sennett, "Sunsliine", o de Harold Lloyd, tiene ms atractivo que media docena de fotodramas, aunque interprete estos ltimos toda una constelacin del arte mudo o los dirijan, en amor y compaa, GrifFith, de Mille y Tourneur. Esto es muy humano, ya que, de la vida, lo ms grato es lo que nos hace rer, digan lo que quieran los pesimistas y las "personas serias" (de quienes Dios nos libre). Cuando comenzamos a ver en Amrica las pelculas cmicas, ya sabamos lo que nos iba a tocar en suerte, porque, mutatis mutandi, todas estaban cortadas por el mismo patrn y en ellas intervenan con una uniformidad lamentable el mismo carbonero, el mismo pintor encaramado en una escalera, el mismo albail subido en un andamio, el mismo cubo de agua, el mismo barril, la misma cuesta y el mismo ro, a donde iba a parar, despus de tropezar con todos los personajes y objetos ya enumerados, e] mismo actor cmico, perseguido por sus enemigos. Pero la evolucin cinematogrfica de los ltimos aos y la influencia de la tcnica norteamericana en todas las manifestaciones de la escena silenciosa, ha cambiado, por fortuna, el tenor de estas comedias. Para el simple aficionado, las hazaas de los protagonistas en la pelcula cmica actual son una maravilla de audacia, comparable alas
ARA
tado) no gustan de decir cmo se hace esto y aquello. Pero, en primer lugar, no faltan personas que revelan el intrngulis y, en segundo, para un fotgrafo de cinematografa es muy sencillo explicar, con slo ver la cinta, el procedimiento que se sigui para producir alguna escena que a los profanos se nos antoja imposible. Y, cli arlando con los unos y con los otros, hemos logrado averiguar algunas cosas que, con nuestra indiscrecin caracterstica, vamos a descubrir para entretenimiento del lector a quien importe.
la verdad, nadie sabe a cienprocedimiento seguido en este caso particular. Pero un amigo nuestro, que es perito en la materia, nos explic hace poco que no hay ms que una forma para ob-
En honor decierta, el
cia
tener ese resultado y que, en consecuencia,otro, deben haber empleado de Fairbanks para sacar la escena de que tratamos. A saber:
ese
mtodo y no
los talleres
Toda la habitacin en la que la escena tiene lugar debi haberse encerrado dentro de un inmenso tambor giratorio, sincronizado con la cmara fotogrfica y que daba vueltas sobre su eje a fin de que, sin que el espectador se diese cuenta, al aparecer la fotografa sobre el lienzo, variara el ngulo de proyeccin. En otras palabras: lo que realmente suba y bajaba, eran las paredes y el techo, y no el actor, que segua fiel a la ley de atraccin y no perda el equilibrio ni unRizos
empresas del malogrado Locklear o
las
ms
y blondas: Olive Thomas en su reciente pelcula para "Selznick"
instante.
escapatorias del resbaladizo Houdini. Pero lo cierto es que, en realidad, el responsable de los saltos formidables, las fugas inverosmiles, las carreras por las estrechas cornisas de altsimos edificios, los vuelos por el espacio sin ms alas que un paraguas, las excursiones submarinos y las empeadas peleas entre dos rivales y a media vara de la luna, es el director tcnico de la porduccin, que, con el fotgrafo, ha aprendido a engaar al pblico de la manera msincreblesdeliciosa.
El mtodo
ms usadosela
Estos cincuenta metros de escena debieron haber costado a Fairbanks ms de veinticinco mil dlares, porque el "aparatito" ese no se construye con menos.
En
estas
mismas columnas
liabl,
hace
Cada compaa productora y cada taller cinematogrfico tiene sus secretos y sus procedimientos especiales para producir determinados efectos en la pantalla y, celosos de su obra (por el trabajo y los largos meses de ensayos y de experiencias que les ha cosSeptiembre, 1920
doble exposicin, que sirve para hacer aparecer que, sobre la pantalla, un actor interpreta, simultneamente, dos escenas distintas. Explicado ya ese procedimiento, es intil insistir en los mtodos seguidos para obtenerlo, pero debemos declarar que la doble exposicin cinematogrfica es el medio ms usado para producir los efectos inverosmiles en las cintas cmicas.
poco, del sistema llamado de
La verdadera dBcultad
Un "cameraman" que escuchabaplicacin,
esta
ex-
De todas las pelculas caracterizadas por extraos procedimientos de fotografa, la que sin duda ha llamado ms la atencin a ltimas fechas es una de Douglas Fairbanks, en
mientras el tcnico nos la haca, declar que lo verdaderamente extraordinario de la escena a que nos venimos refiriendo, no era que Fairbanks subiera por las paredes como una mosca, sino que, mientras haca semejantes excursiones, tan opuestas a las leyes ordinarias del equilibrio, hubiese, abajo, muy firmes sobre sus pies y sin poder dar alcance al hroe, otros personajes que representaban las viandas indigestas y que permanecan al mismo nivel que el espectador.
PGINA 780
CINE-MUNDIALsi
Cmo puede girar escena tambor, zanahorias permanecen a rbanos y nivel? dijo a nuestro nnigo. Ah entra doble exposicin contestla
del
los
las
la
escena de Fairbnnks fu tomada primero, y las de las cebollas despus. Despejadas, pues, todas las incgnitas, a satisfaccin de jieritos y [irofnnos, en lo que toca a la famosa escena de Fairbanks, refirmonos ahora a otros "trucos fotogrficos" (y perdnese el neologismo) de los que caracterizan a las pelculas cmicas, no sin hacer de nuevo hincapi en la circunstancia de que cada productor tiene sus secretillos y sus procedimientos propios y que aludimos slo a cada mtodo de una manera general. Mack Scnnett es el autor de una gran mayora de las acrobacias fotogrficas que ahora divierten y maravillan a los aficionados a las pelculas cmicas. Hampton del Ruth es otro famoso en este gnero y hay algunos ms (no muchos) que especializan en estas cosas. Contando con dinero, no hay lmite para las maravillas que pueden presentarse en escena, mediante cuidadosos mtodos de doble exposicin.el otro,
l^a
pretes a aquellas alturas y con la velocidad que llevan. Pero precisamente salen as porque van muy despacio, porque ya se ha explicado que, mientras ms lenta sea la accin real y ms mesurados los movimientos del operador que hace girar el manubrio de la cmara, mayor ser la rapidez con que H escena aparezca en el lienzo.
prosaicamente de una cuerda, desde tierra. Pero el espectador no puede ver ni la plataforma, ni la soga.so, sino tirada
exclusivamente dedicados a hay, para escenas de persecuciones, automviles cargados de guardias y casas enteras que se hacen andar solas, sobre la plataforma en que, ms tarde, se fotografiarn los protagonistas que iniyen. Esas habitaciones y esos autos se sacan aparte y luego se adaptan, por doble exposicin, al argumento que se desee. Entre tanto, forman el archivo escenogrfico del taller.los talleres las
En
Cuando el perseguido de la comedia tiene que subir una cuesta empinada, por donde no suben, normalmente, ms que los insectos, lo que se hace es inclinar la cmara fotogrfica a un ngulo tal que d la impresin de que la pendiente es exagerada hasta lo increble.
pelculas cmicas, ya
Todos
estos procedimientos
pueden llamar-
y hay otros un poco ms burdos. Cuando el protagonista de una comedia de cine recibe un bofetn de los que privan del sentido, es regla que vea estrellas, pajaritos y otras escenas buclico-cosmogrficas. Para hacer aparecer tales aves y astros generalmente se emplea la doble exposicin; pero no faltan directores que se contentan con dibujar rayndolas sobre el celuiloide delse refinados
negativo
esas
constelaciones o esos pjaros.
En resumidas cuentasPor todo lo que precede se saca en limpio que el mago que produce todas esas portentosascintas,
Las persecuciones vertiginosas Es muy frecuente que, en el segundo rollo de una pelcula, aparezca uno de los protagonistas perseguido por un automvil cargado de guardias a travs de carreteras, montes,
escenas
es
el
director tcnico
de las
que debe tener no slo vasta experiencia en fotografa y en maquinaria, sino..
ros y ciudades.el
En
conocimientos de ingeniera prctica, de perspectiva y, sobre todo. muchos millones asu disposicin.
estas escenas se ve
prfugo va con rapidez tanta, que el paisaje tiene el mismo aspecto que el que ofrecera desde una ventanilla de ferrocarril. Tales vistas se producen mediante el auxilio de lo que pudiramos llamar un rodillo esce-
que
en
nogrfico.
Este director y su "cameraman" trabajan mutua cooperacin. La idea es del primero, pero el segundo tiene el encargo de ponerla en prctica y de adaptarla a las limitaciones de la industria fotogrfica. Entredos, y con el concurso de carpinteros, mecnicos y escengrafos, se hacen esos milagros de las comedias modernas. Casi es unalos
Este rodillo desenvuelve, como fondo a los ojos del espectador, el paisaje propiamentedicho, con casas, rboles, montaas o lo que fuere. el actor, a quien se superpone sobre esa escena mediante la doble exposicin,
Alice
muestra triste en ltima cinta para "Vitagraph"se
Joyce
su
Y
lstima traicionar sus secretos, pero.
.
.
va sobre una plataforma en que, aunque aparente moverse, no anda ni atrs ni adelante, limitndose a mover los pies y las piernas, ya que vaya a pie o en bicicleta, o alsolutamente inmvil, si se supone que va guiando un automvil.
Otra clase de persecuciones, muy comn, cabo por altas y largusimas escaleras de escape, de las pegadas a los edificios neoyorquinos, o por el armazn de un depsito de gas, o de un elevado andamiaje. De punta se ponen los pelos al espectador imaginando el peligro que corren los intres la llevada a
Los automviles submarinos Hay varias comedias en las que se ve a un automvil desastrado y en vas de desarmarse, entrar al agua con la mayor naturalidad, lanzarse entre las ondas como un pez y salir a la orilla opuesta, donde vuelve a emprender la marcha sobre tierra firme, co-
Revelaciones como las que en el curso de este artculo se han hecho, en nada aminoran el mrito de las pelculas, sino que, por el
ms atractivas, ya que resumen el poderoso esfuerzo de la energa humana, aplicado a una industria trascendencontrario, las hacen
mo
el
ms consumado de
los
anfibios.
El secreto de estos automviles extraordinarios es de una sencillez pasmosa. Basta construir una plataforma submarina, soBrecual rodar en realidad la mquina que avanza bajo las aguas, no por propio impulla
pesar de las rayaduras en el negativo, engaadoras vueltas al manubrio de la cmara, de las plataformas mviles, los rodillos escenogrficos y los inmensos tambores giratorios, la Imaginacin sigue y seguir siendo reina en esa corte sumida en tinieblas que se llama el Cine.tal.
A
de
las
Tres escenas de otras tantas pelculas de "Fox": "La Novia 13", "La Indomada" y "Faldas"Septiembre, 1920
PGINA 781
.
C
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UNDIAL
HISTORIAS Y NOVELAS
Carta Abierta
al
Diredor de Cine-Mundialhubiera pasado nada, una revistilla hizo que se indignaba contra las informaciones de Blasco Ibez, tachndolas de apasionadas yperjudiciales.
Mdel
compaero: Asi que cantada y en italiano gana mucho la Moral, es posible tambin que ganen algo ciertas verdades si se dicen en forma epistolar, gnero confianzudo qu se presta a desenfados e intimidades al parecer de orden privado, pero, a las veces, publicables por virtud del criterio condescendiente y ampliorl
DISTINGUIDOse
como
dice
que recibe
tales
documentos y adems
dispone de pginas a imprimir no sujetas a timoratos cartabones de publicidad oa, sosa y tonta. Jorge Hermida, nombre que trasciende a overal literario bajo del cual se esconde, a sabe silo socarrn, un espritu irnico que tuarse ms all del Bien y del Mal, coment, en la edicin pasada de su revista, el jaleo cucolgico-reporteril que se arm en torno cuando del novelista Vicente Blasco Ibez, Aztecas ste, de su regreso del pas de los escribieran en cier(y no de los Incas, como de sata revistilla fofa), escribi artculos brosa informacin mejicana para el "Times". Tales comentarios de Hermida, tejidos con
cents" que en todas partes funcionan, para prescinden de todo linaje de pretensiones. Son a modo de turcos ambulantes, que llevan a cuestas el bazar con aire de resignado cansancio, las espaldas en curva, la sonrisa en los labios. No pueden ofrecer ingenio, que es artculo caro, y ofrecen adulaciones envueltas en papel de estraza. Los otros, los que sacuden latigazos, buscan al marchante desde casa; no se prodigan; proceden con cierta dignidad; conocen las debilidades del prjimo; cuentan desde luego con el buen xito porque saben descontar de antemano el mal que fustigan, y su fuerza radica en el escndalo, el nico y tremendo pecado mortal de toda sociedad "decente". Pegan con una mano y reciben con la otra,lo cual
Quin le meta a l, novelista de "andar y de ver", a juzgar una situacin nacional que se desarroll y revent en menos de los cuarenta das que dur su viaje por aquellastierras?
Era capaz, el autor de "La Bodega" esa maravilla de observacin de escribir informaciones periodsticas acerca de acontecimientos mejicanos desarrollados a la luz del da, entre tiritos, defecciones y correras por
los
campos y.
las sierras?
zumbona habilidad de prosista fcil, gil y un tanto ms cuanto desvergonzado, moviron-
me
a
escribirle esta carta a usted, que,
por
y terminan con uno para comenzar con otro. Para realizar operaciones productivas por medio de este procedimiento que, como el primero, es de estira y encoge, requirense talento, audacia, cultura. Como que significa hacerse pagar mercancas "negativas", lo que es un colmo. Finalmente, no me atrevo a negarle, anticipndome a su pregunta, la existencia de algunas plumas en funciones de honradez. Puede que las haya; pero ese es otro bisnes que
era dudosa. Era capaz Pero. Pero, y si, en la natural contradanza de las pasiones polticas que todo acontecimiento de esta ndole despierta, quedaba alguna claraboya por donde huronear alguna "luz"? "Luz, luz, que se perdi un peine" solan exclamar, a las tantas de la madrugada, en
La respuesta no
los bailes
de rompe y rasga, los madrileos guasones y hartos de juerga. Lo mismo en el caso Mjico: luz...
son, ser el Director, sabe muy bien quines colaboradores. y qu puntos calzan, sus
ahora noes
es del caso.
Tambin
la
honradez
Verdad que s? Bueno; pues ese jaleo casero que sirvi para exhumar lirismos de nfima clase, tenasu propsito, su meta, su ideal. Un ideal Porque prctico, contante, administrativo. mueve la hoja si hemos de creer que "no se del rbol sin permiso de Dios", por qu he. .
no despreciable. iba, y perdone usted, seor Director, estas divagaciones. Como se trata de una carta en la que apunto y no disparo, es natural que las ideas salten entre los renglones sin dejarse echar el guante, tal que si fueran colegialas traviesas en horas defiln
un
A
lo
que
asueto.
mos de dudar quesin
se
muevan
ciertas
plumas
En
el
cotarro periodstico en que cacare,
permiso del estmago? No hay que asustarse mucho. Todo es bisnes en materia de actividades. Religiones,literaturas, polticas, revoluciones, peridicos,
son libros, discursos, banquetes. . . mercancas que se prestan al trfico. La cuestin es saber empacarlas dederse.
claro est que "galleando", un desaprensivo compaero, el que suscribe ha podido advertir una cosa curiosa: la influencia, el contagio que ejercen ciertos mtodos didcticos en el nimo rutinario de algunos. Me explicar.
ITna luz al gusto, como la que proyectan, sobre la escena, los reflectores en los teatros. Y como resultaba materialmente imposible rebatir los argum.entos de Blasco Ibez, primero por su veracidad y luego porque no todos andamos tan sobrados de talento como de audacia, pues se recurri al plagio. Y lo notable, lo chusco, lo gracioso y despampanante en toda esta pelotera alrededor de unos slidos tacones de un escritor de y en primera fila, fu el mtodo Ollendorf "a que antes hacamos mencin. Por ejemplo: Blasco Ibez escriba que el personaje Zutano, de la izquierda, era tan bruto como sangriento era el de la derecha y
'
modo que puedan
ven-
por mal amaado que est, puede tener la "fuerza de venta" de un jamn; una semblanza puede equivaler a cinco suscritores; un bombo desaforado a un caudillo o a un Gobierno funambulescos acaso establezca una correspondencia con Debe y Haber, y as por el estilo. Dos procedimientos suelen ponerse en juego para la extraccin de ganancias "sentimentales": el bombo y el palo, y ambos pueden ser socorridos, segn, cmo y cundo. La adulacin ("botafumeiro" y adjetivorrea) es el procedimiento ms desacreditado al presente, ya que el abuso de esta publicidad abarrota de mercancas los mercados, produciendo sensibles bajas. Los que, siguiendo la trayectoria de este curso comercial, rasguean sobre el papel pa-
Un
articulejo,
fracasada controversia a que me rementado periodista dio la pauta de su "virtualidad" profesional con una fresquez apabullante. Me permite usted, seor Director, que cite, sin que la cita caiga en la Administracin de la revista, el mtodo Ollendorf? Citado queda ese admirable libro rompecabezas que, en este caso, ha hecho "escuela".
En
la
amoral el del centro, y adems lo demostraba? Pues, bien; en vez de darle un rotundo ments al informador, argumentando con fun-
fiero, el
damento
histrico, se le contestaba
invaria-
blemente por el mentado mtodo Ollendorf: Tiene usted mis calzoncillos? No, seor; pero su cuada de usted tie-
Prosigo.
El ilustre novelista Blasco Ibez, que haba llegado a Mjico en circunstancias de relativa bonanza poltica (los asaltitos a los trenes, las partiditas de rebeldes y los fusi-
ne viruelas. Dijo Blasco Ibez en el "Times" que el militarismo mejicano era tan zafio como ignorante, como, al fin, improvisacin bufa de un caos poltico, y que la revolucin abundaba en escenas tragicmicas, de opereta vienesa?
ra los linotipos, se resignan a producir estas baratijas a sabiendas de su escaso valor; no se hacen ilusiones; saben que los tiempos son duros, las voluntades tambin, pacotilla los
productos que expenden y bolsas blindadas cnicamente la demanda ajena, que se vuelve exigente para comprar. Sin embargo, estos mercachifles, ms con sudores de la vergenza que por la calidad de la manufactura, logran fabricar y colocar sus artculos en las innumerables tiendas de "five and tenSeptiembre, 1920
lamientos de ciudadanos indefensos ya no por aquello de que hastenan importancia. ta en el Infierno se encuentra buen acomodo al cabo del tiempo), regres a esta ciudad aturdido todava por las detonaciones de una descarga brutal que dio al traste con un Presidente y con un Gobierno. Entonces, el hombre, a requerimientos de un gran diario, tom la pluma de reportero y cont, lisa y llanamente, lo que jams se le imaginara que podra suceder en tan breve tiempo, tan de sopetn y con tan incivil descaro. ., precisamente cuando los amigos y cortesanos le iban zumbando a la oreja las excelencias polticas, militares y econmicas de un rgimen prximo a reventar. Y entonces, como si en el vecino pas no. .
Pues se le contestaba que l hizo malos y sucios negocios en la Argentina, que sus novelas de la "segunda" poca no valen, que el estilo se resiente, y que, en lo personal, elllero,
autor de "Los Cuatro". es un to marrudesptico y avariento. En tanto, sigue en pie que Mjico, hace, .
aos, consume su vitalidad entre sangrientas y continuas revoluciones, y que, adiez
.
consecuencia de tal libertinaje, nacionales y extranjeros han sufrido injustamente en sus vidas y haciendas. Se comprende el "sistema"? Es un sistema de engaa-bobos; pero cada cul sabe dnde le aprieta el zapato. Lo malo es que, a pesar de ]o escrito por Blasco Ibez; a pesar de las "defensas" pro(Contina enla
pgina 821)
PGINA 782
CINE-MUNDIAL
LA[>rrcchu de propiedad literariareeiirados por
VIE^FANovlia
DEL ClXEMADibujos de Asclpiades Alvarado
corta escrita exclusivamen te paro CINE-MUNDIAL, por
VICENTE BLASCO IBAEZCINK-MUNDIAL
1T.
coniisario de polica mir a aque11.1 mujer de pelo blanco que se
haba sentado ante su mesa, sin que l la invitase. Luego baj la cabeza para mirar el papel que le presentaba un agente erguido al lado de susilln.
Mi preferido fu siempre Alberto, ur, obrero aficionado a ios libros. Yo, aunque deseo vivir independiente, iba todos los das a su casa, ayudaba a su mujer, jugaba con su hijo. Un biznieto! Imagnese qu alegra, seor comisario. No todos llegan a serbisabuelos.
Escndalo
en un cinema
tiempo que lea insultos a la autoridad, atentados de becho contra un agente. Qu tiene usted que alegar? La vieja, que haba estado mirando hasta entonces al comisario y a su subordinado como si no los viese, hizo un movimiento de sorpresa lo mismo que si despertara. Yo, seor comisario, vendo verduras por la maana en la ru Lepic. No tengo tienda: llevo rai mercanca en un carrito. Todos ios del barrio me conocen. Hace cuarenta aos que tengo all mi puesto ambulante y. El funcionario quiso interrumpirla, pero;.
dijo
al
mismo.
Se detuvo un momento como embelesada por dulces recuerdos. Los das felices de la paz aadi Un domingo fuimos de campo, comimos junto al Sena para celebrar que .Vlberto haba sido nombrado primer contramaestre en su fbrica. Dos semanas despus estall la
!
i
.
.
guerra. El comisario hizo crey de cansancio.
un
gesto
que
la
vieja
.
.
ya s que llevamos cuatro aos de guerra y aburre a todos el hablar de ella. No insistir, seor comisario. Me han dicho que hasta en los teatros y en los peridicos estn cansados de la guerra y sus aventuras. Adems, mi historia es la de tantas y tantasS:
otro lado del Sena, en un taller de sabios. Es un palacio con una cpula donde dan recetas para que la gente rica pueda hablarbien.
ella se enoj,
seor comisario no me deja haCada uno se expresa como puede contesta como su inteligencia se lo perySiel
blar!...
mite.
El comisario se reclin en el respaldo del silln, y poniendo los ojos en alto empez a juguetear con el cortapapeles. Estaba acostumbrado a los delincuentes verbosos que no acaban de hablar nunca. Paciencia! En 1870, cuando la otra guerra continu la vieja yo tena veintids aos. Mi marido fu guardia nacional durante el sitio de Pars y yo cantinera de su batalln. En una de las salidas contra los prusianos hirieron a mi hombre y yo le salv la vida. Luego tuve que trabajar mucho para mantener a mi marido invlido y a una hija nica... Mi marido muri; mi hija muri tambin, dejndome dos nietos. Hizo una pausa para darse cuenta de si la escuchaban. No lo supo con certeza. El agente permaneca rgido y silencioso como un buen soldado junto al silln del comisario. Este silbaba ligeramente, moviendo el cortapapeles y mirando al techo.
nieta Julieta continu la vieja sin inmutarse por esta falta de atencin baila en los teatros y es clebre. El seor comisario debe haber visto su retrato muchas veces en los peridicos y en los carteles de las esquinas. Slo la encuentro de tarde en tarde. Un da, cuando iba yo empujando mi carretilla, casi rae atropello su automvil. Esto la hizo llorar, asegurando que era por culpa ma, porque yo no quiero ir a vivir con ella y me empeo en seguir vendiendo verduras lo mismo que cuando ella y su her-
Mi
mujeres!... Alberto fu a incorporarse a su regimiento en los primeros das de la movilizacin. No lo vi hasta un ao despus que volvi del frente, vestido de soldado. Luego vino otra vez. Yo haba acabado por acostumbrarme a esta situacin. Crea que slo los otros hombres podan morir, pero mi Alberto!... Un da recib un papel que nos hizo llorar a m y a su mujer. Luego nos visit un compaero de mi nieto para traernos varios objetos suyos. La voz de la vieja se enronqueci. ^Y ya no lo vi ms, seor comisario. Ellos me lo mataron. Pero acordndose de su promesa, hizo un esfuerzo para serenarse y no hablar de la guerra. La viuda de Alberto tral.>aja aliora en una fbrica de municiones al otro lado de Pars, y yo slo de tarde en tarde puedo ver a mi biznieto. Hay que ganarse la vida. Adems, por qu no decirlo? Yo, desde que muri Alberto, gusto de entrar en Cada uno mata la taberna ms que antes. su pena como puede. Ya estoy en los setenta y a esta edad, cuando hay que levantarse antes del alba para ir a los Mercados Centrales y comprar el gnero, un vasito de vez en cuando es la mejor de las medicinas. No lo cree usted as, seor comisario? El silencio del aludido quiso demostrar a la vieja la inoportunidad de su pregunta. Pero ella continu con cierta precipitacin que revelaba su proximidad de la parte ms interesante de su relato.
El comisario se incorpor en su silln a impulso de la sorpresa. Aquel taller de sabios a la orilla del
Sena eracasa de
sinla
duda
la
Aca-
demia Francesa;
la
cpula,
el Ins-
tituto, y el tal Anatole no poda ser otro que Anatole France. Pero existe el to Crainqueville? pregunt con incredulidad. Treinta aos lo conozco, seor. Vende-" mos en diferentes barrios, pero nos vemos todas las madrugadas al hacer nuestras compras, y por la noche nos encontramos en la
.
.
.
misma taberna. LTn infeliz! Ahora sus asuntos van mal; trabaja poco; sabe demasiado. Su protector le ense muchas cosas y l me las dice a m y paso las horas muertas en la taberna escuchndole. Hizo una pausa antes de reanudar su relato donde lo haba abandonado. -
Digo
que nos encontramos
al
anochecer
.
en la taberna. I-uego, como a las nueve salimos, y sin saber por qu, me detuve ante la puerta de un cinema sintiendo deseos de entrar. Me atrajo un cartel con una alsaciana muy hermosa defendindose de un ale-
mn
feroz.
Yo adoro
esta clase de historias.
mano eran pequeos.es.
Cada uno es como aunque pobre, no me gusta la manera de vivir de las artistas. Digo mal,. .
A
m,
seor comisario?. *E1 comisario haba cesado de silbar y miraba a la vieja con cierto inters. Indudablemente conoca a su nieta, la clebre bailarina Iba a hacerle alguna pregunta sobre ella cuando la vieja sigui hablando...
Hoy, al anochecer, estuve en la taberna con el to Crainqueville. El seor comisario debe conocerlo. Sus desgracias andan escritas en libros y comedias. Este nombre pareci despertar un vago recuerdo en la memoria del funcionario. La afirmacin de que sus aventuras andaban en libros, le hizo interesarse en su rebusca mental. Luego levant los hombros e hizo un gesto de incredulidad. Su historia continu la vieja^ la ha escrito un tal seor Anatole que trabaja al
vez soy as porque he visto dos guerras. Pero no hablemos de la guerra. El to Crainqueville se neg a entrar y eso que yo pagaba. No s en realidad qu es lo que le gusta. Todo lo hace sonrer con lstima. Entr sola y deb entrar con mal pie. No ha notado el seor comisario cmo algunas veces todo nos sale torcido y cuando queremos agradar ofendetal..
Soy muy patriota;
mosnio
a las gentes, lo..
mismo que
si
un demo-
nos guiase?. El comisario no se dign contestar. Me disgust con la seora que vende en la taquilla por si una moneda era buena o falsa; discut tambin con el que recoge las entradas porque acudi en su defensa. Dentro, en la sala, la misma mala suerte. Mis vecinos de fila se quejaron diciendo que haba entrado con demasiada violencia. Mala voluntad de su parte, pues a m no me gusta molestar a nadie. Una remilgada,
.
.
.
.
SCPTIEMBRT. 1920
PGINA 7S3
.
.
CINE- MUNDIALcerca de m, se atrevi a decir que yo ola a vino; otro insolente, aludi a mis anchuras, dudando de que cupiesen en el asiento. Le contest como s hacerlo y el pblico protest a gritos asegurando que perturbaba el espectculo. Si me call al fin fu porque haba empezado la historia de la alsaciana y su perseguidor. Una historia intecontara a usted, seor comisario, pero temo molestarle. Adems, no s cmo termina; no me dejaron ver el final. El comisario haba vuelto a mirar al techo y silbar por lo bajo para desahogar su impaciencia.la
El veterano, sin decir una palabra, rompi el papel en pedazos. fiuena mujer, puede usted marcharse. La voz del comisario sac a la vieja de su abstraccin. Era cierto que la dejaban
irse?...
resante.
Yo
se
Y podr volver cinema? aadi con ansiedad Me dejarn ver todas nochesal.
Qu seores tan buenos!
las
seor que estaba detrs de m y pareca muy entendido en esto del cinema', daba, en voz baja, sus opiniones a los vecinos. De pronto, la alsaciana se iba al frente huyendo de su perseguidor, y empezaban a verse las trincheras con muchos soldados, las cocinas, los caones. El seor entendido deca que estas vistas no pertenecan en realidad a la historia, que eran cmo dir yo. lo mismo que retazos que le haban aadido al film. Me explico bien, seor comisario Cosas viejas de la guerra que haban aprovechado; algo as como los remiendos que se echan a la ropa para que parezca mejor. Pero yo no entiendo de esto y las vistas me han parecido magnficas. De pronto sali en el teln blanco el interior de una trinchera con muchos soldados que descansaban. Uno de ellos escriba una carta sobre sus rodillas puesto de espaldas. .
Un
mi pequeo? Los dos hombres rieron de su simpleza, contestndole afirmativamente. Sali de la comisara con dignidad. No convena que la viesen huir como el que tiene la conciencia intranquila.a
Dentro de la sala procedi con una moy una afabilidad conmovedoras. Salud a todos los espectadores que encontraba al paso con una cortesa extremada, sin obtener contestacin. Algunos se limitaron a mirarla con extraeza. "Es una loca" parecan decir con sus ojos. Se encogi en su asiento, procurando ocupar el menor espacio, por miedo a molestar a los vecinos. Al principio volvi repetidas veces la cabeza para ver si la observaban los empleados del cinema y recibir su aprobacin por tan buena conducta. Pero el esdestia
llegar a la calle y mirar a todos lados, se convenci de que nadie la espiaba, y recogindose las faldas ech a correr con una ligereza juvenil. Su arrugado rostro se dilat con los jadeos de la fatiga; sus cabeal
Pero
llos blancos se escaparon en desorden de la paoleta de punto con que abrigaba su ca-
pectculo la hizo olvidarse de la realidad. El alemn persegua ya a la alsaciana, desarrollndose sobre el lienzo blanco las complicadas aventuras de la novela cinematogrfica. Luego aparecan las trincheras y el soldado puesto de espaldas que escriba la carta y al volver la cabeza hacia el pblico,
mostraba su
beza.
Alberto!...Lavieja tuvo
rostro.
Alberto!
Cuandol
los
cinematgrafo, salan de ltimos grupos de espectadores. Losal
lleg
que hacer un esfuerzo enor-
empleados apagabancarteles.las puertas.
y retiraban los La vieja vio luego cmo cerraban
las luces
.
.
Se mantuvo inmvil con un codo apoyado en la pared y la frente en una mano. Lloraba con una angustia infantil. Esperar hasta maana! murmur No ver a mi pequeo hasta maana!
me para contenerse. Le suba este grito a la garganta con estertores desesperados. Pero tembl ante la idea de escandalizar al pblico como en la noche anterior. La arrojaran del local para siempre; no podra vermsa su
soldado.
nieto!.
Poco a poco volvi la cabeza sonriendo a las gentes. Yo dud, creyendo que vea mal; luego deb gritar. Era mial.
publico.
II
verlo mejor; quise ir hami Alberto. Tal vez pas entre la gente con demasiada violencia; el pblico debi creer que era alguna farsa ma v acudieron los empleados, y muchos espectadorescia
Me levant para
noche siguiente la vieja entr en el cinema con un aire humilde. Se encoga para pasar inadvertida. Se aproxim a la taquilla volviendo el rostro para que no la reconociese la vendedora de billetes. Pero el hombre que guardaba la puerta cola
A
rri hacia ella:
rraron jaron.ciones;
el
paso.
No me
tirme a puetazos con los que me empujaban hacia la puerta. Llamaron al mismo agente que est ahora aqu. Dicen
Intent hablar dequisieron escuchar mis explicacrean borracha. Acab por ba-
me y no me
ce-
Ah, no! Viene usted a mover escndalo otra vez?. Para usted no hay entrada. Djeme pasar, buen seor. Le juro que. .
El miedo la contuvo, y su emocin ruidosa se desliz en lgrimas. Para desahogar su pecho hablaba en voz muy queda, una voz que sonaba hacia dentro de su cuerpo, mientras sus ojos lagrimosos seguan contemplando con devocin todo lo que pasaba por el lienzo. .Alberto!. Pequeo mo! Soy yo; tu abuela, no me conoces?... Vendr a verte todas las noches... todas las noches! A la noche siguiente llor menos. Empezaba a familiarizarse con esta visin. A la salida habl con el hombre de la puerta, con
.
.
cierto
compaerismo como
si
ella
tambin
ser
muy
juiciosa.
que
le
mord en una mano. No s Deb estar loca en aquel mstante. Es verdad que el agente me llev a empujones sin querer orme; que no me permiti seguir viendo a mi Alberto. Hizo una larga pausa. Sus ojos empezale
insult;
que
cmo pude
hacerlo.
Hablaba con una humildad infantil y el empleado acab por rerse lo mismo que la mujer de la taquilla. La vieja los salud a los dos con agradecimiento al ver que la dejaban pasar. Luegosalud tambin a pasillo de entrada,
fuese de la casa. Ha visto usted qu bien "trabaja" mi nieto? Y el empleado que haba escuchado varias veces su historia sin prestarle gran atencin, se llev un dedo a la frente mirando a la
j^
un polica erguido en el como si fuese un antiguo amigo. No le pareca el mismo de la noche anterior... pero por si acaso era!...
mujer de la taquilla. Los dos se entendieron con una sonrisa que deca lo mismo: "Est loca; verdaderamente loca".
ron a humedecerse.
YBaj
as termin
la
vieja es.
cmo hePido perperdn alal
^s cmo he vuelto a encontrarnieto
vuelto a encontrar a mi nieto. dn al seor comisario... Pido seor agente.la
.
.
a
mi
sario.
.
Pido perdn Pido perdn
seor Comial seor agente.al
cabeza, junt las
manos y mir
suelo, refugindose voluntariamente en el silencio, confindose a la suerte, sin insistir
pezabanabajo.
ms en su defensa, mientras sus lgrimas emadeslizarse
francamente
mejillas
El comisario permaneci silencioso. Mir agente que tenia al lado, un veterano con la cruz de guerra sobre el pecho de su uniforme y varios galones en una manga, indicadores de sus campaas. El tambin miral
a
su
superior.
Haba permanecido impasimor-
ble hasta entonces, pero varias veces se di el recio bigote.
Los dos hombres parecieron entenderse conmirada. El comisario alarg al agente el papel que haba dejado sobre la mesa: su parte redactado por l media hora antes en la sala de espera de la comisara, dando cuenta del escndalo ocurrido en el cinema.la
PTIEMBRE, 1920
PGINA 784
CINE-MUNDIALnoSrnta Era e^Dsta que piiardaha para ella toda la felicidad de su descuhriniienttK Alberto tenia en el mundo de los vivos alpuien nische.unjiI.ii
viej.i
jipcnis
puio cionnir jniuell.i intrnniiiili su concpncia.
/aba en aquel !ug;ri plilico. dur muy poeo. -VI aparecer .\lI)erto temi ipie tatrihin gri tase aquella mujercita, vestida de luto, ipietena al lado.lor.
tre personas y cosas sin preocuparse de ellas, |)areca interesarse por los actos de su vieja
amiga.
Pero era silenciosa en su do-
La haba observado, silenciosamente.
que
ella.
la maana si^ruiente vendi eon apresuramiento sus verduras sin cuidarse de la ganancia y guard su carretoncillo mucho antes que los ciinipaeros. El Metro la llev a las afueras de Pars. Se vi en un paisaje grisceo y yermo con fbricas humeantes y casas de ladrillo, feas y tristes como prisiones, en las que vivan familias de
A
Contempl la vi.si
PGINA
"^-
CI
NE MUND-
I
AL
De cmo n. que sienqire me adelantaba, segn dice el
Este es mi adis, pues, para mis lectores
dela
top de narices con una falange de slfides de cuento alemn. Nyades rubias; sirenas trigueas; slides de ojos verdes. Y yo, que haba salido de la redaccin preparado a hacer las veces de Tenorio acutico, qued mudo; sent que se me sala la lengua de la boca, abierta, y el alma por los ojo.s, desmesuradamente escudriadores, en un gesto de la ms zngana y bobona admiracin imaginable.All
muyla
CINE-MUNDL\L. Y auniue con dolor me
voy, alivia mi pena
envidioso de Guaitsel, a colocarme en escena como solemne panel central, ancljilaya, yal
en
la arena de la plantarme frente
no
me
dS)>ona a
ftgr^ifo.
Pero ese era mi principal pajjel all. Las haban desempeado el suyo y el fotgrafo haba, en sus dos mquinas, filmado las escenas de bao que se propona tomar para el cine. Ahora me tocaba a mi,bai.^tas
esperanza de que a los lectores de esta simptica Revista favorita he satisfecho con mis escritos anteriores, y la alegra de saber fpie a!gn da i^asar frente al auto de Guaitfemeninos, del sel, feliz entre dos astros.. .
ms luminoso celo cinematogrfico. Tengo encima al Director.,Vu
revoir
I
Oh...I-'na
seoritas, bebs, aqu est Rico.
la espalda que me imagin era un terrible coletazo del Padre Neptuno. vino a romper el encantamiento en tiue la visin de las tentadoras baistas me haba sumido. Era mi amigo el Tutor de aquella prole en trajes de baos de una pieza, ajustados y econmicos en extremo.. .
palmada en
-
Bueno,la
a la playa,
muchacliasesbelta.
dijo
.\1-
Cf,
ms rubia y ms
Y me
vi
trasportado en dos por tres por un par de aquellas muchachas inquietas y eternamente sonredas, hasta la calle, y empujado dentro del auto, que floreci en baistas en un minuto.
No hay que decir que el zngano de Heriberto sinti que el diablo le aplicaba sellos candentes a la cara, al verse entre aquelladehacle de cabelleras sueltas, brazos y piernas desnudos y multicolores trajes, extrema-
damente ceidos. Tuvimos que esperar por tres autos adicionales para conducir el numeroso squito de baistas que componen el coro de la msdesvestida comedia que se ha visto: "En la Guardilla de Mara", especialidad del Broadway, en cuyo escenario, ms que con las olas, con el sudor de los pobres espectadores, se baan estas muchachas todas las candentes noches de verano.
Aqu tenemos
a
Heriberto, moderno "Pescador de Perlas", que a cabeza, entre las encantadoras baistas.
poco pierde
la
Skptiemdre, 1920
PGINA
!
C
I
XE
-
.M
UX
DIAL
lo visto, los directores ya estn hartos de recibir quejas acerca de pelculas en cuyas escenas se supone describir la vida de "alta sociedad". Entre el piiblico en general, pasan; pero siempre hay algn buen seor en el teatro que ha sido "personaje social" o aspira a serlo y se indigna al observar que la correccin de detalles brilla pnr su ausencia. Por lo regular, son los comparsas o "extras'', como aqu les llaman, los que meten la pata y dan al traste con el ritual ceremonioso imperante en esas encumbradas esferas. Muchos de los principales intrpretes tampoco las han visto ms gordas, pero es gente comedida y, s no sabe, siempre puede asesorarse con peritos en la materia. A fin de poner coto a las infracciones de esta ndole tan comunes en las pelculas, Alan Holubar ha ideado una serie de reglas que vimos das pasados pegadas a las paredes de su taller. Helas af|u:-*
pOR
gn tiempo aqu con regular xito y que tiene poco de garra y mucho menos de bolchevique.
das pasados con uno de estos seores, cuya actuacin ha sido coronada por un xito continuo, pude cerciorarme una vez ms de que
SEORES COMPARSAS, ATENCIN!Noporlevanten a sus compaeras de bailela
vista en
Esa costumbre est mal buena sociedad. Abstnganse de arrastrar la pierna delas orejas.al inclinar la
recha
cabeza en
los saludos.
Para llamar la atencin de la seora de la casa no hay necesidad de darle un codazo en las costillas. Eso ha cado en desuso entre los "Cuatrocientos". Tambin est vedado el silbar o arrojar utensilios con el mismo objeto. Bajo ningn concepto deben ustedes armar broncas o irse a las manos cuando interpreten papeles de diplomticos. Esos asuntos pueden resolverse con toda tranquilidad en el campo, fuera de los talleres y una vez que la cmara haya dejado de funcionar. Las viudas encopetadas, y sobre todo si el argumento exige que pertenezcan a familias nobles, no deben tomar parte en juegos de dados con los utileros y tramoyistas. Aunque no es nuestro objeto ofender a esos empleados, tan necesarios al buen desarrollo del verdadero arte, es un hecho que los dados crean una atmsfera de familiaridad que pugna con los cnones de la aristocracia. Al sentarse a la mesa, los invitados deben mantener los brazos junto al cuerpo y abstenerse de perforar las costillas del vecino con los codos. Y por ltimo esta regla es de suma importancia, seores comparsas los invitados no deben comerse todos los platos hasta quedar plenamente convencidos de que no habr necesidad de tomar de nuevo la escena.
Espaa, desde el punto de vista del que tiene que escoger pelculas en Norte Amrica, es la faete noir de los mercados internacionales. All lo saben todo me deca y no se conforman con fotodrama alguno. Hay veces que pierdo la paciencia. Escoge usted aqu una cinta que le parece magnfica. La manda usted a la Argentina y tiene un xito sensacional. Enva usted copias a Chile y Mjico con el mismo resultado. Se estrena en Cuba y se cansan de ganar dinero alquiladores y empresarios. Por fin salen los ejemplares para Espaa y se restriega usted las manos esperando las felicitaciones de Ma-
de las escenas principales del argubasa en el "canard" aquel de la nacionalizacin de las mujeres en Rusia, divulgado por la prensa reaccionaria para que surtiera efecto en otra poca, que los productores desarrollaron de modo que caldeara las pasiones de la gente ignorante contra el actual sistema de gobierno moscovita. Pues bien; al proyectarse esa parte de la cinta sobre el lienzo, varios grupos de muchachos dentro del teatro, a quienes por lo visto les pareci magnfica la idea, se lanzaron a aplaudir estrepitosamente y en seguida se produjo un escndalo que hizo precisa lal'na
mento
se
intervencin de la polica. El hecho se las trae. Muy a mi pesar, siento la necesidad imperiosa de no comentarlo. Los tengo ya de sobra y es ste un tema que, de discutirse, podra llevarme a
un callejn sin salida. Algo dir, no obstante, porque el caso no puede ser ms cuLa pelcula de marras ha originado rioso. innmeras peripecias, pero ninguna anloga a la que nos ocupa. Aunque en muchos pases ha pasado desapercibida como asunto mediocre y "de mala sombra", en otros ha suscitado agrias polmicas y hasta pequeos motines. Hubo aqu quien se indign contra los bolcheviques, por creer a pie juntillas en la especie de la "nacionalizacin", y otros que protestaron ante el engao; pero a nadie, que yo sepa, se le ocurri aplaudir la idea. Nada, que me hacis sonrojar, jvenes
y Barcelona. Que si quieres! A los quince o veinte das le salen con una respuesta kilomtrica de esas que lo obligan a uno a comprar whiskey a diez dlares la otella para disipar el mal humor. Que la pedridlcula es
slo
regularcita,
que
s
el
primer
actor no revela la emocin necesaria, que si la actriz gasta un peinado que no se adapta al gusto del pblico cataln o gallego, que si el argumento decae al principio del tercerrollo,
guatemaltecos**
*
requisitos de lasi
tal
jan a espaolve o
ttulos no cumplen ciertos Academia de la Lengua, que que si cual. Para abreviar: lo dey uno con ganas de mandar el mercadosi
que
los
.
.
ya no s qu pelcula sirno sirve para Espaa. No hay regla fija por qu guiarse. Una cinta que gusta aqu, en Mjico y Puerto Rico, se despacha a Cuba en la seguridad de una buena acogida. Pero con Espaa no hay nada de eso. Aun en el caso de que guste en todas partes del mundo, el alquilador de Barcelona puede (le^colgrsele con que el director no ha re]iroducido con la propiedad debida la atmsfera de California o cualquier otra sandez por el estilo. Y todo esto sin contar con que a menudo se le entusiasman a usted ante un mamarracho de hace cinco o seis aos!**
Francamente,
a
frer esprragos.
semana pasada en que desapareci como por encanto toda la Seccin de Publicidad de la Universal. Se dio un caso curiossimo y sin precedente en estos ltimos aos: reclamistas que se escondan, que se negaban a hablar con los periodistas, que imploraban que no se mencionasen sus nombres, que aborrecan las primeras planas de diarios y revistas, que temblaban y se escabullan al solo mencionar la palabra "publicidad", dulce vocablo que en otras pocas los estremeca de jbilo. Cuando estuve en las oficinas de la empresa neoyorquina, el portero me cort el paso con
HUBO
varios das de la
movimiento nervioso y me dijo: A dnde va usted, Hermida? Pues a dnde voy a ir, hombre? Al
*
Nl'ESTRO
*
*
*
sabe para quin trabaja, ni puede imaginarse el efecto que ha de producir una pelcula ante diferentes pblicos. Hay comprador en Xueva York que arma un escndalo si le tocan este punto. HablandoSeptiembre, 1920
NADIE
corresponsal en Guatemala nos comunica, como podr verse en la seccin correspondiente, los motivos por los cuales las autoridades de aquel pas creyeron necesario para la salud pblica, la moralidad, etc., suspender las exhibiciones de "La garra bolchevique**, pelcula estrenada hace al-
tal seccin ni tenemos cosa me resalguna parecida en esta empresa pondi con aire del que est obligado a tomar un purgante amargo y resuelve tragrselo de un golpe. Me qued fro. Ante la duda de que el portero se hubiera vuelto loco, mir a un sujeto que andaba rondando por el vestbulo sombrero y que por su casco y arboladura nuevo, traje de seda china, camisa y corbata daba inde dem y zapatos bien lustrados
de siempre: No existea
sitio
la
Seccin de Publicidad.
PGINA 78S
Cdiciosii'
I
XE MUNDIAL-
pertenecer
i
\n
eiifriuli.i
del lionilm
y y
el
phitilln.
Me
devolvi la inir;ida con otrji de lstinu conmiseracin, as como si le afectase y
a la vez mi ignorancia. era para menos, como luepo pvide enterarme. El horror a la publicidad que de sbito revelara el contingente de la Universal estaba muy bien fundado, ya (ue el acusador pviblico y las autoridades policacas de Nueva York andbale siguiendo la pista muy de cerca con objeto de zampar a todos en chirona s se ofreca la oportunidad. La causa de todo este enredo fu. una pe-
asombrara
Y no
desapareca ante cl inters que lespcrtaba en ella lo que ibu a relatar. Sus excentricidades son tantas que resulta imposible enumerarlas. Mi casamiento fu una desilusin completa. El se equivoc y yo tambin. Cuanto ms tiempo viva al lado de Charlie, menos llegaba a conocerlo, al extremo de que boy casi lo considero un extrao. La poca ms feliz de mi vida fu cuando ramos novios: entonces estaba yo identificada por completo con l, su trabajo, susde/,
Vnn de sus manas bastante frecuencia, y noches de lluvia, le da lado a otro dentro de se pasa horas y horas, recta de arriba a abajo
es insoportable.
Con
lcula de argumento japons que la Universal exbibe en uno de los teatros de Broadway. Antes del estreno, y aguzados, a lo que parece, por los diversos mtodos de obtener anuncios gratis que tan buenos resultados han dado en la temporada, los reclamistas de la empresa citada decidieron dar un golpe de sensacin. Y conste que no hago acusacin directa alguna. Digo que se supone que as sucediera la cosa, porque, aunque me imagino bien lo ocurrido, pienso guardarme mucho de explayarme en letras de molde. Pero a lo que vamos. Se decidi, por lo visto, producir un "efecto electrizante". Con este objeto, una muchacha japonesa alquil un cuarto en el Hotel Pennsylvania bajo el nomel mismo de la bre de Miss Onda Yuki protagonista del fotodrama aludido y al da siguiente desapareci dejando una carta (Esta escrita en que anunciaba su suicidio. parte de la publicidad se ech a perder pordetective que encontr la carta se la que el meti en el bolsillo, olvidndose de dar copia
ambiciones. Al menos eso me figuraba. Tan pronto nos casamos, empez a alejarse de mi. Quizs usted tome todo esto como una ridiculez, pei'o es simplemente la verdad. Cuant( ms cerca de m estaba Charlie, mslejos
sobre todo en las por pasearse de un una habitacin. As caminando en lnea y de abajo a arriba. Cuanto ms llueve, ms vueltas da y menos caso hace al desventurado que se halle a su alrededor. A veces, cuando ya no poda aguantar ms, le peda por favor que se sentara un momento, pero nunca pude lograr que hiciera caso. "Djame pensar tranquilo, mujer"; deca siempre. Ay, seor Hermida, cuando Charlie pescada uno de estos arrebatos de "pensar" en medio de la noche era
para volverse loca Al llegar a este punto
andaba su
espritu del mo.
Y
lleg
el
me puse colorado
de separarnos. Dentro de poco dejaremos de ser marido y mujer: en los tribunales de Los Angeles se corren en estos momentos lo.s trmites del divorcio.
momento
inevitable
como un tomate, porque yo tambin soy algoaficionado a eso de dar vueltas al cuarto y hasta he tenido varios broncas por ese motivo. Y hablando con franqueza, Chaplin no va muy descaminado al afirmar que los paseos aludidos ayudan a pensar mejor. Hasta la fecha, nada he sacado en limpio de esos "pensamientos nocturnos", aparte de varias enemistades y alguno que otro altercado con el vecino del piso de abajo, hombre que tiene que levantarse temprano y se enfurece al menor ruido despus de dadas las once; pero lo cierto es que en las altas y obscuras horas de la noche, cuando anda uno desvelado y el espritu pide rienda suelta para la imaginacin, no hay mejor incentivo que el lento caminar de arriba a bajo sobre el piso de la alcoba para construir castillos en el aire. He calculado bien esto y puedo asegurar que el combate que al principio se entabla entreel
*
*
*
TENL-V
en humilla rme^ recuerdo bieiT el desengao (|ue sufr al darme de alta los mdicos. Hicimos las paces poco antes de nacer mi hiplacer" especial
continu
y
como usted sabe, slo vivi horas. Charlie se mostraba lo ms afectuoso conmigo y ofreci regalarme un magnfico automvil de ltimo modelo. Y qu cree usted que se le ocurri? En vez del "limousine"jito que,
a los peridicos). Simultneamente un vigilante del parque central hallaba, al borde del
que yo esperaba, me encontr a la puerta de la clnica con una mquina vieja y aun ms desvencijada que esas que l saca en sus pelculas tanto iiue. segn luego pude enterarme, la haba obtenido en cambio por uno de los varios autos de deshecho que tiene en sus talleres para acabarlos de destrozar ante
raciocinio y la fantasa
queda resuelto a
el
objetivo.
unas ropas de mujer parecidas a las misteriosa Miss Onda Yuki. Huelga decir que en seguida se puso en movimiento toda la polica. Durante una semana anduvieron dragando el lago en busca de los restos de la japonesa. Media docena de detectives fueron destinados a descubrir el misterio y todo marchaba viento en popa hasta que las autoridades se percataron de desapareci la Seccin la farsa, y entonces. de Publicidad de la Universal sin que hasta hoy se haya dado con su paradero.lago,
de
la
Mildred me miraba con ojos amenazadores, Sin duda, para si yo tuviera la culpa. ella en aquel momento todos los hombres eran una punta de sinvergenzas. La verdad es que la bromita haba sido un poco intem-
como
quinta vuelta: al iniciar la sexta, la realidad se aleja derrotada, despacio primero asi como queriendo mantener el contacto, luego de prisa, muy de prisa, rauda, hasta esfumarse y perderse en lontananza a medida que nos internamos de lleno por las ureasla
pestiva.
Charlie de ms btiheniio que cabo de corta ted puede imaginarse dijo pausa. ^Cuando nos casamos no tena uneslo
regiones de
lo
inverosmil.
us-
al
.
.
*
*
*
HAY
sujetos que todo se les vuelve cere-
que no estuvieran roLas camisas y toda su ropa interior, lo mismo. Adems, como l es de tendencias socialistas, califica poco menos que de crimen el vivir con lujo y comodidades.solo par de calcetinestos
SUPONGOesto
y
agujereados.
hn
sigui diciendo Mildred con un de resignacin. Charliees
que habr que perdonarle todo un moartista,
un
Al ensayar su primera escena con Mary Tburman, el director Alan Dwan dijo al cmico Niles Welch, que acababa demonia.contratar:
Empezaremosla besas
que t
con la escena amorosa en apasionadamente. Preprate
en seguida.
respondi el Sr. Welch. de lanzarme al abordaje, quisiera que me presentaras a la seorita Thurman. * * * que me he separado de mi esposo porque era cruel conmigo, y es cierto; pero su crueldad fue siempre de ndole men-
Antes
Un
momento!
gran artista de temperamento extraordinario. Ni lo comprend yo ni l me hizo el ms ligero caso. Quizs encuentre otra mujer que sepa identifit.arse con l: yo me alegrara de eso y slo le deseo felicidad sin lmites. Que (|u pienso hacer ahora? Lo de siempre. Seuir con las pelculas, aunque en la prxima temporada tengo un buen contrato teatral. Todava no he cumplido veintin aos, tle modo que an me queda mucho caml>o que correr.Volv la cabeza al abandonar la sala. Mildred Harris continuaba hundida entre cojines sobre el divn. La amplitud del local y la exageracin en el tamao de los muel)Ies y decorados tan en boga en los hoteles (le Norte Amrica, que a veces albergan mayor nmero de habitantes que una pequea ciudad, haca que la actriz pareciese ms pe(uca,
DICENtal,
nunca
fsica.
As me hablaba Mldred Harris de Chaplin con voz entrecortada en la que se presenta la amenaza de un sollozo. Sentada en amplio sof del Hotel Chatham y casi sumergida entre multicolores almohadones y cojines, la esposa del mmico, con sus facciones orientales pulidas y acentuadas por el contacto con la nieve y los fros del Norte, pareca uno de esos objetos que los nios tocan indecisos y vacilantes por temor a romalgo tenue y dbil hasta la fragilidad. perlos Charlie es un hombre raro, excepcional Mildred hablaba ahora con ms seguridad. Pronunciaba de prisa, notndose que la timi-
Sr.
tante en neral de
Juan Kunzier Landavuru, represenNueva York de la Sociedad GeBuenos Aires, que sali para a casarse. Europa a negocios y.. .
revela dos fases antagnicas: la comercial y la artstica. Si bajo los negros bucles de Mildred se oculta una mentalidad mercantil, su casamiento le servir de mucho en la escena norteamericana. S *ierie, por el contrario, alma de artista, bastante ha de sufrir antes de que el pblico le d beligerancia y olvide que fu la mujer deidilio
ms Su corto
delicada,
ms
frgil.
Charlie Chaplin.
Jorge Hermida.
Septiembre, 1920
PGINA 780
CINE- M U X D I A L
Laautor dela
Facftura
de Argumentos CinematografieosPor
A.
VAN BURN POWELL.la
obra ''Los Resmenes de Argumentos Cinematogr^ eos" y de "Belinda se Peina de Alto", "Cuidado con "Sally est de Prisa", "Babette" y otros argumentos de pdieulas, tanto originales como adaptados, que han sido presentados con xito en la pantalla.
Pintura"
ya lo que es una trama, que debe contener y los elementos que la favorecen, tcanos ahora tratar de algunas cosas contra las cuales hay que guardarse, mientras nos dediquemos al desarrollo de las ideas que tenlo
ABIENDO
gamos en mientes. Hay muchos escritores que se entusiasman de tal manera con sus argumentos, que no seatreven a retocarlos, ni a darles ese barniz
de sentido comn y de juicio imparcial sin los cuales rara es la idea que resulta per-
Y a consecuencia de este descuido, sus tramas contienen defectos, que los editores de argumentos cnematogr;'ificos avezados a leer millares de ellos, no tardan en descubrir. De ah que se desechen, con frecuencia, buenos argumentos mal presentados o mal corregidos. Estos defectos tienen gran variedad. Perofecta.elnir'is comiin es la falta de lgica, o *'inconsecuencia" de una idea determinada. Podemos, verbigracia, presentar el caso de una .joven de quien se supone que nunca ha visto un automvil y que, eso no obstante, salta en el primero que encuentra y lo maneja tan hbilmente que, en una carrera con un tren expreso, logra ganar y salvar as la vida del hroe.
N. de la R. El seor Powell, que no solamente es un reconocido perito en argumentos cinematogrficos, sino que ka escrito muchos asuntos para lienzo y un libro en que explica los detalles tcnicos del arte de hacer esos argumentos, iia a redactar, exclusivamente para CINE - MUNDIAL, una serie de doce artculos sobre esta materia, de los cuales el tercero aparece en estas columnas. Invitamos a nuestros lectores a que consulten al seor Powell y a que le enven, en ingls, resmenes de argumentos originales, a fin de que l haga la crtica respectiva y. tal vez, si la idea es aprovechable, ayude a sus autores a vender los susodichos argumentos.
vida de una mujer o un hombre. Y si otra persona se mezcla en el asunto y comienza a absorber el inters del pblico, la atencin se divide entre los dos. Si este sistema se sigue hasta el fin de la cinta, no tardar el espectador en caer en la confusin y en ignorar quin es, por fin, el protagonista del asunto, con lo cual sobrevienen la inquietud y la impaciencia, dando al trastelael inters y la emocin esttica. Ante todo, cuando nos dediquemos a desarrollar un argumento, debemos impedir que se mezcle en l ninguna persona que, por sus actos, tome el primer trmino en el es-
con
de la obra y deje en verdadero protagonista.cenarioSi
el
fondo
al
comenzamos nuestraa
historia describien-
do, de entre los espectadores, se levanta un
vagabundo que declara que aquello es una injusticia, porque l presenci el crimen y le consta que el culpable es otro. En este caso, el autor haba engaado deliberadamente al espectador, al callar la circunstancia de que haba habido testigos del crimen y haba ocultado esta revelacin hasta que lleg el momento de suprema emocin en la pelcula. Y, luego, hizo entrar all al vagabundo slo porque necesitaba algi'in personaje que removiera el obstculo a la felicidad y librase al hroe de la sospecha. Este defecto porque defecto es se llama "forzar el eplogo para satisfacer las exigencias del tema" y consiste, hablando en trminos generales, en presentar un tipo desconocido en el argumento, sin ms excusa que la de que el asunto se haba complicado en forma tal que ya no quedaba ms remedio que introducir ese elemento extrao para
Dolores de su casa porque amaba a cierto joven, evitemos a toda costa el torcer nuestra narracin, presentando, a rengln seguido, a la hermana de Dolores que se queda en casa y resulta, luego, una vctima del antiguo novio de la ausente dejando a sta y sus subsecuentes experiencias para ms tarde. Esto sera dividir la atencin y, por ende, quitar inters al asunto, porque el pblico se fatigara y no sabra, adems, a qu atenerse.
do cmo echan
No
es
critor ideas
comn que ocurran a un buen escomo sta, porque pocos ignoran
que una mquina cualquiera, sobre todo si es intrincada como los automviles, deben estudiarse y dominarse antes de poderla manejar, y el mostrar a una mujer guiando un auto cuando nunca ha hallado ocasin desaber cmo se hace eso, resulta increble. Sin embargo, aunque parezca mentira, es muy frecuente encontrar situaciones tan ilgicas como la que hemos mencionado, en argumentos enviados a los editores de asuntos cinematogrficos. El protagonista de una historia debe hacer slo aquellas cosas que sean humanamente posibles, y es imposible que sepa manejar y guiar un automvil una mujer que jams, hasta ese instante, haba visto mquina tal. En todos los casos en que hagamos que los protagonistas lleven a cabo actos inverosmiles, nuestros argumentos resultarn inconsecuentes e ilgicos y no podrn ser aceptados por los editores respectivos. Las gentes hacen, bajo la presin de un gran sentimiento o de una gran emocin, cosas que no seran capaces de realizar en otrascircunstancias. Eso no es ilgico, sino natural en el hombre; pero no hay nadie que,
Un tema como ste, debe llevarse a buen trmino concentrando definitivamente la atencin en Dolores, para dar lugar a que se la crea la nica protagonista de la historia. Y despus, habindola sacado del domicilio papodramos describir cmo cae su heren las garras del villano, pero nos ser fcil sostener el inters del pblico en Dolores, sin dividirlo, mediante el expediente de mostrar sus sufrimientos y sus esfuerzos por conquistar el perdn de sus padres. Y, en el instante en que la hermana va a caer definitivamente en la deshonra, presentaremos a Dolores, llegando a tiempo para salvarla y redimirla. As habremos incluido en el tema todos los personajes que intentbamos presentar, sin que por eso haya decaterno,
mana
arreglar las cosas. Otro defecto que
esta
misma
situacin
llamado "de coincidencia". Todo lo que ocurre "por casualidad" en un tema cinematogrfico debe evitarse, si no se quiere correr riesgo de que sea rechazado. Una coincidencia como la del encuentro casual de dos hombres que han vivido en ciudades distintas toda su vida y que deben reunirse para que el argumento termine sacontiene esel
do
el
inters.
Nunca olvidemos
que, en nuestros asuntos,
aun impulsado por una fuerza emotiva haga lo imposible, como manejar un automvil cuando jams ha entrado antes en uno, o hablar un idioma extranjero cuando apenas lleve dos semanas en el pas donde se usa. Nunca, pues, debemos incluir en nuestros argumentos, a personas que hagan cosas imposibles, sino que debemos tener en cuenta que todo aquello que nos parecera absurdo si nos lo contasen, jams quedara bien en una narracin grfica, como es el cine. Con frecuencia, el editor de argumentos lee una historia en que la situacin es, ms o menos, la siguiente. El hroe va a ser sentenciado como culpable de un asesinato, cuanni
o sentimental,
tisfactoriamente; o como In llegada, momentos antes de la ejecucin del hroe, de up indulto inesperado; o el hallazgo intempestivo de una prueba que salva al inocente, cuando ya todo parece perdido; o el descubrimiento de una escritura de propiedad en momentos en que la herona va a ser lanzada de su casa, son artificios y recursos indignos de un buen asunto, ya que slo vienen del deseo del autor por dar un eplogo satisfactorio a su obra. Y ni le dan crdito, ni son del agrado del espectador. En el fondo, no son ms que consecuencia de su descuido o pereza, puesto que, enmendando y corrigiendo con cuidado la obra, desde el principio, son tales errores susceptibles de eliminacin. De todos los errores que un autor puede cometer, cuando es descuidado en la factura
hay que mantener la atencin del pblico concentrada en un solo personaje. Si se introducen otros, deben presentarse de modo que no se confundan con el hroe o la herona ni tomen, nunca, el primer trmino. Otra cosa que se debe evitar^ son escenas de muerte y homicidios. A veces, es indispensable la muerte de un personaje para dar fin a la historia, pero, siempre que se pueda, hay que evitar recursos de esta especie. Es un error el considerarlos dramticos y, por regla general, echan a perder el asunto. El "amor libre" y otras formas de argumentos que tengan que ver con relaciones ilcitas entre hombres y mujeres, deben evitarse. Recurdese que al cin' asisten menores de edad y que los editores nunca recomiendan a las casas manufactureras temas que los menores no puedan presenciar.nuestro prximo artculo trataremos de la cual hay que aplicar el conocimiento que, hasta la fecha, hemos adquirido en lo que se refiere a la factura de arla
de sus tramas, el ms imperdonable es el llamado de "divisin de inters" entre dos protagonistas. L'na pelcula cinematogrfica es (y no debemos olvidarlo) la narracin grfica de un perodo crtico en la lucha por
En
forma en
gumentos.
Septiembre, 1920
uscaba.ra
Su
y
^alie^a.(ue
de aqu I contest el Estran;;ualzando el puo. Y Vera no se lo hizo repetir dos veces y corri n reunirse con Renard, que aguardaba a la puerta. Dupont se acerc, a su vez, al Estrangulador que, nuevamente, se dispuso a poner aJ desconocido fuera de combate. No busco camorra dijo sonriendo Du jiont sino que vengo a solicitar la ayuda de usted para deshacer la banda de bribones que tuvo la culpa de lo que acaba de sulador
Pero. dijo Fuera.
.
permtame usted que
le
expli-
^'era.
ceder.
.
.
\'ioleta escudri el sendilante del Estrangulador y. tranquilizndose al ver la franca mirada del visitante, se alist para salir. No saba la joven que el boxeador haba dejado a la mujer que tanto se pareca a ella a muy corta distancia de la casa, con instrucciones de que penetrase en las habitaciones de \'olcta (cuya puerta quedara abierta de antemano) y se pusiera sus ropas, procurando al mismo tiempo, peinarse conforme lo hacia la novia de Roberto, para lo cual, el Jefe de la Banda proporcion un retrato. Renard acompaaba a la mujer con objeto de llevar a cabo sin dificultades el plan propuesto. Todo sali a la medida de los deseos de luo
El Estrangulador, con forzadas atenciones grandes muestras de respeto, condujo a V'ioleta a la "Portla", tratando, por el camino, de desvanecer completamente la intranquilidad de la joven y de disipar sus dudas. Y, segura de que aquel hombre no tena inters alguno en hacerla dao, la novia del doctor se reproch el haberle temido y sonri confiada.
Pero a su llegada a la sala "Portla", revivieron sus terrores y sus desconfianzas, y el aire marrullero que, apenas traspasaron los umbrales, adquiri el Estrangulador, la hizo estremecer porque tuvo, entonces, la certidumbre de que aquel hombre era un aliado de sus enemigos. Tal fu su temor que, al ver acercarse al pugilista que se diriga a ella con resuelto ademn, \'ioIeta retrocedi gritando y fu a refugiarse a la cocina, no sin cerrar antes la puerta de co-
El Estrangula dor mir de arriba a abajoa Roberto y, con un signo, indic a Molly que los dejase solos, a lo cual la mujer accedi no sin lanzar una mirada de odio soI>re
el
Dela
intruso. qu se trata?
inquiriall
el
Sala con aire desconfiado, una limbos se quedaron sin testigos.
dueo de vez queasuntoy.
Roberto explic brevemente])oco despus, Iircules.se sali
el
de
acompaado
del
conspiradores. La muier lleg sin ser vista a las habitaciones de \'ioleta y comenz a elegir vestido entre los muchos que contenia el guardarropa. L'n discreto golpe dado en la puerta le advirti que haba que darse intrusa, ponindose una elegante prisa, y la neglige de seda, abri la puerta al Jefe de Estos haban tenido la Banda y a Renard. la precaucin de tomar en alquiler un cuarto que estaba precisamente encima del ocupado
Cuando llegaronqued enla sala,
al hotel, el
Estrangulador
husmeando y recorriendo
por \'ioleta. El jefe de los bandidos lanz una mirada
con mirada vida el mueblaje y los tapices, movi la cabeza como si comprendiera que no estaba en su elemento. Dupont, entre tanto, haba salido a buscar a su novia. Apenas se present \'ioleta, el Estrangulador le estrech la mano en forma tan brutal que la joven dio dos pasos atrs, con gesto de disgusto. Sin quererlo, se haba ganado, con ese solo movimiento, la enemistad gratuita del boxeador. Esta cree que vale ms que yo pens con resentimiento. Roberto explic brevemente sus proyectos al Estrangulador, que se apresur a aceptarlos, apenas supo el precio que el joven estaba dispuesto a pagar por sus servicios y qued convenido que buscara manera de apoderarse del retrato robado por la banda siniestra, conviniendo en acudir a las habitaciones de Violeta aquella misma noche a las nueve, a fin de iniciar las operaciones. La joven, que no poda vencer su repugnancia hacia el pugilista, comunic sus temores a Roberto, pero ste la tranquiliz com-
municacin con la sala. El Estrangulador sonri al ver qu dbil para sus fuerzas hercleas, la barrera que la joven haba interpuesto entre ambos. En aquel momento. Vera lleg a preguntar ansiosamente al dueo de la sala de baile: No sospecha nada esa mujer? Ahora s ya comienza a comprender que ha cado en un lazo, pero por el camino vena como un corderito contest el otro. Y sin gran esfuerzo, apoy el hombro contra la puerta de la cocina, que cedi a su empuje y avanz hacia la prisionera. Los ojos de sta se dilataron de terror, ms a la vista, de Vera que por la presencia del Estrangulador. Y, sin poder reprimirse, lanz un grito, que el carcelero ahog con una de sus formidables manazas. De aquel lado hay una trampa ijo a Vera, sealando con la cabeza el lado opuesto a la cocina. Levntela y ver que nos viene muyera,
a pelo en este
momento.
.
.
Vera obedeci y el hombre arrastr a Violeta hacia la aberura.
Ves
all abajo? sarcsticamente a la aterrorizada joven. Es la acequia que pasa por ah y donde las ratas abundan. entre el agua, Y como aqu esoyes?. torbas, te vamos a arrojar por la trampa.lo
que hay
pregunt
.
.
.
.
.
.
{Contina en
la
pgina 821)
pletamente.*
*
Por su parte. Renard y Vera haban esperado a que el Estrangulador saliese de la Sala v, apenas se alej, entraron de nuevo en busca de Molly, a quien sin dicultades^ ya que la mujer senta instintivo odio hacia Roberto convencieron de que les ayudara en sus planes, sobre todo mediante la oferta de una tentadora suma de dinero que los miembros de la banda le hicieron. Molly llam a la fregatriz y las tres mujeres, acompaadas de Renard, salieron a buscar al Jefe de la Banda. Lo primero que ste pregunt, cuando llegaron a su presencia, fu si el Estrangulador
ios
ayudara.
lanzaba por El estrangulador estaba en sus glorias. Como una catapulta, bofetada limpia a cuantos combatientes tena a su alcance.. . .
el
suelo a
Septiembre, 1920
PGINA 793
CINE-MUNDIAL
EL GUANTELETE(The Gauntlet) 1500 metros. "Vitagraph"
EL motn del ELSINORE(The Mutiny of the Els^nore) "Metro" 1,800 metros.
EL CIRCULO BLANCO(The White Circle>
lo
"Famous Players"
1,500
metros.esta pe-
pintoresco de las estn ;is, cuyo primor de presentacin es lo que desde hiero atrae en esta cinta, sino por el arTumento, hay que poner la produccin de que tratamos entre las de primera fila, no sin hacer notar que. sin aquellas escenas tan bien hechas, la historia pasara sin pena ni gloria. El que lleva el p'^so de la interpretacin es Harrv Morey y traba.ia hin. El pape] de herona lo hace Louisxta Valentine, que se luce en la primera parte de la pelcula pero cuyas escenas emocionantes del final no resultan satisfactorias. Los
m.
[O solamente por
forma de novela, del famoso Jack London y nada ha perdido en la adaptacin. Accin de sobra es lo que la caracteriza y no hay en ella ningn anlisis sutil de caracteres. El temaproduccines original, ena toda clase de espectadores, ya que falla el legtimo recurso de ]iresentar cintas de aventuras marinas, como es la que nos ocuna. La interpretacin no deja absolutamente nada que desear, la presentacin es realista y bien escogida v la direccin est de acuerdo con el resto.
ESTA
MAimiCE TOURNEUR
dirigi
atrae
nunca
lcula, cuyo argumento est tomado de una clsica novela de Robert Louis Stevenson, el autor de "La Isla del Tesoro". Casi resulta intil agregar, pues, que la produccin es de primer orden. T-a direccin, la presentacin y la interpretacin rayan a gran altura. Aunque el argumento no se prestaba a grandes cosas, el director supo substituir con detalles cinematogrficos la maestra descriptiva del novelista, y el resultado ha sidc^ digno de ambos.
dems, bien.
Reparto RepartoIntrprete principal Mitchell Lewis. Colaboradores: Helen Ferguson, Noah Beery. Casson Ferguson, M'^illiam V. Mong, Sydney D'Albrook, or val MacGregor y J. P.:
RepartoIntrprete principal: Harry Morey. Colaboradores: Louiszita Valentine, Frang HajTney, Walter Horton. Charles Elridg-e, Eleanor Barry y Kobert Gaillard.
Intrpretes principales: Spottiswoode Aiken y Janice Wilson. Colaboradores: HarryS. Northrup, Jack Gilbert, Wesley Barry y Jack McDonald. Argumento de Robert Louis Stevenson, direccin de Maurice Tourneur y fotografa
jr.,
Lockney.
ArgumentoBeverly, rico neoyorquino, ha comprado tierras en Tennesse, sin haber siquiera vistt la propiedad. Su hijo Roderick es enviado a examinarlas y a defenderlas de la codicia de iHi sindicato que quiere quedarse con ellas. Por el camino, el joven conoce a Nessy, hija A su del montas qiie vendi el terreno. arribo, Roderick es tomado por agente del gobierno y resulta, as, vctima de las sospechas de toda la comarca. Varios atentados contra su vida lo ponen sobre aviso, pero l se ocupa ms de hacer el amor a Nessy que de protegerse contra los misteriosos ataques. Roderick descubre que las propiedades de su padre son muy valiosas y ya se prepara a regresar a Nueva York, en compaa de su amada, a quien piensa raptar, cuando uno de los parientes de la muchacha aparece asesinado y la fajnilia atribuye el crimen al pretendiente. La gente intenta linchar al Joven, que es salvado por Nessy, pero sta cae tambin prisionera. La muchacha consigue huir y entre tanto, un pretendido amigo de Roderick, que es el que tiene la culpa de todo, lucha con l en el interior de la prisin. El falso amigo, al salir de all, es tomado por Roderick y matado de un balazo. Otro individuo, con el cual Nessy ha prometido casarse si salva a Roderick, tambin se mete en una pelea, a consecuencia de la cual muere, no sin antes haber confesado que l fu quien mat al pariente de la joven. Y, enterrados los (pie estorbaban, el hroe y la herona se casan, como no poda menos de suceder. Publicidad y Reclamo
Argumento de Jack I^ondon; adaptacin de Albert S. Le ^'ino y direccin de EdwardSloman.
de Charles Ortleib.
Arfumento
Argumentoes marino a bordo de un barco lo protege. El hijo del capitn, Dick, odia el mar pero adora a la hija del propietario del navio. AVest, que viaja a bordo. Pike tambin la ama en secreto. La joven se llama Margarita. Varios picaros matan al capitn del buque por apoderarse de la caja fuerte del mismo y en el lecho de muerte de su ]5rotector, Pike jura proteger a Dick y se entera de que Margarita tambin ama al jovenzuelo, a pesar de su aficin a las juergas. El "Elsinore" sale a un largo viaje y en l van, como tripulantes, Pike, Dick (que entr a la fuerza) y Mellaire, uno de los pillos que fu causa de la muerte del protector de Pike y que tambin est enamoradora de Margarita v resuelto a poseerla a toda costa. El tal Mellaire se ha dejado crecer la barba y nadie le reconoce, excepto un enemigo suyo que jura matarlo durante la travesa. El resto de la tripulacin es de lo peor, de modo que no tarda en surgir un motn, en el curso de una tempestad. Pike es el hroe que lucha solo contra todos liasta que Dick, regenerado ante el peligro, acude en su ayuda. Pike resulta mal herido durante el combate, pero cae feliz al ver que el hijo del viejo capitn es digno simultneamente de mandar el navio y de casarse con Margarita. Mellaire muere a manos del enemigo que le haba seguido.
,Tuan Pike cuyo capitn
Hudleston, banquero y viejo, vive en un apartado barrio de Londres, pobre y misteriosamente a pesar de sus riquezas, en compaa de su hermosa hija Clara. Admirador de sta es un aventurero llamado Normoiir. Un grupo de italianos prepara una revolucin, so pretexto de una fiesta y contando con los fondos que han colocado en el Banco de Hudleston, a quien se proponen arrancar Aterrorizado el banel dinero a la fuerza. quero, confiesa a Normour, a quien acude en busca de ayuda, que sus operaciones bancarias son fraudulentas y que tiene razones para temer a la justicia. Normour se aprovecha de sto para arrancarle la promesa de que Clara se case con l y, en cambio, le
Huyen los tres. Por el camino topan con un tal Casilis y con Frank, que son dos vagabundos simpticos. Casilis ha tenido un duelo, antes, con Normour, y ste, que pudo matarlo, le perdona la vida a condicin de que renueven el desafo cuando a Normour le parezca. Casilis se enamora de Clara. Los dos rivales van a reir cuandopresta proteccin.
y pinblanco smbolo de su criminal sociedad. Normour, el banquero y clara se unen con los vagabundos para defender sus vidas. Cuando todo parece nerdido, al llegar los italianos, Hudleston se sacrifica por los dems y muere. Y, para fin y remate, Normour renuncia a la mano de Clara en favor delos italianos descubren a los fugitivos tan en la ventana de la casa el crculo
que
es
el
"Harry Morey en una
"En una comarca, intaas de Tennessee" festada de criminales, todos son sus enemi"El gos, menos una mujer nue lo ama" amor triunfa del cuchillo, de la horca y de la prisin" "Una bella y pintoresca pe-
pelcula de las
mon-
Publicidad y Reclamo
Casilis.
"Una de las ms hermosas novelas de Jack "TempesLondon adaptada a la pantalla' tades del alma y tempestades del mar" "El melodrama que conmueve y sacude el
Publicida
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