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“COMUNICACIÓN, CULTURA y SOCIEDAD” – PROF. DIAZ, G. Fabiana

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DOCUMENTO DE TRABAJO N° 19: “DIFERENCIACIÓN CULTURAL EN UNA SOCIEDAD”1

Multiculturalismo. Se denomina multiculturalismo a la

corriente que adopta la actitud de aceptar las diferencias

culturales entre distintos grupos de personas. Se refiere no

sólo a las diferencias culturales entre naciones o pueblos,

sino a la heterogeneidad cultural existente en el seno de

una misma sociedad. Algunas características positivas del

multiculturalismo son que propicia el conocimiento y el

respeto de los pueblos y sus diferencias, y afirma que

puede llevar a la integración mundial, trascender lo

nacional y lo local a través del reconocimiento respetuoso

de los otros, desde la base de una mirada abierta y amplia,

exenta de eurocentrismo o de etnocentrismo.

(…) El pensamiento más conservador norteamericano rechaza el multiculturalismo, porque quiere

que los descendientes norteamericanos de otras culturas no occidentales se integren al american

way of life (modo de vida norteamericano), y no que traten de mantener las diferencias con la

supervivencia de las culturas de sus ancestros. Temen que se debilite la identidad nacional

norteamericana por la importante presencia de afroamericanos, hispanos, cubanos, mexicanos,

portorriqueños, asiáticos, dejando de lado la cultura occidental y escindiéndose en una maraña de

nacionalidades. Al sustituir los derechos de los individuos por los derechos de los grupos (…) se

podría resquebrajar “el cemento en la estructura de esta nación grande y

dispar”. Los conservadores se alarman porque consideran que el rechazo del

credo y de la civilización occidental supondrá el final de los Estados Unidos

de América como tal, y también el de la civilización occidental, porque ésta,

debilitada, quedaría solamente “reducida a Europa y a unos pocos países

ultramarinos de colonos europeo escasamente poblados” (…)

Culturas y subculturas. Señalábamos que dentro de una misma sociedad hay diferenciaciones

culturales. Una subcultura es la cultura propia de un grupo dentro de una cultura más amplia, que

se diferencia de ésta por diversos rasgos, costumbres o intereses, pero que, en definitiva, es una

parte integrante del conjunto. Se pueden

determinar subculturas siguiendo criterios

étnicos, de comportamiento (por sexo,

ocupación o edad), ecológicos, de clase o de

subordinación. Así, existen subculturas de

inmigrantes que se mantienen conectados en

barrios o regiones, indígenas tribales,

indígenas modernos, campesinos, proletariado urbano, culturas

juveniles, etcétera. A veces los criterios son arbitrarios, ya que se

pierde de vista la relación con la sociedad en su conjunto y se habla

de subculturas de los pobres urbanos, de los adolescentes, de los

hippies, de los intelectuales, de los delincuentes, etc. (…)

1 PEDRANTI y otras. Op. Cit. Pág. 93 a 101.

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Cultura letrada. La palabra cultura comienza a utilizarse en el

Renacimiento europeo para mencionar con ella la formación intelectual

de los sectores dominantes: la formación en las artes, las técnicas, la

filosofía, el comercio, la guerra, la diplomacia, las finanzas; en fin, el

manejo del poder. Se refiere, en este sentido, a la cultura letrada,

propia de un sector de la sociedad. Los que no tienen ese refinamientos

del gusto (en cuanto a las artes, a los modales, a la vestimenta, etc.) característico de ese círculo o

esa élite, son considerados incultos por ese sector. Como las clases dominantes no sólo se apropian

de los bienes y de los conocimientos que consideran

válidos sino también del vocabulario, del uso dela palabra,

vulgarmente se califica como culta a la persona que es

erudita, es decir, que tiene muchos conocimientos gracias

a la lectura, investigación o desarrollo en las artes, ciencias

o filosofía. Sin embargo, al utilizar de este modo al vocablo

cultura, estamos hablando solamente de un aspecto: de la

cultura letrada o de élite, de las “formas valoradas” de la cultura.

Cultura popular. Como su nombre lo indica, cultura popular es la cultura propia de un pueblo

(aunque no todos sus elementos culturales sean propios, sino que algunos o muchos pueden ser

ajenos, pero de los cuales se ha apropiado) que resiste a las imposiciones de las minorías dirigentes

y que determina la continuidad histórica de esa sociedad. Un ejemplo sería la cura del “empacho” y

del “mal de ojo”, que se va difundiendo de generación en generación, pese a su “acientificismo”.

Muchas veces, en forma callada, esos conocimientos son traspasados también a las elites dirigentes,

a través de los ancianos o de las niñeras (…) Se

transmite, generalmente, por tradición oral, ejercitando

la memoria. Existen, de este modo, al menos dos

conceptos de cultura popular: uno, que la circunscribe

a las clases bajas y a los grupos marginados, y otro, más

amplio, que incluye a las creaciones del pueblo en general, siempre en contraposición al concepto

de cultura elitista o letrada.

El folklore es la disciplina que, dentro del campo de las ciencias

sociales – antropológicas, se ocupa de la cultura popular (Redfield,

1991). El folklore en sentido estricto está constituido por los usos,

costumbres, bailes, ceremonias, creencias, romances, refranes,

etc., de los tiempos antiguos, sobrevivientes en el pueblo. Al estar

vigente, va cambiando, adquiriendo nuevos rasgos; generalmente

es anónimo, y se transmite por vía oral. Es la base de lo tradicional,

y está geográficamente localizado en la región cuyos habitantes

conservan ese legado. En un sentido más amplio, también se

incluye en el folklore la creación colectiva oral y anónima reciente,

y la creación popular individual, escrita o registrada por cualquier medio, que se nutra de las

tradiciones y las continúe (Colombres 1987). Muchas veces se lo tiende a confundir con la proyección

folklórica, que está constituida por las expresiones creadas tomando como base lo folklórico, con

carácter artístico o comercial (…) El folklore es uno de los elementos que forman parte de nuestra

identidad cultural y es integrante de nuestro patrimonio cultural exclusivo.

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Cultura de masas. Por la cantidad de gente que la adopta,

vulgarmente se confunde a la cultura de masas con la cultura

popular. Sin embargo, la diferencia es de fondo: la cultura popular

está generada por el propio pueblo, tiene un ida y vuelta con los

productores y los que la usufructúan. En cambio, la cultura de masas

es reproducida y difundida por los grandes centros económicos y de

poder: puede cooptar o copiar a grupos o creaciones populares

repitiendo el modelo hasta el hartazgo, tomar músicas pegadizas, libretos que conmuevan el

corazón, o simplemente que sean adoptados por una mayoría por su difusión reiterada en los

medios masivos de comunicación. Su característica fundamental es

que es producida por las industrias culturales: periódicos, posters,

recitales, obras teatrales, etcétera, con una tendencia

homogeneizadora. Estos productos comerciales massmediáticos no

pueden llamarse “cultura popular”.

En este sentido, la industria cultural transforma el “acto cultural” en

“valor de cambio”, es decir, en mercancía, y al estandarizar la cultura y convertirla en un producto

más de la sociedad capitalista, la degrada. Sin embargo, no en todos los

casos la producción y difusión de la cultura por estos medios persigue

fines de lucro: puede haber intereses políticos (por ejemplo, para la

propagación de la cultura oficial), ideológicos o simplemente valores

estéticos que requieren de la industria cultural para ser conocidos por

el resto de la sociedad.

Mestizaje, sincretismo e hibridez cultural. Pese a

que mestizo e híbrido son sinónimos (ambos

quieren decir “mezcla”), por el uso que se les da

tradicionalmente, mestizo se asocia

generalmente con su sentido étnico o biológico, e híbrido tiene cierto matiz peyorativo, porque se

refiere más a una mezcla anodina, estéril o incluso despreciable. El concepto sincretismo tiene un

carácter que apunta a lo filosófico o a lo religioso: es cuando se trata de

conciliar dos o más doctrinas diferentes, o se mezclan o fusionan dos o

más religiones. Los aspectos sincréticos se pueden apreciar

fundamentalmente en los ritos “cristianos” de distintas partes del país,

que toman aspectos de cultos aborígenes anteriores: el culto a San La

Muerte en Corrientes, la fiesta de Reyes en el norte argentino y en Bolivia, etcétera (…)

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Unidad N° 4:

“Comunicación y tecnologías de la información en las Sociedades Contemporáneas”

DOCUMENTO DE TRABAJO N° 20:

“Los medios masivos de comunicación y su impacto en la reconfiguración de las prácticas

socioculturales contemporáneas”

Publicación en línea. Granada (España). Año I Número 0. Diciembre de 2002. ISSN: 1695-324X http://www.ugr.es/~sevimeco/revistaeticanet/index.htm

Javier Ballesta Pagán2

Educar para el consumo crítico de los medios de comunicación

(…) El interés por la comunicación masiva. Al abordar los medios de comunicación una de las cuestiones que están en juego y motiva su estudio desde la educación, es el poder que tienen para dominar o si se quiere, manipular en los ciudadanos. Hoy, más que nunca, se hace necesario entrar en el mundo de la comunicación, desde una postura crítica, que conlleva reflexión y escepticismo que nos hace estar en duda permanente sobre la función que ejercen los medios de comunicación y cómo tenemos que interrogarnos sobre los productos mediáticos que están en la sociedad. En este sentido una educación en nuevas tecnologías y medios debería jugar un papel importante de poder y, a la vez, liberador en la medida que ayuda a preparar para una ciudadanía democrática y a

tomar conciencia del valor que tiene la información sobre los hechos que ocurren y sobre las acciones que se desarrollan. (…)La preocupación por esta temática, se

traslada directamente al ámbito educativo.

Así, Postman (1995) indicó que hemos

transformado la información en una forma

de basura, tenemos grandes cantidades de

información sin modelos que le hagan tener sentido. Este autor dice que necesitamos consultar a

nuestros filósofos, dramaturgos y poetas para restaurar y volver a crear las metáforas e historias

que dan sentido a nuestra historia, nuestro presente y nuestro futuro. El fuerte crecimiento de la

realidad virtual reclama una necesaria potenciación de la experiencia vivida. Hace unos años R. Louv,

como señalan Swartz y Hatcher (1996), entrevistó a unos niños en Estados Unidos sobre su relación

con la naturaleza, descubrió que aunque la juventud de hoy tiende a tener un mayor conocimiento

sobre los problemas ecológicos globales tienden también a tener muy poco contacto directo con la

Naturaleza.

(…)Educar para comprender la comunicación masiva. A la hora de analizar el papel de los medios

de comunicación como difusores de determinados temas de interés está por determinar hasta qué

punto esos medios de comunicación son exclusivamente instrumentos de información sobre la

llamada actualidad puntual, y hasta qué punto están, también, al servicio de los lectores y de sus

2 Profesor Titular Tecnología Educativa de la Universidad de Murcia

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intereses ofreciéndoles temas de una actualidad considerada más permanente. Sin embargo, la

paradoja está en que los grandes periódicos o las grandes cadenas de radio o televisión tengan,

precisamente, una extraordinaria vocación de servicio público. Más bien están totalmente abocados

a una carrera de competencia, tratando de conseguir el mayor número de abonados, compradores,

consumidores que gastan su dinero en los productos que ofrecen, ofreciéndoles unos contenidos

muy espectaculares y de éxito seguro, muy publicitarios. Ante este hecho, como señala Masterman

(1993), los medios tienen una importancia ideológica tan enorme que se hace necesaria una

educación audiovisual con urgencia en las escuelas porque quienes controlan y trabajan en los

medios no sólo tienen poder para fijar prioridades, ofrecer explicaciones y construir sus propias

versiones de los acontecimientos, sino, que además tienen la capacidad, mucho más importante, de

proyectar estos acontecimientos como naturales y auténticos, sencillamente como una parte de la

manera de ser de las

cosas. Es el poder de

mitificar, de amplificar,

de convertir una

situación en un gran

acontecimiento o a una

persona de a pie en

todo un héroe. El hecho

de rellenar un dato o simplemente omitir se convierte en una manera de trascender y optar por una

ideología, tomar partido, destacar o subrayar una opción determinada.

Vayamos a un ejemplo que escribe Masterman, conocedor de la realidad inglesa, referido al

conflicto de las islas Malvinas y que lo trata para ilustrar lo que comentábamos anteriormente.

Debido a la brevedad de tiempo en que se desarrolló esta guerra- señala este autor- que la situación

bélica no permitía que se creara una hostilidad ideológica larga, por ejemplo, como la de la “guerra

fría”. Por el contrario, en cuestión de unas semanas, era necesario convencer a muchas personas

decentes y juiciosas de que valía la pena dar sus vidas por el futuro de unas pequeñas islas cuya

existencia habían ignorado felizmente hasta hacía sólo unas semanas. El sentimiento de apoyo,

implicación de la población en la acción tomada estuvo condicionada por la manera de presentación

de los medios de comunicación. En un primer momento existía un gran rechazo, pero fue necesaria

una batería de técnicas de manipulación de la información, sin excluir la mentira, la omisión y la

información errónea para convencer al público de la rectitud de la causa del gobierno.

(…) En la actualidad se observa la dificultad que experimenta un número importante de individuos

para entender los mensajes que se transmiten en los medios de comunicación. La

descontextualización y fragmentación del conocimiento en los medios es una realidad. Unido a esto

hay que destacar, con todas las consecuencias que pueda tener las dificultades de las personas con

niveles considerables de escolarización, incluso universitaria, para interpretar y dar sentido a la

información que les llega por los más diversos canales, está haciendo aparecer un nuevo tipo de

analfabetismo. Por ejemplo, entender la información transmitida en un telediario requiere contar

con unos mínimos conocimientos previos sobre los aspectos más diversos. Desde historia y

geografía, hasta política nacional y extranjera, moda, literatura biología e ingeniería. Pero sobre

todo requiere un saber que no está ubicado en ninguna disciplina específica, como tal, aunque exige

una capacidad de valorar, interpretar, discernir y matizar lo visto y lo escuchado, para tener un

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criterio de credibilidad sobre las fuentes que nos informan y los hechos comentados. De ahí que

cada vez sea mucho más difícil distinguir entre información, opinión y seleccionar lo fundamental

de lo transmitido, desenmascarar razones ocultas o simplemente considerar que aquello que vemos

tiene que ser remediado, solucionado y necesita de una actuación. Cada vez más hay una distancia,

generada por los mass-media, entre lo que pasa y cómo se cuenta, entre la realidad y la ficción,

imperando la seducción mediática y el lenguaje que confunde y adormece al usuario del mismo. El

gran engaño consiste en suponer que quien va a utilizar los medios ya tiene formación suficiente

para hacerlo, lo que no suele ser cierto en la mayoría de los casos. Se necesitaría tener un

conocimiento previo o un requerimiento adquirido por el análisis desde la experiencia personal,

cultural y grupal capaz de servir de referente a lo que nos llega desde los medios (…).

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EL IMPACTO DE LOS MEDIOS EN LA SOCIEDAD3

¿Es cierto que los medios de comunicación influyen en la vida de las personas?

Por Camila Mujica

Cuando nos referimos a la palabra “impacto”, estamos hablando del

golpe emocional producido por una noticia. Es decir, que en este

caso, cuando hablamos del impacto que provocan los medios de

comunicación en la sociedad, estamos hablando de la forma en la

que estos medios influyen en nuestra vida. Ellos facilitan nuestro día

a día y nos ayudan en varios sentidos. Los medios tienen tal impacto

en nuestra vida cotidiana, que hoy en día se nos haría imposible

pensar en una vida sin ellos.

Hay muchas formas diferentes de comunicar, por medio de la visión, del oído o ambos mediante

diferentes tipos de medios. Hoy en día los medios de comunicación son de fácil acceso, es decir, que

cada vez más personas tienen contacto con algún medio. Puede ser tanto la televisión, como la

radio, computadora, revistas, diarios, cine, etc. Lo que atrae a las personas es la forma de evolución

constante que los medios tienen. Esto a su vez, hace que los medios sean -por así decirlo-

fundamentales para la vida cotidiana. Su practicidad, creatividad y fácil acceso, hacen que cada vez

más personas se sientan atraídas, creando de manera sencilla un vínculo fuerte entre el emisor -

quien envía un mensaje- y el receptor -quien lo recibe-.

Mucha gente cree que los medios no habilitan al pensamiento propio, sino que lo bloquea, de

manera que el ser humano no es capaz de pensar por sí mismo, y termina opinando lo mismo que

escucha o ve en los medios de comunicación.

3 http://ar.blastingnews.com/opinion/2015/05/el-impacto-de-los-medios-en-la-sociedad-00388169.html

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Años atrás, los medios no eran esenciales en la vida de las personas. Un ejemplo sencillo para esto

es la televisión, el cual es hoy en día un medio por el cual los niños y jóvenes se sienten muy atraídos,

pero que hace unos treinta años, no parecía ser un recurso necesario para que los niños se

divirtieran. En vez de pasar horas y horas frente a una televisión (disminuyendo su capacidad de

interacción o sociabilización) ellos invertían su tiempo relacionándose con otros niños, al aire libre

o inclusive creando nuevos juegos. Se estima que los niños que no se sienten parte de un grupo o

no tienen facilidad para integrase, son quienes le dan mayor

importancia a los medios de comunicación. Se sostiene la teoría de

que los niños de ahora, prefieren pasar su tiempo frente a una

pantalla, viendo como un personaje de la televisión puede hacer

ciertas cosas, en vez de hacerlas ellos mismos. Con respecto a los

programas violentos o los juegos que eligen los niños, hay ciertos

aspectos que se fueron creando con el tiempo, como por ejemplo:

-Dar por sentado que la violencia soluciona cualquier conflicto.

-La imitación de los personajes que se encuentran en la ficción.

-La aceptación de la violencia, tomarla como algo común entre humanos, acostumbrarse a ella.

-La imitación de la violencia.

Es por eso que las familias de los niños o adolescentes deben estar atentos al tipo de juegos o

programas que los jóvenes eligen. Tienen que tener en cuenta cuántas horas pasan ellos jugando o

viendo este tipo de trato violento y considerar otras maneras de que ellos pasen el rato. Se cree que

no sólo los niños son quienes pasan demasiado tiempo frente a la televisión, sino que los adultos

también lo hacen. Esto no sólo puede afectar la vida social de un joven, sino que también de una

persona mayor, la cual es afectada psíquicamente por un medio de comunicación.

Esto no quiere decir que los medios tienen únicamente mensajes negativos, tienen tanto negativos

como positivos. Son parte de la sociedad de hoy en día y por lo tanto son parte de nuestras vidas. El

problema es convertirlos en adicción, es decir, cualquier tipo de medio de comunicación que sea

utilizado en “sobredosis”, es dañino. Mientras mayor sea la exposición a ellos, mayor va a ser el

daño, tanto para los niños como para los adultos.

Medios de comunicación masiva, redes globales, sociales y tecnológicas4

(…) Nuestras formas de percepción se ven expuestas a un desafío constante: ¿quién nos hubiese

dicho hace unos años que íbamos a llevar en el bolsillo un aparatito que nos conectaría con el

mundo? ¿O que podríamos leer miles de libros en una pantalla? ¿O llevar una computadora bajo el

brazo, que si se conecta a una red que físicamente está en todos lados y en ninguno, podríamos

relacionarnos con gente de diversas partes del mundo? Aunque no nos detengamos a pensar en ello

y lo tomemos como algo “natural”, se va dando una verdadera revolución en nuestra estructura

perceptiva, que se denomina (de acuerdo con una expresión de Walter Benjamín) sensorium, que

responde a los cambios externos y se desarrolla como respuesta, adaptación y negociación con ellos.

4 PEDRANTI y otros. Op. Cit. Pág. 106 a 108.

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Somos seres biológico-culturales y, tal como se fueron dando las respuestas físicas de adaptación al

medio y a las épocas, lo mismo pasa con nuestra percepción y

experiencia cultural y comunicacional.

Jesús Martín – Barbero reflexiona sobre estas transformaciones en

América latina. Plantea que este nuevo sensorium, “gestado en

medio de la modernidad”, aparece frene a los dispositivos culturales –

originariamente, el cine y la radio – que fueron reconocidos como

mediadores democratizantes (es decir, para todos) en la percepción y en las formas de contar las

experiencias personales y colectivas. Modificaron las formas en que se veía la gente, en cómo se

reconocían en lo que aparecía en esos medios (películas, radioteatros, etc.). Retomando las

reflexiones de Walter Benjamín, este autor recupera las experiencias de percepción en las grandes

ciudades – un trabajador que pasa por la calle, anónimo entre los demás – y la sensibilidad diferente

con la que se sumerge en el cine. Es decir, en la ciudad existe una atención dispersa y difusa, entre

la muchedumbre, que es la que nos permite sobrevivir en ese medio (¡imagínense si prestáramos

atención absoluta a toda la información que nos rodea, desde que nos levantamos hasta que

llegamos a la escuela, cuando salimos con amigos o nos conectamos a Internet! Nos volveríamos

locos, sin duda). Y, por otro lado, esta atención más dispersa se

convertía en algo diferente, más atento y emotivo en el cine.

(…) Martín Barbero hace una reflexión sobre la televisión que bien

puede aplicarse a las diversas pantallas que hoy nos invaden y son

parte de lo cotidiano: teléfonos celulares, sus versiones sofisticadas

conocidas como Smartphones, las computadoras, los dispositivos

híbridos de televisión/monitor conectados a Internet, etc. Dice este

autor: “…Con la televisión nació un territorio virtual al que todo

llega sin que haya que partir” (Martín – Barbero, 2000). Todo nos llega desde la pequeña pantalla

sin necesidad de salir a buscarlo.

(…) Si hace más de un siglo lo público estaba afuera, en las calles y en las plazas y la casa era lo

privado, ahora la división ya no está tan clara, con un artefacto que “invade” nuestro hogar con lo

que pasa afuera y que tiene programas que representan lo íntimo (por ejemplo, los reality shows)

(…) vivimos rodeados de pantallas encendidas, a través de las cuales nos comunicamos – cada vez

con mayor interacción- y estamos pasando del “estar juntos” al “estar conectados”. Y el gran tema

es que este nuevo estado, el de “conexión”, crea nuevas formas de

exclusión, porque hace evidente el reducido acceso que en

muchos lugares hay a Internet. Martín – Barbero afirma que la

posibilidad de conectarse a Internet abre a nuestros países

latinoamericanos la conexión con el mundo, pero desvaloriza la

cultura del encuentro. Aunque quizá sea una afirmación un poco

apresurada y pensando sólo en los encuentros reales y físicos, ya

que estas formas nuevas de conexión llevan a otra maneras de estar juntos. Proyectos culturales,

artísticos, sociales, humanitarios, consiguen apoyos en distintas partes del mundo. Por lo tanto,

estos procesos de fragmentación y flujo van mostrando y señalando nuevos nexos, otros puntos de

encuentro que requieren un renovado análisis, pero siempre considerando tanto las positivas

(formas alternativas de encuentro) como negativas (las exclusiones y divisiones sociales).