Estudiante: Rodrigo Antonio Montenegro Jiménez Fecha: 10 de abril de 2015
Síntesis y crítica personal Tratado de Dios, Uno y Trino
Introducción al estudio de la Trinidad divina
Estudiar la Trinidad (subsistencia de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo) es
esencial para comprender su relación con la experiencia de vida cristiana y la realidad
humana. El primer paso para hacerlo es ubicarse en la experiencia religiosa de Jesús (quien
se sabe religado al Padre e impulsado por el Espíritu a servir a los oprimidos), la cual es
continuada en la comunidad de fe que se centra en el conocimiento, afecto y vida de Jesús,
en adoración al Padre y en entrega fraterna por la fuerza del Espíritu de la Verdad, que tanto
en la oración como en los sacramentos tiene una estructura trinitaria. Así, es en la
profundización de la persona de Jesús y la permanencia activa en la Comunidad donde se
puede captar y vivir correctamente el don de la revelación trinitaria, acogiéndolo con
confianza para penetrar en su misterio.
En medio de la realidad que lo envuelve, el hombre mantiene el arraigo a sus orígenes
(el hogar y la tierra) y actúa con racionalidad objetiva impulsado por su espíritu subjetivo; por
esto es comprensible que Dios se le quiera comunicar como Origen, Palabra y Espíritu, y que
el hombre tenga la capacidad para recibir este don. Todo esto es posible porque en el deseo
de Dios era necesario que la racionalidad del hombre escuchara la Palabra y su espíritu se
clarificara orientado por el don del Santo Espíritu. Así, la comunicación divina es revelación
de Dios y salvación del hombre en lo más íntimo de su ser.
La comunicación trinitaria de Dios ayuda a comprender al hombre como imagen de Él, y
Dios quiso que sucediera por etapas: primero como promesa del Reino pero luego como
anticipación de esa plenitud en Cristo, por medio del cual irrumpe la realidad divina en lo
humano y se manifiesta analógicamente en la forma de ser de las personas de la comunidad
luego de que asimilaran dicha irrupción como sabiduría. Por último llegará la plenitud.
Comentario: Al aproximarse al misterio de la Trinidad se puede llegar a creer que se
está entrando en un campo tan sagrado que exige alejarse. Este tipo de barreras impide a
los seres humanos convencerse de que Dios realmente ha revelado su Ser para que
podamos conocerle y adorarle en espíritu y verdad (las capacidades fundamentales que Él
nos dio para relacionarnos con Él y con toda la creación). De esta manera aprender más
acerca de la Trinidad es esencial en el proceso constante de conversión en la vida cristiana.
En este aspecto lo importante es saber cómo realizar el acercamiento a este misterio,
que sin duda requiere de la misma orientación que tuvo Jesús en su religiosidad: reconocer
al Padre como su origen y al Espíritu como su impulso para realizar su misión. En esa misma
perspectiva, ubicándonos en la Comunidad como bautizados miembros de Cristo, es que se
hace posible ir al misterio de la Trinidad ya no desde afuera, sino estando sumergidos en él,
como miembros del Cuerpo del Hijo. Desde ahí la Trinidad ya no es tan solo un tema o una
enseñanza dogmática, es la forma verdadera de vivir la fe.