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en la elaboracin onrica se exterioriza un poder psquico que despoja de su intensidad a los elementos de elevado valor psquico, y crea, adems, por la superdeterminacin de otros elementos menos valiosos, nuevos valores, que pasan entonces al contenido manifiesto. Cuando as sucede habrn tenido efecto, en la formacin del sueo, una transferencia y un desplazamiento de las intensidades psquicas de los diversos elementos, procesos de los que parece ser resultado la diferencia observable entre el texto del contenido manifiesto y el del latente. El proceso que as suponemos constituye precisamente la parte esencial de la elaboracin de los sueos y le damos el nombre de desplazamiento. El desplazamiento y la condensacin son los dos obreros a cuya actividad hemos de atribuir principalmente la conformacin de los sueos.No es, a mi juicio, nada difcil reconocer el poder psquico que se exterioriza en los hechos del desplazamiento. Resultado de este proceso es que el contenido manifiesto no se muestra igual al ndulo de las ideas latentes, no reproduciendo el sueo sino una deformacin del deseo onrico inconsciente. Pero la deformacin onrica nos es ya conocida y la hemos referido a la censura que una instancia psquica ejerce sobre otra en la vida mental; y el desplazamiento constituye uno de los medios principales para la consecucin de dicha deformacin. Is fecit cui profuit. Podemos, pues, suponer que el desplazamiento nace por la influencia de dicha censura, osea de la defensa endopsquica. En subsiguientes investigaciones nos ocuparemos del desarrollo e influencia recproca de los procesos de desplazamiento, condensacin y superdeterminacin dentro de la formacin de los sueos, y sealaremos cul es el factor dominante y cul el accesorio. Por el momento nos limitaremos a indicar una segunda condicin que deben cumplir los elementos que pasan al contenido manifiesto; la de hallarse libres de la censura de la resistencia. Con el desplazamiento contaremos ya en adelante, para la interpretacin onrica., como un hecho indiscutible. (Sigmund Freud, La interpretacin de los sueos (2), Madrid: Alianza Editorial, 1966, pg 148-149)