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    Conflictos por recursos naturales y pueblos indgenas

    Niev es Ziga Gar ca-Falces*

    La relacin entre pueblos indgenas y conflictos se enmarca en la tensin cada vez msmanifiesta entre intereses particulares e intereses universales. En el sistemainternacional hay numerosas cuestiones que no pueden ser manejadas individualmente

    por los Estados como la crisis ambiental, las violaciones masivas de los derechoshumanos, los flujos de refugiados y emigrantes, el comercio internacional, las epidemiasy el crimen internacional en sus mltiples facetas, entre otras. Sin embargo, aunqueexiste una necesidad de multilateralismo para gestionar estos problemas, las tendenciasde la economa y el mercado van en la direccin de la privatizacin y de los interesessingulares de empresas, Estados, grupos sociales e individuos.

    La interdependencia global en los asuntos mencionados implica una mayor necesidad deacuerdos y pactos pero, por el contrario, se produce una competitividad creciente y unadisminucin de la intencin de realizar polticas cooperativas. Uno de los resultados enesta confrontacin entre inters privado e inters general o, en otras palabras, entremercado neoliberal y gestin cooperativa es que determinadas cuestiones quedan en

    tierra de nadie, sometidas a las leyes de la oferta y la demanda, y a la denominadamano invisible del mercado. Esto permite que, ante la escasez de un recurso, grupospoderosos en una sociedad modifiquen el acceso a dicho bien, imponiendo de este modouna escasez estructural a los grupos ms dbiles.1En Chiapas, por ejemplo, la escasezde tierra alent a los terratenientes y rancheros poderosos a explotar la debilidad de lasleyes estatales al respecto con el fin de obtener las tierras de los campesinos yagricultores indgenas.2

    Artculo basado en la conferencia impartida en el III Encuentro de Investigadores de Derechos de los

    Pueblos Indgenas celebrado en la Universidad de Deusto, Bilbao, en septiembre de 2003. La autora agradecea Ignacio David Barrientos sus anlisis y a Mariano Aguirre sus comentarios a una primera versin de esteartculo. Las opiniones expresadas en el texto son responsabilidad nica de la autora.*Nieves Ziga Garca-Falces es periodista, Experta en Informacin Internacional y Pases del Sur yDiplomada en Estudios Amerindios. Es redactora jefa de la revista de anlisis Papeles de CuestionesInternacionales, publicada por el CIP-FUHEM.1Thomas E. Homer-Dixon, La escasez medioambiental, la violencia masiva y los lmites del ingenio,Lasguerras modernas: pobreza, recurso, religin. Anuario CIP 1997, Icaria, CIP-FUHEM, Barcelona, 1997, p.43.2Ibdem.

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    Actualmente, la crisis del medio ambiente constituye una de las grandes cuestiones en laagenda de los problemas internacionales. Esto se debe a las diferentes formas en que losrecursos naturales se degradan o desaparecen dada la explotacin a la que sonsometidos, al mismo tiempo que aumenta la poblacin. Las tendencias del mercadoglobal que no genera suficientes puestos de trabajo, las formas productivas quedesgastan el medio ambiente, la mayor demanda de recursos y la desigualdad en el

    acceso a los mismos, conduce a que se produzcan serios desequilibrios.3 Segn lasteoras maltusianas, estos problemas se deben al exceso de poblacin, y el control de lanatalidad de los pobres se plantea como la nica solucin. Sin embargo, el desequilibrioobliga a vincular polticas medioambientales y alimentarias a la erradicacin de lapobreza y la proteccin del medio fsico.

    La dura competencia por el control de los recursos naturales debido a su crecienteescasez, junto a su deterioro y desigual distribucin, se convierten en algunas de lascausas de los actuales conflictos, que en algunos casos escalan hasta la violencia. 4Unode los sectores de poblacin ms afectados en esta lucha por el control de los recursosson los pueblos indgenas, en cuyas tierras se localizan en muchas ocasiones importantesriquezas naturales.

    Existe una correlacin significativa entre diversidad cultural y diversidad biolgica. Ennumerosas reas geogrficas, los territorios con mayor diversidad biolgica coincidencon zonas habitadas por indgenas. En Amrica Latina dicha correlacin se manifiesta deforma clara. En relacin a Centroamrica y Sur de Mxico, algunos analistas sostienendos razones que explicaran dicha correlacin.5 La primera es una razn histrica,basada en la retirada de los grupos nativos a zonas aisladas tierras altas y selvahmeda del litoral caribe con la llegada de los conquistadores para evitar serexterminados. Esta primera idea fue planteada por el antroplogo mexicano GonzaloAguirre Beltrn en su libro Regiones de Refugio(1967). En l explica cmo los pueblosindgenas, al iniciarse la conquista de Mesoamrica en el siglo XVI, fueron diezmados porla guerra y las enfermedades, y buscaron refugio en paisajes particularmente hostiles y

    zonas de difcil acceso y desplazamiento para los humanos.6 En estas zonas,frecuentemente montaosas y cubiertas de selvas, era donde los indgenas podanreconstruir sus sociedades y mantener sus culturas. La segunda razn es que los sistemasde economa de subsistencia utilizados por los pueblos indgenas son ms inofensivos conel medio ambiente que los de las economas desarrolladas".

    La coincidencia entre territorios indgenas y riqueza natural convierte a estos en unsector de la poblacin especialmente afectado tanto por el control de los recursos comopor las medidas de proteccin medioambiental. El deterioro del medio ambiente hacreado una conciencia internacional y global respecto a la importancia de suconservacin. Sin embargo, el modo en que se han llevado a cabo algunas medidasconservacionistas, que responden exclusivamente a una concepcin occidental del medio

    3Vaclav Smil,Alimentar al mundo. Un reto del siglo XXI, Siglo Veintiuno de Espaa editores, Madrid, 2003.4Irene Fernndez, Guerras por recursos naturales, Informe Observatorio de Conflictos, Centro deInvestigacin para la Paz (CIP-FUHEM), Seminario de Investigacin para la Paz (SIP), Madrid, 1997, N 8,

    p. 7.5Ed Ayres, La cartografa de la diversidad, World Watch. La informacin vital del planeta, 2003, N 18,

    pp. 40-42.6Gonzalo Aguirre Beltrn,Regiones de refugio, Instituto Indigenista Interamericano, Mxico, 1967.

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    ambiente y de su proteccin, han generado conflictos y planteado problemas a lospueblos indgenas.

    Conflictos por recursos naturales

    La escasez de recursos y los conflictos se vinculan de tres formas:

    - a travs de las polticas de Estados poderosos para acceder de forma pactada ocoactiva a los recursos que poseen otros Estados. En este caso las situaciones deconflicto se producen entre Estados;- grandes empresas y grupos no estatales que practican polticas violentas para laapropiacin de recursos;7

    - las confrontaciones sociales entre Estados y actores no estatales por el control dedeterminados recursos.

    Respecto al primer caso, los recursos naturales desempean un papel de importanciacreciente en la configuracin de las polticas nacionales de los Estados poderosos.En unmundo cada vez ms regido por las reglas de la economa liberal, controlar los recursos

    es poseer poder. Existe una fuerte vinculacin entre control de los recursos, desarrolloeconmico y seguridad nacional. Actualmente, la alta tecnologa y los modelosenergticos e industriales vigentes precisan de algunos recursos que estn situados enpases perifricos. El acceso al petrleo es, por ejemplo, esencial a corto y medio plazo.Por otra parte, el gas natural se perfila como la alternativa al petrleo, y su crecientedemanda jugar un papel importante en la estructuracin de las relaciones entre lospases productores y consumidores. Michael T. Klare apunta que alianzas estratgicas yconflictos por el gas natural compondrn el mapa geopoltico del futuro.8

    El modo de actuar de los Estados para hacerse con el control de los recursos produce undesequilibrio enraizado en las instituciones y relaciones de clase y tnicas heredadas delperiodo colonial, tal y como sostiene Thomas E. Homer-Dixon. Con frecuencia, este

    desequilibrio se sostiene y refuerza con unas relaciones econmicas internacionales queatrapan a los pases en desarrollo en la dependencia de la exportacin de un puado dematerias primas. (...) y pueden reforzarse merced a grandes deudas externas quefomentan que los pases utilicen sus recursos medioambientales ms productivos (...)para generar divisas fuertes en lugar de para apoyar a los segmentos ms empobrecidosde sus poblaciones, afirma Homer-Dixon.9

    Esta relacin entre recursos, desarrollo y seguridad explica, en gran parte, la polticaexterior de grandes potencias como Estados Unidos. Michael T. Klare sostiene que hacetiempo que la proteccin de las materias primas crticas y de las rutas deabastecimiento viene siendo tema principal de la poltica norteamericana deseguridad.10 El acceso a materias primas es bsico y el crecimiento de la economa

    estadounidense ha llevado a que "las industrias del pas cada vez dependen ms de lasimportaciones de determinadas materias indispensables; en correlacin con ello la

    7Se entiende por grupos no estatales los actores dentro de un pas que no representan al gobierno.8Michael T. Klare, La geopoltica del gas natural, Papeles de Cuestiones Internacionales, CIP-FUHEM,Icaria, Madrid, primavera 2006, N 93, pp. 49-56.9Thomas E. Homer-Dixon, op.cit., p. 43.10Michael T. Klare, Guerras por los recursos. El futuro escenario del conflicto global, Ed. Urano, Barcelona,2003, p. 23.

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    proteccin de los flujos mundiales de recursos deviene una preocupacin cada vez msdestacada de la poltica de seguridad de Estados Unidos, escribe Klare.11El uso de lafuerza se presenta como alternativa posible para la defensa de estos objetivos. De ah lapoltica exterior estadounidense en escenarios ricos en petrleo como Irak o el marCaspio, entre otras regiones.

    En el segundo caso, se trata de conflictos violentos promovidos por empresasu operadospor grupos armados que se apoderan legal e ilegalmente de los recursos. Los casos de losdiamantes en Sierra Leona, de la madera de los bosques de Liberia o del coltn (unmineral bsico para la fabricacin de alta tecnologa de la comunicacin) en laRepblica Democrtica del Congo constituyen algunos ejemplos.12 En numerosasocasiones, dichos grupos estn integrados en redes ilegales de criminalidad.13

    El tercer supuesto se refiere a la confrontacin entre polticas de Estados y gruposparticulares. En muchos casos los gobiernos que encarnan el poder del Estadomercantilizan los recursos naturales sin tener consideraciones de largo plazo, o sinrespetar los derechos sobre la tierra y los recursos que tienen determinadascomunidades. Cuanto ms dbil institucionalmente y menos transparente es un Estado

    ms posibilidades hay de que hipoteque o venda al mejor postor los recursos naturales.14

    Aunque, el autoritarismo con el medio fsico no tiene lugar slo en Estadosinstitucionalmente dbiles o dictatoriales sino tambin en democracias establecidas. Porejemplo, el presidente George Bush Jr. decidi en 2001 que parte del Estado de Alaskafuese usado para extraer recursos por parte de empresas privadas pese a la oposicin deamplios sectores de la sociedad estadounidense.

    Sin embargo, numerosos anlisis en los ltimos aos indican que los conflictos actualestienen una fuerte relacin con la carencia o debilidad del Estado, y con la forma deintegracin marginal en el proceso econmico de la globalizacin.15 La globalizacinhabra impulsado un doble fenmeno de integracin y fragmentacin que conducira a

    11Ibdem.12Sobre estas cuestiones ver, Philip Swanson, "La industria del petrleo: potenciando los conflictos armados",Tiempos difciles. Guerra y poder en el sistema internacional.Anuario CIP 2003, CIP-FUHEM, Icaria,Barcelona 2003; Michael Renner, Rompiendo la relacin entre recursos y represin,La situacin delmundo 2002, Icaria, FUHEM, Barcelona, 2002, p.255-292; William Reno, "Economas clandestinas,violencia y Estados en frica", Polticas mundiales, tendencias peligrosas. Anuario CIP 2001, CIP-FUHEM,Icaria, Barcelona, 2001, pp. 19-49.13En este texto no se profundiza sobre los dos primeros casos mencionados en los que se vinculan conflictosy recursos por no tratarse del objeto central del artculo, basado en el tercer caso, y en concreto en relacin alos pueblos indgenas. Para ms informacin sobre las dos primeras situaciones y la relacin entre ellas se

    puede consultar la bibliografa mencionada.14Philip Swanson seala cmo los mtodos de pago de las petroleras a los gobiernos de los pases dondeextraen el petrleo sirven en muchas ocasiones para ocultar la direccin y el volumen de los ingresosderivados del petrleo, favoreciendo as la corrupcin y limitando la rendicin de cuentas, como en el caso deAngola. Organizaciones como Global Witness y Transparency International han acusado a las petroleras dereforzar la tendencia a la falta de transparencia al negarse a hacer pblicos los datos de sus pagos a losgobiernos anfitriones contribuyendo a ocultar estos ingresos que no aparecen en los presupuestos oficiales delos Estados. Philip Swanson, op.cit, p. 200.15Mariano Aguirre y Elizabeth Rodrguez, Conflictos armados y tensiones ambientales en Globalizacin,crisis ambiental y educacin, Mara Novo (Ed.), Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte, Colecc. Aulasde Verano, Madrid, 2002, p. 85.

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    una mayor inseguridad humana manifestada en deficiencias y crisis alimentarias,inseguridad de la salud, inseguridad ambiental, inseguridad comunal y cultural einseguridad poltica.16

    La privatizacin del usufructo de un bien medioambiental y las rentas derivadas de stepueden conducir a la divisin de la sociedad, a la agudizacin de desigualdades y a

    sumergir en la pobreza a los grupos no privilegiados en el reparto de beneficios.17 Elacaparamiento de recursos por parte de un sector de la sociedad priva de los mismos aotros grupos ms dbiles y los somete a una situacin de escasez crnica. A largo plazoestas tensiones pueden destruir el tejido social de una sociedad pobre, causar malestarpopular crnico, minar la autoridad moral y capacidad de gobernar del Estado, y alterarel equilibrio de poder entre grupos sociales que compiten entre s y el Estado.18

    En Amrica Latina, especialmente a partir de los aos noventa, se reordenan losmercados de acuerdo a la economa globalizada, y se impone el libre mercado comoregulador de los factores econmicos, de privatizacin de las actividades comerciales yproductivas, de apertura sin restricciones al comercio internacional y al ingreso decapitales, conllevando la presencia dbil del Estado en el manejo de la economa. Segn

    Jos Bengoa, este anhelo de modernizacin y apertura econmica por parte de los paseslatinoamericanos se presenta como la solucin econmica y se empareja con la idea dedemocracia representativa que se estableci en la regin a comienzos de los aosnoventa, tras los periodos dictatoriales, como la solucin poltica de los problemassociales latinoamericanos.19Sin embargo, y lejos de suponer una solucin, el Estado seha debilitado como garante de la proteccin y el bienestar de sus ciudadanos, y hace unuso irresponsable de los recursos nacionales. El Estado no garantiza la igualdad de tratoa todos los sectores sociales, medida por la que son perjudicados especialmente lospueblos indgenas que son tratados como ciudadanos de segunda categora y constituyenlos grandes excluidos de la modernidad.

    Los recursos naturales, de los que Amrica Latina posee una gran riqueza, han sido las

    vctimas de esa apertura al mercado lo que, teniendo en cuenta la vinculacin de lospueblos indgenas con la tierra y los recursos, ha dado lugar a una serie de situacionesconflictivas. En este sentido destacan, entre otros, los levantamientos en Bolivia en 2003y 2004 o en Ecuador en repetidas ocasiones desde 2000, por las crisis econmicas, lasprivatizaciones y las condiciones de explotacin y distribucin de los recursos naturales,abundantes en estos pases, provocando incluso la salida precipitada de presidentes.20

    Discurso conservacionista versus discurso indgena

    La crisis ambiental y el nuevo modelo de pensamiento en relacin al ecosistema mundialha provocado una toma de conciencia global del problema, y que gobernantes y

    16Susan Willet, Globalisation and insecurity,IDS Bulletin, Vol. 32, N 6, citado por Mariano Aguirre yElizabeth Rodrguez en Conflictos armados y tensiones ambientales,Ibdem, p. 84.17Ibdem, p. 87.18Thoma E. Homer-Dixon, op.cit., p. 47.19Jos Bengoa,La emergencia indgena en Amrica Latina, Fondo de Cultura Econmica, Santiago de Chile,2000, p. 46.20Para un anlisis sobre sobre estos casos ver Nieves Ziga Garca-Falces, Demanda social y oposicinestatal por recursos nacionales. El caso de Bolivia, Anuario CIP 2004, CIP-FUHEM, Icaria, Barcelona,2004, pp. 179-191;Ecuador. Observatorio de Conflictos, informe Serie Indigenismo, CIP, febrero 2002.

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    determinados sectores sociales como los ambientalistas promuevan un nuevo modelo degestin y conservacin. Entre las medidas adoptadas por los gobiernos para laconservacin de la naturaleza se encuentran la creacin de reas protegidas. Sinembargo, y a pesar de la acoplacin del aspecto ecolgico al discurso indgena, 21 enocasiones y tal como se han llevado a cabo estas medidas han supuesto graves problemaspara los pueblos indgenas.

    La idea de la conservacin de la naturaleza mediante la creacin de parquesnacionales surgi en EEUU durante el siglo XIX. Desde el principio esta medida tena ladoble intencin de controlar a los indios.22Segn las leyes de EEUU se trataba de reassilvestres en las que el hombre es un visitante y no poda vivir all, lo que ocasionconflictos con los indgenas locales ya que generalmente las reas seleccionadas paraconvertirlas en parques nacionales coincidan con las habitadas por indgenas. Esteenfoque de conservacin, que se aplic en otras regiones principalmente tras la IIGuerra Mundial, responda a un ideal de naturaleza basado en un entorno salvaje eintacto.

    Este pensamiento occidental sobre la conservacin del medio ambiente colisionacon la de muchos pueblos indgenas que rechazan el concepto de reas silvestres. Eneste sentido, Sebastio Haji Manchineri, coordinador general de la Coordinadora de las

    Organizaciones Indgenas de la Cuenca Amaznica (COICA), manifiesta: Los diversosintereses sobre los recursos estratgicos existentes en la Amazona uranio, petrleo,nquel, zinc, cobre, oro, recursos genticos, entre otros, han hecho de esta vastaregin un lugar propicio para la generacin de conflictos, habiendo creado figuras yconceptos para adjudicar adjetivos a la naturaleza bajo la figura de reas protegidas,como parques nacionales, reservas forestales, ecolgicas, etc. Los impactos sobrenuestros territorios han sido enormes por la superposicin de falsos intereses deconservacin a nuestros derechos territoriales sin tomar en cuenta nuestra existenciadesde tiempos inmemoriales.23

    La imposicin de reas protegidas ocasiona numerosos problemas a los pueblosindgenas que habitan en dichas zonas, entre los que se encuentran:

    -

    La expulsin o desplazamiento de los indgenas de sus tierras.24Slo en laIndia se estima que 600.000 indgenas fueron desalojados de sus tierraspara establecer reas protegidas. En frica, esta prctica se intensific enla dcada de 1960. Existen numerosos ejemplos entre los que seencuentran: la creacin en 1961 de la Reserva de Caza del KalahariCentral y el desplazamiento de bosquimanos; los parques Amboseli yMaasai Mara en Kenia y la consiguiente prdida de tierra de los maasais; 25

    21Jos Bengoa, op.cit,, p. 134-138.22La domesticacin del salvaje Oeste en: www.unesco.org/courier/2001_o7/sp/planet.htm23Sebastio Haji Manchineri, La visin de COICA sobre reas protegidas, en : www.coica.org24En la Cumbre Preparatoria al Congreso Mundial de Parques, celebrado en Durban (Surfrica), del 8 al 17

    de septiembre de 2003, los lderes indgenas presentes plantearon que "la sustitucin de un territorio por otrono es admisible muchas veces en el caso de los pueblos indgenas, ya que la vinculacin con el territorio vams all del uso de sus recursos econmicos y tiene profundos valores sociales, culturales y espirituales. Eldesalojo ha generado conflictos violentos en muchas zonas, con el resultado de graves violaciones de losderechos humanos". Documento Participacin indgena en el Congreso Mundial de Parques, Almciga.25

    La continua prdida de tierra de los maasai se vio reforzada por la creacin de Parques Nacionales yReservas de Fauna Salvaje. Los parques ms importantes, como Amboseli y Masai Mara, se encuentran enterritorio maasai. Sin embargo, lapoblacin maasai en el rea, no se beneficia de ellos sino que por elcontrario no les permiten tener el ganado en su interior ni acceder a los recursos de agua, a menudo situadosdentro de los parques. Ni siquiera se benefician econmicamente ya que las entradas a los parques son

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    o el parque nacional de Kahuzi-Biega en el Congo y el desplazamiento delos twa.

    - La alteracin o destruccin de sistemas tradicionales de manejo de losrecursos naturales.

    - El desarraigo y empobrecimiento de las comunidades.26- La violacin de los derechos de los pueblos indgenas y la imposicin de

    formas de administracin y funcionamiento.

    La declaracin de reas protegidas deriv en numerosos conflictos y protestas.Como medida ante estas reacciones, en los aos setenta, la UNESCO desarroll la ideade reservas de biosfera, que consista en que las reas protegidas o reservasestuvieran rodeadas de zonas tampn en las que los habitantes locales podancontinuar con sus sistemas tradicionales de vida y participar en proyectos comunitariosde desarrollo. Desde el punto de vista de los habitantes locales esta iniciativa fue unfracaso porque implicaba seguir inculcando ideas forneas sobre el entorno en elterritorio de la poblacin de origen.27Un estudio realizado por la Unin Mundial para laNaturaleza (UICN, por sus siglas en ingls) (1991), concluye sobre la falta de xito deesta medida y sostiene que las comunidades locales ven en la existencia de parques

    restricciones gubernamentales a sus derechos legtimos.28En algunos casos, el nombramiento de reas protegidas creadas contra la

    voluntad de sus habitantes, ha provocado una reaccin hostil en los afectados contrariaa las medidas conservacionistas iniciales. En Amboseli, Kenia, los maasai encauzaron suresentimiento cazando rinocerontes, leones y otros animales salvajes protegidos.29

    Otra de las reacciones indgenas ante esta discriminacin ha sido la consolidacinde sus organizaciones mediante la creacin de alianzas a nivel nacional e internacional,que han recurrido ante organismos internacionales como Naciones Unidas o el BancoMundial.

    En la base de los conflictos generados por la creacin de reas protegidasdescansa una demanda de autonoma y tierra por parte de los indgenas, as como lapeticin a los conservacionistas para que modifiquen sus prcticas y teoras. En los aos

    noventa comienza a cambiar la visin de la conservacin sobre las reas protegidas. 30Eneste sentido, ha habido un esfuerzo por parte de organizaciones pro-indgenas,conscientes de los daos causados a estos pueblos por determinadas iniciativasambientalistas, para sensibilizar a organizaciones ecologistas (Greenpeace, FondoMundial para la Naturaleza WWF, entre otras) sobre la causa indgena.31Todo esto haprovocado un cambio por parte de las organizaciones ambientalistas. Actualmente existeun nuevo modelo de conservacin basado en principios que reconocen los derechos delos pueblos indgenas a usar, poseer, controlar sus territorios, e intentan proteger suconocimiento y capacidades tradicionales. Esta nueva direccin apunta a establecer

    recaudadas por el Estado. Isabell Kempf, "El pueblo maasai en Kenia: de la riqueza a la marginalizacin",

    Papeles de Cuestiones Internacionales, CIP-FUHEM, Invierno 2002, N 80, pp. 117-123.26En Mesoamrica las reas protegidas coinciden con las zonas de mayor pobreza, segn los indicadoresoficiales de los pases de la regin.27Marcus Colchester, Este parque ya no es tuyo, es de todos..., en: www.unesco.org/courier/2001-07/sp/planet.htm28Ibdem.29Ibdem.30Este cambio de actitud se refleja en la Resolucin 1.53 del Congreso Mundial de la Naturaleza (Montreal,1996).31Boletn de Watu Accin Indgena, mayo-agosto 2002, N 2.

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    asociaciones de trabajo con los pueblos indgenas basadas en principios deconsentimiento pleno e informado, y en una distribucin equitativa de los beneficiosresultantes de las actividades de conservacin.32

    Sin embargo, aunque ha habido un avance en cuanto a la comprensin ycooperacin con los pueblos indgenas, en la prctica el problema contina. As lodemuestra la Declaracin de Arusha, formulada el 22 de agosto de 2003, por los pueblos

    indgenas de frica Oriental y del Sur, en la que, refirindose a las reas protegidas,afirman: condenamos la violacin de los derechos humanos de los pueblos indgenas aconsecuencia de la creacin de reas protegidas, que ha llevado a la desintegracin delos pueblos indgenas y sus comunidades, a la integracin y asimilacin a las sociedadenvolvente.33

    Para enfrentar estos conflictos, la COICA plantea como indispensable asegurar lasgarantas de sus territorios como medio de proteccin de la naturaleza. En opinin de laorganizacin amaznica, la mejor garanta para la conservacin es a travs de lapresencia de vida humana, en este caso de los pueblos indgenas. 34 Sin embargo, notodos opinan lo mismo.

    Uno de los debates actuales radica en la conveniencia de la permanencia de losindgenas en las reas protegidas para la conservacin del ecosistema, lo que

    garantizara los derechos de los pobladores locales. Mientras unos aseguran lo adecuadode las tcnicas indgenas, los conservacionistas ms radicales argumentan que lospueblos originarios no son mejores que otros en la tarea de conservar la naturaleza yaque el supuesto beneficio en relacin a ello dependa de las circunstancias del pasado ausencia de transporte, poca poblacin y tecnologa simple e inofensiva y de lastcnicas tradicionales utilizadas anteriormente. En opinin de este sector, si seconstruyen carreteras y se adoptan mtodos modernos como las motosierras ocamionetas pick up, los indgenas son tan propensos a destruir la naturaleza comocualquier otra comunidad.35

    Por otro lado, en numerosos pases, las leyes sobre reas protegidas anulan losderechos de los residentes a la explotacin de los recursos naturales y a la libertad demovimientos y de acceso. En este sentido, uno de los principales dificultades que se

    plantea es que la solucin a este problema implicara reformas a nivel nacional de granenvergadura.

    32En 1990, por ejemplo, el WWF, el Congreso Mundial de la Conservacin y la Comisin Mundial de reasProtegidas formularon polticas en las que se reforzaban los derechos de los indgenas y favoreca la gestincompartida de reas protegidas mediante acuerdos negociados. En 1996, el WWF establece una declaracinde principios para la cooperacin con organizaciones indgenas para la conservacin de la biodiversidad ensus tierras y territorios, y para promover el uso sustentable de los recursos naturales. En dicho documento, elWWF establece una relacin directa entre la riqueza natural de los territorios indgenas y su forma de vida y

    en ese marco se asienta su cooperacin. Subraya su conviccin de que los pueblos indgenas son actorescruciales para la conservacin de reas naturales debido a la eficacia de sus sistemas de manejo de losrecursos. As mismo, admite la necesidad de reconocer los derechos indgenas a sus tierras y recursos y a

    participar en las decisiones en torno a estos. WWF,Los pueblos indgenas y la conservacin: Declaracin dePrincipios del WWF, 18 de octubre de 1996, en: http://lucy.ukc.ac.uk/Rainforest/indigesp.html33Declaracin de Arusha, Arusha (Tanzania), 22 de agosto de 2003, firmada por los pueblos indgenas deTanzania, Uganda, Kenia, Sudn, Botswana, Namibia y Etiopa.34Sebastio Haji Manchineri, La visin de COICA sobre reas protegidas, op.cit.35Marcus Colchester, Parques de reas silvestres o conservacin comunitaria?, Movimiento Mundial porlos Bosques Tropicales (WRM), Boletn N 62, septiembre de 2002.

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    Las medidas conservacionistas medioambientales han situado en el ncleo del debatela cuestin de los derechos de los pueblos indgenas, y han planteado la reevaluacin delos principios internacionales en materia de derechos humanos.

    Conflicto por el manejo y control de los recursos naturales36

    El control de los recursos naturales es una de las principales cuestiones en la relacinentre Estados, empresas multinacionales y pueblos indgenas. En la actualidad, losindgenas tienen un control reducido de los recursos naturales ubicados en las tierrasque tradicionalmente poseen, ocupan o utilizan. La globalizacin econmica constituyeel principal obstculo para el cumplimiento de los derechos de los pueblos indgenas. 37Apesar del reconocimiento internacional y nacional de dichos derechos, los pueblosindgenas continan soportando los impactos negativos del neoliberalismo econmicoque fomenta el control y extraccin intensiva de los recursos naturales existentes en losterritorios indgenas. Los Estados nacionales promueven las concesiones petroleras y degas, la minera, la explotacin forestal, la apropiacin de recursos genticos, losintentos de privatizacin del agua, la reconstruccin de represas, oleoductos ygasoductos, la pesca y agricultura industriales, el turismo y el establecimiento de reas

    protegidas y parques nacionales en los territorios indgenas, calificadas por losindgenas, como polticas de desarrollo econmico, ambiental y culturalmentenegativos.38

    En la casi totalidad de los casos, la explotacin de los recursos se realiza por agentesexternos a las comunidades, sin un plan de manejo integral de los territorios y de losrecursos naturales. Adems, no se cumplen dos precondiciones esenciales: a) que laexplotacin no excluya a las comunidades que tienen el uso y propiedad tradicional delterritorio; b) que la explotacin se realice considerando las prioridades, preferencias eintereses de los pueblos indgenas. Estos inclumplimientos constituyen una de lasprincipales causas de los conflictos entre los pueblos indgenas y los Estados en relacinal medio ambiente, junto a la ausencia de consulta y la participacin recogida en los

    instrumentos jurdicos internacionales.

    Dentro de la explotacin de recursos naturales, la actividad minera y petrolera ocupa unsitio destacado, no slo por su importancia econmica sino, sobre todo, por su impactoen la vida de diversos pueblos indgenas. En Amrica Latina se concentran un gran

    36Extrado del informe de Ignacio Barrientos Pardo y Nieves Ziga Garca-Falces, Foro Social Mundial ypueblos indgenas: la cuestin del medio ambiente, Informe realizado por encargo de InWEnt (InternationaleWeiterbildung und Entwicklung gGmbH) y COICA (Coordinadora de las Organizaciones Indgenas de laCuenca Amaznica), Madrid, diciembre 2002.37Los derechos que reivindican los pueblos indgenas son:derecho a la autodeterminacin y autonoma como

    pueblos; a la propiedad, control y manejo de sus territorios tradicionales, aguas y recursos naturales; alejercicio del sistema jurdico propio y a ser representados por sus propias organizaciones; al libreconsentimiento a las actividades de desarrollo en sus territorios; al reconocimiento de la propiedad intelectualcolectiva y participacin en los beneficios por el acceso al conocimiento tradicional; a planificar eimplementar sus propios programas de desarrollo humano basado en sus sistemas econmicos y de

    produccin para asegurar el bienestar social, econmico, cultural y ambiental de los pueblos indgenas.Declaracin de Johanesburgo, 26 agosto-4 septiembre de 2002, Johanesburgo (Surfrica). En:www.cima.org.ar/PUEBLOSINDIGENAS.htm

    38Declaracin de los Pueblos Indgenas, Johanesburgo, 26 agosto 4 septiembre de 2002.

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    nmero de conflictos de este tipo.39 La actividad minera es la principal amenaza a laintegridad de los bosques y a la supervivencia cultural de sus habitantes.40Esta amenazase traduce en:41

    a) deforestacin, a causa de la eliminacin de la vegetacin superficial paraacceder a los recursos minerales, acumulacin de residuos en la superficie,

    consumo y contaminacin de aguas de ros y aguas subterrneas, y la apertura decaminos e instalacin de enclaves industriales;

    b) avance de las fronteras agrcolas debido al agotamiento de las tierras productivasy a la falta de demarcacin de los territorios indgenas;

    c) crecimiento demogrfico y la sedentarizacin de la poblacin, que afecta a lacapacidad productiva de los suelos del bosque hmedo;

    d) modificacin de valores y creencias originada en el contacto con la economa demercado en la que generalmente se insertan en posiciones sociales y econmicassubordinadas.

    Usualmente se distingue entre recursos del suelo y del subsuelo o subterrneos. Lasituacin jurdica de ambos es distinta en las normas internacionales y nacionales.

    Marco jurdico internacionalSon numerosos los documentos internacionales que se ocupan del control de los recursosnaturales. El art. 15 del Convenio 169 de la OIT expresa que los derechos de los pueblosinteresados a los recursos naturales existentes en sus tierras debern protegerseespecialmente. Estos derechos comprenden el derecho de estos pueblos a participar enla utilizacin, administracin y conservacin de dichos recursos. No obstante, elConvenio provee una proteccin insuficiente porque:

    1) No reconoce explcitamente la propiedad de los recursos naturales a los pueblosindgenas, sino solo su derecho a usarlos, administrarlos y conservarlos.

    39Algunos ejemplos de ello son los conflictos generados a partir de la actividad de la compaa canadienseGladis Gold Ltds en San Miguel Ixtahuacn, Guatemala(http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=16458); en Panam, donde el 70% de lasconcesiones mineras han sido otorgadas en tierras indgenas, afectando especialmente al pueblo Kula Yala(http://www.debtwatch.org/es/inicio/enprofunditat/plantilla_1.php?identif=421#nota); o los numerososconflictos por la extraccin del petrleo y los minerales en la Amazona (ver www.survival.es;www.flacso.org.ec/docs/i21fontaine1.pdf; Mikel Berraondo, Derechos humanos y lucha ambiental de los

    pueblos indgenas en Ecuador, Papeles de Cuestiones Internacionales, CIP-FUHEM, verano 2006, N 82,pp. 167-173). Sin negar la existencia de ciertas diferencias en el desarrollo y solucin de los conflictos, aquse sealan las caractersticas principales comunes a la gran mayora de ellos.40La Alianza Internacional de los Pueblos Indgenas y Tribales de los Bosques Tropicales propuso, en 1992,

    la cancelacin de todas las concesiones mineras en nuestros territorios sin el consentimiento de nuestrasorganizaciones representativas. Las polticas mineras deben dar la prioridad a garantizar la gestin racional yun equilibrio con el medio ambiente, y deben llevarse a cabo bajo nuestro control. As mismo, en 1996, en elmarco de una Conferencia sobre Pueblos Indgenas (Declaracin de Leticia sobre Manejo, Conservacin yDesarrollo Sostenible de todo tipo de Bosques) se requiri la no realizacin de actividades en los territorios delos pueblos indgenas sin el consentimiento total e informado a travs de sus organizaciones representantes,incluida la potestad de veto.41El World Resources Institute calcula que la minera y la explotacin petrolfera amenazan el 38% de los

    bosques de fronteras. Segn un calculo realizado en 1996 el 90% de la produccin de oro y alrededor del 60%de la de cobre en el 2020 procedern probablemente de territorios indgenas en todo el mundo.

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    http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=16458http://www.survival.es/http://www.flacso.org.ec/docs/i21fontaine1.pdfhttp://www.flacso.org.ec/docs/i21fontaine1.pdfhttp://www.survival.es/http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=16458
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    2) No cuestiona la propiedad estatal de los recursos del subsuelo o mineralesubicados en tierras y territorios indgenas.

    3) Establece un deber de los gobiernos a consultar a los pueblos interesados y no underecho de veto de los pueblos indgenas.

    4) La participacin en los beneficios y la indemnizacin equitativa son concebidasen trminos condicionales (siempre que sea posible).

    A diferencia del Convenio 169, el Proyecto de Declaracin de la Naciones Unidas sobreDerechos de los Pueblos Indgenas s reconoce el derecho de propiedad de los indgenassobre los recursos y el derecho a decidir sobre su propio desarrollo adems de, entreotros, los siguientes derechos:

    1) El derecho a poseer, desarrollar, controlar y utilizar sus tierras y territorios,comprendido el medio ambiente total de las tierras, incluidos los recursos naturales.

    2) El derecho a determinar y elaborar las prioridades y estrategias para el desarrollo ola utilizacin de sus tierras, territorios y otros recursos.

    3) El derecho a expresar su consentimiento libre e informado ante proyectos queafecten a tierras, territorios y otros recursos.

    4)

    El derecho a la libre determinacin en asuntos internos y locales, en particular, lagestin de tierras y recursos.42

    No obstante, en el Proyecto de Declaracin existe una contradiccin interna. Por unlado, se reconocen los derechos a la propiedad y control de territorios y recursos y lalibre determinacin en la gestin de los mismos y, por otro, el derecho a expresar suconsentimiento informado ante proyectos externos. Las alternativas para dilucidar estacontradiccin son dos: o la propiedad de los recursos del subsuelo no es plena o la libredeterminacin es precaria.

    Tanto el Convenio como el Proyecto de Declaracin sitan en una posicin distinta a losrecursos del suelo y del subsuelo. Los primeros, segn el Convenio, pueden ser usados,

    administrados y conservados por los pueblos indgenas, y se reconoce un derecho a unaespecial proteccin. Por su parte, el Proyecto de Declaracin reconoce la propiedadsobre los mismos. En cuanto al subsuelo, el Convenio reconoce solamente los derechosde consulta y de participacin en los beneficios. El Proyecto de Declaracin aade elmatiz de que ya no solo se refiere a la consulta sino que exige consentimiento, lo cualpuede interpretarse como una posibilidad de vetar los proyectos.43

    Marco jurdico nacionalLas Constituciones de varios pases reconocen, en distintos grados, los derechos de lospueblos indgenas al territorio y a los recursos naturales renovables. As como el derechoa ser consultados sobre planes y programas de prospeccin y explotacin de recursos norenovables y a participar en los beneficios que esos proyectos reporten. Tal es el caso de

    42El artculo 25 del Proyecto de Declaracin indica que : Los pueblos indgenas tienen derecho a mantener yfortalecer su propia relacin espiritual y material con sus tierras, territorios, aguas, mares costeros y otrosrecursos que tradicionalmente han posedo u ocupado o utilizado de otra forma y a asumir lasresponsabilidades que a ese propsito les incumben respecto de las generaciones venideras".43El Proyecto de Declaracin de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indgenas contina en discusin.Ver la evolucin de las discusiones y las actualizaciones del mismo en:www.ohchr.org/spanish/issues/indigenous/groups/groups-02.htm

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    la Constitucin de Ecuador (1998), Brasil (1988), Bolivia (1994), Venezuela (1999). En unnivel menor lo hacen las Constituciones de Colombia (1991) y Per (1993).

    En la Amazona, por ejemplo, la mayora de los pases de la Cuenca Amaznica poseenlegislacin que garantiza a las comunidades indgenas la propiedad, el usufructo y elmanejo autnomo o conjunto con el Estado de los recursos naturales renovables (fauna,

    flora y recursos hdricos). En este sentido, la mayor o menor proteccin de los recursosrenovables va ligada al rgimen jurdico del territorio indgena. Respecto de aquellosterritorios y tierras legalmente reconocidas y demarcadas y de aquellos en que no existaduda sobre la ocupacin tradicional de los indgenas, se debe aplicar el derecho comnpor lo que la comunidad propietaria puede explotar autnomamente los recursosexistentes en ellas. En el caso de zonas de solapamiento entre territorios ocupados porindgenas y reas protegidas se concede por lo general el uso y usufructo comunitario delos recursos naturales renovables.

    Por el contrario, en la totalidad de los pases de Amrica Latina est vigente, con rangoconstitucional, el principio de dominio del Estado de los recursos del subsuelo sindistincin de la calidad de las tierras o de su titular o titulares. Estos recursos son

    considerados activos estatales que hay que explotar en nombre del inters nacional. Estamanera de comprender los recursos subterrneos es incompatible con la concepcin deterritorio que tienen y promueven los indgenas. Por ello, es precisamente la idea de lapropiedad estatal de los recursos naturales del subsuelo la que est en jaque ante lademanda territorial de los pueblos indgenas.

    Participacin en los beneficios y mecanismos de consulta

    El Convenio 169 en su art. 15.2 seala que, en caso de explotacin de los recursos delsubsuelo de propiedad del Estado, se deber establecer o mantener procedimientos conmiras a consultar a los pueblos interesados antes de emprender o autorizar cualquierprograma de prospeccin o explotacin de los recursos existentes en sus tierras con dos

    propsitos: determinar si los intereses de esos pueblos sern perjudicados; y, en qumedida se producir ese perjuicio. As mismo, indica que los pueblos interesadosdebern participar siempre que sea posible en los beneficios que reporten talesactividades, y percibir una indemnizacin equitativa por cualquier dao que puedansufrir como resultado de esas actividades.

    El derecho a ser consultadosEn una primera lectura parece ser que el objetivo de la consulta en el art. 15.2 delConvenio es la determinacin de los perjuicios (especialmente la cuanta) que provoca laactividad extractiva. Pero, si se consideran otros artculos del Convenio, se extraenconclusiones adicionales. El art. 6 indica que los gobiernos, al aplicar las disposicionesdel presente Convenio, debern: a) consultar a los pueblos interesados, mediante

    procedimientos apropiados y, en particular, a travs de sus institucionesrepresentativas, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativassusceptibles de afectarles directamente; b) establecer los medios a travs de los cualeslos pueblos interesados puedan participar libremente, por lo menos en la misma medidaque otros sectores de la poblacin, y a todos los niveles en la adopcin de decisiones eninstituciones electivas y organismos administrativos y de otra ndole responsables depolticas y programas que les conciernan; c) establecer los medios para el pleno

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    desarrollo de las instituciones e iniciativas de esos pueblos, y en los casos apropiadosproporcionar los recursos necesarios para este fin.

    El art. 6.2 seala que las consultas llevadas a cabo en aplicacin de este Convenio, sedebern efectuar de buena fe y de una manera apropiada a las circunstancias, con lafinalidad de llegar a un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas

    propuestas. Conforme a las normas sealadas se concluye:

    1) La consulta requiere la creacin de procedimientos apropiados en el ordenamientonacional.2) La consulta debe considerar la intervencin de instituciones indgenasrepresentativas.3) Se debe promover el fortalecimiento organizacional de los pueblos indgenas.4) De acuerdo al principio de buena fe, y aunque el Convenio no aluda alconsentimiento informado, se debe proporcionar a los pueblos indgenas toda lainformacin necesaria para deliberar y negociar.

    En el marco de los pases latinoamericanos, y en particular en los de la Cuenca

    Amaznica, no existen procedimientos apropiados para el ejercicio del derecho a laconsulta, a pesar de que casi todos ellos han ratificado el Convenio 169 y variasConstituciones se refieren a ese derecho.

    En los casos en que ha sido necesario consultar la opinin de los pueblos ocomunidades indgenas, los Estados, omitiendo su deber de proteccin especialcontrado por la ratificacin del Convenio 169, han permitido que las empresasmultinacionales negocien directamente con los pueblos afectados. Esta actitud genera,en ausencia de un marco regulatorio adecuado, una asimetra en las negociacionesdebido, en la mayora de los casos, a la falta de conocimientos tcnicos especializadossobre actividad minera y petrolfera, estudios de impacto ambiental, legislacin mineray ambiental, etc., que permitan evaluar las consecuencias de las prospecciones yexplotaciones.

    Ejemplo de esto ltimo es el conflicto ocasionado, en Ecuador, ante el acuerdo entre lapetrolera italiana Agip Oil y los huaorani de permitir a la petrolera explorar su territorioa cambio de unos pocos alimentos, medicinas y utensilios. Dicho acuerdo ocasion lareaccin de ambientalistas e indgenas criticando lo que, en sus palabras, constituyeuna burla a los derechos colectivos y sin que el gobierno del entonces presidenteGustavo Novoa hiciera nada por impedirlo. Segn Miguel Lluco, en aquel momentocoordinador nacional del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik-Nuevo Pas, laempresa consult a los huaorani despus de que el gobierno le concediera el permisopara la exploracin y explotacin del territorio en lugar de hacerlo antes. En opinin deLluco, la empresa debi encargar un estudio ambiental independiente sobre el posibleimpacto del proyecto, para despus explicrselo a las comunidades junto a su propuesta

    de mecanismos para remediarlos y comprometerse a hacerlo. Una vez hecho esto,consultarles a las comunidades si estn de acuerdo, de lo contrario es una forma deengao.44

    Junto a la ausencia de consulta, los indgenas que protestan contra la elaboracin delproyecto del Parque Altamachi-Cotacajes, en Bolivia, critican otros aspectos que

    44Kintto Lucas, Ecuador: indgenas burlados por compaas petroleras, IPS, febrero 2002.

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    alientan el conflicto como son: el sometimiento de la poblacin local a lasrecomendaciones de organismos internacionales que supone un proyecto as; y losprogramas de "desarrollo" que le siguen caracterizados por los indgenas como"demaggicos y clientelares muy bien utilizados para la manipulacin de dirigentesfrgiles".45

    El derecho a la participacin en los beneficiosEl derecho a la participacin en los beneficios es un derecho de los pueblos indgenas decuyas tierras y territorios se extraen recursos naturales no-renovables y, enconsecuencia, es el derecho a participar en las utilidades de una actividad empresarial.Los pueblos afectados son una suerte de socio legal de las compaas mineras ypetrolferas, a quienes stas no pueden desconocer sus derechos. Esta participacindebera considerar todo el tiempo que dure la extraccin, y no solo el inicio, y deberaestar garantizada mediante algn mecanismo de derecho comn. Este derecho tampocose encuentra regulado en la mayora de los pases ni respetado. Las organizacionescampesinas e indgenas de Cochabamba (Bolivia) manifestaron que prefieren que noexistan reas protegidas si stas son preservadas para las petroleras o para serentregadas a la extraccin de madera. Mientras los ambientalistas basaban sus crticas

    en el dao al medio ambiente, los indgenas ponan su nfasis en la exclusin de laparticipacin de las comunidades locales en la gestin de los recursos.46

    La reglamentacin de la consulta es un primer paso para el ejercicio efectivo delderecho a la participacin en los beneficios. Solo si los pueblos indgenas cuentan con unmarco regulatorio que les permita negociar de manera simtrica con la contraparteempresarial podrn acceder a mayores porcentajes de los ingresos que se obtengandurante la explotacin.

    En este sentido, los pueblos indgenas recomiendan a las instituciones, compaas uotras entidades involucradas en un conflicto que:47

    -

    Realicen una presentacin transparente de las pretensiones de laempresa; presenten beneficios directos, consecuencias ambientales ysocioculturales al planificar proyectos de desarrollo; y que consultencontinuamente con las comunidades afectadas si fuese necesario en supropio idioma.

    - Cumplan con los acuerdos alcanzados con honestidad y transparencia yque no comprometan a lo que no podrn cumplir.

    45Kintto Lucas,Ibdem.El proyecto consiste en anexar 656.521 hectreas de las tierras de AltamachiCotacajes, ricas en recursos minerales, hidrocarburos y biodiversidad, al Corredor Biolgico Vilcabamba-Amboro (rea protegida de 30 millones de hectreas que se extiende desde la Reserva Apurmac, en Per,

    hasta el Parque Nacional Ambor en Bolivia). El proyecto ha sido elaborado por el Centro Integrado para laDefensa Ecolgica (CIDEDER) y la Fundacin Centro Tcnico Forestal (CETEFOR), promovido por laWWF, financiado por USAID y autorizadas por la Prefectura, sin consultar previamente a las comunidadeslocales afectadas por las inmovilizaciones, reubicaciones y otras medidas que conlleva la creacin de esteParque. Las comunidades critican las actividades de desarrollo que acompaan a estos proyectos(saneamiento de tierras, construccin pista aterrizaje) por considerarlas demaggicas clientelares utilizadas

    para manipular a dirigentes y dividir a las comunidades. Sealan tambin la coincidencia de este tipo deproyectos con tintes conservacionistasen zonas ricas en recursos como el petrleo.46Nueva ley destruir reas protegidas de Bolivia, en: rebelion.org47Centro de Pueblos Indgenas y Tribales, Observatorio de Asuntos Conflictivos, en: www.itpcentre.org

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    - Formen un comit mixto: gobierno, comunidades afectadas y empresas uONG para que haya una participacin real y equitativa.

    - Se comprometan a no crear divisiones entre las comunidades afectadas.

    Otro de los recursos naturales en torno al que se produce gran cantidad de conflictos esel agua. En Amrica Latina son numerosos los conflictos por la creacin de una represa,

    que perjudica especialmente a los indgenas. De sobra conocido es el caso Ralco en Chileque el 15 de octubre de 2003 qued zanjado con la firma del acuerdo con Endesa de lascuatro ltimas familias.48Otro ejemplo es el proyecto de construccin de una centralhidroelctrica en Costa Rica en el territorio del pueblo brunka, en el suroeste del pas.Este proyecto del gobierno y del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) implicarasumergir la reserva indgena bajo el lago artificial de la represa. Para ello se les imponea los indgenas abandonar su tierra. Segn estos, Costa Rica no necesita toda la energaque va a producir por lo que sta se destinar a la exportacin. En este sentido, laorganizacin estadounidense Red Internacional de Ros (IRN, por sus siglas en ingls)afirma: Amrica Latina es un suelo frtil para los constructores derepresas que vienendel extranjero, ya que estos no pueden vender su tecnologa hdrica en sus propiospases, en donde la mayora de los ros ya han sido daados, y en donde la conciencia del

    medio ambiente ha obstruido la construccin de represas". Segn dicha institucin,algunas naciones, desesperadas para obtener divisas, estn empezando a ofrecerse comofuentes de energa hidroelctrica entre los pases vecinos.

    En la actualidad, se produce una colisin entre las medidas econmicas neoliberales queimperan en el sistema internacional con la conciencia general de la necesidad deconservacin y proteccin del medio ambiente. Esta contradiccin se reproduce alinterior de algunos Estados en las medidas que adoptan respecto al medio ambiente. Eneste sentido, los pueblos indgenas critican severamente el uso de un lenguajeconservacionista por parte de gobiernos y otras instituciones que, en numerosasocasiones, esconde intereses de apropiacin de los recursos. Esto es la interpretacinpor parte de algunos indgenas de los planes del gobierno de Bolivia a la hora de crear el

    Parque Altamachi-Cotacajes (as como de otras medidas como el Programa Nacional deBiocomercio Sostenible), iniciativa que se inscribira en la anexin a la red de corredoresbiolgicos,49 para los que Gobierno y sus financiadores internacionales (entre ellosUSAID) utilizan, en opinin de campesinos e indgenas, un argumento discursivo deconservacin de recursos de biodiversidad nada convincente mientras la legislacinvigente no garantice proteccin contra los intereses privados transnacionales, laotorgacin de concesiones y la implementacin del sistema de superintendencias,medidas que suponen la vulneracin de muchos derechos.50Los campesinos e indgenassubrayan que los organismos internacionales (BM, BID, FMI, USAID, entre otros) queimpulsan tratados comerciales como el ALCA, NAFTA, Plan Puebla-Panam son losmismos que se empean por la conservacin de recursos naturales. En Bolivia, 24concesiones petroleras transnacionales estn operando en las reas protegidas del pas,

    48Tras varios aos de oposicin a la construccin de la Central Hidroelctrica en el Alto Bo Bo por parte deEndesa cuya construccin obligaba al traslado de numerosas familias pehuenches, las cuatro ltimas familiasque se oponan han firmado. Con el convenio cada familia recibirn de parte de Endesa 200 millones de pesosy 77 hectreas de terreno.El Mercurio, 16 de septiembre de 2003, en: www.emol.com/noticias/nacional49Se trata de una iniciativa regional dirigida a conservar la diversidad biolgica y de ecosistemas de tal formaque se fomente el desarrollo social y econmico sostenible.50Wilbert Villca Lpez, Altamachi Cotacajes de Bolivia y la anexin a los corredores biolgicos, 7 de juliode 2003, en: www.rebelin.org

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    concepcin colectiva de la tierra que reivindican los pueblos indgenas. Igualmente,habra que centrar la atencin en las diferentes concepciones que tienen los pueblosindgenas hacia los bienes comunes, dado que no es lo mismo reivindicar unadeterminada tierra comn sin propiedad privada para usufructo de todos, o reivindicarlaslo para la propia comunidad.

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