7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
1/57
el desoffol
lo
,.del
copitolisrno
en
omrico
lotino
K
ogustn cuevo
premio
ensoyo siglo
n
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
2/57
EL
DESARROLLO
DEL
CAPITALISMO
EN
AMNRICA
LATINA
ensajo
de interpretacin
bistrica
pof
AGUSTIN
CUEVA
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
3/57
100
DEsARRoLLo oLIcRQUrco
DEpENDTENTE
ms
modernas
nos agobia
toda
una serie
de rniserias
he-
ledadas".38
Con
lo
cual
quisirarnos
afirmar la
idea
de
que el
suMesarrollo
latinoarnericano slo se
torna
cornprensi-
ble al
conceptualizarlo
como
un
prc_qs,q_dg
-q_c_u1y4lg-
cin nuy
particular
de
contrad,icciones
que
no
derivan
,t.
.e"lGmentoJirtti.-*
;n
e
hemos
.rdo
rr
Isdt ito'
(:';rurianisrno"
agra-
rio,
"deformaci6n"
del
aparato
productivo
capitalista
debido a nuestra integracin
en
el orden
econmi.co
mundial,
succin
de excedente
por
el capital
monop
lico
),
sino tambin
de
una heterogeneidad estructural
ms
amplia,
explicable
en
trffis-e
Aiculai;
de
rJ'"e;'l'ff-pre{lr;i't;;li'i"iia
innpiibli'ntender
el
propio
desarrollo
concrero de
los
elementos estudiados
hasta
ahom.
88
El
capital,
t,
r,
vol. L,
p.7,
6.
LA ESTRUCTURACIN
DESIGUAL DTiL
SIJBDESARROLLO
El
esbozo
de las lneas generales
de desarrollo
del ca-
pitalismo
en Amrica
Latina,
por
la
va
que
hemos
denominado
oligrquico-dependiente,
constituye
el
hori-
zonte
ncesao
para
la
comprensn
cabal de
los
rne-
canismos
a
travs
de
los cuales
se consolid
estructu-
ralmente
el
subdesarrollo
de
nuestros
pases.
En
ello
volveremos
a insistir,
por
lo mismo,
en
posteriores
ca.
ptulos.
Entre
tanto
es
necesario
retomar
la
otra
cata
del
problema,
recalcando
no
ya los
elemento,s
conu-
nes
del
proceso
sino
ms
bien
sus
disimilitudes.
En
efecto,
este
desarrollo
del capitalismo
qo produio
Ia homogeneizacin
total de
las istintas
fffis
f--=."--
socia,les
latinoamricanas,
sino
que por
el
confrario
acen-
t"g:Jgs-dllrq tas,
generando
situacioner
qu.*G
de sus extremos podran
ejemplificarse
con los
casos de
Argentina
y
Uruguay,
pases
que
en
este
perodo
tuvie-
ron
un crecimiento
econmico
nada
desdefiable
(
450
dlares
de ingreso percpita en
el
Unrguay de
los
afios
veinte
y
700
dlares
de
prn
por
habitante
en
la Argen-
tina de
1929),r
mientras
el
otro
extremo
podra
ilus-
trarse
con
ejemplos
como
el
de Hait
o
Bolivia,
donde
el
aaso
absoluto
fue
la regla.
Resulta
importante
des-
r
Alberto
(huriel,
"Uruguay:
las
causas
c.conmicas
de
sus
trasformaciones polticas
e ideolgicas",
en
Amrica
Latina:
eco-
yrr.t
pgpi,ca
(compilador,
James
Petras),
Buenos
ires,
Ed.
Periferia,
1972,
p.
403;
y
C.
F.
Daz
teiandio,
Ensattos
sobre
la
brjt7ria
econmica
argentna,
Buenos
Aires, Amorrortu
Editores,
1975,
p.
65.
La
estimacin
de
Dn
Aiejandro
para
la
Argentin
es
con
precios
de
1964;
Coudel
no
da
mayores
precisiones
sobre
su
apreciacin
para
el
Uruguay.
,t
r
1i
I
t
I
i
t"
i
l
I
t
[101]
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
4/57
lO2
ESTRUcTuRclN
DESIGUAL
DEL
suBDEsRRoLLo
tacr
que
an
en
la
actualidad
muchos
pases latino-
"m.ricino,
estn
lejos
de
igualar
el
nivel
de
desarrollo
que
las
naciones
rioplatenses
lograron
hace
medio
siglo.
Tal
abanico
de
situaciones'
qu no
carece
de
signifi
cado,
ha
sido
naturalmente
objeto
de
mltiples
ensayos
f,r:'::;ffii't*"iffi
eredada
e
h colonia
segn
q,',.
iffi--g
6-las
";A;;A;6m;in",
las
"colonias
de
poblacin"
o
las
"reservas
territoriales
prcticamente
inexplota-
das", a la
vez
que
para
el
perodo
de "desarrollo
hacia
afuera"
establecen
una
marcada
diferencia
entre
las
"economas
de
enclave"
y
las
"economas
nacionalmen-
te
controladas",2
Por
su
parte, Celq-$rgqglo
intenta.
explicar
la
di
versidad
d
nuesro
pio."to
en
raz6n
d{-tlgsJ-g-'
ducto
exportable
con
que nos
incorporamos
al
mercado
6ffi-i:Ad
dara
origen
a
una
diferenciacin
en-
tre "pases
exportadores
de
productos
agrcolas
de
clima
templado" ("simple frontera de
la
economa
europea
"n
fro.uro
de
industrializacin"
),
"pases
exportadores
de
productos
agrcolas
tropicales"
("tegiones
incapa'
ces
de
crear
nuevas
tecnologas"),
y
"pases
exporta-
dores
de
productos
minerales",
con
economas
general-
rnente
desnacionalizadas.s
En
fin, Sunkel
y
Paz
elaboran
un
modelo
mucho
ms
complej
o
qu'mil
por
dis
tinguir
cuatro
situaciones
bsicas
en
el
punto de
arranque:
los
"cenffos
colonia-
les"
que
seran
Mxico
y
Per;
las
"reas
de
subsisten-
2
Fernando
Henrique
Catdoso
y
Enzo
Faletto,
Dep9nd97-c-1
y
desarrollo
en
Amica
Latina,
2a' ed',
Mxico,
Siglo
XXI,
1970.
8
Celso
Furtado,
La
economa
latinoamericana
desde
la con-
qaista
ibrica
hasta
la
rettolucin
cubana,
6a'
ed., Mco,
Siglo
xxl,
1974.
\i
I
I
it
i
t
i{
l
rl
l{
t1
{
ESTRUcruRAcrN
nesrcuAl
DEL
suBDESARRoLLo
101
cia"
que
comprenderan
regiones
co'mo
Chile,
*t^uador,
el
noroeste
argentino
y Centroamrica;
las
"res va-
cas"
constituidas
por
la
Parnpa
argentina
y eI Uru-
guay;
y
las
"reas
de
subsistencia
y
plantacin"
que
englobaran
a Brasi'l,
Venezuela
y
el Caribe.
Los
autorcs
analizan
luego
la
evolucin
de
estas reas
tpicas
en
funcin
de
dos
elementos:
a] la
ndole
del
sector
expor-
tador,
medida
por
su
desarrollo
ms
temprano
o
ms
tardo,
su
extensin
en
el
espacio
y
en
el tiempo,
su
nivel
tecnolgico
-v
la comelativa
posibilidad de
utilzar
o
no
insumos
nacionales,
la
magnitud
del
empleo
re-
querido,
la
propiedad extranjera
o
nacional,
el
destino
del
excedente,
etctera;
y
b]
la
situacin
previa de
la
formacin
social
en
la
que
aquel
sector
se
desarrolla,
puesto
que:
La
flexibilidad
de
la
oferta
interna
ptura
suministrar
las
materias
primas,
bienes
de
cons'umo
y.
de capi'tal,
recursos
hunos
e inraestructura
que
el
sctor
ex-
Dortador
exise,
depender
de
la situacin
precxisten-
ie,
es decir,
"que
e
perodos
an-teriore-s
cl
pas.
haya
desarrollado
d-eterminada
capacidad
y
diversida
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
5/57
104
EsrRUcruRAcIN
DEsIGUAL
DEL
SUBDESARRoLIo
especficas
de vinculacin
de
tales formaciones
con el
sistema
capitasta
imperialista
mundial,
en
una
cadena
de
recprocas determinaciones
claro
est. Sin
este
ho-
rizonte
terico
la
misma
o'situacin
pteexistente"
a la
que
se rcfieren
descriptivamente
Sunlel
y
Paz
queda
hurfana
de una
explicacin
consistente,
al
igual
que
la
evolucin
poaterior
de
las
distintas
sociedades
latino-
americns.
En todo caso,
las
tipologas elaboradas
pot
los
autores
que
hemos mencionado
no
precen
sustituir
con ventaja
a una
concleptualizacin
basada
en el ma'
teria,lismo
histrico,
como en
seguida
trataremos
de
demostrar
mediante el anlisis comparativo
de vadas
..^.situaciones
naciona,les.
'
)
Comencemos
por
el
re|
andina,
sefialando
que
el
'-.ontr"rt",
que
hacia
finede1filo-rx
y principioe
del
xiya
notable,
entre
esas
antig141_"3%s
dg
grr-b-ds-
tengi{
ilug- sul'{3tiTuIon
Chile
v
Slale5
de
nrngua
manera
r*pu'["-f*"
incorpora-
cin de,l
primero
y
Ia taria
incorporacin
del
segundo
a la economa
mundial. Cuando
Sunkel
y
Paz afhman
que
en
el
caso
ecuatoriano
"la
expansin de
su
prin-
cipal
producto
de
exportacin
es
de
reciente data",6
simplemente
incurren
en
un error
de
hecho:
enffe
1852
y
7922
Ecuador rcaliz
exportaciones
(bsicamente
de
cacao)
por
un
valor
aproximado de
500
millones
de
dlares,8
suma
equivalente
al
monto total de las
inversiones
britnicas
y
nortearnericanas
en
Chile
en
l9L3-74.
Cabe
adems
aclanr
que
en Ecuador no
hubo
"enclave"
alguno
en
dicho
perodo, si
por
ello se en-
tiende la
propiedad
exranjera
de
los
centros
producti-
vos
ms
dinmicos.
Tal sera
mrs bien
el
caso de
Chile,
a:l
menos desde
el
momento
en
qre
el
capital
imperia-
Iist
pasa
a
controlar la
explotacin
del
sa,litre.
6
Op. cit.,
p.
118.
8
Cf. Ls
Albetto
Carbo, Hisoria monetaria cambiaria
lel
Ecaador,
Qto,
Imprenta
del Banco Crntral,
t953.
ESTRUCTURACIN
DESIGUAL
DEL SUBDESARROLLO
105
As
que
la
diferencia de desamollo
de estas
dos
formaciones
no
deriva
de
factores
como
los
menciona-
dos,
sino
que
tiene
que
ser
rastreada
en
la
mltqz
econr-ffiial
rqsti;a,
a-
Io-cu
es
-'
menester
urni{$e{no_del_ J_e111-o-o-np, q{liras
de
subsistencia".
En-'ect-lqu
puede
significat
este
cnptSi-simultneamente
es aplicado
a
uno
de
los
pases
de
estructura
fzudal ms
acentuada
de[ continen'
te,
como lo
fue el Ecuador
deci-rnonnico,
Y
un
pas
como
Chile
que,
tal
como
lo seialamos
en
ca,ptulos
anteriores, es el
que
mayores
embriones de
desartollo
capitalista
ptsenta
desde
los
albores
misrnos
de
su
vida
independiente?
Es cierto
que
el desarrollo
de la
economa agroer-
portadora
en la
costa
ecuatoriana
constituye
la
primera
etapa
de
uansicin
hacia
el
capitalismo,
mas
no
cabe
olvidar
que sto ocurre
en
condiciones
rilly
especficas:
a] a
partir
de
la
hacienda
sefrorial,
en
la
que
se man-
tienen
relaciones
semiserviles
y
tcnicas
rudimentarias
de cultivo
durante
todo
el
ciclo del
cacao;
b]
con un
remuneracin
de la
mano
de obra
que
en ltima instan-
cia
est
determinada
por
el
valor
de
la
{uetza
de
rabajo
en las
reas
feudatres
de
la
sierta;
y
c] sin
qu
se
pro-
duzca
modificacin
alguna
en
la es-lg4gggqpgmico
social de estas reas.
que
hasta
la
tercera dcada
del
.'eq:t gg
'l
del
pas.7
En tales
condiciones,
la
misma
relacin
entre el sec-
tor
exportador
y
el resto
de la
economa
nacional debe
ser
cornprendida
alterando
la
primaca de
las
preguntas,
esto es,
averiguando
en
pril4g1
luget
qg
dg."-tg "_ryjg-
datarios
produio
Ia
gqt3-iz--p{9g4pll4lirt+-n
el sector
-c.y{s'.3-q"',68p";fr
A..Gfi
m-
7
C.Agustn
Cueva,
E/
proceso
de
dominuin
poltica
ea
Ecaador, Mexico,
Digenes,
1974.
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
6/57
106 ESTRUCTURACIN DESIGUAL
DEL SUBDESARROLLO
dores"
tuvo ste sobre
la
economa ecuatoriana
en
su
coniunto.
No
es del
caso entrar aqu
en
el
anlisis
mi
nucioso
de
esta
articulacin,
que
ente
otras cosas
se
radujo
por
la mxima
estrechez
del
mercado interno
y
un
correlativo
grado
casi
nulo
de
industrializacin,
cuyas
consecuencia,s
son tangibles
hasta
hoy.
Tal situacin contrasta
notoriamente
con la de Chi-
le,
donde la misma actividad agropecr:aria
experimenta
un sustantivo desarrollo
en
la
segunda
mna,
del si-
glo
xrx. La
produccin
triguera,
que
en
el
decenio 1850-
60
no
superaba
el
medio
milln
de
quintales,
a
partir
de
1870 se
septuplica;
la
proCuccin
vitivincola
se
du-
plica
entre
t875
y
1883;
el
hato de
ganado
vacuno se
triplica entre
1868
y
1875; las 300
wejas
inmoducidas
en
1875 se multiplican hasta ms
de
400
000 en
t893,
e incluso
puede
hablarse
de un
proceso
embrionario de
mecanizacin
del
campo.s
Todo
ello,
no
porque
los
terratenientes
chilenos
fuesen
por
naturaleza ms em-
prendedores
que
sus
homlogos ecuatorianos,
sino
porque
no
se hallaban
insertos,
co,mo
stos,
en
un so-
ciedad
cuya mdula
econmica
em
la cuantiosa
masa
de siervos indgenas.
Es
verdad que durante
este
perodo
no
llegan a
des-
aparecer
en Chile
los
famosos
"inquilinoe
";
pe'ro
"ya no
era el inquilino
arrendatado
de
la
poca colonial
que
pagaba
un
canon, sino
un inquilinotrabajador
que
per-
ciba
salario
y
regalas".e Adems, es
un
hecho
que
en
la segunda mitad
del
siglo xrx el
"inquilinaje"
va
pr-
diendo
peso
en
el conjunto de la
economa rual
chilena.
Vitale
afirma
que
entre 1860
y
1890:
"El
desarrollo
de las
modernas
empresas agrcolas
facilit
un
pro.
gresivo
aumento
del
proletariado
rural,
especialmente
en
los fundos
de la
zona
central,
en la industria
moli-
8
Cf. Luis Yitale, Interpretacin
marxista
de la bistoria de
Chile,
t. w,
ed. cit.
o
Vitale,
ibid.,
p.
68.
EsrRUcruRAcrN
nrsrcuL
DEL
suBDEsRRoLLo
107
nera,
en
la
colonizacin
de la
Araucana y
en las
enpre-
sas
ganaderas
de Magallanes",
y
hasta
asegura que
.,la
mayotia
de los
terratenientes
prefiri
aumentar
los
sala-
rios
de los
peones
que
trabajaban
por
temporada
antes
que incorporar
nuevos
inquilinos porque les
resultaba
ms
conveniente
a
sus intereses
inmediatos".to
En
todo
caso
el
capitalismo
chileno
adqri
tal
dinamismo
en
esta
eta)a,
con
races
internas, que
hasta
hrc
capaz
de generar
Ia
perspectiva
nacionalista
expresa-
da
por
Balmaceda.
Como
se
vio en
el
captulo
3,1a
via
oligrquica
y proimperialista
slo
logr
imponerse
aqu
desaticulando
con
las
armas
un
proyecto
nacional
bur-
gus;
pero
aun
despus
de
esta
derrota
de las
fuezas
progresistas las condiciones estructurales
del
pas permi-
tieron que
la produccin
industrial
siguiera
creciendo
a
un ritmo
bastante
acelerado:
ente
190g y
I92g,
por
ejemplo,
ella
se incremenr
en
un
g4Vo.11
Ademsi
^
.
.
.en
el.perodo
alguna
parte
de
los
capitales
generados
eJ
el
satltre
y
el
comercio
se
invierten
en
el
agro,
dn_
dose
ongen
a
ormas
ms
desarrolladas
de
produccin
lraria.
La
viticulrura,
por
ejemplo,
adquiere'amplia
di-
ruslon;
afgm.as,
rnverslone-s
en
obras
de
regado
rnejo-
ran la
calidad productiva
de los
fundos.r2
Es
decir
que,
incluso
con
un
,,enclave"
extfaniero
instalado
en
su
seno,
la
economa
chilena
sigui
te_
niendo
ms
vigor
que
una
economa
,,nacionalmente
controlada"
como
la
ecuatoriana.
Comparado
cqn
la
feudalidad
empedernida
del
a,ltiplano,
Chile
hasta poda
ro
lbid.,
pp. 72
y
75.11
Cf,.
Ricardo
Lagos,
I^a
industria
en
Cltile:
ofltecederrtes
estructarales,
Instituto
de
Economa,
Universidad
d.
Chit;,'-ite,
p.
33.
.,r,
.F\
Faletto y_Eduardo
Ruiz,
.,La
cisis
de
la
domina-
cron ougrqurc",
en
Faletto
et
al.,
Gnesis
bistrica
ilel
proccso
cbileno,
ed.
cit.,
p.14.
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
7/57
108
EsrRcruRcrN
DESTGUAL
DEL
suBDEsRRoLLo
apuecer en la mitologa
burguesa
como "la
Inglatena
sudamericana",
aun cuando
ya
slo
rq>resenta,ba
un
grado
de
subdesanollo diferente
del
de sus
vecinos
ms
atrasados.
Si
por
un
lado
no hay
mz6n
paru
incluir
en
una
misma
c
tegorla los casos
que
acabamos
de
ana,lizat,
por
el
otro
tampoco
se
j.ustifica
que pases
estructural-
mente tn
afines
como
Ecuador,
Bolivia
y
Per apa-
rsca
en categoras distintas,
por
ms
que
este ltimo
haya sido
en
su momento
un
centro virreinal.
Pese
a
que
Ecuado,r
inici
su
transicin
al capitalismo
pot
la va de
,la
actividad agroexportadora, mientra,s
Bolivia
Io
hizo
por
medio
de
una
actividad
exclusiva.
mente mi,nera
y
Pe
po
una
va ms
compleja
que
combin
la recoleccin
del
guano
con
la
actividad
pro
piamente
minera
y
agrcola
de
expotacin,
parece
claro
,
de-
r'^.-*"1.'t,
b3tsq9-gy:ld-{.grtt-tq4'*dts{,f
ggz1,s*p:eduuyas.
En
condiciones
como
stas, se
dan
a
nuesffo
juicio
dos situaciones
que
a
la
postre
producen
los efectos de
atraso ms
abeantes:
a]
el mismo
sector
exportador
se
impregna hata la mdula
de
ragos'-piapiiar,
.o-o
-u.,
l
.oro'=otoluni
er
des
ii*ms
pla-
taciones
de algodn
y
caa de
az,car
en el
Pe; o
b]
se
conigr-rra s,implemente
una situacin*de
"gpl-qye", aun
con independe'nca
del
carcter nacional
o
extraniero
dl
sectof
exportador,
que
en este caso es
etarnente
ca-
pitalista.
El
ejemplo
de Bolivia
en
la
era
del estafio
es
el ms
iustrativo
al respecto. En
efecto,
resulta
bastante
difcil
afirmar
que
en
este
ps
y
en
est
poca
no hubiera
habido
aormulacin
de
capital o
que
hiciera
falta un
real
"espritu emptesarial":
al
momento
de
su
muerte
ESTRUcruRAcrN
prsrcuAr,
DEL
suBDEsARRoLLo 109
Patifio
haba
acumu[ado
una de las fortuns
ms cuan-
tiosas
del
mundo y
era
un
verdadero
pro{otipo
del
"bourgeois
conqurant".
El
secreto de
su imesistible
ascenso
no
encierra,
por
lo
dems,
misterio
a,lguno:
Pa-
tifro
su,po
combinar
adecuadamente
los niveles ms
avanzados
de
la tecnologa
de
su tiempo
con los
niveles
ms
bajos
de salarios,
para
lo cual
ni siquiera
necesit
abatir
el
valor de
la
fuerza
de
trabajo:
Ie bast
con
conservarlo
en el
nivel
vegetativo
en
que
"normalmen-
te"
se reproduce
el
siervo
de
la
gleba.
Sin
embargo,
las
fabr.ilosas
superganancias
obtenidas
de esta
manera
distaron
mucho
de contribuir
a la
acumu-
lacin interna
en
su pals; a
la
postre
no
hicieron
ms
qu
engrosar
la
masa
del
capital monop,lico
interna-
cional,
y
no
porque
Patio
estuviera
dominado
por
ste, sino
porque
se
le
incorpor
en
pie
de
igua,ldad,
ctundo
por
1o
mismo
conorme
a sus
leyes.
Con
lo
cual
la
minera
del esrtaio
par'
a
constituir en
Bolivia
un
tpico
islote
de capital
monoplico
incrustado
en
una
formacin
econmica
de
base
precapitalista,
que
a
can-
bio
de
proporcionar
mano
de
obta
banta
no
reciba
el
ms
mnimo
impuilso
"dinamizador"
por
parre
del
sector
minero.
Y
es
que,
al no
encontrar
algn
produc-
to
"colonia,l."
que por
sedo
garantizara
una inversin
rentable,
ni
Patio
ni los
otros
dos
magnates
del
estafro
vean
ruz6n
alguna
para
reinvertir
en
el
binter-
land,
baliviano,
que
en
rigor
comenzaba
en las
fronte-
ras
mismas
del
enclave
estafifero.
Fomentar
el
desa-
rrol,lo
agrcola
e industrial
de
este enorme
anerpo
fzudal
habra
equivalido
a
incoar
una
revolucin
burguesa
profunda, que
ciertamente
no
estaba
en
las miras
de
esos
magnates
que
haban
acumulado
su
fortuna preci_
samente
a costa
de
la
miseria
de las
masas
de
su
pas.
Ellos prefirieron
como
es
lgico,
incorporarse
al
movi-
miento_
del
capital imperialita
en esca,la
mundia,
y
no
por
falta
de
"patriotismo",
sino
porque
Ia
patria
del
-*
gue
en los
tres
pases
)r
la
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
8/57
\-
\t
t
\J
\ \
\
w
110
EsTRUcTURAcIN
DESIGUAL
DEL
suBDEsRRoLLo
capital
no
es otra
que
el
mbito
de
su
reproduccin
ampliada,
que en este
caso
estaba
lefos
de
coincidit
con
los
lmites
de
la
fotmacin
social
boliviana.
En
tales
circunstancias,
era natural
que las
minas
del
boliviano
Patifio
constituyern
un
verdadero
enclave
imperialista
en
su
pas,
por
la
misma
rzz6n
que las
propiedades
del
extranjero
Patio
en Inglaterra
no
pasaban de
ser
una
forma
un
tanto
anecdtica
de
existencia
del
capital
mo-
noplico
ingls.
Observacin
con
la
oral
queremos
se-
fralar
que
el
mismo
corcepto
de
enclatte
no
puede
ser
9.r91*gu;
:-
,,.
_r
de
modos de
produccton:
en su
mas estrlcro
rlgor
tal
cffiF6Y-i
existencia
de
"
islqtes"
9
cgpj-
til5rg{99erlst"gy:g{"4q,jgtg'.*'r.precf
P.,r-
tallstas,
con
las
que
no
guardan
otra
felaclon
que
la
d*uccin
de
excedente econmico.
En
cuanto
al
caso
peruano,
la
situacin
prece ser
ms clara
an
que
la
de
Bolivia,
puesto
que
all
el
do-
minio del
capital
mono,plico
exraniero
es
mucho
ms
directo
y
desembozado.
Sin
embargo,
quisiramos re'
tomar
algunas
observaciones
del
historiador
Heraclio
Bonilla,
referentes
a
las
sucesivas
posibilidades
de
acumulacin
en
Pe
en
el
siglo
xrx.
Bonilla
comienza
por
recondar
un
primer
momento
de
este
proceso,
qu se
abre
en
1850, orando
los
pro
pietarios localos
pasn
a
su
gobierno
la
planiila
de
la
Independencia,
obteniendo
una
ley de
indemnizacin
segn
la
anal:
. . . se
reconocan
como
crditos
contra
el
Estado
todos
los
orstamos.
voluntarios
o
orzosos,
en dineto
o
en
especies, levantados
desde
1820
por
cualquier
autoridad
del sobierno.
En virtud
de esta
decisin,
por
eiemplo,
fuern
declarados
con deJ{:blr.3t.-i2btacign
lqq-due-
fros
de
los
esclavos
enroados
en
9 @ t,
os
proge-
tariosodo-Y,-sem-[tlusirvieronparasoste-
na
las
tp"t,
ios
planadgtr1-dq azcar,
prductores
EsrRUcruRAcrN
orsrcuAr,
DEL
suBDESARRoLLo
111
Ir
de,chancaca
y..aquellos
productos
destruidos
o
confis_
cados
en
benetlcro.de a
causa
de
la
Independencia.
as
como
los
propietarios.de
fundos
;i;
bi;;;;ij;:
nos
a
Ios
que
se
infligi
daos.
Esra
ley
.ornpr.n
tambin
"tdo
lo
grrjdo;
lori.nrni.r,to de
las
tfopas patrotas:
sueldos,
descuentos,
pensiones,
ur;*
naciones,
crdj
tos
lquidoi,
arr*drr"in["r,-
;l;;;"f.
cuentas,
gratificaciones,
biiletes,
cdulas,
reconocimien_
tos, parte
..de
presas,
acciones
'p.ndi.nr,
cargos
Dor
contrata,
llbramieltos
no
cubiertos por
la
Tesrera
v
Fpltaes
que
gravaban
t_anto
el
Ramo
de
rbitros
como
as
Aduanas
y
Ia
Casa
de
Moneda',.r3
De
esta
maner
--de
un notable
,,patriotismo',
por
lo
dems*
la
clase
dominante
p.*un
obtuvo
alrededor
de
5
millones de libras
esterlinas,
a los
que
habra
que
sumar
la
indemnizacin
percibida
por
los
propietarios
de
esclavos
en
el
momento
de
la
manumisin
(1Si4).
Tales
sumas permitieron
de
una
parte
la
adqusicin
de
cooles para
las
plantaciones
de algodn
y
cafra
e
az-
oar
(manera
apenas
disf.razada
de prolongar
la
esclavi-
tud),
y
de
ora
Ia
conversin
de
certos
sectores
de la
clase
dominant
en
concesonarios
del guano.
hora
bien,
el mismo
Bonilla
hace
notar
que estos
concesiona-
rios
y
otros
elementos
locales
ligados
directa
o
indi_
rectamente
al
sector
exportador,
percibieron
entre
1g40
y
1880
un
porcentaje
relativamente
importante
de
las
ventas
de
aquel
abono,
comprobacin
q,r.
lo
lleva
a
formular
la
siguiente
reflexin:
Aun
suponiendo
que
el
consumo
de
estos
gnroos
es ruvo
f undamen
taimenre
consri
tuido
p".-
iu
l";;;:
cin
de
bienes
exrranieros,
es
legri-
^fi;.-;;_
oncql,
go-mo
lo
hace
Hunt,
que-
el
gu^no
g"n"i
una
liquidez
basrante
consideratle
crri
para"in.r.-
mentr
la
demanda
interna..
pero
pese
a esa
puncin
nronetaria,
ni la productividad
ni l.
p.u.ii"
;
73
Gaano
y
burguesia
en el
penl,
ed.
cit.,
p.
e7.
.l
ll
I
rl'
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
9/57
ll2
EsrRucruR^crN
DESIGUL
DEL
SUBDESARRoLIo
la
economa
perun
aumentaron'
Tercamerrte'
.los
;;;t*-d
"it.
dinero
optgQg--R-corrverse
n
re,,tistas-y
no
en
schumpetetianos
de
los
rrn
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
10/57
1I4
ESTRUCTURACIN
DESIGUAL
DEL
SUBDESARROLLO
descripcin
emprica,
hay
que
insistir
entonces
en
que
este
'ivaco"
implica
le
lyq.-qqgjle
y9239atyjV.g99 -
micasoci
de
carct&-
esc--fgl
hechs-
qus
tinq;--u;;n-a'mrlalidadst-caagt4 -d9
ertable'in-dlos-
v"*l*
5 e
{g1e$encia,
y
por
r"frli-Ifto-ffiifi.ot
e sta
en
el
desa-
rrollo
interno
de
las
sociedades
respectivas.
Como
ar-
gumenta
un
equipo
de
investigadores
uruguayos
para
explicar
el desarollo
partictilar de
su
pas:
La
dicotoma
reas
dominanies-reas-dependientes
su-
pone
una
conceprualizacin
qttiz
demasiado-
gruesa
;;;; i;;
cuenta'de
una
realidad
compleia'
I'a
evo-
ft".
ASLyi{rEg-..apitalista
en
su
coniunto
durante
eI srgto
xtx
y
comre#ff&igl.o
1x
abre
rrn abanico
r,i+br ,.rosJ-j--
jrrry+f
1ry1'^$1^1
pibilidades de
dcrcrminacin,
que.se
fel2'clonan
con
los
recrtrsos
naturalcs.
la
capacidad
de
respuesta
de
la
sociedad.
el modo
tle
produccin
preexistente
y
el
adelanto
o retraso
con
que
las
distintas
res
se
lncof'
oornn
al
proceso,
circunstancias
todas
eslas
que
In-
ciden
en la
forma
y clinlmismo
qtrc
cl
moclo
de
;;;;.;it
capitalist
adquiere
en
cada
rca'
En
estc
;;;;';.
iliu^-.ion.t
el
Uruguav. estabn
situe
Jo
n
;;
que
las
relaciones
de
dcpendencia
no
se
;b;;
"n-
tnt
o.-as
ms
rigutosas'
Esta
situacin
;
;"b^
en
una
estntct.rra
conmica
diferente
de
"
.
i
ptses semicoloni-ales,
que.
inchra
un
cierto
d"t.ttttt"'ustrial
e
implicaba'asimismo
ciettos
ni-
veles
de
autonoma'1e
En
el
rea
rioplatense
esa
estrlctura
especfica
va
conformndose,
como
es
sabido,
mediante
la
afltiencia
de
sucesivas corrientes- migr-atorias,
cuya
significacin
socio6i--n
.1
i
en
*cuest
iones
t
ni co-cu
I
tu
rales'
rs
Julio
Millot,
Catlos
Sitva
y
Lindor
Silva,
El
desanollo
nduial
del
[Jruguay
tJe
la
crisis
de
1929
a
Ia
posguerra'
Monte-
ti.i".
ni""*idaidah
Repblica'
Instituto
cle
Economa,
Depar-
tamento
de
Publicaciones,
197),
pp'
3l-)2'
ESTRUcTURcIN
trsrcuAI,
DEL
suBDESARRoLLo
llj
mas en
el
hecho
d"
gne
no
se trata
de
una importacin
de
esclavos
o
siervos sino
de mano
de
obra
asalariada,
1o
que
implica
el
establecimento
de
relaciones
sociales
ca-
pitalistas
de
produccin.
Aun las
situaciones
ms
,,pre-
carias" que
puedan
cletectarse
aqu, como
seran
Ia
aparcea
y
algunas
formas
de
arrendamiento,
nada
tie-
nen
que
vet con
instituciones
como
el
,,huasipungaje"
ecua.toriano
o el
"pongaje"
boliviano
o
peruano,
e
in_
c-tustve
reprcsentn
un
momento
ms
avanzado
que
el
del
"inquilinaje"
chileno.2o
Y hay
un hecho nrs, que
merece
destacar,se.
El
pro-
ceso
migratorio
determina
que
el
nivel
de
los salarios
no
se
establezca
sobre
la
base
del
valor
de
la
fuerza
de
trabajo
en
las
reas
precapitalistas
cle Amrica
Lattna,
sino
a
partir
de
su
valor en los pascs
erropeos
cle
don-
de se
imporla
mano
dc
obra.
Pcr
ello:
Los
salarios
en
la
pam-pa
eran,
al
parcccr,
superiores
e los
dc
nlgrrnrs.ciudldes
curopeas.
Urrr
comparacin
entre
las
tasas
de
salarios
por
hora
correspondiente,s
a.
Iapso
1911-I4
cn
Buenos
Airc,s
1'
Pars
y
Marsella
respecto
de_
siete
ca.tegoras
diferentes
muestra que
as
tasas salariales
c{e
Buenos
Aires
eran
superioes
a
las
de
Marsella
en todas
las
categorar
(alreriedore
un.BjVo
),
y
superiores
a casi
todas
las
de
Pars
(alrr:-
dedor
dcl
25Vo).
Un
informe
de
I92I
del
Deoarta-
20
Apenas
si
merece
la
pena
detencrse
a
refutar
las flamantes
tesis
ile
Camragnani
(op.
cit.) sobre
el
.'fer-rdalismo',
argentino
del
siglo
xx.
las
reflexiones ya
formuladas
sobre
las relciones
sociales
de
produccin
en
ei
rea
en
cuestin
slo
conviene afradr
estos
datos
referentes
al desanollo
de las
{uerzas
productivas
en
el
campo argentino:
"...la
maquinaria,
los
velculos
y
otros
bienes
duraderos
constituan
slo
el
8%
det
stock
de'ctpital
.yrg1
.
1900,
pero
su
participacitn
se
elev
aI 24o/o
en
l9i9
y
al
40ok en 1929.
El
valor real
de esos
res
rubros,
considerand
1900:100,
ascer.rtli
a
577
en
1914 y
t
1400
cn
1929...
En
1929-30
la
Argenti.na
tena
ms
cle
la
mited
del
nmero
de
sesa_
doras-trilladoras
exisrentes
en
Estados
Unidos,
donde
la
cantidc
de
granjas
era
mayor".
Alejandro
Daz,
op.
cit.,
p.
l(.1.
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
11/57
IT6
ESTRUCTURACIN
DESIGUAL
DEL
SUBDESRROLLO
mento
Britnico
de
Comercio
de
Ulmamar
afrmaba
".
jt
td"rios
argentinos
antes
de.
la.
primera
gue-
i *.aid
eran
uperiores
a
los
de
los
pases. eu-
ropeos, unque
no iiabrn
ido
creciendo
al
mismo
ril
o.21
Ahora
l'rien,
no
hace
falta
suscribir
la
totalic{acl
de
los
razonamientos
cle
un
Arghiri
Emmanuel'
por
ejem-
p\o,22 para
percibir
la
enorme
importancia
qre est
cues-
;
t;;
n
.l
d.ru.rollo
econmico
de
una
sociedad'
No-*-puttimos
su
idea
de
considerar
a
los
salarios
.o*o
,-rnu
"variable
independiente"
y
venimos
esfor-
zndonos,
justamente,
po' *otttu.r
la
det'erminacin
de
eriot
pot
una
articulacin
especfica
de
modos
de
pro
duccin,
en
el
seno
de
una
constelacin
histrica
que
desde
luego
rebasa
Ios
contxtos
estrictamente
naciona-
les.
Pero
-1o
que s
quisiramos
retene
de
su
reflexin
es
el
hecho
d"
q,r.
ningn
aspecto
bsico
del
desarrollo
de
una
formacin
socul,
comunzando
por
las
condi-
ciones
de
construccin
de
su
mercado
interno
y termi-
nun.
p".
el
flujo
de
excedentes,
puede
plantearse
al
margen
de
aquella cuestin.
Ms
an,
crecmos
que ni siquiera
es
legtinro
airmar'
como
frecuentemente
se
hace
en
Amrica
Latina'
que
el
principal
mccanismo
de
articulacin
entre
los
"encla-
ves;'
capitalistas
y
las
reas
precapitalistas
consiste
en
que
sts
se
encrguen
de
reproducir
a
menor
costo
iu
urrr^
de
trabajo
de
aqullos:
afirmacin
emprica-
mente
falsa,
como
lo
prueban
las
"tiendas
de
raya"
abastecidas
con
artculs
importados
en
infinidad
de
enclaves,z3
y
adens tericamente absurda en
la
medida
21
Alei.rndro
Daz.
oP.
cit.,
P.
52'
2
Ci.'"-iui"
ri
ititkli'o'disisual,
Mxico,
Siglo
XXI'
197).
-'
iHace
falta
recorCar
que
incluso
Patiio
importaba
latas
d.
.onJ"*n
p.ra
los
mineros
jel
altiplano
boliviano?
No
hay
sino
que
leer
Metal
rJel diablo.
ESTRUCTURcIN
DESIGUAL
DEL
sUBDESARRoLLo
II7
en
que
el
valor
de
cada
bien
producido
en
el
sector
precapitalista
es
ms
elevado que
el
del
sector
capita-
lista
(sobre
todo
extranjero),
aun
en el
supuerto
d.
la
mxima "superexplotacin"
ds los
rabajadores
del
primer
sector.
En nuestra
opinin,
la
uncionalidad
de
l?:_gt.o:-p-tg.g-plqu
lls
g
s
con
respeco'-l-i
to
t
igls-*$ ip;;dglrysa,:l--,erlalord_la.f
uetza
oe
rranaJo
re-ductdo
su
lmtte
estrlctamente
vesettivo.
c'n*-
lalcon
snii
q
diello
re'
dciivan.
.
partit
de
ese
dato
uno
puede
discutir
si
ese
valor
es
"justo"
o
o,
o
si
el
que
est
nacionalmente
determi-
nado
tiene
o
no
"sentido"
en
un
contexto
econmico
ca,a
vs.
ms internacionalizado.
El
hecho
es que
el
sistema
capitalista
no se
rige por
las
leyes
de
la
jus-
ticia
ni por
el
mayor
o
menor
sentido
terico,
sino
que,
en
lo
que
a este punto
concierne,
se
limita
a establecer
un
rgimen
d,e
salarios
acorde
con
el valor
local
,e
la
uetza
de trabajo
(en
torno
al
cual
tales
salarios
fluc-
tan,
como
es
natural
).
En
el caso
del
rea rioplatense,
la
peculiaridad
est
en
que
ese
valor
local
es un
"vaco",
que
histrica-
mente
ser
llenado, aqui s,
al
nenos
en
e[ perodo
que
oenirnos
examinando,
por
un valor
de tipo
internacio
nal,
concretamente
europeo.
Es ste
el
elemento
.,his-
trico-moral"
que
fija
el
nivel de
salarios
en
un
punto
incomparablemente
superior
al
de
otras
reas
latino-
atnericnas,
marcando
diferencias
con el
propio
proceso
chileno.
A
Ia luz
de las reflexiones que
hemos
formulado
se
explica
la
relativamente precoz
constitucin
d.-
un
mer-
cado
inrerior de
bastante
amplirud
en
7a
zona
riopla-
tense,
la pia integracin
nacional
que
aqu se
da
con contingentes
humanos
paradjicamente
"exffanje-
ros",
la
funcin
integradora
de las
vas
de
comunica-
cin
que
en
este
caso cumplen
un
papel
ba.stante
dis-
tinto del
que
Bonilla
indicaba para
Pe:
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
12/57
118
ESTRUcTURAcIN
DESIGUL
DEL
SUBDESRRoLLo
Las obras
de infraesrructura
necesarias
para
la
pro-
duccin
y
trasporte
de los
producos
de
exporta-
ifn
-ss61ibe
Couriel
-no
sio son
apropiadas
para
esos nes
sino
que
proporcionan
al-Uruguay
una mayo integracin
espacial. La existencia
de
los
ferrocarriles,
si
bien
sus
lneas
se adecuan
a las
nece-
sidades
del
comercio
exterior,
con.forman
una mayor
homogcneidacl
del
coniunto
terirorial,
que
tambin lo
dierecia
de los
paics
basados
en'"nclaves".
No
existen
regiones de
baja
productividad
y
autosubsis-
tencia.2a
En estos
casos resultara
adems
absurdo hablar
de
un econolra
de
"enclavc",
por
ms
que
el
capital
monoplico
controle
uniclades
productivas
tan impor-
tantes
como
ios frigorficos,
por
ejemplo.
Nos encontrmos,
en sntesis,
ante efectos
muy espe-
cficos
de
la actividad primario-,exportadora,
como
s-
tos
que
sefralan
Sunkel
y
Paz:
. .
. en economas
como
Ia
argentina,
Ia
actividad
exportadora
permiti
monetizar
la
economa,
cre
una
moderna
agricultura
cle
tipo europeo,
cor una
dotacin
de
recrsos humanos
de relativa'caoacidad
tcnica,
y
con
patrones
de
consunro correspondientes
a
los
niveles
de
vida
c{e
los
pases
del centro;
si
a
estos
factores
se
aade
el
alto
nivel inicial
de
insre-
so
y
de
salarios, una
rpida
urban.izzrcin
como
ion-
secuencia
del
proceso
inmigratorio,
la
integracin
de
una
prte
considerable
del territorio
naconal
me-
diante
el
sistema
cle
trasporte
y
comunicaciones,
el
pdo
crecimiento
de
la
'producin
en
la actividad
exportaclora
y
la
consiguinre
expansin
clel ingreso
nacio;r_a,
se
ver
que
en
este cso
la
ampliacin
de
Ia
"'JJldd;xqg
rlqdqr
{i
Lq
nrr,e{Lls-lg4"ffa-1
d e
un,-9le{93.9Q.19
t
c
rD
o,.l
n99jj3jr
t
e.
La
a
ct
lv
I
|
|
d
cx
por-
tadora
conStuve,
adft,
un
mercndo
de
in-
sumos;
la actividad
agricola
requiere herramienras,
materales
y
maquinarias
no
muy
dfciles
de
2a
Couriel,
op.
cit.,p, 417,
ESTRUCTURACIN
DESIGUL
DEL
SUBDESRROLLO
119
elaborar
en
el
lusar;
,
necesifa
adems
una gran
diveisidad
de-serviios,
lo
gue..por
otra parte
estimu_
iffi
l"x:'x:u"*"li:::*{;r:;"c*/';'-'o*"'iJ'
,f
;li*i'""I;:;":i',1,'.i'1.1i;Hl,lt'.f
","
li_ulu.actividad
exporradora
qu.
*,"pi
r:na
fun_
cron
cnreramenre
onuesra
a
la
que
p";;
atribu
a
a
de
os
,,enclaves"
extranjero,
p,l.Jtqu.
fo"mu
un
mercado
interno
rlafivamente
amplio
y
en
ex-
ansin,
con
imporranres
grupos-
d.
aI;;,
ingresos
I^_?,:
uxa
gran
concenrracin..urbana,
t"do
lJ
J
acrlra
que
se
expanda
Ia
prcducci.r'internalt
--*
,
Esto,
no
hay
que
olvidarlo,
dentro
de
os
lmites
determrnados
por
ia
divisin
internacional
capitalista
imperialista
de7
trabajo,
que
converr
a
tambin
a
la
ecorroma
riopiatense
er
una
economa
,,complementa_
ria"
y
por-
ende
dependiente
de
los
centrs
metropoi-
tanos;
y
determ,inados,
igualmente,
por
la
estructura
agraria
propia
de
la
va
oligrquica
u
lu
qu"
no
esca-
paron
estos pases,
como
ya
se
vio
en
el
captulo
pre-
cedente.
Son
esios
lnrites
"onfigo""d;*,
el
.ubd.sa_
nollo
los
que
se
nranifestarn
."
tod"
*
fero
,
pu.tir
de..la.
crisis
del
29
que
ser
t"
*.r.urgudu
.
"lurrru.u,ellnlttvamente
el,,nrilegro',
rioplatense.
Una
somera
revisin
el
caso
brasileflo
lrrmte
a
su
vez
comprender
cmo
las
diferencin,
d.
.rurrollo
de
nuestros
pases
no
provienen
del
carcter
,,templado,,
o
"tropical"
de
la
produccin
agrcola
ni
de
la
progeni.
europea
o
no
europea
cle
la
mano
de
obra,
e
incluso
examtna
en
un
contexto
harto
complejo
los
efectos
de
Ia
articulacin
de
varios
modos
a.'prr"ia".
El
Br.asil,
ya
lo
diiir
^-^--^tr_,
._
, ,
.,
r,?r,
se
caracteriza
por
uno*de
l_o_s
desarrollos ms
desgt
' '
',vr urr.^s
rgs
;.ffi:,#fh#:l
"|l'
sv
^ rvllt4u4
rrtg-
rogenerdad
hay
s,in
cmbargo
un
..polo',
que
se
destaca
2n
Op.
cit.,
p.
324.
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
13/57
I2O
EsrRUcruRcrN
npsrcuL
DEL
suBDsRRoLLo
de
inmediato,
constituido
fundamentalmente
por el rea
caf.etatera
paulista
que,
no
pot
^za,
ser
tambin
el
eje
del
posterior
desamollo
industrial.
Cabe
entonces
em-
prrui pr.guntrndose
cules
fueron
las condiciones
hist-
,i.*"rttu.t
trales
de
conformasin
de
este
polo
de
cre-
cimiento.
Una
primera
reflexin
que
se
impone
es
la
concer-
niente
a las
distintas
fases
por las
que
anaves
la
economa
cafet.alera
brasilefra,
con
efectos
diferenciados
segn
las
formas
productivas
imperantes
en
cada
mo-
.n,o
histrico.
As
tenemos
una
fase
incial
que
Celso
Furtado
describe
en
los trminos
siguientes:
En
la nrimera
etapa.,
cuando
fueron
ocupadas
las
tierras
del
Estaclo
d-e
Rio
I'del
sur
de
Minas
Gerai-s,
"
.orio"
se benefici
de
la
disponibii'idad
de
mano'de obra
existente
en
este
ltimo
Estado
y
que
resultaba
de
la
dedinacin
de
la
produccin
de
oro
v
diamantes
en
el
perodo
anterior'
La
abundancia
.;;;
dc
obra
prmiti
que
el crecmiento
de
la
proa*.iAn
de
caf se
hiciese
en el
cuadro
de
las
[.i""aut
rdicional.t,
en
gue
era
mnimo
el
flujo
monetario,
a un nivel-de
salarios
reales
extremada-
mente
baios.26
Los
efectos "
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
14/57
\
I22
ESTRUCTURACIN
DESIGUAL
DEL
SUBDESARROLLO
la
eg%de.-rpaedl$ra
desempefi
un
papel
fun-
drr".t--go6l.itt-titqmor4g11- i44gciq.u1tm-
q
o-r-t
3nI9.
-
lg q
Jgr4teIlg
.daoflpp
e,ul:l:o,
ex
l
s
le n-
do
desde
ei
comlenzo
ef
pago
dcl
salario
en
moneda
v-condi.iones
de vida
capaces
de
atraer
poblaciones
.i
t.tt
de
Europa.
Esas
itasformaciones
sociales
son
I.*"ttt"t
decisivos
en
la
ms
rpida
-urbanizacin
"-;j-i";
paulista, en
la
formaiin de
un
ncleo
d,e
mercado
iuterno
en
esa
regin
y
en
su
postenor
desamollo.?e
A
partir
de
ese
momento
el
referido
"polo"
de
desa-
rrollo
estaba
en
marcha:
en el
seno
del
viejo
Brasil
esclavista
empezaba
a
constituirse
wa
rca
capitalista
equiparable
a
la
de
la
zona
rioplatense.
-Sin
embargo,
la
situacin
global
del
Brasil
fetir
notablemente
de
la
de
Uruguay
y
Argentina en
virud
de la acentuada
heterogeneidad
de
la
formacin
socia
brasilefia.
El
rnismo
proceso de
ransicin
del
rgimen
de
esclavitud
al de
trabajo
asalariado
produce,
aun
en
el
rea
centrosur,
marcadas
diferencias
estructutales:
s,
las
vieias
zonas
afeteras
de
Ro
de*
Janeiro,
Mias
Gerais
v
aun
ciertas
partes
de
San
Pablo,
no
oudieron
ressir
a
las dificultades
creadas
por
el
nue--
vo
rsimen
de
trabaio
libre.
En
muchos lugares
tue
aniqulada
la
produccin agrcola
y,
en
su
lugar,
donde
el
latifundio
consizui
mantenerse'
se
desa-
rrollar
cuando
mucho
la
ganadera,
donde
el
proble-
ma
de
la
mano
de
obra
eia
menos apremiante'
Pero
ser
una
sanadera
extensiva,
de
nivel
econmico
muy
bajo.
En"suma,
el
estancamiento,
la decadencia
y
.Ia
deipoblacin.
En otros
lugares,
ni
esta
gran
propie-
dad
semiimproductiva
y
espectro
dc
un
p-asado
bri
llant'e
se
consigue
matenr.
Es eliminada
por
un
nuevo
tiDo
de-explotacin
agraria basada
en
Ia
pe-
uea
y
mcdiana bropiedad, que
la
substituy
y
fue
s desiruyendo
ei
antiguo
sistema
agrario
del
pas'
Este
procso
de
sustituiin
de la
gtan
propiedad
por
2e
Furtado,
La econona
latinoameilcana.
'.,
p.
6).
-
EsrRUcruRcrNDESrcuL
DEL suBDEsRRoLLo
723
la
pequefia
fue
una de las
grandes
fuerzas con
que
cont
el
Blasil
para
remodelar
su
estructufa
econ-
mica
1'
partir
de otra base
para
una nueva etapa de
desarrollo de las fuerzas
productivas.3o
Pero
Ia
subs,istencia
de relaciones
precapitaistas
de
produccin en una
enorlre
porcin del cuerpo
social
brasileo
rcpercuti
en e1 desarrollo de la
propia
zona
cafetalera
paulista,
estatrleciendo rura tenclcncia
hist-
ca
al abatimento de los
salarios:
Si
el nivel
de
vida de
la
poblacin
del
altiplano
pau-
list
no
tuvo, en
la
fase
siguiente,
una
evolucin
similar a
la dcl aumento
de
la
productividad
ocu-
rrido en la
regin,
ello
se
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
15/57
,
r'j'sIslr'""
"'
124
EsrRUcruRcrN
DESIGUL
DEL SUBDESARRoLLo
so
por
habitante
que
es
apenas
la tercela
parte
del de la
rgentina.33
En
este
mismo
afio
el
porcentaje de asala-
riadcn
sobre
la
poblacin econmicamente
activ
de
Brasil
es
de slo
un
48Vo
(cifra
reveladora
de la
subsis-
tenca
abundante
de
relaciones
precapitalista,s
),
mientras
que
en
la rgentina
aquel
sector
representa
el 69Vo,
en Urugrray
se acerca
al 70Vo
y
en
Chile alcznza
un
73Vo.3a
En
Brasil
habr,
sin
enrbargo,
una
capacidad
mayor
de
aumulacin
en trminos
absolutos
que
en
estos
dos
ltimos
pases,
dado
el
tamafro mismo
de
su
poblacin y
la consiguiente
posibilidacl
de
concentrar
excedente
un a expensas
de
las
zonas ms
deprimidas
del
pas
("colonias
interiores" como
se les
ha llamado)'
No
es
posible
hacer aqu
un
examen
exhaustivo
del
desarrollo
paticular
de
cada
uno
de
los
pases
latino-
americnos.
as
que
a
los
ejemplos anteriores
slo
afra-
'diremos
algunos
ms, destinados
a comprobar la
im'
portancia que
en
este
sentido
tiene
cacla
articulacin
concta de modos de
p'rsdr..i5r.
Nos referiremos, en
primer
trmino, a caso
de
Co-
lombia,
slo
para
observar
que
aqu tambin
el
polo
de
desarrollo estuvo
constituido
por
la
economa
cfe-
talera,
que
no surgi
a
partir
de la
hacienda feudal
o
esclavista
sino
que
se bas, en una
importante
medida,
en
Ir
p@a.
Todava
en
1932:
.
.
.
gtan
parte
de la
produccin
colombiana
pr9
veni
de
un
gan
nmero de
pequefias
fincas de
propiedad
de
campesinos.
.
.
esta dierencia
en
la
es-
ruitura de
la organizacin
productiva
del caf cons'
tituve
una
de las
princiDales
razones
por
las
cuales
el rltivo
del
grano
tuvo
un
impacto-
favorable
so-
bre el
desamollo colombiano.ss
93
Cf.
Furtado, La economa
latinoanericana'.,,
p'
65.
8a
C.
Sergio
Bag,
"Las
clases sociales
del
subdesarollo",
en
Bag
et.
al,,Problemas
del subdesanollo
latinoamercaao,M'
rico,
Nuestro
Tiempo,
I97),p. 14.
86
McGreevey,
op. cit.,
p.
201.
ESTRUCTURACTNPNSTCULDEL
SUBDESRROLLO
12'
En
efecto,
es
en
el
rea
cafetalera
de ntioquia
donde
tiene
origen
el
desarrol,lo
industrial
de
Colombia, que
an hoy
est
entre
los ms
importanres
de
Amrica
del Sur.
En
segundo
lugar
quisiramos
insistir
en que
no
pue-
de
atribuirse
al azat
ni
ala
"blancura"
de sus
habitantes
el
hcho
de que
el
pas
cenroamericano
de
mayor
cle-
sarrollo
sea
Costa
Rica,
que
fue
,una
fea
"vaa,'
en el
sentido que
nosotros
atribuimos
a
ta,l
exprcsin.
Aun-
que
en este
caso,
a diferencia
de
Uruguay
pot
ejemplo,
Ios
niveles
de salarios
nunca
tuvieron
que
determinar-
se con
referencia
a'l
valor europeo
de
la
fuerza
de
trabajo
(amn
de
orras particularidades
que
no
pode-
mos
entrar
a
considerar
aqu).
En
tercer
lugar,
una
bleve
reflexin
sobre
el
caso
T{cato,-ouyo
acelerado
desarrollo
a
partir
de
1940
tiene
un
fundr.mento
histrico
bien
conocido:
la
revo.
lucin
democrtico-burguesa
iniciada
en
1910
y que
culmina
con
el
cardenismo.
Lo
nico
gue queremos
poner
de
relicve
es que
incluso
antes
de este
perodo,
es decir,
durante
el
"porfiriato',,
el capitlismo
se
ha-
ba
desanollad,o
ya,
aunque
fuese por
la
va
oligrquica,
gn
una amplia
extensin
del
cuerpo
social,
razn
por
la
cual
los
mismos
"enclaves"
extranieros
no
fan
meros
islotes
en
utl cuerpo
precapiralista.
De
ah
que
Mxico
aparezca,
en
esta
reflexin
de Vania
Bambirra
por
ejemplo,
como
una
especie
de
excepcin
a
la
rcgla:
La
caractestica
fundamental
de
una oconoma
de
e lgg.egtriba
en
que,
sea
por-su
vinculacin
ntima
con
[a
metrroi,
sea
por
su
forma
misma
de
fun-
Ci0tr11111iLlltO,
ct _,gritL.t';ll
D(
l)ta\/(x.t
..lr.r.t,rs,lina-
mizadores
Da
i,
ononua
y
ta
socrdaf
en-su
nrGs
pIe
J-
ffi
,-pG
e
i
em-
rq.)/
Lr|/Lvr4rv
lull.
plo,
lo
han
sido
los
enclaves
en Mxico.36
x",
fir'
'Jal
i
s
m
o d
e
P
e n
d i
e n t
e
I
a t i n o a m e
r ic
an o'
Mxico'
siglo
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
16/57
\,
I
126
ESTRUCTURCIN
DESIGUAL
DEL
SUBDESARROLLO
En
fin,
concluiremos
n.restra
reflexin con
una re{e-
rencia a
$4ggi,
donde
an
la
expresin
"econo'ma
de
enclave"
quea
corta
para
explicar
la
siruacin
real.
Se
trata
de
una
sociedad
fundamentalmente
precapita-
lista,
converrida
affiiit
e
uil
ocupacin
mi-litar
que
estabG-
sistema
inicuo
de
explotacin sin siquiera
extender
ms alI
de
pe-
quesimos
islotes
el
modo capitalista
de
produc'cin.
Como
escribe
Suzy
Castor:
..
.es
concluyente
que
Ia
ocupacin
norteamericana
no
losr
desrrollar-la
agricultura
capitalista,
ni
sen-
tar
la bases
infraestructurales
pare
establecer
la in-
dustria.
Tampoco
origin
un mercado
de
consumo
que
pudicra
animar
una indusia
manufacturera;
ni
siquiera
logr
impulsar,
en
trminos-
cr-rantittivos,
las
relacions
mercantiles
con
el
capitalismo
mundal.
El
sector
mercaltil,
aun
absorbiendo
una
cantidad
importnte
de beneficios
comerciales,
no lograba em-
puiar
la cconctrra
globd
hacia un
economa
de
mercado. Ha.it
segr-ra
siendo un
pas
precapitalista,
donde
el
raqutico
sector
capitalista vena
supeditado
a
la econom
norteamericana
y
las relaciones
mef-
canti]es
con el capitalismo
mundial,
dc
reducido
peso
especfico,
en el
conjunto
de
la sociedacl
en
que
s'e-
zua
imperando
la
economa
de
subsistencia
y
las
relaciones
feudales
de
irocluccin.37
En
esas condiciones,
es
explicable
que
Hait
sea an
ms
atrasado
qle
otras formaciones
en donrle ha
pesado
fuertemente
la
matriz
feudal
-Ecuador
por
ejemplo-
pero que
por
lo rnenos
no
ban sufrido
de manera
tatr
directa
y
brutal la dominacin
impcrialista.
7. EL
ESTDO
OLrGRQUICO
El
estado
dbij
e
inestable
de
la
fase denominada
de
"anarquia" corresponde, como ya
vimos,
a
una situacin
de atomizacin
y
dispersin del
poder poltico
propia
de
un conexto esencialmente
precapitalista,
El
estado
"li-
beral-oligrqco"
de la
fase
siguiente
es,
a
su
vez,
la
expresin
superestructural
del
proctso
de implantacin
del
capitalismo
como modo
de
produccin
domirrante
en
las
entidades
sociales
latinoamericanas.
Una primera
constatain
que
se
impone
a
este
respecto
es
la
de
la
eslriqre_org:sgog{e-ngiq
g r
_el
carct1-qg; gg;gj1io*d-e*
diho
prgceso
y
el
carcter,
tambin
no dernocrtico.
que
sJme
el
estado
en
este
perodo.
T"E;f. n
rfi
ii"r,
J.r,r
on ti
n
u
ador,
incluso,
del
liberalismo
juarista,
pero
de
una
esencia
autoritaria
por
derns
manifiesta,
el estado
"porfiriano"
(
1876-1910
)
probablemente
sea
ef;npl
m-aca-
bado d,e esta
modalidad poltica
absolutista
que
tiende
a
imponerse
por
doquier en
Amrica
Latina.
En
Guatemala,
tal modalida.d
cristaliza
con
el
rgimen
de
Justo
Rufino
Barrios
(1871-1885),
para
adquirir
su
expresin l
odffioda
con
la
prolongada
tirana
de
Estrada
Cabrera
(1899-1920).
En Venezuela,
el pro-
ceso se
configura
con
Guzmq_Blanco
(1870-1888)
y
de
hecho
se
extiende
hasta
1935,
con l dictadura
de
Juan
Vicente
Gmez.
En
Colombia
son
los
propios
conservadores
los
encargados
de consolidar
esta
forma
de
estado
a
partir
e
1904, con
el
gobiemo
autoritario
de
\gfag .ESfes,
cuya filiacin partidista
no
le
impide
ser
un
confeso
admirador
del
"cientfico"
Limantour.
eminencia
del
"porfiriato"
mexicano.
En Ecuador,
el
37
Op.
cit.,
pp.
2o)-204.
*
r27)
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
17/57
I64 LA LUCHA DE
CLASES
civil misma fuean
decantndose en
una direccin
ca-
pitalista
e inclusive
desarollando
un importante sectot
industrial.
Pero este mismo ptoceso
de
industrializaci
adquiri caactersticas particulares,
derivadas
no slo
de la situacin de
de,pendencia
sino
tambin
de
la
no
cancelacin
radical
de
la
base
oligfuquica.
Adems
de
que
la sociedad
toda sigui
preada
de un
cmulo
de
contradicciones no resueltas,
comenzando
por
el
propio
probierna
agraa.
9.
EL
PROCESO DE INDUSTRIALIZACIN
Y EL PROBLEMA
DE
LAS
CRISIS
Es cierto
que
la historia
avanza
por
el
"mal
lado",
mas
esto
no
quiere
decir
que
lo haga d,e maneta mecnica
ni
a travs de un sistema de causalidades tan simple
como
el
que
a veces se seala
al
hablar
de
una
"indus-
talizadn inducida pot
la
sustitucin
de importacio-
nes"
(como
si tal sustitucin
"explicara"
La
industria-
lizaitn
y
no
a
la
inversal). Parece
infunclada,
en
todo
caso,
la
tesis de que las crisis de
los
pases
"centrales"
producen
automticamente
el
auge de las economas
"perifricas"
o
siquiera
impulsan,
con sus slos
efectos,
el
desarollo
industrial
de
stas.
A nuestro
juicio,
la tendencia
general
del capitalismo
es ms bien la de tras{etir el costo de las crisis de
las
r,eas metropolitanas
a
las
reas
dependientes;
y
es
natural
que
as sea
puesto que
stas
colrstituyen,
por
definicin,
el
punto
ms
vulnerable
del
sistema.
Lo
cual
no
quiere decir que
sean entidades pasivas,
inca-
paces
de
generar
fieruas
que
eventualmente
contrarres-
ten
o
por
lo nrenos at,enen
dicha
tendencia, a travs
de
una lucha de
clases
que produzca
los efectos
pertinentes,
Por lo dems,
y pata
no
incurrir
en
generalizaciones
abusivas,
conviene
hacer
la
debida distincin entre
las
crisis econmicas
propiamente
tales,
como la
de
1929
por
ejemplo,
y
las
crisis de
orden
poltico-militar que
no
necesafiamente
implican
una
recesin econmicc
en
to-
dos
los
pases
involucrados en
ellas.
De sobra
sabemos
que
un acontecimiento
como la segunda
guerra
mun-
dial
provoc
ms bien el
auge de la economa
norte-
americana, cuya orientacin
forzosamente
blica
produjo
165
)
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
18/57
766
desde
luego
efectos
muy
particulares
en
su
reracin
con
Ias
economlas
de
Latinoamri.u.
Sea
de
esto
lo
que
fuere,
no
cabe
olvidar
que,
dada
la
orma
de
insercin
d.
,..r.^
,LiJr",
en
el
sis_
tema
imperialista
v
cin
de capital
que
de
industriazacin
lla
estructuralmente
ende,
a
las
posibilidades
de
3ro
po
Ia
va
de
las
exporta_
:
conversin
de
este
tipo
de
o industrial
depende,
en
l_
iciones
estructuales
internas
el
captulo
seis
de
este
ta_
Una
recesin
en
los pases
,,centrales,,
determina,
de
od1
rnaneras,
tu
rilriJn
t*.,.di';;"
del
secto
productivo
local
ms
,,dinmic
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
19/57
168
PROCESO DE
INDUSTRIALIZACIN
Y CRISIS
tomada
como
el
"motor" del desarrollo
argentino,
ni
siquiera en lo
que
a
sustitucin de
importaciones
se
refiere. Como
ya
lo
vimos
este
ptoceso
est
muy
avan-
zado en 1,929,
pero
gracias
al tremendo impulso de
los aos
veinte.
En
el
caso
brasileo
las cosas
tampoco
pareccn
ser
muy simples. Es cierto
que
la
produccin
de
tejidos
de
algodn,
por
ejemplo,
pasa
de cerca
de
400
millo-
rres de metros en 7914 a
alrededor
de
500
millones en
1918;
pero
junto
a sto
se tienen
cadas
muy signiii
cativas
de otros
rubios,
que
son
los
idicadores
ms
elocuentes de
la
formacin
de capital en
la
indusmia:
el
consumo de cemento baia de
465
mil
toneladas
cn
I9l3
a
51
mil
en 1918;
el
de
laminados de
acero
de
251
toneladas
a 44 mtl en
igual
lapso, al mismo tiempo
que
la
importacin
de biene,s de capital
para
\a industria
dismintrye de
un
ndice
de
205 e I9I2
a
:uno e
32
en
l9l7
y
de
37
en
1918.3 Ya se vio,
por
lo dems,
que
el
cambio fundamental en
la estructura
de
la in-
dustria
brasilea
entre
1907
y
7920,
d,e
acuerdo con
los datos
que
maneja
Caio
Prado,
estuvo,
determinado
por
el
crecimiento
notable
de
la
industria
de
procesa-
miento
de canes pata
la
exportacin.4
De
todos
modos,
nada
parece
indicar
que
ese
proceso
de
industrializa-
cin
que
recibiera
tanto impulso
durante
el
rgimen
progresista
de Floriano
Peixoto,
hubiera
experimentado
un
cambio
significativo
por
efecto
de
la
primera
gue-
rra
mundial.
No
disponemos
de datos s'uficiente's
para
analizar
l
situacin
d,e
Chile en esta fase y, en
cuanro a
Mxico,
no
queda
ms
que
recordar lo
evidente: las
bases socia-
les de
su
posteriot
desarrollo
industral
no
se
foriaron
en los
campos
de
batalla
eufopeos
sino
en los suyos
propios,
mediante
la
lucha
popular.
3
Cf. Villanova
y
Suzigan,
op.
cit.,
p.
39).
a
Cf. La
cita 32 del
cap.
5
de este
libro.
PROCESO
DE
INDUSTRIALIZACIN
Y CRISIS
1,69
Quisiramos
formular una
ltima
observacitr
con
respecto
al
perodo anerior
a 1929,
y
es
la
de
que
Uruguay,
pese
a
ser
la nacin
ms
pequea
y
menos
poblada
de
Amrica
del
Sur
(despus
de
Paragaay),
registr
uno de los
ptocesos
de
desarrollo industrial
ms
notables del
fuea.
Sesn
Ia cEPAL:
Argentina.
La
industria
uruguaya
de frigodficos data
desde los
primeros
aos del
siglo, as
corno
el desa-
Este
desarrollo
es
posible,
en
primer
trmino,
porque
\a matriz
econmica
de Uruguay,
al catecer
de
elemen-
tos
esclavistas
o feudales, facilita
la
creacin
de un
mercado
interno
bastante
amplio.
En
efecto,
el
tamao
de ste
no depende de la
magnitud
demogrfica
de
caa
nacin
(mercado
slo
potencial) sino de
la
configura-
cin estuctural
de
la
respectiva
formacin
social;
por
eso Uruguay
pudo
disponer
en
dicho
perodo
de
un
mercado interior
mucho ms
vasto
que
el
de
Bolivia,
Peru
y
Ecuador surados
y
desarrollar
una
planta
in-
dustrial
mayor
que
la
de
es,tos
tres
pases.
Pero
no es
todo.
Hay
que
recordar, como
1o
sugiere
el mismo
texto
de
cnnAl,
que se
trata
del
Uruguay polticamente
pre
gtesista,
que
durante
7a fase
"batllsta" e{ecta
una
re-
distribucin del
ingreso
que
contlibuye
a la
expansin
6
El
proceso
de
industrializacin
en
Amric
Lalina,
Nteva
Yok,
Naciones
Unidas,
L965,
p.
16.
7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)
20/57
170
pRocESo
DE TNDUSTRTALIZacIN
y
cRrsrs
de su mercado, dicta leyes
de
proteccin
a
la
industria
loc