De qué hablamos
Lo que hoy llamamos contaminación electromagnética (electrosmog) se
inició en 1882, cuando empezaron a instalarse las primeras estaciones de
producción y distribución eléctrica. Hasta entonces, el único campo
electromagnético existente era el de la Tierra y el producido por los relámpagos
en las tormentas con aparato eléctrico.
A partir de ese momento, se inició un proceso de contaminación electromagnética o contaminación
invisible.
Nuestra actual civilización genera una amplia gama de campos electromagnéticos
de alta frecuencia (antenas de radio, televisión, radar, microondas, telefonía móvil,
etc.) y de baja frecuencia (redes eléctricas, pantallas de ordenador, etc.). La mayoría
de la población desarrolla su actividad diaria recibiendo constantemente radiaciones
electromagnéticas.
Las instalaciones eléctricas y las aplicaciones de la electricidad continúan
extendiéndose masivamente, registrándose un notorio incremento de la densidad de la
intensidad electromagnética del ambiente.
En 1979, se iniciaba la preocupación por los CEM (Campos Electromagnéticos) por un artículo publicado
en elMedical Journal of Epidemiologi, donde informaba de la posible relación que existía entre la
exposición a campos electromagnéticos (CEM) y el cáncer infantil; desde esa fecha miles de artículos y
estudios han llegado a la opinión pública. Las instituciones y organismos continúan investigando.
Algunos investigadores médicos, bioingenieros e instituciones científicas están en el convencimiento
de encontrarse analizando la punta de un iceberg.
La industria
"La industria ha fomentado la creencia de que los teléfonos móviles son seguros, sin
ninguna evidencia que lo respalde". La frase es del neurólogo estadounidense W. Ross Adey,
Presidente del Consejo Nacional Americano de Protección contra las Radiaciones, quien durante mucho
tiempo realizó investigaciones para Motorola sobre las ondas electromagnéticas emitidas por la telefonía
móvil.
Hay quien vaticina incluso que la industria de la telefonía móvil se verá envuelta en una encrucijada tan
galopante como la que atraviesa la del tabaco, que tras haber ocultado durante años los efectos
mortales de su producto, se viene enfrentando a demandas multimillonarias de gobiernos, consumidores
enfermos y familiares de fallecidos a consecuencia de su consumo.
Electromagnetismo
Una contaminación invisible. Con el desarrollo del radar en la 2ª Guerra Mundial, la proliferación de
emisoras de radio y TV durante toda la segunda mitad del siglo XX, así como la irrupción de los
ordenadores y el uso cotidiano de numerosos electrodomésticos, nos hemos rodeado de un mar de
campos electromagnéticos. Desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos,
estamos fácilmente en contacto con una treintena de campos de intensidad diversa.
El impacto del electromagnetismo sobre el medio ambiente puede alterar el planeta de maneras que
todavía no entendemos: algunos animales, como las ranas, están desapareciendo de manera alarmante,
diversos bosques mueren por causas desconocidas y los humanos presentan enfermedades que no
habían sufrido antes. Si bien la comunidad científica no se pone de acuerdo sobre los bioefectos de estos
campos, resultaría imprudente eludir la multiplicidad de estudios que nos advierten de los peligros.
Influencia en la persona
Penetración de las ondas emitidas por un teléfono móvil en nuestro cerebro
Según estudios realizados por los científicos del proyecto Reflex ( estudio
desarrollado por 12 equipos de 7 países, entre ellos España, financiado por la
Unión Europea sobre los campos electromagnéticos ) , el uso continuado del
teléfono móvil modifica el cromosoma celular y el ADN. En sus conclusiones, el
Proyecto Reflex, que ha contado con 3,1 millones de euros de financia-
ción - 364.000 euros para el grupo español- recomienda que no se abuse del
móvil, especialmente, entre los jóvenes.
El Profesor Sr. José Luis Bardasano, Director del Departamento de
Especialidades Médicas de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y
Presidente de la Fundación Europea de Bioelectromagnetismo y ciencias de la
Salud, ha realizado varios estudios sobre la influencia en la salud de las personas
las exposiciones continuadas a radiaciones electromagnéticas, especialmente de
telefonía móvil.
Además, asegura que tenemos una glándula en el cerebro, la glándula Pineal, que produce por la noche
o en la oscuridad, una hormona que nos protege del cáncer. Las radiaciones influyen en esta glándula
como si fuera luz e interrumpen la producción de estas hormonas.
El Profesor Bardasano, siguiendo la recomendación 1999 de la Unión Europea, ha realizado estudios
científicos biológicos sobre la efectividad de los neutralizadores Gamma-7 en las personas
expuestas a radiaciones electromagnéticas y la protección de su salud con estos dispositivos.
Cómo protegernos de las radiaciones electromagnéticas
En los últimos tiempos, hemos creado unos entornos en los que abunda
lacontaminaciónelectromagnética, también conocida como contaminación blanca o contaminación
invisible.
Tendidos eléctricos, ordenadores, redes inalámbricas, wi-fi, microondas, antenas de
telefonía móvil, etc., están bombardeando constantemente nuestros cuerpos con ondas
electromagnéticas que alteran nuestro metabolismo y perjudican nuestro estado de salud general.
Si percibimos síntomas como: abatimiento,poca energía, decaimiento, dolor de cabeza,
palpitaciones, dolor de oído, pérdida de memoria, insomnio, alteraciones del sueño, vértigo,
mareos, ... probablemente su organismo está siendo afectado de forma constante por una o más
fuentes de ondas electromagnéticas.
Recomendaciones
usar el teléfono móvil sólo lo indispensable, sustituirlo siempre que tenga un fijo
próximo
buscar siempre un lugar donde la cobertura sea máxima para evitar que su móvil
emita a la máxima potencia
alejarlo del cuerpo mientras se establece la llamada, dado que es el momento que emite con más
potencia
evitar, en la medida de lo posible, llevarlo encendido y pegado al cuerpo (especialmente riñones,
corazón y genitales)
no permitir la utilización a menores de 14 años. Sus campos magnéticos y tejidos no son tan fuertes
como en los adultos. En el Reino Unido y otros países se ha prohibido su uso a menores
procurar no llevarlo conectado cuando se desplace en automóvil. Los coches son cajas metálicas en
movimiento: las ondas de telefonía móvil apenas consiguen entrar por lo que los móviles actúan a plena
potencia, y una vez en su interior, les cuesta mucho salir por lo que rebotan y rebotan por el interior del
vehículo multiplicando el efecto nocivo
además, intente evitar aparatos eléctricos cerca del cabezal de la cama (tales como despertadores con
pantalla de cuarzo, radio despertadores, etc...)
no trabajar con ordenadores portátiles sobre su cuerpo y no deje que sus hijos se acerquen en exceso
al televisor o monitor
evitar situarse de forma prolongada cerca de aparatos microondas, frigoríficos, hornos eléctricos o
electrodomésticos de gran consumo
muy especialmente, con bebés, no aproxime excesivamente el controlador inalámbrico a su cuna;
posiciónelo a la máxima distancia posible o, mejor aún, Ud tiene la libertad de no ponerlo
Las radiaciones electromagnéticas se comportan como las ondas de la fotografía. Desde el centro se
expanden hacia el exterior hasta desaparecer.
Si nosotros nos encontramos en el centro de una radiación, estaremos altamente expuestos; conforme
nos distanciamos éstas nos afectan menos.
Eje.: oficina. Si trabajamos junto a una fotocopiadora 8 horas al día, estamos altamente expuestos. Si la
utilizamos varias veces al día y nuestro lugar de trabajo está a una cierta distancia, la afectación de esta
máquina será menor.
Esta afectación es igual para cualquier aparato con el que operemos continuadamente, tales como
ordenadores, móviles, teléfonos inalámbricos, etc...