¡DE TODO HAY EN LA VIÑA DEL SEÑOR!
Queridos amigos: Durante el tiempo de vendimias, más de uno y más de dos habrán repetido esta expresión: ¡de todo hay en la viña del Señor!
A la luz de la Palabra de Dios (Mt. 21, 28 – 32) analicemos cuál es nuestra actitud y nuestro grado de responsabilidad en la viña.
¿Agresividad, envidia, violencia?Agresividad, que hace referencia a quien es propenso a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás.¿Es nuestra actitud de agresividad…?
Envidia: es el sentimiento de tristeza o de enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí sólo algo que otra persona poseeNuestra actitud y conducta, ¿es de envidia?
Nuestra actitud ¿es de violencia violando los derechos humanos más básicos?¿Violamos las conciencias, provocamos las desigualdades con descalificaciones, desprecios y relegaciones?
Habrá quien quiere hacerse con la viña del Señor, utilizando y haciendo daño físico, verbal o psicológico a las personas o los grupos o colectividades. Este tipo de violencia es producto del miedo a perder el poder, la autoridad, la pertenencia o no poder estar a la altura de los demás.
El Señor de la viña busca nuestra colaboración para que dé más frutos. Y para ello, debemos utilizar las actitudes que el Señor nos recomienda:
- Un cuidado generoso y esmerado.-- Podarla y abonarla a su debido tiempo.-- Saber esperar a que pueda dar frutos generosos.-
O como nos recuerda San Pablo: “teniendo en cuenta todo lo que es virtud o mérito”. (Filp. 4, 6- 9). Es decir, respetando, confiando, trabajando y poniendo por obra lo que aprendimos, recibimos, oímos y vimos en el Señor. Trabajando con perseverancia y sin perder la paz.La perseverancia y la paz son las que hacen producir frutos abundantes en la viña del Señor.
Gabriel.
27º. Domingo Ordinario. Ciclo. A. Madrid. 5 de Octubre de 2014.