Dios el placebo de la humanidad
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Índice
Introducción............................................................ 3
Buscando una respuesta prohibida ........................ 5
El origen de dios.................................................... 14
Psicología del miedo ............................................. 19
El autoengaño ....................................................... 27
Saltando los agujeros ............................................ 35
Ciencia no es fe ..................................................... 39
El robo de la religión ............................................. 47
La ilusión colectiva religiosa ................................. 56
Hagamos como que dios existe ............................ 72
El antagonismo ateo ............................................. 88
Hacia una moral secular ....................................... 96
Dios el placebo de la humanidad
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Introducción
“La mayoría de los hombres prefiere y encuentra
más fácil creer que tomarse el trabajo y la
preocupación de investigar.”
León de Gandarías.
La humanidad desde tiempos primitivos ha
estado apegada a la idea de que seres
sobrenaturales de alguna forma nos gobiernan y
que además nuestro origen está relacionado a
ellos. Estos piden culto, adoración y por lo regular
tienen un listado de cosas que quieren que no
hagamos y si no cumplimos con ese listado
seremos castigados, pero si cumplimos con ese
listado seremos premiados.
A pesar de que hoy en pleno siglo 21 donde
la ciencia está muy avanzada y hemos entendido al
menos la mayoría de los grandes misterios de la
naturaleza, aun los humanos siguen apegadas a
estas ideas de dioses, ¿Por qué?
Independientemente de si existen estos
seres o no, estas ideas son parte de los humanos e
influyen en los temas políticos, sociales, culturales,
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históricos, morales y educativos. Es imposible que
un solo ser humano en este planeta no esté
relacionado ya sea directa o indirectamente a
estas ideas sin importar el dogma que se profese
en su cultura o localidad.
Hay personas que profundamente están
convencidos de que existe esa autoridad
sobrenatural, algunos no creen que exista y otros
deciden mantenerse neutral al tema. Desde
tiempos antiguos este tema ha sido muy polémico,
tanto así que muchos murieron a causa de ello,
incluso hoy en día aun mueren personas, así de
complejo y hasta prohibido es Dios.
Pero ¿Qué es lo que hace que esta idea
perdure tanto?, ¿Qué tan de cierto tiene?, ¿Qué
tan de falso tiene?, ¿Por qué tantas personas la
siguen?, están entre las preguntan que me han
llevado a estudiar con mucho detalle este
fenómeno y como resultado escribir este libro que
no tiene ningún motivo de ofender a nadie, solo
aportar las humildes respuestas a estas
interrogantes que podrían ser útiles a la
humanidad.
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Buscando una respuesta prohibida
“Y si hubiera un Dios, creo que es muy poco
probable que tuviera tal vanidad de ponerse
incómodo como para sentirse ofendido por
aquellos que dudan de su existencia.”
Bertrand Russell
Desde que era un niño siempre fui muy
curioso, quería tratar de entender todo, dibujaba
mucho, imaginaba mucho, naci con el privilegio de
tener padres que nunca mataron mi gran deseo
por filosofar. Siempre hacia preguntas, trataba de
entender el por qué de las cosas, a diferencia de
otros niños que sus padres le decían que dejaran
de hacer tantas preguntas porque estaban
ocupado o no le daban importancia a sus hijos, mis
padres me daban respuestas, incluso pasaron
anécdota graciosa de palabras intimas que había
escuchado y mis padres lo maquillaban, sin salirse
del contexto, pero al menos nunca me negaban
una respuesta.
Pero a medida que fui creciendo había una
pregunta que era tan misteriosa, de la cual nunca
tuve una respuesta concreta y satisfactoria. Desde
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temprana edad visitaba la iglesia, allí cultive los
“valores” religiosos. Con el tiempo curioso al fin
había algo que no entendía, ¿Dónde está Dios?, la
respuesta siempre era en el cielo, pero cuando
miraba al cielo solo veía estrellas, claro que niño al
fin no entendía mucho de esos temas filosóficos.
Los niños son propensos a creer cualquier cosa sin
importar el absurdo, pues un niño puede creer en
monstruos y Santa Claus, aunque no entienda de
ello.
Mirando al cielo siempre me preguntaba,
¿que sostenían a las estrellas?, ¿que eran?, ¿cuál
era su origen?, pero a medida que fui creciendo
me topé con dos ideas: Dios la puso allí y las ideas
de las ciencias naturales. Cuando iba a la escuela
bíblica dominical la única explicación era las que
nos decían cuando nos contaban el génesis, pero
en la escuela los libros me decían que todo se
originó por procesos físicos y naturales. ¿En quién
creer?, no tuve otra opción que dejarlo en la
incógnita y asumir que las dos eran válidas, por lo
tanto no dejé de ser un creyente pasivo o débil,
pero siempre me mantuve fiel a la ciencia.
Hasta terminar el bachillerato mantuve las
dos ideas. La verdad la mantuve mas por miedo
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que a otra cosa, “¿miedo?”, si miedo, pues no es
un secreto que las iglesias usan el temor a Dios
para mantener a los creyentes, pues siempre
escuche “El temor a Dios es sabiduría”, pensaba
desde niño hasta la adolescencia que tratar de
entender a Dios eran un pecado, que él me
castigaría por dudar de él, que me iría al infierno.
Siempre que trataba de que alguien me explicara
sobre la existencia de Dios abrían sus ojos como si
hubiera dicho algo malo, así que crecí tratando de
suprimir esas ideas de entender a Dios.
Al llegar a la Universidad mi primer día de
clase me tocó la materia de filosofía, desde ese
momento se había abierto una puerta, encontré
un lugar donde nadie trataría de suprimir la idea
de tratar de entender todo lo que existe. Recuerdo
que mi profesor de filosofía definió la filosofía
como “entender el por qué de las cosas”, allí mi
mente se abrió, era como cuando le regalas un
juguete a un niño.
En aquel tiempo me tocó exponer sobre la
filosofía de George Berkeley, lo estudié mucho y
encontré fascinantes ideas, eso me motivó a
estudiar otros filósofos y a enamorarme de esta
rama del conocimiento, la verdad había escuchado
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sobre la filosofía pero no sabía lo tan interesante
que era. Desde entonces perdí el miedo a Dios y
traté de buscar un sin números de teorías que
trataban de explicar la existencia de todo. Años
después me tocó la materia de física, allí estudié
los más grandes misterios del universo, ahora
todas las respuestas que me hacía desde niño
cuando miraba las estrellas eran respondida, aun
así no dejé todo las ideas anteriores atrás, pase de
teísta débil a deísta, ya la biblia carecía de base
para mí.
Unos años después empecé a visitar las
iglesia episcopal católica anglicana, pues como
deísta quería obtener más respuesta y de por si la
obtuve, conocí sacerdotes con ideas radicales que
desafiaban las ideas que aprendí del
protestantismo y el catolicismo romano. Una de
ellas era la idea de la verdad absoluta, todos creían
tenerla, pero me enseñaron que cualquier forma
de alabanza era aceptada por Dios, siempre y
cuando no afecte los valores morales, incluso me
dijeron no tomar a lo literal el viejo testamentos,
que muchos eran historias orales como el génesis
que no se pueden considerar verídicas, solo se
toman de referencia para las enseñanzas morales,
porque el antiguo testamento tenían muchas
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cosas buenas para transmitir el mensaje de Dios,
pero no todo se podía tomar en serio.
Durante todo el tiempo que estuve en la
iglesia anglicana mantuve en bajo perfil mis ideas
deístas, pues era muy escéptico sobre los milagros
y las historias fantasiosas de la biblia. A pesar de
mantener esa postura nunca mostré ninguna señal
de mi duda, cuando hablaban por ejemplo del arca
de Noé, siempre me preguntaba ¿Cómo rayos
millares de especies pudieron entrar en un arca de
tal tamaño, de madera y pudieron ser alimentados
en esa cantidad de tiempo por un grupo reducido
de hombres y mujeres?, para mí, eso nunca tuvo
sentido, pero así con un sin número de cosas más ,
pero nunca lo hacía demostrar a excepción de
algunos momentos en charlas privadas, pero como
dije siempre me mantuve en bajo perfil por no
querer ofender a nadie.
Luego me desconecté de la iglesia, pues
aun no sentía la tal llamada “presencia de Dios”
que buscaba, pues aun no entendía como podía
percibir algo que no podía ser captado por mis
sentidos. No abandoné algunas ideas, pero estaba
en un limbo lógico, donde creía en algo que no
podía percibir y a medida que mas aprendía de
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ciencias, se hacía más obvio que era muy probable
que estuviera buscando algo que no existe.
Escudriñando el origen del universo
encontré “El gran diseño” del famoso físico teórico
Stephen Hawking y hubo una frase que impactó mi
vida, esta dice: “No puedo probar que Dios no
existe, pero sí que es innecesario”. En este libro el
mostraba como podía existir el universo sin la
intervención de ninguna entidad superior,
encajando todas las teorías existentes. Con esta
información por un tiempo corto fui ateo en el
sentido filosófico, pero nunca mostré mi postura
ateísta, la mantuve oculta, pues sabía que esto
acarraría muchos problemas, porque
especialmente en el país donde vivo es
completamente creyente y nadie aceptaría que
fuera ateo.
Tiempo después leyendo como amante de
la filosofía al fin quería estar bien seguro que el
ateísmo estaba en lo correcto, pues al igual que
dude de muchos conceptos teístas, también me
encontré con muchos problemas lógicas de los
conceptos ateístas. Leí sobre teología y ateísmo al
mismo tiempo, para estudiar ambas caras de la
misma moneda y cuando creía que tenía la
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respuesta, volví a una encrucijada. El problema del
ateísmo estaba en las evidencias, no se puede
llegar a una conclusión solo por la falta de
evidencias, dice Carl Sagan “falta de evidencias no
es evidencia de falta”, era como negar la
existencia de vida extraterrestre en un planeta de
una galaxia lejana a la nuestra, eso representaba
un problema lógico racional que no tenia forma
alguna de resolverse, pues matemáticamente si es
posible la vida en otros planetas, pero no hay
evidencia de ello, así que aquí fue donde me
convertir en agnóstico, aunque seguía y aun sigo
siendo ateo pero en el sentido práctico, pues
carezco de creencias en dioses, pero no llegaría a
la conclusión de negarlo. Claro que tenemos que
tener en cuenta que la ciencia no puede probar
ciertos negativos, pero podemos hacer hipótesis
sobre ello y decir que tan probable es que exista o
no, pero a falta de evidencias es mejor suspender
la creencia.
Hace un tiempo que me declaré agnóstico,
luego que oculté por tanto tiempo mi postura
sobre Dios, y no ha sido muy placentero, he
recibido ataques y otros han tratado de hacerme
retractar de mis ideas, en la mayoría de casos con
buenas intenciones, pero considero que vivimos
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en un país libre, y tengo el derecho de pensar
libremente y tratar de entender todo lo que
percibo a mi alrededor. Pueda ser que esté
equivocado, pero de algo estoy seguro, la cual es
que es mejor no estar seguro de todo, pues los
creyentes y ateos no entienden los limites que
ciertos postulados poseen para poder llegar a una
conclusión. Los creyentes creen ciegamente en un
Dios que no perciben, solo se fundamenta en la fe,
no tratan de entender el por qué de las cosas, solo
se fundamentan en el miedo y la ignorancia, al
igual que algunos ateos, que a veces se convierten
en negacionistas, en vez de tratar de entender a
Dios como concepto y saber hasta dónde se puede
afirmar o negar sobre ello.
Como siempre digo, si hubiese nacido en la
edad oscura estaría muerto. Debemos recordar a
Galileo Galilei y Geordanio Bruno, admiro mucho a
esos grandes pensadores, que a pesar de la época
tan difícil que vivieron lucharon por sus ideas,
lamentablemente estos grandes hombres fueron
callados, como en el caso deprimente de Bruno
que fue quemado vivo, pues en esa época todos
los que tenían ideas que chocaran con la biblia
eran asesinados por el poder religioso de la santa
inquisición. Me perturba solo pensar en la gente
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que debió haber estado escondida, a las personas
que le quemaron sus trabajos, quien sabe si algún
gran descubrimiento fue quemado que hoy
desconocemos. Todo el que creía que la Tierra
giraba alrededor del sol y que no éramos el centro
del universo debió haberse tragado sus ideas, por
temor a que lo mataran. El temor a Dios durante la
edad oscura trajo consecuencias devastadoras que
aun hoy sentimos su secuelas.
Todos los bebes nacen ateos, es algo que
nadie quiere aceptar, el concepto de dios se
adquiere en la familia, la escuela, la iglesia, los
medios de comunicación, pero no nacemos natos
creyendo en un dios, se nos ha sido impuesto. Yo
nunca pedí ir a la iglesia, me llevaron, así como
pasa con las demás doctrinas. Si hubiese nacido en
el medio oriente seguro seria musulmán, o si
naciera en la india hinduista o tal vez budista,
siempre he tenido la certeza de que tus creencias
la crea tu medio ambiente, no naces con ello. Pero
lo que más me molesta de todo es que en pleno
siglo 21 nadie pueda pensar libremente sin que
alguien trate de condenarte por dudar, el miedo es
la forma de ignorancia más destructiva que existe.
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El origen de dios
“Durante la etapa primitiva de la evolución
espiritual del género humano, la fantasía de los
hombres creó dioses a su propia imagen.”
Albert Einstein
Viajemos en el tiempo, quiero que usted
amigo lector se dirija hacia el paleolítico, cuando
los humanos primitivos trataban de entender el
entorno que les rodeaba y buscar respuestas a los
eventos que percibían.
Los humanos primitivos eran como niños,
su conocimiento con respecto a la realidad era
lleno de mucha ignorancia y su perspectiva de vida
era muy limitada, la mayoría moría muy jóvenes.
Las enfermedades y catástrofes naturales no las
entendían, veían el viento, la lluvia, las estrellas, el
sol, todo y trataron de buscarle una explicación a
ello.
El ser humano como especie logró un
aspecto evolutivo que lo catapultó para ser lo que
hoy son y esa fue la capacidad para reconocer
patrones. Un ejemplo de reconocer patrones es la
de identificar las estaciones del año observando
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las estrellas y reconocimos los cambios y su
respectivo ciclo. Ahora imaginemos a los humanos
primitivos viendo todo la naturaleza y
encontrando patrones por todas partes, como si
estuviera organizado para nosotros. La naturaleza
parecía estar viva y allí empezamos a llamar a todo
esos patrones Dios.
A todos los patrones que encontrábamos lo
relacionábamos con algún evento causal y como
toda causa algo provocaba que aquello ocurriese.
Hagamos un ejemplo simple, un hombre primitivo
estaba en peligro de muerte, como todo ser vivo
trata de pedir auxilio y por alguna razón se salva.
Este hombre relacionó su salvación a un evento
causal, cuando pedía por no morir y se salvó al
parecer algo lo ayudó, ese algo debía existir. Este
mismo hombre primitivo continuó pidiendo y
posiblemente si se le cumplía asumía que tal
deidad lo escuchaba, transmitía su experiencia a
otros que practicaron posteriormente la acción de
pedir a este ser invisible, seguramente muchos
tuvieron experiencias parecidas y asumieron que
era cierto, con el tiempo pedir a esta deidad se fue
perfeccionando hasta surgir rituales más
sofisticados.
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Las enfermedades, muertes, sequias y
desastres naturales parecían el castigo de la
naturaleza (Dios) hacia nosotros los humanos y
empezamos a ofrendarles bienes, alimentos y
sacrificios humanos para saciar su furia. La lluvia y
la buena cosecha la interpretamos como la
bendición y respuesta a nuestras plegarias, la
combinación de miedo e ignorancia produjo el
nacimiento en el paleolítico medio de lo que hoy
llamamos religión.
Con el tiempo la naturaleza fue siendo
personificada, creamos dioses a nuestra imagen y
semejanza, con características complejas, le
pusimos nombres e incluso le asignamos roles
distintivos a cada uno. Surgieron mitos sobre ellos,
los relatos orales de los dioses pasaron de
generación en generación, la cual produjo que los
relatos fueran cambiando mientras pasaba el
tiempo hasta llegar la escritura donde fueron
inmortalizados por siglos, cada civilización tenía su
variante de estos mitos, pero su origen es el
mismo.
Las deidades se convirtieron parte de la
cultura del hombre, se mezcló con la política, de
allí surgieron leyes que asumían eran inspiraciones
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de los dioses, un ejemplo de ello es el código de
Hammurabi. La religión fue tan efectiva para
controlar al hombre que otras civilizaciones
hicieron lo mismo y la hebrea no es la excepción.
Los libros de Levítico, Números, Deuteronomio
que encontramos en la biblia son leyes y estas
leyes venían estrictamente relacionadas con la
religión, ya que las creencias eran parte de la
cultura del hombre. Desde los egipcios, babilónicos
hasta los países teocráticos de hoy podemos ver
como Dios es una buena herramienta para
mantener el control de las masas a través del
miedo y la ignorancia. La gente le tiene más temor
a un dios que a un rey, puedes derrocar a un rey,
pero a un dios no, por eso encontramos en la
mayoría de las religiones citas que mandan a la
obediencia al Estado ya que Dios es quien pone a
los gobernantes.
A lo largo de la historia humana hemos
tergiversado el verdadero concepto de Dios, pasó
de ser desde la madre naturaleza al barbudo
invisible que te vigila, te premia, te castiga y que
pide culto hacia él como hoy vemos en las
religiones abrahamicas que son las más
predominantes en el mundo. Y a medida que
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