Domingo sagrada familia: Jesús maría y José 26 de diciembre de 2021
FAMILIA Y PARROQUIA Tiene todo su sentido celebrar el Domingo
inmediatamente después de Navidad la fiesta de la
Sagrada Familia de Nazaret: JESÚS, María y José. ¿Por
qué?
Porque se encuentra en perfecta coherencia con el Misterio
de la encarnación y nacimiento del Hijo de Dios, que se
produce —desde primer instante— en el seno de una familia
normal, constituido por una figura femenina, María, madre
en sentido propio (según la carne, aunque por obra del
Espíritu Santo), y una figura masculina, José, padre en sentido legal, pues,
aunque todavía no vivían juntos cuando Ella queda encinta, ya estaban
desposados, lo cual, en la cultura y religión judías, era ya considerado como
un verdadero matrimonio.
Nuestra Madre la Iglesia quiere que fijemos nuestros ojos y nuestro
corazón en Jesús, José y María y así apoyar a la que durante siglos ha sido y
debe seguir siendo el pilar de la sociedad.
Nuestro querido Papa Francisco en el año 2015 nos dejó la siguiente
reflexión sobre la Trinidad en la tierra, la sagrada Familia, llevando el
ejemplo a nuestras propias familias:
El núcleo familiar de Jesús, María y José es para todo creyente, y en
especial para las familias, una auténtica escuela del Evangelio. Aquí
admiramos el cumplimiento del plan divino de hacer de la familia una
especial comunidad de vida y amor. Aquí aprendemos que todo núcleo
familiar cristiano está llamado a ser «iglesia doméstica», para hacer
resplandecer las virtudes evangélicas y llegar a ser fermento de bien en la
sociedad. Los rasgos típicos de la Sagrada Familia son: recogimiento y
oración, mutua comprensión y respeto, espíritu de sacrificio, trabajo y
solidaridad.
La Virgen y san José enseñan a acoger a los hijos como don de Dios, a
generarlos y educarlos cooperando de forma maravillosa con la obra del
Creador y donando al mundo, en cada niño, una sonrisa nueva. Es en la
familia unida donde los hijos alcanzan la madurez de su existencia, viviendo
la experiencia significativa y eficaz del amor gratuito, de la ternura, del
respeto recíproco, de la comprensión mutua, del perdón y de la alegría.
La verdadera alegría que se experimenta en la familia no es algo casual y
fortuito. Es una alegría que es fruto de la armonía profunda entre las
personas, que hace gustar la belleza de estar juntos, de sostenernos
mutuamente en el camino de la vida. Pero en la base de la alegría está
siempre la presencia de Dios, su amor acogedor, misericordioso y paciente
hacia todos. Si no se abre la puerta de la familia a la presencia de Dios y a su
amor, la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos y se
apaga la alegría. En cambio, la familia que vive la alegría, la alegría de la
vida, la alegría de la fe, la comunica espontáneamente, es sal de la tierra y
luz del mundo, es levadura para toda la sociedad.
¡Que en nuestras familias JESÚS sea el Cabeza realmente, el primero!
Y así no habrá dificultad o problema, externo o interno, que logre
resquebrajarlas… Y oremos también por la “Familia parroquial”: la
Sagrada Familia es también un modelo para ella.
¡Feliz domingo a todos!
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos y consagramos nuestra
familia.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
haz tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.
Amén.
PRIMERA LECTURA Eclo 3, 2-6. 12-14 El que teme al Señor honra a sus padres La lectura del Eclesiástico nos recuerda la obligación de cuidar y honrar a nuestros mayores hasta el final de sus vidas. Sabiendo que Dios nos escucha si somos capaces de descubrir la paciencia, el amor y la sabiduría de Cristo en nuestros padres. Lectura del primer libro de Eclesiástico. EL Señor honra más al padre que a los hijos y afirma el derecho de la madre sobre ellos. Quien honra a su padre expía sus pecados, y quien respeta a su madre es como quien acumula tesoros. Quien honra a su padre se alegrará de sus hijos y cuando rece, será escuchado. Quien respeta a su padre tendrá larga vida, y quien honra a su madre obedece al Señor. Hijo, cuida de tu padre en su vejez y durante su vida no le causes tristeza. Aunque pierda el juicio, sé indulgente con él y no lo desprecies aun estando tú en pleno vigor. Porque la compasión hacia el padre no será olvidada y te servirá para reparar tus pecados. Palabra de Dios.
SALMO Sal 127, 1-2. 3. 4-5 R/. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos. Recitemos este salmo pensando en los que amamos, orando por su felicidad, pidiendo que ellos aprendan a "amar".
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/.
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R/.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida . R/.
SEGUNDA LECTURA Col 3, 12-21 La vida de familia vivida en el Señor El mirar hoy el don de nuestra familia, nos ha de llevar a mirar también, en buena fe, el don de esta otra Familia, aún más nuestra que la que se funda en la sangre, y que es la Iglesia: de ella nos habla San Pablo. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses. HERMANOS: Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta. Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis
sido convocados en un solo cuerpo. Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan el ánimos. Palabra de Dios.
ALELUYA Col 3, 15a. 16ª R/. Aleluya, aleluya, aleluya. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza. R/.
SANTO EVANGELIO Lc 2, 41-52 Los padres de Jesús lo encontraron en medio de los maestros En este Evangelio vemos a Cristo, el Hijo de Dios, sometido a los padres que el propio Dios le dio en la tierra. Esto nos habla de su dignificante humillación en la Encarnación, y refuerza admirablemente la autoridad paterna en la unidad familiar. Lectura del santo Evangelio según san Lucas. LOS padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres Palabra del Señor.
-Lunes… Operación Kilo a Jesús Caminante
-Miércoles 29… ¡CONCIERTO DE NAVIDAD! Del Coro de Jóvenes de
Madrid a las 20h.
-Jueves 30… Retiro Espiritual, de 17.30h a 19h
-Viernes 31:
Misa del día… 10h
Misa Víspera de año nuevo… 19h
▪ 19.30h… Rezo del Te Deum en acción de gracias y petición por el
año que termina y comienza.
Sábado 1 de enero: Santa maría Madre de Dios
▪ Misas: 11h, 12h, 13h y 19h
Domingo 2: Horario: 10, 11, 12, 13 y 19h
o (horario normal de domingo) .-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.--.-.-.-.-.-.-
Bienaventurada eres tú, María, porque has dado al mundo al Hijo de Dios;
pero todavía más dichosa por haber creído en él. Llena de fe, has
concebido a Jesús antes en tu corazón que en tu seno, para hacerte Madre
de todos los creyentes (cf. San Agustín, Sermón 215, 4). Madre, derrama
sobre nosotros tu bendición en este día consagrado a ti; muéstranos el
rostro de tu Hijo Jesús, que trae a todo el mundo misericordia y paz.