Documento de Trabajo Nº 66 (Enero, 2020)www.clapesuc.cl
Francisco Mardones
Álvaro Erazo
Duración de la lactancia materna en relación a dos determinantes en Chile
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Documento de trabajo: Duración de la lactancia materna en relación a dos
determinantes en Chile.
Francisco Mardones, Álvaro Erazo. CLAPES UC.
Resumen
Introducción: Este documento analizó las variaciones históricas observadas en la práctica de
la lactancia materna exclusiva (LME), en relación a dos intervenciones nacionales destinadas a
protegerla y fomentarla durante los últimos casi 80 años. Ellas son: a) las ampliaciones de la
duración de la licencia de maternidad postparto, y b) los programas de promoción de la
alimentación al pecho del Ministerio de Salud. Su objetivo es orientar políticas sobre estas
intervenciones. Se pretendió conocer también la posible influencia de la última ampliación del
reposo postparto (hecha en 2011) en la licencia maternal por enfermedad grave del niño, la
empleabilidad de la mujer y la natalidad.
Métodos: La duración de la LME se analizó en relación a las dos intervenciones con datos de
niños atendidos por el Ministerio de Salud en el tercero y el sexto mes de vida, en lactantes de
la ciudad de Santiago o de todo Chile, con muestras de más de 5 mil casos cada una; sólo una
de ellas fue de algo más de 500 niños (1979 y 1981). Este diseño ecológico se caracteriza por
estudiar grupos y no individuos. Se analizan también las frecuencias anuales de la licencia
maternal por enfermedad grave del niño, la empleabilidad o acceso de la mujer al trabajo y la
natalidad, en años recientes.
Resultados: La frecuencia al tercer mes de vida fue: 1942: 30%, 1979: 56%, 1981: 75%, 1985:
55%, 1993: 54%, 2005: 67%, 2010: 66%, 2011: 64,4%, 2012: 64%, 2013: 65%, 2015: 66,8%,
2016: 67,30%, 2018: 74,8%.
La frecuencia al sexto mes de vida fue: 1942: 10%, 1979: 34%, 1981: 54%, 1993: 16%, 2005:
46%, 2010: 46%, 2011: 41%, 2012: 43,2%, 2013: 45%, 2015: 53,6%, 2016: 56,6%, 2018:
59,4%. Todas las diferencias fueron estadísticamente significativas.
En el tercer mes de vida, las variaciones positivas estuvieron asociadas a: a) aumento de reposo
post-parto 1959 (desde 30% a 56%); b) al programa de fomento 1980 (desde 56% a 75%); c) al
programa de fomento 1996 (desde 54% a 67%; d) al aumento de reposo post-parto 2011 (desde
64% a 74,8%). La única variación negativa mayor de 5% ocurrió al no contar con los programas
de fomento después de 1981 (desde 75% a 55%).
En el sexto mes de vida, las variaciones positivas estuvieron asociadas a: a) aumento de reposo
post-parto 1959 (desde 10% a 34%); b) al programa de fomento 1980 (desde 34% a 54%); c) al
programa de fomento 1996 (desde 16% a 46%; d) al aumento de reposo post-parto 2011 (desde
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41% a 59,4%). La única variación negativa mayor de 5% ocurrió al no contar con los programas
de fomento después de 1981 (desde 54% a 16%).
Se presenta evidencia que el reposo postparto aumentado a casi seis meses no afecta la
empleabilidad de la mujer y que disminuye notablemente el número de días anuales utilizados
por las licencias maternales por enfermedad grave del menor de un año. Sin embargo, no logró
modificar la tendencia a la baja de la natalidad que se continuó después de su ampliación en el
año 2011.
Conclusión. Existió asociación en el tiempo entre la frecuencia de LME y las dos
intervenciones nacionales, siendo claramente más estable el efecto favorable de las dos
ampliaciones del reposo postparto. La mayor frecuencia de LME observada en Chile asociada
a las dos políticas públicas revisadas debe estar influyendo favorablemente en las cifras de
obesidad y en los otros beneficios que se obtienen de la lactancia materna. La mayor duración
del reposo postparto se asoció favorablemente con otras dos variables sociales estudiadas
(licencias maternales y empleabilidad de la mujer) pero no lo hizo con la natalidad,
probablemente porque todavía es necesario aumentar la duración de 24 semanas como lo
sugiere la literatura. Se propone ampliar el reposo posparto pagado a nueve meses o un año de
duración, incluyendo al padre, realizando primero un estudio de cohortes con las posibles
alternativas. Se propone que los programas nacionales de fomento basados en los equipos de
salud sean realizados con mayor frecuencia, idealmente cada dos o tres años.
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Introducción
La práctica de la lactancia materna ha sido destacada por sus propiedades nutricionales,
anti-infecciosas y psicológicas, que son beneficiosas para la madre y para el niño (1). También
se ha agregado más recientemente otro beneficio que es la prevención temprana de la obesidad
en niños y adultos (2-8). Por ejemplo, un meta análisis de 25 estudios con un total de 226.508
participantes entre 1997 y 2014 de 12 países mostró que la alimentación natural reducía
significativamente el riesgo de presentar obesidad en niños (OR de 0,78; IC del 95%, 0,74-
0,81) (9). De similar modo, un estudio realizado en un centro de salud privado en Chile vinculó
la alimentación predominante al pecho materno durante los primeros 6 meses de vida como
factor protector ante el sobre peso en niños preescolares (OR de 0,442; IC del 95%, 0,204-
0,961) (10). Otro estudio chileno en escolares tuvo resultados concordantes (11).
Chile presentó el año 2017 en la población adulta una prevalencia de obesidad de 34,4%
(38,4% en mujeres y 30,3% en hombres), cifra similar a la de Estados Unidos para 2014 con el
primer lugar dentro de los 34 países miembros de la Organización para la cooperación
económica y el desarrollo (OECD) (12). La alta frecuencia de esta patología condiciona la
aparición en Chile de varias complicaciones asociadas a ella, principalmente las
cardiovasculares, ciertos cánceres y la diabetes mellitus (13); cada día mueren en el país 36
personas en forma directamente atribuible al exceso de peso. Al respecto, un estudio de la
Universidad de Chile sobre el gasto promedio en salud vinculado a esta epidemia señala un
total de 1.488 mil millones de pesos anuales para el período 2010-2030 (14). También se ha
estimado que en Chile los trabajadores obesos presentan 25% más ausentismo laboral
comparado con trabajadores con IMC normal (15). Interesa notar también que la prevalencia
de obesidad en la población menor de 6 años para la población atendida por el Ministerio de
Salud, presentó un alza desde 10,05% en el año 2015 a 11,40% en el año 2016 (12).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS): “Para que el crecimiento, el
desarrollo y la salud sean óptimos, hay que alimentar a los lactantes exclusivamente con leche
materna durante los seis primeros meses de vida (16). La OMS recomienda que a los seis meses
se empiece a dar a los lactantes alimentos complementarios, además de leche materna, siendo
fundamental que éstos sean apropiados, suficientes y seguros”.
Menos del 40% de los lactantes menores de seis meses reciben leche materna como
alimentación exclusiva en el mundo (17). Un asesoramiento y apoyo adecuados en materia de
LM es esencial para que las madres y las familias inicien y mantengan prácticas óptimas de
amamantamiento.
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La frecuencia de la práctica de la lactancia materna exclusiva (LME), con o sin sólidos
agregados, ha evolucionado desde 1942, según la información obtenida de los niños atendidos
por el Ministerio de Salud en Santiago, desde 30% y 10% al tercero y sexto mes de vida (18,
19), hasta 75% y 58%, respectivamente, con datos de la vigilancia nacional de los niños
atendidos por el Ministerio de Salud, a fines del año 2018 (20).
El descenso histórico de la práctica de la LME en Chile se produjo alrededor de los
años 30 del siglo pasado (18, 21). Se han señalado los siguientes factores como determinantes
en la menor duración o abandono de la LM: presencia de trabajo materno, mayor nivel
socioeconómico y educación de la madre, estado nutricional alterado de la madre, tabaquismo
y prácticas del equipo de salud contra la lactancia (22).
La referencia anterior, publicada en 1989, concluyó en base a los trabajos revisados que
el trabajo materno es un determinante crítico de la LME (22). La idea de ampliar el reposo
postnatal a seis meses para facilitar la LME fue alentada en Chile por diversas publicaciones
que abogaban por su adopción en los años siguientes (23, 24) y también por las
recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (25). Se dio además el argumento de
lograr la reducción de la frecuencia de licencias maternales por enfermedad grave del hijo
menor de un año con la ampliación del permiso post parto (26). Las madres buscaban con esa
licencia permanecer junto a su hijo de manera extendida, lo que los pediatras concedían
frecuentemente, quizás con mucha razón la mayoría de las veces; es evidente que al facilitar la
duración de la LME con el recurso del permiso postparto extendido se podrían mejorar o
prevenir muchos casos de enfermedad grave del menor de un año. Las propiedades
nutricionales y anti-infecciosas de la alimentación natural podrían jugar aquí un papel
fundamental.
Junto a las posibles variaciones en la licencia maternal por enfermedad grave del niño
interesa conocer si ha variado la empleabilidad o acceso de la mujer al trabajo (27).
Adicionalmente, es posible que también la natalidad pueda variar con la ampliación del reposo
postparto. En la literatura mundial se ha considerado al reposo postparto como un factor
protector de la natalidad y Chile ha presentado desde los años 1960 un descenso notable de la
misma (28, 29).
En lo referente al nivel socio-económico, hoy se cuenta con evidencia que no es un
determinante de gran relevancia en la LME. Un estudio demostró que no existen diferencias
notorias entre las madres que se atienden en los sistemas privados y públicos de salud en cuanto
a la duración de la LME, reportando que 47,3% de las madres en el sistema público y 44,3% en
el sistema privado mantienen LME hasta el sexto mes de vida (30).
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En cuanto al estado nutricional materno, existe evidencia internacional que madres
obesas tienen una menor duración de la LME, dado que un estudio efectuado en madres griegas
indica que la obesidad materna también puede influir negativamente en la misma (31).
Significativamente, en Chile la XII Región (de Magallanes) que es la que presenta la máxima
prevalencia de obesidad también tiene el promedio de duración de lactancia natural más corto
(20). No obstante, este aspecto necesita ser investigado comparando madres obesas y normales
en su frecuencia de LME para precisar la influencia causal del estado nutricional en nuestro
país, lo que no se ha realizado hasta el momento.
Otro aspecto que se revisó en la publicación antes citada fue la negativa influencia del
tabaquismo en la LME (22). La conclusión más importante es que en Chile muchas madres
fumadoras al inicio del embarazo dejan de hacerlo durante el trascurso del mismo, pero que en
su mayoría lo reinician durante el periodo postparto. Sin embargo, no se dispone de información
actualizada de los últimos diez años.
Por otra parte, los cambios en las prácticas del equipo de salud podrían estar
influyendo en forma muy importante como se propone en la referencia analizada más arriba
(22). Un estudio chileno de cohortes ha provisto evidencia sobre su papel mediante la
evaluación de un programa nacional de fomento de la alimentación natural basado en los
equipos de salud (32); de hecho, los servicios de salud con el programa presente aumentaron
en forma significativa la frecuencia de la LME al sexto mes de vida desde 56% a 75%% entre
1979 y 1981. Por ello, este factor se demostró como un determinante e interesa analizar su
comportamiento en un periodo largo de tiempo como propone el presente estudio.
Este documento de trabajo presenta un análisis grupal o ecológico de las variaciones
históricas observadas en la práctica de la LME desde 1942, en relación a dos intervenciones
nacionales destinadas a protegerla y fomentarla durante los últimos casi 80 años. Esas
intervenciones se han considerado las más relevantes según los antecedentes presentados (22).
Ellos son: a) las ampliaciones de la duración de la licencia de maternidad después del parto, y
b) los programas de promoción de la alimentación al pecho por los equipos de salud del
Ministerio de Salud.
Adicionalmente, se revisaron anualmente a partir del año 2011 (cuando se inicia la
ampliación del reposo postparto a 24 semanas), las tendencias en la utilización de la licencia
maternal por enfermedad grave del menor de un año, en la natalidad y en la participación de la
mujer en el trabajo.
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Métodos
Se examinaron las intervenciones nacionales mencionadas y su posible asociación con
la duración exclusiva de la lactancia materna en los últimos 80 años. El análisis se realizó sólo
en la frecuencia de la LME en el tercero y el sexto mes de vida por razones prácticas, ya que la
mayor parte de los estudios publicados se refieren a esos dos meses.
La información de la duración de la lactancia materna exclusiva se refiere solamente
a niños atendidos por el Ministerio de Salud. Esta institución tiene una cobertura actual de 76%
de la población nacional (33).
Los datos se obtuvieron de artículos que se refieren específicamente a la duración de
la LME en grandes muestras. Ellos contribuyeron a mostrar la tendencia histórica de su
frecuencia en forma grupal y no individual. Estas son las referencias utilizadas:
a) La primera publicación es del año 1942 (18). Se contó con una población de 5 mil lactantes.
Es posible inferir, por el número de casos encuestados, que la población de ese estudio
correspondía al total del universo de lactantes bajo control por la Caja de Seguro Obrero en
Santiago (21).
b) Luego se presentan los datos de una evaluación 1979-81 que fue realizada en dos servicios de
salud de Santiago, revelando que un programa nacional de fomento había sido exitoso (32). La
muestra total estudiada llegó a más de 500 niños.
c) También se utilizó la información del sistema nacional de vigilancia del estado nutricional
(SISVAN) del Ministerio de Salud para los años 1985 y 1986, que se reportaron en una editorial
de la Revista Chilena de Pediatría (21). Solo se reportó la frecuencia de la LME en el sexto mes
de vida. La muestra fue representativa de todo el país, con tamaño muestral similar a la indicada
en la referencia señalada en punto f más abajo.
d) A continuación se contó con los resultados de las encuestas de salud de muestras nacionales
representativas realizadas en los años 1993, 1996, 2000, 2002, 2005, en una sola publicación
(24). Estas encuestas fueron realizadas sobre muestras nacionales, que incluyeron alrededor de
10.000 niños menores de 18 meses cada una, del sector urbano y rural.
e) Finalmente, se revisaron los datos nacionales de vigilancia nutricional nacional recopilados por
el Ministerio de Salud en años más recientes, es decir 2006 a 2018 (20). Con la vigilancia
nacional la muestra total se incrementó a cerca de 100.000 madres por mes, entregándose
información de todos los niños que están en control del mes respectivo. En estos registros los
porcentajes de lactancia materna exclusiva se reportan especialmente al final del año en
diciembre
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El método utilizado fue el análisis ecológico de la frecuencia de la LME al tercero y
sexto mes de vida en relación con las intervenciones mencionadas anteriormente. El análisis
ecológico de los resultados de salud en relación con los programas de intervención es un primer
paso importante en la búsqueda de la causalidad (34). Los diseños ecológicos se caracterizan
por estudiar grupos, los que son seleccionados muchas veces geográficamente, por ejemplo un
país entero. La unidad de análisis es el grupo y no se puede relacionar la exposición de un
individuo en particular con su estado de salud.
La licencia de maternidad postparto se introdujo en el año 1925, con una duración de
solo 6 semanas (23). Esta duración se amplió en 1959, cuando se establecieron 12 semanas (23,
35). Finalmente, en el año 2011, a las madres trabajadoras se les concedieron 24 semanas, casi
6 meses de posparto de licencia de maternidad remunerada (36).
El Ministerio de Salud y UNICEF crearon, con asesoría del Consejo Nacional para la
Alimentación y Nutrición y de la Universidad de Chile (INTA y Departamento de Nutrición),
un programa nacional de promoción sobre las ventajas y técnicas de la lactancia materna
desarrollado en 1980 (37). Un programa similar se realizó el año 1996 (24).
Para conocer las tendencias anuales de utilización de la licencia maternal por
enfermedad grave del menor de un año, de la natalidad y de la participación de la mujer en el
trabajo, se revisaron las fuentes nacionales de la Superintendencia de Seguridad Social del
Ministerio de Trabajo (38), del Departamento de Estadísticas e Información en Salud del
Ministerio de Salud (39), y del Instituto Nacional de Estadísticas (40).
Resultados
La duración de la LME en Chile se registró por primera vez en 1942 con los datos
antedichos de 5 mil lactantes, hijos del total de las madres controladas por el Ministerio de
Salud en Santiago, cuando 30% y 10% de los niños fueron alimentados con LME a en el tercero
y sexto mes de vida, respectivamente (18).
La figura 1 muestra las variaciones en su frecuencia desde 1942 para el tercer mes de
vida. Se observó un posible efecto del reposo post parto expandido a tres meses en 1959 porque
las frecuencias en las áreas de salud central y oriente de la ciudad de Santiago en 1979 llegaron
a 55% y 56%, respectivamente (32). En la misma figura se puede notar que para 1981, en el
servicio de salud central de Santiago, aumentó la frecuencia a 75%, cuando en 1980-82 se
implementó el primer programa nacional de promoción (38).
Sin embargo, se observó luego un descenso cuando terminó el programa antes
mencionado en 1982. En la vigilancia nacional con muestras representativas del país y de
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Santiago, que realizó excepcionalmente el Ministerio de Salud durante 1985 y 1986, la
proporción de niños alimentados al pecho, incluyendo sólidos, al tercer mes de vida
determinada en Santiago fue similar a la muestra de todo el país (55% y 54% respectivamente,
para 1985) (21) (Figura 1).
En cuanto a la frecuencia al sexto mes de vida, su evolución hasta 1979 reveló una
frecuencia de 34%, al promediar los valores de las áreas central y oriente de salud, indicando
un aumento con respecto a 1942, coincidente con el primer incremento del reposo postparto
(32) (Figura 2). En la evaluación realizada en el área oriente de la ciudad de Santiago, donde se
había implementado la primera intervención educativa, la LME a esa edad aumentó de 34% a
54%, entre 1979 y 1981 (32).
Los resultados de sucesivas Encuestas Nacionales de Lactancia Materna, realizadas
en 1993, 1996, 2000, 2002 y 2005 fueron reseñados en una publicación (24). Los datos de la
primera encuesta nacional en 1993 mostraron una notable disminución, desde la frecuencias de
74% y 54% a sólo 54% y 16% de los niños alimentados con LME en el tercero y el sexto mes
de vida, respectivamente (24) (Figuras 1 y 2); puede notarse que a los 3 meses se mantuvo una
frecuencia similar a la observada después del aumento del reposo postparto a 3 meses. Las
siguientes encuestas nacionales mostraron un franco éxito de un segundo programa de
promoción establecido por el Ministerio de Salud en 1996 (24); se constató en el año 2005 que
las frecuencias de los niños alimentados con LME fueron de 67% y 46% en el tercero y el sexto
mes de vida, respectivamente.
La vigilancia del estado nutricional en la atención primaria de salud con los censos
mensuales entre los años 2006 y 2010 mostró cifras similares a las proporciones del año 2005
(14). A partir de 2011, la LME al sexto mes de vida comenzó a aumentar, alcanzando 53% en
2015 y 59,4% en diciembre del 2018; al tercer mes de vida llegó a 74,8% ese año (14) (Figuras
1 y 2).
El análisis ecológico de las dos influencias analizadas reveló variaciones positivas y
negativas en relación al inicio y el final de los programas de prevención mientras que los
incrementos en la duración del reposo postparto de la mujer trabajadora siempre tuvieron
efectos positivos.
Se observó una disminución en el número de licencias maternales por enfermedad del
niño desde 271.865 licencias en el año 2010 a 175.805 en el año 2017. La disminución en el
número de días con licencia fue desde 6.519.762 días a 1.769.944 días entre esos mismos años
(38). La tasa de ocupación femenina aumentó desde 39,5% en enero-marzo 2010 hasta 45,2%
en agosto-octubre 2019 (39). Por otra parte, la natalidad, medida por la tasa global de
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fecundidad (número promedio de hijos por cada madre en edad fértil de 15-49 años de edad)
varió desde 1,9 en el año 2011 hasta 1,6 en el año 2017 (40); ya venía disminuyendo desde 2,7
en 1977 y 2,3 en 1997.
Discusión
El diseño de estudio ecológico es muy adecuado para evaluar el impacto de programas
de intervención en salud en poblaciones específicas, especialmente cuando se trata de estudiar
el efecto de exposiciones fáciles de medir a nivel poblacional (34). Otro aspecto que se debe
notar es que todas las muestras incluidas fueron de gran tamaño, provenientes tanto de la ciudad
de Santiago, que generalmente es considerada como una ciudad muy representativa de lo que
ocurre en el país, como de todo el país. También es importante notar que otras intervenciones
educativas de los equipos de salud que promueven la LME en el periodo estudiado no han
logrado llegar al nivel nacional o no han sido evaluadas en su posible asociación con la duración
de la LME (36); entre ellas están el programa Chile Crece Contigo y las Clínicas de Lactancia
y los Grupos de Apoyo a la LME que existen en muchos de los consultorios de atención
primaria. Por tanto, se puede considerar que la evolución observada puede ser adjudicada a lo
ocurrido en el país con poco margen de error.
En el tercer mes de vida, las variaciones positivas estuvieron asociadas a: a) aumento
de reposo post-parto 1959 (desde 30% a 56%); b) al programa de fomento 1980 (desde 56% a
75%); c) al programa de fomento 1996 (desde 54% a 67%); d) al aumento de reposo post-parto
2011 (desde 64% a 74,8%). La única variación negativa mayor de 5% ocurrió al no contar con
los programas de fomento después de 1981 (desde 75% a 55%).
En el sexto mes de vida, las variaciones positivas estuvieron asociadas a: a) aumento de
reposo post-parto 1959 (desde 10% a 34%); b) al programa de fomento 1980 (desde 34% a
54%); c) al programa de fomento 1996 (desde 16% a 46%; d) al aumento de reposo 2011 (desde
41% a 59,4%). La única variación negativa mayor de 5% ocurrió al no contar con los programas
de fomento después de 1981 (desde 54% a 16%).
En conclusión, en este estudio ecológico del aumento del reposo postparto y su
asociación con la duración de la LME, se observaron cambios positivos durables en la
frecuencia de la LME cuando aumentó de 1 mes y medio a 3 meses y también cuando aumentó
de 3 meses a casi 6 meses. En el caso del desarrollo de los dos programas de promoción y su
asociación con la duración de la LME, se observaron cambios positivos en relación a los inicios
de los mismos (1980 y 1996), revelándose también una posible influencia negativa cuando estos
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programas tendieron a declinar. Por tanto, las influencias positivas del reposo postparto fueron
más estables que las influencias positivas de los programas de promoción.
Ambas políticas quedan justificadas en este análisis ecológico de lo ocurrido en Chile
aunque existieron efectos más favorables de la expansión del reposo postparto.
La evolución de las tendencias anuales sobre la presencia de las licencias maternales
por enfermedad grave del niño menor de un año y sobre el acceso de la mujer al trabajo, mostró
cambios deseables mientras que la natalidad no los tuvo (38-40). El último aumento del reposo
postparto a 24 meses, inaugurado en el año 2011, se correlacionó en años recientes con un
mucho menor uso, medido en días, de la licencia maternal por enfermedad grave del menor de
un año, sugiriendo que desde el año 2011 los mayores controles médicos a la otorgación de
licencias han jugado un importante papel para disminuir notablemente la duración en días de
ellas afectando menos la reducción del número total de las mismas. El último aumento del
reposo postparto a 24 meses tampoco afectó la empleabilidad materna, incrementando incluso
la tasa de participación femenina en el trabajo, contrarrestando los argumentos de los grupos
que se oponían a la incorporación del beneficio adicional por la incertidumbre en el empleo.
Los hallazgos anteriores se suman a los beneficios de la mayor duración de la LME,
constituyendo un modelo de protección social que armoniza la protección de la madre y el niño
en el primer año de vida. Sin embargo, la natalidad ha seguido disminuyendo y el nivel ideal
de fecundidad o tasa de reemplazo, situada en un valor de 2,1, hace varios años que no se
alcanza. Este ideal permite que la población no envejezca excesivamente y que se mantenga
una suficiente proporción de población activa, con un crecimiento poblacional igual o cercano
a cero. La tasa global de fecundidad actual es de 1,6 hijos por mujer, favoreciendo una reducción
de la población activa y su envejecimiento progresivo.
A continuación se revisa la literatura que apoya y compara los efectos encontrados en
este trabajo y se hacen nuevas propuestas.
Experiencia internacional
Una revisión sistemática mostró que la promoción educativa de la LME favorece su
aumento, siendo los países en vías de desarrollo quienes evidencian un mayor impacto en
contraste a los países desarrollados (41). Varios países de nuestra región latino-americana
también han reportado éxito en sus programas de promoción de la LME durante los años 80 y
90 (42); esos son los casos de Brasil, Colombia, Haití y Perú, los que han tenido importantes
aumentos en la práctica y en la duración de la LME. No obstante, la frecuencia promedio de
LME hasta los seis meses de edad en las Américas es solamente de 30,4% (43); por lo tanto
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inferior a las cifras de Chile en el año 2018 y también inferior a las frecuencias de LME logradas
por los programas de fomento de los años 1980 y 1996 en el sexto mes de vida, que fueron 54%
y 59%, respectivamente. Estos resultados vienen a destacar a Chile en el contexto
latinoamericano por sus programas de promoción.
La OMS se ha referido a la falta de progreso en cuanto a la mejoría en las tasas de inicio
y duración de la LME a nivel mundial y a la falta de apoyo y de protección a la que tienen
derecho tanto las mujeres como sus hijos (25).
El reposo post-parto para la mujer trabajadora ha sido considerado a nivel internacional
como una medida necesaria para fomentar la duración de la alimentación natural.
En una reciente revisión de la literatura se presentan importantes hallazgos sobre el
efecto del reposo postparto pagado en la LME, dado que en países de altos ingresos la extensión
del mismo aumenta las tasas de LME en los seis primeros meses de vida (44); debe notarse que
en esa revisión no se presentaron resultados de esa asociación en países en desarrollo. Uno de
los estudios de países desarrollados que se revisaron, estuvo basado en California donde se
implementó uno de los primeros programas de reposo postparto (con seis semanas de duración)
de los Estados Unidos, tuvo un aumento promedio de la LME de 10,6% a 20% a los tres meses
de edad (45). Otro reporte de lo ocurrido en Canadá desde el año 2000 donde se aumentó el
reposo postparto desde 6 meses hasta casi un año y la LME mostró un aumento entre 7,7% y
9,1% al sexto mes de vida, dependiendo de la provincia del país (46).
En cuanto a los países de bajos y medianos ingresos, otro estudio concluyó con datos
de casi un millón de nacimientos que al extender cada mes la duración del reposo postparto
pagado se producía una ganancia de 5,9 puntos por ciento en la LME en los primeros seis meses
de vida del niño (47).
El clásico estudio de Suecia publicado el año 1992 ya demostró efectos favorables del
reposo postparto sobre la empleabilidad materna y la natalidad (28). Llamó la atención que
“Suecia tiene las tasas más altas de fertilidad total (TFR) y de participación femenina en la
fuerza laboral (FLFPR) entre los países europeos a fines de los años ochenta y principios de los
noventa: para 1988, la TFR y la FLFPR fueron 1,96 y 80,1%, respectivamente”. En 1974,
Suecia se convirtió en el primer país en permitir permisos a ambos padres después del parto.
Para 1990, la duración de la licencia había aumentado de un período inicial de 6 meses a 15
meses. El ingreso laboral se reemplazaba por 90% de los ingresos brutos.
La revisión de las políticas de 193 países miembros de las Naciones Unidas mostró
que aunque la mayoría de los países ofrecen algún reposo postparto, muchos llegan a menos de
seis meses recomendados por la OMS y que sólo alrededor de la mitad proveen reposo pagado
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para el padre (44). Ese artículo también indica que el reposo postparto podría mejorar las
condiciones económicas de la mujer pero que ello depende de la duración del reposo, la
proporción del ingreso habitual que es reemplazado y si el reposo también se ofrece al padre.
Una nueva revisión de UNICEF para el año 2019, reveló que actualmente 96% de los
países presenta la política de reposo maternal postparto pagado y que incluso 52% tiene
agregado en el reposo postparto pagado del padre (48). En cuanto a la duración del reposo
maternal pagado, se reporta que 42% tiene menos que 14 semanas, 27% presenta entre 14 y
25,9 semanas (o 6 meses), 10% llega a 26-51,9 semanas (o 12 meses) y que 17% logra 52
semanas o más.
Propuestas
La experiencia chilena en cuanto a los objetivos del reposo maternal postparto ha sido
exitosa aunque no ha logrado modificar la natalidad, lo que constituye motivo de preocupación
ya que la población envejece y su proporción económicamente activa también. Considerando
también que la experiencia internacional indica que el efecto positivo en la natalidad se ha visto
cuando el reposo postparto llega a cerca de un año, incluyendo la participación del padre, se
propone iniciar el análisis de un aumento del reposo maternal postparto de 9 o 12 meses para
Chile. Ello está avalado también por la experiencia internacional analizada donde las
condiciones económicas de la mujer pueden seguir mejorando pero que ello depende de la
duración del reposo, la proporción del ingreso habitual que es reemplazado y si el reposo
también se ofrece al padre. Esta propuesta podría probarse en una primera etapa en un estudio
de cohortes en que se comparen comunas similares del país con duraciones diferentes del reposo
postparto. Dada la consistencia en la influencia histórica del efecto positivo de las ampliaciones
del reposo postparto en la frecuencia de la LME, es esperable un nuevo incremento de la misma
y de las otras variables sociales.
En lo inmediato, existe todavía un aspecto pendiente de mejorar en la ley Nº 20.545 del
año 2011, que permite a las madres trabajadoras ampliar el tiempo para acompañar a sus hijos
recién nacidos hasta 24 semanas, o 5.6 meses o 168 días. Dado que no se cumplió la
recomendación de la OMS en cuanto a que el reposo post-parto debe llegar hasta los 6 meses o
180 días, se propone seguir los lineamientos de la OMS para la duración de la LME y modificar
la ley N° 20.545 para llegar exactamente hasta el sexto cumple mes (36).
Con respecto a las intervenciones educativas para los equipos de salud reseñadas en los
años 1980 y 1996, se recomienda repetirlas al menos cada dos años o tres años dado su claro
efecto positivo que sugiere aumentar su frecuencia.
13
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Figura 1.
Duración de la lactancia materna exclusiva en el tercer mes de vida.
19
Figura 2.
Duración de la lactancia materna exclusiva en el sexto mes de vida.