7/21/2019 Economa Espaa Visigoda
1/11
APUNTES
PARA
UN ESTUDIO
ECONOMICO
DE
J A
ESPAA VISJGODA
1
Las Etimologas
y el Fuero
Juzgo, fuentes
dr historia
rtonrnica)
En
eJ. a :io 418 un tratado federal, concertado entre Valia y
el
Estado
romano, reglamentaba el establecimiento de los
visi
godos en
la
pennsula. La forma en que
el
pueblo visigodo . e
introduce
y establece
en la
Hispania romana,
es
de
:fundamen
tal inters para estudiar la organizacin econmica
del momen
to, o, por mejor
decir,
el modo en que incide en la
sociedad
hispano-romana la
nueva estructura
poltica
y
social
que
se
yuxtapone en el pas. Quiz la
premisa
previa a toda conside
racin
sea el
constatar que
la constitucin
de un estado hispa
no
godo, no va a alterar los rasgos
fundamentales
de la econo
ma
del
bajo imperio; la vida econmica de los hispanos sigue
siendo la misma y contina inserta en el mundo de la econo
ma
med
iterrnea
2
Si ya hemos sealado que
la
importancia del foedus de
Vala no
reside en
un violento
cambio estructural
de
la econ
o
ma del pas
3
, hemos
de
aadir
que la forma en
que
los visigo-
1
El
presente
artculo
es
una nueva
redaccin de
la
conferencia
pronunciada por el autor
el
da de S.
Isidoro
de 1966 en el Aula Mag
na de la Universidad de Valladolid.
2 La teora cataclismal de la invasin brbara est hoy decidida
mente deshechada.
Un buen resumen sobre
la
economa
de este
mo
mento puede encontrarse en
istoria de
E ~ p a a
tomo
I , l. parte d'
Valdeavellano.
3 No slo podemos decir que no hay un cambio violento , sino qu
no es
aventurado
afirmar que no existe tampoco cambio a largo plazo .
La estructura general de la economa hispanoromana contina hast:1
el ao 711. lbs visigodos se acomodan desde el principio a lns
f
orm i
econmicas del bajo imperio.
j 1
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11
s Sl' en e l
p
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como scnurcs lcnilorialcs
y
para
Dopsch in
cluso recibieron
1 < ll
ta
s y
cnones
de
los romano
s
sometidos; inclu
so
Ko l
zsch kc
que
no
sostiene
qu e
viviesen como
seiores,
cr ee que no
e
mp
u
aban
pos
s
mismos el arado.
Pero estas
conclusiones no
son
sin duda definitivas
9
Parece lgico suponer que ninguna de
estas
afirmaciones
pueden
sostenerse con
carcter general , y
habra
de
haber
una parte de los godos dedicada
a
un
trabajo
manual
y
de
explotacin directa de la tierra. Respecto
a
esta
no habr de abrigarse duda alguna
sobre
que se seguira las
normas romanas en los latifundios;
sin
emba
rg
o,
la
pequea
propiedad territorial habra de hacerse ms numerosa com o
consecuencia
del reparto
de los latifundios con
los
godos que
-
dice
taxativamente
Valdeavellano sin admitir las hiptes
is
citadas
anter
iormente
-
explo
t
aron
y cultivanm directamente
sus
"sortes", incluso
introdujeron nuevos
cultivos
de huer t,a
como la
alcachofa
y la
espinaca.
El panorama que hemos presentado sobre el establecimien
to
de los visigodos en Espaa,
ha
de ser
el
substratum sobre
d
que montemos el resto
de
nuestro trabajo. Dos
ideas
aparecen
mu y claras: la existencia de una abrumadora su peri
or idad nu
m
rica
de la
poblacin hispano
romana que, junto a 1a
romani
zacin de los
godos,
produci
fa
una continuidad en las
forrnas
de vida
de
la Espaa visigo
da
c e
no
sufriran alteracin
con
la
ll eg
ada de lo:; brbaros, y
el
desarr o llo de una eco n omi.a
ag rcola
cuyos
caracteres,,
ya
marcados en el
bajo
np2ri.o, ac
::t:.
-
tan los visigodos.
Por
ello, una
gran
parte
del
presente trabaj o
t a t a de
la agricultura y
la ganadera, sin embargo, se destaca
n.
tambin
las actividades il)dustriales en general
muy
de sarro
lladas en
los sigl.os visigodos, corno,
por ejemplo, la orfebrera
.
Dos han sido
la
s
fuentes
empleadas: Las E t i m o l o ~ a s y
ei
F
uero Juzgo.
Ambas obras han sido estudiadas intentando da r
las
una unidad
por su dependencia
de san
Isid
oro
de Sevilla.
En
e l pr imer caso, naturalmente,
por ser
obra
suya; en el
s.egvn
do,
por considerar el "iiber", inspirado en el pensamento
isi -
l
\/Tr.:Nr:
:No r
:z
PIOAL.
o. p., l G3.
4
J :, I'
1
1110 J: l ' \)N()l \ l l t ' t) lllo: 1./\ > I / \
1
\ ' l .IC;Oll 1
U
J or1anu. Las ickus
Jt: sa
n lsidorn, en efe Lo , p rv 1v 1Prn n cl11
rantc muchos
anos
y se extendi.eron por
toda eurnpa. La
clll'u -
sin
de
Ja obra
isidoriana
la
podemos
m
ed
ir , por e jemp l
o,
;.l
travs del
texto
ms ex t
en
dido, su
"De natura
rerum",
que s
d i f t ~ n por Austria
,
Galia, Bretaa, Irlanda,
Germania
e
Hu
lia. Hasta el renac.imiento caroiingio, Isidoro es el ej
e
de la cu
l
tura occidental
10
.
Respecto
a las
Etimologas,
(cuya redaccin tuvo interrum
pidas
san
Isidoro durante
veinte aos, y a
la
que
siempre con
sider obra inacabada)
he m os
de
sealar
la cantidad de fuen
L
es
divers
as ,
inclusivc
adiciones
que comienzan desde
la prepara
cin
del mismo san Braulio
11
. Las Etimologas
son
una
ob
ra
di s
pe
r sa,
con alusiones
vagas, extractos aislados, - caracterc
propios
de la poca- , que
se
ven
agravados aqu
por
el
di.se
o et i
molgi.co de
la obra. De las Etimologas, el Prof. Anspach,
el mejor
conoced
or de la obra isidoriana
12
, estudi, por toda
Europa, 1.098 cd ices y la
conclusin
ms in teresante pa
ra
nosotros
es el hecho, ya comentado otras veces, d e que
san Isidoro no
trata
slo
aspectos de su poc
a,
sino
qu
e
se
remonta
incluso
a
varios
siglos
antes, no
slo en
cuanto
a
la
evolucin etimolgica
, sino en
muchos casos en cuanto
a la
vi
gencia
misma de lo
estudiado.
Las noticias
de
san Isidoro, por
}o
tanto,
han
de adm.itirse con grandes reservas, no
slo
por
que
muchas
de ellas se
refieran a
poca
romana
13
sino porque
tarnbin proporcicna datos diversos
,de
comarcas
extrapeninsu-
10
.JAcQuEs FoNTAINE, Jsido1e
de Sevi La . Trait
de
la Nature, Bo1
deux
1960.
69.
11
.JACOTJES Fo
NT AHiE
,
Is idore de
Sevi la
et
l culture clsique
dcms i'Espa
.gne
visigotiqv.e :
Etudes
Agustinienses,
1959,
774.
12
El ingen te archivo manuscrito del Prof. Anspach se h a salva
do ve nturosamente para los investigadores Y
se
encuentra el e.en
tro de Estudios e
Inv
estigacin
San
Isidoro de
Len.
D:
Jo
se M." 1 cr
nndez
Catn. Bibliotecario -
Archivero
del
Centro
y Director del Ar
-
chivo
histrico
Diocesano de L en,
ha
realizado la
abrumadora tare
1
de
catalogar
y
poner en disposicin de consulta
los :pa,9eles del Pr.o .
Anspach,
entre
los
qu
e el
manuscrito
dedic2.do a lo s cod1ces
ele 1
as
hl
1
rnolo,,as es el n:s considerable.
De tocl
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4/11
M
la r
es , '
incluso fanta
sas mitolgicas.
Sin
duda Ja ob1 a, po i s ' 1
ta
n
vasta,
no
nos
permite
descender del plano g
ncral
n
l
tiempo
y en
el espacio,
y adscribir a la Espaa visigoda mu
chas de las
conclusiones
que,
bien a pesar
nuestro, hemos dcs
hechado.
En
cuanto
al Fuero Juzgo, que nos ha
sido
transmitido es
crupulosamente
gracias al conservadurismo, que
en
los domi
nios
poltico
y
jurdico
opuso
el reino de Len {heredero de
los visigodos)
a
la Castilla naciente
14
, no es atrevimiento su
ponerlo inspirado en san
Isidoro
.
A pesar
de
los
esfuerzos de
L e
ovigildo,
renovando la
legislacin de
Eurico, suprimiendo o
adaptando
leyes
antiguas ,
lo cierto es
que la
legislacin
era
un
re v
oltijo que
repugnaba
al
espritu
metdico
de
san Isidoro.
El
IV concilio de Toledo es obra directa
de san
Isidoro, que re -
coge en un volumen (son los ltimos
aos
de su
vida)
toda la
le gislacin, rechazando lo
no
vlido. Veinte
aos
ms
tarde
se
promulga
el
Lber judiciorum o Fuero Juzgo. El u ~ r o
Juzgo,
sin duda, superaba lo isidoriano,
pero
la obra del
obispo sevi
llano fu
la
que
sirvi
de modelo
a
san Eugenio
y
los
dems
compiladores de la nueva legislacin
15
.
Sin embargo, todava
en
el siglo XVII se conservaba en
el
Escorial
un
Breviario
que tena al frente el nombre de san
Isidoro
.
La memoria de la
compilacin legislativa
isidoriana permaneci
fresca
durante
los siglos medios
16
.
El rey Fernando -
dice
Lucas
de
Tuy -
mand
que todos los leoneses reverenciasen las leyes gticas,
porque el bienaventurado confesor
Isidoro
fu doctor
y
legis
lador de los espaoles
17
. Si el espritu legislador de Isido
ro
pervivi durante tanto tiempo, necesariamente hemos
de
suponer qu e, en t
iempos
tan
cercanos
a su muerte, con su le
gislacin fresca
todava,
fu su obra la que inspir muy direc
tamente
a los
autores del Fuero Juzgo; mxime tratndose de
uno de los sabios de todos los
tiempos
que ms influencia han
14 JACQUES FONTAINE, Isidore de Sevil.la. Trait de Natura .
80.
15 J. PREZ DE
URBEL,
San Isidoro de
Sevilla
2 ed., Madrid
1945 ,
226.
16
En.
ANSPACH, Taionis et Isidori nova fragmenta et opera Nia
drid .
Ce
ntro
d e
estudios
histricos, 1930, 107
17 CL PREZ DE URBEL ,
o. c., 227.
6
J :S l l Jl l l ) l:( (>NM I(
()
l)J
LA
l:S
l ANA
Vl S IC:llA
t
cn
jdo
y que
han
gozado de
ms
prestigio
ent re s 1s
011t
l'll1-
porneo
s.
Vamos
a
intentar,
p
or
lo
tanto,
entresacar
e la
s E
tim oh
gas
y
del Fuero Juzgo
,
aquellos
asp
ectos
qu e
no
s permila11
trazar un esquema elemental
de hechos capaces de
suponer
una aportacin
(no
elaborada,
por
supuesto, sino escueta
y s i
m-
ple) para un
estudio de
la
economa
en la Es
paa visigoda.
AGRICULTURA
Y GANADERA
San Isidoro no
habla, lgicamente, del establecimien
to de
los visigodos
en
la pennsula, no
habla
del
reparto
de
las t ie
rras, ni del rgimen
de
propiedad, pero
s
nos cita dos
si
stemas
de ocupacin
para
el cultivo de la tierra: El
colonato
y
el
in
quilinato. El colono
vive en
un
campo,
no propio
, sino arrenda
do
y
real
iza
en l un cultivo permanente. El inquilino, por
su
parte , tambin
es
un
cultivado
r no
propietario
,
pero con dos
di
ferencias
fundamenta l
es: no vive
en l, y
su ocupa
c
in no es
permanente
sino provisional. Es muy probable que este sistem
a
(sin
duda
romano) fuese utilizado por los propietarios visigodos
en
el
caso
de
no cultivar sus tierras personalmente. De
toda
s
formas la existencia de arrendamientos puede ser indicio de
aumento
de la vid2
. ur
ba
n a,
puesto
que es
el
absentismo lo
que ms
favo
r ece la
existencia de
arr e
ndamientos de
los cam
pos que,
en
el
caso
de
los latifundios se ran cultivados por
cria
dos
o
esclavos.
El rgimen de arrendamientos est, po r otra
parte,
especificado con
de
talle en el Lber judiciorum
,
que
se
ocupa en particula
r
de los arriendos
d e
vias.
La definicin
de
la agricultura, nos
la
da san Isidol'O
d
ciendo: Es el
trabajo grande
que
hay
que hacer para
obten(' '
los frutos de
la tierra
rn
Estos
trabajos
grand
es
son l
o: m is
mos
de
la
poca
romana. Es m s , san
Isidoro
Jo s
ha
tomado ;Ji
detalle de Columela:
quema
de rastrojos
, arada n prim::iv
18
Etimologas,
l. XVIII.
7
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5/11
'm
;
o 01
1
0 Ja intcrrupcjn , es decir , el barbec ho con :;is ttn
1
a uc
ario Y vez, e l es ter colad o, l desten onamiento , la sie mb r a e se
m i llas
y
la
limpie
za
de hi er bas.
En
cuanto a los
cultivos,
parecen destacarse d e todos los
ce reales, Y la misma relacin
de los
trabajos del campo
nos
de
nunc ia una agricultura preferentemente
de
secano. San
Isido
ro cita
cinco clases de trigo,
cebada, centeno, etc
..
Cita
tam
bi
n
le
gumbres: habas, lentejas, garbanzos, altramuces
f.'uisan
tes Y algarrobas. Es decir, los tradicionales alimentos ibricos.
A
la ho
ra de sealar
bebidas
(en las
Etimologfo
s
se
si d
r a", entendiendo por sidra,
no
la sidra de manzana,
sino
to
d a bebida que
pued
a
embriagar
, excepto el
vino) se
destaca ia
cerv eza y, sobre todo el vino.
La
vid es cuidada con esmero.
Se
seflalan dieciseis
clases diferentes, comprendiendo uvas
de
mesa Y uvas para vino.
Los
da .os
causados
a
las
vias, sea
la
e l Lber'',
se
castigarn
con
la devolucin
del
doble de su va
lor,
Y
s
{
2
causante del dao es un siervo, con diez azotes por
cada vid destruida.
San
Isidoro
ci
ta tambin muchos rboles frutales (palme
ra, b r i l l o manzano,
melocotn,
ciruelo, limonero)
y
sea
la, cosa curiosa, que
se
importaban manzanas de Cr
eta.
Si hemos sealado la importancia
del
vino, cultivo tradi
cional
espaol,
nos toca
ahora
hablar
de
otro producto espaol:
el aceite: El Liber
judicio
ru m castiga los
daos
a Jos
rboles,
pero la multa ms alta habr
de
pagarse por cortar un
olivo:
c
inco sueldos
. El olivo
es
un rbol que merece
gran atencin
,
san Isidoro
habla de varias
clases
de olivos y
de la bondad del
a cei
te espaol.
Tr
as los olivos
,
la protec cin del manzano
(multa
de t r es
sueldos)
y a la encina (dos sueldos),
aunque en
general
es
de
dos sueldos
el castigo
impuesto
a
todo el que corte cual
q
uier clase
de
rbol.
F re nte a
una
agricultura
de secano, se
lucha (ya
en el
s;.-
glo
VII)
por
la proteccin
a los regados.
El cultivo se protegi
mu ch o. No se puede hurtar agua, ni daifar o
destruir
estanques ,
pesqi.wras, canales, ni
se
pueden cortar los ros. El Fuero Juzgo
t ra in abundan temente de
este
tema y en las
Etimologas se
tan m
1
1lli tud d e cultivos de huerta. Es tambin
claro
que
todo
8
J
i
el .;i-;Lt rna L'S
roma
no i:i com1>
romanos :s
on los i n:;tnr m
cn
tos
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6/11
cas y
da ma
yor calidad a
la
leche. Lo s bueyes y no villos so n
uti lizados en las labores d el campo, en
la
s qu e se utilizan Lam-
bi
n
caballos
y asnos. En las Etimologas se lee
23
: El
asno
es
un animal
tardo, no
se resiste nunca y siempre est preparado
cuando
quiere
el
homb
re.
Ante
.s
de que
los h
ombres domaran
los caballos
ya utilizaban
los asnos . Los caballos se
utilizaban
para la
carga o como
montura.
De la perfeccin de las tcm-
cas ganaderas de idea el que
san
Isidoro recalca que
merced
a la
industria humana
se
prac
t ican ya los cruces.
Hay,
inclu-
so
unas elementales
ideas de
gentica
de
las
que
se ponen
algu-
nos ejemplos con ovejas, caballos, y
mu
y
en particular
con pa-
lomas
24
.
El
Fuero
Juzgo trata
25
de la reglamentacin de los pastos
y de su
utilizacin
por
el
ganado lanar y
vacuno,
reglamentan-
do,
po
r
ejemplo,
en el caso particular del ganado
po
rcino ,que
ha
de abonarse por el consumo de la bellota de las
piaras
, al
propietario del encinar, un canon de una cabeza por cada diez,
o po r cada
veinte,
segn
la
estacin del a o.
Caso particualr
es
el de las abejas . Le existencia de
colme-
nares se remonta
sin
duda a lejanas
poca
s, pues de su
utiliza-
cin
tenemos
mu
es
tra
g
r
fica
en la pintu
ra prehistr ica
levan-
tina. De aqu se obtiene no slo miel, sino
tambin
cera,
de ta n
ta imp
or
tancia para
el
alumbrado y para las tablillas de escri-
bir.
Todo
un
Ttulo
26
dedica
el Lber a la apicultura
dando
dis-
posiciones sobre su lo calizacin
en luagres
donde no
puede
cau-
sar daos, sobre
la
prevencin
de
stos y sobre
la
adquisicin
de
las
abejas.
En
cuant
o a la caza , se cazan
en la
pennsula, c
ie
rvos, jaba-
l es ,
conejos
.. La caz a puede ser con
pe r
ro s o con tran1pas.
Los
conejos
se llaman precisamente
canic
uJi ,
po
rqu e
son cazados
con
pe
r ros.
En san Isidoro encontramos no ticias de diversas
cla
ses de cazadores, de aves y de perros empleados para
la
caz< .
Los cazadores
estn
ob ligados a avisar a los vecinos de
la
co
marca de los lugares donde han puesto sus
trampas
, y si no
2:i Etim .
l
XIL c. 1.
H E
tm .
l XI I
,
c.
1
. p2.rr.
58.
2:; Fuero Juzgo, l VIII . tit. 5".
Fu e
ro Ju zgo. l VIII. tit. 6.
10
lo huc
1
11 hab1 n de pagur unu ind mn izac in, cuya
tia11l
a 1
t'
gu la e l
Fuero Ju z
go, si se ca usa da1
io
a pe rso na o an ima les do
mst
icos.
MINERA
En
Roma,
y
nada
hace suponer que cambiara la si t uacin
con
la llegada de los vis
igodos
,
las explotaciones
mi n
eras,
s -
gn
los
principios del Cdigo Teodosiano, fueron estatales fun-
damentalmente, aunque habran de ex
istir,
sin duda alguna
ex-
plotaciones
privadas
. De
todas formas
pocas son las noticias
que tenemos sob
re la propiedad
de e lla
s,
sobre la
forma
d e x-
plotacin
de
los yacimientos, o sobre el t
rabajo en
los
mism
os.
Por lo que respecta a la tcnica , hay
la plena
seguridad
de
que
continuara el sistema romano, pues los
conocimientos
de ios
germanos seran muy rudimentarios .
En
cuanto a los obreros,
todo
parec
e
indicar que
una
buena
parte d e la mano d e
obra
era
forzada
27
.
Las
Etimologas nos hablan
de
este
tipo
de trab
ajo:
Metallum - leemos - es
el
lugar
en
donde los dester ra dos se
destinan
a
sacar minerales
o a
cortar mrmoles
2s.
El
resto de
los obr eros hay que
pensar
que fuesen esclavos.
San Isidoro
cita largas
series de metales.
Aunque
sin
duda
mucho
s de ellos se
encontraban en Espaa
, slo lo
seala ae
forma explcita en algunos
29
. Dice
haber en la pennsula mu -
cho cob r
e,
hierro, esquisto y
obsidia
n a en
la
zona
atlntica .
Re specto al hierro , abundante en Hispania, seala
la
impo
rt
an-
c
ia
que tiene la calidad de las aguas para trabajarlo; en
Ca
la-
tayud, por ej
emplo,
se obtiene
el
hierro ms fcil de trabaja l'.
El
plomo
abunda en la Lusitania
y el Galicia
en forma de
are-
nas.
En Cantabria
se obtena
puro
y
tambin
mezclado con pla-
ta Y
estao.
En general su obtencin era penosa y
difcil
, no s
lo en Espaa,
sino
tambin en
F ra ncia,
mientras
qu e, por
el
con-
trario,
en Bretaa
era de fcil extraccin.
27 MENNDEZ PIDAL, o. c., 160.
28 Etimologas , l V, c. 27.
Respecto
al trab
ajo
forzado h emos
ri