Universidad Iberoamericana Puebla
Repositorio Institucional http://repositorio.iberopuebla.mx
Maestría en Nutrición Clínica Tesis
Efecto de un esquema de ablactación
individualizado sobre los índices de la
composición corporal en lactantes con
macrosomía fetal
Rodríguez Hernández, Claudia
2012
http://hdl.handle.net/20.500.11777/1288
http://repositorio.iberopuebla.mx/licencia.pdf
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA PUEBLA
Estudios con Reconocimiento de Validez Oficial por Decreto
Presidencial del 3 de Abril de 1981
EFECTO DE UN ESQUEMA DE ABLACTACIÓN INDIVIDUALIZADO SOBRE LOS ÍNDICES DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL EN
LACTANTES CON MACROSOMÍA FETAL
DIRECTOR DEL TRABAJO
Dra. Luz del Carmen Montes Pacheco
ELABORACIÓN DE TESIS DE GRADO
que para obtener el Grado de
MAESTRÍA EN NUTRICIÓN CLÍNICA
presenta
CLAUDIA RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
Puebla, Pue. 2012
1
RESUMEN Se estima que en México la prevalencia de macrosomía fetal va del 10.3% al
12.5%. La falta de atención nutricia especializada de los lactantes con este
antecedente, puede ocasionar que al crecer desarrollen enfermedades crónicas
degenerativas. El diseño y aplicación de un esquema de ablactación
individualizado para para niños en estas condiciones implica el desarrollo de una
nueva estrategia para su atención nutricia, situación que a su vez genera que el
riesgo de padecer sobrepeso y obesidad en el futuro se reduzca.
El objetivo de la investigación fue determinar el efecto de un esquema de
ablactación individualizado sobre los índices de la composición corporal en
lactantes con antecedente de macrosomía fetal; a partir de una serie de casos.
El estudio incluyó a 5 pacientes lactantes con antecedente de macrosomía fetal
que no tenían otra patología crónica agregada, quienes acudieron a 3 consultas
consecutivas en tres meses. En cada consulta fueron evaluados dietética y
antropométricamente para determinar la adecuación al tratamiento dietético y los
cambios en los índices de la composición corporal; además se entrevistó a las
madres y fueron aclaradas sus dudas con relación al esquena de ablactación.
Al analizar los resultados de la adecuación a la dieta y los cambios en los
resultados de los índices de la composición corporal de cada caso, se encontró
que aquellos niños que tuvieron una buena adecuación a tratamiento dietético –
que en este caso es el esquema de ablactación individualizado– presentaron
cambios positivos en los índices de la composición corporal.
Por lo tanto, se concluye que el efecto de un esquema de ablactación
individualizado sobre la composición corporal de los lactantes con antecedente de
macrosomía del estudio es positivo en todos los casos donde los niños tuvieron
una buena adecuación a la dieta.
2
ÍNDICE
CAPÍTULO I. PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN .................................. 4
1.1 Planteamiento del problema ............................................................................ 4
1.2 Objetivos de la investigación ........................................................................... 6
1.2.1 Objetivo general ........................................................................................ 6
1.2.2 Objetivos específicos ................................................................................ 6
1.3 Pregunta de investigación ............................................................................... 6
1.4 Justificación ..................................................................................................... 7
1.5 Contexto .......................................................................................................... 8
CAPÍTULO II. ABLACTACIÓN DEL NIÑO CON ANTECEDENTE DE MACROSOMÍA FETAL ....................................................................................... 10
2.1 Diferentes esquemas de ablactación ............................................................ 10
2.2 Lineamientos generales de la ablactación .................................................... 13
2.3 Lineamientos para iniciar la ablactación ........................................................ 15
2.4 Composición corporal del lactante ................................................................ 16
2.5 Macrosomía fetal ........................................................................................... 17
2.5.1 Factores de riesgo ...................................................................................... 18
2.5.2 Diagnóstico ................................................................................................ 18
2.5.3 Consecuencias ........................................................................................... 19
2.6 Serie de casos............................................................................................... 19
2.6.1 Aplicaciones ............................................................................................... 20
2.6.2 Ventajas ..................................................................................................... 20
2.6.3 Desventajas ............................................................................................... 20
CAPÍTULO III. MARCO METODOLÓGICO ........................................................ 21
3.1 Etapas de la investigación ............................................................................. 21
3.1.1 Caracterización clínica de los lactantes con antecedente de macrosomía fetal del estudio ................................................................................................... 21
3.1.2 Diseño del esquema de ablactación individualizado para lactantes con antecedente de macrosomía fetal ....................................................................... 22
3.1.3 Aplicación del esquema de ablactación individualizado por tres meses .... 22
3.1.4 Determinación del efecto del esquema de ablactación individualizado para lactantes con antecedente de macrosomía fetal ......................................... 23
3.2 Tipo de estudio .............................................................................................. 26
3.3 Aspectos éticos ............................................................................................. 26
3
CAPÍTULO IV. Resultados .................................................................................. 27
4.1 Características clínicas de los pacientes del estudio .................................... 27
4.2 Esquema de ablactación individualizado y entrevista ................................... 37
4.3 Aplicación del esquema de ablactación individualizado y entrevista ............. 41
4.4 Efecto del esquema de ablactación individualizado ...................................... 42
CAPÍTULO V. Discusión de resultados ............................................................... 52
CAPÍTULO VI. Conclusión .................................................................................. 54
GLOSARIO ......................................................................................................... 56
REFERENCIAS ................................................................................................... 57
ANEXOS ............................................................................................................. 63
Anexo 1. Estado del conocimiento ...................................................................... 63
Anexo 2. Esquemas de ablactación .................................................................... 65
Anexo 3. Técnicas de medición de las medidas antropométricas ....................... 70
Anexo 4. Guía de entrevista semiestructurada ................................................... 72
4
CAPÍTULO I. PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN
1.1 Planteamiento del problema
La macrosomía fetal se define como el peso fetal por encima del percentil 90 para
la edad gestacional. Puede traer como consecuencia trastornos en el metabolismo
de la glucosa en los recién nacidos. Los recién nacidos con macrosomía tienen un
riesgo 2.5 mayor de presentar síndrome metabólico (obesidad, hipertrigliceridemia,
hipertensión arterial e intolerancia a la glucosa) (1). Asimismo, está determinado
que si esta condición no mejora en los primeros meses de vida, existe una mayor
probabilidad de padecer diabetes y enfermedades cardiovasculares en la niñez o
en la etapa adulta (2,3,4).
De acuerdo con estudios realizados en México, se estima que la prevalencia de
macrosomía fetal va del 10.3% al 12.5%, tomando en cuenta estas cifras y la
existencia de una asociación positiva entre la macrosomía fetal y el desarrollo de
sobrepeso y obesidad en la niñez y la adolescencia, la falta de atención nutricia
especializada de los lactantes con antecedente de macrosomía fetal, ocasionará
que al crecer sean niños, adolescentes e incluso adultos con un alto riesgo de
desarrollar enfermedades crónicas degenerativas, situación que pone en riesgo su
esperanza y calidad de vida (5,6,7).
Según el registro del servicio de endocrinología pediátrica del Hospital de la Mujer
Puebla del año 2011, aproximadamente el 50% de los lactantes con antecedente
de macrosomía que han sido atendidos entre los 6 y los 12 meses de edad, ha
logrado alcanzar un peso adecuado para su estatura durante el periodo de
ablactación, mientras que el resto continúa con problemas de peso que persisten
después del año de edad y que condicionan su salud.
Por otra parte, después de elaborar el estado del conocimiento del tema, en donde
se revisaron un total de 1921 artículos publicados entre 1997 y 2011 en las
revistas: Archivos Latinoamericanos de Nutrición, Nutrition and Metabolism,
5
Revista de Investigación Clínica, Salud Pública de México, Revista de Salud
Pública y Nutrición, Nutrición Hospitalaria, Revista Panamericana de Salud
Pública, Revista de Endocrinología y Nutrición, Revista Chilena de Nutrición, Acta
Pediátrica de México, Archivos de Investigación Materno Infantil, Pediatría de
México, The American Journal of Clinical Nutrition, Revista de Especialidades
Médico Quirúrgicas, Revista Mexicana de Pediatría, Revista del Hospital Materno
Infantil Ramón Sardá y Boletín Médico del Hospital Infantil de México; se encontró
que no se ha publicado alguna investigación que proponga un esquema de
ablactación individualizado para lactantes con antecedente de macrosomía fetal,
que incluya recomendaciones detalladas para niños en esta condición (Anexo 1).
En la práctica, tanto en los hospitales como en las clínicas y consultorios de
nuestro país, la orientación que reciben las madres en el momento de la
introducción de alimentos, únicamente radica en la explicación rápida de alguno
de los esquemas de ablactación ya existentes, generalmente el que incluye la
cartilla nacional de vacunación o uno de los impresos por laboratorios
farmacéuticos o compañías que elaboran fórmulas lácteas y alimentos para
lactantes.
A pesar de que hay distintas versiones del esquema de ablactación, no existe un
esquema detallado e individualizado para lactantes con antecedente de
macrosomía fetal en donde se determine el tipo y la cantidad de alimentos que
deben ser consumidos para que su peso y porcentaje de grasa sean los óptimos
de acuerdo con su estatura y edad.
De acuerdo con lo anterior, los niños que nacen con un peso normal para su edad
gestacional son atendidos de la misma manera que los niños con antecedente de
macrosomía fetal, lo cual implica que haya una menor probabilidad de que estos
últimos alcancen un peso adecuado para su estatura entre los 6 y los 12 meses de
edad, y por lo tanto aumente considerablemente el riesgo de padecer sobrepeso y
obesidad durante la infancia y la edad adulta (8).
6
Por último, es importante mencionar que una vez que se ha proporcionado y
explicado a las madres de los lactantes el esquema de ablactación con los
lineamientos de cómo introducir alimentos, no se evalúa el porcentaje de
adecuación al tratamiento nutricio, —que en este caso es el esquema de
ablactación— y tampoco se identifican los factores que la favorecen o la dificultan,
lo cual impide que se determine si el efecto tanto positivo como negativo en los
índices de la composición corporal de los pacientes se debe al tratamiento nutricio
o a otras circunstancias.
1.2 Objetivos de la investigación
1.2.1 Objetivo general
Determinar el efecto de un esquema de ablactación individualizado sobre los
índices de la composición corporal en lactantes con antecedente de macrosomía
fetal; a partir de una serie de casos.
1.2.2 Objetivos específicos
Caracterizar clínicamente a los lactantes con antecedente de
macrosomía del estudio.
Diseñar un esquema de ablactación individualizado para lactantes con
antecedente de macrosomía.
Aplicar el esquema de ablactación individualizado por tres meses.
1.3 Pregunta de investigación
¿Cuál es el efecto de un esquema de ablactación individualizado sobre los índices
de la composición corporal en lactantes con antecedente de macrosomía?
7
1.4 Justificación
Los resultados obtenidos en esta investigación pueden contribuir al rediseño del
protocolo de atención nutricia del lactante con antecedente de macrosomía fetal,
de esta manera se brindará un servicio que responda a las necesidades
específicas de los niños que nacen con esta condición.
Tomando en cuenta lo anterior, se verán beneficiados tanto los lactantes con
antecedente de macrosomía, como los profesionales encargados de la atención
nutriológica de estos pacientes, mediante la aportación de evidencia para
recomendar un esquema de ablactación individualizado y adecuado para el
tratamiento nutricio.
La importancia de este estudio radica en que el efecto positivo sobre los índices
de la composición corporal de los niños con antecedente de macrosomía fetal,
mediante la aplicación del tratamiento nutricio que se propone, trae como
consecuencia la disminución del peso y el porcentaje de grasa, situación que a su
vez genera que el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad en la niñez o en la
etapa adulta se reduzca.
Por otro lado, derivada del tipo de estudio, se obtendrá información mediante la
cual podrán identificarse los factores que favorecen o dificultan la adecuación al
esquema de ablactación individualizado, lo cual permitirá el desarrollo de
estrategias para que el paciente pueda seguir las recomendaciones de dicho
esquema y de esta manera se pueda mantener la composición corporal óptima de
los pacientes con este antecedente.
Finalmente, debido a que la aplicación del esquema de ablactación individualizado
para lactantes con antecedente de macrosomía fetal tiene un efecto positivo en la
reducción de peso y grasa corporal de los pacientes, se determina que dicho
esquema es un tratamiento idóneo para niños en estas condiciones lo cual implica
el desarrollo de una nueva estrategia para la atención nutricia de los mismos.
8
1.5 Contexto
La prevalencia de obesidad en adultos mexicanos ha incrementado
significativamente en los últimos años. En 1993 era de 21.20%, mientras que en
2006 de 31.28%; además entre las mujeres se registra un mayor porcentaje de
obesidad en comparación con los hombres (1).
Existe una relación directa entre el incremento en la prevalencia de obesidad en
adultos, particularmente en mujeres; con el aumento de la prevalencia de
nacimientos de niños con macrosomía que se ha presentado en los últimos años
en México (2).
Lo anterior responde a que los principales factores de riesgo que influyen en la
concepción de un recién nacido macrosómico, se relacionan con los antecedentes
de la madre durante el embarazo. Dichos antecedentes incluyen, la presencia de
obesidad, la ganancia excesiva de peso durante el embarazo, la presencia
diabetes mellitus y diabetes gestacional, la edad superior a 35 años, la
multiparidad y posmadurez (9,10).
La prevalencia de macrosomía fetal en México va del 10.3% al 12.5%, esta cifra
irá aumentando en relación a las cifras de obesidad, la cual representa un
problema de salud pública y es el principal factor de riesgo para el desarrollo de
distintas enfermedades como, la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial,
las dislipidemias, la cardiopatía isquémica y algunos tipos de cáncer tanto en niños
como en adultos (1,5,11).
Por otra parte, con respecto al manejo y tratamiento que se les da a los niños con
macrosomía fetal, en el Hospital de la Mujer de Puebla, los neonatos con
macrosomía son referidos al área de endocrinología pediátrica desde su
nacimiento y son consultados cada mes o cada dos meses para su seguimiento.
Cuando cumplen seis meses deben empezar la ablactación, para lo cual se
proporciona a las madres un esquema elaborado e impreso por un laboratorio
9
farmacéutico, junto con algunas recomendaciones para iniciar esta etapa, dicho
esquema y recomendaciones son las mismas que se le dan a cualquier mamá
independientemente del estado nutricio de su hijo.
El estudio tuvo lugar en el grupo Consultorios Pediátricos del Hospital Ángeles
Puebla, en donde hasta ahora el manejo de los neonatos con macrosomía corre a
cargo del pediatra tratante, es él quien a partir del nacimiento monitorea el
crecimiento del niño mes con mes y cuando este cumple 6 meses de edad, se
hace cargo de dar las recomendaciones para iniciar la ablactación. Les
proporciona la orientación a las madres acerca de cuáles son los alimentos que
deben ser introducidos y las cantidades de los mismos; dichas recomendaciones
se modifican de acuerdo al estado nutricio de cada niño y a la manera en que
hasta ahora ha sido alimentado, es decir, al seno materno, con fórmula láctea o la
combinación de estas. Cada médico del grupo da diferentes recomendaciones, no
hay un patrón estandarizado que sea utilizado por todos los pediatras del grupo
para los niños con antecedente de macrosomía fetal.
10
CAPÍTULO II. ABLACTACIÓN DEL NIÑO CON ANTECEDENTE DE MACROSOMÍA FETAL
La ablactación o alimentación complementaria es el proceso que se inicia con la
introducción gradual y paulatina de alimentos diferentes a la leche materna a partir
de los seis meses de vida, para satisfacer las necesidades nutrimentales del niño
y no necesariamente para destetarlo, hasta integrarlo a la dieta de su familia
(12,13).
2.1 Diferentes esquemas de ablactación
Entre los principales esquemas de ablactación que se utilizan en México están el
de la “Guía técnica para la cartilla nacional de salud” , el de la “Norma Oficial
Mexicana NOM-043-SSA2-2005, servicios básicos de salud, promoción y
educación para la salud en materia alimentaria” (NOM-043-SSA2-2005), el
publicado en el “Primer consenso nacional sobre alimentación en el primer año de
la vida”, el del “Manual de Dietas Normales y Terapéuticas, los alimentos en la
salud y en la enfermedad”, y el emitido por el “Comité para el consenso mexicano
de ablactación” (Anexo 2) (12,14,15,16,17).
Los esquemas mencionados tienen algunas semejanzas y diferencias en cuanto al
tipo de alimentos que se deben introducir, la edad de introducción, así como la
cantidad y la preparación de los mismos. Cabe mencionar que ninguno es idéntico
a otro.
Una semejanza es que en todos se determina que la introducción de alimentos se
haga con frutas y/o verduras, para posteriormente introducir cereales y tubérculos
y finalmente las leguminosas y alimentos de origen animal; además, sugieren que
a los 12 meses de edad el niño esté incorporado a la dieta familiar.
La razón por la que al año de edad el niño debe comer lo que come el resto de la
familia, se relaciona con que a esta edad el sistema gastrointestinal y renal del
11
niño han adquirido ya la madurez suficiente para metabolizar y absorber todo tipo
de alimentos y nutrimentos, así como para depurar metabolitos como el nitrógeno
procedente de las proteínas y manejar excedentes de nutrimentos inorgánicos
como calcio, fosfatos, sodio y potasio que no fueron incorporados a los tejidos.
Asimismo, el sistema nervioso también ha alcanzado la madurez suficiente para
que el niño pueda manipular los cubiertos y comer incluso por si solo o con un
poco de ayuda (8).
En cuanto a la manera en que deben ser preparados los alimentos, existe otra
similitud, ya que todos los esquemas de ablactación coinciden en que se debe
comenzar por proporcionar los alimentos en papillas o puré, posteriormente
finamente picados y por último en pequeños trozos.
La mayoría de los esquemas proponen que la introducción de alimentos se lleve a
cabo a partir de los 6 meses de edad, excepto el de la NOM-043-SSA2-2005, el
cual establece que se puede iniciar a partir de los 4 meses. Esto último no
concuerda con las recomendaciones emitidas en el “Primer consenso nacional
sobre alimentación en el primer año de la vida”, ni con las del “Manual de Dietas
Normales y Terapéuticas, los alimentos en la salud y en la enfermedad”, y
tampoco con las publicadas por el “Comité para el consenso mexicano de
ablactación”; pues estos últimos establecen que antes de los 6 meses de edad los
requerimientos nutrimentales del niño se cubren con la lactancia materna
exclusiva y por lo tanto no es necesario proporcionar otros alimentos (13).
Las principales diferencias entre los esquemas de ablactación analizados, son las
cantidades que se sugiere sean consumidas de cada alimento. Incluso, algunos
esquemas no las establecen y otros únicamente mencionan el número de veces
que los alimentos propuestos deben ser consumidos al día, pero no se indica
cuánto se debe dar a los niños de acuerdo a su edad.
Las cantidades estimadas de energía y otros nutrimentos que deben proveerse
con la alimentación complementaria después del sexto mes de vida se muestran
en la tabla 1.
12
Tabla 1. Cantidades estimadas de energía y otros nutrimentos que deben
proveerse con la alimentación complementaria después del sexto mes de
vida (18)
13
2.2 Lineamientos generales de la ablactación
Para que se lleve a cabo una ablactación correcta es necesario tomar en cuenta
los siguientes lineamientos (12,19,20,21):
1. Practicar la alimentación perceptiva, aplicando los principios de cuidado
psicosocial. Específicamente: a) proporcionar alimentos a los lactantes y
ayudarlos cuando ya comen por sí solos, respondiendo a sus signos de
hambre y saciedad; b) alimentar despacio y pacientemente y animar a los
niños a comer, pero sin forzarlos; c) si los niños rechazan varios alimentos,
experimentar con diversas combinaciones, sabores, texturas y métodos
para animarlos a comer; d) minimizar las distracciones durante las horas de
comida si el niño pierde interés rápidamente; e) recordar que los momentos
de comer son periodos de aprendizaje, hablar con los niños y mantener el
contacto visual.
2. Ejercer buenas prácticas de higiene y manejo de los alimentos: a) lavar las
manos antes de preparar y comer los alimentos b) servirlos inmediatamente
después de su preparación, en caso de ser necesario, almacenarlos de
forma segura y, c) utilizar utensilios limpios para preparar y servir los
alimentos, d) utilizar tazas y tazones limpios al alimentar a los niños, y e)
evitar el uso de biberones, dado que es difícil mantenerlos limpios.
3. Iniciar cuando las necesidades de energía y nutrimentos exceden lo que
puede ser provisto mediante la lactancia materna exclusiva, es decir,
alrededor de los seis meses de edad. Se debe comenzar proporcionando
pequeñas porciones de alimentos que aporten suficiente energía, proteína y
micronutrimentos para responder a las necesidades nutrimentales del niño
durante el crecimiento; la cantidad de alimentos deberá aumentarse
conforme crece el niño, mientras se mantiene la lactancia materna. La
energía necesaria proveniente de los alimentos complementarios para
niños con ingestas “promedio” de leche materna en países en vías de
desarrollo es de aproximadamente 200 kcal al día para niños entre los 6 y 8
14
meses de edad, 300 kcal al día para niños entre los 9 y 11 meses, y 550
kcal al día para niños entre los 12 y 23 meses de edad. En países
desarrollados se estima que las necesidades son algo diferentes (130, 310
y 580 kcal al día para niños entre los 6 y 8, 9 y 11; y 12 y 23 meses,
respectivamente) debido a las diferencias en la ingesta de leche materna.
4. Aumentar la consistencia y la variedad de los alimentos gradualmente de
acuerdo al desarrollo del niño, adaptándose a los requisitos y habilidades
de los niños. Los lactantes pueden comer papillas, purés y alimentos
semisólidos a partir de los 6 meses de edad. A los 8 meses, la mayoría de
niños también pueden consumir alimentos que se pueden comer con los
dedos. A los 12 meses, la mayoría de los niños puede comer el mismo tipo
de alimentos que el resto de la familia.
5. Evitar alimentos que puedan causar que los niños se atoren o atraganten,
es decir, alimentos cuya forma y/o consistencia implica el riesgo de que
pudieran bloquear la tráquea, por ejemplo nueces, uvas, zanahorias crudas,
etc.
6. Aumentar el número de veces que el niño consume los alimentos
complementarios conforme crece. El número apropiado de comidas
depende de la densidad energética de los alimentos locales y las
cantidades normalmente consumidas durante cada comida. Para el niño
amamantado promedio de 6 a 8 meses de edad, se debe proporcionar 2 a 3
comidas al día, de los 9 a 11 meses y de 12 a 24 meses de edad el niño
debe recibir 3-4 comidas al día además de colaciones nutritivas (como una
fruta o una galleta integral) ofrecidas 1 o 2 veces al día, según lo desee el
niño. Las colaciones se definen como alimentos consumidos entre comidas,
siendo generalmente alimentos que los niños consumen por sí mismos y
que son convenientes y fáciles de preparar. Si la densidad energética o la
cantidad de alimentos en cada comida es baja, o el niño ya no es
amamantado, es posible que se requiera de comidas más frecuentes.
7. Proporcionar una variedad de alimentos para asegurarse de cubrir las
necesidades nutrimentales. Deben consumirse carne, aves, pescado o
15
huevos diariamente, o lo más frecuentemente posible. Las frutas y verduras
ricas en vitamina A deben ser consumidas a diario. Proveer dietas con un
contenido adecuado de grasa. Evitar la administración de bebidas o jugos
con un bajo valor nutritivo, como tés, café y refrescos. Limitar la cantidad de
jugo ofrecido para así evitar reemplazar o desplazar alimentos más
nutritivos. Ofrecer los jugos de fruta cuando el menor pueda tomar líquidos
en taza, sin excederse de 150 ml al día.
8. Ajustar la alimentación a la práctica y al menú familiar, así como favorecer
la socialización y el aprendizaje del niño.
9. Promover el consumo de alimentos naturales.
10. Introducir alimentos cítricos hasta el año de edad, y en caso de haber
antecedentes de alergia, después de los dos años de edad.
11. Proporcionar alimentos frescos y/o bien conservados, estos deben
prepararse adecuadamente (cocer bien alimentos como carne de res,
puerco, pollo y pescado).
12. Proporcionar el alimento sólido y no sólo el líquido cuando se ofrezcan los
caldos o sopas.
2.3 Lineamientos para iniciar la ablactación
Las recomendaciones para iniciar la ablactación son las siguientes (12,14):
1. Introducir un solo alimento a la vez. Ofrecerlo durante dos o tres días, lo
que permite conocer su tolerancia.
2. No mezclar los alimentos nuevos al momento de introducirlos, servirlos
o prepararlos. Una vez que ya se han introducido los alimentos por
separado, se pueden intentar nuevas combinaciones y presentaciones si
el lactante rechaza en repetidas ocasiones el mismo alimento.
3. Preparar y ofrecer los alimentos en papilla.
4. Preparar los alimentos sin agregar sal, azúcar u otros condimentos.
16
5. Proporcionar los alimentos a temperatura ambiente, verificar que no
estén muy fríos o muy calientes.
6. En el caso de los lactantes no amamantados, proporcionar de 400 a 600
ml de líquidos adicionales al día (además de 200 a 700 ml de agua, que
es lo que se estima que proviene de la leche y de otros alimentos) en
climas templados y de 800 a 1200 ml al día en climas cálidos. Se debe
ofrecer agua simple y limpia (hervida si es necesario) varias veces al día
para asegurar que se satisfaga la sed y las necesidades de líquido del
lactante.
2.4 Composición corporal del lactante
El conocimiento de la composición corporal del niño en las diferentes fases de
crecimiento es de gran importancia debido a que a partir de esta se puede
determinar su estado de salud y nutrición. La caracterización de los cambios de
composición corporal es una forma de entender el proceso de crecimiento y el
cambio en la función que afecta a las necesidades del lactante en crecimiento. El
primer año de vida se caracteriza por un crecimiento rápido y cambios en la
composición corporal. El cuerpo está formado por grasa y masa corporal libre de
grasa (MCLG), que incluye agua, músculo, huesos y órganos. El porcentaje de
peso corporal formado por grasa aumenta a lo largo de la infancia desde
aproximadamente un 14% en el nacimiento hasta un 23% al año de edad,
mientras que el porcentaje de MCLG disminuye de un 86% en el nacimiento hasta
un 77% al año de edad; esta disminución se debe principalmente a la reducción en
el contenido de agua (22).
Por otro lado, los incrementos de peso, longitud y circunferencia de la cabeza
relacionados con el crecimiento son bastante rápidos antes del nacimiento y
durante el primer año de vida. Un lactante normal de un mes de edad crece
aproximadamente 1 cm/semana, y gana de 20 a 30g/día, que disminuyen de
17
forma gradual a 0.5 cm/ semana de longitud y 10g/día de peso hacia los 12 meses
de edad (22).
En cuanto a la obesidad en la lactancia y en la primera niñez, se suele aceptar que
la obesidad de inicio temprano es un trastorno crónico y progresivo que no suele
presentar remisión. En un estudio realizado en lactantes con un peso superior al
percentil 90, el 36% presentó sobrepeso en la edad adulta frente al 14% de los
lactantes con un peso medio o bajo. Desde 1970, Eid observó que los lactantes
que ganaban peso rápidamente tenían una probabilidad cuatro veces mayor de
padecer obesidad a los 8 años de edad en comparación con los lactantes que
ganaban peso a un ritmo normal. Diversas teorías y datos experimentales relativos
a la proliferación de los adipocitos durante la primera niñez y a su efecto
perjudicial sobre el apetito y el aumento de peso corporal en fases posteriores de
la vida han apoyado este mal pronóstico (23).
2.5 Macrosomía fetal
La macrosomía fetal se define como aquella característica que poseen los nacidos
con un peso igual o superior a 4000 gramos, independientemente de la edad
gestacional. Otros autores utilizan otros puntos de corte, como 4100, 4500 o
4536g (10 libras). Sin embargo, como el peso al nacer puede variar según etnia o
situación geográfica, es necesario tomar en cuenta el contexto de una población
concreta (24).
Para ajustar el peso en función de la edad gestacional, se utilizan las curvas de
crecimiento, expresadas en percentiles, de forma que se considera peso
adecuado el comprendido entre el percentil 10 y el 90. Tomando en cuenta esto
último, el Instituto Nacional de Perinatología define la macrosomía fetal como un
peso superior al percentil 90 para la edad gestacional (25).
18
2.5.1 Factores de riesgo
Entre los principales factores de riesgo para el desarrollo de macrosomía fetal se
encuentran (24):
1. Diabetes materna, pregestacional o gestacional
2. Gestación previa con feto macrosómico
3. Gestación cronológicamente prolongada
4. Obesidad materna (Índice de masa corporal >25% previo a la gestación)
5. Feto varón
6. Madre no fumadora
Los hijos de mujeres con embarazo prolongado, por otra parte, tienen un peso
medio al nacer de 120 a 180 gramos mayor que los nacidos de término. Por lo
tanto es posible que un feto que previamente se encontraba en el rango de
percentil adecuado, pueda desarrollar macrosomía fetal al prolongarse el tiempo
de gestación (24).
Determinadas anomalías congénitas pueden asociarse también con macrosomía
fetal, como es el síndrome de Beckwith-Widemann, el síndrome de Sotos o el de
Weaver (19).
2.5.2 Diagnóstico
Existen fundamentalmente dos herramientas para establecer el diagnóstico de la
macrosomía fetal (24):
a) Estimación clínica. Consiste en la valoración materna mediante las
maniobras de Leopold. Con base en las mismas, se puede intuir la
presencia de macrosomía fetal, para lo cual es imprescindible una datación
correcta de la gestación. El inconveniente principal es su escasa
reproducibilidad en la práctica, dado que requiere experiencia por parte del
19
obstetra, y es difícilmente objetivable. En presencia de obesidad materna, la
posibilidad de exploración incorrecta aumenta por la dificultad técnica de
acceder a los bordes uterinos a través de la piel y el panículo adiposo
aumentado.
b) Estimación ecográfica. Examen que emplea el ultrasonido para crear las
imágenes de los diámetros de la cabeza fetal y del abdomen, lo que permite
hacer estimación del peso fetal, con un margen de error de 300g.
2.5.3 Consecuencias
A pesar del adelanto tecnológico, el trauma obstétrico sigue siendo un problema
en los países industrializados debido a la dificultad de identificar la macrosomía
fetal antes del parto. Así, los partos vaginales con distocia de hombros complican
al 10% de los neonatos con peso al nacer de 4,000 a 4,499 gramos y 23% de
aquellos que pesan 4,500 gramos o más comparado con la población general,
donde apenas llega al 0,2%. Esto ocasiona mayor riesgo de asfixia neonatal,
aspiración de meconio fetal en el parto y la necesidad del ingreso de estos niños a
la unidad de cuidados intensivos neonatales (26).
2.6 Serie de casos
Los estudios de serie casos son aquellos que al utilizar los procesos de una
investigación cuantitativa, cualitativa o mixta analizan profundamente a individuos,
grupos, instituciones u otras entidades sociales para responder al planteamiento
del problema, probar hipótesis y desarrollar alguna teoría (27, 28).
Las investigaciones de este tipo requieren un estudio detallado, pues es necesario
recabar datos que no sólo se relacionen con el estado actual del individuo, sino
con experiencias y factores situacionales y ambientales previos, relevantes al
problema que se analiza, dicha información tiene un carácter cualitativo (28).
20
La información que proporcionan es útil para plantear hipótesis, esclarecer
conceptos o variables e indicar la mejor forma de medirlos (28).
2.6.1 Aplicaciones
Los estudios de series de casos se utilizan fundamentalmente por clínicos o
centros de vigilancia epidemiológica cuando se precisa llamar la atención, con
relativa urgencia, sobre la observación de un fenómeno nuevo. Los epidemiólogos
sirven de estas observaciones para elaborar hipótesis y estudios relevantes (29).
2.6.2 Ventajas
Fáciles, económicos y rápidos de realizar
Permiten llamar la atención sobre un fenómeno nuevo y detectar epidemias
graves con bastante rapidez.
Sirven para generar hipótesis de trabajo para futuras investigaciones sobre
la enfermedad o fenómeno de interés a partir de los muchos datos que se
pueden recoger sobre el paciente o pequeño grupo de pacientes afectado
por el fenómeno de interés (29).
2.6.3 Desventajas
Al poseer pocos casos y no tener un grupo de referencia ni un seguimiento
previo a la observación, no es posible realizar comparaciones adecuadas
que conduzcan a conclusiones sobre la etiología de una enfermedad ni a
conclusiones generalizables a la población general, No obstante, a la hora
de formular hipótesis útiles las series de casos son mejores que la
descripción de un solo caso (29).
21
CAPÍTULO III. MARCO METODOLÓGICO
La investigación se realizó a través de un estudio de casos, con pacientes que
acudieron a la consulta privada en el grupo pediátrico “Consultorios pediátricos”
durante los meses de marzo a junio de 2012. El grupo de estudio estuvo
conformado por 5 pacientes.
3.1 Etapas de la investigación
3.1.1 Caracterización clínica de los lactantes con antecedente de macrosomía fetal del estudio
a) Los niños que conformaron el grupo de estudio tuvieron las siguientes
características:
Lactantes de 6 a 9 meses de edad.
Con antecedente de macrosomía fetal.
Que no tenían otra patología crónica agregada.
b) Se realizó una revisión de los expedientes de los médicos del grupo
pediátrico “Consultorios Pediátricos”; posteriormente, se seleccionaron
aquellos de los lactantes que tenían antecedente de macrosomía fetal,
entre 6 y 9 meses de edad al momento de realizar el estudio y cuyos
padres o tutores aceptaron asistir a la consulta de nutrición.
c) Los niños que fueron excluidos del estudio fueron los lactantes que no
regresaron a la consulta de seguimiento.
d) Se realizó la evaluación antropométrica de los lactantes que conformaron el
grupo de estudio. Las medidas antropométricas que se tomaron fueron:
peso, longitud, circunferencia cefálica, circunferencia media braquial,
pliegue tricipital. Para lo cual se emplearon las técnicas de medición
22
descritas por Suverza y AHUA en el ABCD de la Evaluación del Estado
Nutricio (Anexo 3).
e) Se determinó el consumo energético y nutrimental de los lactantes que
conformaron el grupo de estudio y se calculó el porcentaje de adecuación,
comparando dicho consumo con sus requerimientos de acuerdo a la edad.
3.1.2 Diseño del esquema de ablactación individualizado para lactantes con antecedente de macrosomía fetal
a) Con base en la revisión bibliográfica se determinó el tipo y la cantidad de
alimentos que debe incluir el esquema de ablactación individualizado, así
como el número de comidas en las que deben ser divididos dichos
alimentos a lo largo del día (12,13,14,15,16,17,18,19, 20, 21).
b) Los horarios de alimentación fueron establecidos para cada niño de manera
individual, tomando en cuenta las horas a las que acostumbraban tomar o
comer algo y sus hábitos de sueño.
c) El esquema diseñado, se adaptó a los gustos y necesidades de cada niño,
específicamente cuando hubo rechazo de algún alimento o cuando se
presentó alguna reacción alérgica.
d) Para la obtención de información sobre los factores que favorecen o
dificultan la adherencia al esquema de ablactación individualizado se diseñó
una guía para hacer una entrevista semiestructurada a las madres de los
pacientes en cada consulta (Anexo 4).
3.1.3 Aplicación del esquema de ablactación individualizado por tres meses
a) Se proporcionó a la madre de cada paciente el esquema de ablactación
individualizado, al mismo tiempo que se le dio una explicación, sobre los
lineamientos para llevarlo a cabo.
b) Los pacientes fueron monitoreados mensualmente en tres consultas
consecutivas para aclarar dudas de las madres, aplicar el registro de
23
consumo de alimentos y determinar la adecuación al esquema de
ablactación individualizado.
c) Se entrevistó a las madres en cada una de las consultas.
3.1.4 Determinación del efecto del esquema de ablactación individualizado para lactantes con antecedente de macrosomía fetal
a) Para determinar los cambios en las variables e interpretar los resultados, se
operacionalizaron las variables adecuación a la dieta –que para fines de este
estudio es el esquema de ablactación individualizado– e índices de la composición
corporal. En las tablas 2 y 3 se muestran ambas operacionalizaciones.
Tabla 2. Operacionalización de la variable adecuación a la dieta
Definición conceptual
La adecuación a la dieta se define como el porcentaje de adecuación entre la calorías y nutrimentos efectivamente consumidos y las requerimientos energéticos y nutrimentales (30).
Definición operacional
Se recolectó la información sobre el consumo de alimentos cada mes en 3 consultas consecutivas
mediante un registro de consumo de alimentos.
A partir de lo que se contestó en el registro de consumo de alimentos, se determinó el cálculo de energía en kilocalorías y de hidratos de carbono, lípidos y proteínas en gramos.
Se determinó el porcentaje de adecuación de energía, hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Dicho porcentaje se calculó comparando lo que consume el paciente contra lo que debería consumir de acuerdo a sus requerimientos energéticos y nutrimentales recomendados (31,32,33).
Indicadores
Clasificación del porcentaje de adecuación a la dieta (34)
Elemento de la dieta
Adecuación a la dieta
Deficiente Adecuado Bueno Exceso
% Energía <67% >67% - 89% 90 -109% >110%
% Hidratos de carbono <67% >67% - 89% 90 -109% >110%
% Lípidos <67% >67% - 89% 90 -109% >110%
% Proteínas <67% >67% - 89% 90 -109% >110%
Escala de Medición
Ordinal (35)
24
Tabla 3. Operacionalización de las variables índices de la composición
corporal
Definición conceptual
índice de masa corporal (IMC). Es la relación existente entre el peso corporal actual y la estatura,
predice la presencia de obesidad en la infancia (36,37).
Índice circunferencia cefálica/edad (ICCE). Es la relación existente entre la circunferencia cefálica y la
edad, indica el riesgo de salud o desarrollo del niño (37).
Índice circunferencia braquial/edad (ICBE). Es la relación existente entre la circunferencia del brazo y la
edad, indica el riesgo de obesidad (37).
Índice pliegue cutáneo tricipital/edad (IPTE). Es la relación existente entre el pliegue cutáneo tricipital y la
edad, indica la cantidad de masa grasa (37).
Definición operacional
Cada mes en 3 consultas consecutivas se tomaron las medidas antropométricas: peso, longitud, circunferencia cefálica, circunferencia media braquial, pliegue tricipital.
A partir de los datos obtenidos del peso y longitud, se calculó el índice de masa corporal (IMC) se ubicó en resultado en las tablas de percentiles y se estableció el diagnóstico. En el caso de los índices de circunferencia cefálica/edad (ICCE), circunferencia braquial/edad (ICBE) y pliegue cutáneo tricipital/edad (IPTE), se ubicó directamente el resultado de la medición en las tablas de percentiles de las respectivas circunferencias y pliegue; y se determinó el diagnóstico (37).
Indicadores (37)
Índice de masa corporal
Percentil Diagnóstico
<5 Bajo peso-desnutrición
≥ 5 - <85 Normal
≥ 85 - <95 Riesgo de obesidad
≥95 Obesidad
Índice circunferencia cefálica/edad
Percentil Diagnóstico
<5 Riesgo de salud o desarrollo
5 - 95 Normal
>95 Riesgo de salud o desarrollo
Índice circunferencia braquial/edad
Percentil Diagnóstico
<5 Riesgo de desnutrición
5 - 95 Normal
>95 Riesgo de obesidad o hipertrofia muscular
25
Posterior a la primera consulta, en la cual se llevó a cabo la caracterización de los
niños que conformaron el grupo de estudio, los niños aisitieron a dos consultas
consecutivas más en donde, en dichas consultas se realizó lo siguiente:
a) Evaluación antropométrica de los lactantes, en donde se determinó peso,
longitud, circunferencia cefálica, circunferencia media braquial y pliegue
tricipital.
b) Determinación de la adherencia al esquema de ablactación.
c) Identificación de los cambios en los índices de la composición corporal de
los niños.
d) Cada caso se construyó con los datos antropométricos y dietéticos que
resultaron de la determinación de peso, longitud, circunferencia cefálica,
circunferencia media braquial y pliegue tricipital; así como de los registros
de alimentos de cada niño y con la información cualitativa que se obtuvo a
partir de las entrevistas que se les realizaron a las madres de los lactactes
del estudio.
La variable de respuesta en esta investigación fue índices de la composición
corporal, misma que se esperaba fuera modificada mediante el esquema de
ablactación individualizado.
Indicadores (continuación)
Índice pliegue cutáneo tricipital/edad
Percentil Diagnóstico
0 - ≤5 Magro-depleción de masa grasa
> 5 - ≤15 Masa grasa abajo del promedio - riesgo
> 15 - ≤75 Masa grasa promedio
>75 - ≤85 Masa grasa arriba del promedio - riesgo
>85 Exceso de masa grasa -obesidad
Escala de Medición
Ordinal (35)
26
3.2 Tipo de estudio
Se trata de un estudio de serie de casos en donde se incorporaron tanto datos
cuantitativos como cualitativos en el proceso de recolección y análisis de la
información (27).
3.3 Aspectos éticos
Para fines de esta investigación, se realizaron evaluaciones de los índices de la
composición corporal y de la dieta a pacientes del grupo pediátrico “Consultorios
pediátricos”; previa autorización del médico que coordina y dirige el grupo, quien
apoyó la realización del estudio.
Asimismo, se solicitó la autorización por escrita y firmada de las madres de los
niños que conformaron el estudio, para hacer uso de la información obtenida en la
investigación; tomando en cuenta que se guardará estricto anonimato de los
datos.
En todo momento durante la investigación, se tomaron en cuenta los aspectos
éticos básicos de respeto a los pacientes y se tuvo cuidado de que no fueran
lastimados de manera innecesaria durante las mediciones antropométricas que se
les tomaron.
Con el propósito de respetar el anonimato de los niños que participaron en el
estudio y de sus madres, los nombres de los pacientes fueron cambiados; de tal
manera que los nombres que aparecen en el apartado de los resultados son
ficticios.
27
CAPÍTULO IV. Resultados
4.1 Características clínicas de los pacientes del estudio
Los resultados de la caracterización inicial de los lactantes con antecedente de
macrosomía del estudio con respecto a los índices de la composición corporal se
presentan a continuación:
La tabla 4 muestra el peso para la edad gestacional que los lactantes del estudio
tuvieron al nacer, se puede observar que todos presentaron un peso superior al
percentil 90 para la edad gestacional, por lo que su diagnóstico es de grande para
la edad de gestación, lo cual significa que todos son niños con antecedente de
macrosomía fetal.
Tabla 4. Peso para la edad gestacional de los lactantes
Lactantes* Peso al nacer (g) Edad de gestación
(semanas)
Daniel 4,400 40
Pedro 3,700 37
Luis 4,000 40
Ana 3,870 39
José 3,930 39
*Con un diagnóstico de grande para la edad gestacional
28
Los resultados del índice de masa corporal de los lactantes en la primera consulta
se muestran en la tabla 5, únicamente Daniel tiene un diagnóstico de obesidad y
Luis de bajo peso, el resto de los lactantes del estudio se encuentra normal con
respecto a este índice, lo que significa que su peso es adecuado para su estatura.
Tabla 5. Índice de masa corporal (IMC) en la primera consulta
Lactantes Edad (meses) IMC
Peso (Kg) / Estatura (m)2
Percentil Diagnóstico
Daniel 6 22.5 >99 Obesidad
Pedro 6 17.2 25-50 Normal
Luis 7 14.5 1-3 Bajo Peso
Ana 6 18.5 75-85 Normal
José 6 18.9 85 Normal
De acuerdo con el índice circunferencia cefálica/edad, todos los lactantes del
estudio tienen un diagnóstico de normal en la primera consulta, lo que quiere decir
29
que su crecimiento cefálico y por lo tanto cerebral, en relación con su edad es
normal, lo cual implica que su desarrollo es normal; dichos resultados se
presentan la tabla 6.
Tabla 6. Índice circunferencia cefálica/edad (ICCE) en la primera consulta
Lactantes Edad (meses) Circunferencia cefálica (cm)
Percentil Diagnóstico
Daniel 6 44.5 75-85 Normal
Pedro 6 43 25-50 Normal
Luis 7 44.7 50-75 Normal
Ana 6 43.4 50-75 Normal
José 6 43 25-50 Normal
En la tabla 7 se presentan los resultados del índice circunferencia braquial/edad
de los lactantes del estudio en la primera consulta, se puede observar que de
acuerdo con este índice Daniel tiene riesgo de obesidad debido a la masa grasa
30
que tiene en el brazo y Luis tiene riesgo de desnutrición ya que la masa grasa de
su brazo se encuentra disminuida. El resto de los lactantes del estudio tienen una
cantidad de masa grasa adecuada para su edad en el brazo.
Tabla 7. Índice circunferencia braquial/edad (ICBE) en la primera consulta
Lactantes* Edad (meses) Circunferencia braquial (cm)
Percentil Diagnóstico
Daniel 6 17 99 Riesgo de Obesidad
Pedro 6 13.5 25-50 Normal
Luis 7 12 1 Riesgo de
desnutrición
Ana 6 12.5 5-15 Normal
José 6 14 25-50 Normal
*Todos con un requerimiento energético de 615 Kcal
Los resultados que los lactantes del estudio presentaron en el índice pliegue
cutáneo tricipital/edad en la primera consulta se muestran en la tabla 8. Daniel y
Pedro tuvieron un diagnóstico de exceso de masa grasa-obesidad lo cual implica
que la cantidad de grasa corporal es superior a la deseada de acuerdo con su
edad. El resto de los lactantes del estudio tuvo un diagnóstico de masa grasa
31
promedio que significa que tienen la cantidad adecuada de grasa corporal en
relación con su edad.
Tabla 8. Índice pliegue cutáneo tricipital/edad (IPTE) en la primera consulta
Lactantes Edad (meses) Pliegue cutáneo tricipital (mm)
Percentil Diagnóstico
Daniel 6 18 >99 Exceso de masa grasa-obesidad
Pedro 6 14.5 97-99 Exceso de masa grasa-obesidad
Luis 7 10 50-75 Masa grasa promedio
Ana 6 8 25 Masa grasa promedio
José 6 9 25-50 Masa grasa promedio
En la tabla 9 se muestran los diagnósticos de los diferentes índices para
determinar composición corporal y estado nutricio en la primera consulta. Se
puede observar que Daniel tiene diagnóstico de obesidad, riesgo de obesidad y
exceso de masa grasa en el índice de masa corporal, el índice circunferencia
braquial/edad y e índice pliegue cutáneo tricipital/edad respectivamente, lo cual
significa que tanto el peso como la masa grasa se encuentran por encima de lo
32
adecuado para su estatura y edad. Sin embargo, el índice circunferencia
cefálica/edad se encuentra dentro del rango normal lo que quiere decir que su
desarrollo cerebral no está comprometido. Pedro tiene un diagnóstico de
normalidad en todos los índices excepto en el índice pliegue cutáneo tricipital –
edad, lo cual significa que el peso para su estatura es correcto pero que su masa
grasa se encuentra elevada para su edad. El caso de Luis es distinto como se
puede observar, el tiene un peso bajo para su estatura de acuerdo con el índice de
masa muscular y riesgo de desnutrición al considerar el índice circunferencia
braquial – edad, sin embargo la masa grasa está dentro del rango. El resto de los
lactantes del estudio se encuentran dentro de la normalidad en todos los índices,
lo que quiere decir que su composición corporal es normal.
Tabla 9. Diagnósticos de los diferentes índices para determinar composición
corporal en la primera consulta
Lactantes Edad
(meses)
Diagnóstico del Índice de Masa Corporal (IMC)
Diagnóstico Índice
circunferencia cefálica/edad
(ICCE)
Diagnóstico Índice
circunferencia braquial/edad
(ICBE)
Diagnóstico Índice pliegue
cutáneo tricipital/edad
(IPTE)
Daniel 6 Obesidad Normal Riesgo de Obesidad
Exceso de masa grasa-
obesidad
Pedro 6 Normal Normal Normal Exceso de
masa grasa-obesidad
Luis 7 Bajo Peso Normal Riesgo de
desnutrición Masa grasa promedio
Ana 6 Normal Normal Normal Masa grasa promedio
José 6 Normal Normal Normal Masa grasa promedio
En relación a las características de la dieta de los lactantes de estudio se encontró
lo siguiente:
33
El requerimiento comparado con el consumo energético en la primera consulta se
presenta en la tabla 10. El requerimiento de todos los lactantes en ese momento
era de 615 Kcal de acuerdo su edad que. Tomando en cuenta dicho
requerimiento, únicamente Daniel tiene un porcentaje de adecuación de 156.1% lo
que corresponde a una calificación de exceso, de acuerdo con la adecuación a la
dieta; esto significa que su consumo energético está por encima de su
requerimiento. Por otro lado, Pedro tiene un porcentaje de adecuación de 64.3%,
lo que significa que su consumo energético es deficiente. El resto de los
integrantes del estudio tienen un consumo energético entre adecuado y bueno lo
que implica que la cantidad de energía que consumen no es muy diferente a la
que deberían de consumir.
Tabla 10. Comparación del requerimiento con consumo energético en la
primera consulta
Lactantes Consumo
energético (Kcal) Porcentaje de
adecuación (%) Adecuación a la
dieta
Daniel 960 156.1 Exceso
Pedro 395.6 64.3 Deficiente
Luis 536.3 87.2 Adecuado
Ana 495 80.5 Adecuado
José 618.8 100.6 Bueno
34
La tabla 11 muestra la comparación del requerimiento de proteínas con el
consumo de las mismas en la primera consulta, en este caso se muestra que
Daniel y Ana tienen un exceso en el consumo de proteínas de acuerdo con el
porcentaje de adecuación, es decir, están consumiendo más de la cantidad que
deberían consumir al día. Por otro lado Pedro tiene un consumo proteico
deficiente, lo que significa que se su consumo está por debajo de lo establecido
para su peso y su edad. Por su parte, Luis y José presentaron un consumo de
adecuado y bueno respectivamente.
Tabla 11. Comparación del requerimiento con el consumo de proteínas en la
primera consulta
Lactantes Requerimiento
proteico (g PRO/Kg/día)
Consumo proteico (g/día)
Porcentaje de adecuación (%)
Adecuación a la dieta
Daniel 14.6 20.2 138.4 Exceso
Pedro 8.6 5.2 60.1 Deficiente
Luis 8.3 7.3 88 Adecuado
Ana 10 15.9 159 Exceso
José 10.6 10.9 102.8 Bueno
35
La comparación del requerimiento con el consumo de lípidos en la primera
consulta se muestra en la tabla 12. Como se puede observar, Daniel y José
presentaron un consumo en exceso de lípidos, con un porcentaje de adecuación
de 248.3% y 122.1% respectivamente. Los demás niños tuvieron un porcentaje de
adecuación adecuado, esto significa que la cantidad de lípidos que están
consumiendo durante el día corresponde con la que deberían de consumir de
acuerdo a su edad.
Tabla 12. Comparación del requerimiento con el consumo de lípidos en la
primera consulta
Lactantes Requerimiento lípidos (g/día)
Consumo lípidos (g/día)
Porcentaje de adecuación (%)
Adecuación a la dieta
Daniel 20.5 50.9 248.3 Exceso
Pedro 23.2 19.2 82.9 Adecuado
Luis 23.2 19.3 83.4 Adecuado
Ana 22.6 16.7 73.9 Adecuado
José 22.6 27.6 122.1 Exceso
36
En la tabla 13 se presenta la comparación del requerimiento con el consumo de
hidratos de carbono en la primera consulta. Puede verse que el único que tiene un
consumo en exceso de hidratos de carbono es Daniel; mientras que por otro lado
Pedro tiene un consumo deficiente, Luis y Ana un consumo adecuado y José un
consumo bueno de este nutrimento.
Tabla 13. Comparación del requerimiento con el consumo de hidratos de
carbono en la primera consulta
Lactantes* Consumo
HCO**(g/día) Porcentaje de
adecuación (%) Adecuación a la
dieta
Daniel 107.5 116.5 Exceso
Pedro 40.9 44.3 Deficiente
Luis 73.3 79.5 Adecuado
Ana 79.9 86.6 Adecuado
José 89.4 96.9 Bueno
**Todos con un requerimiento de hidratos de carbono de 92.3 g/día
*HCO=Hidratos de Carbono
37
4.2 Esquema de ablactación individualizado y entrevista
El esquema de ablactación individualizado para lactantes con antecedente de
macrosomía fetal que resultó del diseño, incluye el número de comidas que deben
realizarse al día, tipo de alimentos, ejemplo de alimentos de cada grupo, cantidad
que debe consumirse al día de cada alimento y la consistencia de los mismos; se
encuentra desglosado por mes. Además, también incluye la distribución de
comidas durante el día con horarios, los cuales se establecieron junto con la
madre de cada lactante de acuerdo con su rutina. En la tabla 14 se muestra el
esquema de ablactación diseñado a partir del cual se hicieron las modificaciones
específicas para cada niño.
Tabla 14. Esquema de ablactación individualizado
Edad meses
Número de
comidas al día
Tipo de alimento
Ejemplo Cantidad al día Consistencia
6 MESES
6 meses
3 a 5 comidas
al día
Verduras Zanahoria, chayote, chícharo, calabaza
1 taza de cualquiera de las verduras indicadas
Puré o papillas
Frutas Plátano, pera, perón,
manzana, papaya, durazno, chabacano
½ plátano o ½ pera o 1 perón o 1 taza de papaya
o 2 duraznos o 2 chabacanos
7 MESES
7 meses
3 a 5 comidas
al día
Verduras
Zanahoria, chayote, chícharo, calabaza,
jitomate, betabel
1 taza de cualquiera de las verduras indicadas
Papillas o
finamente
picado y suave
Frutas
Plátano, pera, perón, manzana, papaya,
durazno, chabacano, mamey, melón, sandía,
uvas, ciruela
½ plátano, ½ taza en el caso del resto de las
frutas
Cereales y Tubérculos
Maíz y sus derivados
como tortillas, cereal o avena o arroz, papa
hervida
½ taza
Alimentos de origen animal
Pollo, pavo, hígado de pollo cocido
1 porción del tamaño de la palma mano (30 g)
38
8 MESES
8 meses
3 a 5 comidas
al día
Verduras
Verdolagas, acelgas, espinacas, flor de calabaza, nopales,
hongos, brócoli, ejotes, pepino, apio, lechuga
1 taza al día
Finamente picado y suave
Frutas
Plátano, pera, perón, manzana, papaya, durazno, ciruela, chabacano, uvas,
cascos de guayaba, mamey, melón, sandía,
uvas, ciruela
1 taza al día
Cereales y tubérculos
Maíz y sus derivados como tortillas, cereal, trigo y sus derivados como y pan, pastas, arroz, galletas, papa
hervida,
Papa: ½ pieza, cereal: ½ taza, pan de caja: 1 rebanada, tortilla: 1
pieza, bolillo: ½ pieza, galletas María o, palitos de pan: 4 piezas, sopa de pasta: ½ taza, arroz:
½ taza
Alimentos de origen animal
Res, ternera, pescado blanco cocido, yema de
huevo cocida
Res, ternera o pescado: 1 porción del tamaño de la palma de la mano (30
g) Yema de huevo: 1 pieza
9 MESES
9 -11 meses
4- 5 comidas
al día
Verduras
Verdolagas, acelgas, espinacas, flor de calabaza, nopales,
hongos, brócoli, ejotes, pepino, apio, lechuga
1 taza al día
Finamente picado y suave
Frutas
Plátano, pera, perón, manzana, papaya, durazno, ciruela, chabacano, uvas,
cascos de guayaba, mamey, melón, sandía,
uvas, ciruela
1 taza al día
Cereales y tubérculos
Maíz y sus derivados como tortillas, cereal, trigo y sus derivados como y pan, pastas, arroz, galletas, papa
hervida,
Papa: ½ pieza, cereal: ½ taza, pan de caja: 1 rebanada, tortilla: 1
pieza, bolillo: ½ pieza, galletas María o, palitos de pan: 4 piezas, sopa de pasta: ½ taza, arroz:
½ taza
Alimentos de origen animal
Res, ternera, pescado blanco cocido, yema de
huevo cocida
Res, ternera o pescado: 1 porción del tamaño de la palma de la mano (30
g) Yema de huevo: 1 pieza
Leguminosas Frijoles, lentejas, alubias, habas,
garbanzos ½ taza al día
Molidos con su
caldo
39
12 MESES
12 meses
5 comidas
al día
Verduras Todas
2 tazas al día
Picados y en pequeños
trozos
Frutas
Plátano, Mango, toronja
1 pieza
Fresa, moras, zarzamoras uvas
1 taza
Melón, papaya, sandía, piña mamey
2 tazas
Mandarina, manzana, perón, naranja, kiwi
2 piezas
Ciruela, durazno,
guayaba, chabacano, tejocote
3 piezas
Cereales y tubérculos
Maíz y sus derivados como tortillas, cereal, trigo y sus derivados como y pan, pastas, arroz, galletas, papa
hervida,
Papa: ½ pieza, cereal: ½ taza, pan de caja: 1 rebanada, tortilla: 1
pieza, bolillo: ½ pieza, galletas María o, palitos de pan: 4 piezas, sopa de pasta: ½ taza, arroz:
½ taza
Alimentos de origen animal
Carnes rojas de todo tipo,
mariscos, queso, huevo entero cocido,
Carnes, mariscos y queso: 2 porciones del
tamaño de la palma de la mano (60 g)
Huevo: 1 pieza
Leguminosas
Frijoles, lentejas, alubias, habas,
garbanzos
½ taza al día
Leche Leche entera de vaca,
yogurt
1 taza
Trago y cucharadas pequeñas
Aceites y grasas
Aceite, crema, mantequilla
1 cucharadita Solo para la
preparación de los alimentos
40
En la tabla 15 se muestra un ejemplo de la manera en que se adaptó a Pedro la
distribución de comidas propuestas en el esquema de ablactación con sus
horarios de alimentación.
Tabla 15. Ejemplo de adaptación de la distribución de comidas propuestas
con los horarios de alimentación
Hora Tipo de alimento y cantidad
6:00 a.m. Leche materna
+ ½ taza de fruta
10:00 a.m. Leche materna
+ ½ taza de verdura
2:00 p.m.
½ taza de verdura +
½ pieza de papa hervida o ½ taza de cereal o 1 rebanada de pan de
caja o 1 tortilla o 4 piezas de galletas María o de palitos de pan
o ½ taza de sopa de pasta o ½ taza arroz
+ 30 g de pollo o res o ternera o
hígado de pollo o res o pescado blanco cocido
6:00 p.m. ½ taza de fruta
10:00 p.m. Leche materna
Asimismo, se diseñó una guía de preguntas relacionadas con la manera en que
las madres alimentan a sus hijos, dicha guía se utilizó para realizar la entrevista
semiestructurada a las madres de los lactantes.
41
4.3 Aplicación del esquema de ablactación individualizado y entrevista
Durante la aplicación del esquema de ablactación individualizado, el monitoreo
mensual en tres consultas consecutivas sirvió para explicar los cambios que mes
con mes se hicieron en el esquema de ablactación individualizado, lo anterior
debido a que se van introduciendo nuevos alimentos. Asimismo, también sirvió
para aclarar las dudas de las madres.
Los resultados de la aplicación de la entrevista semiestructurada a las madres en
la primera consulta se muestran en la tabla 11, en donde se presentan los
principales factores que han favorecido y dificultado el proceso de alimentación del
lactante desde que empezaron a introducirle alimentos diferentes a la leche.
Tabla 16. Factores que favorecen y dificultan el proceso de alimentación del
lactante
Factores que favorecen el proceso de alimentación
Factores que dificultan el proceso de alimentación
Establecimiento de horarios
Conocimiento de los mejores métodos para
preparar los alimentos
Alimentación en casa y en ambientes tranquilos
Disposición de tiempo suficiente para alimentar a
los bebés
Que le madre considere que es fácil la
preparación de las papillas
Identificación de hambre y saciedad
• Desconocimiento acerca de qué, cuánto y a qué hora darle de comer a sus hijos
• Que la madre considere que es complicado preparar papillas
• Que se considere mejor, más fácil y práctico el consumo de alimentos industrializados para lactantes
42
4.4 Efecto del esquema de ablactación individualizado
Caso 1: Daniel
La adecuación a la dieta de Daniel se presenta en la tabla 17, en donde se puede
observar que en la primera consulta tanto el consumo energético, como el de
proteínas, lípidos e hidratos de carbono fue superior con relación a los
requerimientos, lo que generó que la calificación de la adecuación a la dieta fuera
de exceso; esto significa que antes de empezar con el tratamiento dietético el niño
consumía más energía y nutrimentos de los necesarios para su edad. Para la
segunda consulta, el resultado del consumo de energía se mantuvo alto lo que
originó que la adherencia fuera baja; sin embargo el consumo de proteínas, lípidos
e hidratos de carbono, no fue tan diferente al requerimiento y por lo tanto el
resultado de la adecuación a la dieta fue de bueno, lo que significa que hubo una
adherencia alta para el consumo de nutrimentos. Por último, en la tercera
consulta, hubo una buena adecuación a la dieta tanto de la energía como de los
nutrimentos, lo cual quiere decir que en el último mes el consumo de energía y
nutrimentos fue muy similar a lo establecido en el tratamiento nutricio.
Tabla 17. Adecuación a la dieta de Daniel
Parámetro
Primera consulta (6 meses de edad)
Segunda consulta (7 meses de edad)
Tercera consulta (8 meses de edad)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Requerimiento de energía y nutrimentos
615 14.6 20.5 92.3 615 14.4 21.2 92.3 615 14.2 21.8 92.3
Consumo de energía y
nutrimentos 960 20.2 50.9 107.5 685 14.6 23 86.2 582 15 21 90.1
Porcentaje de adecuación (%)
156.1 138.4 248.3 116.5 11.4 98.6 108.4 93.4 94.6 105.6 96.3 97.6
Adecuación a la dieta
EX EX EX EX EX BU BU BU BU BU BU BU
PRO=Proteínas, LIP=Lípidos, HCO=Hidratos de Carbono, EX=Exceso, BU=Bueno, NA=No aplica
43
En la tabla 18 se muestran los valores antropométricos y los diagnósticos que
Daniel obtuvo en cada índice utilizado para determinar el efecto del tratamiento
nutricio sobre los índices de la composición corporal tanto en la primera como en
la segunda y la tercera consulta. Como se puede observar, hubo modificación en
los diagnósticos del índice circunferencia braquial/edad (ICBE) que pasó de riesgo
de obesidad a normal, y en los del índice pliegue cutáneo tricipital/edad (IPTE) que
pasó de exceso de masa grasa – obesidad a masa muscular arriba del promedio;
lo anterior significa que hubo una disminución en la masa grasa del brazo. El
índice circunferencia cefálica/edad (ICCE) se mantuvo igual con un diagnóstico de
normal, lo cual es deseable debido a que implica que el desarrollo cefálico del niño
es normal. Con respecto al diagnóstico del índice de masa corporal (IMC) no hay
cambio, sin embargo, los valores antropométricos del peso con relación a la
estatura disminuyeron en cada consulta, lo que implica que a pesar de que no se
modificó el diagnóstico sí hubo un efecto positivo en dicho indicador.
Tabla 18. Efecto del tratamiento nutricio sobre los índices en la composición
corporal de Daniel
Índices de la composición
corporal
Primera consulta (6 meses de edad)
Segunda consulta (7 meses de edad)
Tercera consulta (8 meses de edad)
Valor antropométrico
Diagnóstico Valor
antropométrico Diagnóstico
Valor antropométrico
Diagnóstico
Índice de Masa
Corporal (IMC)
22.5 Obesidad 21.8 Obesidad 20.9 Obesidad
Índice circunferencia cefálica/edad
(ICCE)
44.5 Normal 44.5 Normal 45.5 Normal
Índice circunferencia braquial/dad
(ICBE)
17 Riesgo de obesidad
16 Normal 16 Normal
Índice pliegue cutáneo
tricipital/edad (IPTE)
18
Exceso de masa grasa-
obesidad
14
Exceso de masa grasa-
obesidad
12
Masa grasa arriba del
promedio - riesgo
Al analizar los resultados tanto de la tabla 17 como de la tabla 18, se observa que
a pesar de que Daniel todavía presenta un diagnóstico de obesidad en el IMC,
44
conforme fue mejorando la adecuación a la dieta, fueron mejorando los resultados
de los otros índices de la composición corporal.
Caso 2: Pedro La tabla 19 muestra la adecuación a la dieta de Pedro en la primera, segunda y
tercera consulta, en donde puede verse que en la primera consulta tanto el
consumo energético, como el de proteínas e hidratos de carbono fue inferior con
respecto a los requerimientos, lo que implica que el resultado del porcentaje de
adecuación fuera de deficiente. Esto significa que antes de iniciar con el
tratamiento dietético el niño tuvo un consumo menor de energía, proteínas e
hidratos de carbono de acuerdo con lo necesario para su edad; por otro lado el
consumo de lípidos fue adecuado. En la segunda consulta, el resultado del
consumo de energía y nutrimentos mejoró y los resultados de la adecuación a la
dieta estuvieron entre adecuado y bueno. En la tercera consulta, los resultados del
porcentaje de adecuación tanto de la energía como de los nutrimentos, se
tradujeron en una buena adecuación a la dieta; esto quiere decir que la cantidad
de energía y nutrimentos que Pedro consumió en esta etapa del estudio fue muy
parecida a la establecida en el esquema de ablactación individualizado.
Tabla 19. Adecuación a la dieta de Pedro
Parámetro
Primera consulta (6 meses de edad)
Segunda consulta (7 meses de edad)
Tercera consulta (8 meses de edad)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía
(Kcal) PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía
(Kcal) PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Requerimiento de energía y nutrimentos
615 8.6 23.2 92.3 615 9 23.2 92.3 615 9.3 19.3 92.3
Consumo de energía y
nutrimentos 395.6 5.2 19.2 40.9 540 8.95 19.3 72.5 567 9 20.7 85
Porcentaje de adecuación (%)
64.3 60.1 82.9 44.3 87.8 99.4 82.9 78.6 92.2 96.8 107.8 92.1
Adecuación a la dieta
DE DE AD DE AD BU AD AD BU BU BU BU
PRO=Proteínas, LIP=Lípidos, HCO=Hidratos de Carbono, DE=Deficiente, AD=Adecuado, BU=Bueno, NA=No aplica
45
Los resultados de los valores antropométricos y los respectivos diagnósticos de
las evaluaciones hechas a Pedro para determinar el efecto del tratamiento nutricio
sobre los índices de la composición corporal en la primera, segunda y tercera
consulta se muestran en la tabla 20. Se puede ver que de la primera consulta a la
tercera todos los índices tuvieron un diagnóstico de normal a excepción del IPTE,
el cual tuvo un diagnóstico de exceso de masa grasa – obesidad en la primera
consulta y se modificó favorablemente a masa grasa arriba del promedio – riesgo,
lo que quiere decir que hubo una disminución en la medida antropométrica del
pliegue cutáneo tricipital que se traduce como una disminución en la masa grasa.
Tabla 20. Efecto del tratamiento nutricio sobre los índices en la composición corporal de Pedro
Índices de la composición
corporal
Primera consulta (6 meses de edad)
Segunda consulta (7 meses de edad)
Tercera consulta (8 meses de edad)
Valor antropométrico
Diagnóstico Valor
antropométrico Diagnóstico
Valor antropométrico
Diagnóstico
Índice de Masa
Corporal (IMC)
17.2 Normal 17.5 Normal 16.9 Normal
Índice circunferencia cefálica/edad
(ICCE)
43 Normal 44.5 Normal 45 Normal
Índice circunferencia braquial/edad
(ICBE)
13.5 Normal 14.5 Normal 14.5 Normal
Índice pliegue cutáneo
tricipital/edad (IPTE)
14.5
Exceso de masa grasa-
obesidad
12
Exceso de masa grasa-
obesidad
10
Masa grasa arriba del promedio-
riesgo
Como se observa en la tabla 19 y 20, la adecuación a la dieta de Pedro fue
mejorando en cada consulta al mismo tiempo que se logró que el diagnóstico del
IPTE, se modificara de exceso de masa grasa-obesidad a masa grasa arriba del
promedio – riesgo.
46
Caso 3. Luis
Los resultados de la adecuación a la dieta de Luis en la primera, segunda y
tercera consulta se presentan en la tabla 21. Se observa que en la primera
consulta el consumo energético y el de nutrimentos con respecto a los
requerimientos no es tan distinto por lo que el resultado del porcentaje de
adecuación fue de adecuado en todos los casos. Esto significa que antes de
empezar con el tratamiento dietético el paciente consumía una cantidad de
energía y nutrimentos bastante similar a la que se recomienda para su edad. En la
segunda consulta, el resultado de la adecuación a la dieta en cuanto a energía fue
bueno, el de proteínas fue excesivo, mientras que el de lípidos e hidratos e
carbono fue adecuado. En la tercera consulta, los resultados del porcentaje de
adecuación tanto de la energía como de los nutrimentos hicieron que la
calificación de la adherencia a la dieta fuera buena lo cual implica que el niño
estuvo consumiendo en esta etapa una cantidad de energía y nutrimentos muy
parecida a lo establecida en el tratamiento nutricio.
Tabla 21. Adecuación a la dieta de Luis
Parámetro
Primera consulta (7 meses de edad)
Segunda consulta (8 meses de edad)
Tercera consulta (9 meses de edad)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Requerimiento de energía y nutrimentos
615 8.3 23.3 92.3 686 8.6 26.7 102.9 686 9.2 26.4 102.9
Consumo de energía y
nutrimentos 536.3 7.3 19.3 73.3 640 10 20.3 87.5 710 10.1 24.3 102.5
Porcentaje de adecuación (%)
87.2 88 83.4 79.5 93.3 116 75.8 85 103.5 109.8 92 99.6
Adecuación a la dieta
AD AD AD AD BU EX AD AD BU BU BU BU
PRO=Proteínas, LIP=Lípidos, HCO=Hidratos de Carbono, AD=Adecuado, BU=Bueno, NA=No Aplica
La tabla 22 presenta los valores antropométricos determinados en las
evaluaciones hechas a Luis en las tres consultas así como sus respectivos
diagnósticos para determinar el efecto en el tratamiento nutricio sobre los índices
47
de la composición corporal. Como se observa el resultado del ICCE fue normal en
todas las ocasiones, lo cual significa que el desarrollo cefálico y por lo tanto
cerebral del menor es normal. Los diagnósticos del IPTE significan que la masa
grasa del niño se mantuvo dentro de los rangos normales. Los resultados
obtenidos en el IMC implican que el peso para la estatura del menor se
encontraba por debajo de lo esperado para su edad en la primera consulta, pero
en la tercera consulta el diagnóstico fue de normal; asimismo, el diagnóstico del
ICBE de riesgo de desnutrición también cambió a normal, lo que implica que hubo
un aumento en la masa muscular del niño.
Tabla 22. Efecto del tratamiento nutricio sobre los índices en la composición
corporal de Luis
Índices de la composición
corporal
Primera consulta (7 meses de edad)
Segunda consulta (8 meses de edad)
Tercera consulta (9 meses de edad)
Valor antropométrico
Diagnóstico Valor
antropométrico Diagnóstico
Valor antropométrico
Diagnóstico
Índice de Masa
Corporal (IMC)
14.5 Bajo peso 15 Bajo peso 15.4 Normal
Índice circunferencia cefálica/edad
(ICCE)
44.7 Normal 45.2 Normal 45.5 Normal
Índice circunferencia braquial/edad
(ICBE)
12 Riesgo de
desnutrición 13 Normal 13 Normal
Índice pliegue cutáneo
tricipital/edad (IPTE)
10 Masa grasa promedio
9.5 Masa grasa promedio
9 Masa grasa promedio
El relacionar los resultados de la tabla 21 y 22 se puede ver que Luis fue
mejorando positivamente su adecuación a la dieta en cada consulta
conjuntamente con sus resultados de los diagnósticos del IMC y el ICBE.
Caso 4. Ana
La adecuación a la dieta de Ana en la primera, segunda y tercera consulta se
presentan en la tabla 23. Se observa que en la primera consulta tanto el consumo
48
energético, como de lípidos e hidratos de carbono fue adecuado con relación a los
requerimientos; mientras que el porcentaje de adecuación de proteínas fue
evaluado como exceso. Esto significa que antes de empezar con el tratamiento
dietético la niña tenía un consumo de energía, lípidos e hidratos de carbono muy
parecido a sus requerimientos, pero su consumo de proteínas era elevado en
comparación con sus necesidades. En la segunda consulta, el resultado del
consumo de proteínas se mantuvo en exceso, mientras que los resultados del
consumo de energía, lípidos e hidratos de carbono estuvieron entre adecuado y
bueno. Por último, en la tercera consulta, los resultados del porcentaje de
adecuación de energía y nutrimentos, hicieron que la adherencia a la dieta fuera
calificada como buena, lo cual quiere decir que en esta etapa del tratamiento, Ana
estuvo comiendo cantidades de energía y nutrimentos muy parecidas a las
establecidas en el esquema de ablactación individualizado.
Tabla 23. Adecuación a la dieta de Ana
Parámetro
Primera consulta (6 meses de edad)
Segunda consulta (7 meses de edad)
Tercera consulta (8 meses de edad)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Requerimiento de energía y nutrimentos
615 10 22.6 92.3 615 9.8 22.6 92.3 615 10.1 22.6 92.3
Consumo de energía y
nutrimentos 495 15.9 16.7 79.9 530 12 17.7 86 590 11 20.7 89.5
Porcentaje de adecuación (%)
80.5 159 73.9 86.6 86.1 122.
4 75.6 93.2 95.9 108 91.5 96.7
Adecuación a la dieta
AD EX AD AD AD EX AD BU BU BU BU BU
PRO=Proteínas, LIP=Lípidos, HCO=Hidratos de Carbono, AD=Adecuado, BU=Bueno, EX=Exceso, NA=No Aplica
En la tabla 24 se muestran los valores antropométricos y resultados de los
diagnósticos de Ana, obtenidos a partir de la evaluación realizada en la primera,
segunda y tercera consulta para determinar el efecto del tratamiento sobre los
49
índices de la composición corporal. Como se puede observar, los diagnósticos de
todos los índices fueron normales a lo largo del estudio, lo cual significa que el
peso para su estatura se encuentra dentro de los rangos deseables, que el
desarrollo cerebral se encuentra normal y que tanto la masa muscular como la
masa grasa están dentro de los parámetros esperados para su edad.
Tabla 24. Efecto del tratamiento nutricio sobre los índices en la composición corporal de Ana
Índices de la composición
corporal
Primera consulta (6 meses de edad)
Segunda consulta (7 meses de edad)
Tercera consulta (8 meses de edad)
Valor antropométrico
Diagnóstico Valor
antropométrico Diagnóstico
Valor antropométrico
Diagnóstico
Índice de Masa
Corporal (IMC)
18.5 Normal 17.4 Normal 18 Normal
Índice circunferencia cefálica/edad
(ICCE)
43.4 Normal 43.5 Normal 44.5 Normal
Índice circunferencia braquial/edad
(ICBE)
12.5 Normal 13 Normal 14 Normal
Índice pliegue cutáneo
tricipital/edad (IPTE)
8 Masa grasa promedio
9 Masa grasa promedio
9 Masa grasa promedio
Como puede verse en las tablas 23 y 24, Ana mejoró su adecuación a la dieta en
cada consulta al mismo tiempo que mantuvo los buenos resultados en los índices
de la composición corporal.
Caso 5. José
La tabla 25 muestra la adecuación a la dieta de José entre la primera, segunda y
tercera consulta, en donde puede verse que en la primera consulta tanto el
consumo energético, como el de lípidos e hidratos de carbono fue muy parecido a
los requerimientos, lo que implica que el resultado de la de adecuación fuera
bueno; en cuanto a las proteínas la calificación la adecuación a la dieta fue de
50
exceso. Esto significa que antes de iniciar con el tratamiento dietético el niño
consumía una cantidad de energía, lípidos e hidratos de carbono muy parecida a
la necesaria para su edad. Tanto en la segunda como en la tercera consulta, todos
los resultados de los porcentajes de adecuación hicieron que la calificación de la
adecuación a la dieta fuera de exceso, lo que quiere que a partir de la segunda
consulta su consumo de energía y nutrimentos estuvo por encima de lo que
necesita para su edad.
Tabla 25. Adecuación a la dieta de José
Parámetro
Primera consulta (6 meses de edad)
Segunda consulta (7 meses de edad)
Tercera consulta (8 meses de edad)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Energía (Kcal)
PRO (g)
LIP (g)
HCO (g)
Requerimiento de energía y nutrimentos
615 10.6 22.6 92.3 615 13.3 21.9 92.3 615 13.4 22.2 92.3
Consumo de energía y
nutrimentos 618.8 10.9 27.6 89.4 771.6 16.5 31.4 111.4 838.8 16.5 30.4 128.2
Porcentaje de adecuación (%)
100.6 102.8 122.1 96.9 125.4 124 143.4 120.8 136.4 123.1 136.9 138.9
Adecuación a la dieta
BU BU EX BU EX EX EX EX EX EX EX EX
PRO=Proteínas, LIP=Lípidos, HCO=Hidratos de Carbono, AD=Adecuado, BU=Bueno, EX=Exceso, NA=No aplica
En la tabla 26 se pueden ver los valores antropométricos y los respectivos
diagnósticos que obtuvo José en la evaluación de la primera, segunda y tercera
consulta para determinar el efecto del tratamiento nutricio en los índices de la
composición corporal. Con respecto al IMC, se observa que los diagnósticos
cambiaron de normal a riesgo de sobrepeso y posteriormente a obesidad, lo cual
significa que el peso con relación a su estatura se incrementó desfavorablemente.
El ICCE se mantuvo con un diagnóstico de normal durante las tres consultas, esto
quiere decir que el desarrollo cefálico es normal. En lo que se refiere al ICBE, el
diagnóstico pasó de normal a riesgo de obesidad y mientras que los resultados del
IPTE cambiaron de masa grasa promedio a exceso de masa grasa - obesidad. Las
51
modificaciones en estos últimos dos índices implican un aumento en la masa
grasa del niño que se relaciona con el aumento de peso que se refleja en el IMC,
como se mencionó anteriormente.
Tabla 26. Efecto del tratamiento nutricio sobre los índices en la composición corporal de José
Índices de la composición
corporal
Primera consulta (6 meses de edad)
Segunda consulta (7 meses de edad)
Tercera consulta (8 meses de edad)
Valor antropométrico
Diagnóstico Valor
antropométrico Diagnóstico
Valor antropométrico
Diagnóstico
Índice de Masa
Corporal (IMC)
18.9 Normal 19.6 Riesgo de Obesidad
21 Obesidad
Índice circunferencia cefálica/edad
(ICCE)
43 Normal 45.3 Normal 45.5 Normal
Índice circunferencia braquial/edad
(ICBE)
14 Normal 15.5 Normal 16.6 Riesgo de Obesidad
Índice pliegue cutáneo
tricipital/edad (IPTE)
9 Masa grasa promedio
11 Masa grasa arriba del promedio
12
Exceso de masa grasa-
obesidad
El análisis de los resultados de las tablas 25 y 26 muestra que la adecuación a la
dieta de José fue empeorando en cada consulta conjuntamente con sus
diagnósticos de los índices de la composición corporal, tanto el IMC como el ICBE
y el IPTE pasaron de normal a obesidad, riesgo de obesidad y exceso de masa
grasa-obesidad.
52
CAPÍTULO V. Discusión de resultados Los resultados obtenidos en la caracterización de la composición corporal de los
lactantes del estudio no coinciden con lo que Zavala-González(5), Valenciano(6) y
Colomer(7) mencionan en sus investigaciones; ellos plantean que existe una
asociación positiva entre la macrosomía fetal y el desarrollo de sobrepeso y
obesidad en la infancia, niñez y la adolescencia. Sin embargo solo uno de los seis
pacientes del estudio ha desarrollado obesidad en la infancia, lo cual no implica
que el resto de los lactantes que forman parte del estudio no tengan el riesgo de
padecer dicha enfermedad en la niñez y la adolescencia.
Es interesante resaltar que el único niño del estudio que al momento de la
ablactación tiene el IMC, el ICCE y el IPTE con diagnósticos de riesgo de
obesidad y obesidad es Daniel, quien es hijo de una madre que tuvo diabetes
gestacional que es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de
macrosomía fetal, pregestacional o gestacional; y que origina que durante el
embarazo se genere un exceso de glucosa fetal e hiperinsulinemia, con la
consecuente adiposidad del feto, por lo tanto el niño nace con un porcentaje de
grasa alto (24, 38). Además, también debe tomarse en cuenta que la obesidad de
inicio temprano es un trastorno crónico y progresivo que no suele presentar
remisión (23).
Lo que las madres refirieron como factores que favorecen el proceso de
alimentación concuerda con lo establecido por la SSA, la OPS y la OMS, dichos
factores son: identificación de hambre y saciedad, establecimiento de horarios,
conocimiento de los mejores métodos para preparar los alimentos, alimentación en
casa y en ambientes tranquilos, disposición de tiempo suficiente para alimentar a
los bebé y facilidad para la preparación de las papillas (12,19,20).
De acuerdo con lo encontrado en el estudio, una buena adecuación al tratamiento
dietético que se traduce en una buena adherencia al mismo, tiene efectos
53
positivos en la disminución del peso y porcentaje de grasa corporal. Estos
resultados eran de esperarse y concuerdan con lo encontrado por González (39)
quien establece que la buena adherencia al tratamiento nutricional en pacientes
en tratamiento dietético para reducir de peso, produce cambios significativos en la
composición corporal.
No se pueden comparar los resultados encontrados en esta investigación con los
de otras, porque de acuerdo con el estado del conocimiento se determinó que no
no existe estudio alguno de este tipo que se haya realizado en lactantes con
antecedente de macrosomía fetal en los últimos años.
54
CAPÍTULO VI. Conclusión
Después de finalizar el estudio, se concluye que el efecto de un esquema de
ablactación individualizado sobre la composición corporal de los lactantes con
antecedente de macrosomía del estudio es positivo en todos los casos donde los
niños tuvieron una buena adecuación a la dieta.
Las características de la mayoría de los lactantes con antecedente de macrosomía
del grupo de estudio no fueron las de un paciente cuya composición corporal
corresponde a la de un niño con obesidad y exceso de masa grasa como se
esperaba al inicio de la investigación.
El consumo energético y de nutrimentos de los niños que conformaron el estudio
al principio de la investigación no era el correcto, por lo que los resultados de la
adecuación al tratamiento dietético de la primera consulta en algunos casos eran
excesivos y en otros deficientes.
A pesar de que los índices en la composición corporal no se modificaron
drásticamente en todos los casos, los niños que iniciaron con diagnósticos de
obesidad o exceso de masa grasa, mejoraron esos diagnósticos, los diagnósticos
de normal se mantuvieron y los de bajo peso o desnutrición mejoraron, en todos
los casos donde la adecuación a la dieta se modificó de deficiente o excesiva a
alta. Por el contrario en el caso en donde la adecuación al tratamiento dietético se
modificó de normal a exceso, los índices de la composición corporal del niño no
solo no mejoraron sino que incluso empeoraron, aumentando su peso y masa
grasa.
Finalmente, la identificación de los factores que facilitan y dificultan la adherencia
al esquema de ablactación, permite que se puedan hacer recomendaciones a las
madres acerca de cómo promover aquellos factores que intervienen positivamente
55
en el proceso y qué hacer para combatir aquellos que lo hacen de manera
negativa.
56
GLOSARIO
Ablactación. La ablactación o alimentación complementaria es el proceso que se
inicia con la introducción gradual y paulatina de alimentos diferentes a la leche
materna a partir de los seis meses de vida, para satisfacer las necesidades
nutrimentales del niño y no necesariamente para destetarlo, hasta integrarlo a la
dieta de su familia (12,13).
Composición corporal. Es la suma de todos los componentes de los cinco
niveles del cuerpo: ómico, molecular, celular, tejidos-órganos y corporal toral (40).
Índice pliegue cutáneo tricipital/edad (IPTE). Es la relación existente entre el
pliegue cutáneo tricipital y la edad, indica la cantidad de masa grasa (37).
Índice de masa corporal (IMC). Es la relación existente entre el peso corporal
actual y la estatura, predice la presencia de obesidad en la infancia (36,37).
Índice circunferencia cefálica/edad (ICCE). es la relación existente entre la
circunferencia cefálica y la edad, indica el riesgo de salud o desarrollo del niño
(37).
Índice circunferencia braquial/edad (ICBE). es la relación existente entre la
circunferencia del brazo y la edad, indica el riesgo de obesidad (37).
Macrosomía fetal. Peso superior al percentil 90 para la edad gestacional (25).
57
REFERENCIAS
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63
ANEXOS
Anexo 1. Estado del conocimiento
Se realizó una búsqueda sistemática en línea, en el área de la Nutrición Clínica y
Pediatría en las revistas arbitradas más importantes. Se utilizaron principalmente
los portales de Redalyc, Medigraphic, doaj y SciElo. Se revisaron un total de 921
artículos publicados entre 1997 y 2011 en las revistas: Archivos Latinoamericanos
de Nutrición, Nutrition and Metabolism, Revista de Investigación Clínica, Salud
Pública de México, Revista de Salud Pública y Nutrición, Nutrición Hospitalaria,
Revista Panamericana de Salud Pública, Revista de Endocrinología y Nutrición,
Revista Chilena de Nutrición, Acta Pediátrica de México, Archivos de Investigación
Materno Infantil, Pediatría de México, The American Journal of Clinical Nutrition,
Revista de Especialidades Médico Quirúrgicas, Revista Mexicana de Pediatría,
Revista del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá y Boletín Médico del Hospital
Infantil de México.
Los descriptores utilizados en la búsqueda fueron: ablactación, lactante, lactante +
sobrepeso, lactante + obesidad, lactante + macrosomía, macrosomía,
macrosómico, alimentación complementaria, infant + obesity, infant feeding
practices, infant feeding patterns y complementary feeding
Como resultado de la búsqueda, se seleccionó únicamente un artículo de
investigación: “Lactancia materna, alimentación complementaria y malnutrición
infantil en los Andes de Bolivia” de Archivos Latinoamericanos de Nutrición. En
dicho estudio se describe el estado nutricio de los niños, edad de inicio y
abandono de la lactancia materna, edad de inicio de la alimentación
complementaria y tipo de alimentos que se introducen (21).
Mediante esta búsqueda se determinó que no existe estudio alguno de este tipo
que se haya realizado en lactantes con antecedente de macrosomía fetal en los
últimos años.
64
Asimismo, se encontró que tampoco hay investigaciones similares realizadas en
lactantes sin antecedente de macrosomía, ya que las que existen en México
únicamente determinan la prervalencia de sobrepeso y obesidad en este grupo de
edad, y las realizadas en otros países describen principalmente factores que
pueden determinar la obesidad en esta esta etapa y en la adolescecia o edad
adulta (8,41,42,43,44).
65
Anexo 2. Esquemas de ablactación
Esquema de Ablactación de la Guía Técnica para la Cartilla Nacional de
Salud (12)
Edad cumplida Alimentos por
introducir Ejemplos de
alimentos Selección y preparación
Frecuencia
0 a 6 meses Lactancia materna
exclusiva
El número de tomas y cantidad por toma, de acuerdo con la edad
A partir de 6 meses
Verduras y frutas
No dar cítricos hasta el año de edad y si
existe antecedente de alergia ofrecerlo
hasta los dos años de edad.
Cereales y tubérculos
Verduras: iniciar con purés de: calabaza, chayote,
zanahoria, chícharo y betabel; continuar con
el resto como verdolagas, acelgas, quelites, espinacas,
flor de calabaza, nopales, jitomate, hongos, lechuga,
aguacate Frutas:
Plátano, ciruela, manzana, pera,
mamey, chicozapote, uvas, chabacano.
Cereales: Maíz, arroz,
amaranto, trigo, avena, centeno,
cebada y sus productos derivados
como tortillas y productos de
nixtamal, cereales industrializados, pan y panes integrales, galletas y pastas
Tubérculos: papa, camote, yuca.
Purés A partir de los ocho
meses, picado finamente
Al inicio, una vez al día durante tres o
cuatro días. Después, una o dos veces al
día.
De 7 a 9 meses Leguminosas y
alimentos de origen animal
Leguminosas: frijol, haba, lenteja,
garbanzo, arveja, alubia y soya.
Carnes: pollo, pavo, ternera,
res, vísceras (hígado), yema de
huevo
Picado finamente
Al inicio, una vez al día durante tres o
cuatro días. Después una o dos veces al
día.
De 10 a 11 meses
Huevo y pescado Se debe introducir si no existen antecedentes familiares de alergia
al alimentos, si es así, introducirlo después de los dos años de
edad
Pescado, huevo entero
Picado finamente y en trozos pequeños
Al inicio, una vez al día durante tres o
cuatro días. Después, una o dos veces al
día.
A partir del año (12 meses)
Cítricos, leche entera y derivados,
aditivos El niño o la niña se incorpora a la dieta
familiar
Frutas: guayaba, marañón, nanche, kiwi, zapote negro,
mango, limón, fresa, mandarina, mora, papaya, toronja, tejocote y melón.
Trozos pequeños
66
Leche y derivados: Leche entera de
vaca, quesos, yogurt. Otros: oleaginosas,
chile, mariscos, chocolate,
condimentos
Esquema de Ablactación de la Norma Oficial Mexicana NOM-043-SSA2-2005,
Servicios básicos de salud. Promoción y educación para la salud en materia
alimentaria. Criterios para brindar orientación (14)
Edad cumplida Alimentos a introducir Selección y preparación
0-4 o 6 meses (0-17 o 16 semanas)
Lactancia materna exclusiva
A partir de 4 o 6 meses (semana 18 o 27)
Verduras y frutas Purés
A partir de los 5 meses (semana 22)
Cereales Papillas
A partir de 6 a 7 meses Leguminosas y carnes Picados
A partir de 8 a 12 meses Lácteos, huevo y pescado Picados y trocitos
Se deben introducir si no existen antecedentes familiares de alergia al momento, si es así, introducirlo después de los 12 meses.
Esquema para la implantación del proceso de ablactación del Primer
Consenso Nacional sobre Alimentación en el Primer Año de Vida (15)
Edad
meses
Alimentos
iniciales Ejemplo Consistencia
Cantidad,
frecuencia y
momento
Observaciones
6
Verduras con
buen contenido
energético y ricas
en vitaminas y
minerales.
Frutas con buen
contenido
energético y
vitamínico.
Zanahoria,
chícharo,
calabaza,
chayote,
jitomate.
Plátano,
pera,
manzana,
papaya,
durazno,
chabacano,
guayaba.
Puré o papillas
Puré o papillas
De 1 a 2 cucharadas
cafeteras.
1 a 2 veces al día.
Proporciónese en la
mañana para formar el
hábito del desayuno.
Continuar con la lactancia
materna o fórmula.
Aumentar paulatinamente
la cantidad y variedad.
Usar verduras localmente
disponibles.
Usar frutas localmente
disponibles. Pueden
proporcionarse cocidas o
crudas, aumentando
paulatinamente la
cantidad y variedad.
67
7
Cereales y
tubérculos, con un
buen aporte
energético y de
micronutrimentos
como hierro, zinc y
vitaminas
Arroz, maíz,
amaranto,
papa,
camote.
Atole, puré o
papillas
Cereal 2 a 4
cucharadas/día.
Verduras 3 o más
cucharadas/día.
Fruta 3 o más
cucharadas/día.
Proporciónese en la
mañana para formar el
hábito del desayuno.
Continuar con la lactancia
materna o fórmula. Los
cereales pueden
mezclarse con la leche y
ofrecerlos en la 1º toma.
Combinar con verduras o
frutas. Aumentar
paulatinamente la
cantidad y variedad.
8
Carnes con un
buen aporte
proteínico, ácidos
grasos saturados
e insaturados,
vitaminas
liposolubles y
minerales.
Yema de huevo
cocida.
Pescado
Pollo (sin
piel), hígado
de pollo, res,
ternera
Molidas o papillas
de carne
Suave
Molido
Carne/yema/pescado
1 a 2 cucharadas/día
Cereal: 4 o más
cucharadas/día
Verduras: 3 o más
cucharadas/día
Frutas: 3 o más
cucharadas/día
Para masticar, una
pieza pequeña de
tortilla, pan o galleta.
Los alimentos que se
den por primera vez,
deben ofrecerse en la
mañana. Los que ya
consuma el niño
deben darse medio
día, para formar el
hábito de la comida.
Continuar con la lactancia
materna o fórmula.
Primero introducir carnes
solas y luego combinadas
con verduras, cereales o
ambos. Los alimentos
que se ofrezcan a los
niños deben tomarse
preferentemente del
menú de la familia.
Aumentar paulatinamente
la cantidad y variedad.
Sólo yema cocida, no dar
la clara.
Pescado bien cocido SIN
espinas y SIN piel.
9
Leguminosas ricas
en nutrimentos
(fibra, cinc).
Cereales de trigo y
avena
Frijol,
lenteja,
haba,
Arvejas
Panes,
sopas de
pasta,
Molidos con su
caldo
Suave
Leguminosas: 1 a 2
cucharadas/día
Cereal: 4 o más
cucharadas /día
Verduras: 3 o más
cucharadas/día
Fruta: 3 o más
cucharadas/día
Carne/yema/pescado
2 o más
cucharadas/día
Para masticar 1 pieza
pequeña de tortilla,
pan galleta u otro
Continuar con la lactancia
materna o fórmula.
Frutas y verduras
finamente picadas
No ofrecer solo el caldo,
dar el grano de las
leguminosas molido y
colado.
Los alimentos que se
ofrezcan a los niños
deben tomarse
preferentemente del
menú de la familia.
Aumentar paulatinamente
la cantidad, variedad y
combinaciones de
alimentos.
68
galletas,
pasta, avena
alimento.
Los alimentos que se
den por primera vez,
se darán en la
mañana. Los que ya
consuma el niño, a
medio día, para formar
el hábito de la comida.
Continuar con la lactancia
materna o fórmula.
Combina cereales con
leche, frutas o con
ambos.
12
Integración de
todos los grupos
de alimentos
Huevo
entero,
carnes rojas
de todo tipo
Picados
Trocitos
Cereal ¼ taza/día
Verduras ¼ taza /día
Fruta ½ taza/día
Para masticar: 2
piezas pequeñas de
tortillas, pan, galleta u
otro alimento. Se dan
los alimentos en el
desayuno, la comida,
la cena y dos
colaciones.
Continuar con la lactancia
materna y a demanda.
Aumentar paulatinamente
la variedad de frutas,
verduras, cereales y
leguminosas.
Procurar la combinación
para aumentar su
sinergismo nutricio.
Los alimentos que se
ofrezcan a los niños
deben tomarse
preferentemente del
menú de la familia.
Esquema de Ablactación del Manual de dietas normales y terapéuticas, los
alimentos en la salud y en la enfermedad (16)
Edad Meses
Grupo Alimentos
Ejemplo Presentación
0 a 6 Lactancia materna exclusiva
6
Verduras y frutas
Cereales
Chayote, calabaza, zanahoria Manzana, plátano, papaya, pera, perón
Cereal precocido de arroz y maíz con hierro
Purés, papillas, picados finos
Dar: 1 a 2 veces por día
7
Verduras y frutas
Cereales
Leguminosas AOA
Betabel, jitomate, tomate Ciruela, durazno, jícama, mango, melón, sandía
Cereales de trigo, avena, tortilla, pan, galletas, pastas,
papa, camote, yuca
Frijol, garbanzo, lenteja, haba, chícharo Pollo, hígado, pavo
Picados Dar: 2 a 3 veces por día
8,9
Verduras y frutas
Cereales
Leguminosas AOA
Guayaba, piña Espinacas, acelgas, ejotes, nopales, pepino, apio,
brócoli Todos
Frijol, garbanzo, lenteja, haba, chícharo Res, ternera
Trozo y taza
Dar: 3 veces por día
10 11 12
Queso, yogur, crema, margarina, huevo cocido
Dieta familiar, leche entera, pescado
Trozo y taza: Jugos
Dar: 4 veces por día
Alimentos de origen animal
69
Introducción de Alimentos complementarios durante el primer año de vida 1
(17)
Edad Alimento Selección y preparación Frecuencia
0-4 o 6 meses en forma
exclusiva. A partir de
entonces combinados
con alimentación
complementaria
adecuada
Leche humana y/o fórmulas
lácteas
El número de timas y
cantidad por toma, de
acuerdo con la demanda
A partir de los cuatro y
de preferencia de los
seis meses
Frutas (pera, manzana,
durazno, plátano, papaya,
mango, ciruela)
Frutas mezcladas con un
poco de leche o agua para
dar consistencia de puré
Cinco a siete
Verduras (calabacita, chayote,
zanahoria, acelgas,
espinacas, etc.) Después
otras verduras.
Tubérculos (papa, camote).
Cereales cocidos o precocidos
(arroz, avena, maíz)
Purés de verduras cocidas;
rallados con cuchara.
Mezclados con un poco de
caldo para dar consistencia
de puré.
Cocidos en purés
Al inicio, 1 vez por día por 3
o 4 días
Después 1 – 2 veces al día
Al inicio, 1 vez al día por 3 o
4 días
Después 2 – 3 veces al día
A partir de los seis a
siete meses
Leguminosas (frijol, haba,
lentejas, garbanzo, chícharo),
carnes (pollo, pavo, ternera,
res) y yema de huevo, tortilla
Cocidos y colados
Al inicio una vez al día por 3
o 4 días
Después 1 – 2 veces al día
A partir de ocho a 12
meses
Derivados de trigo (pan,
galletas) huevo entero y
pescado
Picados y en trocitos si ya
tiene más de seis dientes
Al inicio, 1 vez al día por 3 o
4 días
Después 1 – 2 veces al día
Después de los 12
meses Incorporar a la dieta familiar 2
1 La secuencia puede modificarse de acuerdo a cada cultura o región. A excepción de los alimentos alergénicos.
2 Leche entera de vaca y derivados, oleaginosas (semillas como cacahuate nuez, pistache), moras (fresa, zarzamora), kiwi.
Los mariscos, chocolate, condimentos, aditivos y chile sería preferible retardarlos hasta los dos años.
70
Anexo 3. Técnicas de medición de las medidas antropométricas
Peso
Se desviste al niño, se le levanta tomándolo de los tobillos con la menos derecha,
uno de cuyos dedos se coloca entre los miembros inferiores del pequeño, mientras
la mano izquierda se sitúa debajo de los hombros y en el dorso del niño,
extendiendo los dedos alrededor del cuello y del occipucio. Se coloca al niño en el
platillo de la báscula, manteniendo la mano izquierda encima de él, pero sin tocar
su cuerpo. Con la otra mano se maneja el pesabebés. Se debe procurar pesar al
niño siempre a la misma hora y con un pañal de peso conocido o, en su defecto,
sin pañal. La aproximación de la lectura se lleva a decigramos. El coeficiente de
variación aceptado es de 100 gramos. (37)
Longitud
En niños menores de un metro se toma la longitud en decúbito dorsal, para ello se
emplea un infantómetro. En estos casos, la medición la realizan por fuerza dos
personas. Se coloca al niños de preferencia desnudo sobre el eje longitudinal del
infantómetro y se sostiene su cabeza firmemente, de modo que el vértex entre en
contacto con la plancha cefálica del aparato y el plano de Frankfort (línea
imaginaria que une el borde superior del conducto auditivo externo con el borde
inferior de la órbita del ojo) esté en posición perpendicular a la mesa. Se sujeta al
niño por las rodillas, usando para ello la mano izquierda, a fin de evitar que el
pequeño flexione o bascule el tronco; con la mano derecha se moviliza la plancha
podálica hasta que quede en contacto con las plantas de los pies del niño, las
cuales estarán colocadas en ángulo recto. A continuación se realiza la lectura,
aproximándola a milímetros. Se acepta una variación de dos milímetros (37).
Circunferencia cefálica
La medición se realiza estando el sujeto en decúbito dorsal. Antes de proceder se
debe tener cuidado de que no existan peinado o adornos que entorpezcan la
71
evaluación, se hace pasar una cinta métrica por el occipucio y la glabela, a fin de
obtener el perímetro máximo, manteniendo la cinta lo suficientemente tensa como
para comprimir el cabello sobre el cráneo. La aproximación se hace en milímetros
y el error técnico no debe ser de más de un milímetro. La medición se realiza por
duplicado (37).
Perímetro del brazo
Con el brazo relajado al costado del cuerpo y la palma de la mano al lado del
muslo, se coloca la cinta métrica a la mitad de la distancia entre el acromion y el
olecranon. A diferencia del perímetro cefálico, la cinta debe quedar bien ajustada
sin comprimir demasiado, se toma la lectura al 0.1 centímetro más cercano. Se
recomienda que la persona use ropa sin mangas o se descubra el brazo para
realizar la medición (37).
Panículo adiposo tricipital
Se mide en la cara posterior del brazo izquierdo, a nivel del punto medio entre el
acromion del omóplato y la cabeza del radio. El punto se marca con el brazo
flexionado 90 grados por el codo y con la palma de la mano orientada hacia la
parte anterior del cuerpo. En general, se considera indistinto si la medición se
realiza en el lado izquierdo o derecho del cuerpo, pero se recomienda seleccionar
uno de los lados y efectuar las mediciones en ese lado de manera sistemática
(37).
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Anexo 4. Guía de entrevista semiestructurada
Primera entrevista ¿Cómo le está yendo con la alimentación de su bebé? ¿Quién alimenta generalmente a su bebé? ¿Cómo se da cuenta de que tiene hambre? ¿Cómo sabe que ya no tiene hambre? ¿Qué hace si no quiere comer? ¿Qué hace si rechaza algún alimento? ¿En dónde le da de comer generalmente a su bebé? ¿Cómo es el ambiente dónde come? ¿Quién prepara generalmente los alimentos que le dan a su bebé? ¿Cómo los prepara? ¿En qué circunstancias come bien? ¿Cree que alimenta correctamente a su bebé? Segunda entrevista ¿Siguió el plan de alimentación que le dimos para su bebé? ¿Por qué? ¿Qué le gustó del esquema? ¿Qué no le gustó del esquema? ¿Qué fue lo más fácil del esquema de alimentación que le dimos para su bebé? ¿Qué fue lo más difícil del esquema de alimentación que le dimos para su bebé? ¿Hubo algo que facilitara que lo llevara a cabo? ¿Hubo algo que impidiera que lo llevara a cabo?
Tercera entrevista ¿Siguió el plan de alimentación que le dimos para su bebé? ¿Por qué? ¿Qué fue lo más fácil del esquema de alimentación que le dimos para su bebé? ¿Qué fue lo más difícil del esquema de alimentación que le dimos para su bebé? ¿Hubo algo que facilitara que lo llevara a cabo? ¿Hubo algo que impidiera que lo llevara a cabo?
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