Carla Corral Calonge
Ivan Santolalla Arnedo
Escuela Universitaria de Enfermería
Grado en Enfermería
2017-2018
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
Eficacia de la contención verbal en la agitación psicomotriz
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2018
publicaciones.unirioja.esE-mail: [email protected]
Eficacia de la contención verbal en la agitación psicomotriz, trabajo fin de gradode Carla Corral Calonge, dirigido por Ivan Santolalla Arnedo (publicado por la Universidad
de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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UNIVERSIDAD DE LA RIOJA
ESCUELA UNIVERSITARIA DE ENFERMERÍA “ANTONIO COELLO CUADRADO”
TRABAJO FIN DE GRADO
“EFICACIA DE LA CONTENCIÓN VERBAL EN LA
AGITACIÓN PSICOMOTRIZ”
“Verbal restraint effectiveness on psychomotor
agitation”
CARLA CORRAL CALONGE
TUTOR: Iván Santolalla Arnedo
Logroño, 12 de junio de 2018
2ª convocatoria
2
1. ÍNDICE
1. ÍNDICE .................................................................................................................................... 2
2. RESUMEN .............................................................................................................................. 3
3. PALABRAS CLAVE ................................................................................................................... 3
4. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 4
JUSTIFICACIÓN ........................................................................................................................ 12
OBJETIVOS ............................................................................................................................... 12
5. DESARROLLO ....................................................................................................................... 13
METODOLOGÍA........................................................................................................................ 13
RESULTADOS ........................................................................................................................... 19
6. CONCLUSIONES ................................................................................................................... 26
7. BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 28
8. COMPETENCIAS ................................................................................................................... 33
9. AGRADECIMIENTOS ............................................................................................................. 34
3
2. RESUMEN
La agitación psicomotriz es un síndrome caracterizado por una inadecuada actividad
motora acompañada de alteraciones vegetativas, psíquicas y emocionales. Puede
desarrollarse tanto en pacientes psiquiátricos como no psiquiátricos con diferentes
etiologías de base, ocasionando problemas graves para la salud y seguridad del propio
paciente, de los profesionales que lo atienden y de su entorno. Para actuar ante estas
situaciones de emergencia sanitaria, se necesitan unas herramientas, intervenciones y
cuidados de enfermería capaces de contener la crisis evitando su progresión. La
contención verbal es una de las primeras intervenciones utilizadas con ese objetivo.
El presente trabajo pretende valorar la eficacia de la intervención enfermera de
contención verbal en la agitación psicomotriz. Para ello, se realiza una revisión
bibliográfica que analiza la literatura científica, guías de práctica clínica y protocolos que
abordan este tema.
Los resultados encontrados evidencian que la contención verbal es eficaz en la
prevención y control de la agitación psicomotriz ya que la reduce, estabiliza al paciente,
disminuye el miedo, la ansiedad y la agresividad, minimiza los efectos secundarios y
permite una buena aplicación práctica cuando se lleva a cabo por personal capacitado.
SUMMARY
Psychomotor agitation is a syndrome characterized by an inappropriate motoric function
accompanied by vegetative, psychic and emotional disturbances. It may develop both
on psychiatric and non-psychiatric patients suffering from different base etiologies,
causing severe health and safety problems to patients, medical staff and their habitat.
To be able to act on these health emergency situations, some appliances, supervision
and nursing care are essential so that nervous breakdowns and their progression can be
restrained. Verbal restraint is one of the first steps for that purpose.
This essay tries to value the nursing care effectiveness at speaking restraint on
psychomotor agitation. To do this, bibliography on scientific literature, clinical practice
guidebooks and protocols on this topic have been reviewed.
The results reached on this survey prove that verbal restraint is efficient on psychomotor
agitation precaution and control, as it reduces it, stabilizes patients, diminishes their
fears, anxiety and aggressiveness, minimizes side effects and allows a good practical
application when carried out by full qualified staff.
3. PALABRAS CLAVE
Agitación psicomotriz, contención verbal, intervención enfermera.
KEY WORDS
Psychomotor agitation, verbal restraint, nursing care.
4
4. INTRODUCCIÓN
Agitación psicomotriz
La agitación psicomotriz es un síndrome, es decir, abarca un conjunto de signos y
síntomas psíquicos y físicos, englobado dentro de los trastornos de conducta. Se
caracteriza por un aumento de mayor o menor grado o una inadecuada actividad motora
del individuo acompañado de alteraciones emocionales. Esta hiperactividad motora
resulta incomprensible para el observador debido a que se produce sin intencionalidad
por parte del paciente y fuera del contexto situacional. Además, la hiperactividad puede
derivar en conductas repetitivas e improductivas como pueden ser la aparición de gestos
exagerados, la incapacidad de permaneces quieto, calmado o sentado, la elevación del
tono de voz, así como la aparición de unas emociones intensas como son la angustia,
la irritabilidad, la ansiedad, la hostilidad, la euforia o el pánico. En muchos casos puede
asociarse a estados y manifestaciones de agresividad tanto verbal, en forma de insultos
o amenazas, como en forma de agresiones a él mismo o a personas ajenas al paciente
[1].
En referencia a esta agresividad debemos diferenciar al paciente agitado del paciente
violento siendo la principal diferencia que en este último existe intencionalidad. No
obstante, no son cuadros excluyentes puesto que un paciente con agitación psicomotriz
puede presentar agresividad o violencia y un paciente violento puede presentar un
cuadro de agitación asociado [2].
Respecto a su prevalencia, en el Departamento de Emergencia del Instituto Nacional de
Salud Mental “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi” ubicado en Perú, se registraron a lo
largo del año 2011 un total de 530 episodios de agitación psicomotriz o de conducta
agresiva, representando un 9,4% de todas las intervenciones durante dicho intervalo de
tiempo. Este dato es muy similar al de datos epidemiológicos de otros países como es
el caso de España y EE. UU. en los que la agitación psicomotriz supone el 10% de las
urgencias psiquiátricas registradas [3,4].
La etiología de la agitación psicomotriz es diversa, podemos diferenciar entre [1,3]:
- Causas de origen psiquiátrico: la agitación no se acompaña de una alteración de
la conciencia y no suele aparecer desorientación en tiempo o espacio, además
la fluctuación en el episodio de agitación suele ser mínima. Suelen caracterizarse
por la aparición de alucinaciones principalmente auditivas, ideación delirante de
perjuicio o megalomaníaca, trastornos a nivel afectivo y anímico, elevación en el
tono de voz llegando incluso a hablar a gritos, discurso verborreico o disgregado.
Dentro de las causas psiquiátricas hemos de distinguir entre las psicóticas en las
que hay una ruptura con la realidad (trastorno bipolar, trastorno esquizoafectivo
y esquizofrenia) y las no psicóticas (demencia, retraso mental, trastornos de la
personalidad, crisis de angustia o de histeria).
- Causas de origen orgánico: pueden ser metabólicas, tóxicas o neurológicas. En
este grupo destaca por su frecuencia el Delirium. Se sospechará cuando el
cuadro se instaure de forma aguda o subaguda, en pacientes sin antecedentes
5
psiquiátricos previos y de avanzada edad. Existirá alteración en el nivel de
conciencia, orientación temporoespacial alterada, estado de confusión,
incoherencias en el discurso y marcha inestable. Además, pueden aparecer
ideaciones, delirios y alucinaciones visuales. También podremos encontrar
signos en la exploración física como la aparición de fiebre, ritmo cardiaco
elevado o disminuido, sudoración, temblor, alteraciones neurológicas y factores
analíticos alterados, etc. Suelen darse estados de calma alternados con
episodios de agitación.
- Causas situacionales o reactivas: en respuesta a situaciones de estrés agudo
(duelo, catástrofes o desconexiones ambientales).
Al igual que sus causas, los factores de riesgo de un estado de agitación son muy
variables, distinguiremos [1,3]:
- Factores demográficos:
-
• Se da de forma más frecuente en pacientes de sexo masculino, aunque las
mujeres son más susceptibles a la autoagresión.
• El rango de edad predominante se centra entre los 15 y los 30 años.
• Aparece de forma más habitual en personas cuyo estado civil es soltero/a.
• Personas con un nivel socioeconómico bajo o en situación de desempleo
reciente.
• Frecuente en pacientes procedentes de familias desestructuradas y/o con
existencia de antecedentes familiares relacionados con el alcoholismo y las
conductas agresivas.
- Factores clínicos:
-
• Se relaciona con un aumento del riesgo de presentar un episodio de agitación
el hecho de haber padecido uno con anterioridad.
• Mayor probabilidad de padecer un cuadro de agitación en aquellos pacientes
con un diagnóstico médico de esquizofrenia, epilepsia, demencia, retraso
mental o abuso de sustancias.
• Existencia de sintomatología psicótica, delusiones paranoides,
alucinaciones, personalidad disocial.
• Personalidad disocial.
• Rasgos de personalidad antisocial o borderline.
• Incumplimiento o baja adherencia terapéutica.
- Factores interpersonales o contextuales:
-
• La mitad de los cuadros de agitación psicomotriz se dan durante los primeros
7 días de ingreso.
• Es más habitual en pacientes con ingreso involuntario.
• Pueden influir en que se desencadene un cuadro de agitación los conflictos
con otros pacientes y con los profesionales.
6
• Ser ingresados en unidades mal estructuradas, con exceso de pacientes y
mal adaptadas.
• La frustración del paciente ante un trato demasiado intrusivo o distante.
- Factores personales:
-
• Mecanismos de adaptación y afrontamiento.
• Habilidades de comunicación y de relacionarse.
Otro de los aspectos a tener muy en cuenta para poder prevenir y controlar la aparición
de un cuadro de agitación psicomotriz es la valoración de la existencia de signos
prodrómicos, es decir, las primeras manifestaciones del síndrome que nos pueden hacer
sospechar que el paciente se encuentra al borde de desarrollar un cuadro de agitación
psicomotriz. Algunos de los signos y síntomas que podemos encontrarnos son [5,6]:
- Aumento de la actividad motora, inquietud y paseos contantes.
- Contacto visual prolongado, tensión facial y expresión de enfado.
- Conducta irritada, intranquila.
- Labilidad en las emociones.
- Aumento de la ansiedad (bradicardia, taquipnea, taquicardia, hipertensión,
dilatación pupilar, jadeo, etc.)
- Rubicundez o palidez.
- Tono de voz elevado, uso de lenguaje inapropiado u hostil, amenazas, insultos.
- Rechazar la comunicación, mutismo.
- Presencia de alucinaciones de naturaleza violenta y/o pensamientos extraños.
- Disminución en la concentración.
- Conflictos con otros pacientes o con los profesionales.
- Aparición de gestos agresivos.
- Invadir el espacio personal del profesional o del resto de pacientes.
- Cambios de conducta de manera súbita.
El estado de agitación en algunas ocasiones progresa en una conducta violenta, es
importante, por tanto, reconocer algunas señales de violencia que nos ayuden a prevenir
su progresión [5]:
• Señales de inicio de violencia: hablar más rápido, subir el volumen de la voz, ser
sarcástico, utilizar un lenguaje grosero, deambular constantemente, señalar con
el dedo, apretar la mandíbula, apretar cualquier objeto con las manos, mantener
una mirada desafiante y una actitud altiva.
• Señales de violencia inminente: cerrar los puños y mostrarlos, agitar el puño,
golpearse la palma de la mano con el puño, adoptar posición de ataque, expandir
el tórax y ensanchar los hombros, buscar objetos que puedan usarse como arma,
fijar la mirada en una persona u objeto.
Este síndrome puede darse en todo tipo de pacientes (no sólo en pacientes
psiquiátricos) y en gran diversidad de situaciones, hecho que supone en muchos casos
7
una situación de estrés e inseguridad tanto para el paciente como para su entorno y el
personal que tiene que enfrentar esa situación. Tal y como exponen M.ª Jesús García
Álvarez y Rosendo Bugarín González en su artículo “Agitación psicomotriz”, se trata de
una urgencia médica, por lo que la actuación frente a ella debe ser lo más temprana
posible. Como afirma Ricardo Teijeiro (“la frontera entre un paciente agitado y un
paciente agresivo es como el viento: no se percibe hasta que se siente”), emergencia
en el ámbito psiquiátrico se define como una situación extrema en la que puede darse
una agresión directa o indirecta, hetero o autoinfligida como síntoma principal que debe
controlarse con el fin de evitar consecuencias no deseables. Un cuadro de agitación
psicomotriz se considera una emergencia y por tanto requiere de una actuación
inmediata [7–9].
Los episodios con violencia o agresión se producen principalmente a causa de pacientes
sin trastornos mentales definidos u orgánicos, motivados por una infinidad de factores
que los desencadenan que en muchos casos son de índole no sanitaria. Un episodio de
agresión se divide en cinco fases [8]:
- Desencadenamiento: se da el acontecimiento generador de estrés y se produce
ira, miedo y ansiedad. Se produce un fallo en las estrategias de afrontamiento,
siendo inadecuadas o desproporcionadas.
- Ascenso: existe ineficacia en el control de la situación, provocando un estado de
frustración en el que aumenta la ira. Es importante la actuación en esta fase para
evitar un acto de violencia.
- Crisis: se genera un estallido físico y emocional que puede derivar en un acto o
conducta agresiva. Se produce una pérdida de colaboración por parte del
paciente, debiendo mantener una postura de calma para intentar evitar la
escalada de violencia y con ello poder mantener la seguridad del paciente y de
su entorno.
- Recuperación: fase inmediatamente posterior a la crisis o explosión, de
enfriamiento. El paciente va recuperando la calma de forma progresiva,
adoptando respuestas emocionales adecuadas.
- Postcrisis o depresión: etapa en la que se producen intentos de reconciliación y
afloran sentimientos de culpabilidad. Conducta excesivamente cariñosa y
complaciente por parte del paciente.
Los episodios de agitación psicomotriz no suelen instaurarse de forma súbita (salvo
raras excepciones con etiología de carácter orgánico), sino que se presentan
paulatinamente, por lo tanto, lo recomendable es identificarlos y controlarlos desde que
comienzan a aparecer para poder evitar las complicaciones y el desgaste que supone
en el paciente, en su entorno y en los profesionales que lo asisten [8].
8
Intervención enfermera en la agitación psicomotriz
Para evitar o afrontar esas situaciones de estrés es necesario tener presentes unas
herramientas, intervenciones y pautas básicas para poder controlarlas, e incluso
prevenirlas, actuando en sus fases más primarias impidiendo la progresión del estado
de agitación. En base a ello es imprescindible que para facilitar la correcta actuación de
los profesionales existan protocolos hospitalarios o guías de práctica clínica [10].
Como enfermeros, tenemos un papel fundamental ante estas situaciones. Para poder
intervenir necesitamos elaborar un Proceso de Atención de Enfermería, que comprende
las siguientes fases: valoración, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación [10].
La valoración enfermera es un punto clave para conocer el estado del paciente, se
recogerán datos sobre él y se analizarán, mediante los Patrones Funcionales de Marjory
Gordon y el modelo de 14 Necesidades de Virginia Henderson, las posibles alteraciones
que pueda presentar, así como los puntos, actitudes y aptitudes a reforzar [11,12].
Establecer unos diagnósticos enfermeros favorece la estandarización, identificación y
clasificación de los problemas o alteraciones encontrados en el proceso de valoración.
Para elaborarlos en un lenguaje común se utiliza la Taxonomía NANDA (Nort American
Nursing Diagnosis Association). Cada diagnóstico NANDA tiene asociados unos
criterios de resultado NOC (Nursing Outcomes Classification) y, a su vez, cada NOC se
asocia con unas intervenciones NIC (Nursing Interventions Classification) que engloban
actividades para poder alcanzar los objetivos del PAE [11,12].
Los principales diagnósticos NANDA que se relacionan con la agitación psicomotriz son:
riesgo de violencia dirigida a otros, riesgo de violencia autodirigida, alteraciones senso-
perceptivas, alteración de los procesos del pensamiento y ansiedad [13].
Tras detectar los problemas en la valoración y establecer los diagnósticos NANDA, se
lleva a cabo la etapa de planificación, en la que se determina el Plan de Cuidados que
se aplicarán en la fase de ejecución para evitar, reducir o solucionar los problemas de
salud [11,12].
Por último y para acabar el PAE se llevará a cabo la fase de evaluación en la que se
compara de forma planificada anteriormente el estado de salud del paciente respecto a
los objetivos que se habían planteado [11,12].
Como herramientas para la valoración del paciente que puede presentar agitación
psicomotriz encontramos varias escalas que nos permiten intervenir adecuadamente,
analizando no tanto la agitación en sí como sus signos y síntomas. Algunas escalas
utilizadas son las siguientes [14,15]:
La Escala de Comportamiento Agitado de Corrigan (ABS, Agitated Beharvior Scale) que
se creó para evaluar la agitación en aquellos pacientes que habían sufrido un
traumatismo encefálico pero que se usa habitualmente para obtener información en
pacientes en estado de agitación psicomotriz, mide objetivamente el nivel de agitación
utilizando 14 variables que se agrupan en 3 factores (desinhibición, agresividad y
9
labilidad). Se puntúa mediante una escala de 4 grados de intensidad, correspondiendo
1 a la ausencia de ese ítem y 4 a la presencia de el ítem en grado extremo. Para
interpretarla se tendrá en cuenta la puntuación total, resultado de la suma de la
puntuación (del 1 al 4) dada en cada ítem, y la puntuación en cada uno de los tres
factores. De esta manera se determina que a mayor puntuación obtenida mayor es el
nivel de agitación.
A su vez, la Escala de Valoración de la Actividad Conductual (BARS, Behavioural
Activity Rating Scale) que surgió para analizar los efectos de un nuevo antipsicótico,
utiliza 7 niveles de activación (difícil o incapaz de despertar; dormido pero responde
normalmente; somnoliento, parece sedado; despierto y tranquilo; signos de franca
actividad física o verbal, se puede calmar; actividad extrema o continua pero no requiere
contención; violento, requiere contención).
La Subescala de Excitación de la Escala PANSS (PANSS EC) basa su evaluación en
cinco factores (pobre control de impulsos, tensión motora, hostilidad, falta de
colaboración, excitación) que se puntúan del 1 al 5 simbolizando el primero la ausencia
del factor y el último la presencia extrema de dicho factor. El resultado depende de la
suma de las puntuaciones adjudicadas a cada factor.
Por otro lado, la Escala de Agresividad Manifiesta (OAS, Overt Agression Scale) mide 4
tipos de agresividad (verbal, física contra uno mismo, física contra objetos y física contra
otras personas). Cada tipo se evalúa a su vez desde dos perspectivas, según su
gravedad y según su frecuencia. La gravedad se puntúa del 1 al 5, sin agresividad y
gravedad extrema, respectivamente. En cambio, la frecuencia se valora abiertamente
de forma que se indique cuántas veces se han presentado conductas referidas al nivel
de gravedad en el mes previo (este período temporal puede variar según el criterio del
entrevistador). La puntuación global se obtiene sumando las puntuaciones de los
diferentes tipos, a mayor puntuación la gravedad es mayor.
La Escala de Riesgo de Violencia de Plutchik mide basándose en 12 ítems, de los cuales
los 9 primeros se refieren a conductas agresivas, puntuándose del 1 al 3. Los ítems 10-
11 hacen referencia a la presencia de antecedentes delictivos. El ítem 12 refleja la
existencia de armas, que se puntúa del 0 al 1. La puntuación oscilará entre 0 y 34.
Por último, la Escala Breve de Evaluación Psiquiátrica (BPRS, Brief Psychiatric Rating
Scale) se basa a los datos obtenidos en la entrevista clínica y mediante la observación
del paciente. Se aplica mediante una entrevista semiestructurada en unos 20-30
minutos. Actualmente se emplean 18 ítems (originariamente eran 16), aunque la versión
ampliada contiene 24 ítems. Cada uno de ellos (en la de 18 ítems) se puntúa del 0 al 4,
siento 0 la ausencia de síntomas y 4 su presencia extrema. Se obtienen puntuaciones
en relación con síntomas negativos y síntomas positivos además de una puntuación
global.
Como enfermeros, el objetivo de nuestra intervención ante un paciente agitado es el de
prevenir esa agitación y su progresión, evitando con ello un posible cuadro de
agresividad y de violencia, controlando la conducta del paciente. Para ello [8]:
10
- Se valorarán los riesgos y se tomarán medidas preventivas que busquen evitar
la producción de daños al paciente, a su entorno y a los profesionales que lo
atienden.
- Se intervendrá de manera precoz, actuando cuanto antes y estableciendo como
prioritaria la atención a aquellos pacientes que se muestren intranquilos.
- Se intentará revertir la escala de la agresividad. Para ello se instalará al paciente
en un entorno adecuado para intervenir y mantener su bienestar (contención
ambiental), se aplicará la contención verbal, se informará al paciente del plan
terapéutico y de las medidas que se van a adoptar, evitando entrar en sus
provocaciones y sin utilizar comportamientos de naturaleza hostil. Si esto no es
suficiente se hará uso de la contención farmacológica y de la contención
mecánica.
La intervención enfermera ante un paciente con un cuadro de agitación psicomotriz se
define como un conjunto de pautas de actuación ante un paciente agitado que
garanticen la seguridad de las personas implicadas (pacientes, familiares y
profesionales). Por tanto, su objetivo principal es evitar situaciones de peligro hacia el
paciente, resto de personas y el entorno. Como objetivos secundarios específicos se
encuentran proteger al paciente de autolesiones o de que las infrinja a otros, contener
al paciente agresivo y/o agitado, facilitar el reposo, evitar lesiones por cuadros de
confusión y disminuir la ansiedad y/o agresividad [13].
Para garantizar la calidad en la actuación todo el personal que participa en la
intervención debe conocer el procedimiento, tener capacidad de reacción y estar
formado.
A la hora de intervenir se realizan una serie de actividades de actuación cuyo orden
puede variar en función de las fuentes consultadas [3,4,6,10]:
- Distracciones Lúdicas:
La ludoterapia puede ser útil para prevenir una crisis de agitación o para desescalarla.
Proporciona medios para liberar energía, entretener al paciente, elevar su autoestima y
mejorar el contacto social con otros pacientes y con los profesionales que le atienden
[6].
- Contención ambiental o aislamiento: Manejo ambiental: prevención de la
violencia (NIC: 6487)
Control y manipulación del ambiente físico para disminuir la posibilidad de conductas
violentas dirigidas hacia uno mismo, los demás o el ambiente [4,6].
Se acompaña al paciente que muestra signos de agitación a un espacio o habitación
tranquila, libre de objetos que puedan suponer un riesgo o le puedan poner el peligro a
él o al personal que lo atiende, así como libre de estímulos que favorezcan el estrés del
paciente. El paciente podrá llevar a cabo actividades que le ayuden a relajarse como
11
son dar paseos, escuchar música o hablar con personas que le tranquilicen. Los
profesionales sanitarios le ayudarán a aprender técnicas de relajación.
La diferencia cuando se proceda al aislamiento es que en la contención ambiental el
paciente no está encerrado en la habitación [16].
- Contención verbal: Mediación de conflictos (NIC: 5020)
” Medida terapéutica a utilizar en aquellos casos en los que la pérdida de control del
paciente no sea total, utilizando para ello estrategias de comunicación que afronten
adecuadamente situaciones donde un sujeto pueda tener un comportamiento
potencialmente violento” [5].
Se trata del primer nivel de actuación ante un cuadro de agitación. El objetivo que se
persigue es el de reducir la agresividad, hostilidad y ansiedad, de manera que se evite
la progresión de la agitación, enfriando la situación y con ello prevenir episodios de
violencia. Suele utilizarse principalmente en situaciones en los que la pérdida de control
es moderada o en combinación con otras medidas como la contención ambiental,
farmacológica o mecánica.
Durante su aplicación se indaga para intentar averiguar el origen de la agitación, se
fomenta la expresión de sentimientos del paciente sin emitir juicios, confrontar sus
opiniones ni interrumpirle, ofreciéndole ayuda para que pueda resolver sus problemas
en la medida que sea posible. No obstante, es importante establecer unos límites y
normas claros. Se usarán estrategias de comunicación como la empatía, la escucha
activa, la confidencia y la persuasión con el fin de tranquilizar al paciente y establecer
una relación terapéutica [16].
- 3º Contención farmacológica: (NIC:6430)
“Medida terapéutica que consiste en la administración de psicofármacos con el fin de
provocar una sedación suficiente en el paciente que logre el control de un episodio de
agitación”.
Consiste en la administración, monitorización e interrupción de sustancias psicotrópicas
utilizadas para controlar la conducta extrema de un individuo.
El médico realizará la preinscripción e informará al paciente y la familia de las medidas
que se adoptan. El enfermero/a administrará la medicación según la pauta médica.
La contención farmacológica puede tener una serie de consecuencias perjudiciales para
el paciente entre las que destacan: el delirium o alteraciones en el pensamiento, el
deterioro de la función cognitiva, el deterioro de la comunicación, alteraciones del
equilibrio que aumentan el riesgo de caídas y deshidratación [16].
- 3º Contención mecánica: Sujeción física (NIC:6580)
“Uso de procedimientos físicos o mecánicos dirigidos a limitar los movimientos de parte
o de todo el cuerpo de un paciente, a fin de controlar su actividad motora y protegerlo
12
de las lesiones que pudieran infringirse a sí mismo, a otros o al entorno, cuando el resto
de las medidas tomadas no hayan sido efectivas”.
Comprende la aplicación, control y retirada de dispositivos de sujeción mecánica o
manual utilizados para limitar la movilidad física del paciente.
Se trata de una medida de último recurso, cuyo uso se justifica cuando el resto de los
métodos hayan fracasado o no se puedan aplicar [16].
Al igual que en la contención farmacológica, existen una serie de consecuencias
negativas para el paciente que pueden derivar del uso de la contención mecánica. A
nivel físico pueden producirse daños severos o permanentes como compresión de
nervios y/o vasos, contracturas musculares y la muerte; también desarrollar úlceras por
presión (UPP), incontinencia urinaria o intestinal y puede aumentar la frecuencia de
aparición de infecciones nosocomiales. A nivel psíquico pueden darse episodios de
miedo o pánico, vergüenza, ira, depresión, aislamiento social, agresividad y apatía [17].
La actuación ante esta situación tiene como objetivo estabilizar al paciente, es decir,
tranquilizarle, reducir el riesgo de que se dañe a sí mismo o a los demás, facilitar su
evaluación para un diagnóstico y permitir el inicio del tratamiento [7]. La situación ideal
comprendería también que, además, sea capaz de controlar su conducta y reconocer
los factores desencadenantes de la agitación [13].
JUSTIFICACIÓN
Según lo expuesto, la agitación psicomotriz supone una emergencia sanitaria que se da
de manera muy frecuente en cualquier ámbito asistencial y puede producir
consecuencias graves tanto para la salud del paciente como para la relación terapéutica.
La intervención por parte de los profesionales sanitarios y en especial por los
profesionales de enfermería, es un procedimiento tremendamente complejo y lleno de
variables que marcan su progresión. Es por ello por lo que todos los participantes en la
atención al paciente agitado deben tener unos conocimientos, aptitudes y habilidades
suficientes para desarrollar con éxito la actuación frente a un cuadro de agitación.
Debido a que la contención verbal es el primer escalón de atención ante estos episodios
y que el objetivo de esta intervención es el de prevenir y evitar su progresión,
realizaremos una revisión bibliográfica en materia de contención verbal para poder
valorar si es eficaz como herramienta de prevención y control de la agitación
psicomotriz.
OBJETIVOS
Objetivo general:
- Valorar la eficacia de la contención verbal como herramienta de prevención y
control de la agitación psicomotriz.
13
Objetivos específicos:
- Valorar si la contención verbal reduce la agitación psicomotriz.
- Analizar si la contención verbal permite mantener al paciente estable.
- Valorar si la contención verbal puede reducir el miedo, la ansiedad y la
agresividad.
- Determinar si la contención verbal produce menos efectos secundarios sobre el
paciente con agitación que otra medida interventiva.
- Analizar la facilidad de uso de la contención verbal.
5. DESARROLLO
METODOLOGÍA
El trabajo consiste en realizar una revisión bibliográfica con el objetivo de analizar la
eficacia de la contención verbal para prevenir o controlar la agitación psicomotriz. La
Real Academia Española (RAE) define eficacia como la capacidad de lograr el efecto
que se desea o se espera. En el actual trabajo consideramos que la contención verbal
es eficaz si reduce la agitación psicomotriz, mantiene estable al paciente, reduce su
estado de ansiedad y de miedo, disminuye los efectos secundarios derivados de la
intervención y es una herramienta de fácil aplicación y uso en la práctica asistencial.
Partiendo de esta definición se han desglosado los diferentes objetivos específicos que
facilitarán dar respuesta a la cuestión planteada en el objetivo general.
Con el objeto de conocer la situación actual, la importancia del tema a tratar e identificar
estudios relacionados, se realizó una búsqueda bibliográfica en las principales bases de
datos de ciencias de la salud: PUBMED, Dialnet, SCIELO, COCHRANE LYBRARY y
LILACS, con el objeto de conocer la literatura escrita a cerca del tema, que ayudará a
definir el objetivo que se pretende conseguir.
Asimismo, se utilizaron otras estrategias con la intención de cubrir la mayoría de los
artículos, protocolos, guías de intervención publicados en esta área: a) búsqueda en
revistas relevantes dentro de esta temática; b) búsqueda a partir de listas de referencias
bibliográficas de los artículos más relevantes sobre el tema y así enriquecer la base de
información tras una revisión inicial; c) información contenida en protocolos; d)
buscadores de Internet académicos, entre otros, cuya bibliografía, será posteriormente
referenciada.
Adicionalmente, se consultaron los boletines de la Sociedad Española de Enfermería de
Urgencias y Emergencias, Organización mundial de la Salud, entre otros. Finalmente,
se seleccionaron las referencias que estuvieran acordes con el objetivo que se quiere
lograr con esta revisión y que cumplían los criterios de inclusión.
Para llevar a cabo la búsqueda bibliográfica se han utilizado los siguientes términos en
castellano: “agitación”, “psicomotriz”, “contención”, “verbal”, “alternativa”, “mecánica”,
“eficacia”, “control”, “prevención”, “paciente”, “enfermería”, “protocolo”, “intervención”.
14
Con el fin de obtener resultados a nivel global y con menos sesgos, se procedió a
realizar búsquedas con los siguientes términos en inglés: “agitation”, “psychomotor”,
“alternative”, “verbal”, “control”, “restraint”, “patient”, “prevention”, “nurse”, “protocol”,
“treatment”, “mechanical”, “intervention”.
Estos términos se han combinado mediante el boleano “AND” con el fin de ampliar o
reducir la búsqueda. Los sinónimos empleados en las búsquedas han sido los
siguientes:
- Agitación, alteración, inquietud (agitation, distress, anxiety).
- Psicomotriz, psicomotor (psychomotor).
- Contención, sujeción, inmovilización (containment, restraint, immobilization).
El término mesh que se ha utilizado y que representa el tema central de este estudio es
“Psychomotor Agitation” (mesh term).
La búsqueda se realizó durante los meses de enero, febrero y marzo, dándola por
finalizada en abril del año 2018.
Para limitar la búsqueda se establecieron como criterios de inclusión que fueran estudios
en seres humanos, cuya disponibilidad fuera a texto completo, con fecha de publicación
con una antigüedad menor a 20 años, tanto en idioma inglés como español, incluyendo
artículos, protocolos y guías de actuación.
Toda la información sobre las estrategias de búsqueda puede verse de forma
esquemática y clara en una tabla de elaboración propia, denominada “Estrategias de
búsqueda”. En esta tabla se pueden apreciar las diferentes bases de datos utilizadas,
en qué fecha se realizaron las búsquedas, las combinaciones de términos que se
emplearon, los artículos encontrados y los artículos finalmente seleccionados.
Inicialmente se realizaron búsquedas generales en Dialnet y otros buscadores
académicos, así como en libros, guías, manuales, protocolos, con el fin de obtener
información para centrar el tema y realizar la introducción del mismo.
Posteriormente se procedió a realizar las búsquedas en cada una de las bases de datos.
Primero se llevaron a cabo búsquedas generales sin establecer ningún tipo de filtro, y
después se fueron combinando términos e introduciendo filtros con el fin de afinar más
las búsquedas.
En DIALNET, se realizaron búsquedas básicas con términos generales sin establecer
ningún tipo de filtro.
En relación con la base LILACS, en un principio se realizaron búsquedas sin el uso de
filtros y más adelante se establecieron filtros en relación con el año de publicación, el
idioma en el que estaban publicados, así como su disponibilidad a texto completo.
Otra de las bases utilizadas fue PUBMED, en primer lugar, se realizaron búsquedas
utilizando filtros (anteriormente mencionados en los criterios de inclusión) para intentar
concretar los artículos desde un principio, pero al ser escasos los resultados de
15
búsqueda obtenidos, se realizaron búsquedas sin filtros para ampliar las posibilidades
de obtener resultados.
Se realizaron búsquedas en SCIELO, volviendo a la estrategia de búsqueda seguida en
las primeras bases, primero sin establecer filtros y más tarde con limitaciones de idioma
y fecha de publicación.
Otra base utilizada fue COCHRANEPLUS LIBRARY, estableciendo como filtro único el
año de publicación.
El descarte de artículos que en un principio habían sido seleccionados, se debió a que
no cumplían los criterios de inclusión o a que, a pesar de versar sobre el tema de interés,
no arrojaban ninguna conclusión que fuera de utilidad para alcanzar el objetivo del
presente trabajo o que esos artículos se habían obtenido previamente en otras bases
de datos.
Los motivos por los que se han seleccionado las bases de datos citadas anteriormente
han sido los siguientes:
DIALNET:
Se trata de un servicio de alertas sobre publicaciones de contenido científico al cual está
asociada la Universidad de La Rioja por lo que como alumnos se nos facilita el acceso
al mismo y a muchos de los artículos que contiene. Me ha servido de gran ayuda para
encontrar artículos que posteriormente utilicé para la realización de la introducción del
trabajo.
LILACS:
Es una base de datos de acceso gratuito cooperativa de la red BVS (Biblioteca Virtual
en Salud) que comprende la literatura relativa a las ciencias de la salud, publicada en
los países de Latinoamérica y Caribe, a partir de 1082. Recoge más de 400.000 registros
y contiene artículos de cerca de 1.300 revistas del área de la salud, de las cuales
aproximadamente 730 siguen siendo actualmente indizadas y posee también otros
documentos tales como: tesis, libros, capítulos de libros, anales de congresos o
conferencias, informes científico-técnicos y publicaciones gubernamentales.
PUBMED:
Se trata de un sistema de recuperación de la información basado en la tecnología world
wide web, que permite buscar en la base de datos de referencias bibliográficas
denominada MEDLINE, de manera gratuita y sin necesidad de registrarse. Permite
realizar tanto búsquedas básicas como avanzadas. Nos permite además realizar
búsquedas con términos MeSH.
SCIELO:
Es un proyecto de biblioteca electrónica, iniciativa de la Fundación para el Apoyo a la
Investigación en Brasil y del Centro Latinoamericano y del Caribe, que permite la
publicación electrónica de ediciones completas de las revistas científicas, mediante una
plataforma de software que posibilita el acceso a través de distintos mecanismos,
16
incluyendo listas de títulos y por materia, índices de autores y materias y un motor de
búsqueda.
COCHRANEPLUS LIBRARY:
Se trata de una base de datos, cuyo acceso es mediante suscripción, elaborada por la
Colaboración Cochrane, a través de la cual se difunden sus trabajos. Los documentos
se encuentran en inglés y contiene el texto completo de revisiones y protocolos
actualmente en curso y las referencias bibliográficas de otros documentos de interés.
ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
BASE DE DATOS: DIALNET
FECHA ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
ARTÍCULOS ENCONTRADOS
SELECCIÓN FINAL
17/02 Contención AND verbal
13 3(1, 5,6)
17/02 Control AND agitación AND
psicomotriz
6 0
24/02 Contención AND mecánica AND
alternativas
24 0
BASE DE DATOS: LILACS
FECHA ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
ARTÍCULOS ENCONTRADOS
SELECCIÓN FINAL
24/02 Agitacion AND psicomotriz
52 0
25/02 Contencion AND verbal
12 0
25/02 Restraint AND verbal
54 4(3,39,41,51)
BASE DE DATOS: PUBMED
FECHA ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
ARTÍCULOS ENCONTRADOS
SELECCIÓN FINAL
03/03 Psychomotor agitation AND
control
71 0
03/03 Mechanical restraint AND
alternative
23 1(12)
BASE DE DATOS: SCIELO
FECHA ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
ARTÍCULOS ENCONTRADOS
SELECCIÓN FINAL
03/03 Paciente AND agitado
7 2(3, 4)
03/03 Agitación AND Psicomotriz
14 1(8)
17
BASE DE DATOS: COCHRANEPLUS LIBRARY
FECHA ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
ARTÍCULOS ENCONTRADOS
SELECCIÓN FINAL
04/03 psychomotor agitation AND control AND prevention
18 0
04/03 Mechanical AND restraint
27 0
04/03 Excited AND patient AND
restraint
3 0
04/03 excited AND patient AND control
4 0
BASE DE DATOS: OTROS BUSCADORES
FECHA ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA
SELECCIÓN FINAL
10/02 Excitación AND psicomotriz
2
10/02 Paciente AND agitado AND manejo
4
10/02 Agitación AND psicomotriz
5
11/02 Agitación AND Pacientes
8
18/02 Contención AND enfermería
1
18/02 Contención AND paciente
5
18/02 Contención AND verbal
2
18/02 Paciente AND violencia
1
10/03 Mechanical AND restraint ANS
alternative
1
10/03 Restraints AND reduce
1
15/03 Contención AND protocolo
1
15/03 Contención AND física
1
31/03 Alternativas AND agitación
psicomotriz
1
07/04 Intervención AND agitación
1
07/04 Verbal AND de-escalation
1
18
09/04 Paciente AND contención AND
agitación psicomotriz
1
09/04 Paciente AND agitación AND
enfermería
1
14/04 De- escalation AND nurse
1
14/04 Agitación AND enfermería AND
alternativas
1
14/04 Contención AND paciente AND
agitación
1
14/04 Agitación psicomotriz AND
contraindicaciones
1
18/04 Agitación psicomotriz AND contención AND
verbal
1
18/04 Agitación psicomotriz AND enfermería AND
intervención
1
18/04 Agitación psicomotriz AND intervención AND
eficacia
1
18/04 Agitación psicomotriz AND intervención AND contención AND
verbal
1
19
RESULTADOS
Reducción de la agitación psicomotriz
Los autores Juan Ignacio Bustos, Iván Capponi, Rodrigo Ferrante, M.ª José Frausin,
Bernabé Ibáñez, Juan Torres Ojeda, José Miguel Pena Andreu y Manuel Ruiz afirman
que la contención verbal puede ser efectiva en pacientes con agitación no psicótica y no
asociada a delirium, es decir, es menos efectiva en agitación de origen orgánico y
psicótica [18,19]. En la misma línea, los artículos de 2005 y 2011 publicados en España
y Estados Unidos, respectivamente, exponen que la contención verbal parece más
efectiva en intervenciones de situaciones de crisis y, en general, poco útil en el resto
[20,21]. Además, numerosas son las referencias que determinan que la contención
verbal es una medida terapéutica útil y muy importante para el manejo de situaciones
con pacientes agitados, en aquellos casos en los que la pérdida de control no sea total
[15,22–32]. De igual forma, en su revisión publicada en 2017, la autora argumenta que
el abordaje verbal es un tipo de contención inicial que puede llegar a atenuar crisis de
agitación leves o moderadas y generalmente de origen psiquiátrico [33]. Asimismo,
varias revisiones publicadas en 2016 defienden que es probable que el tratamiento
verbal sea suficiente y poco a poco el paciente se vaya relajando. En ocasiones, solo la
presencia del personal sanitario ya es efectiva para que el paciente reduzca su nivel de
agitación [29,34]. También, en su artículo publicado en 2012 las autoras Mayte Moreno
Vicente y M.ª Dolores Rodríguez Segura afirman que el abordaje verbal suele ser
efectivo en pacientes inquietos o confusos favoreciendo su adaptación al entorno y su
colaboración [35]. Por el contrario, en el artículo “El paciente agitado” se expone que,
en general, la contención verbal suele ser insuficiente para controlar un cuadro de
agitación intensa y debe utilizarse la contención farmacológica y muchas veces, la
contención mecánica [36].
El artículo sobre el manejo inicial del paciente agitado publicado en 2007 expone que
para facilitar el abordaje verbal se debe realizar una primera valoración, haciendo un
diagnóstico de presunción basado en el origen de la agitación [37]. En relación con esto,
las autoras Susana Marqués Andrés y Lourdes Barrasa Santamaría argumentan que es
esencial actuar desde el momento en que se identifica la reacción emocional más
primitiva, ayudando a que la progresión de la agitación sea menor y a que la contención
verbal sea más efectiva [38].
Son varias las fuentes que defienden que siempre que sea posible se debe llevar a cabo
un abordaje verbal o contención verbal con el objetivo de “enfriar” la situación que ha
provocado la agitación del paciente [3,17,39–42]. Asimismo, gran diversidad de autores
consideran que el primer nivel de actuación con un paciente agitado es la contención
verbal [3,25–27,29,32,34,36,42–46].
El documento de consenso publicado en España en 2016 afirma que la desactivación
verbal consiste en utilizar estrategias que faciliten el paso de un estímulo potencialmente
amenazante a uno más inocuo, evitando, sin asumir riesgos, que el paciente pase a la
acción, creando una alianza terapéutica que permita realizar un diagnóstico de
presunción y negociar soluciones con el paciente [34]. Igualmente, las autoras María
Esteve Ávila, Salud Mateo Cienfuegos y Miriam Caballero Fernández defienden que la
20
contención verbal o “el don de la palabra” busca establecer un compromiso verbal con
el paciente agitado, estableciendo una relación de colaboración y finalmente, la
desescalada verbal del paciente fuera del estado de agitación [47].
Dos artículos publicados en 2017 y 2016 en Reino Unido y en España, respectivamente,
afirman que la desescalada verbal gradual comprende un conjunto de características
que se usa para reducir la agitación, la violencia y el temor en el paciente, evitando el
uso de medidas más restrictivas [44,48]. Asimismo, Nerea Antolín expresa que el
abordaje verbal es una medida fundamental para intervenir en pacientes susceptibles
de sufrir una crisis de agitación psicomotriz, debe hacerse antes, durante y después de
la restricción física, siendo fundamental para desactivar la agresividad y permitir que la
contención no sea tan traumática [49].
Según los artículos publicados en España y EE. UU. en 2014 y 2015, respectivamente,
hablar en voz calmada y baja puede reducir la agitación del paciente [26,50].
Relacionado con esto, Villamediana Navas expone en su revisión bibliográfica que en
una encuesta a 59 pacientes de salud mental se destacó la importancia de ser tratado
con respeto por parte de los profesionales, de ser escuchado y de participar en las
decisiones sobre el tratamiento [26].
El autor Nwachi A. Chigbundu expone los resultados de un estudio experimental en el
que los participantes describieron cómo usaban ellos la desescalada verbal como
herramienta para frenar la agitación. Afirmaban que la contención verbal debía aplicarse
antes de otras medidas y que no consistía solamente en hablar con el paciente, sino
que el tono de voz puede reducir o desviar el comportamiento agresivo, así como
mantener un estado de calma que haga ver al paciente que el personal no está en su
contra. Concluye que el uso de técnicas verbales para reducir la tensión y controlar el
comportamiento agresivo y la agitación puede evitar otras intervenciones coercitivas que
intensifican la agitación psicomotriz [50].
La autora Ixone Tobarias Cantero en su artículo acerca de las estrategias de
afrontamiento expone que el trato humano que reciben los pacientes es la primera razón
por la que se declaran satisfechos por la atención recibida en hospitales y centros
ambulatorios, destacando la empatía mostrada, la información comprensible aportada,
el tiempo que se les dedica y la posibilidad de expresarse. Alude también a un estudio
realizado por Shapiro para investigar las percepciones ante intervenciones en pacientes
conflictivos en el cual se observó que hasta un 86% de los profesionales sanitarios
lograron hacer uso de la empatía expresándola de forma verbal y no verbal para
interactuar con los pacientes, logrando que el 23,1% cambiara su comportamiento
durante la intervención. Además, hace referencia a un estudio elaborado por Torres Púa
en 2016 para demostrar la importancia del uso de la contención verbal como elemento
de calidad y práctica segura, en el que se demostró que la contención verbal resultó
efectiva hasta en un 90% de la muestra (en un 50% usando sólo la comunicación y en
el otro 40% combinando con apoyo farmacológico). Destaca también la importancia de
la escucha activa y de dar un cierre adecuado a la conversación una vez la situación se
ha calmado [28].
21
Según un estudio descriptivo teórico, la evidencia respalda la formación en contención
verbal de los profesionales que intervienen en el manejo del paciente con agitación
psicomotriz ya que se ha demostrado eficaz disminuyendo el nivel de activación del
individuo. Para ello, el papel de enfermería es esencial puesto que tiene el conocimiento,
la habilidad, la experiencia y son el personal más cercano con los pacientes, siendo
estas herramientas indispensables para que el abordaje verbal pueda obtener una tasa
de éxito elevada [44]. En relación con el papel de enfermería, Tilman Steinert, Eric O.
Noorthoom y Cornelis L. Mulder hacen referencia en su artículo publicado en 2014 a la
formación en Alemania de un grupo de trabajo formado por enfermeras que desarrolló
en 2007 una técnica denominada “programa de cuatro pasos” que consiste en el uso de
técnicas sin elementos inductores de dolor acompañados de abordaje verbal continuo y
el fomento de la cooperación del paciente [51].
Según varios autores durante el abordaje y, valorando las respuestas que nos ofrece el
paciente, podremos ir valorando y comprobando la efectividad de la contención verbal
[3,17,33,40,41].
Estabilidad del paciente
Según varias referencias, se establece que informar al paciente del carácter transitorio
de la crisis que sufre es un objetivo de la contención verbal para potenciar su autocontrol
y lograr una alianza terapéutica que permita negociar soluciones [15,22,24–
27,30,31,47]. Además, varias fuentes coinciden en que la primera pauta de actuación
ante la agitación psicomotriz consiste en fomentar la verbalización y con ello conseguir
un diálogo que aporte tranquilidad y autocontrol en el paciente [28,33,52]. De igual
manera, estudios realizados en 2016 establecen que los objetivos de la desactivación
verbal se basan en restablecer el autocontrol, la facilitación de la exteriorización de
pensamientos y la implantación de unos límites de conducta claros [27,34]. En este
mismo sentido, los autores César Villamediana Navas e Ixone Tobarias Cantero
defienden que dejar al paciente que comunique sus preocupaciones sin interrumpirle y
conseguir que participe en las decisiones sobre su tratamiento son estrategias que no
se deben de olvidar ya que ayudan a que pueda reconocer sus sentimientos, permite
establecer una relación terapéutica de ayuda y facilita con ello el autocontrol emocional
[26,28]. Sobre esa línea, en sus respectivos trabajos, los autores Sonia Espinal Llavina
y Julia Gargallo Cuartielles; Nutmeg Hallett y Geoffrey L. Dickens; Ángela Fernández
Rodríguez y Jaime Zabala Blanco, afirman que la contención verbal se usará para
conseguir un vínculo con el paciente que nos permita realizar un diagnóstico, para
negociar soluciones terapéuticas y sobre todo para informar al paciente [25,31,48].
La autora Nerea Antolín Miguel en su trabajo de revisión bibliográfica afirma que es
responsabilidad de enfermería educar y estimular al paciente para que desempeñe un
papel activo y responsable en su propio cuidado [27].
Según un estudio cuantitativo experimental realizado en Estados Unidos en 2015 el
primer paso para una desescalada verbal consiste en involucrar al paciente, el segundo
es crear una relación terapéutica de colaboración y, por último, la propia regresión del
estado de agitación. Además, señala que los objetivos que ayudan a determinar cuando
conviene usar el abordaje verbal son evaluar la seguridad del paciente, del personal y
22
del entorno, así como ayudar al paciente a recuperar el control de su comportamiento
[50]. Asimismo, en la revisión bibliográfica realizada en 2017 acerca de los cuidados de
enfermería en la agitación psicomotriz se determina que, si el paciente responde a la
intervención verbal, es posible realizar una impresión diagnóstica y se puede ofrecer
medicación oral que mitigue los síntomas [33].
Los autores Mantovani, Nobre Migon, Valdozende Alheira, Del-Ben defienden en su
artículo de 2010 publicado en Brasil que el objetivo de la contención verbal consiste en
establecer una relación terapéutica entre el paciente y el profesional sanitario lo más
cercana posible, creando un vínculo de confianza y respeto en el cual el paciente pueda
sentirse aceptado y crea que su sufrimiento es entendido, lo que facilita su estabilidad
[53].
Disminución del miedo, la ansiedad y la agresividad
Varias fuentes defienden que las medidas de contención verbal tienen como finalidad el
“enfriamiento” de la situación, disminuyendo la ansiedad, la hostilidad y la agresividad,
previniendo posibles ataques violentos [3,22,24,26,27,31,32,39,41]. A su vez, algunos
autores expresan que la primera pauta de actuación ante una agitación psicomotriz es
fomentar la verbalización, es decir, fomentar un diálogo que genere tranquilidad y
autocontrol en el paciente [33,34,54]. En la misma línea, en varios artículos se hace
referencia a que el abordaje verbal de la agitación es un diálogo enfocado a generar
tranquilidad y autocontrol en el paciente [25,28,34,48,52]
El artículo “Intervención de Enfermería ante el Paciente Agresivo” publicado en el año
2014 defiende concluye que cuando el paciente puede encontrarse en la fase inicial de
su evolución y se comprende su comportamiento, se puede valorar el peligro y realizar
la intervención necesaria para ayudarle a interrumpir la evolución agresiva. Siendo
esencial que el personal de enfermería comunique el comportamiento esperado de
forma que se anime al paciente a mantener controlados sus impulsos violentos [26].
También, Miguel Ángel Sevillano Arroyo, Celia Mantovani, Marcelo Nobre Migon, Flávio
Valdozende Alheira y Cristina Marta Del-Ben consideran que el afrontamiento de la
situación se debe realizar con seguridad, confianza y tranquilidad intentando que el
paciente vea en nosotros un modelo de actitud adecuada y con ello desactivar en lo
posible su estado de ansiedad. Por el contrario, una actitud inadecuada puede
multiplicar su estado de intranquilidad [49,53].
En el estudio experimental dirigido por Nwachi A. Chigbundu en EE. UU. se reflejan
comentarios de algunos profesionales acerca de su experiencia sobre el uso de la
contención verbal. Un participante en dicho estudio afirma que utiliza la desescalada
verbal como primer paso para manejar el comportamiento agresivo, acercándose al
paciente de una manera tranquila, presentándose, intentando establecer una relación
terapéutica para llegar a la base del problema y ofrecerle ayuda. En general, todos los
participantes reconocieron que el primer paso para intervenir en estados de agitación
debía ser la desescalada de la agresión mediante contención verbal. Además,
describieron que el ofrecerse a ayudarle supone un gran paso para desviar el
comportamiento agresivo [50].
23
La autora Ixone Tobarias Cantero expone en su publicación de 2017 que la interacción
negativa del personal y los estilos y habilidades limitadas de comunicación son causa
de preocupación puesto que son grandes precursores en el desarrollo de la agresión y
la violencia de los pacientes, atribuible a la falta de conciencia de estos déficits, a la falta
de entrenamiento de la autoconciencia y de una interacción limitada. Hace referencia
además a un estudio llevado a cabo por Siesto en el que se concluía que, en una
muestra de estudio de 121 pacientes, se demostró que el uso exclusivo de estrategias
verbales fue efectivo en un 62.8% en los pacientes que se mostraron agresivos.
También alude a otro estudio realizado por Gerdtz en el año 2013 sobre una población
a estudio de 471 enfermeras, cuyo objetivo era evaluar la efectividad de un programa
de formación para enfermería en prevención de agresiones, en el cual se observó que
el 70% de los pacientes adoptaban conductas agresivas por no sentirse escuchados y
que tras la implantación del programa se logró un 75% de autocontrol en combinación
con la negociación, afirmando que la escucha activa mejoró la relación con el paciente
y redujo la incidencia de conductas agresivas hasta en un 80%. Por último, refleja una
revisión bibliográfica llevada a cabo por Lorenzetti que afirma también la efectividad de
esta estrategia comunicativa. Concluye que escuchar al paciente supone una
herramienta en la agitación, aumentando la autoestima de la persona, estimulándola a
hablar y permitiéndole expresar los motivos y temores que pueden ayudarnos a
averiguar la fuente de una conducta agresiva [28].
Reducción de los efectos secundarios derivados de la intervención
Los autores Juan Ignacio Bustos, Iván Capponi, Rodrigo Ferrante, M.ª José Frausin y
Bernabé Ibáñez en su artículo de 2010 defienden que se debe priorizar la contención
verbal como primera línea de tratamiento para abordar los cuadros de agitación en
mujeres embarazadas antes de recurrir a la contención farmacológica puesto que no
hay estudios controlados suficientes para evaluar la eficacia y seguridad de los
psicofármacos en mujeres gestantes y las posibles consecuencias negativas para el feto
[18].
El artículo “Manejo inicial del paciente agitado” alude a que la contención verbal facilitará
la resolución del estado de agitación psicomotriz si previamente se ha realizado una
buena valoración, evitando el uso de la contención mecánica [37]. De igual forma, varias
fuentes afirman que se debe dar una mayor importancia a la comunicación, y, por tanto,
al abordaje verbal, que a la contención mecánica que deberá dejarse como último
recurso ante el paciente agitado [26,27,50]. Asimismo, en su artículo del año 2014,
Sonia Espinal Llavina y Julia Gargallo Cuartielles defienden que el uso de la
comunicación y de la contención verbal tiene como objetivo, entre otras cosas, no tener
que utilizar técnicas de restricción física [25].
Autores como Paula Desiré Cumbreras De Sena, Nutmeg Hallett y Georffrey L. Dickens
afirman que en episodios de agitación graves se debe realizar otras intervenciones como
la contención farmacológica y/o mecánica para mejorar el estado del paciente [33,48].
Al respecto, son varias las referencias que argumentan que si el paciente no responde
adecuadamente a la entrevista, la agitación se mantiene o aumenta, será necesario el
uso de medidas de contención más restrictivas como la contención o sedación
farmacológica y/o la inmovilización mecánica [3,26,33,52].
24
Los autores Meritxell Sastre Rus y Fernando Campaña Castillo en su artículo acerca de
la contención mecánica exponen que es necesario explicar la importancia y necesidad
de la contención ambiental, verbal y farmacológica como técnicas previas a la
contención mecánica, es decir, debemos preguntarnos siempre previamente si existen
procedimientos alternativos para poder evitar la restricción física [55]. Con relación a
esto, Miguel Ángel Sevillano Arroyo expone que el abordaje verbal puede ser
fundamental para que la contención no sea, en lo posible, un hecho traumático ya que
una buena intervención verbal reduce al mínimo la utilización de la fuerza en la
inmovilización [49].
Los autores Marín Rodríguez, Román Rodríguez de Tudanca, García Sastre y González
Alegre defienden que el abordaje verbal de la agitación psicomotriz debe ser el pilar
básico del tratamiento puesto que presenta una menor cantidad de riesgos para el
paciente y para el personal [44]. Aun es más, la guía de práctica clínica publicada por el
Ministerio de Salud Nicaragüense en 2013, afirma que la contención verbal no tiene
complicación alguna [43].
Facilidad de uso
Según los autores Juan Manuel Téllez, Alejandro Villena, Susana Morena, Pablo
Pascual y Carmen López ante la falta de formación, experiencia o condiciones del
entorno que permitan sentirse al profesional capaz de resolver con seguridad la
situación o si la inicia ante sentimientos de miedo, confusión o cansancio, se debe
suspender la contención verbal y tomar otras medidas [20]. Al respecto, varias fuentes
indican que si durante la entrevista esta se complica y no se puede mantener controlada
la situación o si los profesionales dudan de sus propias competencias, lo mejor es
proceder a otro tipo de intervención [3,17,32,40,41,56].
Algunos autores defienden que es importante que el personal de enfermería no se
frustre y entre en una inadecuada actitud en respuesta a las demostraciones del
paciente en estado de agitación, tomándoselo como un ataque directo, puesto que esto
puede ser percibido como una competición y puede agravar la situación, se deben usar
frases cortas y sencillas y debe evitarse reír o sonreír de forma inadecuada [26,56]. De
igual forma, en su artículo sobre la comunicación entre los profesionales de la salud y el
paciente difícil, Pons X. afirma que la situación debe tratarse de manera asertiva,
objetiva, serena, sin emotividad, sin ponerse a la defensiva y sin entrar en disputas.
Además, han de usarse preguntas abiertas que puedan aclarar las causas de la
agitación [56]. A su vez, otros autores remarcan que la relación terapéutica se puede
establecer mediante el uso de técnicas de comunicación como la escucha activa, la
empatía y la interpretación del lenguaje verbal y no verbal. La comunicación ha de ser
directa, honesta y tranquila, sin amenazas y transmitiendo al paciente que cómo
profesionales controlamos la situación, aportándole seguridad [57].
Varios autores defienden que la contención verbal puede ser adoptada por cualquier
miembro del equipo profesional que se encuentre presente, teniendo en cuenta la
relación terapéutica que cada persona tenga con el paciente [32,54]. Cumbreras de
25
Sena, en 2017, expone que la contención verbal debe realizarla el profesional más
experimentado o el que mejor relación personal sanitario-paciente presente [33].
Con relación a los costes derivados de la intervención ante la agitación psicomotriz, en
su artículo “In patient cost of agitation and containment in a mental health catchment
área” los autores reflejan que la contención verbal supone un mayor coste económico
en función del tiempo que se requiera para su aplicación. Afirman que la contención
verbal requiere más tiempo de intervención cuando existe una agresión contra objetos
que en una agitación moderada sin agresión. Basándose en su estudio calculan que el
costo por minuto en el personal de enfermería supone 1,26 €/min y establecen que el
costo unitario más bajo por intervención realizada recae en la intervención de contención
verbal en agitación con agresividad y/o violencia hacia personas, estimando su coste en
90,82 €, en referencia al mayor coste unitario por intervención estimado en 288, 18 € en
agitación con agresividad y/o violencia con objetos cuando se aplica contención física
tras la contención verbal y ambiental no eficaces. Concluyen que es necesario realizar
intervenciones de baja intensidad como es el caso de la contención verbal para evitar
estados de agitación severa pero que estos no solo resultan más costosos, sino que se
asocian con una peor experiencia en los pacientes y en el personal [46].
En el artículo “Pautas de seguridad para el manejo de pacientes psiquiátricos ingresados
en situaciones de precrisis y crisis” se defiende que el uso de la contención verbal
corresponde con el lema de “trabajar inteligentemente es igual a trabajar de forma
segura”. Afirma que entre 2004 y 2008 gracias a esta forma de trabajar se redujeron en
un 90% las lesiones del personal, las restricciones y reclusiones disminuyeron en un
36%, las quejas de los pacientes en un 37% y la necesidad de códigos para el personal
para ayudar en una situación psiquiátrica de emergencia se redujo un 25% [58].
26
6. CONCLUSIONES
La contención verbal es una intervención que permite atenuar los estados de agitación
psicomotriz, principalmente en casos en los que su evolución sea leve o moderada, es
decir, en los casos en los cuales el paciente no haya perdido completamente el control.
Permite mediante el uso de estrategias comunicativas, desescalar la agitación y que
paulatinamente el paciente se relaje. Como parte de estas estrategias, es importante
destacar que el uso de la empatía, un lenguaje verbal y no verbal asertivos, así como
un trato humano y personalizado, aumentan la probabilidad de que el abordaje verbal
sea suficiente para reducir la crisis de agitación psicomotriz. Además, es primordial
iniciar la contención verbal lo más pronto posible, una vez detectada la crisis y hecho un
diagnóstico de presunción, ya que cuanto menor sea el grado de agitación más fácil
será establecer una relación terapéutica que nos permita estabilizar la situación.
La contención verbal permite establecer una relación terapéutica en la que se fomenta
que el paciente mantenga un papel activo en la resolución de la crisis de agitación
psicomotriz, favoreciendo su estabilidad. Esta relación debe basarse en el respeto, la
confianza y la colaboración, permitiendo que el paciente se exprese y pueda tomar
decisiones, mediante alianzas terapéuticas, manteniendo en todo momento unos límites
claros de lo que se va a consentir y lo que no es permisible. Al poder expresarse, el
paciente puede entender qué es lo que le ocurre y que la situación no va a permanecer
en el tiempo, tranquilizándose, mejorando su autocontrol y manteniéndose es una
situación estable.
La contención verbal supone un diálogo que facilita el establecimiento de un vínculo
entre el paciente y los profesionales. Principalmente permite negociar soluciones e
informarle sobre su estado. El paciente debe observar en el profesional un modelo del
estado al que queremos que aspire, manteniendo una actitud adecuada que facilite un
estado de tranquilidad, disminuya su grado de ansiedad y de miedo e interrumpa la
evolución hacia un comportamiento agresivo y/o violento.
La contención verbal debe ser la primera actuación en el abordaje de la agitación
psicomotriz ya que, si el paciente responde de forma adecuada a la entrevista, el estado
agitado puede reducirse y estabilizarse, evitando tener que emprender otras
intervenciones más restrictivas e invasivas que poseen un riesgo mayor de producir
efectos secundarios y consecuencias negativas en el paciente. En el caso de mujeres
en estado de gestación, todavía es más importante establecer la contención verbal como
actuación de primera línea, para evitar los efectos negativos en el feto. Asimismo, un
dato relevante es que la contención verbal supone menos riesgos y complicaciones no
sólo para el paciente sino también para los profesionales que intervienen en su
tratamiento. Por el contrario, la evidencia refleja que en estados o episodios de crisis
graves será necesario combinar el abordaje verbal con otras intervenciones.
La contención verbal puede ser llevada a cabo por cualquiera de los profesionales que
asisten al paciente en estado de agitación, siendo preferible que la realice aquella
persona que tenga mayor experiencia o que haya entablado una mejor relación
terapéutica con él. Debe contar además con aptitudes y actitudes comunicativas que
faciliten un adecuado y asertivo abordaje verbal. Si en cualquier momento de la
27
intervención el profesional se viera sobrepasado ante la situación o por su falta de
formación, debe pedir ayuda para que otra persona intervenga y recurrir a otro tipo de
abordaje. La contención verbal supone una forma segura de trabajar siempre y cuando
se realice de forma adecuada, sea llevada a cabo por un personal formado en la materia
de contención verbal, de forma que se fomente una reducción del uso de aislamientos,
restricciones físicas y contención farmacológica. En cuanto a los costes de esta
intervención, se establece que el coste económico aumentará en función del tiempo
requerido para aplicar el abordaje verbal.
Una vez analizado lo anterior, la contención verbal se trata, sin duda, de una
intervención que ayuda en la actuación sobre las crisis de agitación psicomotriz en
aquellos casos en los que el control no se haya perdido por completo, reduciendo el
cuadro de agitación, favoreciendo la estabilidad del paciente (puesto que aumenta su
tranquilidad, permite evaluarlo para emitir un diagnóstico y un tratamiento y fomenta su
seguridad y la de su entorno), disminuyendo su estado de miedo o ansiedad y la
probabilidad de desencadenar conductas violentas o agresivas, minimizando los efectos
secundarios que derivan de la intervención y, por último, siendo una intervención que
aun necesitando de un personal con formación especializada, es aplicable en la práctica
clínica, permitiendo una pronta actuación que fomente la creación de una relación
terapéutica y un vínculo con el paciente, que frene, cuanto antes, la progresión del
cuadro de agitación. Por tanto, se puede concluir que la contención verbal supone una
herramienta eficaz para prevenir y controlar la agitación psicomotriz.
28
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33
8. COMPETENCIAS
Tras la elaboración del presente trabajo, puedo afirmar la consecución de las siguientes
competencias, recogidas en la actual guía docente:
- Capacidad de analizar, valorar, sintetizar y manejar habilidades cognoscitivas de
orden superior.
- Habilidad para gestionar la información, incluyendo el conocimiento y manejo de
bases de datos y fuentes de documentación útiles, así como la capacidad de
recuperar, analizar e interpretar la información de dichas fuentes.
- Capacidad de razonamiento crítico y autocrítico.
- Habilidades interpersonales, mediante la adquisición de estrategias que
favorecen la comunicación.
- Capacidad de trabajar de forma autónoma y responsable, actuando, razonando,
argumentando y tomando decisiones de forma asertiva.
- Habilidades de diseño y gestión de proyectos, empleando los conocimientos y
herramientas adecuados para la resolución de problemas.
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9. AGRADECIMIENTOS
Mi sincero agradecimiento a Iván Santolalla, mi tutor, por guiarme en la elaboración de
este trabajo, por su paciencia y dedicación durante todo el proceso y por estar siempre
dispuesto a prestarme su ayuda.
A mi familia y seres queridos por aguantar mis nervios, centrarme, animarme y
apoyarme en todos los aspectos, haciendo que todo haya sido posible.
También quiero dar mi agradecimiento a la Universidad de La Rioja, a la Escuela
Universitaria de Enfermería “Antonio Coello Cuadrado” y al Servicio Riojano de Salud
por haberme formado durante estos cuatro años, haciéndome crecer como persona y
como profesional de enfermería.
Muchas gracias
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