POSMODERNIDAD
EL NEBULOSOSISTEMAPOSMODERNISTA
Los eoneeptos de posmodernidad y posmodernismobusean dar sentido a una aetitud hacia la vida, a unaeierta sensibi lidad y a un ethos
Par Alex Pienkn0f]uraProfesOf de /0 Umversidad San Franosro de Quito
lidad del trabajo intelectual es da r un pa so, as isea timido, hacia la desmitificaci6n de la praxis, para dejar de entenderla como una realidad Inmutable, como un destino fueradel alcance de la volici6ny conciencia de Ios sereshumancs.
Cuando la inquietud esgenuina, pr eguntar es irmas alia de 10 inmediatamente dado, re lativizar 10Que par su familiaridadnos da la sensaclon, a veces engafiosa, de segur-i
dad. Preguntar es empezar a salir de las fortale zas psfqu icas en las Que la egolatrfa, elnacionalismo jingofsta, el tribalismo, el esnobismo y otras formas de chauvinismo encierran a las personas. De otro lado, no esobvlo que 10 Que segun Ia ideologfa oficia! enboga es uti] , realmente 10 sea. No cabe afirmar concluyentemente que los actuales patrones agregados de produccien y consumo- los cuales, entre parentesis, son perfecramente compatibles con una distribuci6n menos eatvaj e Que la vigente de los recursosecon6micos-sean sosrenibles, y mas bien noes irracionalla sospecha que 10 conn-arlo esdel case, que vivimos un pragmatismo probablemente suicida.
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5 i uno puede darse el _;1 "
luj o de t rabajar en Postmodernismo ylas humanidades, si
Ie ha tocado la suerte de "if'" ,._posmodemidadgozar de una cierta autono- constituyen unamia y no tener que luchar a ,~
diario para satisfacer sus z""~ praxis intelectualneces idades basicas , esmuy McH que se enfrente >"'~ que interpreta elal prejuicio de que dedica ':.p pasado, configura elsu t iempo a una actividadimpractica, tal vez inservi- or! presente y sehie. De modo seguramente ,. I fdefen sivo, al cues tiona- proyecta a uturomiento sabre la la utilidad '- "del tra bajo inte lectual, sepodrfa responder que es untraba]o que no es ta al serv icio del culto a lasmercanctas. Una posible respuesta en nombre de una concepcion esrrictarnente utilitaria de 10 litH Y 10 practice, serra que quien dice querer saber de que sirven la Hlosoffa, laHteratura, los estudios scciales 0 la histcria,esra de antemano convencido de Que en elmejor de los casos sirven, como reza el elise,para eru-iquecer la cultura general, y que esta convenctdo de ellc amparado en e1 trtontoy la inexorabilidad aparentes de la racionalidad tecnico-cientffica, el capitalismo, y losdemas iutegrantes del panteon contemporaneo. Pero as i sea con aires de super ioridad,con sarcasmo 0 como respuesta a una curiosidad genuina. el solo preguntar sabre Ia uti-44
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LA ACOGIDA A LAS IDEASPOSMODERNAS
La ampfia difusi6n de los conceptos deposmodernismo y posmodernidad pone enduda el escepticismo dogmatico y soberbiccon el Que el pragmatico sin sentido corminacoge ideas f ilos6ficas. Las palabras no sontan solo palabras. No se trata de pretenderzanjar a prior i la cuesti6n acerca de si lasideas son causas 0 efectos de trenstormectones histdr icas , pero sea como Iuere los conceptos de posmodernidad y posmodernismobusca n dar sentido a una actitud bacia Ia vida, a una cierta sensibilidad, a un ethos. Asicomo los j6venes de la izquierda hegelianase permitieron desdecir a Hegel, quien aeudiendo a la (amasa imagen del bu bo de Minerva sostiene en su Pilosoffa del derechoque la filosoffa se Iimita a arrojar una mirada retrospecnva a 10 acontecido, el posmodernismo y la idea de que actualidad es posmoderna ponen de re lieve el poder del lenguaje, inclusive cuandc se trata de prosa Indescifrable, para movilizar adeptos, dernarcar feudos academicos, aceitar los engranajes de la industria del1ibro, redefinir 1a realidad social, revclucionar el trabajo intelectual; en fin , producir y no supmamente constater los significados mediante los cuales losseres humanos construimos y reproducimosel mundo.
Los conceptos de posmodernismo y posmode rnidad han es tado en circulaci6n durante cest dos cecedes. han cruzado Cronteras nacionales y culturales, y constituyen lasbande ras de toda una praxis intelectual apartir de la cual quienos adhieren a la causainterpretan su pasa do, configuran su presente y se proycctan hacia el futuro. Es inserv ible eI prejuicio segun eI cua! eI ideario pesmodernista, al igual que otros idea rios, nosirve para mucho, si es que de algo sirve. Silas ideas posmode rn istas solo tu viesen unefecto exiguo en la practica, entrar en conflictu discursivo con eI eter posmodernistaseria tal vez improcedente, no porque el debate intelectual sea una nimicdad, como suponen aqucllos "hombres de mundo" quepretenden monopolizar eI senrido de las palabras practica y urn. sino porque hay tareastodavia urgentes. como la de perseverar enla cr ttlca al neoliberalismo, que a pesar deque cree poder impu lsar la racionalizaci6nde los mercados defiende en ultima instan-
cia un sistema econ6mico ineludiblementeirracional.
Mas el que los conceptcs de pesmcdernidad y posmcdernismo se hayan constituidocomo disposirivos de una praxis te6rica indiscutiblemente ru idosa e influyente no implica que sean Jucidos. Es mas, no seria 1aprimera vez que una euca y politica del lenguaje-por no mencionar ideologfas omniabarcativas, que tienden a ser extremadamente violenras-cse estuviera apoyando encategorfas vaporosas. Ahora bien, no es posib le en un textc ab reviado reconstruir Cecundamente la historla de Ia rncsorreposmodernis ta 0 delinear siquiera sus contom osactuates. Perc ya la elaboracton crftica dealgunos de los motives menos borrosos dedicha ruosorte es poco alentadora, puestoque pone de relieve la tendencia del idearioposmoder nista a empantanarse en contradicciones improductivas. Claro que rasrrearla historia de conceptos, se!eccionar temas 45
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LA GENEALOGIA OEL ETHOSPOSMOOERNA
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y criticar su incoherencia es particjpar deuna hermeneutlca que podrla ser ajena a lad nica sensibilidad posmoderna, algunas decuyas vertientes niegan La presencia del pa- [Peru que cabe afi rroar en pocas Iineassado en el presente. defienden una suerte de acerca de la genealogla del et hos posmoder-ana r quismo se manncc y festejan el caos no? En lanto que filosofia, el posmodem is-conceptual. Tal vez sea pelulante senata r mo parece cnsta ttaar alrededor del escepn-que es tncobe rente cri ticar en nombre del ni- <:ismo rrente a la rnetaflsica y la concepruali-hilismo todo intento de jerarquizar ideas. En zacion, que en La historia de 1a rncsorre ccct-cualquier caso. ser consecuente con el re- dental ha tenidc diversos exponentes, entreehaze, ya sea pensade 0 irrenecvo, a Ia auto- ellos el nominalismo y su heredero, el ilumj-ridad de todo criterio racionalista de dire- ni smo, e l empir ismo, el posit ivismo y elrenciaci6n entre rnejores y peores ideas im- pragmatismo. Los coeceptcs son abstraccio-plicarta arrojarse al esrudio interminable de nes, y encajan 5610 parcialmente con los par-textos. Inclusive en las librertas que se su- ticulares a los que pretenden rerertrse . EIbordinan a carte cabal a la peculiar lagica eoncepto de caballo es reductive Irente a losdel mercado en paises con una indus- ,_,, -, atributos de los multiples ejempla-tria dinamica del lib ro, encuentra res a los que agrupa. Las filosofiasuno miles de tomos que versan sobre y las teortes sociales mas avanzadasla causa posmodemista. La red in- ensayan una conceptualizaci6n au-fcrmanca global fue aun mas prclifi- tocrttica, que se vale de conceptosca en una consulta reciente: Infoseek para aludir a la insuficiencia de losind uye 8.497 paginas que contienen conceplos para con su ca mpo rere-rererenctas al posmodemismo; Alta- rencial. Weber, por ejemplo, en-Vista menciona 3.393 documentos en 4 t ie nde los co nceplos co mo t iposlos que figura la palabra posmoder- ideales, e insisle en la necesidad denidad; mientras Northern Light apunta a construir constelaciones conceptuale s para17.470 items relativos al posmodemismo y a ernpezar a hacerle justicia a un mundo social3.872 que incorporan el rermino posmoderni- infinitamente complejo y procesal. Un con-dad. Los amigos posmodem islas recorda- ceptc economicista del capitalismo es reduc-r an segurame nte la agudeza con la que rive, ya que pasa por alto las mediaciones po-Nietzsche se mora en Asl hablaba zararustra truces. pstquicas y culru rales, entre otras. dede los mtelectuales convertidos en vacas ru- los tntereses econemiccs de las per sonas.rniantes y compreuderan que la vida es de- Adorno, por su part e, busca - tal Vel infruc-rnasiado corte como para hacerle [usticia a tuosamente---deslinda rse de l idealismo me-la idea de que lodo discurso vale. Por otra diante una cr tuce a 10 que el denomina pen-parte, aproximarse a rextos posmodernistas samtentc identitario. En 1,'1 m arecnca nega-mediante una hermeneutfca dial6gica puede tiva sost tene que el ideal eognoscitivo eon-traer consigo dolores de cabeza difieilmente sistirfa en valerse de conceptos para ab rirsetratables. Si uno recurre a cr iterios de rai- a 10 no conceptual. Wilt lilenstein, en cambio,gambre logocentrica, como el de la crttica Iavorece una suerte de principiu de toleran-rad onal, se expone a que Ie eehen en cara cia epfs temoldgica a partir del cual abogaque burdamente esta mtrcduciendo valores por el reconocimiento de las dtversas mane-Interpretativcs ajenos al objeto de estudio; ras de interpreter el mundo. El posmoder-mientras que 5i busca hacerlo medianle la nismo en sus diferentes vetas no HeRa a es-llamada observad6n participativa, eorre el tar a la altura de las ideas malS avanzadas, ari esgo de violentar el ideal de la agonislica pesar de que hadendose eeo de elias buscadiscursiva defendida por Lyota rd, patriarca en algunas de sus versiones activar un pen-del posmodernismo. Una de las marcas dis- samiento peregrino y ajeno a la sistematiza·t intivas del huidizo ethos posmoderno es que ci6n. Un cierto posmodernismo deriva deha conseguido ampararse en una buena p6li- Hume la tesis de la fragmentaci6n, de [a dis-za de seguros contra la cn tiea, y esa es una persi6n del self. A Nietzsche deben algunosde las razones por las cuales valdria la pena fe Hgrese s posmodernistas el pe rspectivis-desempolvar la palabra burgues aver si exi- mo, es dC(: ir, la decisi6n de dejar de lado latosamente se ap lica a dicha ethos. preocu paci6n que pa reee origina rse en la
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"....,...-..........~'~-'"iii!iif,. ". -". ~"-',? .~ ,,.~. '- ~ .. ~En armonla con el .conservadurismo "
r europeo, los, .posmodernistas
tienden a repudiarlas filosolla's
racionalistas v:progresistas de la
historia
Grecia antigua pa r encontrar 1a verda d.Schelling anima a algunos a tratar de superar ellogocentr ismo, mientras que Heide gger impulsa el rechazo at esencialismo metaflsico. En armonfa con el conservadurismoeuropeo. los posmodemistas tienden a repudiar las filosofias racionalistas y progresistas de Ia htstor ta. En fin, parece que el pusmodernlsmo amenaza con cuajar como cntica a la creencia iluminista en que e l usc de laraaon habrfa de emancipar a los seres hurnanos de las cadenas del pasadc, 0 sea, de 10que para los ilustrados es el peso opresivo dela tradlcion, la supersticion, el dogma y 1aobediencia ciega a la au tor idad. No es quehaya mayor claridad respecto de si el posmodernismo, en consonancia con el pcsitivismo,valera el mtto de la neutrahdad vator tca ypretende describir "objetivamente" una nueva epnca en la historia, 0 si se posiciona cMUcamente Irente a la moder-nidad. Sea ello como fuere, si los posmod ernismosno estan a la altura de lasfilosoffas mas avanzedasde las cuales se nutren, espnrque irreflexiva mente searriman en conceptos huecos, a pesar de sus intentosde ironizar el uso de conceptos. Es como si la conciencia del devenir, Ia dispersi6n , e l caos y e l conrltcto discurs ive centradaen el r econoc im iento deque los cimientos teortcosson arena movediza, produjera tal vertigo que los via-jeres posmodernos necesi-tasen refugia rse nos talgi-camente en categorias etereas convert idasen nutos fun dacional es. Los conceptos deposrnodemismo y posmodernidad pretende na nivel de los sfmbolos suturar, para hacerrefe re ncia a la metafora medica preferidapor Lacan, una realidad traumatizante.
UNA BORROSA AMALGAMA
Mediante el concepto de posmodernismose designa una borrosa amalgama de ideasIilosofioas, polnolegicas, scciolegicas, anrropol6gicas y estencas a par t ir de las cuales seofrece una Iecrura del presente. En ot ras palabras, esas ideas son ins t rumentus con losque se pretende ordenar, clasificar, categorl-
za r , es decir , dar coherencia a un campo intelectual y a una realidad social que no obstante han sido interp retados por los posmodernis tas como para ldgicos-c-como 10 pendria Lyota rd- , frag mentados, desestructur adns, conflict ivos. Tambien la meta ffsicaposmodernista- una verdadera et ica y polit ica del discurso, las lnsrltuclones academlcas,la cultura popular, el arte y las relacionesentre las personas--quiere consrituirse comosistema conceptual cerrado, mas los conceptos-paraguas mediante los cuales trata deproregerse de la tormentosa realidad socia lde nada serviran para impedir el inevitablenaufragio, hoy en dia en ciemes, de dichametaffsica.
Por mas que uno plantee la pregunta , queson la posmodernidad y el posmodernismo?r econociendo que los te rmmos en cuesnonson polisemicos, no deja de exponerse a la
sosp echa que esa preguntae s tendenciosa. De sd ecierta lectura, la pregunt aparece dar por sentedc 10que e l posmodernismo, almenos en algunas de sus encarnaciones, pone en duda,y es el uso esenctattsta delIen gu aj e. La pr egunta sevale de una de las conjugaciones del verbo ser , verbaque segrin ciertas crtttcasposmodernistas a la metaflsica fun ge como diabolicomercenar io de un pensa miento cuyo nefasto, insidioso y no del todo domeiia-do poder se ha centrado enla categorizaci6n, en la asignaci6n de identid ades inmu-
tables. , Por que suponer de antemano quehay un solo posmodernismo 0 que la palabraposmodernidad tiene un referent e unfvoco?,Que autoridad cobija a Arist6teles , pa reeenpregunta r los que se oponen a la cancnizaci6n de ciertos texros de la filosolia occidental, cuando en nombre de la tira nfa logocenm eta desaconseja, 0 tal vez busca proscribir , el uso equfvoco de los conceptos? Ademas, como nos 10 recuerda Foucaul t, ap6stolde algunos de los posmod ernismos, a tododeseo de saber 10 impulsa una voluntad depoder, o-siguiendo a Horkheimer y Adorno- de dominacien conceptual de la natura leza.A los posmndem ismos, si algo los define, esuna cierta hostilidad para can todo intento de 47
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defmirlos. cion entre saberes locales y discursos uni-Se podrla alegar, claro esta, que Lyotard versaljzantes a la cri tica al imperialismo tea.
esboza algunas de riniciones. En su - fnroe- rico, a logocracias que como en el caso de Jame" acerca de 10 que tconoctastamenre con- internacional neoliberaJ menosprecian lascibe como eJ estado actual del conocimiento, diferencias, cae en et nihilismo del todo vale.Lyotard define et posmodernismo como un Lyotard concibe el espacio de la comunice-movimiento eminentemente esrencc opuesto ciOn como un espacic descentrado en ...1 queal CUIIO modem ista de 10 nuevo, y 13 condi- a ningUn ideario Ie corresponde la primadacion posmodema como ta inc redulidad fren- moral, politica 0 epistemologica , excepte quere a narranvas omnicomprens ivas. Las defi- La condici6n posmoderna perece presupo-nid ones de Lyotard dan 1.1 imprestcn de ser ner 1.1 superioridad de una etica del disenso.credulas y de afincarse en un discurso que, EI elogio abstracto y ahist6rico de 1.1 poliva-como suele suceder en cases de ccnructc. se lencia, sin embargo, no encaja con 1.1 ontolo-mimetiza a su adverse- gla del presente. Las etica s que rectaman 1.1rio, es decir, a 10 que el r-:;'].;:;z::;;;:p.7 --,validez universal de 1.1llama met anarrativas. tolerancia son hoy enPero es pr em atu r e dfa extemporaneas, yacusar a Lyota rd de pasan par alto 10 into-se r in conse cuente . lerantes que son lasUna acusacton de esa practices econcmtces,indole coloca a Lyo- culturales, potrttcas ytard en el terreno con- eco fogicas vigentes .ceptual que el parece 1\0 deja de extranar 10querer no prsar, a sa- en rai zada s que estanber , el del fundacio- algunas formas tradi-nalismo, valga el an- cionales de dominaci6ngli cismo. De sp uh incl usive e n aquellasde todo, el princip io instituciones en los An-de 13 no contradic- des hodiernos cosmopo-cion y 1.1 entice a la litamente comprometi-incoherencia perte- das, .11 menos dientesnecen .11 espacio de para afuera , con 1.1 im-1.1 16gica deducuva, portacion de valores Ii-que como uno de los berates. Perc ser ta in-pilares del pensa- justo dejar de recoeocermtento occidental que en va rias en lidadesha privilegia do e l comerctetes, medicas, in-ideal de 1.1 de mos- dustr iales y educativast r ac ten racional, ~s:~~ que pretenden eternizares decir, de 1.1 de- ,. el sis tema de 1.1 hacienda,mostracicn a base . -- - I el amo patron ha aprendi-de fundam en tos..~:-:::-:=:::;;:--__...:._-..:~~- 1O<nr~ do a usar tarjetas de ere-Desde una perspecttva ractonalts- dito. Es de suponer que elte, el libro La condtcton posmoderna apare n- sincretismo htstortco de tales lnsntuctonesta viajar a toda velocidad y sin frenos hacia se presta para una lec tura posmndemtsra,el pantano de fa contradicc ion, pues da por mas no hace falta acudir a una mala muletasentada la superioridad del juego dellengua- conceptual en ares de atumbrarlo. Abogarje a partir del cual se afirma que no hay ma- pol' que se tolere el presente es abogar porianera de ubicarse fuera del espacio de 1.1 ago- aceptaci6n de 1.1 intolerancia sistematizada.nlstica de los juegos de lenguaje para diri- Cabe acotar que la aporia a 1.1 que conducemir los ccnfltctcs discursivos. Mas no se co- el rechazo metafisico a 1.1 metaffsica no esnoce forma alguna de demostrar 16gicamen- privati va de Lyota rd, Rorty afaba el concep-te la validez de un discurso. Lyotard tncu- 10 kunderano de liviandad y las supues ta-rre, mas bien , en una falacia eminentemente mente posmetaffsfcas , livianas, ex perimen-moral y pnhuca. Luego de-intencionada- tales y pl.bticas ide ntidades liberales. Demen te 0 no--cont ribuir mediante 1.1 diSlin- manera esencialista, y con todo el peso de su
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Con laposmodernidad., ..
'se hageneralizado la
incredulidadfrente a losdiscursos
omniabarcativos
C~N es su bruj ula moral y polttica. Ta mbien esespecula t iva lainte rpretaci6nde Lyota rd delmar xismo y laciencia. Es indud ab le queentre el es tanca mi ento, laanomia y el cinismo que caracterizaronal burocratismo sovieticc,p ar a no ha b lar de labarbaric esta lin is ta, yla idea deun a soc iedad en laque los indi vid u o sse a utoc r ea r ia ncomo se-r e s hu -
l ---~=:.~~~;;~ man os u-ores y solidarios, hayuna brecha abismal. Tempoco cabe duda de que el cientificismo pierde de vista la in-capacidad de la ciencia paradar r e sp uesta c ient if ic a apregunta s cr ucia les, comoaquellas que indagan acercade la funcien social y la deseabiJidad de la investigacioncientifi ca y las innovacionesrecmca e. Pero Lyotard dejade lade la incredulidad al inter pr eta r el marxismo y laciencia como si el colapso delsocialismo burocrattcc y lasrigideces de la ideologia cien
tificista fueran todo 10 que cabe decir sobrelos textos de Marx 0 sobre la relaci6n entrelas ctencias experimentales y la sociedad. Abase de una lectura reduccionista del marxismo y la ci encia moderna, Lyotard lostransfor ma en metanar rauvas. Parecer iaque estuviese proyectan do, en el senti dofreudiano del termina, el espiritu de sistemacaracteristico de La ccndictc n posmoderna,
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infundada farna, sin ember go, Ror ty s ec o m p r om e tecon una metafisica, etica y polftica de las identi-dades personalesal insis ti r en lasuperiori dad delconc epto li ber alde libertad. Dichoconcepto no se li-mita a figurar enel campo de las disputas filo sOfica s;una de las ve r sio-nes de ese concep-to, por ejemplo, s ir-ve de munici6n en elarsenal de los inge nieros secretes neohberales.
La idea de que seha gener alizado la incredu lidad fr ent e adiscursos omniabarcat ivos. entre los cualesLyotard ubic a a lacienc ia expe rimentalmoderna y al mar-xismo, podr ia mterpretarse como una reformulaci6nde la teorte weberia na de ldesencantamiento del m undo. Claro que a diferenciade Weber, Lyotard se quedacon un fil osofema , puesguarda silencio acerca de lalocalizacion historica, geegra fica. cultural e institucionat de la incr edulidad. i.Aquienes cobija la incred ulidad? ,A quienes les sirve demuleta? La espec ulaci6ndesmaterializada puede con-ducir a pensar premature-mente que ciertos suenos se han heche realidad. Lyotard escribe como si la utopia de uncam po dis cur-s iv c descentrado hubierareemplazado a las est ructura s ccmuntcattvas contemporaneas, que no han dejado deconcentrar en pocas manos un poder avasallador. Lo unico descentrado acerca de SonyEntertainment, el imperio noticioso de Murdoch, el conglomer ado Time-Warner 0 la
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Otrosposmodernismos
parecenreproducir 10 que
se ha estadoreprochando almodernismo, a
saber, el cullo de10 nuevo
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en 1a compleja historia de formaciones discursivas adversarias. En todo caso, mientras Weber sostiene que la modernizacien enOccidente es desacralizante, que el desarrollo de la racionalidad recntco-ctent trtca va dela mano de la desarticulaci6n de cosmovtstones rruticas, animistas, magicas y religiosas,Lyotard sugiere que 1a hegernonfa de dicharacionaiidad ha entrado en crisis, que 1aciencia universalista se apoya en un mito enproceso de desmantelamiento, segun el cuale l conocimlen to cientifico es superior a lasnarrativas locales. Parece, entonces, que 1afilosofia de la historia que Lyotard prefiereno es rupturista . Lyotard estaria entendiendo la posmodernidad como la continuaci6nde Ja des mitoJogizante modernidad, iluminada magistralmente por la soc iologia weber iana. La di ferencia entre Lyotard y Weber radice en que e l primero arroja una mirada esceptica a formaciones discur-srvas e instituciones que parad6jicamente habr tan sido entiempos mode rnos acrft icamente aceptadas. Es dec irque la posmodernidad, tal como Lyotard aparenta conceb irla, no r ompe definitivamente con et pasa do. El posmodernis mo e n a lgu nas desus vetas rechaza el mito de 10radicalmente nuevo y el optimis mo f ut urista can el quedesde Baudelaire se identificaa una modernidad en busca dee nte rrar el pasado. De a hfque en nombre del posmodernismo se privilegie a veces e lconcepto de nosta lgia, y queen pel fc ulas como la salvaj e Pu lp fiction , pa ra menctona r uno entre mu ltip les ejemplosposible s, se ci te fragmentos ffl micos de lahisrorta del cine. Mas aun, el concep to deposmodernismo se ve ocasicnalmente con vertido en chicle . En junio de 1997, un mistonero de la nueva fe , enojado profundamente can la tesis habe rmas iana segun lacual Foucault incurre en una cont redtcctonrealizativa cuando argumenta que la voluntad de verdad refleja una vcluntad de poder ,as evero que Plate n ya fue posmoderno. Laidea es que como Der r ida mantiene que a labusqueda log ocentrica de la cohe rencia laimpulsa un deseo, y como Pla ten sosnene enIa Republica que a la dialectica la anima eldeseo de alcanaar la sab iduria, ergo Plat6n
esta entre los posmodernos. Si el pos modernismo t ie nde a cr ista liz ar al rededor de laidea del descent ramiento del campo intelectual, si es que se inclina a cnttca r la monopolizaci6n de la autoridad discursive, entoncesdificilmente cabe susc ribir lo y a la vez descalifica r perlas conceptuales como las queencier ra e l intento de convertir a la filosofiaplat6nica en un ejemplo de la mada intelectua l de turno.
Otros posmodernismos pa recen reproducir 10 que se Ie ha estadc reprochando al modernismo, a saber, el culto de 10 nuevo. Tr iasy Argullol sospechan que eetamos viviendeun cambio epocal, cuyo telos no divisan, percque les pa rece qu e apunta a la resacralizaci6n del mundo, a la recupe raci6n del mito,par ejemplo. En una conferencia que Ar gu1101 dio en Quito hace algunos an os sos tuvcque a la soc ieda d solo puede ve rtebra r ia el
mito, y que la cr itica racionalista tiende a ser un disolvente de los laws entrelas perso nas . Per o serfainco r recto identif ica r lamode rnidad excfusivament e can el desenca ntamientodel mundo 0 con el dominioabsoluto de la racionali dadins trumental. AI menos,como inte rpretaci on de latecrfa weber- lana de la diseminaci6n de la racionalidad occidental 0 como interpretaci6n de la Dialectica del iluminismo de Harkheimer y Adorno, esa con-cepci6n de la epoca moderna es reductive. En la Eti
ca prctestante, Weber anuncia, algo ne bulosamente, e l surgimiento de nue vos dioses,mie ntras que Adorno y Horkheim er conctben el cientificismo, la tendencial planetarizacton del calculo econ6mico y 1a profundizaci6n, ciertamente en el mundo norat lantico, de la dominaci6n bu rocratica de los ind ividuos, como indicios de una ilustraci6n fallida , que deviene en su contrario, el mito.
A pesar de que los posmoderrusmos pa rece n coincidir en su aprobaci6n de un pen sa·mientc peregrino, que se nut re del perspec tivismo y deve nir nietzscheanos y de la ideade la realidad como un horizonte hermeneuu co abierto, algunos de e llos se afe r ran auna reificaci6n, a la equivocada rests de quela era de la desmitologizacion ha lIegado a su
fin . Cabe agreger que Weber entiende susconcepres como tipos ideaJes, como cons rrucctones lnpoteticas abocadas a ordena rconceptual mente una parte de la infinitamente compleja realidad empirica, mientrasque 1a Dialectica del i1uminismo es ta cons.cientemente estructurada como una conste!acion de fragmentos filos6ficos . En todo caso, si se insiste en periodiza r la histor ia demanera rfgida , como si una supuesta epocaposmodema se deslindara de La desencanta da modernidad, y pocas rereas mterpretetivas encier ran tantas dificu ltades como el intento de periodiza r la historia , se pierde devista una de las marcas distint ivas del mundo moderno, inde pendientemente de et seafirma que la modemidad empleza en e l siglo XVI, como sugtere Habermas, a fines delXVIII , scs un la pre ferencia de Foucault , 0como Iuere . Se pierde de vista que a la propagac ion de la racionahdad tecntco-ctcnttnca, a la conversion del homo economicus enmode lo de la identidad personal y a la secularizac i6n de la autoridad politica, las ha acornpaf iado la idoLa tria de Ia ciencia y la tecnica,la deificaci6n de las mercanc tas y la obsecuencia I rente al autoritarismo polIt ico. Sibien habrja que respaldar empfricamente larests ante r ior , no serta infructuoso orientarLa invesliRac i6n a partir de la idea de que,mienreas la ciencia y la tecnica se han amparado en una especie de rel igion, el cientifictsmo; e l Mercado se ha anidado en un ethoseconomicista y en el hechizo de las mercanetas , y la hoy en dia terrena au toridad politica no ha dejado de apoyarse en la fe en unpoder aglutinante, como es el case de los mitcs naciona tis tas . En resumen, el posmodernismo se tamba lea entre concebtr La posmode rnida d como la prolongac i6n 0 como elreemplazo de la e ra moderna. Tampoco estaclare, como 10 ha senalado John McGowan,si el posmode rnismo celebre el supuesto advenimiento de la posmodernidad como sifuera una epoce de pluralismo moral y politico, 0 si 10 crit ica en tanto que consolidacinndel dominio de la racionalidad instrumental.De cualquier modo, podria pa rece r c rasamente incoherenre la rests segun la cual hayun posmodernismo crfticc. La crit ica, comodir ia Habe rmas, pretende se r va ltda; 0 seaque presupone que es su perior epist emica ymoralmente a su objetc . Los posmodem ismos, sin embargo, dan la impresion de cent ra rse en el elogio del descentramiento discu rsivo. Un posmodernista cntico podria tal
- ......v e zsostene r que, asf como el Wittgenstein delTractotus y sus admiradores posit ivistas vene l cientificismo como la ult ima metafisica ,como una escatera desechable que deberialIevar a la cumbre de una filosofla entendidacomo la sintaxis 16gica de la ciencia , la cr !tica a la tendencial globalization de la racionalidad ins trumental es tarfa sembr ando e lcampo para que por fin floreciera e l respetoa las diferencias, a la otredad. Como fuere ,el pos modernismo crruco no es s ino un ext racto del licuado de ideas hallables en obrasde Marx, Schelling, Kant, Hegel , el Romarmcis mo aleman, Heidegger , Adorno y Horkheimer, Levinas y el Husser! de La c risis delas c tenctas europeas y la fenomenologiatrascendental , entre ctros . y no esra claroque es 10 que se obtiene colocando esas ideasbajo la sombra del posmodernismo. Perc siuno de los posmodemismos es abiertamenrec rit ico, los presuntamente liberales posmOo
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POSMODERNIDAD
La transmision deconocimientos
cientrlicos l iendea afincarse en
una concepciondesmalerializaday deshistorizada
de la practicacientifica
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dernismos de Rorty y Lyotard, que se postcionan escepticamenre Irente a la crftica a laideologia inspirada en Marx y al tntento psicoanalftico de desenmascarar la subjetividad, no dejan de cobrar forma por la via dela crftica , de 1a exclusi6n de altemarivas discursivas.
Los lenguajes extstenres identifican, recortan, seleccionan su cam-po referendal. Mediante laconceptualizacion se clasifica y se categoriza el mundo,se introduce diferencias enel y se 10 somete a critica,en el sent ido de separar ydiscr im inar , que e l verbocriticar encie rra. Por masque se use el lenguaje Iudica. sarcastica, ironica 0 einicamente, todo acto discursivo activa valores, preferencias, inclinaciones , prejuicios, intereses y paaiones.Incl usive postulados ctenuncos aparentemente incontrovertibles, como la ley dela gravitacion universal, ca-nalizan valores inst ltucionales, incorporandiferencias de poder, a puntalan interesescngnoscit ivos y expresan pasiones- Ia paslon por 1a teorfa, por ejemplo. A pesa r deque se tiende a ensenar las ciencias naturales como si constsrteran de verdades puras,t rascendentes e inrnurables, toda aseveraci6 n cient lfica se convier te en una abstraccion vacfa s i se la aisla de las ci rcunstanciasmateriales en las que se ve producida. Losenunciados cientificos encierran toda unahistcrfa, la hismria , por ejemplo, del connieto que la ciencia moderna entabla con la asrrologfa, la alquimia, el mito, la superstici6n,la magia y la fe. Como 10 ha anotado Feyerabend, en tanto que en el ambi to de la docenc ia la t ransmision de conocimientos cient ff'icos riende a af incarse en una concepciondesmarenalizada y deshistcnzada de Ia practica cient lfica, esta se convterte precisamente en aque llo que dice no ser, es decir, endogma. Los posmodernismos parecen quecoinc iden en querer deconst ruir las pretenstones universalistas del logocentris mo, enrechazar cnncepciones naturalistas de l lenguaje y en poner en duda la idea de que laverdad consistc en la correspondencia ent reel lenguaje y su obje to. Pero al combatir elrealismo, el obje tivismo y el natura lismo
dogmaticos y s implis tas insis t iendo en e lperspectiv ismo, en la ineluctabilidad de lainterpretacion y en la elasticidad hermeneutlca, uno no se despoja de todo compromisoonto16gico y vatortco. El liberalismo, el relativismo, el pluralismo e inclusive el nihilismo deben ser entendidos como ericas minimalistas, perc de todas forme s como ences.
T ienen raz6n los posmodernistas cuando sostienen quelos compromisos te6r icos ,morales y estencos no sonpusibles de fundamentaci6nte6rica. Quienes de form acienti f icis ta han asum idoque conocer implica conocer apodfcticamente, es decir, segun los canones de lademostraci6n logica y ma tematica, han perdido de vistaque s u e pis te mo log ia nopuede ser fundada de la maonera en que proponen establecer la validez de los co-nocimientos. A la creenctaen que la ce rteza es deseable no la apuntala ciencia
exacta elguna. Pe ro de eso no se sigue queno hayan buenas razones- no se a lude arezones concluyentee, que son probablemente ina lcanzables- pa ra diferenciar entre mejorcs y peores modes de relacicnarse con la naturaleza y con [as demas personas, 0ent re maneras bonda dosas yviolentas de formar a las futuras generaciones. No se procede more geometrico euando se razona en co nsona nciacon Plat6n que para esta r biencon los demas es necesaric quecada uno este bien constgomismo 0 cuando se ade lanta la tests segun la cua!hace r vtot encta es hacerse vtotencia. perc elque no se proceda moregeometr ico no implicaque quepa s itua r dichas ideas en e l mismo plano mora l que laba rba r ie . Un c ie r tcposmodernismo ha contribuido a erear un climade qucmc import ismo, yta l vez tambien de 10 que
Nietzsche llama Schadenfreude , es decir, alegr ta freme a la desgracia. Claro que a 1.1 luzde un en extrema destructive siglo XX en visperas de verse clausurado cabe examiner erlticamente las filosofia s progresistas de la historte que contribuyeron a pone rlo en marcha.Pero ello no significa que debao tener la ultima palabra aquellos posmodernismo s que secen t ra n en la tesi s del descent ra miento delespacio comunicativo, reclaman para slla auto ridad discursive pa ra abogar a destiempopor el an arquismo moral, de sconocen su crttica a los discursos crlticos, y a pesar del ruidoque anuncia el fin de las ideologlas defie ndenuna ideologia dedicada a silenciar a la crtncaa l capitalism o contemporaneo. Dicha criticase rehusa a contemplar ludicamente la ent ronlzacion de un prcductivismu y consum ismorapaces. de una racional idad administretiva,tecnica y cie nttfica suicida.
Sin emba rgo, tampoco la crmca al posmodernismo debe a r rogars e Ia ultima palabra.La volunta d de construir sis temas cerradosde pensamiento no esta exenta de responsabilidad frenre a los crfmenes del totalitarismo.La conceptual izacion, que es reificant e parantonomasia, dificilmente puede hacerle justicia a un concepto polisemlco como el de pesmodernismo, que pretende refer ir se a proce50S culturales, politicos, sociales y economicos enor memente complejos. Mas el posmndernismo, con la posible excepci6n de su ver-
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POSMODERNIDAD
tiente arquitect6nica, pa rece resfsnrse a lacomprensi6n, por mas comprometida que esrecan la exigencia moral de mant enerse abiertaal dialogo her meneunco. EI posmodernismoba ila s imult<i neamente en por 10 menos dosfiestas: es el sella de una metaffsica que pretende pa rcelar categdricamente la historia yes rambien un concepto comodin, que por buscar Huminar inclusiv e la situaci6n social delos Andes precolombinos, como anotaba f ernando Bustamante, que por querer decir lo todo, t ermina difuminandcse hasta no decir nada. Habiendo activado el piloto aut omatico,es faci l interpreter 1a preemine nci a en elmundo an dino del eufemismo, el barrcquis moen las formas de conducta y el nietzscheanobaile de mascaras como pruebas del a rribo dela posmodernidad 0, quien sabe, de su vigencia desde t iempos remolos, como si las ab str usa s ideas de Baudrillard por fin hubiesenencontrado un referente. Ma s se puede pensar el exuberante mundo andino de manerasin finitamente productivas si n te ner mecantcamente que refugiarse en la nueva metafisica, la cual se a finca en ccncepros si n dudasexy, pero no obstant e amorfos. No se t ratade revivir el cadaver de la historiografia positivista, que solo dura nte un cortu tiempo logr6camuflar los compromisos ontol6gicos y val6ricos que la orientaban. Pero en tanto que filosofia de la his toria, el copioso posmode rnisrno es, nasra nuevo aviso, esotertco.
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