EL ESPACIO VITAL COMO ESCENARIO DE TRANSFORMACIÓN
EXISTENCIAL1
Por: María Elvira Tobón Villa
El yo no puede captarse ni pensarse más que ligado al mundo.
Heidegger
Resumen: En los últimos años del siglo XX y principios del siglo XXI la ciudad de Medellín ha vivido un gran desarrollo y una potencialización que se debe al impacto de grandes transformaciones de orden urbanístico, arquitectónico, político, cultural, económico y social. En este sentido, el presente artículo es un producto derivado de un macroproyecto de investigación que se aproximó a un estado del arte sobre los fenómenos psicosociales emergentes en los últimos años. Surgió en este proceso la macrocategoría de Inclusión que se articula y se desarrolla a lo largo del artículo a través del Espacio Vital como una categoría emergente. Para desarrollar ésta última se tocan otros aspectos como el espacio público, la calle, los símbolos de ciudad y la cohesión social. En la pesquisa y en la construcción de la investigación se encuentran unos escenarios y espacios de transformación que se han convertido en espacios vitales para la existencia de los habitantes de la ciudad de Medellín.
Abstract: In the last years of the twentieth century and early twenty-first century the city of Medellín has experienced a great development and potentiation due to the impact of major transformations in the urban, architectural, political, cultural, economic and social aspects. In this way, the present article is a product derived of a macroproyect of investigation that approximated to a state of art about the psychosocial phenomena emerging in the last years. In this process arises the macrocategory of Inclusion that its developed and articulated along the article through Vital Space as an emergent category. To develop it, other aspects are touched, such as public space, street, city symbols and social cohesion. In the research and construction of the investigation, are a few scenarios and spaces of transformation that have become vital spaces for the existence of the inhabitants of the city of Medellin. Palabras clave: Medellín, Transformación, Espacio Vital, Inclusión, Espacio Público, Calle, Cohesión Social, Símbolos de ciudad.
1 Este articulo hace parte del macro proyecto: “Aproximación a un estado del arte sobre los
fenómenos psicosociales emergentes a partir de la transformación de la ciudad de Medellín entre los años 2000 a 2007. Línea de investigación Transformaciones Contemporáneas. Semillero Kirón. Universidad de San Buenaventura. Medellín.
1. INTRODUCCIÓN
Medellín es la capital de Antioquia, uno de los departamentos en los cuales está
dividido políticamente la Republica de Colombia. Se ha caracterizado por ser la
segunda ciudad del país en importancia por su población y factores económicos,
socio-políticos y culturales, entre otros. (Concejo de Medellín, 2005). Situada en el
noroccidente del país, en el centro del departamento, se encuentra el Valle de
Aburrá cuya depresión profunda y alargada se sitúa en la Cordillera Central de los
Andes. La ciudad de Medellín limita al norte con los municipios de Bello,
Copacabana y Girardota; al sur con Envigado, Itagûi, La Estrella, Sabaneta y
Caldas; al oriente con Guarne y Rionegro y por el occidente con Angelopolis,
Ebéjico, y Heliconia. Algunos de estos municipios se integran cada vez mas con
Medellín, formando el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, “no sólo como unidad
geográfica, sino económica, sociológica y de desarrollo urbano” (Concejo de
Medellín, 2005)
La ciudad tiene trescientos treinta años de historia, desde que el Capitán Jerónimo
Luis Tejelo y su ejército descubrieran el Valle de Aburrá en 1541, medio siglo
después de que Cristóbal Colón llegara a las tierras de América. Tiene también
ciento cincuenta y un años como capital del Departamento de Antioquia, lo que ha
hecho que atraviese diversas circunstancias históricas que han rodeado su
construcción; siendo protagonista de los procesos sociales, económicos y políticos
que han acompañado el desarrollo no sólo del departamento de Antioquia, sino de
Colombia entera.
El siglo XX ha sido decisivo para Medellín, ya que a principios del mismo se
afianzaron nuevas industrias que pasaron de ser de tipo artesanal a ser grandes
industrias. Entres esas se puede recordar la fábrica de gaseosas Posada Tobón,
fundada en 1904, hoy conocida como Postobón, también a principios de siglo se
consolida la empresa cementara Argos, la productora de vidrios Peldar, entre
muchas otras, que como éstas dieron lugar a que Medellín mereciera años después
el titulo de “Ciudad Industrial de Colombia” (Jaramillo, 2005). En la década de los 30
se afianzan procesos importantes de industrialización y desarrollo urbano, con el
gran auge empresarial y financiero. Todo esto se pudo ver reflejado en la
construcción de nuevos edificios, espacios públicos y sistemas de transporte que
debían albergar tan acelerado crecimiento.
La década de 1950 es un momento clave en la historia de Colombia, y por ende
para la Ciudad de Medellín. Se denomina a esta época como “La Violencia
bipartidista”, como un periodo que se caracterizó por fuertes peleas entre los
partidos liberales y conservadores hasta el punto de llegar a asesinatos, odios,
destrucción de la propiedad privada y terrorismo por el alineamiento político,
desatados el 9 de abril de 1948 tras el asesinato del liberal Jorge Eliécer Gaitán”.
(Wikipedia, 2009) “La violencia política partidista arrasa con campos y ciudades,
generando un clima de zozobra y temor. Los pobladores del campo intensifican su
deserción hacia las zonas urbanas, situación ya iniciada por la atracción del
desarrollo industrial que producía el espejismo de bienestar urbano, ampliándose
así la población obrera…” (Jaramillo, 2005, 102). Esto genera que en Medellín se
aumente el número de habitantes y se urbanicen terrenos que no eran considerados
como posibles zonas de construcción, haciendo que la población crezca
notablemente. “Según el censo de 1951 la cabecera municipal contaba con 328.294
habitantes que implicaba un aumento anual de 14.700 personas a partir de 1930”.
(Jaramillo, 2005). Tanto el desarrollo industrial como la creciente migración hacia
las ciudades, hacen que en Medellín se tuvieran que proponer y ejecutar planes de
desarrollo orientados a abordar el tema de déficit progresivo de vivienda urbana y
hacer todo un proceso de reordenamiento urbano. Se comienzan a construir nuevos
espacios y nuevos edificios, se emplean diseños arquitectónicos modernos y
materiales de construcción novedosos.
Simultáneamente en la década de los 60 “el estrechamiento de relaciones con los
Estados Unidos y su supuesto apoyo a los procesos de reforma agraria traen
consigo una invasión de `colonizadores´ que bajo la etiqueta académica de
`cuerpos de paz´ llegan a diferentes partes del país y con ellos los primeros
compradores de marihuana, ya de moda en el país del norte, por el naciente
movimiento Hippie y las funestas consecuencias de la loca guerra en Vietnam,
sentándose así las bases para el destructor narcotráfico” (Jaramillo, 2005, p. 124)
Es entonces, desde la década de los 70 aproximadamente que Medellín comenzó a
vivir un proceso de transformación psicosocial que afectó todas las esferas, no solo
de la región sino de la nación, ya que sería protagonista de múltiples hechos, donde
el común denominador fue la violencia. El surgimiento de las mafias colombianas de
la droga y el fortalecimiento de la actividad del narcotráfico como lo fueron los
carteles de droga de Cali y Medellín, hace que se cree una nueva “clase emergente
que se apropia agresivamente del espacio urbano”. (Jaramillo, 2005, p. 138). La
presencia de la mafia en la ciudad desata un conflicto sangriento, que se propaga
no solo el área urbana sino también en el área rural a través del conflicto armado
(sicariato, guerrilla, delincuencia común, etc). Esta nueva “clase emergente” tiene su
relación causal con la ruptura de viejos valores de la sociedad antioqueña, “pérdida
de valores morales, religiosos, cívicos, éticos del ciudadano” (Franco 2004, citando
a Torres 1992. p. 20), que se deben en gran parte a los procesos de modernización
económica que empezaba a imperar en la época. “… un cierto modo de ser del
paisa, proclive a formar parte de empresas riesgosas, con amplias posibilidades de
ascenso social, y enriquecimiento personal” (Franco 2004, citando a Salazar 1992,
p. 21), que “…activó algunos valores atávicos latentes tales como: el afán de lucro,
la sagacidad, el espíritu guerrero y aventurero, la búsqueda del éxito, el machismo y
la hombría” (Franco, 2004, p. 21).
El daño hecho a la ciudad por parte de las mafias era en un principio difícil de
calcular, sin embargo implicó un costo altísimo en vidas humanas a través de
homicidios, secuestros, masacres, bombas, extorsiones como mecanismos de
financiación, entre muchas otras. Esto marca a nivel psicológico dejando traumas,
miedos, desconfianza, aislamiento, ira, resentimiento, dolor, sufrimiento, soledad,
muerte, como también secuelas que se reflejan a nivel social, político y económico.
Esto último se ve reflejado en la recesión económica, en el desempleo, en la
desigualdad social, en la pobreza y en el miedo a invertir en la ciudad, lo que detuvo
repentinamente un gran desarrollo que se venía gestando desde principios de siglo.
Se registra que esta guerra dura intensamente desde los 80 hasta finales de la
década de los 90, sin olvidar que aun permanecen muchos de los actos violentos en
la ciudad.
En los últimos años del siglo XX y principios del siglo XXI la ciudad de Medellín ha
vivido un gran desarrollo y una potencialización que se debe al impacto de grandes
transformaciones de orden urbanístico, arquitectónico, político, cultural, económico
y social. Esto se puede evidenciar en las grandes inversiones que se han hecho en
la ciudad en cuanto a su transformación vial, los cambios estéticos de la ciudad que
le apuntan a una ciudad más amable, mas “linda”, en la recuperación de los
espacios públicos, en los escenarios dispuestos para el arte, para el
entretenimiento, para la educación, para el esparcimiento, para la movilización del
peatón, entre muchos otros. Además se ha visto como los índices de criminalidad
han disminuido fuertemente y han hecho que Medellín dejara de ser considerada
como la ciudad más violenta del mundo en los años 80 a pasar a no serlo. En gran
parte, este proceso de transformación se debe a la administración del Alcalde
Sergio Fajardo, quien en su plan de desarrollo 2004-2007 se propone realizar
grandes inversiones en temas de urbanismo y arquitectura como medios de
transformación social profunda.
Además, Medellín recobró su condición de ciudad Industrial y hoy se ha convertido
en una de las principales “Heartland (centro del poder político y económico que
domina la región) del país, y como tal debe tener la infraestructura necesaria para
albergar el desarrollo económico, político y cultural que la región requiere. Esto
involucra la construcción y la conservación de las edificaciones.” (Bernal, 2004)
Estos y muchos otros factores han incidido que en Medellín se estén presenciando
dinámicas diferentes en cuanto a la manera como las personas se relacionan, viven
y asumen la ciudad. Es probable entonces que detrás de todo esto se encuentren
fenómenos psicosociales que merecen ser comprendidos desde una óptica
psicológica e investigativa. Entre estos fenómenos se pueden encontrar por
ejemplo nuevas formas en que los ciudadanos perciben su mundo y su ciudad,
nuevas formas de convivencia, nuevos estilos de vida, el acceso a los derechos
humanos, sentimientos de libertad, tranquilidad y paz, entre otros fenómenos que
emergen de múltiples cambios y transformaciones que ha vivido la ciudad. Se han
encontrado textos que develan diversos escenarios, sin embargo, no hay evidencias
explicitas que puedan dar cuenta de estos fenómenos. De lo cual si se logran inferir
estas situaciones como las mencionadas.
Con relación a lo anterior se viene realizando un ejercicio investigativo con el grupo
de investigación Transformaciones Contemporáneas y el semillero Kirón de la USB
que consiste en hacer una aproximación a un estado del arte sobre los fenómenos
psicosociales emergentes a partir de la transformación de la ciudad de Medellín
entre los años 2000 y 2007. El ejercicio es de corte cualitativo, con un enfoque
fenomenológico hermenéutico, utilizando como técnica la revisión documental que
se aproxima a un estado del arte, pero sin serlo por ser un ejercicio investigativo.
Los acercamientos investigativos de tipo cualitativo se entienden como aquellos que
“reivindican el abordaje de las realidades subjetiva e intersubjetiva como objetos
legítimos de conocimiento científico; el estudio de la vida cotidiana como el
escenario básico de construcción, constitución y desarrollo de los distintos planos
que configuran e integran las dimensiones específicas del mundo humano y, por
último, ponen de relieve el carácter único, multifacético y dinámico de las realidades
humanas.” (Sandoval, 1996 p. 35).
Estas realidades subjetivas fueron leídas y comprendidas mediante un estudio de
tipo documental a través de una pesquisa bibliográfica que se aproximó a un estado
del arte. Es de aclarar que el presente escrito es una construcción teórica basada
en la lectura de textos y no hace énfasis en el relato de sujetos.
María Eumelia Galeano define el estado del arte (2002; Pág. 1), como aquella
“investigación sobre la producción investigativa, teórica o metodológica existente
acerca de determinado tema para develar desde ella, la dinámica y lógica presentes
en la descripción, explicación o interpretación que del fenómeno en cuestión hacen
los teóricos o investigadores”. También conceptualiza el estado del arte sobre
fuentes documentales en investigación cualitativa como una “investigación sobre “lo
conocido” de la producción documental existente, sobre la investigación cualitativa,
que trasciende la recopilación y el ordenamiento de los materiales, y conduce a
formular supuestos y propuestas de acción referidas a esa área del conocimiento”
(Galeano y Vélez, 2002; Pág.1)
En este orden de ideas, el enfoque fenomenológico trata de comprender el
significado de la existencia humana y cómo los sujetos experiencian el mundo, para
lo cual se propone hacer una descripción de esta, con el fin de captar, entender y
comprender el fenómeno para luego llegar a interpretarlo, antes de elaborar
explicaciones abstractas acerca de la vivencia de una persona. (De Castro, 2008).
Se intenta develar un significado, el significado esencial del fenómeno bajo estudio,
a través de la descripción.
Cuando se hace una descripción y posteriormente una interpretación se hace
referencia a la fenomenología hermenéutica, esta “exige, entonces, que el
observador (llámese investigador, psicólogo, terapeuta) debe tratar de clarificar su
posición (prejuicios, disposiciones e interpretaciones) en relación dialéctica con la
situación y persona con quien se encuentra.” (De Castro, 2008, pag 25). En una
perspectiva de revisión documental se entiende el proceso investigativo a partir de
una perspectiva hermenéutica, como un proceso que implica una postura dialéctica
entre investigador, objeto de estudio y la teoría; con el fin de realizar una
interpretación de las palabras, los escritos, los textos, entre otros, en relación con
un contexto social e histórico especifico que permita en última instancia develar los
significados esenciales. (Martinez, 1991)
Como acto investigativo, este ejercicio ha requerido, como lo menciona Galeano
(2002, Pág. 3) “un trabajo de artesanía intelectual que supone la realización de
procedimientos de clasificación, categorización y conceptualización permanente,
orientados al establecimiento de conexiones, limites y umbrales que diferencien y
den cuenta de la multiplicidad y variedad de la producción presente en los
materiales analizados. “
En relación a esto, Von Eckartsberg (1998) citado por De Castro (2008) muestra
que hay 4 pasos generales y básicos que se requieren para hacer una investigación
con un enfoque fenomenológico: 1) Formulación de un interrogante, 2) La situación
generadora de datos de investigación, 3) El análisis de los datos, y 4) La
presentación de resultados.
Estos pasos han atravesado todo el ejercicio investigativo que aquí se presenta,
comenzando con la pregunta de investigación: ¿Cuales son los posibles fenómenos
psicosociales emergentes en la transformación de la ciudad de Medellín durante los
años 2000 a 2007?, que guió el proceso hacia una situación generadora de datos,
que fue un proceso de revisión bibliográfica a través de la asignación de bibliotecas
de la ciudad de Medellín a los diferentes integrantes del grupo de investigación.
Algunas bibliotecas asignadas como centro de documentación fueron: la Biblioteca
Pública Piloto, la Biblioteca de la Universidad de San Buenaventura, la de EAFIT, la
de la Universidad de Antioquia, la de la Fundación Universitaria Luis Amigó, la
Biblioteca de Comfama de San Ignacio, la Biblioteca Central de Comfenalco Héctor
González Mejía, entre muchas otras.
La pesquisa se realizó restringiendo todos los textos antes del 2000 y después del
2007, y a partir de los siguientes conceptos: fenómenos emergentes, transformación
urbana, transformación de la ciudad, Medellín, procesos de transformación, cuerpo
y ciudad, estéticas contemporáneas, calle, conflicto, arquitectura y plan de
desarrollo. Se plasmaron los textos encontrados en fichas de antecedentes que
contenían datos como: el nombre del texto, el autor, la fecha, la ubicación,
observaciones, entre otros datos. Todo esto arrojó una cantidad de textos que se
fueron delimitando a partir de lo que se evidenciaba importante o no, según las
características de la investigación. La cantidad de los textos fue disminuyendo a
medida que se iban revisando físicamente. De 24 textos revisados 5 fueron
descartados por diversos motivos; entre estos porque la fecha no concordaba con la
exigida, el contenido no era coherente con lo que se pretendía en la investigación,
porque el texto no obedecía a la profundidad teórica exigida por el proyecto, porque
algunos eran escritos a nivel de crónica o novela, porque contenían mas fotos e
imágenes que contenido teórico, entre otros factores que incidieron en que
disminuyeran la cantidad de textos. En total se revisaron 14 textos, los cuales
fueron retomados y revisados para el presente escrito.
Continuando con el proceso, a partir de los textos hallados se hacia una revisión
directa en la biblioteca y física de los textos; estos se clasificaban en fichas de
contenido donde se explicitaban los objetivos, la introducción, las conclusiones de
cada uno y se hacían observaciones, se plasmaban palabras clave o citas directas.
También de cada uno se extraía una categoría y una subcategoría, lo que permitió
luego establecer en el grupo de investigación categorías comunes encontradas en
los distintos textos. Según esto se seleccionaron categorías y unidades de análisis
que guiaron el proceso de descripción y profundización de las mismas,
plasmándose todo esto en mapas conceptuales, en 3 informes parciales y 1 final
que seria el presente escrito.
En términos generales, el proceso de categorización se llevó a cabo a partir de la
búsqueda bibliográfica, la socialización de los hallazgos plasmados en las fichas de
contenido y a partir de un consenso colectivo entre todo el grupo de investigación.
Habiendo identificado entonces las unidades de análisis, se repartieron las mismas
entre los integrantes del grupo con el fin de que cada uno profundizara en una
categoría y pudiera hacer una conceptualización de ésta. A través de grupos
focales, que fue la metodología de encuentro y de discusión del grupo, estuvieron
siempre estas preguntas atravesando los encuentros: ¿que se halla en relación a la
ciudad de Medellín? Que fenómenos emergentes se encuentran en los textos? Que
categorías comunes hay entre todos? Qué lectura se puede hacer de todo esto
desde la Psicología Humanista Existencial? Emergió de todo esto, temas que
hacían referencia a cambios en Medellín, en el urbanismo, en la convivencia, en las
construcciones, en el espacio publico. Se hablaba de violencia, de conflicto, de
miedo, como también de paz, de confianza, de recreación, de esparcimiento, de
familia. También se hallaron textos con temas relacionados al cuerpo, a la estética
corporal, al plan de desarrollo de distintas alcaldías, de participación juvenil, entro
muchos otros.
Las discusiones, la reflexión grupal y los temas que fueron emergiendo dieron lugar
a que se identificaran 2 grandes macrocategorías: Inclusión y Exclusión. Todo
esto se da a partir de diversos temas en común que hacían referencia a cuestiones
incluyentes como la educación, la recreación, la sana convivencia, al arte y la
cultura, nuevos espacios, la equidad, el desarrollo humano integral, entre otros,
como también a temas excluyentes como la criminalidad, la delincuencia, la
pobreza, el conflicto armado, entre otros. El desarrollo del proceso de
categorización se puede observar a nivel grafico a continuación:
1.2 MAPA CONCEPTUAL #1
INCLUSIÓNEXCLUSIÓN
Conflicto ArmadoFAMILIA
CUERPO
PLAN DE
DESARROLLO
ESPACIO VITAL
Transformación Familiar
Responsabilidad Juvenil
Situación Jóvenes y niños
Cuerpo Civil
Estética corporal
Explotación sexual
Representación Corporal
Sana convivencia
Recreación
Participación Ciudadana
Cultura y tecnología
Símbolos de Ciudad
Espacio público Calle Cohesión Social
Planeación Participativa
Cultura de Planeación
Cultura de Participación
CONFLICTO
1.3 MAPA CONCEPTUAL # 2
En este orden de ideas, se encuentra que la Exclusión se puede comprender a
partir de tres dimensiones: “una dimensión económica, en cuanto deprivación
material y de acceso a mercado y servicios; la segunda dimensión referida a la
exclusión política e institucional, en cuanto la carencia de derechos civiles y
políticos que garanticen la participación ciudadana, la tercera, relativa
características no valoradas de los sujetos, como género, etnia, identidad sexual,
religión, características físicas” (Roca, 2008). También hay una definición de orden
constructivista que plantea que la exclusión puede ser entendida como “el
debilitamiento o quiebre de los lazos (vínculos) que unen al individuo con la
sociedad…, que trae como consecuencia el aislamiento del mismo dentro de ella y
una no participación dentro del entorno social” (Roca, 2008). Estas
conceptualizaciones frente el termino de exclusión, han sido evidentes a los largo
del siglo XX en Colombia, y como tal se ha hecho manifiesto en los habitantes de la
ciudad de Medellín. Los ciudadanos se han visto privados de muchos de los
derechos humanos, de las necesidades básicas (alimentación, salud, educación,
recreación, etc) y de necesidades psicológicas como lo son la tranquilidad, la
seguridad, el sentimiento de protección, entre otras.
ESPACIO VITAL
Símbolos de Ciudad Espacio público Calle Cohesión Social
INCLUSIÓN
Sin embargo, para efectos del presente trabajo y de acuerdo a la depuración que se
hizo en el grupo focal se retoma la categoría inclusión. De acuerdo a la pesquisa
bibliográfica que se realizó, es de resaltar que la mayoría de los textos hacían
referencia a temas incluyentes, por lo que emergieron más subcategorías para esta
macrocategoría que para la macrocategoria de exclusión. La inclusión puede
comprenderse como “la accesibilidad a las posibilidades que tienen las personas
para crear, para suplir sus necesidades básicas y para desarrollarse”. (Velásquez,
diario de campo, 2009) Cuando se habla de una sociedad inclusiva se piensa en
aquella que “valoriza la diversidad humana y fortalece la aceptación de las
diferencias individuales, es dentro de ella que aprendemos a convivir, contribuir y
construir juntos un mundo de oportunidades reales para todos”. (Adirón, 2005). La
administración del Alcalde Sergio Fajardo comprende la inclusión social como la
atención a los derechos humanos fundamentales y al cubrimiento de necesidades
básicas (salud, nutrición, vivienda, educación, recreación y deporte), como factores
esenciales propios del desarrollo humano integral (Fajardo, 2004, p. 43). Dentro de
la gran macrocategoría de inclusión se encuentran las otras 4 categorías que fueron
denominadas de la siguiente manera:1) Familia, 2) Cuerpo, 3) Plan de desarrollo y
4) Espacio Vital.
El desarrollo del presente escrito se centrará en la subcategoría Espacio Vital, la
cual es considerada de gran importancia no sólo porque emerge de la pesquisa
inicial sino también porque arroja luces acerca de los fenómenos que emergen en la
ciudad a partir del uso de espacios; ya que “el espacio toma el sentido de un
escenario donde se dan relaciones sociales de todo tipo, esencial para la dinámica
y la vida de la ciudad y de sus habitantes” (Fajardo, 2004, p. 87). Dentro de esa
categoría se identificaron unas subcategorías, las cuales son: sana convivencia,
símbolos de ciudad, espacio urbano, recreación, participación ciudadana, espacio
vital y social, calle, cohesión social, cultura y tecnología.
Sin embargo, el objetivo general del presente informe, consiste en describir,
conceptualizar y profundizar la unidad de análisis Espacio Vital a través del
desarrollo de algunas de las subcategorías emergentes, como; símbolos de ciudad,
espacio público, calle y cohesión social, además de identificar los fenómenos
psicosociales que emergen a partir de las fuentes bibliográficas consultadas.
Todo este ejercicio de descripción y conceptualización es atravesado y sustentado
en elementos teóricos de la Psicología Humanista Existencial; lo que permitirá
hacer una lectura de los fenómenos psicosociales emergentes a partir de una óptica
psicológica.
Aunque el concepto de Espacio Vital se desarrollará a lo largo de todo el presente
escrito, este se puede comprender en términos generales y tomando en cuenta
algunos postulados de diferentes autores como Lewin, Husserl, Yonteff, entre otros,
que lo consideran como un ámbito territorial que está dotado de energía y vida,
donde se genera un campo psicológico a través de la interrelación e interacción de
subjetividades, de suma importancia para el desarrollo y la trascendencia. De
acuerdo con todo lo anterior y habiendo elegido esta categoría surgen diversas
preguntas como: ¿Qué importancia tiene el Espacio Vital en la vida cotidiana de las
personas? , ¿De qué manera influye el Espacio Vital en las personas a nivel
psicológico y existencial? Y en relación a la ciudad de Medellín, ¿Existe alguna
transformación del espacio vital en la ciudad de Medellín? ¿Qué importancia tiene
para la Ciudad de Medellín crear espacios vitales para su población?
Esta aproximación investigativa se constituye en un ejercicio, que no sólo fortalece y
dota de herramientas investigativas a cada uno de los participantes de la
investigación, sino que también permite hacer una lectura de las diferentes
dinámicas psicológicas que atraviesan los individuos que están inmersos en los
contextos donde se presentan los fenómenos. A partir de esto, se fortalece la
capacidad de identificación, de análisis y de criticidad de fenómenos sociales que
inciden de manera directa en la vida de los individuos y permite desarrollar
herramientas en el ejercicio de la psicología más acordes con las realidades a las
que se enfrenta un psicólogo en su ejercicio profesional.
A continuación se presenta la tabla de textos con el fin de esclarecer a nivel gráfico
el desarrollo de categorización mencionados.
1.4 TABLA DE TEXTOS REVISADOS
TEXTO CENTRO DE
DOCUMENTACION
UNIDADES
DE ESTUDIO
CATEGORIAS SUBCATEGORIAS
PEREZ, G Luis. “Medellín competitiva:
plan de desarrollo 2001-2003. Hacia
una revolución de la cultura
ciudadana”
USB Inclusión Espacio Vital Espacio público
Símbolos de ciudad
CARRION M, Fernando. Revista:
Ciudad e inclusión: por el derecho a la
ciudad, Articulo: Espacio público:
punto de partida para la alteridad.
USB Inclusión Espacio Vital Espacio público
Cohesión social
JARAMILLO, B. (2005) Medellín;
Construcción de una Ciudad.
Universidad Nacional de Colombia.
Medellín.
USB Inclusión Espacio Vital Espacio Público
Símbolos de Ciudad
DELGADO R, Manuel. Revista:
Agenda cultural: Alma Mater, Articulo:
“el derecho a la calle”
EAFIT Inclusión Espacio Vital Calle
Espacio público
GONZALEZ E, Luis Fernando.
Revista: Agenda cultural: Alma
Mater, Articulo: “Cambio y
permanencias en las
transformaciones urbanas”
EAFIT Inclusión Espacio Vital Espacio público
Símbolos de ciudad
ARBELAEZ, Luis Fernando. Revista:
Agenda cultural: Alma Mater,
Articulo: “Carabobo paso a paso”
EAFIT Inclusión Espacio Vital Calle
ALVAREZ B, Jorge. Trabajo de
Grado: “Conflicto critico y filosófico
EAFIT Inclusión Espacio Vital Espacio público
en la transformación del entono
urbano de la cuidad de Medellín” Símbolos de ciudad
SANIN N, Paula y Escobar, Claudia.
Trabajo de Grado: “De territorio de
elite a enclave heterogéneo.”
U de A Inclusión Espacio Vital Espacio público
Cohesión social
Metro de Medellín Ltda, “La cultura
metro: un modelo de gestión social y
educativo para la ciudad” 2da
edición
BPP Inclusión Espacio Vital Símbolos de ciudad
Cohesión social
Espacio público
MUNERA P, Beatriz. Revista:
Ciudad don Bosco, Articulo: la
realidad extra institucional
FUNLAM Inclusión Espacio Vital Calle
Espacio público
FAJARDO, S. 2004. Medellín;
Compromiso de toda la ciudadanía.
Plan de desarrollo 2004- 2007.
Alcaldía de Medellín.
USB Inclusión Espacio Vital Espacio Público
BETANCUR, J, MARTÍNEZ E, y
RESTREPO, S. (2005). 330 Años
de Historia de Medellín; Pasado,
Presente y Futuro. Concejo de
Medellín.
USB Inclusión Espacio Vital Símbolos de Ciudad
Espacio Público
PIEDRAHITA, C. (2004) Conflictos
Urbanos y alternativas de
transformación. Red Andina de
reflexión y acción sobre el conflicto
urbano. IPC. Medellín , Colombia.
USB Inclusión Espacio Vital Espacio Público
2. CUERPO TEÓRICO
La Real Academia Española (22 edición, 2001) define espacio (del latín spatĭum)
como la “extensión que contiene toda la materia existente// parte que ocupa cada
objeto sensible// capacidad de terreno, sitio o lugar// transcurso de tiempo entre dos
sucesos”. Define también, la palabra vital (del latín vitālis) como aquello
“perteneciente o relativo a la vida// de suma importancia o trascendencia (cuestión
vital)// que está dotado de gran energía o impulso para actuar o vivir”. De esta
manera, haciendo el ejercicio de unir ambas palabras se puede deducir que el
concepto de espacio - vital podría hacer referencia a ese terreno o lugar que tiene
vida, o a aquel sitio que está dotado de gran energía y vida y que es de gran
importancia. También se podría definir como un lugar sumamente trascendente y
vital.
Sin embargo es importante referirse a textos o a autores específicos que en
realidad lo hayan definido o conceptualizado. En este caso se encontró por ejemplo
que el Diccionario de la Real Academia Española (Vigésima Segunda Edición,
2001) también posee una definición para este concepto y lo define como el “ámbito
territorial que necesitan las colectividades y los pueblos para desarrollarse”.
El espacio vital no se limita a un territorio físico, ya que como espacio de vida posee
cualidades psicológicas. En este sentido Kurt Lewin (1890-1947), interesado en
comprender el comportamiento humano y sus conductas, desarrolla esta idea del
espacio psicológico al elaborar la Teoría de Campo. Esta teoría se constituye en la
base de la terapia y de la teoría Gestáltica y propone estudiar al organismo siempre
en relación a su ambiente. El campo es “una totalidad de fuerzas que se influencian
recíprocamente y que en conjunto forman un todo interactivo” (Yontef, 2003, Pág.
278). En el caso de la psicología, el campo “se usa para enfatizar la compleja
totalidad de influencias interdependientes dentro de las cuales funciona un
organismo, la constelación de factores interdependientes que explican un evento
psicológico” (English & English por Yontef, 2003, Pág. 279). En este sentido, Lewin
introduce el concepto de espacio vital para explicar la totalidad de los hechos que
determinan la conducta de un individuo, aclarando que no se trata de un espacio
físico o geográfico sino del espacio que contiene todo lo que le afecta al sujeto. Es
un espacio tanto subjetivo como objetivo; subjetivo en la medida en que se
constituye en un campo psicológico, diferenciado, y que se refiere a la forma cómo
cada persona siente y percibe el mundo, y objetivo porque contiene aspectos
físicos, ambientales y sociales, externos a él.
La psicología humanista desde sus fundamentos filosóficos y psicológicos sustenta
que el organismo y el ambiente son una unidad indivisible en la medida en que se
influyen mutuamente y son interdependientes entre si. En este sentido Heltmut
Quitmann en su texto “Psicología Humanística (1989, Pág.47), en el capitulo donde
introduce la filosofía existencial y la fenomenología como fundamentos de la
psicología humanista, dice que “la importancia central de Husserl para el desarrollo
de la psicología no debe considerarse por tanto sólo en la superación de la
concepción científica mecanicista, sino en el principio de que el hombre y el mundo,
el sujeto y el objeto, el ser y la conciencia, el interior y el exterior, deben
considerarse siempre como una unidad indivisible. Este principio constituye el
fundamento del “ser en el mundo” desarrollado más tarde por Heidegger y Merleau
Ponty”.
En este sentido los postulados Heideggerianos del “ser en el mundo” o del “ser ahí”
(Dasein) hacen referencia a una existencia que no se concibe únicamente desde lo
individual, sino por el contrario una existencia que necesita del mundo, del contexto,
de los otros, para existir. De esta manera el núcleo básico de la filosofía
existencialista de Heidegger “ser en el mundo”, significa que el individuo y mundo
se comprenden como un todo unitario. “El ser humano forma un campo con el
mundo que lo rodea, dentro del cual no aparece junto a las cosas y seres humanos
de su entorno, sino siempre únicamente en vinculación con ellos, es decir, la
existencia del hombre no es concebible sin el mundo que le rodea y viceversa”
(Quitmann, 1989, Pág. 71)
“Si los seres vivos no tienen un hábitat apropiado, se extinguen. Los tigres sin selva
son tristes y perecen. Los seres humanos no vivimos dignamente si nos falta un
espacio público generoso. La selva es al elefante, lo que el espacio público es al
ciudadano” (citado por Pérez 2000, p 91). Esta frase la retoma el ex alcalde Luis
Pérez Gutiérrez en su Plan de Desarrollo (2001 - 2004) para Medellín, donde el
espacio público se convirtió en uno de los aspectos más importantes a tener en
cuenta, ya que su plan tenía tres ejes principales: la cultura ciudadana, la revolución
de la educación y el espacio público.
Un aspecto más del espacio vital al que se le ha estado dando mucha relevancia es
el espacio público, ya que se convierte en un escenario de interacciones que
posibilita al hombre trascender y desarrollarse. “El espacio público es el espacio que
posibilita todas las interacciones concebibles e incluso las inconcebibles. Sirve de
rampa para todas las sociabilidades habidas o por haber.” (Delgado, 2007) Además
“el espacio público es en esencia un escenario educativo; es otra escuela social
como lo son el hogar y el aula de clase… En los espacios públicos de puede
enseñar, aprender y practicar la convivencia, la relación afectiva, el dialogo, la
tolerancia, el ejercicio de la libertad, el reconocimiento a los derechos de los demás
y la responsabilidad individual.” (Pérez, 2000).
El espacio público es comprendido desde diversas perspectivas, por ejemplo “…es
posible encontrar posiciones extremas y contradictorias que lo conciben como un
espacio de aprendizaje (Joseph, Isaac), ámbito de libertad (Habermas), o lugar
de control (Foucault).” (Carrión por Dascal 2003, Pág. 56). También existe una
concepción jurídica que indica que “el espacio público es el que no es privado, es
de todos, y es asumido por el Estado, como representante y garante del interés
general, tanto como su propietario y administrador” (Carrión, 2004). En relación a
esta concepción se encuentra una postura parecida pero que marca un orden más
político, que dice que “la accesibilidad de los lugares, de ahí su condición de
públicos se muestra entonces no sólo como la capacidad de un lugar para
interactuar con otros lugares –que es lo que se diría al respecto desde la
arquitectura y el diseño urbano- sino también como el núcleo que permite evaluar el
nivel de democracia de una sociedad urbana, que es casi lo mismo que su nivel de
urbanidad” (Delgado, 2007).
Es relevante como el espacio público, puede concebirse de tan distintas maneras, y
esas maneras se deben a las diversas maneras del existir, propias de la existencia
humana dentro de un espacio. Desde una perspectiva fenomenológica, se puede
considerar el espacio, como suelo, como mundo, como horizonte, en otros términos
como “el mundo de la vida cotidiana” (Lebenswelt) propuesto por Husserl. Esto
significa que “el mundo es la instancia trascendental (condición de posibilidad) a la
que toda experiencia singular remite y que en toda experiencia está implicado”
(Herrera, 2003, Pág.8). Husserl también designa al mundo de la vida como “Mundo
vivo del espacio y del tiempo” y como “mundo circundante personal”, entre otras
formas.
En este sentido se comprende el espacio público como espacio vital que se
constituye en “el mundo de la vida como un conglomerado sociocultural integrado
por opciones de valor, experiencias subjetivas y sedimentos históricos; es el mundo
donde se nace y se muere, donde se hereda una tradición cultural, donde se
comunica un lenguaje, donde se vive intersubjetivamente. Es el mundo de la
cotidianeidad, en cuyo horizonte nos encuadramos para orientarnos y es, a la vez
tejido de las relaciones sociales; es el mundo del trabajo, de la familia, de los usos y
las costumbres”. (Herrera, 2003, Pág.13)
Es fundamental tener en cuenta que el espacio público cambia a lo largo de la
historia y en cada momento posee una lógica distinta. Puede cumplir una función
mercantil o económica, en otro momento un rol político o uno estético (Carrión,
2004). Haciendo una revisión histórica, el interés en conservar y mantener el
espacio público en óptimas condiciones y convertirlo en un lugar agradable y
estético, no es algo nuevo. Se remonta a siglos atrás en la ciudad de Paris en 1740
con las políticas sanitarias, donde se comenzó a pensar en la necesidad de un
cambio en la concepción de ciudad, donde se consideró importante separar los
excrementos de los habitantes y mejorar la estética. (Bernal, 2004)
Para ejemplificar lo anterior, existía en una época en América Latina un espacio
público que cumplía una función política; las plazas. Éstas eran espacios
comunitarios, donde la colectividad se reunía y en general organizaban la ciudad y
se tomaban decisiones políticas. Hoy en día las plazas ya no cumplen esa función,
actualmente pueden ser lugares de contemplación estéticas, de memoria histórica,
o pueden ya no existir y haber sido cambiados por la construcción de un centro
comercial o un edificio; de ahí su carácter histórico.
También es importante comprender el espacio público en relación con la ciudad. En
este sentido, la ciudad como aquel “espacio que concentra la heterogeneidad social
de un grupo poblacional grande y denso, requiere de espacios de encuentro y de
contacto, tangibles o intangibles, que permitan a los diversos reconstruir la unidad
en la diversidad (la ciudad) y definir la ciudadanía (democracia). Esos lugares son
justamente los espacios públicos” (Carrión, 2004, pag 60). En otras palabras “la
ciudad es un conjunto de espacios públicos o la ciudad en su conjunto es un
espacio público a partir de la cual se organiza la vida colectiva y donde hay una
representación de esa sociedad” (Carrión, 2004, pag 61).
Esto último permitirá comprender la transformación que ha tenido la ciudad de
Medellín, ya que cuando las personas en general hablan de la ciudad, no se refieren
a un espacio o a un lugar específico que ha cambiado o se ha transformado sino
que se habla en términos de ciudad, en este caso de Medellín en particular. La
visión global que tienen las personas de Medellín ha cambiado y ahora la conciben
de otra manera. Sin embargo, lo que ha cambiado en realidad son sus espacios,
espacios construidos uno a uno. En relación a esto es de mencionar, que no se
hallaron textos que hagan referencia explicita de este fenómeno.
De esta manera es importante comprender la transformación como un proceso
paulatino, donde una cosa, la cosa que se transforma, va cambiando
secuencialmente. La transformación “se podría considerar como el proceso de
cambios que vive un objeto o sujeto sin que se pierda su esencia, cambios en sus
formas sin dejar de ser lo que se es” (Velásquez, 2006, Pág. 56). Además “el
proceso de transformación parte del principio de trascendencia de la vida, que en
una progresión libidinal conduce a la renovación a partir de momentáneas formas
de manifestación del ser,…” (Pág. 58) Ésta última conceptualización es importante
para comprender si la transformación que ha habido en Medellín sí ha posibilitado la
trascendencia, el desarrollo, la progresión, la renovación o si todo lo contrario. Es de
tener en cuenta que no toda transformación es buena, de hecho tiene dos
direcciones, “una de carácter progresivo y otra de carácter corruptor. La primera
hace referencia al sentido de crecimiento, es el proceso de acrecentamiento de la
cualidad de la cosa, del fenómeno, del cuerpo vivido, del ser existente; la otra
dirección se encuentra dirigida al proceso de involución (cuando una cosa deja de
perfeccionarse y se encuentra en un estado anterior o menor del que en presente
debe ser” (Pág. 61).
La calle como otra de las subcategorías emergentes, no está muy distante del
espacio público, de hecho hace parte de ese espacio, pues es concebida como
aquella vía pública de una población. También se puede concebir como paso,
senda, paseo y alameda, las cuales se refieren a las maneras de ir a pie. Sin
embargo también se le llama calle al espacio donde transitan los vehículos, como
las autopistas, las vías rápidas, entre otras.
Se encontró que la calle constituye un hecho social, donde cumple dos funciones
sociales, según esta definición: “La instrumental cuyo objetivo es proporcionar un
enlace entre los edificios, para que puedan circular los bienes y personas
necesarios para el mantenimiento de las actividades. Y la función Expresiva, donde
la calle es el enlace entre personas, facilita la comunicación y la interacción social
casual, incluyendo el ocio, la conversación y la diversión”. (Anónimo, 2009 )
Un ejemplo importante a resaltar de calle y en especial de su transformación, es la
calle Carabobo de la ciudad de Medellín. Se dice que en cada momento histórico de
la ciudad, “Carabobo ha sido termómetro de la vida cotidiana y de la actividad
política y económica”. (Arbeláez, 2007, Pág. 7). En un tiempo estaba concentrada la
administración municipal y de justicia, luego se caracterizó por tener los mejores
restaurantes, posteriormente se localizaron grandes edificios públicos para la
formación de universitarios, como también se consolidó como sector recreativo, y
así sucesivamente hasta la actualidad. La Administración en el Plan de desarrollo
de 2004-2007 formuló un proyecto integral para promover el desarrollo de la calle
Carabobo realizando una gran inversión, con el propósito de contar en Medellín con
un “espacio civilizado donde se limita la circulación vehicular, se reduce en forma
significativa la contaminación, se refuerza la presencia vegetal, se facilita la
actividad cotidiana, manteniendo la actividad económica tradicional y preservando y
valorizando la calidad del paisaje y del patrimonio arquitectónico y urbano”.
(Arbeláez, 2007, Pág. 9)
En este sentido se puede evidenciar como la calle pasa a ser más que una vía
donde transitan de un lado a otro vehículos e individuos, ha convertirse en un
patrimonio de ciudad; un espacio económico, cultural, histórico, recreativo,
educativo y público. En resumidas cuentas un Espacio Vital.
Y como la calle Carabobo, actualmente Medellín posee muchos otros espacios
considerados patrimonios de ciudad, que por su importancia y reconocimiento se
han convertido en símbolos de ciudad. Cada país tiene elementos representativos,
que son considerados símbolos nacionales. Por ejemplo, Colombia se caracteriza
por su bandera, por el café, las flores, la palma de cera, entre muchas otras cosas.
Y así también, cada ciudad tiene su propio estilo, posee signos emblemáticos y
símbolos que la distinguen de otras ciudades y que dan identidad.
Aunque Medellín se ha caracterizado por ser la ciudad de la eterna primavera, por
la feria de las flores, por el edificio Coltejer, por las obras gordas del maestro
Fernando Botero, entre muchas otras, hoy Medellín se caracteriza por su
transformación. “Medellín ha cambiado. Quien la haya visitado en el pasado
seguramente se sorprenderá al recorrerla nuevamente. La ciudad en estos últimos
años es otra, gracias a un plan de obras y programas sociales que la hacen ejemplo
en el continente porque realmente muestra nuevos espacios en los que el visitante
se sentirá pleno tanto por la calma y la convivencia como por los nuevos servicios y
usos que encontrará”, (Cultura y Turismo en Medellin, 2009) “
Es de notar, que la transformación que ha habido en Medellín se debe en su
mayoría a los nuevos espacios, a grandes obras y a nuevas construcciones. Estos
espacios que son de carácter público, se han convertido en símbolos de ciudad y
de vital importancia para la existencia de la población. Son espacios que han
creado cultura y educación, y que mediante el uso de ellos las personas se han
apropiado de su ciudad, la han hecho suya y la viven con mayor orgullo, generando
de esta manera cohesión social. Es el ejemplo de los 5 parques biblioteca
constituyen nuevos escenarios urbanos donde se pretende construir otra ciudad
alejada de la violencia, una ciudad restituidora y constructora de nuevos tejidos
urbanos y sociales. (González, 2007).
Entre estos espacios se encuentra también la Ciudad Botero ubicada en el Parque
Berrío. Este se compone del Museo de Antioquia y de la plazoleta de esculturas
donadas por el maestro Fernando Botero y se ha convertido en un espacio
altamente cultural y educativo. En su construcción se desencadenó todo un proceso
de reordenamiento y revitalización del centro de la ciudad, básicamente urbanístico
y social. Tanto a nivel local, como nacional e internacional las obras de Botero se
convirtieron en símbolos que inmediatamente remiten a Colombia, y
específicamente a Medellín.
Otro gran símbolo de ciudad, indudablemente es el Metro de Medellín. Su
reconocimiento no se debe sólo al hecho de ser el único metro en Colombia, sino
por la cultura que se ha creado dentro y fuera de él. “El 30 de Noviembre de 1995 el
Metro de Medellín comenzó a recorrer el Valle de Aburrá con el propósito de ser
algo más que una solución al problema de transporte en la región y avanzar en la
construcción de una nueva cultura ciudadana de la convivencia” (Metro de Medellín
Ltda, 2005).
A raíz de esto se generó el concepto de Cultura Metro como resultado de la gestión
en diferentes ámbitos, como el social, el educativo, el ambiental, entre otros. Desde
un principio el Metro le apostó a la educación de los ciudadanos en cuanto a
normas básicas de utilización de los elementos de beneficio público; convocando a
la ciudadanía a la convivencia en armonía, al buen comportamiento y al respeto
propio y por el otro.
En relación al espacio, esta obra necesariamente tenía que transformar espacios
públicos por lo que tuvieron que realizar diferentes proyectos encaminados a
solucionar inconvenientes generados por la obra, la relocalización de algunos
barrios, eventos educativos y de formación, la entrega de placas deportivas y
nuevos espacios para la comunidad. Otros proyectos como “pintemos nuestro
frente”, campañas y brigadas de aseo y cultura metro, embellecimiento de parques
como el de Moravia, la restauración del paisaje arbóreo y el mantenimiento de las
zonas verdes, entre muchos otros son algunos ejemplos del impacto del Metro en la
ciudad y en la población. (Metro de Medellín Ltda., 2005)
“La realización de obras alternas no sólo hace parte del embellecimiento urbano que
viene presentando nuestra ciudad en torno a cada una de las estaciones, sino que
posibilita una mejor calidad de vida para los antioqueños pues la construcción de
estos espacios es una manera de mostrar sectores que el Metro ha recuperado
para la ciudad” (Metro de Medellín Ltda, 2005, Pág. 97).
Desde sus inicios el Metro de Medellín eligió la educación y el trabajo con la
comunidad como los pilares de su gestión social. El Metro de Medellín entiende la
comunidad como “un sistema de relaciones sociales y una construcción histórico-
cultural por medio de la cual los individuos desarrollan sentidos de pertenencia que
sirven de marco general para asumir empresas compartidas, gestionar soluciones y
dar tratamiento a los conflictos capaces de sumar esfuerzos con las instituciones,
públicas o privadas, para mejorar y gestionar su desarrollo” (Metro de Medellín Ltda,
2005, Pág. 81).
Cuando una comunidad ha sido gestora de su desarrollo y ha logrado posicionarse
al punto de lograr reconocimientos comunitarios se genera la cohesión social. En
este sentido, el Metro ha realizado varias acciones estratégicas encaminadas a
elevar los niveles de convivencia y empoderamiento a través de la participación
ciudadana, elevando así los niveles de cohesión entre las personas de la ciudad.
Entre otros símbolos de ciudad, se encuentran el Parque de los Pies Descalzos, el
Centro Internacional de Convenciones y Plaza Mayor, las bibliotecas nuevas, entre
muchos otros. Además de la arquitectura y de las construcciones realizadas en la
ciudad, hay que tener en cuenta que “símbolos de ciudad también se refiere al
arte, la música, la gente caminando, la desconfianza reflejada en los rostros, las
esquinas, los lugares de encuentro, la conversación, la forma de hablar, entre
otras” (Pérez, 2000, Pág. 92). Esto desde la conceptualización de la transformación
es fundamental, ya que en esencia Medellín sigue siendo la misma, con sus mismas
costumbres, tradiciones culturales, formas de expresión, etc.
Al ver cómo todas estas construcciones generan un gran impacto a nivel
psicosocial, como es el caso de la cohesión social, la participación, el
empoderamiento, la solidaridad, entre muchas otras dinámicas de relación en la
ciudadanía, se evidencia que más allá de la reestructuración física, ocurre una
“reestructuración mental” (James, 1986 por Velásquez, 2006, Pág, 57); es decir una
transformación grupal y social, donde acontece un movimiento de estructuras
superficiales (físicas, edificaciones, etc) que generan un “movimiento de las
estructuras más profundas que repercuten en la expresión de la conciencia” de las
personas y de una colectividad. Al hablar de cohesión social, se podría considerar
que esta emerge como fenómeno psicosocial, en la medida en que cuando “un
grupo de personas están ligados mediante un estado de ánimo especial, e
identificados entre sí, se origina una vivencia de transformación que sólo
lejanamente puede compararse con una transformación individual. Una vivencia
grupal tiene lugar en un nivel de conciencia más profundo que cuando es
individualmente vivenciado (Jung 1982, por Velásquez, 2006, Pág. 59)
Siguiente la misma línea de comprensión de la estructuración unitaria del ser
existente como organismo/ambiente, mundo de la vida, ser en el mundo; “en un
sentido profundo, todas las conversiones se producen en un contexto, un contexto
que es polifacético y que abarca los dominios políticos, sociales, económicos y
religiosos en los que la persona está viviendo en el momento en el que se convierte.
Así, cualquiera que sea el significado de la conversión, nunca tiene lugar aislada de
un contexto cultural.” (Gration por Rambo, 1993) Entendiendo la conversión como
transformación, es necesario entonces un contexto específico para que esta ocurra.
Por otra parte, a los cambios estructurales que ha habido en Medellín se le han
hecho algunas críticas. Luis Fernando González en su artículo titulado “Cambio y
permanencias en las transformaciones urbanas” (2007), introduce un nuevo
concepto para referirse a la sociedad actual; el homo zapping, donde propone que
la velocidad de los cambios no permite digerir en cada instante lo sucedido y que la
memoria histórica de la ciudad se encuentra comprometida. Él dice que el cambio y
la moda, en su instantaneidad son los valores dominantes y para explicar este
fenómeno el autor acuña el termino zapping, “aquel atributo propio del televidente
donde un receptor pasivo – para otros activo, en la medida en que puede cambiar a
su gusto - salta de canal en canal de manera constante.” (Pág. 4), “se cambian
casas, calles, fachadas, entornos, o lugares, con la velocidad que reclaman el
capital, la demanda del mercado y la moda…, Las distintas formas arquitectónicas
coexisten en fragmentos, pequeñas porciones de tiempo, o son barridas para dar
lugar a unas nuevas cada vez mas efímeras. Así lo que fuera casa es pronto
edificio. La mirada horizontal es ahora vertical, razón adicional para la pérdida de
horizonte” (Pág. 5).
El autor critica además que a la ciudad del zapping se le suma la ciudad del
shopping. “La ciudad del cambio y la densidad, sumada a la ciudad del consumo y
el simulacro del espacio público. Ambas hijas de la sociedad capitalista ponen de
moda lo efímero, virtual y consumista” (Pág. 5). A esta situación el autor añade otro
término para designar la arquitectura actual; la “arquitectura fast food” (Pág. 6). Este
concepto se refiere al tipo de materiales que se están utilizando para construir;
materiales imperdurables en el tiempo, ordinarios, que lo único que hacen es dar
apariencia a pretenciosas formas externas y aligerar y reducir procesos y tiempos
de construcción.
En este sentido se genera también un debate en cuanto a la memoria histórica de la
ciudad; un asunto que se debate entre el futuro patrimonio arquitectónico de la
ciudad y el desarrollo de ésta. La pregunta sería entonces “de qué manera lo
antiguo y lo nuevo no se quiten espacio ni valor visual y cómo hacer para que exista
presencia histórica y al mismo tiempo que se esté creando y que se preserve la
unidad ambiental y la riqueza estética” (Alvarez, 2004).
Este cuestionamiento se desarrolla en un trabajo de grado realizado en la
Universidad de EAFIT, donde la investigación muestra que surgen “dos tendencias
que entran en un juego de poder y que marcan una polarización en el concepto de
urbanístico y arquitectónico” (Alvarez, 2004); la primera, la conservacionista,
defiende la memoria de ciudad, representada en antiguas obras que hablan de lo
histórico y lo cultural de la ciudad, y la segunda, se refiere a una tendencia
renovadora, en la que se defienden los nuevos proyectos arquitectónicos. En el
trabajo se concluye que Medellín como una ciudad que se ha convertido en centro
de poder político y económico para el país, debe tener la infraestructura necesaria
para albergar el desarrollo del mismo. Esto involucra la construcción y la
conservación de las edificaciones. Sin embargo propone también que es
responsabilidad del Ministerio de Cultura jalonar una concertación entre las dos
tendencias.
Por otra parte, un artículo de revista hace referencia a una investigación que se
realizó con 33 menores de la Ciudad Don Bosco (Múnera, 2003, Pág. 38), donde se
les hacían encuestas abiertas y se les pedía que narraran y dibujaran los barrios en
que vivían en su realidad extrainstitucional. Los entornos extrainstitucionales lo
constituían barrios como: Caicedo, castilla, Carpinelo, Santo Domingo, Manrique,
Campo Valdes, Zamora, Villatina, San Javier, entre muchos otros, barrios que son
espacios vitales. Los resultados que encontraron en las narraciones y los dibujos
fueron en su mayoría mundos socialmente construidos por armas y violencia. Los
barrios fueron presentados como espacios de enfrentamiento entre grupos
armados, donde el terror, las balas, el consumo de sustancias, los asesinatos, entre
otros, eran imágenes y temas recurrentes. Su “territorio está poblado principalmente
por el miedo, por el desarraigo y por las ganas de seguir viviendo…La tranquilidad
se deriva de un estado de dominio, a partir del cual se vive una tensa calma, algo
así como vivir en un campo minado; mientras nadie pise la mina no habrá explosión,
el problema es que nadie sabe donde esta la mina, nadie tiene idea de cuanta
presión se requiere para que esta explote”. (Munera, 2003, Pág. 40). Aunque el
artículo es del 2003, éste no aclara en qué momento ni en qué época se realizan
estas entrevistas a los menores, entonces no se podría saber con exactitud si es
algo que genera impacto entre el 2000 y el 2007. Habría que dirigirse a otras
referencias, con el fin de constatar qué tanto se podría hablar de una transformación
en toda la ciudad de Medellín.
3. REFLEXIONES FINALES
Llegando a la última etapa del presente escrito se harán algunas reflexiones finales,
donde se pretende integrar dos elementos que son fundamentales en el trabajo
desarrollado y que apuntan a dar respuesta a las preguntas planteadas en la
introducción. En este sentido, estuvieron en primera instancia los hallazgos de
investigaciones, textos, libros, artículos de revista, entre otras fuentes, encontrados
en los distintos centros de documentación de la ciudad de Medellín. En segunda
instancia está la teoría que sustenta este trabajo que no necesariamente estuvo
presente en estas fuentes de documentación, pero soportó y guió esta construcción.
Esta teoría, hace referencia a la Psicología Humanista Existencial y algunos de sus
postulados, como también otras fuentes de las ciencias sociales y humanas.
De acuerdo con esto, las reflexiones finales que se presentan a continuación están
estructuradas en cuatros aspectos que dan cuenta de la aproximación a un estado
del arte de investigación cualitativa, desde un enfoque fenomenológico –
hermenéutico. El primero de ellos es la Historia, el segundo hace referencia a la
transformación de la ciudad entre el 2000 y el 2007 y su relación con el tercer
aspecto, la categoría de Inclusión. Por último se hará un análisis de la otra cara de
la transformación, en relación a algunas críticas a la transformación de la ciudad de
Medellín.
En este sentido, para hablar de la transformación de la ciudad de Medellín, de sus
espacios vitales y los fenómenos psicosociales que pueden emerger, hay que
remitirse necesariamente a la historia de la ciudad. Cuando se hace un recuento
histórico y se hace un análisis de los distintos momentos de una ciudad, ésta se
devela y muestra su gran horizonte, su perspectiva y sus momentos; permitiendo
comprenderla ampliamente. En este caso, permitió conocer algunos sucesos y
comprender el fenómeno de la transformación de Medellín a principios del siglo XXI.
Entre estos se tuvo que hablar no sólo de los cambios que ha vivido la ciudad desde
su fundación, sino sobretodo y en especial de un siglo decisivo para Medellín; el
siglo XX. Siglo que se caracterizó por sus grandes procesos de industrialización y
de modernización, como también de grandes conflictos de opinión, de oposición, de
guerra, de mafia, de drogas, de sangre y sufrimiento.
Al visualizar estos acontecimientos, las crisis, las rupturas, la lucha, y sobretodo el
padecimiento de los habitantes se empieza a identificar un gran punto quiebre, que
ha llevado a hablar de la transformación de la ciudad entre el 2000 y 2007. Este
se debe a transformaciones de orden urbanístico, arquitectónico, político, cultural,
económico y social. Evidenciándose en las grandes inversiones que se han hecho
en la ciudad en cuanto a su transformación vial, los cambios estéticos de la ciudad,
en la recuperación de los espacios públicos, en los escenarios dispuestos para el
arte, para el entretenimiento, para la educación, para el esparcimiento, para la
movilización del peatón, entre muchos otros. Es una transformación que se debe a
todo un proceso paulatino de cambios. Partiendo del principio de trascendencia de
la vida, desde una progresión libidinal, todo esto ha conducido a la renovación.
(Velásquez, 2006. P 58). En este sentido se puede hablar de una transformación
Progresiva que ha posibilitado el crecimiento, el desarrollo, la trascendencia, la
progresión y la renovación de la Ciudad.
A partir de esto, se pudo analizar la Inclusión como una macrocategoría. En un
principio porque en todo el proceso investigativo se encontró que la mayoría de los
textos hacían referencia a temas incluyentes. Este aspecto se puede nombrar como
un fenómeno psicosocial emergente ya que encontrar tantos textos con vivencias,
intereses, necesidades y expectativas de progreso, de cambio, de inclusión habla
no sólo de un interés profundo de transformación sino también de propuestas y
proyectos ejecutados e intenciones con miras a la acción. De acuerdo con esto, se
puede afirmar que Medellín ha optado por ser una ciudad más incluyente. En los
planes de gobierno de las alcaldías que hubo entre el 2000 y 2007 se pudo reflejar
esto como uno de los objetivos más importantes a tener en cuenta y a desarrollar.
La inclusión se entiende como la accesibilidad que tienen las personas a un mundo
de posibilidades. Esta accesibilidad se le ha venido ofreciendo a la población a
través de nuevos espacios públicos, educativos, recreativos y culturales. Lugares
que se convierten en espacios vitales para el desarrollo de las personas y por tanto
para toda la ciudad.
Por esta razón es que emerge la categoría de Espacio Vital y se desarrolla a lo
largo de todo el escrito a través de las cuatro subcategorías espacio público, calle,
símbolos de ciudad y cohesión social
El Espacio Vital, como mundo de la vida, influye significativamente en las personas
a nivel psicológico y existencial. Desde la perspectiva de Kurt Lewin, se puede
concebir como un campo de influencias subjetivas y objetivas que son
interdependientes entre sí, afectando el organismo y su campo psicológico. El
Espacio se concibe como Vital ya que se convierte en un mundo de relaciones
sociales e intersubjetivas, que ofrece la posibilidad de aprendizaje, de expresión, de
libertad, de dirección, de renovación, de transformación, de vida, de muerte, de
felicidad, de angustia, de amor, de paz, y de otras infinitas cosas más. En este
sentido y volviendo a parafrasear a Quitmann (1998) cuando hace referencia a los
postulados Heideggerianos del Dasein dice: “El ser humano forma un campo con el
mundo que lo rodea, dentro del cual no aparece junto a las cosas y seres humanos
de su entorno, sino siempre únicamente en vinculación con ellos, es decir, la
existencia del hombre no es concebible sin el mundo que le rodea y viceversa”
El espacio público es evidencia de algunos aspectos posibilitadores de la
transformación de ciudad. Son las grandes inversiones de las administraciones del
periodo 2000 y 2007, (sin negar que las anteriores ya habían hecho mucho al
respecto), que han hecho recuperar el espacio público, convirtiéndolo en escenario
para la vida, para la educación, para la cultura, como también espacios para las
relaciones humanas y el aprendizaje. “El espacio público es un componente
fundamental para la organización de la vida colectiva (integración, estructura) y la
representación (cultura, política) de la sociedad, que hace su razón de ser en la
ciudad y es uno de los derechos fundamentales a la ciudad; el derecho al espacio
público, como derecho a la inclusión.” (Velásquez, 2004). De esta manera para
Medellín, la construcción de nuevos espacios vitales fue fundamental. Espacios que
ofrecen un mundo de posibilidades diferentes a las que ha vivido en las últimas
décadas; espacios alejados de la violencia, del conflicto, de las armas, del
sufrimiento y de la angustia. Espacios públicos que se constituyen en escenarios
para la expresión y la comunicación de todos los medellinenses y así mismo en
lugares para la potencialización y la recuperación de la dignidad humana en su
consideración de ser en el mundo, lugares para la re creación de sí mismo, para el
intercambio de humanidad y para la democracia.
Otras de las inversiones que se han hecho en relación al espacio público en este
tiempo ha sido la Calle. Como la calle Carabobo, ha habido otras también que con
su transformación han permitido, no sólo que la gente se pueda movilizar y transitar
con mayor facilidad, amplitud y comodidad sino también con posibilidad de
recrearse a través del reconocimiento, la visualización y la recuperación de su
propia historia de ciudad y de aspectos primigenios de su constitución y de sus
habitantes. El ser humano en este sentido necesita de estos espacios; espacios que
a través del arte, la cultura permitan al caminante ser, liberarse y educarse.
Hay espacios, calles y lugares públicos que se han convertido símbolos de ciudad
por la significación y el sentido que han representado para los habitantes de
Medellín. En este orden de ideas, si hay inversión en espacios públicos, se puede
hablar de que hay recuperación de ciudad, es decir, “es recuperar el alma a una
ciudad que se había mantenido en el anonimato, y carente de identidad o mejor
muchos aspectos pasaban desapercibidos, ahora con la recuperación de las calles,
parques, plazas, y otros se recupera las significaciones y el sentido, esto abre el
horizonte en relación a lo que da identidad a un ciudad, sus calles, sus formas, sus
nombres, sus fachadas, estos objetos y espacios dan sentido y significado a una
ciudad, se convierten y se transforman en símbolos de ciudad” (Velásquez, Diario
de Campo, 2009 ). Velásquez (2009) también considera al respecto que “que tan
importante para los seres humanos identificarse consigo mismo y diferenciarse de lo
que no se es, por esta razón cuando una ciudad recupera sus símbolos que la
identifica, le permite también a sus habitantes recuperar en parte su identidad de
ciudadano al mismo tiempo que le permite reconocerse a si mismo. Esto favorece el
encuentro de significado de sí y del mundo en el que se encuentra, y al mismo
tiempo plantearse preguntas que lo guían al esclarecimiento y si una ciudad permite
este esclarecimiento, es decir favorece a que cada habitante se piense y se permita
preguntar de otras maneras”.
En la medida en que se recuperan espacios y se descubren símbolos de ciudad los
habitantes de Medellín tienen lugares de convergencias, es decir de cohesión y de
encuentro. Esto incide en que cada habitante se empodere de lo que le corresponde
y se desarrollen procesos de gestión de emprendimiento, y por ende se piensen en
comunidad. A esto es a lo que llamamos Cohesión Social; cuando las sociedades
develan y van en pro del individuo estos se piensan también para la sociedad. Estos
aspectos se muestran como ciudades con niveles altos de sinergia, que van en pro
de la convergencia ciudadana, es allí donde el individuo, los habitantes piensan a la
ciudad como escenarios de posibilidades, estas sociedades y ciudades tienden a la
cohesión y unificación, en otras palabras permiten la potencialización. (Velásquez,
Diario de Campo, 2009). Desde la perspectiva de la Psicología Humanista
Existencial y la dimensión holística que esta propone, la ciudad de Medellín
reconoce la importancia de integrar el contexto y las personas como un todo unitario
para su transformación.
Para ir cerrando estas reflexiones finales es de anotar que existe otra cara de la
transformación. Este proceso paulatino de cambios que ha vivido la ciudad ha
recibido sus críticas. La concepción del homo zapping, que propone que la
velocidad de los cambios no permite digerir en cada instante lo sucedido y que la
memoria histórica de la ciudad se encuentra comprometida. Como también los
conceptos de zapping, la sociedad del shopping, la arquitectura fast food, dejan la
inquietud de qué tan “aparente” puede ser la transformación de Medellín a través de
la construcción de lindos espacios. Puede que en gran medida sea una fachada
mercantilista, ya que sigue marcando el conflicto, la violencia y la delincuencia. Es
importante no dejar pasar por alto estas críticas pues pueden constituir fenómenos
psicosociales emergentes.
Además se percibe en los habitantes de la ciudad la sensación de que ésta está
como un campo minado, retomando una frase anteriormente citada “…a partir del
cual se vive una tensa calma, algo así como vivir en un campo minado; mientras
nadie pise la mina no habrá explosión, el problema es que nadie sabe donde está la
mina, nadie tiene idea de cuanta presión se requiere para que esta explote”.
(Múnera, 2003, Pág. 40). La percepción es que la gente aun se siente a la defensiva
y con desconfianza. Aunque están estos nuevos espacios vitales y todas las
inversiones de tipo estructural, puede que por el momento se perciban estos
cambios en un nivel superficial. No hay percepción de un cambio profundo, ya que
permanece el temor a que en cualquier momento o lugar algo explote. En este
sentido permanecen los traumas, el rencor, la rabia, el resentimiento, el dolor, el
sufrimiento, en definitiva, las secuelas de las guerra.
Es por estas razones, que para finalizar se considera importante mencionar que lo
encontrado ha evidenciado escenarios de la transformación en la ciudad de
Medellín entre el 2000 y el 2007. Sin embargo la misma pesquisa bibliográfica nos
muestra que falta mucho por sistematizar y evidenciar en la cotidianidad de los
habitantes de Medellín, lo que se debe constituir como una tarea nueva de próximas
investigaciones que se complementen con estudios vivenciales y experienciales que
den mayor contenido de lo que está pasando en las calles y en la cotidianidad.
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