Para las MUJERES, ¿también llega un soplo de aire fresco con FRANCISCO
Marta Zubía Guinea
Indudablemente, el Papa Francisco ha sido un soplo de aire fresco, para todo el mundo:
creyentes y no creyentes; es un REGALO para la Iglesia y para el mundo.
La situación de la Iglesia, hasta hace tan solo unos meses, me recuerda a pasajes del Antiguo
Testamento en los que el pueblo está punto de perecer y Dios se apiada e interviene de una manera
sencilla, en los acontecimientos, para ayudar al pueblo a pasar de la muerte a la vida. A lo largo de
los siglos, en más de una ocasión, ha existido la sensación de que la Iglesia se iba a pique sin
remedio y, sin embargo, la acción del Espíritu ha impulsado su vida, con un solo requisito
imprescindible: la colaboración activa de las personas; Dios actúa enviándonos el don, a nosotros
corresponde, a cada uno de nosotros y como comunidad eclesial, desarrollarlo.
Ahora, el Espíritu ha puesto en nuestro caminar eclesial a Francisco, una persona que derrocha
humanidad, por su sencillez, su bondad, su cercanía, su cordialidad y su firmeza... Un papa que, con
su forma de vivir y su decir y con su insistente preocupación de recuperar una Iglesia pobre, al
servicio del pueblo, ha roto los moldes a los que estábamos tan acostumbrados en los papas que
hemos conocido hasta ahora. Un papa que es eminentemente “pastor”. Todo ello, sin duda, reflejo
de su espiritualidad, de su mentalidad y de su manera de concebir la Iglesia, la fe, la misión. Una
persona del Espíritu que camina con la mirada puesta en Jesús de Nazareth.
Pero, al mismo tiempo, a la hora de hablar oficialmente como papa, encontramos un hombre
muy condicionado por su formación teológica y su mentalidad conservadora e, incluso, su lenguaje
se vuelve más farragoso y su discurso más contradictorio.
Con este trasfondo, vamos a acercarnos un poco a Francisco.
I - CONTEXTO
Si, para una correcta comprensión de hechos o dichos, siempre es fundamental tener en cuenta
su contexto, en el caso de Francisco, creo que, aún más, es imprescindible.
Francisco viene de América latina, es un religioso convertido en “cura de pueblo” y un obispo
que es un párroco:
I - Es latinoamericano, no es europeo1. Viene de otra cultura, de otra manera de entender la vida y
de situarse ante ella.
1 Benjamín FORCANO, “Lo más saliente del nuevo papa”, www.cuartopoder.es/tribuna/lo-mas-saliente-del-nuevo-papa/41320, 15 de marzo de 2013.
1
Su lugar espiritual, teológico y vivencial es el de la periferia, el de las personas marginadas y
sobrantes, el de las principales víctimas de la globalización neoliberal, el de la Teología de la
liberación
y, por eso, propone Aparecida como la clave de lectura de la misión de la Iglesia2 y nos urge al
compromiso cristiano de trabajar efectivamente por combatir las desigualdades, por poner la
economía y la globalización al servicio de las personas, por abrir los ojos a sus nuevos rostros de
pobreza: las personas mayores, porque no producen ya, y las personas jóvenes, porque no se les
deja acceder al mundo del trabajo,
y nos llama a construir una hermandad3 que nos lleve a ver a las demás personas como
hermanas y no, como enemigas o contrincantes; que, ante tanta barbarie y exclusión, nos grite:
¿Dónde está tu hermana, dónde está tu hermano?, que sea premisa para vencer la pobreza y
fundamento para la paz;
2. es un “cura de pueblo”, es decir, con “olor a oveja”, metido en el fango;
por eso, se acerca a la gente, sale a su encuentro, habla de abajo a arriba, con un lenguaje sin
retóricas, sencillo, claro y directo, que llega, que todo el mundo entiende.
Además, habla de cosas que interesan a la gente, que le agobian y le alegran;
3. es un obispo que es un párroco, es el Obispo de Roma:
le preocupan las preocupaciones de las personas concretas, ha sustituido el control, la
prohibición y el castigo por el diálogo y, en sus discursos, utiliza una forma catequética: tres
palabras, tres ideas, tres aplicaciones factibles.
Y, con todo ello, está llevando la imagen de una Iglesia cercana, humana; está cambiando
sustancialmente el mensaje de la Iglesia oficial y está llevando alegría y despertando la esperanza
entre las cristianas y cristianos y entre muchas personas indiferentes.
II – NOVEDADES
Hay novedades que todos podemos constatar, que las comentamos continuamente y, por eso,
no voy a detenerme en ellas; voy a comentar algunas de las que, a mi juicio, son las más
importantes:
Ante los obispos de Brasil, reconoce que la Iglesia está retrasada en la reforma de las
estructuras4 y, en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, el papa Francisco refuerza no solo
su crítica al capitalismo y al dominio del dinero, sino que habla de una reforma de la Iglesia “en 2 FRANCISCO, Discurso ante el Episcopado brasileño, Río de Janeiro, 27 de julio de 2013.3 Id., Mensaje: La fraternidad, fundamento y camino para la paz, 1 de enero de 2014.4 Id., Discurso ante el Episcopado brasileño, o.c.
2
todos los niveles”; habla de la necesidad de reformas estructurales: la descentralización hasta el
nivel de los obispados y las parroquias, la reforma de la cátedra de San Pedro, la revalorización de
las laicas y los laicos frente al clericalismo desbordado y la presencia más eficaz de la mujer en la
Iglesia, sobre todo, en los órganos decisorios.
Aunque se habla de que la reforma de la Iglesia está en marcha, a mí, me parece que es aún es
prematura esta afirmación; yo hablaría más bien de CAMBIOS, que ojalá desemboquen en
reformas, pero ya veremos, porque eso no depende solo del papa; aunque él las vea muy necesarias,
para el núcleo clerical de la Iglesia, son peligrosas, porque afectan al tema del poder en y de la
Iglesia.
Francisco con su decir, su vivir y su hacer nos insiste en que la Iglesia tiene que CAMBIAR,
necesita un regreso radical a los orígenes y apunta a cambios de fondo:
2.1. - Tres IMPORTANTES CAMBIOS ECLESIOLÓGICOS , recuperando cuestiones de fondo,
1º. En su presentación a los fieles de la plaza de san Pedro,
Francisco no se presentó como papa, sino como obispo de Roma5. Nosotros consideramos que
la autoridad y el poder le vienen al papa de Dios, pero no directamente, sino a través de la
Comunidad, en la Comunidad, desde la Comunidad y para la Comunidad, a través del Pueblo de
Dios, del que él también forma parte. Algo muy diferente a como se ha venido haciendo en la
Iglesia hasta el S. XI con Gregorio VII6 .
Francisco, desde el primer momento, deja claro que el ser papa no le pone por encima de la
Comunidad, sino al servicio de ella; por eso, no empieza por bendecir al pueblo, sino que se pone
de rodillas y pide al pueblo que sea él quien le bendiga y, sólo después de recibir su bendición, el
papa se siente con autoridad para impartir la suya.
2º. Ha desacralizado la figura y la persona del papa:
ha abandonado el aislamiento solemne y el poder incuestionable, las vestimentas principescas
que refleja poder, ostentación y lujo. Francisco necesita tocar a la gente y se deja tocar por ella, a
pesar de las regañinas que se gana; ha dejado su palacio para vivir en santa Marta, porque necesita a
la gente, estar con gente. Ha desmantelado la corte papal y los cargos serviles de los obispos que
tienen como misión cambiarle cada ropa o cada cosa que utiliza.
5 José M. CASTILLO, “Francisco, el obispo de Roma”, en Religión digital, 11 de mayo de 2013.6 Con las reformas de Gregorio VII, el papa pasa a ser monarca absoluto: nadie puede juzgar al papa; es plenipotenciario también sobre el orden temporal; se fortalece la minoría de edad absoluta del laicado, cuya única función es cumplir ciegamente los mandatos del clero y de su jefe supremo, el papa.
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Recordemos el famoso “maletín negro” que llevaba él mismo a mano cuando subió al avión,
para escándalo de muchos.
Constantemente, da las gracias y pide que se rece por él, porque “lo necesita mucho”.
3º. La recuperación del sensus fidelium
en diversas ocasiones, recuerda su ineludible importancia en la Iglesia. Por el don del Espíritu
Santo, todos los miembros de la Iglesia poseen el sentido de la fe, es una especie de “instinto
espiritual”, que permite sentire cum Ecclesia y discernir lo que es conforme a la fe apostólica y al
espíritu del Evangelio. Es sentir, pensar y querer dentro de la Iglesia7. Es el sensus fidei del santo
pueblo fiel de Dios, que, en su unidad, nunca, nunca se equivoca8
y, recordando el Vaticano II, en la Lumen gentium, subraya que el Magisterio tiene el deber de
estar atento a lo que el Espíritu dice a las Iglesias a través de las manifestaciones auténticas
del sensus fidelium9.
2.2. Cambios que AFECTAN A IGLESIA OFICIAL
A lo largo de sus homilías y discursos, Francisco juzga con claridad y firmeza a una Iglesia
oficial que se ha mostrado demasiado lejana de las vidas reales de las personas, demasiado fría,
demasiado autorreferencial, prisionera de su propio lenguaje rígido y se ha convertido en una
reliquia del pasado, incapaz de dar respuestas válidas a una persona adulta de hoy y, por cuya
incoherencia, los jóvenes han perdido la fe en Dios.
Prefiero – dice Francisco- una Iglesia accidentada a una Iglesia enferma, es decir, encorvada
sobre sí misma y sobre sus planteamientos, autorreferenciada, dominada por un clericalismo
sofisticado que lleva a la mundanidad espiritual, a la solteronería clerical y al clericalismo de
mercado.
La razón de ser de la Iglesia, desde sus orígenes, es llevar el Mensaje a todo el MUNDO
mirar a Jesús, dialogar con Dios, orar… no para estar a gusto (Transfiguración)
sino para mirar al mundo con los ojos de Dios, para aprender a VER
no se trata de abrir las puertas y esperar a que los demás vengan para acogerles, sino
SALIR por la puerta, para BUSCAR y encontrarnos,
no tiene que adecuarse el mundo al Mensaje, sino que hemos adecuar el mensaje al
mundo (como Jesús)
7 FRANCISCO, Homilía, 30 de enero de 2014, en Santa Marta.8 Id., Homilía, 1 enero 2014, en Santa Marta.9 Id., Discurso a los miembros de la Comisión teológica internacional, 6 de diciembre de 2013.
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Por eso, considera que la Iglesia oficial debe abandonar los planteamientos pre-conciliares
(tridentinos), perder miedo a la mayoría de edad del mundo y de las personas, hacerse más humana
y humanizadora, viviendo y ofreciendo un mensaje de salvación, de esperanza y no, de amenaza y
prohibición.
Cambios que AFECTAN A LA VIDA DE LA JERARQUÍA
En sus denuncias, Francisco exige a los obispos, a la Curia, etc, que dejen el poder y el espíritu
de príncipes para ser servidores del Evangelio y del pueblo de Dios; que sean pastores y no,
funcionarios; que estén al servicio de y no, que se les sirva a ellos.
Han de ser agentes de cultura del encuentro en lugar de la cultura del descarte, sin ser
presuntuosos ni imponer “su” verdad, porque, cuando funcionan desde el poder, son piedra de
tropiezo.
Y les advierte seriamente de que no pueden dar más importancia a las estructuras o a la
organización que a la persona y que no deben dejarse seducir por su “carrera” (Tarancón decía que
muchos jerarcas y clérigos tenían tortícolis de tanto mirar al Vaticano).
Cambios que nos afectan a todas las PERSONAS CRISTIANAS
Francisco recuerda e insiste en que la MISION de la Iglesia, la misión que Jesús nos dejó, su
encargo de llevar su mensaje de salvación a todo el mundo, está dirigido a cuantas personas
formamos la Comunidad de seguidoras y seguidores que es la Iglesia; a TODAS y a TODOS, cada
cual, allá donde esté, en la persona concreta que es, en las circunstancias concretas en que está o
que le ha tocado vivir. No es una imposición, sino la confianza de que hagamos lo que él, Jesús, no
puede hacer y ve que es necesario hacer.
Es un encargo para cada una de nosotras, TODAS estamos llamadas por Dios (no sólo el clero,
las monjas o los religiosos). No es una cuestión de “si tienes tiempo”, “si estás preparada”, “si...”.
No podemos hacer de Jeremías, “es que yo no sé hablar”, porque Dios le responde: “no tengas
miedo, yo estaré contigo para liberarte”.
Es algo ESENCIAL del ser cristiana o cristiano. TODOS somos CORRESPONSABLES,
2.3. Cambios que exigen otro COMPROMISO SOCIAL
En sus denuncias y exigencias sociales, Francisco continúa en la línea denunciativa de Juan
Pablo II, pero con un lenguaje más contundente al ser más cercano y claro. No es éste el espacio de
entrar en ello, sólo quiero subrayar que Francisco ha hecho una apuesta clara y tajante a favor de las
personas excluidas y por que ésta sea la apuesta firme y clara de la Iglesia.
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Urge a gobernantes, políticos y economistas, a que la globalización y la economía estén de
manera clara y concreta al servicio del ser humano, porque “se han divinizado los intereses del
mercado, convertidos en regla absoluta”… y “mientras las ganancias de unos pocos crecen
exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría
feliz…
Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía
y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real”(EG 56).
Urge a que la conciencia de todas las personas, cristianas o no, despierte ante el humanismo
economicista tan deshumanizante, que nos hace infravalorar la tragedia de las pateras, que ha
convertido “al otro no ya en un hermano a quien amar, sino en alguien que me estorba, que lima mis
intereses”, que nos hace asumir como normal la existencia de “personas o países sobrantes” y, así,
“una parte importante de la humanidad continúa excluida de los beneficios del progreso y relegada,
de hecho, a seres de segunda categoría” 10…. y, ante el que Francisco denuncia “El afán de poder y
de tener que no conoce límites” y (EG 56) nos lanza a cada uno el grito bíblico: “Dónde está tu
hermano”; que despierte ante la globalización de la indiferencia, que nos permite no hacernos
responsables de la suerte de millones de seres humanos y seguir con nuestra vida porque no nos
compete lo que les ocurre, mientras “una nueva tiranía invisible, a veces virtual, impone, de forma
unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas”(EG 56).
Y urge a las cristianas y a los cristianos a “pringarse”, a vivir en primera persona el mensaje de
Jesús, a comprometerse desde la fe en un trabajo efectivo para combatir las desigualdades, porque
“para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica,
política o filosófica”(EG 198).
“Se trata, en particular, de desafiar todas las formas de injusticia, oponiéndose a la
“economía de la exclusión", a la "cultura del descarte" y a la "cultura de la muerte", que, por
desgracia, podrían convertirse en una mentalidad pasivamente aceptada”11 y, para ello –nos
dice-es imprescindible ir y pensar desde las periferias existenciales.
Pero, tal vez, en su encuentro con el Secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon,
encontramos su voz más potente, al instar a las Naciones Unidas a promover una "movilización
ética mundial, más allá de cualquier diferencia de credo o de opiniones políticas, difunda y aplique
un ideal común de fraternidad y solidaridad, especialmente con los más pobres y excluidos”, que
acabe con las desigualdades y difunda "un ideal común de hermandad y solidaridad", poniendo en
marcha medidas "que incidan sobre las causas estructurales de la pobreza y del hambre".
10 FRANCISCO, Discurso en la Recepción a Ban Ki-Moon, Secretario general de la ONU, 9 de mayo de 2014. 11 Ibid.
6
“Así como el encuentro con la mirada de Jesús despertó la conciencia de Zaqueo y tomó
una decisión radical de condivisión y de justicia, en el origen y en el fin de toda acción
política y económica, debería estar la mirada, muchas veces sin voz, de esa parte de la
humanidad descartada, dejada atrás, para que remueva la conciencia de los líderes políticos y
económicos y les lleve a decisiones magnánimas y valientes, que tengan resultados
inmediatos. Jesús no pide a Zaqueo que cambie de trabajo ni denuncia su actividad comercial,
solo lo mueve a poner todo, libre, pero inmediatamente y sin discusiones, al servicio de los
hombres”.
III – Para las MUJERES, ¿también llega ese soplo de aire fresco ?
Creo que, indudablemente, podemos decir que SÍ. Francisco también es un DON para las
mujeres, aunque, probablemente, éste sea el campo en que más contradicciones podemos observar
en él, como veremos. Contradicción entre lo que, por un lado, él intuye, lo que el contacto cercano
con la vida del día a día y las personas le han ido enseñando y lo que el Evangelio le reclama y, por
otro lado, su formación y su pensamiento conservadores, en perfecta línea con sus antecesores,
especialmente, con Juan Pablo II y Benedicto XVI.
A mí, me recuerda un poco a lo que pasó con el Vaticano II; fue también un soplo de aire fresco
para la Iglesia –decíamos-, aunque lo fue un poco menos para las mujeres; el Concilio –se dice-
convocó a toda la Iglesia… pero eso no es cierto, porque dejó fuera a las mujeres12, a la mayoría de
la base eclesial. Las mujeres, una vez más, fueron consideradas objeto de reflexión e iluminación,
pero no, sujetos. Con todo, el Concilio abrió muchas puertas y, si bien es verdad que ese aire fresco
no eran para ellas, lo cierto es que miles de mujeres aprovecharon la oportunidad que se les
brindaba, se pusieron en pie e iniciaron una marcha imparable.
Pues con el nuevo papa, creo que nos encontramos en una situación parecida: Francisco está
abriendo y derribando muros, pero manteniéndolos para las mujeres; con lo que nos sitúa a varones
y a mujeres, al laicado y al clero, es decir, a la Iglesia, la Comunidad de seguidoras y seguidores de
Jesús, ante el reto de aprovechar esas puertas abiertas y transitar por nuevas y variadas sendas para
construir el Reino, caminando juntos codo a codo, mujeres y varones, dando un nuevo rostro a la
Iglesia.
Francisco nos demuestra, cada día, que es una persona del Espíritu y que tiene dos referentes
fundamentales: la realidad de la vida y el Evangelio:
12 Véase, Marta ZUBÍA GUINEA, Para nuestra memoria histórica. Las mujeres en la voz de los papas. Estella 2011, Editorial Verbo divino, pp. 60-62, 81 ss.
7
* probablemente, su cercanía, en el día a día, a experiencias de exclusión, le ha enseñado a
descubrir al Espíritu como la presencia dinámica de Dios en la historia, como Espíritu de vida y liber-
tad, que nos hace comprender que todas las personas son igualmente hijas e hijos de Dios, llamadas a
vivir, aquí y ahora, en su historia concreta, con toda la dignidad y con todo el reconocimiento efectivo,
porque nada más lejos del Espíritu que los servilismos, las desigualdades, la minoría de edad o
cualquier otra forma de indignidad;
* por otro lado, el Evangelio, el volver los ojos a Jesús y dejarse afectar por su mirada, le ha
descubierto la misma perspectiva de Jesús, la de las personas marginadas y excluidas,
especialmente, por el aparato religioso.
Ahora, falta que el volver los ojos a Jesús y dejarse afectar por su mirada le enseñen a Francisco
que, como atestiguan los cuatro evangelios, en el movimiento de Jesús, se reconoce la misma dignidad
a mujeres y a varones, que ambos son miembros de pleno derecho y sus relaciones son de reciprocidad,
de equivalencia, de igualdad en la diferenciación, ambos como sujetos. Que Jesús rompe con las leyes,
costumbres y tabúes que mantienen a las mujeres infravaloradas, excluidas o en minoría de edad y que
trata con ellas como las personas adultas que son; verá que asiduamente le acompañan a Jesús desde
el principio (Mc 15,41; Mt 27,55, Lc 8,1-3) porque también a ellas les llama a ser discípulas y que le
acompañan en su predicación del reino, asisten a su enseñanza, a sus curaciones.
Francisco descubrirá que Jesús jamás tiene una actitud peyorativa hacia una mujer; que le
valora, por encima de todo, como persona; en ninguna parte del Evangelio, encontrará que le valore
por su función maternal o que le asigne el rol de esposa y madre, antes bien reacciona en contra y
rechaza el reduccionismo a que se les quiere someter, cuando alguien así lo plantea (Lc 11, 27s.). Jesús
deja claro que la dignidad no les viene a las mujeres por su capacidad de engendrar y parir, sino por la
de su responsabilidad para dar una respuesta libre, para implicarse en el proyecto de Dios: "Quien
cumple la voluntad de Dios ése es mi hermano y mi hermana y mi madre" (Mc 3,31-35).
Verá que Jesús no sólo relativiza la Ley, cuando ésta se pone por encima de la persona o cuando se
instrumentaliza para infravalorar o excluir a alguien, sino que alaba públicamente la inobservancia de
algunas mujeres en este sentido, porque comprenden el verdadero mensaje que él ha venido a traer: así,
elogia a María por adoptar una postura reservada a los varones (escuchar a los pies del maestro) y por
mostrar su interés por aprender y defiende explícitamente la formación intelectual de las mujeres, con
lo que las libera de los muros que las encerraban en la exclusión, la inferioridad y el silencio. Y,
cuando en sus parábolas usa imágenes para referir a Dios, también utiliza la imagen de mujer para
representar a Dios.
Francisco verá que Jesús, a su vez, también se deja orientar por mujeres, como la sirofenicia, que le
ayudó a comprender mejor su misión y a abrirla más allá de la comunidad judía. Verá que las mujeres
8
están presentes y participan en los momentos decisivos de la misión de Jesús: son testigos directos y
activos en la pasión, testigos de su crucifixión y de su sepultura, testigos de su resurrección y están
presentes en el grupo de discípulos reunidos a los que el Resucitado confía la misión y entrega el
Espíritu (Lc 24,36ss; Hch 1,14; 2,1-21; Jn 20,19-22).
Verá que son mujeres a quienes Jesús elige como testigos del acontecimiento fundante de la fe
cristiana y las envía13 como misioneras a anunciar a sus hermanos, los discípulos varones, en primer
lugar, y a toda la humanidad, después, el Kerygma de Pascua. Es decir, que la fe cristiana, la fe de la
Iglesia, está basada en el testimonio y en la proclamación de las mujeres y la sucesión apostólica,
igualmente, parte de ellas, por lo que es de justicia reconocer a las mujeres también como sucesoras
de los y las apóstoles, lo que, inexorablemente, llevaría a una transformación radical de las actuales
estructuras jerárquicas androcéntricas de la Iglesia.
Verá que el protagonismo de la mujer se mantiene en el movimiento misionero primitivo, en las
primeras comunidades, ya antes de Pablo. Verá a unas mujeres activas, participando codo con codo,
al mismo nivel de los varones, ejerciendo funciones misioneras, de enseñanza, de liderazgo de
las comunidades: fundan y sostienen Iglesias en sus casas, como Ninfa de Laodicea; Apia que dirige
otra iglesia en Colosas y Lidia. Pablo llama a Febe, a quien llama «diácono» y «presidente» de
la iglesia de Cencreas, (presidente es el término para quienes gobiernan la comunidad), María,
Trifena, Trifosa y Preside se dedican al trabajo pastoral, y a Junias, que comparte con su esposo el
título de “apóstol”14.
Este comportamiento de Jesús con las mujeres y el protagonismo de estas en las primeras
comunidades, yo creo que llevará a Francisco a plantearse que
1. el comportamiento patriarcal de la Iglesia no puede basarse ni justificarse ni en Jesús ni en su
actitud
2. o la Iglesia oficial se equivoca, al dar un trato de inferioridad y excluyente a las mujeres
o se equivoca Jesús, al tratar igual a varones y a mujeres.
13 C.BERNABÉ, “María Magdalena: la experiencia pascual, el envío apostólico y el uso conflictivo de su memoria”, en M.Jesús FERNÁNDEZ CORDERO-H.PIZARRO LLORENTE (eds.) Las mujeres en el cristianismo. Once calas en la historia, Sal Térrea, Santander 2012.14 (Hch 17,4), así Ninfa de Laodicea (Col 4,15); Apia que, junto a Filemón y Arquipo, dirige otra iglesia en Colosas (Flm 1,2); Lidia en Filipos (Hch 16,15). Pablo menciona a Febe, a quien llama «diácono» y «patrona» o «presidente» de la iglesia de Cencreas (Rom 16,15), (presidente es el término para quienes gobiernan la comunidad (1 Tes 5,12; 1 Tim 3,4; 5,17). María, Trifena, Trifosa y Pérside ( trabajo pastoral). Prisca y Aquila, (1 Cor 16,19; Rom 16,3-5; 2 Tim 4,19; Hch 18,1-3.18-26). Andrónico y a Junias, quien comparte con su esposo el título de «apóstol», y a quien los intérpretes androcéntricos convirtieron pronto en varón (Rom 16,7). Carmen BERNABÉ UBIETA, “La mujer en el Nuevo Testamento”, en Espiritualidad hoy, marzo 2013.
9
Desde ahí, yo creo que podemos entender las novedades que, con respecto a las mujeres,
encontramos en el nuevo papa, para pasar posteriormente a analizar su pensamiento y sus
planteamientos tradicionales-conservadores:
3.1. NOVEDADES:
a) Francisco advierte a los obispos del papel fundamental que tiene el compromiso de las
mujeres en la Iglesia y en la sociedad y de la urgencia de promover su participación activa en la
comunidad eclesial, porque, “si la Iglesia pierde a las mujeres, se expone a la esterilidad”15.
b) Denuncia el machismo en la Iglesia:
=> “los discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una ideología
machista” y advierte del peligro de pensar la ordenación de las mujeres como un “machismo con
faldas” 16;
=> en la exclusiva entrevista concedida a Antonio Spadaro, director de La Civiltà Católica,
afirmó que la acción de las mujeres en la Iglesia apenas se ha hecho notar, porque la tentación del
machismo no ha dejado espacio para hacer visible el papel que corresponde a la mujer en la
comunidad17;
y también denuncia que, “cuando en el pueblo de Dios no hay profecía, se pone el acento en la
legalidad y el vacío que deja lo ocupa el clericalismo. Es precisamente este clericalismo el que pide
a Jesús el certificado de legalidad, preguntándole: ¿con qué autoridad haces estas cosas, con qué
legalidad?... En realidad, estos “sacerdotes” no comprenden las profecías, han olvidado la
promesa. No saben leer los signos del momento, no tienen ni ojos penetrantes ni oído para la
Palabra de Dios. Sólo tienen la autoridad”. Y concluye Francisco con esta oración: “Señor, libera a
tu pueblo del espíritu del clericalismo y ayúdale con el espíritu de profecía”18
c) Afirma que “las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar”19:
=> “las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción
de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la
desafían y que no se pueden eludir superficialmente”20 (EG 104);
15 FRANCISCO, Discurso ante el Episcopado brasileño, o.c.16 Antonio SPADARO, “Entrevista al Papa Francisco”, Razón y Fe, 29 de septiembre de 2013 (número exclusivo).17 Ibid.18 FRANCISCO, Homilía, 16 de diciembre de 2013, en Santa Marta.19 Antonio SPADARO, o.c.20 FRANCISCO, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, 24 de noviembre de 2013. En adelante, se citará como EG
10
=> “en los lugares donde se toman las decisiones importantes es necesaria la participación de las
mujeres… incluso, allí donde se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia” 21.
d) Creo que no me equivoco al señalar que, en el Discurso a los miembros de la Comisión
teológica internacional, 6 de diciembre, por primera vez, un papa nombra en público la existencia
de las teólogas:
“Que la Virgen inmaculada conceda a todos los teólogos y las TEÓLOGAS crecer con este
espíritu de oración y devoción, y así, con profundo sentido de humildad, ser verdaderos servidores
de la Iglesia”22.
Y, posteriormente, vuelve a referirse a ellas en Evangelii gaudium, aunque indirectamente:
“Reconozco con gusto cómo muchas mujeres comparten responsabilidades pastorales junto con los
sacerdotes, contribuyen al acompañamiento de personas, de familias o de grupos y brindan nuevos
aportes a la reflexión teológica”(EG103).
e) Urge a que se afronte “la visibilidad de las mujeres en la Iglesia”23:
=> “es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la
Iglesia”24;
=> “el rol de la mujer en la Iglesia no es sólo la maternidad, la madre de familia, sino que es
mucho más fuerte”25;
=> “no se puede aceptar que las mujeres estén reducidas solo a tareas subalternas (ser
monaguillas o catequistas, hacer lecturas-contra el CDC-' ser presidenta de Caritas…) 26
=> “sufro cuando veo en la Iglesia o en algunas organizaciones eclesiales que el papel de
servicio de la mujer se desliza hacia un papel de servidumbre... Cuando veo mujeres que hacen
cosas de servidumbre, es que no se entiende bien lo que debe hacer una mujer. ¿Qué presencia tiene
la mujer en la Iglesia? ¿Puede ser más valorada?”27.
f) Francisco reconoce que los nuevos tiempos exigen hacer una profunda teología en la Iglesia.
21Antonio SPADARO, o.c.22 FRANCISCO, Discurso a los miembros de la Comisión teológica internacional, o.c.23 Antonio SPADARO, o.c.24 La Iglesia patriarcal ha invisibilizado a las mujeres; tanto en lo que respecta a su propia persona como a su pensamiento (muy gráfica me parece la confesión de Juan XXIII, recordando agradecido una gran enseñanza que recibió de joven y que guardó durante toda su vida: “de mujeres, o formas y cosas femeninas, ni una palabra, ni una: como si no hubiese mujeres en el mundo Silencio absoluto, incluso en la intimidad, sobre “omne muliebre”. En Diario del alma y otros escritos piadosos, Madrid 1964, Cristiandad, p. 351). A lo largo de la historia del cristianismo, ha habido mujeres que han ocupado cargos de responsabilidad y que han creado pensamiento, teología, espiritualidad, etc., sin embargo, han sido invisibilizadas, salvo raras excepciones (véase Marta ZUBÍA GUINEA, “Christine de Pizan, ¿precursora de la Teología feminista?”, en Revista aragonesa de Teología n. 36, julio-diciembre 2012).. 25 Darío MENOR, Entrevista de los periodistas al papa Francisco a la vuelta de las Jornadas mundiales de la juventud, en el avión, 29 de julio de 201326 Ibid.27 FRANCISCO, Discurso a los laicos por el XXV aniversario de la Mulieris dignitatem, 12 de octubre de 2013.
11
g) Nombró, por primera vez, a una mujer como experta para la Comisión para la Economía.
A muchas personas, estas novedades les parecerán insignificantes para lo que hay que cambiar
en la Iglesia, pero son novedades y algunas abren rutas de notable importancia. Tengamos
paciencia. Estamos en la cultura de la inmediatez y queremos que todo produzca efecto al instante,
pero lo que se ha ido produciendo en una largo proceso de siglos no puede cambiarse de la noche a
la mañana.
3.2. - PENSAMIENTO Y PLANTEAMIENTOS TRADICIONALES
Pero, junto a las novedades vistas, hemos de subrayar otros aspectos que reflejan lo que podría
calificarse de ideología patriarcal de poder, en clave religiosa, aunque se haya legitimado
teológicamente. Su lenguaje está actualizado, más “endulzado”, pero el fondo es el mismo.
Evidentemente, esta constatación crítica no busca desautorizar a Francisco, sino “ayudarle a ser más
nosotros, más Iglesia, una iglesia plural y respetuosa de sus muchos rostros” 28.
1ª TEOLOGÍA
Ante la situación actual de las mujeres en la Iglesia, unas veces, Francisco dice que hay que
hacer una teología profunda y, otras veces, habla de elaborar una teología profunda de la mujer29.
Dos reflexiones al respecto:
1ª - Realmente, en la Iglesia urge una reflexión teológica profunda, pero no “de la mujer”, de la
misma forma que no existe ni se juzga necesaria una “teología” sobre el varón. El problema no son
las mujeres, sino una cuestión eclesiológica de hondo calado, que cuestiona las estructuras mismas
de la Iglesia, estructuras que son sexistas, profundamente diferentes a las que Jesús vivió y
estableció en su movimiento y diametralmente opuestas al espíritu evangélico.
Lo que hace falta es hacer esa reflexión sobre la situación de las mujeres, y los argumentos en
los que se basa su fundamentación, a la luz del movimiento de Jesús y del Evangelio, para
desenmascarar los planteamientos que, bajo forma pseudo-teológica, no son sino planteamientos de
la ideología patriarcal de poder, en clave religiosa, y por ello mismo anti-evangélicos, y descubrir
la fundamentación de una Iglesia al estilo del movimiento de Jesús.
Obviamente, esta reflexión no es cuestión de los varones, laicos o clérigo, ni del papa, los
teólogos o de la jerarquía (todos ellos varones), sino de varones y de mujeres; no de hablar o
28 Ivone GEBARA, “El Papa Francisco y la teología de la mujer: algunas inquietudes”, Adital, 02.08.1329 A.SPADARO, o.c.
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reflexionar sobre las mujeres, sino hablar y reflexionar con las mujeres; no se trata de que la mujer
nuevamente sea objeto de reflexión, sino sujeto;
2ª - Aunque veíamos que Francisco nombra dos veces a las teólogas, sin embargo, en su discurso
ignora la Teología feminista, que tiene una larga historia en muchos países del mundo y una larga y
marginada historia en las instituciones católicas30.
En los documentos oficiales de la Iglesia, en sus reflexiones y en las de la mayor parte de los
teólogos, se ignoran los grandes paradigmas que ha aportado la Teología feminista; se ignora la
fuerza inclusiva que tiene, porque se apoya en la fuerza liberadora de Jesús, de Dios de Jesús y del
Espíritu presente y actuante en nuestra historia; se ignora su esfuerzo y sus aportaciones teológicas,
a pesar de las innumerables publicaciones y aportaciones, en tantos años de trabajos, en estudios
bíblicos, de Teología, Liturgia, Ética, Historia de la Iglesia, muchas de ellas publicados por mujeres
de reconocida autoridad. En los seminarios y en las principales facultades de teología, no se utilizan
ni se dan a conocer al futuro clero en formación y lo mismo ocurre en los institutos masculinos de
vida consagrada.
La mayoría del clero, incluida la jerarquía, no conoce la existencia de ninguna de estas
publicaciones ni, mucho menos, la riqueza que les puede aportar como formación alternativa
organizada.
Se sigue minusvalorando la Teología feminista frente a la racionalidad teológica masculina.
Llama la atención que, mientras por lo general suele ser bien acogida entre el laicado, sin embargo,
incluso alguno de los teólogos más abiertos sigue considerándola inferior a la racionalidad
masculina, porque es diferente en su quehacer31 y también los hay que la consideran una amenaza
para el poder masculino vigente en las iglesias.
La Iglesia clerical debe perder el miedo a las mujeres y acoger y escuchar, como una gracia32,
sus discursos, sus reflexiones teológica y sus denuncias, no porque sean la panacea o tengan la
verdad, sino porque les ayudaría a ponerse en camino de búsqueda en común hacia la construcción
de una comunidad cristiana de iguales, al estilos de las primeras comunidades cristianas.
2ª ORDENACIÓN
30 Ivone GEBARA, o.c.31 La Teología masculina (TM) reflexiona de arriba abajo y la Teología feminista (TF) lo hace de abajo a arriba. LaTM se basa en verdades eternas; es esencialista en cuanto a los textos, la revelación, y la TF historicidad en cuanto a los textos, la revelación. Por lo general, la TM apenas tiene en cuenta las aportaciones de las ciencias sociales, filosofías, ámbitos del saber modernos y la TF es dialógica. La TM minusvalora o idealiza a las mujeres y la TF parte de las mujeres y varones reales de carne y hueso en su vida cotidiana.32 Véanse Marta ZUBÏA GUINEA, “¡Si reconocieras y aceptaras el REGALO de Dios!”, “ Se recoñoceses o agasallo de Deus”, Encrucillada 181, janeiro-febreiro 2013, 24-43; y “No temáis, varones de poca fe. Iglesia e ideología de género”, Iglesia Viva n. 239, septiembre 2009.
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Tanto en las dos entrevistas aludidas, como en la Evangelii gaudium, cuando le preguntan por la
ordenación de las mujeres, Francisco dice que “la Iglesia ha hablado y ha dicho NO. Lo ha dicho
Juan Pablo II, pero con una formulación definitiva. Esa puerta está cerrada”
Pues bien, Francisco yerra, al menos, en dos cosas:
1. La Iglesia no ha hablado; quien ha hablado ha sido el papa, pero el papa no es la Iglesia
2. Juan Pablo II no cerró la causa ni la declaró definitiva, porque no podía hacerlo. Es verdad
que, en la Ordinatio sacerdotalis n. 4, de 22 de mayo de 1994, expresa su deseo de que así sea:
declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a
las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la
Iglesia” 33. Pero no puede considerarse ni una definición ni una causa cerrada, porque, para ello, el
papa tiene que hablar ex cathedra y con el sensus fidelium y su proclamación como tal no puede
hacerse en un documento de este tipo (Carta apostólica). Las palabras de Juan Pablo II no cumplen
ninguno de los tres requisitos.
Pues bien, lo que expresa Francisco es que está de acuerdo con los planteamientos de sus
predecesores Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, que mantienen que la Iglesia no está
autorizada a admitir a las mujeres a los ministerios ordenados34 porque
- Cristo fue varón.
- Sin condicionamientos socio-culturales, libremente, no eligió a ninguna de las mujeres, ni
siquiera a su Madre, para formar parte de los Doce”.
- Pero la causa fundamental, en sus documentos, es que las mujeres no son ni imago Dei, ni
imago Christi35.
Un breve comentario:
1º : Cristo fue varón: Dado que el varón Jesús se manifiesta como revelación de Dios, se subraya la
masculinidad de Jesús y no, su ser humano, de donde se pasa a incurrir en un reduccionismo de Cristo
que conduce a que se considere la masculinidad, si no en teoría, sí en la práctica, como una carac-
terística esencial del propio Dios o como esencial de la segunda persona de la Trinidad y como un
atributo de Cristo, olvidando que el eje central de nuestra fe es que Dios se ha humanizado y no,
que Dios se ha varonizado; que se hizo persona humana, anthropos, homo, y no, que se hizo aner,
vir, varón.
33 Recuérdese el affaire de la teóloga norteamericana Joan Chittister, en 2001, por asistir e intervenir en el I Congreso mundial de Redes para la Ordenación de las mujeres (WOW), celebrado en Dublín. Chittister asistió con el apoyo público de toda su comunidad benedictina, con gran escándalo para el Vaticano, que lo condenó, no por ser contrario o disconforme con el Evangelio, sino disconforme con la Ordinatio Sacerdotalis.34 Para conocer las ordenaciones de mujeres en los primero siglos, véase el interesante trabajo de Kevin MADIAN y Carolyn OSIEK (eds.), Mujeres ordenadas en la Iglesia primitiva.Una historia documentada, Estella 2005.35 Véase Marta ZUBÏA GUINEA, Para nuestra memoria histórica, o.c., pp.193-210 y 255-264.
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Obviamente no se trata de negar la masculinidad de Jesús o de buscar y acentuar su
feminidad, como para dar a entender que también está encarnando a las mujeres: sería absurdo.
Jesús de Nazareth fue varón y, como tal, la masculinidad es constitutiva de él, es uno de los rasgos
definitorios de su persona y definidor de su ser histórico (como el ser judío, del s. I, etc., con sus
riquezas y sus limitaciones).
Lo que es rechazable es el modo en que su masculinidad se pretende argumenta
teológicamente para reforzar una práctica eclesial oficial, excluyente. Colegir del hecho de que
Jesús fuera varón la masculinización de Dios o la masculinización de Cristo es un serio error
teológico, pues lo que nos hace imago Christi no es nuestro sexo, sino el haber sido bautizados en
Cristo y además, distorsiona al Dios humanizado y la Buena Nueva, pues se convierte a Cristo en
un instrumento ideológico-religioso que margina y excluye a las mujeres y aniquila su libertad y su
adultez, lo que es diametralmente opuesto al Dios liberador de Jesús.
2º: Jesús no eligió a ninguna de las mujeres, ni siquiera a su Madre. Es cierto que Jesús no ordenó
sacerdote a ninguna mujer, como tampoco lo hizo a ningún varón, porque en el grupo de Jesús no
hubo nunca sacerdotes. Las primeras comunidades cristianas no utilizan jamás el título de
“sacerdote” para los o las líderes de las comunidades, pero recordemos el protagonismo y el
liderazgo de algunas mujeres en el movimiento de Jesús y en las primeras comunidades cristianas.
Por otro lado, con esta afirmación, los mencionados papas están obviando los numerosos estudios
que hay sobre la Institución de los Doce36 y sobre el cristianismo primitivo.
En el s. III, cuando se va expandiendo el cristianismo por el Imperio, para designar a los cargos
en las comunidades toman nombres de las instituciones civiles y empiezan a utilizar el de “ordo” ,
una institución pagana, que remite directamente a las clases privilegiadas, a la separación
infranqueable y a la supremacía sobre el pueblo llano37, es decir, que los ministros de las
comunidades se apropian el ”orden” y la ”ordenación”, como títulos de dignidad, privilegios y
supremacía, para diferenciarse de la gente sencilla y, por tanto, de la comunidad.
En buena medida, se puede decir que el derecho y la cultura del imperio fueron más
determinantes que el Evangelio. Jesús había reprendido insistentemente a los discípulos y apóstoles
por sus pretensiones de ser los más importantes, de situarse los primeros (Mc 10, 35-45 par; Mc 9,
33-37 par); el criterio de Jesús es que los primeros tenían que situarse como los últimos (Mt 20, 16;
Mc 10, 31).
36 Se está instrumentalizando la Institución de los Doce y se cae en el error de pretender probar que el ministerio apostólico jerarquizado está por encima de la igualdad de todos los creyentes, que trae Jesús. Para ahondar en la Institución de los Doce, véase Elisabeth SCHÜSSLER FIORENZA, Discipulado de iguais, Petropolis 1995, 120-131.37 Véase PAULY-WISSOWA, 18/1, 930-936.
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3º : Las mujeres no son imago Dei, no son imago Christi. Aunque, por un lado, Francisco nos dice
que “hay que promover la dignidad humana sobre la base de que la verdad fundamental es que el
hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Por lo tanto, una dignidad originaria de todo
hombre y mujer, irreprimible38, al mismo tiempo, se adhiere a las tesis de los papas mencionados
que, en esta afirmación, están siguiendo las tesis del Decreto Graciano o, mejor, las de Lactancio39,
con la gravedad de que las teologías posteriores han dejado bien claro que se trata de un error teológico
de primera magnitud.
Decir que las mujeres, en cuanto seres humanos, sí somos imagen de Dios e imagen de Cristo, pero
en cuanto mujeres, no, equivaldría a decir que ellas no somos seres humanos al 100%.
Obviamente, no se puede afirmar que las mujeres son imago Christi e imago Dei, pero que, en
cuanto seres de sexo femenino, son incapaces de obrar como presbíteros in persona Christi, sin caer
en uno de los errores teológicos más graves, porque pervierte a la Iglesia y, lo que es más importante,
pervierte al Dios de Jesús y trae y sigue trayendo nefastas consecuencias sociales y eclesiales para,
todos, pero especialmente para las mujeres.
Francisco, a modo de consolación, en cuanto reafirma el NO a la ordenación de las mujeres,
añade “Pero sobre esto quiero decirles algo: la Virgen María era más importante que los apóstoles
y que los obispos y que los diáconos y los sacerdotes. La mujer en la Iglesia es más importante que
los obispos y los curas. ¿Cómo? Esto es lo que debemos tratar de explicar mejor. Creo que falta una
explicación teológica sobre esto40;
“La Virgen en la Iglesia crea algo que no pueden crear los sacerdotes, los obispos y los Papas.
Es ella el auténtico genio femenino”41
“la Iglesia es mujer, es madre, y esto es hermoso”.42
“En los Evangelios, las mujeres tienen un papel primario, fundamental… Esto nos hace
reflexionar también sobre cómo las mujeres, en la Iglesia y en el camino de fe, han tenido y tienen
también hoy un papel especial en abrir las puertas al Señor, seguirle y comunicar su Rostro, porque
la mirada de fe siempre necesita de la mirada sencilla y profunda del amor. Los Apóstoles y los
discípulos encuentran mayor dificultad para creer. La mujeres, no. Pedro corre al sepulcro, pero se
detiene ante la tumba vacía; Tomás debe tocar con sus manos las heridas del cuerpo de Jesús” 43.
38 FRANCISCO, Discurso a una Delegación del Instituto Dignitatis humanae, 7 diciembre 201339 En los inicios de la época constantiniana, en su obra De ira Dei, transfiere a la imagen cristiana de Dios la figura romana del paterfamilias, dando comienzo a una distorsión de la imagen de Dios. La doctrina patrística de la imago Dei se forma con este trasfondo y a partir de dichos textos con lo que comienza una teologización de la exclusión de las mujeres y de la infravaloración de su dignidad.40 Darío MENOR, Entrevista de los periodistas , o.c.41 FRANCISCO, Discurso al Congreso nacional del Centro italiano femenino, 24 de enero de 201442 Id., Discurso a los laicos por el XXV aniversario de la Mulieris dignitatem, o.c.43 Darío MENOR, Entrevista de los periodistas , o.c.
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Una vez más, nos encontramos ante una expresión de consuelo abstracto de la teología
masculina, que deriva en la idealización de la mujer, al mismo tiempo que se le niega el acceso a
las instancias de reflexión, de decisión, de creación de pensamiento, de gobierno, etc
“Ustedes son mujeres de Iglesia. ¿De Iglesia, del Iglesia? No, no es “el” Iglesia, es LA iglesia.
La Iglesia es femenina, es como María. Ése es el lugar de ustedes. Ser Iglesia, conformar Iglesia,
estar junto a Jesús, dar ternura, acompañar, dejar crecer... Bueno, ahora no se enojen, que ustedes
salieron ganando sobre los varones44.
Esto me recuerda a la función que se daba a la teología desde el s. XIX, hasta el Vaticano II
3ª IDEALIZACIÓN DE MARÍA - IDEALIZACIÓN DE LA MUJER
Una de las principales causas de la infravaloración y marginación de la mujer en nuestra sociedad y
en la Iglesia ha sido y sigue siendo la ideologización de la figura de María: el patriarcalismo religioso
la presenta idealizada, casi divinizada, deshumanizada por sublimada y desmujerizada, lo que poco
tiene que ver con la María del Evangelio, la mujer que rompió brechas en el patriarcalismo religioso
de su tiempo, incluso, del propio Jesús.
Yo creo que, en realidad, es un problema masculino-clerical de no saber situarse ante o con las
mujeres, en un plano de igualdad y, por ello, o se les infravalora y se les subordina o se les idealiza;
en ningún caso, pues, se les sitúa en su realidad, en su ser sencillamente seres humanos en versión
mujer, lo que conllevaría el acogerse, reconocerse, valorarse y tratarse ambos de tú a tú, en pie de
igualdad, al mismo nivel.
Francisco se refiere a María, constantemente, pero idealizada, distorsionada, por ignorar otros
paradigmas, otros planteamientos teológicos que aporta, por ejemplo, la Teología feminista. Rara
vez, se dirige a ella como mujer y, hasta hoy, sólo en una ocasión, la considera nuestra hermana45.
Pero no olvidemos que, en el plano teológico, María es nuestra Madre, pero, en el plano evangélico,
María es nuestra hermana.
Cuando se presenta a esta María idealizada como typos, como arquetypos, se viene a presentar
como “beneplácito de Dios” la vocación a deshumanizarnos para ganar la complacencia de Dios; lo
que, obviamente, es una perversión del Dios que se nos revela en Jesús. Especial gravedad ha
alcanzado ese planteamiento para las mujeres, pues a la idealización de María, se ha ligado
íntimamente la idealización de la mujer: pensemos en la insistencia con que la Iglesia patriarcal
presenta a María como la Virgen, toda pura, sumisamente dócil y callada, como “modelo de
44 FRANCISCO, Mensaje a la Jornada de Pascua de la Juventud, de Buenos Aires, 26 de abril de 201445 FRANCISCO, Homilía, 5 agosto 2013, en Santa Marta.
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feminidad”. María, por consiguiente, se convierte en un modelo que, para las mujeres reales, es
imposible de imitar y del que quedan exentos los varones46
“Hay un solo modelo para ustedes, las mujeres: María. La mujer de la fidelidad, la que no
entendía lo que le pasaba pero obedeció47.
“ Hagamos nuestra la oración –dice Francisco- … para que, meditando el misterio bíblico de la
mujer, condensado en María, todas las mujeres se encuentren a sí mismas y la plenitud de su
vocación y, en toda la Iglesia, se profundice y se comprenda cada vez más el gran e importante
papel de la mujer” 48
“Pensemos en la Virgen: la Virgen en la Iglesia crea algo que no pueden crear los sacerdotes, los
obispos y los Papas. Es ella el auténtico genio femenino”49.
Francisco nos presentan a María la discípula perfecta, la mujer llena de gracia, cuya vida
toda, cuyo ser todo es un “sí” al amor de Dios. María escucha, obedece dócilmente.
Pero fijémonos bien en la María del Evangelio, a nuestra hermana mayor, veamos qué nos
dice de ella la comunidad primitiva. Como buena mujer de su tiempo, aparece muy pocas veces,
pero las suficientes como para percibir a una mujer bastante distinta a la que nos han presentado50 y
como para concluir que la fuerza significativa de María está, en primer lugar, en ser la mujer que
fue51. Desde el relato de la petición de Dios a María (Lc. 1, 26-38) hasta las experiencias post-
pascuales, los Evangelios nos presentan, no una mujer de obediencia ciega o de una sumisión
despersonalizada, sino una mujer que no acepta sin más lo que le dicen, aunque se lo presenten como
voluntad de Dios (eso sería infantilismo), sino que se toma su tiempo para discernir y actuar en
conciencia; para pensar por sí misma y tomar la palabra, cuando y como le parece que debe hacerlo,
sin esperar a que alguien se la dé o a que le autoricen para hablar; para expresar en libertad su
pensamiento; es decir, una mujer que decide libre y responsablemente y que no deja que nadie decida
por ella, ni siquiera Dios.
En definitiva, una mujer, liberada y liberadora, adulta y comprometida, que se “hace cargo” de
la otra persona, que piensa, toma la palabra y decide por sí misma, que tiene el valor de ir y de estar
allá donde cree que debe estar, aunque para ello deba desobedecer la Ley y que tiene el valor de
46 Aunque es verdad que Francisco, en una ocasión pone a María como modelo de entrega también para los varones. FRANCISCO, Ángelus, 28 julio 2013.47 FRANCISCO, Mensaje a la Jornada de Pascua de la Juventud, de Buenos Aires, o.c.48 Id., Ángelus 5 de agosto 201349 Id., Discurso al Congreso nacional del Centro italiano femenino, o.c.50 Moltmann subrayaba que “en ningún otro campo, como en el de la mariología, es tan grande la diferencia entre la doctrina de la Iglesia y el Nuevo Testamento “ J. MOLTMANN: “¿Existe una mariología ecuménica?, en Concilium 188 (1983) 178-184, p. 17851 . Ni en el NT ni en los documentos patrísticos hasta el s. III, se refieren a María explícitamente como “madre de Dios”; en el s. III, comienza a dársele el título de la Theotokos, pero la Iglesia no lo adopta oficial y definitivamente hasta el concilio de Éfeso, en el 431.
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hacer lo que cree que debe hacer, por encima del qué dirán, de estereotipos, patrones socio-
culturales o preceptos religiosos, porque lo que más importa es la persona.
Cuánto cambiaría la Iglesia patriarcal si acogiera a esta María del Evangelio y así la
transmitiera, porque esta María mujer mujer, nuestra hermana, sí puede ser un modelo para las
mujeres y para los varones
4ª VOCACIÓN Y MISIÓN DE LA MUJER
Veamos lo que Francisco considera un “importante tema: la vocación y misión de la mujer en
nuestro tiempo”52, tanto en el ámbito eclesial como en el civil:
“Doy gracias con vosotras al Señor por... por el testimonio que ha dado sobre el papel de la
mujer en la sociedad y en la comunidad eclesial. En efecto, en el curso de estos últimos decenios,
junto a otras transformaciones culturales y sociales, también la identidad y el papel de la mujer, en
la familia, en la sociedad y en la Iglesia, ha conocido notables cambios y, en general, la
participación y la responsabilidad de las mujeres ha ido creciendo”. Aunque, de facto, sólo se
refiere a la maternidad como vocación y misión de la mujer.
Su misión en el ámbito civil:
“La indispensable aportación de la mujer en la sociedad, en particular con su sensibilidad e
intuición hacia el otro, el débil y el indefenso”53.
“La mamá, ante todo, enseña a caminar en la vida, enseña a andar bien en la vida, sabe cómo
orientar a los hijos, busca siempre indicar el camino justo en la vida para crecer y convertirse en
adultos. Y lo hace con ternura, con afecto, con amor, siempre también cuando busca enderezar
nuestro camino porque bandeamos un poco en la vida o tomamos vías que conducen a un
precipicio. Una mamá sabe qué es importante para que un hijo camine bien en la vida y no lo ha
aprendido en los libros, sino que lo ha aprendido del propio corazón. ¡La universidad de las mamás
es su corazón! Ahí aprenden cómo llevar adelante a sus hijos54.
“Una mamá no se limita a dar la vida, sino que, con gran cuidado, ayuda a crecer a sus hijos,
les da la leche, les alimenta, les enseña el camino de la vida, les acompaña siempre con sus
atenciones, con su afecto, con su amor, incluso cuando son mayores. Y en esto sabe también
corregir, perdonar, comprender, sabe estar cerca en la enfermedad, en el sufrimiento. En una
52 FRANCISCO, Discurso a los laicos por el XXV aniversario de la Mulieris dignitatem,o.c.53 Id. Discurso al Congreso nacional del Centro italiano femenino, o.c. y EG 103.54 Id. Audiencia, 8 de septiembre de 2013
19
palabra, una buena mamá ayuda a sus hijos a salir de sí mismos, a no permanecer cómodamente
bajo las alas maternas, como una nidada de polluelos está bajo las alas de la clueca”55.
Su misión en el ámbito eclesial:
“Sufro cuando veo en la Iglesia o en algunas organizaciones eclesiales que el papel de servicio de
la mujer se desliza hacia un papel de servidumbre... Cuando veo mujeres que hacen cosas
de servidumbre, es que no se entiende bien lo que debe hacer una mujer. ¿Qué presencia tiene la
mujer en la Iglesia? ¿Puede ser más valorada?” 56.
“En los Evangelios, las mujeres tienen un papel primario, fundamental… Y esto es en cierto
sentido la misión de las mujeres: dar testimonio a los hijos, a los nietos, de que Jesús está vivo, es el
viviente, ha resucitado” 57
“Dios ha confiado a la mujer, de manera muy especial, el ser humano”58. “¿Qué significa este
«confiar especialmente», especial custodia del ser humano a la mujer? se refiere a la maternidad. ....
Esto no es sencillamente un dato biológico, sino que comporta una riqueza de implicaciones tanto
para la mujer misma, por su modo de ser, como para sus relaciones, por el modo de situarse ante la
vida humana y la vida en general. Llamando a la mujer a la maternidad, Dios le ha confiado de
manera muy especial el ser humano”59.
“Desearía subrayar cómo la mujer tiene una sensibilidad especial para las «cosas de Dios»,
sobre todo, en ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene por
nosotros60.
“Aprendamos de la viuda del Evangelio a orar siempre, sin cansarnos. ¡Era valiente esta viuda!
Sabía luchar por sus hijos. Pienso en muchas mujeres que luchan por su familia, que rezan, que no
se cansan nunca. Un recuerdo hoy, de todos nosotros, para estas mujeres que, con su actitud, nos
dan un auténtico testimonio de fe, de valor, un modelo de oración”61.
“María Cristina de Saboya, que vivió en la primera mitad del siglo diecinueve, reina de las dos
Sicilias. Mujer de profunda espiritualidad y de gran humildad, supo hacerse cargo de los
sufrimientos de su pueblo, convirtiéndose en auténtica madre de los pobres. Su ejemplo
extraordinario de caridad testimonia que la vida buena del Evangelio es posible en todo ambiente y
condición social”62
55 Id. Audiencia, 1 de septiembre de 201356 FRANCISCO, Discurso a los laicos por el XXV aniversario de la Mulieris dignitatem, o.c.57 Darío MENOR, Entrevista de los periodistas , o.c.58 FRANCISCO, Discurso al Congreso nacional del Centro italiano femenino, o.c.59 FRANCISCO, Discurso a los laicos por el XXV aniversario de la Mulieris dignitatem,o.c.60 Ibid., 61 FRANCISCO, Ángelus, 20 de octubre de 2013.62 Id. Ángelus, 26 de enero de 2014.
20
Francisco se encuentra con el clásico problema eclesiástico que emana de las contradicciones
que ofrece su concepción reduccionista de la mujer y el problema de la injusta y difícil “doble
jornada de las mujeres”. Ante el primero, nos alerta y, para el segundo, nos propone una clara
solución y, en ambos, cómo no, para Francisco sigue siendo un problema exclusivo de la mujer y
no, del varón ni de la sociedad civil ni de la religiosa:
“Aquí, sin embargo, hay dos peligros siempre presentes, dos extremos opuestos que afligen a la
mujer y a su vocación:
1º- reducir la maternidad a un papel social, a una tarea, pero que, de hecho, desplaza a la mujer con
sus potencialidades, no la valora plenamente en la construcción de la comunidad, tanto en ámbito
civil como en ámbito eclesial;
2º - promover una especie de emancipación que, para ocupar los espacios sustraídos al ámbito
masculino, abandona lo femenino con los rasgos preciosos que lo caracterizan”63.
“Estos nuevos espacios y responsabilidades que se han abierto, y que deseo vivamente se
puedan extender ulteriormente a la presencia y a la actividad de las mujeres, tanto en el ámbito
eclesial como en el civil y profesional, no pueden hacer olvidar el papel insustituible de la mujer en
la familia. Los dotes de delicadeza, peculiar sensibilidad y ternura, que abundantemente tiene el
alma femenina, representan no sólo una genuina fuerza para la vida de las familias, para la
irradiación de un clima de serenidad y de armonía, sino una realidad sin la cual la vocación humana
sería irrealizable. Esto es importante. Sin estas actitudes, sin estas dotes de la mujer, la vocación
humana no puede realizarse.
Si en el mundo del trabajo y en la esfera pública es importante la aportación más incisiva del
genio femenino, tal aportación permanece imprescindible en el ámbito de la familia, que para
nosotros cristianos no es sencillamente un lugar privado, sino la «Iglesia doméstica», cuya salud y
prosperidad es condición para la salud y prosperidad de la Iglesia y de la sociedad misma”64
“Por lo tanto, la presencia de la mujer en el ámbito doméstico se revela como nunca necesaria
para la transmisión a las generaciones futuras de sólidos principios morales y para la transmisión
misma de la fe”.65
“En este punto surge espontáneamente preguntarse: ¿cómo es posible crecer en la presencia
eficaz en tantos ámbitos de la esfera pública, en el mundo del trabajo y en los lugares donde se
toman las decisiones más importantes y, al mismo tiempo, mantener una presencia y una atención
preferencial y del todo especial en y para la familia?
63 Id., Discurso a los laicos por el XXV aniversario de la Mulieris dignitatem, o.c.64 Id. Discurso al Congreso nacional del Centro italiano femenino, o.c.65 Ibid. Obsérvese el claro reflejo de la Ideología de la mujer al hogar.
21
Aquí está el ámbito del discernimiento que, además de la reflexión sobre la realidad de la mujer
en la sociedad, presupone la oración asidua y perseverante.
Es en el diálogo con Dios, iluminado por su Palabra, regado por la gracia de los Sacramentos, donde
la mujer cristiana busca siempre responder nuevamente a la llamada del Señor, en lo concreto de su
condición”. 66
5 ª IMÁGENES
Para referirnos analógicamente al Dios inefable, tenemos que utilizar imágenes, pero no podemos
olvidar que se trata de formulaciones creadas por nosotros y que Deus semper maior, porque el
insondable misterio de Dios vivo no puede ser atrapado por ningún lenguaje humano.
En este nombrar a Dios, se ha incurrido en el grave error de utilizar sólo un lenguaje metafórico
y unas imágenes tomados exclusivamente de las realidades masculinas, como es habitual en la
teología patriarcal (Padre, Esposo, Señor, Buen pastor, etc.). En un claro juego de correlaciones
excluyente entre el Dios antropomorfo y el hombre teomorfo67, se pasa a decir y presentar a Dios,
de manera inversa, a imagen y semejanza del varón, es decir, andromorfo, lo que deriva, no sólo, en
la masculinización de Dios, sino también, en la afirmación de que el varón es el único válido para
simbolizar a Dios y para representarle, porque la mujer, en este juego de correlaciones, no tiene
cabida por su carácter secundario, por haber sido creada del varón y para el varón y porque él es su
referente. Y así se utiliza el nombre de Dios en vano para legitimar ideologías dominantes y
excluyentes, todo ello alimentado por un círculo hermenéutico vicioso contundente: “como solo nos
referimos a Dios en masculino, se concluye que lo femenino no es válido para nombrarlo; solo es
adecuado lo masculino y prueba fehaciente de ello es que todas las imágenes de Dios son solo
masculinas”.
Todo esto ha traído nefastas consecuencias eclesiales, no sólo para las mujeres, pero
especialmente, para ellas. A lo largo de la historia de la Iglesia, sí han existido imágenes femeninas,
pero, en los últimos siglos, han sido intencionadamente invisibilizadas, por eso, la teología
feminista trabaja para revisar el lenguaje sobre Dios68 y lo está ampliando con imágenes femeninas
para rescatarlo de las perversiones en que está sumido; por ejemplo, empezando por las imágenes de
mujer que emplea Jesús para representar a Dios, pero no por su maternidad, sino por su desvelo
amoroso hacia cada una de las personas, como buscador y transformador de la historia:
- un labrador que siembra un grano de mostaza es imagen de Dios (Mt, 13,31)
- una mujer que pone levadura en la masa es imagen de Dios (Mt, 13,33)
66 Id. Discurso al Congreso nacional del Centro italiano femenino, o.c.67 La correlación analógica ser humano-Dios pasa a convertirse en la analogía varón-Dios y, a su vez, la correlación analógica Dios-ser humano se convierte en correlación Dios-varón. Elizabeth JOHNSON, La cristología, hoy. Olas de renovación en el acceso a Jesús, Santander 2003, 120-125.68 Joan CHITTISTER, La mujer en la Iglesia, Sal Terrae, Santander 2006, pp. 164-170
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- un pastor que va a buscar la oveja perdida es imagen de Dios (Lc. 15,4)
- una mujer que busca la moneda perdida es imagen de Dios (Lc. 15,8)
Cada vez que, en la liturgia o en los escritos, se dice que “Cristo es esposo y jefe de la Iglesia”,
que “Cristo es Esposo y la Iglesia, Esposa”, que “Dios es nuestro Padre y la Iglesia nuestra
Madre”, que … estamos incurriendo y transmitiendo este error teológico.
Y es lo que le ocurre a Francisco: cuando, a lo largo de sus escritos o de sus palabras, se refiere
a Dios o a Cristo, sistemáticamente utiliza imágenes masculinas y, cuando se refiere a la Iglesia, las
imágenes que emplea son femeninas: por ejemplo, por citar algunas, cuando nos dice que “Cristo es
el esposo69 y la Iglesia es la esposa” o que “la Iglesia es como una mamá, como una viuda sola y
que llora porque su esposo se ha ido”70.
Cuando dice que “la Iglesia-esposa que, en nombre de toda la humanidad y como primicia, se
dirige a Cristo, su esposo, no viendo la hora de ser envuelta por su abrazo71” o que “la Virgen
Inmaculada intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de sus hijos”72,
sigue alimentando la masculinidad de Dios y la de Cristo y el papel secundario intermediario de la
mujer.
O, cuando identifica la Iglesia con la Virgen, cae en la masculinización del Espíritu: “Así es la
Iglesia: nos genera en la fe, por obra del Espíritu Santo que la hace fecunda, como a la Virgen
María. La Iglesia y la Virgen María son madres, ambas; lo que se dice de la Iglesia se puede decir
también de la Virgen, y lo que se dice de la Virgen se puede decir también de la Iglesia73”. “la
Iglesia, como una madre sigue generando nuevos hijos en Cristo, en la fecundidad del Espíritu
Santo”74.
En realidad, todo esto se podría solucionar fácilmente, equilibrando el uso de imágenes y
empleando, indistintamente, al mismo tiempo, otras imágenes y lenguaje femeninos.
Juan Pablo I, se dirigió a Dios como Padre y como Madre. Pero Benedicto XVI, lo corrigió
porque decía que no era una imagen adecuada para reflejar a Dios: “A pesar de las grandes
imágenes del amor maternal, ‘madre’ no es un título de Dios, no es un apelativo con el que
podamos dirigirnos a Dios”75 . Pero no ofrece argumentación alguna de su afirmación.
69 FRANCISCO, Homilía, 6 de septiembre de 2013 en Santa Marta70 Id., Homilía, 17 de septiembre de 2013, en Santa Marta
71 Id., Audiencia, 11 diciembre 201372 Id.,Ángelus, 28 julio 201373 Id., Audiencia, 1 septiembre 201374 Id, Audiencia, 8 enero de 2014.75 BENEDICTO XVI, Jesús de Nazaret, Planeta Chilena, Santiago, 2007, p. 174.
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Con todo, ¡ALEGRÉMONOS!, los vientos están de nuestra parte y el Espíritu también
Francisco está abriendo muchas puertas y descubriendo nuevas voces del Espíritu.
Aprovechemos la oportunidad
- para hacer oír nuestra voz,
- para comprender que no es un problema de las mujeres, sino de toda la Iglesia,
En definitiva, para impulsar una Comunidad de iguales, al estilo de la Comunidad que nos
trajo Jesús.
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