Entrevista a Adulto
Siendo ésta la primer entrevista, y siendo un adulto el objeto del
cuestionario, creo que es pertinente anotarlo primero ya que marcaría un
precedente de cómo era la adolescencia en sus “tiempos”.
El sujeto al cual apodaré “x”, tiene 29 años. La entrevista fluyó sin problema
alguno, es más, pareció una plática casual, donde el diálogo nunca cesó.
Respondiendo a la primera pregunta (Experiencias importantes que
recuerdan haber vivido durante su adolescencia) mencionó que fue el hecho de
haber conocido a su padre, contando el trasfondo a ésta respuesta. Cuenta que
ella es producto de un matrimonio donde ambos conyugues se separan después
de tres meses después de su nacimiento. Debo recalcar que el principal punto de
conflicto en ésta etapa es esa particular “rebeldía” y “búsqueda de identidad” que
es congruente con la respuesta. Relata que ante la ausencia de la figura paterna
(física, ya que simbólicamente la madre fungía ambos papeles) la rebeldía se hace
presente durante éste periodo, reflejándose en el bajo nivel escolar, llamadas de
atención en el colegio, etc. Una de tantas veces que llaman a la madre de “x”, se
desata una discusión en la cual la demanda principal de “x” es ver a su padre (que
se encontraba ausente). La madre agenda una visita al hogar de su conyugue,
acompañada de su hija, la cual tranquiliza al sujeto. Se generan acuerdos para
que “x” visita a su padre cada fin de semana, con la premisa de tener un mejor
desempeño escolar como objetivo principal. Lo acordado en el trato sólo se
cumple una vez, y sólo un día ya que “x” no se sentía cómoda en ese ámbito, ya
que su padre tenía ya otra pareja e hijos, una familia aparte. Este evento tuvo
consecuencia, ya que el desempeño bajó estrepitosamente.
Con respecto a la segunda pregunta (Responsabilidades que tenían a esta
edad y cuáles eran las de sus hermanos- de ser el caso -) hay que abrir el
panorama para responder la pregunta de forma eficaz.
“X” tiene 2 hermanos: una hermana mayor y un hermano menor. El
hermano menor simplemente tenía como responsabilidad la escuela, de acorde
con la edad. El común denominador de ésta etapa que incluye al sujeto y sus
hermanos es uno muy estereotipado que es la escuela. La responsabilidad básica
es tener un buen desempeño académico, sin descuidar las faltas, tareas por
nombrar algunos elementos dentro de éste compromiso. “X” aparte de cuidar su
desempeño académico, tenía que hacer labores en casa, como limpieza y
manutención de la misma, y a parte fungía como una enfermera para cuidar a su
abuela. La hermana de “x” abandona sus estudios, entonces transformándose la
responsabilidad escolar en responsabilidad laboral, ayudando a la economía
familiar.
Con la tercera pregunta (lo que le gustaba hacer y no hacer en esa época
de su vida) regresan los estereotipos. A “x” como la mayoría de los adolescentes
de esa época, sus gustos eran la música de moda, con el auge de la música
urbana y de protesta. Las salidas eran el pan y mantequilla, salir con los amigos
era rutina y los tres hermanos compartían estos gustos. El conflicto entonces era
que “x” no compartía o más bien no podía compartir esa dicha con sus hermanos
por la diferencia de edad; con la hermana mayor sufría cierta discriminación por la
brecha generacional y su hermano menor le parecía demasiado infantil. En la
parte de los disgustos empiezan a emerger las peculiaridades, ya que a “x” no le
gustaba usar faldas o vestidos debido a una falsa percepción de sí misma,
causado por un rompimiento amoroso (su primer relación formal), un grupo tóxico
de amigas, un pronto desarrollos de los caracteres femeninos y un constante
bullying de su hermana mayor que desencadena en problemas alimenticios que
pudieron llegar a la bulimia (menciona que dejaba de comer, sufría mareos, su
ciclo menstrual sufría cambios abruptos al punto de ocurrir una amenorrea
nerviosa, lo cual “x” piensa que está embarazada –a pesar de no tener una vida
sexual activa-).
El cuarto cuestionamiento también gira en torno a estereotipos, ya que
hablamos de forma de castigo y recompensa y sus motivos. Siguiendo el relato de
“x”, las formas de castigo era el no recibir lo que se quería (tomando seriamente la
última palabra, ya que era querer y no necesitar; denotando un dejo de capricho o
deseo). Las salidas también eran restringidas o prohibidas. Un castigo en
particular viene a colación en el discurso de “x”: ella mentía en la escuela para
faltar a clase o excusarse con el cumplimiento de las tareas escolares. Todo iba
bien hasta que su madre asiste al colegio para informarse de la situación de su
hija, descubriendo el engaño, lo cual desemboca en el particular castigo impuesto,
que dejaría huella en ella y el cual vale la pena describirlo textualmente como pasó
en la entrevista:
“Me castigaron haciendo que yo fuera a casa de una vecina, que ya estaba
viejita, que sus hijos ya no visitaban y pues ya no podía hacer las cosas sola, me
acuerdo que necesitaba bastón. Mi mamá me impuso ir a casa de esta señora
antes de ir a la escuela (ya que iba en la tarde), para limpiarle la casa, ayudarla en
lo que necesitara, y después debía llegar a mi casa a cumplir mis obligaciones y
cuidar a mi abuela para después irme a la escuela. La verdad era muy cansado
hacer las dos cosas, y mi abuela comenzaba a ponerse celosa porque ella creía
que yo cuidaba más a la señora que a ella. Pero el castigo dejó de parecerlo, ya
que en la casa de esta señora aprendí a cocinar, a coser y varias cosas que ni mi
abuela ni mi mamá me enseñaron a hacer. Mi abuela no quería enseñarme a
cocinar, ni siquiera a acercarme a la estufa porque dijo que iba a quemar la casa.
Fui como más de un mes, y ya había terminado el castigo, pero yo seguía
yendo ya que yo sabía que la señora necesitaba esa ayuda, y yo disfrutaba estar
ahí. Aprendí ahí a ser responsable, no sólo con ella, sino con mi abuela y la
escuela”
Los motivos de castigo eran obvios: el incumplimiento de los deberes y
responsabilidades. Las formas de recompensa o reconocimiento eran
prácticamente lo contrario al castigo: las salidas eran permitidas y los gustos y
caprichos eran cumplidos con mesura. De igual forma, los motivos eran contrarios
a los del castigo: un continuo cumplimiento de responsabilidades y deberes abría
la puerta a la obtención de reconocimientos enteramente meritocráticos (ósea,
recibir cosas a partir de buenas acciones, de merecerlas).
Lo prohibido y lo permitido. No se aleja de la respuesta anterior. Lo
permitido era cualquier cosa, la libertad estaba ahí, y el libertinaje no ocurría. Lo
prohibido era el descuido de las propias responsabilidades o deberes.
“X” comienza a laborar a los 17 años, en un archivo de un despacho
jurídico. Esto lleva a “x” a encausar sus estudios a algo relacionado a la
computación, para facilitar la carga de trabajo que recibía en dicho lugar. “X” tiene
su primer hija a los 21 años, producto de su actual matrimonio (actual cuando se
hizo la entrevista, hoy en día está divorciada y tiene la patria potestad de sus
hijas).
Los motivos de conflicto eran con las figuras de autoridad en esa época,
reflejándose la rebeldía de la edad. Aunque un conflicto en particular se daba con
la hermana de “x”, propiciado por la diferencia de pensamiento, donde el aspecto
físico era producto de constantes discusiones entre hermanas, ya que “x” en ese
tiempo tenía algo de sobrepeso y estaba bajo la norma de estatura.