Estrategias de ataque
y defensa
Alfredo Dávalos López
@Adavaloslopez
Ataque:
Una gran estrategia de ataque es lograr
que nuestro candidato y la campaña
comuniquen las peores cosas con las
mejores palabras y con las mejores
imágenes.
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Los temas del ataque: Los elementos para diseñar una campaña de
• ataque y confrontación los podemos
encontrar
• en la investigación, los cuales nos permitirán
• conocer las percepciones, opiniones y la
propia
• agenda de la gente.
sorprender al votante:
Introducir en la campaña elementos sorpresa,
• se pueden convertir en una táctica clave de
las
• campañas de ataque.
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Sintonizando con la gente:
Un ataque puede ser contundente cuando
• está sintonizado con la decepción, el odio, la
• desesperanza, la impotencia y las frustraciones
• de los votantes hacia nuestros adversarios o
hacia
• alguna organización política.
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Marcando agenda:
Cuando el ataque logre que mi adversario
• responda y discuta lo que a nosotros nos
• interesa discutir, quiere decir que nuestro
• ataque fue realmente efectivo.
La fuerza del otro:
Una excelente táctica de una campaña
de
• ataque y confrontación es la utilización
• de la fuerza y los recursos de mi
• oponente.
La verdad está en la
mente de la gente: Si el ataque no tiene que ver con aquellos temas
• que se encuentran dentro del imaginario
colectivo
• de la gente, difícilmente será efectivo porque no
le
• interesará al votante.
Ataques virales:
Introducir en la campaña temas polémicos que
tengan que ver con el interés y la cotidianidad de la
gente nos permitirá marcar nuestra propia agenda,
posicionarnos, generar publicidad no pagada y
lograr que estos temas se viralicen a través del
boca a boca y las nuevas tecnologías.
Rompiendo las reglas:
El humor, la ironía y la creatividad pueden
• hacer mucho más efectivo nuestro ataque y
• diferenciarnos de nuestros adversarios.
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Perdiendo la cabeza:
Si atacamos de manera visceral y no a
través de la técnica, difícilmente
lograremos llegar a tocar las fibras
sensibles de la gente y bajarle los votos
a nuestros adversarios.
Atacar por atacar:
Cuando un ataque no es bien planeado y no
se enfoca en lo que realmente discute la
gente, se puede convertir en un “boomerang”
que termina por regresar, afectando a
nuestro candidato, a nuestra campaña y a
nuestra intención de voto.
Es ético el ataque?
Una campaña de ataque puede ser ética
cuando no se basa en la vida privada del
adversario y esta enfocada en denunciar
la corrupción, el nepotismo, la prepotencia,
el tráfico de influencias, la violencia, el
racismo y los malos gobiernos.
La intención de voto:
Si la campaña de ataque no logra
• impactar en la gente y cambiar la
• intención de voto, entonces no sirve
• para nada.
Cuándo defenderse:
Por lo general debemos ignorar los
• ataques.
La defensa:
Aprendamos a reírnos de nosotros
• mismos y a utilizar nuestro
• sentido del humor.
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La estrategia de respuesta:
Existen dos razones para defendernos:
• evitar perder votos y evitar que nuestro
• oponente gane votos.
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Terceros voceros:
Utilizar a un líder de opinión o algún
• personaje prestigioso o respetado por la
• comunidad como fuente creíble.
Aceptar el hecho:
Cuando no hay más opciones, hay
que
• admitir los errores y pedir perdón.
Atacar o defenderme? Necesito una estrategia -con objetivos
• bien definidos-, en donde quede
• plasmado quién o a quién, cómo,
cuándo
• y dónde nuestro candidato debe atacar
o
• defenderse.
Nunca olvides que:
Si atacamos de manera visceral y no a través
• de la técnica, difícilmente lograremos tocar
las
• fibras sensibles de la gente y restarles votos
a
• nuestros adversarios.
@Icp_ecuador
@Adavaloslopez