¿EXISTE COMPETENCIA DEMOCRATICA EN VENEZUELA?.
INTRODUCCION.
Venezuela es probablemente el país del Hemisferio en que hay una mayor
discusión entorno a la vigencia efectiva de la Democracia Moderna. Aunque a
primera vista existen elecciones periódicas, sujeción de las autoridades a la
Constitución de la República, vigencia del respeto a la voluntad de las
mayorías, pluralismo político y social así como la posibilidad de que accedan al
poder los partidos de oposición, un análisis más detallado nos presenta
numerosos indicios de lo se pudiera interpretar como el “creciente cerco” del
“oficialismo Chavista” a los pilares básicos del Sistema Democrático Liberal. Un
buen ejemplo de esta ofensiva gira entorno al principio de competencia como
analizamos a continuación.
LAS ELECCIONES REGIONALES DEL 23 DE NOVIEMBRE DEL 2008.
Partimos de la base, propuesta en el Curso, de considerar el principio de
competencia como la probabilidad efectiva que tienen los distintos intereses e
ideologías políticas de acceder al poder del Estado. Si aplicamos este principio
a las últimas elecciones democráticas en Venezuela, parece claro que existe
suficiente competencia democrática como para permitir el cambio de “color
político” en importantes alcaldías y gobernaciones del país.
Tras las elecciones regionales, la oposición venezolana logró mantener y
superar los resultados obtenidos en el 2004, consiguiendo cinco de las
veintidós gobernaciones en disputa. Aunque el número pudiera parecer poco
alentador, lo cierto es que la oposición ganó en cinco de los siete estados más
poblados e importantes desde la perspectiva política y económica (Carabobo,
Miranda, Nueva Esparta, Zulia y Táchira). Por otro lado los opositores pasaron
a controlar alcaldías tan importantes como la de Maracaibo, segunda ciudad en
importancia del país, y la Alcaldía Mayor de Caracas. Además mantuvo el poder
en tres de los cinco municipios que componen la capital y conquistó un cuarto
municipio, Sucre, que contiene el barrio más grande y populoso de América
Latina. Estos buenos resultados se lograron penetrando en zonas populares
que parecían “fuertes feudos del Chavismo” y derrotando a algunos de los
líderes más representativos del Presidente Chávez, como por ejemplo,
Aristóbulo Istúriz, Jessie Chacón y Diosdado Cabello. En todo caso, en el
computo global la victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
reafirmó su poderío político y electoral obteniendo, además de la mayoría de
las Gobernaciones, 264 de las 362 alcaldías en disputa y el 53% de los votos.
Hasta aquí todo pareciera indicar que en Venezuela existen las condiciones
mínimas de competencia democrática “formal” como para permitir el acceso al
poder de los opositores. Sin embargo, tras las elecciones regionales, se han
dado tres ejemplos que parecieran poner en duda la voluntad de respeto, del
oficialismo, al principio de competencia democrática. Pasamos a exponer los
ejemplos a continuación.
LAS AMENAZAS A LA COMPETENCIA DEMOCRATICA EN VENEZUELA.
Un primer ejemplo lo constituye la aprobación de la posibilidad de reelección
presidencial indefinida. En un régimen fuertemente “presidencialista” como el
Venezolano, la principal amenaza al principio de competencia democrática lo
constituye, sin duda, la posibilidad de reelección indefinida del Presidente de la
República. El ejercicio prolongado de las amplias competencias presidenciales
pueden influir, de manera muy negativa, en las reales posibilidades de acceso
al poder del Estado por parte de la oposición política.
Desde que el Presidente Chávez fuera reelecto en el año 2006, éste buscó con
insistencia modificar la Constitución, que sólo permitía dos mandatos
presidenciales consecutivos, para poder presentarse a nuevas contiendas
electorales. Un primer intento tuvo lugar en Diciembre del 2007, en el que se
proponía una amplia reforma constitucional centrada en dos aspectos
esenciales: la posibilidad de la reelección presidencial indefinida y la transición
del Venezuela hacia el Sistema Socialista. La reforma fue rechazada por un
estrecho margen. Un segundo intento aconteció apenas conocidos los
resultados de las elecciones regionales del 2008 debido a dos factores: la
amenaza que le suponía al “oficialismo” el significativo avance de la oposición
en dichas elecciones y el posible deterioro de la popularidad de Chavez debido
al empeoramiento de la situación económica nacional debido a la caída de los
precios petroleros. Al segundo intento, Hugo Chávez consiguió, por una
cómoda mayoría, que los venezolanos ratificaran una enmienda constitucional
que le posibilita postularse a las elecciones presidenciales del 2012.
Un segundo ejemplo lo constituye fue la aprobación, el pasado mes de marzo,
por parte de la La Asamblea Nacional (AN), de la reforma a la “Ley Orgánica de
Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder
Público”. Dicha ley establece en su artículo 8 que “el Ejecutivo Nacional podrá
revertir, conforme al ordenamiento jurídico, la transferencia de las
competencias concedidas a los estados, para la conservación, administración y
aprovechamiento de carreteras, puertos y aeropuertos comerciales”. Además
en su artículo 9 se establece que "El Ejecutivo, por órgano del Presidente de la
República en Consejo de Ministros podrá decretar la intervención de bienes y
prestaciones de servicios de carreteras, puertos y aeropuertos, en el supuesto
de deficiencia en la prestación de servicios por parte de los estados".
Precisamente al poco de aprobarse esta medida, diversos puertos y
aeropuertos que estaban bajo administración, principalmente, de Estados
Opositores fueron ocupados por la Guardia Nacional y pasaron a ser
administrados por el gobierno central.
Por último en el mes de abril, la Asamblea Nacional aprobó la “Ley Orgánica
del Régimen del Distrito Capital”, que si bien tiene un correcto encaje
constitucional, presenta dudas razonables sobre su verdadera intencionalidad
política. Dicha ley crea la figura del “Distrito Capital”, restándole importantes
competencias al Alcalde Metropolitano de Caracas, José Antonio Ledezma, en
relación a la administración de escuelas, hospitales, policía y bomberos, entre
otros. Al mismo tiempo en la Ley se crea la figura del Jefe de Gobierno del
Distrito Capital, cargo que es nombrado directamente por el Presidente de la
República, al que le fue transferido gran parte del presupuesto que manejaba
la Alcaldía Metropolitana. Si bien la creación del Distrito Capital se recogía en
la Constitución de la República promulgada en el año 1999, esta medida no fue
aplicada mientras la Alcaldía Metropolitana estuvo en manos del oficialismo por
lo que resulta al menos políticamente sospechoso que la Asamblea Nacional se
apresurara a aprobar dicha Ley justo a los pocos meses de pasar a manos
opositoras la Alcaldía Metropolitana.
CONCLUSIONES.
Si las elecciones regionales constituyen una clara prueba de la posibilidad real
de que la línea opositora pueda acceder al poder, al mismo tiempo el recorte,
más o menos legal, de las competencias de Alcaldes y Gobernadores de
oposición, son una vía de hecho para limitar el ejercicio del poder por parte de
alternativas distintas al “Chavismo”. En mi opinión, la posibilidad de reelección
presidencial en Venezuela, en las actuales circunstancias, constituye también
una manera indirecta de limitar el acceso al poder de otras corrientes políticas,
pues la disponibilidad que tiene el “oficialismo”, de los recursos del Estado
supone una clara ventaja en cualquier proceso eleccionario. Lo anterior es
especialmente relevante si consideramos el contexto venezolano, en el que hay
serias dudas sobre la efectiva separación de poderes. Las dudas son
especialmente graves en lo tocante al poder judicial, también en relación al
poder legislativo, sobre el que el “oficialismo” ejerce un control absoluto,
debido al error estratégico, que en su día, cometió la oposición, cuando decidió
retirarse de las elecciones a la Asamblea Nacional.
¿Cómo se podría explicar el respeto “formal” del Gobierno Bolivariano a los
principios de la Democracia Liberal al tiempo que se limita el ejercicio del
poder por parte de los opositores?. Existen varias tesis al respecto, por un lado
se podría concluir que la “dinámica” impuesta por los hechos ha ido marcando
la “radicalización democrática” del “Chavismo”. Desde esta perspectiva el Golpe
de Estado del 2002 y el subsiguiente “Paro Petrolero” crearon las bases reales
para “justificar” la persecución política de la oposición empleando todos los
medios disponibles. Otra tesis, propuesta desde el Oficialismo, apuntaría a que
en Venezuela se ensaya un nuevo modelo de “Socialismo Democrático” que
genera las tensiones propias del enfrentamiento político, pero que respeta los
principios de la Democracia Liberal. Por último, podría también aplicarse un
análisis desde la perspectiva Marxista. Si bien el “Modelo Socialista
Venezolano” es confuso y poco ortodoxo, éste utiliza las herramientas e
instituciones de la Democracia Liberal en tanto en cuanto sean útiles para
aplicar todas las fases de transición al Comunismo: una primera fase, ya
superada, en la que los trabajadores toman el poder, una segunda en la que se
sustituye el poder de la burguesía, utilizando el Estado, para la transición al
Socialismo, que pudiera ser el momento actual que vive Venezuela y una
última fase en que se eliminan las clases sociales estableciendo una sociedad
comunista. La discusión está servida.
PRINCIPALES FUENTES CONSULTADAS:
1. Documentos del Modulo I (II Curso Democracia en América Latina).
2. “A la segunda va la vencida: ¿Chávez rumbo a 2021?”. Manuel Hidalgo. Publicado el 23 de Abril 2009 en la página Web del Real Instituto el Cano.
3. “Por ahí no, mi Comandante”: freno en el referéndum al “Socialismo del Siglo XXI”. Manuel Hidalgo. Publicado el 3 de Febrero del 2008 en la página Web del Real Instituto el Cano.
4. Ley Orgánica del Régimen del Distrito Capital. 2009.
5. “Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público”. 2009
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