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Revisión histórica sobre Tenextepango
Felipe Villegas Rojas
La historiografía existente sobre la historia reciente de Moleros es escasa. Existen más obras que
estudian al estado desde la perspectiva de la antropología. A los antropologos les ha atrído la región
desde las primeras décadas del siglo xx por ser este territorio una de las cunas de la Revolución
Mexicana con una fuerte participación campesina y por tanto, un lugar excelente para el estudio de esta
clase social. Su estudios, además, están respaldados por el Estado porque allí está una de las bases
ideológicas que lo legitiman. En contraste, podemos citar a los campesinos que respaldaron a Francisco
Villa. Él (y si él, también quienes lo seguían) no era en la historia nacional más que un bandolero. Sólo
adquirió su estatus de héroe a partir de los años sesenta, en que fue reivindicado. A partir de entonces
empezaron a proliferar los estudios sobre su grupo y sobre él.
El estudio de Morelos, se identifica con el de los grupos zapatistas y con su legado. No obstante, su
historia no ha sido todavía totalmente escrita. El Estado no contaba hasta hace aproximadamente
quince años con una Facultad que fomentara los estudios históricos. A esto se aunaba la inexistencia de
un archivo estatal que permitiera a los historiadores de otros lugares explorarlo y dar a conocer sus
resultados. No había quien se encargara de escribir esta historia. Sólo ahora existe en la universidad del
estado un proyecto a cargo del Dr. Horacio Crespo que tiene como objetivo escribir la historia del
Estado y de la región. También existe otro proyecto bajo la dirección del Dr. Jaime Gracía Mendoza
que tiene como objetivo digitalizar (pero también al mismo tiempo organizar) los archivos parroquiales
y municipales. No obstante, ninguno de los dos proyectos está aún concluido. Por esto no deberá
sorprendernos encontrar para el siglo xx más estudios etnográficos que propiamente históricos.
Al hacer una revisión histórica, debemos primero definir un problema que nos ayude a determinar el
periodo que estudiaremos. La problemática sobre la que profundizaremos será la situación de las
mujeres migrantes o las esposas de los migrantes en la comunidad de Tenextepango. Para ello, es
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necesario contextualizar las razones de la migración de los hombres así como los efectos que tiene en
la familia la ausencia del jefe del hogar. Esta problemática nos anuncia que nuestro interés se centra en
la migración de los campesinos mexicanos. Nuestra periodización debe señalar ese fenómeno. Para mi,
este fenómeno tiene varias etapas y sus inicios pueden fecharse en 1940, como lo sugiere Cynthia
Hewitt de Alcantara1. En este periodo el proyecto cardenista que apoyaba una política que favorecía la
extensión y modernización de los ejidos fue sustituida por el presidente Manuel Avila Camacho por una
que favorecía a los productores privados. Las administraciones venideras nunca más reavivaron el
proyecto del Gral. Cardenas por lo que los ejidatarios prácticamente se quedaron sin el apoyo del
Estado para la modernización del campo mexicano. La sustentabilidad de la vida campesina sufrió un
gran golpe con esta acción puesto que no se invertiría más en su desarrollo. Los efectos fueron notables
a mediano plazo cuando la población creció. El gobierno de quedó sin recursos y la vida se volvió más
cara a partir de las crisis que se sucedieron después de 1973. Debido a la baja rentabilidad de la
agricultura sólo 60% de los ejidatarios explotaba su parcela y el 40% trabajaba como peón de su propia
tierra para un patrón que era el heredero de los latifundistas2. Las generaciones que nacieron en esos
años, son las que actualmente prefieren migrar a quedarse a cultivar la tierra de sus padres. Más aún,
muchas veces financian la agricultura de sus padres con el dinero que ganan en Estados Unidos. Es a
partir de la administración de Miguel de la Madrid cuando se adopta una postura en la política en la que
la legitimidad del estado ya no tenía como referente la Revolución Mexicana, sino el ejercicio de la
libre competencia. Esta posición se consolidó en 1988, cuando el gobierno federal firmó un convenio
con el Banco Mundial para obtener a un préstamo. Este pacto lo comprometía, en materia de política
agraria a:
-La eliminación de los precios de garantía
1 Cynthuia Hewitt de Alcantara, La modernización de la agricultura mexicana : 1940-1970, cap. 12 “Editorial” Excelsior, 8 de febrero de 1973, citado en Elena Azaola Garrido y Estaban Krotz, Los campesinos d ella
tierra de zapata, iii. Política y conflicto p. 76.
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-La liquidación o venta de organismos paraestatales (ingenios azucareros)
-La restricción de créditos e inversiones en obras rurales
-Suspensión del seguro agropecuario oficial
-La cancelación del servicio de asistencia técnica a los productores
-El traspaso de los distritos de riego a los usuarios para su administración y mantenimiento3.
Dos años después el gobierno federal emitió una ley que daba por terminado el proceso de la reforma
agraria y además, establecía los mecanismos para revertirla al permitir nuevamente la privatización de
las tierras ejidales y comunales. Así, el Estado concluyó todo compromiso con los campesinos.
En Morelos, estas políticas seguir a través de la periodización que propone Claudio Lomnitz:
1870-1910 periodo de las haciendas
1914-1950 Ruralización del centro
1950-1980 Industrialización4
El autor hace más énfasis en las dos últimas etapas, puesto que es hasta allí a donde le permite llegar su
material que básicamente son entrevistas y observaciones en del estado. A cada etapa, según el autor,
corresponde una configuración del espacio diferente. Tenextepango está en todas la etapas, dentro del
centro irrigado con una configuración social cambiante. Antes de la reforma agraria estaba conformado
por jornaleros de la hacienda del lugar. Con la reforma agraria se recampesinizó la región y se atrajo
mano de obra procedente de la periferia de Morelos. Con la creación del Ingenio Emiliano Zapata,
varias de los municipios de centro de Morelos (1938) atrajeron mano de obra procedente de Guerrero y
los campesinos se convirtieron en una especie de arrendatarios de tierras de ingenio5. No obstante,
quizás Tenextepango era una excepción ya que sus tierras de riego eran capaces de producir hortalizas,
un producto que sumamente rentable en el mercado, y arroz. Los campesinos recuerdan esos años
3 Dr. Gabriel Baldovinmos de la Peña, Principios actualizados del zapatismo, p. 19.4 Las salidas del laberinto, p. 99.5 Ibíd., p. 152.
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como tiempos en los que Tenextepango gozaba de una gran abundancia. Sólo hasta 1991, con el fin de
la Reforma Agraria, la agricultura de la región empezó a decaer puesto que tuvo que competir con los
cultivos de los municipios vecinos así como con los de otros estados (Hidalgo y Sinaloa). El desarrollo
de la crisis puede compararse con la de los distritos de riego de Guanajuato y Michoacán6. En este
distrito la decadencia de los ejidos comenzó con la reforma del artículo 27 en 1991 y con la
modificación de la Ley de Aguas Nacionales en el mismo año que transfiere a los usuarios la
infraestructura del riego. La primera ley convirtió en legal la venta de tierras así como los despojos que
habían sufrido (en el caso de Tenextepango esto podría aplicarse a la “venta” de la exhacienda a un
particular) las comunidades contribuyendo a mermar la identidad de los ejidatarios (la venta de tierras)
para convertirlos en ciudadanos logrando romper el pacto que el Estado había contraído con ellos desde
la Revolución7. La relación que había entre la comunidad de ejidatarios y el Estado culminó y con ello
también las ventajas que está situación le daba al campesino. Lo más perjudicial de esta nueva
situación es el la obtención de créditos. Pues ahora el campesino tiene que solicitarlo, tramitarlo y
además hacerse responsable de él. Y para ello necesita información ¿cuándo se tiene que tramitar?
¿dónde?¿que requisitos debe llevar?¿qué obligaciones contrae? En contraste, cuando era reconocida su
situación jurídica, de todo ello se encargaba su representante y las responsabilidades eran compartidas
por todo el ejido8. El ejidatario está en proceso de desaparición puesto que su relación con la tierra es
ya casi imposible de mantener. Parece más rentable vender o arrendar la tierra que sembrarla. Su
objetivo se ha desvirtuado. Su identidad se está desvaneciendo.
No sólo el cambio de su situación ante el Estado lo ha perjudicado. También la cantidad y calidad del
agua y la calidad de la tierra han afectado la producción como lo reconocen los propios campesinos.
“La cuestión del agua es un aspecto que cobra mas sic importancia debido a una mayor competencia
6 Para la comparación uso el artículo de María Luisa Torregrosa, “Modernización del campo en México. El caso de los distritos de riego” en Perfiles Latinoamericanos, Núm. 14, Junio de 1999, pp. 149-174.
7 Ibíd., pp. 171-172.8 Ibíd. pp. 162-163, p. 170
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que se genera por su aprovechamiento entre diversos sectores de la sociedad (agropecuario, la industria,
los servicios vía uso urbano)”9. Entre los productores está claro que el agua es menos y, en contraste
con el pasado, es de muy mala calidad. Debido a que los productores se abastecen del Río Cuautla, es
relevante para ellos lo que suceda en esta cuenca. Algunas de las causas de la escases se deben a que se
han hecho perforaciones que no cuidan los procedimientos legales y que tienen como consecuencia una
merma en la cantidad de agua de los manantiales, al uso del agua por los viveros y los productores de
berro, al abastimiento de las comunidades sin agua a través de camiones cisterna y al uso industrial del
recurso líquido10 así como al incremento de la población y con ello de las necesidades de alcantarillado.
No debemos pensar que por ser Tenextepango uno de los beneficiarios que se encuentran al sur del río
recibe todo lo que antes de llegar a él acarrea el flujo de agua. Si tomamos en cuenta la clasificación
por estaciones que establecen Silvia Santiago Fragoso y Juan Carlos Sandoval-Manrique nos damos
cuenta que a pesar de que la estación siete se encuentra al sur ella no es la suma de los contaminantes
de las estaciones 1-6. Las estaciones más cercanas al municipio de Ayala son la estación 6 y la siete
correspondientes a la industria “Tenería Morelos” y el poblado de Anenecuilco. La estación 6 es
clasificada como contaminada mientras que la estación 7 como no contaminada11. Además de esta
contaminación, los canales que abastecen de riego a Tenextepango también reciben las aguas negras
que sobre ellas descargan las casas de las nuevas colonias. Ellos creen que la calidad del agua esta
relacionada con la menos producción de la tierra y, si esto es así, también con el incremento de los
costos de producción.
La calidad del agua ha afectado la calidad de la tierra, y ésta a la producción. A pesar de que el campo
es menos productivo se vive una crisis de sobreproducción que devalúa las cosechas haciendo que la
9 Claudio Avalos Gutiérrez y Jacinta Palerm Viqueira, “Competencia por el agua entre usos y usuarios en la cuenca del Río Cuautla, Morelos, México” en Comunicación en Socioeconomía, Estadística e Informática” Vol. 7, Núm. 2, 2003, pp. 107-131.
10 Ibíd., p. 113.11 “Coleóperos acuáticos y su relación con la dinámica fisífoquímica del Río Cuautla (tramo tetelcingo-Anenecuilco),
Morelos, México” en Hidrobiológica, 11:1, 2001, p. 22.
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siembra no sea rentable ya que la competencia es muy fuerte. La primera competencia son los
municipios vecinos que siembran algunas hortalizas como cebolla y ejote. Podemos comparar a
Tenextepago con Guanajuato y Michoacán. En estos distritos la producción de hortalizas esta a cargo
de los empresarios transnacionales que son dueños de grandes extensiones de tierra de gran calidad.
Tienen la ventaja de tener relaciones con el gobierno para lograr préstamos favorables así como
información privilegiada que les permite orientar la producción hacia una mayor rentabilidad12. Su
producción está orientada fundamentalmente hacia la exportación. Su situación, a diferencia de los
campesinos de Tenextepango, no ni de lejos, drámatica.
En la cultura, la perdida de identidad del campesino genera varias respuestas. La más dramática de
todas es quizás la agonía del ejidatario. Cuando nos adentramos a la comunidad sorprende ver a los
ejidatarios jugar a las cartas, caminar, observar, platicar, etc. Todos ellos se reúnen en el la plaza del
cuerpo para verse morir. Están desfuncionalizados. Y es que han demostrado que su forma de vida no
es capaz de realizarse en la realidad. La decampesinización funda una nueva tradición y deja obsoleta
la que portan los ejidatarios. Algunos de los ancianos, que son quienes resguardan la tradición, son
despreciados, como es despreciado el pasado al que representan. Ya no pueden tener el papel que tenían
antaño como educadores de las nuevas generaciones. No obstante la cultura campesina no desaparece
en su totalidad. El ideal cultural de una comunidad campesina es
“la producción campesina en un pueblo de hombres 'respetables' con sus familias. Ninguna existencia extrafamiliar es deseable. Existe una estratificación de la familia, así como una integración de familias en barrios a través del parentesco y de la vecindad. A su vez los barrios y aldeas se integran en pueblos o municipios mediante la identificación.[...]Ahora bien es bastante obvio que el ideal de la cultural del campesino de Morelos, consiste en la reciprocidad, la integración familiar y la vida comunitaria sólo pueda ser realizado en circunstancias históricas y regionales específicas”13
Frente a la imposibilidad de poder reproducir el ideal campesino, se adoptan ciertas respuestas que
podrían darnos una explicación que se acerque a la comprensión de las causas de que la mujer migrante
12 María Luisa Torregrosa, Op. Cit. p. 157.13 Claudio Lomnitz, Op. Cit. p. 172.
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es tan presionada por la comunidad y por la familia a que pertenece. La perdida de identidad del
campesino hace que este pierda la función que antaño tenía: el de mantener una familia. El equilibrio
que existía se ha roto. Sin embargo se sabe que la situación es anormal y que debe tornar nuevamente a
la normalidad. Un campesino me contaba que la vida del campesino está siempre llena de
incertidumbre. Nunca sabe si el va a ir bien o le va a ir mal en la cosecha. No obstante, está seguro de
que su trabajo es necesario. ¿Quién, sino él le puede dar vida a la tierra? Mientras se vive en una
situación en la que el caos reina se justifica (más no se hace aceptable para ellos) el hecho de que el
machismo se exacerbe de tal manera que para compensar la necesidad ideológica del poder masculino
se recurra a la poligamia u a otras convenciones de masculinidad14. De manera que el hombre suple está
función a través de otros mecanismos, como el de la casa chica. “A través de este mecanismo el
hombre puede lograr que su presencia como marido o como padre sea codiciada, ya que pueden usar
una familia para encelar a la otra”15. No obstante, entra en conflicto con el discurso del Estado, que
fomenta la existencia de una familia monogamia, en la que la igualdad de las personas (así como de los
hombres y las mujeres) no justifica la existencia de un machismo que sólo significa la restricción de las
libertades de la mujer, pues para el ideal campesino, esta sólo es concebida como la encargada de la
casa. Esto no quiere decir que ella crea que sus derechos estén siendo socavados. Sobre todo entre la
población adulta lo que tiene prioridad es el cumplimiento de la función que la comunidad, en este caso
la familia, asigna al individuo. Cuando este discurso entra en contacto con el que fomenta el Estado,
entonces se crean graves conflictos familiares, sobre todo con los miembros más jóvenes.. El ejemplo
que nos brinda Lomnitz puede no ser extraño a este lugar:
“[José Roca, un habitante de Cuernavaca] se muestra públicamente reservado frente a un milagro local[este milagro puede ser cualquier creencia, en nuestro caso el de que el hombre y la mujer tienen que cumplir unas determinadas funciones] en el que creen él y sus amigos porque su propia comunidad no basta para legitimar la creencia más allá de los estrechos límites de dicha comunidad. Es un ejemplo de lo que llamo barroco de Cuernavaca[quizás de todo el estado]; la existencia de una
14 Ibíd., p. 17515 Id.
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cultura de grupo rica y privada que no es respaldada por un sistema coherente por la hegemonía local, pero que tampoco es sustituida por una cultura hegemónica coherente”16
El rol de la mujer es vital para la conservación de la familia ya que con su presencia logra mantener el asiento territorial y
“conforma un espacio de referencia y estadio de la población que migra en sus circuitos estacionales, o cuando las políticas obligan a abandonar el territorio americano. Por otro lado, la posibilidad de mantener el asiento territorial sólo es posible con las remesas enviadas por la fracción migrante de la familia la cual pueden tener carácter nuclear o extenso.”17
La mujer se convierte en el instrumento para la conservación de la propiedad, es por ello que los
hombres y su familia son tan celosos de que no tenga relaciones con otros hombres, pues si es así, la
propiedad ya no pertenecería a la familia. El hombre, por otro lado, sólo puede reconocer una
descendencia legitima. Es por ello que si tiene otras mujeres el problema de la propiedad no es tan
grave.
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