Josep Coll, el observador perplejo
Autor/a: Joan Manuel Soldevilla y artículos de Jaume Capdevila “Kap”, Ramón
de España, Antoni Guiral, Jordi Manzanares, Joan Navarro, Jordi Riera, Jaume
Vidal
Medidas:
240x320 mm.
Características:
Rústica con solapas
Páginas:
176
Edición: 1500 ejemplares
ISBN: 978-84-942399-4-6
Depósito legal: B- 7297- 015
PVP: 24 euros
Un clásico de la historieta Josep Coll i Coll es uno de los más grandes autores de la historieta española.
Esta contundente afirmación quiere enmarcar los límites de este texto de
presentación en el que no vamos a descubrir al lector su prodigiosa narrativa
gráfica, ya conocida y reivindicada, sino a proponer una aproximación global
que intente dar una visión cohesionada a una obra que, con frecuencia, ha sido
analizada desde perspectivas dispersas e incompletas.
(…)
Joan Manuel Soldevilla
Josep Coll i Coll (Barcelona, 1923 - 1984) Hijo de padre constructor, empezó a trabajar en una cantera cuando sólo tenía doce años, al tiempo que iniciaba sus estudios de mecánica y delineante en la Escuela de Artes y Oficios .En 1946 publicó sus primeros dibujos en varias revistas infantiles de la época como Chispa, Mundo Infantil, PBT, KKT, Pocholo, Nicolás, Timoteo y La Risa; al mismo tiempo que hacía de albañil, incluso los trabajos de dibujante eran más bien esporádicos y no muy bien pagados. En 1949, sin embargo, consiguió publicar sus primeras historietas de forma continuada en la revista TBO Fue en sus trabajos para esta revista donde encontró el estilo por el que sería conocido, partiendo desde una primera etapa donde era evidente la fuerte influencia de los dibujantes veteranos de la casa, especialmente de Benejam, hasta encontrar finalmente el personal estilo por el que se le conoce: estilización extrema de paisajes y personajes y eliminación de todo elemento superfluo. En 1964, después de darse cuenta de que de albañil ganaría más que dibujante, trabajando menos horas, decidió abandonar el oficio y dedicarse exclusivamente a la construcción ya su familia. A lo largo de los años siguientes recibió ofertas de varios editores para que volviera al mundo editorial, rechazando todas hasta que en 1981 volvió a colaborar esporádicamente en alguna revista, hasta que el II Salón del Cómic de Barcelona le rindió un homenaje. A partir de ese momento retomó su carrera, publicando desde 1982 en la revista mensual, Cairo, que lo acogió como un referente de la línea clara y con honores de maestro.
Contraportada:
(...) Coll, su estilo, quedó como una de esas islas que habitaban sus peculiares náufragos. Tal vez sea esa una de las razones por las que Coll ha quedado como un referente único (...) Antoni Guiral Antoni Guiral (...)Creo que el concepto perplejidad es el que mejor resume la visión del mundo del amigo Coll. El hombre observa lo que hace la gente, lo plasma en el papel sin juzgar a nadie y permite al lector sacar sus propias conclusions (...) Ramón de España Ramón de España