UCACIS Universidad Centroamericana
De Ciencias Sociales
Curso de Teoría Psicoanalítica II Profesora: Ana Victoria Valdivia
Ficha de lectura 3:
Estadio del Espejo
José Fabio Guevara Sánchez
Segundo Cuatrimestre 2013 3/06/2013
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En el apartado XIV de Una Introducción a Lacan, se establece como punto de partida
de la teoría del espejo el hecho de que a los seis meses el infante reconoce su imagen
en el espejo aunque al no poder coordinar sus movimientos corporales, esa imagen y
su incapacidad entran en conflicto. La imagen está completa, como un todo. Sin
embargo para la criatura el contraste con su falta de coordinación le hace percibirse
como un cuerpo fragmentado. Y antes de estar fragmentado busca mejor transformarse
en esa imagen.
En un principio este contraste provoca una rivalidad entre el infante con su propia
imagen, generando una tensión agresiva entre el sujeto y la imagen que implica una
fascinación por esa imagen. Lacan la llamó “libido-eroto-agresiva”.
La tensión que se produce entre la insuficiencia del cuerpo al verse fragmentado y la
anticipación de la imagen hace que el niño experimente un júbilo ante su imagen que
deja una marca de identificación: “esa imagen soy yo”.
Para tratar de resolverla, el sujeto se va a identificar con la imagen, y es esta primera
identificación con la contraparte la que dará formación al yo. El yo se forma entonces
por identificación.
Sin embargo, esa imagen con la que el niño se identifica para dar formación a su yo,
está sostenida por la mirada del Otro, proviene del Otro, del deseo materno transmitido
desde la mirada de la madre, la castración de la madre que le da al hijo su lugar de falo
imaginario. Y esta es la matriz simbólica en la que el yo se precipita.
Se mencionan tres características importantes del yo en esta formación de espejo: la
inercia que hace que el sujeto no modifique su imagen y tienda siempre a ser idéntico a
ella; la permanencia que se produce por alienación y provoca la resistencia a ser
modificado; y finalmente la inversión que es una característica de la visión en espejo en
donde el reflejo se presenta de forma inversa a lo reflejado.
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La función del yo viene a permitir que el sujeto se reconozca, por cuanto éste
desaparece cuando habla, dando paso al sujeto verdadero que vendría a ser sus
determinaciones inconscientes.
Esta primera imagen como forma de alienación es lo que en el psicoanálisis se
entenderá por el “yo ideal”: una unidad que se encuentra en la imagen, no así en el
cuerpo, y vendrá a ser como el tronco desde donde se ramificarán todas las demás
imágenes del sujeto.
El yo siempre necesita reconocimiento para que se le asegure la permanencia de su
imagen. A diferencia de otro que parece coincidir con su imagen, y por consiguiente
ocupa un lugar, cuando no hay coincidencia no hay un lugar y no hay reconocimiento.
Ese otro llegará a ocupar el lugar de la imagen estableciendo una relación de
fascinación y rivalidad. Esta amenaza de fragmentación genera una respuesta agresiva
hacia el otro que refleja la necesidad de fragmentarlo para poder ocupar su lugar.
Referencias Bibliográficas:
Carvajal, E. (1996). Una Introducción a Lacan. Apartado XIV en la Antología de
Lecturas de Teoría Psicoanalítica 2010, UCACIS.
Lacan, J. (1966). El Estadio del Espejo como formador de la función del yo tal como se
nos revela en la experiencia psicoanalítica. En la Antología de Lecturas de Teoría
Psicoanalítica 2010, UCACIS.