Es una fiesta costumbrista en donde participan
los habitantes de las comunidades ancestrales
de Ollantaytambo y la gente del pueblo, los
habitantes de las comunidad de Huilloq y
Patacancha traen a su niño de Marcacocha -
llamado Melchor- juntamente con los Varayocs
y los danzarines de Huallata, estos son
recibidos en la capilla de Niño Samachina por
las bailarinas de Huayllascha (que tienen una
vestimenta igual a los habitantes de las punas)
esta danza en su mayoría es bailada por
jóvenes y niñas, y Sinkuy wata callariy, que
recrea el juego del Sinkuy en el primero de
enero.
La festividad de San Sebastián, declarada
como Patrimonio Cultural de la Nación, es uno
de los cultos de mayor tradición en la región
Cusco.
La imagen de San Sebastián fue llevada al
Cusco a los pocos años del ingreso de los
españoles al país, siendo rápidamente patrón
de los indios.
Una de las pruebas de la fe del pueblo
cusqueño hacia San Sebastián, se dio en
1922, cuando una helada asoló el
departamento y acabó con las cosechas que
permitián la donación de insumos para la
fiesta de San Sebastián.
Como respuesta, tales recursos vinieron de
donates provenientes del Valle Sagrado de los
Incas y el Altiplano puneño que a partir de
entonces tienen presencia permanente en la
organización del culto.
En la ciudad de Cusco, la fiesta se hace más mística
porque una de las figuras más importantes para la
ciudad desfila sobre hombros de sus fieles, por la tarde
del Lunes Santo. Se trata del Señor de los
Temblores, el Cristo moreno, que luego de recorrer el
casco histórico de la ciudad, ya de vuelta en la Plaza
Mayor de Cusco y poco antes de ingresar a la
Catedral, se vuelve hacia sus hijos e inclinándose tres
veces bendice a cusqueños y visitantes. En este
momento es inevitable ponerse de rodillas para elevar
oraciones, dejar las lágrimas a su libre albedrío
recorrer las mejillas temblorosas y dar gracias al
patrón. También cabe mencionar que es el único día del
año que la campaña María Angola replica sus
sonidos.
Esta fiesta es celebrada en Urubamba donde
una semana antes se realiza la peregrinación
a Sicllacasa lugar donde fue encontrada la
cruz. Ya en la celebración de pentecostés “el
Gringo” como es llamado por los pobladores
sale en procesión acompañado por todos sus
feligreses.
El señor de las nieves. En 1780 un niño mestizo llamado Manuel se le apareció a Mariano Mayta, un niño quechua que pastoreaba en las alturas del nevado Colquepunku. Ambos se hicieron buenos amigos. El padre de Mariano al enterarse de esto fue en busca de su hijo y quedó sorprendido al notar que su ganado había aumentado. Como recompensa mandó a Mariano a comprar ropa nueva para Manuel. Debido a que el tipo de tela que portaba Manuel era solamente usado por el obispo del Cuzco, se envió una comisión en búsqueda de este niño dirigida por el párroco de Ocongate. El sacerdote intentó atraparlo y cuando lo consiguió el niño se transformó en un árbol de tayanca, Mariano murió de la impresión en ese mismo lugar y fue luego enterrado bajo una piedra, en donde Manuel fue visto por última vez.