TERMINOLOGÍA
Manuel Sevilla Muñoz Elena Macías Otón
Módulo III Formación de términos
Tema 8: Elementos para la formación de términos
8.1. Lexema
8.2. Morfema
8.3. Desinencia
8.4. Afijo
8.5. Elemento compositivo
8.6. Palabra
8.7. Lexía
Tema 9: Procesos de formación de términos
9.1. Formación de términos con recursos de la misma lengua
9.1.1. Derivación
9.1.2. Composición
9.1.3. Parasíntesis
9.1.4. Abreviación o compresión
9.1.5. Ampliación o extensión de significado
9.1.6. Cambio de categoría gramatical
9.2.- Formación de términos con recursos de otra lengua
9.2.1. Préstamo léxico
9.2.2. Calco léxico
9.2.2. Calco semántico
Tema 10: Nomenclaturas
10.1. Nomenclatura botánica
10.2. Nomenclatura química
10.3. Nomenclatura de virus
10.4. Nomenclatura de refrigerantes
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Tema 8: Elementos para la formación de términos (terminología léxico-terminológica)
Los términos, igual que cualquier palabra, están formados por una combinación más o menos compleja de lexemas y morfemas. 8.1. Lexema Un lexema es la “unidad mínima con significado léxico que no presenta morfemas gramaticales” (DRAE). “De un modo general, el empleo del término “lexema” permite evitar una ambigüedad del término “palabra”. Es incómodo tener que decir que cantando es una forma de la palabra cantar, como exige la gramática tradicional. [...] De este modo, se presenta una oposición de tres términos: palabra fónica o gráfica vs. palabra gramatical vs. Lexema”. Dubois propone el siguiente ejemplo de esta tríada:
Palabra fónica o gráfica: danza Palabras gramaticales: 3ª persona del singular del presente de indicativo
2ª persona del imperativo sustantivo singular
Lexema: danz- Las palabras gramaticales son “formas flexivas”, entendiendo por “flexión” el proceso morfológico por el que se alteran las voces (palabras) variables (sustantivos, pronombres, adjetivos, verbos) por la presencia de desinencias de género, número o persona verbal. El lexema se puede identificar con el RADICAL, la RAÍZ o la BASE de una palabra. 8.2. Morfema Entendemos por morfema la unidad significativa mínima del sistema lingüístico (Lewandowski, 1982). El morfema no tiene autonomía, debe ir unido a una palabra. Se pueden distinguir dos tipos de morfemas: morfemas flexivos (desinencias), solo con función gramatical, y morfemas derivativos (afijos), con significado y, en algunos casos, función gramatical. 8.3. Desinencia Morfema flexivo añadido a la raíz de adjetivos, sustantivos, pronombres y verbos (DRAE). Para adjetivos, sustantivos y pronombres hay desinencias de género y número. Para verbos existen desinencias de persona y número y aquellas que indican el infinitivo, el gerundio y el participio. 8.4. Afijo Un afijo es un morfema derivativo que se une al radical de una palabra o a un elemento compositivo, cumpliendo distintas funciones:
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• Indicar la función sintáctica del radical o elemento compositivo (morfema causal) en las lenguas con casos. • Modificar la categoría gramatical del radical o elemento compositivo (nominalización, adjetivación, etc.). • Modificar el significado del radical o elemento compositivo. Los afijos pueden anteponerse (prefijo), intercalarse (infijo) o posponerse (sufijo) al radical o al elemento compositivo para formar palabras derivadas a partir de aquellas a cuyo radical se unen. Prefijo Es un afijo, es decir, un morfema derivativo, que se antepone a una unidad léxica para formar una nueva palabra con cierta relación semántica a la primera. Los prefijos restringen o modifican el significado de la palabra a la que se anteponen, por ejemplo entre-planta, a-político. Una base léxica puede ir precedida de uno o varios prefijos:
Un prefijo Dos prefijos Instalar
Instal-ación Pre-instalación
Cifrar Des-cifrar
Descifra-ble In-descifrable
Sufijo Es un afijo, es decir, un morfema derivativo, que se pospone a una unidad léxica o a un radical para formar una nueva palabra con cierta relación semántica a la primera. Muchos sufijos, aunque no todos, modifican la categoría gramatical de la unidad léxica a la que se posponen; por ejemplo, el sufijo –ción/-ación forma sustantivos a partir de verbos (el sustantivo grab-ación deriva del verbo grabar por sufijación con –ación); en la palabra contabilidad, sin embargo, se forma un sustantivo a partir de otro sustantivo (contable) mediante el sufijo –dad/idad. Una base léxica puede ir seguida de uno o varios sufijos:
Un sufijo Dos sufijos Facultad
Facultat-ivo Asociar
Asoci-ación Asociacion-ismo
Infijo Fernando Lázaro Carreter define infijo de la siguiente manera:
Afijo que se introduce en el interior de una palabra. Por ejemplo, el infijo –ar-, en las palabras humareda, polvareda. Para designar este elemento morfológico, se han propuesto otros nombres: sufijo secundario y sílaba intercalada (A. Demesteter), elemento de derivación (G. Flechia); eslabón [A. Zwischenglied] (Gamillscheg); antesufijo (A. Prati); intefijo (H. Lausberg). Este último término ha sido aceptado por Y.
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Malkiel (1958), que propone distinguir “un interfijo anterior o postprefijo (en-s-alz-ar, en-s-anch-ar), muy raro en español, de un interfijo posterior o antesufijo (polv-ar-eda) bastante común”.
Según la terminología introducida por Yakov Malkiel, los interfijos son elementos átonos que no tienen función gramatical ni significativa, sino solamente morfofonemática: únicamente enlazan la base léxica con los afijos según la morfología y fonética propia de una lengua:
En cafelito, el afijo –l- evita el hiato: café-l-ito. En tetera, el afijo –t- evita la repetición vocálica: te-t-era.
Según el Diccionario de la Real Academia, un infijo es “un elemento que con diversas formas se inserta en el interior de una palabra” y aporta como ejemplo hum(ar)eda; sin embargo, en el propio diccionario se incluye –areda como variante del sufijo –edo, aunque en la definición de –edo, en este mismo diccionario, se explica la combinación entre el sufijo –eda con el infijo –er, si bien, no se nombran como tales:
-edo, da (Del lat. -ētum, y -eda, del lat. -ēta, pl. de –ētum) Forma sustantivos colectivos, en general derivados de nombres de árboles o plantas, y designa el lugar en que abunda el primitivo. Rosaleda, avellaneda. Puede combinarse con –al. Robledal, nocedal. Denotando abundancia, se combina con –ar. Polvareda, humareda.
El DRAE recoge algunas variantes de sufijos con la explicación de las condiciones en las que se forman dichas variantes; no obstante, el Diccionario no contempla estos casos como combinación de infijo y sufijo. Un ejemplo de variantes de sufijos lo encontramos en –dad:
-dad (Del lat. -tas, -ātis): Significa 'cualidad' en sustantivos abstractos derivados de adjetivos. Si el adjetivo base es bisílabo, suele tomar la forma -edad. Mocedad, cortedad, terquedad. También la toman los adjetivos terminados en -io. Suciedad, obligatoriedad, precariedad. Si el adjetivo es de más de dos sílabas, toma, en general, la forma -idad. Barbaridad, afectuosidad, efectividad. La forma -dad aparece solo detrás de l o n. Liviandad, maldad, ruindad. Cuando -dad se aplica a adjetivos verbales en -ble, se forman derivados terminados en -bilidad. Culpabilidad.
Algunos ejemplos de infijos son los siguientes: • -al-, en frialdad, fealdad (frio-al-dad; feo-al-dad) • -ar-, en vivaracho (vivo-ar-acho) • -at-, en vinatero (vino-at-ero) • -c-, en villancico (villano-c-ico) • -ec-, en pececillo (pez-ec-illo) • -eg-, en pedregal (piedra-eg-al) • -er-, en voltereta (vuelta-es-eta) (-eta es variante de –ete) • -il-, en dormilón (dormir-il-ón) • -ir-, en larguirucho (largo-ir-ucho) • -it-, en escupitajo (escupir-it-ajo) • -l-, en cafelito (café-l-ito) • -ol-, en herbolario (hierba-ol-ario) • -s-, en ensanchar (en-s-anchar) • -t-, en tetera (te-t-era)
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8.5. Elemento compositivo El término “elemento compositivo” es utilizado por el DRAE desde 1970; sin embargo, no es una denominación empleada de forma generalizada en todas las obras lexicográficas. Por otra parte, entre los diccionarios que sí consideran el término, no hay unanimidad en el listado de elementos situados bajo dicha denominación. Quizá, la principal discusión resida en si se tratan de afijos o no, pero su contenido semántico es el de una palabra, no todos tienen una posición fija (antepuesta o pospuesta) y, aunque no son autónomos, pueden formar palabras al combinarse son afijos sin unirse a una base léxica. Las principales características de los elementos compositivos son las siguientes: • Su contenido semántico es el de un sustantivo (biblio-), un adjetivo
(germano-) o un verbo (-filia). • A pesar de ser semánticamente equivalentes a una palabra, no tienen
autonomía; deben unirse a una palabra, a otro elemento compositivo o a un afijo para constituir una palabra: o kilómetro: kilo- (el. comp.) metro (palabra). o autótrofo: auto- (el. comp.) -´trofo (el. comp.). o electrocardiograma: electro- (el. comp.) cardio- (el. comp.) –grama (el.
comp.). o abiótico: a- (prefijo) bio- (el. comp.) -´tico (sufijo). o distermia: dis- (prefijo) -termia (el.comp.).
• Hay elementos compositivos que siempre se anteponen, otros que siempre se posponen y otros que pueden anteponerse o posponerse: o termo- (antepuesto): termo-dinámica, termo-´metro, termo-nuclear. o –plastia (pospuesto): rino-plastia, auto-plastia, toraco-plastia. o fono- o –fono (ante o pospuesto): tele-´fono, mensa-´fono, alo-´fono,
fono-´grafo, fono-teca, fono-logía • En su gran mayoría son de origen culto (grecolatino), aunque hay alguna
excepción, como atto- y femto-, del noruego y danes, nor-/nord-, probablemente de origen francés.
• Se utilizan en la formación de palabras del español actual. • El DRAE ha ido clasificando como elementos compositivos partículas
agrupadas anteriormente en diversas categorías, de modo que su número ha aumentado con relativa rapidez en este diccionario. Por otra parte, la necesidad de los ámbitos especializados por nombrar nuevos conceptos también ha hecho necesaria la incorporación de nuevos elementos compositivos a la lengua española.
8.6. Palabra “Palabra” es un término difícil de definir, pues representa conceptos diversos en función de las distintas teorías lingüísticas. La definición del DRAE, que no indica su inclusión en ningún campo temático, es la siguiente: segmento del discurso unificado habitualmente por el acento, el significado y pausas potenciales inicial y final.
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8.7. Lexía Según Dubois, “en la terminología de B. Pottier, la lexía es la unidad de comportamiento léxico. Se opone al morfema, signo lingüístico inferior, y a la palabra, unidad mínima construida. Así pues, es la unidad mínima funcional significativa del habla”. Dubois propone varios tipos de lexías: • “La lexía simple puede ser una palabra: perro, mesa, idealista”. • “La lexía compuesta puede contener varias palabras en vías de integración
o integradas: sacacorchos”. • “La lexía compleja es una secuencia estereotipada: hablar por los codos,
estar hasta el gorro, O.N.U. (añadiremos los refranes, los proverbios, etc.)”. Algún autor propone tomar la lexía como unidad en lugar de la palabra cuando se analiza una oración; no obstante, compuestos sintagmáticos, siglas, unidades fraseológicas, etc. ya se consideran desde el punto de vista de la lexicología y a todas estas formas se les asigna un significado y una categoría gramatical, pues cumplen la misma función en la oración que las palabras simples. Bibliografía DUBOIS, J. et al. (1986): Diccionario de lingüística, Fuenlabrada, Alianza
Editorial, S.A. LAZARO CARRETER, F. (1984): Diccionario de términos filológicos, Madrid,
Gredos. LEWANDOWSKI, T. (1982): Diccionario de lingüística, Madrid, Cátedra. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (200122) Diccionario de la Lengua Española,
www.rae.es TORRES MARTINEZ, M. (2006): “Tratamiento de los «elementos
compositivos» en la lexicografía española académica y extraacadémica del siglo XX”, en Dolores Azorín Fernández (dir.), El diccionario como puente entre las lenguas y las culturas del mundo. Actas del II Congreso Internacional de Lexicografía Hispánica, Universidad de Alicante.
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Tema 9: Procesos de formación de términos La acuñación de nuevos términos específicos para cada ámbito del conocimiento es un proceso natural en los campos especializados, un proceso surgido de la necesidad de nombrar, de la forma más precisa posible, los conceptos que se descubren o se generan en la investigación. En un principio, no hay relación entre término, concepto y referente, pero en el proceso de formación del nuevo término se establece esa correlación y se hace aceptable. A continuación analizaremos los mecanismos de formación de términos basándonos en la casuística expuesta por Clavería y Torruella (en Sager, 1993: 316-339). Estos dos autores ofrecen una serie de mecanismos agrupados en dos bloques en función de los recursos empleados para concebir nuevos términos: si proceden de la misma lengua o de otras lenguas.
9.1. Formación de términos con recursos de la misma lengua En este grupo se incluyen tres tipos de mecanismos: formales (formación de términos basados en la modificación de la forma por combinaciones entre elementos léxicos y por reducción), semánticos (ampliación del significado de una palabra ya existente en la propia lengua) y funcionales (cambio de categoría gramatical de una palabra para formar otra).
Recurso utilizado
Aspecto modificado*
Proceso de formación de nuevos términos
Expresión resultante
Formal Forma**
Derivación bases léxicas*** + afijos
Palabra derivada
Composición bases léxicas + bases léxicas
Palabra compuesta Compuesto sintagmático
Parasíntesis b. léxicas + b. léxicas + afijos
prefijo + b. Léxica + sufijo Palabra parasintética
Abreviación o Compresión acortamiento de bases léxicas
Acortamiento Abreviatura Sigla Acrónimo Símbolo
Semántico Significado Ampliación de significado Palabra
Funcional Categoría gramatical**
Cambio de categoría gramatical Palabra
* Aspecto modificado de un término previamente existente para formar uno nuevo. ** Los cambios de forma y categoría gramatical puede implicar un cambio de significado, pero el significado del nuevo término guarda relación semántica con el término a partir del cual se ha formado. *** Las bases léxicas pueden ser palabras (completas o radicales) o elementos compositivos, excepto en el caso de los compuestos sintagmáticos, en los que sólo son palabras completas.
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A continuación comentaremos cada uno de los mecanismos de formación de términos, incluyendo algunos ejemplos. 9.1.1. Derivación En los procesos de derivación se generan términos añadiendo a una base léxica uno o varios prefijos, uno o varios sufijos o varios prefijos y sufijos. Este mecanismo de formación de términos se utiliza ampliamente en léxicos con taxonomía muy elaborada, como las nomenclaturas de medicina, química y biología, y en el sistema internacional de unidades, en el que los múltiplos y submúltiplos de cada unidad de medida se indican con un prefijo. En la prefijación no se modifica la categoría de la base léxica, pero se restringe el concepto inicial representado por esa base léxica, como observamos en los siguientes ejemplos:
Base léxica Prefijo Término nuevo Aerobio, político
Oxidante Forestar
Infección, inflar Función
Curtir Planta
Céntrico Galáctico, radio
Permeable, orgánico Intercelular
Venoso Parto, operatorio
Foliación, ignición Especie, suelo
Plantar, siberiano oceánico
a(n)- anti- de- des- dis- en-
entre- ex-
extra- in-
inter- intra-
pos(t)- pre- sub-
tra(n)(s)-
anaerobio, apolítico antioxidante deforestar desinfección, desinflar disfunción encurtir entreplanta excéntrico extragaláctico, extrarradio impermeable, inorgánico intercelular intravenoso posparto, posoperatorio y postoperatorio prefoliación, preignición subespecie, subsuelo trasplantar, transiberiano, transoceánico
En la sufijación se produce un cambio en el significado de la base léxica y, generalmente, una modificación de la categoría gramatical:
Categoría del término nuevo
Categoría de la base léxica
Ejemplos
base léxica sufijo término nuevo
Sustantivo
Verbo
revestir acanalar alear revisar montar abordar transportar
-miento -dura -ción -or -ura -aje -e
revestimiento acanaladura aleación revisor montura abordaje transporte
Adjetivo
elástico amargo delgado áspero importante
-dad -or -ez -eza -(a)(e)ncia
elasticidad amargor delgadez aspereza importancia
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Sustantivo
Semilla Voltio Tractor Alcalde Librecambio
-ero -aje -ista -ía -ismo
semillero voltaje tractorista alcaldía librecambismo
Verbo
Sustantivo cristal estrato humo
-izar -ificar -ear
cristalizar estratificar humear
Adjetivo impermeable sólido falso
-izar -ficar -ear
impermeabilizar solidificar falsear
Adjetivo
Sustantivo
diferencia núcleo tetraplejia defensa
-al -ar -ico -ivo
diferencial nuclear tetrapléjico defensivo
Verbo imponer producir absorber
-ble -ivo -(a)(e)(ie)nte
imponible productivo absorbente
9.1.2. Composición
Tanto las palabras compuestas como los compuestos sintagmáticos resultan de un proceso de composición en el que se unen varias bases léxicas para formar una expresión nueva, cuyo significado puede ser la suma de los sentidos de los elementos léxicos que se unen o puede adquirir un sentido idiomático relacionado en mayor o menor medida con el significado de alguno o varios de los elementos constituyentes o puede no guardar ninguna relación en absoluto con ellos.
Compuesto Sentido literal Sentido idiomático Salvapantallas X X Llave inglesa X Sietemesino X Limpiaparabrisas X Perro de aguas X Tuerca autoblocante X Telaraña X
La diferencia entre una palabra compuesta y un elemento compositivo es que en la palabra compuesta los elementos léxico constitutivos están unidos mientras que en el compuesto sintagmático existe una separación gráfica entre las palabras que forman el compuesto.
9.1.2.1. Palabras compuestas Una palabra compuesta resulta de la unión de dos o más elementos léxicos, ya sean palabras, radicales o elementos compositivos. En el proceso de composición se puede suprimir parte de alguno de los elementos que forman la palabra final (proceso de radicalización, es decir, de formación de una raíz).
Unión de varias palabras sin modificación
Bajamar = baja + mar Guardabarros = guarda + barros Enhorabuena = en + hora + buena Correveidile = corre + ve + y + dile
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Unión de varias palabras con supresión de una de ellas
Hojalata = hoja + de + lata Telaraña = tela + de + araña
Unión de varias palabras con radicalización de una de ellas
Maniatar = mano + atar Barbilampiño = barba + lampiño Patituerto = pata + tuerto
Unión de un elemento compositivo y una palabra
Hidroavión = hidro- + avión Hispanoamericano = hispano- + americano Biosfera = bio- + esfera Microlima = micro- + clima Automóvil = auto- + móvil Aerogenerador = aero- + generador
Unión de dos elementos compositivos
Telescopio = tele- + -scopio Micrófono = micro- + fono Aerobio = aero- + -bio Microbio = micro- + -bio Halógeno = halo- + -geno
Palabras de distintas categorías gramaticales pueden unirse para formar una palabra compuesta:
adjetivo + sustantivo cortocircuito, malformación
adjetivo + adjetivo claroscuro, agridulce
sustantivo + sustantivo bocamina, clorofluorcarbono
verbo + sustantivo parachoques, guardagujas, rompehielos
Puede darse el caso de recuperar una palabra griega o latina y combinarla con un elemento compositivo (la mayoría de ellos de origen greco-latino) o una palabra del castellano para formar una palabra compuesta. Por ejemplo, graptolito se forma a partir de la palabra griega graptós (escrito) y el elemento compositivo lito (piedra) de origen griego.
Graptolito: cada uno de los componentes del tipo Graptolithina, que comprende organismos coloniales, exclusivamente fósiles, cuyo esqueleto estaba formado por celdillas dispuestas a lo largo de un eje esquelético (rabdosoma), sencillo o ramificado; varios rabdosomas se pueden reunir formando colonias complejas flotantes, provistas de un neumatóforo. Su organización era análoga a la de los pterobranquios. Son todos paleozoicos y caracterizan especialmente el Ordovícico y el Silúrico (Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales).
En realidad, podríamos hablar de un radical de origen greco-latino todavía no reconocido como elemento compositivo. Otros ejemplos son:
Coprófago = copro- (excremento, del griego kópros) + –fago (el. comp.) Braquicéfalo: braqui- (corto, del griego brachýs) + –céfalo (el. comp.) Egocentrismo: ego (yo, del latín ego) + centro + -ismo (sufijo) Lignificar: ligni- (leño, madera, del latín lignum) + -ficar (el. comp.) 9.1.2.2. Compuestos sintagmáticos y estructuras sin tagmáticas
En ocasiones, cuando no existe un término que identifique una noción, ésta se describe mediante la combinación sintáctica de elementos léxicos, constituyendo un sintagma que se fija en la lengua y se lexicaliza
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convirtiéndose en una palabra o término, lo que Maillot (1997: 138-148) llama términos complejos, en los que se asocian sustantivos, adjetivos y verbos.. Según Clavería y Torruella esas combinaciones son, especialmente, sintagmas nominales de los tres tipos que indicamos a continuación: a) Sintagma nominal formado por un sustantivo y uno o varios adjetivos con distintas relaciones jerárquicas entre ellos:
tejido blando energías renovables acero inoxidable tiempo muerto patas regulables disco duro número atómico peso atómico gas natural residuos sólidos urbanos carbón vegetal
b) Sintagma nominal formado por un sustantivo determinado por un sintagma preposicional de valor especificativo:
banda de rodadura línea de producción dispositivo de parada sensor de imagen emisor de rayos X generador de alta tensión bomba de refrigeración camisa de calor punto de izado boca de hombre mando a distancia llave de paso cable de potencia cable de datos
La preposición de es la empleada con más frecuencia en estos sintagmas preposicionales, pero también se utilizan otras preposiciones (en, a, por, con, sin...) como apreciamos en los siguientes ejemplos:
leche en polvo cerrado al vacío fisura por fatiga ciclo directo con descarga libre vuelo sin motor
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c) Sintagmas coordinados: estos casos son combinaciones de los anteriores por coordinación, como en válvula de compresión y descompresión, ley de la oferta y la demanda, etc. Se pueden dar otras combinaciones de sintagmas, aparte de la coordinación, como se observa en los siguientes ejemplos:
cadena galvanizada en baño caliente espuma de polietileno de celda cerrada botón de reducción de presión
9.1.3. Parasíntesis Para Clavería y Torruella los parasintéticos resultan de la prefijación y sufijación simultánea de una base léxica, por tanto incluyen este procedimiento de formación de palabras dentro de la derivación. Sin embargo, en la definición de “parasíntesis” del DRAE se explica que consiste en una composición y derivación simultánea, por lo que el fenómeno de la parasíntesis se encuentra a caballo entre la composición y la derivación, según esta última definición. En distintas fuentes, la concepción de la parasíntesis fluctúa entre una de las dos comentadas, aunque también hay obras en las que se contemplan las dos vías de formación de parasintéticos. Aquí optaremos por ese último punto de vista, es decir, considerar la parasíntesis como el proceso de prefijación y sufijación simultánea y también el de composición y derivación simultánea, y por esta razón la consideramos como un procedimiento aparte de la derivación y la composición aunque participe de ambos. El uso de la palabra “simultáneo” para definir ambos procesos de formación de parasintéticos es clave, pues una palabra que, por ejemplo, se sufija para formar otra palabra y después se prefija para formar una nueva no será parasintética sino derivada de una derivada. Es el caso de la palabra “inorgánico”, formada en dos etapas por unión de un prefijo (in-), una base léxica (órgano) y un sufijo (-ico):
inorgánico = in- + orgánico orgánico = órgano + -ico
Observamos que, aunque el término “inorgánico” está prefijado y sufijado, la incorporación del prefijo y el sufijo se hace en dos pasos y no de forma simultánea, por lo que no será una palabra parasintética, sino una derivada de una derivada (o una doble derivada). Lo mismo ocurre con “antepechado”, palabra derivada de la compuesta “antepecho”. En el caso de “empobrecer”, apreciamos el prefino en-, la base léxica pobre y el sufijo –ecer. Los dos sufijos se unen en un paso único a la base léxica, del mismo modo que ocurre con “engrandecer” o “embellecer”. Se suele decir que una palabra prefijada y sufijada o compuesta y derivada es parasintética si no existe una forma intermedia entre el parasintético y la base
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léxica inicial, pero esta condición no siempre se cumple. Veamos el caso de la palabra “corchotaponero”, formada por dos bases léxicas (corcho, tapón) y un sufijo (-ero). Existe la palabra “taponero”, una forma intermedia entre “tapón” y “corchotaponero”; sin embargo, “corchotaponero” no se forma a partir de “taponero” sino que resulta de la unión simultánea de sus tres componentes. Comparemos las definiciones de ambas palabras, según el DRAE:
taponero, ra. 1. adj. Perteneciente o relativo a la taponería. Industria taponera. 2. m. y f. Persona que fabrica o vende tapones.
corchotaponero, ra. 1. adj. Perteneciente o relativo a la industria de los tapones de corcho.
“Taponero” se refiere a “tapón”, mientras que “corchotaponero” se refiere a “tapón de corcho” y no a “taponero”. Algunos ejemplos más de palabras parasintéticas son las siguientes:
Prefijación y sufijación simultánea
desratizar = des- + rata + -izar asistolia = a- + sístole + -ia desalmado = des- + alma + -ado anaranjado = a- + naranja + -ado transuránico = trans- + Urano + -ico intravenoso = intra- + vena + -oso avitaminosis = a- + vitamina + -osis
Composición y derivación simultánea
sietemesino = siete + mes + -ino librepensador = libre + pensar + -ador misacantano = misa + cantar + -ano picapedrero = picar + piedra + -ero suprasegmental = supra- + segmento + -al supersónico = super- + sonido + -ico bilirrubina = bilis + rubio + -ina osteoporosis = ósteon (gr.) + poro + -osis poliomielitis = poliós (gr.) + mielós (gr.) + -itis
9.1.4. Abreviación o compresión Lo que para Clavería y Torruella es compresión, para el DRAE es abreviación, de acuerdo con la definición que de este término podemos leer en el diccionario, dentro del campo de la lingüística:
Procedimiento de reducción de una palabra mediante la supresión de determinadas letras o sílabas; p. ej., los acrónimos, los acortamientos, las abreviaturas y las siglas.
Nos encontramos, pues, ante un proceso de formación de términos por el que se reduce el tamaño de las bases léxicas, generando variantes formales que pueden convivir con las formas completas. La compresión o abreviación es un conjunto de mecanismos que incluye, tal como figura en la definición anterior, las abreviaturas, los acortamientos, las siglas y los acrónimos, a los que cabe añadir los símbolos. En todos estos casos existe un diverso grado de lexicalización, desde las formas comprimidas que conviven con la expresión completa hasta aquellas que han desplazado a la expresión original; así, el acortamiento kilo y la sigla Talgo han sustituido respectivamente a kilogramo y a tren articulado ligero Goicoechea-Oriol; sin embargo, I+D y FM se utilizan al
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mismo tiempo que investigación y desarrollo y frecuencia modulada, si bien es cierto que se tiende a emplear con más frecuencia las formas comprimidas. Para Maillot (1997: 318-328), abreviaturas, siglas y acrónimos responden a un fenómeno común: la sustitución de una o varias palabras por el inicio de las mismas. Si se emplean las primeras letras de una palabra será una abreviatura, si se hace lo mismo con varias palabras y se unen entre sí obtendremos un acrónimo, si sólo se toman las iniciales se habrán constituido unas siglas.
9.1.4.1. Acortamientos Reducción de la parte final o inicial de una palabra para crear otra nueva (DRAE) con el mismo significado que la palabra de partida. Aunque el acortamiento y la palabra de partida no siempre se utilizan indistintamente, puede ser que el registro o el contexto determine el uso de una de las dos formas. Algunos ejemplos son los siguientes:
cine, de cinematógrafo bici, de bicicleta bus, de autobús fago, de bacteriófago polio, de poliomielitis limpia, de limpiaparabrisas o de limpiabotas estéreo, de estereofónico metro, de metropolitano busca, de buscapersonas taxi, de taxímetro boli, de bolígrafo profe, de profesor 9.1.4.2. Abreviaturas
Tipo de abreviación que consiste en la representación gráfica reducida de una palabra mediante la supresión de letras finales o centrales, y que suele cerrarse con punto (DRAE). La abreviatura y la palabra a partir de la que se forma tienen el mismo significado. La diferencia de uso entre una abreviatura y su palabra está más en el estilo o en el género del texto que en el registro. La diferencia entre una abreviatura y un acortamiento es que la abreviatura es una representación de la palabra de la que procede, mientras que el acortamiento sustituye a la palabra de procedencia, es decir, que en el acortamiento hay un proceso de lexicalización y en la abreviatura no.
afmo., por afectísimo Dira., por directora íd., por ídem SS. MM., por Sus Majestades D., por don Ilmo., por ilustrísimo seg., por segundo (unidad de tiempo)
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a. de C., por antes de Cristo admón., por administración d.e.p., por descanse en paz r.p.m, por revoluciones por minuto
Nota: el Diccionario Panhispánico de Dudas incluye un apéndice con un extenso listado de abreviaturas (se introduce en el diccionario la palabra “abreviatura” y se llega al apéndice).
9.1.4.3. Siglas
Según el DRAE una sigla es una palabra formada por el conjunto de letras iniciales de una expresión compleja. El DRAE también define sigla como cada una de las letras de una sigla, es decir, que ONU se puede considerar como “una sigla” o “tres siglas”. Algunos ejemplos de siglas son los siguientes:
GPS (global positioning satellite = satélite de localización global) PVC (polyvinyl chloride = cloruro de polivinilo) LED (light emitting diode = diodo emisor de luz) PUR (polyurethan = poliuretano) CFC (chloroflorocarbon = clorofluorcarbono) CHP (combined heat and power = cogeneración) CIP (clean in place = limpieza in situ) IPC (índice de precios al consumo)
En las siglas percibimos un proceso de lexicalización que parte de la forma en la que aparecen las iniciales seguidas por puntos (U.H.T., P.V.C, C.I.P.), para perder luego los puntos (UHT, PVC, CIP) y considerarla, más tarde, como una palabra sobre la que rige la regla del uso de mayúsculas para nombres propios (Talgo) o las de acentuación (láser = light amplification by simulated emission of radiation).
9.1.4.4. Acrónimos
Según el DRAE, un acrónimo es una sigla que se pronuncia como una palabra (y no letra a letra) y también un vocablo formado por la unión de elementos de dos o más palabras, constituido por el principio de la primera y el final de la última. Acrónimo formado con las letras iniciales de la expresión completa:
UNESCO, de United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization FAO, de Food and Agriculture Organization OTAN, de Organización del Tratado del Atlántico Norte OPEP, de Organización de Países Exportadores de Petróleo UNE, de Una Norma Española)
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ISO, de International Standarization Organization DIN, de Deutsche Industrie Norm Ovni, de objeto volante no identificado Sida, Síndrome de inmunodeficiencia adquirida
Acrónimo formado con las letras iniciales de la expresión completa y alguna letra más:
Renfe, Red Nacional de Ferrocarriles Españoles Sónar, de sound navigation and ranging (navegación y medición por sonido) Radar, del inglés Radio Detection and Ranging (detección y medición por radio)
Acrónimo formado con sílabas iniciales de la expresión completa:
Frente Polisario, de Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro Mercosur, de Mercado Común del Sur
Acrónimo formado con el inicio de unas palabras y el final de otras de la expresión completa:
Emoticono, de emoticon = emotion + icon, (emoción + icono) Ofimática, de ofi cina + informática Teleñeco, de Televisión + muñeco Banesto, de Banco Español de Crédito
En todos los casos nos encontramos ante un claro proceso de lexicalización, tal como se explica en el Diccionario Panhispánico de Dudas:
Es muy frecuente que [...], tras una primera fase en que aparecen escritos con mayúsculas por su originaria condición de siglas (OVNI, SIDA), acaben por incorporarse al léxico común del idioma y se escriban con letras minúsculas (ovni, sida), salvo, naturalmente, la inicial cuando se trata de nombres que exigen la escritura de esta letra con mayúscula (Unesco, Unicef). Los acrónimos suelen omitir para su formación los artículos, las preposiciones y las conjunciones que aparecen en la denominación completa, salvo si son necesarios para facilitar su pronunciación: ACUDE (por Asociación de Consumidores y Usuarios de España), pyme (por pequeña y mediana empresa).
9.1.4.5. Símbolos
Para el DRAE, los símbolos constituyen otro tipo de abreviación, al que le otorga un carácter científico o técnico. Aunque es cierto que en las ciencias experimentales y en las tecnología se utiliza un gran número de símbolos, éstos también se emplean, con mucha menor frecuencia, en otros ámbitos. El DRAE distingue entre dos grupos de símbolos, los constituidos por signos no alfabetizables y aquellos formados por letras, la misma división que establece
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Maillot (1997: 329), pero con diferente denominación: símbolos literales (letras) y símbolos gráficos (no alfabetizables). Un símbolo, más que ser una representación abreviada de una expresión verbal, es otra representación de un concepto que cuenta también con una representación verbal. El símbolo ocupa físicamente un espacio mucho más reducido que la expresión verbal equivalente, lo que es una ventaja para su inclusión en fórmulas y textos gráficos de distinto tipo (planos, esquemas, etc.). Los símbolos formados por letras son inmutables, no responden a las reglas gramaticales; por ejemplo, no presentan variación de número:
1 m = un metro 2 m = dos metros
Tampoco van seguidos de un punto, ya que no son abreviaturas. Se pueden establecer símbolos de distintos tipos:
Símbolos alfabetizables
Símbolos de magnitudes F, por fuerza a, por aceleración h, por altura
Símbolos de unidades de medida
kg, por kilogramo oz, por onza N, por Newton
Símbolos de elementos químicos
He, por helio Au, por oro Hg, por mercurio
Símbolos de puntos cardinales N, por norte SO, por suoeste, SSE, por sur sureste
Símbolos no alfabetizables
Símbolos matemáticos
1, 2, 3... %, por porcentaje x ó ·, por multiplicación Ø, por diámetro
Símbolos de monedas
€, por euro £, por libra esterlina ¥, por yen $, por dólar
Símbolos de esquemas eléctricos
–, por corriente continua ~, por corriente alterna , por toma de tierra
Símbolos utilizados en dibujo técnico
Ancho y tipo de trazado de una línea Tramas Etc.
Símbolos alfabetizables y no alfabetizables combinados
I+D+i, por investigación, desarrollo e innovación A-4, A-3... (no hay expresión verbal equivalente) CO2, por dióxido de carbono
9.1.5. Ampliación o extensión de significado La modificación del valor semántico de un término es otro mecanismo para la formación de términos en léxicos especializados. El proceso de extensión de
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significado consiste en la adición de nuevos significados a una palabra previamente existente que ya contaba con uno o varios significados. No se genera, pues un nuevo término. La extensión o ampliación de significado puede partir de la evolución del significado de una palabra en la lengua común o puede haber una transferencia de un campo temático a otro. Un ejemplo de término que pasa de un ámbito especializado a otro es carril, del léxico ferroviario al de la carpintería (todas las definiciones de este apartado están tomadas del DRAE):
En las vías férreas, cada una de las barras de hierro o de acero laminado que, formando dos líneas paralelas, sustentan y guían las locomotoras y vagones que ruedan sobre ellas. Ranura guía sobre la que se desliza un objeto en una dirección determinada, como en una puerta de corredera.
Sin salir del mundo del ferrocarril, riel, una barra pequeña de metal en bruto, modifica su significado para identificar un carril de vía férrea; así, una palabra restringe su significado para identificar un elemento concreto, pero manteniendo cierta proximidad semántica con el sentido de partida. La palabra coche se refería originalmente a carruaje de cuatro ruedas de tracción animal, con una caja, dentro de la cual hay asiento para dos o más personas. Una vez que la tecnología evoluciona y surgen nuevos aparatos con función y forma similar al antiguo coche, se utiliza esta palabra para representar los nuevos conceptos:
Vehículo automóvil de tamaño pequeño o mediano, destinado al transporte de personas y con capacidad no superior a nueve plazas. Vagón del tren o del metro.
También se recurre a las metáforas para generar términos a partir de expresiones de la lengua general, los cuales, mediante este procedimiento, sufren una especialización semántica. Así, pata (pié y pierna de los animales) se emplea para designar los elementos de soporte de muebles y máquinas. En química orgánica, los átomos de carbono tienen la propiedad de unirse entre sí formando cadenas, en las que los átomos de carbono serían los eslabones, y anillos, cuando se establece un enlace entre dos átomos de la misma cadena, cerrando esta. El DRAE recoge múltiples significados para estas dos palabras, resultantes de sucesivos procedimientos de ampliación de significado (los significados de cadena y anillo comentados aquí son el vigésimo y el décimo tercero en las correspondientes entradas del Diccionario).
9.1.6. Cambio de categoría gramatical En este procedimiento, igual que en el anterior, no se produce cambio alguno en la forma de la palabra cuya categoría gramatical cambia, excepto si la categoría de la nueva palabra utiliza desinencias diferentes a la de partida. Por otra parte, el cambio de categoría gramatical conlleva una ampliación de significado.
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Clavería y Torruella exponen cuatro casos para la formación de términos por cambio de la categoría gramatical, que se pueden agrupar en dos tipos: A.- Los adjetivos de compuestos sintagmáticos, que restringen el significado del sustantivo del sintagma que constituye el compuesto, asumen el significado y la categoría del compuesto, pasando a sustantivos. Por ejemplo, el adjetivo diferencial se emplea como sustantivo en matemáticas (a partir de función diferencial), en ingeniería mecánica (diferencial de cremallera, diferencial de mechera), en electrotecnia (interruptor diferencial). Desde otro punto de vista, este procedimiento bien podría ser considerado como una abreviación o acortamiento, puesto que se parte de un compuesto sintagmático, formado por varias palabras, y se llega a una única palabra que sustituye al sintagma original. B.- Adjetivos de determinados tipos (Clavería y Torruella consideran tres tipos concretos) se convierten en sustantivos sin modificar su forma, adoptando nuevos significados, que están relacionados semánticamente con el adjetivo de partida. B.1.- Los adjetivos terminados en -dor (sufijo para formar adjetivos y sustantivos verbales que señala el agente que realiza la acción) pueden convertirse en sustantivos, para designar el aparato que realiza la acción del verbo a partir del cual se forma el adjetivo:
verbo adjetivo sustantivo
cebar contener generar dosificar
→
cebador contenedor generador grabador
→
cebador contenedor generador grabador
Contenedor Adjetivo Que contiene (esta definición desaparece en la 23ª edición del DRAE)
Sustantivo
Embalaje metálico grande y recuperable, de tipos y dimensiones normalizados internacionalmente y con dispositivos para facilitar su manejo Recipiente amplio para depositar residuos diversos
B.2.- De forma análoga, los adjetivos terminados en -nte, sufijo con el sentido que ejecuta la acción expresada por la base (DRAE), pueden convertirse en sustantivos para nombrar el agente que ejecuta esa acción:
verbo adjetivo sustantivo
lubricar purgar relajar repeler
→
lubricante purgante relajante repelente
→
lubricante purgante relajante repelente
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Repelente Adjetivo Que arroja, lanza o echa de sí algo con impulso o violencia
Repulsivo, repugnante Sustantivo Sustancia empleada para alejar a ciertos animales
B.3.- Los adjetivos acabados en -ado, -ada (sufijo para formar adjetivos que expresan la presencia de lo significado por el primitivo), originados a partir de un participio pasado, pueden convertirse en sustantivos que guardan estrecha relación con el sentido del adjetivo de partida:
verbo adjetivo sustantivo
vertebrar alumbrar
salar galvanizar
→
vertebrado alumbrado
salado galvanizado
→
vertebrado alumbrado
salado galvanizado
Vertebrado Adjetivo Que tiene vértebras Se dice de los animales cordados que tienen esqueleto con columna
vertebral y cráneo, y sistema nervioso central constituido por médula espinal y encéfalo
Sustantivo Subtipo de estos animales C.- A estos casos de conversión de adjetivo a sustantivo podemos añadir varias transformaciones de sustantivo a verbo y viceversa. En estos cambios de categoría gramatical, la raíz no varía, pero sí han de cambiar las desinencias, dado que se utilizan distintos morfemas flexivos para verbos y sustantivos. C.1.- Formación de sustantivos a partir de verbos. La desinencia verbal se sustituye por las desinencias de número y género propias de los sustantivos.
verbo sustantivo
danzar cazar
→ danza caza
C.2.- Formación de verbos a partir de sustantivos con el correspondiente cambio de desinencias.
sustantivo verbo
traslado oriente capar nivelar
→
trasladar orientar capón nivel
C.3.- Formación de verbos a partir de sustantivos por adición de un prefijo. Se lleva a cabo el cambio de las desinencias.
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prefijo sustantivo verbo
a- +
vena isla
llano compás punto/a
→
avenar aislar
allanar acompasar
apuntar
des- + pluma → desplumar
en- em-
+
sarta belesa barco pitón
baldosa
→
ensartar embelesar embarcar empitonar
embaldosar
tras- +
noche humus
→ trasnochar trashumar
C.4.- Formación de sustantivo a partir de verbo por adición de un sufijo, con el consiguiente cambio de desinencias.
verbo sufijo sustantivo
socavar + -ón → socavón
C.5.- Existen otros casos de transformación entre verbo y sustantivo, como por ejemplo el verbo “machihembrar”, formado por composición a partir de los sustantivos “macho” y “hembra”, a los que se añade la desinencia verbal “-ar”, que reemplaza a las desinencias de los sustantivos. 9.2.- Formación de términos con recursos de otra le ngua Comentaremos aquí la generación de términos en una lengua a partir de elementos tomados de otra. En la actualidad, el inglés es el idioma origen de gran cantidad de préstamos debido a que en esta lengua se está desarrollando gran parte de las investigaciones y a que se está utilizando como idioma universal para el intercambio de información; pero en léxicos especializados más antiguos pueden apreciarse préstamos de otras lenguas:
El léxico marino del español incluye términos de procedencia italiana (mesana, zarpar, quinal, adujar) y portuguesa (baliza, propao, calabre). El estrato más antiguo del léxico de la construcción contiene algunos arabismos (adobe, cenefa, tabique, azulejo). Entre los tecnicismos provenientes del francés se encuentran términos pertenecientes a la aviación (fuselaje, avión), a la industria del automóvil (cupé, embrague, chasis) (Clavería y Torruella en Sager, 1993: 335-336).
Existen tres posibles modo de formar términos con recursos de otra lengua: importando directamente una palabra extranjera (préstamo léxico) o importando el significado y asignándoselo a una expresión de la lengua de llegada, ya sea
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una traducción literal de la forma extranjera (calco léxico) o una unidad léxica ya existente en la lengua de llegada (calco semántico).
Aspecto que se importa de una
lengua extranjera
Proceso de formación de nuevos términos
Expresión resultante en la lengua de llegada
Forma y Significado
Se importa la expresión extranjera. Puede haber
adaptación gráfica y fonológica Préstamo léxico
Significado
Se hace una traducción literal de la forma extranjera
Calco léxico
Se incorpora el significado a una palabra existente en la lengua de
llegada Calco semántico
9.2.1. Préstamo léxico El préstamo léxico tiene lugar cuando se adopta una unidad léxica de otra lengua, tanto la forma como el significado; si bien, puede haber un proceso de adaptación gráfica y fonoética. Algunos ejemplos de préstamos léxicos con adaptación son los siguientes:
• conector, del inglés connector • vaselina, del inglés Vaseline y éste del alemán wasser, agua, y del latín
olěum, aceite, es marca registrada en inglés • fullereno, del inglés fulleren • aspirina, del alemán, Aspirin, también marca registrada • blenda, del alemán, blende • feldespato, del alemán, feldspat • tungsteno, del sueco, tungsten, piedra pesada; tung, pesado, y sten,
piedra • narval, del danés, narhval • rorcual, del noruego, roirkual, ballena, a través del francés • visón, del francés, vison • teletipo, del francés, Télétipe, marca registrada • fuselaje, del francés, fuselage
En cuanto a préstamos léxicos que mantienen la forma de la lengua original:
• fuel oil, pin, jumper, bypass (del inglés) • iceberg (del inglés y este del neerlandés medio ijsberg) • permafrost (del inglés perma[nent], permanente, y frost, helada) • agar-agar (del malayo, a través del inglés) • baliza (del portugués) • obús (del francés) • gneis (del alemán)
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9.2.2. Calco léxico Un calco léxico consiste en la adopción del significado de una expresión extranjera, asignándolo a la traducción literal de esa expresión, de modo que la expresión resultante puede resultar más o menos natural en la lengua receptora. Algunos ejemplos son los siguientes:
• lluvia ácida, de acid rain • alta fidelidad, de high fidelity • lentes de contacto, de contact lens • efecto invernadero, de greenhouse effect • aire acondicionado, de air conditioning • impresora láser, de laser printer • ciencia ficción, de science fiction • golpe de estado, de coup d’état • letra de cambio, de lettre de change • puesta en escena, de mise en scène
9.2.2. Calco semántico El calco semántico consiste en la adopción de un concepto representado por una palabra o expresión extranjera, asignando ese concepto a una palabra o expresión de la lengua receptora ya existente y semejante semánticamente a la de la lengua donante. Con este proceso de formación de términos no se modifica la palabra de la lengua receptora, pero se amplía su significado. Por ejemplo, en inglés mouse, que se utiliza para nombrar un roedor, sufre un proceso de ampliación de significado y se utiliza también para representar un elemento informático. En español, antes de la ampliación de significado de mouse ya existe una palabra semánticamente equivalente, ratón, y a esa palabra se asigna el nuevo sentido, que se importa del inglés, ampliado su significado. En el campo de la informática existen numerosos ejemplos procedentes del inglés:
• guardar, de save • enlace, de link • página, de page • ventana, de window • cable de potencia, de power cable • cable de datos, de data cable
No todos los autores coinciden en que este procedimiento sea un calco, algunos lo consideran un préstamo semántico, pero parece más apropiado hablar de calcos, pues se adopta un significado y se asigna a una expresión de la lengua receptora.
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Bibliografía CARPINTERO SANTAMARÍA, N. y Vila de la Cruz, M.P. (1990): Diccionario de
ingeniería industrial, Madrid, Universidad Politécnica de Madrid, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales.
CABRÉ, M.T. (1993): La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones. Barcelona: Ed. Antártida.
HERNANDO CUADRADO, L.A. (1999): “La parasíntesis en español”, Didáctica. Lengua y Literatura, 11, 77-94.
MAILLOT, J. (1997): La Traducción Científica y Técnica, Madrid, Gredos. MARTÍN CAMACHO, J.C. (2004): El vocabulario del discurso tecnocientífico,
Madrid, Asco Libros, S.L. REAL ACADEMIA DE CIENCIAS EXACTAS, FÍSICAS Y NATURALES (19963):
Vocabulario científico y técnico, Madrid, Espasa-Calpe. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (200122) Diccionario de la Lengua Española,
www.rae.es REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2005) Diccionario Panhispánico de Dudas,
www.rae.es SAGER, J.C. (1993): Curso práctico sobre el procesamiento de la terminología,
Humanes, Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
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Tema 10: Nomenclaturas Según el DRAE, una nomenclatura es el conjunto de las voces técnicas propias de una facultad, entendiendo por “facultad” una ciencia o arte determinado, y aporta como ejemplo la nomenclatura química. Esta definición es muy similar a la de la palabra terminología en el mismo diccionario: conjunto de términos o vocablos propios de determinada profesión, ciencia o materia. Después de leer estas definiciones, podríamos pensar que terminología y nomenclatura son dos palabras que representan conceptos similares, pero no es así, como muy bien indica Dubois (1978, 446), aunque aporte un ejemplo poco acertado en su explicación:
Una nomenclatura es un conjunto de nombres que se da de una manera sistemática a los objetos que atañen a una actividad determinada. Se habla así de la nomenclatura de las piezas de un coche. La nomenclatura supone la biunivocidad de la relación significante-significado: un solo nombre para cada cosa, una sola cosa para cada nombre. Hay que distinguir esta palabra de los conceptos de terminología, léxico, vocabulario.
De esta definición destacamos los siguientes aspectos:
1. Una nomenclatura es un conjunto de nombres.
2. Ese conjunto de nombres se corresponde con un conjunto de objetos.
3. Los objetos se inscriben en el ámbito de una actividad (científica o profesional).
4. La relación entre ambos conjuntos (el de nombres y el de objetos) es biunívoca, es decir, tenemos pares nombre-objeto. Un objeto no recibe varios nombres, ni varios objetos son designados por un mismo nombre.
5. La formación de los nombres y el establecimiento de la relación nombre-objeto son sistemáticas, o sea, hay un sistema, unas normas, para formar los nombres de los objetos.
6. Del anterior punto deducimos que alguien (un organismo reconocido y respetado) debe desarrollar esas normas y que todos los relacionados con la actividad en cuestión deben aceptarlas.
El ejemplo que aporta Dubois no es el más adecuado, pues no existe una sistematización para formar los nombres de las piezas de un coche. Esos nombres constituyen una terminología y no una nomenclatura. Sí es una nomenclatura el ejemplo del DRAE, la nomenclatura química. Gutiérrez Rodilla (1998, 209) explica la diferencia entre una nomenclatura y una terminología:
Mientras que la terminología de una ciencia podría definirse como la totalidad de las voces técnicas y específicas de esa determinada rama del conocimiento, una nomenclatura, que para que tenga sentido debe estar normalizada, contaría exclusivamente con aquellos términos específicos de esa rama del conocimiento
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aprobados por una comunidad científica concreta, de acuerdo con unas normas prefijadas que determinan la relación que debe existir entre los significantes y los significados. Es decir, la terminología es bastante más amplia que la nomenclatura normalizada, pues ésta constituye tan sólo un subconjunto de aquélla.
Una nomenclatura surge en el seno de una actividad que se encarga de la observación y descripción de un gran número de fenómenos naturales o de la fabricación de una amplia variedad de objetos, todos ellos ordenados de forma jerarquizada y sistematizada. Se necesita asignar un nombre a cada uno de los fenómenos u objetos, pero no de forma arbitraria, sino de manera que los criterios utilizados para clasificar los objetos que se desean nombrar en el ámbito de una actividad concreta queden reflejados de algún modo en los nombres que se formen. Por esta razón, la sistematización para ordenar los fenómenos y los objetos debe contar con una sistematización paralela en la formación de los nombres, y precisamente por eso el sistema de formación de nombres de una nomenclatura es diferente a los sistemas de otras nomenclaturas (los criterios utilizados para ordenar y jerarquizar son distintos entre las diferentes actividades). En definitiva, primero se ordenan los objetos en el seno de una actividad y después se constituye una nomenclatura derivada de esa ordenación. Sager (1993, 140) explica que las ciencias taxonómicas forman nombres mediante la creación de un lenguaje artificial a partir de los procedimientos de formación de palabras que ofrece una lengua. El resultado de hacer un uso restringido del lenguaje en un ámbito especializado permite desarrollar reglas para la formación de nombres, de acuerdo con las utilizadas para clasificar los objetos que se desea nombrar, comprensibles y fácilmente aplicables por los usuarios potenciales de este sistema. En cualquier caso, según Gutiérrez Rodilla (1998, 209) las nomenclaturas no son siempre lenguajes artificiales, se puede dar el caso en el que las reglas establezcan la manera de seleccionar recursos propios de la lengua; lo que realmente caracteriza una nomenclatura es su pretensión de que el lenguaje de la ciencia sea científico, es decir, que se acerque lo más posible a la precisión o la neutralidad y se desembarace de la ganga del lenguaje común. Las nomenclaturas no aspiran a ser sistemas inalterables, de hecho los avances de una ciencia en relación con los objetos que estudia y que se desean nombrar identifica, en ocasiones, conceptos erróneos en cuanto a la clasificación de los objetos, lo que conlleva a la modificación de las reglas establecidas en una nomenclatura. Las revisiones periódicas de una nomenclatura tienen por objeto su ampliación y perfeccionamiento y garantizan su estabilidad (Gutiérrez Rodilla, 1998, 210). Cuando se efectúan modificaciones en una nomenclatura, no se debe a que las normas de la misma se formularan de forma errónea, sino a que los criterios de clasificación del conjunto de objetos que se desean nombrar han cambiado o se han corregido y, en consecuencia, el sistema paralelo de formación y asignación de nombres también debe cambiarse o corregirse. En definitiva, al utilizar o analizar una nomenclatura, primero hay que conocer los siguientes aspectos:
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• la actividad en la que se constituye esa nomenclatura, • la naturaleza de los objetos que se observan o se estudian en esa actividad, • los criterios empleados para clasificar dichos objetos. En la nomenclatura se establecerán unas normas o convenciones paralelas a los criterios utilizados para clasificar los objetos. A medida que el conocimiento de la actividad se desarrolle, pueden surgir datos que aconsejen o exijan modificar los criterios de clasificación de los objetos y, en consecuencia, las normas de formación de términos en la nomenclatura. Estos términos, por otra parte, son más que nombres, pues las normas de la nomenclatura permiten condensar en un sustantivo una descripción compleja de las características del objeto consideradas determinantes para su clasificación por parte de la comunidad de especialistas de una actividad concreta. A continuación comentaremos algunas nomenclaturas. 10.1. Nomenclatura botánica En 1753, el botánico sueco Linneo publica su obra Species plantarum, en la que sienta las bases de la nomenclatura botánica actual. Linneo percibe el reino vegetal como una gran familia en la que todas las plantas están emparentadas; el grado de parentesco entre dos plantas dadas se observa de hecho en la semejanza o diferencia morfológica de sus órganos (flores, hojas, yemas...). De este modo, en la clasificación de las plantas se establece una jerarquía, una taxonomía en relación con ese grado de parentesco. El elemento fundamental en esta taxonomía, el grupo de plantas de iguales características, se llama “especie”. Cada especie se nombra con un par de palabras (nomenclatura binomial), la primera de las cuales es el nombre del “género” al que pertenece la especie, siendo el género el escalón jerárquico (el taxón) inmediatamente superior al de especie. La segunda palabra matiza el contenido de la palabra que designa al género, aportando información específica, es decir, información de la especie. El binomio constituido por un elemento genérico (relativo al género) y otro específico (especie) es el nombre científico de la especie. Esta expresión se completa con el nombre del autor de dicho nombre (completo o abreviado). A partir del nombre de un género se forman los nombres de los taxones superiores, añadiendo a la raíz distintos sufijos (un sufijo determinado indica que el nombre en cuestión es el de un taxón concreto). Los taxones inferiores a especie se indican con abreviaturas del nombre del taxón. La formación de nombres de género y especie es un proceso creativo y depende de la voluntad del botánico autor del nombre, aunque el Código de Nomenclatura Botánica establece algunas recomendaciones. Por ejemplo, Rosa canina L. es el nombre científico del rosal silvestre, cuyo nombre común es escaramujo o tapaculos (la “L.” es la abreviatura de Linneo,
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autor de este nombre). Otras especies del mismo género son Rosa foetida Herrm, Rosa multiflora Thunb., Rosa rugosa Thunb. ex Murray… (todas ellas empiezan por Rosa, indicando el género al que pertenecen, y en todas se indica el autor del nombre). Linneo escribe sus investigaciones en latín, lengua que a lo largo de la Edad Media era la utilizada como vehículo de la cultura y que en la época de Linneo todavía se empleaba para la transmisión del conocimiento científico. De este modo, la nomenclatura botánica utiliza expresiones formadas según la gramática latina, lo que constituye una de sus características. Es posible utilizar palabras de lenguas modernas para formar nombres de plantas, pero deben latinizarse. La nomenclatura planteada por Linneo en su Species plantarum ha evolucionado al tiempo que ha avanzado la investigación botánica. La Internacional Association for Plant Taxonomy (IATP) es el órgano internacional encargado de velar por la actualización y correcto uso de la nomenclatura botánica. Esta asociación convoca congresos de forma periódica para revisar la nomenclatura. El último de estos congresos tuvo lugar en Viena en 2005 y en él se aprobó el vigente Internacional Code of Botanical Nomenclature (Código internacional de nomenclatura botánica) (McNeill, 2006). De acuerdo con este código internacional, los taxones más comunes de la nomenclatura botánica con sus correspondientes sufijos y abreviaturas son los siguientes:
TAXÓN EQUIVALENTE ESPAÑOL
SUFIJO TAXÓN EQUIVALENTE ESPAÑOL
ABREVIATURA
Regnum Divisio o Phylum Subdivisio o Subphylum Classis Subclassis Ordo Subordo Familia Subfamilia Tribus Subtribus
Reino División Subdivisión Clase Subclase Orden Suborden Familia Subamilia Tribu Subtribu
-phyta -phytina -opsida -idae -ales -ineae -aceae -oideae -eae -inae
Genus Subgenus Species Subspecies Varietas Subvarietas Forma Subforma
Género Subgénero Especie Subespecie Variedad Subvariedad Forma Subforma
subgen. subsp. var. subvar. f. subf.
Las expresiones formadas en esta nomenclatura son, por tanto, palabras derivadas (para taxones superiores jerárquicamente a género) y compuestos sintagmáticos (para taxones inferiores jerárquicamente a género) en su gran mayoría. Esta nomenclatura binómica, originalmente ideada para el reino vegetal (Plantae), se adopta con ligeras variaciones en cuando a rangos taxonómicos y sufijos a otros cuatro reinos, los correspondientes a las organismos unicelulares eucariotas (Protista), organismos procariotas (bacterias y algas cianofíceas) (Monera), los hongos (Fungi) y los animales (Animalia).
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Veamos algunos ejemplos de nombres de taxones de rango superior a género: • Magnolia es el nombre de un género que cuenta, entre otras especies, la
Magnolia grandiflora L. (el magnolio). • El nombre de una familia se forma añadiendo el sufijo –aceae a una raíz
formada a partir del nombre de un género; por ejemplo, el nombre de la familia Magnoliaceae se forma a partir del nombre del género Magnolia.
• A partir de esa raíz o el del nombre de otra familia se forma el nombre del taxón inmediatamente superior y así sucesivamente hasta llegar al nombre de una división. La raíz del nombre Magnolia es uno de los casos en los que se mantiene en los nombres de toda la jerarquía de las plantas: género Magnolia, familia Magnoliaceae, suborden Magnoliineae, orden Magnoliales, subclase Magnoliidae, clase Magnoliopsidae, subdivisión Magnoliophytina, división Magnoliophyta.
Los siguientes son ejemplos de nombres de taxones de rango inferior a género: • Dos subespecies de la misma especie:
Coronilla valentina L. subsp. valentina Coronilla valentina L. subsp. glauca (L.) Battand. En un principio, Linneo nombró la especie Coronilla valentina, por lo que aparece como autor del nombre, pero luego se descubrieron subespecies de esa especie. El nombre de la subespecie originalmente nombrada se repite, aunque no se repite el nombre del autor. En el caso de la segunda subespecie, sí se indica el autor del nombre de la especie, por un lado y el de la subespecie por otro.
• La variedad es una variación natural de una especie; por ejemplo, Cupressus sempervirens L. var. horizontalis (Mill.) Loudon es un ciprés con las ramas algo menos verticales que el Cupressus sempervirens L.
• En el caso de las formas (f.) no se indica autor del nombre, pues ya existen unas formas determinadas que pueden tomar las plantas: Cereus jamacaru DC. f. monstruosus Cereus jamacaru DC. f. variegatus
• En el caso de que dos plantas de taxones diferentes se hibriden (se crucen) de forma natural, se indica con una “x”: el x Cupressocyparis leylandii (Dallim. & A. B. Jackson) Dallimla es un híbrido entre dos plantas de géneros diferentes, Cupressus macrocarpa Hartw. ex Gordon y Chamaecyparis nootkatensis (D. Don) Spach.
• El código de nomenclatura botánica no contempla los cultivares, cruces que se hacen de forma artificial en los viveros y que se indican poniendo el nombre del cultivar entre comillas, por ejemplo, Prunus dulcis (Mill.) D.A. Webb 'Ferranduel' y Prunus dulcis (Mill.) D.A. Webb 'Guara', ambos cultivares del Prunus dulcis. Para los cultivares, no hay autor del nombre, sino obtentor del cultivar, pero no se indica en la denominación, aunque se conoce (de hecho, el obtentor tiene derechos de autor sobre un cultivar).
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10.2. Nomenclatura química En 1787, Lavoisier, con un grupo de químicos franceses, publica el Méthode de Nomenclature Chimique, en el que clasifica y renombra de forma sistemática los elementos y compuestos químicos conocidos en la época, estableciendo las bases de la química moderna y de su nomenclatura. A diferencia de la nomenclatura botánica de Linneo, la nomenclatura química toma como base la lengua francesa y luego se exporta a otros idiomas, de manera que una misma denominación presenta pequeñas variaciones en función de las características fonéticas de cada lengua. Sin embargo, de forma paralela a las expresiones verbales, se acuñan unas denominaciones simbólicas, conocidas como fórmulas químicas, constituidas por una combinación de símbolos de elementos químicos (símbolos alfabetizables) y números (símbolos no alfabetizables), a los que se suman otros símbolos para las formas más complejas. Estas denominaciones simbólicas son realmente universales, pues son expresiones extralingüísticas y no presentan ninguna variación de una lengua a otra; más si tenemos en cuenta que su expresión es únicamente escrita, carecen de una expresión oral. En la actualidad, la nomenclatura química está tutelada por la IUPAC (International Union of Pure and Applied Chemistry, www.iupac.org), organismo fundado en 1911, cuyas decisiones se aceptan por la comunidad química internacional. La IUPAC se encarga de velar por el buen uso de la nomenclatura química y de introducir las modificaciones necesarias a medida que avanza y evoluciona el conocimiento de la naturaleza y características de los compuestos químicos, empleado para la clasificación de los mismos. Dentro de la nomenclatura química, y debido a las diferencias entre los compuestos inorgánicos y los orgánicos, se puede hablar de una nomenclatura de química inorgánica y otra de química orgánica, con muchos aspectos comunes, pero con ciertas especificidades que las distinguen. 10.2.1. Nomenclatura de química inorgánica Para clasificar los compuestos inorgánicos se tiene en cuenta qué elementos químicos se combinan para constituir una molécula y el número de átomos de cada uno de esos elementos, así como los tipos de compuestos (compuestos binarios, ácidos, sales, etc.), de acuerdo con una tipología preestablecida.
Vemos a continuación algunos ejemplos de compuestos binarios, es decir, aquellos en los que se combinan únicamente átomos de dos elementos químicos. Para clasificarlos y nombrarlos se tiene en cuenta, en primer lugar, si son metálicos o no metálicos, es decir, cuál de los dos elementos es el más electronegativo, y después el número de átomos de cada elemento. Fórmula Expresión verbal
Castellano Francés Inglés PCl3 PCl5 CCl4 FeH2
tricloruro de fósforo pentacloruro de fósforo tetracloruro de carbono dihidruro de hierro
trichorure de phosphore pentachlorure de phosphore tétrachlorure de carbone dihydrure ferrique
phosphorus trichloride phosphorus pentachloride carbon tetrachloride ferric dihydride
Módulo III: Formación de términos
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FeH3 CuH CuH2 CO CO2
trihidruro de hierro monohidruro de cobre dihidruro de cobre monóxido de carbono dióxido de carbono
trihydrure ferrique monohydrure de cuivre dihydrure de cuivre monoxyde de carbone dioxyde de carbone
ferric trihydride copper monohydride copper dihydride carbon monoxide carbon dioxide
Para la expresión verbal en lengua castellana, se nombra primero el elemento no metálico o más electronegativo, al que se incorpora el sufijo –uro, como indicador de esa característica, y después el elemento metálico o el menos electronegativo, separados ambos nombres por la preposición “de”. La cantidad de átomos de cada elemento se indica anteponiendo al nombre correspondiente un elemento compositivo. De este modo, las denominaciones verbales de compuestos binarios son compuestos sintagmáticos (sintagma nominal formado por un sustantivo determinado por un sintagma preposicional de valor especificativo), en los que se emplean nombres simples, derivados y/o compuestos. sufijo indicador del elemento no metálico o más electronegativo
elemento compositivo indicador del número de átomos del elemento no metálico o más electronegativo
Castellano Francés Inglés Castellano Francés Inglés -uro -ure -ide mono-, di, tri-…
Así, en el caso del tricloruro de fósforo (PCl3), tenemos un compuesto formado por tres átomos de cloro (indicado por el elemento compositivo tri-) y un átomo de fósforo. Por otra parte, el sufijo –uro establece que el cloro es el elemento más electronegativo. 10.2.2. Nomenclatura de química orgánica Se considera que la síntesis de la urea por Wöhler, en 1828, es el punto de partida de la química orgánica como especialidad, pero las reglas de su nomenclatura no se establecieron hasta el congreso de Ginebra de 1892. También en esta nomenclatura, igual que en la química inorgánica, se forman las denominaciones en las distintas lenguas, por lo que se aprecian pequeñas variaciones entre lenguas. La clasificación de las moléculas se basa en los principios de la química inorgánica (elementos químicos presentes, número de átomos, tipos de moléculas...), pero las moléculas orgánicas son mucho más complejas que las inorgánicas, por lo que se recurre a ciertas simplificaciones, teniendo en cuenta aspectos comunes a todos los compuestos orgánicos.
Las moléculas orgánicas se forman en torno a cadenas de átomos de carbono, por lo que un primer paso en la nomenclatura de química orgánica es expresar el número de átomos de carbono de una molécula, lo que se consigue con elementos compositivos. Por otra parte, los enlaces entre átomos de carbono pueden ser simples, dobles o triples, característica que se indica mediante sufijos:
Módulo III: Formación de términos
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elemento compositivo indicador del número de átomos de carbono
sufijo indicador del tipo de enlace entre átomos de carbono
nº Castellano Francés Inglés tipo Castellano Francés Inglés 1 2 3 4 5
met- et-
prop- but- pent-
méth- éth-
prop- but- pent-
meth- eth-
prop- but- pent-
Sencillo Doble Triple
-ano -eno -ino
-ane -ène -yne
-ane -ene -yne
Un elemento compositivo (número de átomos de carbono) seguido de un sufijo (tipo de enlace entre átomos de carbono) ya es la denominación de un compuesto orgánico. Veamos a continuación algunos ejemplos:
Fórmula Expresión verbal Castellano Francés Inglés
CH4 CH3-CH3 CH2=CH2 CH≡CH CH3-CH2-CH3 CH3-CH2-CH2-CH3 CH2=CH-C≡CH CH3-CH2-CH2-CH2-CH3 CH2=C=CH-CH2-CH3
metano etano eteno etino propano butano 1,3 butenino pentano 1,2 pentadieno
méthane éthane éthène éthyne propane butane 1,3 butényne pentane 1,2 pentadiène
methane ethane ethene ethyne propane butane 1,3 butenyne pentane 1,2 pentadiene
El etano, por ejemplo, es un compuesto que consta de dos átomos de carbono (elemento compositivo et-) unidos mediante un enlace simple (sufijo -ano). Si el enlace es doble, se llama eteno (sufijo -eno) y, si es triple, etino (sufijo -ino). Si no se aporta más información sobre la molécula, se entiende que todos los demás enlaces posibles de los átomos de carbono se establecen con átomos de hidrógeno. En el caso del 1,3 butenino, (molécula de cuatro carbonos, según el elemento compositivo but-) se utilizan simultáneamente dos sufijos (-eno e –ino), lo que indica que hay un carbono con enlace doble (el carbono número uno, indicado anteponiendo a la denominación el número 1) y otro con enlace triple (el carbono número tres). El 1,2 pentadieno es un compuesto de cinco carbonos (elemento compositivo penta-) con dos (elemento compositivo di-) enlaces dobles (sufijo -eno), uno en el carbono número uno (1) y otro en el carbono número dos (2). En estos dos últimos ejemplos, igual que en el del etano, si no se aportan más datos, se supone que el resto de enlaces de los átomos de carbono se establecen con átomos de hidrógeno.
Existen en química orgánica átomos o combinaciones de átomos que, unidos a un carbono de la cadena, le confieren características especiales o posibilidad de unirse a otras moléculas. La unión de esos átomos o combinaciones de átomos a las cadenas básicas, formadas únicamente por átomos de carbono e hidrógeno, dan lugar a una serie limitada de tipos de moléculas (alcoholes, éteres, etc.). Para formar los nombres de estos tipos de moléculas, se pone a continuación del nombre básico (etano, metano, etc.) un sufijo o un elemento compositivo indicativo del tipo de molécula. En la siguiente tabla, vemos todos
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los tipos de compuestos orgánicos, con los sufijos y elementos compositivos correspondientes y ejemplos de cada caso.
Tipo de compuesto
Fórmula general
sufijo o elemento compositivo Castellano Francés Inglés
Alcoholes R-OH -ol metanol
-ol méthanol
-ol methanol
Éteres R-O-R’ -oxi metoxietano
-oxy méthoxyéthane
-oxy methoxyethane
Aldehídos R-C=O -al etanal
-al éthanal
-al ethanal
Cetonas R-C-R’ -ona propanona
-one propanone
-one propanone
Ácidos R-COOH -oico ácido metanóico
-oïque acid methanoïque
-oic methanoic acid
Aminas
R–NH2 R–NHR’ R–NHR’R’’
-amina metilamina
-amine méthylamine
-amine methylamine
Nitrilos R-C≡N -nitrilo metanonitrilo
-nitrile méthylnitrile
-nitrile methylnitrile
Amidas R–CONHR’ R–CONR’R’’
-amida metanamida
-amide méthylamide
-amide méthylamide
Las moléculas pueden ser más complejas, pero siempre existen reglas para formar las denominaciones en función de sus características químicas. Al final, tendremos una serie de nombres formados por compuestos sintagmáticos, palabras compuestas o derivadas. 10.3. Nomenclatura de virus En el caso de los virus, nos encontramos ante un campo en el que su nomenclatura se está desarrollando en estos momentos. La nomenclatura vigente actualmente es de 2002 fue aprobada por el ICTV (International Committee on Taxonomy of Viruses, http://www.ictvonline.org/), organismo encargado de elaborar una clasificación universal de los virus y, al mismo tiempo, de establecer una nomenclatura sistemática. Este organismo toma como modelo las nomenclaturas de los seres vivos (plantas, animales, hongos, algas y bacterias), a pesar de que la clasificación de los virus no tiene implicaciones evolutivas o filogenéticas, es decir, los virus no se ordenan en función de su parentesco, factor tomado como base en las nomenclaturas de los seres vivos. En este momento, la nomenclatura de virus toma de las nomenclaturas de los organismos vivos el nombre de algunos taxones (orden, familia, subfamilia, género y subgénero), que conviven con algunos propios (serogrupo, serotipo y cepa). Los nombres de los taxones se escriben en cursiva, como en la nomenclatura botánica, y se utilizan los siguientes sofujos:
Orden -virales Familia -viridae Subfamilia -virinae Género -virus Especie -virus
Módulo III: Formación de términos
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En el caso de la especie, las denominaciones se forman en las lenguas vernáculas, posponiendo la palabra –virus a una raíz o nombre (enterovirus) o anteponiendo la palabra virus al nombre de la enfermedad que produce, por ejemplo, virus de la inmunodeficiencia humana (en el nombre de la enfermedad se pueden hacer referencias al ser vivo que la padece y/o al órgano afectado). El texto completo de la nomenclatura, así como todos los nombres de virus generados hasta la fecha se pueden consultar en la página de la ICTV. El rango orden se ha constituido tardíamente y todavía no se han nombrado órdenes para todas las familias; de hecho, hasta el año 2009 sólo se habían nombrado seis, de manera que 65 de las 87 familias todavía no habían sido adscritas a ninguno. En ese mismo año, la lista del ICTV recogía 2.290 especies de virus. A continuación incluimos varios ejemplos de nombres de distintos taxones:
Familia Subfamilia Género Especie
Paramyxoviridae
Paramyxovirinae
Henipavirus Hendravirus
Nipahvirus
Morbillivirus
Morbillivirus cetáceo
Virus del moquillo
Virus de la peste de pequeños rumiantes
Virus de la peste porcina
Virus del sarampión
Respirovirus Virus de la parainfluenza humana 1
Virus de la parainfluenza humana 3
Pneumovirinae Pneumovirus Virus sincicial respiratorio humano
Metapneumovirus Metapneumovirus humano
10.4. Nomenclatura de refrigerantes La empresa Du Pont comenzó a producir gases refrigerantes (usados en neveras, cámaras frigoríficas, aparatos de aire acondicionado, etc.) a principios del siglo XX. Con el tiempo, y para nombrar todos los productos ofertados, desarrollaron una nomenclatura que acabó por estandarizarse y aceptarse de forma internacional. Una diferencia fundamental de los objetos nombrados por la nomenclatura de los refrigerantes respecto a los ejemplos vistos anteriormente, todos ellos dentro del ámbito de las ciencias, es que los refrigerantes son productos fabricados, es decir, son productos resultantes de la aplicación de una tecnología. Como todas las actividades de transformación, la fabricación de refrigerantes está regulada por distintas normas legales. Las denominaciones de los refrigerantes, como nombres de productos comerciales, y, en consecuencia, su nomenclatura, también están reguladas e incluidas en un texto legal. Así, en España, por Real Decreto 3099/1977, de 8
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de septiembre, se aprueba el Reglamento de Seguridad para las Plantas e Instalaciones Frigoríficas y se faculta al Ministerio de Industria y Energía para dictar las disposiciones y normas necesarias que desarrollen las establecidas en el citado Real Decreto. En este sentido, por Orden de 24 de Enero de 1978 se aprueban las Instrucciones Complementarias denominadas Instrucciones MI-IF; se trata de una serie de 17 Instrucciones sobre temas relacionados con las instalaciones frigoríficas. La Instrucción MI IF 002, titulada Clasificación de los refrigerantes (fluidos frigoríficos), incluye el apartado Nomenclatura simbólica numérica, lo que representa una clara muestra de la estrecha relación existente entre la clasificación de un conjunto de objetos y la nomenclatura para nombrarlos, pues los criterios para clasificar y para nombrar son los mismos. Del propio título del apartado deducimos los siguientes aspectos sobre esta nomenclatura: • Que es simbólica, pues las denominaciones están formadas por símbolos y
no por palabras, por lo que son universales. • Que es numérica (realmente, como veremos más adelante es alfanumérica,
pues en todas las denominaciones de esta nomenclatura se combinan números y letras).
El conjunto de reglas de esta nomenclatura es reducido, debido a que la oferta de refrigerantes es bastante limitada (al final de este apartado incluimos el listado completo de todos los refrigerantes). Para clasificar y nombrar los refrigerantes se tienen en cuenta su composición química, partiendo de la clasificación y la nomenclatura química; por ello, la denominación de cada refrigerante, según la nomenclatura de refrigerantes, tiene su correspondencia simbólica (fórmula química) y verbal en la nomenclatura química. Muchos de los gases utilizados como refrigerantes tienen características comunes, e igual que en la nomenclatura de compuestos orgánicos, se obvia lo común y se presta atención a lo que diferencia un compuesto de otro. A continuación reproducimos íntegramente la nomenclatura de los refrigerantes, tal como aparece en la Instrucción MI-IF 002: NOMENCLATURA SIMBÓLICA NUMÉRICA
A efectos de lo dispuesto en el número anterior, se establece la siguiente nomenclatura simbólica numérica:
Los refrigerantes podrán expresarse, en lugar de hacerlo por su fórmula o por su denominación química, mediante la denominación simbólica numérica adoptada internacionalmente y que se detalla seguidamente.
La denominación simbólica numérica de un refrigerante se establecerá a partir de su fórmula química, consistiendo en una expresión numérica en la que:
• La primera cifra de la derecha, en los compuestos que carezcan de bromo, indicará el número de átomos de flúor de su molécula.
• A la izquierda de la anterior se indicará con otra cifra el número de átomos de hidrógeno de su molécula más uno.
• A la izquierda de la anterior se indicará con otra cifra el número de átomos de carbono
Módulo III: Formación de términos
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de su molécula menos uno. Si resultara cero no se indicará. • El resto de los enlaces se completará con átomos de cloro. • Si la molécula contiene átomos de bromo se procederá de la manera indicada hasta
aquí, añadiendo luego a la derecha una B mayúscula, seguida del número de dichos átomos.
• En los compuestos isómeros, el más simétrico (en pesos atómicos) se indicará sin letra alguna a continuación de los números. Al aumentar la asimetría, se colocarán las letras a, b, c, etc.
• Los compuestos no saturados seguirán las reglas anteriores, anteponiendo el número 1 como cuarta cifra, contada desde la derecha.
• Los azeótropos o mezclas determinadas de refrigerantes se expresarán mediante las denominaciones de sus componentes, intercalando, entre paréntesis, el porcentaje en peso correspondiente a cada uno. Los azeótropos también pueden designarse por un número de la serie 500 completamente arbitrario.
Los números de identificación de los refrigerantes de los compuestos inorgánicos se obtienen añadiendo a 700 los pesos moleculares de los compuestos.
Cuando dos o más refrigerantes inorgánicos tienen los mismos pesos moleculares se utilizan las letras A, B, C, etc. , para distinguirlos entre ellos . En estas reglas no se explica que todos los nombres simbólicos de refrigerantes están precedidos por la letra “R”, pero efectivamente es así, como se aprecia en el listado de refrigerantes al final de este apartado. La gran mayoría de gases refrigerantes son derivados halogenados del etano y el metano (halogenado quiere decir que hay átomos de cloro, flúor y/o bromo), lo que vemos reflejado en las reglas de la nomenclatura: • Las cinco primeras reglas explican cómo representar la composición
química (elementos químicos y número de átomos de cada elemento) de estos compuestos orgánicos halogenados.
• Las dos siguientes reglas matizan aspectos concretos de estos compuestos (tienen presente la posibilidad de que haya isómeros y el tipo de enlaces entre carbonos –que sean o no saturados).
• La siguiente regla habla de mezclas de estos compuestos. • Sólo hay una regla para compuestos inorgánicos, lo que consideramos un
reflejo de que este tipo de compuestos tiene un uso minoritario como refrigerantes.
• Una última regla aplicable a todos los compuestos. • La quinta regla trata el caso de la presencia de bromo en el compuesto
químico como una excepción. Es una muestra de que lo normal es que los compuestos halogenados tengan cloro y/o flúor y que los compuestos con bromo son raros.
Así, observamos que los criterios considerados para nombrar los gases refrigerantes son paralelos a los utilizados para describirlos y clasificarlos. A continuación reproducimos el listado de todos los refrigerantes, tal como aparece en la Instrucción MI-IF 002, a excepción de la columna sobre temperatura a la que se alcanza el punto de ebullición, que hemos suprimido.
Módulo III: Formación de términos
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Nº de identificación
del refrigerante
Nombre químico Fórmula química
Peso molecular en gramos
Grupo primero: Refrigerantes de alta seguridad
R-11
R-12
R-13
R-13B1
R-14
R-21
R-22
R-113
R-114
R-115
R-C318
R-500
R-502
R-744
Triclorofluormetano
Diclorodifluormetano
Clorotrifluormetano
Bromotrifluormetano.
Tetrafluoruro de carbono
Diclorofluormetano
Clorodifluormetano
1,1,2-Triclorotrifluoretano
1,2-Diclorotetrafruoretano
Cloropentafluoretano
Octofluorciclobutano
R-12 (73,8%) + R-152a (26,2%)
R-22 (48,8%) + R-115 (51,2%)
Anhídrido carbónico
CCl3F CCl2F2
CClF3
CBrF3
CF4
CHCl2F CHClF2
CCl2FCClF2
CClF2CClF2
CClF2CF2
C4F8
CCl2F2/CH3CHF2
CHClF2/CClF2CF3
CO2
137,4
120,9
104,5
148,9
88
102,9
86,5
187,4
170,9
154,5
200
99,29
112
44
R-23
R-123
R-124
R-125
R-134a
Trifluormetano
2,2-dicloro-1,1,1-trifluoretano
2 Cloro-1,1,1,2-tetrafluoretano
Pentafluoretano
1,1,1,2-Tetrafluoretano
CHF3
CHCl2-CF3
CHClF-CF3
CHF2-CF3
CH2F-CF3
70,01
153,0
136,5
120,02
102,0
R-401A
(53/13/34) Clorodifluormetano (R-22)
1,1-Difluoretano (R-152a)
2 Cloro-1,1,1,2-tetrafluoretano(R-124)
CHClF2 (53%) CH3-CHF2 (13%) CHClF-CF3(34%)
94,44
R-401B
(61/11/28) Clorodifluormetano (R-22)
1,1-Difluoretano (R-152a)
2 Cloro-1,1,1,2-tetrafluoretano(R-124)
CHClF2 (61%) CH3-CHF2 (11%) CHClF-CF3 (28%)
92,84
R-401C
(33/15/52) Clorodifluormetano (R-22)
1,1-Difluoretano (R-152a)
2 Cloro-1,1,1,2-tetrafluoretano(R-124)
CHClF2 (33%) CH3-CHF2 (15%) CHClF-CF3 (52%)
101,04
R-402A
(60/2/38) Pentafluoretano (R-125)
Propano (R-290)
Clorodifluormetano (R-22)
CHF2-CF3 (60%) C3H8 (2%) CHClF2 (38%)
101,55
R-402B
(38/2/60) Pentafluoretano (R-125)
Propano (R-290)
Clorodifluormetano (R-22)
CHF2-CF3 (38%) C3H8 (2%) CHClF2 (60%)
94,71
R-404A
(44/4/52) Pentafluoretano (R-125)
1,1,1,2-tetrafluoretano (R-134a)
1,1,1-Trifluoroetano (R-143a)
CHF2-CF3 (44%) CH2F-CF3 (4%) H3-CF3 (52%)
97,6
R-407C
(23/25/52) Difluormetano (R-32)
Pentafluormetano (R-125)
1,1,1,2-tetrafluoretano (R-134a)
CH2F2 (23%) CHF2-CF3 (25%) CH2F-CF3 (52%)
86,2
Grupo segundo: Refrigerantes de media seguridad
R-30
R-40
R-160
R-611
R-717
Cloruro de metileno
Cloruro de metilo
Cloruro de etilo
Formiato de metilo
Amoníaco
CH2Cl2
CH2Cl CH3CH2Cl HCOOCH2
NH3
84,9
50,5
64,5
60
17
Módulo III: Formación de términos
38
R-764
R-1130 Anhídrido sulfuroso
1,2-Dicloroetileno SO2
CHCl=CHCl 64
96,9
Grupo tercero: Refrigerantes de baja seguridad
R-170
R-290
R-600
R-600a
R-1150
Etano
Propano
Butano
Isobutano
Etileno
CH3CH3
CH3CH2CH3
CH3CH2CH2CH3
CH(CH3)3
CH2=CH2
30
44
58,1
58,1
28
Bibliografía BOE (1978): Orden de 24 de Enero de 1978, por la que se aprueban las
Instrucciones Complementarias denominadas Instrucciones MI-IF con arreglo a lo dispuesto en el Reglamento de seguridad para plantas e instalaciones frigoríficas, BOE de 3 de febrero de 1978, www.coitiab.es/reglamentos/inst_frigo/reglamentos/ORD_240178.htm
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Editorial, S.A. GUTIÉRREZ RODILLA, B.M. (1998): La ciencia empieza en la palabra,
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http://www.ictvonline.org/codeOfVirusClassification_2002.asp (consulta: 3 de junio de 2010).
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